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Business as usual… (demasiado grandes para acatar la ley) (página 3)

Enviado por Ricardo Lomoro


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Los repos son préstamos de corto plazo que permiten a los bancos asumir mayores riesgos en negociaciones de valores. La clasificación de esas transacciones como ventas en lugar de endeudamiento permite a una firma excluir activos de su hoja de balance, con lo que reduce el nivel de apalancamiento reportado, o los activos como múltiplo del capital accionario.

Bank of America señaló que las transacciones clasificadas incorrectamente en algunos trimestres de los últimos tres años -que fluctuaron entre US$ 573 millones y US$ 10.700 millones- "representaron sustancialmente menos del 1% de nuestros activos totales" y no tuvieron un efecto significativo sobre su hoja de balance, ganancias o relaciones de endeudamiento.

Citigroup señaló que las transacciones clasificadas incorrectamente -de US$ 5.700 millones al final del 2009, y de hasta US$ 9.200 en los últimos tres años- involucraron "un número muy limitado de divisiones de negocios" que "utilizaron este tipo de transacción en montos muy pequeños". Agregó que sus errores no fueron relevantes para sus declaraciones financieras. "En ningún momento el impacto de estas transacciones de ventas fue suficientemente grande para tener un efecto notable sobre nuestras relaciones de apalancamiento publicadas".

En comparación, ambos bancos tienen más de US$ 2 billones en activos.

De forma separada, Bank of New York Mellon Corp. informó en una declaración de valores que encontró pequeños errores en el registro contable de sus repos durante los últimos tres años. El banco señaló que no utilizó transacciones Repo 105.

Los errores han sido corregidos, y ninguno de ellos fue significativo para las declaraciones financieras del banco, señaló la firma en la declaración. Un vocero de Bank of New York Mellon declinó realizar comentarios adicionales a WSJ.

Otro fraude de Goldman: de Abacus a Hudson Mezzanine Funding (sigue el baile)

"Goldman Sachs pone un circo y le crecen los enanos. El supuesto fraude orquestado por el banco de inversión en relación con la venta de paquetes y titulizaciones sobre créditos hipotecarios de alto riesgo (CDOs) a través del fondo Abacus, tiene un nuevo capítulo. El regulador estadounidense, (SEC por sus siglas en ingles) está investigando un nuevo caso relacionado con otro fondo, Hudson Mezzanine Funding, que no forma parte de la acusación presentada contra Goldman en el mes de abril, según informaba ayer The Financial Times"… Más sobre Goldman: la SEC investiga otro fraude en la compra de CDS sobre su fondo Hudson Mezzanine (El Confidencial – 10/6/10)

La liebre sobre este fondo de 2.000 millones de dólares en deuda ha saltado durante la investigación sobre la acusación de fraude a los inversores de Abacus. Así, la SEC estaría llevando a cabo un estudio más amplio sobre las actividades en el mercado de seguros frente al impago (Credit Default Swaps) de los bancos de Wall Street.

De momento, el primer material recopilado no es suficiente para abrir nuevas acciones judiciales contra Goldman Sachs, que serían independientes del proceso de Abacus ya que las operaciones fueron anteriores.

De esta manera, Goldman creó y vendió Hudson Mezzanine, que contenía bonos hipotecarios de su propio balance a finales de 2006 a la vez que el banco se ponía "corto" en el fondo comprando CDS por el valor total del mismo, según ha encontrado el regulador en documentos internos de la entidad. Dieciocho meses después estalla la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos y el rating de Hudson Mezzanine es rebajado hasta bono basura lo que supuso cuantiosas pérdidas a los inversores mientras que Goldman Sachs cobraba los seguros.

Bank of America admite la manipulación de cifras (window dressing)

"Bank of America Corp. admitió haber realizado seis transacciones que ocultaron indebidamente miles de millones de dólares en deuda, tras una iniciativa para reducir el tamaño de la hoja de balance de una división y cumplir metas financieras internas"… Bank of America admite que ocultó miles de millones en deuda (The Wall Street Journal – 11/7/10)

La información, divulgada en una carta enviada a la Comisión de bolsa y Valores de Estados Unidos, se presenta en momentos en que la entidad supervisora se prepara para dar a conocer los resultados de una investigación sobre el registro de acuerdos de endeudamiento bancarios conocidos como acuerdos de recompra, o "repos".

La carta del banco fue enviada en abril en respuesta a la investigación, pero esta es la primera vez que se divulgan los detalles de las seis transacciones en cuestión. El banco había reconocido en su último informe trimestral que el registro de las transacciones, realizadas al final de trimestres entre el 2007 y el 2009, fue incorrecto.

La divulgación del banco sugiere además que las transacciones podrían ser un ejemplo de la manipulación de cifras de fin de trimestre en Wall Street, conocida como "window dressing", en la que los bancos reducen temporalmente su deuda antes de reportar sus finanzas al público.

En la carta, Bank of America señaló que el registro contable incorrecto de las seis transacciones no fue intencional. "No estructuramos deliberadamente transacciones que sean económicamente desventajosas" para servir a sus propios propósitos.

Las transacciones, que involucraron clasificaciones contables incorrectas de US$ 10.700 millones en repos como ventas en lugar de deuda, representan una suma relativamente pequeña para el banco, que tiene US$ 2,3 billones en activos totales.

SEC: Goldman acuerda pagar una "multita" por "un error de marketing" (y a otra cosa)

"La Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos, o SEC, alcanzó un acuerdo conciliatorio de US$ 550 millones con Goldman Sachs Group Inc. que resolverá su demanda contra la firma en la que la acusa de haber engañado a los inversionistas en un producto vinculado a hipotecas de alto riesgo, o subprime, anunció el jueves la entidad reguladora"… Goldman Sachs acuerda pagar US$ 550 millones a EEUU para resolver una demanda de fraude (The Wall Street Journal – 15/7/10)

La SEC demandó a Goldman en abril, acusándola de fraude en la comercialización de un complejo producto financiero denominado Abacus 2007-AC1 que usaba como base valores respaldados por hipotecas, conocidos como MBS. La demanda es la de mayor perfil dentro de una serie de pesquisas que realizan las autoridades sobre las obligaciones de deuda colateralizadas sintéticas.

En su acuerdo con la SEC para pagar la mayor multa impuesta a una firma de Wall Street, Goldman también reconoció que sus materiales de marketing para el producto subprime contenían información incompleta, señaló la SEC.

Goldman negó haber hecho algo indebido en la demanda de la SEC, pero ha enfrentado presión de los accionistas para llegar a un acuerdo en la demanda de fraude y en otras pesquisas de la SEC.

Los papeles de conciliación presentados en un corte de Nueva York contienen la siguiente declaración de Goldman: "Fue un error que los materiales de marketing de Goldman declaren que el portafolio de referencia fue "seleccionado por" ACA Management LLC sin divulgar el papel de Paulson & Co. Inc. en el proceso de selección del portafolio y que los intereses económicos de Paulson eran adversos a los de inversionistas en obligaciones de deuda colateralizada. Goldman lamenta que los materiales de marketing no hayan contenido esa divulgación".

"Este acuerdo representa una dura lección para las firmas de Wall Street de que ningún producto es demasiado complejo, y ningún inversionista demasiado sofisticado, como para evitar un alto precio si una firma viola los principios fundamentales de tratamiento honesto y acuerdos justos", afirmó Robert Khuzami, director en la SEC de la división de cumplimiento ley.

Las acciones de Goldman de Sachs concluyeron con un alza de 4,4% a US$ 145,22, se negociaban tras el cierre con un alza de 5,7% a US$ 153,43.

Citigroup también paga una multa "simbólica" (pero al menos, admite el "engaño")

"La entidad estadounidense ha llegado a un acuerdo con la Comisión de Valores de Estados Unidos por el que la entidad acepta pagar una multa de 57,3 millones de euros por engañar a los inversores sobre la exposición a los activos relacionados con las hipotecas "subprime"… Citigroup acepta una multa de 57,3 millones por engañar a los inversores (Negocios.es – 29/7/10)

La entidad estadounidense Citigroup ha llegado a un acuerdo con la Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC por sus siglas en inglés) mediante el cual la entidad acepta pagar una multa de 75 millones de dólares (57,3 millones de euros) por "engañar a los inversores" sobre la exposición de la entidad a los activos relacionados con las hipotecas "subprime".

Asimismo, el ex director financiero de la entidad, Gary Crittenden, y el ex responsable de las relaciones con los inversores, Arthur Tildesley, que actualmente es el responsable de marketing cruzado de Citigroup, acordaron el pago una multa de 100.000 dólares (76.400 euros) y 80.000 dólares (61.130 euros), respectivamente, por incluir la información engañosa en los escritos remitidos a la SEC. Citigroup ha aceptado este acuerdo sin admitir ni negar las acusaciones.

La SEC alega que, en respuesta al elevado interés de los inversores en este asunto, Citigroup realizó de forma reiterada afirmaciones engañosas en sus informes sobre beneficios sobre el alcance de los activos respaldados por hipotecas "subprime" que poseía.

En este sentido, destaca que entre julio y mediados de octubre de 2007, Citigroup presentó una exposición a las "subprime" en su unidad de banca de inversión fue de 13.000 millones de dólares (9,935 millones de euros) o inferior, mientras que en realidad superaba los 50.000 millones de dólares (38.214 millones de euros).

