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Pandora – Lo que todo hombre debería saber antes de enamorarse

Enviado por Steel Nobles


Partes: 1, 2, 3, 4, 5

    Pandora Lo que todo hombre debería saber antes de enamorarse

    Steel Nobles – Ensayo premonitorio publicado en 1997.

    Al paso del tiempo, todo su contenido ha ido plasmándose con inquietante exactitud.

    1. Acerca del título de esta obra.
    2. La mujer de Dios
    3. Extraña indiferencia
    4. Situados entre Eva y Pandora
    5. La amenaza
    6. Sobrevivencia
    7. Lo siniestro
    8. Lo despiadado: la castración sicológica.
    9. La sospecha: ¿Real igualdad o sólo despotismo feminista?
    10. Ad portas: ¿El Apocalipsis de lapareja?
    11. Dilema: ¿Solución, problema o injusticia social?
    12. Especialidad de la casa: ¿La familia chatarra?
    13. De gavilán a paloma
    14. El desafío a la racionalidad
    15. Relación sexual y soledad
    16. ¿El bluff?
    17. Trampa mortal: la obsesión por un enigma
    18. "Morir con las botas puestas"
    19. Claves: las debilidades de una bruja
    20. La alerta roja
    21. La mujer de tus sueños puede ser un varón de pesadilla
    22. Brilla la esperanza
    23. Pequeño glosario de algunas expresiones que aparecen en este libro
    24. Qué hacer si tu compañera fuese Pandora
    25. Por un hogar del más excelso orden social
    26. Frente a Pandora… nuevas acciones sociales.

    ACERCA DEL TÍTULO DE ESTA OBRA.

    Parodiando una frase del filósofo y sicólogo Williams James, te diré lo siguiente: No saber o ignorar lo que sucede a uno es peligroso desde el punto de vista vital, supervivencial y evolutivo. Por ello es natural e inevitable que suframos las consecuencias de no saber… ¡Y cómo las hemos sufrido!.

    Steel Nobles

    LA MUJER DE DIOS

    Ella es la perpetuadora de la especie humana, ella es la artífice maravillosa de la felicidad del hombre, ella es el faro del porvenir de sus hijos, ella es el encanto, la risa, la ternura, la felicidad.

    Ella es todo eso y mucho más… ella es la que hace una familia más unida. Ella es quien entrega a los hijos las primeras caricias y las primeras nociones de moral, en ella nace el amor y el ejemplo familiar… ella es mujer de Dios.

    Ella es la gran presidenta de la casa, ella es la que ocupa puestos de honor irrenunciables: es la esposa, la madre y la gran guía y directora del hogar… Ella es mujer y madre.

    Ella, mujer y madre, es la vida misma, es la inspiración de todos los poetas, es la gran figura del escultor, es el tierno corazón de los niños, es la nota que inspira la canción del artista, ella es la luz de nuestro camino. Ella es mujer y la gran compañera del hombre. Ella es la que está a nuestro lado en el dolor y también vive nuestras alegrías, ella está ahí, cuando ganamos y también cuando perdemos, ella acaricia nuestra frente cuando el tiempo sin piedad va blanqueando nuestras sienes. Ella es mujer, esposa, madre y amor

    Marcos Huberman

    Amable lector, hago mío este bello y sentido homenaje, porque también pienso que así es la Mujer de Dios.

    Steel Nobles

    1

    EXTRAÑA INDIFERENCIA

    La muerte de cualquier hombre me disminuye, porque la humanidad me concierne.

    Nunca pues, preguntes: por quién doblan las campanas. ¡Lo hacen por ti!

    John Donne

    Llegué cuando el cortejo ya avanzaba por las avenidas del cementerio. Por primera vez en mi vida fui testigo del dolor indescriptible que causa la muerte violenta, sorpresiva y dramática de un hombre joven y querido por todos quienes le conocimos. Allí estaban: su madre, su hijo mayor, y sus hermanos. Un compañero suyo, de oficina, me contó el drama mientras caminábamos.

    Franco, al volver a su casa, terminado su habitual partido de tenis por las tardes sabatinas, encontró inesperadamente a su esposa haciendo el amor con un adolescente. Pocas horas después, el cadáver de Franco pendía del cuello bajo el parrón de su casa. En un breve manuscrito, explicaba su determinación. Pensé en lo injusto de la existencia mientras me invadía el desaliento. No podía explicarme lo sucedido y menos aun aceptarlo, pues yo sabía que él era hombre joven, alegre, positivo, sano y muy confiado en las bondades que decoran esta vida. Pasarían diez años y muchas nubes sobre la cordillera antes que llegara yo a tener una idea medianamente clara en relación al colapso acontecido al interior del alma de mi buen amigo, y que era el fiel reflejo de lo que sucede y se trasunta en el alma social actual. Razón primera por la que escribí este libro.

    Motivado por querer saber las razones que impulsaron a Franco a cometer suicidio, visité —grabadora en mano— a una médium parlante, con la sola fe y esperanza de que ella me contactara con mi amigo que moraba en el más allá; y a él solicitarle, directamente, respetuosamente que, si correspondía y él estaba dispuesto, me dijese algo que me permitiera comprender en mejor forma su determinación.

    Por razones superiores no puedo ni debo contar detalles de aquella sesión. Sólo puedo decir que la voz que habló por la boca de la espírita, era la de Franco.

    Todo lo dicho por él lo he traspasado a este libro, con letra cursiva y entre comillas, y en forma fragmentada, para ir alternando con sus revelaciones, mis particulares conocimientos e interpretaciones acerca del doloroso acontecimiento.

    Ahora siento que si Franco, previamente hubiese tomado plena y cabal conciencia en relación con algunos conceptos vertidos aquí por ambos, posiblemente seguiríamos conversando sobre temas vinculados a lo sacro y a lo profano, como acostumbrábamos a hacerlo en forma cotidiana… y normal.

    Cada uno es responsable de todo ante todos los demás.

    Feodor Dostoievski

    A muchos, en su inexperiencia, buena fe e inocencia, es posible que este breve relato no les diga gran cosa e incluso carezca de significado. Lo comprendo. Nos hemos ya habituado a dramas, tragedias e historias como esta. Lo que posiblemente ignoras, es que detrás de ellas se esconde el mayor peligro que enfrenta nuestra convivencia, y del que somos en absoluto ignorantes. Las siguientes palabras de Leszek Kolakowki podrían contener al respecto un oportuno mensaje: "Nunca podremos saber —por principio, no por desconocimiento— de qué modo contribuye nuestro aparato de: ver, tocar, reaccionar, ante las situaciones y manipulaciones, a la imagen del mundo que emerge, finalmente, del funcionamiento de nuestros cuerpos y de nuestras mentes". Mi propósito es incentivarte a estar alerta, observar, y a tomar conciencia de una creciente amenaza para eludirla, neutralizarla y salvarte de sus dramáticas consecuencias.

    Para tal efecto se hace indispensable; primero: que conozcas el origen, sus circunstancias y procesos envueltos en tal peligro. Y después te formes una idea asequible de ciertas formas de proceder, y de hechos actuales, cuyas raíces se pierden en los albores de una biografía humana confusa y contradictoria para muchos; más aun cuando ella se mezcla con vivencias frecuentemente escasas o tomadas con ligereza, casi con descuido. Por tanto procuraré acercarte a la idea propuesta, pensando en nuestra humanidad que no sólo incluye emocionalidad e impulsividad, sino también racionalidad.

    Y a la vez nos basaremos —por imperio histórico— en un principio teológico-religioso amplia y universalmente conocido y mayoritariamente aceptado como verdadero, por sobre y más allá de lo que cada cual, con legítimo derecho, piense en relación al tema. A saber: los hombres fuimos creados por Dios, hechos a Su imagen y semejanza, y que simbolizados en la Biblia por Adán, vivíamos en ese entonces como seres perfectos, en armonía con la Naturaleza y todos los otros habitantes del Paraíso.

    Cito el ejemplo por ser ampliamente conocido en nuestra cultura judeocristiana. Aunque —a excepción de algunos países del Lejano Oriente— la misma idea se plasma en textos sagrados de Persia, India, Egipto, Grecia, Centroamérica, y en jeroglíficos prehistóricos de todos los Continentes.

    2

    SITUADOS ENTRE EVA Y PANDORA

    El amor no obra mal al prójimo, por lo tanto sólo el amor es el cumplimiento de La Ley.

    Romanos, la Biblia

    DEL DESACATO.— Asumiendo antedichos orígenes —y siempre dentro de los cánones morales ya dichos en el capítulo anterior— comprenderás que nuestra felicidad debió alcanzar en aquella época primitiva, estados extásicos tan profundos, que vivíamos eternamente regocijados; nada nos faltaba y desconocíamos las necesidades y sufrimientos. Sin embargo, Dios, siempre atento a un mejor y mayor acercamiento hacia sus hijos, creó a las mujeres como seres diferentes pero complementarios a nosotros. Y tal como nuestras Santas Escrituras dicen en Génesis y Efesios, ellas compartirían y nos ayudarían en la misión terrenal para que nosotros con esa ayuda, y siendo la cabeza del hogar, pudiésemos servir en mejor forma a nuestro Creador.

