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Hacia la consolidación de un nuevo estado policial. Una mirada al poder comunal


Partes: 1, 2

  1. Resumen
  2. Hacia la consolidación de un nuevo estado policial
  3. El papel del policía en la sociedad
  4. El poder comunal y la policía
  5. Consejos Comunales y las mesas de Seguridad Ciudadana
  6. ¿Qué espera la comunidad de sus policías?
  7. Referencias Bibliográficas

Resumen

Se aborda la visión nacional del nuevo estado policial y sus Interrelaciones con el poder comunal, en el entendido que las partes tienen el compromiso social de asumir una perspectiva política que se concibe como la elección e intervención consciente y combatiente en éste proceso , para transformar todo aquello que atenta contra la seguridad humana . Haciendo uso visible de su carácter humanitariamente preventivo este policía se orienta al acercamiento y ejercicio político legítimo de valores fundamentales, como la vida, la justicia y la solidaridad que son, en sí mismos, la misión humanista de la revolución bolivariana en los múltiples ámbitos de la cotidianidad familiar y comunitaria, creando prerrogativas frente a la necesidad de velar por los intereses del colectivo. A través El poder ciudadano que, desde el sentido de pertenencia a una comunidad , se asume como partícipe en la construcción de las políticas y acciones , de modo tal que las decisiones tomadas desde sus convicciones, , cruce y produzca en la sociedad la mayor suma de felicidad posible.

Descriptores: Nuevo Estado Policial. Poder Comunal

SUMMARY:

Addresses the national vision of the new police state and its interrelationships with the communal power, with the understanding that the parties are committed to take on a social policy perspective that is seen as the conscious choice and action and fighter in this process, to transform all that which threatens human security. Using visible humanely preventive character this approach is aimed at police and legitimate political exercise of fundamental values??, like life, justice and solidarity are, in themselves, the humanistic mission of the Bolivarian revolution in many areas of the everyday family and community, creating prerogatives against the need to protect the interests of the collective. Through citizen power, from a sense of belonging to a community, it is assumed as a participant in the construction of the policies and actions, so that decisions taken since their convictions, cross and produce in society the greatest amount of happiness.Descriptors: New State Police. Community Power

Hacia la consolidación de un nuevo estado policial

UNA MIRADA AL PODER COMUNAL

El futuro existe primero en la imaginación, después en la voluntad, luego en la realidad"

R.A. Wilson-

Venezuela actualmente vive entre dos modelos policiales; Por una parte, un viejo modelo policial represivo, antipopular, lleno de carencias, deformaciones doctrinales y de vicios en su funcionamiento; viejo modelo éste que poco a poco se debe ir depurando para finalmente aplicar la Reforma Policial en todos los cuerpos de policías de nuestro país. Por la otra un nuevo modelo policial establecido en la Ley Orgánica del Sistema Nacional de Policía fundado en principios humanistas, enfocado a la profesionalización de la labor policial y sustentado en valores de respeto y garantía de los derechos humanos de los ciudadanos y ciudadanas enmarcado en el poder comunal .

La Policía es una fuerza que depende del Estado y cuya principal misión será la de mantener el orden público y garantizar la seguridad de los ciudadanos de acuerdo a las órdenes que se emanen desde el ámbito político.

Según James Fyfe (y otros), en el libro Administración de la Policía (1997), el concepto policía se deriva de la palabra francesa "policer" que significa poder del pueblo. El término, en su sentido más amplio, significa regulación y control de una comunidad en los aspectos relacionados al orden, la salud, la vida y la propiedad.

El Diccionario de la Real Academia Española lo define como el buen orden que se observa y guarda en las ciudades y repúblicas para cumplir con las leyes y ordenanzas municipales. Se incluye, como parte de la definición, a un cuerpo encargado de vigilar por el mantenimiento del orden público y la seguridad de los ciudadanos. Se incluyen los conceptos de cortesía, buena crianza y urbanidad en el trato y las buenas costumbres.

