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El concepto de revolución en la consolidación de la república 1796-1830 (página 2)


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En esta etapa a la palabra revolución se le reconoce por el poder para crear estímulos de identificación o de rechazo, muchas divisiones en ambos bandos, existía confusión en algunos y agresividad, en otros que buscaban imponerse, ya sea con los rebeldes revolucionarios o con los promonarquicos que manifestaron su afán de aliarse a los ejércitos realistas, era de relevancia dar estabilización de la voz revolución, su fuerza para transmitir y hacer inteligible la realidad de la liberación, ya sentida en alguna partes más que en otras, .por lo que se enarbolan los símbolos patrios, se realizan ceremonias de iniciación a las filas patrióticas, se deslindan espacios para la confrontación, así también, se comienzan a reconocer a los héroes. Asimismo, los patriotas, mostrando mayor agresividad y confrontación, lo que insinuaba acciones de patriotismo muy enlazadas con la violencia y los resultados que de ella se logran, la reconquista de Caracas por Bolívar, en agosto de 1813 que venía de realizar la campaña de liberación de gran parte del territorio, con la Campaña Admirable, había sido reconocido en Mérida como Libertador y Jefe Supremo que dirige la guerra que continuará con un mayor encarnizamiento.

En todas las circunstancias posibles de la vida durante la guerra a partir de su determinación, con esta dinámica a la vuelta de pocos años se invierten los signos, revolución, dejando de ser el negativo de la lectura histórica, para convertirse en el elemento positivo que determina su objeto y la validez a su análisis. Por ello, estimo que en los momentos embrionarios durante el acontecer del hecho independentista, la heterogeneidad del momento, se hizo presente por la diversidad cultural que algunos de sus representantes exhibió, estando muy influenciado por condiciones externas, como causa que imprime movimiento al hecho revolucionario, tal fue el caso particular de Simón Bolívar, libertador y Jefe supremo.

2.3 LA PALABRA REVOLUCIÓN DURANTE LA TERCERA REPÚBLICA La palabra revolución, su voz y continua repetición con nuevos triunfos que enarbolar y con elevadas dosis de sentimiento patriótico que exhibir, que se refiere en él, lenguaje convencional, en los modos más diversos pero con un significado cada día más claro para unos y para otros, lo dinámico de la revolución, lo frio y lo caliente, está ligado en estos tiempos difíciles al de conspiración, rebeldía y rebelión. En Angostura se instaura la Tercera República, con la batalla de San Félix librada por Manuel Piar en abril de 1817, con el rico territorio de Guayana en manos patriotas y el camino de Oriente libre, con el Orinoco disponible en su vasta extensión, la Republica se asentó en forma definitiva. Tal es el caso, de la acusación de Manuel Piar, siendo este un héroe reciente, se le acusa sin mayor desplantes de "haber proyectado una conspiración para destruir el actual gobierno, y asesinar a los hombres blancos que sirven a la republica" (Proceso al General Piar, 1817)[31], que sin lugar a dudas, permitió después de su ejecución atemorizar y robustecer la autoridad de Bolívar, para emprender la guerra contra el enemigo común, que es directamente el General Morillo. Se llega al año 1819, con el Congreso de Angostura, con muy poca legitimidad, por la poca voluntad de los ayuntamientos más representativos del país, en la reunión del Congreso Constituyente en Angostura, hoy Ciudad Bolívar. Estando realizando Bolívar, su vocación libertaria en su afán de vincular estratégicamente, en función de la lucha, dos antiguas circunscripciones contiguas, pero muy diferenciadas de la monarquía española como el Virreinato de la Nueva Granada y la "antigua" Venezuela, para que, juntas, sendas entidades pudieran política y militarmente alcanzar mejor el cometido[32]Con este discurso se le imprime al concepto revolución una dimensión de democratización con una proyección continental, entramando nuevas articulaciones a partir de las referencias culturales muy heterogéneas de las que forma parte, como revolución americana.

