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Lo que tú ves es lo que te llega, querido.
Flip Wilson.
DE LA SIMULACION.— 1 ¿Y qué ocurre con Pandora cuando contrae sagradas nupcias? Por lo visto, simplemente estará condenada a representar una parodia. A asumir una actitud antinatural, cansadora, aburridora y socialmente tan necesaria aunque transitoria. La que sobrellevará sólo a través de su espíritu acostumbrado a ponderar si el negocio es bueno. Por esto, no se puede esperar que su matrimonio sea un estado de excepción que nos permita catalogarla de: mujer normal. Menos aun cuando resuelve ponerle cuernos a su confiado cónyuge, sin consideraciones, o cuando se resigna a ponérselos sólo con el pensamiento. Y muy diferente a la mayoría de nosotros los hombres que, una vez alcanzados ciertos grados de madurez y conciencia, se nos hace del todo inaceptable y contraproducente compartir la mujer del prójimo. 2 Además, dicha promiscuidad desatada siempre esconde la homosexualidad no asumida del falso varón.
¿Y qué existe en el corazón de la mujer normal cuando da el sí a su enamorado? Todo lo contrario a lo que existe en el corazón férreo de Pandora. Vale decir: que por sobre todo existe un inmenso amor y un profundo respeto por el que será su esposo.
DE LA INDUCCIÓN.— 3 Salvo excepciones, los varones poseemos una delicadeza espiritual y física que Pandora desconoce absolutamente. Dicho esto —y por justicia— primero que nada sería pertinente preguntarse: ¿y qué ocurre con la asistencia de varones a los burdeles? Simple: como nosotros propendemos a la fidelidad a causa de nuestra naturaleza espiritual y nos escabullimos de las relaciones carentes de afecto, suele transcurrir largo tiempo antes de que nos encontremos con una mujer que nos inspire una relación completa. Y dado que la masturbación nos resulta penosa, por milenios hemos debido recurrir a profesionales del sexo, que muchas veces puede ser la misma Pandora en una de sus versiones predilectas, aunque más discreta u oculta.
4 «Cuando una mujer desfachatada deriva en ramera, ya no ejerce por apetencias económicas sino por dar rienda suelta a una libidinosidad morbosa que le resulta fascinante y, de paso, le permite sacar provecho económico sin hacer esfuerzo significativo alguno. Fíjate, quién hace notar el asunto —y lo estimula— es ella misma. Y si te fijaras un poco más te darás cuenta de que la muy cínica, a la vez de insinuarse víctima, te está avisando de lo que está dispuesta a "sufrir" si te lanzas sobre ella, al estilo de un energúmeno, o con el billete grande, en ristre.
5 Finalmente somos los hombres quienes le permitimos ese usufructo, tal vez como forma de pagar un delito que cometemos contra nosotros mismos ¡Y para qué hablar de los burdeles masculinos! ¡Son los más rentables! 6 Por esa razón nunca les creas, ni aceptes que te cuenten historias sobre lo pervertidos y canallas que somos los varones con ciertas damiselas y sus discípulas, porque podrían concientizarte a niveles invalidantes terminales.
7 De su meretricia lógica, al final se deduce el axioma más elemental: tú eres perverso, ella es buena; tú pagas, ella cobra; tú pierdes, ella gana. De este logro nada comprende la mujer fiel y sincera. Pues ella posee tal sentido de la propia y ajena dignidad, que le resulta inaceptable transgredir algún principio de la vida natural y digna. Por ejemplo: prostituirse».
DE LA VIOLENCIA.— 8 Para nuestra desgracia varios medios de comunicación —azuzados por Pandora y Cía.— suelen informarnos de golpizas, violaciones y malos tratos a granel de que ella es objeto en manos de su compañero de turno. Sin embargo poco o nada se informa sobre el origen y estimulación de estos hechos y, una cosa muy curiosa, nunca se reporta frías venganzas brutales por parte de la mayoría de los varones que sufren agresiones pandorianas de todo tipo y por largo tiempo ¿Acaso, ser hombre de mayorías significa ser tonto, indiferente… o sometido? De ningún modo. Ser hombre de mayorías —en los tiempos actuales— es ser despierto, precavido y saber apartarse de Pandora, con dignidad, convicción y discreción, aunque el corazón se nos haga trizas.
9 La crónica feminista cosecha y divulga testimonios bestiales en forma frenética, pero lo que en verdad hace es mostrar la acción de pandoreados, drogadictos, borrachos y enfermos mentales agresivos; pero todo este montón corresponde a alópatas que requieren tratamiento médico y ser retirados de circulación. Luego, generalizando en forma desmesurada pretenden involucrarnos a todos los varones, como copartícipes y responsables permanentes de hechos escasos que —siendo muy lamentables— se vuelven comprensibles cuando descubrimos que Pandora los genera y estimula en nuestra mente desde el primer contacto con ella, tal cual ya vimos en el capítulo 3.
DE LA CORRUPCIÓN.— 10 Un hecho gravísimo está ocurriendo en perjuicio de nuestra especie. Muchísimas mujeres han escapado del arcaico machismo masculino, para luego ser seducidas por la moda del neomachismo de bajos fondos autodenominado feminismo. Este constituye un pret a porter que las top model de la casa Pandora exhiben glamorosas en las rutilantes pasarelas de la comunicación masiva; con el exclusivo propósito de destruir la indispensable y armoniosa complementación que debería existir entre ambos sexos en toda temporada.
11 Valdría la pena no perder esta última perspectiva, porque de persistir semejante moda habría que realizar los estudios sociológicos y sicológicos pertinentes y adoptar las medidas correctivas necesarias en función y cumplimiento del mandato divino "amaos los unos a los otros" a pesar de… 12 Para el efecto es necesario relacionar algunos hechos, y obtener el perfil sicológico acabado de Pandora Siglo XXI, el que lamentablemente yo no estoy llamado a realizarlo en propiedad; aunque, sin embargo, mucha razón pudiera tener Marshall McLuhan cuando dice: "No sé quién sería el que descubrió el agua, pero estoy seguro de que no fue un pez".
En fin, penetrar la intimidad de Pandora, conocer su software espiritual, sigue y seguirá siendo tarea de profesionales especialistas. Mas ¿cómo hacer para incentivar a sociólogos, sicólogos y siquiatras si al respecto muchos de ellos están ocupados haciendo precisamente lo contrario? 13 Algunas autoras célebres como Robin Norwood, socióloga norteamericana, no hacen sino echarle leña al infierno. Norwood, en su libro «Las mujeres que aman demasiado» —texto sagrado de muchas— les enseña, y en diez pasos, a las hijas de Eva, todas las estratagemas para enamorar al goma ideal, sin enamorarse de él. Ellas sí aprenden a no tener sentimientos o a sublimarlos y reprimirlos. A dominar las emociones cautivantes que les limiten su frío manejo del amor que nos despiertan.
Ahora ¿cuantos de nosotros tenemos conciencia de esta actividad "cultural" pandoriana, o siquiera sospechamos de la enorme actividad disolutoria desplegada a nuestras anchas y desguarnecidas espaldas, en relación a estas materias? No me extrañaría que futuras investigaciones determinen que, más de dos tercios de la energía pandoriana desplegada durante una vida, precisamente se consume en la famosa «guerra de los sexos» o lucha por la hegemonía histeroide en la relación de pareja. De la hegemonía lésbica y su vinculación al pandorismo, hablaremos más adelante.
DE LA BUSCONERÍA.— 14 Como Pandora sabe que corazón y razón no pueden convivir, que donde entra uno el otro sale, ella prefiere separarlos para que no se excluyan. En consecuencia: enamorar a hombres trabajadores, inteligentes y perseverantes, para sacarles el mayor provecho material y espiritual. Y enamorar a hombres serios y abnegados, para efectuar sus transacciones mercantiles. Pero —a la hora del fornicio— los prefiere más patanes, carnales, impulsivos y superficiales, que: serios, abnegados, trabajadores, inteligentes o espirituales.
15 Además detesta ser fiel como la mujer normal y común; de modo que la "entrega total" de Pandora, en cada caso es el resultado del cálculo matemático, la entretención, el fornicio y la siempre urgente necesidad de amparo, servicio, manutención y compañía. Todo, como principio y consecuencia de su compulsivo afán de "cosechar". A modo de paradoja: si ella corre riesgo de perder alguna vez, es precisamente cuando se enamora de rufianes y de otros miembros de su misma Plaga. Retomaremos este tema en el subcapítulo «El Vampirismo» (de este mismo capítulo).
16 «Si acaso, por accidente, una aprovechadora se enamorara de ti, pasado breve tiempo se recuperará totalmente de lo que ella considera una caída fatal, o un anacronismo; y ese amor, ese deseo y esa pasión que hicieron creerte James Bond, desaparecerán de tu vida dando paso —según le convenga a ella— a la ruptura violenta y definitiva, o a la hipocresía, o bien al desplazamiento por la extensa gama de actitudes comprendida entre estos extremos. En síntesis: de todo lo bueno que creíste ver en ella, nada quedará; ni siquiera un gesto, una palabra o acción que agradecerle.
DIOS TE PILLE CONFESADO… SI CAYERAS EN SU TRAMPA
17 Si estás en la mira de ella, debes saber que puedes llegar a ser su esposo, a enamorarte perdidamente, incluso a hacerte sentir cierta felicidad. Pero ¡qué ironía! te enamorarás de una dama a la que nunca podrás comprender y, mucho menos, contentar de verdad. Nunca sabrás qué esperar de ella y la tensión ambiente se volverá insoportable.
18 Como la aprovechadora jamás se va a resignar a vivir a tu lado reprimiendo y simulando "hasta que la muerte los separe", rápidamente obtendrá de ti todo lo que puedas darle: casi siempre se trata de hijos, dinero y bienes materiales. Bien sabe que un buen día ella estallará y tú, que ni por casualidad vas a comprender el motivo de lo ocurrido, correrás el grave riesgo de transformarte —y de un instante a otro— en suicida, homicida o paria».
