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Conferencia sobre las Cooperativas No Agropecuarias en Cuba


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    Conferencia Las Cooperativas en sectores no Agropecuarios en Cuba, un acercamiento a sus Retos

    Permítanme comenzar esta breve presentación con dos frases de los líderes de la revolución cubana.

    Y cito…. Es cambiar todo lo que debe ser cambiado, es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestro propio esfuerzo, es desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional fin de la cita…. Fidel

    Y cito…. Lo único que puede conducir a la derrota de la Revolución y el Socialismo en Cuba, seria nuestra incapacidad para erradicar los errores cometidos en los mas de 50 años transcurridos desde el primero de enero de 1959 y lo nuevos en que pudiéramos incurrir en el futuro….fin de la cita….. Raúl

    El hombre primitivo comprendió que apoyándose en sus pares lograba cosas que de intentarlas solo serían tareas imposibles. Posteriormente se unió a otros para procurarse los medios de subsistencia, conformando los primeros agrupamientos tribales.

    El trabajo colectivo surgió desde los orígenes del hombre. Como Engels explica, la especie humana surge, en esencia, producto del trabajo. Con el trabajo, el hombre comenzó a separarse de los animales, comenzó a desarrollar su actividad creadora, su pensamiento. Antes del surgimiento del estado ya la especie humana trabajaba de forma cooperada, pues de esta forma este podía acceder con mayor facilidad a los alimentos, recipientes para estos, pieles, entre otros bienes de consumo.

    Con el devenir histórico, el trabajo colectivo lejos de desaparecer se consolida, pues continúa siendo una alternativa ampliamente aceptada entre los seres humanos, por las ventajas que estas refieren.

    Muchas de estas garantizan el acceso a menor costo a bienes y servicios de primera necesidad, no solo para sus integrantes, sino también para los miembros de una comunidad. De ahí la responsabilidad social que estas ostentan, al garantizar el compromiso con la sociedad en general.

    Desde allí y continuando la evolución del hombre a través de los siglos, se iría perfeccionando el sistema de ayuda mutua que en la época moderna los primeros teóricos en ocuparse del tema llamaron: Cooperativismo.

    Para hablar de las cooperativas y las normas que caracterizan su regulación, es necesario partir de cierta aproximación a su esencia y definición. Nos referimos a un fenómeno asociativo que merece su observación como forma de acción humana, entendiendo que su existencia data del propio nacimiento de la vida del hombre, como también en la forma de organización, siendo esta última en que centraremos la atención.

    El desarrollo de las cooperativas tiene su génesis a finales del siglo XVIII en Inglaterra, sobre la cual, en muy poco tiempo diversos autores expusieron los asientos principales de su base filosófica. Su aparición, fue concebida como una vía de acción de defensa y transformación de las clases trabajadoras, frente al desarrollo industrial que se imponía con notable esencia capitalista y que derivó en la Revolución Industrial Inglesa.

    El punto de partida del desarrollo del movimiento cooperativista se localiza a partir del año 1844 en la propia Inglaterra cuando un grupo de 28 trabajadores de la industria textil de la ciudad de Rochdale, que se habían quedado sin empleo tras una huelga, constituyeron una empresa que se identificó como Sociedad Equitativa de los Pioneros del propio nombre de la ciudad.

    Por su parte, se atribuye a Robert Owen uno de los exponentes del socialismo utópico en los inicios del siglo XIX la identificación del término cooperación como sinónimo de socialismo, concibiéndola como una sociedad de personas, que se constituye a semejanza del resto de las formas societarias pero con determinadas características que la distinguen de aquellas, teniendo en cuenta que sus fines económicos no están dirigidos a la obtención de lucro y sustenta la educación de los socios en los principios del cooperativismo, así como el hecho de que los mismos asumen la doble condición de propietario social y receptor del servicio.

    Por otra parte, el análisis de las posibilidades, las ventajas y desventajas del fenómeno cooperativo no estuvo ausente en el discurso de Carlos Marx, Federico Engels y V. I. Lenin.

    Marx, consideró al cooperativismo como un fenómeno cualitativamente nuevo en el desarrollo de las fuerzas productivas, como una forma superior y más productiva en contraposición al trabajo aislado, con lo cual se tiende, tanto a potenciar a las fuerzas productivas individuales, y de lo que se trata es crear una fuerza productiva nueva.

    Engels, consideró que la cooperativización de la pequeña producción constituía una vía para la socialización de la producción agraria, reconociendo con ello la coexistencia en la nueva sociedad de dos formas de propiedad social en el sector agrario: la estatal y la cooperativa, organizada de tal manera que la propiedad de los medios fundamentales de producción se mantuviesen en manos del Estado.

