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Trastornos relacionados con el abuso de sustancias (página 3)

Enviado por Rosa María


Partes: 1, 2, 3

 La escuela es la segunda institución proveedora de modelos y vínculos afectivos, y en tal sentido es co-responsable de la formación y crecimiento libre de los niños y de los jóvenes. Sus disfunciones aportan factores al problema del uso de drogas:

– Ausencia de un proyecto educativo que favorezca el desarrollo de valores éticos como la solidaridad, el respeto, la libertad, la responsabilidad, la tolerancia y otros.- Actividades de enseñanza que sólo ponen énfasis en la adquisición de información.- Falta de gratificación y motivación por parte de los docentes.- Modelo autocrático en los vínculos institucionales y jornada escolar reducida.- Ausencia de propuestas educativas relacionadas al tiempo libre.

Factores vinculados con los modelos socioculturales.

 La serie de factores, aisladamente no explican el fenómeno de la drogodependencia, aunque asociados pueden influir en su aparición. No existen conductas individuales o grupales que se extiendan en una sociedad si no hay un modelo cultural previo que las codifique; es decir, la alarmante extensión del uso indebido de drogas en nuestras sociedades indica que existe un modelo cultural alentando las conductas adictivas.

 Es el modelo consumista que crea la "ilusión" del gran avance tecnológico el que le permite al hombre resolver absolutamente todo, que para cada problema existe un objeto, aparato o cosa para resolverlo. Este modelo cultural premia al "exitoso" y margina al que no "triunfa" valorando la competitividad e ignorando la solidaridad y el valor humano; exalta el individualismo y descarta la cooperación, enfatiza los valores materiales y olvida los valores éticos, es la cultura del tener y no la del ser.

La ilusión de encontrar el éxito en la respuesta fácil y rápida a través del consumo de algo constituye una matriz cultural sobre la cual algunas personas o grupos inscriben sus conductas adictivas, buscando resolver inmediatamente sus angustias cotidianas a través del consumo de ciertas sustancias.

 El otro elemento que cierra este circuito es, obviamente, la disponibilidad de la droga. Si bien ésta varía de lugar en lugar y de época en época, resulta importante conocer que un estudio realizado en diez países de América indica que los consumos más frecuentes recaen en el abuso de drogas lícitas (alcohol, tabaco, tranquilizantes, medicamentos, etc.).

 En segundo orden de importancia aparece el consumo de marihuana, solventes orgánicos, anfetaminas, cocaína, heroína, etc., siendo el consumo de alcohol el problema más importante, ya que su uso, generalmente, es acompañado por la ingesta de otras sustancias.

En síntesis, el uso indebido de drogas es el resultado de interrelaciones entre múltiples factores: el individuo, su historia familiar y educativa, las condiciones sociales y peculiares que lo rodean, y el acceso a la droga en sí mismo.La drogodependencia constituye una expresión del fracaso individual para crecer en libertad, como así también del fracaso de una comunidad y una cultura que no ofrecen modelos sólidos de referencia para el crecimiento saludable de sus miembros.

 Perfil de la dependencia

 El consumo de drogas, cuya magnitud se ha extendido en todos los estratos, obstaculiza y casi imposibilita definir el biotipo del consumidor.

 El uso de sustancias no está limitado a una minoría, clase social, grado de educación, edad o sexo; esta expansión limita la posibilidad de definir con rigor científico la etiología de la adicción o arribar a generalizaciones absolutamente válidas. Por otra parte, el individuo y la sociedad se implican de tal manera en la génesis de la dependencia, que se podría afirmar que no hay toxicomanías, sino toxicómanos.

Se deben tener en cuenta también los aspectos ligados al narcotráfico y sus implicancias.Deberíamos reflexionar en conjunto sobre esta sociopatología a fin de comprender que el drogodependiente (adicto) no es un caso de patología humana, aunque tampoco un modelo de una forma nueva de vida.

Algunas causas ligadas al consumo de sustancias:

· Disponibilidad de drogas.· Posibilidad económica (para la adquisición de drogas).· Incitación o presión del grupo de pertenencia.· Deseo de imitar las actitudes de algunos integrantes de este grupo.· Difusión masiva de "fantasías facilistas" (propagandas del consumo).· Impulso tendiente a intensificar experiencias, vivir sensaciones nuevas o expandir la conciencia.· Impulso de superar las posibilidades individuales y acrecentar la necesidad exploratoria.· Impulso de huir de la monotonía o de combatir la depresiónPersonalidad psíquicamente anormal.· Compulsión psicológica que exige satisfacción.· Protesta contra los esquemas sociales o culturales.· Escape o evasión de la realidad.· Medio de adaptación a un sistema considerado alienante.· Reacción frente a la presión social.· Falta de especificidad de la estructura psicológica.· Necesidad de conformismo (de los adolescentes).· Reacción proselitista de la postura negativa de la sociedad frente a las drogas.· Búsqueda de cierto prestigio o status.· Consecuencias del proselitismo iniciado por nuevas filosofías, corrientes o religiones.· Consecuencias de la denuncia filosófica o literaria de nuestra sociedad.· Consecuencias posteriores a crisis sociales importantes. (Conflictos bélicos, económicos e internos).· Búsqueda de soluciones "mágicas" a través de experiencias religiosas y estéticas.· Deseo de incrementar los placeres, la sensualidad, el hedonismo.

Consecuencias psicosociales

El análisis de esta problemática dentro del encuadre social, requiere considerar dos órdenes de datos:

1. Aquellos relacionados con los riesgos que facilitan su desarrollo.

2. Aquellos que indican las consecuencias de dicho desarrollo.

De esta forma, mientras los riesgos muestran la probabilidad que tiene una determinada situación de ocasionar el uso indebido de una droga, las consecuencias en cambio, remiten a los resultados de este uso.

La evaluación de programas requieren de esta información y procuran tener una ubicación precisa sobre el continuo de los trastornos y consecuencias, tanto al nivel individual, familiar y social.

Por ejemplo, en lo que se refiere a efectos individuales, las estadísticas relacionadas con lesiones y trastornos aparecen englobadas en otras categorías; esto responde a que muchas veces el consultante oculta el consumo por temor a las sanciones y en parte porque el profesional a cargo no puede diagnosticar o desestima el papel de la droga en niveles por debajo del síndrome de dependencia. De esta forma, en el motivo de consulta que aparece en una emergencia, es probable que no se mencione o se minimice el consumo de alcohol o de otra droga.

Algunos especialistas sostienen que tal vez la manera más fácil de evaluar el problema es centrarse en los riesgos más que en las consecuencias, ya que estos facilitan la evaluación y observación a través de entrevistas y cuestionarios. Por ejemplo, en esta misma línea, es más fácil medir cuántos comparten las jeringas (riesgo) que descubrir cuántos son VIH positivos (consecuencias).

Dentro de esta posición se señala también la menor confiabilidad y validez de estas medidas comparadas con las medidas de consecuencias.

Para ubicar el continuo del uso de drogas en una comunidad determinada, es pertinente la elaboración de una matriz que relacione diferentes grupos en riesgo y las posibles consecuencias de su interacción. En relación con esto y sobre la base del modelo epidemiológico que examina la tríada huésped-agente-medio se definieron los diferentes puntos de riesgo que fueron denominados como: "propensión individual – disponibilidad – tolerancia social".