19 Tal como dice don Demetrio Spina, en relación a esta materia: "Si la sacas barata caerás en una depresión profunda, de la que saldrás a medias y después de años, a fuerza de drogas y de higienistas mentales. Sepa Dios si te haces drogadicto y terminas transformado en zombi". Tu núcleo afectivo más inmediato sentirá lástima de ti y tratará de ayudarte, aunque hasta por ahí no más. 20 En este mundo, el perdedor es excluidos hasta de su propia familia, pues él constituye una especie de lepra con SIDA. Además, para peor de tus males ella te va a despojar de tu dignidad, de tu hogar, de tus hijos y de todo cuanto formaba parte de tu felicidad; luego te acosará de por vida con demandas judiciales de tipo económico y otras de variado orden.
21 Para entonces necesitarás de un verdadero milagro si deseas rehacer tu vida, aunque sea sólo a medias. Y que nadie te convenza de que esto ocurre por igual, a Pandora y a las mujeres en general, porque es falso. 22 Si los medios económicos nos lo permiten, es de común y natural ocurrencia que aceptemos con agrado compartir nuestra vida y nuestros bienes, con una mujer separada y con hijos; incluso asumir en plenitud como padres y jefes de hogar. Lo que, en el caso inverso, es una rareza que pocas veces perdura en el tiempo. Casi siempre es fuente de conflictos insolubles permanentes y de sobreactuadas y agotadoras hipocresías.
DEL ALERTA.— 23 «Si deseas vivir feliz, tu felicidad jamás debe depender de otra persona, y mucho menos de una aprovechadora. Es preferible que vivas solo, ojalá en lo propio y cómodamente. Paga por los servicios que demandas. Pretender que ella te atienda por amor o agradecimiento es un craso error.
24 Si deseas una vida saludable, dedica, como mínimo, ocho horas diarias al trabajo productivo, ocho horas al estudio y a la recreación sana, y ocho horas al descanso reparador, para que tu cuerpo permanezca sano y tu mente esté siempre alerta».
"El verdadero ngillatún, al igual que para los antiguos héroes y tokis de mi raza, era el estar siempre despierto, o sea el vigilarse a sí mismo, cada momento del día y cada día del año" Testimonio mapuche (Siley Mora).
Además, vive con austeridad y cuida tu dinero; sin embargo date la libertad de invertirlo o gastarlo en cosas que te reporten verdadero agrado y tranquilidad. "El dinero y el sexo son fuerzas demasiado ingobernables para la razón", nos advierte Michael Korda en su magistral obra «El Poder».
25 «Si las relaciones sexuales te son imprescindibles, dale cabida a las mujeres sin pretender de ellas algo más que pasar gratos momentos, o sea, sin ‘masoquiarte’. Puedes, incluso, dejarlas a pernoctar junto a ti, siempre y cuando no intenten posesionarte ni te quiten muchas horas de sueño. Durante el día permite que compartan contigo si están dispuestas a mantener el ambiente de equilibrio y armonía. Que a tus compañeras sexuales no les quede la menor duda de que son ellas quienes se han ajustado a tu sistema y que deben aceptarlo del mismo modo que las aceptas a ellas, es decir, con reciprocidad y respeto.
26 Cuando ellas quieran irse, pretextando molestias o disconformidades, déjalas que se vayan. Si no regresan, despreocúpate, no intentes buscarlas. Lo más probable es que estés deshaciéndote de mujeres en extremo peligrosas. Si alguna retorna arrepentida, dialoga con ella hasta obtener algunas precisiones y seguridades que te permitan reaceptarla de buen grado. Pero igual prosigue haciendo tu vida para que, cuando surja el afiatamiento de pareja, sea en base a las condiciones de mutuo acuerdo por ti establecidas, las cuales —aunque sean malas— siempre serán mejores que las de una manipuladora profesional».
27 Y tal como dice F. Perls, a tu pareja podrías decirle, en algún momento propicio: "Yo soy yo, y tú eres tú, ni yo he venido a satisfacer tus expectativas, ni tú has venido a satisfacer las mías. Pero, si en alguna ocasión coincidimos: bien. Si no coincidimos: entonces no hay solución".
DE LA AUSTERIDAD.— 28 Ten siempre presente: la austeridad —que Pandora tanto aborrece, aunque siempre declara lo contrario— es el principio fundamental que debería regir toda tu existencia si deseas vivir contento, tranquilo, y tener una compañera buena y confiable. "Por eso el hombre dejará a su padre y a su madre, y tiene que adherirse a su esposa, y tienen que llegar a ser una sola carne" (Génesis). 29 Si esto forma parte de tu preocupación o interés, deshazte de cuanto sea ostentoso, lujoso o prescindible. Basta con lo bueno y bello. 30 Si eres incapaz de hacerlo, mejor olvida este libro y sus recomendaciones. A lo mejor no eres más que esos objetos de los cuales no te puedes desprender. Para el efecto sería muy saludable convencerse que: "La paz comienza cuando las expectativas terminan", del «Esquiador Centrado» de Crichinmoy. Y, "bueno le sería al hombre no tocar mujer" 1 Corintios 7:1.
DE LA ASERTIVIDAD.— 31 Suele ser muy posible y natural que en la vida de pareja, por armonizada que esté, surjan desacuerdos o desavenencias, dile a ella —clara y oportunamente— tus razones y aprehensiones y jamás calles; evita dar cabida en tu mente, y en la de ella, a lucubraciones corrosivas. 32 Si ella reacciona en forma negativa o está en desacuerdo con esta práctica, pídele que se vaya porque rechazas la falta de correspondencia y reciprocidad que virtualmente debe existir entre las personas. Si se va, es Pandora; si se queda, es una mujer recapacitada, amable y honesta… y te merece.
33 En esto especialmente quisiera que no haya malos entendidos. No se trata de ser tiranuelo con las mujeres, ni un gruñón o un hombre que a menudo confiese y ordene en mala forma a su mujer, esta actitud hasta puede matar el amor de una santa. Se trata de asertivizar en la relación de pareja, y así conocer de los aportes que efectúa cada cual más allá de exterioridades probablemente engañosas o de relativo valor; porque, más adelante, una vez comprometidos los sentimientos, las desavenencias profundas —que siempre nacen de la mala comunicación, de la incomunicación y de la mentira— con Pandora podrían resultarles funestas a ti, a tus hijos y, en último término, a la Humanidad entera.
DE LA NEGLIGENCIA.— 34 «Si te equivocas y eliges por pareja a una manipuladora, ella será siempre la que "razone" y decida por ti, aunque por momentos te parezca lo contrario. Ella será siempre la que sienta y proceda sin respeto alguno por tus sentimientos, pensamientos e intereses personales escondiéndose tras una careta de racionalidad aparente, más bien de justificaciones. El varón, que debería ser la cabeza de la relación de pareja, tal cual lo prescriben las Sagradas Escrituras, tendrá que resignarse a cumplir el papel pasivo de oyente y amanuense, a ser un pisado por su mujer y terminar transformado en pelele».
DE LA DESIGUALDAD.— 35 Tal vez sea por esta razón que cuando Pandora se transforma en cabeza del hogar, comienza a sufrir de jaquecas, pues no está hecha para eso.
36 Es falso lo que ella suele decir a quienes quieran escucharla: "hombres y mujeres somos iguales". Este sofisma se debe a que ella es altamente organizada en todo cuanto le conviene; astuta y movediza en las tareas que se propone, tomando iniciativas, creando. Hasta este punto, podríamos decir que está en lo cierto, que en algo se nos parece.
37 En seguida deberíamos preguntarnos: ¿qué ocurre, entonces, con la volubilidad, la inestabilidad, la imprevisibilidad, los terrores, la histeria, la hipocresía permanente, la traición reiterada, la intolerancia extrema y la mentira compulsiva? Por fortuna, Pandora jamás se nos parecerá.
38 Sin embargo lo que nosotros somos —y que ella no lo es— lo iremos develando poco a poco para evitar el agobio por comparaciones que puedan resultar odiosas y tiendan a desincentivar tu viril deseo de penetrar a fondo la verdad, aunque "a veces la verdad entra a la historia cabalgando a lomo del error", advierte, Reinhold Niebuhr.
DEL VALOR.— 39 Por muy útil que sea la verdad, cuesta enfrentarla, escucharla, y más aun leerla cuando es amarga; "El alma de todo hombre posee el poder de aprender la verdad y el órgano con el cual verla…", según Platón. Mas, produce pánico la verdad de saberse expuesto a la dominación, la explotación, la traición y al daño moral ¡A ser tragado vivo!
40 Es así cómo muchos varones ya prefieren adoptar la solución del avestruz, para no ver ni reconocer su triste realidad. Por eso, ser hombre implica inevitablemente ser valiente. "… Pues la verdad está más allá de toda conmiseración", puntualiza, Máximo Gorki. Para evitar suspicacias quiero aclarar que no me refiero a la valentía del mentecato ni al arrojo suicida del loco. Recuerdo 1964. Cierto compañero mío, de gimnasio, se enamoró de la separada de un tipo "pegajoso". Según ella, éste la acosaba; mi compañero —transformado en Otelo— lo buscó, lo encontró y le aplicó su mejor "karatazo". El agredido, desde el suelo y en defensa propia lo ametralló, y el "valiente" terminó en silla de ruedas para el resto de sus días. Ella a su vez lo abandonó y se lanzó a vivir con un lolosaurio que la ametrallaba, aunque con billetes de alta denominación.