    Tal cual Él nos ordena en Corintios: "Pero quiero que sepas que la cabeza de todo varón es Cristo, a su vez la cabeza de la mujer es el varón, y a su vez la cabeza de Cristo es Dios". En consecuencia resulta fácil aceptar que, siguiendo preceptos tan ancestrales y sabios, aplicados y probados durante milenios, Adanes, y Evas, hombres, y mujeres, vivíamos y compartíamos complaciendo el divino propósito, sin que asomase la menor discordia. No obstante, de aquella vieja historia, cabe recordar aquel mal día en que un ser astuto, temerario y hábil, pero siniestramente perverso, envidioso de la Obra Divina, llamó aparte a una o más mujeres y les reveló una "fórmula secreta" (Libro de Henoch) para dominarnos, someternos y apartarnos de Dios mediante un placer físico irresistible, capaz de transformarse en vicio que, al correr de los tiempos, provocó nuestra primera necesidad o dependencia de la mujer; y que finalmente destruiría hasta el último vestigio del orden original paradisíaco.

    La primitiva vida humana habría sido imposible si no hubiese existido en la misma, facultades ahora desaparecidas, poderosísimas, tal vez inimaginables. Pues aquellos primitivos fueron capaces de vencer —con sólo espíritu, mente y cuerpo— al medio extremadamente hostil de la Era Cuaternaria. Y aquí vale señalar una paradoja importante: es de común ocurrencia que cuando se habla de aquellos humanos primitivos se subentienda que estos eran no-evolucionados; vale decir: medio estúpidos, inferiores a nosotros. Por tal razón, quienes hoy pudiesen supuestamente parecérseles son calificados de retrógrados. Entonces preguntémonos ¿Que persona actual, evolucionada, o grupo de estas personas, podría siquiera sobrevivir unos pocos días en el hábitat antes señalado? Luego ¿Quiénes serían los retrógrados?.

    En justicia, aquellos antepasados nuestros no merecen ser llamados retrógrados. Ellos eran perfectos, superhombres, maestros. Eran tal como Dios quiso que fueran. Por cruel ironía, ahora nos resulta tristemente innegable, y sumamente desmoralizador, ver y saber que nuestra ultra tecnologizada humanidad actual —de la que nos vanagloriamos— es la cúspide de una retrogradación brutal, bestial, sufrida por todos, de la que pocos tenemos conciencia. En verdad somos víctimas de una involución racial severa que va creciendo en forma alarmante, y nadie emprende alguna acción eficaz destinada a detenerla y revertirla.

    ¿Qué fue lo que provocó y sigue provocando esta involución? Más de una respuesta hallaremos en el transcurso de estas páginas.

    DEL CASTIGO.— En fin: fue el placer sexual, como dependencia física, más la consiguiente procreación, los que entregaron a nuestras compañeras un instrumento poderoso, insidioso y fácil de manipular toda vez que pretenden imponernos ciertas condiciones y —no pocas veces, como ya pronto veremos— sus sinrazones.

    Sin embargo desde entonces y a pesar de ello, con nuestra proverbial buena fe e inocencia, hemos colaborado con algunas mujeres —que por suerte aun serían poquísimas— a sobrellevar su horror de seguir al servicio del mal y a permanecer en guerra contra Dios y la Naturaleza.

    Dentro de su teofanía, los antiguos griegos nos cuentan una historia similar ocurrida al comienzo de los tiempos: se dice que Prometeo pretendió robar el fuego (el poder) a los dioses para dárselo a la Humanidad. Júpiter se indignó, y para castigarlo ordenó a la industria de Vulcano (dios herrero) fabricar a Pandora; luego Atenea, hija de Júpiter, le dio vida. El resultado fue un espantajo con forma de mujer, pero esencialmente seductor.

    Este monstruo engendrará una horda, no mujeres, no una raza de mujeres; engendrará un otro, un no-humano hecho para provocarnos deseo e insatisfacción a los hombres… y algún goce. A causa de esta chatarra palpitante, la pareja humana finalmente debería quedar desunida para siempre. ¿He aquí una mera coincidencia con el Génesis?

    El acontecimiento clave está en que, Pandora, al destapar una caja llena de males —que si bien no era de su propiedad, ella igual se la apropió— el Paraíso se plagó y nosotros también. Y Dios, que es todo amor, no quiso destruirnos, aunque, a cambio, nos expulsó del maravilloso lugar junto a una mujer engañosa, Pandora-Eva; y a la que, en honor a los tiempos actuales, denominaré: Pandora Siglo XXI. Quién —con la complicidad de algunas bien inspiradas e inocentes compañeras (mujeres verdaderas)— todavía sigue esforzándose, y cada día con más entusiasmo, en aplicarnos aquel castigo ejemplarizador y transmutador ordenado por Júpiter.

    Muchos dirán que el mito no prueba nada ¿Pero, acaso para saber tenemos algo mejor que el mito? ¿Acaso no es el mito el símbolo de la condición humana? ¿Existe alguien que escape a la influencia del mito? Amigo lector, para ti podría ser bastante revelador el que te replantees muy seriamente estas preguntas.

    En los viejos tiempos la orden fue: "¡Creced y multiplicaos!" Desde entonces, obedeciendo a dicho mandato divino, nosotros ya perdimos el rumbo y no supimos más para qué clase de demonio tendríamos que existir ¿Es esto una prueba divina que debemos superar? Yo creo que sí, a pesar del enorme costo de tal empresa.

    Por ahora —y al igual que hace 3.000 años, y posiblemente desde siempre— seguimos preguntándonos, confundidos: ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿Hacia dónde vamos? A modo de respuesta a estas cruciales y conocidas interrogantes nos brindamos una infinidad de explicaciones desesperadas y contradictorias que, honradamente, a nadie convencen. Así vivimos esta vida como "un absurdo animado", poblado de "seres para la muerte" que buscan aturdirse en actividades materialistas y sensuales, histéricas y estresantes. Todas ellas proclives a la autodestrucción total de la especie y la pronta destrucción de nuestro planeta. 

    Entretanto, la vuelta al Paraíso —o a la perfección, si prefieres— ya se nos hace bastante difícil; más aun cuando el poder de esta singular Pandora Siglo XXI se torna evidente, y la esencia original divina de nuestro Adán se diluye y desvanece dentro de un alma vacía y extraviada, prisionera de un cuerpo ahora endeble y enfermizo, sólo diferenciado como masculino a causa y consecuencia de un órgano genital que es, por cruel ironía, una suerte de estigma de nuestra perdición.

    DE LA DESTRUCCIÓN.— También me parece oportuno señalar otra posible amenaza que podría consolidar nuestra pérdida del Paraíso. Ella tendría relación con una eventual, gradual y creciente degeneración de nuestra especie, venida a través de los tiempos, desde lejanos puntos del macrocosmos.

    Pensemos ¿Qué ocurriría si —por ausencia de nuestra virilidad original, y tan indispensable en nuestra especie— las obras de Dios desaparecieran para siempre de la bóveda celestial, o en su defecto fuesen controladas por entidades no-humanas y antidivinas? ¡Ocurriría la destrucción total y definitiva de nuestra Humanidad!

    En este orden de cosas: J. Hurtak, científico norteamericano de NASA, en su libro «Las claves de Enoc», toca en parte esta inquietud muy en la idea de invasores extraterrestres. Aquí estamos entrando a un ámbito insuficientemente explorado pero siempre vigente por su inconmensurable vastedad ¿Podría nuestra actual Pandora —tal vez ignorante de un peligro escasamente considerado— estar preparando el terreno a seres de otros mundos que, dentro de poco tiempo exterminarían a una enajenada y ya degenerada Humanidad? Es un asunto puramente teórico que no habría citado si no fuera por el sorprendente «Libro de Henoch» —apócrifo escrito hace más de 3.000 años— que narra en detalles una invasión a nuestro planeta, de seres extragalácticos, posiblemente ocurrida a mediados de la Era Cuaternaria. En aquel libro se cuenta que, en aquella oportunidad algunas hijas de la Tierra fornicaron con ellos, generando así una nueva Especie constituida por súcubos e íncubos disociadores (demonios mujeres, y demonios hombres). Estos, muy pronto poblaron la Tierra y sometieron a varias especies nativas que integraban su raíz genética, de las cuales algunas se extinguieron. En el caso hipotético de que esto fue en verdad así, no debería cabernos ninguna duda referente a que podría suceder nuevamente lo mismo. Además, investigaciones científicas recientes parecen coincidir en un hecho de suma importancia: nunca hemos estado solos en el Universo, y seguramente nunca lo estaremos.

    En consecuencia sería legítimo preguntarnos: ¿intentan, actualmente, aquellos u otros seres espaciales, aniquilarnos o someternos utilizando esta vez a otro agente cautivante y destructor, a modo de cebo? ¿Una mujer transgénica? Las siguientes palabras del General Sun Tzu —quien parece poseer inteligencia extraterrestre— podrían contener clara respuesta a esta interrogante: "El acto supremo de la guerra es someter al enemigo sin luchar". Sólo para pensarlo y consignarlo en beneficio de una mejor y cabal comprensión del presente tratado.

    Retornemos a una realidad más actual, más tangible y apremiante: a causa de Pandora Siglo XXI, y de proseguir ella con sus acciones, estaría cercano el día en que los varones perderemos todo interés en nuestras compañeras, y no por homosexualidad o impotencia sexual, sino por asunto de estricta seguridad y tranquilidad personal ante los siniestros riesgos y efectos de su actuar ¿Qué podría ocurrir con semejante determinación nuestra? Pienso que caben varias e importantes respuestas. Intentaremos proveernos de aquellas que parecen ser más humanas, factibles y constructivas.

