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Escritos de Juan (página 2)


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Además si admitimos que el DA no fue un apóstol, sino un discípulo marginal, incurrimos en contradicciones. El grupo juánico sería el heredero del discípulo predilecto del Señor, y por tanto representaría el cristianismo más puro; la apostolicidad no sería una de las garantías de la Iglesia de Cristo. Es contradictorio pensar que Cristo fundó su Iglesia sobre Pedro y los doce y paralelamente dio una misión independiente al DA en competencia con los otros apóstoles.

Concluimos el estudio sobre el autor del cuarto evangelio afirmando que la tradición universal que atribuye este evangelio al apóstol Juan, si bien ofrece dificultades innegables, no se ha visto rebatida definitivamente por ninguna de ellas, y son más las dificultades que se presentan al tratar de acudir a cualquier otra hipótesis.

Hoy día la validez del testimonio evangélico no depende de la identidad de su autor, con lo cual quien niegue la paternidad juánica, no está negando la validez del evangelio. Sin embargo hoy podemos seguir manteniendo como una opción seria que Juan el apóstol es, si no el evangelista, al menos el discípulo amado fundador de la comunidad y el que con su autoridad garantiza la validez del testimonio contenido en el cuarto evangelio.

Tema II

Lugar y fecha de composición

A) LUGAR DE COMPOSICIÓN

La tradición eclesial desde tiempos de Ireneo señala a Éfeso como lugar de residencia del apóstol Juan y de la redacción del evangelio (T3, 5a, 5z, 5h, 5q, T7b; Hechos de Juan), o la provincia de Asia en general (T 1, T6). La afinidad con el Apocalipsis, que ciertamente fue escrito en esta provincia, refuerza esta misma opinión. Allí encaja también la confrontación con los discípulos del Bautista, porque sabemos que en Éfeso había una comunidad de discípulos del Bautista (Hch 19,1-7). El paralelismo con los documentos de Qumrán encajaría también en este contexto, considerando que dichos paralelismos se dan también en las cartas a Efesios y Colosenses.

Por otra parte por Ap 2,9 y 3,9 sabemos que la sinagoga tenía una abierta polémica con la comunidad judía en la zona de Éfeso, lo cual podría explicar el contexto de la áspera persecución de los judíos que sufre la comunidad en la que se escribe el evangelio.

Otra candidatura ha sido la de Alejandría, debido a que los papiros más antiguos del evangelio se encuentran en Egipto, y al influjo que en esta zona ejercía la filosofía de Filón. También se ha pensado en Antioquía para explicar ciertas afinidades que se dan entre el 4Ev. y san Ignacio de Antioquía, o las semejanzas con las Odas de Salomón que son una obra siria contemporánea.

Según Wengst el lugar idóneo habría sido las regiones meridionales del reino de Agripa II en la zona del Golán y el área siria colindante. En esta región en la que había una numerosa colonia judía de lengua griega, el judaísmo parece que estaba investido de una cierta autoridad gracias la proteccionismo del rey Agripa II. En esta región es probable que se impusiesen pronto los acuerdos rabínicos de Yavne, con la consiguiente anatematización de los cristianos.

Nosotros preferimos una tesis intermedia que comprende las dos. Probablemente la primera ubicación de la comunidad juánica fue en la zona de Siria, donde pudo haber sido muy fuerte la persecución por parte de los judíos reflejada en el evangelio. Quizás debido a esta misma presión, se puede presuponer que la comunidad en un determinado momento se trasladó a una región de gentiles (cf. Jn 7,35) y concretamente a Asia Menor, donde Juan habría pasado su ancianidad antes de morir. Esto explicaría sin duda por qué ni los Hechos ni la carta a los Efesios hacen la más mínima alusión a la presencia del apóstol Juan en Éfeso, ya que éste habría llegado a Éfeso veinte años después de la muerte de Pablo.

B) CRONOLOGÍA DEL EVANGELIO

Hasta la aparición de los últimos papiros era común entre los críticos suponer que el evangelio de Juan había sido escrito a mediados del siglo II. El papiro 52 que data de la primera mitad del siglo II empuja la composición del evangelio la las últimas décadas del siglo I, quizás a los años 80.

El evangelio no posee nada del tono marcadamente antirromano del Apocalipsis. Los enemigos de la comunidad en la época de la redacción del evangelio eran más bien los judíos que los romanos. Esto nos llevaría a una fecha anterior a la persecución de Domiciano que tuvo lugar en los comienzos de los años 90.

Tema III

Crítica literaria

A) SUTURAS EN EL EVANGELIO

¿Fue el evangelio de Juan escrito todo de una vez? ¿Tuvo varias etapas en su redacción? ¿Incopora varias fuentes previas? Este tipo de preguntas pertenecen a lo que se llama "crítica literaria". Buscamos indicios en el propio texto que revelan la existencia de fuentes previas, o de etapas redaccionales diversas. Entre estos indicios analizamos los siguientes:

1. Diferencias de estilo

El prólogo tiene otro género literario, con vocabulario propio:

edu.red

El epílogo tiene pequeños detalles de estilo (28 palabras nuevas, pero muchas relacionadas con la pesca), algunas peculiaridades gramaticales…

2. Cortes y fallos de continuidad

Aparecen saltos geográficos y cronológicos:

* La sección 3,31-36 parece ser una continuación inmediata del discurso de 3,1-21. Jesús parece continuar el mismo discurso sobre los mismos temas, y sin embargo entre medias está la sección 3,22-30 que parece interrumpir la hilazón en el discurso con otra escena diversa protagonizada por Juan el Bautista y sus discípulos.

* La ordenación de los capítulos 4,5,6 y 7 presenta ciertas incongruencias: Galilea, Judea, Galilea, Judea.

– En el cap. 5 Jesús está en Jerusalén, y sin embargo al comienzo del cap. 6 se nos dice que pasó a la otra orilla del Mar de Tiberíades.

– Durante todo el capítulo 6 Jesús ha estado en Galilea, y sin embargo al comienzo del 7 se afirma que "después de esto Jesús andaba por Galilea y no podía andar por Judea porque los judíos buscaban matarle" (7,1).

– Los versos 7,15-24 que se refieren a la estancia de Jesús en Jerusalén durante la fiesta de los Tabernáculos, se refieren a la curación de un paralítico que realizó Jesús en una visita anterior durante una fiesta innominada (5,1-18), y el discurso de Jesús parece ser continuación del discurso que pronunció con motivo de la curación del paralítico. Si embargo entre dos bloques está por medio toda la secuencia 6,1-7,14 que parece interrumpir el discurso.

Algunos piensan que la secuencia quedaría más ordenada en el siguiente orden: 4, 6, 5 y 7. De este modo tras una estancia en Galilea (4,43-54 y 6), habría una ida a Judea 5,1 (escena del paralítico) y una vuelta a Galilea en el 7,1. Así se explica el difícil verso 7,1 que ahora parece desplazado. Quizás el capítulo 6 haya sido una adición posterior y por ello se ha insertado en un lugar inadecuado, donde rompe la secuencia geográfica anterior.

Otro "arreglo", supuesto el anterior, sería trasladar 7,15-24 a un lugar inmediatamente después del final de 5 (5,47). De ese modo se junta 7,15-24 con el capítulo 5 y se entiende mejor la relación con la del paralítico curado.

La secuencia arreglada sería 6,71 (termina la estancia en Galilea); 5,1-47 y 7,15-24 (curación del paralítico; discurso sobre el sábado y controversia con los judíos sobre la curación del paralítico); 7,1-13 (Retirada a Galilea); 7,14 (subida a la fiesta de los Tabernáculos); 7,25ss. (desarrollo de los Tabernáculos).

* La parábola del buen pastor y la puerta no encaja bien en su contexto.

Comienza bruscamente sin ninguna transición con la perícopa anterior, y parece interrumpir el flujo natural entre el final del 9 y 10,20-21 donde se mantiene el eco de la curación del ciego de nacimiento. Por otra parte en la sección siguiente sobre la Fiesta de la Dedicación se continúa el tema del pastor y las ovejas que parecía ya terminado antes de la nueva subida de Jesús a esta fiesta. Parece sugerirse que en un estadio previo del evangelio la historia ciego en el capítulo 9 era seguida directamente por la fiesta de la Dedicación de 10,22-39, y que sólo en una siguiente edición se insertó en medio el discurso del pastor de 10,1-21.

* En 14,31 parece acabarse el sermón de la cena, y luego siguen tres capítulos más, y la partida hacia el huerto sólo tiene lugar en 18,1.

* Hay una doble conclusión del evangelio en 20,30-31 y 21,25.

* Hay una doble conclusión del ministerio: 10,40-42; 11,53-54.

A propósito de esto, R. Brown nos previene contra el deseo de reordenar el evangelio según nuestros criterios en búsqueda de una mejor secuencia.

* Las reordenaciones pueden reflejar el interés del comentarista y no el del evangelista. En el caso de los capítulos 5 y 6, aunque una reordenación nos dé una secuencia cronológica mejor, quizás el evangelista ha querido tratar seguidos el tema del agua y el tema del pan de vida, que son los dos temas del desierto.

* Hay autores que consiguen explicar el evangelio coherentemente manteniendo el orden actual, con lo cual no es cierto que el cambio de orden sea algo que se nos impone necesariamente.

* Las teorías sobre los desplazamientos no nos explican de una manera verosímil cómo dichos desplazamientos pudieron tener lugar dentro del texto.

3. Incongruencias

* Los discípulos del Bautista que habían estado presentes en el testimonio de éste sobre Jesús (1,29-34) parecen no saber nada sobre Jesús en 3,26-30.