DE LA LEALTAD.— 41 La verdad es que los hombres somos diferentes a Pandora —por más que ésta intente imitar nuestros modos y costumbres— y muy diferentes —como debe ser— a las, cada día más escasas, mujeres normales y equilibradas, de Dios, que van quedando.
42 Por ejemplo: nosotros somos proveedores desinteresados y no alardeamos de ello, más bien nos sentimos impulsados a proteger con todo y hasta las últimas consecuencias si fuese necesario, lo que es nuestro núcleo familiar, incluyendo a Pandora. Esto, salvo por estricta conveniencia personal, es algo que ella no haría jamás por nadie, y menos por su pareja.
43 En Pandora ocurre que, cuando su compañero le ha entregado todo lo que tenía o —peor todavía— cuando él ha caído víctima de enfermedad, de la adversidad, o ha sido incapaz de resolverle a tiempo y en forma debida algunos problemas económicos, ella se olvidará de juramentos y promesas hechas ante Dios y la ley terrenal y, más pronto que tarde, podría arrojarlo de su lado. El hombre, en tal percance, deberá sufrir un shock severo y quedar cual pájaro acéfalo que habrá de abandonar por las buenas o por las malas el nido que con amor, fe y sudor, contribuyó a crear.
44 Pandora es siempre atenta y muy paciente en estos trámites, sabe esperar el mejor momento para cortar —fría y despiadadamente— una relación que deja de ser realmente ventajosa para ella. La lealtad, la fidelidad y la compasión no existen en el plan de Pandora, salvo cuando —y siempre que ella no se perjudique— se vuelcan a sus hijos, a sus padres, hermanos, o a cualquiera que se convierta en su esclavo incondicional, pero jamás a su enamorado. Muchas veces la veremos volverle las espaldas a todo y a todos, para marcharse en busca de otra aventura, lejos de quienes llegaron a conocer su siniestra intimidad.
DEL RESGUARDO.— 45 «Si, como es natural, deseas surgir tal si fueras un seguro triunfador en la lucha por la vida; entonces debes liberar tu mente de prejuicios y tener poder total y exclusivo sobre cuanto bien poseas.
46 Jamás dale ingerencia alguna a la aprovechadora en aquello que sea importante para ti; por ejemplo: tus actividades sociales, religiosas, filosóficas, artísticas y económicas, y —muy en particular— sobre tus bienes materiales».
DE LA DERROTA.— 47 Si ocurriera que la situación te fuera adversa y tuvieras que perder; debes saber que perderás en términos absolutos. Tal como le dijo el General Ulysses Grant al General S. B. Buckner: "No es posible aceptar otros términos como no sea la rendición incondicional". Así, y luego firmada el acta de tu rendición, ella te hará quedar como abusador frente a los demás y les dirá, a quienes deseen escucharla, lo mal que le pagaste y lo pésimo que lo pasó junto a ti. Hablará de todos los sacrificios que tuvo que hacer por culpa tuya, de todo lo que soportó esperando el merecidísimo reconocimiento que jamás llegó. "Todas íbamos a ser reinas", ironiza en versos nuestra Gabriela Mistral y, dignamente en ninguno de ellos culpa de esa frustración, a los varones.
48 Lo que pretendo con lo expuesto, no es sólo despertar conciencia —hasta donde pueda— que Pandora siempre se impone y obtiene todo lo que desea; sino además: no agradece, ofende, desprestigia, daña y humilla sin consideraciones ni limitaciones.
DE LA TENTACIÓN.— 49 Volvamos a la puerta del hogar donde vive ese hombre independiente, digno y práctico, que Franco nos mostró en el subcapítulo «Del Alerta». Volvamos a ese punto de encuentro entre un mundo de cosas ajenas (el afuera), agitado, casi siempre azaroso y hostil; y ese otro mundo pequeño (el adentro) que es el lugar de solaz y reposo, donde te reencuentras a diario contigo mismo, para hacer o dejar de hacer lo que te venga en ganas sin tener que mirarle la cara a nadie.
Ese lugar donde duermes cada noche ese sueño reparador del que te hablaba; el que te permite volver cada mañana a tu trabajo, lleno de energías y optimismo. ¿Qué te parece la idea de que el día menos pensado esa misma puerta se abra para darle paso a la amiga de lo ajeno que, escondida en la figura magnética de Pandora, te enamore, y a fuerza de hipocresías y brujerías te obligue a soñar con un hogar bien compartido, con hijos y con todas esas cosas tan anheladas conque el amor nos envuelve habilidosamente en su manto de ilusiones, regalándonos la impresión de que el mundo confluye en la más perfecta armonía? Creo que tal idea te parecerá malísima ¿Verdad?
50 Pero debo advertirte: lo más probable y seguro es que estarás impedido de reconocer a Pandora si no has tenido alguna experiencia junto a ella; más, no me extrañaría que, aun presintiéndola o reconociéndola, igual la dejes entrar en tu vida.
51 Porque no existe nada más engañoso que la idea de que la experiencia traumática funciona como vacuna o antídoto seguro para evitar recaídas. En tal caso, Pavlov habría errado en su tesis de los reflejos condicionados. Incluso y contrariamente, hasta nos entusiasma la ilusión que, con los sufrimientos podemos desarrollar capacidades superiores. "La mejor escuela de sabiduría es el dolor", dice, Buda.
Entonces te preguntarás: ¿para qué seguir dándole vueltas al tema? Ni yo, ni nadie, puede pretender que tú, o cualquier otro hombre estén a salvo de caer en las garras de Pandora y sufrir las consecuencias. Tal vez no en vano, diga el místico sufí Jalil-Al-Din: "La cura del dolor está en el dolor. El bien y el mal se entremezclan. Si ambos no residen en ti, no eres de los nuestros".
EL VAMPIRISMO: ¡SUCCIONANTE NEGOCIO DE PANDORA!
DE LA CONVENIENCIA.— 52 Sólo existe un tipo de hombre que ella no cotizará jamás —excepto emergencia sexual, por supuesto—, es el sinvergüenza, el vivaracho, el aprovechador, el Pandoro (que es minoría). Puede que se genere una simbiosis transitoria-conveniente entre Pandora y Pandoro; no obstante, es muy improbable que esta relación dure en el tiempo y con similares beneficios para ambos.
53 Cabe recordar que "entre gitanos no se ven la suerte". Bonnie and Clyde son personajes imposibles en la vida de las parejas sanamente constituidas. Pandora jamás aceptaría que en su jueguito del tira y afloja participe alguien capaz de arrancársele con el botín. "En la vida nada es gratis", dice ella, y es el dicho que mejor cuadra con su "ley del embudo". Todo cuanto una mujer normal, común y corriente, dona o entrega sin recibir nada a cambio, más que la propia felicidad de dar a los suyos, para Pandora es sólo mercancía a transar.
54 Ella comienza a sentir felicidad, en tanto y cuanto las transacciones le sean favorables.
«Si deseas una caricia, un beso, una relación sexual con una sinvergüenza, esto no constituye reciprocidad y tiene un costo que no se cancela según tarifa ordinaria. Deberás pagar con todos tus bienes terrenales, y hasta celestiales, para convertirte en su goma matafantasmas y sin derechos que ella necesita para su vejez. 55 El estudio de esta materia es más trascendente para ti que tu profesión o tu carrera, ello te reportará el beneficio impagable de no ser cogido de sorpresa (el factor sorpresa es muy usado por la mujer oportunista) por sucesos que en otras circunstancias podrían costarte la vida terrenal, lo mismo que me sucedió a mí».
DE LAS PROYECCIONES.— 56 Lo más penoso y destructivo para nuestra alma, ocurre cuando la dura traición inesperada deja caer todo su peso sobre nuestros sueños más queridos; sepultándolos tal vez para siempre como en el caso de mi gran amigo Franco, el suicida.
57 Porque la crueldad de Pandora no está en que nos niegue abiertamente la felicidad, por el contrario, nos deja soñar con la dicha y se deja amar; nos deja ir en lo que ella denomina: la volada. Sólo que esta dama siempre termina correspondiendo mal a nuestros sentimientos y esfuerzos. En síntesis y para hacerlo fácil: ella no es nuestra Rut, la fiel moabita que aparece en la Biblia, haciéndonos suspirar de amor. ¡Lástima que sólo nos enteramos cuando ya es demasiado tarde para escapar y salvarse!
58 Tal vez inconscientemente y considerándolo lo más natural y normal, Pandora detesta a quien la enamora. Es posible que ella vea, en el varón que la seduce, la mala imagen de sí misma y no el complemento genérico indispensable en una relación enriquecedora y necesaria para el natural desarrollo de nuestra especie, como sí nos ocurre junto a toda mujer normal y equilibrada.
DE LA OBSECUENCIA.— 59 Por ello resulta peligroso confiar en Pandora y entregársele sin previo conocimiento, y no sólo en el plano sentimental, sino también en el material. Por ejemplo, depositar parte de nuestros bienes en manos de Pandora o depender de ella en lo económico sería fatal. Para el caso convendría recordar ese antiguo proverbio español que dice: "Donde las dan; pues, las toman".
60 «Podría suceder que vivieras en el mismo departamento que le regalaste a la desfachatada; de paso, quizás recuerdes que también le regalaste el ajuar hogareño, el automóvil, los gastos de embellecimiento de la fisonomía de ella y las diversiones compartidas. Si no tienes bien claro y muy presente que ya eres prácticamente un allegado que debe portarse como tal, el día más imprevisto te verás tirado en la vereda y junto a una maleta zarrapastrosa; desposeído de tu fuerza, sin dinero, sin saber adonde ir y, con la moral y el corazón destrozados».