    DE LA SALVACIÓN.— 1 En verdad, no habría escrito este libro si no tuviese dos buenas razones para creer en la posible liberación de aquel "pecado original", samsara o círculo de vida y muerte en que estamos atrapados a causa de Pandora.

    2 Primera razón: en el ámbito científico existe la idea de que la regeneración celular, bajo circunstancias aun teóricas, podría tener duración indeterminada ¿Vida orgánica eterna? Por consiguiente, en el futuro próximo ¿será necesaria la procreación? ¿nos reproduciremos por partenogénesis? Nadie puede hoy responder a cabalidad y con seguridad estas interrogantes. Segunda: en círculos espirituales, especialmente hinduistas, existe la convicción de que el hombre puede alcanzar la felicidad eterna —éxtasis, estado de gracia, satori, etcétera— si convive y reentra en armonía con las leyes Divinas, de la Naturaleza y del Universo.

    A partir de ello: la muerte, la apatía y el cansancio de vivir (depresión, angustia, ataques de pánico, estrés) podrían deberse al abandono de la Luz Divina, de la Inteligencia Superior.

    3 Tal parece que hemos perdido parte importante de aquellas facultades, principios y valores que nos redimían de la procreación absurda de la vida puramente animal, generadora de las muchas plagas actuales, particularmente sociales.

    4 Retomando el camino positivo sentimos que estas lucubraciones nos llevan a la siguiente cuestión fundamental: ¿tenemos posibilidades concretas de retornar al Paraíso, basándonos sólo en nuestro esfuerzo personal? A mi entender, sólo de nosotros depende, y esta convicción es la segunda causa superior por la que ahora tienes este libro entre tus manos y ante tu conciencia.

    5 Por otra parte, otro autor: Carlos Castaneda —antropólogo y uno de los más singulares pensadores contemporáneos— a través de su extensa obra literaria, filosófica e iniciática, nos revela entre líneas, y muchas veces en forma directa, que el hombre —si pretende existir armoniosa y dignamente— debe volver a la Naturaleza, a su ser esencial, al autoconocimiento, al reencuentro del poder perdido, a dominar sus pasiones y ser un auténtico guerrero.

    6 También: a vivir en paz con Dios, a servirlo, a soportar y sublimar el sufrimiento, a contentarse con la virtud y la fe… y a permanecer lejos de las garras de nuestro personaje estelar, al que Castaneda lo cita en su obra, bajo otros nombres.

    7 Es fácil reconocer y aceptar la posición viril de Castaneda, más todavía cuando constatamos en la historia la presencia del ascetismo y anacoretismo masculinos como formas de vida plena, de sabiduría, longevidad y felicidad. Prácticas aun posibles de retomar, para así luego enfrentar las nuevas vicisitudes y desafíos que la agente disociadora Pandora, nos crea y plantea.

    8 Por momentos, pareciera ser que el Paraíso Terrenal todavía estaría a nuestro alcance y habría sido avistado o presentido por algunos hombres adámicos, los que, para salvarse, han resistido y rehusado la peligrosa necesidad artificial de vivir con Pandora, y menos todavía tener hijos con ella. 9 Aun conociendo esta realidad —que la histórica y el presente nos entregan— resulta dificilísimo comprender y aceptar un peligro tan claramente manifiesto, si no lo hemos de observar y explorar en sus hechos irrefutables, que nos permitan una identificación personal importante y comprometida con un problema personal, familiar y social, que se torna más y más visible y, por lo mismo, abordable. De otro modo este problema aparecería ligado —para su solución— sólo a pequeños grupos de investigadores desconocidos, tal vez a practicantes de Ciencias Ocultas. O abandonado a las imprecisiones inextricables del destino. Tal vez podría quedar sepultado definitivamente como las raíces insondables de una parafernalia de inquietudes y actitudes de moda —universalmente adoptadas y conocidas—, y que nada tienen de positivas, inteligentes, científicas, espirituales, cristianas y humanistas; todo tal cual nuestra olímpica Terminator lo ha querido y, hasta ahora, conseguido… Y no es la idea.

    DE LA PROPAGANDA Y LA PUBLICIDAD

    10 En su aspecto subliminal, nuestra razón suele obnubilarse y extraviarse cuando la abundante literatura libero-feminista —fuertemente influenciada por Pandora— atiborra los escaparates de librerías, los quioscos de revistas, los supermercados, todo el sistema mediático y, finalmente, nuestros ojos y oídos, cada día y durante las 24 horas. Así vemos, por ejemplo, que diversos shows con problemas gravísimos de la pareja humana están siendo presentados por exhibicionistas ingenuas, quizás malintencionadas, las que no han hecho más que exagerarlos y mixtificarlos, histerizando su protesta en términos delirantes.

    11 Los libros feministas —al menos los muchos que he leído— evitan, obviamente, criticar a la mujer; más bien dejan entrever que la crisis actual de la pareja tendría su origen único y exclusivo en los muchos imperdonables defectos del hombre, y en la falta de conducción de éste por parte de la mujer, tal cual si ella fuese la exclusiva albacea de las mayores y mejores virtudes humanas ¡Y muchos varones han comenzado a creer en estas y otras mentiras como si las mismas fuesen dogmas, verdades divinas!

    … los hijos son sólo de la mamá y poco importa quién sea el padre.

    pág.. 141 del best seller «Yo soy Anita Alvarado»

    (Célebre exprostituta internacional).

    12 Para mayor infortunio, la literatura dirigida al varón ha quedado explícita y focalizada, principalmente en el contenido de diaruchos alarmantes, sensacionalistas; chaqueteadores del buen criterio y del correcto raciocinio. Todos exentos del menor atisbo de respeto, buena educación y moral. A similar descalabro han contribuido las revistas futboleras, pornográficas, politiqueras, y pro-consumistas. A todo ello sumemos los best seller de violencia, sexismo, locura y muerte; contumaces contribuyentes a la ignorancia, al crimen, a las sicopatías y al escapismo morboso.

    Todas descerebrizaciones —fraguadas y elaboradas por misántropos, y megalómanos miserables— inyectadas a través de las conciencias muertas de la gente in, seudointelectual y figurona… o de la "exquisita" elite corrupta e inescrupulosa que mayoritariamente controla al mundo occidental. Estas publicaciones, verdaderas "sopas de letras", habladas o impresas, muchas veces son "condimentadas" con imágenes de celuloide, y TV; todas debidamente decoradas con efectos especiales para que resulten más sabrosas a los "paladares chatarra" educados para tragar basura cultural y de la otra, junto al trago y a la droga ¿Será, acaso, sólo casualidad toda esta locura? A continuación, y volviendo al meollo del asunto: ¿qué de bueno, bello, o inteligente, es posible esperar de un cerebro especialmente condicionado por la enseñanza escolar, la del hogar y de la calle, para ser puramente estúpido, resentido, materialista, egoísta, vanidoso, sicótico, vicioso, o malvado?

    DE LAS CONSECUENCIAS.— 13 Casi concluía la redacción de este libro, cuando casualmente me encontré con una exvecina de la casa en que me crié. Entre sus novedades me contó que se había separado de su esposo al poco tiempo que yo me fui del barrio. Que su hija se había recibido de abogada, y que le iba excelente; y que su hijo (año y medio menor que su hija) había tenido que arrancar del país a causa de problemas económicos. Que actualmente él residía en Argentina, trabajando sólo para pagar —a duras penas— las deudas contraídas en Chile, y que a causa de una depresión reactiva había intentado suicidarse. Le manifesté mi gran sorpresa, puesto que a su hijo yo lo recordaba como a un niño estudioso y demasiado inteligente, además de equilibrado.

    De inmediato me aclaró que tras su separación matrimonial llegaron los problemas económicos. Que su hijo tuvo que abandonar el segundo año de medicina, para hacerse cargo del negocio que el padre les había dejado; pues, había que seguir pagando la carrera de la hija. Argumentó que a las niñas había que reforzarlas más para que puedan ganarse la vida y no ser unas dependientes sin oficio, como era el caso de ella.

    14 En consecuencia, resulta obvio deducir que la solidaridad genérica femenina es determinante en el éxito estudiantil de un creciente número de mujeres. Sumado a esto los resquemores de la esposa fracasada y vengativa, que ve en su propio hijo la reeditada imagen negativa del que fue su marido, o su pareja. Todas estas causales son factores determinantes en la deserción estudiantil de un creciente número de jóvenes varones.

    15 En estos casos el axioma sería: a mayor cantidad de separaciones o divorcios, mayor cantidad de profesionales femeninas exitosas, y mayor también la cantidad de parias, delincuentes, locos, y suicidas varones.

    16 A modo de información: el indicador mundial de suicidios revela que, en la actualidad, por cada mujer suicida, se suicidan seis varones; y la tendencia divergente va en aumento. Por desgracia este tipo de información sólo se maneja a nivel de gobiernos y de especialistas en la materia, que no saben qué más hacer para evitar la alarma pública.