* En 3,22 y 4,1 se nos dice que Jesús bautizaba, sin embargo en 4,2 se afirma que Jesús no bautizaba, sino sus discípulos

* Entre el primero y segundo signo en Caná se nos dice que Jesús hizo otros signos en Jerusalén, (2,11; 2,23; 4,54) con lo cual el segundo signo no sería ya segundo.

* En 7,3-5 los hermanos de Jesús le dicen que haga signos también en Judea, con lo cual parece desconocer lo que ya había hecho en Jerusalén (2,23).

* En la última Cena Pedro pregunta a Jesús a dónde va (13,36) y sin embargo poco después Jesús les dice: "Ninguno de vosotros me pregunta a dónde voy" (16,5).

* Mientras que Jesús ha estado en Jerusalén todo el capítulo 3, de repente en 3,22 se dice que se marchó a Judea.

* En varias ocasiones al interior de una misma perícopa hay un cambio torpe del singular al plural. Esto podría revelar el uso de materiales diversos que estaban unos en singular y otros en plural. Por ejemplo en las palabras de Jesús a Natanael (1,51), o las de la Magdalena a Pedro diciéndole que el sepulcro está vacío (20,2).

4. Repeticiones y duplicados

* Curiosamente en cada uno de los dos elementos de cada duplicado se da una teología diversa que acentúa distintos aspectos de un mismo tema. En 5,19-27 se da la versión de una perícopa en clave de escatología realizada, y en 5,28-30 se da otra versión en clave de escatología final. En 6,35-50 se nos habla del pan de vida en clave sapiencial, mientras que en 6,51-58, en clave sacramental.

* Hay dos secciones repetidas en el discurso de la última Cena: 14,1-31 y 16,4-33. Esto podría indicar que los capítulos 15 y 16 fueron añadidos después de la conclusión del discurso primitivo, e hizo falta una segunda conclusión.

B) MODERNAS TEORÍAS SOBRE LA COMPOSICIÓN

Los datos que hemos expuesto en el apartado anterior nos invitan a pensar que el evangelio no ha sido escrito de una sola sentada, sino que tiene una historia de composición que ha dejado huellas sobre el texto presente. Es posible detectar algunas suturas, y adivinar algo sobre la prehistoria del texto. Algunos piensan que todo se debe a las huellas dejadas por el uso de fuentes escritas independientes, que al ser refundidas en el evangelio final han dejado marcas reveladoras.

Otros piensan que el evangelio ha pasado por varias redacciones corregidas y aumentadas, y debido a esto quedan reliquias de las ediciones anteriores que no han sido bien integradas en la edición presente.

1. Teoría de los desplazamientos accidentales

Para responder a las dificultades de la composición de Juan, la solución más sencilla es recurrir a la reordenación de algunas partes del evangelio. El número de reajustes es muy variado.

La reordenación puede ser puramente gratuita, como ya hemos dicho y se presta al subjetivismo de los intérpretes. En absoluto es evidente la razón que se da para los desplazamientos diciendo que el orden actual no tiene sentido. Los desplazamientos crean más problemas de los que resuelve. Sería mejor dedicar todo el esfuerzo para descubrir secuencias caprichosas, a tratar de comprender el texto como está. Al menos tenemos la seguridad de estar comentando un evangelio muy antiguo tal como existió en el momento de su publicación final.

2. Teoría de las fuentes múltiples

Bultmann distingue tres fuentes

* La fuente de los signos: fuente en griego que cubriría los capítulos 1-12 en sus secciones narrativas.

* La fuente de los Discursos de revelación. Prólogo y discursos poéticos. En arameo. En su origen no era cristiana, sino que fue adaptada por un traductor, adecuándola a la teología cristiana. En sus comienzos tenía huellas de un gnosticismo primitivo del estilo del que aparece en las Odas de Salomón.

* El relato de la Pasión y Resurrección, de origen no sinóptico y relatado en un griego semitizante.

El evangelista combinó ingeniosamente estas tres fuentes, haciéndolas vehículo de su propio pensamiento. Posteriormente se hizo una segunda edición del evangelio a cargo del redactor eclesiástico que trató por una parte de recobrar el orden perdido del evangelio y realizó añadidos para adaptar la obra a una teología más eclesial y sacramentalista: 3,5 = alusión al agua; 6,51-58 = lectura del Pan de vida en clave eucarística; 5,28-29: alusiones a una escatología final.

Finalmente sería este mismo redactor eclesiástico el que añadió el epílogo del capítulo 21.

¿Qué decir sobre la teoría de Bultmann? La fuente de Discursos ha sido puesta en entredicho por la mayoría de los exegetas.

Brown pone cuatro objeciones a la teoría de Bultmann:

· Signos y discursos están indisolublemente unidos en el evangelio.

· Los discursos incorporan dichos de Jesús conocidos por la tradición sinóptica.

· Las diferencias estilísticas entre las distintas fuentes no son verificables.

· En la antigüedad no encontramos paralelos a ninguna de las fuentes postuladas por Bultmann.

3. Teoría de las redacciones múltiples

Hay una gran variedad de modelos para estas teoría. Las más radicales postulan una revisión fundamental del evangelio en cada edición y vienen a aproximarse a la teoría de las fuentes múltiples.

Hay otras menos radicales. Estas son las que preferimos. Por ejemplo la de Brown en cinco etapas:

a) Materiales tradicionales de dichos y hechos sobre Jesús semejantes a los que encontramos en el material sinóptico.

b) Meditaciones sobre esta tradición realizadas dentro de una escuela de espiritualidad con personalidad propia. Primero oralmente, hasta que van tomando cuerpo textos escritos. Hay un predicador principal y otras discípulos que adoptan todos el mismo estilo. Esta etapa duró varias décadas. Algunos de los relatos de milagros se elaboraron como espléndidos dramas, como por ejemplo el c. 9 de la curación del ciego. Los logia de Jesús se combinaron hasta formar extensos discursos de carácter solemne y poético. Es posible que se formaran otras unidades de este tipo que no han logrado sobrevivir.

c) Organización de estos materiales en un evangelio consecutivo a cargo del mismo predicador principal o evangelista. Lo más probable es que esta primera edición se hiciese ya en griego y no en arameo. Esta primera edición tenía ya el mismo plan de la obra actual, que es perfectamente coherente. No era un simple relato de signos (Wilkens) ni le faltaba el ministerio de Galilea (Parker). Esta edición llevó consigo un rearreglo de los materiales previos, escogiendo entre las diversas versiones de un mismo discurso que circulaban.

d) Segunda edición del evangelio a cargo del mismo evangelista, añadiendo nuevos materiales aptos para responder a nuevos desafíos de la comunidad, como por ejemplo la expulsión de la sinagoga. No es posible distinguir siempre entre lo que pertenece a la primera edición o a la segunda.

e) Redacción final a cargo de otra persona: el redactor. Este redactor era probablemente un discípulo de la misma escuela y colaborador del evangelista. Los materiales que se añaden no son necesariamente más tardíos; pueden ser de los que se dejaron de lado en la primera edición. El redactor final no se sintió autorizado para modificar la estructura general del evangelio, y por eso los párrafos insertados por él dejan al descubierto algunas costuras. Algunos de estos materiales tienen una referencia sacramental y eclesial más fuerte.

En cambio para la 2ª, 3ª y 4ª etapa detectamos la tarea de predicadores y escritores que no han sido testigos presenciales. Los predicadores usan notan escritas, y cuando predican el mismo sermón muchas veces, esas mismas notas tienen procesos muy complicados de correcciones y añadidos, que a lo largo de un período largo, pueden incluso reflejar los cambios que se van verificando en el pensamiento y el estilo de un mismo autor. Yo mismo lo puedo comprobar cuando miro las distintas ediciones de mis apuntes para charlas y ejercicios.

Es muy posible que los discípulos de Juan, imbuidos de su espíritu, dirigidos y alentados por el mismo, predicaran y desarrollaran estos recuerdos. Entre ellos habría que destacar un discípulo principal que imprimió el sello de su genio dramático y su profunda visión teológica. Este discípulo principal sería el evangelista. Hoy día podemos constatar en comunidades muy cohesionadas cómo suele haber un influjo omnipresente del fundador. Cuando uno escucha a hablar a un miembro de estos grupos cerrados, tiene la impresión de haber escuchado ya a todos. Son reproducciones miméticas del estilo y lenguaje propio del fundador. De este modo podemos ver cómo es posible que un escrito muy coherente y unitario pueda deberse a la redacción de distintas personas pertenecientes todos ellos a la misma escuela.

Podemos seguir hablando del evangelio según san Juan, aunque éste no le escribiera. Juan no sería el autor literario (Verfasser), pero si el autor origen (Urheber). La relación entre los dos fue más estrecha de la que se dio entre Pedro y Marcos. El hecho de que Juan viviese tantos años hace que su presencia siguiese amparando y autentificando toda la obra de su discípulo. Pero fue por la autoridad de Juan, no por la del evangelista, por la que el evangelio acabó imponiéndose en toda la Iglesia universal.

En realidad el autor del evangelio ha utilizado fuentes, y han podido existir diferentes ediciones de la obra, corregidas y aumentadas, que han podido dejar suturas e incongruencias en la redacción final. Pero el autor ha hecho propias todas sus fuentes y las reelaborado de manera que hoy día es tan imposible rehacer el proceso como lo sería recomponer el cerdo a partir de una ristra de salchichas (Streeter).

Cualquier manera de resolver el sentido de un determinado texto apelando al proceso de redacción será siempre altamente especulativo, aunque nunca está de más dejar el signo de interrogación, sobre esas posible interpretaciones. Dice L.T. Johnson: "El cuarto evangelio no necesita reconstrucciones. Permanece, como ha estado durante 2.000 años, como un testigo coherente, profundo y provocativo, que constituye en sí mismo una evidencia suficiente de que la comunidad juánica incluía por lo menos un gran teólogo y escritor.

