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Los Golpistas de Mayo

Enviado por walther Gahn


Partes: 1, 2, 3

  1. Introducción
  2. El congreso vecinal del 22 de mayo
  3. La agitación golpista
  4. La llegada de Saavedra (el líder impuesto)
  5. La ambición burguesa aplasta al feudalismo: (que es de igual ambicioso)
  6. Sábado 22: la reunión de los acaudalados
  7. La imposición golpista (la votación)
  8. La reacción realista
  9. La hora de golpe
  10. Arribadas conclusiones
  11. Corrientes historiográficas
  12. La revolución francesa
  13. Feudalismo o capitalismo
  14. Buenos aires contra el interior
  15. Separatista o hispana
  16. La violencia
  17. Plan de operaciones
  18. ¿Quiénes eran los criollos?
  19. ¿Quiénes fueron sus líderes?
  20. ¿Por qué es un golpe de estado?
  21. Conclusión
  22. Bibliografía

Introducción:

"Muy a menudo, casi siempre, callar es también mentir".

Joan Fuster

El intento por dilucidar la historia, es un intento que de muy continuo encontramos en los manuales y libros de Historia. Todos ellos se presentan como abanderados de la verdad, y de hecho lo son, pero de la verdad burguesa.

El propósito de este escrito es poder brindar una visión nueva sobre los acontecimientos ocurridos 200 años atrás en la capital virreinal; visión que se diferencia del resto, porque pretende ser una visión allegada al marxismo. Pero también, a diferencia de los (pocos) compendios marxistas que tratan el tema, invita no solo a la crítica vacía de datos y contenidos, es decir de hechos empíricos, sino que también lleva a la indagación, a profundizar sobre ellos mismos. Una mirada que plantea la duda sobre el hecho en sí, una mirada que sostiene la hipótesis de que Mayo fue un Golpe de Estado, esboza la necesidad de un examen hacia un término demasiado en abuso y consumido con total ligereza, el término Revolución.

Pero a la vez también es una crítica hacia los valores implementados desde todos los tipos de historiografías, que han exaltado la figura de hombres y causas alejadas de los intereses de las grandes mayorías. Valores que fundan una sociedad dividida en clases, y por ende valores de la clase dominante.

Es también, el intento de mostrar todas las verdades, sin censuras ni prohibiciones, "Los Golpistas de Mayo", pretende ser acaso una mirada más, que pueda brindar criticidad al lector y que ésta crítica despierte el interés por la historia, que a la vez es su propia historia.

Pretende, como meta sublime, acaso si muy elevada, desarrollar un compromiso con el saber, con la sociedad, con la trama de una vida que se nos escapa sin poder ver las satisfacciones del espíritu, es decir, poder entablar el debate sobre el Mayo que no supimos conseguir.

Es al fin, revelar los errores del pasado para no volver a cometerlos en el presente, y si nos llegara en suerte la Revolución, que tenga la osadía de sorprendernos a todos por igual.

El congreso vecinal del 22 de Mayo

El día 14 de mayo de 1810 llega a Buenos Aires el lugre de guerra inglés Misletoe (cuando no los ingleses) con periódicos londinenses con alcance al 24 de febrero: por ello se supo que los franceses habían entrado en Sevilla, que los diputados de la Junta Central habían sido corridos por haber querido capitular ante Napoleón. En el lugre venía un mensajero de Strangford, el capitán Manuel Francisco de Miranda, con cartas para los jóvenes alumbrados (¿Otra vez los ingleses?). Las noticias se difunden y la burguesía criolla ve llegada su hora.

Para atenuar sus efectos, el virrey Cisneros ordena el 17 la impresión de un volante (una gaceta) con una copia traducida de la Gaceta de Londres de 16, 17 y 24 de febrero último, referentes a los sucesos de España…Asegura que aún se combate en defensa de Andalucía.

El mismo 17, Cisneros recibe y pese a sus precauciones trascienden más noticias de la dramática situación española llegadas el 13 a Montevideo en la fragata mercante inglesa Juan Paris (¡¿Otra vez los ingleses?!) mencionando la caída de Andalucía en manos de los franceses, menos la península de Cádiz, "defendida por los ingleses".

Nada dice del establecimiento en la Isla de León del Consejo de Regencia, como autoridad central española. Es decir, existía un organismo legal que daba derecho al Estado que pronto iba a ser golpeado. Esto es crucial, ya que el reemplazo del Virrey Cisneros se hizo porque se creyó que no había ninguna autoridad central en la península y no sólo por haber caído la Junta Central que lo había nombrado. Cuando la noticia es conocida (el 2 de junio), el golpe ya era irreversible.

Cabe destacar que todos estos sucesos son producidos días antes que caducara el contrato por el cual los ingleses podían comercializar libremente en el territorio (19 de mayo).