Si por esas cosas del destino te encontraras en similar situación, tal vez podrías hacer tuyas las palabras de Samuel T. Colerige cuando dice en su Balada del Viejo Marino: "Desde entonces, a horas inciertas, torna ese dolor, y hasta que cuento mi pavorosa historia se abrasa este corazón dentro de mí" ¡Pobrecito amigo mío! ¡Qué ejercicio más inútil! Para entonces sólo te quedará el consuelo amargo de suponer que no fuiste exonerado de tu propio hogar. Ese hogar del que muy pronto otros varones sacarán provecho, nunca fue tuyo aunque mucho te costó.
61 Por tu bien, debes saber que todo cuanto Pandora utiliza es posesión exclusiva de ella, tan sólo compartes su uso en su compañía mientras le resulte conveniente. De lo contrario ella te lanzará, haciéndote los mismos cargos que, a fuerza de artimañas y neurastenia, desarrolló en ti (celoso, mezquino, cobarde, mentiroso, agresivo, vicioso, torpe, irresponsable, frío, etcétera).
DE LA CONFIABILIDAD.— 62 No faltará quien pretenda contrarrestar esta verdad sacando a colación algunas excepciones, como si fuesen casos de mayor ocurrencia. Los varones no sólo somos despreocupados en nuestra defensa moral; además, somos muy confiados en lo bueno de la vida y —en gran mayoría— somos, en verdad, confiables. Sin ir muy lejos: la palabra de hombre es nuestro distintivo y suele tener más valor que un papel firmado ante notario, siendo de escasa ocurrencia el que la empeñemos sin cumplir nuestro compromiso.
63 Admitamos que esta norma moral, la palabra de hombre, propia de un ser superior, solemos, por extensión y terrible descuido, creerla propia también de Pandora y así nos equivocamos con lamentables consecuencias.
¡ALARMA!: MORAL CON GUERRERA CAQUI.
DE LA INGENUIDAD.— 64 Después de haber hecho el amor a Pandora y antes de que recuperemos un poco de aire, energía y lucidez, lo más probable es que ella intente —bajo esta misma situación— arrancarnos promesas o compromisos que la favorezcan y a nosotros nos compliquen la existencia. En esta circunstancia cuídate de lo que digas o prometas, porque, después ¿qué es lo primero que Pandora nos vocifera cuando supone que estamos faltando a la palabra empeñada? "¡No seas marica!", vale decir, poco hombre o "mujerzuelo", "no seas como yo".
65 Es cierto, Pandora tiene el privilegio de traicionar la confianza de su compañero, o de quien sea, sin denigrarse en su género ni sufrir reproches de persona alguna. Durante toda su vida puede agredir, mentir y traicionar con amplia libertad y aprobación. 66 Creo que los hombres somos medio ingenuos, por decirlo con buenas palabras, y vamos al encuentro de Pandora de una manera tan amable, alucinada y desprevenida, que al final terminamos protagonizando el papel de tontos.
67 Desde tiempos inmemoriales circula en boca de muchos jóvenes —y otros, no tanto— una muletilla engañosa que, desde luego, ofende a las damas: "todas son iguales", repiten con "mundano" desprecio. Cuando en verdad lo que saben y piensan —tendidos en sus lechos, con una sonrisa que les cubre el rostro— es lo siguiente: "ya que en el fondo todas son iguales, a la más bella enamoraré, a ella la moldearé a mi manera, será mi compañera y me gratificará durante toda mi vida".
68 De este modo, su ingenuidad base se suma a su fe ciega en sus encantos varoniles, en sus artes amatorias y escasísima experiencia en el juego seductor. Así, el joven, autoconvencido, se convierte en orfebre imaginario y secreto, confiando en su seudo capacidad para confeccionarse joyas espirituales a su medida, donde ni siquiera existe material noble en estado primitivo. Y en Pandora, más bien existen valores aparentes, impulsos negativos reprimidos y antivalores hábilmente ocultados.
69 A veces ni los continuos y dolorosos fracasos con ella consiguen "aterrizar" al novel y brioso galán que, como aquellos boxeadores picados, insiste en seguir peleando después de recibir la cuenta de diez. En otras ocasiones se autoengaña al suponer que serían obras de su mérito y gracia esas auténticas joyas naturales como la Mujer de Dios. A muchos jóvenes donjuanes podría resultarles más rápido, simple y económico, hacerse una réplica exacta del joyel de la corona británica, antes que una sortija pandoriana.
DE LOS MODALES.— 70 Lo más irónico es que: aun, hombres mayores, solemos soñar con los ojos abiertos. Algunos ordenamos —con tonito autoritario— que Pandora nos ayude en tal o cual cosa en forma urgente, con la certeza de saber que lo que estamos ordenando es por el bien de ambos. Puede que nos responda con un sí. Ella también sabe nuestros derechos divinos. De este modo quedamos muy confiados en que seremos obedecidos; sin embargo, y enseguida, las cosas no serán como esperabas: serán al revés. Entonces reclamarás y Pandora gritará ofuscada que hizo lo contrario porque ella no es geisha de nadie ¿Qué esperabas? Pandora sólo accederá, reverente, presurosa y sonriente, a todo cuanto le ordenes, siempre y cuando el resultado sea para su beneficio propio y exclusivo. Tal cual te lo dije en el versículo 61.
En esta interacción, la mujer normal sabe que ciertas tareas —primordiales, o secundarias— ella las realiza más seguramente, más fácil y mejor, que el varón. Por lo mismo no escatima esfuerzo y entusiasmo en aportar lo que le es propio cuando la solicitud es justa, oportuna y respetuosa. Por desgracia, y como era de esperar, los modales de buena crianza y las buenas costumbres se han ido perdiendo en medio de la pandorización social, y —por el bien de hombres, y de mujeres— es de extrema urgencia recuperarlos, valorizarlos, difundirlos y practicarlos.
DEL DOBLE STANDARD.— 71 La hibridez espiritual de que sufre Pandora, la exime como mujer propiamente tal; por consiguiente y en estricto rigor, no debe obediencia a su esposo. Por eso, ella no falta a la ley de Dios; y, como ante la ley de los hombres la obediencia al varón era sólo un mal chiste —que el juez civil nos leía del código en la más solemne tomada de pelo cuando nos casábamos— tampoco derivó nunca en problemas judiciales para ella.
72 Al respecto, como en la actualidad existe absoluta contradicción entre la ley de Dios y la de los mortales, al menos debería brindársenos la posibilidad de elegir por cual de las dos casarse, y así disponer de reglas claras y coherentes.
73 Frente al desacato de su esposa, la postura del marido es frustrante y aleve, en especial si él cree en Dios. A causa de este impasse, lo más probable es que se desate rápidamente la guerra sucia por el poder. Guerra que los varones tenemos perdida de antemano. ¡No sabemos guerrear sucio!
DE LA GUERRA.— 74 En las estrategias bélicas de la Antigüedad se contemplaba una serie de modalidades de combate que eran caballerosas y nos revelaban un elevado sentido espiritual, aun en la animosidad extrema. Los vencidos tenían la seguridad de salvar sus vidas e integrarse al nuevo orden en virtud a compromisos previos suscritos por los bandos en litigio. En aquellos tiempos era de cobardía imperdonable atacar al enemigo por la espalda. La traición era propia de plebeyos y maleantes. Era de flagrante cobardía cavar trincheras para esconderse como ratas, y los uniformes de combate eran multicolores, de modo que la presencia del soldado fuese bien notoria e infundiese temor.
75 El quid del asunto es que toda esta fanfarria guerrera, bastante ingenua, constituye hasta ahora la modalidad natural masculina en la lucha estéril por crear una relación armoniosa con Pandora. 76 Retornando a los campos de batalla, todo fue siempre de esa manera hasta que apareció Pandora vestida con guerrera caqui. Por tanto, no nos extrañemos que ahora tengamos no sólo trincheras y camuflajes; los tratados internacionales son transgredidos; se bombardean hospitales; se dispara contra ancianos y niños; se viola a la mujer del enemigo y del amigo, y los que se rinden son fusilados.
En resumen, los que ganan son los traidores, los simuladores, los inescrupulosos y los cobardes. Ocurre que: si un soldado encañona a su enemigo para tomarlo prisionero, es muy posible que surja desde algún escondite el grito de Pandora exigiéndole que lo mate. Son muchos los ejemplos de la frialdad estratégica y pragmatismo inhumano de esta imitadora de la Judit bíblica, experta en degollinas, para enfrentar toda suerte de encrucijadas, tanto militares, como laborales, seudoamorosas, mercantiles… y sociales.
DE LAS ESTRATEGIAS.— 77 No arriesgues tu cabeza en confrontaciones bélicas (tampoco: laborales, amorosas, o mercantiles, que para el presente caso da lo mismo) con Pandora, si no eres un avezado estratega capaz de citar de memoria las obras completas de Karl von Klausewits, y del General Sun Tzu; así también, citar en orden y sin titubear, el código estratégico de la mafia ciciliana; y, finalmente y además, ser egresado con honores de alguna de las Academias de Guerra de las Fuerzas Armadas, con amplia experiencia en diversos campos de batalla. Aun así no pienses que te harás un picnic con Pandora, porque al lado de ella seguirás siendo un canapé… con alguna posibilidad de salvarse.
78 Y ya que de confrontaciones hablamos, permíteme contarte cierto entredicho casual que tuve con una alta ejecutiva de una importante industria de vestuarios. Me comentaba, jactanciosa: "yo contrato preferentemente a mujeres separadas, con niños pequeños, con escasa ayuda económica, o sin ayuda. Esto resulta ideal, porque por poco dinero ellas trabajan como robots (¿fabricados por Vulcano?), y ya que en sus hogares deben atender problemas de sus hijos y otros de variada índole, no les queda tiempo ni energías para pololeos que se transformen en relaciones serias que las alejen de la empresa.
