Descargar

Los imaginarios de Internet: una aproximación crítica a los discursos hegemónicos en el ciberespacio (página 2)


Partes: 1, 2, 3

 

-sin embargo, es de los pocos ámbitos que no trasladan aspectos de su imaginario a la siguiente fase; por eso no nos detendremos en él. Nos centraremos en su salto a las universidades (norteamericanas), donde estudiantes de tercer ciclo adaptan protocolos que hagan posible compartir recursos entre máquinas remotas y la puesta en conexión de centros investigadores. Será el pragmatismo, aunque hay quien cetra la mirada en los años sesenta que corren y en filosofías más libertarias, propias de algunos de estos primeros hackers, el que exija la puesta en común de los nuevos conocimientos y la creacióncolectiva[NOTA]5). Volveremos a tener nuevamente un mundo pequeño, elitista, en el que la difusión manipulable del conocimiento rige para un pequeño grupo de expertos, con normas sociales propias: una democratización controlada, justificada en términos académicos, por el bien de la humanidad.

-por fin, en la década de los ochenta entra en escena el mercado. Receloso inicialmente con el nuevo descubrimiento, acaba abandonando reparos y precauciones, inaugurando una nueva era empresarial, la dot com, y centrada en la pretensión de comercializar hasta el último elemento necesario para la navegación en red. Con él, la expansión se hace un hecho, amparada en los mismos presupuestos mercantiles que rigen al resto del mercado: más información genera consumidores más informados, que consumen más y mejor, la ley de oferta y demanda. Se abre la esfera de beneficiarios del conocimiento, pero no se explicitan sus reglas; la netiquette será la respuesta del mundo universitario a la avalancha popular sobre la Red.

Posiblemente, estemos ante el escenario que más ha contribuido al desarrollo de Internet. También ante el que más lo impregna de sus fines. La Red, en manos del mercado, fue y sigue siendo el escenario de transacciones financieras, del ocio de pago, una maqueta con dimensiones reales de una sociedad mercantilizada: con sus mejores clientes, con sus productos para la clase media, con una falsa promesa de emancipación a través de la información para los insatisfechos, con sus excluidos.

-serán los movimientos sociales quienes reviertan esa falsa promesa de liberación tecnologizada merecedora de todos los temores de la Escuela de Frankfurt. Marcuse

[NOTA]6) reencuentra por fin, de mano de actores sociales reconvertidos por Internet, un germen reactivo en los usos políticos de las NTIC: la información como un derecho, la igualdad como un supuesto, la participación como un requisito de integración, la democracia como un fin en sí mismo.

-por último, el Estado, empeñado en alcanzar a los demás en su viaje tecnológico, pero atado a inercias institucionales que arrancan cualquier elemento reinnovación: la democracia no es otra que la formal; las NTIC son un medio para ese fin.

¿Qué es lo que queda de unos y otros? ¿Cómo hemos llegado hasta aquí?

Por qué la noción de democracia:Optamos por definir el análisis que esta ponencia aborda a partir de la noción de "democracia", en sentido amplio. Al margen del desarrollo de las aplicaciones técnicas que hacen posible la Red y su expansión, entendemos que la noción "ideológica" que justifica la "universalización" de Internet radica en una interpretación versátil, y ajustada a cada esfera real implicada en la realización efectiva de la Red, de democracia.

La posibilidad de interpretar este concepto en función de cada uno de sectores sociales implicados en el desarrollo de Internet: mundo hácker universitario, mercado, estado y movimientos sociales, se une en este devenir a la condición de Internet como hijo predilecto de un contexto general de democracia liberal y capitalismo globalizado. En la medida en que la Red se gesta y generaliza en un marco en el que se concreta como un producto de mercado, en torno al cual se sostienen algunos de los más importantes emporios económicos (en el que el paradigma es Microsoft), la herramienta será no sólo uno de los recursos comunicativos más cotizados[NOTA]7), sino que también se plantea como el resultado, en su apariencia final, de la búsqueda de tecnología funcional al propio desarrollo del capitalismo. Sin embargo, no será ésa la apariencia bajo la que se exporte: sus orígenes académicos y libertarios, una vez superado el escollo ideológico del ámbito militar de sus primeros pasos, imponen cierto reparo a la hora de "vender" una imagen de marca estrictamente mercantil. De la misma manera que el capitalismo se extiende y se impone, vinculado en un mismo paquete a los derechos humanos (civiles y políticos), la democracia será adaptada y desglosada en conceptos apropiados a los usos que la Red permite:

libertad: en dos vertientes defendidas y estrechamente vinculadas: la de información, en la medida en que son paquetes de datos lo que fundamentalmente vehicula Internet, pudiendo su estructura nodal descentralizada sortear las barreras políticas y otros sesgos arquetípicos[NOTA]8); y la libertad de expresión, facilitada por la estructura descentralizada y horizontal que aparentemente vertebra la Red, y la multidireccionalidad facilitada por canales abiertos, foros, wikis y el carácter instantáneo de la comunicación.

-igualdad: inicialmente de acceso, facilitada por el abaratamiento de los costes de conexión, del software y del hardware[NOTA]9),y extendida rápidamente a la posición del usuario en la estructura general de organización de la Red (un usuario más en igualdad con los demás, en la medida en que no hay jerarquías aparentes) y a la capacidad de intervención en tomas de decisiones sectorializadas (en foros, listas de correo, etc.).

-participación: en su condición de tecnología interactiva (y a diferencia de otros grandes medios de masas, como la televisión), que instituye una cierta necesidad de dinamismo para el desarrollo óptimo de herramientas cada vez más planteadas como construcciones colectivas: páginas web dinámicas (blogs) frente a las estáticas, listas, foros, chats.

Serán, por tanto, éstos algunos de los ejes en los que trataremos de localizar las causas discursivas e ideológicas de la expansión de Internet. Analizaremos la evolución de estos conceptos en cada etapa, intentando establecer en qué medida conforman una noción reconocible del concepto marco o cuándo y por qué se dispersan. El objetivo último es rozar levemente los cimientos ideológicos, dispersos, coexistentes, que hacen posible el desarrollo de la Red de redes.

3. Planteamiento teórico y metodológico

Durante la historia del pensamiento político y desde el inicio de las acciones políticas y movilizaciones ha estado presente el imaginario social de la democracia, sin embargo este imaginario nunca ha sido homogéneo. En efecto, dependiendo de las tradiciones teóricas desarrolladas y de los grupos de interés siempre ha primado más un elemento que otro, léase la primacía del objetivo de la libertad y los derechos del individuo en la tradición liberal versus la justicia y la igualdad en la republicana-socialista.

Así se va a querer analizar los distintos imaginarios sociales del concepto de democracia en cuatro ámbitos diferentes: mercado, Estado, Universidad/hackers, y movimiento antiglobalización. El mejor marco teórico y metodológico para esta cuestión resulta ser el análisis del discurso. Hay que señalar que en esta corriente existen muchas variaciones internas, en nuestro caso se va a combinar la teoría del análisis del discurso de Laclau, E y Mouffe, C junto con esquemas analíticos de Fairclough, N y Chouliaraki, L.

En primer lugar trataremos el concepto de democracia como un ‘floating signifier’ desarrollado por Laclau y Mouffe, un floating signifier significa que los actores pueden rellenarlo con diferentes contenidos que pueden servir como indicadores de ordenes del discurso. Planteamos la hipótesis de que los diferentes discursos que se están apropiando de la red, intentan definir democracia a su modo particular. El hecho de que un signifier esté flotante indica que un discurso no ha vencido en fijar su significado y que otros discursos están luchando por apropiarse de él.

Con el fin de analizar las interrelaciones entre los diversos elementos de los distintos imaginarios sociales y las luchas por el floating signifier, debemos introducir los conceptos de hegemonía y articulación de Laclau y Mouffe. La articulación es definida como una práctica que establece relaciones entre elementos de modo que su identidad se ve modificada como resultado de la práctica de articulación (Laclau y Mouffe,1985:105). El área de los significados no fijados es llamada el campo de discursividad y este campo es la condición de posibilidad e imposibilidad del discurso. En otras palabras, la articulación es una combinación de elementos que les da una nueva identidad[NOTA]10). En nuestro caso concreto vamos a analizar como determinados grupos adquieren o mantienen determinadas identidades a través de la red, según cómo se combinen los diversos elementos de la democracia: libertad, igualdad, participación, derechos, seguridad, pluralismo (añadir más si se ve necesario).