Tema IV

La comunidad juánica

A) HISTORIA DE LA COMUNIDAD JUÁNICA (según Brown)

Ofreceremos aquí un resumen del itinerario de la comunidad juánica según R.J. Brown en su libro La comunidad del discípulo amado. Practica este autor lo que se ha dado en llamar lectura en relieve del evangelio, es decir, se supone que al hilo de la historia de Jesús, lo que en realidad se nos está contando es la historia de la propia comunidad.

Este método ofrece intuiciones interesantes, aunque llevado a un extremo puede ser caprichoso y subjetivo, y puede acabar desmoronando el valor del evangelio como fuente de información sobre el Jesús histórico.

Brown no siempre evita ese peligro. Denunciamos sobre todo la tendencia a presentar a la comunidad con un carácter marginal y sectario. Pero si evitamos exagerar esas impostaciones, pensamos que su libro nos ofrece intuiciones interesantes para comprender el medio en el que florecieron los escritos juánicos.

1ª Etapa: Grupo originario

El grupo originario de la comunidad juánica (en adelante CJ) lo constituyen judíos que se acercaron a Jesús con una cristología baja. Han tenido relación con el Bautista y otros grupos contestatarios. El DA sería el discípulo más prominente del grupo y el referente de la comunidad.

En sus tradiciones aparecen signos y logia de Jesús semejantes a los de los sinópticos (Jn 6,51 = Lc 22,19; Jn 3,5 = Mt 18,3). Este grupo originario parece proceder de un medio bautista y cercano también al movimiento esenio. Tienen interés en no romper con el movimiento bautista y resaltar la armonía entre Juan el Bautista y Jesús en una época en la que ya se había producido una ruptura. Para ello hacen ver que ya Juan había anunciado a Jesús como Mesías.

La relación de este grupo con el Bautista queda reforzada si identificamos al discípulo innominado de Jn 1,40 con el propio DA. No se le llama "amado" todavía, porque hasta entonces no había comprendido del todo a Jesús. Aparecerá como "amado" sólo a la hora en que Jesús revela su amor hasta el final, a partir del c. 13.

Las expectativas mesiánicas de este grupo, tal como aparecen en el c. 1, son las normales entre los judíos palestinos de la época. Dentro de este grupo originario hay un discípulo que vivió hasta una edad muy avanzada, pero que murió antes de redactarse el epílogo del c. 21.

La pretensión de apoyarse en un testigo ocular les sirvió para defender sus puntos de vista peculiares ante las otras iglesias apostólicas, y para corregir los abusos que surgieron posteriormente en el seno de la comunidad.

Brown en el libro que resumimos piensa que debió ser un discípulo cuyo nombre no conocemos, y que no pertenecía al grupo de los "Doce". Sería luego la tradición eclesiástica la que lo identificó con Juan el de Zebedeo, dentro de una tendencia a simplificar los orígenes cristianos reduciéndolos al marco de los doce apóstoles.

2ª Etapa: Un grupo nuevo como catalizador

Posteriormente entró en la comunidad juánica un grupo que cataliza los desarrollos cristológicos hacia una cristología más alta. Brown los identifica con judíos palestinos antitemplo que trabajaron en la conversión de los samaritanos. La conversión de estos samaritanos no se debió al trabajo del primer grupo (4,48) y su reconocimiento de Jesús como "Salvador del mundo" (4,42) difiere de las expectativas tradicionales judías de la época.

La admisión de este grupo atrajo sobre la comunidad una mayor hostilidad por parte de la sinagoga (8,48). Por "samaritanos" entendemos, pues, un grupo de judíos de concepciones peculiares antitemplo, con una cristología no centrada en un Mesías davídico. Palestina es sin duda la patria de este movimiento juánico, aunque no podemos precisar la región donde floreció.

Este grupo mixto será expulsado de la sinagoga, y a partir de entonces los cristianos juánicos, aun siendo judíos de origen, dejan de considerarse como tales y se referirán a "los judíos" como a un grupo extraño y hostil, frente al cual se marcan las diferencias. La ruptura que ha tenido lugar en los tiempos de la CJ se retroyecta en el evangelio a los tiempos de Jesús de una manera anacrónica.

En este grupo mixto los términos originales del grupo base ya resultan insuficientes. Los recién llegados traen consigo otras categorías nuevas para interpretar a Jesús que lanzan a la comunidad a una cristología de arriba abajo y a una cristología de preexistencia. Es la cristología más alta de todo el NT. De aquí que la mayor acusación de los judíos contra la CJ sea la de blasfemia.

La ruptura con la sinagoga lleva al desarrollo de otros temas teológicos tales como la plenitud de la alianza y la escatología realizada. Pero estos nuevos desarrollos se colocan junto con los antiguos, sin acabar de desplazarlos. Hay una continuidad con la ideología del primer grupo, con cuyos antiguos planteamientos no se acaba de romper. Esto produce ese carácter paradójico de afirmaciones aparentemente contradictorias mantenidas en pasajes paralelos del evangelio. Existen dobletes de un mismo tema tratado en claves diversas (cristología alta y baja; individualismo y comunitarismo; escatología realizada y escatología final; culto en el Espíritu y culto sacramental).

3ª Etapa: Entrada de los gentiles

Cuando los cristianos juánicos fueron expulsados de la sinagoga comenzaron a recibir un buen número de gentiles en la comunidad. Esta etapa puede coincidir con un cambio geográfico de la CJ que se traslada a la diáspora "para enseñar a los griegos" (7,35). Andrés y Felipe, ambos con nombres griegos se presentan en el evangelio como los responsables de que se acerquen a Jesús aquellos griegos que querían conocerlo (cf. 12,20-22).

Una apertura a los gentiles supone más que añadir al evangelio párrafos explicando términos hebreos o arameos (cf. 19.13,17; 20,16). Juan quiso hacer inteligible su evangelio a hombres de otras culturas, tomando prestados de sus literaturas términos y símbolos de alcance más universal.

4ª Etapa: Luchas internas juánicas

Esta etapa corresponde a la época que media entre la redacción del evangelio y la de las cartas. Para esta época la comunidad juánica no está asentada ya en una sola ciudad. Las cartas se escribirán a otras ciudades distintas de aquella en la que reside el autor. Pero en una misma ciudad podía haber varias comunidades domésticas y por supuesto otras iglesias no juánicas. Quizás el amplio centro metropolitano podía ser Éfeso con muchas iglesias juánicas a quienes se dirige la 1 Jn y otras poblaciones de la región que también cuentan con iglesias juánicas. A éstas últimas se les dirigirán también la 2ª y 3ª carta.

Dentro de la comunidad parece existir un cuerpo de presbíteros que habrían estado más próximos al discípulo amado. Entre estos presbíteros de la comunidad juánica estarían el evangelista, el redactor final y el autor de las cartas, el "nosotros" de Jn 21,24 y J Jn 1.1-2.

En la primer carta se nos dice que un grupo se ha apartado de las filas de la comunidad (1 Jn 2,19). Estos secesionistas tienen graves errores teológicos y éticos. En el fondo estos errores no son sino desarrollos heterodoxos a partir de ideas ya contenidas en el 4Ev. El autor de las cartas no niega los principales eslóganes de los secesionistas, porque efectivamente pertenecen a la tradición juánica, sino que los califica. El autor tiene que recurrir a corrientes de la antigua tradición que encuentran poco énfasis en el cuarto evangelio, pero que son parte del antiguo patrimonio de la comunidad (1 Jn 1,5).

La solución del conflicto la estudiaremos mas despacio cuando tratemos de las cartas juánicas. De momento adelantaremos que el conflicto concluyó con un cisma radical que impulsó a los secesionistas a la heterodoxia y a la secta, y a los demás los echó en brazos de las otras iglesias apostólicas con las que acabarán fundiéndose. Así se incorporó el tesoro de su tradición peculiar y sus escritos que hasta entonces habían sido patrimonio exclusivo de su comunidad. En este trasvase la gran Iglesia acabaría asimilando la cristología alta, que ya en pequeñas dosis había ido adquiriendo anteriormente, y por contra la comunidad juánica acabaría por admitir el modelo de Iglesia más estructurado que era el habitual en las Iglesias apostólicas que habían reforzado el magisterio jerárquico de sus pastores frente al papel más carismático que seguía representando el Paráclito en la comunidad juánica.

B) EL DISCÍPULO AMADO Y PEDRO

Las relaciones que existen entre el discípulo amado y Pedro pueden estar simbolizando las propias relaciones que existían entre la CJ y las otras iglesias apostólicas de lo que pudiéramos llamar la gran Iglesia.

Probablemente no había ninguna diferencia étnica notable entre la CJ y las otras iglesias apostólicas. En una y otras se mezclaban judíos y gentiles. La CJ reconoce a estas iglesias apostólicas como fieles sustancialmente al Señor. No han roto la comunión. Nunca se las critica en el 4Ev., ni se les acusa de falta de fe.

Sin embargo no deja de haber una continua emulación entre Pedro (representante de la gran Iglesia) y el DA. En esta confrontación queda claro cuál es el verdadero héroe de la CJ. En cinco de los seis pasajes en los que se le menciona el DA está contrapuesto a Pedro.

En 13, 23-26 el DA descansa el pecho de Jesús, mientras que Pedro tiene que hacerle señas para conseguir una información. En 18, 15-16 el DA puede entrar al patio del sacerdote, mientras que Pedro no puede entrar sin su ayuda. En 20, 2-10 el DA llega antes que Pedro al sepulcro, y solamente se dice de él que creyera o entendiera el significado de los vestidos en el sepulcro. En 21, 7 el DA es el primero en reconocer a Jesús en la orilla. De este modo el evangelio socava el motivo principal de la preeminencia de Pedro que consistía en haber sido el primer apóstol en haber visto al Señor. Para el 4Ev. el DA fue el primero en creer en la resurrección. Si identificamos al DA con el discípulo innominado del cap. 1, también cabría al DA el honor de haber sido el primer discípulo de Jesús, con una precedencia temporal sobre Pedro que sólo será llamado al día siguiente.