Entonces, por su concepción original y actual, se puede decir que la policía históricamente surgió para cumplir con los objetivos de proteger la vida, la salud, y la tranquilidad de los ciudadanos que conforman la sociedad. En pocas palabras velar por el cumplimiento de la ley y el mantenimiento del orden. El servicio de policía es el conjunto de acciones ejercidas en forma exclusiva por el Estado a través de los cuerpos de policía en todos sus niveles, conforme a los lineamientos y directrices contenidos en la legislación nacional y los que sean dictados por el Órgano Rector, con el propósito de proteger y garantizar los derechos de las personas frente a situaciones que constituyan amenaza, vulnerabilidad, riesgo o daño para su integridad física, sus propiedades, el ejercicio de sus derechos, el respeto de sus garantías, la paz social, la convivencia y el cumplimiento de la ley y todo ello amparado por el poder comunal que es en definitiva quien evalúa su gestión de manera directa. Este Poder Comunal, tal y como se está proyectando en Venezuela,  es un hecho histórico sin precedentes puesto que no nace inspirado en los modelos  comunales conocidos, como certeramente lo expresa Bombarolo,(2003) " El poder comunal , consigue sus "antecedentes lejanos" …En la propia vida de las comunidades indígenas originarias… estas ya se reproducían (las comunas) en su esencia económica y política…en defensa como cultura entre los seres humanos de las relaciones socialistas de producción y distribución de bienes  y las relaciones armónicas con la naturaleza, de la cual son parte integrante".

Ahora bien, para que el poder comunal cumpla cabalmente con su característica primordial de ser un verdadero poder transformador tiene que basarse, de manera fundamental, decidida y constante, en una acción política mancomunada, sin exclusión alguna, que parta del razonamiento y de la organización consciente de la misma comunidad. Habrá de asumir también que en su seno existe un nivel de conciencia que impulsará la construcción de la sociedad de nuevo tipo que requiere Venezuela.

Siendo esto así, la participación ciudadana representa una adecuada fuente de información y de intercambios de experiencias que, indudablemente, contribuirán al logro de metas transformadoras. De ahí que el poder comunal simbolice, quizás, uno de los cinco Motores Constituyentes de mayor relieve lanzados por el comandante presidente Hugo Chávez, ya que abre espacios y tiempos para que los sectores populares protagonicen activamente el cambio estructural y la concreción del bien común, revolucionando por completo los ámbitos políticos, económicos, sociales y culturales vigentes aún en Venezuela. Por lo mismo, el poder comunal está llamado a ser pieza insustituible en la tarea de construir el verdadero espacio de bienestar que nace del seno del colectivo.

Como se quiera ver, el poder comunal está llamado a orientar, impulsar, articular y coordinar todo lo referente al bienestar colectivo y a la definición del socialismo desde la perspectiva de la experiencia venezolana, desde abajo y con los de abajo. Esto crea las condiciones para que la soberanía popular se ejerza a plenitud, libre de las trabas burocráticas y tecnicismos que, a la larga, podrían frustrar esta misma plenitud. En este caso, es necesario que el Estado permita la participación y el protagonismo del pueblo organizado, en todas sus modalidades y espacios, garantizándole la información, la formación y la educación en cuanto a las estrategias a seguir para que ello sea posible en todo momento. Será la práctica diaria, por consiguiente, determinante para que haya una teoría social, diferente, en el seno de las comunidades, aunque no exista una teoría uniforme y definitiva en relación al socialismo.

No obstante, García (1990) la importancia de tal práctica es crucial, desmontando las barreras de exclusión que, por largo tiempo, cercaron las ansias emancipadoras del pueblo. Esta posibilidad cierta e indetenible reinstala al poder comunal, como un asunto que no puede dejarse a la deriva, puesto que contribuye a que las tomas de decisiones sean realmente plurales y no de un grupo minúsculo que repita los vicios de la clase política tradicional: verticalismo, caciquismo, demagogia, sectarismo, tareísmo, corrupción y manipulación del colectivo. Por lo tanto, es imperioso que el pueblo se interese -gracias a la motivación derivada de su adecuado compromiso con el bienestar en conjunto por ampliar los logros de un modo autogestionario y, así, darle vida propia al protagonismo social. Esto exige un completo cambio de actitud respecto a las capacidades potenciales del pueblo para asumir responsablemente el rumbo.

El poder comunal, además de constituir una innovación revolucionaria, le brinda al pueblo la oportunidad tan esperada de ejercer el poder de manera directa y efectiva, con lo cual tiende a cambiar la concepción común que se tiene del Estado, incidiendo positivamente en la neutralización del burocratismo y en el mejoramiento de la calidad de vida de todos. Ello hará que se comprenda que todos comparten un destino común, independientemente del ámbito en que se viva. Es una revolución en todo sentido. Por lo mismo, corresponde a los revolucionarios sustanciarlo, fortalecerlo y expandirlo para que la revolución sea un hecho que trascienda la cotidianidad. A partir de esta realidad un nuevo modelo de policía se inserta para ofrecer paz y sosiego mediante un proceso de profundización innovador que involucra la interacción entre el funcionario y la comunidad. En tal sentido, es necesaria la participación de la comunidad con el fin de que la policía combata la delincuencia y vea este nuevo cuerpo como garante de la seguridad ciudadana que viene a consolidar la labor protagónica de los consejos comunales.