Por otro lado el concepto de hegemonía, se entiende como la expansión de un discurso, o un set de discursos, en un horizonte dominante de acción social a través de la articulación de elementos no fijados en momentos fijados parcialmente en un contexto lleno de fuerzas antagónicas (Torfing,1999). El discurso así es definido como consecuencia de las prácticas hegemónicas de articulación. La hegemonía en este caso nos lleva desde el terreno de lo undecidable (lo indecidible)[NOTA]11 )

al terrero del establecimiento de un discurso como natural. La decisión ético política construye siempre una jerarquía que puede ser deconstruida y demostrar como un discurso que en sus raíces es social y político se ha convertido como natural. En el caso que trataremos, el concepto de hegemonía nos servirá para analizar como en diferentes momentos históricos de Internet, han sido unos discursos democráticos más fuertes que otros y cómo se articulan las luchas de hegemonía discursiva en la actualidad. En el modelo de Laclau y Mouffe, las articulaciones hegemónicas incluyen el elemento de fuerza y represión. Ello incluye la negación de la identidad en el doble sentido de negación de significados alternativos y la negación de la gente que se identifica con estos significados y opciones. La negación de esta identidad lleva a lo que se ha llamado el antagonismo social (Torfing, 1999). Vamos a analizar cómo y en qué momentos las luchas por el espacio dentro de la red (entre el mercado, el Estado, universidad/hackers, y movimiento antiglobalización) llevan antagonismos sociales en unos casos y no en otros.

Para analizar la hegemonía de tales discursos también resulta esencial, el concepto de punto nodal de Laclau y Mouffe (1985:112). De acuerdo con estos autores, todo discurso es constituido con un intento de dominar el campo de discursividad expandiendo cadenas de significado las cuales parcialmente fijan el significado del ‘floating signifier’. Los puntos discursivos privilegiados que parcialmente fijan el significado dentro de las cadenas de significación son llamados los puntos nodales o en los términos de Lacan (points de capiton). Los puntos nodales también se han considerado significantes vacíos (empty signifiers) que atraen el significado de los ‘floating signifiers’. En nuestro caso concreto queremos averiguar cuáles son esos puntos nodales de cada discurso sobre la democracia dentro de la red y observar sus relaciones a través de las lógicas de la igualdad y de la diferencia.

Es de destacar que, a diferencia de Laclau y Mouffe y más cercanas a Fairclough, vamos a distinguir entre prácticas sociales discursivas y no discursivas. Los diferentes discursos los vamos a considerar como sistemas de significado(lenguaje e imágenes) diferenciándolo de las posibles acciones colectivas o outputs que puedan resultar. Al igual que Fairclough, utilizaremos los conceptos anteriormente descritos (hegemonía, articulación y punto nodal) pero siempre referidos a las prácticas sociales discursivas. Consideramos que el discurso contribuye a la construcción de: las identidades sociales, las relaciones sociales, y los sistemas de conocimiento y significado (Fairclough,1995)

[NOTA]12).

En cualquier análisis, dos dimensiones del discurso son importantes como puntos focales: a) el evento comunicativo, un ejemplo del lenguaje usado como un artículo de periódico, cine, video, un discurso político (Faircloug,1995b),b) el orden del discurso- la configuración de todos los tipos de discurso que son usados dentro de una institución social o dentro de un campo social.

Siguiendo el modelo de Fairclough, en cada ejemplo de lenguaje usado, consiste en tres dimensiones: es un texto (hablado, escrito,.imagen visual o combinación de ambas), es una práctica discursiva que incluye la producción y consumo de textos, y tercero es una práctica social. El análisis que se pretende realizar siguiendo el modelo de Fairclough(1995):

  1. algunos hechos lingüísticos del texto y donde también se muestran las articulaciones y los hechos sobre los puntos nodales. Dentro de los hechos lingüísticos del texto se tendrá en cuenta el modo (es decir interrogativo, imperativo o afirmativo), la modalidad (el grado en que el emisor del mensaje se compromete con lo comunicado, y el grado en que sus afirmaciones se comprometen con la verdad o simplemente con probabilidades), la transitividad de cómo los eventos y procesos están conectados (o no conectados) con los sujetos y los objetos, el grado de nominalización que reduce la agencia y enfatiza los efectos, el campo semántico utilizado y la complejidad de oraciones entre otros.
  2. procesos relacionados con la producción y el consumo de los textos (la práctica discursiva) donde se tendrá en cuenta los conceptos de interdiscursividad e intertextaulidad. El análisis de la práctica discursiva se centra en como los autores de los textos extraen de los existentes discursos y géneros para crear un texto y cómo los recibidores de los textos emplean discursos en el consumo y la interpretación de los textos. Se introducen así dos elementos claves, la interdiscursividad (Fairclough) entendida como cuando diferentes discursos y géneros están articulados juntos en un evento comunicativo y la intertextualidad (Fairclough) donde todo acto comunicativo se apoya en eventos anteriores, donde se utilizan palabras y frases que se han utilizado anteriormente. Siguiendo a Fairclough mantendremos que un alto grado de interdiscursividad indica implicitamente el deseo de un nivel alto de cambio, mientras que un bajo nivel de interdiscursividad está asociado con el mantenimiento del orden social.
  3. la amplia práctica social a la cual pertenece el evento comunicativo. La relación entre los textos y la práctica social en su totalidad es mediada por la práctica discursiva. Al hacer referencia a ello se señala como las prácticas discursivas y convenciones son dibujadas desde qué otros órdenes del discurso y como son articulados entre sí; todo ello depende de la naturaleza de la práctica sociocultural donde del que el discurso forma parte.

Aunque los niveles uno y dos están separados analíticamente se realizarán en los análisis de forma conjunta, enlazándolo finalmente con el nivel tres. Ahora bien, el análisis también incluye consideraciones acerca de si las prácticas discursivas reproducen o reestructuran el existente orden del discurso y qué tipo de consecuencias tiene para la práctica social en su totalidad, que se observará especialmente en las conclusiones.

4. Análisis de los discursos de hackers/Universidad

Comencemos por una primera definición de hacker breve para pasar posteriormente a un análisis del discurso. Un hacker es un experto informático, un apasionado de la tecnología, capaz de desarrollar software rigiéndose por los principios (establecidos por los propios hackers) que definen el software libre: la libertad de los usuarios para ejecutar, copiar, distribuir, estudiar, cambiar y mejorar el software. Esta idea se concreta en cuatro libertades:

  • La libertad de usar el programa, con cualquier propósito (libertad 0).
  • La libertad de estudiar cómo funciona el programa, y adaptarlo a tus necesidades.(libertad 1). El acceso al código fuente es una condición previa para esto.
  • La libertad de distribuir copias, con lo que puedes ayudar a tu vecino (libertad 2).
  • La libertad de mejorar el programa y hacer públicas las mejoras a los demás, de modo que toda la comunidad se beneficie. (libertad 3). El acceso al código fuente es un requisito previo para esto[NOTA]13).

La noción de hacker suele aparecer vinculada al ámbito de la informática, concretamente a los desarrollos en programación, aunque reivindican

[NOTA]14) una expansión del fenómeno aplicable a cuantas esferas del conocimiento que sean susceptibles de elaboraciones creativas en torno a dos premisas fundamentales: conocimiento compartido e individualismo cooperativo.

Se han elegido una serie concreta de textos relevantes, a partir de los cuales se quiere indagar el discurso de los hackers, entre ellos se han seleccionado: Cómo convertirse en un hacker, El manifiesto hacker, Declaración de independencia del ciberespacio y Tod[arroba]s expert[arroba]s. A partir de ello vamos a desglosar los seis conceptos de democracia que deseamos analizar y cómo se interrelacionan para configurar un concepto de democracia específico teniendo en cuenta también análisis lingüístico, pero vayamos primero a dos cuestiones de la práctica discursiva: interdiscursividad e intertextualidad.

En todos los textos escogidos se observa un alto grado de interdiscursividad, ya que junto el nivel de género de manifiesto político, se incluye géneros conversacional (lo podemos observar en el caso del manifiesto hacker), mezcla de género de manifiesto político con género de información pública y conversacional (que se puede observar a lo largo de todo el texto de Cómo convertirse en un hacker), y también la mezcla de discurso público, manifiesto político, discurso académico-científico y algunos rasgos de discurso conversacional en el caso del texto de Tod[arroba]s expert[arroba]s . De este modo observamos como a nivel de discurso, el discurso hacker aboga por un nivel alto de cambio social, siguiendo el modelo de Fairclough (1995). Por lo que respecta a la intertextualidad, se observan como se han usado ideas muy variadas que ya existían en textos anteriores. Así en el texto de Tod[arroba]s expert[arroba]s se recoge citas de Herman Hess donde se recoge la idea de que ningún conocimiento quede fuera de la humanidad, también se observan citas e ideas de Willian Gibson sobre la importancia del ser técnico frente a la importancia del ser primitivo, también la mayoría de textos sobre la producción de hackers se apoyan en otros como es el caso de "Archivo de la jerga hacker"; así mismo se señalan ideas populares como la idea clásica de la ciencia donde siempre van a existir problemas fascinantes en el mundo exterior que esperan ser resueltos[NOTA]15), otras ideas también populares acerca del trabajo donde se señala que el aburrimiento y el trabajo rutinario son perniciosos, así mismo la idea de la importancia de la competencia en nuestros días[NOTA]16),al igual que ideas sobre el lenguaje de programación, la idea del sistema identificado con Matrix. Por último también nos gustaría señalar que el discurso hacker recoge esa vieja de idea de la mitología y esferas diferentes de la vida que se ha utilizado tantas veces para resaltar la especificidad a la hora de la creación de la identidad de una comunidad determinada, de ahí la alusión continua a "el mundo hacker".