El director de vigilancia de la SEC, Robert Khuzami, remarcó que Citigroup se jactaba de sus habilidades en la gestión del riesgo, cuando en verdad su exposición real se ocultaba a los inversores. Así, Khuzami recordó que las reglas de divulgación financiera "son claras". "Si escoges hablar, tienes que contarlo todo y no decir verdades a medias", agregó.

Goldman continúa pagando multas (para que todo siga igual)

"Goldman Sachs Group Inc. acordó pagar una multa de casi 20 millones de libras esterlinas (US$ 31 millones) dentro de una investigación del regulador financiero del Reino Unido que comenzó poco después de que la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC) acusara de fraude a la firma en abril"… Goldman Sachs pagará una multa tras un acuerdo con un regulador británico (The Wall Street Journal – 8/9/10)

Fuentes familiarizadas con el asunto dijeron que se espera que Goldman reconozca que cometió un error al registrar al operador Fabrice Tourre, un empleado con sede en Londres de la firma demandado por la SEC por presunta estafa a inversionistas con una deuda colateralizada llamada Abacus 2007-AC1.

El regulador británico de Servicios Financieros, o FSA por sus siglas en inglés, concluyó tras una investigación de cuatro meses a la filial de Goldman en el Reino Unido que al registrar al Tourre en la agencia reguladora la compañía no informó que el ejecutivo estaba siendo investigado por la SEC en relación al caso Abacus, señalaron fuentes cercanas a la situación.

La multa sería una de las mayores en la historia de la FSA tras multar en junio con 33,3 millones de libras a una filial de J.P. Morgan Chase & Co. por no separar el dinero de sus clientes de las cuentas de la firma.

Lehman, Bernanke y los otros: fuego cruzado (el fin de los eufemismos cómplices)

"Dick Fuld resucita a escasamente dos semanas de que se cumpla el segundo aniversario del colapso de Lehman Brothers. Y lo hace para cargar directamente contra la Reserva Federal de EEUU y los reguladores en general, a quienes acusa, de ser responsables del derrumbe del banco de inversión, evento que marcó el mayor terremoto financiero desde la Gran Depresión de los años treinta"… El ex jefe de Lehman acusa a la Reserva Federal del colapso que desató la crisis (El País – 2/9/10)

El ex consejero delegado de Lehman testificó ante la comisión que investiga las causas de la crisis. Explicó que Washington no facilitó a la entidad, tampoco a Bear Stearns, la misma asistencia que a otros de sus rivales de Wall Street, lo que cerró la vía para que pudiera desmantelarse de forma ordenada. Dicho de otra manera, culpa al supervisor de alimentar la crisis. "Lehman se vio obligada a declararse en bancarrota no a causa de su negligencia, sino por no tener el apoyo ofrecido a sus competidores", dijo.

Dick Fuld, convertido en el gran villano del mundo de las finanzas, hasta que se destapó el masivo fraude de Madoff, dijo ante el panel que había propuesto a los reguladores una serie de opciones que habrían aportado a la entidad un balón de oxígeno y evitado el cataclismo del 14 de septiembre. "Ese domingo por la noche, Lehman habría tenido tiempo de un desmantelamiento ordenado o una redención que habría mitigado la crisis que siguió", dijo.

Después se autorizó a Goldman Sachs y Morgan Stanley para que pudieran acceder a los mecanismos de liquidez de la Reserva Federal. En su testimonio, Fuld dijo que el Gobierno estaba más interesado ese fatídico fin de semana en conseguir que Lehman firmara su acta de defunción que en otra cosa. "Después, se vio forzado a intervenir en otras firmas y el conjunto del sistema".

El 2 de septiembre está previsto que el presidente de la Fed, Ben Bernanke, testifique ante esta comisión especial. La primera sesión tras el receso veraniego está dedicada a examinar la intervención pública durante la crisis y, en concreto, en el soporte a las firmas "demasiado grandes para quebrar". También lo hará la presidenta del Fondo de Garantía de Depósitos, Sheila Bair.

(A continuación se relata la comparecencia de Ben Bernanke ante el Comité Especial)

"Las autoridades estadounidense que buscaban apresuradamente enfrentar los problemas de Lehman Brothers Holdings Inc. durante el momento más álgido de la crisis financiera habrían tenido que "romper la ley" para rescatar efectivamente a la firma, dijo el jueves el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Ben Bernanke"… Bernanke defiende la intervención en los mercados (The Wall Street Journal – 2/9/10)

En una presentación ante el Comité de Investigación de la Crisis Financiera del Congreso, Bernanke dijo que la bancarrota de la firma no fue "preordenada", pero que las autoridades reguladoras tenían severas limitaciones sobre lo que podían hacer para ayudar a la compañía.

"No pudimos hallar una forma de hacerlo", señaló Bernanke, y agregó que está dispuesto a ser "creativo", pero "no estoy preparado para ir más allá de mi autoridad legal".

"Confiamos demasiado". Con estas palabras se refirió Ben Bernanke a lo que se vivió hace dos años en los días previos al colapso de Lehman Brothers. El presidente de la Reserva Federal admitió que esperaron hasta el último minuto a que surgiera un comprador privado. No apareció, y la bancarrota se convirtió en la única opción.

Visiblemente frustrado, explicó que se hizo lo posible para evitar el derrumbe, porque sabía del daño severo que tal desenlace tendría en la economía. El problema, precisó, es que los inversores empezaron a pedir liquidez en masa y la entidad no podía afrontarlo.

Dicho en otras palabras, si la Fed le hubiera facilitado el soporte que pedía, el dinero habría desaparecido y conllevado pérdidas multimillonarias para el contribuyente. Una cuestión práctica, pero también legal. Bernanke dejó claro que la intervención en Lehman habría supuesto una "violación" de la normativa. "Lo de que había una fórmula para salvarlo es un mito", reiteró.

Así contradijo al ex consejero delegado del difunto banco, que testificó en la sesión previa. Dick Fuld acusó a la Fed de no haber puesto a su disposición los mecanismos que brindó a sus rivales. Ben Bernanke dejó claro que Lehman se desintegraba y que en esas circunstancias, incluso con garantías, no le hubiera prestado, porque era "demasiado arriesgado".

La pregunta de los miembros de la comisión fue clara. ¿Por qué entonces se rescató a la aseguradora American International Group? La respuesta de Bernanke fue corta. "A diferencia de Lehman, AIG disponía de un gran negocio y cientos de miles de millones en activos con los que podría repagar el préstamo", explicó. "Fue triste. No había otra opción, no se pudo hacer nada".

Bernanke reconoció que la Fed pudo estar "lenta" a la hora de identificar los problemas en las entidades que no estaban bajo su competencia, como era el caso de Lehman. Ahora, como dijo la presidenta del Fondo de Garantía de Depósitos, Sheila Bair, ante la misma comisión, el nuevo marco financiero permitirá tapar los vacíos en la respuesta de los reguladores, "que debe aplicarse sin dilación".

La declaración de bancarrota de Lehman Brothers presentada el 15 de septiembre de 2008 fue un momento clave en la crisis financiera, ya que dio lugar a temores generalizados de contagio en el mercado crediticio y determinó la respuesta federal subsiguiente. En las semanas posteriores a la quiebra, las autoridades tomaron medidas agresivas y sin precedentes para ayudar a los mercados financieros y firmas individuales, incluyendo la iniciativa de US$ 700.000 millones para recapitalizar el sistema bancario estadounidense.

El presidente de la Fed, Ben Bernanke, dijo ante la Comisión de Investigación de la Crisis Financiera que si se puede extraer solo una lección de lo ocurrido a partir del verano de 2007 es que "el problema de las firmas demasiado grandes como para no dejarlas caer debe solventarse".

Bernanke afirmó que estas empresas grandes, interconectadas o con funciones críticas aumentan la vulnerabilidad del sistema financiero y crean una serie de problemas en el largo plazo incluso en momentos de calma. Entre ellas, las ventajas competitivas sobre las pequeñas empresas que saben que no obtendrán el favor de unos Gobiernos que no se pueden permitir gestionar un sistema hundido.

Bernanke cree que con la reforma regulatoria recién aprobada y las disposiciones que emanen de Basilea, ya hay herramientas para gestionar el riesgo que suponen estas firmas y avanzó que confía en que incluso sin intervención, "con el tiempo se reduzca el tamaño y la complejidad de algunas de estas entidades".

Bernanke defendió la política monetaria de tipos bajos durante la creación de la burbuja. Eso sí, admitió que la Fed no había estado lo atenta que habría debido a la hora de detectar los abusos que se cometían en el mercado hipotecario. Según el experto en la Gran Depresión, el sistema era muy vulnerable a cualquier crisis, entre otras cosas, por la escasa supervisión de la "banca en la sombra". Bernanke admitió que no todas las innovaciones financieras son buenas y que se examinarán mejor en el futuro.

Lessons of Lehman's Flighty Funding…

– Las espeluznantes lecciones de la volátil captación de fondos de Lehman Brothers (Expansión – 7/9/10)

(Por Peter Eavis) Lectura recomendada

¿Estaba sentenciada Lehman Brothers antes de su derrumbe oficial? Esa pregunta no sólo tiene trascendencia histórica. También puede ayudar a arrojar luz sobre si la revisión del sistema financiero, encarnada en la Ley Dodd-Frank, ha subsanado correctamente una gran debilidad del mismo: el uso desmedido de deuda a corto plazo por parte de los bancos.