El papel del policía en la sociedad

Los cuerpos policíacos tienen como obligaciones primordiales universales el proteger la vida, la propiedad, los derechos civiles y conservar el orden. Pueden tener mayores responsabilidades, pero eso depende de las leyes que organizan la policía en los países democráticos del mundo moderno. Lo importante es que la policía tenga capacidad legal, las 24 horas del día, para atender los problemas y situaciones que tal vez requieran el uso de la fuerza y la coacción o la búsqueda de soluciones verdaderamente efectivas.

En principio, el mandato policial en el país logró definirse con la Ley Orgánica del Servicio de Policía y ordena: proteger el libre ejercicio de los derechos humanos, las libertades públicas y garantizar la paz social; preservar la comisión de delitos; apoyar el cumplimiento de las decisiones de la autoridad competente; controlar y vigilar las vías de circulación y el tránsito; facilitar la resolución de conflictos mediante el diálogo, la mediación y la conciliación. Con este mandato, claro el perfil de oficial queda, en consecuencia, taxativamente enunciado y, por ende, lo que debe aprender. Esta idea de claridad en el mandato policial que luego tiene su traducción en las funciones del servicio y las maneras de hacerlo, y que también se normaron, dejaron el camino despejado para que el diseño de la formación fuera mucho más simple. La formación tributa al diseño de la política pública.

No habrá nuevo modelo policial sin que haya funcionarios que asuman una actitud de compromiso con éste y se tiene la tesis de que el compromiso se genera a partir de la formación en el nuevo modelo policial. No sólo porque es una imposición legal sino porque logra convencer, en un marco de nociones éticas y teóricas que no les permita usar dichas habilidades en contra de la humanidad sino, por el contrario, a favor del respeto a los derechos fundamentales. Por eso se insiste en que esta formación debe ser ideológica, porque se inscribe en un esquema axiológico, en un sistema de ideas que se denomina el Nuevo Modelo Policial, el cual expresa, de manera diáfana, el mandato de la policía venezolana que, por fortuna, logra colocar al ser humano y al planeta como el eje central de toda la acción policial. Si fuera una formación meramente técnico instrumental se correría el riesgo de estar formando gente sin principios orientadores en la vida y mucho más fácilmente corruptibles.

Para que nuestros policías no sean la desgracia de quien no pueda pagarles, es necesaria la formación en ideas pero no cualquier idea sino aquellas que sitúan al ser humano y a la comunidad por encima del capital, la mercancía y el propio mercado. La idea de la primacía del ser humano. Esta humanización de la policía hacia el ciudadano traerá como sin duda mayor seguridad y paz en la población. Para la República Bolivariana de Venezuela la instalación de un nuevo modelo de policía está enmarcada dentro de la política de Seguridad Ciudadana que adelanta el Gobierno Bolivariano.

Este modelo implica la transformación radical de los cuerpos de policía en los diferentes niveles políticos territoriales a los fines de introducir estándares operativos, administrativos, funcionales, organizativos y educativos que permitan la unificación de criterios, y en consecuencia el establecimiento de una doctrina policial integral que mejore sustancialmente el desempeño de las funcionarias y los funcionarios en la función policial, atendiendo eficientemente las necesidades de seguridad requeridas por las ciudadanas y los ciudadanos en sus comunidades.

Ahora bien, este nuevo policía deberá estar consciente de su rol como funcionario público, conocedor de que La administración Pública es el medio y la estructura de que dispone el Estado para garantizar el cumplimiento de sus objetivos. Esto es a las personas que integran y conforman dicha armazón Institucional, llámeseles Servidores Públicos, Colaboradores, Administradores o Funcionarios Públicos, deben ser personas dignas, respetadas y honestas, donde el factor moral constituye uno de los elementos primordiales de los programas y políticas de Gobierno. Bailey, (1995) "La sociedad en general tiene la percepción negativa y adversa del quehacer gubernamental debido a los problemas de corrupción, opacidad y discrecionalidad, y a la deficiente cultura de rendición de cuentas en el sector público". Esto repercute de manera sustantiva en la imagen y desempeño de la Administración Pública en su conjunto, lo que hace necesario mejorar la organización y la operación de sus instituciones, de sus recursos y gestión. De allí que la figura del policía como servidor Público debe necesariamente ajustar su comportamiento a una serie de órdenes, normas y lineamientos de tipo moral, ya que la mayoría de sus funciones ante la sociedad resultan ser casi-sacerdotales. En consecuencia, el policía como Servidor Público debe ser un ejemplo de moralidad, donde el cumplimiento del deber y el orgullo de ser Funcionario Público, se debe vivir día a día para recobrar la confianza de la ciudadanía.