Se considera propensión individual a la inclinación que tiene una persona por una práctica determinada, la cual puede incidir en la decisión que se adopte finalmente; en la misma se consideran orígenes de carácter biológico (metabólicos, genéticos, etc.) y de carácter psicológicos (rasgos de personalidad y conflicto intrapsíquico).

Muchas de las explicaciones sobre las causas del consumo de drogas parten de explicar una propensión que tiene sus raíces en factores hereditarios y en las influencias de la niñez temprana. Sin embargo, algunos investigadores advierten también sobre las dificultades que existen para diferenciar las alteraciones emocionales o neurológicas que preceden al hábito de la sustancia de aquellas que fueron producidas por éste.Entre las contingencias relacionadas con el marco sociocultural se considera la llamada tolerancia social. Los miembros de una sociedad adoptan maneras similares y repetidas a lo largo del tiempo para enfrentar situaciones. Estos patrones de conducta, que permiten la integración del individuo, expresan diferentes relaciones como aquello que es considerado aceptable aunque no sea deseable y que compone lo que llamamos tolerancia social.

Estos son patrones de comportamiento que convergen hacia hábitos de consumo y constituyen una forma general de ser no censurada. La tolerancia social modela las concepciones del medio familiar y comunitario acerca del manejo farmacológico del conflicto y sus efectos se hacen sentir sobre el campo sanitario y educativo. Por otra parte, incluye también áreas no ligadas directamente al conflicto, a través de normas y creencias que pautan la relación con el objeto de dependencia, haciendo que se dispense de su consumo frente a determinados sucesos sociales (fiestas, celebraciones, eventos, etc.).

De hecho, la estrategia publicitaria de una infinidad de productos trabaja en los límites de estas concepciones, participando de su formación.En síntesis, la tolerancia social se expresa por medio de formas de relaciones con las drogas consideradas "aceptables" de acuerdo a las circunstancias y, al incurrir en ellas, las personas no son sancionadas socialmente por su grupo de pertenencia.

Por último, puede considerarse el conjunto de riesgos vinculados a las sustancias como disponibilidad y a la que se considera en términos de su alcance para un consumidor potencial. El punto de riesgo designa, en este caso, la existencia de drogas e influye desde el ambiente a través de distintas maneras para su adquisición. Por ejemplo, en un mercado donde se expenden bebidas alcohólicas de millones de litros para otras tantas personas, se puede suponer su influencia activa sobre el marco normativo y referencial de la población.

En un sentido amplio se incluye también la existencia de tecnología para su utilización como la fabricación de sustancias e instrucciones para su consumo y la provisión de los elementos necesarios para tal fin.

– Pérdida del apetito- Excitabilidad e hiperactividad- Locuacidad- Temblores en las manos- Dilatación de las pupilas- Sudor excesivo- Comportamiento compulsivo y reacciones exageradas- Psicosis paranoide- Sequedad de las membranas mucosas- Insomnio 

Alcohol

En un porcentaje de oscila entre el 45% y el 75% de los conductores de vehículos involucrados en accidentes fatales, han bebido (en cantidad importante) antes del mismo. El alcohol actúa como depresor, disminuyendo considerablemente la coordinación, la visión, los reflejos y la claridad de pensamiento de los conductores. Los efectos del abuso de alcohol se prolongan hasta 72 horas después de la última ingestión.

Marihuana

La sensación de euforia que produce esta droga en la mayoría de los individuos se debe a la disminución de los supresores en el centro de placer del cerebro. Éste, atribuye la misma importancia a todos los sonidos, las imágenes y las sensaciones de transcurso del tiempo que recibe. Los supresores, que regulan los estímulos, no pueden separa los mensajes importantes de los que deberían dejarse de lado. Esto reduce la atención, menoscabando la habilidad motora y la velocidad de reacción en un 40%, luego de fumar un cigarrillo de marihuana, y en un 63% después de fumar dos. Asimismo, influye en la reacción a los cambios repentinos, tales como la disminución de velocidad en el tráfico o frente a las personas que se encuentran cruzando la calle. Esta droga no sólo afecta la visión central, sino también la periférica (necesaria para conducir). Por la noche las luces aparecen distorsionadas y fuera de lugar. La marihuana intensifica los efectos del alcohol.

Estimulantes

Los estimulantes causan hiperactividad, pero no necesariamente mejoran el rendimiento.

La tendencia de un conductor a reaccionar de manera exagerada ante una situación determinada, o a correr riesgos innecesarios, es mucho mayor que su estado de alerta.Asimismo, la ingesta de estimulantes provoca que el individuo se exceda en su capacidad, ya que éstos ocultan el cansancio. El uso de estimulantes en grandes cantidades causa impaciencia, ansiedad y un comportamiento impulsivo en el conductor.

Depresores

Tienen un efecto sedante y disminuyen la actividad del Sistema Nervioso Central. Afectan la visión, la velocidad de reacción y la coordinación de movimientos. El conductor experimenta somnolencia y corre el riesgo de dormirse al volante.

Alucinógenos

Son sustancias especialmente peligrosas. Alteran el concepto de realidad de los usuarios, alejándolos de la realidad; lo que piensan, ven, sienten o escuchan.

Vale destacar que, a pesar de la gran preocupación por el uso indebido de drogas ilícitas, el alcohol es la sustancia de uso más común por parte de los jóvenes (dentro de las que alteran las funciones mentales).Su popularidad se debe a la aceptación social y a su disponibilidad.

Existe la dependencia o abuso de sustancias nocivas para la salud (drogas) cuando a pesar de los efectos negativos que éstas desencadenan, la persona sigue consumiéndolas constantemente, ya que no puede (o no quiere) dejar de consumirlas.

En la adolescencia, algunas de las causas por las que se abusa de sustancias son:

– Características de personalidad. Una persona curiosa siente más tentaciones por probar la droga. – Como vía de escape a los problemas escolares, familiares, sociales…- Presiones sociales (integración dentro de un grupo de amigos).- Vulnerabilidad genética. Los padres consumidores tienen hijos que están más predispuestos a consumir. – Estrés. En época de exámenes consumir droga para estudiar toda la noche.

En la siguiente tabla, aparecen las sustancias más consumidas por los adolescentes, los síntomas y sus posibles consecuencias.

Los estudios realizados presentan unas cifras alarmantes. El consumo parece que se inicia cada vez a más temprana edad. Ahora bien, existe gran diferencia entre los que consumen sustancias habitualmente y los que lo hacen de una manera esporádica.

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Es importante que los padres reciban claras orientaciones porque pueden ser un arma muy potente para ayudar a sus hijos. En ocasiones que desconocen cómo actuar, también pueden generar más conflicto y hacer que sus hijos pierdan el control sobre las sustancias. Estamos a su disposición para asesorarles como padres, así como para intervenir con los jóvenes en el caso que lo requieran.

Prevención y Tratamiento en el abuso de sustancias

Desde la década de 1980 el uso y abuso o dependencia de drogas legales e ilegales se ha trasformado en un grave problema de Salud publica. Se sabe gracias a diversos relatos históricos, que las drogas han sido utilizadas por diversas culturas, especialmente en el ámbito religioso. El mayor problema de esta cuestión es cuando estos productos son mercantilizados lo que provoca que el consumo aumente. Por lo que en la actualidad se podría decir que nos encontramos en una crisis de drogas.

