Desafortunadamente, antes de que la población en general tuviera la oportunidad de hacerse estas preguntas, alguien descubrió que los sistemas de creencias eran valiosos. Mientras pudiera hacerles sentir a las personas que tenían necesidad de ellos, se les podía comerciar a cambio de comida, refugio o seguridad. Cómo-Tratar- Con-Tigres (o algo análogo a los tigres, p.ej. serpientes, hambre, depresión, muerte, etc.) era un sistema de creencias valioso, mientras se pudiera confiar en que el tigre llenara su rol de depredador peligroso. El adoptar políticas de disparar- sin-previoaviso ayudó a eliminar a los tigres mansos que no estaban cumpliendo con su rol. Con el tiempo ciertos individuos, familias, tribus y finalmente incluso organizaciones gubernamentales, desarrollaron un gran interés adquirido alabando ciertos sistemas de creencias. En muchos casos el sistema de creencias se convirtió en la base de la supervivencia económica del grupo. La venta de sistemas de creencias (o el nivel social obtenido por el obsequio de los sistemas de creencias) se convirtió en el propósito fundador de grandes organizaciones. Las religiones proselitistas nacieron. Apareció el tributo que los organizados le exigían a los no-organizados. La arquitectura, el arte y la ciencia evolucionaron al servicio de los creyentes fieles. Para asegurarse que la organización propia pudiera sobrevivir y prosperar, era necesario mantener cuidadosamente administrado el balance entre "los tigres" y "las soluciones a los tigres". Las soluciones que resultaban demasiado efectivas requerían de la creación de problemas más desafiantes y por ello más lucrativos. Las nuevas creencias que desembocaron en enfermedades, hambre y enemigos humanos mortíferos, superaron nuestro miedo al tigre.
Comenzaron las guerras de creencias. Cuando un grupo veía que el poder y la influencia que le otorgaba su sistema especial de creencias se erosionaba, debido a la introducción de sistemas de creencias competitivos, sus hombres jóvenes eran dolorosamente adoctrinados con las creencias del grupo y transformados en ejércitos. Cualquier estudio detallado de la historia revelará un conflicto inicial entre creencias (¡una discusión!) como el factor fundamental de los conflictos en este planeta. Pocas veces se discutía en las guerras cuáles eran las creencias que crearían las experiencias más deseables, sino que más bien eran una competencia para determinar de qué grupo eran las creencias que (como hijos) sobrevivirían. Al final lo correcto de una creencia estaba determinado por la ferocidad de sus creyentes.
La ironía de la guerra fue que civilizaciones enteras peleaban por preservar sistemas de creencias que resultaban en auto-opresión y generaban una autodestrucción mayor que las armas más mortíferas de sus enemigos. Apareció el fascismo. Las creencias fueron glorificadas. La escolarización obligatoria adoctrinó a la fuerza, a generaciones enteras con creencias. Las creencias crecieron en importancia hasta que fueron más valiosas que la vida misma. Cualquier miembro que no estuviese dispuesto a pelear y a arriesgar su vida por las creencias de su grupo era considerado un cobarde.
No había nada más inhumano que la batalla luchada en nombre de la "creencia verdadera". No era posible dar tregua cuando la gente peleaba por una creencia sagrada. El hombre que estaba convencido que el honor de su familia, el honor de su país y quizás hasta la salvación de su propia alma, dependían de la destrucción de su enemigo "que tenía creencias equivocadas", no mostraba piedad ni se esperaba que la tuviese. Mientras más sangre se derramaba defendiendo una creencia, más sagrada e infecciosa se volvía para las generaciones sucesivas.
Más de una vez, las creencias acerca de los países, acerca de Dios y acerca de las necesidades económicas han suministrado las justificaciones para las guerras mundiales que han dejado a las civilizaciones del victorioso, al igual que las del vencido, en cenizas.
La tolerancia podría encontrarse entre las lecciones más importantes que jamás se hayan enseñado. Revisemos con mayor profundidad como los sistemas de creencias han influido en la educación.
Primeros Antecedentes
En tiempos pretéritos la humanidad buscó el Conocimiento, e instituyó distintos sistemas de enseñanza. Se puede mencionar por ejemplo como en Egipto, las escuelas del templo enseñaban, además de religión, escritura, ciencias, matemáticas y arquitectura.
Así, como los sacerdotes eran quienes manejaban mayoritariamente la educación en India. Es justamente en este país, donde se originó el budismo, que luego se expandió por los países del Lejano Oriente.
En la milenaria China la educación se enfocaba en la filosofía, la poesía y los sistemas de creencias, en base a las enseñanzas de Confucio, Lao-tsé y otros filósofos.
La Biblia y el Talmud son las principales fuentes educativas de los judíos antiguos. En la actualidad, los sistemas de creencias aún es clave en la educación judía, pues el Torá sigue siendo la base de su educación.