Es de interés notar, como lo refiere Soriano, que él, Congreso de Angostura, es expresivo de la adopción definitiva del tipo constitucional-liberal, coherente con el proyecto de Constitución que Bolívar imaginaba para regir los destinos de Venezuela. Lo cual es del todo inconsistente con el entendido que se le ha dado a la revolución Bolivariana en el Siglo XXI, pareciera que existe una intencionalidad oculta de tergiversar el profundo sentir liberal del libertador, quien reconoce a la revolución en una forma de sincretismo republicano, como una vía posible para restablecer la gobernabilidad, cuando esta no cumpla o se haya desviado de los propósitos esenciales para la cual se convino, como condición del pacto nacional. De allí, la significación de la revolución como "una mudanza brusca en la forma de gobierno", concepto muy presente en toda nuestra vida republicana hasta la actualidad, para lo cual la guerra y la participación en la misma, en letras de Castro Leiva (1990:102) "ser virtuoso, en el hacer de la revolución significa ser héroe" siendo la guerra el escenario apropiado para mostrar que "solo el sacrificio y la muerte persuaden absolutamente"; la expresión "el arte de hacer una revolución feliz", su felicidad e infelicidad está en relación fortuita más sobre la probabilidad de una casualidad-maquinada por instigadores- que en una causalidad resultante de un devenir irresoluble.

Con la voz revolución entonada por los ejércitos patriotas, como la chispa de la independencia y el desenlace de la guerra como un resultado plausible, se logra de forma sistemática la independencia de España, Con tres formas muy evidentes de concebir a la revolución. La primera, revolución asociada con la destrucción de los vestigios de la monarquía, y el anticlericalismo, por el rol que representó la iglesia como instrumento y sustento de la dominación para el régimen colonial. Por otra parte, el peligro que podría significar en nuestro territorio se hiciera presente los efectos expansivos de la anarquía como ocurrió en Francia. La segunda, se invoca la modalidad de revolución referida a la legítima defensa, frente al yugo opresor que se intentaba imponer, para lo cual era indispensable reafirmar la fidelidad monárquica. Sin embargo también se puede apreciar una tercera línea de conducta, con respecto al momento histórico y a la aplicación extendida del término, revolución falsa, sin compromiso, que aún hoy se hace presente en nuestras realidades políticas, es la de los indecisos, los no convencidos, de la elite criolla y mantuanos, que reclaman la mayor de las cautelas, invoca a la prudencia en los actos, ante los acontecimientos previsibles por venir.

2.4 LA PALABRA REVOLUCIÓN DURANTE LA CUARTA REPÚBLICA Durante este periodo, de la cuarta República, la palabra revolución, sufrió una mutación semántica, ante la necesidad de justificar la violencia y el horror provocado por la guerra, requiriendo ahora estabilidad para la implantación de la republica sobre bases sólidas y de carácter democráticas en favor de la gobernabilidad y la permanencia. La revolución se oculta ante la relativa paz y pacificación del territorio, queda reservada a los grupos insurgentes dentro de las filas del ejército, oficial o de montoneras[33]que mostrara sus disconformidades con la línea de mando o sus superiores invocando la revolución como una manera de hacer notar su conducta insurreccional ante el orden legitimo establecido y es una conducta recurrente en nuestra vida republicana sin haberse logrado los fines legítimos propuestos una vez superada la guerra.