En su análisis de la semana pasada sobre la desaparición de Lehman, la Comisión de Investigación de la Crisis Financiera (FCIC) presentó documentos y testimonios que sugieren que la rápida fundación de la compañía ya suponía un grave problema antes del derrumbe del 15 de septiembre de 2008. Los nuevos informes sobre Lehman son un contundente recordatorio de la veleidad de la deuda a corto plazo. La pregunta es obligada: ¿por qué Dodd-Frank no hizo más para limitar el uso bancario de herramientas como los mercados repos, en los que las entidades toman préstamos colaterales a corto plazo?

Fue en esos mercados donde Lehman sufrió desgastes desde comienzos de 2008. JP Morgan Chase, que juega un papel central en el mercado repo "tri-party", decidió introducir una reforma a principios de ese año para garantizar la seguridad en el mismo. La compañía concluyó que los prestatarios tendrían que empezar a emitir deuda colateral que excediese ligeramente las cantidades que hubiesen tomado prestadas ese mismo día. Este extra colateral se llama margen. Cuando se discutió ese cambio, un ejecutivo de Lehman lo calificó como "un problema", en un e-mail de febrero de 2008 presente en la documentación de la FCIC.

Asimismo, en junio de 2008, JP Morgan advirtió a Lehman de que tenía un déficit de margen repo por valor de 6.000 millones de dólares (4.600 millones de euros), por lo que la segunda cubrió esa carencia con "bonos estructurados". Según el testimonio de un ejecutivo de JP Morgan, más tarde se supo que dichos bonos habían sido asignados respecto a valoraciones sobredimensionadas.

"Teniendo en cuenta la confianza de las sociedades de inversión en los "triparty repos", la Reserva Federal creó a comienzos de 2008 una línea especial de crédito, llamada Primary Dealer Credit Facility (PDCF), para respaldar a los mercados. Los brokers podían financiarse a través de la Fed. En un e-mail de abril de 2008, un veterano dirigente del Tesoro afirmó que Lehman había concentrado todos sus activos no líquidos en valores para "engañar" a PDCF. Y en otro correo de junio 2008, William Dudley, ahora líder de la Fed en Nueva York pero entonces jefe de sus operaciones de mercado, escribió: "Creo que sin la PDFCE, Lehman podría haber sufrido una crisis de liquidez con todas las letras".

Mientras hoy día el mercado de repos es más pequeño y más sólido, y Lehman tenía debilidades singulares, los detalles surgidos a partir de la crisis muestran los riesgos creados por la fuerte dependencia en la deuda a corto plazo para conseguir retornos suculentos. Para rescatar a los demás bancos, el Gobierno tuvo que lanzar un programa de garantías de deuda a finales de 2008.

No obstante, Dodd-Frank no resulta aún muy efectiva en este aspecto. Proclama que los reguladores pueden solicitar limitaciones para la deuda a corto plazo de una entidad financiera pero no especifica el límite máximo. En lugar de articular medidas para imponer recortes a los acreedores garantizados de un banco, que aumentaría la disciplina en el mercado, la legislación expone un mero análisis de esta práctica.

No sólo eso: también establece los procedimientos para que el gobierno garantice de nuevo la deuda bancaria. Si la crisis financiera fuese relatada como una novela victoriana, el uso desmedido de la deuda a corto plazo sería el problema que nadie se atreve a discutir. Pero los desagradables detalles del desplome de Lehman hacen cada vez más difícil que se ignore este asunto.

(Artículo original publicado en The Wall Street Journal Europe Lessons of Lehman's Flighty Funding)

… y lo queda por venir, según los gurús más mediáticos (tomar nota)

"Incluso aunque EEUU y las economías europeas lograran evitar que se produzca una recesión de doble dígito, sobre la que tanto se discute últimamente, más de la mitad de las 800 entidades financieras de Norteamérica están en una lista crítica. Es lo que afirma el reconocido economista Nouriel Roubini, que apunta que estas firmas tendrán difícil evitar una quiebra"… Roubini: la mitad de los bancos de EEUU puede quebrar aunque no se vuelva a la recesión (El Economista – 6/9/10)

"En la segunda mitad del año, la política fiscal se convertirá en un viento de cara, en el que ya no habrá más cash for clunkers (ayudas concedidas por el Gobierno para animar las compras de vehículos). Y esto en un momento en el que el escenario más positivo apunta que el crecimiento se situará por debajo de la media", señala Roubini en declaraciones concedidas a CNBC.

Según el profesor de la Universidad de Nueva York, que cree que las posibilidades de que haya una gran recesión son superiores al 40%, "las pérdidas de puestos de trabajo son mayores de lo que se cree. No hay crecimiento laboral en el sector privado, el consumo es débil, las exportaciones son débiles y el sector inmobiliario también", sentencia.

Con este panorama, "si no hay ventas y no hay demanda final, las compañías no invertirán dinero", advierte el gurú de la crisis.

Mientras la analista estrella del país, Meredith Whitney, dejó claro que "los bancos necesitan más capital", especialmente si tenemos en cuenta que el sector inmobiliario del país continúa su caída libre y sin red.

Según los últimos datos publicados por la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC, por sus siglas en inglés), los presagios de Whitney y Roubini no van nada desencaminados. Un total de 2.504 entidades bancarias respaldadas por la FDIC, o el 31,7% de las mismas, está sobreexpuesta al sector inmobiliario comercial.

¿El problema añadido?, que casi la mitad de los bancos asegurados por la agencia federal, exactamente un 49,9%, cuentan con un exceso de deuda ligada a las hipotecas comerciales. El 80% de los préstamos hipotecarios comerciales en su cartera está pendiente de pago y generalmente cuando ese porcentaje supera el 60% es un indicio de que las entidades tienen problemas. Es decir, si este sector sigue en caída libre, los bancos norteamericanos van a tener que anunciar nuevas amortizaciones.

De hecho, si echamos un vistazo, la mitad de los bancos comunitarios de EEUU están completamente expuestos al futuro del mercado inmobiliario comercial, y las posibles pérdidas se estiman en 1,5 billones de dólares. Además, no hay que pasar por alto que la FDIC oficializaba la semana pasada que las entidades bancarias con problemas ascienden ya a las 829.

Precisamente, Whitney explicó en la primera semana de septiembre a la agencia Bloomberg que "los bancos no están preparados para una recaída del sector inmobiliario, algo que estamos viendo ahora", "Los bancos necesitan más capital", concluyó.

Whitney, quien ya predijo los problemas a los que se enfrentaría Citigroup allá por 2007, mucho antes de la tormenta subprime, habló largo y tendido el pasado fin de semana con la cadena de televisión C-SPAN.

En dicha entrevista, la analista y fundadora de Meredith Whitney LLC, explicó que el mayor esquema de Ponzi de la historia se encuentra en Wall Street, donde los grandes inquilinos ocultan a sus propios accionistas dónde invierten el dinero. De hecho, la analista criticó la excusa que muchas entidades ofrecen a sus inversores, al "asumir que éstos no entienden" sus inversiones.

Demasiado grandes para quebrar o ¿demasiado grandes para acatar la ley?

– Se exagera al decir que son instituciones "demasiado grandes para quebrar" (Project Syndicate – 2/9/10)

(Por Adair Turner) Lectura recomendada

Londres.- Obviamente, la crisis financiera mundial de 2008-2009 fue en parte una crisis de bancos y otras instituciones financieras específicas de importancia sistémica como la AIG. En respuesta, existe un intenso debate sobre los problemas que surgen cuando se dice que estas instituciones son "demasiados grandes como para quebrar."

A nivel político, ese debate se centra en los costos de los rescates y los esquemas fiscales diseñados para "recuperar nuestro dinero." Para los economistas, el debate se focaliza en el peligro moral creado por las expectativas ex ante de rescate, que reduce la disciplina del mercado en cuanto a las tomas excesivas de riesgo -así como de la ventaja injusta que dichas garantías implícitas ofrecen a los actores grandes sobre sus competidores cuyo tamaño pequeño es suficiente para llevarlos a la quiebra.

Actualmente se debaten varias opciones de política para abordar este problema. Entre ellas, se incluyen coeficientes de capital más altos para los bancos de importancia sistémica, una supervisión más estricta, límites a las actividades bursátiles, planes de solución y recuperación diseñados con anticipación e impuestos que no estén orientados a "recuperar nuestro dinero" sino a internalizar las externalidades – es decir, a hacer que quienes cometan faltas paguen los costos sociales de su conducta– y crear mejores incentivos.

Estoy convencido de que es necesario encontrar respuestas al problema que supone el ser demasiado grande para quebrar –en efecto, es la cuestión principal que está estudiando el Comité Permanente del Consejo de Estabilidad Financiera (FSB por sus siglas en inglés) que yo presido. Pero no debemos confundir "necesario" con "suficiente". Se corre el riesgo de que una concentración excesiva en las instituciones que son demasiado grandes para quebrar distraiga nuestra atención de cuestiones más básicas.