Muchas escuelas monásticas así como municipales y catedralicias se fundaron durante los primeros siglos de influencia cristiana. La base de conocimientos se centraba en las siete artes liberales que se dividían en el trivium (formado por gramática, retórica y lógica) y el quadrivium (aritmética, geometría, astronomía y música). San Isidoro de Sevilla aportó materiales básicos con su Etimologías para el trivium y el quadrivium y su posterior polémica curricular. Desde el siglo V al VII estos compendios fueron preparados en forma de libros de texto para los escolares por autores como el escritor latino del norte de África Martiniano Capella, el historiador romano Casiodoro y el eclesiástico español san Isidoro de Sevilla. Por lo general, tales trabajos expandían el conocimiento existente más que introducir nuevos conocimientos.
En el Occidente europeo, durante el siglo IX ocurrieron dos hechos importantes en el ámbito educativo, uno en el continente, en la época de Carlomagno, y otro en Inglaterra, bajo el rey Alfredo. Carlomagno, reconociendo el valor de la educación, trajo de York (Inglaterra) al clérigo y educador Alcuino para desarrollar una escuela en el palacio de Aquisgrán. Alcuino asesor y guía de Carlomagno, detestaba la vida palaciega y finalmente se recluyó, Carlomagno tenía reverencia por él.
El rey Alfredo promovió instituciones educativas en Inglaterra que eran controladas por monasterios. Irlanda tuvo centros de aprendizaje desde los que muchos monjes fueron enviados a enseñar a países del continente.
Entre el siglo VIII y el XI la presencia de los musulmanes en la península Ibérica (al- Andalus) hizo de Córdoba, la capital del califato omeya, un destacado centro para el estudio de la filosofía, la cultura clásica de Grecia y Roma, las ciencias y la matemática.
Todos estos importantes instructores y algunos otros como Pedro Abelardo o Tomás de Aquino, facilitaron la creación de las universidades en el Norte de Europa, Abelardo, que fuera castrado por sus amores con Eloísa, era un maestro que tenía un gran predicamento con sus alumnos, sus clases eran muy numerosas y tenía un trato muy cordial con ellos.
La educación en la edad media
Esta epoca se caracterizo por la apertura de varias universidades en Italia, España y otros países, con estudiantes que viajaban libremente de una institución a otra. Las universidades del norte, como las de París, Oxford, y Cambridge, eran administradas por los profesores; mientras que las del sur, como la de Bolonia (Italia) o Palencia y Alcalá en España, lo eran por los estudiantes. La educación medieval también desarrolló la forma de aprendizaje a través del trabajo o servicio propio.
Es importante señalar que en aquellos tiempos la educación al igual que las posiciones de poder se encontraba claramente determinada por las relaciones políticas o por el origen social.
Haciendo un parangón con Chile, podemos ver que esta tendencia ha ido disminuyendo y es el mérito junto al servicio que la persona presta a la comunidad lo que es valorado significativamente. Un influyente estudio realizado en el Instituto de Economía Política de la Universidad Adolfo Ibáñez sugiere que de una sociedad aristocratizante se ha evolucionado a una meritocrática. Entendiendo, que no es una regla general, de todas maneras es importante destacar esta revolución social.
Durante la edad media, fue importante el aporte de judíos y musulmanes, "Los centros de Toledo y Córdoba en España atrajeron a estudiantes de todo el mundo civilizado en la época.
Durante el Renacimiento, muchos profesores de la lengua y literatura griegas emigraron desde Constantinopla a Italia, caso del estudioso de la cultura griega Manuel Chrysoloras en 1397. Entre los interesados en sacar a la luz los manuscritos clásicos destacaron los humanistas italianos Francisco Petrarca y Poggio Bracciolini.
Entre otras personalidades del renacimiento que contribuyeron a la teoría educativa sobresalió el humanista alemán Erasmo de Rotterdam, el educador alemán Johannes Sturm, el ensayista francés Michel de Montaigne y el humanista y filósofo español Luis Vives
De esta época datan las primeras universidades americanas fundadas en Santo Domingo (1538), en México y en Lima (1551).
Cabe hacer notar que el desarrollo de estos modelos de enseñanza se constituyeron en el sistema de enseñanza secundaria que perduraría hasta el siglo XX.
La Academia en Ginebra, establecida en 1559, fue un importante centro educativo. La moderna práctica del control de la educación por parte del gobierno fue diseñada por Lutero, Calvino y otros líderes religiosos y educadores de la Reforma.