. El triunfo de Bolívar, primeramente en Boyacá en 1819 con la libertad de Nueva Granada, la constituyente en Cúcuta, se inicia un período de convivencia política de estas regiones, la antigua Venezuela y el Virreinato de la Nueva Granada, ahora en su proceso de cambios en lo jurídico, para convertirse en la Gran Colombia, todo lo que su integración y conformación por los problemas de concurrencia de poderes, comunicación y organización que ello supondría para lograr finalmente la integración. Adicionalmente, con la victoria republicana en Carabobo, el 24 de junio de 1821, se sella la libertad y se consolida conforme a la Constitución de 1819, reformulada en Cúcuta, por lo que Venezuela era uno de sus departamentos. Lo que provocó la convivencia simultánea, como lo refiere Soriano, de tres tipos de legitimidad: el tradicional en las municipalidades, carisma en los caudillos y racional legal otorgado por la Constitución en los cargos político-administrativo, con el agravante de una incipiente e improvisada burocracia. Tales condiciones contradictorias produjeron momentos de crisis políticas cruciales para la región, que tendrán severas implicaciones al concepto revolución en nuestro país en el periodo 1821-1830. El primero, es el asunto de la "Cosiata" cuya expresión popular como farsa teatral "la cosa", "lo que pasaba", devino en transformaciones del lenguaje en "La Cosiata" (cosa sin importancia) o revolución de los morrocoyes. El movimiento estalló en Valencia el 30 de abril de 1826, acaudillado Constitución de Cúcuta[34]y romper con la sujeción a las autoridades de Bogotá, pero su efecto fue el separar a Venezuela de la Gran Colombia. Lo segundo, es la manifestación de los personalismos representados en bolivarianos, paecistas, santanderistas y otros que emergían ante el transito institucional y la ausencia de un "orden nuevo" como refiriera Bolívar en carta a Daniel Florencio O`Leary fechada en Guayaquil el 13 de septiembre de 1829, "Los hombres y las cosas gritan por la separación, porque la desazón de cada uno compone la inquietud general. Últimamente, la España misma ha dejado de amenazarnos; lo que ha confirmado más y más que la reunión no es ya necesaria, no habiendo tenida esta otro fin que la de concentración de fuerzas contra la metrópoli." Pero ello resultó como una demostración de la ambición y el protagonismo por encima de cualquier otra razón subordinada, hecho contrario también al espíritu y sentir republicano. Según el sentir de sectores federalistas, la Constitución de 1811 es "la única que ha sido formada con arreglo a principios de los gobiernos representativos" (Blanco y Azpúrua, 1977, VIII, 236). Lo que era una manifestación de la diversidad de visiones y lenguajes ya existente, entre los sectores civiles y militares, actores que se habían distanciados por el personalismos y la existencia de reductos capaces de aliarse con "godos americanos para tramar una insensata contrarrevolución" (el Correo Nacional, nº 3, 23- VIII-1821), representativo de la poca unidad alcanzada, con la revolución, por el afán de protagonismo políticos de los sectores que sobrevivieron a la guerra y se aprovecharon de los efectos provocados, -desorden, tumulto, desolación- por la ausencia de una visión colectiva compartida, con el ser republicano que se integra, en la construcción del bienestar general de la colectividad. Los personalismos han persistido de manera recurrente en nuestra historia intelectual, continua negando la esencia republicana, de allí el alerta de Santander a Bolívar, en su carta, señalando que los cambios en la Constitución, hechos de cualquier modo, la vician en sus fundamentos, "y este vicio constantemente servirá de argumento a los descontentos y facciosos para subvertir el orden establecido" (Carta de Santander a Bolívar, 21-IX-1826, O´Leary, 1981, t.3, 293) condición por demás reveladora de las apetencias de los sectores con los que está identificados A ese respecto es emblemático el comportamiento de Páez, al no admitir en mayo, las acusaciones de que era objeto desde Bogotá, esgrimiendo la responsabilidad de otros en las acciones separatistas y le hace manifiesto a Bolívar su aborrecimiento al desempeño del mando, el cual dice tuvo que tomar y ponerse a la cabeza de la revolución para evitar la anarquía. Manteniendo entendida la rivalidad manifiesta, entrego el mando como Comandante General, a su acusador Juan de Escalona, pero se declaró de inmediato, durante el mes de abril, en franca rebelión, la agitación se extendió por toda la ciudad carabobeña, sucediéndose revueltas "al ídolo se le arrancó de cuajo de su casa, lo cargo la multitud en hombros, lo llevo hasta la municipalidad y lo instalo en su trono para que desde ese día mandara, como en efecto mandó, porque el ilustre Concejo de Valencia, "considerando inevitable el suceso, y coincidiendo con la voluntad general del pueblo, determinó: que su Excelencia reasumiese el mando". La municipalidad de Caracas en sesión multitudinaria del 5 de mayo de 1826 apoya el pronunciamiento de Valencia. El 14 de mayo de 1826, Páez prestó juramento ante el gobernador Fernando Peñalver "por Dios y los Santos Evangelios, ofreciendo guardar y hacer guardar las leyes establecidas, con condición de no obedecer las nuevas órdenes del gobierno de Bogotá". Posteriormente, con la Convención de Ocaña quedó manifiesto el personalismo de Bolívar mientras no se habían resuelto los problemas y quedaban pendientes asuntos como la federación o la confederación, la monarquía o la república, fue un fracaso y no se logró mantener la unidad.