    Por su parte Lenin, al abordar el papel de las cooperativas, les otorga un significado vital. En tal sentido, plantea la necesidad de que se le concediera un apoyo adecuado enfocado a estimular su desarrollo, induciendo a toda la población hacia una mejor comprensión de las ventajas de la cooperativización y su participación en ella, en cuyo proceso se hacia necesario desarrollar una cultura de las masas populares, hacia esos objetivos. Así mismo, proclamó que el apoyo del Estado socialista al nuevo principio de organización de la población deberá otorgarles ciertos privilegios económicos, financieros y bancarios.

    Cuba se propone importantes cambios en su modelo socioeconómico, de impacto notable en la vida del país y en el afianzamiento de nuestra travesía hacia la compleja construcción del socialismo.

    El Sexto Congreso del Partido, discutió, modifico, reordeno, ajusto, acrecentó y aprobó los lineamientos que son la brújula política de la sociedad. El debate además cimentó la hoja de ruta de las transformaciones iniciadas uno tres años antes en el modelo económico cubano.

    En los pasos dados en estos tres años de actualización del modelo económico, el profesor Juan Triana, del Centro de Estudios de la Economía Cubana, distingue tres líneas principales que cito… transformaciones en la estructura y en la gestión de la propiedad para reducir la presencia del Estado en la economía, la reestructuración y modernización del aparato estatal y la erradicación de decisiones que limitan las oportunidades de la población…. fin de la cita.

    No menos complejidad anticipa los cambios proyectados para otros sitios de la economía cubana, si aceptamos que cualquier transformación en las estructuras de propiedad suele tener connotaciones económicas, sociales y políticas profundas.

    Con la aspiración de lograr mayor eficiencia en las actividades económicas, se ha subrayado la necesidad de descentralizar la labor de las empresas estatales y de ceder lugar a nuevas formas de gestión no estatal, sin dudas, uno de los espacios en que más se ha avanzado, con el objetivo explicito de descargar al Estado de administraciones, encargadas de actividades productivas y de servicios no fundamentales y crear, a la par, una opción de empleo más dinámica. En ese escenario, las cooperativas se ofrecen como alternativas muy provechosas, aunque, ciertamente, existen incomprensiones, por el desconocimiento de su naturaleza.

    Tan lejos como en el año 1886, del siglo XIX, nuestro apóstol José Martí, en conferencia antes los tabaqueros de la ciudad de Tampa, en el Estado de la Florida en E.U. expreso y cito…… que la patria debería vivir una vez libertada de la colonia española de la mediana y pequeña empresa y también del cooperativismo criollo….fin de la cita.

    En los años treinta del pasado siglo el programa revolucionario de la organización Joven Cuba, liderada por Antonio Guiteras,….. reconoció implícitamente a la cooperativa como una alternativa de organización social productiva……

    Me obligo a señalar que en Cuba, durante el período pseudo republicano, no existió desarrollo real ni legal del fenómeno cooperativo; ni siquiera por medio de una legislación básica particular, como dispuso el mandato constitucional de 1940, ello fue resultado del estatus de dependencia económica y social, la influencia cultural y el destino geopolítico a que estaba sometida Cuba como neocolonia norteamericana.

    En el texto del discurso de autodefensa la historia me absolverá, pronunciado por Fidel el 16 de octubre del año 1953, se dice y cito… un gobierno revolucionario, después de asentar sobre sus parcelas con carácter de dueños a los cien mil agricultores pequeños que hoy pagan renta, procedería a concluir definitivamente el problema de la tierra … plantando enormes viveros y reservando zonas para la repoblación forestal, fomentando cooperativas de agricultores para la utilización común de equipos de mucho costo, frigoríficos y una misma dirección profesional técnica en el cultivo y la crianza, y facilitando, por ultimo, recursos, equipos, protección y conocimientos útiles al campesinado …fin de la cita.

    Ante esta nueva realidad, resulta necesario, útil y conveniente detener la mirada y dedicar algunas ideas reflexivas en torno a esta forma de organización de la actividad societaria, vista desde una anchura, que trascienda la realidad de la práctica implementada desde antaño y abordarla desde sus distintas aristas, poniendo como punto de partida su análisis jurídico, aunque matizada por la función económica que ha de cumplir a tono con esta nueva realidad.

    La experiencia cubana en la creación de cooperativas tiene más de medio siglo de historia, desde que surgiera en 1960 la Cooperativa de Crédito y Servicios (CCS). Quince años después, se asociaron campesinos para trabajar conjuntamente en tierras de propiedad colectiva, a través de la Cooperativa de Producción Agropecuaria (CPA).

