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Ciclo económico (página 2)


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Analizando la ganadería, factor clave en el crecimiento económico del Uruguay de la época (y que en buena parte se mantiene hasta hoy), el período de expansión mundial iniciado en 1895 y que se extiende hasta el fin de la Primera Guerra Mundial, significó una mayor demanda y un aumento de los precios de los productos exportables: ganado en pie, carnes y cueros. En 1905 se instala el primer frigorífico con un fuerte retraso con respecto a Argentina, donde la sustitución de los saladeros por los frigoríficos se produjo a partir de 1890 debido a la preferencia del capital extranjero por la mejor calidad de las carnes del vecino país aunado a un mayor rebaño de ovejas. Esta primera planta frigorífica en Uruguay comenzó a operar en forma muy lenta pero fue el inicio de la sustitución de las exportaciones de ganado en pie y tasajo por carne congelada, producto de mayor precio y dinamismo. Se produjo un aumento de la producción ganadera acompañado de un incremento de la productividad en carne por cabeza de ganado, debido al avance del mestizaje. El aumento de los beneficios condujo al incremento de la inversión, recorriendo la trayectoria de crecimiento las fases características de la sociedad capitalista que describiéramos en el primer capítulo de esta sección.

La agricultura tuvo un crecimiento importante entre 1890 y 1913, pero su escaso volumen inicial y sus características hicieron que su incidencia en el crecimiento del país fuera escasa.

En cuanto a la industria, nuevamente se demostró en este período su dependencia de los vaivenes del sector agropecuario: la depresión posterior a la crisis de 1890 al retraer el consumo afectó el mercado interno, estancándose la actividad industria y reduciéndose las importaciones. La crisis incidió en forma diferente en las distintas ramas industriales, según fueran exportadoras o dirigidas al mercado interno, con materia prima nacional o importada. Pero el balance total fue negativo.

En este tramo del período analizado, se mantuvo el patrón oro y creció la actividad financiera por la expansión de la primera década del siglo, con predominio extranjero (en especial británico) en la banca.

El crecimiento de la primera década del siglo muestra continuidad en el modelo agroexportador aunque con un creciente peso de la economía urbana, una estructura productiva y social más diversificada, un incremento de la importancia de los servicios del Estado, una dinámica inversión productiva y un bajo crecimiento de la productividad .

Estos dos últimos factores, que aumentaron la composición orgánica del capital sin una fuerte contrapartida en la disminución de costos laborales y agravado desde el punto de vista de la rentabilidad por el aumento de los salarios reales, contribuirán a la depresión que se desencadena en 1913 a partir de la crisis financiera internacional y la concomitante disminución de la demanda de productos primarios en los mercados europeos. La caída de los precios implicó una brusca disminución de la riqueza generada por el sector ganadero, que alcanzó casi el 50% entre 1913 y 1916. El volumen de las exportaciones, pilar del modelo agroexportador, se estancó durante los años de la primera guerra mundial aunque los precios internacionales subieron durante el conflicto. Recién en 1925 la ganadería podrá superar los niveles que tenía antes de la crisis.

La ganadería tuvo un crecimiento lento y menor que el resto de los sectores de la economía, lo mismo ocurrió con el volumen de sus exportaciones. La aplicación creciente de un nuevo modelo tecnológico en la agropecuaria de los países desarrollados y el aumento del proteccionismo aplicado por estos, condujo a la sobreproducción y a la baja de los precios. El período de posguerra, y especialmente desde 1922, registra una fuerte caída de los precios de los productos primarios que sólo pudo ser compensado con una mayor extracción de ganado. Pero esto tenía un límite, ya que la tasa de procreo y crecimiento de los animales, depende de las posibilidades de alimentación de la pradera natural. Por un lado ya no había nuevas tierras, como ocurría en Argentina, para ampliar la dotación de pradera existente. Por otro a las deficiencias en la alimentación por falta de forrajes se agregó la lentitud en la implementación de medidas sanitarias y de mejoras técnicas en el manejo del ganado.El estancamiento ganadero también disminuyó su peso en la generación de riqueza del país, pasando de un 55% del PBI en 1900 a un 33% en 1930.

Síntesis de la Sección

En el sistema económico en que vivimos, sistema capitalista que emergiera desde la época feudal y se consolidara en su fase industrial a partir del siglo XVII, la producción de bienes y servicios creciente en el largo plazo es motivada por la búsqueda de beneficio de los empresarios, quienes producen mercaderías a partir de otras mercaderías (materias primas, maquinarias y fuerza de trabajo) que luego comercializan.

El sistema se estructura sobre la base de una clase trabajadora mayoritaria que vende su fuerza de trabajo, a cambio de un salario, a un pequeño grupo de la sociedad propietario de los medios para producir. Este pequeño grupo se apropia bajo la forma de beneficio o utilidades del excedente generado por el trabajo de aquellos a quienes contrata, dicho excedente es la diferencia entre el valor de lo que el trabajador produce y el salario que se le paga.

Sin embargo los excedentes generados en la producción manejada por el empresario individual no son para su único provecho: debe compartir buena parte del excedente con aquellos que le facilitan o posibilitan la realización del proceso de producción, su posterior comercialización y la retención de parte de los excedentes resultantes. El excedente se reparte con otros empresarios locales o extranjeros (de los sectores financieros y comerciales) y se consume socialmente (para el mantenimiento y reproducción del orden social) y personalmente (con proporciones variables de productos suntuarios.) El consumo personal agregado de una economía se completa con el que realizan los trabajadores, a partir de sus salarios, para subsistir.

A su vez los beneficios que obtiene el empresario están enmarcados por dos límites: por un lado el que impone la competencia entre las empresas (nacionales e internacionales según el grado de apertura de la economía) que tienden a disminuir los precios de venta reales (exceptuadas momentáneas situaciones de monopolio o de algún grado de poder de mercado que todo empresario busca), por el otro el que dicta que hay un mínimo salario a pagar a los trabajadores, básicamente dado por la necesidad de su mantenimiento y reproducción con las cualificaciones y capacidades que las técnicas de producción en uso demandan y con los usos y costumbres que una sociedad dada en un momento histórico determinado tiene.

El crecimiento económico surge de la aplicación de los beneficios obtenidos a nuevas inversiones en compra de maquinarias, materias primas y fuerza de trabajo, repitiendo en forma incrementada el proceso de producción o incursionando en otros sectores que aparecen como más rentables en ese momento. De aquí se deducen dos condiciones necesarias para el crecimiento económico y positivamente correlacionadas con él: la existencia de excedentes en la economía y de sectores en donde invertir. En otras palabras rentabilidad y oportunidades de inversión productiva.

El modelo matemático básico formaliza este análisis y de él se extrae como conclusión que la tasa de crecimiento es directamente proporcional a la tasa de beneficio, multiplicada por la fracción de excedentes que no es consumida (social o personalmente) sobre los excedentes totales. El modelo permite también encontrar expresiones para las distintas variables y sus tasas de variaciones: producto bruto, capital constante, mano de obra empleada.

La intención del empresario de aumentar sus beneficios a través de la disminución de sus costos y la necesidad de batir a sus competidores, hace que continuamente mejore sus técnicas de producción y adopte nuevas tecnologías y sistemas de gestión. En ese sentido desde los orígenes del sistema, la división de tareas y la especialización, tanto en el ámbito interno de la empresa como en el ámbito externo en el sector industrial y en la economía nacional y aún en la inserción internacional, han sido una fuente importante de ganancia de productividad laboral y disminución de costos. Pero fundamentalmente la mecanización de los procesos productivos, que implica la sustitución de capital variable (mano de obra actual) por capital constante (mano de obra pre-datada), es el mecanismo por el cual el empresario busca abaratar sus costos.

El sostenido crecimiento de la ganadería, actividad productiva fundamental, ocurrió luego de la liquidación de la economía pre capitalista (vigencia de los derechos de propiedad en el campo, implantación del alambrado, expulsión del gauchaje y asentamiento de la mano de obra asalariada) y se debió a la coincidencia de dos conjuntos de factores:

  • en lo interno, las condiciones naturales (suelo, clima), la reducida población y las bajas exigencias en materia de capital y de nivel tecnológico, ambos factores escasos en Uruguay, determinaron que el sector ganadero extensivo pudiera producir en condiciones de competencia con el exterior.