Separada la "antigua Venezuela" se produce la convocatoria al Congreso Constituyente de Valencia" que se reunirá desde mayo hasta septiembre y Páez manda un mensaje al congreso preguntando: ¿qué diría el mundo al ver continuar esa cadena de revoluciones que hemos sustituido al de la esclavitud? Y al respecto clama "! Venezolanos! No más actas: no más pronunciamientos: no más que obediencia al soberano Congreso. La obediencia y el tiempo son los bálsamos de la patria". Posición que sienta una línea sobre el entendido de la revolución como inconveniente para un país que esta sediento de paz y sosiego. Seguidamente, el 24 de marzo de 1831, Páez se convierte en el primer presidente del periodo que han dado por llamar Cuarta República, sin haberse superado las diferencias provocadas que alimentaron todas las revoluciones anteriores, fue muy difícil establecer una estabilidad que penduleaba entre personalismo e institucionalización, constantes amenazas a la integridad y vigencia del orden civil, se planteaba la transformación de una sociedad tan heterogénea y compleja, desde sus instituciones hasta sus mentalidades, en un lapso muy breve con muy limitados recursos para superar las contradicciones surgidas y recrudecidas por la guerra cuyos recuerdos están aún muy vivos en la memoria de las gentes. De allí que, según Soriano[35]después de 1830, la historia nacional, cotidiana de la vida pública, se convirtió en la contradicción instalada entre el anhelo de existir al hilo de los tiempos y las carencias, desamparo y menesterosidad de todo tipo para lograrlo. La primera era como entre tanta variedad y complejidad instalar de manera exitosa la formula política liberal ya ensayada en contextos del nuevo y del viejo continente.

La idea de la Republica se manifiesta por el lenguaje ético que exalta las virtudes cívicas (sacrificio, dominio de las penurias, frugalidad, interés colectivo por encima del personal), condena la ambición y el egoísmo, la imagina como el único espacio posible para la realización de la comunidad política virtuosa en libertad y como el medio de evitar el despotismo y la usurpación, para lo cual el elemento federal pasa a constituirse en el elemento capital. De allí que era necesario construir el contractualismo mínimo indispensable, para asegurarse la gobernabilidad, lo cual en historia ha sido un desafío y creo una vez considerado la fuerza del uso del término para provocar cambios, pero que viene después. Estimo que el cambio verdadero en Venezuela no será posible con la revolución como siempre lo ha sido la causal de la presente confrontación entre el oficialismo y la oposición.

Ya para finalizar, traigo a colación, a la profesora Soriano, Señala la autora, que el ejercicio del poder personal ha sido una realidad y una práctica en nuestro país, siempre producida y relacionada con una débil relación inversamente proporcional a los procesos de "institucionalización" A mayor institucionalidad, menos personalismo y viceversa. En 1868 Cecilio Acosta, fijó su posición ante el afán de convertir a la revolución en un medio efectista, para resolver en corto tiempo, lo que las ideas exigen años o siglos para su construcción, de cuyo concepto, cualquiera con afán de poder, puede asirse para el ejercicio personalista. Al respecto, el autor señala que las revoluciones destruyen y atrasan. A nada viene que sean a veces providenciales, y a veces de derecho. Su signo es en realidad la barbarie, y la sociedad que se apoya en la misma "se barbariza", de allí nace el dilema, que para Cecilio Acosta habían provocado las reiteradas acciones revolucionarias, Si la sociedad política "no adopta como sistema de vida la discusión pacifica del derecho, y el ejercicio regular de los usos republicanos, va a desacreditar la democracia". Adicionalmente, refiere que se debe condenar toda revolución cuyo fin sea conseguir por ella lo que no se puede en paz.

[1] Elena Plaza (La comprensión política en perspectiva histórica del 19 de abril de 181) Revista Politeia, Nº 43, vol. 32. Institutos de estudios políticos, UCV, 2009, pp. 1:30La Capitanía General de Venezuela fue creada en 1777, durante el reinado de Carlos III (1758-1788) en un proceso de integración político territorial que concluye en 1804, la Capitanía General <>, era un territorio integrado por necesidades militares, independiente de las delimitaciones gubernativas, judiciales o hacendísticas de la monarquía española en sus dominios ultramarinos y dependiente directamente del Consejo de Indias (Barrientos Grandón, 206). El capitán general era la máxima autoridad política y militar, por lo cual tenía a su cargo el ramo de guerra, es decir la seguridad y defensa del territorio bajo su mando.

[2] Pedro Grases (1983), en Los Libertadores de Venezuela. Coordinado por Ramón J. Velásquez, .Meneven, filial de petróleos de Venezuela s.a.

[3] Juan Carlos Reyes (2009), El proceso de unificación de la Nación Venezolana. Tierra Nuestra: 1498-2009. Fundación Venezuela Positiva. 128-143

[4] Marcus Llague (2008), “Historia de las Ideas Políticas.” Un Tejido de discursos Políticos. Oldenbourg Verlag, München. Es de importancia la comprensión de la Historia de las ideas políticas en términos amplios, al concebirla como Archivo y Arsenal del pensamiento. Como Archivo transmite los contenidos del pensamiento político de los últimos 2400 años, como Arsenal pone a disposición un fondo de argumentos, ideas y modelos de la política.