Además, ellas cuidan su puesto más que a su vida". Le pregunté si no creía que su sistema crearía obra de mano estresada y deficiente. Respondió incomodada: "nos subestima. Le aseguro que si Chile estuviese en manos de las madres separadas, en corto plazo sería potencia mundial". Una fuerte carga adrenosa se volcó en mi torrente sanguíneo; le respondí que, de ser cierta su tesis, sólo muy pocos chilenos —y hasta cierta edad— tendríamos que realizar un solo trabajo: engendrar hijos, para luego desaparecer en el aire. Aunque habría que conseguir —con ayuda de la SOFOFA— que se dictara una ley industrial de aborto selectivo obligatorio, para que sólo nazcan "chilenitas" (y no "chilenitos" con vocación de mamá), destinadas a obra de mano dócil y barata que se dejen explotar por ejecutivas "eficientes" (como ella), en empresas "ultramodernas". La impecable ejecutiva se indignó y me acusó de exagerado y machista.
79 No podía ser de otra manera: ella era separada. Moraleja: jamás te permitas el descuido de discutir con Pandora en forma muy abierta y apasionada —menos aun, descontrolada— aunque tengas toda la razón. Y si ella es tu compañera, más te valdrá coger tu chaqueta y tu cepillo dental, echarte a volar y regresar luego que haya transcurrido un par de horas, días o semanas. Mejor aun si te marchas para no volver nunca más.
80 Los frecuentes accesos de histeria, sufridos por Pandora, son devastadores. Lo tira todo, lo rompe todo, platos, ceniceros, retratos, pero cuida mucho en no desatar sus iras despedazando esos floreros de la dinastía Ming, que te hizo adquirir para ella, sudando la gota gorda donde un anticuario de la calle Merced. Tampoco arrojará al suelo los chanchitos de Pomaire que les regaló el compadre patas negras, devorador de anzuelos.
81 Mas, cuando ella no encuentra el blanco de su histeria, todo el odio, el resentimiento y el afán de aniquilación se vuelven en contra de su estética: se traga en un abrir y cerrar de ojos una caja de castañas glasé, o un litro de cerveza que deberá transpirar en su sesión de aeróbica, en un lujoso gym. 82 Si logra salvarse a sí misma, cuando vuelvas todo será como si nada hubiese ocurrido, y hasta es posible que en algún momento adecuado, Pandora te encuentre la razón y te invite —¡cuidado!— a comprar algunos enseres para reemplazar los que por "azar" destruyó al tropezar con ellos.
83 Ella puede ser medio sicopática, pero nunca tonta. Sabe que perderte definitivamente aun no le conviene, y si le das en el gusto en todo lo que quiere, puedes conseguir un mejor trato al final del combate y sellar el armisticio con un beso. En otras palabras, en una relación que siempre resultará desfavorable para ti, tu posibilidad de salir librado estriba en cuanto ella pueda considerarte cada vez menos hombre; vale decir: más dócil, resignado y cobarde. Porque de lo contrario, ella tenderá a ser cada vez más exigente y agresiva en la búsqueda de sus objetivos.
EL ARTE DE FAENAR EL AMOR
DE LAS ESTRATAGEMAS.— 84 Nunca se te ocurra terminar tu relación con Pandora y luego, arrepentido, querer reconciliarte. No lo hagas ni aunque tengas el mejor pretexto o emplees esas débiles estratagemas infantiles que nos caracterizan para la ocasión. Por ejemplo, un sábado a medio día llamarla por teléfono, para avisarle: "esta noche paso por la casa a retirar la corbata que se me quedó sobre la mesa de centro". Lo más probable es que te reciba haciéndose la desentendida y hasta te colabore en el empeño, pero justo entonces habrán bajado tus bonos a un décimo.
85 Y desde ese momento en adelante, llegarás a conocer lo que hace Pandora cuando se siente segura de sí misma y, especialmente, de tu debilidad. Ni pienses que en algún instante vas a recuperarte y repuntar. Todo lo contrario. Primero, serás metafóricamente faenado como buey, todo lo que de ti se pueda aprovechar se aprovechará. Una vez desollado y deshuesado por Pandora, todo lo útil de ti será sistemáticamente extraído y puesto a buen recaudo; luego los desechos serán lanzados a la calle, sin tarro ni bolsa basurera. A este rito sacrificial es lo que la sabiduría popular llama "ir por lana…" ¡Aquí no hay fairplay que valga, ni santo que te ampare!
RESGUARDO: SI TE VAS… ¡NO VUELVAS!
DEL RESGUARDO (2).— 86 ¡Cuidado! Al pasar por trances de esta naturaleza, puedes llegar a desarrollar una capacidad de odio ilimitada e incluso puedes involucrarte en un drama de esos con los que las feministas ponen su grito en el cielo. 87 Permíteme insistir: no se te vaya a ocurrir recaer y volver junto a ella. Más te vale esperar con buen apoyo siquiátrico, medio dopado, a que ella te busque, porque es seguro que te va a buscar… si aun respiras. Te sugiero que no vuelvas jamás; no obstante si esto te es emocionalmente imposible, al menos hazle difícil el triunfo, si por debilidad hicieses lo contrario no provocarías ningún cambio favorable para ti. Lamentablemente: "Maestro es, en verdad, tu infortunio, Prometeo", de Prometeo Encadenado (Esquilo).
88 Ponerte al alcance de Pandora, equivale a mostrarte ansioso de volver a verla, de querer disfrutar del placer masoquista que sólo ella sabe darte.
89 En este punto, te conviene —si acaso estás alerta y te queda autocontrol— hacerte el interesante, el inaccesible, el Humphrey Bogart u otro de su estirpe. Si estás aun inseguro, oblígate al menos a parecerlo. Para ese fin podría ser bueno que hicieras lo siguiente: con tinta indeleble grábate, tatúate sobre el tórax una viuda negra y ponle el nombre de pila de tu Pandora. Esta maniobra, tan ridícula, te podría obligar a permanecer lejos de ella aunque te llame, sollozante. Sólo de este modo la obligarías a darse el trabajo de buscarte. ¡Y olvídate de la corbata, ya que ésta podría transformarse en el dogal de tu cadalso!
90 Darse un trabajo equivale a hacer una inversión, y una inversión es algo que ella jamás pierde. Recuérdalo, para cuando Pandora te encuentre (después que se haya borrado la araña sobre tu tórax), tendrás un valor agregado.
91 Podría ofrecerte una larga serie de consejillos útiles que te harían creer, erróneamente, en el triunfo final. Lo efectivo es que son tan sólo meros recursos para salir del mal paso o llegar a conocer la verdad; pero a la larga sólo le servirán a Pandora para mantenerse en training durante la guerra sicológica.
92 Si ocurre que ella no te busca y aun eres capaz de mantenerte lejos, ten al menos la total convicción de que te has librado de la relación más peligrosa y estresante a que puede acceder el hombre común, a pesar de lo muy imprescindible y seductora que esta mujer aparezca a la luz de tus sueños. Porque la felicidad junto a Pandora sólo es posible y duradera en ese plano, y nunca en su real proximidad. Parodiando a Jean Baudrillard, te diré: Pandora es tan sólo un banal sueño del hombre; Dios la sacó del hombre durante su sueño. Tiene, pues, todos los rasgos del sueño y los restos dispersos, contradictorios e incompatibles de lo real.
93 De manera que olvídate de ella, deshazte de todo objeto que te haga recordarla y te despierte soterradas y ya olvidadas emociones venenosas. Cualquier fisiólogo podrá informarte que las emociones negativas —aparte de originar hondas depresiones que pueden ser fatales— afectan el sistema inmunológico dañando órganos en forma irreversible. Cáncer, diabetes, cardiopatías y otras enfermedades graves, pueden llegar a desarrollarse en tu organismo, amando a Pandora. Por tanto, es más rápido y fácil morir junto a ella, que intentar vivir con ella. Piensa siempre que a la larga las emociones mueren solas cuando uno no las alimenta. Haz cosas nuevas que te desvíen la atención que aun tienes sobre Pandora.
94 Además, resulta demencial y extenuante vivir con una dama que siempre espera que uno le adivine sus necesidades, deseos, sentimientos y pensamientos, y que —a fin de evitarnos sorpresas ingratas— nosotros tengamos que meditar y pensar con extremo cuidado antes de dirigirle la palabra, pero sin pensar ni un momento en nosotros ni en nuestra situación con respecto a ella.
Los hombres temen al pensamiento más de lo que temen a cualquier otra cosa en el mundo; más que a la ruina, incluso más que a la muerte… Y es el temor el que detiene al hombre, temor a que sus creencias entrañables vayan a resultar tan sólo ilusiones.
Bertrand Russel
95 Dado que, cristiana y kármicamente todo lo malo termina mal, a la hora del ajuste de cuentas entre tú y Pandora no habrá concesión alguna por parte de ella. Desde ya tu ruina moral y material no la hará tener ni un ápice de misericordia ni sentir arrepentimiento, a no ser que otra conveniencia mayor la haga echar pie atrás por un instante.
En síntesis: déjala y aprovecha tu nuevo excedente energético trabajando más que nunca. Rodéate de buenos amigos, de personas constructivas y alegres. Jamás te aísles, ni te aturdas con aventurillas amorosas forzadas. Así pronto estarás en mejores condiciones que antes para emprender una mejor relación amorosa con una verdadera y noble fémina.
6
LO DESPIADADO: LA CASTRACIÓN SICOLÓGICA.
Que otra cosa ves en el tenebroso fondo abismo tiempo.
Williams Shakespeare
DE LA SEXUALIDAD.— 1 A pesar de ser el sexo el talón de Aquiles y primer estigma del varón, no pretendo abogar por el celibato, además que la sexualidad —como parte de la Naturaleza— no es tan amenazadora y puede ser muy deleitosa si sabemos ejercer autocontrol y dominio sobre ella y, sobre su inspiradora, Pandora-Eva. Esto es lo más importante para nuestra salvación en la vida presente.