Esta último cuestión nos lleva a analizar los límites del discurso hacker y la creación de la identidad hacker a través de la creación de su antagonismo social. En efecto, observamos que al leer Cómo convertirse en un hacker y El manifiesto hacker un campo semántico que se utiliza es referido a la magia, la naturaleza inteligente, es decir todo aquello que pueda referir a una esfera diferente de la realidad y a su vez superior: espíritu, cultura, nuevo mundo, juego, habilidades, actitudes, capacidad, construcción, medio particular, héroes, inteligencia, semidioses…

Junto a ello señalamos que los hackers construyen su identidad (simbolizado con nerd y geek) no sólo a través de la construcción de su elite, sino también a través de la negación de otras identidades como los crackers. De este modo tanto los crackers como los que llaman críos, como los malditos profesores, como el resto de los compañeros, los gobernadores sádicos o apáticos, todo aquel que no tenga la capacidad de ser un hacker pero se considera así mismo como tal (trolls etc.), todo aquel que realice acción política tradicional, todo aquel que se sitúe con el sistema, todos aquellos disidentes del sistema que se articulen en guettos, vanos ejercicios ideológicos, como todos los Gobiernos del mundo Industrial que quieren agotar nuevas formas de la política; todos ellos se sitúan en una misma cadena de identidad negándoles su reconocimiento por parte de los hackers[NOTA]17). De este modo vemos como se crea un antagonismo social, creando un discurso hegemónico sobre la superioridad intelectual del mundo hacker frente al resto.

Después de ver cómo se construye el discurso hacker en términos de identidad, vamos a ver qué tipo de articulaciones se observan entre los seis elementos de la democracia antes citados, partiendo de los textos mencionados y de los puntos principales de la ética hacker (Levy,1994; Rosteck,1994, Moody,2001). En primer lugar la libertad hace referencia a la libertad de información, donde la información fluya lo más abiertamente posible para que se pueda utilizar de forma versátil[NOTA]18). Junto a ello se señala la libertad de acceso a los ordenadores, debe ser ilimitada para que se puedan realizar todo tipo de modificaciones con el fin del perfeccionamiento progresivo. Ahora, bien esta libertad de información y su acceso va unido a la necesidad de discusión en comunidad. De este modo, la libertad en el mundo hacker, no se entendería como la libertad de los modernos (libertad como liberación) sino más cercana a la libertad de los antiguos, referida a una libertad guiada siempre a la discusión en comunidad.

La alusión a este concepto de comunidad, nos lleva en su articulación la concepción del concepto de igualdad. La igualdad en este contexto siempre va unida al rechazo al autoritarismo, manifestado en varios de sus textos clave (La ética hacker, cómo convertirse en un hacker y El manifiesto hacker). La igualdad en este aspecto va referida a un sentido horizontal de la democracia, donde todos debemos compartir una serie de conocimientos. Es la premisa del conocimiento compartido que consiste en devolver a la comunidad de programadores cuantos desarrollos se hayan realizado individualmente[NOTA]19).

Ahora bien, este sentido de igualdad adquiere diversos matices discutibles. Sin ir directamente a las prácticas sociales vamos a observar ciertas contradicciones reflejadas en rasgos lingüísticos del texto de Cómo se aprende a ser un hacker. Por ejemplo se señala en este texto que la cultura hacker no tiene líderes sino héroes culturales, para señalarse ese grado de igualdad horizontal y nunca de superioridad; sin embargo se observa que la estructura de las oraciones siempre tiene el condicional de la siguiente forma: Si quieres convertirte en un hacker (…), deberás, harás, entenderás (…), todo de forma en un futuro y con sentido de obligación. Así mismo en varias ocasiones se utiliza el modo imperativo[NOTA]20[/NOTA20], prohibiciones (no uses un nombre de usuario tonto, no te metas, no te llames (…), no publiques en los foros con errores gramaticales) u oraciones como "es casi una obligación moral para ti el compartir….". Además pese a que la entrada se quiera considerar como libre, siempre se ponen restricciones a través de este tipo de condicionales ("Para transformarte en hacker necesitarás: inteligencia, práctica, dedicación y trabajo duro"). En la misma línea de contradicciones observamos como en todo el texto de Cómo convertirse en un hacker no presenta la forma de diálogo sino de monólogo, pese a dirigirse de forma directa hacia un tú.

De este modo para llegar a la igualdad de ser un hacker dentro de esta comunidad, primero se debe entrar en ella, por lo que la libertad de la anteriormente hablábamos (libertad de los antiguos) solo se consigue después de una selección. La entrada por así decirlo no es libre, sino sólo a la altura de los más capaces que logran mantenerse a través de su esfuerzo. Junto a ello, en este mismo texto siempre existe un elemento de autenticidad. Se intenta demostrar en realidad lo que implica convertirse en un hacker, de ahí que se observe en un texto tan importante como este ese contenido moral y la existencia de la construcción de "debe más infinitivo". " Para ser aceptado como un hacker, deberás comportarte como si tuvieras esta actitud en tu interior(referida a creer en la libertad y en la ayuda mutua[NOTA]21)).Y para comportante si tuvieras esta actitud, deberás creerte de verdad dicha actitud[NOTA]22)"

Ligado a los conceptos anteriores, la participación en el mundo hacker aparece identificada con los conceptos de ayuda mutua, trabajo duro y dedicación compartida.

Estos hechos lingüísticos se traducen en cuestiones de significado de los conceptos que estamos tratando, de este modo los conceptos de igualdad, libertad y participación crean una articulación precisa que se resumiría el individualismo cooperativo de los hackers. Existe una jerarquía no sólo con respecto al resto de los usuarios de Internet o al resto de la ciudadanía sino también dentro de la propia comunidad. El reconocimiento y el status dentro de la comunidad no es igual para todos, sino que depende de la capacidad individual (habilidad en programación), su capacidad de rendimiento y la demostración posterior de tal conocimiento. Todos los novatos, principiantes y deseantes de entrar en la comunidad, deben de demostrar unos mínimos de habilidad y reconocimiento de las reglas sociales de juego para que se encuentren aceptados dentro de la comunidad, de lo contrario se les identifica con el antagonismo social del que hablábamos anteriormente (trolls, crackers, simples ilusos, seguidores del sistema…). De ahí que también en el texto de Cómo convertirse en un hacker se creen contradicciones discursivas, donde se señala que a través de la comunicación y de la ayuda se aprende, posteriormente[NOTA]23)se señala que para ser un hacker hay que tener la habilidad e iniciativa de educarte por ti mismo (buscar en Google la respuesta a una pregunta que ya fue planteada y respondida en una lista, se supone que tienes que haber leído todo antes y estar a la altura del interlocutor).

Después de conseguir una cierta altura por tus meritos propios y a través de tu autodidactismo, se debe de verter tu conocimiento en la comunidad y es ahí donde se entiende la participación. Ahora bien, esta presentación de "tus" conocimientos debe de compartir nuevamente toda una serie de requisitos que únicamente el mundo universitario cumple[NOTA]24 ).

Este discurso teórico nuevamente se ve reflejado en el ámbito lingüístico cuando hablamos de modalidad y transitividad. Es curioso observar que a pesar de la insistencia en el éxito de la comunidad hacker que se observa en varios de sus textos, así como la autenticidad que se quiere manifestar de dicha comunidad, en sus textos raramente se dirigen con el nosotros, sino más bien se transmiten con la forma de: "tú debes hacer para x para convertirte en un hacker" (caso del texto Cómo convertirse en un hacker) o bien, a través de nominalizaciones, oraciones impersonales y pasivas todas muy presentes el texto de Tod[arroba]s expert[arroba]s!. Así por ejemplo se señala: " se han constituido sujetos colectivos múltiples", " El proceso de apropiación individual de las competencias a través de las estructuras comunitarias ha superado la prueba, y sigue resultando en cierta medida operativo", "la multiplicidad de prácticas hacking que se han desarrollado en estos últimos veinte o treinta años (…)". En cualquiera de los dos casos bien sea a través de la segunda persona o de oraciones impersonales, se podría decir que se infiere en teoría una falta de responsabilidad o implicación por parte de los comunicantes acerca de lo que se quiere transmitir, algo que en cierta medida vuelve a demostrar incongruencias del discurso hacker.

Finalmente cuando tratamos los conceptos de derechos y seguridad pareciera como si fueran unidos entre sí. Así nos encontramos con los cripto-rebeldes o cripto-punks, los hackers especialistas en criptografía, donde la protección de la autoría y todos los derechos de seguridad son esenciales. Podríamos considerar que dentro del mundo hacker, los norteamericanos se entablan en una batalla de privacidad frente al Estado, de este modo la posibilidad de criptar los propios mensajes constituye un derecho fundamental del individuo, y para ellos toda intervención del Estado en esta cuestión se considera ilegítima. Desde este punto de vista consideran la criptografía como elemento central de la organización social. Se pretende crear un mecanismo en el que el Estado ya no vigile a los ciudadanos. Esta herencia del mundo hacker americano se diferencia del mundo hacker europeo, donde existe una cierta tradición de intromisión del Estado en la esfera privada. En el caso europeo la articulación entre los conceptos de seguridad y de derechos encaja más en la defensa de las normas del ciberespacio (la creación de una nueva esfera pública), más que defensa de la seguridad o encriptación. En cualquier caso, los conceptos de seguridad y de derechos no se constituyen como puntos nodales[NOTA]25)de este discurso.