Debe ser un nuevo hombre, este hombre nuevo, según lo describe el sociólogo albanés Fuga, (2008) Ha de ser un tipo social que por lo que se refiere a la formación ideológica, la preparación científica y profesional, las cualidades del carácter y los valores morales, los vínculos sociales que mantenía con el medio al que pertenecía y con la sociedad en general, no tenía precedente en el pasado.

Este hombre nuevo debe adjudicar prioridad al interés del colectivo, de la sociedad y de la nación frente a su estrecho interés personal y familiar; obrar únicamente en el marco de una igualdad material y económica fundamentada sobre la propiedad de todos; un ser solidario, con iniciativa, crítico ante todo lo conservador, inconmovible en la confrontación con quienes se desorientan socialmente .Este hombre nuevo, concluye Fuga, tiene el deber de ser por tanto moralmente puro, armónicamente desarrollado en lo social, y nacional

El poder comunal y la policía

El ciudadano es un individuo perteneciente a la sociedad política o a un Estado determinado, al que debe lealtad y al que puede exigirle a cambio protección y bienestar. Esta definición es rígida, por lo cual vale entender que el ciudadano es aquel que se encuentra involucrado con un Sistema Social y Político, el cual le exige cumplir con los deberes.

Cuando se habla de participación ciudadana, expresa Bombarolo, (2003) se hace alusión a organizar a los ciudadanos para que participen en la acción de Gobierno encaminada a su beneficio. Las asociaciones de vecinos, los grupos ambientalistas, los gremios profesionales, entre otros; son el ejemplo de organizaciones ciudadanas que han de coordinarse conjuntamente con el Gobierno para dar acción y seguimiento a políticas nacionales de Estado.

En otro orden de ideas, el autor expresa que el otro nudo de nuevos canales de participación ciudadana lo dan los Espacios de la Participación en la definición, ejecución y control de las políticas públicas. Redefiniéndose en carácter estratégico de los Planes de Gobierno, las Políticas y los Programas Sectoriales. Esta redefinición se inicia por darle un sentido técnico y concreto a los Planes de Gobierno, especialmente a los de índole local; estos planes son asumidos bajo el marco metodológico de la Planificación Estratégica. Así mismo, las políticas y Programas Sociales, ya no sólo son apreciados como instrumentos de impacto para el colectivo, sino como cisiones y métodos que paulatinamente irán transformando buena parte de la acción del Estado en muchas de sus áreas.

Para propiciar un mecanismo más fluido y menos burocrático en lo concerniente a las políticas y Programas Sociales, Bombarolo (Ob.Cit) expresa que se aprecian tres estrategias muy de la localidad para generar nuevos espacios participativos: los consejos consultivos, los planes estratégicos locales y los programas de formación para la participación ciudadana.

Hacia la década de los setenta (u ochenta, a más tardar), ya eran decenas los países que se tensionaban con formas insospechadas de desequilibrios macroeconómicos y sectoriales, producto del fracaso de la mencionada estrategia de "industrialización forzada y hacia adentro". El estancamiento, las crisis de balanza de pagos, el conflicto social, y el retraso en las organizaciones de producción, terminaron creando pocos y malos empleos.

En una palabra, los elementos que han influido en la compleja realidad del Sistema Político venezolano de la segunda mitad de siglo XX, mostraron superposiciones y tensiones entre el tema del crecimiento económico per se, las estrategias de generación de empleos, la redistribución, la equidad social, y los resultados político-institucionales. Hay allí toda una gama de factores que debemos confrontar y analizar, para intentar acercar nuestra propia conceptualización del proceso de desarrollo. En consecuencia, e intentando sintetizar esta primera aproximación al concepto de desarrollo en su relación con la participación ciudadana, se hace necesaria una visión humanista que contenga dinamismo, perspectiva y equilibrio, al tratar el término. Dinamismo, porque el tema del crecimiento económico (su aceleración, su desaceleración, su estancamiento, sus ciclos) constituye una característica central del tema del desarrollo. El crecimiento económico constituye una condición necesaria (aunque no suficiente) para los logros del desarrollo. Por su propia naturaleza, el factor de crecimiento envuelve un elemento dinámico (cambiante en el tiempo). Segundo, que envuelva una perspectiva, en el sentido de una visión del país generada por sus ciudadanos a través del sistema político. No puede hablarse del desarrollo de un pueblo, sin inscribir ese proceso dentro de una visión histórico-cultural.

No sería necesariamente lo mismo el concepto socio-cultural de Desarrollo visto hoy día desde la ciudad de Miami, que visto desde Sao Paulo (Brasil), Buenos Aires (Argentina), Kuala Lumpur (Malasia), o Concepción (Chile). Hay factores históricos, de costumbres, de tradiciones, de valores culturales diversos (valorables en su diversidad), de trayectorias étnicas y de lenguajes, que hacen diferencias para cada una de las comunidades locales y nacionales aludidas.