  • en lo externo, el desarrollo de la navegación transatlántica, la mejora de los métodos de conservación de la carne por el desarrollo de la refrigeración y el aumento de los niveles de consumo de la población europea resultado de la expansión económica.

Entre 1875 y 1929 se generó un importante volumen de excedentes, cuya apropiación se repartió entre el capital extranjero y el nacional: entre estos últimos los grandes propietarios rurales y los comerciantes montevideanos, con una porción menor para el Estado para su rol de mantenimiento y reproducción del orden social. La clase capitalista rural reinvirtió en el mismo sector agropecuario buena parte de sus excedentes, lo cual fue complementado por inversiones extranjeras (principalmente británicas) dirigidas a aprovechar y facilitar la exportación de productos pecuarios, posibilitando el transporte de la producción primaria desde el interior para su comercialización hacia el exterior.

La reinversión de los beneficios generó un período de rápido crecimiento, que llevó a Uruguay a niveles de ingresos per cápita similares a los de los países industrializados, tal como lo predice la teoría clásica y como fuera explicado en los capítulos previos de esta sección. Se cumplieron entonces las dos condiciones para el crecimiento en una economía capitalista; la existencia de beneficios y las posibilidades de inversión, todo ello soportado por el Estado ligado a los intereses de los dos grupos poderosos en el ámbito nacional. El crecimiento de la ganadería facilitó en el período analizado un incipiente desarrollo industrial y de algunos sectores agrícolas, que reforzaron el crecimiento económico general, pero que fueron en última instancia fuertemente dependiente de ella.

La dinámica de la acumulación de capital

Introducción

El dinámico proceso capitalista se caracteriza por la búsqueda de beneficios de sus actores dominantes: los empresarios. Los primeros economistas clásicos pensaban que esto era suficiente para que el crecimiento económico fuera continuo y generara riquezas para todos sus participantes.

Este crecimiento en el largo plazo ha sido el resultado de períodos de fuerte aumento de la producción de bienes alternándose con períodos de importante decrecimiento, períodos estos últimos que denominamos crisis o depresiones.

Las crisis son fases claves del ascendente y oscilante espiral de generación de riquezas: las fuerzas que provocan el crecimiento también crean las condiciones necesarias para las crisis. Y de las mismas depresiones surgen los remedios que permiten retomar el crecimiento. Las crisis generales son consecuencias de la acumulación del capital y como son intrínsecas al sistema capitalista, no pueden ser explicadas (o evitadas) por circunstancias históricas particulares tales como regímenes regulatorios, sistemas de innovación o un comportamiento competitivo especial. Pero las crisis no han resultado hasta el presente en una ruptura final del sistema: el capitalismo puede recobrarse y así lo ha hecho en cada ocasión.

La búsqueda de menores costos totales lleva al empresario a cambiar la técnica de producción invirtiendo en maquinaria. Esta inversión por una parte reduce la mano de obra necesaria para obtener el producto final.

Si el empresario es el pionero en adoptar la nueva técnica de producción obtendrá beneficios extras mientras el precio de venta se mantenga. Pero el precio de venta del producto cae al generalizarse la técnica y disminuir los costos de todos los productores, con lo que el margen disminuye para todos, incluso con respecto a la situación original. El empresario encuentra que luego de un lapso de ganancias extraordinarias, los beneficios retroceden pero ahora con un mayor capital adelantado.

En estas condiciones, la intensificación en el uso de maquinarias permite un aumento de la productividad que aumenta los beneficios en valor absoluto y la tasa de beneficio. Este beneficio incrementado al ser reinvertido amplía la repetición del proceso de producción, utilizando en esta etapa más mano de obra total aunque sea menor por unidad producida.

Al paso del tiempo y al repetirse ampliándose el circuito de producción, las ganancias continúan aumentando pero a una velocidad cada vez menor con respecto al capital que el empresario debe adelantar, las ganancias provienen de los excedentes producidos por el trabajador que son mayores con mayor productividad laboral, pero las mejoras de productividad siguen una tasa decreciente: a mayor productividad las mejoras en forma porcentual son menores.

Dado el descenso progresivo de la tasa de ganancia, solamente un aumento también progresivo y superior de la tasa de acumulación puede arrojar un aumento de la masa total de ganancias. Pero tan pronto como la tasa de acumulación deja de aumentar a los ritmos requeridos, se reduce sustancialmente la masa de excedentes disponible. Y en la medida que la tasa de beneficio se reduce cada vez es menos conveniente reinvertir en la producción: llega un momento en que dadas las pocas posibilidades de obtener un retorno para la inversión el dinero se retiene en colocaciones bancarias o crece la inversión financiera especulativa que es ahora más rentable o se envía el capital al exterior en busca de mayor rentabilidad o seguridad, por lo que desaparece la inversión productiva. El empresario comienza a producir menos y por tanto contrata menos mano de obra y compra menos materia prima. Pero además no actualiza sus técnicas de producción, no invirtiendo en maquinarias: es la tasa de beneficio la que regula la demanda de inversión y por lo tanto la demanda total. Pero esto también implica una reducción de la cantidad de excedente que se crea y por tanto ya no de la tasa de beneficio sino del beneficio mismo, ahora son las ganancias y no su monto relativo al capital adelantado las que se reducen.

La disminución de la demanda, la de inversión y la de consumo, provoca la pérdida de rentabilidad de otras empresas que no estaban inicialmente afectadas por la crisis, se produce una caída de los precios y de los volúmenes comercializados que disminuye los beneficios de estas industrias y aumentan la gravedad de la crisis. Adicionalmente el sistema de créditos es minado por la alta exposición al riesgo que se produce, contrayéndose y amplificando la crisis. El sistema monetario estalla incrementando el caos económico y social.

Consecuencias de las crisis y recuperación

Las crisis son un importante método de ajuste de desequilibrios propios de un sistema que, al estar basado en la búsqueda de las ganancias individuales, se caracteriza por la descoordinación de la producción de los distintos bienes. La fase de crecimiento ha llevado a un exceso de capital constante, en el que han invertido los empresarios para reproducir y ampliar la producción y comercialización de productos y para bajar costos para competir, todo lo que implicó la disminución de la tasa de beneficio de las empresas.

Los efectos (y la duración) de la crisis son variados pero todos ellos restituyen rentabilidad a los negocios, lo que conduce a un nuevo período de crecimiento:

a) en el período de crisis los empresarios no invierten, ya que no hay rentabilidad, ni aún para reponer el desgaste de las maquinarias utilizadas. Al pasar el tiempo disminuye el capital constante debido a la depreciación y mejora la rentabilidad, dando lugar a la posibilidad de nueva inversión. Pero además el capital fijo en términos físicos se ha desgastado con lo que se hace necesaria su reposición. La nueva demanda de inversión provoca la suba de la tasa de rentabilidad en otros sectores industriales.

b) quiebran los empresarios menos competitivos, sea porque sus técnicas o sus escalas de producción implican mayores costos que la competencia, sea porque su capacidad financiera es débil y la retracción de ventas, baja de precios y dificultad de financiamiento se potencian negativamente. Las quiebras provocan la destrucción y venta de capital constante. La desaparición de estos empresarios deja cuota de mercado para los que continúan, que ven aumentada su escala y como consecuencia, su rentabilidad. Si su escala es aumentada en forma importante, deberán invertir en nuevo capital constante (maquinaria y materias primas) para satisfacer la demanda, lo que también impulsará la economía.

c) disminuye el salario real, producto del aumento de la desocupación y de políticas específicas de los gobiernos. La rentabilidad aumenta al disminuir los costos de mano de obra, aún cuando los precios de los productos hayan disminuido.

d) el marco institucional cambia: por un lado el Estado (dominado por el capital, que según el país y la época varían los sectores dominantes dentro del mismo ya sea el capital industrial, comercial y/o financiero, nacional y/o extranjero) invocando la gravedad de la situación toma medidas de emergencia que se traducen en un aumento de rentabilidad de las empresas, ya sea catalizando la baja del salario real ya comentada, ya sea transfiriendo recursos por medio de incentivos, baja de impuesto, etc. a los empresarios. Por otro lado los empresarios en sus estrategias y aprendiendo sobre el pasado, cambian su forma de hacer negocios hacia maneras más eficientes o cambian de ramas industriales hacia las más prometedoras en la nueva situación, etc.

e) nuevas técnicas de producción surgen de las crisis, en la búsqueda de cambios que mejoren la rentabilidad. Además técnicas de punta que se venían desarrollando con anterioridad a la crisis pero que no se habían incorporado a los procesos productivos por los costos de conversión o por razones institucionales, encuentran ahora su oportunidad al haberse desgastado buena parte de las maquinarias existentes y al haber cambiado el marco institucional.