2 La sexualidad es la manifestación espiritual-material más importante en la vida humana, y los varones, así también las hijas de Eva, en ese terreno corremos serio peligro de transformarnos en víctimas o victimarios de la peor agresión que puede sufrir la persona. En este plano y hasta este momento, Pandora nos supera en toda la línea.
3 Por muy frígida que sea, es casi imposible que ella falle una vez llegada la instancia —que es lo determinante desde el punto de vista objetivo— porque posee la peculiaridad de no llegar a sentirse humillada a consecuencia de la frigidez, del desamor y la tensión emocional. Para Pandora su sexo es una herramienta confiable, siempre disponible, que ella maneja con soltura —apoyada en pildoritas, dispositivos intrauterinos y abortos— para componer y descomponer su relación con nosotros según sus conveniencias o deseos personales, por supuesto que al margen del amor.
Por ejemplo: al comienzo ella se te va a entregar "íntegra e intensamente". Será su convincente demostración de "amor" y anzuelo maestro. Sin embargo, cuando ya te vea engolosinado, esa "entrega incondicional" desaparecerá pronto y Pandora se aprovechará de tu febril entusiasmo, para fijar aquellas primeras condiciones ventajosas para ella, las mismas que ya señalamos en el subcapítulo «Del Alerta».
4 El placer por el placer, en Pandora no tiene sentido alguno, aunque muchas veces les mienta a personas de su confianza contándoles que ella se conformaría si san Antonio introdujese en su lecho algún compañero aunque fuera tan sólo para calentar sus piececitos.
LA SEXUALIDAD COMO ARMA DE EXTERMINIO
En verdad, a ella lo que más le interesa es manipular y explotar sistemáticamente la sexualidad de su macho, con el avieso propósito de domarlo y someterlo. Veamos un ejemplo de común ocurrencia: mientras su compañero, ansioso y ardiente se dispone en la cama para hacerle el amor, ella apartará sus pies, de los pies de él, por muy calientitos que éste los tenga y se los ofrezca.
Muy a la inversa de lo que su enamorado espera, de inmediato ella va a proceder a calentarle la cabeza con recriminaciones gratuitas y monsergas enervantes, hasta hacérsela estallar. Así por la mañana, Pandora dispondrá de un estropajo somnoliento, de pie frío y con jaqueca, al que podrá juzgar, hacerle y decirle todo lo que le venga en ganas a fin de rematarlo moralmente, sin que él disponga de la energía mínima que le permita defenderse. Le reprochará de no haber querido hacer el amor con ella, o, tal vez, lo azote con el látigo de la indiferencia. Posiblemente le espete, con ironía: "parece que ya no sirves ni para la cama".
Situaciones similares a ésta se repiten por millones cada día y cada noche en todo Occidente, y cada día y cada noche millones de hombres se sienten deprimidos, no saben qué les ocurre, ni saben qué hacer, se llenan de angustia, se enferman, se mueren… o se matan. No es por inferioridad biológica que el varón occidental —según estadísticas— viva de 10 a 20 años menos que la mujer.
5 Lo que Pandora emprende —en el caso antedicho— es un trabajo biológico-sicológico que muy pocos conocemos ¿En qué consiste este trabajo? Primero: hacer que toda la sangre que necesita el pene para alcanzar su erección, fluya hacia la cabeza de su "bienamado", hacia su cerebro, para asistirlo en sus nuevos pensamientos angustiantes —todos provocados por ella— y, además, exacerbados por violentos golpes de adrenalina. Así, la posibilidad de una erección es casi nula. Segundo: el cerebro de su enamorado termina sobrecalentado a causa de haber transitado toda la noche en vela, pasándose "rollos" destructores y, de paso y en respetuoso silencio, permitirle a ella dormir tranquila y bien desahogadita. Este tratamiento, bien llevado, hace que el varón pierda buena parte de su autoestima y se vaya volviendo, poco a poco, más débil, más servil y obediente con… su depredadora.
6 ¡Pandora sabe muy bien que: son la potencia sexual de él, y los orgasmos de ella, los culpables de que a su hombre le aumenten —hasta tocar las estrellas— su seguridad personal y su autoestima. En consecuencia, maléficamente, sistemáticamente, se los regatea o abiertamente se los niega!
Desde otra perspectiva, Pandora teme que, a causa de la potencia y seguridad sexuales de su hombre, él crea tener un dominio absoluto sobre ella ¡O él crea que ella es su geisha! Estos dos últimos temores le resultan muy amenazantes a Pandora, y por lo mismo: inaceptables, porque constituyen una amenaza a la consecución de sus objetivos intransables; recordemos al menos uno: vivir como la diosa de un planeta dominado por el sexismo y la locura, tal cual ocurrió en Sodoma y Gomorra.
7 De tal modo, Pandora apuesta siempre a su propio sexo y a la capacidad que éste tiene para enloquecernos. En cambio nuestro sexo (¡qué ironía!) es una baratija que sólo hace enloquecer a las "locas" (perdóname el pleonasmo, amigo mío). Lo cierto es que nosotros no podemos jugar con nuestro sexo, podríamos fallar miserablemente y hacernos famosos. Son varios los elementos síquicos que pueden jugarnos una mala pasada, por ejemplo: el hecho de no estar enamorados, el sentirnos extenuados, presionados, traicionados, ofendidos, menospreciados, enfermos, etcétera. 8 En consecuencia somos fáciles candidatos a la impotencia y al ridículo. ¡Y en gran medida esta candidatura depende sólo de ella!
Como yo no estoy facultado para hablar sobre los fundamentos de esta anomalía terrible, ni este libro trata de ésta, me limitaré a formularte una sugerencia y dos advertencias para evitar que te veas en la penosa situación de retirarte a los cuarteles de invierno en plena primavera. Primero la sugerencia: no ingieras alcohol; cualquier médico especialista te pondrá al tanto que en la vida los varones tenemos que decidir por una de dos cosas: las mujeres, o el alcohol. Ambas opciones jamás serán compatibles. Si decides por un poco de cada una, entonces corres peligro de ser comparado con un abstemio, y en el momento menos pensado puedes quedarte solo o, Pandora te mantendría a su lado para sacarte provecho no sexual, si es que vale la pena.
9 Ahora las advertencias: jamás nadie como Pandora tendrá el poder de provocarte un trauma síquico tan brutal, violento y profundo. Si confías en ella y para peor de tus males la amas —independiente al tema de si la provees o no de goce sexual— bastará que ella te "ponga cuernos"; que a tus artes amatorias les haga cierta crítica destructiva, o se burle de ti con el objeto de: dejarte inhibido, impotente o medio impotente durante largos períodos, quizás por el resto de tu vida. No conseguirás hacer justicia tratando de replicarle con el mismo esquema. El "diente por diente", tal cual ya pudiste ver, aquí no funciona.
Para la ocasión y muy femeninamente, ella intuirá tus intenciones y a continuación no necesitará esforzarse lo más mínimo para conseguir en forma inmediata un macho más maduro, ostentarlo y, de paso, dejarte definitivamente fuera de circulación, en ridículo, y con la "brújula perdida". Finalmente: jamás podrás librarte de estos peligros y sufrimientos mientras vivas con Pandora.
10 Como Pandora suele ser irracional —a causa de su impulsividad, y no porque haga tonterías (recuerda que su software fue diseñado en otro Universo, con otra "racionalidad")—, es el tipo de hembra más incontrolable y agresivo de la fauna antihombre y antimujer. De todo cuanto hace con esa indignación y resentimiento brutales que la caracterizan, distinguirás tres actividades claras y permanentes, que conviene anotar. Ellas son: la explotación de tus celos, la verborrea recriminatoria y la incomunicación total, incluida la sexual.
Déjame advertirte: con esta triple combinación, y pasado un tiempo, Pandora te destruirá sexual y síquicamente, y nunca en tu vida lograrás recuperarte, salvo que seas masoquista superdotado o, un eximio idiota. En todo caso: un récord para el libro de Guinness.
11 En términos muy generales, el sexo de Pandy siempre funciona como trampa infalible, que atrapa y no suelta; a veces castra sicológicamente, y otras veces… mata. También es factible compararlo con el Triángulo de las Bermudas, tragándose en un santiamén todo lo que transite próximo a él. Portaviones, submarinos atómicos; escuadrones completos, de bombarderos; son algunos tentempiés de lo que será la cena propiamente tal.
7
LA SOSPECHA: ¿REAL IGUALDAD O SÓLO DESPOTISMO FEMINISTA?
Estamos siguiendo su consejo, Vladimir Ilich (Lenin), penetrando más y más profundamente en los planes del enemigo.
Felix Dzerzhinski
DE LA IGUALDAD.— 1 Todo parece demostrar que los varones —habiendo perdido muchas batallas en los últimos tiempos, y parte importante de nuestro fuego interior, como dice, Castaneda— estamos siendo demasiado condescendientes y paternalistas con ciertas damas prosélitas y su jefa Pandora. 2 Varios nos hemos dejado persuadir —mediante propaganda y tergiversación de hechos— por la idea de que resulta ya imprescindible el advenimiento de un hombre más "evolucionado", más al gusto de ellas. Hombre que colabore con sumiso agrado al desarrollo del machismo en la mujer; hasta que ésta consiga esa igualdad —tan ansiada por Pandora— con aquel gorila marciano que, hace milenios, según leyendas, habría infectado nuestros genes.
3 Por el bien de la humanidad y de las personas en particular, no permitas ni te permitas participar en ninguna liberación que promueva abolir las funciones diferenciadas en la relación genérica, armónica y naturalmente heredada; menos aun, el avieso y espurio cambio o permuta de ellas. 4 Todo este fraude —respaldado por un falso humanismo tan lastimero como vengativo— nace de la falsa y popular premisa de que "hombres y mujeres somos iguales". Esto, porque no existen fundamentos históricos, biológicos, filosóficos, religiosos ni científicos que acrediten tal igualación.