En 21,23 Pedro pregunta con cierta envidia por el futuro del DA. En 19,26-27 el contraste no se explicita, pero es bien obvio: el DA está al pie de la cruz, mientras que Pedro está lejos. Pedro niega tres veces a Jesús y tiene que ser rehabilitado por él, mientras que el DA no necesita rehabilitación.

Al contraponer a su héroe con el más importante miembro de los Doce, la CJ se está contraponiendo a sí misma simbólicamente con el tipo de Iglesias que veneraban a Pedro y que otros llaman "la gran iglesia. La actitud no es ciertamente de excomunión, pero sí es algo desfavorable en comparación con la iglesia juánica.

Cierto que los cristianos apostólicos no han roto con Jesús. Están presentes en la Cena. No son de los que le abandonaron en 6,67. Están incluidos en el grupo a quienes Jesús llama "los suyos" (17, 6.9.20). También han visto a Jesús resucitado (20,19.24). Algunos han dado la vida por Jesús (21,29). Sin embargo en comparación con el DA no se puede decir que hayan expresado aún plenamente el misterio de la persona de Jesús.

¿Cuál es la superioridad de los cristianos juánicos? Su cristología más alta. Los cristianos de otras iglesias tienen una cristología razonablemente alta, pero no alcanzan la concepción juánica de Jesús.

Andrés, Pedro, Felipe, Natanael saben que Jesús es el Mesías, pero se les dice que han de ver aún cosas mayores (1,50). Cuando Jesús dice a Felipe en la cena: "¿Tanto tiempo estoy con vosotros y no me conoces? (14,19), Felipe no ha entendido aún la unidad íntima de Jesús con el Padre. Cuando dicen: "Ahora creemos que has salido de Dios" (16,29), Jesús muestra su escepticismo afirmando que lo abandonarán.

Juan pone en boca de uno de los apóstoles, Tomás, la confesión más explícita de la divinidad de Jesús. De ese modo hace ver cómo la peculiar cristología alta del evangelio no es sólo patrimonio de la CJ sino un tesoro de toda la Iglesia apostólica.

Quizás lo que les falta a los cristianos apostólicos es una mayor explicitación de la cristología de preexistencia y de los orígenes de arriba. De hecho en los otros evangelios hay constancia de una fe en Jesús como hijo de Dios concebido sin un padre humano, pero no hay constancia explícita de su preexistencia. Con todo no hay que exagerar como hace Brown las diferencias de cristologías. En la carta a los Filipenses hay ya una clarísima cristología de preexistencia.

También la eclesiología podía separar a ambas comunidades. Mientras que las otras iglesias apostólicas refuerzan mucho su continuidad con Pedro y los doce, el 4Ev. parece relativizar también los ministerios y oficios eclesiales que se estaban robusteciendo demasiado en las otras iglesias apostólicas. Frente a una excesiva jerarquización, el 4Ev. subraya la realidad del amor que es lo único que cuenta. Incluso la concesión del oficio de pastor está introducida por la pregunta condicionante "¿me amas?" El reforzar el magisterio del Paráclito se opone también a los excesivos personalismos.

Sin embargo no hay que subrayar excesivamente la diferenciación entre la CJ y las otras iglesias apostólicas, hasta el punto de reducir la CJ a una secta. Pensamos que la obra de Brown sobre la CJ peca un poco de esta tendencia. Acentúa los contrastes entre DA y Pedro y no da el debido valor a toda la reverencia que el evangelio muestra hacia la persona de Pedro, su llamada a ser piedra indicada en el nombre nuevo que Jesús le da (1,42), el pastoreo que se le confía (21,15-17), la deferencia que tiene con él el DA cuando le espera a que llegue para que Pedro entre primero en la tumba (20,5-6). De Pedro surge la iniciativa de ir a pescar y los otros, incluido el DA, le acompañan (21,3). Es el primero en tirarse al agua y llegar donde Jesús (21,7). Pedro dirige la retirada de la red a tierra (21,11) con todas sus connotaciones eclesiales. Pedro acabará glorificando a Dios con un martirio semejante al de Jesús (21,19).

Se ensalza en el DA su clarividencia para reconocer y comprender a Jesús, y también se ensalza el amor de predilección que el Maestro tuvo para con él, pero el DA aparece claramente subordinado a Pedro, aceptando el ministerio especial que le ha sido confiado a Pedro con relación al rebaño de Jesús.

Por otra parte, en el caso de identificar al DA con Juan el hijo del Zebedeo, sabemos que a Juan y Pedro les unió una relación muy especial. En los sinópticos, junto con Santiago, acompañan a Jesús de una manera privilegiada a lugares donde el resto de los apóstoles no estuvieron presentes, al Tabor, a la casa de Jairo y al huerto de los Olivos. En la carta a los Gálatas ambos son designados como "columnas de la Iglesia" (2,9). [Curiosamente en Gálatas se trata de Santiago, el hermano de Jesús, mientras que en los sinópticos el tercero de la terna era Santiago el hermano de Juan. ¿Habrá aquí una confusión en la tradición sinóptica que ha adjudicado a otro Santiago el tercer puesto que ocupaba el Santiago, hermano de Jesús en la comunidad de Jerusalén postpascual?].

En los Hechos Pedro y Juan juntos aparecen liderando la comunidad, curan al paralítico de la Puerta hermosa (Hch 3,3), son llevados juntos al tribunal (Hch 4,13), juntos son enviados a la misión en Samaría (8,14). Considerarles como representantes simbólicos de dos comunidades enfrentadas sería violentar la naturaleza de los textos bíblicos.

Tema V

Historicidad del 4º Evangelio

Hasta hace treinta años era opinión común entre los críticos el rechazar la historicidad del evangelio de Juan por su fecha tardía, por sus influjos gnósticos y helenísticos y su poco conocimientos de las costumbres palestinas de la época de Jesús y de la geografía del lugar y por su falta de armonización con los datos de los sinópticos.

Hoy día en cambio se tiende a valorar ciertos datos históricos del 4Ev. aun por encima de los mismos sinópticos por las siguientes razones:

*La fechación no puede ser tan tardía, debido al descubrimiento de papiro Rylands P52 de Manchester que contiene Jn 18,31-34 7 37-39, el papiro Egerton y el papiro Bodmer P66. La ausencia de citas de los Padres apostólicos no es conclusiva pues pueden encontrarse alusiones en Ignacio de Antioquía, Justino y Melitón de Sardes.

*Los hallazgos arqueológicos: la piscina de Betesda, el pozo de Jacob, la piscina de Siloé, la sinagoga de Cafarnaúm… Todos estos modernos hallazgos han venido a confirmar algunos de los datos de Juan que hasta ahora no tenían confirmación arqueológica.

*Conocimiento de costumbres: samaritanos en Garizim (4,20), naturaleza de las fiestas y sus ritos típicos, procesión del agua en la fiesta de los Tabernáculos (7,37), la ceremonia de la luz (8,12), la consagración del templo en Hanukká (10,22).

Jerusalén es la ciudad santa adonde acuden peregrinaciones e incluso prosélitos (12,10). El templo aún inacabado, en cuya construcción se han empleado 46 años (2.20), alberga a los mercaderes (2,13-14). En el templo se nos habla del pórtico de Salomón (10,23) y el lugar llamado gazofilacio o tesoro (8,20). Galilea cuenta con un príncipe real (4,46), es despreciada (1,46; 7,41.12) y se inclina al mesianismo revolucionario (6,14-15). Nazaret es un lugar insignificante (1,46). Hay una profunda enemistad entre judíos y samaritanos (4,9.40).

Se conocen los ritos purificatorios (2,6; 3,25; 11,55), el sábado y la circuncisión (5,10; 7,22-23; 9,14), las solemnidades del entierro (11,38.44; 12,7; 18,31), la prohibición de no contaminarse entrando en casa de un pagano (18,29), o de ejercer la pena de muerte (18,31), o de dejar los cuerpos en la cruz durante la fiesta (19,31). Conoce la costumbre de que los reos carguen con la cruz (19,17) y de quebrar las piernas a los crucificados (19,32), la necesidad de permiso para bajar los cadáveres de la cruz (19,38). Conoce el miedo que existe de que los romanos puedan venir y destruir el templo (11,48). La casta de los fariseos aparece con sus rasgos de formalismo (5,16-18; 7,23; 9,16) y su desprecio por el pueblo sencillo (7,49; 9.28-29.34).

Las indicaciones topográficas son más numerosas y precisas que las de los sinópticos: Betania al otro lado del Jordán (1,28; 3,23). Enón, cerca de Salín (3,23); Sicar cerca de la heredad de Jacob (4,5-6); Betania a quince estadios de Jerusalén (11,18); Efraín cerca del desierto (11,53). Son lugares algunos de ellos tan poco conocidos que ni siquiera pueden ser localizados actualmente, y en aquella época sólo eran conocidos por los vecinos de aquellos lugares. El torrente Cedrón pasa entre Jerusalén y el monte de los Olivos (18,1).

Hay otros muchos datos implícitos que en los sinópticos están desarrollados explícitamente: el origen nazareno de Jesús (1,45; 6,42; 7,41-52), el bautismo por Juan (1,31-34), el encarcelamiento del Bautista (3,24), la elección de los Doce (6,70; 13,18; 15,16; 20,24), la traición de Judas (6,64; 12,4; 13,2.27.29; 18,2), la institución de la eucaristía (6,51), el bautismo cristiano (3,5), la tumba sellada con una piedra (20,1).