(…)"La Revolución de Mayo fue objeto de las intrigas y maquinaciones de Gran Bretaña. Es un hecho documentado que varios prohombres de la revolución estaban a sueldo de los ingleses"(…)[1]

La Agitación golpista

La intención de manipular y ocultar la información no da resultados al Virrey. Las milicias están exaltadas y cuentan con la mayoría de los criollos pertenecientes todos ellos a la burguesía nativa.

Dos ideas priman en estos grupos, la convicción de defender "los derechos de Fernando VII" era tomar partido por una causa "popular" en España y América, que no significaba depender de la metrópolis pues gobernar en nombre del monarca deseado y ausente era gobernar con independencia de las Juntas o Consejos que pudieran formarse en la península y la de los carlotistas que buscaban una clara independencia protegida por Inglaterra.

El día 18 por la noche se reúnen en el cuartel de las Temporalidades, los jefes y oficiales de Patricios – Chiclana, Viamonte, Díaz Vélez – (Saavedra ausente). Instigados por el ánimo y el clima reinante, se decide la inmediata deposición del Virrey Cisneros valiéndose de los regimientos.

Los carlotistas, Vieytes, Rodríguez Peña, Passo, French, Beruti (Castelli y Belgrano no están en la ciudad), se reúnen en casa de Rodríguez Peña: su preocupación es impedir una revuelta popular que los dejarían al margen de los sucesos. De ellos partió la idea (excluyente) de un "Cabildo Abierto", que no era otra cosa más que la reunión de los grandes hacendados y comerciantes de la ciudad puerto.

La Llegada de Saavedra (el líder impuesto)

Hablado por los carlotistas, Saavedra (que llega el domingo 20) prefiere el "Cabildo Abierto" al golpe planeado por sus amigos del cuerpo de Patricios. Junto con Belgrano va a entrevistar al Alcalde Lezica.

Al mismo tiempo Castelli entrevista al Síndico Leiva para ponerlo del lado de un "Cabildo Abierto". Lezica va hacia el fuerte, donde puede comentar al Virrey la situación. Cisneros pide oír al Síndico, quien explica que un "Cabildo Abierto" donde solo participará la parte "principal y sana" del vecindario "apaciguaría" las ideas violentas. Leiva y Villota debieron aconsejar al virrey que aceptase el "Cabildo Abierto".

Pero las ideas del Virrey eran opuestas a esta reunión de vecinos acaudalados, quería permanecer en el poder hasta tanto se reuniera un Congreso General del Virreinato. Confiaba que el grupo de comandante contuviera el levantamiento. A las siete de la tarde, citó a los jefes de las milicias (verdaderos dueños de la situación), una vez reunidos pregunto si era posible sostenerlo en el mando".

Saavedra responde:

"Él que dio autoridad a V.E. para mandarnos ya no existe, por consiguiente, tampoco V.E. la tiene ya, así es que no cuente con las fuerzas de mi mando para sostenerse".

Sin apoyo de las fuerzas militares, Cisneros debió ceder.

(…) "Sus jefes (militares) fueron los autores y los actores del levantamiento. Y son los jefes los que exigen el Cabildo Abierto."(…)[2]

La ambición burguesa aplasta al feudalismo: (que es de igual ambicioso)

El lunes 21 de mayo (el cuerpo de Patricios) pide la suspensión del Virrey.

Se ve correr hacia el fuerte a unos regidores, creyendo que llevaban la intimidación a Cisneros para dejar el mando. Pero no fue así, debió salir Leiva aclarando que se resolvía por un "Cabildo Abierto". Esto desagradó al grupo que se encontraba en la plaza, quienes pedían la suspensión total del Virrey en su cargo. Los capitulares debieron llamar a Saavedra para que lograse calmar los ánimos.

Finalmente llegó la autorización del Virrey. El Cabildo se encargó de la selecta convocatoria de la "parte principal y sana del vecindario", por 450 invitaciones distribuidas entre jefes y oficiales militares, obispos, comerciantes, propietarios y funcionarios (¿Y el "verdadero" pueblo? ¿La inmensa mayoría de explotados?).

Para que el golpe diera, en tanto sus frutos, el cuerpo de Patricios tomó posesión de las bocacalles y controló la Asamblea. Fue tan efectiva la acción de los cuerpos militares que de 600 invitaciones impresas, solo se distribuyeron 450, de las cuales solo concurrieron al Cabildo 251 personas.

(… )"El cabildo abierto del 22 de mayo reunió a menos de quinientos vecinos y Buenos Aires tenía, en ese momento casi 40.000 habitantes. Es decir que sólo el 1 por ciento de la población participó de aquella trascendental reunión"(…)[3]

(…) "Los hombres de Mayo…no eran partidarios del sufragio universal sino del voto calificado"(…)[4]

Sábado 22: La reunión de los acaudalados

A las 9 de la mañana comenzó a deliberar la Asamblea. La apertura de dicha sesión inició con la lectura de la Proclama redactada por el Sindico Leiva, que aconsejaba no tomar resoluciones hasta que se reuniese un Congreso General del Virreinato.