    17 Resulta perturbador constatar que, a consecuencia de la involución cultural de muchos varones, y de la escalada "cultural" feminista, algunos sicólogos clínicos norteamericanos —como Connell Cowan y Melvyn Kinder, en su libro «Bellas, inteligentes… y solas»— a sus lectoras les recomiendan ser madres espartanas, frías y duras con sus hijos. Parte del texto dice: "Una mujer tiene un papel poderoso y central en la vida de un niño. Él está unido a ella y, sin embargo, a la larga debe aprender a disociarse de ella a fin de desarrollarse y definirse como varón y, en última instancia, como hombre. Si los niños no hacen esa separación, pueden confundirse y volverse inseguros en su identidad sexual". Este alcance me parece peligroso por lo incompleto e incierto. Además, ellos se contradicen al expresar lo siguiente: "… aun los hombres adultos llevan dentro de sí mismos un anhelo de abrazar y ser abrazados por aquella amorosa figura materna, un anhelo que, a menudo se expresa en momentos de gran peligro….. Un conmovedor ejemplo de la profundidad de ese anhelo puede verse en los hombres que, de manera casi refleja gritan ‘¡Madre!’ cuando caen heridos en el campo de batalla".

    DE LA DISOCIACIÓN.— 18 Estos consejos, ejemplos y discursos doctorales cubren sólo parte del evento y de su verdadera dimensión; puesto que, en el largo plazo prevalecerá la carencia, la incertidumbre y el resentimiento en el cerebro del niño y del hombre; pero, nunca así en su corazón. Esta impasse —post disociación materna— entre intelecto y emoción, suele llevar al niño o al hombre, a sufrir depresiones profundas durante toda su vida si, además no ha tenido a su lado una figura paterna, a ese gigante de espíritu, que lo compense y que, alzándolo sobre sus hombros lo rescate de su abandono e incertidumbre, y así lo ayude a alcanzar la madurez, el equilibrio y la seguridad indispensables para sortear en forma positiva la disociación materna… y, posiblemente a futuro, a la disociación de su polola, de su esposa o pareja.

    Ya en la adultez, esta disociación y sus consecuentes resentimientos e incertidumbres masculinas se proyectan negativamente a toda relación del hombre, con la mujer. Pues nada me extraña que Cowan y Kinder se solacen aconsejando a sus lectoras cometer sin tapujos ni rodeos, aberraciones como: "La incertidumbre también da resultados con los hombres. Por ejemplo, una mujer que cancela una cita con un hombre un par de veces o vuelve tarde a casa sin dar muchas explicaciones lo volverá absolutamente loco.

    La incertidumbre que esa actitud estimula en él lo motivará para volver a embarcarse en aventuras románticas". 19 Lo que estos y otros malabaristas del alma olvidan es que toda manipulación de la misma es inmoral y tiene el más elevado costo para la humanidad (tiranías conceptuales).

    20 Si bien sus consejos pueden alcanzar el objetivo inmediato, al mediano y largo plazo prevalecerá la desconfianza y el resentimiento en el cerebro del varón. 21 Conviene recordar que la confianza es igual a la virginidad: se pierde una sola vez.

    22 Además al publicarse exhortaciones de este tipo, queda en evidencia que algunos profesionales aprovechan sus prestigiosos títulos y el descalabro actual de la pareja, para escribir y vender libros insufladores del ego femenino y, en particular el de esas "súper" madres que ofician de padres y madres en los hogares ultra modernos, promovidos por los medios de difusión, y sobreprotegidos por la ley de los hombres.

    ¿En qué podemos cambiar los hombres, para ser menos criticados y mejor tratados, por las mujeres? Acaso ¿así podemos cambiar para mejor?

    23 «Mi primera sugerencia, querido amigo, es tener siempre presente que, por muy confiable, inteligente, cariñoso y trabajador que seas, en cualquier momento puedes ser rechazado a causa de supuestos defectos, por mujeres que se apresurarán a criticarte, boicoteando así, relaciones prometedoras. Relegándote, incluso, a un plano de cuasi interdicción, al mismo que podrías llegar a inclinarte, sin darte cuenta.»

    24 Es verdad, ya son muchas las féminas que no se perciben a sí mismas como excesivamente críticas, sino, más bien, como mujeres que saben lo que quieren. 25 Son parte de los efectos de esa andanada de libros, revistas, artículos y declaraciones dirigidas a ellas, y que, en su intermediación buscan desprestigiar, acosar, socavar y aniquilar el alma del varón. 26 Además, importantes medios de comunicación ya están convirtiéndose en cómplices desvergonzados de este verdadero marketing de exageraciones y difamaciones calumniosas "vindicativas"; obstruyendo de paso y en forma soterrada y cobarde, toda posibilidad de justa defensa propia por parte del varón.

    DEL INCONCIENTE COLECTIVO

    27 Y cuando hablamos de la genuina y respetable problemática femenina —que es muy inquietante, tal como ya veremos— se produce de inmediato una sorprendente confusión y finalmente terminamos hablando de la muy particular problemática de esta mujer extraña y fria, Pandora Siglo XXI.

    28 Así ocurre que ya se publican, por ejemplo, entre otras argumentaciones: que las mujeres son discriminadas y reprimidas por los hombres. Que hombres y mujeres son iguales. Que las mujeres son superiores a los hombres. Que al machismo se le opone el feminismo. Que existe guerra declarada entre hombres y mujeres. Que a los hombres hay que educarlos según el criterio de las mujeres.

    29 Respecto de esto último, un mensaje revelador: Marlene Dietrich después de interpretar a Lola en el pandórico film «El ángel azul», ya advertía: "La mayoría de las mujeres parten con la idea de cambiar a un hombre, y cuando lo han conseguido, no les gusta" En medio de tanta contradicción ¿qué está ocurriendo en la práctica con estas ideas y creencias? Es lo que intentaremos dilucidar a pesar de la arremetida feminista destinada a ahondar, aun más, la inconciencia colectiva para que ésta sea un "vegetal, que ‘vive’, pero nada sabe de sus actividades vitales" Walter Brugger (Diccionario de Filosofía).También surge otro problema adicional.

    30 Una denuncia que intenta ser honesta, limpia de eufemismos, como la presente, se debilita si se apoya en historias domésticas, cotidianas y archiconocidas; porque, lamentablemente han sido sobre explotadas por la crónica sensacionalista y las teleseries cebolleras, y resultan ya incapaces de conmover, de producir la menor inquietud o sorpresa, aunque ello sí resulte sorprendente e injustificado desde el punto de vista de la razón, de los sentimientos, de los acontecimientos, y del instinto de conservación. ¡Qué situación más extraña! ¿Verdad?

    31 Da para pensar y creer que tenemos el alma dopada, anestesiada ¿Nos están destruyendo, y no nos damos cuenta…?

    Por tal razón evitaré en lo posible referirme a vivencias personales o ajenas porque ello —lejos de apoyar importantes y legítimas causas y denuncias— en la práctica resultarán sólo curiosidades anecdóticas e inútiles y, ambos, tú y yo, no estamos para perder tiempo en parábolas, articulillos, crónicas rojas y, menos aun, en guerras de injurias, tampoco en entretenimiento morboso. 32 Pero, lo más difícil será crear conciencia cabal y plena de qué tipo de artefacto es Pandora Siglo XXI, y cómo funciona, sin incurrir en una pura caricatura chocante que eche por tierra todo esfuerzo por intentar desbaratar una conspiración que tendría por objetivo final: la destrucción de la Humanidad.

    33 Acción planeada quizás en algún punto del espacio exterior, como ya dijimos; o de otro origen impensado, y cuyo final se perfila como una monstruosidad imposible de ser cometida por seres humanos… en contra de seres humanos.

    34 Desde esta perspectiva, Pandora actúa tal cual agente creado exclusivamente para obedecer, sin conciencia propia; un no-persona; más bien un instrumento inextricable, diseñado, fabricado y programado por una inteligencia no-humana, en las maestranzas de un Universo muy diferente al nuestro.

    Estas son todas apreciaciones sustentables a al luz de hechos concretos, actuales y, por muchos de nosotros, identificables e investigables para beneficio de la verdad. Aunque el célebre escritor y pintor, Santiago Rusiñol, sentenció: "Quienes buscan la verdad merecen el castigo de encontrarla". Al menos, yo… prefiero ese castigo.

    35 A este nuevo espécimen de "mujer", Pandora —respaldado, alentado y celebrado por vigorosos movimientos feministas, por gobernantes plagarios, y por personas inconscientes, degeneradas, equivocadas, resentidas, llenas de odio y violencia— me voy a referir en este breve tratado fundamental.

    3

    LA AMENAZA

    Las maniobras son amenazas; quien parece más amenazador gana.

    Ardant Du Picq

    No podemos enfrentar el mal —si queremos incorporarlo positivamente— sólo con la razón o sólo con la pasión; es imposible. La primera para ser creadora y eficaz, sobre todo ante lo difícil, tiene que ser apasionada y a su vez la pasión tiene que ser clarificada por la luz de la razón. El dinamismo pasional es positivo si se lanza a disminuir el mal o a multiplicar el bien.