Es innegable la labor de Jesuitas y Católicos en la educación chilena. Incluso el Opus Dei es una congregación que posee algunos de los colegios con mejores resultados en la Prueba de Selección Universitaria (P.S.U.) y además posee la Universidad Los Andes, muy bien valorada por el empresariado nacional. Aunque la explicación estaría en que este grupo posee mayores ingresos y los resultados académicos muchas veces se encuentran ligados al Nivel socioeconómico, es claro que algunos grupos religiosos mantienen influencia a través de la educación. La Universidad La República ligada a miembros de la Masonería es otro claro ejemplo.
Ante la creciente influencia del protestantismo, y dentro del espíritu de la Contrarreforma, el catolicismo amplió su radio de influencia en educación.
Esa síntesis se realizaba en los centros de la Compañía de Jesús, fundada por el religioso español san Ignacio de Loyola en 1540, con la aprobación del papa Pablo III. Los jesuitas, como se conoce a los miembros de la congregación, promovieron un sistema de escuelas que ha tenido un papel preponderante en el desarrollo de la educación católica en muchos países desde el siglo XVI: la llamada Ratio Studioron, que después cambiarían las Escuelas Pías de san José de Calasanz.
En la Argentina no solamente actuaron los jesuitas, sino que hubo un importante aporte por parte de los Hermanos Salesianos, de la obra de Don Bosco, principalmente en la Patagonia, de los Hermanos Lasallanos (de Juan Bautista de Lasalle) y de los seguidores de Marcelino Champagnat, siendo estos dos últimos importantes porque llevaban un sello de excelencia notable. Para la educación de las niñas fue primordial el aporte de los colegios De la Misericordia (creada por santa María Josefa Rosello), últimamente también el Opus Dei aportó a la educación y tienen actualmente no sólo colegios, sino que además tienen la Universidad Austral. Todos estos centros educativos son confesionales. En las Parroquias se han abierto numerosos colegios que no necesariamente responden a una congregación, y cuya aparición se debió a dos motivos: la libertad de enseñanza (Gobierno de Frondizi fines de la década del 50") y para cubrir las falencias que comenzó a tener la educación pública que había impuesto Sarmiento. Este listado no es exhaustivo ni excluyente.
El siglo XVII tuvo un rápido crecimiento en el estudio de las Ciencias, siendo la primera manifestación la de Londres (Hospital de Cristo), y ya entrado el siglo XVIII la escuela de navegación y matemática de Moscú dio el inicio de la escuela secundaria en Rusia. La importancia de la ciencia se manifestó en los escritos del filósofo inglés del siglo XVI Francis Bacon, quien fundamentó los procesos del aprendizaje en el método inductivo que anima a los estudiantes a observar y examinar de forma empírica objetos y situaciones antes de llegar a conclusiones acerca de lo observado.
Volviendo al siglo XVII, René Descartes, el filósofo francés, subrayó el papel de la lógica como el principio fundamental del pensamiento racional, postulado que se ha mantenido hasta la actualidad como base de la educación en Francia.
El educador francés San Juan Bautista de la Salle, fundador del Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas en 1684, estableció un seminario para profesores en 1685 y fue pionero en su educación sistemática.
Tal vez, el más destacado educador del siglo XVII fuera Jan Komensky, obispo protestante de Moravia, más conocido por el nombre latino de Comenio. Su labor en el campo de la educación motivó que recibiera invitaciones para enseñar por toda Europa. Escribió un libro ilustrado, muy leído, para la enseñanza del latín, titulado El mundo invisible (1658). En su Didáctica magna (1628-1632) subrayó el valor de estimular el interés del alumno en los procesos educativos y enseñar con múltiples referencias a las cosas concretas más que a sus descripciones verbales. Su objetivo educativo podía resumirse en una frase de la página inicial de Didáctica magna: "enseñar a través de todas las cosas a todos los hombres", postura que se conoce como pansofía. Los esfuerzos de Comenio por el desarrollo de la educación universal le valieron el título de 'maestro de naciones'.
Ya en este siglo se establecieron escuelas en Prusia, en Rusia y en la América colonial, siguiendo las ideas de la Revolución Francesa. Finalizando el siglo, se establecieron en Inglaterra las escuelas del domingo, por el filántropo y periodista Robert Ralkes para beneficio de los niños y jóvenes de escasos recursos y de las clases trabajadoras.
El teórico educativo más relevante del siglo XVIII fue Jean-Jacques Rousseau, nacido en Ginebra. Su influencia fue considerable tanto en Europa como en otros continentes. Una crítica que se le hace de algunos sectores a Rousseau era la falta de aplicabilidad de algunas ideas, cayendo muchas veces en un enfoque muy teórico. Pestalozzi, quien era un seguidor suyo, abrevió las ideas de Rousseau haciéndolas más aplicables.