Por último una breve referencia al mundo universitario relacionado con el mundo hacker vuelve a dar una idea del tipo de democracia que se maneja en este discurso. El mundo universitario, dotado por ARPA y NSF, tiene un discurso similar al anterior, pero diferenciado con algunos matices: La participación se entiende más como cooperación en el mundo académico entre aquellos que poseen unos mismos intereses. La libertad, va referida especialmente a libertad de información y circulación de ideas más que la libertad concreta de los individuos de crear o manejar información o de convertirse en un hacker. Por otro lado, a diferencia de los hackers, la igualdad va ligada al sentido de cooperación y de ayuda mutua desde el principio, así la evaluación también es realizada por colegas normales y no por instancias legítimas (comunidades, revistas etc). Algunos ejemplos de ello, son las Requests For Comments

[NOTA]26)de Arpanet o los newsgroups. El gran trabajo en equipo desde el principio es quizá la diferencia con el proceso de convertirse en un hacker; sin embargo, vuelve a compartir con el mundo hacker ese imaginario de un mundo aparte separado del resto de la sociedad.

Resumiendo, el concepto de democracia del mundo hacker y universitario, se puede considerar cooperativista pero elitista, donde se orienta a un fin concreto y determinado de generar un mayor conocimiento pero únicamente para esa comunidad más cerrada. De este modo mientras la cuestión del pluralismo no aparece como central en el discurso hacker quedándose reducida su importancia a las discusiones internas dentro de la propia elite, el concepto de libertad (tanto en el sentido de información, conocimiento, como en el sentido de discusión en comunidad de los antiguos), constituiría el empty signifier, o punto nodal que transmite mayor significado a la concepción de la democracia (el floating signifier) que en este discurso se postula.

Tras el análisis de la práctica discursiva, pasemos al análisis de la práctica social en su totalidad. El problema de la articulación de conceptos entre la libertad e igualad en la teoría se ve plasmado en la práctica política dentro y fuera de la red.

El mundo hacker nace en un entorno de profesionales de la técnica, que se forman en programación en línea de comandos a partir de la necesidad de compartir recursos en un ambiente en el que la información (el código fuente) viene cerrada a la curiosidad del usuario y patentada por la empresa que lo desarrolla.

En ese descubrimiento permanente se forman las comunidades de expertos que hoy llamamos hackers. Sin embargo, la continua generalización del acceso a las tecnologías supone una incorporación de "nuevos curiosos" que no sólo desconocen las normas sociales internas a la comunidad primigenia, sino que acusan de manera creciente el desfase en el plano del conocimiento (técnico) entre los expertos y los neófitos. Internet es el canal central en el que no sólo se especializan los expertos informáticos, sino en el que también se socializa el conocimiento acumulado (weblogs, listas de correo, FAQs

[NOTA]27) y RFC). Los hackers se forman en Internet y en él se crean las llamadas"comunidades virtuales"[NOTA]28)a partir de determinado nivel de conocimiento y de intereses compartidos, siempre en red.

El problema principal se plantea a partir de la capacidad de los recientemente incorporados para asumir determinado nivel de conocimiento sin ayuda o formación estructurada previa. Aunque se asumen las limitaciones de un modelo de formación planteado de esta manera (sin que se lleguen a desglosar los aspectos implicados: diferentes aptitudes para la programación, diferente grado de interés en la especialización técnica, distinta disponibilidad temporal, personal o familiar para ellos, sesgos de acceso, etc), se da por hecho un cierto nivel de motivación fundamental como factor que permitirá la adquisición de soltura en la programación y en el desarrollo de aplicaciones. Internet será nuevamente el medio que facilite el acceso a los recursos necesarios, y el anhelo en "convertirse" (alcanzar el nivel adecuado para) en hacker hará el resto. Sin embargo, la existencia de información es una condición necesaria pero no suficiente para la entrada en la comunidad hacker. En la práctica social, la voluntad, en su choque permanente con la capacidad real, se plantea como un estímulo y no como una meta trabada de obstáculos.

Otra de las cuestiones que se relaciona con la práctica social, es la consecución del objetivo último de esta comunidad: la inteligencia social, también definida como inteligencia colectiva, que se nutre de aportaciones individuales en una lógica de cooperación. Mientras que algunos (como el autor de todos expertos) la plantea como un proceso incompleto, pendiente de la actualización de los todavía no integrados, forma parte, al mismo tiempo, de las características de la comunidad que se aspira a integrar: un bucle cerrado, en el que el fin es a la vez una precondición.

Un ejemplo real más concreto donde se vuelve a ver la dificultad del funcionamiento de esta democracia elitista, se encuentra en la comunidad de Sindominio

[NOTA]29). Constituida en 1999 a raíz de una escisión del colectivo de contrainformación Nodo50[NOTA]30), trata de "romper la división entre técnicos y no técnicos" propia de un "esquema de funcionamiento empresarial"

[NOTA]31). Se crea, por tanto, como una asamblea en la que se superen las barreras del conocimiento técnico, sobre la base de la formación espontánea, autodidacta, de los miembros de la misma. Este ejemplo de escisión pone de manifiesto las tensiones que supone una democracia elitista, y ponen en cuestión la meritocracia, apuntando más hacia la igualdad que hacia la libertad.

En su caso la restricción en la entrada pasa por otros medios. La incorporación en la asamblea de Sindominio pasa por la lectura obligatoria de al menos cinco textos fundamentales sobre software libre, de cuya asimilación se debe dar pruebas en el momento de la incorporación a la lista de correo. A partir de ese momento, los textos fundamentales, los archivos históricos de las listas técnicas y documentos en páginas web se convierten en el material de consulta ante el surgimiento de la duda.

Sin embargo la opción de Sindominio de alejarse de una jerarquía interna de modo empresarial le ha llevado a otro tipo de problemas prácticos. Sindominio carece de un servicio, interno, de asistencia técnica a sus usuarios. En la vida cotidiana, las organizaciones que se suman a su asamblea carecen de la posibilidad de consulta ante imprevistos lógicos en la actualización de sus materiales de trabajo en Internet. En concreto, las organizaciones más institucionalizadas, con necesidades comunicativas relativamente urgentes, se han visto obligadas a migrar a servidores telemáticos con un servicio de asistencia técnica, incapacitados como están de mantener un nivel de formación costoso para sus responsables telemáticos.

Sindominio apenas ha experimentado crecimiento interno en los últimos cinco años, llegando a tener cien organizaciones menores en su asamblea, frente al crecimiento exponencial que han experimentado servidores que sí disponen de servicios de asistencia técnica.

Este constituiría un ejemplo de cómo los problemas del individualismo cooperativo y de la meritocracia crean escisiones y disputas dentro de esta comunidad.

5. El discurso del mercado

La salida de Internet del ámbito que lo crea, el universitario y el de los expertos informáticos aficionados (hackers) viene de la mano del mundo empresarial, del mercado. Aunque en un primer momento la apuesta por las nuevas tecnologías es recibida con desconfianza y cierto recelo. Sin embargo, la rápida eclosión del fenómeno de las empresas dot com, cuyo fenómeno más representativo se concentra en Silicon Valley, desató una rápida euforia que se plasma en dos tipos de fenómenos: el monopolio progresivo del mercado de Internet, en disputa, por parte de las grandes empresa ya dedicadas a la comercialización de software y que dejan de desconfiar en el nuevo producto (Microsoft, Sun Microsystems), y la aparición del fenómeno promotor de un nuevo sistema de reglas de juego en el mundo empresarial: la New Economy, impulsada por empresas de espectacular crecimiento y gestión informatizada, en las que la "empresas adoptan la red como estructura organizativa[NOTA]32 )"

Nos interesa analizar el discurso del mercado desde dos perspectivas, desde el mundo empresarial, cómo se vende el producto y desde el punto de vista del consumidor, cómo es percibido y utilizado por el consumidor/usuario. Analizamos cuatro textos, extraídos de la revista de ventas de Microsoft en castellano: La colaboración inteligente de Executive Circle, De Linux a Microsoft: un giro hacia la productividad de Javier Palazón, El PC en los hogares, motor de despegue empresarial, de Jorge Lang, El valor del negocio de la colaboración de Ashin Pal. Por otro lado, también analizamos desde el punto de vista del consumidor una serie de textos que parecen relevantes donde se muestra una articulación específica de elementos de la democracia (entre libertad, seguridad y derechos), entre ellos se encuentra: ¿Por qué se compra en Internet? y ¿En qué sitios confían los usuarios? Percepción de confianza y seguridad de los usuarios en Internet, La diferente conducta de compra en Internet y su impacto en las estrategias y conceptos de venta tradicionales, todos ellos de Eduardo Manchón.

La perspectiva del empresario

La noción de democracia que maneja el mundo empresarial aparece aparentemente inscrita en los parámetros fundamentales en que se sustenta la economía de mercado: Internet es un producto más a comercializar, en un escenario en el que la libre competencia exige que los consumidores manejen el máximo de información posible, no sólo en torno a los productos que vende la Red, sino sobre cualquiera susceptible de ser comprado. Internet sería, por tanto, la fuente de acceso fundamental por la que el usuario se convierte en el consumidor perfecto.