5 ¡Qué extraño! Hasta ahora ninguna autoridad en la materia nos explica, rectamente, si esa igualdad se refiere al derecho inviolable que tiene cada cual a desarrollar sus particulares e indelegables potenciales ¿O se refiere a que los hombres debemos proceder como mujeres, de mujeres que procedan como hombres? En fin, parece que en verdad nadie sabe nada, y todo cuanto se dice al respecto podría ser un discursillo histérico, demagógico, politiquero, y sin fundamento valedero alguno.
Creo que, al igual que la masculinidad, la feminidad es un bien fundamental e insustituible para la humanidad; pero, es un bien tan minimizado, y a veces derechamente tan despreciado por las emergentes ideologías materialistas – pro consumistas, que ya ninguna mujer quiere asumirlo; y —paradójicamente, como algunas bien saben que la humanidad desaparecería si no existiese feminidad— entonces intentan adjudicársela al hombre, en la creencia de que hombres y mujeres somos iguales.
Rayo
Pienso que ya llegó el momento en que los varones tomemos conocimiento de este problema, para que le demos un corte conciente, rápido, inteligente, justo y pacífico; y no desesperado, ciego y violento como podría ocurrir en una reacción nuestra puramente emocional. Debemos meditarlo poniendo todas las cartas sobre la mesa.
DE LA SABIDURÍA.— 6 Los Vedas son los libros sagrados más antiguos (5.000 años) e importantes de la India, y de cuya sabiduría beben las más avanzadas investigaciones del alma humana. Ellos nos cuentan que Agni y de Soma son los principios fundamentales del Universo. Agni o el Eterno masculino constituye el intelecto creador, y es el Espíritu puro proveniente del cosmos.
En cambio, Soma o el Eterno femenino, se constituye como el Alma del mundo. Principio creador de todo lo visible e invisible, Soma es la Naturaleza o materia en sus infinitas transformaciones. Finalmente, la unión perfecta de ambos (o complementación genérica) constituye la esencia del Ser supremo (Dios).
DE LA CIENCIA.— 7 También de la ciencia y en particular de la genética, nos viene otra verdad a palos, inmutable, incuestionable, definitiva. Ella es: la existencia de los cromosomas, y sus condicionamientos naturales e inmodificables. Existen dos cromosomas: el cromosoma femenino, denominado X; y el cromosoma masculino, denominado Y. Mayoritariamente los humanos estamos formados de dos cromosomas; la mujer está formada por XX, y el varón común esta formado por XY. Y es por esta misma realidad que los varones somos los únicos y exclusivos representantes de la masculinidad, (al menos en nuestro planeta).
8 Tampoco la masculinidad es un puro asunto circunscrito a nuestros genitales tal cual pretenden hacérnoslo creer maliciosamente las feministas y sus lacayos.
9 Por lo tanto y en consecuencia sería procedente e importantísimo preguntarnos de dónde sacan las mujeres su cromosoma Y, para igualarse a nosotros. Quizá haya por ahí algún nuevo descubrimiento científico que sólo ha sido revelado a ellas. Esto último es sólo lucubración. Pero si Pandora insiste en que toda esta verdad genética es mentira, mas le vale que Vulcano la retorne a su fábrica de origen y la deje allá.
10 mientras tanto, lo cierto y seguro es que los heterosexuales XY seguiremos siendo los seres humanos más completos, complejos y versátiles. Y es así que podemos ver, conocer, evaluar y manejar fenómenos de la vida y de la Naturaleza, con dos prismas diferentes: lo práctico, y lo especulativo.
11 Cromosomáticamente considerada la relación hombre-mujer, ellas podrían tener ninguna conexión ni afinidad con nuestros procesos mentales, con nuestras motivaciones y acciones masculinas precondicionadas por Y. Así, resultaría absurdo esperar que ellas nos comprendan, y menos aun que nos contribuyan con aportes apropiados al común desarrollo; debido a que —dentro de nuestro plano cromosomático Y— toda buena comunicación con ellas permanece bloqueada a causa de la total desconexión y desconocimiento que las mujeres tienen con, y de, nuestra Y; Además, a causa de su natural e insalvable impedimento de vivenciar Y (para comprenderlo en forma apropiada y valedera), resulta impropio y peligroso admitir como si fuera cierto que las mujeres tengan y comprendan ese lado masculino por el que tanto se ensoberbecen ahora muchas de ellas… ¡Con qué ropa! digo, yo.
12 Esta podría ser una legítima explicación para comprender su nulo aporte social a nivel de las grandes ideas, y su consiguiente fracaso como gobernantas autónomas de una sociedad comprendida sólo a medias. En cambio, se torna muy comprensible nuestro liderazgo en ésta y otras materias de vital importancia universal. También es válido considerar que nuestro cromosoma X les ofrece a ellas un mundo de amplios desarrollos, de suyo irrealizable debido a su natural e inevitable limitación genética. Así mismo los XY heterosexuales somos actores plenamente capacitados para comprender y resolverles, con toda propiedad, problemas exclusivos del género de ellas, de sus "equis"… y sin dejar de ser nosotros ciertamente masculinos. En consecuencia, no nos sorprendamos de que las mujeres digan que los hombres les resultamos seres del todo extraños e incomprensibles y; para algunas: terribles.
13 En síntesis: en toda la Naturaleza conocida, lo masculino, y lo femenino, el ying y el yang, yacen claramente presentes y debidamente diferenciados —en la forma y en el fondo— por condicionantes genéticas y espirituales que son transversales a toda la existencia y, en particular, a las especies vivas, incluido el reino vegetal donde las especies se multiplican y se desarrollan en perfecta armonía familiar ¿Será, acaso, porque las plantas son mudas y además no pueden apartarse entre ellas libremente? Además, en toda la Naturaleza circundante nada es igual, ni siquiera una vulgar piedra es igual a otra. Tampoco en el Universo existen estrellas o planetas iguales. Menos aun que éstos puedan cambiar o intercambiar sus funciones cósmicas específicas regidas por leyes inmutables. Por ejemplo: nuestra luna no puede reemplazar al sol porque la noche se volvería eterna y en nuestra Tierra se acabaría la vida ¡Y cada vez que tratemos de cambiar la Naturaleza (pulsión histérica), nuestra vida estará en peligro (En verdad ¿Quedará alguien capaz de entender bien todo esto; me pregunto, yo).
14 Concluidas estas aclaraciones fundamentales y científicamente incuestionables —y un poco más abierta nuestra conciencia— queda la perturbadora impresión de que el ideal femenino o Eterno femenino ya no existe, al menos en forma manifiesta, operativa, y que existe entre un sinnúmero de mujeres, sólo un pervertido y definitivo ideal para el siglo XXI: el machismo putativo practicado por ellas, sin tregua, limitaciones ni paliativos… y en forma tan injustificada… gratuita ¡Qué barbaridad. 15 Por lo bajo, y por lo menos, la práctica de este tipo de machismo las deja en desventaja para seguir compitiendo en bestialidad, al menos con dos tipos opuestos de hombres: aquellos que por su cultura, madurez, sensibilidad, habilidad y experiencia, no aceptarán tal desafío y se alejarán serenamente. Y los cuasi irracionales integrantes de la Plaga transgénica que cogen el guante lanzado por su madre Pandora, con el envalentonamiento que les da su masa muscular (materia-Soma) y su manifiesta inconciencia (ausencia de Agni) ¿Cual es la solución? En el capítulo 18, versículo 6, propondremos una solución justa y constructiva a este impasse crucial espiritual y planetario. Ahora continuemos con las evidencias ¿Aunque no sirvan para nada?
Dicen que santo Tomás dijo: "ver, para creer". Ahora parece que todos dicen: "creer, para no ver". Según el sabio norteamericano James Hurtak (excientífico de NASA), nuestro sistema solar pasa por una etapa de polaridad neutra (¿Nihilismo?). Yo veo que, al menos la Tierra, pasa por un período surrealista muy peligroso. Ver, para… saber.
DE LA COMPLEMENTACIÓN.— 16 Destacados dignatarios de movimientos feministas suelen vocear a los cuatro vientos que las mujeres han sido oprimidas, discriminadas y tratadas con desprecio por los hombres. Acusación históricamente inadmisible por dos grandes razones. Una: no existe lugar en el planeta donde la mujer no haya sido —y siga siendo— objeto de nuestro amor, admiración, protección y veneración. La mayor parte de cuanto hacemos lo hacemos pensando en ellas. Dos: hemos solicitado de ellas una participación que, de ningún modo, podría calificarse de denigrante o abusiva, puesto que su función irreemplazable de madre, de ángel guardián del hogar, consejera sincera y oportuna, distribuidora de amor y cariños en la familia, constituyen pruebas irrefutables de la confianza que hemos tenido y tenemos en nuestras encantadoras compañeras.
DEL RECONOCIMIENTO.— 17 De igual modo apreciamos su sensualidad, su fidelidad, su maternidad, su franqueza, su tolerancia, su dulzura, su sacrificio, su trabajo y su generosidad. Ellas son nuestras Ruts, Penélopes, Ofelias, Dulcineas, Kadigas, Sujyatas, Vestas, Venus, devasis, Julietas y Candelarias, por nombrar sólo algunas. A ellas debemos gran parte de lo que somos. Es por eso que las hemos amado y les hemos evitado participar en muchas tareas necesarias para el desarrollo humano integral e integrador, para las cuales ellas no fueron concebidas en el plano original de la divina creación.
Esther Vilar, sicóloga famosa, autora del controvertido libro «El varón polígamo» —aunque exhibe en él un muy deplorable concepto del varón— reconoce nuestra compulsiva y enorme generosidad para con las mujeres; generosidad que muchas no reconocen, pero les gusta, la exigen… y aceptan con toda naturalidad, porque la necesitan.