A principios del siglo la feminista y educadora sueca Ellen Key fue importante por su influencia en los educadores progresistas, escribió el libro El siglo de los niños (1900), traducido a varios idiomas. Su teoría era dirigir la enseñanza más a las potencialidades de los niños que a las necesidades de la sociedad, o en preceptos religiosos. La idea no era nueva, pero tomó gran empuje. Otros innovadores en la materia fueron los alemanes Lietz y Kerschensteiner, el británico Bertrand Russell, la italiana María Montessori , el filósofo y educador John Dewey. Este último tuvo una gran influencia en los Estados Unidos y su método llegó a ser tan importante que por mucho tiempo siguió siendo el principal de ese país, e influyó en otros, como los de América Latina. Michelle Bachelet presidenta actual del Estado de Chile incluyó en su programa como un punto sumamente importante la educación preescolar, convirtiendo estos cursos en obligatorios y consideró la apertura de un número importante de salas cunas.
La situación en Chile
En Chile, al igual que en muchos otros países de esta parte del mundo fue notoria la influencia de los jusuitas. La Obra de Don Bosco (solicitar ampliar a Pablo Fernández Montt) y de LaSalle han influido notablemente en la educación. Ahora, la obra de Escribá de Ballaguer ha adquirido influencia con el transcurso del tiempo, para llegar a presentar un candidato a Presidente contra Ricardo Lagos que estuvo a escasos puntos de ganar, forzándo incluso una segunda vuelta. La Universidad de Los Andes últimamente y la fuerte influencia de la Obra de Dios en la Universidad Católica ha dado origen a élites políticas que si bien no han llegado al Gobierno, son conocidas por su nivel de influencia. Los resultados académicos apoyan fuertemente la presencia del Opus Dei en la educación chilena. En el ranking de los 100 mejores colegios (en base a sus resultados en la P.S.U.) es posible distinguir varias instituciones pertenecientes a dicha congregación.
Otro grupo religioso, o seudo religioso, si es posible definirlo asi, que a ejercido una notable influencia sobre el campo de la educación corresponde a la Masonería.En la Masonería la educación es un tema que atraviesa todo el quehacer de un iniciado,,nos damos cuenta que la conformación del ejercicio masónico se sustenta en valores que ya habían sido desarrollados en la antigua Atenas, donde se exalta el dominio y uso de la razón para fortalecer esta dimensión Filosófica del hombre, la que lo lleva a descubrir el sentido y la razón existencial además de llevar a quien la cultiva hacia el ejercicio del perfeccionamiento y la trascendencia, así como también el descubrimiento y ejercicio de valores que llevan al individuo hacia un estado de mayor conciencia, desde lo personal a lo social, así como en Atenas surge el concepto de Ciudadano constructor de la Republica; según Platón, para la masonería en el ejercicio de estas practicas, surge el concepto de iniciado, aquel que vive en fraternidad con otros y el universo, y en este camino encuentra el desarrollo de la auto perfección.
A comparación con las escuelas socráticas para la masonería es fundamental la imagen de un gran Maestro que guiara a sus discípulos, por la senda de la virtud y el ejercicio de la razón, desde esta perspectiva ya aparece en la formalidad aquel que guía y entrega sus enseñanzas con un propósito explicito o aún cuando aparentemente no sea solo la imagen del que entrega conocimiento, sino que también, aparece un ser carismático y que su sola presencia o actuar diferente ya es motivo de exaltación, (tal es el caso de Jesús de Nazaret).
El verdadero péndulo filosófico de los pensadores de la antigüedad, en los que sus visiones se movían llevó inexorablemente al surgimiento del pensamiento moderno, que no es más, en términos políticos que el advenimiento de la república inspirada en la razón y constituida por hombres libres, fraternos e iguales ante la ley que esos mismos hombres se daban. El siglo de las luces, vio el surgimiento de las logias masónicas como agentes de cambio de ruptura social, poniendo como centro de la vida social, al hombre libre y autodeterminado por la razón alimentada por su ilustración, vale decir su educación.
El término librepensamiento nos remonta a los movimientos filosóficos del siglo XVII y XVIII y más concretamente al período de la Ilustración. Durante el Siglo de las Luces, numerosos pensadores, vieron en la razón el elemento esencial del progreso humano. De su mano se podían destruir ancestrales creencias inmovilizadoras y bajo su luz los hombres podían adentrarse en el estudio de la naturaleza y sus mecanismos, llegando a explicaciones lógicas de cuanto acontecía en el entorno.
Todo cambio produce, inevitablemente alguna rotura y las profundas modificaciones iniciadas en la Ilustración no fueron la excepción. Se inició la ruptura del sistema de pensamiento absoluto, inerte, en el cual la Iglesia, ostentaba el patrimonio del saber. La propia Iglesia, sus actuaciones pasadas y presentes, sus instituciones y sus hombres comenzaron a ser discutidos. La sacral envoltura que rodeaba a todo lo eclesial comenzó a rasgarse y los hombres de la Ilustración incluyeron a la Iglesia en su campo de reflexión. Ello dio origen a enfrentamientos con los librepensadores que marcaron de modo indeleble el posterior desarrollo del librepensamiento.