    José María Arnaiz

    1 Antes de entrar de lleno al contenido esencial de este tratado fundamental, reconozco que la ortodoxia literaria y comunicacional recomendaba —precisamente en este punto— una introducción más o menos extensa, suavizante diría yo. Pero mi objetivo no es ofrecer una obra esencialmente literaria, ni siquiera formal, sino una poderosa inquietud personal nacida a fines de 1989 por consecuencia de los apasionados y reveladores debates en torno al feminismo y al machismo, surgidos en el grupo de estudios filosóficos del que fui miembro durante largos años. 2 También debo reconocer en mí la influencia del magistral decálogo «Cómo manejarse con las mujeres» del que es autor don Demetrio Spina D’or, quien me obsequió fotocopia del manuscrito meses antes de fallecer a la edad de 77 años (1990)

    3 Supongo importante, quizás indispensable, que el tema aquí tratado sea expuesto y compartido en la forma más inmediata, directa y menos eufemística posible; lo que hace que este libro pudiera resultar nada ortodoxo y, para ciertos criterios, un poco fuerte, difícil de ingerir.

    DE DEBERES Y RESPONSABILIDADES

    4 Abstrayéndonos de la aparente culpabilidad o inocencia que le pueda caber a ciertas mujeres en la crisis actual de la pareja y de la familia, los hechos señalan la necesidad imperiosa de abordar el tema con una propuesta diferente y escasamente considerada: una nueva propuesta masculina, y no únicamente la mía que puede resultar siempre incompleta dado lo inagotable y complejo del tema. Y, además, no me siento depositario de ninguna verdad absoluta.

    5 En tal caso: ni tú, y ningún otro hombre debería restarse al esfuerzo de investigar, pensar, proponer e intentar conseguir una mejor relación en la pareja humana y, de tal modo, beneficiar efectivamente a quienes necesitan y merecen nuestros mejores esfuerzos: nuestros hijos menores.

    6 Este llamado va especialmente dirigido a aquellos padres tímidos, sufrientes y desorientados; a los que han preferido hasta ahora ignorar o evitar esta realidad innegable, por incomprensible, insufrible o incontrolable; y a aquellos que imaginan flotar sobre ésta; para que todos ellos despierten, piensen, tomen valor y se posicionen… si les es posible. Tal vez "Puedes abstenerte de los sufrimientos del mundo, pues es algo que estás en libertad de hacer y, armonizar con tu naturaleza, pero quizás y precisamente, esta abstención es el único sufrimiento que serias capaz de evitar" nos dice, Franz Kafka.

    * * *

    7 «Si por motivo de alguna relación amorosa destructiva has llegado a la secreta convicción de que ésta constituye el peor peligro al que el varón puede enfrentarse, es muy probable que sea por culpa de una mala mujer.

    8 En primer término: tu deber de hombre cabal es terminar toda relación destructiva, lo antes posible, y jamás permitirte dejarla siquiera a nivel de amistad. Más bien, extírpala de tu vida. 9 En el posible caso que se trate del rompimiento de una relación amorosa obsesiva y, pasado cierto tiempo, la mujer te buscara, deberías decirle —clara y enfáticamente— que se olvide de ti, que ya no te interesa saber más de ella. De este modo la perversa captará una firme, liberadora e imprescindible decisión de tu parte; porque, si la perversa se siente, aunque sea un mínimo, segura de tu ciego amor por ella o de tus dudas, ella insistirá, pues es muy probable que se niegue a perderte mientras vivas.

    10 Pues todo cuanto ansía es sacar de ti el máximo provecho. De tal modo, y dada la existencia de un compulsivo egoísmo en ella —el que es el leitmotiv de su accionar y existencia—, al ver perdidos sin vuelta sus enclaves afectivos, influencias, ganancias y ventajas, lo más probable es que desista en su empeño y te deje, al fin, ir en paz.

    11 Luego, podrás buscar concienzudamente por compañera a una mujer de verdad, a una mujer divina con la que sientan ese amor bueno y bello que inflame tu alma de energías positivas, confianza y felicidad duradera, para proseguir juntos la maravillosa experiencia de estructurar una familia sana y dichosa».

    12 Lamentablemente esta liberación se ve entorpecida por nuestra supina ignorancia en materia de mujeres, lo que hace indispensable conocerlas aunque sea un poco.

    DEL SUFRIMIENTO.— 13 «Si eres del tipo de hombre que gusta de las relaciones peligrosas y de las emociones angustiantes y estresantes (síndrome de James Bond), con la mujer destructiva estas emociones insanas estarán mejor garantizadas que los automóviles nuevos y de marca ¿Por qué?

    14 Porque el amor de pareja implica una enajenación involuntaria de cada cual al otro, en la que nadie está libre de caer o recaer y quedar —por algún momento— emocionalmente escarnecido y desprotegido. Luego, de ahí a convertirse en sujeto de relación patológica media sólo un corto tramo cuando la mujer es destructiva».

    15 Dicha relación patológica y disolutoria, es la primera gran causa de la desgracia, del sufrimiento y violencia humanas —especialmente conyugal e intrafamiliar— que tanto preocupa en el presente a sociólogos, sicólogos, legisladores, clérigos y gobernantes a granel.

    DE LAS PASIONES.— 16 Hurgando en la escasa literatura que pretende arrojarnos luz sobre estas materias, encontré un ensayo de Claudio Salvatore, titulado «La conquista de la mujer». En él podemos apreciar una brillante gama de axiomas que enseñan cómo efectuar una elección casi científica de la compañera ideal. Sin embargo y a mi modo de ver, Claudio evita gran parte de la irracionalidad, ingobernabilidad y explosividad de las incontenibles pasiones involucradas en el amor; las que a la postre son los fieros arrecifes donde suelen estrellarse y naufragar las conclusiones y medidas salvadoras más empíricas. "El amor no es un mero sentimiento de deleite", advierte en otro ámbito, Walter Brugger. El amor suele ser bálsamo o veneno y, además —si no lo conocemos en algún grado de profundidad— podría ser sólo locura.

    17 Una primera observación preliminar se desprende de lo que hasta aquí hemos avanzado: enamorarse, puede —la mayoría de las veces— no ser un ejercicio de elecciones y decisiones lógicas y felices, ni siquiera de oportunidades buscadas y encontradas. Por el contrario, cuando llega, suele hacerlo en forma subrepticia, con vehemencia; y lo hace infringiendo toda voluntad, predisposición y lógica. Del modo que ocurre en la pasión amorosa, las feromonas son incontrolables; y las neurotrofinas, aun más.

    18 El buen gusto, la diplomacia, la lógica, la educación, la fe, la reflexión, el método, la justicia, el libre albedrío y todo aquello que la razón acepta y entiende por bueno e indispensable, en los trances pasionales pueden volverse francamente risibles. Tal como Robert M. Hutchins escribe en el corto satírico «Zuckerkandel»: "Cuando el pene se para, la razón salta por la ventana".

    DE LA SIMULACIÓN.— 19 Un segundo punto débil importante atañe a nuestra excesiva pasión y credulidad en materia de amores, especialmente cuando media un compromiso. Por tal motivo resulta inconveniente tomar en serio y creer en las promesas de Pandora. Ella sabe fingir y mentir con destreza insuperable: es su arte congénito magistral expresado en la manipulación que ella hace de nuestras almas en volandas y de nuestros cerebros soñadores. 20 Puede ser que en algunas ocasiones diga la verdad y no finja en absoluto. A cambio en otras, prometerá o jurará hacer o no hacer cosas que olvidará en los minutos siguientes a consecuencia de su amnesia acomodaticia, de la que se queja amargamente para no despertar nuestras sospechas.

    21 Para ella, el propio juramento sagrado y la propia palabra empeñada, carecen de todo valor —salvo como recurso de engaño—, de modo tal que todo, y según su conveniencia, ocurrirá en forma opuesta a lo jurado o prometido. En cambio y por el contrario, la mujer sana no finge ni miente, porque sabe que sólo la verdad y la sinceridad ciertamente la protegen del mal y del error; propios y ajenos.

    DEL AUTOENGAÑO.— 22 Una tercera observación importante: la confianza en sí mismo, si carece de un mínimo conocimiento de la personalidad de Pandora, podría resultar otra desastrosa y ridícula vanidad. 23 Y un mensaje, a mi parecer, importantísimo:

    «Creerte poseedor de encantos o atributos exclusivos que puedan doblegar a la mujer impía, volverla más dúctil, para luego modelarla a tu manera, es la creencia de más alto riesgo. Pues ella está acostumbrada por milenios, a convencer y hacer creer este cuento a todo hombre que a ella le apetezca.

    24 Pronto es un ser que toma iniciativas inimaginables e instantáneas ante todas las perspectivas que nos brindan los variopintos paisajes emocionales de esta vida. A modo de ilustración valga este pequeño ejemplo: a ella le fascinan tus ojos verdes, se muere en verdad por ellos y te hace creer que son su acta de rendición, aunque simultáneamente puede ocurrir que la mano de un orangután tincudo, o la sonrisa boba de un vecino, o alguna personalidad estrafalaria o cualquier atractivo inimaginable la harán cambiar de actitud hacia ti en forma incomprensible y sorprendente.

    25 Y para ella resultará ser el epinicio de su excitación si le sirve para crearte inquietudes mortificantes y, muy en particular, celos. Sin embargo una mujer buena sabe que toda forma de agresión sólo genera más agresión, y que todos los triunfos así obtenidos, son derrotas, son logros pasajeros, y su costo es el dolor».