    La caída del campo socialista tuvo también su influencia en el desarrollo y el comportamiento del movimiento cooperativo en Cuba. Este fenómeno trajo como derivación el inicio de un periodo de crisis que mereció la adopción de importantes medidas económicas, entre las que se concibió y adoptó como estrategia desmembrar la propiedad estatal agraria.

    Luego, en 1993, como una especie de híbrido entre la empresa estatal y la cooperativa, y parto del difícil momento que atravesaba el país, surgió la Unidad Básica de Producción Cooperativa (UBPC), para completar la triada que hasta hoy representa a esa forma autogestionaria en el archipiélago, promovida fundamentalmente bajo la influencia del modelo soviético.

    En los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, aprobados por el VI Congreso, las cooperativas son mencionadas 15 veces y se les dedican cinco lineamientos.

    Fiel a la fórmula de ensayo y aproximaciones, al finalizar el año 2012, se anunció la entrada en vigor de un paquete legal que contiene dos decretos-ley del Consejo de Estado (el número 305 y el 306, del 15 y 17 de noviembre de 2012), un Decreto del Consejo de Ministros (el numero. 309, del 28 de noviembre de 2012), una Resolución del Ministerio de Finanzas y Precios (No. 427/2012), y otra del de Economía y Planificación (No. 570/2012), que unido al Decreto-Ley 304 y el Decreto 310 ambos de Enero del presente año, sobre la contratación económica, completa un marco legal muy esperado desde que finalizó el referido Congreso.

    Poseamos en cuenta esos antecedentes en el desarrollo del cooperativismo, teniendo presente la edificación de la ideología de la Revolución Cubana a partir del pensamiento de Fidel Castro.

    Nuevos sectores encaminados a la autogestión y mayor espectro organizativo, se advierten como cambios en el entorno cooperativista actual, lo que, sin dudas, coloca muchas miradas internas y externas sobre las certezas y desafíos en un recorrido sin retrocesos al que ya se adentra la sociedad.

    El estudio del cooperativismo cubano es un campo todavía por explorar, al que las políticas recientes de actualización del modelo económico han puesto un incentivo y un camino no sin escollos por el que tendrán que transitar.

    La cooperativa es una agrupación de personas naturales y/o jurídicas que se unen entre si conscientemente, para la ejecución de diligencias encauzadas a responder a intereses individuales, colectivos y sociales.

    Hay quienes sustentan que se necesita ese tipo de forma organizativa, a diferencia de la empresa privada, donde se tiene un dueño claro, exclusivo, que contrata a otras personas y estas saben que tienen que trabajar para no ser despedidas. Esto se presenta versus la forma colectiva de producción, donde todos son dueños y todos tienen que trabajar; si hay una persona que no trabaja, se le puede excluir, pero indudablemente es más complicado porque tiene que ser una decisión de los socios en plenario.

    No hay dudas que junto a la construcción y la práctica cooperativista esta en el lobby una discusión teórica e ideológica sobre qué tipo  de producción, servicio o comercialización puede ser más eficiente.

    Lo que predomina en el mundo es la teoría neoclásica, acreditada como neoliberalismo que plantea que son las formas privadas las más eficientes. Pero también hay economistas y juristas que han demostrado que con la forma de producción cooperada se pueden lograr iguales resultados, si se implementa como debe ser, de forma que todos sean dueños, todos participen en la toma de decisiones y todos se beneficien, en dependencia de su contribución al trabajo. Incluso, en ese caso, hay estímulos a la productividad que en la empresa privada no se tienen, porque el acicate del que trabaja es el miedo a perder el empleo, o sea, es negativo. Pero en las formas colectivas, si no se trabaja bien se puede ser despedido, pero está el incentivo de que la propiedad es ciertamente de todos y se quiere que sea mejor: es un incentivo positivo y emprendedor.

    Siempre la promoción de la iniciativa individual y del mercado, ha sido más  fácil que promover formas agrupadas. Cuando un Estado las fomenta, tiene que asegurar que lo que se crea como supuesta cooperativa actué con forme a sus principios, libertad negociadora y apegada a las normas legales. Esto no es solo una cuestión de Cuba, ni de países socialistas, sino también de países capitalistas, ya que se han percatado de las ganancias sociales de las cooperativas y hay políticas para su promoción.

    Por otro lado, están los que no creen en el socialismo y piensan que no va a funcionar, que al final la empresa privada es lo inmejorable. Esas son las dos tendencias que más han influido sobre cualquier cubano, desde una persona bien informada hasta una tradicional y común de la calle.