A ojos del público, concentrarse en esas instituciones parece justificado por los enormes costos del rescate financiero. Pero cuando analicemos esta crisis dentro de, digamos, diez años, lo que podría ser sorprendente es lo reducidos que parecerán los costos directos del rescate. Resultará que muchas de las garantías de financiamiento gubernamental no habrán tenido costo alguno: el apoyo de liquidez proporcionado por los bancos centrales a tasas de mercado o punitivas frecuentemente darán rendimientos, y las inyecciones de capital se recuperarán parcialmente y en ocasiones totalmente cuando se vendan las participaciones.

Los cálculos que están surgiendo de los costos fiscales totales del rescate varían de un país a otro, pero generalmente son de apenas algunos puntos del PIB. No obstante, como resultado de esta crisis la relación deuda pública-PIB en el Reino Unido y en los Estados Unidos probablemente aumentará entre 40 y 50 puntos porcentuales, y otros indicadores más importantes de daño económico -crecimiento previsible del PIB, desempleo adicional y las pérdidas de riqueza e ingresos privados- también se incrementarán.

Todo esto implica que el problema crucial no es el costo fiscal del rescate, sino la volatilidad macroeconómica provocada por una oferta de crédito precaria –que primero se proporcionó con demasiada facilidad y después se restringió con mucha severidad. Además, es posible -en efecto, pienso probable- que esos problemas de oferta de crédito existirían incluso si se resolviera eficazmente el problema de ser demasiado grande como para quebrar.

Durante esta crisis, los bancos regionales de los Estados Unidos concedieron préstamos hipotecarios comerciales profusos. Si esos bancos quiebran la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC por sus siglas en inglés) se ocupa de resolver los problemas normalmente, y esta siempre ha sido la expectativa ex ante del mercado. De manera similar, en el Reino Unido hemos tenido problemas con bancos hipotecarios de tamaño mediano y con préstamos hipotecarios comerciales imprudentes concedidos por las sociedades hipotecarias, además de los problemas con dos bancos grandes. Irlanda se enfrenta a problemas económicos muy graves provocados por el auge del mercado hipotecario comercial impulsado por bancos que son relativamente pequeños según los estándares globales.

Por lo tanto, existe el riesgo de que una concentración excesiva en las instituciones que son demasiado grandes como para quebrar pudiera convertirse en una nueva forma de la creencia de que si pudiéramos identificar y corregir alguna falla crucial del mercado podríamos, finalmente, obtener un sistema estable y que se estabilizara a sí mismo. Muchos de los problemas que condujeron a la crisis -y que podrían generar otras en el futuro si no se les atiende- tuvieron otros orígenes.

(Adair Turner es presidente del Organismo de Servicios Financieros de Gran Bretaña. Copyright: Project Syndicate, 2010)

Para que no nos borren la memoria: Por el momento (30/9/10), el único que está en la cárcel es Bernard Madoff (los banqueros de la crisis continúan jugando al golf)

"La crisis financiera que tuvo su punto culminante con la bancarrota de Lehman Brothers Holdings Inc. hace dos años, trastornó las carreras de algunos de los principales ejecutivos y operadores de Wall Street que estuvieron en el epicentro de la debacle. Un vistazo a lo ocurrido desde entonces con algunos de los protagonistas"… Dos años después, ¿dónde están ahora los protagonistas de la debacle? (The Wall Street Journal – 15/9/10)

Richard Fuld Jr: remuneración total en los últimos 10 años: US$ 457 millones

El presidente de Lehman sigue convencido de que la quiebra de la firma fue causada por las condiciones caóticas del mercado, rumores descontrolados y la actitud del gobierno estadounidense. "No hay nada en este perfil que corresponda a una compañía en bancarrota", declaró el mes pasado ante el Congreso de Estados Unidos al describir las finanzas de la empresa.

Fuld, que todavía visita de vez en cuando sus lugares favoritos en Nueva York, como el restaurante Brasserie, es el dueño y gerente de la consultora Matrix Advisors LLC. En mayo, se incorporó a la corredora Legend Securities Inc., aunque no está claro cuáles son sus funciones.

Martin Sullivan y Joseph Cassano: AIG le debe al gobierno de EEUU más de US$ 90.000 millones

Sullivan abandonó American International Group en junio de 2008, cuando se multiplicaban las pérdidas ocasionadas por la venta de derivados ligados a valores hipotecarios. La crisis empezó en la filial de productos financieros de la aseguradora, encabezada por Cassano. En junio, Cassano señaló en el Congreso que sus decisiones habían sido "prudentes". El Departamento de Justicia y la Comisión de Bolsa y Valores de EEUU decidieron no presentar cargos en su contra tras investigaciones.

La firma de seguros Willis Group Holdings PLC anunció la semana pasada la contratación de Sullivan en calidad de vicepresidente de la junta directiva. Su función es expandir una nueva división global encargada de atender a los grandes clientes.

Charles Prince y Robert Rubin: Citigroup Inc. registró US$ 58.000 millones en rebajas contables relacionadas con las hipotecas "subprime" y otros activos de riesgo

A mediados de 2007, Prince declaró que "mientras la orquesta siguiera tocando, había que salir a bailar. Y seguimos bailando". Los riesgos excesivos le costaron a Prince su puesto a la cabeza de Citigroup en noviembre de 2007. En la actualidad, el Estado es dueño de 18% del banco.

En abril, Prince repitió tres veces ante el Congreso que se sentía muy apenado de que la crisis haya tenido un impacto tan devastador y que millones de estadounidenses hayan "perdido sus hogares". Rubin manifestó que no fue "una parte importante del proceso de toma de decisiones", a pesar de recibir un salario de unos US$ 115 millones en los nueve años que se desempeñó como miembro de la junta directiva y uno de los principales asesores del banco.

El ex secretario del Tesoro pasó a integrar recientemente las filas del exclusivo banco de inversión Centerview Partners, en el que trabaja con los principales clientes y asesora sobre desarrollo estratégico.

Kenneth Lewis: no recibió ni salario ni bonificaciones en 2009

Lewis fue amenazado con perder la presidencia ejecutiva de Bank of America, donde también lideraba la junta directiva, si no concretaba la compra de Merrill Lynch.

Desde que dejó el banco, Lewis pasa el tiempo con su familia mientras decide sus próximos pasos. Fue demandado en un caso civil por el fiscal general de Nueva York, Andrew Cuomo, por la compra de Merrill, la que calificó como un "éxito financiero y estratégico absoluto".

Ya no se puede creer ni en el abuelito de Heidi (el filántropo vive de los contribuyentes)

"Hace tiempo que Warren Buffett ha dejado de ser aquel simpático inversor íntegro y ético que escapa de las nuevas finanzas. Haciendo un pequeño repaso a sus últimas actuaciones vemos que ha pasado de "value" a buscar la ventaja pública en sus inversiones ejerciendo de lobby"… Buffett, de inversor value a inversor "lobista" (El Confidencial – 21/9/10)

Podríamos empezar mencionando como intentó coaccionar a los administradores de USA para que dieran marcha atrás a la regulación sobre derivados, que el mismo calificó tiempo atrás como "armas de destrucción masiva". Claro que su cartera de US$ 63.000 millones en dichos instrumentos bien merecía un cambio de opinión.

Ahora, en un interesante artículo, recopilan las ingentes cantidades de dinero público que han conseguido sus compañías (Gráfica #1). Las empresas de la tabla, de las que Berkshire Hathaway tiene US$ 26.050 millones (un 27% pertenece a Buffett, es decir, US$ 7.008 millones) ¡han conseguido de los contribuyentes US$ 95.439 millones! Además la deuda de dichas compañías está asegurada en un 75% por el Estado sobre el total emitido desde que se lanzó dicho programa.

Lo más probable es que sin las ayudas ahora mismo la cartera aquí representada valiese "0". Quizá por eso insiste tanto en que llevar a cabo el Bailout es "lo correcto". Por la contra no dudó en oponerse a los Stress Test de la banca estadounidenses que luego mostrarían las miserias de ciertas piezas de su balance. Una conducta similar a comprar Moody´s mientras se critican las malas prácticas de ciertas (otras) empresas en la crisis financiera. En resumen, la conversión de un value en "lobista", una cosa más que hemos aprendido durante estos difíciles momentos económicos.

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Como dijo Charles Prince, el principal "irresponsable" del Citigroup durante la crisis subprime "mientras la orquesta siguiera tocando, había que salir a bailar. Y seguimos bailando". Cínico pragmatismo e sugerente prospectiva… La fiesta continúa…

"Hay que retirar el ponche cuando la fiesta se anima". Con esta frase resumía William McChesney Martin, presidente de la Reserva Federal (Fed) de los EEUU (1951- 1970), la tarea de un banco central para evitar las burbujas económicas. Se refería a la necesidad de subir los tipos de interés a medida que la economía de un país se va calentando para evitar espirales inflacionistas y recalentamientos excesivos.

Los anfitriones (Fed y Banco Central Europeo) de la fiesta a la que fueron invitadas las economías de Estados Unidos y la Eurozona fue la contraria. El burbujeante cóctel que servían, compuesto de bajos tipos de interés y dinero a espuertas, era tremendamente atractivo. Uno de los maestros de ceremonias, Alan Greenspan, llegó a poner nombre a los efectos que provocaba: exuberancia irracional de los mercados.