18 Y su otro libro, «El varón domado», Esther Vilar lo dedica a "los pocos hombres que no se dejan amaestrar y a los pocos seres afortunados que no tienen valor mercantil, por ser demasiado viejos, demasiado feos o demasiado enfermos". Lamentablemente ella omitió —en este último libro suyo— a los hombres demasiado ricos, pues ellos resultan ser los trofeos principales de la cacería pandoriana, sin importar que éstos sean demasiado viejos, feos y enfermos.
DEL ETERNO MASCULINO.— 19 Mientras las grandes religiones, las filosofías, las ideologías, las artes, las ciencias y todos los historiados descubrimientos sigan surgiendo de la mente de pensadores valerosos, de científicos, artistas, inventores y aventureros exitosos; resulta natural, lógico e inevitable que el universo espiritual y neuronal nos pertenezca —somos Agni—, y es por estas mismas razones que "nadie nos expulsará del paraíso que G. Cantor creó para nosotros" (David Hilbert, insigne matemático, 1926), ni nos impedirá volver al cielo, o nirvana, del que procedemos y del que somos parte.
20 Los grandes Iniciados, los verdaderos líderes —que no los voy a citar para no caer en superabundancia de obviedad—, sin excepción, todos han sido varones dignos, con su alma y sus cojones bien puestos, que han visto en la humanidad la proyección de sí mismos y que han llegado a ser ejemplos inmortales, y no por lo conseguido externamente —con el fin de compensar agobiantes vacíos interiores, o completar incompletitudes exteriores— sino por lo que han sido como personas auténticas y asumidas como tales. Todo el respeto de las generaciones posteriores, su admiración y su eterna gratitud, son reconocimientos espirituales y nunca materiales; por tal razón "no pierdas jamás la fe. Pues fortaleza muy poderosa es nuestra matemática", ironiza para los escépticos, Stan Ulam.
Es muy posible que todas estas valoraciones espirituales, que son ciertas, demostrables e indestructibles, las feministas y Pandora, obviamente no las entiendan y ni siquiera les interesen ya que para ello es necesario poseer amor, honestidad, creatividad, entrega, sensibilidad social y visión amplia y completa de la realidad humana… Además es necesario tener corazón humano, no igual a ese que late dentro del pecho de la artificial Pandy.
… a pesar de un superávit del "tener", padecemos un déficit del "ser": nuestro "ser" es frecuentemente miserable.
Elisabeth Lukas
DE LA SUPREMACÍA.— 21 Siempre dentro del ámbito espiritual de Agni, nuestra tarea ha sido, desde siempre —a modo de proceso naturalmente devenido— el trabajar la tierra, dominar las bestias, combatir al enemigo, controlar el fuego, el agua y el aire. Nosotros surcamos océanos e inspeccionamos sus profundidades. Además: soportamos la intemperie del desierto y de la alta montaña para extraer sus riquezas subterráneas. Penetramos junglas repletas de amenazas. Volamos y exploramos el espacio exterior. Vale decir: asumimos riesgos mortales en resguardo de ellas y en pro del desarrollo de todos.
22 Pero, esto fue sólo el comienzo. Para mayor beneficio de la ciencia y de toda la humanidad, los hombres hemos trascendido a la capacidad espontánea de nuestros propios sentidos, inventando y fabricando sofisticados instrumentos que nos permiten descubrir campos de energía mil millones de veces más pequeños que el tamaño de un átomo. Igualmente, descubrir en el sinfín del Universo, al polvo cósmico dando origen a nuevas galaxias. Y todo esto, y más, lo hacemos con la misma naturalidad con que observamos en el entorno inmediato, el vuelo de la aves, y las hileras que forman las hormigas. No obstante, y a pesar de todo esto, Pandora nos tilda de incapaces cuando, por abstracción, se nos quema un pan sobre el tostador (?).
23 En resumen: los hombres hemos aportado la genialidad, la inteligencia superior y la voluntad que nos vienen de Dios, y que, además, nos hace inmortales como especie. Los grandes pensamientos, los grandes descubrimientos, los grandes inventos, las grandes empresas, las grandes aventuras y todos los desafíos que se nos han planteado para lograr nuestro retorno al Paraíso, han sido hasta ahora protagonizados por nosotros con la ayuda preciosa de mujeres positivas y asumidas como tales. Todo este universo de creaciones nos ha identificado cada día más con las estrellas, con el propósito trascendental de intentar ser a imagen y semejanza de nuestro Creador..
24 Nosotros, los hombres, siempre hemos esperado el reconocimiento de nuestras mujeres; sin embargo, muchas comienzan a desconocernos, a convertirse en detractoras sistematizadas de nuestra condición naturalmente devenida, ahora segregada y perseguida cual condición criminal que debería llenarnos de vergüenza ¿Y qué otra cosa debemos ser, para algunas? Lo ignoro. Sólo sé que muchas de ellas han sido envenenadas por el consejo y ejemplo que les brinda Pandora Siglo XXI, y que además, existirían otros interese ocultos jugando su papel criminal en esta especie de linchamiento sicológico de nuestra masculinidad, aparentemente dirigido y ejecutado por mujeres asistidas por plagarios. Intentemos visualizarles.
INFERENCIA ACERCA DE LA CONJUNCIÓN DE FEMINISMO, LESBIANISMO, REVOLUCIÓN, CONSUMISMO, PANDORISMO E IGUALDAD.
DE LA IGUALDAD SEXUAL.— 23 La igualación de sexo, entre el del hombre y el de la mujer, es un tema que ha ido tomando fuerza en el tiempo, fuerza ciertamente infundada que vale la pena explorar para beneficio de la verdad, y terminar de una buena vez con las equivocaciones… o mentiras. El proceso investigativo responsable de este ensayo me llevó a inferir que aquella envidia —que según Freud nos tienen las mujeres porque nosotros poseemos pene y ellas no— sólo subsistiría en lesbianas e histéricas obsesionadas en homologar el clítoris, con el pene, omitiendo ellas todas las diferencias biológicas y funcionales existentes entre ambos.
El clítoris es apenas un órgano; desde luego no es penetrador, no es inseminador ni evacuador como lo es nuestro pene. En cambio, nosotros sí poseeríamos una especie de clítoris pequeño entre el meato urinario y el frenillo; se trataría de una prominencia de tejido mucoso, cuya función sería estimular el orgasmo, y en ningún caso se trata de un segundo pene levemente sobresaliente del primero ¿Clítoris atrofiado? ¡Gran tema éste, para pintar cuadros surrealistas al más puro estilo Picasso; pero, lamentablemente para ellas, no alcanza para efectuar homologaciones científicas!
DE LA IGUALDAD GENÉRICA.— 24 Con el pretexto sin base, de igualdad genérica —tal como ya pudimos ver y comprobar en el capítulo 7 vers. 3 al 13— las feministas pretenden lograr la masculinización de la mujer y la feminización del hombre, no sólo con un engañador propósito reivindicacionista, sino, y principalmente, por sus deseos de vengarse de ese machismo que ahora ya no existe —más bien sería de arrebatarnos nuestra natural masculinidad— y siempre dentro de la ley del Talión, por supuesto.
25 En este punto estaríamos hablando de una acción premeditada claramente maldadosa y sustentada por la ignorancia, el resentimiento, la degeneración, la envidia genética y social, y que en la práctica sólo han logrado apartar a las mujeres, de su exclusiva condición, de su dignidad, de sus hogares, de sus esposos e hijos, con el avieso y único propósito de destruir a la familia, separarlas de nosotros los hombres; y extirparles sus equis para reemplazárselas por yees. A esta causa habrían adherido las histéricas: locas obsesionadas y obstinadas en transformar la naturaleza humana y toda la Naturaleza. Y toda clase de mujeres odiosas, degeneradas, resentidas, ignorantes, poco inteligentes… y una que otra vivaracha, para terminar viviendo —todas ellas— una vida cada vez más frustrada y peligrosa.
DE REVOLUCIONES.— 26 La simpatía lésbica por las ideas revolucionarias de la lesbiana y escritora francesa Olimpia de Gauges (1748-1793); y después la conveniencia sexual de la lesbiana francesa, feminista, socialista, revolucionaria, y reconocida "madre" del feminismo mundial: Flora Tristán (1803-1844), fueron los hitos determinantes que instrumentalizaron el odio y ligaron una supuesta liberación de la mujer a la de todo el proletariado.
Fueron ellas las que con sus legados exacerbaros la androfobia y alentaron —al calor de la revolución de 1848— con arengas prolibertinas y provengativas, bajo el nombre de reivindicativas, la formación de los primeros clubs femeninos que en su seno facilitaron la incubación y eclosión del feminismo; o sea, de un seudo feminismo muy sui géneris cuyo propósito final fue, y es, inducir y gatillar en mujeres sanas y normales, profundas crisis de identidad que favorecieran principalmente a los intereses lésbicos escondidos —y desde el génesis mismo de esta historia— tras la fachada de movimiento proletario, azuzado por la argucia violentista de Olimpia de Gauges, y posteriormente reforzado con la insidia refinada y disociadora de Flora Tristán.
Y, así funcionó ¡Lo mismo que la luz de la vela… y las polillas! ¡Estaba cantado… Esto iba a ser el golpe más artero y brutal que la degeneración, la envidia y el odio podían propinar a las mujeres normales y sanas, y a sus familias naturalmente constituidas!
27 Fue en los albores del siglo XX, que el mal llamado feminismo se mimetizó estratégicamente con el comunismo. Lo integró, y lo usó a fin de incentivar a las mujeres a abandonar sus hogares, a sus hijos y a sus esposos, y participar de hecho en la violencia extremista, en las masacres y purgas bolcheviques. Fue de este modo que lograron destruir a las primeras familias, y sentar las bases para la lesbianización masiva.
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