En resumen, la tasa de ganancias es el hilo conductor de la explicación del crecimiento y de la crisis. Pero la tendencial caída de la tasa de beneficio no se desarrolla en términos lineales y constantes: desciende gradualmente en períodos de crecimiento, se hunde repentinamente con el desencadenamiento de la crisis, se recupera sustancialmente una vez que se completa la destrucción de capitales y la baja del salario y se relanza el crecimiento. A partir de esta fase del ciclo la tasa de beneficio reinicia su descenso gradual.

Las crisis en la historia del capitalismo

1760 y 1800:

  • Es la época en que los comerciantes comienzan a invertir en talleres donde el trabajo se ha dividido en distintas tareas.

  • Los trabajadores aumenta su productividad, incrementando fuertemente la generación de excedentes.

  • Se provee de la mano de obra que constituirá el nuevo proletariado.

  • La competencia entre las empresas existe pero no es intensa.

  • La industria textil específicamente la de algodón era la más hacendoso y emprendedor de la época.

1800 a 1848:

  • Comienza una intranquilidad social emanada en medio de miseria a la que fueron producidas las masas proletarias.

  • Europa se encontraba en crisis agrícola.

  • Inglaterra era la única nación donde se podía hablar de la crisis del sistema capitalista ya que , ese sistema era superior en la vida económica.

  • El declive de los salarios reales y el cambio del marco institucional y la ejecución de nuevas técnicas de producción que estaban escondidos, favorecen la salida de la crisis.

1848 hasta 1873 (periodo de expansión):

  • Se identificó por la extensión del tamaño de las unidades industriales lo que consintió economías de nivel y especialización.

  • Se expandieron los mercados domésticos y se propulsó la exportación.

  • Las nuevas tecnologías de producción, asentadas ya no eran herramientas manuales de la etapa anterior sino en maquinaria industrial de gran porte y esto fue a la vez causa y resultado de este aumento formidable de los tamaños de las empresas.

  • Los negocios se caracterizaba por una dinámica competencia, con las prácticas más violentas y fuertes sin contemplaciones para el contrario.(se considero una época de oro para el capitalismo)

1890 y 1893 (crisis grave y global fue llamada la gran depresión):

  • Los precios habían caído un 70% y la tasa de quiebra de empresas se había duplicado.

  • Nuevamente la quiebra de numerosas empresas con la consiguiente destrucción de capital fijo, una fuerte compresión del salario real en un período signado por sangrientos enfrentamientos entre las clases sociales.

1893 a 1929:

  • Se desarrolla la lucha entre las potencias industrializadas por asegurar colonias y mercados, lucha que culmina con la Primera Guerra Mundial.

  • Las empresas de mayor porte dejan de ser de alto porcentaje y esto acaciana que ya no sean dirigidas por sus propietarios y familiares y se crean los niveles gerenciales con una mayor profesionalización.

  • Se crean las líneas de producción con trabajo homogeneizado en sus niveles de capacitación.

  • La revolución tecnológica cambia la vida de las personas y la economía mundial: la electricidad mejorar la calidad de vida y brinda una fuente de energía segura y potente a las empresas, el transporte y las comunicaciones acercan el mundo, juntan nuevas zonas a la economía capitalista.

La gran crisis de 1929, iniciada en Estados Unidos se extiende hasta 1941

La Gran Depresión fue, sin duda, la más dura crisis a la que se enfrentó el capitalismo desde sus inicios en el siglo XVIII. Sin embargo, y a pesar de las predicciones, los países capitalistas no se vieron envueltos en grandes revoluciones. Por el contrario, al superar el desafío que representó esta crisis, el sistema capitalista mostró una enorme capacidad de adaptación y de supervivencia. No obstante, a partir de ella, los gobiernos democráticos empezaron a intervenir en sus economías para mitigar los inconvenientes y las injusticias que crea el capitalismo.

La expansión iniciada en 1941 continuará hasta 1973 y se le ha denominado la edad de oro del capitalismo debido a su duración y a las tasas de incremento logradas. Las empresas líderes obtienen una escala internacional y la organización de las mismas es multinacional, pero aún no globalizada y el desarrollo tecnológico se apoya ahora fuertemente en la ciencia, crecen o se crean dentro de las empresas, de los gobiernos y de las universidades, áreas de investigación y desarrollo además, la expansión del comercio internacional y más aún la de la actividad financiera consigue límites hasta entonces excluidos. Es la civilización del automóvil, una industria dinámica que se expande a un nivel sin precedentes en esta época.

1973 y 1980:

  • Comienzan a cambiar las condiciones del sistema económico mundial con el objetivo de lograr la recuperación de la rentabilidad de sus empresas, principalmente multinacionales.

  • Se busca aumentar los excedentes producidos en los procesos productivos de los países avanzados.

  • Elevación de la productividad por una profunda reconversión tecnológica.

A partir de 1992:

  • El mercado cedió lugar a la creciente planificación de las empresas y un abaratamiento del costo de las materias.

  • El petróleo, el precio de las materias primas no petroleras se recuperaron en la segunda mitad de la década del 80 luego de una prolongada reducción, para volver a disminuir en los 90.

  • El principal objetivo de los países capitalistas consiste en garantizar un alto nivel de empleo al tiempo que se pretende mantener la estabilidad de los precios. Es, sin duda, un objetivo muy ambicioso pero, a la vista de la flexibilidad del sistema capitalista, no sólo resulta razonable sino, también, accesible.

  • En el período se produce la reincorporación de países desconectados del sistema capitalista, en forma brusca como en el caso de la ex Unión Soviética o gradualmente como en la modernización de China.

  • China es el único gran país que sigue teniendo un régimen marxista, aunque se empezaron a desarrollar medidas de liberalización y a abrir algunos mercados a la competencia exterior. Muchos países en vías de desarrollo, con tendencias marxistas cuando lograron su independencia, se tornan ahora hacia sistemas económicos más o menos capitalistas, en búsqueda de soluciones para sus problemas económicos.

La década de los 90:

  • Se liberaliza el flujo de capitales a niveles nunca antes alcanzados.

  • Las empresas multinacionales pasan a constituir la unidad básica de la economía mundial con los países compitiendo en el otorgamiento de incentivos y beneficios fiscales para atraer sus inversiones y el estado se aboca a destruir los elementos del estado de bienestar construido a lo largo de sucesivas conquistas sociales.

Modelo ampliado de ciclos económicos

La dinámica del crecimiento:

La economía del sistema capitalista, a contradicción de los sistemas que la antecedieron, muestra una gran dinámica que sólo puede ser explicada mediante modelos donde el canje en el tiempo tiene una gran jerarquía

Las tendencias históricas se relacionan con las trayectorias a lo largo del tiempo de las principales variables que explican la creación de riqueza y su distribución, de las cuales las principales son la tasa de beneficio y de crecimiento. Para los economistas clásicos el largo plazo es caracterizado como un dinámico y turbulento proceso en el cual la movilidad de capital entre las industrias tiende a ecualizar la tasa de ganancia entre los diferentes sectores fundamentales, tal como hemos descripto en el capítulo I de la sección, resultado fundamental para el desarrollo de nuestro modelo.

Un modelo de ciclos económicos basado en la tasa de beneficio

El capital constante y el pago de los salarios lo realizan al final del período de producción por lo que su tasa de beneficio es:

b= S/K (1)

Introduciendo la tasa de obtención de excedentes y reordenando la ecuación:

bK=S=mwL (2)

Este progreso técnico lo podemos incorporar por medio de las productividades laborales y del capital:

( = Y/L

( = Y/K

De dónde:

g=Y"/Y

L"/L=g-(

K"/K=g-( (3)

edu.red

Factores:

  • a) la destrucción de capital constante en épocas de crisis,

  • b) el aumento de la obtención de excedentes del trabajador por la extensión de la jornada o la intensificación del trabajo y

  • c) la disminución del salario real.

De la ecuación (7) surge que g es mayor que ( ya que el primer término de la suma del miembro de la derecha es positivo.

K"/K=g-(

K" es positivo, por lo que el modelo no refleja la disminución de capital constante que ocurre durante las crisis.