En esta época marcada por los descubrimiento la caída del inocente velo de la ignorancia surge con fuerza la educación, ya no solo como un privilegio de unos pocos, de las monarquías, el clero, con el surgimiento de la burguesía como clase social emergente, la educación logra expandirse hasta nuevos círculos, donde además se hace necesario la alfabetización para compensar el surgimiento de la imprenta que de manera pujante empieza a divulgar nuevos conocimientos, aquí aparece el fin de una etapa oscura, de adormecimiento de las artes y las ciencias.
Pero para el hombre común, incluso para aquel que no seria parte activa de estos cambios, nuevos aires se estaban gestando, y esta atmósfera que hizo temblar a la institución religiosa, aquella que fracturó y dio nueva vida política a Francia y luego a toda Europa, expandiéndose hasta América, fue dejando lentamente sus frutos, aparecen las primeras instituciones de carácter formador, las llamadas escuelas o academias donde germinaba a paso agigantado el conocimiento, muchos pasaron dejando su huella por estas y muchos de ellos luego encaminaron sus pasos por la masonería, que en sus inicios en Francia proclamo sus ideales de Libertad Igualdad y Fraternidad.
La masonería y la educación en Chile
Creo que cuando se instala la Masonería operativa a partir de las Constituciones de Anderson, la educación se confundía con el librepensamiento, es decir, no era verdaderamente libre quien no sabía o, viceversa, el ignorante era un esclavo, prisionero de una falsa conciencia y de un sentido de realidad anómalo.
Antes de la fundación de la Gran Logia de Chile, hubo educadores masones. La masonería moderna, como se dijo, nace en el Siglo de la Razón que tiene como sector protagónico a las clases burguesas y pequeño burguesa, que tienen como posibilidad cierta de ascenso social la educación formal. Por tal razón los Hermanos Masones han entendido que si la Orden tenía que tomar una acción política esta tenía que orientarse al desarrollo de la "luz de la razón" –el saber y el cultivo de la inteligencia o educar y formar en y para la libertad– por lo que pusieron su empeño en múltiples tareas, mas siempre la educación de las masas jugó un rol central. "Masas" aquí son los sectores burgueses ilustrados –que adoptarán el papel de vanguardia intelectual–, la burguesía en ascenso, la pequeña burguesía y el incipiente proletariado, según el país y la época de que se trate. Miranda, Bolívar, San Martín y O"Higgins, Garibaldi, Washington, Franklin o Pedro Aguirre Cerda son ejemplos de personalidades comprometidas con la "redención de la humanidad" por medio de la educación.
El interés por la educación arranca de la esencia misma de la Francmasonería, se trata de una institución eminentemente docente, y de su compromiso con la tolerancia y la libertad de pensamiento. Como buenos modernos, los masones creemos que el conocimiento hace más buena o ética a las personas. Del conocimiento se derivan otros compromisos de nosotros los francmasones, como son: los derechos humanos políticos y sociales –donde está el derecho a la educación y a una que sea de calidad. De ahí nuestro interés por fomentar una educación libre, no confesional ni dogmática, formadora de la conciencia, emancipadora, respetuosa de la diversidad y formadora en la convivencia escolar y democrática; para ello concebimos desde los comienzos de los Estados nacionales modernos a la educación como gratuita, laica y de responsabilidad de toda la sociedad a través del Estado.
Examinemos brevemente cómo las anteriores expectativas fueron llevadas a cabo por los miembros, en otras palabras si la historia nacional muestra a los masones que nos han precedido como personas comprometidas y buenos ciudadanos, con una intervención decisiva en la vida fuera de los muros de los talleres –en los ámbitos sociopolítico y económico- con tolerancia y respeto aunque firmes en sus propósitos.
Luego de las luchas por la independencia latinoamericana, los países experimentaron diversos procesos antes de constituirse como Estados en forma, en Chile hubo un proceso de anarquía luego de la abdicación de O"Higgins que desembocó en una especie de restauración del ancien régime aunque sin rey y cuya principal figura fue Diego Portales. Para no entrar en detalles, señalemos simplemente que durante la Colonia la educación no fue una prioridad y que si bien en los albores de la Independencia hubo hechos significativos para la educación y la cultura, hacia 1830 la situación había retrogradado bastante. Para nosotros los masones el principal actor del despertar intelectual de Chile será el H.: José Victorino Lastarria.