Los banqueros actuaban como camareros. Tuvieron la gran idea de animar el "fiestón" con todo tipo de bebidas espirituosas, compuestas por créditos para todos y para todo, especialmente para comprar inmuebles sobrevalorados, y por otros contenidos exóticos (titulización, derivados y esquemas Ponzi) de los que ni ellos sabían la fórmula. Su remuneración subiría con el número de borrachos. Algunos de ellos, especialmente los más gigantones, vendían las bondades de las copas que dispensaban y se tragaban unas cuantas. Si se embriagaban en exceso, disponían de coche y chófer gratis (los fondos públicos de rescate) para ir a casa y recuperarse.

A este guateque, los menores (España entre ellos), con sus ganas de probarlo todo, estaban más que invitados. Vive rápido, muere joven y harás un cadáver bonito, que diría James Dean. Los porteros (los reguladores financieros) se habían apuntado al sarao y no pedían documentación. La recompensa por no hacerlo era muy apetitosa. Los encargados de analizar las bebidas que se consumían en el banquete (las agencias de calificación de riesgos) habían hecho la vista gorda. Al fin y al cabo, eran los camareros quienes pagaban por calificar los productos como aptos para el consumo. China, ávida por recibir dólares para mantener su moneda infravalorada, tuvo su papel. Los asiáticos que vendían latas de cerveza a la salida de la orgía querían contribuir a la melopea.

Como consecuencia de todo ello padecemos una monumental resaca. Al igual que James Dean con "The little bastard" ("Pequeño bastardo", el Porsche en el que se mató), algunos se han estrellado (Islandia o Grecia). Otros tienen órganos vitales dañados por el alcohol (de manera notable, Estados Unidos, Reino Unido, Portugal, Italia y España). Los cuadros clínicos de los pacientes reflejan grandes carencias de vitaminas necesarias para crecer (déficits presupuestarios y exteriores) y fuerte anemia (desempleo).

Nouriel Roubini, el economista norteamericano apodado Dr. Doom (Doctor Muerte o Doctor Perdición) por haber predicho la crisis en 2005, ha descrito, con Stephen Mihm, esta pantagruélica juerga en Cómo salimos de ésta. Publicado este verano (2010) en Nueva York y Londres, el contenido del libro responde mejor a su título original Crisis Economics (Economía de crisis) y presenta un compendio de actuaciones de los gobiernos (principalmente el de los EEUU) en épocas de crisis así como una perspectiva del escenario global. Roubini afirma que estas fiestas que desembocan en crisis son inherentes al sistema capitalista. No son cisnes negros (eventos altamente improbables según Nassim Taleb) sino blancos. Vamos, que nos va la marcha.

Mihm y Roubini, en su afán por sintetizar las políticas de la escuela austríaca, partidaria de la no intervención del gobierno en la economía, y su antagonista, la escuela keynesiana, proponen una "destrucción creativa" (término acuñado por Joseph Schumpeter, discípulo de los centroeuropeos) que esté controlada. Los activos tóxicos o de altísimo riesgo y las entidades financieras más expuestas a ellos, incluyendo algunas de las catalogadas como demasiado grandes para quebrar, deben identificarse y eliminarse. Hay que redactar nuevas regulaciones (resucitar leyes como la Glass-Steagall) y reforzar las instituciones financieras internacionales dando un mayor papel a países emergentes y muy en especial a China.

Los autores recomiendan la fragmentación de los grandes bancos. Dirigen su foco hacia Citigroup (¿cuántas veces más habrá que rescatarlo? Ya van cuatro) y Goldman Sachs, quien tras beneficiarse de las ayudas públicas vuelve a los beneficios y bonificaciones record. Aconsejan reformar el sistema retributivo de los altos ejecutivos bancarios (los "amos del universo") y el de las agencias de calificación de riesgos, introduciendo más competencia y resolviendo el conflicto de interés que resulta de vender sus servicios a los emisores de deuda. Otros pasos a dar incluyen enfrentarse a los derivados (a los que Warren Buffet llamó "bombas de relojería para el sistema") y reforzar tanto los requisitos de capital mínimo de la banca (directrices de Basilea) como el papel de los directores de riesgos, ninguneados desde hace décadas pues obstaculizaban la carrera hacia el máximo beneficio a corto.

Mientras tanto, sin ningún tipo de autocrítica, espíritu de enmienda o deseo de rectificación, Ben Bernanke (en su perenne ilusión) invita a una "segunda ronda" (paga la casa) de "quantitative easing", que duplicaría la anterior. El coma etílico será insalvable.

"El proceso de QE Lite ha convertido, según los últimos datos disponibles, a la FED en el segundo "top holder" de USA sobrepasando ayer a Japón. Cuenta con $ 821.128m rebasando al país nipón en Julio, según últimos datos conocidos con $ 821.000m."… La FED se convierte en el segundo "top holder" de USA (El Confidencial – 7/10/10)

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Y seguramente muy pronto la FED rebasará también a China. Algún día este circo dejará de funcionar, y nos preguntaremos como es que nadie hizo nada por que el globo no se hinchase tanto.

– Los intrépidos agentes bursátiles y sus máquinas voladoras (el día en que se paró el reloj en Wall Street)

Una historia sobre especuladores de alta velocidad (high frecuency trading)

"Fueron los minutos más intensos y dramáticos del mercado en una historia llena de vaivenes en los dos últimos años. "Un compañero me dijo que sabríamos que la situación era preocupante si en los próximos minutos veíamos a los jefes en la sala de operaciones", comentaba el jueves un empleado de Goldman Sachs a Cinco Días. "Mi colega no les había visto pero llevaban ya tiempo en la sala". Entre las 14.30 horas y 14.50 del jueves los operadores de Bolsa, que durante toda la tarde estuvieron pegados a los monitores viendo las manifestaciones en Grecia, trasladaron su atención a lo que, de repente, estaba pasando en su propio mercado. Una caída a una velocidad nunca vista"… El crac bursátil que llegó en segundos (Cinco Días – 8/5/10)

El Dow Jones estuvo a punto de rozar una pérdida de mil puntos. Luego llegó el rebote y una caída al cierre del 3,2% que se recibió con un alivio difícil de entender para quien llegara a ese último minuto de una jornada bursátil errática e irracional. Valores tan sólidos como P&G sufrieron una fuerte caída que fue histórica en el caso de la consultora Accenture. En un mercado racional su cotización no podría pasar de 40 dólares a un centavo en minutos a no ser que en ese espacio de tiempo se hubiera prohibido por decreto los servicios de consultoría. Es un escenario de ciencia ficción.

Para cuando los mercados cerraron ya se habían emitido varias notas por parte de la Bolsa de Nueva York, Nasdaq, el mercado de futuros de Chicago y Citi, diciendo que no había habido errores en los sistemas o humanos por la parte que les tocaba. El viernes, el "yo no he sido" seguía siendo la respuesta a las pesquisas sobre la raíz del problema.

En el caso de Citi, la especulación es que un operador se equivocó y puso una orden de billones en vez de millones. Aún está por determinar si ese fue el arranque de una reacción en cadena que se multiplicó en sus efectos por el hecho de que la mayor parte de la contratación en los mercados se hace de forma electrónica y casi el 60% está controlada por intermediarios que usan potentes ordenadores que operan con algoritmos en milésimas de segundo. Se trata de los llamados high frequency traders o intermediadores bursátiles de alta frecuencia que ejecutan operaciones con extrema rapidez y son ya los primeros proveedores de liquidez del mercado.

Los responsables de la Bolsa de Chicago y Citi niegan la posibilidad del error. Lo que sí ocurrió es que muchos intermediadores de alta frecuencia cerraron sus operaciones en los momentos más críticos, a partir de los 450 puntos de caída, para evitarse más pérdidas porque los parámetros en los que se movía el mercado no están contemplados en los datos con los que funcionan sus modelos. Cuando esas firmas desconectaron, la liquidez y los compradores desaparecieron, haciendo más pronunciada la caída. En palabras de algunos de los operadores, 24 horas después y a falta de respuestas concretas, lo que ocurrió el jueves (6/5) se describe como una reacción de "pánico a la vieja usanza pero en la época de internet, la alta velocidad y el algoritmo".

Los frenos que automáticamente saltan en los mercados en estos casos no funcionaron porque no está previsto que lo hagan a partir de las 14.30.

Barack Obama, a quien el secretario del Tesoro informó poco después de las 15.00 horas del jueves (6/5), confirmó que las autoridades están estudiando "la inusual actividad del mercado" que hizo desvanecer, momentáneamente, un billón de dólares en los valores en cotización. Una comisión de la cámara de Representantes estudiará la debilidad que mostró el mercado el día 11/5 pero el viernes (7/5), un senador, Edward Kaufman, ya tenía un culpable y criticó el cambio más reciente en el modus operandi de los mercados. "La batalla de los algoritmos, que no se entiende ni remotamente por la SEC, debe ser revisada y puesta bajo una supervisión significativa inmediatamente", dijo.