El primero en pedir la palabra fue el (reaccionario) obispo Lué. Objetó diciendo:

"que no había por qué hacer novedad con el Virrey, y en el caso de quedar España subyugada los españoles que estuviesen en ella debían tomar su mando, que sólo vendrían a manos de los hijos del país cuando ya no quedase un español en él, que mientras hubiese en España un pedazo de tierra mandada por españoles, ese pedazo de tierra debía mandar a las Américas, y sólo después recaería en los españoles de América y finalmente en los americanos". (Es un discurso propio de quien teme perder sus privilegios).

Era la doctrina del centralismo borbónico expuesta en su crudeza colonial.

Castelli pronto a contraponer su idea (como la de algunos criollos) contestó:

"Las Indias pertenecían al Rey y no a España ante la caída de la autoridad en la metrópolis incontestable su derecho a velar por sus seguridad; ¿Debe subrogarse otra autoridad al Virrey, que dependerá de la metrópolis si esta se salva de los franceses, y será independiente si la España queda subyugada?"

Las ideas de Castelli al hablar de independencia, eran imprudentes para el momento, se tardará uso años más para ser oportuna dicha moción.

El Fiscal realista Dr. Manuel Genaro Villota, oponiéndose a Castelli retrucó con un argumento demoledor:

"Tiene razón el Dr. Castelli el Virreinato de Buenos Aires está en el derecho de velar por su seguridad y establecer que el Virrey ha cesado al caducar la autoridad legítima en la península, y designar, por lo tanto, quien lo reemplace… pero he dicho el Virreinato de Buenos Aires y ¿Quiénes somos nosotros, vecinos de la ciudad de Buenos Aires, para resolver lo que compete al Virreinato entero? Nuestras resoluciones no pueden ir más allá de lo puramente municipal, ni trascender los límites del municipio. Esperemos, pues, como lo pide el Sr. Virrey en su proclama, a la reunión de un Congreso General del Virreinato, y disolvamos nuestra reunión vecinal que nada puede ni debe hacer en esta emergencia".

Los argumentos de Villota dejaron sin palabras a los criollos.

Castelli en un intento desesperado lanza al medio del recinto al prestigioso y reconocido abogado Dr. Juan José Passo para que de alguna manera puediera encausar el debate a favor de las ideas librecambistas. El Dr. Passo, tomado por sorpresa comienza de manera astuta elogiando al fiscal realista, mientras ordena sus ideas. Acepto la tesis de Villota, pero… (dice):

"Los vecinos de Buenos Aires no eran todo el virreinato y por lo tanto carecían de derecho para resolver una cuestión de interés general. Pero no siempre se necesita mandato expreso para gestar derechos ajenos. La caída de España era una situación de hecho que no admitía dilatorias, podían aplicarse por analogía las disposiciones de la gestión de negocios ajenos del derecho común. Así como se presupone la voluntad de quien no puede expresarla, por ausente o menor de edad, y se admite que un tercero vele por su derecho sin tener derecho sin tener mandato, debía admitirse que Buenos Aires como capital de Virreinato – hermana mayor en ausencia de las menores – presumiese la voluntad de las otras ciudades y resolviese en gestión de negocios la situación de hecho dela acefalia del gobierno virreinal, sin perjuicio del Congreso de todas las ciudades del virreinato para aprobar o desechar después lo realizado por los porteños".

¿A caso fue el alegato que salvó al golpe? De hecho lo fue, ninguno de los realistas pudo replicar las palabras del Dr. Passo.

La imposición golpista (la votación)

Los realistas intentan jugar su última carta, el voto secreto, pero es rechazado por los cabildantes.

El procedimiento tuvo una larga duración. Cada voto se hacía acercándose al escribano y diciéndolo en voz alta frente al auditorio. La manera que se tomó la votación condicionó a muchos, que se veían intimados por los criollos y la milicia que se había apoderado del momento. La mayoría de los funcionarios públicos votaron a favor del mantenimiento del Virrey, pero la totalidad del recinto sufragó por la deposición del virrey (votos que como dijimos fueron intimados por la maquinaria organizada de la burguesía local).

Los resultados pudieron verse concretamente, ciento sesenta (160) votos por la cesantía del Virrey y reversión de su poder al Cabildo para que designase una Junta (de los cuales 51 de militares, 25 comerciantes, 26 vecinos de calidad, 18 eclesiásticos, 19 abogados, 10 alcaldes de barrio y 2 de hermandad, 6 médicos y 3 escribanos). Se retiraron sin votar 21 personas.

La segunda proposición (en quién debía caer el poder acéfalo) da como respuesta las siguientes cifras: 54 al Virrey acompañado de adjuntos, 152 al Cabildo, 17 votos dispersos (la Brigadier Velazco, al Cabildo en lo político y Saavedra en lo militar, a una junta inmediatamente elegida por el "pueblo", etc.)