*Carácter semita del Evangelio

El lenguaje es tan semitizante que hay quienes opinan como Burney y Torrey que fue escrito en arameo. Las palabras semitas que aparecen son más arameas que hebreas.

· Se dan muchos paralelismos con la literatura rabínica.

· Se dan paralelos con los escritos de Qumrán: oposición de luz y tinieblas, amor a los hermanos, agua y espíritu.

· Hay una referencia continua al AT; 14 citas explícitas y cientos de alusiones.

· El influjo helenístico, indudable en el libro, no es una contraindicación para su carácter palestino si tenemos en cuenta que el helenismo estaba y muy difundido en Palestina.

*Preferencia de los datos juánicos

Hoy día en algunos casos se prefieren algunos datos juánicos que contradicen datos paralelos sinópticos, como la fecha de la Pascua, la duración del ministerio, el hecho de que los primeros discípulos habían estado ya con el Bautista.

Hay una serie de pequeños detalles que contienen información histórica desconocida en los sinópticos. Al tratarse de datos intranscendentes, pensamos que revelan que no son invención del evangelista, ni tienen carga simbólica. Más bien nos muestran que por detrás del evangelio hay información de primera mano:

El nombre de Malco (18,10), el hecho de que la tercera negación de Pedro la hizo ante una parienta de Malco (18,26); el que sacó la espada fue Pedro (18,10); la inscripción de la cruz estaba en tres lenguas (19.20); el Gólgota estaba cerca de la ciudad (19,20); el sepulcro estaba junto al Gólgota (19,41); la primera criada era la portera (18,17); la transfixión y el crurifragio (19,31-34), el papel jugado por Anás (18,13).

Tema VI

Juan y los sinópticos

Al comparar Juan con los tres evangelios sinópticos nos preguntamos si hubo algún tipo de contacto mutuo, es decir si Juan conoció los textos de los evangelios sinópticos que hoy tenemos en la mano y si fue influido de un modo u otro por la lectura de estos textos.

Para poder contestar a esta pregunta hay que hacer un estudio detallado de las semejanzas que existen y de las diferencias y evaluar si el tipo de semejanzas halladas postula un contacto literario directo. Examinaremos, por tanto, las semejanzas y divergencias entre los evangelios.

A) CONCORDANCIAS

1. En los datos de información

* El dicho del Bautista de que no es digno de desatar la sandalia del que viene tras él: Jn 1,27 = Mc 1,7; Mt 3,11; Lc 3,16).

* Cinco panes y dos peces en la multiplicación para los 5.000: (Jn 6,9 = Mc 6,38; Mt 14,17; Lc 9,13).

* Doce canastos sobrantes: (Jn 6,13 = Mc 6,43; Mt 14,20; Lc 9,17).

* Bendito el que viene en el nombre del Señor (Jn 12,13 = Mc 11,9; Mt 21,9; Lc 19,38).

* Anuncio de negaciones y canto del gallo: (Jn 13,38 = Mc 14,30; Mt 26,34; Lc 22,34).

* E inmediatamente cantó el gallo (Jn 18,27 = Mc 14,72; Mt 26,74; Lc 22,60).

* La pregunta de Pilatos "¿Eres tú el rey de los judíos" y la respuesta de Jesús: "Tú lo has dicho" (Jn 18,33-37 = Mc 15,2; Mt 27,11; Lc 23,3).

* El título de la cruz: "Rey de los judíos" (Jn 19,19 = Mc 15,26; Mt 27,37; Lc 23,28).

* José de Arimatea pidió el cuerpo de Jesús (Jn 19,38 = Mc 15,43; Mt 27,58; Lc 23,52).

(Más acuerdos entre los cuatro evangelistas en Jn 4,44; 12,1-8. 12-19. 4-17.25; 13,20.36-38; 18,1.2-12. 13-24. 28; 19,16.17-18. 38-42; 20,1-13: ver artículo de R.H. Stein en bibliografía)

* "No tengáis miedo" dirigido a los discípulos en la barca por Jesús caminando sobre el agua (Jn 6,20 = Mc 6,50; Mt 14,27).

* Anuncio de la traición: "En verdad os digo, uno de vosotros me traicionará" (Jn 13,21; Mc 14,18; Mt 26,21).

* Nombre de Gólgota y la explicación (Jn 19,17 = Mc 15,22; Mt 27,33).

* La burla: "Salve, rey de los judíos" (Jn 19,3 = Mc 15,18; Mt 27,29).

* La frase: A los pobres los tendréis siempre con vosotros… Esta unción es un preparativo para mi entierro (Jn 12,8.7 = Mc 14,7-8; Mt 26,11-12).

* Espíritu viene sobre Jesús: Mt 3,11 y Lc 3,16 Mc 1,8.

* Mención de los fragmentos que sobraron: Mt 14,20 y Lc 9,17 Mc 6,43.

* Palabras de la confesión de Pedro: Mt 3,16 y Lc 3,22 Mc 1,10.

* Reprensión a Pedro por sacar la espada: Mt 26,52 y Lc 22,51 Mc 14,47.

* El gallo canta una vez: Mt 14,13 y Lc 9,11 Mc 6,33.

* el dato de que la tumba de Jesús era nueva: Mt 27,60 y Lc 23,53 Mc 15,46.

2. En el contenido

Juan comparte los siguientes materiales con los sinópticos:

Actividad de Juan el Bautista: 1,19-34

Purificación del templo: 2,13-16

Curación del hijo de un funcionario: 4,46-54

Multiplicación de los panes: 6,1-13

Jesús camina sobre las aguas: 6,16-21

La confesión de Pedro: 6,67-71

La unción de Betania: 12,1-12

La entrada en Jerusalén: 12,12-19

La última cena: 13

El anuncio de la traición: 13,21-30

La predicción de las negaciones de Pedro: 13,36-38

Hay múltiples contactos en la historia de la pasión: traición y prendimiento, intentona de resistencia por parte de Pedro, proceso ante el sumo sacerdote, negaciones de Pedro, proceso ante Pilato, opción del pueblo por Barrabás, crucifixión, reparto de los vestidos, título de la cruz, sepultura, la tumba vacía…

Juan presenta sólo tres milagros de los 29 que hay en los sinópticos: la curación del hijo del funcionario, la multiplicación de los panes y el camino de Jesús sobre las aguas. Añade cuatro milagros más que no aparecen en los sinópticos: bodas de Caná (2,1-11), piscina de Betesda (5,1-9), ciego de nacimiento (9,17) y resurrección de Lázaro (11,1-44).

Además en el apéndice hay un relato de pesca milagrosa en paralelo con Lucas, pero en un encuadre totalmente diferente..

3. En los logia

2,19: Destruid este templo y en tres días lo reconstruiré (cf. Mc 14,58 y paralelos.).

3,3: Nadie puede ver el Reino de Dios si no nace de nuevo (cf. Mt. 18,).

3,35: El Padre ama al Hijo y lo ha puesto todo en sus manos (cf., Mt 11,27).

4,44: Un profeta no encuentra honor en su propia patria (Mc 6,4).

5,25: Quien no honra al Hijo, no honra al Padre que lo ha enviado (cf. Lc 10,16).

12,25: Quien ama su vida la pierde, y quien odia su vida en este mundo, la conservará para la vida eterna (Mc 8,35).

13,16: No es el siervo mayor que su amo (cf. Mt 10,24).

13,20: Quien acoge al que yo envíe me acoge a mí, y el que me acoge a mí, acoge al que me ha enviado (Mt, 10,40).

15,7: Pedid lo que queráis y se os dará (cf. Mc 11,24 y par).

16,32: Llega la hora en que os dispersaréis cada uno por vuestro lado y me dejaréis solo (cf. Mc 14,27).

18,11: El cáliz que me ha dado mi Padre, ¿no lo voy a beber? (cf. Mc 14,27).

20,23: A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados (Mt 18,18).

4. En detalles de información y estilo

En ocasiones las semejanzas pueden afectar incluso a pequeños detalles.

1,32: Bajada del espíritu "en forma de paloma" (cf. Mc 1,10).

5,8: Levántate, toma tu camilla… (cf. Mc 2,11).

6,7.13: Doscientos denarios de pan (cf. Mc 6,37.43).

6,10: Había hierba en aquel lugar. Comieron 5.000 (cf. Mc 6,39).

9,6: Uso de la saliva en la curación de un ciego (cf. Mc 7,33).

11: Conocimiento de Marta y María (cf. Lc 10,38,39).

12: La unción de Betania en Juan tiene paralelos puntuales con la pecadora de Lc 7,36-50).

12,3: Perfume de nardo de mucho precio (cf. Mc 14,3).

13,2: Entra el diablo en Judas (cf. Lc 22,3).

14,22: Referencia a Judas Tadeo como "Judas, no el Iscariote" (Lc 6,16).

14,31: Levantaos, vámonos de aquí (cf. Mc 14,42).

18,10: Hirió al siervo del sumo sacerdote y le cortó una oreja (cf. Mc 14,65).

18,13: Referencia al sumo sacerdote Anás (Lc 3,2).

18,17: Al momento cantó un gallo (cf. Mc 14,72).

18,18: Pedro se calentaba (cf. Mc 14,54).

19,2: La corona de espinas y el manto (cf. Mc 15,17-18).

19,17: Referencia a la palabra hebrea "Gólgota" (cf. Mc 15,20,22).

19,29: La esponja llena de vinagre (Mc 15.36).

19,38: José de Arimatea pidió a Pilato el cuerpo de Jesús (cf. Mc 15,43).