La batalla de los algoritmos (histeria en la renta variable)

"Sólo excusas", "es inverosímil"… son la razones más esgrimidas por los expertos al pronunciarse sobre ese fallo técnico/humano de confundir la "B" por la "M" y provocar la situación más parecida al "crash" vivido por Wall Street en octubre del 87. Veinte minutos de infarto que ponen en cuestión a la SEC, a la bolsa neoyorquina y a Citigroup. Pero, ¿fue realmente una mera confusión o hay gato encerrado? Los expertos desmontan la "Teoría de la B y la M"… Un error ortográfico de 700.000 millones de dólares: ¿se trata de un fallo técnico o hay gato encerrado? (Expansión – 7/5/10)

El hecho de que la principal bolsa del mundo se tambalee en tan pocos minutos el Dow Jones de industriales se desplomó cerca del 10%- y, de forma medio instantánea, vuelva a su origen "carece de sentido", según apunta Alejandro Martín, subdirector en España de Hanseatic BrokerHouse, que se muestra muy escéptico con ese error que desinfló a la bolsa americana 700.000 millones de dólares en un abrir y cerrar de ojos.

El rumor que se ha extendía el 7/5, en los mercados hacía referencia a una confusión al ejecutar una orden sobre los títulos de Procter & Gamble (conocida por productos como la pasta de dientes Colgate y las cuchillas de afeitar Gillette). Todos los medios se hacen eco de que un operador del tercer banco estadounidense por activos, Citigroup, tecleó la tecla "B" del "billion" americano (mil millones de los nuestros) por la "M" de "million", al ejecutar la venta de 16.000 millones de dólares, cuando realmente sólo quería vender 16 millones.

"Bajo mi punto de vista la versión oficial no es más que una excusa para justificar un movimiento que veníamos esperando. Es bastante cuestionable considerar que un fallo en una orden de un título concreto pudiera provocar semejante movimiento correlacionado en todas las plazas internacionales, basta con mirar los futuros de índices como el Ftse 100, del Dax 30 o del S&P 500 para darse cuenta de ello", aclara Martín.

El experto apunta que "ni siquiera en el propio Dow Jones el movimiento es justificable" pues, según asegura, el ya "famoso error no podría haber provocado un movimiento de tal calibre debido a la fórmula matemática mediante la que se calcula el precio del índice".

Las dudas generadas por esta operación han llevado a la SEC (Securities and Exchange Commission) americana, a abrir una investigación. Por el momento, las únicas palabras oficiales al respecto han definido de "inusuales" estos movimientos del mercado. Y la repercusión a más corto plazo ha sido la cancelación por parte del Nasdaq, la bolsa electrónica estadounidense, de las contrataciones realizadas entre las 2:40 y las 3:00 de la tarde (hora americana) en valores que registraron unas variaciones de sus cotizaciones superiores al 60% respecto a los precios anteriores a esa franja horaria.

Para conocer lo realmente ocurrido habrá que esperar a que se hagan públicos los detalles de la investigación. Mientras tanto existen voces en el mercado que se encargan de desmontar la "teoría de la B y la M". Procter & Gamble llegó a desplomarse un 37,6%, de 62 a 39 dólares, y posteriormente se revalorizó un 54%, con lo que terminó la sesión en los 60 dólares. Esta volatilidad se explica desde las teorías más conservadoras por unos sistemas informáticos que amplificaron en microsegundos el comportamiento de los títulos de P&G tras la brutal orden de venta.

El analista independiente Jorge del Canto desmonta esa versión. Asegura que es "inverosímil", a la vez que reconoce que no es fácil saber lo que ha pasado. Y en busca de una explicación convincente, "que aún no se ha encontrado", resume algunos de los rumores que baraja el mercado, sin salir de su asombro por lo ocurrido y recalcar que la versión dada carece de sentido.

En primer lugar, añade más leña al fuego a la "Teoría de la B y la M" e indica que el bróker no solamente se equivocó en la cantidad, sino que también confundió la tecla de vender con la de comprar, que era la que debía de haber dado. ¡Pues sí que estaba despistado el bróker!

En cualquier caso, y aun siendo así, lo vivido el 6/5 "no es un movimiento natural del mercado". Las caídas se habrían ahondado dentro del sector afectado, pero en este caso afectaron a todos por igual, sin discriminación y de forma instantánea, cuando lo normal es que hubieran observado reacciones escalonadas en el resto de sectores.

Otras versiones que se manejan sobre el "minicrash" de Wall Street hacen referencia a las dudas sobre la liquidez de los bancos europeos. En la mayor bolsa del mundo aparecieron rumores que apuntaban a que Europa no abriría ese día varias bolsas, entre ellas la española, ante la hipotética quiebra de un banco de la eurozona. (Teoría que también ha caído por su propio peso). "Las entidades tienen que dotar reservas en función del dinero que tienen en carteras. Y esto les lleva a aligerar sus carteras", apunta del Canto.

Los errores reales en el Sistema de Interconexión Bursátil son otra de las excusas a las que se agarran los expertos. Esto podría haber incurrido a "cotizaciones no reales", pues los cruces de "las operaciones no se produjeron cuando debían, sino con retardo", apostilla Jorge del Canto.

Geithner se entera por el móvil y Obama "ni se entera"… (¿evalúa? ¿protege? ¿evita?)

"Nadie habla de otra cosa. Todas las conversaciones que se producían este viernes a primera hora de la mañana en la línea de metro R (de color amarillo, que une el centro de Manhattan con Wall Street y que es utilizada por los trabajadores del distrito financiero), comentaban la media hora loca que protagonizaron las bolsas el día anterior"… El día que el reloj se paró en la Bolsa de Nueva York durante 30 segundos (Expansión – 7/5/10)

Por la tarde, entre las dos cuarenta y las tres, hora local, el Dow Jones cayó un 9,1%, una sacudida que el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy Geithner, conoció a través de su móvil.

Incrédulo, consideró que debía ser un error. Tras comprobar la veracidad de la caída, Geithner convocó un gabinete de crisis e informó al presidente del país, Barack Obama. Éste afirmó ayer que la SEC, la CNMV de EEUU, "evalúa lo sucedido" con el fin de "proteger a los inversores" y de evitar que "vuelva a suceder".

Cuarenta y ocho horas después, los motivos reales del desplome todavía se desconocen y pueden pasar varias semanas antes de que se aclaren oficialmente. "Nadie sabe a ciencia cierta qué sucedió", indicó ayer el influyente senador republicano Bob Corker. Pese a esta falta de información, el episodio ya ha servido para demostrar las discrepancias que existen entre los mercados bursátiles de Nueva York y sus máximos responsables; entre los operadores y entre los partidarios de reformar la regulación financiera. El juego de echar las culpas ha comenzado, con consecuencias que pueden ser significativas.

Además de la investigación de la SEC y de la cancelación de 4.000 operaciones por parte del Nasdaq debido a su elevada volatilidad, el Congreso ha convocado una reunión de emergencia, el día 11/5, para analizar las causas de la caída del Dow. Paul Kanjorski, demócrata, señaló ayer que es necesario saber cómo "en cuestión de minutos, nos enfrentamos a un mercado que parecía tan volátil como en otoño de 2008", tras la quiebra de Lehman Brothers. Los hallazgos del Parlamento serán relevantes en un momento en que se está negociando la reforma de la regulación financiera.

Las fuentes del mercado consultadas atribuyen la caída del Dow Jones -que después se moderó hasta el 3,2%- a la conjunción de varios factores. Los inversores estadounidenses estaban preocupados por el hecho de que la deuda pueda convertirse en un gran polvorín y genere una crisis similar a la que se produjo tras la quiebra de Lehman.

Los elevados umbrales de deuda pública (que en el caso de Grecia superan el 110% del PIB y que ya han sido advertidos por organismos internacionales, como el Fondo Monetario Internacional y el G-20), pueden restringir la liquidez de los gobiernos, en un momento en que el mercado del crédito todavía está débil y en que el sector financiero debe refinanciar emisiones de deuda que firmó con el sector público para captar capital y superar la crisis financiera.

El FMI estima que la banca internacional captó cinco billones de dólares (3,91 billones de euros) a través de estas vías de financiación, que deberá devolver en los próximos 35 meses. La mayoría de entidades intentará refinanciar esta deuda, según el FMI, que teme que los Gobiernos de determinados países puedan tener problemas para seguir apoyando a la banca.

Esta inquietud de los inversores por los problemas de liquidez que puede tener el sector financiero se reflejó anteayer y ayer en los mercados de crédito. El Libor a tres meses -tipo al que los bancos se prestan dinero en el mercado interbancario- cerró el jueves en el 0,37% y ayer subía hasta el 0,43%.

A las preocupaciones por la deuda, alentadas por gestoras como Pimco, y por el estallido de violencia en Atenas (que era seguido en directo desde las televisiones instaladas en Wall Street), se unieron el temor al contagio a otros países de la Unión Europea y las dudas sobre el euro y otras divisas, como el yen.

Esta incertidumbre provocó que los operadores se lanzaran a interponer órdenes de venta masivas, tanto en valores como en cestas que replican índices bursátiles y en contratos de futuros. Gran parte de estas órdenes masivas se canalizaron a través de lo que en Wall Street se conoce como high frecuency trading, compraventa de grandes volúmenes de títulos que se cierran en cuestión de segundos. Esta operativa tiene un peso en la negociación diaria de los parqués neoyorquinos que oscila entre el 50% y el 70%.

El jueves (6/6), ante la repentina caída de la bolsa, las firmas que operan en high frecuency trading se tomaron su tiempo, para analizar los datos, y para frenar sus posibles pérdidas. Duncan Niederauer, consejero delegado de la sociedad rectora de la Bolsa de Nueva York (Nyse), apuntó el jueves por la noche que estas compraventas normalmente se cruzan en décimas de segundos y que en la jornada de anteayer el tiempo se amplió, hasta unos 30 segundos.