En consecuencia, como debía esperarse, el referéndum dio como resultado la caída del Virrey y el deseado poder ahora en manos de la burguesía.

(…) "¿Eso quiere decir que la concurrencia al Cabildo Abierto no fue libre?..

¿Que la votación fue dirigida?" (…)[5]

(…) "la concepción de la patria Argentina, engendrada en aquella noche, tiene todo los pecados de una elección realizada por las vitandas oligarquías de ataño, a saber: poquísima concurrencia de votantes, apenas el 8 % del "padrón", libretas en blanco, votos comprados, presión de la policía, intimidación de los opositores por gentes armadas. Intervención del ejercito, sustitución de suflagantes" (…)[6]

La Reacción Realista

El día miércoles 23 de mayo, el Síndico Leiva conjura la estrategia para retardar los acontecimientos, ganar tiempo y mantener al Virrey en el poder.

Las cavilaciones de Leiva se solucionan transformando la votación en su favor e intentando contentar a todos los bandos; resuelve una Junta presidida por el Virrey e integrada con un representante de cada una de las clases "destacadas" de la ciudad: militares, eclesiásticos, abogados y comerciantes (¿Y los obreros?). Ofrecería al Virrey la presidencia, y a cuatro del partido criollo las vocalías: Saavedra, como la figura de más prestigio dentro de la milicia, representaría a ésta, el presbítero Sola, cura de San Nicolás, al clero, Castelli, el defensor de Paroissien, a los abogados, y el comerciante José Santos Icháurregui, la burguesía.

Es presentada dicha Junta frente a los jefes militares, en busca de su aceptación. El objetivo de dicha consulta no tuvo oposición, los comandantes admitieron la legalidad de la nueva junta.

Los jefes militares (que eran los líderes, por lógica, del golpe) veían en la nueva Junta el mejor resguardo de sus intereses de clase. Sin embargo parte de la burguesía portuaria ve con malos ojos que el Virrey Cisneros detente el poder, conserve su status y mantenga sus honores y sueldo.

La hora de Golpe

La Junta que había sido jurada defender por los jefes militares, encontró descontento en el propio cuerpo. Los cuarteles se mostraron disconformes ante la decisión de sus jefes y exigieron la inmediata caducidad de lo recién pactado.

Chiclana corrió al cuartel de las Temporalidades a encontrarse con el Síndico. Exclamó ante éste, (y ante su asombro) que el Virrey no podía quedar en el mando. Leiva se molestó mucho y ordenó que se retirara a su cuartel.

La "gente principal" no fue a la plaza sino que se dirigió a los cuarteles, donde los batallones 1 y 2 de Patricios se encontraban acuartelados y listos para marchar sobre el fuerte. La misma situación atravesaba los regimientos de Arribeños y Andaluces.

Saavedra es enterado de la situación. Para calmar a los suyos, pide que el Virrey deje el mando de las armas. Cisneros se niega, y pide ante el acuartelamiento la renuncia colectiva, la que en breve será firmada. El plan de Cisneros fracasó. La Junta renunció de pleno.

Arribadas conclusiones

El viernes 25 de mayo, los ánimos estaban exaltados. Capitulares entran al recinto, exclaman que el "pueblo" se encuentra disgustado y en conmoción porque no acepta al Virrey en la junta y menos en el mando de las armas. Los capitulares una vez más buscan el apoyo en la milicia. Estos son llamados por Leiva, recordándoles su defensa anterior. Pero esta vez los militares deciden quitar el apoyo y contestan:

"que no sólo no podían sostener al gobierno, ni aun sostenerse a ellos mismos y menos evitar los insultos que podría hacerse al Exemo Cabildo… que el "pueblo" y la tropa estaban en una terrible fermentación".

Se mandó a comunicar que el insigne presidente de la Junta (ya no se lo trata como Virrey) cesa en el mando…sin protesta alguna para no exasperar los ánimos.

Ahora la parte "principal" del vecindario venía a imponer los nombres de la nueva Junta Gubernativa.

Se presentó la petición para la misma, donde se agregaba el envío de una expedición al Alto Perú pagada con los sueldos del Virrey y de los altos funcionarios.

Presentado el petitorio, Leiva pide que se congregue al pueblo en la plaza…pues el Cabildo debía oír del mismo pueblo si ratificaba el contenido de aquel escrito. Ante la gravedad del asunto salieron los señores al balcón del Cabildo, viendo congregado un exiguo número de personas, el Síndico con ironía pregunta ¿Dónde está el pueblo? (pues es lógico que eran pocos los congregados, ya que los que realizan el levantamiento son la burguesía, es decir un minúsculo grupo social, que de hecho estaba el grueso de su grupo, esperando en los cuarteles militares).

En respuestas se oyeron voces

"que si hasta entonces se había procedido con prudencia, echarían mano de los medios violentos". "Que mandarían tocar generala" (solo los militares podían hacerlo)

Sin poder evadir y abandonado por su suerte, Leiva debió leer el petitorio que será ratificado por los concurrentes.