Sin embargo, la fragmentación que caracteriza a Internet, fenómeno visible también en el ámbito de los movimientos sociales, por la que la posibilidad de ganar una porción de visibilidad exclusiva en la Red hace difícil la generación de espacios compartidos, convierte la esfera mercantil de Internet en un espacio disgregado. La libertad de información desde las empresas se limita a la que ofrecen sobre sus propios productos, en ejercicio de la libre competencia. El consumidor tan solo encuentra una pugna entre artículos similares, debiendo imaginar las causas finales de la disputa. El ejemplo paradigmático aparece en el enfrentamiento ya legendario entre Windows y Linux. El principio de competencia (mercantil) prima sobre el de tolerancia (democrático), en intercambios no inocentes en los que están en juego operaciones financieras millonarias.

"Democratizar " Internet, por tanto, es una operación de venta, por la que se trata de hacer llegar el máximo posible de ordenadores, en una primera fase, y de conexiones en una segunda, a los hogares, tanto a los de los empleados de las empresas como a los de cualquier "ciudadano", encubriendo bajo un discurso de necesario acceso a la información la necesidad de "colocar" un producto propio. Así, por tanto, la idea de democratizar está referida fundamentalmente a la noción de igualdad, pero una igualdad no entendida en términos horizontales de justicia, sino más bien como de igualdad de opción de consumo y compra.

En relación a la empresa y sus trabajadores, se aplica la segunda fase de todo esquema fordista: si la producción en cadena busca un abaratamiento de costes ligado a la optimización del proceso productivo, la enorme cantidad de excedente deberá ir acompañada de un abaratamiento de costes que permita que los propios trabajadores estén en condiciones de adquirir el producto que fabrican.

La empresa busca evidenciar "facilidad, potencia y rendimiento" en la esfera del ocio para convencer a los empleados de la adquisición de un PC conectado, pero al mismo tiempo explicita una segunda línea de criterios que le beneficia de manera directa: "seguridad, fiabilidad y garantía", sumados a la posibilidad de obtener beneficios fiscales. Detrás de un lenguaje light en el que se intuyen connotaciones de carácter económico, encontramos una búsqueda de familiaridad del empleado con las NTIC, destinada a evitar gastos en su formación a la hora de trabajar. Se vende, por tanto, una herramienta de ocio y una fuente de información argumentada sobre el derecho al acceso a la información, buscando en realidad una repercusión directa sobre el funcionamiento de las empresas.

Al mismo tiempo, si se parte del presupuesto de que Internet facilita el contacto interpersonal, sin necesidad de previas mediaciones afectivas, personales, profesionales, etc, la voluntad comunitarista implícita en estos intercambios es contemplada desde la empresa en el sentido contrario; exactamente, la difusión de Internet persigue la promoción de atenciones personalizadas, individuales. El manejo de la Red persigue un traslado de derechos, en esta ocasión derechos del consumidor en el mercado, muy similar a la que promueve el Estado con los derechos de ciudadanía: acceso y ejercicios personales que no presentan modificaciones fuera de la Red salvo por el factor del incentivo a través del abaratamiento de costes. De este modo, la pluralidad que se manifiesta en estos ámbitos, lejos de reproducir una versión comunitarista propia de una red cerrada de hackers, aparece como pluralidad de una red un tanto más abierta que únicamente depende de la posibilidad de compra, pero ciertamente más individualista. Así por ejemplo se habla en este caso de pluralidad en la utilización de distintas herramientas de colaboración para diferentes tareas, aunque siempre dentro de unos determinados cánones de estandarización para esa productividad.

Por lo que respecta a la noción de participación, nuevamente el papel asignado a los consumidores se considera en sentido estricto. Hablamos de un proceso establecido en torno a la libertad individual y concreta de acceder a un producto por el que se paga. No se participa en la elaboración de las aplicaciones del paquete (con código fuente cerrado), estableciéndose un modelo vertical de consulta y respuesta que contrasta extraordinariamente con el modelo hacker. La gestión de los contenidos es un proceso al margen del soporte, esta vez sí considerado parte de la esfera privada del consumidor; se presuponen sólo dos tipos de usos: los comerciales (compras) y los centrados en el ocio que, por su bajo perfil político, se entienden diferenciados del medio (y del control sobre él) que se realizan.

Sí que se incorpora, no obstante, la idea de "colaboración", pero siempre entre trabajadores dentro de la empresa, o entre responsables técnicos de una aplicación. Nuevamente, se colabora para optimizar gastos e incrementar la productividad, idea que permea del mundo hácker, aunque con tintes mercantiles incorporados. La posibilidad de compartir conocimiento genera ventajas: reduce costes y tiempo, evitando dispersión y descoordinación; sin embargo, se da por hecho que el ámbito apropiado es dentro de una misma unidad empresarial, ya que toda innovación sale al mercado protegida por patentes cara a la competencia.

Esta almagama se traduce en el nivel lingüístico en el análisis de la interdiscursividad e intertextualidad. La interdiscursividad incluye la mezcla de discurso científico-técnico con discurso de marketing y la existencia de gran estilo directo de las frases más que el indirecto. Ello puede señalar que el principal objetivo que sería vender una determinada idea, la necesidad de cooperación y compartir información para la eficacia estaría representado por el género del marketing, de ahí el formato de publicidad: pregunta como título "¿por qué es necesario compartir?" y explicación a continuación. Este género del marketing quedaría enmascarado por ese discurso científico-técnico que le daría una mayor credibilidad para la venta de esta idea, junto a ello las numerosas citas de estilo directo harían la función de cercanía al receptor, contrastando así las características de discurso científico-técnico. De esta manera podríamos concluir que, en concordancia con lo analizado acerca de la venta de la idea de democratizar, el discurso del marketing, que es el principal, se ve acompañado de otra serie de discursos para su enmascaramiento.

Por lo que respecta al análisis de la intertextualidad, observamos expuestas varias ideas ya conocidas, como la necesidad de eficacia, rentabilidad necesarias para el funcionamiento del sistema o la idea de compartir entre unos mismos recursos para conseguir nuevamente una mayor rentabilidad.

Es de destacar que para resaltar la importancia de la necesidad de compra y acceso a al información para una mayor eficacia, todas sus aseveraciones en estos textos están escritos de forma afirmativa. Así mismo se observa la existencia de muchas citas en las que se habla de un nosotros, con una primera persona del plural. Se podría considerar que esta gran abundancia de citas responde a la necesidad de autenticidad de cara al nuevo trabajador y consumidor, y también cercanía. Sin embargo, hay que destacar que el grado de nominalizaciones es bajo, sólo se observa de forma presente cuando se hace referencia a cuestiones centrales de su discurso, cómo "el modelo de colaboración también mejora" (…), "la tecnología también ayuda…" (….), "la compañía puede construir una mayor eficiencia" (…). Ahora bien, este grado de nominalizaciones se extiende más cuando estamos hablando de la inserción de la tecnología en casa del trabajador para una mayor eficiencia de la empresa; así, tenemos frases como "La colaboración hace posible que el trabajador se concentre más en sus tareas (…)", "el mercado está tomando conciencia de la importancia de la colaboración…" De este modo las nominalizaciones están referidas fundamentalmente a los procesos básicos de colaboración y de compartir información, de lo que podríamos inferir que la responsabilidad de los resultados que surjan quedan oscurecidos.

Como resumen de todo este aspecto lingüístico, podemos señalar que la función principal de vender una nueva idea se realiza a través de términos democráticos, mezclado géneros y discursos y proponiendo términos que sugieran la participación y la cooperación de todos para la construcción de la mejor empresa.

La perspectiva del consumidor[NOTA]33

El papel desempeñado es muy similar al del trabajador de las empresas que comercializan Internet, esta vez sin mediación de obligatoriedad. Lo analizamos a partir del desglose de términos que integran el general de "democracia":

Uno de los principales elementos que resulta clave en el discurso del mercado desde el punto de vista del consumidor, es la percepción de la libertad, pero una concepción de la libertad particular.

Así la libertad de comprar debe estar ligada a la facilidad y comodidad de comprar, es decir, los usuarios se sienten libres de la presión de un vendedor porque son ellos mismos los que deciden qué comprar y cuando hacerlo. De hecho como señala Eduardo Machón en sus textos, los usuarios sólo compran un 5% del tiempo que visitan una página web, el resto lo utilizan en tareas de búsqueda y selección, lo que les da esa percepción de ser libres.

Por otro lado la libertad también se equipara con el deseo cumplido, de ahí que la compra inmediata de lo que uno quiere y persigue se consigue de forma fácil e inmediata. De ahí que se señale que una de las razones fundamentales para comprar on-line son la rapidez, la eficiencia y el placer

[NOTA]34)

En conexión con lo anterior, podríamos señalar que la libertad en el mercado, a diferencia de los hackers y quizá de los movimientos sociales, aparece vinculada a la libertad de los modernos. Los usuarios no son meramente pasivos, sino más bien activos, lo que implica cierta libertad ligada a la toma de decisiones sobre los sitios en los cuales e quiere navegar, buscar y procesar información; a su vez esta libertad de decisión supone una liberación con respecto a cualquier canon que se quiera presentar para comprar, ellos, los usuarios son libres de decidir qué producto satisface su deseo.