[5] Pocock, J. C. A. (1981), La reconstrucción del discurso, a través de la historiografía del pensamiento político (John Hopkins University Press) p.4 y Skinner Quentin (1989), Language and political change. Conceptual change and political innovation, Cambridge p.6-23

[6] Koselleck, R. (1979). Futuro pasado, p. 343. Citado por Conrad Vilanou (2006) Historia Conceptual e Historia Intelectual. Ars Brevis 2006. P.176

[7] Como lo refiere Vilanou, al referir Koselleck, bajo la influencia de Martin Heidegger y Carl Schmitt, Koselleck, formula cinco categorías bipolares de pares antitéticos, que tras el planteamiento heideggeriano del Ser para la muerte genera el binomio “tener que morir” y “poder matar”, Koselleck detecta otra oposición propuesta por Schmitt de “amigo” y “enemigo”. También recibe la influencia de Goethe y Hannah Arendt, “padres” e “hijos”, “alternancia de generaciones”, “las tensiones entre arriba y abajo” así como “las tensiones entre lo interno y lo externo”, o bien entre “lo secreto y lo público”, siguen siendo constitutivas de la formación del desarrollo y de las eficacias de las historias. P. 177

[8] Michel Foucault (1979), la Arqueología de Saber, (6ª edición). Cultura libre, Siglo XXI editores, s.a. Madrid. Pp. 105-127

[9] Ezio Serrano Páez. Revolución (1770-1870), Venezuela-Iberconceptos II. Universidad Simón Bolívar.

[10] Es de interés acotar, de manera particular que Thomas Hobbes escribió su obra De Cive, en Paris en el año 1642, en su auto destierro, la cual está dirigida a determinar los derechos de los Estados y los deberes de los súbditos, acuñando el termino de libertas, “libertad” como un estadio pre-social del género Humano, asignándole una adjetivación negativa para la convivencia pacífica, lo cual era plausible para el régimen monárquico, objeto de la controversia y la ruptura. Ver: De Cive., Alianza Editorial, Madrid, 2010.

[11] A este respecto es recomendable la lectura de Graciela Soriano de García Pelayo, “aspectos Fundamentales para nuevas perspectivas de la historia en Venezuela”. En 12 textos fundamentales de la Ciencia Política Venezolana. 40º Aniversario del Instituto de Estudios Políticos, Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas, UCV, Caracas, 1999.

[12] A este respecto, es relevante traer a consideración la referencia que hace Marcus Llanque, al referir el objeto de la Historia de las Ideas Políticas (arqueología histórica-intelectual) y sus comentarios sobre la lógica de las ciencias morales en John Stuart Mill, en contraste a las ciencias naturales. Moral quiere decir tanto costumbres como usos y el proceso de interpretación intelectual que incide en su comprensión. A ello también, vale observar, pertenecen todas las formas de comportamiento canalizadas por las instituciones, que bajo el nivel de textos constitucionales y la repartición de influencia política rigen el comportamiento de los hombres (Foucault 2004)

[13] Beltrand de Jouvenel 2001, Sobre el Poder, Libro V. El poder cambia de aspecto pero no de naturaleza. Cap. XII, Pp. 297-303, sobre las revoluciones. Señala el autor que como regla general la revolución liquida la debilidad y engendran la fuerza. El encanto especial de toda revolución en sus inicios es prometedor para los sueños insatisfechos, los intereses pisoteados, las ambiciones frustradas. Todo se reparará, se satisfará, se cumplirá- en ese lirismo se busca el significado de movimiento-. Pp. 297-303.

[14] Luis Castro Leiva (1990), “El Arte de hacer una Revolución Feliz” Citado por Ezio Serrano. P.2, la regeneración a la que alude el autor, requería el conocimiento de otras experiencias revolucionarias, pues “además de haber quitado un sinfín de errores y preocupaciones, que subsistían sobre el particular, suministran los medios de lograr un pronto y feliz éxito”. De modo que, además de la motivación originada en la maldad de los reyes ensañados con estas provincias, también se tiene la experiencia de las otras naciones.