La crisis de drogas se caracteriza por que existe una oferta excesiva de drogas legales e ilegales, además de los problemas sanitarios agregados como los accidentes y la violencia, al igual que el modelo de poderes económicos ilegales (que son los beneficiados de la venta ilegal de drogas).

Esta crisis se debe a que existe un mercado productor y distribuidor (no olvidando incluir al consumidor), también la existencia de lideres intelectuales que han minimizado el daño y están promoviendo la liberación, a parte de que se incluyen los lideres sociales como los artistas y deportistas, los que publican su consumo de tal modo que muchos por imitarlo lo siguen.

Existen dos factores que conforman el escenario social en el abuso de sustancias, que son la oferta y la demanda. La primera es aquella integrada por el narcotráfico, la industria farmacéutica, las productoras de tabaco, alcohol e ínhalantes. Y el segundo que esta integrada por la población de niños, adolescentes, jóvenes y adultos que son los que consumen las sustancias.

Existen las drogas legales que son aquellas cuya comercialización esta autorizada y s regulada por órganos del estado y primordialmente su consumo es socialmente aceptado como son el tabaco, el alcohol y las utilizadas por la medicina como los psicofármacos y los barbitúricos.

También están aquellas drogas que son ilegales de las cuales esta prohibida su comercialización y su consumo por la existencia de un marco legal que legisla las transgresiones. Las drogas de este tipo que más se utilizan son la marihuana, la cocaína, el LSD, las drogas elaboradas en laboratorio como el éxtasis y las plantas alucinógenas.

El proceso de evolución hacia la adicción consta de tres pasos.

El primero de ellos es cuando el joven recurre a la droga de manera esporádica, y puede abandonarla si así lo desea, este seria un buen momento para intervenir, pero en muchas ocasiones la presión del grupo y sus carencias personales hace que su consumo continué; la droga puede ser regalada o compartida, de modo que no afecta su vida escolar, laboral, de relaciones interpersonales y familiar.

La segunda es cuando casi sin darse cuenta de ello, el consumidor empieza a convertirse en adicto, comienza a abusar de la droga, la tolera y empieza a padecer el síndrome de abstinencia, puede que participe en hurtos para obtener dinero, también puede tener una participación en la distribución de la droga lo cual le es retribuido con una dotación personal; comienza a verse afectada su vida cotidiana en torno a la familia, escuela trabajo y relaciones interpersonales; lleva una doble vida por un lado una cotidiana, mentirosa y trasgresora para los allegados habituales y otras adicta que se va desarrollando con los grupos de pares, los cuales tienen comportamiento similares.

Y finalmente en la tercera es cuando ya se habla de la dependencia absoluta que es cuando ya no puede vivir sin la droga, es ya capaz de robar y participar mas que antes en actos delictivos para conseguir la sustancia que necesita; la relaciones interpersonales, escolares, laborales y familiares se ven absolutamente deterioradas, si no recibe ayuda corre el riesgo de morir.

De este modo se puede ver que el abuso de sustancias es un problema grave al que nos enfrentamos, si hablamos de cifras Silber y Pagnoncelli de Souza, publicaron un trabajo el cual realizaron en poblaciones escolares de primaria y secundaria, y de ahí se revelo que el 80, 5% de la población había consumido alcohol aunque sea una vez en su vida, el 18,6% lo hacia de manera frecuente, mientras que el 28% había consumido tabaco al menos una vez en su vida, y el 5,3% lo hacia de manera frecuente y finalmente el 22,8% consumía drogas psicotrópicas al menos una vez en su vida y el 3,1% lo realizaba de manera frecuente .

La mitad de los adultos provenientes de una muestra nacional comenzó a consumir alcohol y tabaco antes de los 16 años.8 Esa proporción se reduce a un 22,8% cuando se indaga acerca de drogas ilegales, en tanto que un 2,5% inició el consumo ilícito de medicamentos antes de los 16 años. La misma fuente nos muestra que la edad de prueba de la marihuana fue para un 20% antes de los 15 años. Entre los 16 y 18 años, lo hizo el 45% y un 21% luego de los 20 años. Con respecto a las drogas sociales, la edad de inicio, tanto para tabaco como para alcohol, es entre los 12 y 15 años. El consumo es más tardío entre las mujeres que entre los varones (Roldan, 2003)

Debido a que las cifras son verdaderamente grandes es necesario la implementación de un tratamiento para aquellos que ya son consumidores, y el caso de aquellos que todavía no, pero que tienen un acceso a este tipo de sustancias se debe se hablar de la prevención

Tratamiento

En la actualidad, casi todos los países deben estudiar la mejor manera de hacer frente al abuso de una o mas sustancias psicoactivas que causan problemas a las personas, las familias y la comunidad. Esas sustancias comprenden el cannabis, los opioides (como la heroína), la cocaína, los estimulantes de tipo anfetaminico, los sedantes y tranquilizantes, los alucinógenos, los disolventes e inhalables y el alcohol.

La mejor manera en que se puede logara una organización y orientación contra el abuso de sustancias es mediante una política publica y un estratégico. Si bien es posible elaborar un programa de tratamiento individual o un sistema completo de tratamiento, crearlo reporta beneficios considerables.

Para poder hablar de un tratamiento primeramente es necesario definir a que nos referimos con esta palabra. Este puede definirse como una de las intervenciones estructuradas para tratar los problemas de salud y de otra naturaleza causados por el abuso de sustancias y de esta manera aumentar u optimizar el desempeño tanto personal como social. Según el Comité de Expertos de la OMS en la Fármaco-dependencia, el termino tratamiento se aplica al "proceso que comienza cuando los usuarios de sustancias psicoactivas entran en contacto con un proveedor de servicios de salud o de otro servicio comunitario y puede continuar a través de una sucesión de intervenciones concretas hasta que se alcanza el nivel de salud y bienestar mas alto posible" (Naciones Unidas, 2003).

Cuando se ayudan apersonas que sufren este tipo de problemas relacionados con el consumo de sustancias, existe una variedad de servicios y posibilidades de tratamientos que ayudaran a optimizar su capacidad física, mental y de interacción social. El objetivo seria ayudarle a librarse de la dependencia e cierta sustancia y de esta manera logara la readaptación social.

Los servicios y posibilidades de tratamiento pueden comprender la desintoxicación, terapia de sustitución y mantenimiento y/o terapias y asesoramiento psicosociales. El tratamiento también tiene por objeto reducir la dependencia de sustancias psicoactivas y mitigar las consecuencias negativas para la salud y las relaciones sociales del consumo de esas sustancias o relacionadas con este.

Para que una estrategia de tratamiento sea eficaz debe insertarse en ese marco normativo más amplio, principalmente en la reducción de la oferta y la demanda ya que estos son los objetivos primordiales. Los planes de tratamiento y prevención son sectores esenciales que respaldan la ejecución de un plan equilibrado de reducción de la demanda. En general, la planificación estratégica es una labor decisiva en la que uno o mas organismos determinan el carácter y alcance de las necesidades de una población y establecen un marco para utilizar de manera optima los recursos a fin de atender a esas necesidades.