    ACLARACIÓN

    Amable lector, hemos entrado en un plano de amistoso, necesario y franco esclarecimiento y no pretendo desmerecerte ni descalificarte. 26 Puedes ser en verdad superinteligente, simpático, fino y bien educado, gozar de salud, fama y fortuna. Ser un Adonis, por añadidura. Mas, Dios quiera que nunca te engañes con el amor de Pandora. Ya que, como decíamos, para ella siempre existirá cierto encanto en otro varón, encanto que tú no posees y ella ambiciona para sí… y lo va a tomar, o al menos no se quedará con las ganas. Pandora puede ser hermosa, incluso inteligente, o fea y llena de defectos, sin embargo igual perseguirá y conseguirá cazar las piezas que apetezca, en cualquiera que sea el escenario donde se desenvuelva.

    27 Y de ese modo sobreponerse transformándose, en su medio social, en la envidia de las mujeres verdaderas, más bellas, virtuosas y respetables que ella. Este es el fin último de su vanidad.

    28 Dicho sea de paso, Pandora las desprecia a todas, y en particular a las que tengan algún parecido con la Mujer de Dios; ya que para ella, las de este tipo son "las tontas que sólo sirven para lavar, barrer, cocinar y limpiar el trasero a sus hijos"; o bien, son "las brutas que por falta de autoestima se entregan por esclavas a sus parejas machistas, y a sus hijos tiranos". Sin embargo, sin titubear, Pandora es capaz de levantarles pololos y maridos —machistas, o gomas— a sus amigas, a sus vecinas, a sus compañeras de trabajo y a sus propias hermanas, para autoconfirmar su total supremacía sobre el género.

    29 Eso sí, ella necesita a todas las otras mujeres, en cuanto las mismas la consideran ejemplo y líder de libertad y modernidad, y pronto le brindan todo tipo de apoyo, servicio y elogios a modo de reconocimiento, fortaleciendo su egolatría a toda prueba que es la recia piedra angular a la que se aferra su espíritu esquelético. A veces llega al extremo de utilizar a sus parientes, amigas, vecinas y compañeras, a modo de tías alcahuetas, endosándoles sus hijos menores cuando se va al carrete con los novios o maridos de ellas.

    30 Y en este orden de deslealtades, un dato a considerar: el miércoles 20 de noviembre de 1996, en el programa « De Pé…a…Pá» que trasmite TVN, el prestigiado investigador privado Dante Yutronic aseguró que —en la actualidad— la infidelidad femenina es mayor que la masculina. No obstante esta "sorprendente" información, la mujer auténtica y sana aun constituye mayoría. Permanece fiel a sí misma, y sólo permite para ella relaciones impecables.

    DE LA CACERÍA.— 31 Como las piezas de caza mayor, por muy importantes superhombres que ellos sean, suelen terminar aburriendo a la diva de esta obra; es peligroso imaginar aunque sea por un instante, que ella pudiera ser confiable en algún momento o aspecto. Peor todavía tratándose de asuntos morales y emocionales. Ella es, en esencia, sólo una experta cazadora de hombres… y nada más, y nada menos.

    32 Su técnica la emplea sin escrúpulos en el coto de caza ideal que es cabalmente el jaleo y —en forma ocasional— en ambientes formales cuando lo que busca es algo más serio como, por ejemplo: cazar un esposo. El mejor momento para observarla y conocerla de verdad es en medio de la parranda, ojalá en un trasnoche a media luz con bastante música ad hoc y tragos de todos los calibres, que ayuden a derribar las barreras de la zarandeada moralidad y dejen a flor de piel los bajos impulsos. Antes de seguir con este tema, acéptame una breve digresión.

    33 La mayoría de los hombres solemos ser rigurosos y bastante puritanos aunque simulemos lo contrario a fin de parecer mundanos, todo esto a consecuencia de la educación hipocritizadora. Pandora bien lo sabe porque ella es nuestra maestra.

    34 Más adelante, desplegando su magistral arte del acecho —tan bien descrito por Cathy Hopkins en su libro «Cómo cazar al hombre deseado y disfrutarlo mientras sirva»— ella observa y repara en todo cuanto hacemos y decimos mientras se esconde tras su careta de dama compuesta y simpática, la misma que lanza tan lejos como pueda cuando el relajo alcanza su clímax y todos nos mostramos permisivos, revoltosos y galantes. Sobre todo si bebemos más de la cuenta y dejamos escapar anécdotas divertidas, aquellas de doble sentido que tanto llaman la atención a los oídos alertas de las "mosquitas muertas", y ¿por qué no de las más bullangueras? Ten por seguro que alguna de ellas es la dama que buscamos identificar… y conocer aunque sea un poco.

    35 En tales situaciones tú estás, prácticamente, en un coto de caza frenético, alienante. Todos buscan en el estruendo, el alcohol y la droga un efecto desquiciante o un mazazo para aturdirse; vale decir: romper la rutina, desinhibirse, zafarse del stress y borrar de una "pitiada" los pensamientos agobiantes. La misión siguiente puede ser: escapar hacia un lugar más íntimo con algún trofeo carnal que podría ser tan sólo imaginario y efímero, tanto como su evasión. Lo que casi nadie sabe es que ése es el tobogán que conduce raudo, cuan flecha de Cupido, hacia la trampa de Pandora, doctorada en estas materias.

    36 Durante esta exploración inicial, o mejor dicho en esta parte inicial de los sondeos, la personalidad de un hombre duro y autosuficiente no la atraerá; ella sabe que ese tipo de sujeto es incompatible con su afán de dominar sin contrapeso y explotar sin limitaciones.

    37 En medio de esta jungla bacanal, aquel lobo solitario que permanece silente escrutando desde un rincón, tampoco es muy atractivo para Pandora. Ella tiene dos sospechas acerca de él. Una: ¿acaso será un seductor? Cuento ya repetido; ella no es ingenua y no lo va a pescar por considerarlo: afectado, engreído y ambiguo; a no ser que prefiera propinarle algún escarmiento. Dos: tal vez sea otro tipo difícil; un cacho desbordante de fallas, problemas y trancas; un latoso, un anémico al que es mejor ignorar.

    38 Ella ansía una pieza vibrante, vital, energética pero fácil, dispuesta a entregársele sin mayor trámite ni complicaciones. Su tiempo y esfuerzo son oro y esa noche no los va a desperdiciar. Amable lector: ¿quieres probar?

    39 Vete a la farra y sácate el caballero seriote y medio acartonado que llevas encima, "libérate", hazte el volado o el chispeado, o ambas cosas, y lánzate a bailar con todas. Bromea, cuenta chistes subiditos de tono, muéstrate bien alegre con energía derrochadora y diles a todas que son encantadoras. ¡Cuidado, nada en exceso que las asuste!

    40 Observa cuáles son aquellas que te ligan más y haz tu elección que, a decir verdad, no es tan tuya tal cual parece. Pronto verás un conjunto deslumbrante de actitudes sugestivas que te harán enloquecer: miradas fugaces que ahora se han vuelto mucho más íntimas; labios que se entreabren y humedecen; pupilas dilatadas y mejillas encendidas, enmarcadas por cabelleras sedosas cuyas dueñas acarician con letargo; sacudones de cabeza echando el pelo hacia atrás; yemas de dedos estilizados deslizándose por los tallos de las copas, o jugueteando con cigarrillos y otros objetos cilíndricos; piernas inquietas se cruzan y descruzan ante ti; zapatos de tacones se calzan y descalzan sujetos a las puntas de pieces menudos; ondulaciones de caderas, senos palpitantes; derramamiento "accidental" de un poco de pisco en tu chaqueta; dedos con uñas carmesí arreglando amorosamente tu corbata o el cuello de tu camisa. Uno de los elegidos fuiste tú.

    41 Luego —y al igual que en la carrera de espermatozoides— deberás lanzarte al objetivo, a toda velocidad, ya que una vacilación tuya permitiría a los otros postulantes adelantarse y, de paso, condenarte a morder el polvo de la derrota.

    42 Así —y si todo te sale "bien"— esa mañana despertarás acompañado. A tu lado, y tal cual Dios la echó al mundo, hallarás a la señorita o señora Pandora, espectadora y alerta.

    DEL TOMAR CONCIENCIA.— 43 Esta experiencia brevemente antes descrita, que en circunstancias accidentales podría darte la sensación de ser tú un don Juan victorioso, es bastante común y es en extremo arriesgada si ignoras el trasfondo de lo que allí está ocurriendo. Es muy posible que semejante vivencia no la quieras intentar jamás, aunque Pandora ya esté rondándote o, peor aun, ya te tenga listo, aunque sea en su mente, para la licencia matrimonial.

    44 «Detrás del maquillaje, los perfumes, el vestuario, los ademanes cautivantes y la sensualidad estereotipada y a veces vulgar, todo cuanto ella dice y hace, lejos y más allá aun de ser manifestaciones de falsa empatía son, además, artimañas brujeriles para conducirte de rodillas a la jaula en la que ella te quiere encerrar. A continuación verás al revés todo aquello que de la engañadora te cautivó en forma tan sorprendente. A partir de allí tu vida al lado de ella será una secuencia continua de sorpresas ingratas.

    45 Ponte en guardia cuando ella te ofrezca ayuda y obsequios; pues casi siempre se trata de: comprarte, debilitar tu autoestima, crear dependencias, sentar supremacía, subordinarte y luego explotarte a piacere.