En resumen, el desarrollo de la sociedad venezolana, en conjunción con su sistema político y policial, crea un puente directo con la participación ciudadana, concibiendo este primer acercamiento, como un proceso dinámico, inscrito en una visión cultural de país, donde se persigue un equilibrio virtuoso entre las necesidades humanas y la plusvalía producto de los negocios económicos internacionales. ¿Qué se persigue al activar medidas de prevención y protección de las comunidades? Se persigue igualar las oportunidades, avanzar en la base productiva, y abrir todos los espacios necesarios para la felicidad individual y colectiva.

La visión teorética de Nuria Cunill Grau, es bastante puntual al respecto, destacando la primacía de la política en la conducción de los asuntos públicos y la recuperación del papel de la sociedad en su definición y gestión, imponen la necesidad de recuperar el triangulo de poder concernido al respecto: los representantes electos, la administración pública y los propios ciudadanos. La reforma administrativa debería poder fortalecer a la segunda e, indirectamente, a los primeros, apuntando a su democratización y estimulando su orientación de servicio a la ciudadanía. La participación ciudadana, por su parte, debería proporcionar una voz directa a los últimos.

Para apreciar en el contexto real la relación entre los fundamentos o principios de la participación ciudadana y los modelos de desarrollo que han influido en la conformación del estado latinoamericano los últimos cincuenta años, se hace necesario ubicar bajo qué perfil tiene cabida esa participación ciudadana en las decisiones que como Estado se toman en el marco de los modelos antes señalados. Se aclara que esa conexión es producto de la interpretación de los escenarios que han presentado en América Latina y los cuales muestran, sin lugar a dudas, la ausencia de condiciones ideales para que se desenvuelva y fortifique la participación ciudadana, sin embargo en la actualidad hay que ver con factibilidad como un Gobierno como el actual , liderizado por el presidente comandante Hugo Chávez Frías asume como bandera los elementos de ciudadanía que acercan al colectivo a la toma de decisiones, donde se fortalece una sociedad involucrada con sus políticas públicas y con las decisiones de sus gobernantes.

Ese estado desarrollador, construido a la medida de las necesidades de su gente, es promotor de cambios en el modelo de desarrollo asumido para dar mayor participación al colectivo, puesto que si bien es un riesgo para el Estado, en virtud de que se verá asediado por los miembros de la sociedad civil organizada, no es menos cierto que garantiza la transparencia del acto de Gobernar y permite ciertos márgenes de tolerancia conque un gobierno "no transparente" no podría contar.

En este sentido, Merchán, expone que la participación ciudadana es un valor agregado para el Estado, puesto que cada uno de los individuos y comunidades que participen en los procesos de toma de decisión, van a estar concentrados en defender sus intereses y por ende obedece a un criterio colectivo que trasciende las visiones, expectativas y necesidades estrictamente colectivas.

De allí que el modelo de organización comunal y la seguridad ciudadana en el marco del Sistema de Policial promulgada como Ley Orgánica (Gaceta Oficial Nº 5.880 Extraordinario del 9 de abril de 2008), tiene como meta la integración directa de las comunidades venezolanas con el nuevo cuerpo de seguridad, y es que de manera conjunta deben combatir la delincuencia y la inseguridad en todo el país fortaleciendo los aspectos inherentes a la prevención ciudadana.

Una de las grandes definiciones que se le ha dado a esta nueva norma orgánica pertenece al Ministro, Tarek El Aissami, quien se refirió a ella como "el rostro de las comunidades en la función policial, ya que establece un capítulo especial sobre la participación ciudadana en esta materia y estipula que los cuerpos de policía ahora deben rendir cuenta sobre su desempeño a las comunidades". (El Nacional, marzo 2008, p.3)

La visión policial comunal se fundamenta en cuatro aspectos esenciales: actitud preventiva y humanista, policía comunal, articulación del sistema de policía nacional y participación de las comunidades en la prevención de delitos; en este aspecto el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), ha expresado que la Ley Orgánica regula y optimiza el sistema de policía nacional.

La creación de un Sistema de Policía Nacional, que a su vez permita la creación de un subsistema de seguridad comunal, que permita la unificación en un mismo órgano de las distintas competencias de seguridad desde lo nacional, estadal y municipal, ha permitido la concreción y organización de la policía comunal con carácter preventivo, así como un servicio de policía que garantice el respeto de los derechos humanos; y la concreción de aspectos como la actitud humanista, capacitación académica, rendición de cuentas y evaluación de los indicadores del desempeño.