En un plan de tratamiento son importantes los servicios de acceso directo, actuando estos como el primer contacto que las personas tienen con problemas relacionados al abuso de sustancias. Estos servicios también pueden ser llamados programas de la calle, para dar a entender que están situados en el seno de la comunidad.

Por lo regular este tipo de instituciones están administrada por organizaciones no gubernamentales, con una intervención que puede tener las siguientes actividades:

• Apoyo inmediato, es decir, sin que las personas tengan que solicitar consulta, a fin de brindar información y orientación (entre otras cosas, sobre atención de la salud, cuestiones jurídicas, vivienda, empleo y capacitación etc.) y prestar servicios básicos de supervivencia:

• Actividades de acercamiento y orientación en la comunidad; servicios de prevención de la transmisión de virus por la sangre, entre ellos, educación, asesoramiento e intercambio de jeringuillas y agujas, y educación en materia de prevención de sobredosis;

• Servicios de asesoramiento general con cita previa;

• Líneas telefónicas de ayuda para brindar orientación con carácter anónimo y confidencial;

• Información para la remisión de casos y actividades de promoción;

• Grupos de autoayuda;

• Grupos de apoyo a la familia;

• Servicios de postratamiento y apoyo en la comunidad en general.

Uno de los elementos importantes de estos servicios son los grupos de autoayuda, para los usuarios y sus familiares, como son los grupos de Alcohólicos anónimos, Narcóticos Anónimos, Cocainómanos Anónimos, los cuales son administrador por personas que también se están sobreponiendo de la dependencia algún tipo de sustancia, que además asisten a grupos de debates y sesiones de apoyo (Naciones Unidas, 2003).

Es común que la persona que tiene un problema de drogas recurra a un servicio de acceso directo por un problema de índole general —por ejemplo, un problema de salud, dificultades en sus relaciones o preocupaciones financieras— y que sus dificultades concretamente relacionadas con el abuso de drogas se descubran en el curso de su contacto con ese servicio.

A continuación se hablara de algunos tratamientos en el abuso de las sustancias estructurados

Uno de ellos es la desintoxicación clínica que es la etapa inicial e intensiva dentro de un tratamiento. En este tipo de programa se aplica un programa de desintoxicación para los drogodependientes, el cual es bajo supervisión médica. En especial aquellos drogodependientes que son consumidores de drogas por las cuales puedan sufrir problemas de abstinencia es con los que mas se necesita una supervisión médica en el proceso de privación.

El síndrome de abstinencia que en ocasiones se puede desarrollar al suspender el uso de cierta droga, es variado según del tipo que se este hablando. Los síntomas que generalmente se presentan son la necesidad excesiva de consumir la sustancia, lo cual se manifiesta por ansiedad, inquietud, irritabilidad, insomnio y falta de concentración.

El objetivo principal de los programas de desintoxicación es lograr la abstinencia en la forma más segura y cómoda posible. Diversas medicaciones han resultado eficaces para la desintoxicación de opioides, entre ellas medicaciones verdaderamente análogas o agoniotas como la metadona, agonistas parciales, como la buprenorfina, y otras drogas no opioides llamadas agonistas a-adrenergicos (lofexidina o clonidina). En algunos programas de interacción se utilizan antagonistas de opioides previa administración de sedantes o de anestesia general (lo que se llama desintoxicación ultrarrápida). En algunos países se utilizan productos opiáceos (entre ellos, tintura de opio) como agentes desintoxicantes. El estado de abstinencia de benzodiazepinas por lo general se induce administrando una benzodiazepina de acción prolongada (por ejemplo, diazepam) (Naciones Unidas, 2003).

Es necesario aclarar que la desintoxicación por si misma no constituye el tratamiento de rehabilitación y en pocas ocasiones se puede lograr que los pacientes tengan una abstinencia duradera. Mas bien esta es la primera etapa por lo que se pasa en un programa de tratamiento, que esta encaminado en posibilitar las abstinencia y por consiguiente la recuperación

Existen también los servicios de desintoxicación en un régimen ambulatorio o en la comunidad. Por lo general la desintoxicación se inicia en el centro que ejecuta el programa o en el domicilio del paciente con un periodo de estabilización en el que se administran sustancias de sustitución. Después de ese periodo de estabilización, se va reduciendo gradualmente la dosis a lo largo de un periodo que fluctúa entre algunas semanas y varios meses. En ese periodo se puede alentar al paciente a recibir asesoramiento, tratamiento medico y otros servicios de apoyo. En muchos aspectos, en líneas generales, algunos de esos programas pueden compararse, con los programas de mantenimiento ambulatorios o en la comunidad.

Después de la desintoxicación se procede a la rehabilitación, la cual es la etapa donde se maneja la prevención de recaídas, en el cual se atienden las necesidades de las personas que ya han concluido un programa de desintoxicación, o que no han presentado síntomas de privación que exija que se les sometiese a desintoxicación. Los programas de prevención de recaídas tienen como objetivo cambiar el comportamiento de los pacientes para que puedan poner un alto al deseo d consumir sustancias. Durante esta etapa se aplican intervenciones de tipo psico-social y farmacológica.

Los programas en la comunidad ambulatoria ofrecen un plan de atención psicoterapéutica o de asesoramiento general. El plan se suele configurar en función de las necesidades de cada participante con arreglo a un método de gestión de casos. El método esta basado en la determinación inicial y continua, por parte de un clínico o una persona especializada, de los problemas, recursos personales, apoyos sociales y factores de tensión existentes. Ese análisis da lugar al establecimiento de un conjunto de metas individuales de tratamiento que la persona ha de alcanzar, cuyo cumplimiento se verifica y examina periódicamente en el curso del tratamiento. La gestión de casos abarca también funciones de enlace y la remisión a otros servicios auxiliares de apoyo que necesite el participante, así como a otros programas especializados pertinentes.

También están los programas de rehabilitación residencial, los cuales pueden ser a corto o largo plazo, y estos suelen incluir un plan de desintoxicación en la primera etapa de duración que puede ser de 30 a 90 días. Por lo regular los programas de largo plazo no comprenden la abstinencia con supervisión medica y pueden durar de 6 mese aun año. El modelo mas común que se utiliza en la rehabilitación residencial es el de a largo plazo, dentro de la comunidad terapéutica. Este tipo de servicios cuentan con varias características en común las cuales son:

1) Vida comunitaria con otros adictos en recuperación

2) Asesoramiento individual y en grupo para prevenir recaídas

3) Gestión de los casos en forma individual;

4) Desarrollo de la capacidad para enfrentar la vida cotidiana; formación y experiencia laboral; servicios de vivienda y re-instalación, y apoyo al postratamiento.

Por lo regular se utiliza una metodología semejante a la de los grupos de autoayuda. Algunos de eso programas cuentan con hogares intermedios o de transición que son espacios colectivos semi-independientes, los cuales están por lo regular situados cerca del lugar en que se administra el programa residencial principal.