El I.: H.: José Victorino Lastarria Santander nación Rancagua en 1817, abogado y profesor del Instituto Nacional en materias de derecho desde 1839 –la Universidad de Chile se creará recién en 1842– hasta 1851, tuvo el cargo equivalente a Subsecretario del Interior, perteneció al círculo literario apadrinado por José Joaquín de Mora y fue el primer discípulo de Auguste Comte, de gran influencia en el pensamiento racional chileno. Perteneció a la R.: L.: Union Fraternelle de Valparaíso e integró el Capítulo Rosa Cruz de ese Oriente. En 1842 llegan a Chile un grupo de intelectuales argentinos que huían de la dictadura de Juan Manuel de Rozas en Argentina, entre los que destacan: Juan Bautista Alberdi, Domingo Faustino Sarmiento, Bartolomé Mitre, Vicente Fidel López, Gabriel Ocampo, casi todos masones, que se encuentran con Andrés Bello y otros intelectuales latinoamericanos avecindados en el país. Hacia 1842 se crea la Sociedad Literaria en donde coincide la flor y nata de la inteligencia juvenil y donde la Orden tiene una influencia poderosa, aunque no todos los integrantes pertenecen a la Francmasonería. A los anteriores hay que añadir a Francisco Bilbao, Eusebio Lillo y Domingo Santa María, entre otros. El Presidente de la Sociedad fue Lastarria.
A partir de esta fecha se comenzará a resquebrajar la unidad nacional de carácter hispánico, católico y aristocrático, basado en el orden agrario y la subordinación de clases. Ante este proyecto se levantará uno de naturaleza racional, laica, urbana y basada en la industria y el esfuerzo personal. La escuela será la palanca para despertar a Chile de la "siesta colonial" y no dejarlo permanecer más "bajo del peso de la noche". Se configurarán dos bandos, el uno laico masónico y el otro católico ultramontano, que se enfrentarán en varios campos, pero la educación será el campo de batalla favorito. Quedará instalado un conflicto entre el "Estado docente", posición de la Orden, y la "Libertad de Enseñanza", el punto de vista católico. Pero el conflicto antes de derivar a la escuela se habrá dado en otros tópicos: el haberse inmiscuido jueces laicos en conflictos eclesiásticos en los que se quiso probar fortaleza y obligar a los clérigos. Sin duda esto enrareció el ambiente e impacto en la Educación, muchos años más tarde abonó el camino para que la escuela fuera abandonada por el Estado.
El interés de la Augusta Orden por la educación data en concreto de 1862, cuando se funda la Sociedad de Instrucción Primaria Sede Valparaíso que, de nueve miembros, tiene a tres masones en su directorio. Nuestro hermano Blas Cuevas trabajó en esa ciudad por crear una escuela laica a cargo de la R.: L.: Progreso Nº 4, no lo logró conseguir; fue su sucesor Ramón Allende Padín quien la inauguró en 1872 con el nombre de su antecesor. En Valparaíso también se unirá a la Orden y sus preocupaciones educacionales varios misioneros protestantes.
En esos años había tres posiciones sobre educación: La presidencial, que aspiraba a una escuela por encima de sectarismos de cualquier carácter y centrada en el progreso material, esto es, preparar para el trabajo y para proseguir estudios secundarios y superiores; la de Lastarria, que pretendía hacer de la educación un instrumento de renovación política y moral de la nación y la católica que concebía ala educación como un escudo contra el vicio y la falta de fe, efectuar a través de ella la evangelización y, al final, preparar para el trabajo. Esta última postura se denomina libertad de enseñanza. Tal vez lo impopular de la definición católica era que las clases bajas no tenían derecho a la misma clase de educación que el resto de la sociedad o, sencillamente, que los pobres no tenían para qué estudiar.
En realidad, el conflicto fue de carácter social antes que educativo, ya que el catolicismo no separaba lo educativo de una concepción integrada católica, aristocrática, misionera y conservadora. Ante esta, e inspirada por la filosofía positivista y las ciencias naturales y sociales, un nuevo grupo de masones lucha por dos objetivos: la preparación del magisterio y la actualización de los contenidos de la enseñanza. Es la época de Valentín Letelier, Eduardo de la Barra, y otros no masones de similar pensamiento como Vicuña Mackenna o Barros Arana. Pero el conflicto quedará en suspenso con motivo de la Guerra del Pacífico y, más tarde, por la Guerra Civil de 1891, esta última es una guerra intraclase, por lo que la oligarquía se divide y tiene a masones en ambos bandos. Los sucesos que van hasta la separación de la Iglesia y el Estado siendo abundantes en conflictos anecdóticos esto no significa la aparición de nuevos argumentos. Los temas van por la "crisis moral" y la "cuestión social", nombres para designar las luchas por la incorporación a la sociedad de los excluidos y, sobre todo, los obreros de la naciente industria, especialmente minera.