    La concepción mercantil institucionalista, que, básicamente, estudia las fundaciones de este medio y mira todos los incentivos, es la que ha estudiado este tipo de organizaciones; pero ese desarrollo teórico nosotros no lo tuvimos. Eso ha afectado también las tendencias que influyen en los paradigmas de las personas que toman providencias, pues no ven que la empresa colectiva pueda ser de verdad una forma eficiente de formación económica; y tiene que ver con lo práctico, es decir, con las dificultades concretas para promoverlas, desarrollarlas y también con la concepción de verticalización de la economía cubana que aún se pone de manifiesto.

    Se discurre que una cooperativa se puede crear en cualquier sector, en cualquier actividad, tanto de producción de bienes como de servicios. Pero hay Estados que nunca decidirían cooperativizar, por ejemplo, la energía nuclear. Hay países donde hay cooperativas que producen energía eléctrica, y no es que el Estado haya decidido quitarle esta forma de gestión a una empresa que ya existía, sino que los mismos miembros de determinada comunidad no tenían electricidad y se unieron para buscar un generador, comprarlo y hacerse de su plantica eléctrica. Y la energía eléctrica puede ser algo estratégico, pero no es cierto que la cooperativa no lo pueda asumir ni que no existan países donde esto ocurra.

    Quien promueva cooperativas tiene que pensarlo bien como hemos expresado y me refiero a las personas morales y colectivas, porque una cooperativa al final es una empresa autónoma y se le puede sugerir o encargarle algún servicio o que produzca algún bien, de consumo social o domestico pero siempre respetando sus rasgos principales distintivos: la voluntad y la autonomía.

    Profusos estudios realizados reflejan que para que exista un desarrollo económico estable en las cooperativas se debe contar con una rentabilidad económica continuada a través de los años. Para ello es necesario lograr eficiencia en todas las gestiones, estabilidad en el capital intelectual, conocimiento económico-financiero y una mayor filiación con el medio de las cooperativas. Todo lo anteriormente señalado motivaría un mayor sentido de pertenencia de los socios.

    La educación cooperativa contribuiría de modo decisivo a vencer los retos que se les presenten. Si ella se asimila al interior de las mismas, se estaría dando comienzo a un proceso de internalización e ilustración que contribuiría a elevar el nivel de vida económico y social de sus miembros. Además, la capacitación es vital para fortalecer la participación de los mismos en la toma de decisiones y en la terminación de los vínculos que tienen atadas a las fuerzas productivas.

    Como ha expresado el vicepresidente del Consejo de Ministros y Jefe de la Comisión de Implementación y Desarrollo de los Lineamientos y cito a Prensa Latina… La Isla impulsa transformaciones que buscan potenciar el desarrollo de las fuerzas productivas, sin renunciar a su modelo socialista y a los logros alcanzados en las últimas décadas en materia social….fin de la cita.

    En una perspectiva similar, el presidente Hugo Chávez afirmó, en una entrevista que se le realizara en octubre del año 2005 y que fuera ampliamente reproducida al menos en la Internet, que según el socialismo del siglo XXI debería contener por lo menos cuatros rasgos esenciales y cito….. en primer lugar, uno de carácter moral, recuperando el sentido ético de la vida destruido por ese sórdido materialismo de la sociedad burguesa del que hablara Marx. En ese texto el líder bolivariano convoca a luchar contra todo lo que sembró el capitalismo, como el individualismo, egoísmo, odio y privilegios. El socialismo debe defender la ética, la generosidad, la dignidad y la autonomía de los sujetos sociales. En segundo lugar, debe proponer una democracia de tipo participativo y protagónica, potenciando la soberanía popular. En tercer lugar, la conciliación de la libertad con la igualdad, puesto que la primera sin la segunda, en sociedad de excluidos y explotados, se convierte en un privilegio de minorías. Para el socialismo la justicia social es un componente esencial de su proyecto, la virtud primera que debe tener toda organización social poscapitalista. Finalmente, considerando lo estrictamente económico y esencial, el nuevo socialismo requiere cambios en dirección al asociativismo, la propiedad colectiva, el cooperativismo y una amplia gama de experiencia de autogestión y cogestión, así como diversas formas de propiedad publica y colectiva. En suma, se trata de un nuevo socialismo que podría sintetizarse en la siguiente formula: propiedad colectiva, no necesariamente estatal, de los medios de producción y más democratización en todas las esferas de la vida social…. fin de la larga pero importante cita……

    Paralelamente, su adopción se inclina más a rescatar la naturaleza, esencia y filosofía social de las cooperativas, combinándola con el éxito empresarial estatal, teniendo en cuenta que la novedad no se atribuye a su desconocimiento, puesto que como expresamos anteriormente, su regulación y práctica en Cuba data de varios años, por lo que se debe considerar la idea en cuanto a su implementación a tono con el actual contexto de desarrollo económico cubano que se propone.