"convienen que no hay más remedio que ceder a la violencia y nombrar una nueva Junta"

Se procede sin pérdida de tiempo, a instalar la Nueva Junta Gubernativa, porque estrecha y fuerza el momento de extrema conmoción.

La Nueva Junta, (de intereses) estaba compuesta por:

Presidente y Comandante General de Armas:

Teniente Coronel Cornelio Saavedra (Jefe de Patricios)

Vocales:

Doctor Juan José Castelli (abogado)

Licenciado Manuel Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano

Teniente Coronel Miguel de Azcuénaga (militar sin mando de tropas)

Presbítero Manuel Alberti (cura de San Nicolás)

Domingo Matheu (del comercio)

Juan Larrea (del comercio)

Secretarios:

Doctor Juan José Passo (abogado)

Doctor Mariano Moreno (abogado)

Establecida la Junta cabe preguntarnos ¿Dónde están los representantes de la clase obrera, de los peones rurales, de los nativos, en fin de los pobres?

Corrientes Historiográficas

El planteo historiográfico sobre los sucesos de mayo pueden orientarse particularmente en dos grandes líneas, que, aunque de igual sustrato (liberal) plantean el mismo tema de diferente manera.

La primera corriente que aborda la temática es la oficial o conocida como nacionalista, ésta llevada e impulsada por Bartolomé Mitre. Para esta historiografía mayo significó el avance de una clase ilustrada que se hacía con el poder, y que a partir de allí se comenzaba a dar forma al Estado nacional. Este grupo de "iluminados", son entendidos por el mitrismo, como un grupo que representaban las mismas expectativas y los mismos intereses, guiados por un espíritu de unidad patrio, y en cuyo interior prevalecían los más loables valores de la "alta moral".

(…)"El problema de esta obra es que se refiere a intereses en los que prima el comercio y no se detiene a examinar qué demandas se encuentran detrás de estos pedidos librecambistas. Asimismo, identifica estos intereses con los del conjunto de la población"(…)[7]

El sentido de esta historiografía tiene que ver con la construcción del Estado Argentino, para lo cual se necesitaba formar una conciencia nacional, creando hechos y personajes que alcanzan el bronce de la gloria.

(…)"Su objetivo fue presentar las particularidades que proyectaban a la Argentina como una Gran Nación"(…)[8]

A mediados de la década del "80 y "90 esta visión parcializada, llena de héroes y batallas grandilocuentes, comenzó a ser "revisada", surge así una nueva corriente historiográfica que se la denomina revisionista (a mi gusto, revisionismo conservador). Esta nueva mirada sobre el significado y las vicisitudes de Mayo tendrá una postura un poco en desacorde con los hechos empíricos, ya que los sucesos posteriores al 25 de Mayo mostraron todo lo contrario, (por ejemplo 15 años de guerras civiles). Esta corriente plantea la hipótesis de la parálisis de la dialéctica histórica.

Pues para ella, el 25 de Mayo de 1810 fue un día más, donde no ocurrió nada importante, es decir no hubo "revolución" (o golpe) tan solo un traslado de poder, el hecho de crear una Primera Junta de Gobierno queda reducida a una mera trasformación.

(…)"Hay estudiosos para quienes los acontecimientos de esos días carecen de trascendencia, y para fundar esa afirmación se basan en la masa prosa de los documentos que a los sucesos se refieren: las actas capitulares del Cabildo, la Proclama del nuevo gobierno, la Circular de Cisneros a los gobernadores intendentes del interior, etc"(…)[9]

(…)"Agrega ello la crónica respectiva, tan carente de dramáticos relieves revolucionarios que ha hecho de la lluvia y de los paraguas protagonistas importantes"(…)[10]

Estas dos macrolíneas historiográficas pueden encontrar sin embargo su punto en común, ya que ambas niegan la existencia de una lucha de clases en el seno mismo del proceso golpista, ambas exaltan el liberalismo (las dos corrientes son liberales) como modelo económico y como forma de vida.

Ambas corrientes por ende, muestran parcializados los hechos y mistifican hombres, que impulsados por una ideología propia de su clase social implementaron y llevaron a cabo un Golpe que benefició (y aun lo hace) a comerciantes, hacendados latifundistas, eclesiásticos y al propio imperialismo ingles.

La Revolución Francesa

Pareciera malicioso y molesto para algunos sectores, emparentar la revolución burguesa de Francia de 1779 con nuestro Golpe de Estado. Y molesta porque aquel movimiento contra el absolutismo fue violento, ateo y liberal. Pero no debería molestar a nuestra burguesía, porque la violencia fue muy bien encubierta, la religión católica se preservó para el Estado (salvo casos excepcionales como Castelli o Monteagudo, que mostraron disconformidad con el credo) y la implementación del librecambio favoreció como nunca a los comerciantes del puerto y a los grupos terratenientes exportadores.