Por tales motivos, la figura de un marco jurídico que otorgue a las comunidades de canales expeditos de participación en el tema de la seguridad, plantea la erradicar la concepción que tiene el Estado burgués de asociar la seguridad ciudadana con los intereses de las clases dominantes. La burguesía dispone de cuerpos policiales, militares -y paramilitares en países como Colombia– que actúan como cancerberos, reprimiendo a las clases populares con violencia, es tiempo de acabar con esa visión clasista.

En otro aspecto, el cuerpo policial hace posible atender las demandas sociales en áreas estratégicas de la seguridad ciudadana, tales como el tema penitenciario, migración, aduana, anticorrupción, delincuencia organizada, programas antidrogas y el servicio policial comunal. No puede existir competencia entre los cuerpos de seguridad del Estado. Por eso esta Ley viene a establecer principios de actuación común, normas básicas y un referente moral y ético.

La idea del Gobierno Nacional al proponer este nuevo instrumento jurídico fue la de crear una policía socialista, una policía humanista, una nueva policía para una Venezuela segura. Los cuerpos de seguridad vecinales que trabajarán de la mano con los consejos comunales, y tendrán la misión de frenar los problemas de desórdenes públicos de carácter local.

Consejos Comunales y las mesas de Seguridad Ciudadana

El origen de los Consejos Comunales, y de su posterior organización en Circuitos Comunales de atención pública, parten del texto constitucional de 1999. El artículo 62 refiere a la participación popular en la gestión pública. El artículo 70 determina las formas de participación en lo económico, social y político.

Los Consejos Comunales han constituido una plataforma de amplia difusión para promover esta forma organizativa, a fin de estimular la participación organizada de las comunidades en la solución de los problemas más urgentes y cotidianos en relación al espacio social que habita. En razón del ámbito de actuación de los Consejos Comunales, en el caso específico de la seguridad ciudadana, según la ley que los rige, éstos pueden establecer áreas y comités de trabajos de acuerdo con las particularidades y problemas de seguridad que presenten las comunidades.

La necesidad de hacer cada vez más digno el espacio social que se ocupa habitacionalmente, procurando elevar la calidad de vida, implica para los habitantes de las comunidades una motivación para el diagnóstico social, elaboración de propuestas y proyectos y realizar las gestiones ante los organismos gubernamentales correspondientes, esto de alguna manera explica el éxito que han tenido los consejos comunales. Los consejos comunales deben partir de la idea de plantear problemas en búsqueda de soluciones a situaciones temáticas más amplias y que abarca temas como la inseguridad, la escasez de electricidad y las deficiencias en la vialidad; problemas en el suministro de agua; sustitución de techado; costo transporte; canalización aguas servidas; recolección de desechos sólidos; salud; vivienda; transporte; construcción de infraestructura de servicios, entre otros.

Las comunidades no solamente están demandando soluciones de servicios y satisfacción de necesidades sino que están planteando y realizando soluciones a los mismos. Son las mismas comunidades populares las que están dando respuesta a necesidades históricas. Se muestra un cambio emergente protagonizado por los sectores populares, que van asumiendo en grado creciente mayores niveles de responsabilidad social.

La Ley Orgánica del Servicio de Policía y del Cuerpo de Policía Nacional, en su Capítulo V, reseña que el servicio de policía comunal es preventivo y comprometido con el respeto de los valores, identidad y cultura de cada comunidad. A fin de dar cumplimiento a este servicio, la legislación venezolana vigente establece que los cuerpos de policía pueden crear núcleos de policía comunal que contribuyan a la prevención del delito e involucren al colectivo en los problemas de seguridad.

La nueva Policía salva distancias entre el ciudadano y reivindica la figura de este ante la opinión pública. Al respecto, Bayle, (2004) sostuvo que "una rutina usual del funcionario policial en Venezuela consiste en visitar constantemente las familias que habitan comunidades problemáticas, antes consideradas como una suerte de sectores infranqueables por los cuerpos policiales a no ser que fuera mediante operativos tipo comando. La nueva Policía trabaja con enlaces y coordinación con la comunidad. Dentro de ésta deberá promover  iniciativas para resolver los problemas con la ayuda de quienes también tienen la responsabilidad de hacerlo como son las partes comprometidas. Es así como la Policía Comunal es un modelo policial de proximidad que responde a los criterios establecidos en el diagnóstico por la Comisión Nacional de la Reforma Policial (Conarepol) y que responde al modelo construido en la Ley Orgánica de Policía y del Cuerpo de Policía Nacional

Este modelo de policía comunitaria desarrollará planes y programas diversos que enfoque su gestión hacia la figura de la policía social que se estrecha en la comunidad a través de los consejos comunales (5to motor Constituyente) mediante reuniones periódicas de donde puedan obtenerse un diagnostico sobre la problemáticas delictiva y social del sector garantizado la seguridad del testigo como medio de control denuncias. La policía comunitaria trabajará en las mesas técnicas de seguridad a fin desarrollar estrategias a través de entrevistas directas, creaciones juveniles, cursos o talleres de prevención del delito, participación activa en actividades sociales deportivas culturales, educativas, jornadas de salud preventiva y utilizando su participación activa como otros medios de difusión en la comunidad.