    46 Si por ventura no sabes o tienes medio confusa tu situación junto a ella, sería muy bueno para ti ocuparte un poco en saber sobre el tema y así aminorar el riesgo de transformarte en un eventual y resentido misógino asesino, como Enrique VIII, a consecuencia de brutales desencantos. O a creer que Jack, el destripador, tenía unainteresantemisión de vida.

    47 Si por accidente ya estás enamorado de una perversa —sin retorno posible— quiero mostrarte a lo que estás expuesto, lo que te servirá bastante en los momentos críticos que se te avecinan».

    Pero, tal cual señala el General Sun-Tzu: "Si conocemos al enemigo y a nosotros mismos, no debemos temer a los resultados de cien combates. Si conocemos al enemigo y no a nosotros mismos, por cada victoria sufriremos una derrota. Si no conocemos al enemigo ni a nosotros mismos, sucumbiremos en todas las batallas".

    «Por lo mismo debo centrar mi esfuerzo en hacerte ver quienes somos los unos y los otros, antes de que te comprometas afectivamente. 48 Toda vez que sufras ataques de autoconfianza, otro asunto fundamental debes tener presente: jamás podrás pasar a mandar en el juego de una mujer manipuladora. Sin embargo, conociendo sus estrategias, al menos tendrás la oportunidad de ver los hilos que pretende ponerte ella para transformarte en su títere de turno, y después intentar cortarlos».

    DE LA SEDUCCIÓN.— 49 Detrás de la antes citada caída de caretas, sucede algo muy extraño: el lenguaje y modales de nuestra "heroína" lo lleva a uno a aceptar —graciosamente— su vocabulario soez y ese trato medio négligé matizado con desdenes que aparece en los tanteos iniciales de toda buena Pandora, y ello es paradojal, pues pareciera ser que toda esta levedad y trasgresión morales a nosotros nos pasan desapercibidas, posiblemente a causa de ese velo magnético con que los dioses ataviaron a Pandora, el que además le sirve para adormecer —dulcemente y amorosamente— la conciencia de sus futuras víctimas antes de atraparlas olímpicamente. En este punto existe algo similar al canto de las sirenas de Ulises, sólo que el mítico navegante sabía cómo proceder para evitar acudir al fatal canturreo seductor, en cambio tú lo ignoras.

    50 A nosotros, los prejuicios, tradiciones y —hasta cierto punto— la experiencia, nos hacen creer que el lenguaje antiacadémico y el trato rudo son exclusivos de hombres de mala catadura que frecuentan cantinas y burdeles, donde se habla desde la cintura para abajo y todos terminan —entre excesos— sumidos cada vez más en un submundo donde la espiritualidad humana desaparece y surge la bestia en toda su degradación. 51 Esos lugares y esos hombres son mirados con desprecio y considerados como genuina expresión de brutalidad, constituyendo parte importante de la creciente y todopoderosa plaga social. Sin embargo, también resulta paradójico y curioso que a nadie le llame la atención que en casi todas las reuniones sociales —hasta en las más cultas y empingorotadas— sea bienvenida Pandora, la que llevará la batuta de estos mismos criticados excesos sin que alguien emprenda acción destinada a ponerla en su lugar o, peor aun, sin que alguien se preocupe del hecho, incluso aceptándolo como natural y, hasta simpático.

    52 «Si pretendes caer bien en algún evento social, jamás pretendas disputarle a una desfachatada su grotesco privilegio coprolálico-seductor. Menos aun volverte moralista, porque la situación se te hará difícil y puedes ser obligado a abandonar la fiesta en forma violenta, quizás por una ventana. Recuérdalo: la delicadeza auténtica en la graciosa desfachatada, no existe en ninguna parte de su ser; excepto la que ella impone y exige de ti, para sí misma.

    53 A la inversa de la natural delicadeza del hombre común, al menos con respecto de las damas, la desfachatada debe hacer esfuerzos antinaturales formidables por mantenerse dentro de las normas de conducta ante familiares y personas recién conocidas. Si bien es mal visto en reuniones beber hasta embriagarse, para la desfachatada bebedora es un simple prejuicio. Siempre habrá algún caballero —tal vez tú— dispuesto a apoyarla y atenderla durante la velada, para luego llevarla en vilo a casa —la tuya o la de ella da lo mismo—, ayudarla a desmaquillarse, asearse, desnudarse y, finalmente, cometer esa fornicación impropia de un buen galán conquistador, a la que fuiste ladinamente inducido, y de la que después te arrepentirás».

    4

    SOBREVIVENCIA

    Cada mañana en la jungla, una gacela despierta, ella sabe que debe correr más rápido que el tigre o él se la comerá.

    Cada mañana en la jungla, un tigre despierta, el sabe que debe correr más rápido que la gacela o pasará hambre.

    No importa si usted es un tigre o una gacela: cuando amanezca, usted debe ser mejor en la carrera.

    Texto sacado de un seminario de ICARE-ADIMARK

    DE LAS ESTRATEGIAS.— 1 «En consecuencia, te recomiendo evitar ser amable con la desfachatada —si ya la has descubierto— porque ella, equívoca y tendenciosamente, entenderá tu amabilidad como señal de debilidad y propensión al servilismo, o bien como una obligación a la que no podrás fallar ni con el pensamiento si no deseas sufrir represalias. 2 Lo conveniente e ideal es que jamás sigas los juegos de la desfachatada. Un caso frecuente: por ningún motivo aceptes que ella te fije horarios y lugares para los encuentros, esto es parte del primer examen serio a tu docilidad, para el proceso de manipulación constante del que posteriormente la descarada te hará objeto.

    3 En reciprocidad: resulta fundamental e imprescindible actuar con conocimiento de estas materias si quieres evitar partir en bancarrota y, así, brindarte a ti mismo la ocasión de ganarle al menos una mano del póquer pasional que a la desfachatada manipuladora tanto le fascina ¿Cómo? Simple; podrías decirle con voz segura: "quiero verte tal día, a tal hora, en tal lugar…" A continuación lo mejor sería que la plantes y luego esperes a que ella te llame pidiéndote explicaciones. En tal caso, jamás se las des; hazte el olvidadizo.

    Esta actitud u otras similares pudieran parecerte risiblemente infantiles, y con razón; pero son tonificantes, certeras y útiles si las incorporas a tu personalidad, a fin de ejercer control sobre tus generosos impulsos, ejercitar tu voluntad y, de paso, dejar en evidencia que no eres vulnerable, ni un cerco tendido al que se sobrepasa fácil y sin mediar esfuerzo alguno. He de advertirte que correrás riesgos. Lo más seguro es que tal actitud llevará a esta manipuladora a adoptar una de dos decisiones. La primera: olvidarse de ti por inaccesible y presa difícil; lo que sería tu salvación más segura. La segunda: fingir tolerancia, para luego con otra estrategia efectuar un asalto fulminante al interior de tu alma y, de tal modo, posesionarse definitivamente de los comandos síquicos (emotivo, volitivo, intelectivo) que operan tu ya menoscabado ser. 4 La manipuladora usará toda clase de sutilezas y triquiñuelas con el propósito de provocarte quiebres emocionales que le permitan identificar tus puntos débiles.

    Todo esto será buenísimo para ti, siempre que puedas llegar a percibir —en vivo y directamente— los intereses que la mueven y de este modo desenmascararla y desilusionarte a tiempo. ¡Arrancar a 100 puede ser lento! Se han visto tigresas correr a la velocidad de un Porsche. 5 Ahora, si ella decide olvidarte, ojalá también te olvides de ella para siempre, porque en el momento en que tu impulso te traicione y reincidas, la manipuladora ahora sí te transformará en monigote, al que explotará y martirizará hasta aniquilarlo o, muy probablemente, hasta que ella se aburra y decida cambiarte por otro más útil, entretenido y resistente».

    6 La autora Cathy Hopkins, en su libro antes citado, recomienda a las hijas de Eva tener —para el caso recién expuesto por Franco— bastante cautela y un poco de compasión. Ella dice, expresamente: "Sin embargo, recuerda que si has conocido a otro y decides contarle la verdad al que pronto será tu ex, es probable que unos extraños rumores empiecen a circular sobre ti (quería el dinero, zorra, frígida, posesiva…), así que dile algo que pueda contar a sus amigos para salvar el tipo y tu reputación" ¿Qué tal?.

    DEL NARCISISMO.— 7 El pueril narcisismo —contagiado y desarrollado en nuestra niñez, por Pandora— es el piso movedizo que suele dejarnos en mal pie con demasiada frecuencia ante ella misma ¡Qué lindo el niño! ¡Dios lo guarde! ¡Qué simpático es! ¡Qué sonrisa tierna! ¡Igual al papá! ¡Va a ser el chiche de todas las niñas! ¡Uy, si me lo comería! ¡Ven mi rey, quiero presentarte a mi hijita Pandorita!

    Yo, desde estas páginas envío, a todo niño, a todo párvulo, un: ¡Dios te ampare, hijo! Porque la vida inocente es permeable a todas las fantasías… y a todas las adulaciones. Todo niño, antes de aprender a leer, debería —como en Oriente— aprender a filosofar; y a saber que sobre todo hijo de la Tierra pende la espada de Damocles, sin distingos de edades ¿O existe una edad más adulta para conocer verdades salvadoras?