Sin embargo, esa libertad de la búsqueda del producto a la hora de realizar la compra cambia por la percepción de la seguridad. La libertad debe estar acompañada de la seguridad de sitios web donde la simplicidad del diseño y la claridad se convierten en las claves de la confianza. A su vez esta seguridad se encuentra ligada a la capacidad de manejo por parte de los usuarios. Otro de los elementos esenciales que se entraña dentro del concepto de seguridad es la seguridad de que a la hora de su compra no van a ser timados. Las cuestiones que se unen a la libertad los certificados de garantía específicos de Internet, los certificados de uso de tecnología, la ausencia de enlaces rotos, los gráficos de alta calidad y bajo lenguaje promocional son todos signos de confianza.

La seguridad también está ligada al prestigio, así los enlaces a sitios web de prestigio contribuyen a la confianza.[NOTA]35 )Así mismo es curioso observar como la mayoría de los sitios web que gozan de mayor confianza, no tienen una presencia en el mundo físico únicamente en el virtual. De este modo podríamos ver como la confianza y la seguridad van unidas a una nueva libertad, la libertad de navegación en busca del mejor producto.

Como vemos los conceptos de libertad y seguridad van íntimamente unidos. Ahora bien, precisamente porque van unidos, el concepto de derechos por parte de los usuarios también ocupa su lugar. De ahí que dentro de los efectos de la atención selectiva[NOTA]36)se fijan determinadas reglas de comportamiento[NOTA]37); estas reglas de comportamiento pueden suponer la base de la demanda de nuevos derechos por parte de estos usuarios, de ahí que según el Estudio General de medios en España (1999) el 70% de los usuarios están a favor de algún tipo de regulación del spamming, mediante la prohibición legal o creación de listas restringidas de envío.

Resultados de la articulación entre ambas perspectivas

La confianza que genera un modelo cooperativo limitado sólo se orienta al consumidor final, aunque concretamente a los "grandes clientes", a los que se vende una idea de trabajo en equipo que contrasta seriamente con la orientación individualista que promueve el modelo. Finalmente, la posibilidad de descentralizar tareas, muy explotada por los hackers y movimientos sociales, se plantea en último término como una garantía de control sobre el trabajo de toda la plantilla; incorporan así la "vigilancia" a una estructura micro de Internet (una Intranet), que choca frontalmente con los esfuerzos de los otros tres imaginarios analizados a la hora de garantizar privacidad en las comunicaciones y seguridad frente a las pulsiones verticalizantes de una vertiente cerrada de la Red. De este modo y a diferencia de otros discursos donde la delimitación del antagonismo social se encuentra presente definida claramente, la ambigüedad y los límites del orden del discurso y su campo de discursividad parecen más amplios, donde en principio cabe toda influencia de la importancia del término libertad. Sin embargo, esa gran amplitud del orden del discurso podríamos señalar que cierra su puerta a todos aquellos discursos en donde no se encuentre la eficiencia y la rentabilidad del mercado, no aceptaría así discursos que señalaran la necesidad de compartir y de la búsqueda de la igualdad si estos no van acompañados de los beneficios que suponga toda nueva configuración de perspectivas. De este modo su antagonismo social y la identidad de este discurso, viene marcado por la negación de todos aquellos discursos que no aceptan la eficacia y la rentabilidad como principios fundamentales.

El hecho de que no aparezcan claros los límites de esta discursividad queda manifiesto en la distribución de sus textos. En efecto no se puede delimitar con claridad la forma de distribución de tales textos, puesto que no existe por así decirlo una página web común o áreas de encuentro, el discurso de lo que aquí hemos llamado mercado se encuentra distribuido de forma homogénea y prevaleciente a lo largo de toda la red, especialmente desde la perspectiva del consumidor. Por lo que respecta a la primera perspectiva casi podríamos señalar las mismas conclusiones, únicamente ahora dichos discursos se encuentran especialmente localizados en las empresas, por ejemplo en los grandes diseños web de Microsoft. En la misma línea podríamos señalar que en este caso de práctica social y de su ejemplo se puede reducir a cualquier forma de compra que se realiza por parte de los usuarios diariamente, así como las últimas gestiones llevadas a cabo en las grandes empresas, como es el caso de las nuevas operaciones de la colaboración inteligente que se propone Microsoft. Precisamente porque su discurso está tan extendido no es posible hacer referencias a prácticas muy concretas como en los casos anteriores.

Así en forma de pequeña conclusión, podríamos señalar que existe una concepción liberal de la democracia en este discurso del mercado. Ahora la libertad en la navegación debe estar unida a un momento de seguridad y esta seguridad la puede garantizar entre otros la demanda de nuevos derechos. En cualquier caso, por parte de los usuarios en el discurso del mercado, se puede considerar que el concepto nodal fundamental es el concepto de libertad. Una libertad que a su vez conlleva un cierto tipo de vigilancia y control.

6. El análisis de los Novísimos Movimientos Sociales

Los Novísimos Movimientos Sociales (NsMS) son, en términos de contenidos, una continuación de los Nuevos Movimientos Sociales de los años sesenta/setenta en Occidente (feminismo, antimilitarismo, ecologismo…), redimensionados por, y a los que se suman novísimos temas derivados de, el contexto de globalización capitalista, y desarrollados a partir del manejo de Nuevas Tecnologías de la Información y a Comunicación.

Los NsMS se empiezan a gestar a finales de la década de los ochenta, aunque alcanzan su pleno apogeo de la mano de las primeras dinámicas de contestación a la hegemonía simbólica capitalista instalada tras la caída del Muro de Berlín, ya avanzada la década de los noventa. A una etapa embrionaria, desde las primeras manifestaciones contra el FMI y el BM en Alemania hasta la Cumbre de la Tierra de la ONU en Río, y a la época de cumbre paralela, que comprende desde 1992 y la Cumbre de Río del GATT en 1994, hasta 1999; sucede el llamado "ciclo de protesta"(como subciclo dentro de todo el ciclo de movilización), que comprende desde la primera contracumbre contra la Ronda del Milenio de la OMC en Seattle (1999) hasta la contracumbre del G-8 en Génova en julio de 2001. Tras esta etapa se inicia el denominado "repliegue a lo local" en la rama más movimentística o activista, y la "era de los foros" sociales (mundial y regionales o sectoriales) en la rama propositiva o reformista.

La irrupción en la Red por parte de los movimientos sociales se da en paralelo a su actividad política real: Internet se convierte en el medio de coordinación por excelencia una vez iniciadas las movilizaciones, y en el nexo que permite la toma de contacto entre realidades y resistencias similares, que son el germen del espíritu crítico que explica la existencia del movimiento antiglobalización.

Cuando los movimientos sociales de apropian de la Red lo hacen sin embargo con varias intenciones: por un lado, el de recuperar zona liberadas (o Zonas Temporalmente Autónomas, en un herencia directa del discurso hacker y que encuentra un correlato en la realidad social en manos del movimiento ocupa) en las que poder llevar a cabo el trabajo político que ha sido expulsado de la arena pública. Por otra parte, la Red garantiza capacidad de coordinación más allá de las referencias espacialmente cercanas y en tiempo real. Si el acceso a la información permite el primer gran paso, el de identificar interlocutores globales en pleno proceso de adelgazamiento de los márgenes del Estado, la coordinación de las propuestas y de las protestas será el paso lógico siguiente, en el que Internet sigue desempeñando un rol fundamental.

Para analizar los discursos sociales en torno a Internet, hemos utilizado cuatro textos: la FAQ de Nodo50[NOTA] ),38 la FAQ general de Indymedia[NOTA]39), la FAQ de Indymedia Madrid[NOTA]40)y el texto Las calles de Morfeo de Luca Casarini[NOTA]41)41. Partiremos, para comenzar, de una ya clásica definición de contrainformación:

"Contrainformar es trabajar para legitimar los discursos insurgentes frente al pensamiento único neoliberal, destruir el mito de la objetividad, servir de vocero de los movimientos sociales, dar la palabra a quienes callan por falta de oportunidades para hablar, combatir el ruido con apariencia de música que emana de los gigantes mediáticos. Contrainformar es también hacerse con herramientas que permitan la difusión horizontal de la información, construir puentes que hagan circular contenidos con valor de uso, romper el monopolio de la producción de discursos sobre el mundo social, desbaratar la ilusión de una "opinión pública libre". Contrainformar es también romper la atomización que el capitalismo global está generando, entrelazar realidades sociales transformando la aventura individual en una relación social comunicable y comunicada.

[NOTA]42)42"

El párrafo recoge algunos de los elementos políticos que definen el fenómeno contrainformativo: la intención de visibilizar discursos silenciados por los medios de comunicación convencionales, en lo que respecta a contenidos; la voluntad asamblearia y horizontal en el modelo organizativo (procedente de tradiciones ideológicas previas, como la autonomía o el anarquismo, y que ensambla con la propia estructura organizativa de la Red) y la concepción de la información como una herramienta política, la condición necesaria para el activismo real.