La mezcla de la cooperación funcional de la institución con la colectividad, implica la máxima interrelación posible con los diferentes actores sociales a nivel local, municipal, y nacional. Si bien es cierto, la formación de los policías, debe distinguirse de manera diferenciada. Su formación ética, el entrenamiento debe ser permanente y transversal, aun que con especial énfasis en, quienes deberán liderar la transformación y consolidación del nuevo modelo, involucrando y comprometiendo a sus subordinados. Evidentemente, la necesidad de mejorar los estándares en la formación de los policías es transversal no solo en Venezuela, sino en los países latinoamericanos, para cada uno de sus cuerpos policiales. Tanto la evolución histórica de nuestro país como el desarrollo teórico sobre cómo entender la función policial, han determinado que la formación deba ser revisada y cuestionada,   para reformularse y reorganizarse con miras a dotar a nuestro país de organizaciones policiales más eficientes y eficaces, y agentes idóneos para cumplir con ese desafío.

Y es en este camino hacia la profesionalización de los cuerpos policiales, se hace necesario poner un énfasis significativo en transformaciones hacia una "formación humanista", tal y como lo afirma Saín (2002) quien sostiene que cuando se inculca Valores como el respeto por los derechos ciudadanos y una marcada tendencia hacia la policía de proximidad, comunitaria, comprometida y solidaria con el colectivo a través de todo aquello que la institución defiende y define en su filosofía. Es lo que le da grandeza en un noble cometido dentro de la sociedad. "para proteger y servir, con apego a sus principios éticos y morales de conducta y ciertos comportamientos específicos que se muestran con orgullo y se preservan. Conforme con una sociedad que juzga la importancia de personas, acontecimientos o comportamientos que puedan encontrarse de acuerdo a lo que se espera de su Policía.

Todo policía debe actuar Reflexivamente, estar convencido de lo que les representa una satisfacción tanto personal como frente a los demás. Con apego a la honestidad, la disciplina, la voluntad de trabajar. Un emocionado constante, traduciéndose esa emoción en comportamientos concretos dentro del patrón de vida institucional. En una sociedad cada vez más global; llena de paradigmas y de cambios constantes es importante contar con una fuerza policial abierta al aprendizaje, que en conjunto haya desarrollado y generado una cultura sólida donde minuto a minuto a nivel social, comunal, vecinal, les permita poder lograr consolidar una identificación dentro de los miembros componentes de la policía, con la fuerza en sí misma y con sus principios más elementales. Buscar en los miembros de la Policía puntos en común que sirvan como cimiento para la construcción de una "Visión Compartida", es decir un sueño por el que los miembros de la fuerza tienen que trabajar todos en conjunto, porque si alguien no comparte el objetivo colectivo o siente que su permanencia es coyuntural, su trabajo no será el optimo, ni apuntara al horizonte donde la fuerza quiere llegar en un plazo determinado. Una fuerza que trabaje para conseguir lo que se propone. "es deseo especial del Presidente Hugo Chávez, el contar en cada rincón de la patria con una policía más cercana al sentimiento del pueblo". Así mismo sostiene que el policía es y debe ser alguien consciente de su ética, sus valores y el ejercicio de la ciudadanía, provisto con un cuerpo axiológico que de estructura a nuestra sociedad ,Sociedad esta que ya no soporta los embates nocivos de los antivalores expresados en términos de criminalidad, esta condición de descomposición social nos exige orientar acciones al acercamiento y ejercicio político legítimo de valores fundamentales, como la vida, la justicia y la solidaridad que son, en sí mismos, la misión humanista de la revolución bolivariana.

¿Qué espera la comunidad de sus policías?

El Estado, reconoce a la policía como una instancia formal que tiene en su función atender denuncias ciudadanas de diversa naturaleza como víctima de delito. Los funcionarios policiales deben tener claro cuáles son sus funciones, las mismas se traducen en competencias que ameritan especialización al momento de actuar para atender las situaciones denunciadas por parte de los ciudadanos. Dentro de la policía, los funcionarios deben estar capacitados para responder adecuadamente a los llamados de los ciudadanos, según se trate el caso, bien sea a través de patrullaje vehicular o peatonal, asistencia radial centralizada, entre otras.