  • Normalmente esta tasa depende de la situación económica por lo cual varia con el tiempo.

  • Es constante ya sea porque el valor está en el mínimo aceptable para el riesgo del negocio o porque el empresario tiene otra alternativas de inversión.

Nota: Cuando deja de invertir el capital disminuye al menos por depreciación y desgaste, por lo que K"debe ser negativa en esos momentos.

Definiremos la tasa de variación de la productividad del capital mediante una función escalonada:

k"/k= ( con (<0 si br

k"/k= ( con (>0 si br (8)

Hemos definido la tasa de variación de la productividad del capital a trazos en función de la tasa de beneficio, siguiendo la dinámica real del sistema.

El modelo caracteriza con sencillez el comportamiento de la economía capitalista aún cuando no sea una perfecta descripción de la compleja realidad del sistema. Al igual que el modelo básico se basa en el comportamiento de la tasa de beneficio, pero diferenciándose de los planteamientos keynesianos no requiere una función de inversión externa al esquema de reproducción del capital, aunque sí utiliza una función escalonada de la productividad del capital. Además mejora la descripción de los ciclos y reproduce la tendencia secular a la declinación que la teoría describe.

Uruguay: economía primaria con industrialización sustitutiva (1930-1973)

Introducción:

En 1931 asumió la presidencia Gabriel Terra, quien dos años después exigió la enmienda de la Constitución uruguaya para ampliar los poderes presidenciales; ante las protestas que originaron sus demandas, instauró una dictadura. En 1934, la Asamblea redactó una nueva Constitución. Durante la II Guerra Mundial, Uruguay rompió sus relaciones diplomáticas, financieras y económicas con las potencias del Eje. En 1945, el país fue uno de los miembros fundadores de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Revolución de la pequeña burguesía, como ha llamado la historiografía uruguaya a las reformas lideradas por José Batlle y Ordoñez, luego complementadas en las décadas del 30 y 40 y que dieran lugar a una rápida industrialización basada en el modelo de sustitución de importaciones.

La fase de crisis uruguaya de casi dos décadas dará lugar, luego de fuertes enfrentamientos sociales, a un "modelo proveedor de productos primarios y servicios regionales" implementado gradualmente a partir de 1973, no sin tanteos varios en distintas direcciones pero con una visión común de eliminación del modelo anterior de sustitución de importaciones, y fuertemente en la década del 90.

Caracterización del capitalismo mundial en la época.

En las democracias industrializadas de Europa y Estados Unidos, la mayor prueba que tuvo que superar el capitalismo se produjo a partir de la década de 1930. La Gran Depresión fue, sin duda, la más dura crisis a la que se enfrentó el capitalismo desde sus inicios en el siglo XVIII. Sin embargo, y a pesar de las predicciones de Marx, los países capitalistas no se vieron envueltos en grandes revoluciones. Por el contrario, al superar el desafío que representó esta crisis, el sistema capitalista mostró una enorme capacidad de adaptación y de supervivencia. No obstante, a partir de ella, los gobiernos democráticos empezaron a intervenir en sus economías para mitigar los inconvenientes y las injusticias que crea el capitalismo.

Así, en Estados Unidos el New Deal de Franklin D. Roosevelt reestructuró el sistema financiero para evitar que se repitiesen los movimientos especulativos que provocaron el crack de Wall Street en 1929. Se emprendieron acciones para fomentar la negociación colectiva y crear movimientos sociales de trabajadores que dificultaran la concentración del poder económico en unas pocas grandes corporaciones industriales. El desarrollo del Estado del bienestar se consiguió gracias al sistema de la Seguridad Social y a la creación del seguro de desempleo, que pretendían proteger a las personas de las ineficiencias económicas inherentes al sistema capitalista.

El acontecimiento más importante de la historia reciente del capitalismo fue la publicación de la obra de John Maynard Keynes, La teoría general del empleo, el interés y el dinero (1936). Al igual que las ideas de Adam Smith en el siglo XVIII, el pensamiento de Keynes modificó en lo más profundo las ideas capitalistas, creándose una nueva escuela de pensamiento económico denominada keynesianismo.

Keynes demostró que un gobierno puede utilizar su poder económico, su capacidad de gasto, sus impuestos y el control de la oferta monetaria para paliar, e incluso en ocasiones eliminar, el mayor inconveniente del capitalismo: los ciclos de expansión y depresión. Según Keynes, durante una depresión económica el gobierno debe aumentar el gasto público, aun a costa de incurrir en déficit presupuestarios, para compensar la caída del gasto privado. En una etapa de expansión económica, la reacción debe ser la contraria si la expansión está provocando movimientos especulativos e inflacionistas.

La crisis de la economía uruguaya:

El comercio exterior del país siguió apoyado en los productos pecuarios y los lazos fundamentales de subordinación del Uruguay a los países desarrollados continuaron funcionando en las áreas comerciales y financieras mientras que, si bien en las productivas los capitales eran mayormente nacionales, reforzó el condicionamiento tecnológico que había existido desde los orígenes de su incorporación a la economía mundial.

La crisis se profundizó a lo largo de los años: a partir de 1962 las tasas de crecimiento del PBI per cápita fueron negativas. La tasa de inversión bruta se situó apenas por encima del 10%. La inflación comenzó a crecer gradualmente hasta llegar a valores superiores a los tres dígitos en 1968. Las tasas de desempleo, a pesar de ser amortiguadas por una fuerte migración que se inició en la primera mitad de los años 60 y que involucró hasta 1975 al 11% de la población total, alcanzaron valores del 8% inédito para el país luego de la Segunda Guerra Mundial.

La carencia de opciones laborales también llevó a un crecimiento de las actividades no productivas: hacia el final del período considerado más de la mitad de la población económicamente activa del Uruguay estaba vinculada a las actividades terciarias, con un gran peso en cuanto a ocupación del sector público. Cabe señalar que el sector agropecuario mostró una baja y descendente importancia relativa como fuente de trabajo debido al carácter extensivo de su producción.

Como en otras grandes crisis del sistema capitalistas, el mecanismo restaurador estará dado por la disminución del salario real y de la composición orgánica del capital: a partir de 1968 comienza a desarrollarse un proceso de transformación de la estructura política y del Estado cuya culminación es el golpe militar de 1973, que posibilitaría una política represiva. Con ello se propiciaba el advenimiento de un reajuste en la base económica que incluyó una reinserción internacional de la economía uruguaya, en el marco de los cambios que desde los países desarrollados se impulsaban para retomar la detenida acumulación de capital, y la aparición de nuevos grupos de poder dentro de la clase dominante, dando lugar a una nueva fase de crecimiento y acumulación.

  • Síntesis de la Sección:

Una característica fundamental del sistema económico en que vivimos es la continua ampliación del alcance de su funcionamiento: por una parte expande la producción de bienes y servicios, la cantidad y variedad de los mismos, en las zonas donde el capitalismo ya está insertado mientras que por otra, continuamente incorpora nuevas zonas de economías atrasadas a su pujante sistema económico.

Sin embargo este crecimiento no es lineal ni continuado: repetidamente a escala mundial y nacional la economía atraviesa por períodos donde la producción de bienes se estanca o aún decrece, donde la desocupación se incrementa, la pobreza se extiende, la quiebra de empresas se generaliza, el crédito se detiene y hasta las instituciones tambalean.

El hilo conductor del crecimiento es la búsqueda de los empresarios de incrementar sus beneficios y más específicamente su tasa de ganancia. Y en la medida que la tasa se reduce cada vez es menos conveniente reinvertir en la producción: llega un momento en que dadas las pocas posibilidades de obtener un retorno para la inversión el dinero se retiene en colocaciones bancarias o crece la inversión financiera especulativa que es ahora más rentable o se envía el capital al exterior en busca de mayor rentabilidad o seguridad, por lo que desaparece la inversión productiva. Cae la demanda de inversión y con ella la de consumo, la disminución de la demanda, la de inversión y la de consumo, provoca la pérdida de rentabilidad de otras empresas que no estaban inicialmente afectadas por la crisis, se produce una caída de los precios y de los volúmenes comercializados que disminuye los beneficios de estas industrias y aumentan la gravedad de la crisis.

Los efectos de la crisis son variados pero todos ellos restituyen rentabilidad a los negocios, lo que conduce a un nuevo período de crecimiento: en el período de crisis los empresarios no invierten, por lo que disminuye el capital constante debido a la depreciación y mejora la rentabilidad, dando lugar a la posibilidad de nueva inversión. La nueva demanda de inversión provoca la suba de la tasa de rentabilidad en otros sectores industriales.