Entidades como Tradebot Systems y Tradeworx Inc. que interrumpieron sus operaciones durante varios momentos para protegerse del exceso de volatilidad. Esta actuación pudo haber contribuido a que se restringiera la liquidez en los mercados y a que se acrecentarán todavía más las olas vendedoras.

Esta conjunción de factores contribuyó a que valores como Accenture, Exelon, Philip Morris o Procter & Gamble rompieran sus límites máximos de fluctuación, escenario que forzó al Nyse, cumpliendo sus reglas, a ralentizar los intercambios. Al mismo tiempo, al romperse estas barreras máximas de fluctuación, las acciones de estas compañías pudieron contratarse en otros mercados electrónicos, como el Nasdaq, donde las caídas fueron mayores al no existir los mismos límites.

Esta ralentización de la actividad contribuyó al descenso del Dow y permitió que se produjeran órdenes automáticas de ventas generadas por ordenadores, sobre todo en mercados electrónicos, como el Nasdaq. Finalmente, los nervios se tranquilizaron y la actividad recuperó algo de calma una hora antes del cierre de Wall Street.

Un TAC intradía del Dow Jones (- 9,18% y un billón (verdadero) de dólares esfumados)

– Diez preguntas clave sobre el minicrash de Wall Street (Expansión – 7/5/10)

(Por Gemma Martínez y Miquel Roig) Lectura recomendada

El Dow Jones llegó a caer ayer más de un 9% en menos de veinte minutos. A pesar de que al final el índice recuperó parte del desplome, el movimiento suscita múltiples interrogantes sobre la operativa de los mercados bursátiles y sobre la actuación de los operadores. Además, otorga nuevas razones a los partidarios de reformar la regulación financiera.

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Gráfico intradía del Dow Jones de valores industriales. Fuente: Bloomberg

1. ¿Por qué el Dow Jones cayó ayer casi 800 puntos en apenas dieciséis minutos? Por la generalización de órdenes de venta masivas, por posibles operaciones anómalas en torno a varios valores (que la SEC, la CNMV de EEUU, está investigando) y por las órdenes automáticas de venta (dictadas por sistemas informáticos) que se sucedieron tras estas anomalías.

2. ¿A qué valores ha afectado? Las investigaciones de la SEC apuntan a múltiples operaciones "inusuales", según un comunicado difundido por el organismo. Las acciones de la petrolera Exelon, la consultora Accenture o la empresa auxiliar de automoción Lear han llegado a negociarse a precios cercanos a cero dólares, cuando antes de los momentos de pánico (entre las 2.40 y las tres de la tarde hora de Nueva York, 20.40 y 21.00 hora española), sus cotizaciones estaban entre los setenta y los cuarenta dólares. Además, Procter & Gamble (la empresa que fabrica productos de consumo como las cuchillas de afeitar Gillette o la pasta de dientes Colgate) fue uno de los principales motivos del pánico vendedor.

3. ¿Qué sucedió con Procter & Gamble? Todo apunta a que un operador, todavía sin identificar, pudo haber dado una orden sobre una cesta de valores que incluía acciones de la empresa por 16.000 millones de dólares, cuando realmente sólo quería vender 16 millones, según fuentes del mercado. La cadena de televisión CNBC asegura que el operador trabaja en Citi. El banco ha iniciado una investigación, aunque sostiene que no le consta ninguna operación anómala en su mesa.

4. ¿Cómo afectó esta orden anómala a la acción? P&G cerró el miércoles a 62,16 dólares y a las 2:38 (8.38 de la tarde en España) cotizaba en torno a 61. Es al final de ese minuto 38 cuando ocurre la primera anomalía en la cotización. La acción cae un 1% en apenas unos segundos. Pero a las 20:38, antes de que ningún trader hubiera cometido el supuesto error, el Dow Jones cotizaba en 10.503 puntos, lo que ya suponía un descenso de 364,85 puntos (-3,4%). Esa orden de venta arrastró consigo la acción de P&G hasta los 39,37 dólares.

5. ¿El desplome afectó a todos los mercados? No, la acción de P&G sólo se derrumbó en el mercado electrónico Nasdaq, no en la Bolsa de Nueva York, donde buena parte de la operativa se realiza en los tradicionales corros (donde brokers humanos cierran operaciones de viva voz). En el parqué neoyorquino, el mínimo de P&G fue de 56 dólares.

6. ¿Qué papel han desempeñado las órdenes automáticas de venta? La operación anómala, efectuada sobre uno de los grandes valores estadounidenses -Procter & Gamble-, hundió los mercados lo suficiente como para activar órdenes automáticas de venta generales que agudizaron todavía más la caída. Fueron 800 puntos en apenas dieciséis minutos, que dejaron los descensos intradía en 1.000 puntos (un 9,19%) y recordaron por momentos al crash de Wall Street de octubre de 1987.

7. ¿Por qué la caída de P&G ha arrastrado a todo un índice como el Dow Jones? El Dow tiene una peculiaridad: el peso relativo de cada miembro no viene determinado por su capitalización bursátil sino por el precio de cada acción. P&G cotiza en torno a 60 dólares, por lo que sus movimientos tendrían el doble de impacto en el índice que los de Verizon, que cotiza a 28,01 dólares. Una caída del 36% en un valor con un peso relativo tan grande, arrastra consigo todo el índice.

8. ¿Existen otros motivos, más allá de los movimientos electrónicos, que han provocado la caída del Dow? Sí. Los inversores estadounidenses están preocupados por la crisis de la deuda griega, por los estallidos de violencia en Atenas, por el posible contagio a otros países de la Euro Zona (España incluida) y por los problemas de liquidez que pueden tener los bancos europeos.

9. ¿Qué pasará el viernes? Los mercados neoyorquinos están analizando las operaciones sucedidas en esta franja horaria y pueden declararlas nulas si hay movimientos poco claros. El Nasdaq ya ha anunciado que cancelará todas las operaciones que se han intercambiado en su mercado, siempre que el precio de la acción haya sufrido una variación, al alza o a la baja, superior al 60% respecto al precio que al que se negociaba antes de ese momento. La volatilidad puede continuar.

10. ¿El caso puede llevar a los reguladores a ejercer un mayor control sobre las operaciones automatizadas de alta frecuencia (grandes volúmenes de títulos que cambian de manos en cuestión de segundos, conocidos como 'high frecuency trading')? Es probable. La SEC ya ha afirmado en los últimos meses que está siguiendo de cerca esta operativa y, en plena crisis financiera, ya vetó de forma temporal las ventas bajistas a descubierto. Ayer varios senadores pidieron que se investigue el papel de estas órdenes en el minicrash de Wall Street. Esta forma de operar representa en torno al 60% de las operaciones que se cruzan a diario en Wall Street.

El desplome y su "interpretación" en la cadena económica CNBC (Cramer vs. Cramer)

"¿Un error tipográfico? ¿Los robots de la bolsa de Nueva York? ¿El contagio de Europa? ¿El resbalón del Euro? Horas después de la mayor caída en un mismo día que se recuerda en la bolsa de Nueva York, hay pocas explicaciones claras de lo que ha ocurrido y por qué. Mientras miraban esa gráfica que ya ha dado la vuelta al mundo, los analistas de la cadena económica estadounidense CNBC no conseguían justificar en directo lo que estaban viendo sus ojos. La escena se convirtió en símbolo de las reacciones desatadas en Wall Street"… "Las máquinas se han roto. El sistema se ha roto". "¿Y si el euro desaparece?" (El Confidencial – 7/5/10)

El instante ya ha sido calificado como uno de los más intensos de la historia de la cadena. La presentadora intenta que el experto explique el fenómeno. El experto es el presentador de CNBC Jim Cramer. Sorprendido por tanta preocupación, no le da demasiada importancia. La presentadora pregunta por las primeras ventas que causaron la caída. El experto, cada vez más acalorado, sigue lanzando ideas al aire e intenta comparar la crisis de ayer con la de 1987. El resultado es una sucesión de gritos e interrupciones bañadas de soberbia e incredulidad. Más de un espectador se quedó con la sensación de que ninguno de los protagonistas tenía la respuesta.

Menos mal, que tenían conexión en directo con la bolsa neoyorquina. Allí entrevistaban a Peter Costa, de Procter & Gamble. "El interés en la compra se ha esfumado, todo el mundo empieza a vender y lo siguiente que pasa es que estás 500 puntos por debajo".

"No, estamos a 900", le corrige el reportero. Vuelta al estudio. Cramer soluciona la crisis del día con un consejo claro: "Compren, compren, compren".

Una de las primeras causas que apuntan los expertos a la repentina caída ayer en Wall Street es el contagio por la situación en Europa. Tanto el New York Times como el Washington Post titularon inmediatamente que la bolsa caía arrastrada por Grecia. La crisis en Atenas y la amenaza de que se contagie a otros países, además de la caída del euro con respecto al dólar en los últimos días -aunque ha sido constante desde noviembre- han alimentado la volatilidad del mercado internacional.