Yépez (2004), El dinamismo de respuestas policiales sugiere que a nivel interno, en la policía, el propósito institucional debe dirigirse hacia la efectividad de la responsabilidad de la instancia policial por asistir a los ciudadanos. Así mismo, la policía debe responder al principio de universalidad, lo que significa brindar atención a la totalidad de ciudadanos cuando éstos demanden asistencia policial.

En materia de políticas públicas, cuando se trata de la función policial, los ciudadanos son los beneficiarios directos de las políticas de tal naturaleza, y en los sistemas democráticos se admite la importancia de la opinión ciudadana sobre la efectividad de la función policial. La contraloría social representa una forma del control de la política, en la que los ciudadanos participan para observar cómo el funcionario policial está asistiendo a la población. Esto significa que pueden surgir entre los ciudadanos muchas inquietudes en cuanto a cómo adecúan los funcionarios policiales sus respuestas a las demandas ciudadanas, quiénes son los ciudadanos sobre los cuales recaen los procedimientos policiales, y cuál es la capacidad institucional para cambiar efectivamente políticas vinculadas con procedimientos policiales.

Así mismo esta comunidad espera contar con un Líder en cada institución, pero también es cierto que los líderes son escasos, que no se les encuentra a cada esquina y si se encuentra, la pregunta sería: ¿Querrá trabajar en las condiciones actuales? Tal vez la respuesta sea negativa, pero si lo hace de seguro que la institución asimilara mucho de la formación con la que cuenta aquel Líder; y su toque se verá reflejado hasta en los procedimientos más simples y en la figura que proyectarán sus seguidores a la sociedad en su conjunto, es decir lo que conocemos como Imagen Institucional.

Pero no solo de la influencia del Líder se va nutriendo la imagen organizacional, sino también del miembro que nadie quisiera tener entre su potencial, ni siquiera de invitado, estoy refiriéndome obviamente al negativo, al que espera que otro trabaje y que solo sirve para criticar y demorar las tareas que la policía tiene planeadas realizar; recuérdese que la imagen es mutable y que es afectada por muchos factores, aquí radica justamente la habilidad de los superiores encargados de construir y preservar esa "Imagen institucional" de corregirlo o depurarlo. Esto es parte de los valores también. Las acciones incorrectas deben ser castigadas, no solo por su acción correctiva, sino porque son parte del conjunto de valores propios de la institución que hay que preservar. Este tipo de personas debe ser erradicado de una policía que se dice eficiente. Neil, (2003) Es inútil formular un perfil del futuro policía, sino que debe elaborarse un perfil al que responda y se adecue también el total de la fuerza efectiva… . El trabajo de selección y depuración de los hombres y mujeres de una institución deberá ser una constante si es que se quiere una fuerza eficiente, eficaz y efectiva.

Debemos recordar que estamos en un mundo descrito por Alvin Toffler como el de la Tercera Ola en el que "el principal factor de producción y acumulador de riqueza es el Capital Humano" o que otros denominan como Potencial Humano.

El trabajo se hace atractivo cuando quien lo busca piensa que se sentirá orgulloso de pertenecer a un equipo eficiente y que sólo selecciona a los mejores. El éxito de las organizaciones más importantes del mundo, radica en que los miembros de su organización son permanentemente capacitados y que las actuales técnicas que avanzan día a día no le son extraños y por el contrario se convierten en herramientas que les permiten avanzar cada vez más. Por tanto la constante capacitación es importante dada la velocidad de la vida moderna, además de los adelantos tecnológicos y científicos, sumados a estos las actuales formas de pensar y conducirse de la sociedad y sus componentes. Todo esto exige una mayor conciencia científica, que nos permita construir una nueva concepción de un mundo cuyos cambios, son más rápidos que los que antes se daban, y que los seres humanos y las organizaciones están en la necesidad de entenderlos o simplemente quedarse encerrados en el pasado. Hoy las reformas tienden a hacer del policía un individuo universitario, esto es bueno, pero téngase en cuenta que no es necesario tener un doctor o licenciado en seguridad en cada esquina, sino potencial apto y hábil para la tarea que desempeña. La intelectualidad no asegura el alcance de los objetivos institucionales sino se adquieren las habilidades propias del policía que la sociedad reclama.

En la situación actual, la mayoría de las instituciones policiales de América Latina se encuentran inmersas en profundos procesos de cambios. Todavía no existe un consenso claro y definido sobre su razón de ser como organizaciones responsables del control formal del delito y de contención y solución de los problemas sociales, y en algunos casos falta un principio que delimite el papel que deben cumplir en la sociedad.

Partes: 1, 2
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