Aparte de la Escuela "Blas Cuevas", la Orden ha impulsado la creación de otros establecimientos, aunque de carácter secundario o universitario, como son la Escuela de Artes y Oficios, la Universidad de Concepción, la Universidad Técnica del Estado y, ahora último, la Universidad La República. Debe añadirse una serie de instituciones para favorecer a los obreros como la Escuela benjamín Franklin o la Universidad Popular Pedro Aguirre Cerda, así como también otras iniciativas en provincias donde a traves de sus miembros que ocupan posiciones directivas han logrado apoderarse del control.
A partir del Siglo XX la educación se termina de consolidar como profesión y como materia, dejando las élites inspiradas, como la masonería, dejando los argumentos en manos de sus protagonistas, los maestros. Nuevas materias, aportes de la ciencias y del conocimiento en general, luchas políticas, alineaciones mundiales y proyectos económicos impidieron que hubiera una "posición masónica" sobre el tema, quedando la educación, desde una perspectiva masónica, en el campo de las iniciativas privadas o grupales, lo que entre nosotros es la "acción masónica".
La Orden Masónica como institución docente, formadora de hombres y mujeres, traspasa los muros de los Templos y a través de todos sus miembros realiza acciones que tienden a mejorar la situación social existente. Estas acciones se ven fortalecidas aún más, con la aparicion de organizaciones paramasónicas, y muchas otras instituciones en que también participan, como Juntas de Vecinos, Centros de Padres, Sindicatos, Gremios, Colegios Profesionales, etc., ejerzan su influencia positiva, motivadora y bienhechora en la sociedad, sustentada en los valores universales francmasónicos. Esto es particularmente apremiante para los profesores masones cuyo espacio natural es su colegio, su sindicato o toda aquella estructura en donde han podido instalar sus proyectos de convivencia fraternal.
Discución.
La relacion entre la educación y los sistemas de creencias a estado presente en la historia desde remoto tiempo. Los resultados de esta relacion en muchos casos no es posible visualizarlos claramente, el asunto es si efectivamente las instituciones que se han gestado bajo un contexto religioso han sido capaces de transmistirle valores y principios a sus alumnos que los prepare mejor de cara a su futuro. En algunos casos lo anterior es una realidad patente, sin embargo en muchos otros esta condicion no esta completamente clara, lo que nos hace pensar en los sistemas de creencias en otro contexto de importancia, mas bien, es oportuno plantear su indiscutible valor como guia de la conducta humana en funcion del deber de preocuparse por poner la educación al alcance de todos los seres humanos, lo que involucra un esfuerzo por gestionar recursos y aunar esfuerzos en una direccion normalmente deficitaria de las politicas publicas.
Cierto es que la educación es una institución fundamental del sistema social, clave para la formación integral del hombre, lo que se refleja en la lucha contra la ignorancia, la injusticia y la superación de la calidad de vida, así como lo plantea Paulo Freire, "Educar es emancipar".
Aquella naturaleza de desarrollo a escala humana y espiritual en la que se sustenta los principios aquí expuestos, en nuestros días, se ven confrontados por una sociedad resultante entregada al materialismo pragmático, en la cual opera la sociedad mercantil de consumo.
La sociedad de la información con sus estándares de ultra especialización, promueve la formación de profesionales con un sinnúmero de estudios más allá de los años de estudios formales, que sin embargo, saben poco o casi nada de aspectos estéticos, éticos, políticos o sociológicos según sea el caso.
Con decenas de certificados bajo el brazo, adquiridos en prestigiosas universidades de cualquier parte del mundo (profesional global), su autoconciencia y su temple valórico no se ajustan a la idea de ciudadano. Son ignorantes ilustrados con una enorme carga de conocimiento utilitario pero irreflexivos.
Entonces podemos si sabemos que los sistemas de creencias, sea cual sea de que se trate, está fundamentada en principios y valores, que propugna y lucha por una educación de calidad que permita a todos los sectores sociales, prepararse no sólo para subsistir sino para ser mejores en esta sociedad del siglo XXI, la gran pregunta es:
¿Estos mismos valores y principios contribuyen a hacer de la educación una herramienta con mejores resultados?
Con todo quisiera resumir en dos ideas referidas a los beneficiarios de la educación, los jovenes. Primero veamos qué ofrece la sociedad hoy a los jóvenes. Habiendo distintas clases, nuestro interés son las clases medias (son todos los pobres, pero la clase media esta constituida o es proyecto al que aspira el pobre que se educa), la que no tiene recursos propios y a los que el Estado no satisface ya que destina sus esfuerzos a los más pobres. La juventud se encuentra en un territorio medio en cuanto a perspectivas de futuro; y las clases bajas, que lo necesitan todo, también se han marginalizado. Tal vez tengamos la precariedad más absoluta en los estratos que viven de su trabajo, al haber caído la seguridad social, no haber Estado benefactor.