[15] Se menciona como categoría de los tiempos históricos, sugerida por Reinhart Koselleck, en la observación de la dimensión diacrónica propia del concepto, en tanto que la dimensión sincrónica, se habla y está presente en el léxico actual de los parlantes en relación a lo conceptos relacionados, que no todas las veces es consistente con su intención. La temporalidad en varias dimensiones. En La historia de los conceptos de Reinhart Koselleck (2010). José Javier Blanco (2012). Revista POLITEIA, Nº 49, Vol. 35. Institutos de Estudios Políticos, UCV, 2012.

[16] Geeraerts 1993, citado por Jorge Fernández Jaén, en “Breve Historia de la Semántica Histórica”, Universidad de Alicante.

[17] Alfonso Rumazo González (1983), Francisco de Miranda (1750-1816). Los libertadores de Venezuela Coordinado por Ramón J Velásquez. Meneven Petróleos de Venezuela. P.41-49

[18] Ezio Serrano Páez, op. Cit. p. 3

[19] El desafío de la Historia “Miranda una vida universal” año 1, Numero 1, caracas.

[20] Elena Plaza op. Cit., pp. 1:30

[21] Antonio Annino, El paradigma y la disputa. Notas para una genealogía de la cuestión liberal en México y América hispana, www.foroiberoideas.com 2006 p.14, así mismo, Cristóbal de Mendoza, Francisco Javier Yánez y Antonio Leocadio Guzmán (1826), Colección de documentos relativos a la vida pública del Libertador de Colombia y del Perú, Simón Bolívar, para servir a la historia de la independencia de Suramérica. Mariantonia Palacios (2000), Noticias musicales en los cronistas de la Venezuela de los siglos XVI y XVIII. Arturo Barrios (1936) en memorias de mi pueblo. German Carrera Damas (1964), Cuestiones de historiografía Venezolana. Pedro Grases (1982), Venezuela, identidad y ruptura. Francisco Herrera Luque (1979), los Amos del Valle, tomo I y II. Vallenilla Lanz (1991), “Disgregación e integración” en cesarismo democrático y otros textos. Además de las Actas, Proclamas, Eventos y Crónicas de los Libertadores. Es el caso del Archivo de Miranda, constituido por manuscritos, impresos y mapas que el prócer recolecto desde su llegada a Europa, organizado y empastado por el propio Miranda en 1805, a la caída de la primera república es puesto a salvo por Antoine Leleux en la goleta Sapphire con, destino a Curazao en donde es confiscado por el gobernador de la isla y lo envía a Lord Bathurst en Londres ministro inglés de Guerra y Colonias. En 1926, Caracciolo Parra Pérez lo descubre y el Gobierno de Juan Vicente Gómez compra el archivo que fue trasladado a la Academia Nacional de la Historia. En la actualidad se encuentra digitalizado los 63 volúmenes en 70 DVD

[22] Esteban De Gorí (2010), “Despotismo: narración de los patriotas.” El tiempo, la política y la historia. Universidad nacional de General Sarmiento. Buenos Aires, Argentina. P. 127

[23] Elena Plaza (2010), la comprensión política en perspectiva histórica del 19 de abril de 1810. Politeia Revista de Ciencias Políticas Nº 43, FCJP, UCV, Carcas. P.5

[24] Citado por Elena Plaza, Op. Cit P. 5. Barrientos Grandón, 2004:206

[25] Ezio Serrano, op. Cit….p. 4

[26] Poder legislativo Pasado, presente y futuro. Comisión Legislativa Nacional, Agosto de 2000.

[27] Carole Leal Curiel (2008), en su ensayo Republicanismo en el imaginario Venezolano.

[28] Eduardo Blanco, 1971, Venezuela Heroica. Ministerio de Educación, Dirección de Publicaciones. Caracas. P.19

[29] Poder legislativo Pasado, presente y futuro. Op. Cit.,..p.23

[30] Graciela Soriano de García Pelayo (2009), “De 1810 a 2010: variables conceptuales paradigmáticas en la Historia de Venezuela.” Revista Politeia, Nº 43, Vol. 32. Instituto de Estudios Políticos, UCV, 2009:31-63

[31] Ezio Serrano, op. Cit…, p.9. Es interés comentar el contenido racista de la redacción de la sentencia que permite, en el análisis semántico del discurso, dar sentido de respuesta a las cogniciones sociales subyacentes en la época, como estrategias de interacción excluyentes. Ver al respecto Teun A. van Dijk (2003), Racismo y discurso de las elites. Gedisa Editorial. Barcelona.