Lucas es el único sinóptico que hace entrever que Jesús viajó varias veces a Jerusalén (Lc 10,38; 13,34). Lucas y Juan se interesan ambos por Samaria y los samaritanos (Lc 9,52; 10,29-37; 17,11; Hch 1,8). Ambos prolongan el relato de la cena con discursos. En ambos la flagelación en anterior a la condena y pretende despertar la compasión de la turba. En los dos falta el juicio nocturno ante Caifás. En los dos hay tres declaraciones de inocencia por parte de Pilato. En ambos evangelios las apariciones de Jesús están centradas en Jerusalén y no en Galilea…

B) DIVERGENCIAS

1. En la estructura del evangelio

· El relato de Juan tiene más discursos que los sinópticos

· Jesús habla en un estilo literario distinto al del Jesús de los sinópticos, y por el contrario, el Bautista y el narrador hablan igual que Jesús.

· Los relatos juánicos están más trabados unos con otros formando una unidad, porque unos pasajes remiten a otros: 4,45 a 2,23; 4,46 a 2,2-22; 7,50 a 3,1-12; 12,42 a 9,22; 18,14 a 11,49; 13,33 a 7,33.36 y 8,21; 15,20 a 13,16).

· El cuadro topográfico es diverso. En los sinópticos hay un solo viaje a Jerusalén, mientras que en Juan hay tres: 2,13; 5,1; 7,19. Jesús pasa la mayor parte de su ministerio público en Judea, mientras que en los sinópticos reside en Galilea.

· El cuadro cronológico es también diverso. En el relato sinóptico Jesús habría celebrado la Pascua una sola vez, mientras que en Juan celebra tres Pascuas, con lo que su actividad pública dura al menos dos años y medio. En los sinópticos tras la entrada a Jerusalén Jesús permanece en ella sólo una semana, mientras que en el 4Ev. Jesús pasa en Jerusalén y su comarca al menos los seis últimos meses de su vida. En los sinópticos Jesús muere el 15 de Nisán; en el 4Ev. muere el 14 de Nisán. En Marcos a la hora sexta Jesús es crucificado mientras que en el 4Ev. es a la hora sexta cuando Pilato dicta sentencia (19,14).

2. En las informaciones concretas

Aun en aquellos pasajes paralelos existen datos difíciles de concordar.

* La expulsión de los mercaderes en Jn tiene lugar al principio del ministerio, mientras que en los sinópticos tiene lugar el Domingo de Ramos, poco antes de morir Jesús.

* La presencia del discípulo amado al pie de la cruz contradice el testimonio de que todos los discípulos abandonaron al maestro (Mc 14,50).

* En el 4Ev. la cohorte romana está ya presente a la hora del prendimiento de Jesús, mientras que en los sinópticos el prendimiento lo realiza la guardia del templo (Jn 18,3 Mc 14,43).

* En el 4Ev. no aparece la figura del Cirineo, sino que es Jesús quien carga con la cruz (Jn 19,17 Mc 15,21).

* En el 4Ev. el encuentro de Jesús con Andrés y los primeros discípulos tiene lugar no a orillas del lago, sino en el Jordán, pues estos eran discípulos del Bautista (Jn 1,35-42 Mc 1,16-20).

* En los sinópticos Jesús después del bautismo en el Jordán va al desierto para ser tentado. En cambio en Jn va directamente del Jordán a Galilea (Jn 1,43).

* En los sinópticos el ministerio de Jesús comienza cuando el Bautista ha sido ya arrestado por Herodes Antipas (Lc 3,20), mientras que en Juan, los dos ejercen simultáneamente su ministerio durante algún tiempo (Jn 3,22).

3. En las omisiones

Extrañan mucho algunas omisiones de textos sinópticos importantes. No hay infancia de Jesús, no se describe la transfiguración, ni la institución de la Eucaristía. Otros temas sinópticos están tan cambiados como veremos inmediatamente, que son casi irreconocibles: las predicciones de la pasión, la agonía…

4. En la teología

* Mientras que en los sinópticos el tema fundamental de la predicación de Jesús es el Reino, en el 4Ev. es la autorrevelación del Hijo eterno de Dios: su persona, su preexistencia, su relación con el Padre. En los sinópticos el Yo de Jesús no constituye el centro de los discursos, como en Jn.

* En los sinópticos, sobre todo en Marcos, la mesianidad de Jesús se va revelando poco a poco y está envuelta en misterio. En el 4Ev. se manifiesta a los creyentes desde el principio.

* En los sinópticos aparecen una multitud de preceptos morales, en el 4Ev., aunque se exhorta a la guarda de los mandamientos, no se menciona ninguna obligación moral concreta, sino el amor fraterno en general.

* En los sinópticos las controversias con los rabinos versan sobre la interpretación de la Ley, en el 4Ev. la única cuestión es la fe o la incredulidad.

* En el 4Ev. los milagros son signos de la gloria divina de Jesús más que manifestaciones de su misericordia hacia las miserias humanas.

* El amor de Jesús hacia los pecadores, si se exceptúa el pasaje de la adúltera que no es juánico, no aparece en el 4Ev.

C) PARALELOS SUTILES CON LOS SINÓPTICOS

Veremos en esa sección algunos pasajes paralelos, en los que el paralelismo no es tan obvio.

1. Las tres predicciones de la Pasión

En los sinópticos, sobre todo en Marcos y Lucas, las tres predicciones de la pasión constituyen el armazón teologal sobre el que se construye el tema de la "subida a Jerusalén". Sin duda formaban parte de un antiguo esquema de catequesis evangélica antes de su incorporación al evangelio de Marcos. En el 4Ev. reaparecen estas predicciones, pero en lenguaje típicamente juánico, lenguaje de exaltación

Mc 8,31 Mc 9,30 Mc 10,32-34

Jn 3,14 Jn 8,28 Jn 12,32.34

¡Qué distinta la expresión de las predicciones en uno y otro evangelio! Frente a la crudeza descriptiva de los sufrimientos anticipados en Marcos, Juan predica la muerte como exaltación. El tema de la exaltación estaba ya incluido en el cuarto poema del siervo (Is 52,3 LXX) y será utilizado por la teología cristiana a propósito de la ascensión (Flp 2,9-10). Pero Juan lo adelanta a la misma muerte de Jesús.

2. La agonía de Jesús

Juan no ha contado la oración del Huerto que traen los evangelios sinópticos. Sin embargo no está totalmente ausente, pues muchos de sus elementos están desperdigados en distintos lugares del evangelio del 4Ev.

La escena de Getsemaní es de indudable valor histórico. Difícilmente pudo haberla inventado la Iglesia. En Lucas hay un solo acto en el drama. Jesús va una vez a orar, vuelve y se encuentra a los discípulos dormidos. En Mt y Mc hay tres actos, aunque sólo Mateo ha explicitado la segunda vez la oración de Jesús en una progresión de abandono, y la tercera ida y vuelta de Jesús (Mc menciona sólo la tercera vuelta sin la ida).

Quizás la versión lucana en un acto sea la más original, y el triplicado sea un recurso literario. Ya conocemos otros triplicados: triple negación de Pedro, triple tentación, triple predicción de la pasión… en cualquier caso hay huellas de que el texto de la oración del Huerto ha sido elaborado.

En Lucas sólo hay una fase de separación de Jesús de sus discípulos, mientras que en MM hay dos fases. Primero se aparta del grupo llevando consigo a tres, y luego se aparta de esos tres. Una vez más la versión simple es la de Lucas. En cualquier caso los discípulos estaban dormidos y no pudieron oír las palabras de Jesús, porque estaban lejos. El contenido de la oración es una elaboración teológica.

En Juan no hay escena de la agonía del Huerto, aunque si se menciona la ida de Jesús a un huerto al otro lado del torrente Cedrón. Pero sí hay elementos de esta escena diseminados a lo largo del evangelio, sobre todo en el capítulo 12:

· Mi alma está triste hasta la muerte: Mc 14,34 / Mi alma está turbada: Jn 12,27

· Esta es vuestra hora: Lc 22,53 / Ha llegado la hora: Jn 12,23

· Pase de mí esta hora: Mc 14,35 / Sálvame de esta hora: Jn 12,27

· Hágase tu voluntad Mc 14.36 / Glorifica tu nombre: 12,27

· Envío del ángel : Lc 22,43 / Voz del cielo que algunos piensan que es un ángel: Jn 12,28-30

· Levantaos, vamos, viene el que me traiciona: Mc 14,42 / Levantaos, vamos, viene el Príncipe de este mundo:

Jn 14,30-31

· Pase de mí este cáliz: Mt 26,39; / El cáliz de mi Padre, ¿no lo voy a beber? Jn 18,11.

Por otra parte, inmediatamente después de la cena, Juan nos habla de una larga oración de Jesús durante todo el capítulo 17. El contenido de la oración, en lenguaje juánico, podría ser un trasunto de la oración sinóptica.

¿Cuál de las dos versiones es más primitiva? Hay quienes piensan que la escena sinóptica es una elaboración a base diversas oraciones en la vida pública de Jesús en lucha continua contra Satanás. La escena del jardín sería una composición literaria como la de las tentaciones al comienzo del evangelio.

3. El proceso de Caifás

La redacción de los distintos procesos de Jesús resulta muy difícil de concordar. Benoit adelanta la siguiente concordancia:

1.- Atestado nocturno no oficial (Jn).

2.- Por la mañana verdadero juicio ante Caifás (Lc), pero con el contenido de MM en el juicio nocturno.

La tradición sinóptica muestra señales de desarrollos, en la falta de uniformidad entre MM y Lc. No coinciden ni en la hora, ni en la presencia de testigos, ni en la alusión al templo. En MM hay una sola pregunta del sumo sacerdotal y una única respuesta de Jesús. En Lucas, dos preguntas y dos respuestas. Lucas omite el rasgado de las vestiduras y el cargo de blasfemia. Las burlas que en MM siguen al juicio, en Lucas lo preceden.