Los empresarios que sobreviven a la crisis y otros nuevos que se incorporen desde el exterior comienzan un nuevo período de expansión, motivado por la recuperada rentabilidad a que lleva los cambios descritos, El modelo matemático básico de la sección I es ampliado ahora para incluir la dinámica de crecimiento y crisis antes descripta, las ecuaciones diferenciales que lo definen tienen en la tasa de beneficio el hilo conductor.

Aunque la tendencia secular es a la baja, la tasa de beneficio a largo plazo traza ciclos en su evolución que son el origen de fases expansivas y fases depresivas de la economía, en cada una de las cuales la tasa de ganancia dibuja ciclo más corto y de menor altura.

En el modelo presentado la salida de la crisis se produce por un aumento de la productividad del capital debido a la depreciación de los medios de producción la destrucción física del capital de las empresas que van a la quiebra y la concentración y centralización de empresas, todo lo cual comienza a recuperar la tasa de beneficio de las empresas.

El rol del Estado

El papel del Estado en el crecimiento económico.

  • La relación entre la economía y el Estado

El papel sustancial del Estado en la sociedad actual es el de asegurar la obtención de los beneficios de las empresas, permitiendo la acumulación de capital por parte de unas pocas personas (en comparación a la gran masa trabajadora) y el conservarlo privadamente con tranquilidad. Como estos beneficios deben ser constantemente ampliados por la repetición del circuito de producción descrito en capítulos anteriores, el Estado debe asegurar las condiciones para que exista un crecimiento económico suficiente para lograr este objetivo.

La economía capitalista basada en unidades empresariales no coordinadas no se podría sostener sin las actividades de protección, estimulación y socialización que realiza el Estado.

El capitalismo, es un nuevo sistema en el que la estructura económica no tiene acceso directo a los medios de violencia para imponer una coerción directa de acuerdo a sus intereses. En ese sentido en la sociedad actual existen una dimensión económica y una dimensión política que en determinados momentos de la vida de los países pueden entrar en tensión. La sociedad económica conforma un sistema en donde todos los elementos se relacionan y producen resultados que no se pueden explicar en forma aislada. Pero en la marcha normal del sistema y, más aun en los momentos de crisis, el Estado interviene en la organización social en representación de los grupos dominantes económicamente.

La intervención del Estado ha crecido a lo largo de la historia del capitalismo por la necesidad de favorecer la reproducción de un sistema cada vez más complejo, regulando mútiples esferas de actividad en cuanto ellas fueran claves para el proceso de acumulación de capital.

Para mejorar la rentabilidad empresarial el Estado se encarga de realizar las obras de infraestructura necesarias para la mejora de las técnicas de producción y la gestión de comercialización, abaratando los costos de suministros a las empresas permitiéndole una mayor rentabilidad al transferirles recursos desde otros sectores sociales. En muchos casos el Estado toma a su cargo la investigación científica y los conocimientos obtenidos son transferidos gratuitamente a los empresarios.

El Estado en la sociedad capitalista no puede excederse de ciertos límites, los empresarios nacionales o transnacionales según el caso, poseen las herramientas necesarias (control de la inversión, flujo de capitales, etc.) como para bloquear cualquier intento de autonomía del gobierno con respecto al mundo empresarial.

Factores que soportan el crecimiento económico

La educación influye en dos niveles: la educación general de los trabajadores y la más restringida de científicos y profesionales universitarios. Pero ambas se relacionan con el progreso técnico que es adoptado e incentivado por los empresarios como manera de mejorar sus beneficios. En ese sentido el progreso técnico es endógeno al sistema económico, es interno al mismo porque es la búsqueda de beneficios lo que motiva la investigación y adopción de nuevos y mejores métodos de producción y el desarrollo de nuevos productos.

El desarrollo económico es, por lo tanto, generador de un mayor nivel educativo general y de una mayor investigación científica. Así que la relación causal primera no es desde la educación hacia el crecimiento sino desde el crecimiento hacia la educación. Pero esta relación es de dos vías ya que se complementa con la afirmación de que las sociedades y países más educados son capaces de acelerar el progreso tecnológico, logrando altas tasas de crecimiento que lo distancian aún más de los países con menores niveles educativos e investigación científica.

Cabe mencionar la importancia que ha tenido la división internacional del trabajo en la generación del progreso tecnológico. La antigua división del trabajo en que los países desarrollados producían y exportaban la mayoría de las manufacturas mundiales y los países en desarrollo se especializaban productivamente en la producción y exportación de productos primarios, materias primas y alimentos, ha ido cediendo lugar a una nueva división de tareas en el plano internacional como resultante de los nuevos sistemas tecnológicos y la globalización.

La estructura del mercado es otro factor que se ha mostrado correlacionado con el crecimiento. Por estructura de mercado se entiende si existe libre competencia en él o si la competencia está restringida por empresas con cierto grado de monopolio. La correlación es positiva entre competencia y crecimiento. El empresario en su búsqueda de beneficios utiliza el progreso técnico para disminuir sus costos.

En el corto y mediano plazo un país puede protegerse de la competencia internacional con una variedad de mecanismos: aranceles, cuotas y subsidios entre otros. Pero en el largo plazo estos mecanismos se agotan y el encarar la competencia internacional se transforma en una necesidad impostergable.

Las políticas del Estado para el crecimiento

El Estado tiene a través del manejo de las políticas económicas la posibilidad de influir sobre la generación de excedentes y sobre su distribución.

Además el crecimiento económico se logra cuando existen beneficios y se reinvierten, las políticas que tiendan a aumentar el ahorro y la inversión y a disminuir el consumo social improductivo favorecerán la reproducción ampliada de la producción. En ese sentido las políticas macroeconómicas son claves para lograr el crecimiento productivo, las políticas sectoriales pueden ser bien intencionadas pero inoperantes en un marco inadecuado de política económica general. Las políticas monetarias, cambiarias y fiscales deben ser congruentes con el objetivo de crecimiento económico. Los mayores beneficios se obtienen en sectores con mayor valor agregado, debido a que al ocupar mayor cantidad de trabajadores con las técnicas más actuales de producción, se incrementa la cantidad de excedentes que se generan.

Para que las industrias existentes puedan crecer en su producción, reinvirtiendo sus beneficios, es necesario expandir sus ventas a través de la sustitución de importaciones en el caso de que empresas extranjeras estén compitiendo en el mercado local o, no siendo excluyentes ambas posibilidades, exportando a nuevos mercados. Además el Estado influye con la política fiscal al menos de dos maneras: por el monto de recaudación que implica y por la redistribución que realiza.

Un rol del Estado que es muy fuerte en los países desarrollados e igualmente débil en los países en desarrollo es su contribución al progreso técnico y por tanto al aumento de los excedentes (beneficios) a través de un incremento de la productividad de la fuerza de trabajo o por el desarrollo de productos con mayor valor agregado. Son de gran importancia para el crecimiento económico las políticas públicas destinadas a desarrollar las capacidades de aprendizaje necesarias para la imitación de tecnologías y la disminución de la brecha tecnológica en los países en desarrollo y para ensanchar las nuevas fronteras tecnológicas en los países desarrollados.

  • Modelo específico para cada factor

La concentración de los excedentes en forma de beneficios en las manos de un reducido grupo social, los empresarios, crean condiciones para el masivo incremento en la cantidad de fábricas, máquinas y medios de transporte.

El cambio técnico es, por ende, endógeno en la sociedad capitalista: no viene dado por una tasa externa al sistema sino que es su propia dinámica que lo genera. Y el cambio técnico es sesgado al ahorro de mano de obra

Existen dos formas de categorizar el cambio técnico endógeno: un enfoque lo trata como el subproducto de la actividad de producción misma y se corresponde con la forma de innovar; la otra categoría corresponde a enfocar el cambio técnico como el resultado de una actividad específica de investigación y desarrollo que se denomina "sector R&D".