Al igual que la revolución francesa, donde se engañó a los estamentos más bajos (obreros y campesinos) nuestro Golpe hizo lo suyo una vez en el poder. De tal manera el grueso de las filas del ejército patrio lo formaron los nativos (que habían adquirido la libertad al dejar de servir en mitas y yanaconazgos) y los esclavos, que al incorporarse al ejército obtenían su libertad (para morir en el campo de batalla).

(…)"la liberación indígena constituyó sin duda un arma de guerra necesaria para un ejército que requería hombres y recursos"(…)[11]

Muchos historiadores quisieron negar la influencia de la ilustración, y con ella la similitud de los sucesos acaecidos en la Francia convulsionada. Pero es innegable la íntima relación que tuvieron las ideas de Montesquieu, Rousseau, Diderot, Dalambert, sin olvidarnos de los economistas que tan aclamados serán por la burguesía criolla y exaltados por los "próceres" de la naciente patria, como Quesnay, Smith y Ricardo.

No solo el sustrato ideológico asemeja a nuestra burguesía con la de Francia, ni su trato demagógico con las masas populares (que pronto verán las limitaciones de un golpe que dice ser el custodio amparador de los humildes, pero que a lo largo de la historia demostró todo lo contrario) sino que también se asemeja en que ambas eran una burguesía de mezquinos intereses sectoriales (como toda burguesía).

(…)"La burguesía francesa (y la nuestra, agrego yo) y sus conquistas abrían nuevas oportunidades de negocios para la clase que resultó la gran vencedora de la Revolución Francesa, clase que se las ingenió, a sangre y fuego, para que un proceso revolucionario derivara en un imperio"(…)[12] (imperialismo para nosotros)

Es lógico el actuar de la burguesía portuaria, la historia de Mayo, como no puede ser de otra manera (al existir clases sociales) es la historia de los intereses en pugna, es al fin la historia de la lucha de clases, pero esta lucha la protagonizarán los criollos (burgueses) por un lado (deseosos de conquistar el poder político) contra los señores feudales (comerciantes y hacendados beneficiados por el régimen de monopolio). Esta lucha cumple entonces un fin histórico, esto es acabar con el Antiguo Régimen (feudalismo) y preparar la entrada al sistema capitalista de producción.

Feudalismo o Capitalismo

Los trasfondos económicos fueron también sujetos a constantes análisis y dejaron copiosas muestras de trabajos realizados con el fin de revelar la situación y el estado socioeconómico del Río de la Plata.

Por un lado los historiadores que sostienen la inexistencia de una burguesía, y el predominio de hacendados latifundistas, es decir la negación de un desarrollo capitalista preexistente en el virreinato.

Otros autores, no menos parcializados, hablan de un gran desarrollo del mercado, y con él la formación de una clase que lo sustentaba.

Para esta visión el capitalismo ya se presentaba en forma temprana en la colonia española.

Creemos conveniente tomar estas dos posturas, ya que las dos, entrelazadas, son válidas. Podemos afirmar así que el capitalismo ya se había introducido en el territorio, existía una clase que se beneficiaba de él, tanto en Buenos Aires (gracias al puerto) como en el interior. Industrias de diversa índole surgieron en el virreinato del Río de la Plata; así en Tucumán y Mendoza se construyeron carretas, en Corrientes y en el Paraguay, que tenían abundancia de maderas, existían pequeños astilleros. La industria textil tomó incremento en las provincias del norte y del oeste, con telares, en Cochabamba donde ya había florecido el arte textil incásico, que influyó en los dibujos y en el colorido. También en las Misiones Jesuíticas prosperó esa industria, que era de carácter doméstico. El cultivo de la vid, planta introducida desde Chile a Santiago del Estero, desde donde pasó a la región de Cuyo, dio lugar a la industria vitivinícola, obstaculizada por el gobierno español para evitar la competencia con los productos españoles. Santa Fe con su industria del carbón de leña. En Buenos Aires había saladeros, graserías, fábricas de velas y de jabón, industrias todas derivadas de su riqueza ganadera y además una fábrica de aceite de ballena. En casi todas las provincias, se fabricaban dulces y objetos de plata, como mates, bombillas, mangos de rebenques, hebillas, etc. Esto deja en evidencia la formación de un capitalismo comercial.

De tal manera no podemos ocultar el gran peso de los latifundistas, grandes "señores feudales" que hacían trabajar sus tierras por medio de la mita y la encomienda a una inmensa cantidad de nativos y esclavos, y donde cuya importancia en la toma de decisiones se hacía notar.

La existencia de estos dos modos de producción lleva a plantear un desarrollo combinado del modelo económico dentro de la colonia virreinal.