Al igual existen los programas de sustitución y mantenimiento, ya que el objetivo principal de la mayoría de los programas de rehabilitación es la abstinencia, se pueden prescribir sustancias de sustitución como la metadona y la buprenorfina, con fines de mantenimiento, a las personas con dependencia de opioides. Con frecuencia se administra tratamiento de mantenimiento a las personas que han fracasado reiteradamente en los programas encaminados a lograr la abstinencia. En los programas de mantenimiento se administra una sustancia de sustitución en dosis adecuadas y estables durante varios meses y, en ciertos casos, durante anos. Es importante considerar la prescripción de sustancias al paciente en la comunidad como plataforma de las intervenciones de asesoramiento psicosocial que se han de aplicar en combinación con los programas de mantenimiento.

En algunos programas estructurados existe un periodo de tratamiento menos intensivo, que se denomina postratamiento, que se da después de que el paciente ha concluido el programa principal. Este postratamiento pede limitarse aun mes o se pude prolongar hasta tiempo después de haberse terminado el tratamiento, y su objetito es seguir dando a los paciente apoyo, el cual es necesario para mantener los resultado y metas logradas con anterioridad.

Este postratamiento puede estar compuesto de llamadas telefónicas periódicas, visitas programadas y no programas o sin consulta previa, así mismo se puede alentar a los participantes a formar parte de grupos de autoayuda y ofrecerles servicios de apoyo y orientación generales a la comunidad de ser necesario.

En los últimos anos se han hecho esfuerzos concretos por establecer servicios de tratamiento integral. Esos servicios constituyen la integración de distintos métodos de tratamiento, como el asesoramiento en la comunidad y la rehabilitación residencial, encaminados a ayudar a las personas a lograr una abstinencia duradera.

En muchos países existe interés en elaborar intervenciones terapéuticas en el entorno de las instituciones de justicia penal. Hay varios puntos de contacto e instancias en ese sistema que pueden prestarse para las intervenciones:

• Detención. Evaluación preventiva y remisión a servicios de tratamiento, en el momento de la detención, por parte de profesionales que trabajan con la policía.

• Antes de la condena (remisión durante la libertad condicional) Planes que entrenan la remisión de delincuentes a servicios de tratamiento en el periodo comprendido entre la detención y la condena, cuando el oficial de vigilancia determina que abusan de drogas.

• Condena a servicios en la comunidad. Se pueden organizar programas de tratamiento estructurado como parte de una condena a servicios en la comunidad y de otras sentencias de libertad vigilada, imponiéndolo como condición;

• Condena a pena privativa de libertad y periodo posterior. Se puede utilizar un marco terapéutico básico para administrar tratamiento de desintoxicación, prestar asesoramiento durante la reclusión y brindar apoyo en la etapa de postratamiento. Pueden adoptarse disposiciones para que los reclusos que queden en libertad antes de cumplir la totalidad de su condena continúen el tratamiento (tratamiento en el periodo de libertad vigilada (Naciones Unidas, 2003).

Para finalizar este apartado podemos resumir que en un primer momento se debe trabajar para convencer al paciente de la necesidad y el beneficio de dejar el consumo de sustancias legales o ilegales. Si el paciente no acepta, trabajaremos con la familia o adultos convivientes o referentes, amigos, novios, para que acompañen y puedan esperar los tiempos de cada joven, sin juzgar, conteniendo con afecto y acordando límites. Red de apoyo y acompañamiento. Además, se deberá trabajar sobre las vulnerabilidades personales, familiares y grupales.

Una vez aceptado el tratamiento deben establecerse normas claras, por escrito, que el paciente y su familia deben conocer y respetar .El tratamiento debe comprender las siguientes etapas de:

1. Desintoxicación y deshabituación.

2. Actividades programadas.

3. Capacitación y reinserción educativa o laboral.

4. Reinserción social.

Tras cumplir la etapa de desintoxicación y deshabituación, podrá iniciarse el trabajo psicoterapéutico, ya que hasta ese momento el psiquismo del joven está interferido por la impregnación de sustancias tóxicas. Cada etapa debe cumplirse trimestralmente .Puede variar de acuerdo con cada paciente. El tratamiento debe considerar un alta precaria al año y definitiva en dos o tres años. Puede haber diferencias de abordajes terapéuticos. Todos son válidos si logran la curación. Hay que asumir las nuevas oportunidades que estas patologías nos ofrecen; lo importante es no delegar y saber que todos los profesionales que trabajamos con niños,

Tratamientos psicológicos en el abuso de sustancias

Existen diversos tratamientos psicológicos que se utilizan en abuso de sustancias entre ellos esta las terapias cognitivo conductual (TCC), la entrevista motivacional.

La revisión de diversas investigaciones sobre el tratamiento en el abuso de sustancias indica que las intervenciones cognitivo-conductuales se encuentran entre las efectivas hasta la fecha. La TCC integra diversas estrategias que incluyen diversas actividades de afrontamiento, prevención para las recaídas y manejo de contingencias (reforzando positivamente al abstinencia, brindando refuerzo para el retiro de uso de sustancias). También se sabe que este tipo de terapia suele ser mas efectiva en mujeres que hombres. Rothfleisch en 1999 reporto que las mujeres que permanecieron en tratamiento mas tiempo y tuvieron recaídas mas tardías cuando recibieron terapia de prevención basada en habilidades de tratamiento comparado con discusiones generales e intervenciones de apoyo.

Con respecto a la entrevista motivacional diversos estudios muestran que tanto mujeres como hombres abusadores de sustancias responden bien a un acercamiento empático centrado en el cliente, a diferencia del acercamiento de confronte usando tradicionalmente el abuso de sustancias, la entrevista motivacional ha dado efectos beneficiosos en una variedad de comportamientos en el abuso de sustancias.

La entrevista motivacional esta diseñada para incrementar la disponibilidad del cliente al cambio resolviendo la ambivalencia sobre el cambio del comportamiento. El proceso la exploración de una ambivalencia en una atmósfera de aceptación, calidez y respeto.

Prevención

Resulta importante hablar del tratamiento en el abuso de sustancias, pero del mismo modo es de suma importancia de hablar de la prevención ya que si esta es llevada y causa el efecto deseado no existiría la necesidad del tratamiento.

Se sabe que la adolescencia es el resultante de la interacción de variante como la familia, la escuela, el grupo de pares, los medios de comunicación, el contexto social y el momento histórico que les toca vivir. La identidad que construya el adolescente y sus comportamientos estarán dados por la suma de todas ellas. El equipo de salud asiste y acompaña todo este proceso desde el momento de la concepción.

Entendemos al trabajo preventivo como aquel que evita la aparición de un daño, promoviendo el desarrollo de factores y conductas protectoras y disminuyendo los factores y conductas de riesgo.

Hay que destacar en el campo de la prevención, el privilegio y la potencial efectividad que tienen las intervenciones que se realicen en los diez primeros años de vida. Permitirán a los adolescentes transitar esta etapa en forma favorable y con menos indicadores de riesgo.

El pediatra y todo el equipo de salud que trabaja con niños y sus familias, en la etapa de 0 a 10 años, tienen una responsabilidad y una gran oportunidad en la prevención de las patologías psicosociales que se dan en la etapa adolescencia- juventud: adicciones, trastornos del comportamiento alimentario, embarazo no deseado, violencia, depresión, suicidio, fracaso escolar, comportamientos delictivos.