"Durante un tiempo hemos acumulado preocupación por la crisis que se extiende en Europa (…) A la gente le preocupa la caída del Euro y todas las implicaciones que podría tener en mercados y economías de todo el mundo", declaraba el analista Alec Young, de Standard & Poors, a la agencia Associated Press. "Si pasara algo en ese sentido, creo que puedes entender por qué hemos visto esa volatilidad en el mercado norteamericano hoy mismo. Si desaparece el Euro es algo importante y eso es lo que justifica una situación tan violenta".

Sin embargo, las noticias de inestabilidad en Europa no convencen como explicación a la montaña rusa en la que se convirtió ayer la bolsa norteamericana. La desconfianza lleva acumulándose unas semanas y no justifica la caída de casi 1000 puntos en pocos minutos. Grandes como American Express, General Electric o J.P. Morgan Chase cayeron un cuatro por ciento. Accenture estuvo valorada en un momento de la tarde de ayer en un céntimo de dólar. La norteamericana Fidelity redujo su valor en mil millones de dólares en apenas una hora.

La caída en picado se debe, según explicaba el diario Wall Street Journal, a una "ola de órdenes de venta automatizadas, que convirtieron una caída fea en un fallo de todo el mercado". La causa sería el sistema informático que utilizan las compañías y que emite órdenes de venta a partir de una caída importante. El periódico especializado El Economista respaldaba esta misma opción: "No sabemos qué ha pasado exactamente, pero parece que las estrategias de compraventa de los ordenadores, más que problemas técnicos del mercado, han agravado la caída en picado y su recuperación".

Pero, ¿pueden unos algoritmos provocar un fallo de este tipo en la bolsa?

El experto Cramer había avisado. "Las máquinas se rompieron. En sistema se ha roto". Pero nadie sabe por qué.

Las reacciones iniciales se empeñaron en buscar cuál fue esa primera venta que desencadenó la caída y el pánico. La explicación de que un bróker escribió 16 billones en vez de millones impulsando la venta de bienes de Citigroup tampoco se la creen los expertos. El grupo ha declarado que no tiene constancia de ninguna operación errónea. Han pedido la intervención de la SEC (Securities and Exchange Commission) para que analice los incidentes de ayer. Nasdaq trabaja en su propia investigación y ya ha cancelado algunas operaciones aprobadas en los minutos que provocaron el pánico.

Hay quien baraja incluso el hecho de que la caída coincidiera con el momento en que las cadenas económicas mostraban los incidentes en Atenas, durante las protestas en contra del plan de recortes del gobierno griego. Pero el escalofrío que se extendió desde Wall Street al resto del mundo, pasando por las cadenas de televisión, no parece una simple coincidencia con el reportaje.

La tensión en la bolsa norteamericana se trasladó también a las ediciones digitales de los medios de comunicación. Desde Bloomberg hasta la sección de negocios de Yahoo! sufrieron por la saturación de visitas a sus páginas. Según explicaba TechCrunch, "el problema fue que la web "en tiempo real" no fue lo suficientemente rápida" para la velocidad con que se desarrollaron los hechos. Yahoo! avisó desde su cuenta de Twitter que todo ha vuelto a la normalidad. En su página sí. No sabemos si mañana en la bolsa también.

Algunas explicaciones menos "accidentales" (las manos fuertes que arrean la manada)

– El poderoso arte de saber desatar una estampida (Cinco Días – 8/5/10)

La fuerza de los grandes fondos de inversión condiciona la dirección de los mercados.

(Por Fernando Martínez) Lectura recomendada

El mercado es libre… ¿De verdad? Inversores, Gobiernos, expertos, instituciones y ciudadanos corrientes han podido comprobar esta semana que el análisis de los fundamentos económicos, la buena salud de los resultados empresariales, la mejoría de las perspectivas de crecimiento y, en definitiva, cualquier cosa, sirve de poco cuando el mercado toma una dirección determinada.

"Nunca hay que olvidar que las caídas en Bolsa son mucho más rápidas que las subidas, en un mes se puede perder todo lo ganado en años", advierte David Galán, de Bolsa General. ¿Cómo es posible que todo el mundo se ponga de acuerdo de repente en que hay que poner en pies en polvorosa en Grecia, España, Portugal, Italia… cuando hace meses que se sabe que la situación es delicada? En los mercados siempre hay quien prende la mecha, luego ésta se consume por sí sola.

La tendencia no es originada por una constelación de pequeños inversores, ellos son los que intentan salir corriendo del parqué cuando alguien grita ¡fuego! ¿Quién tiene la fuerza para dar la alarma? El experto José Luis Cárpatos ofrece un dato revelador: "Un 60% del volumen negociado en NYSE (New York Stock Exchange), que es la mayor Bolsa del mundo, lo generan máquinas programadas para operaciones de alta frecuencia mediante algoritmos; sólo 300 o, como máximo, 500 instituciones en el mundo tienen la capacidad para hacer eso".

Son las manos fuertes y así es como funciona una operación especulativa de dimensiones planetarias:

1 Elegir la víctima. Hay que desechar la idea de siniestras conspiraciones. Es un asunto exclusivamente de negocios. Un ejemplo de ello es la estupefacción que causó en Europa el anuncio del Gobierno español en febrero de que el servicio de inteligencia iba a investigar las presiones especulativas sobre España. "¿Qué es más fácil de atacar, los periféricos pequeños como España, Italia o Grecia, o Reino Unido? La respuesta está clara", afirma Luis Benguerel, director de renta variable de Interbrokers.

2 Construir la posición. El paso decisivo es construir la posición con antelación suficiente. No es algo que se haga con luz y taquígrafos. Para eso está el mercado OTC (Over The Counter) donde las operaciones son contratos ad hoc, sin divulgación pública. El Banco de Basilea, el banco central de los bancos centrales, calcula que el mercado OTC mueve 600 billones de dólares, nada menos que 470 veces el PIB de España. "Las posiciones se construyen cuando nadie lo espera.

Por ejemplo, poniéndose bajista estando el euro a 1,45 dólares", explica Benguerel. Para ello se utilizan múltiples instrumentos financieros, pero Cárpatos señala que uno de los preferidos por las manos fuertes son las opciones: contratos financieros por los que el comprador adquiere el derecho a comprar (call) o vender (put) un activo en una fecha y a un precio concretos, normalmente esta opción puede ejecutarse en cualquier momento.

3 Extender el miedo. A partir de ahí, empieza a crearse ambiente de tensión. Un caso emblemático es el del multimillonario George Soros, que ganó 1.000 millones de dólares apostando contra la libra en 1992. El financiero estuvo avisando sobre las debilidades de Reino Unido con insistencia pertinaz, dando ideas que a su vez alimentaban otras. El mercado puso toda la atención en la libra; para defender el tipo de cambio, Londres tenía que vender marcos y comprar libras sin descanso, hasta que tiró la toalla y abandonó el Sistema Monetario Europeo.

4 La tormenta. Cuando la presión desborda los titulares de los periódicos, el miedo cobra velocidad. Esta semana ha habido de todo: España había pedido una ayuda multimillonaria; Fitch y Moody's iban a bajar el rating; la ayuda a Grecia no era suficiente; el BCE iba a bajar los tipos; S&P podía rebajar el rating de Italia, luego un bróker se equivocó y escribió b de billions en lugar de m de millions… Para prevenir eventuales pérdidas, están los stop loss, órdenes de venta cuando se alcanzan precios determinados, cuando saltan los stop loss, estos aceleran la caída. Ante esta situación, Cárpatos es claro: "Como vayas en contra del mercado, la llevas clara". Aunque sea previsible un rebote, es muy difícil saber cuándo terminará la tormenta y estar fuera significa tener liquidez para aprovechar el cambio de tendencia.

5 A largo plazo… La Bolsa siempre sube, se suele decir. Pero David Galán invita a revisar esa convención: "Lo que suben son los índices, pero porque van seleccionando los mejores valores y los peores son excluidos". Galán aconseja hacer coberturas con contratos por diferencias (CFD). En la vida conviene saber nadar y guardar la ropa, ¿por qué iba a ser diferente en la Bolsa?

La velocidad de las operaciones automáticas provocó el caos de Wall Street

– La rebelión de las máquinas (El País – 9/5/10)

La velocidad de las operaciones automáticas provocó el caos de Wall Street

(Por SANDRO POZZI – Nueva York) –

"Ya no hay papeles cubriendo el parqué del New York Stock Exchange (NYSE). Desaparecieron cuando los humanos abrazaron la electrónica para ser más eficientes. Pero, sobre todo, rápidos. Porque la velocidad es, desde el origen de Wall Street, la clave de la supervivencia. Lo era cuando los intermediarios financieros corrían hacia los teléfonos para dictar las órdenes. Y ahora se hace aún más relevante con la información circulando las 24 horas"… La rebelión de las máquinas (El País – 9/5/10)

Aunque el elemento humano sigue presente, entre el 50 y el 70% del volumen de la plaza neoyorquina pasa por redes informáticas gestionadas por las grandes firmas financieras, fondos de alto riesgo (hegde funds) y otros fondos, que les permiten ejecutar miles de pequeñas órdenes al mismo tiempo y a la velocidad del relámpago.

Hasta tal punto la velocidad es la clave de la competitividad, que estas firmas instalan sus servidores lo más cerca posible del parqué bursátil, para no tener que perder ni una milésima de segundo en la transmisión. Pero en esta carrera, en la que prima la rapidez sobre la calidad, ¿dónde está el límite?

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6
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