(…)"España y Portugal crearon en el Nuevo Mundo unas formas económicas de carácter combinado. Fundieron relaciones precapitalistas con relaciones de intercambio, subordinado así las primeras a las exigencias y movimientos del capital comercial"(…)[13]

Pero como en todo proceso capitalista alguien tiene que salir ganando y muchos perdiendo (es propio de su naturaleza) este caso no fue la negación. El golpe trajo aparejado la implementación de un nuevo sistema (de dominación): el liberalismo; este penetro en el interior devastando las economías regionales que se daban precariamente en cada provincia.

(…)"la verdad fue que la política librecambista, en aquel momento histórico, no fue favorable para el interior. Contrariamente Buenos Aires y sus comerciantes vivieron épocas de prosperidad.

El centro fabril de Cochabamba derrumbóse, amenguó totalmente la producción catamarqueña de tejidos, ponchos, bayetones, etc.; la talabartería de Corrientes, los vinos de Mendoza, San Juan y La Rioja; los algodonales de Tucumán; los telares santiagueños, toda la industria de las provincias, salvo honrosas excepciones, decayó súbitamente ante los productos o la manufactura extranjera. Al permitirse la entrada, libre de derechos, del carbón ingles, muere la industria santafesina del carbón de leña."(…)[14]

Este desarrollo desigual, pedirá rendir cuentas a medida que las naciones vayan independizándose de sus antiguos amos e ingresen al mercado mundial bajo las nuevas reglas de juego impuestas por la división internacional del trabajo, división que se encargará de designar a la América toda como simple proveedora de materia prima, insertada en un modelo agroexportador basado en el monocultivo, (tal cual hoy la soja) es decir economías subordinadas y dependientes del capital extranjero. Se adquiere la "libertad política", pero se encadena la economía, es lo que se conoce con el nombre de neocolonialismo.

(…)"Se afirma entonces el proceso de estructuración capitalista del país (y América)… gran productor de alimentos y materias primas para el mercado mundial, gran importador de productos industriales, gran deudor ante los centros financieros del mundo, escasa y deficientemente industrializado"(…)[15]

(…)"Liberada del régimen colonial, América Latina iba a conocer otros colonialismos"(…)[16]

Buenos Aires contra el interior

(…)"Argentino es sinónimo de habitante de Buenos Aires y sus zonas aledañas. El alcance territorial del término se expandió en la medida que se consideró una relación de posesión por parte de la capital virreinal sobre el resto del territorio"(…)[17]

Determinado fruto nace de determinada semilla. El marcado centralismo que caracterizó al Estado Argentino (y aun lo sigue haciendo) tiene sus raíces muy profundas y data desde el inicio del mismo.

El Golpe de Mayo es el avance de una burguesía concentrada geográficamente en la provincia de Buenos Aires. Desde aquel exemo punto del territorio se expandirá, milicias armadas de por medio, hacia todo el interior.

(…)"Este grupo que se considera a sí mismo protector, guía y ejemplo cívico de los demás compatriotas, ejercita, como hemos dicho, las funciones administrativas del Estado. Y en tanto las ejercita con carácter exclusivo y excluyente, la Administración Pública pasa a ser algo de su absoluto dominio. Y es fácil observar una especie de espontánea transferencia de la situación mental de la oligarquía paternalista al plano administrativo, que por extensión, y aún por hábito, trasciende a la esfera del Estado."(…)[18]

Dicho proyecto no será fácilmente acatado por los caudillos de las provincias (estancieros y ganaderos), ni por algunos reductos realistas (como la Banda Oriental o el Alto Perú). Pasarán a la historia con el nombre de focos contrarrevolucionarios (focos contra el liberalismo porteño).

Ésta oposición al nuevo orden que intentaba imponerse, se debe a la ya conocida política centralista y mezquina de Buenos Aires, las oligarquías del interior no eran favorecidas económicamente por el manejo de los porteños, anhelaban una patria federal, que pudiera repartir los beneficios del librecambio (si es que los hay) equitativamente y así engruesar sus propias arcas, y mejorar de alguna manera la situación del interior rezagado por el comercio internacional y la política-económica de la ciudad puerto.

(…)"La oligarquía porteña podía disponer a su antojo de la dirección de la política económica, pues su poderosa palanca eran el puerto y la Aduana de Buenos Aires"(…)[19]

(…)"Mientras Buenos Aires se perfumaba y bailaba el minué, el interior era reducido a la desesperación; diezmados por las guerras de independencia, arruinadas por la invasión de mercaderías británicas y usurpadas sus rentas por la orgullosa metrópolis, las provincias argentinas se replegaron"(…)[20]

El golpe de Mayo nació como el producto de algo maquinado por y desde Buenos Aires. Al ser dirigido y controlado desde Buenos Aires, primarán los intereses de la dictadura del puerto (concepto utilizado por Abelardo Ramos).

Esta situación deja en claro que el interior no se plegaba al Golpe realizado por la oligarquía porteña, deja aun sin más argumentos a quienes pretenden llamar a este episodio caratulándolo y asignándolo como una "Revolución". Pues como dijimos anteriormente, solo el 1% de la población rioplatense participó del movimiento y a esto sumámosle la poca o casi nula aceptación del interior para plegarse a la sedición.