    8 Si por ventura llegas a creerte irresistible, tremendo de afortunado en el amor y sientes, incluso, desprecio por otros que supuestamente no lo son, puedes equivocarte de manera rotunda. Lo más probable es que, sin darte cuenta, tú seas de los amaestrados y malacostumbrados a tragar todos los anzuelos que Pandora va lanzando por doquiera que vaya, tanto para "agarrar gallo", como dice ella, y satisfacer su instinto sexual; de igual modo para hacer picar a los engreídos, y luego dejarlos a medio camino con las ganas ardiendo y así insuflarse el ego encelando a sus parejas. Y, al fin, humillar y adjudicarse triunfos múltiples en esa su competición con las mujeres de bien, ya descrito en el capítulo anterior (vers. 27 al 29) 9 En el fondo, sus ademanes y discursos lisonjeros, son sólo dos de las muchas cortinas de humo que esconden sus bellaquerías seudo femeninas.

    DE LA PERTINACIA.— 10«Uno de los asuntos importantes que, como varón, te diferencian de la manipuladora, es su inseguridad en sí misma y su ilimitada capacidad para jugar con los sentimientos ajenos. Así, ella siempre gana; y aun medio derrumbada se las arreglará para salir mejor parada que cualquier varón.

    11 Por la misma razón, la muy desfachatada se permite hablar sin tapujos sobre sus relaciones íntimas, lo que siempre despierta una mezcla de admiración, temor, asombro y envidia, en especial en aquellas mujeres sanas, genuinas y normales que imaginan —escuchando y observando a la descarada— que al Paraíso sólo pueden retornar las vampiresas, las mujeres liberadas de sentimientos nobles, "las bellas sin alma", como canta, Ricardo Cocciante; aquellas que jamás se complementan con el varón y mucho menos respetarlo.

    12 Tú, en cambio, siempre noble, demostrarás tu hombría de bien ante los demás, contando —si cabe y corresponde— sólo lo bueno y hermoso que te ocurre junto a ella. Quienes te escuchen y ya sepan lo contado por la descarada, se morirán de la risa en su interior y, cuando les vuelvas las espaldas comentarán sobre el ingenuo y ridículo papel que haces al lado de esa mujer. Moraleja: nada puede ocurrir entre tú y ella que pueda ser privado y considerarse secreto, pues aquí se trata, ni más ni menos que de su currículo propagandístico. Otra moraleja: es peligroso andar tragando anzuelitos, tanto peor si después quieres dártelas de pescador experto.

    13 A propósito, si alguien te dice que la muy desfachatada ya no siempre anda lanzando anzuelos a diestra y siniestra, puede que hasta cierto punto tenga razón, lo que se debería a la instancia en que ella —por edad, la mayoría de las veces— queda fuera de circulación en las pistas del sexo y del corazón, y ello la limita a buscar y utilizar sólo vínculos y vehículos afectivos de baja performance. 14 Más no por eso deja de ser muy veloz a la hora de dar consejitos insidiosos o acelerar a fondo la perversidad de sus congéneres más jóvenes e inexpertas; 15 Y si por esas cosas raras de la vida, a ella se le presenta por fortuna un galán, sale hecha una bala y es capaz de perder la razón y proceder a todas las locuras imaginables, sin importarle quien sea el personaje. Casi le basta con que solamente respire.

    16 En otras instancias más penosas, que sería escarnio comentar, la perversa se ve impedida a proceder del modo que quisiera y hasta puede que despierte nuestra compasión. Pero ¡cuidado! no imagines que el dolor y la frustración transformarán su esencia. Todo lo contrario, la fortalecerán. ¡Paradoja! Ella, en su cristalización errónea extrema, jamás cambia.»

    "El hombre Nº 5 ya es el producto de una cristalización; ya no puede cambiar continuamente…" Fragmentos de una Enseñanza Desconocida, de P. D. Ouspensky. Sobre Ouspensky, y Gurdjieff, solíamos debatir con mi amigo Franco.

    DEL ADOCTRINAMIENTO.— 17 Un amigo siquiatra, que por ética me reservo su nombre, me contó parte de la historia de una paciente que he querido llamarla: Yenny. Ella es chilena, tiene 42 años, es bonita, inteligente, y profesional universitaria. Se casó muy joven y muy enamorada, con un promitente profesional. Tuvieron hijos y todo se daba para que la vida le sonriera; sin embargo, no fue así; "inexplicablemente" su matrimonio fracasó con mucho dolor para ambos.

    De hace algunos años, ella está nuevamente casada, esta vez con un profesional muy prestigioso y adinerado, un hombre mayor y seguro de sí mismo, aunque bastante frío como persona, altanero y egoísta. Y aunque viven en un nivel socio-económico similar al del jet set norteamericano, Yenny no pudo enamorarse de él. Ella ahora lo soporta sólo por temor a perder su status y su "prestigio"; no obstante ha sabido arreglárselas para que esta situación no trascienda a los demás, ni ponga en riesgo su matrimonio.

    En los últimos 18 años, Yenny ha vivido con ataques de pánico, al borde del suicidio y con visita semanal al siquiatra. A continuación conoceremos algunos detalles de lo que fue la posible causa de su desgracia.

    FRAGMENTOS DE UNA ENSEÑANZA NO ESCRITA Y DESCONOCIDA POR EL VARÓN.

    Haciendo abstracción de otros episodios tristes de la vida de Jenny, vamos a fijar nuestra atención en un hecho fundamental que puede enriquecer nuestro conocimiento en relación al tema: Pandora.

    18 Aproximadamente a la edad de 13 años, Yenny comenzó a ser sistemáticamente concientizada por su madre en relación a los siguientes temas: amistad, dinero, pololeo, y en particular… matrimonio.

    19 Frases como las siguientes se grabaron a fuego en la mente de una menor que no podía ejercer juicio valórico de ellas.

    "Si quieres pololear, trata de pololear lo más que puedas antes de casarte". "Debes tomar anticonceptivos, porque los embarazos podrías frustrar tus proyectos". "Sé que tu papá te va a restringir las fiestas, y los permisos para salir con amigos. Yo no quiero que te ocurra lo que le ocurrió a fulanita que, por lo mismo, terminó casándose con un don nadie y viviendo puras frustraciones, miserias y vergüenzas". "Así es que cuando tu papá te diga que no, tú insístele delante de mí. El tiene que darte permiso aunque para eso tengas que ganarlo por cansancio. Que no te deje sin salir, ni que te fije las 12 como hora de llegada a casa". "Mientras estés estudiando no debes tomar en serio a ningún pololo, y menos si son estudiantes, o tipos que ganan poca plata". "Tienes que tener una buena profesión, para que no dependas del dinero de los hombres". "Por ningún motivo te cases con un pobretón, porque sin plata el matrimonio va al fracaso". "A tu marido, desde un principio debes exigirle un dinero mensual, fijo y seguro, suficiente para pagar todos los gastos, y para que tú puedas ahorrar". "No permitas que tu marido te pida rendimiento de cuentas del dinero que te entregue. Él debe acostumbrarse a confiar en ti". "Que tu marido nunca se acostumbre a que tú lo sirvas, o que tú hagas las labores de casa; no es para eso que estas estudiando en un colegio caro". "Desde un principio a tu marido debes exigirle que pague empleada… y si van a tener hijos, que también pague niñera". "Tú eres inteligente, y en todo lo que emprendas tiene que irte bien. Trabaja fuera de tu casa, así podrás darte el gusto en todo lo que quieras".

    "Lo mejor que puedes hacer es no tener hijos, porque los hijos limitan mucho a la mujer; ellos quitan mucho tiempo y crean toda clase de problemas". "No te acerques ni te hagas amiga de gente inferior a ti". "Ni pobres, ni enfermos; éstos acarrean sólo problemas y hacen pasar puros malos ratos". "Lo más importante es tener plata; la plata lo hace todo. Con plata se tiene salud, y el amor sin plata no dura". "No sientas lástima por nadie; las personas se aprovechan del que siente lástima". "Ten cuidado si te enamoras, porque los hombres se aprovechan de eso, y vas a sufrir". "Si tu marido comienza a darte problemas, mándalo a la punta del cerro y búscate otro que no te dé problemas". "A los que tienen plata, todo el mundo los trata igual que a reyes; pero a los pobres los tratan mal y son menospreciados por todos". "No te dejes influenciar por esa gente ingenua y volada que se dice: idealista, que se preocupa de puras leseras, que vive en la mugre, y anda a palos con el águila".

    Ciertamente, hermano mío ¿Te gustaría que la madre de tus hijas fuese como la madre de Yenny?

    20 Volviendo a esa vieja costumbre pandoriana de dar consejitos —costumbre que, tal cual pudimos ver, constituye la parte más siniestra del adoctrinamiento feminista— doy testimonio que de esa costumbre no escapan ni sus hijas más pequeñas; como veremos a continuación.

    Pocas semanas antes de concluir el presente tratado, y sin quererlo yo, escuché a una madre que, en una habitación contigua a la que yo estaba, aconsejaba en voz baja a su hijita de 7 años, lo siguiente: "Los hombres son unos estúpidos con cabeza de mosquito… y siempre debes hacerte respetar por ellos".

    A continuación, en un arrebato de "equidad", agregó: "El único que no es así, es tu abuelito fulano de tal"; quien resultaba ser el abuelo materno. Con posterioridad supe que se trataba de un caballero adinerado, dispendioso, alcahuete y sumamente goma ¡Todo un procreador y estimulador de Plagas! ¿Sería, además, cornudo?

     

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