Aunque Juan no narra este juicio oficial ante el sanhedrín, sino sólo el atestado nocturno en casa de Anás, encontramos sin embargo elementos del juicio dispersos por el evangelio. La acusación sobre la destrucción del templo (Jn 2,19) se basa en una afirmación auténtica de Jesús. La primera pregunta del sacerdote (en la versión de Lucas) la trae Juan en la fiesta de la Dedicación: "Si eres el Mesías, dínoslo claramente", a lo que Jesús contesta: "Os lo he dicho y no me creéis" (Jn 20,24).

La segunda pregunta de Lc 22,70, que en MM da pie a la acusación de blasfemia, recurre en Jn 10,33: "Decís que blasfemo porque he dicho que soy Hijo de Dios".

En Jn 11,47-53 tenemos un juicio ante Caifás en el que se pasa la sentencia de muerte. La diferencia con la tradición sinóptica es que en este juicio Jesús no está presente. En cuanto a la afirmación sobre el Hijo del Hombre sentado y viniendo sobre las nubes (Mc 14, 62) encuentra un ligero parecido en el logion a Natanael (1,51).

4. Las tentaciones

En el 4Ev. las tentaciones de Jesús están dispersas en los caps. 6 y 7. Claro está que en Juan las tentaciones nos las pone directamente Satanás, sino a través de mediaciones.

La primera tentación de Mateo la encontramos en la petición del pan. La misma muchedumbre que se sació de los panes pide más pan (6,34). Jesús exhorta a interesarse más por el pan que no perece, que en el v. 45 se identifica con la palabra de Dios. También en la tentación mateana se oponía el pan material a toda palabra que sale de la boca de Dios (Mt 4,4).

En Jn 7,1-4 los hermanos de Jesús le piden que realice signos en Judea: "Muéstrate al mundo". Es la segunda tentación de Mateo que pide signos aparatosos en Jerusalén (Mt 4,6).

En 6,15 la muchedumbre quiere hacer rey a Jesús y éste rehusa y huye al monte solo. Fácilmente podemos ver la relación con la tercera tentación mateana (Mt 4,9).

Probablemente la escena sinóptica (procedente de Q) tiene mucho de composición dramática para situar en un viñeta al principio del evangelio todas las tradiciones sobre la realidad de Jesús a lo largo de su vida.

5. La confesión de Pedro

En el relato sinóptico esta confesión de Pedro se sitúa inmediatamente después de la segunda multiplicación de MM. La secuencia total es asombrosamente parecida.

Multiplicación Jn 6,1-15 Mc 6,31-34

Camino sobre el mar 16-24 45-54

Petición de signo 25-34 8,11-13 tras la segunda multiplicación.

Discurso sobre el pan 35-59 14-21

Confesión de Pedro 68-69 27-30

Negación 70-71 31-33

La escena de la confesión comienza en un momento de crisis, con la constatación de la incredulidad y el abandono de algunos discípulos (Jn 6,64 = Mc 8,28), y una pregunta comprometedora para los discípulos (Jn 6,67 = Mc 8,29). En ambos evangelistas Pedro responde en nombre de todos (Jn 6,69 = Mc 8,29). El cambio de nombre que Mateo trae en este momento, Juan lo ha contado ya al principio del evangelio (Jn 1,42).

D) CONTACTOS LITERARIOS JUAN-SINÓPTICOS

Sobre el problema de los posibles contactos literarios entre Juan y los sinópticos se han dado diferentes respuestas; antes de la segunda guerra había un consenso en que Juan había usado uno o más de los sinópticos. Más tarde a mediados del siglo XX surgió un nuevo consenso de que Juan no había conocido ningún evangelio sinóptico. Sigue siendo el punto de vista mayoritario, aunque algunos han vuelto a postular algún contacto.

1. Juan completa los sinópticos

Juan habría conocido el texto de los sinópticos y habría trata do completar lo que los otros no habían escrito. Juan habría pretendido, según distintos autores, completar, rectificar o suplantar a los otros. Hoy esta hipótesis está completamente abandonada.

2. Juan depende de los sinópticos

Juan habría conocido la tradición sinóptica y la utiliza en todos los materiales comunes. Esta hipótesis tiene dos variantes, según que se postule un contacto literario entre Juan y los evangelios actuales, o entre Juan y las fuentes subyacentes a los sinópticos.

Barrett afirma la dependencia respecto a Marcos. Boismard la afirma respecto a Lucas. Neyrink defiende que el 4Ev. conoció los tres sinópticos. De hecho algunas veces concuerda con uno contra los otros dos. Con todo, nunca se piensa que Juan haya usado los sinópticos de un modo semejante al modo como Mateo y Lucas usaron Marcos. El 4Ev. debió usar un proto-Mateo o un proto-Lucas, o las fuentes escritas utilizadas por ellos, o las fuentes orales En cualquier caso no hizo un uso significativo de estas fuentes.

3. No hay ninguna dependencia directa entre uno y otros

Constatamos que las diferencias son más agudas que las semejanzas. Si admitimos las dependencias habría que atribuir los cambios de Juan a una voluntad deliberada de alterar los textos, o al hecho de que no los había comprendido.

En general Juan tiende a concordar más con Marcos y Lucas que con Mateo, pero de manera sistemática Juan no concuerda con ninguno de los tres. El evangelista toma los materiales para componer sus relatos de una tradición independiente, similar, pero no idéntica, a las tradiciones representadas en los sinópticos.

Con esto no queremos negar que a lo largo de las distintas etapas de elaboración del 4Ev. no se dieran algunas influencias cruzadas de las tradiciones sinópticas. Por más replegada sobre sí misma que estuviese la CJ no pudo vivir totalmente aislada de las otras iglesias cristianas y tendría un cierto conocimiento de las otras tradiciones evangélicas.

Un ejemplo de estos contactos puede estar en esos paralelos menores que reseñábamos anteriormente. Reseñábamos allí algunos paralelos con Marcos y con Lucas. Con Mateo hay muchos menos contactos. Quizás el aerolito juánico (Mt 11,25-30) que se deslizó en Mateo, y algunos materiales referentes a Pedro (Jn 1,41-42; 6,68-69; 21,15-17).

Estos paralelos no llevan en absoluto a una tesis tan exagerada como la de Boismard que pretende que Lucas fue el redactor final del cuarto evangelio. Bastaría con suponer que la tradición independiente que subyace a Juan tenía rasgos comunes con las fuentes peculiares de Lucas.

Siguiendo a Brown y a Dodd, en estos apuntes asumiremos la independencia de Juan respecto a los sinópticos y sus fuentes, y la existencia de una tradición histórica independiente que se remite últimamente a testimonios procedentes de testigos oculares diversos de aquellos que respaldan la tradición sinóptica.

Tema VII

El judaísmo de Juan

A) SUPUESTAS INFLUENCIAS DE JUAN

Estudiaremos a continuación el trasfondo cultural del 4Ev. ¿Dentro de qué mundo espiritual surge? Se han dado fundamentalmente tres respuestas:

1. El Gnosticismo

Destacados defensores de esta teoría han sido Bauer y Bultmann. Una parte de la dificultad que plantean está en la misma imprecisión del término gnóstico que se suele usar con significados muy diversos.

En ningún caso podría el 4Ev. ambientarse en el gnosticismo clásico que conocemos a través de los comentarios hostiles de los Padres, porque esta filosofía pertenece al siglo II, cuando el evangelio ya estaba escrito. A lo sumo habría que hablar de un medio pregnóstico, un pre-gnosticismo judío.

El descubrimiento en 1947 en la localidad egipcia de Chenoboskion en una serie de manuscritos coptos del siglo II nos presenta un ambiente cultural en el cual Juan estaría totalmente fuera de lugar (Evangelio de Tomás, Evangelio de la verdad).

Según Bultmann, los Discursos de Revelación que serían una de las fuentes utilizadas en el evangelio, pertenecían a un autor gnóstico; luego fueron cristianizadas por el evangelista. Bultmann desanda el camino y pretende reconstruir la fuente gnóstica tal como sonaría antes de su cristianización. Habría en ella un cierto dualismo, el mito de un redentor, un camino de salvación concebido como gnosis. Bultmann pretendía haber encontrado trazas de este gnosticismo en las Odas de Salomón y en los escritos mandeos, una secta bautista que aún pervive en Mesopotamia.

Aunque puede ser que esta secta haya tenido sus orígenes en Palestina en el siglo I, sin embargo el gnosticismo más que un antecedente del cristianismo, es un fenómeno surgido en el seno del cristianismo. Los elementos que configuran el gnosticismo no se conjuntaron antes de la era cristiana.

La hipótesis gnóstica resulta hoy por hoy frágil e innecesaria en muchos aspectos, ya que podemos encontrar otro humus vital mucho más apropiado para el evangelio de Juan como es el judaísmo palestino del siglo I.

2. El Pensamiento helenístico

No es improbable que el evangelista, siendo un judío palestino, estuviese familiarizado con el pensamiento griego del platonismo filosófico, tal como se nos muestra en el judío Filón de Alejandría. Por supuesto existen paralelos entre Filón y Juan, porque ambos parten del AT, pero a la vez resultan muy distantes, porque no aparece en el 4Ev. la abrumadora matización filosófica de Filón. Si Filón nunca hubiese existido, el 4Ev. no hubiera sido distinto de lo que es.

Hay que tener en cuenta que el helenismo había penetrado profundamente el mundo palestino ya en época de Jesucristo. Toda la literatura intertestamentaria, así como la literatura de Qumrán, está fuertemente teñida de helenismo. Este helenismo ambiental de Palestina ha influido sin duda en el vocabulario y las ideas de Juan, como ya había influido anteriormente en las ideas y el vocabulario del propio Jesús.