Esta falta de unidad, que lleva con todas sus contradicciones a demostrar que Mayo no fue una causa popular, sino de un minúsculo grupo, desembocará en las cruentas guerras civiles entre unitarios y federales (ambos liberales), que esquematizarán todo el panorama político y económico del siglo XIX tras conquistar el poder la aristocracia europeizada.

En suma Mayo es la imposición de una clase (la burguesía portuaria) sobre las demás, y una imposición de Buenos Aires sobre las restantes provincias.

Separatista o Hispana

¿Cuáles eran realmente las intenciones de los golpistas? ¿Fue Mayo un levantamiento contra España, o más bien lo que intentó fue una mera transformación o reforma política -económica? No es casual que estos interrogantes se planteen doscientos años después. Definir a Mayo como un levantamiento prohispánico, que no pretendía liberarse de la metrópolis, no es una cuestión difícil de lograr. Durante toda la semana de Mayo se hicieron ver los símbolos de unidad para con el rey Fernando VII. Basta con nombrar los carteles que personificaban su imagen, o las cintas que se repartían en la plaza color celeste y blanco (colores que simbolizan y representan a la dinastía borbónica). Y yendo aun más lejos, la llamada "Mascara Fernandina" (término que se acuña para designar todas las acciones que los criollos emprendían, siempre en nombre del rey, que era prisionero del nuevo imperio francés) no era tal mascara, sino las verdaderas intenciones del movimiento, es decir mostrar fidelidad incondicional para con el monarca. Mayo entonces se limitaba a un traspaso de poder, a obtener una autonomía, pero nunca alterar el orden de manera radical.

(…)"…reclamando cambios, pero al mismo tiempo manteniendo la adhesión al rey cautivo a quien adjudicaban tendencias modernizadoras"(…)[21]

Este movimiento conlleva muchos intereses, que logran homogeneizarse, cierto, pero no dejan de ser intereses a veces contrapuestos. Dentro del grupo golpista existieron quienes quisieron seguir siendo una colonia española y se conformaban con la obtención de una autonomía política – económica y quienes no. De hecho, si Mayo fue solo una reforma, no se pueden explicar todo los sucesos posteriores (como la declaración de la independencia en Tucumán el 9 de julio de 1816). Existían dentro de aquel grupo quienes pretendían romper de manera radical los lazos que los unían con la metrópolis, sobre todo porque veían las ventajas que el librecambio traía. Vale aclarar que Mayo no fue un golpe contra España, sino contra los defensores del viejo orden que prevalecían anclados en un tiempo que ya se desvanecía.

(…)"Mayo, que adquiere casi simultáneamente un carácter continental, no fue un levantamiento contra España. ¡Dos Españas había y luchamos con una de ellas contra la otra! No fue para desasirnos de España que Mayo nació, sino para liberarnos juntos del yugo feudal"(…)[22]

La violencia

Afanosamente la burguesía nacional e internacional, ha tratado de ocultar sus raíces, evadiendo a la célebre frase de Karl Marx: "La violencia es la partera de la historia". Todas sus revoluciones (o golpes) fueron producto de intensas luchas violentas en las que donde no dudaron en utilizar la fuerza de las armas para el logro de sus objetivos.

"Dirigentes como San Martin, Belgrano o Mariano Moreno no son el mejor ejemplo de concordia. Los pedagogos que investigaron el período se dedicaron, en realidad, a plantear la desmitificación de los grandes personajes ¿Cuál es la causa de esa paradoja? La incongruencia entre la reivindicación del esfuerzo creador de la sociedad burguesa y la necesidad de evitar una nueva revolución."[23](o golpe)

(…)"Esos ganaderos, terratenientes, tenderos e intelectuales de comienzos del siglo XIX aprenden el manejo de las armas"(…)[24]

Mayo, se presenta en todo los casos, como medida de un tiempo histórico, como la única alternativa válida de aquel momento (pues si existía otra salida los criollos optarían por ella, según los historiadores "pacifistas" que alimentan las fábulas de la burguesía).

Es decir, Mayo fue producto de un contexto y una realidad sociopolítica inalterable (lo cual es cierto) donde los "patriotas" se vieron obligados al uso de las armas, por tanto de ello se deduce que bajo otras circunstancias no lo hubiesen hecho (lo cual es mentira, lo demuestra la historia del capitalismo).¿Por qué?. Porque todos los cambios radicales, necesariamente deben darse por medio de la violencia, históricamente fue así. Y más necesario es cuando esos cambios afectan los modos de producción y provocan la reacción, también violenta, de los defensores retardarios del viejo sistema.

Esto no quiere decir que el uso de la violencia esté justificado, para nada, pero peca de inocente quien piensa que los poderosos de turno cederán el poder sin ofrecer resistencia.

Partes: 1, 2, 3
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