    Unido a lo anterior, otras de las prerrogativas que las cooperativas poseen es la forma en que se toman las decisiones en una estructura de este tipo, que no es otra que de manera democrática, así lo establece unos de los principios cooperativos más conocidos.

    También se caracteriza el trabajo cooperado, por tener su identidad propia, patrimonio común de los socios, cumplimiento de las gastos con sus ingresos, así como sus obligaciones tributarias, lo que es consustancial a un modelo de gestión con plena autonomía y eso es lo que se quiere. Aunque hoy es una de las cuestiones más debatidas en el mundo del cooperativismo, pues muchas cooperativas han fracasado por el hecho del estado limitar su verdadera autonomía.

    Una cosa son las cooperativas que nacen de manera espontánea y otra cosa son las que surgen a partir de empresas estatales existentes. En ese último caso, tiene que ser el Estado quien decida, quizás no tanto el sector de producción o los servicios aunque eso también influye, sino en qué casos concretos se van a cooperativizar, y cual puede ser el pedido estatal.

    En teoría se dice, que aquellas actividades estratégicas como son la energía, la educación, la salud, quizás no son recomendables llevar a cooperativa. Pero finalmente es en la práctica, donde se decide, porque quizás en un momento conviene una cooperativa, por ejemplo, de profesores de alguna disciplina académica porque funciona de forma más eficiente.

    La idea es cómo establecer compromisos de esas cooperativas para que lo que se produzca o el servicio que se preste, realmente satisfaga las necesidades de las personas, y de la sociedad en su conjunto.

    Hay algunas actividades de la producción o los servicios que quizás como hemos dicho no son recomendables cooperativizar, pero lo más importante no es eso, sino qué tipo de relaciones se pueden establecer entre cooperativas e instituciones estatales y otras formas productivas o de servicios, que aseguren que esas actividades económicas compensen otras producciones o bienes deficitarios o necesidades que existan: que si hay que producir un 10% más, se produzca, y que si hace falta que esa producción llegue a cualquier rincón de la geografía cubana porque lo necesite lo haga. La cuestión es cómo guiar la producción o la actividad económica de entidades autónomas. Hay distintas maneras de hacerlo: mediante relaciones contractuales, mediante políticas que aumenten el precio de tal producto porque es lo que hace falta producir más…entre otras.

    A veces pensamos que cuando el Estado arrienda medios a una cooperativa y le pone ciertos requisitos, se está atentando contra su autonomía. Y eso no es realmente así.

    Muchos de los que administran  McDonal´s por el mundo, tienen requisitos, son licencias o contratos de franquicias: la propiedad del local es de la gran empresa y quien administra y arrienda, no solo entrega una parte de las ganancias, sino que tiene que cumplir con una serie de parámetros productivos: los colores, la marca, los signos comerciales, los suministradores tienen que ser estos y no otros…Pero sigue teniendo autonomía, dentro de esos límites. El marco regulatorio de la forma que sea, pone ciertos requisitos y después el contrato que se establezca de usufructo, arrendamiento o en administración, puede poner otros, en dependencia de la actividad productiva o del servicio en particular que se preste.

    Aprovecho el ejemplo narrado para exponer algo que tendrán que tener en cuenta las cooperativas desde su formación y me refiero a los derechos individuales en el mundo de hoy, como son la propiedad intelectual, las marcas y las patentes.

    En el contexto actual muchos suelen referirse a nuestra comunidad usando el término sociedad de la información, si hacemos un repaso de la historia del mundo podemos dividirla en cuatro etapas: La civilización prehistórica sería la primera, la segunda la agrícola ganadera, la tercera la sociedad industrial y la cuarta la sociedad de la información, que es la actual.

    La intangibilidad de los derechos hace que éstos circulen libremente, debido a este impacto los países han ido buscando desde fines del siglo XIX mecanismos de armonización que permitan que en cada país las leyes sean similares a las del resto de la comunidad internacional.

    El derecho de autor, también conocido como Copyright, es un derecho que se le reconoce al autor de una obra artística. Se considera como obra artística a toda creación intelectual que tenga originalidad. Esto apunta a tres condiciones: retribuir al autor por la creación de su obra, incentivar la creación de nuevas obras artísticas y que el incentivo le permita vivir también de su labor.

    También hay razones importantes para que la sociedad esté interesada en que se respete el sistema legal de propiedad sobre las marcas. Las marcas son signos distintivos (palabras, figuras o combinaciones de palabras) que se aplicarán a un producto o a un servicio determinado. La marca distingue ese producto o servicio.

    Los cooperativistas tienen que tratar por todos los medios que su marca sea reconocida por el consumidor y así obtener buenos dividendos.