Según datos de varios estudios, la juventud actual está carente de ideales, normas, responsabilidades, metas, y de mejores ejemplos por parte de la sociedad en general. O sea, la anomia. Pero de acuerdo a estos estudios las oportunidades que ofrece el país, no corresponden al nivel de expectativas que tienen nuestros adolescentes, etapa que incluso estaría llegando hasta los 25 años. Una generación que rechaza el compromiso, y aquellos que ya son padres a temprana edad inculcan estos valores sesgados a sus hijos que son niños con otra perspectiva de la realidad, y que serán el futuro de nuestro pais.
Segundo, qué debiera ofrecer los sistemas de creencias a la juventud y a los niños. Los sistemas de creencias es por esencia es una manera de vivir la fe y por tanto esta dedicada a promover la solidaridad y fraternidad universal, libre de distinciones de etnia, religión, género o nacionalidad, ofreciendo de esta forma al ser humano las herramientas necesarias para lograr su perfección construyendo un mundo más solidario, fraternal y tolerante. Debemos, en consecuencia ser referentes para la juventud, en cualquier ámbito que nos desempeñemos; si nosotros practicamos diariamente nuestros principios veremos los frutos en esos jóvenes que buscan constantemente su identidad, proceso natural que todos hemos experimentado. Se trata de un rol formador.
Existe una relación inversa entre educación y religión; a mayor nivel de instrucción, queda claro que disminuyen los índices de religiosidad. Entre quienes cursaron 6 o más años de estudios superiores, por ejemplo, un 20,35% declara no tener ninguna religión, ser ateo o agnóstico.
Uno de los hechos más relevantes que permitió conocer el detalle del Censo 2002 fue el notorio aumento en los índices ligados al área de la educación. En porcentaje de alfabetización, Chile pasó del 94,60% al 95,8% en el 2002. Por otra parte, se ha producido un incremento muy significativo en el nivel de instrucción de la población. El Censo del 2002 consigna que el nivel prebásico casi se duplicó, con respecto a 1992, aumentando de 289.680 personas a 571.096. En la educación superior el número de personas que ha cursado estudios ascendió de 1.072.198 en 1992 a 2.284.036 personas en el 2002, lo que equivale a un avance del 9% al 16,4%.
Pero, estos no son los únicos datos interesantes que se pueden extraer del análisis de las cifras de educación. Al cruzar estos índices positivos con los niveles de religiosidad en el tramo etáreo de 15 a 29 años, que representa de preferencia a los jóvenes- se comprueba que a mayor educación aumenta la cantidad de personas que declaran no tener ninguna religión, ser ateos o agnósticos. En la educación primaria estos últimos cuentan con un 9,40% del total. En la media aumenta a un 9,91% y en la superior llega al 15,31%.
Incluso, en el tramo de quienes cursaron 6 años o más de educación superior, los ateos, agnósticos y quienes dicen no tener ninguna religión alcanzan su peak con un 20,35%. Es decir que una de cada cinco personas que alcanzaron tal nivel reniegan de los sistemas de creencias.
Sobre esta relación inversa proporcional entre niveles de educación y religiosidad, el Gran Maestro de la Logia, Jorge Carvajal, opina que "sin lugar a dudas el grado de educación tiene una correlación indirecta con el grado de religiosidad, particularmente con la Iglesia Católica y, en consecuencia, yo también creo que a mayor grado de educación menor grado de religiosidad".
A ello agrega que "en la medida que los niveles educacionales son crecientes, el mismo Censo demuestra que hay una mayor cantidad de personas con profesiones que vienen de la educación superior, y que una mayor cantidad de personas tiene acceso hoy día a la educación media. La propia televisión, y los medios de comunicación, colaboran en ello".
El académico del Departamento de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, Patricio de la Puente, explicó que el "desapego" religioso se debe a una característica de las sociedades contemporáneas y es por ello, incluso "que la institución matrimonial se está viendo afectada por factores externos que están presionando para que la sociedad sea cada vez más individualista".
A su vez, el director del Departamento de Economía de la Universidad de Chile, Dante Contreras, resaltó que la educación es de vital importancia a la hora de mejorar los estándares laborales. A pesar de que la encuesta advierte un incremento en los años de escolaridad a 8,5 años promedio, y un aumento de los chilenos que cursaron o estudian alguna carrera a nivel superior, aseguró que la población "en general sabe poco para desenvolverse en el ámbito del trabajo y la empresa".
"El progreso que ha vivido el país es fruto del trabajo de todos y no sólo del gobierno". Fue la inmediata respuesta que el Presidente Ricardo Lagos dio a parlamentarios UDI, que criticaron al gobierno, por las reacciones a los resultados del Censo, ya que a juicio de los gremialistas las cifras demuestran que el oficialismo ha trabajado erróneamente en la disminución de la pobreza al implementar políticas que atentan contra el crecimiento económico.
Autor:
Fredy H. Wompner G.
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