La asistencia y el seguimiento de niños en la etapa adolescente permiten evaluar las intervenciones realizadas con poblaciones menores de 10 años. A pesar de haberse trabajado interdisciplinariamente y multidisciplinariamente, especialmente con psicólogos, psicopedagogos, psiquiatras y docentes, las intervenciones realizadas fueron insuficientes. Psicodiagnósticos, diagnósticos psicopedagógicos, psiquiátricos y neurológicos, con abordajes individuales o familiares, no fueron suficientes para cambia estructuras que afectaban a algunos de los miembros de la familia o a todo un grupo familiar.

Hay síntomas a los que se les debe prestar atención son los pequeños hurtos, las mentiras, la impulsividad, el déficit de atención, la hiperactividad, las transgresiones reiteradas, los comportamientos violentos, el mal desempeño escolar. Si éstos indicadores no se tratan antes de los 10 años, nos vamos a enfrentar con adolescentes con mayores riesgos. Encontramos muchos de los comportamientos citados como antecedentes cuando asistimos a poblaciones de adictos. No son exclusividad de las adicciones, los podemos ver en otras patologías psicosociales.

Es por ello que para que un programa de prevención sea efectivo se necesita la identificación de diversos factores como son:

  • La identificación debe ser específica más que universal, esto se refiere a que se debe de tomar en cuenta que cada conducta es un fenómeno complejo que se asocia de una manera peculiar a diversos factores. Por ejemplo cuando se habla de abuso de alcohol en jóvenes es preciso que se tenga en cuenta que el problema esta medido por la etapa de desarrollo en la que se encuentran, además de las características de la comunidad en la que viven y la aceptación cultural del consumo; al igual que las habilidades personales especificas asociadas a la resistencia de presión del grupo para que consuma y la capacidad del sujeto para controlar su ingesta

  • Es necesario que el programa de prevención incluya métodos de enseñanza centrados en la orientación del individuo acerca de cuando, hacia que dirección y como debe ocurrir el cambio. Sus acciones deben dedicarse al desarrollo de habilidades y en la instrucción de preferencia interactiva para que facilite la participación de los jóvenes tanto en la formulación del problema como en el diseño de alternativas de prevención , todo esto con el fin de que logre superar las barreras cognitivas sociales y comportamentales que le puedan llegar a impedir un control eficaz del consumo

  • Las acciones preventivas es necesario que estén sustentadas en un teoría explicativa de los fenómenos que guié la elección de las estrategias y de aquellos aspectos relevantes en los que llegue a ser necesario intervenir

  • Los programas de prevención del consumo del alcohol deben incluir una variedad de métodos de intervención para asegurar que este impacte en todos los niveles, y pueda así fortalecer los resultados de las acciones y facilitar la adquisición de habilidades en el control del consumo y promover la participación de los jóvenes en actividades diversas acordes a sus intereses.

  • También los programas de prevención deben ser socio-culturales, esto quiere decir que tomen encuentra las reglas que hay dentro de la comunidad, además de las practicas y creencias culturales.

  • Se debe promover la posibilidad de construir relaciones de modo mas positivo entre los adultos y los jóvenes, lo cual facilitara una interacción que fortalezca l conexión joven-familia-maestros-comunidad y de este modo sea posible alcanzar los objetivos de la prevención

  • Los dosificados de los programas deben ser suficientes en términos de intensidad, duración, calidad, cantidad, y tiempo respecto a las necesidades planteadas. Así se lograra que la prevención aparte de de estar cristalizada en programas conformados por proyectos y acciones que superan los problemas en la prevención como el activismo.

  • Las acciones de prevención deben de ocurrir en el momento apropiado, cuando aun es el tiempo de disminuir el riesgo y prevenir que el problema de abuso aparezca.

  • Es necesario tener una evaluación de cada programa de prevención que se implemente para comprobar la efectividad del mismo.

  • Aquellos profesionales que son los encargados de diseñar el instrumentar los programas de prevención deben de estar entrenados y además poseer un solidó cocimiento cobre el tema y los recursos con los que cuentan.

  • La prevalecía debe sustentarse en las corresponsabilidad, pues la forma integral y la salud de los jóvenes no es un asunto exclusivo de la escuela ni del sistema sanitario, es un asunto que también compete a los agente gubernamentales que conforman la política (Londoño, 2005).

La prevención puede entenderse como la identificación previsora y acción anticipada para evitar la aparición y difusión, minimizar los efectos, de un hecho social no deseable, sea cultural, sanitario o crimina.

La elaboración de procedimientos específicos para alcanzar tales fines exige precisar conceptos que fundamenten su utilidad en el diseño de prácticas de prevención al uso indebido y el consumo abusivo de drogas.

Los dos grandes paradigmas para interpretar el asunto de las drogas difieren en sus estrategias de intervención ante el consumo. La propuesta por una sociedad libre de drogas privilegia la prevención del consumo o la reducción del riesgo, se propone una actuación ex ante, mientras que la propuesta de la reducción del daño se propone una actuación ex post. La primera reduce el problema al modelo infecto contagioso, donde de lo que se trata es de impedir que la población vulnerable o en condición de riesgo entre en contacto con ella o esté vacunada ante tal eventualidad. En cambio, la segunda propuesta que pone el problema en el campo cultural – conjunto de valores y símbolos que guían la conducta humana– reconoce la funcionalidad de las drogas en la sociedad y se propone intervenir sobre las consecuencias negativas de su abuso.

La prevención de las drogas tiene dos modalidades de intervención: la prevención de la oferta mediante medidas legales administrativas y penales para impedir su provisión; y la prevención de la demanda, también con medidas legales administrativas y penales para impedir su adquisición y uso. Además, la prevención está concebida como un conjunto de intervenciones cuyo fin es persuadir a quienes no usan drogas de abstenerse de hacerlo y a quienes sí lo hacen a dejarlas.

Cualquier uso de drogas es considerado incompatible con una buena salud y calificado de alto riesgo sanitario, social y criminal. Sin embargo, dado que la voluntad humana parece voluble a los organizadores de la sociedad, para su mejor administración se ha venido desarrollando un saber y una pragmática destinada a intervenir aquellos factores del medio ambiente en el cual está puesto el sujeto y que, en el análisis de su correlación estadística, serían determinantes de la conducta humana.

Si esos factores son positivos para el sujeto son considerados protectores, mientras que los perjudiciales serían factores de riesgo. Una situación de riesgo no es un estado de peligro sino sólo la proximidad o contingencia de un daño, que es la inminencia de su acontecer. Es el carácter situacional el que establece el valor protector o de riesgo de algo: una escollera puede ser un riesgo para un barco pero si queda entre él y las olas puede atenuar el impacto del agua.

Existen modalidades inespecíficas y específicas de prevención ante los eventos indeseados. Las normas que rigen el tránsito son medida de prevención inespecífica; en cambio, el uso del cinturón de seguridad es una medida preventiva específica para evitar los golpes en caso de impacto. En salud, la dotación de agua potable para toda la población sería una medida inespecífica ante las epidemias infecto-contagiosas como el cólera; y serían medidas específicas la aplicación de una vacuna, la hidratación del afectado en peligro de muerte por deshidratación, y el aislamiento y tratamiento de la infección para prevenir la difusión de la epidemia.