    También se protege la sana competencia entre empresarios o cooperativista. Si un empresario o cooperativista de indumentaria le coloca a su producto la marca "fiat" o "Ford" o "Renault", es injusto porque como empresario o cooperativista se está beneficiando del éxito que esas marcas tienen ya consolidado en el mercado. Por eso en una sociedad, el sistema de marcas permite la protección de la inversión empresarial y cooperativista frente a la competencia desleal mercantil y al resguardo de los consumidores.

    Las patentes también tienen una finalidad similar a la del derecho de autor, aunque tienden al progreso de la sociedad en otro campo: la tecnología. Es un derecho que se le reconoce al autor sobre una invención y debe tener tres cualidades (ser una invención relevante, no debe haber sido inventada por otro y debe además tener aplicación industrial). El sistema de patentes fomenta la actividad inventiva y mientras mejor funcione, más personas se involucran en investigar y desarrollar nuevos inventos, y la sociedad se beneficia porque progresa más en este campo.

    La propiedad intelectual es un derecho respetado por toda la comunidad internacional y los cubanos no estamos excepto de ese reconocimiento y de acatar su cumplimiento.

    Hay personas que piensan que un movimiento cooperativo existente puede participar en la creación de una ley; otros creen que la ley, donde no hay mucho movimiento cooperativo, puede promoverlo como pasa hoy aquí. Ante cualquiera de las dos creencias, en Cuba tenemos condiciones para promover cooperativas mejor que en otros países, porque el Estado es dueño de la mayoría de los medios de producción. Por otro lado, tenemos la prelación de que nuestra población tiene índices de educación formal mayores que en otros lugares, aunque existe ignorancia y confusión sobre qué es una cooperativa porque los referentes principales y más cercanos en el tiempo han sido las CCS, CPA o las UBPC. Pero evidentemente las condiciones son superiores.

    Si la ley se publicase más pronto o mas tarde en el tiempo, la práctica dirá qué es mejor, lo importante es que se puedan crear cooperativas, por eso el paquete legislativo en experiencia. Si saliese una ley ahora, lo más probable es que se tuviese que modificar o derogar, porque la práctica y la existencia propia van diciendo qué hace falta y qué sobra. Es mejor lo que se ha hecho ahora: emitir un marco regulatorio que las permita, no solo las que se forman desde las empresas estatales sino también las que surjan de manera espontánea entre las personas que son las que a la larga a mi juicio deben funcionar mejor, porque parten del interés de sus miembros. Incluso la fusión de varias cooperativas en el futuro, denominadas de segundo grado, es importante para fomentar su fortaleza, progreso y ampliar su comercialización.

    Más adelante, cuando el Estado lo considere, se puede promulgar una Ley General a partir de toda esa experiencia, y la mundial contenida en los resultados de países como China, Vietnam, Brasil, Canadá, Argentina, Venezuela y países Europeos por referir algunos.

    Hoy la mitad de población mundial esta asociada al cooperativismo.

    En dicho afán, la normativa deberá prestar atención a los principios básicos, generalmente aceptados por el movimiento cooperativo, observando aquellos que han marcado su desarrollo a través de la Alianza Cooperativa Internacional y su adecuación a tono con nuestra realidad, nuestras condiciones y el sistema socialista que constituye la base esencial de cualquier modelo que se adopte en el país.

    Frente a esta realidad, se impone otra igualmente importante y decisiva para el éxito de una empresa social como la que se proyecta. A toda luz se advierte la necesidad de contar con la estructura administrativa, así como el desarrollo de una cultura cooperativa tanto en la población en general cual actores directos de estas transformaciones, como una adecuada preparación técnica y profesional de las personas vinculadas a su funcionamiento, entre los que necesariamente deberán incluirse los operadores del derecho y economistas.

    El empeño histórico cubano ha sido en conciliar la eficacia económica, la libertad individual y la justicia social, aunque hasta hoy los esfuerzos no han sido suficientes.

    El socialismo no es sinónimo de populismo. Porque un Estado que provee los recursos y las soluciones a todos los problemas de la gente no fomenta el desarrollo de las capacidades humanas, al contrario, estimula la adopción de una actitud pasiva, a esperar que el Estado y los líderes den respuestas a todos sus problemas.

    Además una sociedad socialista no puede ser igualitaria. Dado que los seres humanos son diferentes y tienen diferentes necesidades y habilidades, su desarrollo por definición requiere del reconocimiento y respeto de las diferencias. Las presiones de las comunidades para homogeneizar las actividades productivas, los servicios, las alternativas de consumo o estilos de vida no pueden ser base para que surja lo que Marx reconocía como la unidad basada en el reconocimiento de las diferencias.

    Por tanto si se entiende la economía como un sistema que tiene como finalidad servir a la nación, al entorno social, anteponer la autonomía y voluntada frente al capitalismo, donde las decisiones de sus segmentos sean democráticas y la primacía sean de las personas y el trabajo aportado por ellas, entonces estaremos afirmando que la cooperativa y el cooperativismo son base de una economía social.

    Está despejado que la cooperativa constituye una alternativa frente al mundo capitalista, pero para lograr ser aplicada y efectiva debe enfrentar; al mercado contra el cual no es fácil luchar en igualdad de condiciones, el poder que mantiene sus estructuras tal cual están, y por último al hombre mismo que se acostumbró a ese modelo y muchas veces no desea cambiarlo, sea por desconocimiento o por el grado de socialización del capital que las cooperativas puedan implicar. Esa realidad nosotros debemos tenerla siempre presente, porque se manifestara a lo interno, con determinada particularidades.

    En una época de globalización y de alta competitividad de productos o servicios, que en lo in terror estamos ajeno, como lo es en el cambiante mundo que vivimos, es necesario estar alerta a las exigencias y expectativas del mercado. Para ello es de vital importancia para asegurar el éxito de las cooperativas que estas hagan uso de técnicas y herramientas, y una de ellas es llevar a cabo estudio de mercado, en conjunto con otras como puede ser investigaciones de competencia, sobre los canales de distribución, lugares de ventas del productos, la publicidad existen en el mercado y los precios entre otros instrumentos.

    Los cooperativistas tienen que tener claro que es lo que venden. Muchas veces parece irrelevante preguntarse que vendemos. Evidentemente, todos los vendedores conocen los productos que ofrecen a los consumidores. Pero no necesariamente conocen que buscan los consumidores en sus productos.

    La frase clave es conocer el mercado y las cooperativas no pueden ignorarlos. Las necesidades del mercado, es decir de los consumidores son las que dan la pauta para poder definir mejor que es lo que vamos a vender y a quienes le vamos a vender, así como donde y como lo haremos.

    Cuba tiene una realidad que otros países no tienen para promover esta nueva forma de gestionar negocios no estatales, precisamente porque los cubanos y cubanas hemos sido expuestos a un discurso y a una práctica cotidiana más solidaria, instruida y formal, aunque afectadas considerablemente desde los años noventa, pero a pesar de ello es probable que la organización en cooperativas sean atractivas.

    Otro privilegio con que contamos son los niveles de confianza y transparencia que nos distinguen de otros pueblos e incluyo los niveles de empatia y sinergia entre las personas y entre estas y el Estado. Más aún, como en la practica a funcionado, en algunas empresas estatales y en otras informales, las que venían dando pasos o procesos en gran medida autogestionarios, verán entonces en la cooperativa la forma más natural y deseable de organización.

    La visión de una Cuba marcada por la presencia de cooperativas no esta solo presente en las mentes de algunos académicos idealistas, sino en las incontables personas que reconocen los beneficios que traerían para nuestro país la expansión de cooperativas legitimas de todo tipo y la consolidación de las que vayan surgiendo y las ya existentes en diferentes planos socioeconómicos.

    Una vez que aumente la creación como se ha permitido a los cuentapropistas, muchos grupos de personas van a estar listas para crearlas y poner en practica los valores de solidaridad e igualdad que tienen. Y para aquellos que no tengan fortuna refiere la Dr. Camila Piñeiro Harnecker, del Centro de Estudio de la Economía Cubana y la cito…. Será la única vía para comenzar un negocio más productivo y sostenible que el autoempleo…. fin de la cita.

    El actual proceso de cambios en nuestro modelo económico será mayor si se reconocen las limitaciones de las visiones economicistas y estatistas de desarrollo, que como practica se ha seguido hasta ahora, y la necesidad de incorporar consideraciones sociales y culturales que garanticen su existo.

    Con la flexibilización en lo que se ha dado en llamar el objeto social, y con los pasos que se irán dando, comienza a transformase la dependencia que hasta ahora se ha tenido del Estado y las cooperativas nacerán sin objeto anterior, así que estarán en mejores condiciones para crearlos.

    Unido a ello las cooperativas deben formar parte de la conceptualización del modelo económico cubano, un tema lioso teóricamente, donde el colegio y la practica testimoniaran su identificación, porque implica la reformulación de principios socialistas dogmatizados y los fundamentos del modelo como ha expresado el Presidente de la Comisión de Implementación y Desarrollo de los Lineamientos hay que tenerlos bien claros en la estrategia económica para darle continuidad a la Revolución Cubana.

    Tener además presente la sabiduría de un gran teórico marxista latinoamericano, José Carlos Mariátegui, cuando advirtió y cito…. el socialismo en América Latina no puede ser calco y copia sino invención heroica de nuestro pueblos… fin de la cita. Y con la sapiencia de Fidel cuando ha expresado en reiteradas ocasiones y cito… cada vez que copiamos nos equivocamos…. fin de la cita.