Cambio técnico endógeno con "learning by doing"

En el modelo básico ampliado con cambio técnico se definió la productividad del capital como la relación entre la producción agregada y el stock de capital constante:

k=Y/K (1)

La tasa de crecimiento de la productividad del capital es (, con (<0, que en el desarrollo del modelo se supuso constante:

k"/k=(

En forma similar para la productividad laboral, si la tasa de crecimiento de esa productividad es ( con (>0:

y=Y/L (2)

y"/y=(

Para considerar el proceso de "learning by doing" en la productividad del trabajo, vemos que ésta crece no solamente por la introducción de nuevas técnicas de producción a una tasa dada, sino por el mismo hecho de la acumulación de capital constante.

edu.red

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Esta expresión es positiva dado que ( es negativo y ( es positiva. Por lo tanto, g es creciente en (, por lo cual el efecto del aprendizaje por la experiencia es aumentar la tasa de crecimiento. Este resultado es coherente con el hecho de que refuerza la tendencia del sistema hacia el aumento de la productividad del sistema, sin incrementar el capital constante.

Similar tratamiento y resultados se obtienen al considerar otra ventaja dinámica derivada del crecimiento y fuertemente relacionada con la anterior, considerada de gran relevancia por los economistas clásicos, cual es la economía de escala. La mayor escala de producción es causa y consecuencia del crecimiento económico, con anterioridad se ha hecho referencia a las economías de escala internas y externas a una empresa. La economía de escala induce a cambios técnicos que implican un aumento de productividad laboral. Por esto una manera de modelar su influencia es considerando que la tasa de crecimiento de la productividad es de la forma:

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Las ecuaciones básicas que describen el movimiento del sistema son, de igual forma que en los modelos anteriores:

edu.red

Ambas expresiones coincidirían si el factor ( fuera nulo. Cuando existen economías de escala, esto es para valores positivos de (, el denominador del segundo término de la expresión (14) disminuye y por lo tanto la tasa de crecimiento es mayor que en ausencia de economías de escala, como correctamente determinaron los economistas clásicos.

Cambio técnico con un sector productor de medios de producción

El estudio de la influencia en el crecimiento de una economía de un sector especializado en innovar y promover nuevas técnicas de producción a través de la producción y comercialización de medios de producción requiere extender el modelo básico a dos sectores: uno es el productor de maquinarias responsable de las actividades de investigación (sector 1 ) y desarrollo y el productor de bienes de consumo(sector 2).

El sector 1 requiere de unidades de trabajo y un inventario de capital constante formado por el valor de todos los medios de producción que sobreviven al tiempo, el cual se deprecia en ( años El sector produce bienes de capital por un valor de los cuales son comprados por el empresario del sector 1.

El sector 2 requiere de unidades de trabajo y un capital constante formado por el valor de todos los medios de producción que sobreviven al tiempo , el cual se deprecia en ( años; este produce bienes por un valor que son consumidos por los trabajadores del sector 1 y del sector 2 de acuerdo al costo salarial respectivamente, siendo el salario de los trabajadores.

Los productos manufacturados son diferentes, las industrias utilizan técnicas también diferentes y por tanto es de esperar, con probabilidad casi unitaria, una diferente composición orgánica en cada rama.

Los empresarios reinvierten todas sus ganancias, o sea que no consumen (o su consumo total es pequeño frente al consumo total de los trabajadores por lo que se puede despreciar en una primera instancia) y no hay otros sectores no productivos que consuman el excedente generado en la producción.

La tasa de crecimiento de una economía depende entonces de la tasa de beneficio que obtienen los empresarios en la misma más las tasas de crecimiento de la productividad del capital y laboral ponderadas cada una de ellas por el peso relativo de cada sector (medios de producción y bienes de consumo) en el total de la economía.

La apertura comercial

Los empresarios compiten sobre la base de precios relativos que son determinados por los costos reales de producción. Es la posición competitiva del país, medido por sus costos reales, la que determina sus resultados en el comercio internacional.

Los términos de comercio se relacionan fuertemente con el comportamiento de las tasas de cambio.

Los flujos de capital en busca de inversiones rentables provocan (al igual que en la economía cerrada) una tendencia a igualizar las tasas de beneficio;los cuales no son necesarios ni grandes flujos de capital para lograr este efecto ni inversiones directas, alcanza con la movilidad de los capitales financieros en pequeños flujos.

El precio relativo de dos mercaderías depende, por lo tanto, de las relaciones de costos laborales y tasas de beneficio promedios, considerando que el salario real no ha sufrido cambios a lo largo del tiempo que ha insumido este proceso iterativo. Cada tasa de beneficio verticalmente integrada es un promedio ponderado de las tasas de beneficios de las industrias que intervienen directa e indirectamente en su producción, se encuentra que la dispersión de tasas de beneficios promedios verticalmente integrada es pequeña, lo cual hace que la relación de precios entre dos mercaderías está dada, con buena aproximación, por los costos laborales verticalmente integrados.

Los precios internacionales relativos de los bienes comercializables, que determina en el largo plazo la tasa de cambio real, están regulados por los costos laborales reales verticalmente integrados ajustados por el contenido comercializable/no comercializable de la economía. Si el grado de desarrollo capitalista de los países donde se sitúan las empresas es muy diferente y si las empresas de un país, en un sector, tienen menores costos debido a una mayor productividad resultado de su mayor desarrollo tecnológico, o tienen menores costos salariales debido al nivel de vida de la población y a la tasa de cambio, entonces un país podrá incrementar su producción mientras que el otro disminuirá concomitantemente la producción.

Una apertura comercial general o bilateral manteniendo una tasa de cambio no competitiva, es decir no acorde a la productividad y salarios del país, conduce a altos precios relativos y pérdida de mercados, con las consecuencias negativas que se derivan para la producción de bienes del país.

La economía primaria con servicios a la región (1973-2000)

El objeto de este capítulo es el de ejemplificar el rol del Estado en la acumulación de capital a través de un análisis de políticas activa de crecimiento del país, en el marco conceptual que se ha desarrollado en las secciones previas: la búsqueda permanente de rentabilidad es el motor del sistema capitalista, la generación de excedentes y su reinversión son los fundamentos del crecimiento del sistema.

Analizar políticas activas de crecimiento significa reconocer que en el sistema económico actual el Estado tiene un rol importante a jugar: asegurar las condiciones para que exista un crecimiento suficiente para lograr el objetivo privado de la acumulación de capital. Pero además en todas las experiencias recientes de crecimiento económico, el desarrollo de sectores claves de la economía ha sido encarado mancomunadamente por el Estado y las empresas privadas, incluso con un alto grado de formalización en los organismos conductores del proceso en cada sector y en los planes estratégicos para la expansión de los mismos.

Caracterización del capitalismo mundial en la época

La continúa disminución de la tasa de beneficio de las empresas y el aumento del trabajo improductivo y el consumo social, que significó el desarrollo del sector servicios a la vez que se desaceleraba el desarrollo industrial, disminuyeron la reinversión y el crecimiento.

El detonante de la crisis fue el shock petrolero del 73, sin embargo no fue la causante ya que en los países desarrollados la riqueza transferida a los países petroleros ( en la mayoría de ellos a la elite gobernante) a través de los mayores precios de los combustibles retornó a través de préstamos canalizados por los centros financieros del mundo industrial. Por otra parte, no fue un hecho exógeno al sistema económico: la caída del sistema monetario y las devaluaciones sucesivas de la moneda norteamericana implicaron una importante pérdida de riqueza de los países exportadores de petróleo.

La década de los 90 es coincidentemente, pero no por casualidad, la del avance de la globalización que define un nuevo perfil en el sistema económico mundial. El progreso de las fuerzas productivas debido al avance de la tecnología impulsada por el desarrollo de la informática y las comunicaciones con sus nuevas escalas de producción y posibilidades de fragmentación geográfica de los procesos. Se refuerza la apertura comercial, se forman espacios económicos supranacionales de evidente regionalización, se liberaliza el flujo de capitales a niveles nunca antes alcanzados a tal punto que la esfera financiera se disocia ( y supera en creces) al movimiento comercial. Las empresas multinacionales pasan a constituir la unidad básica de la economía mundial con los países compitiendo en el otorgamiento de incentivos y beneficios fiscales para atraer sus inversiones y el Estado se aboca a destruir (o al menos a disminuir donde no le es posible eliminar) los elementos del Estado de Bienestar construido a lo largo de décadas por sucesivas conquistas sociales. Las empresas públicas que pueden ser rentables comienzan a ser adquiridas por por el capital extranjero multinacional en asociación (menor) con empresarios locales.