La construcción de la propia identidad por parte de las redes sociales que se articulan en el ciberespacio, uno de los objetivos que persigue la definición del trabajo compartido, pivota igualmente en el antagonismo social, la reactividad, concretamente en la negación de las características de la comunicación convencional; por reacción, promueven factores como la horizontalidad, subjetividad política explícita y reivindicada, valor de uso frente al valor de cambio, lucha contra globalización. El modelo se construye inicialmente en base a una negación, la del trabajo de los medios de comunicación de masas, para ir evolucionando progresivamente a una elaboración propositiva:

-En concreto, en lo que al plano organizativo se refiere, los movimientos sociales encuentran en la Red un espacio de estructuración inigualable para el traslado de los propios modelos organizativos y decisorios: Internet es un medio horizontal y descentralizado, y así es como se organizan los movimientos sociales en la Red; en Internet se multiplican las herramientas para la explicitación de posiciones enfrentadas que, aunque como dice Flitchy[NOTA]43), no es precisamente el medio más adecuado para lograr consensos, facilita un panorama general e inmediato.

  • Los medios contrainformativos niegan, en un discurso confuso, la objetividad pretendida por el periodismo clásico, exaltando los valores políticos que justifican la existencia de un proyecto como parte del atractivo del mismo. Sin embargo, y al mismo tiempo, pretenden eliminar las mediaciones entre emisor y receptor, invirtiendo, en las versiones telemáticas más modernas (a pesar de que se trata de un discurso de la era pre-Internet en la contrainformación sobre papel) la secuencia comunicativa clásica (emisor-mensaje-receptor) y favoreciendo herramientas que, en esa dinámica horizontal, permitan la aparición de la figura del activista reportero. Lo que no se elimina es la existencia de un artefacto técnico, con un diseño con implicaciones políticas, que determina la forma, el público y el carácter último del mensaje, por mucho que quien lo lea sea un potencia redactor.
  • Pese a todo, la importancia conferida a la información como contenidos, en torno al derecho al saber y una reiterada igualdad en el acceso, se concretará en una fórmula que pretende arrebatar al mercado la porción de valor que incorpora a la información como producto. El énfasis en la última fase del proceso (acceso a la información) se redacta sobre la limitación cualitativa de la parcela de poder que corresponde a la primera (la emisión de información), la que se ha mercantilizado. Se lleva a un extremo tal en el que el derecho de acceso[NOTA]44) a los medios y, con ellos, a la información, se convierte en un derecho fundamental[NOTA]45), prácticamente tal y como ya lo plantaban los hackers en su Declaración de Independencia.
  • El último nivel de generación de identidad compartida es de carácter intrínsecamente político: las NTICs se entienden como una herramienta de lucha contra el modelo de globalización neoliberal, una batalla que, siguiendo a Casarini, se da en su terreno, aunque desde la contrainformación quizás no con sus mismas reglas.

De hecho, no todos los discursos en torno a la comunicación alternativa son democratizantes. El ejemplo más relevante es protagonizado por un teórico y activista italiano, Luca Casarini, portavoz de los Desobedientes:

"El media no es democrático, no puede serlo. El media sirve para disparar, para combatir, está con una parte. Sin embargo, el conjunto de las acciones que contribuye a crear puede conquistar elementos de nueva democracia.[NOTA]46)"

. Esta premisa, la vieja consigna leninista por la que el cambio de las condiciones objetivas se provocará por parte del sujeto revolucionario de mano, entre otros medios, del órgano de prensa, es rigurosamente aplicado por algunos proyectos políticos que rehuyen adscripciones ideológicas "vinculadas al pasado". Si se trata de vencer a los medios convencionales, en coherencia con el lema de Indymedia "Don´t hate the media, become the media", argumenta Casarini, es necesario jugar en su propio terreno, con sus mismas reglas.

La pregunta reside en la verdadera vocación de los medios alternativos o contrainformativos: ¿competir con la comunicación de masas, o abrir fisuras, burbujas o zonas liberadas en las que circule la información sesgada en los convencionales?

En este párrafo no sólo encontramos los elementos que caracterizan la propuesta contrainformativa, entre los que cabe destacar la intención de visibilizar discursos insurgentes, silenciados o precarios, especialmente los de los movimientos sociales. El supuesto último de esta reflexión se sustenta en el primer concepto que manejaremos dentro del global de democracia: igualdad de acceso a la información, tanto a la generada por otros, como a la visibilidad de la emitida por uno mismo. La sensibilidad política hacia la existencia de desigualdades no desaparece en los discursos en torno a Internet: los sesgos (económicos, técnicos, sociológicos) son tenidos en cuenta, a la vez que se incorpora naturalizada la desventaja en el monopolio de la Red frente a las grandes multinacionales de la comunicación y de las NTIC.

Por ello, tanto la igualdad en el acceso, como en la expresión, son factores centrales de este subnodo en el discurso democrático de los actores sociales: la herencia hacker se ve en la exigencia de libertad para curiosear, modificar y difundir, reforzada por la exigencia de que esa posibilidad no conozca rangos o jerarquías, a la vez que se crean herramientas técnicas en las que el acceso igual está garantizado, y la expresión de opiniones se rige por la misma lógica: orden cronológico de aparición de las contribuciones en los blogs, en las listas, en los foros. Del mismo modo, y aunando ambos elementos, se tiende a facilitar el proceso técnico por el que el usuario medio accede a los puntos de emisión de información: formularios para publicar, por ejemplo.

La noción de seguridad, más por prudencia que por desinterés, no aparece mencionada explícitamente en los discursos analizados sobre movimientos sociales en la Red. Se percibe, sin embargo, en la firma técnica de las herramientas empleadas (rechazo a PHP Nuke porque abre inseguros, por ejemplo).

En los modelos más cerrados, sin embargo, el discurso aparece difuminado y en términos políticos: concretamente en los blogs, en sus textos fundacionales: en herramientas de publicación abierta, la presencia de provocadores (trolls, generadores de ruido) es planteada como un problema de seguridad para el mantenimiento del proyecto político que rige el sitio. Insistimos en que sólo los modelos más regulados, valga la paradoja, son los que más énfasis hacen en problemas que otros ni mencionan. El otro caso es el Informe Vigilando a los Vigilantes, de Nodo50

[NOTA]47): la posibilidad de filtrar las direcciones IP de los usuarios que se conectan a las máquinas del proyecto permite detectar espionaje policial. Sin embargo, la reacción no es impedirlo, sino publicitarlo, bajo el argumento de que la información que se muestra en esas páginas es pública y por ello no se restringe el acceso, aunque se advierte de posibles usos fraudulentos no justificados. La libertad de y la igualdad en el acceso a la información del usuario prevalecen, pero la libertad de expresión sustenta el derecho al honor.

Pero es sin duda, la participación el principio rector de los proyectos políticos telemáticos y el punto nodal del discurso sobre el que se sustenta la contrainformación.. Toda la Red Indymedia hace pública una declaración de intenciones en la que explicita que el sentido último de su propuesta se basa en la posibilidad de que los usuarios se conviertan en verdaderos protagonistas del sitio, a través de la publicación abierta:

"La publicación abierta es un elemento esencial del proyecto Indymedia en general (…): permite editar instantáneamente noticias, relatos o análisis en un sitio web accesible globalmente, anima la creación de una comunidad abierta y activa de usuarios que se convierten ellos mismos en medio de comunicación alternativo, reinventa un periodismo político sin especializaciones, a la altura de una época en la que todos somos expertos"[NOTA]48).

La interactividad en la que se diseñan gran parte de las herramientas en manos de activistas políticos en red exigen una implicación absoluta del usuario a que van destinadas: las listas, los foros, el chat, el correo o los weblogs no tienen sentido si no son utilizados.

Esto conduce a una suerte de salto categorial, por el que los medios de comunicación políticos en Internet no acaban de distinguir su propia posición en el proceso informativo: así, unas veces se consideran "herramientas al servicio de los movimientos sociales", mientras que en otras ocasiones son directamente "movimientos sociales en una vertiente comunicativa". Ambas posiciones se relacionan directamente con la implicación de la base social potencial que los utilizará, pero se mantienen como una opción equivalente, sin implicaciones ideológicas. Y las tiene. Como herramientas, se consideran recipientes vacíos, sin mediación ideológica. Como movimientos sociales, la confusión entre acceso a la información y capacidad de movilización política se convierte en una pesada carga que nunca se llega a verificar en resultados satisfactorios. Lo cierto es que se ignora que, con la consiguiente mediación ideológica impresa en el diseño y la gestión de la herramienta, los medios son lo que llegan a ser a partir de los usos políticos que los activistas hacen de ellos.

Los contrainformativos son medios, con carga ideológica expresa o tácita, utilizada por otros activistas para fines políticos concretos. La participación de los últimos decide el objetivo final, pero no necesariamente el punto de partida.

Por otro lado la libertad se desglosa en lugares comunes propios de la expansión de Internet: libertad de acceso a la información, libertad de expresión, que ya se han explicado en otros apartados. Quizás la novedad resida en la extrapolación de estos principios, basados en prácticas políticas muy sólidas en las redes sociales hacia el mundo virtual.