    Podemos tomar como experiencia a China o Vietnam, al punto de conocer como mantienen a 1500 personas el primero y como ha sabido salir de las cenizas producto de la guerra imperialista a la segunda, pero nada más, porque tienen su propia ideosincracia.

    Atilio A. Boron, Argentino, sociólogo y politólogo, en su obra Socialismo del Siglo XXI… hay vida después del neoliberalismo expresa y cito…. que unos de los problemas más serios que tuvo la experiencia soviética, y todas las que en ella se inspiraron, fue el de confundir la propiedad publica con la propiedad estatal. Luego entonces uno de los desafíos más grandes del socialismo del siglo XXI será demostrar que existen formas alternativas de control publico de la economía distinta a las del pasado. Estamos ante una situación critica….o inventamos o erramos….…..porque no hay modelos para imitar…. fin de la cita.

    Debo aclarar y dejar sentado que ante las especulaciones y aspiraciones de algunos que creen que los cambios observados en Cuba conducen al capitalismo, hay que recordar que los basamentos contenidos en los lineamientos, esclarecidos en reiteradas ocasiones por la dirección histórica de la revolución, fijan que no se permitirá la concentración de la propiedad privada, y además siempre se ha asentado que predominara la propiedad social sobre los medios fundamentales de producción.

    Rivalicemos entonces por ellas, si mantenemos el compromiso de construcción del socialismo en Cuba, el control de la economía por parte de la sociedad y no de grandes empresas capitalistas que se pueden crear si se da rienda suelta a la empresa privada. La promoción de la cooperativa, figura más conocida en el mundo que se ha ido flexibilizando tanto que incluye también a otras formas de cogestión y de empresas comunitarias, puede ser muy útil para lo que queremos hacer en nuestro país ahora, que es mantener lo que hemos logrado socialmente y tener también eficiencia económica.

    El cooperativismo  no admite improvisaciones, ni  constituye un remiendo para solucionar  desaciertos. Los miembros deben  sentirse identificados con la organización, alcanzar una amplia   participación dentro de ella y buscar   soluciones colectivas, así como   mantener una responsabilidad social   dentro de la comunidad en la  que se desenvuelven.   

    Una cooperativa que funcione cabalmente puede ser tan o más eficiente que una empresa privada y, además, tiene todos los beneficios que representa para sus miembros y están más dispuestas a asumir compromisos sociales que aquellas.

    Es indudable que el acceso de los trabajadores tanto productores como de los servicios a los cargos directivos, mediante la igualdad de derechos y donde los asuntos se resuelven democráticamente, por voluntad de las mayorías, en cumplimiento de sus Estatutos hace entrever la necesidad de capacitarse mediante el estudio y la modernización de los métodos de producción, distribución y mercantilización, lo que promoverá por primera vez un sistema de autodefensa del salario, estableciendo para los bienes de consumo el precio justo y no el impuesto por la comercialización tradicional.  Junto al derecho a participar como protagonistas y no como espectadores del drama social cubano, los socios cooperativistas encontraran suficientes estímulos en el ejercicio de la democracia directa, descubriendo que tal sistema esta sostenido también por principios de ética y solidaridad social, que dignifican al hombre.

    Este complejo proceso debe realizarse con todo el rigor que demanda un experimento social y económico de esta envergadura, pero con la agilidad y eficiencia que obligan los retos en estos momentos definitivos de cambio. Todos los implicados deben abordar por su complicación, de manera integral, la implementación de cada nueva acción, no solo a partir de un análisis financiero, o economicista, pues las tendencias y las políticas diseñadas, indican que deben verse con fines de desarrollo.

    Entenderlo así abre un amplio espectro que invita a determinar cuál sería el alcance de la implementación de nuevas figuras productivas, no solamente de trabajo y su contribución al trato comunitario, con orden, disciplina y exigencia.

    Corresponde además mantener un estricto respeto a la planificación de la economía, porque el valor y la proyección son los articuladores del mecanismo económico en la economía mixta de transición al socialismo, por lo que funcionalmente la nuestra constituye una economía, planificada, abierta y de mercado.

    No hay dudas que los cambios se irán cultivando con otros adoptados previamente, que venían labrando el terreno para siembras más complejas y me refiero a la Empresa Estatal Socialista que esta llamada a ocupar un lugar protagónico en la economía del país, al sistema tributario definido como formula principal de redistribución del erario nacional, al igual que una flexible relación contractual. El sistema de impuesto y el contrato fertilizan una nueva concepción en la administración pública cubana.

    Partes: 1, 2
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