El proceso económico reciente en Uruguay

El período dictatorial iniciado en 1973, pero antecedido por una creciente represión de los sectores populares al incrementarse la lucha de clases, significó la toma de medidas para recuperar la tasa de beneficio de las empresas y la reinserción de Uruguay en la nueva división del trabajo que se estaba poniendo en marcha como reacción del capitalismo a la fase recesiva de la crisis general, tal como describiéramos en el apartado anterior que caracterizaba el capitalismo a escala global en el período.

La economía uruguaya es de base capitalista, con instituciones y prácticas que se caracterizan por un bajo nivel de corrupción, libertad de empresa sin discriminación entre nacionales y extranjeros, funcionamiento razonable del Poder Judicial con protección de la propiedad privada y del cumplimiento de los contratos.

Uruguay concretó una apertura comercial, gradual en las décadas de los 70 y 80 y rápida en los 90, desmantelando el proteccionismo derivado de la fase de sustitución de importaciones: en 1989 las tarifas sobre las importaciones variaban entre un máximo del 40% y un mínimo del 10% (algunos bienes de capital y productos intermedios estaban exentos de recargos.) Desde 1990, el Gobierno comenzó a reducir estas tarifas: en enero de 1995 las tarifas sobre las materias primas que no se producen internamente se habían fijado en un entorno del 2-6%, las tarifas sobre bienes intermedios en un 8-16% y las tarifas sobre bienes al consumo en un 10-20%. Lo que es más importante, el Gobierno redujo sustancialmente las barreras no arancelarias, incluyendo los precios de referencia y los precios mínimos de importación sobre los que se aplican las tarifas.

Complementariamente Uruguay firmó acuerdos de libre comercio con países claves como destino de la exportación de sus productos: fundó con Argentina, Paraguay y Brasil el MERCOSUR, un acuerdo de integración que se propuso una amplia liberalización del comercio intrarregional y la adopción de políticas comerciales comunes, sustituyendo una serie de acuerdos preferenciales entre sus miembros por una unión aduanera (Uruguay tenía convenios vigentes desde la década del 70 con Argentina (CAUCE) y Brasil (PEC).)

La política económica de la década de los 90, diseñada para reducir la inflación, utilizó un ancla cambiaria con el dólar en un sistema de "crawling peg": como consecuencia implicó la suba de los costos en dólares para las empresas sólo parcialmente compensada por un alto aumento de la productividad laboral en la industria, encareciendo la producción nacional y reduciendo la competitividad exportadora del país.

La lucha contra la inflación, elemento esencial para el cálculo empresarial y la atracción de inversiones, no logró un éxito sostenido hasta la década del 90 con la implementación del mencionado Plan de Estabilización. Uruguay, un país de inflación crónica moderada desde fines de los 50, sufrió un proceso de aceleración inflacionaria en el bienio 1989-90 llegando la tasa a un máximo absoluto de 133% en el año terminado en enero de 1991.

El déficit fiscal se redujo tendencialmente con relación al PBI entre 1985 y 1998, pero la mayor causa de esta reducción no fue la disminución del gasto público que intentaron las medidas antes descriptas (de hecho el gasto aumentó en esos años por las transferencias a la seguridad social) sino el persistente incremento de la recaudación tributaria por la mayor actividad económica, por el aumento de la presión impositiva aplicado mediante sendos ajustes fiscales y por la renegociación del servicio de la deuda externa, en el marco del Plan Brady, obteniéndose la reestructuración y reducción de los saldos adeudados.

Se fomentó la inversión extranjera, al igual que en los casos analizados pero con mucha menor intensidad, mediante la Ley de Inversiones de 1988 y regímenes especiales para el sector turístico (hotelería y complejos), forestación, vitivinicultura y riego, además de la adopción del marco legal para la creación de Zonas Francas.

La década de los 90 significó un crecimiento económico en tasas que Uruguay no alcanzaba desde la época de sustitución de importaciones en los 40: en el período 1985-2000 el PBI se incrementó a una tasa promedio del 3,1% anual. Dicho crecimiento se dio en un marco de reestructuración productiva en el contexto de la integración regional en el Mercosur y con la profundización de la apertura comercial (los aranceles aduaneros se redujeron aceleradamente y se hicieron nulos al interior de la unión aduaner).

En el sector industrial las empresas transnacionales realizaron una vasta compra de empresas, pero la apertura comercial unida a la pequeña escala del mercado frente a las necesarias en las nuevas tecnologías de producción y los altos costos internos en dólares hicieron aconsejable (particularmente luego de la devaluación del real) el cierre de las plantas industriales, con la utilización de la marca y de los canales de distribución importando los productos desde sus plantas en Brasil y Argentina.

La reestructuración industrial de la década del 90 implicó la reducción de la ya escasa producción de bienes de capital, maquinaria agrícola, vehículos e instrumental científico, incrementándose la importación de esos bienes. Entre 1990 y 1995 el déficit comercial en estas ramas industriales claves para el desarrollo capitalista se duplicó, pasando de –437 millones de dólares a –975 millones, a la vez que que se incrementaba la producción y exportación de alimentos.

El crecimiento económico alcanzado hasta 1998 respondió en buena parte a las condiciones económicas de la región a la cual Uruguay pertenece geográfica e histéricamente, el cono sur, y con la que estrechó sus lazos comerciales en los últimos años: "el proceso de apertura con su disminución de aranceles y todos los acuerdos comerciales firmados y profundizados por Uruguay en el período, han producido incrementos en las exportaciones e importaciones debido a razones diferentes que los movimientos de la tasa de cambio real. Al mismo tiempo la política económica aplicada por los vecinos de Uruguay y sus más importantes socios comerciales, el "Plan de Convertibilidad"en Argentina y el "Plan Real"en Brasil, hicieron que se apreciaran sus monedas y ayudaron a Uruguay a mantener su nivel de competitividad con relación a ellos en la mayor parte del período bajo estudio"

El rol del Estado uruguayo

Uruguay al igual que Irlanda, Chile y Nueva Zelanda logró cifras importantes de crecimiento en el período 1985-2000, elevadas cuando se compara con la historia económica del país. Sin embargo el crecimiento del PBI fue significativamente menor que el obtenido por Irlanda y Chile y similar al registrado en Nueva Zelanda. Más decisivamente, a pesar de la situación recesiva internacional que ha provocado un enlentecimiento del crecimiento en los tres países estudiados, ninguno de ellos ha sufrido una crisis tan profunda como la que hoy exhibe Uruguay: por el contrario las tasas de crecimiento aunque disminuidas se mantienen en valores positivos.

Uruguay en forma similar a los casos estudiados propició un "correcto" ambiente de negocios a través de la legislación y la estricta separación de poderes, mediante la represión primero y la tercerización después el salario real fue abatido en forma drástica en el momento inicial y luego creció lentamente y en menor medida que la productividad, se realizó una apertura comercial complementada con acuerdos de libre comercio con países importantes como destino de sus exportaciones.

¿Cuáles fueron las consecuencias de estas similitudes y diferencias, analizando el rol del Estado, a la luz de los casos analizados y de la teoría clásica?

La primera, que lo asemeja al caso de Nueva Zelanda y difiere un poco del de Chile y aún más de Irlanda, es que consolidó la inserción internacional del país en la nueva división internacional del trabajo como un proveedor de materias primas y productos alimenticios, complementado en el ámbito regional con el papel de proveedor de servicios (en especial turísticos y financieros, últimamente y con éxito que perdura de informática.).Por lo segundo depende de la situación de las inestables economías regionales, en especial la de Argentina con la cuál es similar en su producción exportable por lo que de existir problemas con la colocación o los precios de los productos primarios, el efecto se verá potenciado por la caída de los servicios dirigidos a los vecinos rioplatenses. Por último se produjo un proceso de desindustrialización con restitución de importaciones, reduciendo y desarticulando el ya escaso e inconexo tejido industrial, beneficiando a los sectores comerciales (a los capitales importadores, en especial) y financiero.

Para un crecimiento sostenible es necesario generar un incremento de los excedentes que se reflejan en mayor ahorro interno con relación al PBI. La inversión de estos ahorros complementados con la inversión extranjera directa es crucial para el crecimiento. El elevado tipo de cambio contribuyó a disminuir la rentabilidad de las empresas volcadas a la exportación o con productos competitivos con la importación, especialmente una vez que las monedas de los países vecinos se devaluaron.