En lo particular la prevención inespecífica busca promover la salud y los estilos de vida saludables, fomentando medidas nutricionales adecuadas, alertando ante la exposición a sustancias peligrosas para la salud, recomendando evitar las actividades arriesgadas y proponiendo actividades recreativas positivas para el estado físico y mental de sus ejecutantes.

Las medidas preventivas específicas promueven, facilitan, ejecutan y evalúan las medidas concretas de carácter profiláctico e higiénico destinadas a impedir la aparición y difusión de determinadas enfermedades infesto o infecto-contagiosas, o degenerativas en poblaciones definidas e individuos concretos. Incluyen la detección de los síntomas de cualquier alteración de la salud entre los individuos de una población, con el fin de derivarlos al sistema de atención competente para su evaluación, diagnóstico y tratamiento pertinente.

Para terminar con la concepción estratégica de la prevención es bueno recoger de otras experiencias las reglas básicas de su construcción (Milanese y Mero, 1999 citado por Remetería, 2001):

La prevención y la rehabilitación son las dos caras de una misma moneda.

La prevención es local o no es prevención.

La prevención es sobre sistemas y sus intersecciones. La intervención no es sólo sobre los grupos segmentados sino que sobre los conflictos que hay entre ellos.

La prevención es sobre la situación crítica.

La prevención no tiene por finalidad específica la desaparición de la situación crítica.

La prevención se da en lo cotidiano.

La prevención no es información.

La prevención presupone competencias predictivas y manipulativas.

La prevención presupone un sistema adecuado de conocimientos e hipótesis.

La prevención es siempre y únicamente una estrategia evaluable

Estado del arte en el abuso de sustancias

Se han realizado diversa investigaciones con respecto al abuso de sustancias, una de ellas es la adicción al tabaco, ha pesar de ser esta una droga legal, esta ha causado grandes problemas a la población de consumidores.

"En la Encuesta Nacional sobre el Uso de Drogas y la Salud (NSDUH, por sus siglas en inglés) del 2008 informó que había alrededor de 70.9 millones de americanos de 12 años de edad o mayores que reportaron haber usado productos de tabaco en los 30 días anteriores a la encuesta ("uso actual"). De éstos, 59.8 millones (23.9 por ciento de la población) fumaban cigarrillos, 13.1 millones (5.3 por ciento) fumaban puros o cigarros, 8.7 millones (3.5 por ciento) consumían tabaco sin humo y 1.9 millones (0.8 por ciento) lo usaban en pipas. Los datos confirman que el tabaco es una de las sustancias que más se abusa en los Estados Unidos. A pesar de que estas cifras siguen siendo inaceptablemente altas, ha habido una disminución de casi el 50 por ciento desde 1965, de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) "(NIDA, 2010).

El tabaquismo es una de las principales causas de muertes en Estados Unidos. El costo para la sociedad de mortalidad y morbilidad es asombroso económicamente hablando ya que se invierte al año 96 mil millones de costo total en los cuidados a la salud en Estados Unidos.

Hay más de 4, 000 sustancias químicas en el humo de los productos de tabaco. De todas estas sustancias químicas que contiene el tabaco la nicotina es su principal componente adictivo. El fumar cigarro es la forma más habitual de consumo de tabaco, pero en la actualidad también se ha visto un aumento en el consumo de tabaco sin humo, que es el tabaco en polvo y el tabaco de mascar. Cuando se fuma el tabaco, la nicotina llega rápidamente a sus niveles máximos en el torrente sanguíneo y penetra en el cerebro.

El hábito de fumar mata a más de 440,000 ciudadanos americanos cada año, más que el total combinado de muertes por alcohol, uso ilegal de drogas, homicidios, suicidios, accidentes automovilísticos y SIDA. Entre 1964 y el 2004, más de 12 millones de americanos murieron prematuramente por el tabaquismo y es casi seguro que, de los fumadores actuales en los Estados Unidos, otros 25 millones morirán de enfermedades relacionadas con el hábito de fumar.

Hay investigaciones extensivas que han mostrado que los tratamientos para la adicción al tabaco sí funcionan. Aunque algunas personas pueden por sí mismas romper con el hábito, muchas personas necesitan ayuda para dejar de fumar. Esto es particularmente importante porque dejar de fumar puede tener beneficios inmediatos a la salud. Por ejemplo, a las 24 horas de haber dejado de fumar, la presión arterial y la probabilidad de un ataque al corazón disminuyen.

Las terapias de reemplazo de la nicotina (las NRT, por sus siglas en inglés), como la goma de mascar o chicle de nicotina y el parche transdérmico de nicotina, fueron los primeros tratamientos farmacológicos aprobados por la Administración de Drogas y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos para usarse en los tratamientos para dejar de fumar. Estas terapias de reemplazo de la nicotina (en conjunto con apoyo conductual) se utilizan para aliviar los síntomas del síndrome de abstinencia, debido a que producen alteraciones fisiológicas menos severas que los sistemas basados en tabaco y en general proporcionan al usuario niveles de nicotina más bajos que los del tabaco.

Las intervenciones conductuales pueden desempeñar un papel integral en el tratamiento antitabáquico, ya sea conjuntamente con medicamentos o por sí solas. Emplean una variedad de métodos para ayudar a los fumadores a romper de autoayuda hasta la terapia cognitiva-conductual individual. Estas intervenciones enseñan a las personas a reconocer situaciones de alto riesgo que incitan a fumar, a desarrollar estrategias alternativas para no volver a fumar, a manejar el estrés, a mejorar su habilidad para resolver problemas así como para incrementar el apoyo social (NIDA, 2010).

Así mismo se han realizado investigaciones sobre los ínhalantes. Los inhalantes son sustancias volátiles que producen vapores químicos que se pueden inhalar para provocar un efecto psicoactivo o de alteración en tal. A pesar de que otras sustancias e abuso pueden ser inhaladas, el término "inhalantes" se utiliza para describir una variedad de sustancias cuya característica común principal es que rara vez, o nunca, son usadas por otra vía que no sea por la de inhalación. Esta definición abarca una amplia gama de químicos encontrados en cientos de productos diferentes que pueden tener diversos efectos farmacológicos.

Los disolventes volátiles son líquidos que se vaporizan a temperatura ambiental. Se encuentran en una variedad de productos económicos fácilmente obtenibles, de uso común doméstico e industrial. Éstos incluyen los diluyentes y removedores de pinturas, líquidos para lavado en seco, quita grasas, gasolinas, pegamentos, correctores líquidos y los líquidos de los marcadores con punta de fieltro. Los aerosoles son rociadores que contienen propulsores y disolventes. Éstos incluyen las pinturas pulverizadas, atomizadores para desodorantes y fijadores de pelo, rociadores de aceite vegetal para cocinar y rociadores para proteger telas o tejidos.

Los gases incluyen los anestésicos de uso médico así como aquellos que se utilizan en productos domésticos o comerciales. Los gases anestésicos médicos incluyen el éter, cloroformo, halotano y óxido nitroso, comúnmente conocido como "gas hilarante". Los nitritos a menudo se consideran una clase especial de inhalantes. A diferencia de la mayoría de los demás inhalantes que actúan directamente sobre el sistema nervioso central (SNC), los nitritos esencialmente dilatan los vasos sanguíneos y relajan los músculos. Asimismo, mientras que los demás inhalantes se utilizan para alterar el estado de ánimo, los nitritos se usan principalmente para intensificar el placer sexual.