[32] Graciela Soriano, op. Cit…, p. 43

[33] “Academia Militar de Venezuela” término acuñado en la Guerra Federal o guerra de cinco años, que confrontaron los oficiales formados académicamente con los oficiales de “montonera” formaciones castrenses improvisadas de la época, multitudes cuasi-ordenadas en torno a un caudillo (militar), que les da una promesa sobre la acción combativa y táctica de lucha contra un enemigo común que hay que eliminar, los conflictos entre las montoneras de los “partidos” (bolivarianos, paecistas, santanderistas, otros) resultantes del personalismo de los jefes. Hoy encontramos páginas en Internet cuya referencia a las montoneras, refieren proyectos de acción de la revolución Bolivariana que incluyen a las comunidades, a los militares y a amplios sectores invocando la lucha antimperialista, haciendo una clara manifestación de la antipolítica. Consultado 12 septiembre de 2014, en es.wikipedia.org/wiki/Academia_militar_de_Venezuela

[34] La Constitución de Cúcuta causo malestar entre los venezolanos, y fue jurada en Caracas bajo protesta por la municipalidad. Santander en la vicepresidencia de la República, y la escogencia de Bogotá como capital, fueron también puntos de discordia. En Venezuela, pues, se veía con disgusto una unión con los granadinos que en nada favorecía. Ver al respecto por mayor detalle en Poder Legislativo: Pasado, presente y futuro. Comisión Legislativa Nacional, Caracas, agosto de 2000.

[35] Graciela Soriano (2009), Op. Cit., p.45

[36] J.G.A. Pocock (1981), la reconstrucción del discurso. (A través de la historiografía del pensamiento político). Johns Hopkins University Press. Vol. 96. Pp. 956-980. El autor como lo refiere José Javier Blanco (2012), apuesta por el carácter constitutivo de la realidad que tiene el lenguaje, el poder que contiene la acción y la creatividad humana en el cambio lingüístico e histórico.

[37] Koselleck introduce categorías combinadas con dimensiones temporales, que nos hablan de la duración y pervivencia de una noción (presente-pasado y futuro-presente), que podría representar una necesidad una expectativa o un deseo, en las que se reproducen y permanecen. Con la categoría de cambio se refiere a la relación entre la dimensión (pasado-pasado y presente-pasado o entre futuro-pasado y pasado presente) y la categoría de unicidad como la sucesión de cada presente pensable con los pasados y futuros cambiantes. En José Javier Blanco, Op. Cit. Pp.12-15

Conclusiones

1.- No existen dudas que el concepto de revolución presenta un desplazamiento en el tiempo en nuestra historia de las ideas y en el pensamiento político nacional, con el referente de su significación para la construcción del proceso de emancipación o también la guerra de independencia, con un ideal de la república como forma de Estado en la que se privilegia al ciudadano por encima de cualquier otro valor, pero permanecieron de modo sutil, los modelos de las instituciones coloniales como es el caso de la preminencia militar que ha permanecido subyacente, que es imagen del rol de la Capitanía General de Venezuela y ha tenido elevada connotación revolucionaria a través de nuestra historia, en teoría dice proteger a la Republica, pero en la práctica y en su recurrencia histórica niega la razón de ser de la misma. En tal sentido, puedo apreciar como en ese momento el término revolución, por una parte, en atención a Koselleck se puede apreciar un elevado grado de politización del concepto desde la sociedad de aquel entonces, provocando la fatal división de amigo-enemigo, por la heterogeneidad étnica presente y la ausencia de coincidencia en la conformación originaria de la República, de subordinación de los poderes al poder civil, como se planteó en la Constitución de 1811, hecho este que hoy nos agobia. Por la otra parte, coincido con Pocock, en la reconstrucción del discurso, cuando indica que el orador y el interlocutor se encuentran en una relación íntima, cerrada, confidente, similar a la relación definida por Aristóteles entre dos ciudadanos en la Polis "de normar y estar normado" mediante el lenguaje y su interlocutor, se genera una relación de poder, los actos de uno tienen el poder de modificar el acto del otro, como una relación dinámica en el seno de la polis, de allí que surge el principio de vernos y oírnos como hombres y mujeres políticos, y el impacto que ello representa para la gobernabilidad. En Venezuela por el contrario ha existido y persiste la idea de la revolución en la cual se ha subordinado casi por completo el poder civil, a la egida y regencia de estilo autoritario, hoy más que nunca permanece y es del todo evidente en mi opinión, la imagen de la compostura de la Capitanía General de Venezuela.