En último lugar, para lograr el crecimiento económico es necesario contar con sectores donde invertir con rentabilidad. Mientras que algunos sectores tradicionales crecieron a la par que otros se estancaban, el desarrollo de nuevos polos de crecimiento fue escaso y se agotó en la medida que la inversión en capital constante creó una capacidad que excedió las posibilidades de la demanda externa e interna.

En el ámbito macroeconómico, el modelo de exportación de productos primarios y servicios regionales ha sido aplicado con políticas inconsistentes si la finalidad era crecer en forma sostenible mediante la exportación: se mantuvo un alto tipo de cambio (aún después de la devaluación brasileña) a la vez que se procesaba una apertura comercial implementada rápidamente, manteniéndose alto el consumo social sustentado en el ingreso de capitales mayormente especulativos, con escaso soporte del Estado en el desarrollo de infraestructura y capacidades tecnológicas a las actividades generadoras de riqueza y en especial a los sectores exportadores, a la vez que se mantuvo un alto déficit fiscal y de cuenta corriente.

Con relación al soporte del Estado en el desarrollo tecnológico, tres graves debilidades ha presentado el sistema de innovación uruguayo: en primer lugar, el retiro del Estado de un área clave como la tecnológica se manifiestó en la inexistencia de una política de ciencia, tecnología e innovación (CTI) ordenada y enmarcada dentro de un plan estratégico de mediano y largo plazo.

Los recursos dedicados a la inversión en ciencia y tecnología en Uruguay fueron sumamente bajos, como lo muestra la comparación de los gastos en investigación y desarrollo con la región y con el mundo desarrollado. Uruguay gastó 0,23% de su PBI en 1998 en actividades de ciencia y tecnología en comparación con 0,53% del promedio de América Latina y de 2 a 3% en los países europeos y Estados Unidos.

La actuación del Estado en la promoción y coordinación de actividades de investigación y desarrollo, en especial la dirigida a los sectores tradicionales o nuevos donde Uruguay podía crecer con rentabilidad, fue prácticamente existente o peor aún, se dirigió a desmantelar las escasas instituciones dedicadas a tal fin por la vía de su disolución o la restricción de los recursos a ellas asignados.

El Estado uruguayo en la década de los 90 cumplió con su rol sustancial en la economía capitalista que describiremos al comienzo de esta sección: un entorno social e institucional que favorezca la existencia de excedentes y posibilite su apropiación por el empresario. Sin embargo, debido a errores de política y al balance de fuerzas entre los distintos sectores capitalistas, fue mayor su capacidad en asegurar lo segundo que en lograr lo primero en forma sostenible, logrando resultados en el corto plazo sacrificando las posibilidades de desarrollo en el largo, por lo que el sistema económico desembocó en una profunda crisis al fin del milenio.

  • Síntesis de la Sección

La intervención del Estado ha crecido a lo largo de la historia del capitalismo por la necesidad de favorecer la reproducción de un sistema cada vez más complejo. Así al papel sustancial del Estado de asegurar la obtención de los beneficios por las empresas, permitiendo la acumulación de capital por parte de unas pocas personas (en comparación a la gran masa trabajadora) y el conservarlo privadamente con tranquilidad, se ha agregado el asegurar las condiciones para que exista un crecimiento económico suficiente para lograr la reproducción ampliada del capital.

La internalización del capital, la competencia creciente por los mercados internacionales debido a las necesidades de reproducción constante del capital, el creciente costo de investigación, desarrollo y adopción de nuevas tecnologías, las grandes obras de infraestructura, la competencia internacional y la necesidad de expandir los mercados, la creciente escasez de recursos estratégicos, la incrementada complejidad de preparación de la fuerza de trabajo explican la complejidad del sistema que hace necesaria un rol cada vez más activo del Estado.

De aquí se deduce que la forma en que el Estado conduce los procesos de apertura comercial es clave para el crecimiento en el largo plazo. Políticas comerciales exitosas requieren de análisis estructurales de la competencia internacional y de los mercados mundiales.

Podemos concretar dos conclusiones acerca de las estrategias de crecimiento económico exitosas que se extraen de las tres experiencias analizadas, conclusiones que son propias del modelo teórico clásico: la disminución de los costos laborales unitarios (que relaciona salarios, tipo de cambio y productividad) y del consumo social permitió el aumento de la generación de excedentes y liberó una mayor proporción de los mismos para el ahorro y la inversión. La estrategia de expansión de las exportaciones, ampliando mercados que permitieran alcanzar una mayor especialización y economía de escala que la que el tamaño del mercado interno dificultaba, logró desarrollar sectores rentables donde invertir el ahorro interno y el de las empresas transnacionales atraídas por las ventajas ofrecidas en estos países, ya sea la dotación de recursos naturales o la de mano de obra calificada o el bajo costo relativo de la mano de obra o el acceso a mercados o varios de estos factores a la vez, potenciado por las ventajas fiscales que se otorgaron.

Con la profundización del modelo y el fuerte ingreso de capitales. Uruguay logró un importante crecimiento económico entre 1990 y 1998 (pero aún menor al de Chile e Irlanda y similar a Nueva Zelanda) para luego ingresar en una larga recesión que se transformó en una grave crisis en el año 2002, con cifras record de caída del PBI, desocupación, salida de capitales y corridas bancarias. Esto implicó el retroceso en el producto generado por el país a valores de 1990 y que lo ubica, promediando la tasa de crecimiento en los últimos 20 años, en el puesto 137 entre 178 naciones.

El modelo de acumulación que la dictadura militar y los gobiernos que le sucedieron implementaron en Uruguay tiene características similares a las descriptas en los casos presentados pero presenta fuertes diferencias en aspectos claves que explican los disímiles resultados alcanzados.

La política económica consolidó la inserción internacional del país en la nueva división internacional del trabajo como un proveedor de materias primas y productos alimenticios, complementado en el ámbito regional con el papel de proveedor de servicios (en especial turísticos y financieros.)

La crisis de fin de milenio (y la profundidad que alcanza) se produce por la confluencia de tres fenómenos:

  • La dinámica del sistema económico: la fase de crecimiento de la década de los 90 se agotó en la medida que la inversión en sectores rentables creó un exceso de capacidad y de capital constante a la par que caía la rentabilidad, fenómeno transitoriamente disimulado por la creación del Mercosur y los planes de estabilización que sobrevaluaron las monedas de los países vecinos.

  • Los shocks de demanda externa provocados por la devaluación brasilera, la crisis argentina y la reaparición de la aftosa entre las principales causas.

  • La política económica del período contribuyó a agravar la crisis, al disminuir la rentabilidad de las empresas productivas, privilegiar el sistema financiero, estimular el consumo social improductivo y no respaldar adecuadamente el proceso de crecimiento.

La teoría del crecimiento económico, sus causas y sus crisis

En el sistema económico en que vivimos, el modo de producción capitalista que emergiera desde la época feudal y se consolidara en su fase industrial a partir del siglo XVII, la producción de bienes y servicios ha sido creciente en el largo plazo y motivada por la búsqueda de beneficio de los empresarios, quienes producen mercaderías a partir de otras mercaderías (materias primas, maquinarias y fuerza de trabajo) que luego comercializan.

El sistema económico se estructura sobre la base de una clase trabajadora que vende su fuerza de trabajo, a cambio de un salario, a un pequeño grupo de la sociedad propietario de los medios para producir. Este pequeño grupo se apropia bajo la forma de beneficio o utilidades del excedente generado por el trabajo de aquellos a quienes contrata, dicho excedente es la diferencia entre el valor de lo que el trabajador produce y el salario que se le paga.

El crecimiento económico surge de la aplicación de los beneficios obtenidos a nuevas inversiones en compra de maquinarias, materias primas y fuerza de trabajo, repitiendo en forma incrementada el proceso de producción en su sector o incursionando en otros sectores que aparecen como más rentables en ese momento. De aquí se deducen dos condiciones necesarias para el crecimiento económico y positivamente correlacionado con él: la existencia de excedentes en la economía y de sectores en donde invertir. En otras palabras rentabilidad y oportunidades de inversión productiva.

Una característica fundamental del sistema económico en que vivimos es la continua ampliación del alcance de su funcionamiento: por una parte expande la producción de bienes y servicios, la cantidad y variedad de los mismos, en las zonas donde el capitalismo ya está insertado mientras que por otra, continuamente incorpora nuevas zonas de economías atrasadas a su pujante sistema económico. Históricamente se puede hablar con propiedad de crecimiento económico cuando el sistema feudal deja lugar a la nueva economía capitalista.

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