3. El Judaísmo palestinense

Las citas del AT (19 citas explícitas), pero sobre todo las continuas alusiones insinuadas a personajes y realidades del AT nos dan un trasfondo netamente judío para el 4Ev. Juan muestra un gran interés en presentar a Jesús como el Mesías prometido en la Escritura (1,45; 5,39.46; 7,42; 12, 13.15).

Son notables las semejanzas con el judaísmo rabínico ortodoxo y con los heterodoxos de Qumrán y otros movimientos bautistas, sobre todo los dualismos: luz-tinieblas, verdad-mentira, espíritu-carne. En cambio no aparece en Qumrán el dualismo juánico entre vida y muerte o abajo y arriba. En conjunto hay estrechos puntos de contacto entre el 4Ev. y Qumrán, pero es difícil probar un préstamo directo de ideas qumránicas. Basta decir que ambos nacen en un humus cultural y espiritual semejante.

B) DESTINATARIOS DEL CUARTO EVANGELIO

1. Apologética frente a los partidarios del Bautista

Es claro el contraste desfavorable que el evangelio establece entre Jesús y el Bautista, que probablemente refleja un medio de la época del evangelista. Nuestros datos relativos a los partidarios del Bautista son muy escasos.

En Hch 18,5-19,7 se nos habla de unos discípulos del Bautista afincados en Éfeso. Según esto el movimiento bautista no sólo seguiría vivo en los años cincuenta, sino que incluso había desbordado el solar palestino y se había establecido también en la diáspora. Las Recognitiones pseudoclementinas del siglo III critican también las pretensiones de estos discípulos del Bautista que predicaban que su maestro y no Jesús había sido el verdadero Mesías.

Es muy verosímil sospechar que algunas de las negativas del 4Ev. sobre el Bautista, pretendían refutar algunas pretensiones de sus partidarios acerca de su maestro. "No era él la luz" (1,8-9); Jesús existía antes que él y era mayor (1,30); Juan no era el Mesías (1,20; 3,28); Juan no realizó ningún milagro (10,41). Los bautismos de Jesús no se situaban en el mismo nivel que los de Juan (4,2). Juan tenía que menguar en presencia de Jesús (3,30).

Sin embargo el 4Ev. respeta la figura del Bautista. ¿Quizás el DA había sido su discípulo antes de conocer a Jesús? Juan fue un enviado de Dios (1,6), para dar a conocer a Israel la presencia de Jesús (1,31; 3,29). Fue uno de los más importantes testigos de Jesús, equiparable a las Escrituras y los milagros (5,31; 40). Era una lámpara que ardía y brillaba (5,35). No era el novio, pero sí el amigo del novio (3,29).

2. Controversia con los judíos

Los pasajes dedicados a los judíos tienen en el 4Ev. un tono polémico y en ocasiones la polémica reviste una gran aspereza (8.44-47.54-55). El término los judíos aparece en el evangelio unas setenta veces en contraste con las cinco o seis de los sinópticos. Salvo unas pocas excepciones el término tiene un carácter peyorativo. Su acepción no es étnica, sino ideológica.

Para algunos comentaristas los judíos son en el 4Ev. las autoridades religiosas, sobre todo las de Jerusalén, que se muestran hostiles a Jesús. Encarnan una estructura de pecado y de resistencia a la gracia. Algunos incluso piensan que las traducciones modernas deberían traducir el término por "autoridades judías" para evitar así dar una impresión de antisemitismo.

Para otros el término "judíos" se refiere a los "judíos de Judea", es decir los habitantes de Judea, en cuanto opuestos a los judíos de Galilea. Se trata de una referencia geográfica y no sería aplicable a todo el pueblo judío en general.

Lo que es claro que Jesús, el evangelista y muchos miembros de la comunidad juánica son étnicamente judíos, y sin embargo no pertenecen al grupo de "los judíos", con lo cual es claro que este nombre no designa un grupo étnico. Los padres del ciego, judíos ellos, temían a "los judíos" (9,29). El paralítico de Betesda, judío él, fue a informar "a los judíos" (5,15).

En Juan han desaparecido muchos de los grupos judíos más importantes: herodianos, saduceos, zelotes, publicanos. En realidad la destrucción del templo ha nivelado al judaísmo. Sólo sobrevivieron los fariseos. Los rabinos de la época de Jesús son los descendientes de los fariseos. Israel, en cambio, sigue siendo un término favorable para el evangelista (1,31.47).

Los primeros cristianos formaban a los ojos de los judíos como una secta más del judaísmo, a quien llamaban los nazarenos. Aunque en ocasiones fueran llevados a la cárcel o perseguidos, pero en general se les permitía asistir a la sinagoga y al Templo junto con los miembros de las otras sectas. A finales de los 50 todavía sabemos que los nazarenos iban al templo y ofrecían sacrificios allí (Hch 21,18s.). Pero después de la destrucción del templo, hacia los años 80 se produjo la excomunión de los nazarenos del seno del judaísmo. Para evitar su participación litúrgica en la sinagoga, a la oración de las Dieciocho Bendiciones se le agregó una más, la número doce contra los herejes, llamada Birkat haMinim. De esa manera si los cristianos judíos querían seguir asistiendo a la sinagoga se verían obligados a pronunciar una maldición contra sí mismos.

Cuando los cristianos de Juan hablan de los judíos sin más precisiones se refieren a la institución judía que estaba excomulgando a los cristianos. Según el 4Ev. la institución judía ha perdido su razón de ser, porque es un judaísmo fallido. Han abandonado al Dios vivo y has dejado de ser Israel. Cuando admitieron por rey al César para librarse de Jesús (19,15) contradijeron los valores más profundos del judaísmo (Jc 8,23; 1 S 8,7; Is 26,13).

Los judíos tienen su ideología grupal: pertenecen al pueblo de los patriarcas (8,37; 4,12); son los depositarios de la ley (19,7; 18,31; 5,39; 7,51-52). Tienen las Escrituras que son para ellos fuente de vida (5,39). Les pertenecen el shabbat y la circuncisión (7,22-23; 5,18; 9,14). Saben que Dios les habla a través de Moisés (9,29). Conocen cómo será el Mesías (7,25-31; 12,34). Tienen sus ordenaciones y criterios concretos (7,51-52; 8,13-19; 11,47-50).

Pues bien, la comunidad juánica va a ir negando una por una estas pretensiones judías, porque no han sido capaces de captar su alcance cristológico. No escuchan a Moisés (5,46-47), no captan el sentido de las Escrituras (5,39-40), ni conocen el significado de Abrahán (8,56-58), ni han entendido las profecías mesiánicas sobre Jesús (2,19-22; 12,15-16). Apelan a la Ley como manifestación de la voluntad de Dios y olvidan que la voluntad de Dios es ante todo creer en Jesús (6,29-40). El que cree en Jesús cumple la Ley. Los judíos no son de Dios (8,47), tienen otro padre que es el diablo (8,44), son de este mundo (8,23).

El 4Ev. no pretende convertir a estos judíos que considera irrecuperables, pero se dirige a los judeocristianos que estaban atravesando en esos momentos una crisis muy fuerte. Probablemente se trata de judeocristianos que viven e la Diáspora y se ven amenazados con la expulsión de la sinagoga. Tienen que optar entre sus exigencias de fe en Jesús y su deseo natural de no abandonar el judaísmo. Juan menciona tres veces la expulsión de la sinagoga (8,11; 12,42; 16,2).

Pero, ¿qué le puede importar al ciego que le expulsen de la sinagoga de los ciegos, cuando él ya ha recuperado la luz? De ahí que el evangelio de Juan se esfuerce continuamente por mostrar a estos judeocristianos que en Jesús conservan todo lo que hay de válido en el AT.

3. Controversia con los herejes cristianos

Una tradición del siglo II afirma que el evangelio se escribió contra Cerinto, un hereje de Asia Menor con tendencias gnósticas. Cerinto habría separado a Jesús de Nazaret, hijo de José, del Cristo que era un eón celeste que descendió sobre Jesús desde el bautismo hasta su muerte. Estas ideas se refutan efectivamente en las cartas de Juan, pero en el evangelio no se tratan.

Otro hereje contra quien se escribió el evangelio pudo haber sido Ebión que atacaba a los cristianos que habían abandonado las prácticas judías. Esto no ha llegado a demostrarse.

Se ha sugerido también que el 4Ev. ataca el docetismo. Sin negar que exista una motivación antidocetista, sin embargo no tiene especial relieve. Para Brown no queda claro en absoluto que el evangelio se haya escrito con la finalidad de refutar a herejes cristianos.

4. Aliento a los cristianos judíos o griegos

En 7,35 se afirma irónicamente que Jesús se va a ir a la Diáspora a predicar a los griegos. El ministerio llega a su culmen en 12,20-21 con los griegos que se acercan a Jesús antes de la Pascua. Los samaritanos proclaman a Jesús salvador del mundo (4,32) y se describen como campo maduro para la cosecha (4,35). En 10,16 Jesús habla de otras ovejas que no son de ese aprisco, y estas palabras se refieren a la conversión de los gentiles, pues Jesús murió no sólo por la nación judía, sino para recoger a los hijos de Dios dispersos (11,52). Quizás las burlas romanas a Jesús tratándolo como rey signifiquen en el contexto de la ironía juánica una anticipación del día en que los romanos creerán en Jesús como rey.

Pero más que paganos o judíos en concreto, el evangelio se dirige a todos: a todo hombre (1,9). Jesús es el cordero que quita el pecado del mundo. Elevado en la cruz atrae hacia sí a todos los hombres (12,32).

La intencionalidad última del evangelio es confirmar a los creyentes en la fe, ya se trate de judíos o de paganos. No está orientado a la conversión de los incrédulos, sino al apoyo de las crisis de la Iglesia creyente.

C) REFERENCIAS BÍBLICAS DE JUAN

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11
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