2.- La palabra y la connotación semántica de la revolución, tal como ha sido aplicada en nuestra historia republicana, con sus matizaciones en cada época, resultado de la generatividad en su desplazamiento y mutación, representa una dinámica de poder, que en el ámbito generacional es escondida o develada, según la oportunidad de invocar valores individualistas o grupales según la conveniencia y oportunidad, el asunto de lo tuyo y de lo mío adquiere consistencia, amigo enemigo, que provoca, según en los contextos donde se aplique, podría producir implicaciones prácticas, cuyas manifestaciones pueden variar en grado desde una reprobación en contrario hasta objetivarse en actuaciones violentas del que hacer revolucionario, resultantes a mi entender del resultados de las cogniciones subyacentes en nuestras pasiones y seudo-comprensiones y no como el resultado de un proceso racional elaborado, en atención que su cometido en nuestra historia a supuesto tremendos retrocesos con respecto al estado superior alcanzado en los tiempos previos a las revoluciones y su sus efectos.

3.- La lucha entre democracia y socialismo, así como la recurrencia del factor militar disputándose el hecho político, como heredad a sabiendas del compromiso, es de máxima relevancia en la comprensión de la complejidad del asunto político, presente ante el hecho revolucionario históricamente distorsionado, ameritando una cultura política de mayor nivel que integre e incluya al máximo de componentes posibles en la política, su formulación y gerenciación que valore y promueva la vida, la paz, la abundancia el desarrollo y no lo contrario en favor de ideales mezquinos, cuando en esta tierra nacimos todos libres e idénticos, se fomente y valore al ciudadano por encima de cualquier otro valor y se saneen las relaciones políticas entre civiles y militares, quienes atiendan a su profesionalización por encima de cualquier vocación de poder, consciente de esa jugosa tentación, implantando como en todas partes controles civiles objetivos entre los poderes públicos, y en el desempeño militar para que exista un contrapeso real entre los poderes y se evítenla subordinación y la concentración propio de los excesos del poder, que no deben existir por ninguna razón en democracia promoviendo la participación y el protagonismo ciudadano.

4.- Después de los sucesivos contextos en los que el concepto Revolución ha sido empleado, y su potencial efectividad de uso en la contemporaneidad y en el presente han producido resultados similares al pasado, sin embargo, como una consecuencia de la pragmática sus efectos en términos de los deseado, son cada vez más distantes, en parte, como resultado de su repetibilidad y por la otra, de su generatividad, como una sucesión del concepto en usos o desusos, entre una generación y la siguiente, La idea de revolución se apropió de las mentes de todo político de la época, mediante su oratoria y su escritura[36]en un momento que lo urgía para la liberación del reinado de España, siendo común su mención en proclamas, comunicados, actas de la independencia y como patriota mentarla era de gran significación y orgullo. De allí, que sus efectos perduren como nunca antes, como presente-pasado[37]que en mi opinión están muy resonantes en la causación para algunos sectores de la vida nacional, sin sentido alguno, del acontecer de la Venezuela en el Siglo XXI, hecho este recurrente en nuestro presente.

5.- La constante histórica, de resemantización de la revolución, como un modo de pensar y hablar, que dieron lugar a modos de usos tales como "son terribles", "son calamidades" pero de manera contraria también se le atribuye "obran para bien" "son indispensables" "tienen principio y pueden terminar bien" en "buen vivir" ese sentido la predicación revolucionario puede ser un lugar común, en el cual puede ser redefinido, a partir de la perspectiva como se trate, sea Ud. liberal o sea revolucionario, lo que sí es bien cierto, sobre la historia de nuestro país se han alternado ambas posturas, en la conducción de la salida que la personalidad del momento marque, la tragedia del personalismo en la Hispanoamérica del Siglo XIX y presenta aun en nuestro país es una razón contundente para la reflexión.

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REVISTA EL DESAFIO DE LA HISTORIA nº 1 año 1; nº 16 año 3; nº 35 año 5

 

Universidad Centra de Venezuela Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas Centro de Estudios de Postgrado Doctorado en Ciencias mención Ciencias Políticas Prof. Dr. José Javier Blanco Rivero Seminario: la historia de las ideas como problema I semestre 2014 Título de la tésis doctoral:

Sistema electoral y democracia en venezuela: El concepto de revolución en la consolidación de la república 1796-1830 Línea de investigación: Historia intelectual y teoría política Fecha: Abril 2014 – Octubre 2014

 

 

Autor:

Ángel Arístides Pérez Herrera

Lic. Estudios Políticos y Administrativos – CI: 3.957.713

Partes: 1, 2
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