Los químicos inhalados se absorben rápidamente a través de los pulmones y llegan a la sangre donde son distribuidos al cerebro y a otros órganos. Segundos después de la inhalación, el usuario experimenta la intoxicación y otros efectos parecidos a los producidos por el alcohol. Estos efectos incluyen balbuceo, inhabilidad para coordinar movimientos, euforia y mareo. Además, los usuarios pueden padecer de aturdimiento, alucinaciones y delirios.

Son muchos los sistemas del cerebro que pueden estar implicados en los efectos anestésicos, intoxicantes y de refuerzo de los diferentes inhalantes. Casi todos los inhalantes de abuso (con excepción de los nitritos) producen un efecto placentero al deprimir el sistema nervioso central (SNC). La evidencia presentada por los estudios realizados en animales sugiere que varios de los disolventes volátiles y gases anestésicos comúnmente abusados poseen efectos neuro-conductuales y mecanismos de acción similares a aquellos producidos por los depresores del SNC, entre los cuales se encuentran el alcohol y medicamentos tales como los sedantes y anestésicos.

Un estudio reciente indica que el tolueno (un disolvente encontrado en muchos inhalantes comúnmente abusados, incluyendo el cemento para los aeroplanos de modelo, los rociadores de pintura, los removedores de pintura y los quitaesmaltes) activa el sistema de dopamina cerebral.

Los abusadores de inhalantes corren el riesgo de sufrir una serie de consecuencias médicas devastadoras. La inhalación prolongada de los químicos altamente concentrados que se encuentran en los disolventes o aerosoles pueden inducir ritmos cardiacos rápidos e irregulares que pueden provocar un fallo cardiaco y la muerte pocos minutos después de una sesión de inhalación prolongada. Este síndrome, conocido como "muerte súbita por inhalación", puede resultar de una sola sesión de uso de inhalantes por parte de una persona joven que de otra manera es saludable. La muerte súbita por inhalación se asocia principalmente con el abuso del butano, propano y los químicos en los aerosoles (NIDA 2005).

Otro tipo de sustancia que se ocupa y sobre la cual se han realizado investigaciones es el éxtasis. La MDMA (Éxtasis ) es una droga ilegal que actúa tanto como estimulante así como psicodélico, produciendo un efecto vigorizante, además de distorsiones en el tiempo y la percepción, y la derivación de mayor placer de las experiencias táctiles. Típicamente, la MDMA (acrónimo de su nombre químico 3,4-metilenedioximetanfetamina) se toma por vía oral, generalmente en forma de tableta o cápsula, y sus efectos duran aproximadamente de 3 a 6 horas. La dosis promedio reportada es de una a dos tabletas, con cada tableta generalmente conteniendo entre 60 y 120 miligramos de MDMA.

La MDMA fue desarrollada en Alemania a principios del siglo XX, como compuesto precursor para ser utilizado en la síntesis de otros fármacos. Durante la década de los setenta, algunos psiquiatras en los Estados Unidos comenzaron a usar la MDMA como herramienta psicoterapéutica a pesar de que nunca se realizaron ensayos clínicos controlados con la droga, ni recibió aprobación de la Administración de Drogas y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos para ser usada en seres humanos. De hecho, no fue sino hasta finales del año 2000 cuando la FDA aprobó el primer ensayo clínico para la MDMA que determinará si se puede usar la droga con seguridad en dos sesiones continuas de psicoterapia bajo condiciones de seguimiento riguroso para tratar el trastorno de estrés postraumático. No obstante, la droga logró tener una leve acogida entre un grupo de psiquiatras a finales de los años setenta y principios de los ochenta. Algunos de ellos incluso la llamaban "la penicilina para el alma", porque parecía mejorar la comunicación en las sesiones con los pacientes y se reportaba que permitía que los pacientes lograran un mejor entendimiento de sus problemas. Fue durante este período que la MDMA comenzó a aparecer por primera vez en las calles.

La MDMA no es una droga benigna. Puede producir una variedad de efectos adversos a la salud, incluyendo náusea, escalofríos, sudoración, contractura involuntaria de los músculos de la mandíbula, calambres musculares y visión borrosa. También puede ocurrir una sobredosis con la droga. En este caso, los síntomas pueden incluir hipertensión arterial, sensación de desmayo, ataques de pánico, y en casos severos, pérdida del conocimiento y convulsiones.

Debido a sus propiedades estimulantes y el ambiente en que a menudo se la usa, la MDMA está asociada con una actividad física vigorosa por largos períodos de tiempo. Esto puede conducir a uno de los efectos adversos más agudos y significantes, aunque raro, es decir, un aumento marcado en la temperatura corporal (hipertermia).

De igual manera, en los usuarios habituales de MDMA se ha observado un nivel elevado de ansiedad, impulsividad y agresividad, así como disturbios en el sueño, falta de apetito y una reducción en el interés por el sexo así como en el placer derivado del mismo. Es posible que algunos de estos trastornos no sean directamente atribuibles a la MDMA, sino más bien a alguna de las drogas que a menudo se combinan con la MDMA, como la cocaína o la marihuana, o a los potenciales adulterantes encontrados en las tabletas de MDMA.

La MDMA afecta el cerebro aumentando la actividad de por lo menos tres neurotransmisores (los mensajeros químicos de las células del cerebro): la serotonina, la dopamina, y la norepinefrina. Al igual que con otras anfetaminas, la MDMA produce la liberación de estos neurotransmisores de sus sitios de almacenamiento dentro de las neuronas, lo que resulta en una mayor actividad neurotransmisora. En comparación con el poderoso estimulante metanfetamina, la MDMA produce una mayor liberación de serotonina y una menor de dopamina. La serotonina es un neurotransmisor que juega un papel importante en la regulación del estado de ánimo, sueño, dolor, emociones, apetito y otros comportamientos.

El uso de la presión politica ("lobbying") y programas de prevención de drogas liderados por jóvenes de la misma edad pueden ser un enfoque prometedor para la reducción del uso de la MDMA entre los adolescentes y adultos jóvenes. Las escuelas secundarias y las universidades pueden servir como vehículos importantes para la diseminación de mensajes sobre los efectos del uso de MDMA. Es importante proporcionar información científica precisa sobre los efectos de la MDMA si se quiere reducir los efectos dañinos de esta droga. La educación es una de las herramientas más importantes en la prevención del abuso de la MDMA.

Los tratamientos más eficaces para el abuso de drogas son intervenciones cognitivo-conductuales diseñadas para ayudar a modificar la manera de pensar, las expectativas y los comportamientos del paciente, y aumentar su habilidad para enfrentarse con los factores estresantes de la vida. Los grupos de apoyo para la recuperación del abuso de drogas pueden ser eficaces en combinación con intervenciones en el comportamiento como apoyo para una recuperación a largo plazo en la que no se recaiga en el uso de drogas. Actualmente no hay tratamientos farmacológicos para la dependencia de la MDMA. (NIDA 2006)

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Autor:

Mata Gloria

Mata María

Reyes Nancy

Núñez Eloísa

Enviado por:

Rosa María

Universidad Chapultepec

Partes: 1, 2, 3
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