La radicalidad democrática de esta propuesta radica precisamente en la consideración de la libertad como medio y como fin: es necesaria para acceder a la información, a los contactos y redes, a los recursos para impulsar programas de lucha a favor de más libertad. Son cuestiones muy recurrentes en algunos textos, y muy silenciadas (dados por hecho) en otros, siempre planteados como reivindicaciones, en tono imperativo ("los derechos no se piden, se toman"), seguidos de una sólida argumentación en términos éticos, con la noción de justicia en el fondo de la misma.

Aunque todos los desgloses posibles de democracia se planteen en realidad como derechos, pendulan sobre ellos una nueva generación de derechos heredados del mundo hacker e incorporados a los discursos sobre el medio (Internet): los ciberderechos, que contemplan varios de los puntos ya tratados, fundamentalmente dos: seguridad, en torno al derecho a la privacidad de las comunicaciones (en el caso de los movimientos sociales, con un tono paranoico trasladado directamente de la militancia real: la posibilidad de que las comunicaciones sean interceptadas por fuerzas de seguridad) y nuevamente del mundo hacker, la libertad de circulación de los saberes o la oposición férrea a la existencia de sistemas de patentes que limiten la difusión de productos protegidos por la propiedad intelectual (véase el movimiento copyleft).

Son derechos de última generación o novísimos derechos, que entran y salen de la Red (donde nacieron muchos de ellos), adaptándose con éxito cambiante a los condicionamientos de receptores distintos de los iniciales (el caso de las patentes de software, ampliado por el movimiento copyleft, es un buen ejemplo de discursos forzados, de obligatoria reformulación pendiente).

En lo que se refiere al lenguaje empleado en los textos que analizamos, la juventud de los textos y el incipiente desarrollo teórico, todavía pendiente de nuevas aportaciones, llevan a un predominio de las afirmaciones: "contrainformar es" y del modo imperativo: "la contrainformación debe". Detrás del propósito (hacer contrainformación) siempre existe un "nosotros", que hace alusión al colectivo editorial o la asamblea que gestiona el proyecto concreto, como sujetos activos de una práctica. En algunos casos, en torno a los mandatos éticos que deben regir la contrainformación o el mediactivismo, encontramos un referente difuminado, oculto tras el imperativo, en evidente referencia a todos aquellos que, aventurándose en prácticas informativas alternativas, deben cumplir unos estándares de calidad mínimos.

La contradicción más latente en este cambio de sujetos es la que se refiere al contraste entre la importancia concedida en el discurso a la participación de los usuarios, entendidos como el soporte fundamental

[NOTA]49)de un uso político de las NTIC que prima la construcción en primera persona de los relatos, y la preeminencia del colectivo editorial en la afirmación continua de los fundamentos en que se asienta el modelo. El "nosotros" rara vez hace alusión al conjunto de los usuarios, y sí a los promotores de la iniciativa de un nuevo sitio web dinámico. Aunque el discurso se elabora sobre el presupuesto de la participación, no sale en la enunciación continua de los postulados más que como referencias concretas a este aspecto, primando la enunciación de las motivaciones y ubicación ideológica del colectivo promotor en primera persona del plural.

El discurso manejado presenta, además y como se ha dejado entrever, una doble dimensión político-técnica (mezcla de discurso político y científico-técnico, su interdicusrividad), que no necesariamente está vinculada en un mismo sentido. Si partimos de la base de que el propio diseño de la herramienta elegida es una opción política (en un contexto en el que, como hemos podido comprobar en este artículo, Internet está connotado ideológicamente desde su concepción y como consecuencia de su evolución por distintos imaginarios), y el propio énfasis en la construcción de nuevos modelos comunicativos sobre nuevos soportes que permiten la subversión de modelos previos así lo confirma, el discurso político no debería ser considerado una dimensión separada frente a la neutralidad esgrimida en el modelo tecnológico. Rara vez se establece una conexión de sentido entre una herramienta que hace posible y central la publicación abierta, y el propio modelo de publicación abierta en sí.

En el plano estrictamente ideológico, simplemente mencionaremos la existencia de tres herencias (intertextualidad), no necesariamente recientes, en la conformación de los discursos en este ámbito: junto con la noción de novedad en relación al desarrollo de Internet y al de los propios usos políticos de la Red, sobre el que se desarrolla la presunta neutralidad que evita definiciones demasiado concretas. Se cruza además con apuestas políticamente comprometidas con contenidos, en las que los ejes temáticos de los Nuevos Movimientos Sociales y los procedentes de la izquierda política "tradicional" (sindicalismo, mundo obrero) contrastan con la herencia –localizada en la opción de Indymedia Madrid- postmoderna de última generación, que rechaza posicionamientos ideológicos ("falsa conciencia").

La difusión de estos textos se lleva a cabo estrictamente a través de Internet: el activismo comunicativo se gesta dentro de la red. La contrainformación establece sus reglas de funcionamiento en las páginas web de cada proyecto telemático; los textos se agrupan en las "biblioweb" y en las recopilaciones de materiales de sitios específicos. Todavía son escasos los textos impresos sobre este género informativo. El acceso a la información es bastante amplio, conectando de forma más o menos fluida las redes sociales y las redes telemáticas.

El mejor ejemplo de cuanto hemos mencionado es el funcionamiento real de la Red Indymedia, surgida en 1999 en torno a la contracumbre a la Ronda del Milenio de la OMC de Seattle. Con posterioridad se extiende, hasta alcanzar más de 100 nodos en la actualidad. Basado en la existencia de un colectivo editorial que escribe las editoriales ("columnas centrales"), abren la posibilidad de participación, en la que centran su funcionamiento, a través de una columna de la derecha de publicación abierta, donde los usuarios publican sus propias noticias:

"www.indymedia.org News Wire trabaja con el principio de "publicación abierta", un elemento esencial del proyecto Indymedia que permite a los periodistas y publicaciones independientes publicar las noticias de forma instantánea en un sitio web accesible globalmente. El newswire Indymedia anima a la gente a convertirse en el medio de comunicación, publicando sus propios artículos, análisis e información. Cualquiera puede publicar en el newswire, desde un ordenador conectado a Internet, haciendo clic en la palabra "publish" (publicar) en www.indymedia.org y siguiendo las sencillas instrucciones. Indymedia confía en que la gente que publica las noticias presente su información de forma completa, honesta y exacta (…)".

[NOTA]50)

El objetivo perseguido es, como mencionábamos, el de convertir el sitio web en un espacio gestionado por los usuarios, potenciales periodistas y observadores de primera mano de los fenómenos de interés activista. El proyecto funciona sobre la base de un principio de confianza: la mediación del colectivo editorial sólo está prevista en caso de provocaciones que obstaculicen el buen funcionamiento del proyecto.

El ejemplo que mayores contradicciones plantea respecto de este modelo es el de Indymedia Madrid, con el colectivo editorial más rígido de la historia de Indymedia, establece un sistema de filtros a determinadas direcciones IP, y exige un registro de usuarios, que son los que pueden puntuar y decidir así la visibilidad de las contribuciones:

"Pero Indymedia-Madrid/ACP se reserva también el derecho a orientar ese caos que entra por la ventana de publicación abierta, a filtrarlo, a extraer lo que su comunidad de usuarios juzga relevante, a separar, en fin, la señal del ruido (…)

[NOTA]51)".

Se desvirtúan así los principios de participación e igualdad en el acceso que caracterizan el modelo, en claro beneficio del de "seguridad" en sentido político más que técnico. El modelo de confianza en la honestidad de los usuarios se restringe:

"Es una especie de "llave", de interfaz, que el colectivo editorial entrega a quien se comprometa a hacer un uso constructivo y afirmativo del sitio, evitando todo uso fraudulento o punitivo del sistema de puntuaciones. Por supuesto, el colectivo editorial, como hace cualquier colectivo con las llaves de su local, se reserva el derecho de admisión (…)[NOTA]52)".

El modelo último corresponde al de herramienta política en mano de un grupo de activistas con marcos ideológicos definidos no explicitados, en el que el Indymedia se convierte en un medio para "sabotear Matrix", al más puro estilo Casarini:

"La autonomía del colectivo editorial se expresa así: no queremos ni podemos ser un "reflejo/altavoz/tablón de anuncios" de lo que hay en Madrid, eso quizá bastaría si "lo que hay" tuviese la potencia para reconstruir todos los días un lazo social alternativo al intercambio mercantil, pero no ocurre nada de eso. Matrix quisiera que las redes de comunicación alternativas devolviesen a los sujetos políticos que las contemplan una bella imagen de sí mismos. Indymedia-Madrid/ACP no quiere colaborar en nada de eso, no quiere "reflejar lo que hay" sino cuestionarlo y ayudarlo a crecer, ponerlo en tensión con los envites políticos globales, exigirle más y mejor reflexión, más y mejor acción pública, más y mejor imaginación política, más y mejor consistencia militante, más y mejor autoorganización e incidencia real (…)[NOTA]53)".

Partes: 1, 2, 3
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente