Impacto del TLC sobre el empleo y comercio exterior en el sector textil y de confecciones en Ibagu
Enviado por nohorajaneth
- Resumen ejecutivo
- Problema de investigación
- Justificación
- Objetivos de la investigación
- Marco teórico
- Diseño metodológico
- Informe de resultados
- Glosario
- Conclusiones
- Recomendaciones
- Bibliografía
- Anexos
La industria de las confecciones en Ibagué está enfrentando muchos retos a nivel local y global. Cuando las cuotas a nivel global se eliminen en enero del 2006, la región perderá un escudo importante ante la competencia abierta en Estados Unidos, su principal mercado de exportaciones de prendas de vestir. La competencia abierta principalmente erosionará las exportaciones de confecciones a Estados Unidos, lo que originará pérdida de empleo y menores ingresos. Se espera que tan sólo la eliminación de las cuotas reduzca en un tercio prácticamente el nivel de empleo y los embarques de la industria Ibaguereña de las confecciones.
La ratificación y aplicación del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Colombia y tres países andinos (Ecuador, Perú y Bolivia) podrá contribuir de manera significativa a ayudar a los productores Ibaguereños a volver a ganar terreno en el mercado estadounidense dentro del entorno de competencia global luego de la aplicación de cuotas y la devaluación del peso. Se Estima que el TLC podría ayudar a mantener el nivel de empleo en el sector de las confecciones en un nivel de casi 4,000 trabajadores (aproximadamente 1,200 más de los que habría si no existiera el TLC dada la mayor competencia que habrá en el 2006). Los productores y trabajadores Ibaguereños podrían además beneficiarse, aunque sea ligeramente, si China revalúa su moneda en 10 por ciento. Se estima que dicho cambio impulse el empleo de Ibagué en ese sector en otros 300 puestos de trabajo.
La revaluación, sin embargo, no evitaría que China se convierta en el principal proveedor del mercado de las confecciones en Estados Unidos, tal como se espera.
A fin de mitigar los efectos del levantamiento de las cuotas y mejorar la posición competitiva de los productores de la ciudad de prendas de vestir en el mercado de EE. UU., los encargados de elaborar las políticas gubernamentales deben:
• Implementar el TLC de manera rápida, a fin de que los productores de Ibagué se beneficien rápidamente de las disposiciones del acuerdo.
• Desarrollar políticas a nivel local como aumentos de salarios bajo un esquema más integral a fin de que se tome en cuenta el impacto total en la competitividad de las exportaciones, la productividad, y las inversiones.
Asimismo, los agentes de la industria de las confecciones deben esforzarse por:
• Fortalecer su competitividad centrándose en las fuentes de aprovisionamiento de tejidos, en la producción integrada a lo largo de las distintas fases de la cadena (full package) y procesos rápidos de producción y despacho.
• Diversificar las exportaciones hacia productos no tradicionales, como zapatos, ensamblaje de equipos electrónicos, procesamiento de alimentos y servicios de valor añadido.
El 1 de enero del 2005, Estados Unidos y la Unión Europea concluirán una década de eliminación gradual de las cuotas a textiles y confecciones, poniendo fin a prácticamente 45 años de comercio regulado y relativa estabilidad en la industria.
Después de haber tenido por poco tiempo libre acceso al mercado de Estados Unidos, Ibagué verá su margen de preferencias erosionado en ese mercado. Mientras tanto, los proveedores con bajos costos, principalmente en Asia, se beneficiarán de la eliminación de cuotas que han estado limitando sus exportaciones al mercado de EE.UU.
Más de la mitad de las barreras comerciales que los países asiáticos enfrentan son el resultado de la restricción que imponen las cuotas. Los aranceles a las importaciones de EE.UU. provenientes de Asia representan un promedio de 18,7 por ciento, pero el arancel promedio equivalente de las cuotas que restringen estas importaciones representa un porcentaje adicional de 19,1 por ciento.
Cuando se eliminen las cuotas, Ibagué enfrentará una fuerte competencia por el mercado estadounidense y es probable que ello reduzca las exportaciones de confecciones Ibaguereñas y los puestos de trabajo que ésta genera.
En un esfuerzo por mejorar sus condiciones comerciales, los países andinos (excepto Venezuela), importantes proveedores de textiles y confecciones al mercado estadounidense, están negociando un tratado de libre comercio con Estados Unidos.
Este acuerdo:
• Otorga a las exportaciones de las partes que lo suscriben acceso permanente libre de aranceles al mercado de Estados Unidos.
• Permite el uso ilimitado de tejidos e hilados locales y regionales, alentando a los productores locales a integrarse en la producción textil y así impulsar la ventaja competitiva de las empresas en la región.
• Permite el acceso limitado a tejidos elaborados en países del CAN, incluyendo Canadá y México.
• Permite el uso ilimitado de botones y accesorios de fuera de la región.
• Para algunos pocos productos, permite el uso ilimitado de telas de terceros países.
La sencillez de las reglas de origen de este tratado se opone a la de la Ley de Preferencias Arancelarias (APTDEA), que otorga a las confecciones calificadas de las naciones Andinas, incluyendo Colombia, acceso libre de impuestos al mercado de Estados Unidos hasta el 01 de enero del 2006.
La regla de origen de la APTDEA requiere que las confecciones sean elaboradas con telas e hilados de EE.UU. y limita el uso de botones y avíos que no sean de la región. Se espera que las reglas del TLC ofrezcan a la región un impulso competitivo cuando las cuotas sean removidas en el 2006.
Pero así como el tratado promete alentar la competitividad de la industria de textiles y las confecciones, existen factores en el panorama doméstico o local que amenazan con socavarla. La reciente crisis macroeconómica del país implica una presión adicional sobre el sector de las confecciones, que aumenta los costos de producción, disminuye la competitividad de las exportaciones y afecta de manera negativa las evaluaciones de los potenciales inversionistas respecto al retorno de las inversiones.
La posible revaluación de la moneda de China, dada la probada fortaleza china en la industria de los textiles y confecciones, también podría afectar la competitividad de la industria de textiles y confecciones de Ibagué.
Todos estos factores están generando un rápido cambio en el contexto comercial y con seguridad darán como resultado un mercado mundial bastante diferente al actual. Los productores de textiles y confecciones, por ejemplo, enfrentarán a compradores con mayor poder de decisión, quienes reducirán el número de productores con los que trabajarán. Los compradores también buscarán productores que puedan proporcionar servicios de valor añadido y amplias colecciones de prendas.
Los productores en Ibagué pueden tomar varias medidas para enfrentar estos retos, como agrupar empresas en clusters, fortalecer las capacidades de diseño, manejar todos los aspectos de la producción, (incluyendo el transporte y las fuentes de aprovisionamiento de los tejidos) y asegurar procesos aduaneros eficientes para satisfacer las exigencias de los programas antiterroristas de EE.UU.
En este Documento, se revisa los elementos del contexto comercial que afectan y afectarán el comportamiento de la industria textil y de confecciones de Ibagué. En los siguientes capítulos, se describen la eliminación de las cuotas y la potencial generación de empleo en la ciudad en el sector de la confección, representado en la implementación del TLC y por ende en un incremento del comercio exterior con Estados Unidos.
Cada capítulo contiene los antecedentes de cada tema, presenta los supuestos que respaldan nuestro análisis de la información disponible y presenta las estimaciones de las exportaciones y el empleo directo en la industria, centrándose, en particular, en Ibagué. Concluimos revisando varias estrategias que Ibagué puede adoptar para mejorar su competitividad.
1. PROBLEMA DE LA INVESTIGACIÓN
- FORMULACION DEL PROBLEMA
Bajo el modelo económico de apertura comercial, adoptado por el gobierno colombiano desde la presidencia de Cesar Gaviria en el año 1991, el estado, el gobierno y el sector privado han venido jugando un "nuevo" papel hacia una economía de mercado, fundamental en lo concerniente a obtener el máximo beneficio de las ventajas comparativas y competitivas, que le permitan al sector productivo tener presencia activa y creciente en los mercados externos.
Por lo tanto, se analizan de manera puntual las posibilidades y realidades de la contextualización de algunas políticas del Gobierno Nacional, que vienen siendo lideradas por el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, y coordinadas y desarrolladas por entidades comprometidas en apoyarlas y darlas a conocer de manera directa al sector industrial desde diferentes campos de acción.
Tales actividades están siendo adelantadas por la Cámara de Comercio de Ibagué, el SENA, el gremio del sector manufacturero, el Centro de Productividad del Tolima, las Universidades, el gobierno departamental y municipal y otras entidades del sector público y privado.
Dentro de los problemas más preocupantes que viene enfrentando Ibagué se encuentran las elevadas tasas de desempleo y subempleo, situación que al finalizar el año 2004 ubicó a la ciudad como la de mayor desocupación, con un índice del 22.8%, seguida por Pasto con el 19.7%, tasa que resulta elevada con respecto a la media de las principales trece ciudades y áreas metropolitanas de 15.9%, lo que implica un desfase de 6.9 puntos porcentuales.
Así mismo, mientras que la tasa de subempleo en Colombia fue del 29.9%, en Ibagué ascendió al 39.2%, con lo cual la capital del Tolima superó el promedio nacional en nueve puntos porcentuales, al ser rebasada únicamente por Pasto, que presentó un guarismo de 43.2%.
De esta manera, se presenta en Ibagué una delicada situación en materia laboral, al encontrarse una proporción del orden de 62.0% entre desempleados y subempleados, lo que requiere de especial atención por las consecuencias que se pueden derivar de la misma; unas de tipo social y otras de tipo económico, que sin duda están afectando la demanda agregada y las decisiones de inversión en el sector productivo local.
La problemática descrita genera un desajuste en la economía de Ibagué; sin embargo, el aprovechamiento de las preferencias arancelarias del TLC constituye una oportunidad de negocios, de reactivación y ensanche del sector industrial, al registrar dos condiciones favorables para su utilización. Por un lado, la norma proviene del principal socio comercial del país y del Tolima y, en segundo lugar, tales beneficios fueron ampliados a los productos del sector de la confección (textiles y prendas de vestir), principal renglón de las exportaciones originarias del departamento.
Es de anotar que en el 2003 dicho subsector participó con el 90.1% del monto exportado y en el 2004, contribuyó con el 87.7%.
Por todo lo anterior, ¿Cuál será el impacto del TLC en el sector textil y de confecciones en Ibagué, en materia de empleo y comercio exterior?
1.2 DELMITACION Y ALCANCE DEL ESTUDIO
Este estudio se delimita en que el estudio sólo pretende analizar el impacto del TLC en lo referente al comercio exterior en relación a los posibles embarques de productos y al impacto en el empleo de la ciudad de Ibagué, específicamente en el sector textil y de confección.
Su alcance es determinar el número de empleo creados en el sector a partir de la firma del tratado, así como el incremento de las ventas en el exterior en este sector económico de la ciudad.
El estudio no pretende ahondar en temas que no se especifican en el titulo de la investigación, por lo que sólo hace parte aquellos puntos que se relacionan con la exportación de productos textiles y de confecciones de la ciudad de Ibagué y la generación de empleo a raíz del tratado de libre comercio TLC.
Ibagué en los últimos años se ha venido consolidando como una zona textilera y de confecciones, pero esto contrasta con su alto nivel de desempleo, por eso es importante contar con un estudio que mida el impacto en el empleo y las exportaciones de éste sector en la ciudad, a la luz de la entrada de vigencia de TLC.
Por un lado, por cada cien millones de dólares que se logren vender al exterior en confecciones, se crearán 22 mil puestos de trabajo. Carlos Eduardo Botero, director ejecutivo de la Cámara Algodón Fibras-Textiles-Confecciones de la ANDI, calcula que en tres años las ventas al exterior tendrán que haber aumentado mínimo en mil millones de dólares, esto es 140.000 empleos directos.
El presidente Bush firmó la extensión en el tiempo del tratado ATPDEA y lo amplió a nuevos productos. Entre los que mayor oportunidad tienen es el de confección, la actual posición de Colombia en el TLC es que se sostengan los privilegios otorgados por la ATPDEA, si esto se combina con el ofrecimiento de Estados Unidos de gravar a cero los aranceles para textiles y confecciones, se vislumbra un enorme crecimiento en este sector.
El gran atractivo de la nueva situación es que las empresas colombianas podrán exportar ropa a Estados Unidos en igualdad de condiciones de grandes competidores como México, Centroamérica, China y África. Las empresas del sector tendrá la oportunidad de acceder competitivamente a un mercado que vale en la actualidad 60 mil millones de dólares al año y que está concentrado en 50 gigantescos compradores a nivel orbital.
De la mano de las confecciones van las textileras, pues además se estableció en el TLC la posibilidad de venderle a Estados Unidos confecciones realizadas con telas colombianas, máximo hasta un 2% de total de lo que compra el país norteamericano en el primer año y hasta el 5% en 2006.
Esa ventaja significa una posibilidad enorme de crecimiento para el sector textil, toda vez que hoy las prendas elaboradas con hilazas nacionales llegan apenas a 0,4% del total de importaciones norteamericanas.
Los cálculos estiman que el resurgimiento de los sectores de textiles y confecciones podrá generar un punto adicional en el crecimiento de Producto Interno Bruto (PIB) cada año de aquí a 2006.
El más reciente estudio de Mercados Industriales de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (ANIF), señala que el sector de prendas de vestir, excepto el calzado, es el mayor empleador de la industria. En plena recesión, en el año 2000, dice la investigación de ANIF, esta actividad generó 61.383 empleos directos y contribuyó con el 11,5% del total del empleo industrial.
Los expertos insisten en que Colombia goza de una gran capacidad técnica y gerencial, pero que esto no es suficiente. Por eso es recomendables para las pequeñas y medianas empresas de confecciones de Ibagué que no intenten explorar solas el mercado norteamericano, sino que se asocien para atender en bloque pedidos que pueden superar fácilmente el millón de prendas en una sola vez.
Las puntadas de la reactivación ya están dadas, pero si la ciudad de Ibagué quiere aprovechar la gran ventaja que tiene sobre el resto del mundo de estar apenas a tres horas de Miami, tiene que explotar las preferencias arancelarias a plenitud y garantizar así que puede entrar como un gran jugador el Tratado del Libre Comercio (TLC).
3. OBJETIVOS GENERALES Y ESPECIFICOS
3.1 OBJETIVO GENERAL
Describir que impacto puede ocasionar el TLC sobre el empleo y comercio exterior en el sector textil y de confecciones en Ibagué en materia de generación posible de nuevos puestos de trabajo y mercancías que pueden llegar a incrementar sus exportaciones por beneficios de tipo arancelario
3.2 OBJETIVOS ESPECIFICOS
- Determinar las proyecciones de nuevas fuentes de trabajo que generara el TLC en Ibagué en el sector de confecciones y textil.
- Determinar el incremento en las ventas de exportación en las prendas de vestir.
- Examinar el posible impacto negativo en el sector de la confección y textil por la entrada en vigencia del TLC
- Establecer que productos son los que mas exportaría el sector gracias a su nivel de competitividad.
4.1 MARCO HISTORICO
A continuación se presenta un documento sobre la industria del Tolima, el cual incluye, además de una breve aproximación histórica y el papel jugado por el sector en el contexto de la estructura económica departamental, que se presentan aquí, un examen sobre su estructura y dinámica entre los años de 1975 y 2000, haciendo énfasis en las transformaciones registradas a partir de 1985, por efecto de las medidas tomadas por los gobiernos nacional y local, con el fin de reactivar la economía de la zona que se vio afectada en forma directa o indirecta por la catástrofe de Armero.
4.1.1 Siglos XVIII y XIX. Los primeros vestigios de lo que puede considerarse como actividad industrial en el Tolima se encuentran asociados a la producción de mieles de caña, panela, azúcar y aguardiente en el siglo XVIII, los cuales eran elaborados de manera artesanal y dispersa en haciendas trapicheras localizadas en diferentes zonas de la región.
Con el fin de controlar la producción de este último y convertirlo en fuente de tributación, la corona española autorizó en 1736 su fabricación en todas las provincias de la Real Audiencia de Santa Fe.
De esta manera, en 1777 se estableció la Real Fábrica de Aguardiente en la población de Honda, la cual fue destruida por un terremoto ocurrido en 1805. Posteriormente, con la expansión de la producción de tabaco en la zona de Ambalema en la primera mitad del siglo XIX, y el auge presentado entre 1845 y 1858, durante el cual dicha región aportó el 66.7% de la producción nacional y el 61.2% de las exportaciones tabacaleras, se establecieron factorías donde se realizaba la preparación y el procesamiento de las hojas de tabaco con miras a su exportación, al igual que otras donde se efectuaba la producción de tabacos y cigarros para el consumo interno, principalmente.
4.1.2 Primera mitad del siglo XX. Ya entrado el siglo XX, alrededor de 1915 comenzó a funcionar en Ibagué la primera planta productora de electricidad, que operaba en el sector de El Libertador. Para 1918 existían dos plantas más, así como dos fábricas de licores, dos de cerveza, dos de jabón, dos de bebidas gaseosas, una de chocolate y un molino de trigo; adicionalmente, se contaban cinco negocios de carpintería, ebanistería y talabartería, un aserrío de maderas y una alfarería.
Los Anales de Economía y Estadística dan cuenta de una información sobre el número de establecimientos industriales y el capital fijo para el período 1937 – 1943, con marcadas fluctuaciones en el número de empresas, pues de 41 en el primer año de la serie se pasó a un máximo 79 en 1938, cantidad que se redujo a solo 55 factorías dos años después, subiendo a 62 en 1942 y registrando solo 55 en el año siguiente, lo cual puede obedecer a inexactitudes en la información. Entre tanto, el comportamiento del capital fijo es coherente y muestra una tendencia creciente.
Según el Censo Industrial realizado en 1945, existían en el Tolima 320 establecimientos industriales creados a partir de 1901, que funcionaban en 23 de los 40 municipios de la época, concentrándose la actividad manufacturera en la ciudad de Ibagué, con el 43.1% de los establecimientos y el 31.9% de los trabajadores industriales.
Al examinar desagregadamente la conformación de la industria existente en Ibagué en 1945, el mayor número de factorías estaban representadas por: editoriales, imprentas y litografías (15); producción de calzado (15); talleres de mecánica y reparación de maquinaria (15); confección de vestidos (14) y trilladoras de arroz y granos (11).
Algunos de los anteriores grupos eran los mayores generadores de empleo, tal como el rubro de talleres de mecánica y reparación de maquinaria que daba ocupación a 121 personas, el 10.6% del total; producción de calzado con 77 empleos (6.8%); y confección de vestidos con 76 trabajadores (6.7%).
Sin embargo, los grupos que registran los mayores niveles de personas laborando son: alcoholes, licores destilados y mezclas con 209 empleos generados por una sola empresa (18.3%); y panaderías con 151 (13.3%).
Al discriminar la conformación de las principales ramas industriales de acuerdo con el valor de la producción en cada una de ellas, se tienen que en la industria alimenticia las principales actividades eran la trilla de café y la producción de arroz trillado, pues aportaban el 59.5% y el 15.0% del valor de la producción del sector; también tenía relativa importancia el rubro de panaderías al contribuir con el 7.1% de ésta última. Las tres actividades señaladas representaban el 81.6% del conjunto.
Los ítems de mayor importancia en la industria de bebidas eran respectivamente la producción de cerveza y la elaboración de aguardiente, ya que su contribución al valor de la producción era del 53.7% y el 22.6%; entre tanto, en la actividad de transformación de metales preciosos, el 96.8% correspondía a la producción de oro en barras proveniente de los diferentes sitios de extracción existentes en el departamento.
En el caso del renglón de química y farmacéutica, la producción estaba conformada en un 79.0% por la fabricación de jabones para lavar, y en un 24.0% por la producción de velas. Mientras que en la industria textil, que incluía la actividad de desmote del algodón, el 83.4% correspondía a algodón desmotado sin semilla y el 16.3% a semilla de algodón.
Por su parte, la elaboración de vestuario muestra un mayor grado de diversificación, toda vez que se encontraba constituida por 17 renglones productivos; dentro de estos, los que más aportaban al valor de la producción del subsector eran: vestidos de lana para hombres y niños (57.3%), vestidos de dril para hombre (25.5%), artículos de seda (2.7%) y camisas de algodón (2.6%).
4.1.3 Segunda mitad del siglo XX. Los años 50 constituyeron una década de gran importancia no solo para la industria del departamento, sino para el desarrollo agropecuario y económico del Tolima en su conjunto, ya que en dicho período se construyeron los distritos de riego de los ríos Coello, Saldaña y Recio, lo que amplió enormemente la frontera para la agricultura comercial mecanizada, al ser beneficiadas alrededor de 47.600 hectáreas, con la expansión de cultivos tales como arroz, sorgo y algodón, entre otros; generando las condiciones para que surgieran empresas industriales que se encargaron del procesamiento del mayor volumen de producción proveniente del sector agrícola.
En la década de los sesenta surgieron nuevas empresas industriales en la región, estimuladas por las políticas gubernamentales orientadas a la sustitución de importaciones, así como las adoptadas en 1967, mediante las cuales se buscó combinar la política anterior con la promoción de ramas industriales que tuvieran posibilidades de incursionar en el mercado externo, para lo cual fueron creados incentivos fiscales como el Certificado de Abono Tributario (CAT), instituciones como el Fondo de Promoción de Exportaciones (PROEXPO), y se hizo más ágil el denominado Plan Vallejo.
En este contexto, en marzo de 1973 fue creada la fábrica de Textiles del Espinal S.A. (TEXPINAL), con el fin de procesar la fibra de algodón producida en la región y elaborar materias primas y productos textiles tanto para el consumo interno como para la exportación. El capital de esta empresa fue aportado en su mayor parte por el IFI, Fabricato y la Corporación Financiera del Tolima S.A. (que había sido fundada en 1971); también se contó con la participación accionaría de un grupo de inversionistas locales.
Hacia comienzos de la década de los años ochenta el sector productor de confecciones había logrado una importante expansión en Ibagué, toda vez que existían cerca de 200 talleres de confección, 90 de los cuales eran catalogados como empresas pequeñas y medianas, en tanto que las restantes eran micro o famiempresas.
Entre los más importantes pueden señalarse: la fábrica de camisas y pantalones Monarca, Confecciones Carolina, Comprendas, Jader Sport, Confecciones D.G., Lord Johnathan y Manufacturas Macoltex. También en esta época, se establecieron en la ciudad las trilladoras de café Ibagué, Cafecol, Gavitolima y Concafé, con el fin de producir café para exportación.
4.1.4 El sector industrial en la estructura económica del Tolima. El propósito de este documento es examinar la importancia de la industria en el contexto de la estructura económica departamental, a partir del análisis de la distribución porcentual del Producto Interno Bruto (PIB) del Tolima por ramas de actividad económica entre los años de 1980 y 2001, período que fue necesario dividir en dos fases: 1980 – 1989 y 1990 – 2001, debido a que el DANE introdujo una nueva metodología para el cálculo de las cuentas nacionales y regionales a partir de 1994.
Para la década de los años ochenta el análisis del PIB departamental revela que la industria constituía el segundo sector en importancia de la economía tolimense, luego del agropecuario, al efectuar un aporte promedio del 15.2% al producto regional; porcentaje que a pesar de su relevancia resulta inferior al agregado nacional para el período de 21.3%, como reflejo del bajo nivel de desarrollo y diversificación que ha caracterizado a la industria regional.
La participación de la industria en el PIB fue descendente entre 1980 y 1983 tanto a escala nacional como local, toda vez que, en el primer escenario, pasó de 22.4% a 20.7% y, en el segundo, de 13.6% a 11.7%, debido a que durante estos años algunos sectores industriales se vieron golpeados por el corto período de liberación de importaciones adoptado por el gobierno de la época, a partir de la reducción de aranceles, la disminución de los estímulos a las exportaciones y la laxitud en el otorgamiento de licencias de importación.
Durante estos años el PIB industrial registró el peor desempeño de la década, pues en el ámbito nacional se presentaron tasas de crecimiento de -2.6% en 1981 y de -1.4% en 1982, con un lánguido aumento del 1.1% en 1983. Entre tanto, el impacto sobre la industria tolimense tuvo una mayor repercusión, pues las caídas en el sector ascendieron a -15.0% y -11.2% en 1982 y 1983 respectivamente.
A partir de 1984 se produjo una importante recuperación de la industria, la cual se tradujo en el caso del Tolima, en la obtención de tasas de crecimiento del orden del 17.0% en 1984 y 1985, y del 13.0% en 1986, ampliamente superiores a las logradas en el plano nacional, donde oscilaron entre el 3.0% en 1985 y alrededor del 6.0% en 1984 y 1986. Estos resultados fueron propiciados por las medidas tendientes a estabilizar la economía implementadas por la administración de la época, tales como: la reducción del déficit fiscal como proporción del PIB, la devaluación real del peso y mejores instrumentos para la promoción de exportaciones; así como la restricción a las importaciones y la protección arancelaria que estuvieron vigentes entre 1987 y 1989.
En dicho lapso el ritmo de crecimiento de la industria local declinó y se redujo a un solo dígito, con un progreso relativamente bajo en 1988 (3.5%); sin embargo, tales resultados fueron comparativamente mejores que los del sector manufacturero consolidado, pues mientras que en éste se produjo un crecimiento medio del 4.6% en los tres últimos años de la década, el Tolima reportó un avance anual del 6.7%, el cual es atribuible a la reactivación de la inversión, propiciada por las exenciones tributarias y arancelarias otorgadas por el gobierno nacional mediante la Ley 44 de 1987, con el propósito de incentivar la actividad económica en la zona afectada por la catástrofe de Armero, así como por el Decreto 78 de 1988 mediante el cual se incluyó a Ibagué como ciudad beneficiaria y el Acuerdo 044 de 1988 del Concejo Municipal de Ibagué, que otorgó exenciones por diez años en materia de impuestos de industria y comercio, avisos y tableros y predial y complementarios.
El comienzo de la década de los noventa coincidió con un giro sustancial en la conducción de la economía colombiana, toda vez que empezaron a adoptarse medidas conducentes a un mayor grado de apertura e internacionalización, con lo cual comenzó a dejarse de lado en forma definitiva el modelo de sustitución de importaciones, sobre el cual se había sustentado el desarrollo industrial del país desde mediados de los años cuarenta.
De igual forma, se efectuaron reformas trascendentales en los campos laboral, cambiario, tributario y financiero, encaminadas a viabilizar el proceso de liberalización.
Durante este período la participación de la industria en el PIB registró una caída sustancial, pues en el ámbito nacional se redujo de 18.0% en 1990 a 14.1% en el 2001. Entre tanto, en el Tolima el deterioro de la contribución del sector industrial al producto regional fue un poco menos acentuado, ya que pasó de 11.1% a 8.4%, inferior a la presentada en la industria nacional.
Sobre la pérdida de importancia de la industria en la estructura económica nacional y regional influyó la avalancha de importaciones que se produjo durante la primera etapa de liberalización de la economía, fundamentalmente de bienes de consumo que entraron a competir con la producción nacional, lo cual propicio que el PIB industrial del país redujera su crecimiento de 4.2% en 1990 a -2.1% y -1.3% en los dos años siguientes, recuperándose en 1994 y 1995, para volver a descender en los años posteriores, registrando la caída más drástica en 1999, cuando su tasa de variación fue de -8.4%, año en el cual, como es sabido, la economía colombiana experimentó la mayor recesión de su historia reciente.
Los primeros años de la década del noventa no fueron favorables para el PIB industrial del Tolima, pues de un crecimiento de solo 1.0% en 1990 se pasó a resultados negativos en los dos años siguientes (-0.7% y -4.3%). En 1994 se presentó una drástica caída del 13.6%, explicada por las agudas dificultades enfrentadas por el sector productor de alimentos y la industria textil, debidas al contrabando y la revaluación, a tal punto que en dicho año fueron cerrados varios molinos procesadores de arroz y una importante fábrica productora de aceite, mientras que buena parte de las empresas textileras y confeccionistas redujeron tanto los volúmenes de producción como el nivel de empleo.
En 1995 se recuperó lo perdido el año anterior al obtenerse un crecimiento del 13.6%, mientras que en 1997 se logró el mayor avance en términos reales de todo el lapso analizado (21.4%), debido principalmente a la entrada en producción plena de una importante empresa productora de cemento, que fue creada al tenor de la mencionada Ley 44 de 1987, con lo cual el valor de la producción bruta de la industria departamental se incremento en 38.7% a precios constantes y el consumo de energía eléctrica creció en 71.3%.
En los dos años siguientes el crecimiento de la industria tolimense se desplomó, por efecto de la recesión económica que afectó al país y tuvo un impacto mayor en la región, pues en 1999 el PIB del sector cayó en el departamento en 15.1%, casi el doble del descenso presentado a nivel nacional (8.4%); sin embargo, la recuperación registrada en el 2000 fue superior: 13.7% frente a 11.7%, en virtud de los incrementos presentados en los renglones de otros minerales no metálicos (producción de cemento), sustancias químicas industriales y alimentos.
De otra parte, el análisis del PIB regional revela que el Tolima es un departamento donde el sector agropecuario juega un papel preponderante, pues para el período 1980 – 1989 registró una participación media del 42.1%; sin embargo, presentó una tendencia decreciente, ya que se redujo de 44.4% en 1980 a 37.2% en 1989. Durante la década del noventa y los primeros años del segundo milenio su importancia continuó disminuyendo, al pasar su contribución al producto regional del 33.5% en 1990 al 30.2% en el 2001, con un promedio del 31.4%.
Entre las causas que determinaron este retroceso, y que afectaron en mayor proporción a los cultivos transitorios, se pueden señalar las siguientes: el impacto de la apertura de la economía colombiana a la competencia internacional; el deterioro de la rentabilidad en la mayoría de cultivos; la creciente importación de productos alimenticios, tales como maíz, arroz y algodón; la caída de los precios internacionales de los productos agrícolas; la elevación de los costos de producción, entre los que se destacan los arrendamientos; la revaluación del peso y las alteraciones climáticas, entre otras.
Lo anterior se tradujo en bajas tasas de crecimiento del sector, derivadas del descenso del área cultivada desde los primeros años de la década del noventa, pues luego de haber mostrado una trayectoria creciente entre 1981 y 1989, al subir de 298.134 hectáreas a 408.307 hectáreas, a partir de 1990 comenzó a reducirse hasta llegar en 2001 a 349.048 hectáreas, lo que representa una caída del 14.5%.
De todas maneras, la participación de la actividad agropecuaria en el PIB fue superior en el Tolima que en el consolidado nacional, pues el promedio para los años ochenta fue del 42.1% y entre 1990 y 2001 del 31.4%, en tanto que para el país estos porcentajes fueron de 22.0% y 14.8% respectivamente.
Con respecto a los demás sectores que conforman la estructura económica del Tolima, debe señalarse que existe una elevada y creciente participación del denominado sector terciario, pues si se suma la contribución de ramas tales como comercio, transporte, comunicaciones, servicios financieros, servicios del gobierno, etc., se encuentra que el aporte consolidado pasó del 39.9% en 1980 al 53.6% en el 2001, mientras que en el ámbito nacional la participación de estos rubros aumentó del 48.6% al 56.7%. Sin embargo, en este último escenario el peso de tales sectores es mayor, al registrar un promedio del 51.9% en los veintidós años considerados.
4.2 MARCO ECONOMICO
4.2.1 Mercado laboral. De acuerdo con los resultados de la Encuesta Continua de Hogares adelantada por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), la tasa de desempleo en Ibagué alcanzó un 22.8% en el segundo trimestre de 2004, la más alta entre las trece ciudades y áreas metropolitanas investigadas por el ente estadístico, seguida por la ciudad de Pasto con el 19.7%, mientras que la menor tasa se presentó en Villavicencio con un 12.6%.
Entre tanto, la tasa de desocupación para el conjunto de las trece ciudades se ubicó en 15.9%.
Sin embargo, debe señalarse que el nivel de desempleo en Ibagué disminuyó en 1.5 puntos porcentuales frente a junio de 2003, al reducirse la cantidad de personas desocupadas de 55.000 a 51.000, debido a que las diferentes actividades económicas de la ciudad generaron 3.000 empleos adicionales a los 169.000 existentes en junio del año precedente, en especial en sectores tales como comercio y construcción; no obstante, la tasa de ocupación, como A indicador de demanda, pasó de 53.5% a 53.4% en el año completo, a causa del incremento en la cantidad de personas en edad de trabajar de 317.000 a 322.000.
En lo referente al indicador del subempleo, Ibagué se ubica en el segundo lugar en el contexto de las trece ciudades investigadas por el DANE, con una tasa del 39.2% para el trimestre abril – junio de 2004; al interior de ésta categoría el grupo más representativo lo conforman las personas con un nivel inadecuado de ingresos, seguido por trabajadores que laboran un número insuficiente de horas.
Es de anotar que Pasto es la ciudad con la tasa más alta (39.8%), mientras que el menor porcentaje se registra en Barranquilla y su área metropolitana, con un 15.6%. Para el conjunto de ciudades consultadas el subempleo totalizó 29.9%.
Es de señalar que Ibagué contaba en junio de 2004 con una población en edad de trabajar estimada en 322 mil personas, de las cuales 223 mil constituyen la Población Económicamente Activa (PEA); de estas, 172 mil estaban ocupadas y 51 mil se encontraban desempleadas.
De las personas ocupadas, 118 mil se encuentran en el grupo de 25 a 55 años; 27 mil en el de 18 a 24 años; 20 mil tienen más de 56 años y 8 mil están entre los 12 y 17 años. Del total de la población empleada, 58.000 personas (33.7%) laboran en el sector comercio, 45.000 (26.2%) en servicios comunales, sociales y personales, y 28.000 (16.3%) en la Industria, para mencionar las actividades económicas que generan el mayor volumen de empleo en la ciudad, pues en conjunto contribuyen con el 76.2% del total de puestos de trabajo.
Por último, es de indicar que según la posición ocupacional el mayor empleo se genera en el grupo denominado "obrero, empleado particular" al contar con 69.000 personas ocupadas, seguido de cerca por el rubro "trabajador por cuenta propia" con 62.000; mientras que "obrero, empleado del gobierno" sólo participa con 10.000 puestos de trabajo.
4.2.2 Sector externo.
- Exportaciones no tradicionales (FOB). Los agentes económicos del Tolima realizaron exportaciones no tradicionales durante el primer semestre de 2004 por valor de US $9.6 millones, superiores en US $4.6 millones (90.1%) frente a igual periodo del año precedente. Tal resultado se explica primordialmente por la dinámica de los textiles y prendas de vestir, cuyas ventas registraron un incremento entre los dos semestre de US $4.0 millones (88.7%); lo que ubica a dicha actividad industrial como la más importante en el comercio exterior regional, al participar con el 87.7% del total exportado.
Debemos señalar que este resultado fue propiciado por la Ley de Preferencias Andinas y de Erradicación de Drogas (ATPDEA), al permitir la exportación a Estados Unidos de confecciones exentas de aranceles, así como por una perspectiva comercial más amplia de los empresarios locales, ya que en el período empresas nacionales y del Tolima participaron por primera vez en la tercera versión del evento Cotton´s Sourcing Summit, también conocido como cumbre comercial de confeccionistas, promovido por Cotton USA, que reúne en Miami a importadores de ropa de los Estados Unidos con fabricantes de prendas de algodón del Caribe, Centroamérica, África Subsahariana y la Región Andina.
Por su parte, la demanda de productos originarios del Tolima se concentró en los Estados Unidos, país al que se le facturó el 80.2% del monto total exportado en los seis primeros meses de 2004, con un crecimiento del 110.7% frente al primer semestre de 2003, al pasar de US $3.6 millones a US $7.7 millones; le siguen Venezuela, con una participación del 9.6%; Ecuador, con el 3.5%, y México, con 1.4%, para mencionar los más importantes.
- Importaciones. El valor de las importaciones efectuadas por los empresarios del Tolima registró un crecimiento del 96.1% en el primer semestre del año, al concretarse compras en términos FOB por valor de US $14.0 millones, mientras que en igual periodo de 2003 ascendieron a US $7.2 millones. Es de resaltar que dicho incremento fue jalonado por la demanda de los sectores productores de textiles y prendas de vestir, concentrada en la compra de fibras para atender la mayor demanda, lo que significó un crecimiento del 899.4%, equivalente a US $3.0 millones, con respecto a lo pagado en igual semestre del año precedente.
Otros productos que se adquirieron en cuantías importantes en el mercado internacional fueron: maquinaria y equipo con adquisiciones por US $4.8 millones y un incremento del 76.0%, donde sobresalen los accesorios eléctricos, en especial los provenientes de Finlandia. Le siguen en importancia alimentos, bebidas y tabaco por US $4.3 millones, dentro de los cuales se destacan los productos de la molinería.
Por países de origen, Estados Unidos ocupa el primer lugar al participar con el 22.3% del valor total de las compras al exterior, seguido por Tailandia con 17.3%, luego Finlandia con un 10.4%, en cuarto lugar se encuentra Perú con el 10.3%; después aparecen Chile y Brasil, con 7.2% y 5.9% respectivamente.
- Balanza comercial (FOB). Como resultado de las transacciones efectuadas entre productores y comercializadores residentes en el Tolima con el sector externo (excluyendo café), se obtuvo en el primer semestre de 2004 una balanza comercial deficitaria por valor de US $4.4 millones, lo que implica un desbalance adicional de US $2.3 millones (111.4%) con respecto al déficit registrado en el primer semestre de 2003.
Es de anotar que los negocios realizados por el Tolima con su principal socio comercial (Estados Unidos) en el año corrido hasta junio de 2004, según destino y origen de los productos, arrojaron un superávit de US $4.6 millones; mientras que Tailandia, Finlandia, Perú, y Brasil actuaron sólo como proveedores, lo que explica en gran parte déficit total de la balanza comercial.
* Algodón. El principal aumento se presentó en el cultivo de algodón, con 6.436 hectáreas adicionales (59.5%), al pasar de 10.810 hectáreas en el semestre "A" de 2003 a 17.246 hectáreas en el actual período, lo cual es atribuible a la positiva respuesta dada por los cultivadores a las políticas gubernamentales enfocadas al incremento del cultivo de la fibra, con el propósito de recuperar este renglón del agro nacional y generar nuevos empleos rurales, así como por el favorable comportamiento registrado por la cotización de la fibra en los mercados internacionales en el 2003. Además del repunte del área, se espera que los rendimientos por hectárea aumenten de 2.3 a 2.4 toneladas de algodón – semilla, por efecto de la introducción de semillas genéticamente modificadas, que además de ser más resistentes a las plagas y enfermedades y reducir los costos de producción al requerir menos aplicaciones de insecticidas, generan un mayor nivel de producción; así como por el buen comportamiento del clima, que permitió realizar en forma adecuada y oportuna las labores de preparación de tierras y las siembras, y posibilitó la germinación del cultivo dentro de los parámetros normales.
Por efecto de los anteriores factores, se estima que el volumen de producción estará por el orden de las 41.390 toneladas de algodón – semilla, con un crecimiento de 16.527 toneladas respecto a la producción alcanzada el año precedente de 24.863 toneladas. Tal volumen coloca al Tolima a la cabeza de los departamentos que siembran algodón en el primer semestre del año, con una participación del 61.2%, seguido por el Valle con el 21.1% y Cundinamarca con el 10.0%.
Sin embargo, al acercase la época de recolección se han presentado inconvenientes con la comercialización de la fibra, pues la Corporación Distribuidora de Algodón Nacional (DIAGONAL) ha señalado que cuenta con inventarios suficientes para abastecer a la industria textilera hasta octubre y no estaría en disposición de adquirir la producción de la cosecha del interior por ahora. Ante esta situación, el Gobierno Nacional adoptó la decisión de limitar las importaciones de algodón por seis meses; además, mediante el decreto 1943 del 16 de junio de 2004 estableció un arancel del 20.0% para la importación de la fibra y determinó un contingente de acceso preferencial, con autorización previa, de 5.000 toneladas con un arancel del 10.0%.
Debido a que el problema de fondo radica en el precio al cual se vendería la fibra nacional, que según los textileros resulta más elevado que el importado, el Gobierno propuso una compensación para la diferencia entre el precio de sustentación, fijado en $4.000.000 para la tonelada de fibra, y el valor resultante de una fórmula que incorpora la Tasa Representativa del Mercado y la cotización internacional Index A de Liverpool.
* La cadena textil. La cadena textil, con cuatro eslabones principales, está altamente fragmentada y existen grandes diferencias entre los distintos eslabones. Los cuatro eslabones son Algodón, Fibras (algodón, lana, seda, sintéticos), hilanderías y textiles y confecciones.
En algodón Colombia con 0.2% de la producción mundial, ocupa el puesto 35 entre productores mundiales. Los principales centros de producción mundial son: China (27%), USA (18%), India (9%), Pakistán (9%), Uzbekistán (6%). Los principales centros producción nacional son: Córdoba (61%), Tolima (20%), Cesar (8%) y Valle.
El principal mercado es el mercado domestico.
A pesar de tener rendimientos físicos altos, la rentabilidad del cultivo en Colombia es baja. Colombia tiene rendimientos físicos promedio del algodón por encima del promedio mundial (2.3ton/ha vs. 1.68ton/ha, China 3.9).
A pesar de esto la rentabilidad del cultivo es baja porque las explotaciones son pequeñas los costos de los cultivos son altos, no hay financiación y el precio internacional es bajo.
En Fibras, Algodón, Lana, Seda y Sintéticos, Colombia con 0.2% de la producción mundial ocupa el puesto 33 entre los productores mundiales. Los principales centros de producción mundial son: China (27%), USA (18%), India (9%), Pakistán (9%), Uzbekistán (6%). Los principales centros producción nacional son Córdoba, Tolima y Cesar de algodón, Medellín y Bogotá fibras sintéticas.
La prioridad del eslabón es el mercado interno. El principal mercado es el domestico, pues Colombia importa el 55% de las necesidades de la industria.
En Hilandería y textiles a pesar de que existe una sobreproducción mundial hay posibilidades de abrir mercados. La producción nacional se concentra en el mercado interno y es producida principalmente en Medellín (50%) y Bogota (36%). Debido a la debilidad de México en la producción de telas (importa de USA, Taiwán, Corea y China) potencialmente podría exportarse a México, Centro América, y la región Andina. El precio es el principal driver de la exportación y la competencia de China es restante como poco.
Las deficiencias en la prestación del servicio de energía eléctrica afectan la maquinaria y los procesos en este eslabón de la cadena. El 11.64% de los costos y gastos totales están representados por servicios de infraestructura donde la energía eléctrica/gas son particularmente significativos.
En Confecciones los principales centros de producción internacional son la China e India y los principales mercados: USA, Europa. En Colombia los principales centros de producción nacional son Bogota con el 33%, Medellín con el 33%, siendo Ibagué el tercer centro de producción. En los principales mercados mundiales Colombia tiene preferencias arancelarias.
Las preferencias arancelarias y el TLC garantizan a Colombia el acceso a los mercados. Colombia recibe preferencias arancelarias al año por concepto del ATPDEA de $1.000millones/año por las exportaciones a USA. Las posibilidades de un TLC con este país pueden dar garantía de este acceso a largo plazo. Adicionalmente las preferencias arancelarias de la confección en Europa garantizan el acceso a ese mercado.
México, Centro América y el Pacto Andino también son oportunidades de mercado interesante. México es un importador importante de telas que necesita insumo para su maquila de prendas de vestir que ha venido creciendo al 25%/año. Centro América esta en una situación similar. El Pacto Andino también es una oportunidad de mercado.
La ubicación geográfica es una ventaja clave para esta cadena. Los ciclos de la moda son cada vez más cortos, por lo que el lead time es cada vez más relevante. La ventaja de la ubicación geográfica de Colombia cerca de los mercados importantes (USA, Europa, México) y de la posibilidad de producir prendas en la Costa Caribe cerca de los mercados potenciales es una gran ventaja para esta cadena.
El avanzado desarrollo de la industria también es una fortaleza para Colombia. Existe un gran conocimiento del negocio Textil y de Confección y una excelente calidad confección. El creciente tamaño y reconocimiento sector de diseño y la especialización en detalle como en géneros y encajes es una oportunidad que debe ser aprovechada. Existe también una creciente demanda por confecciones con mayor diseño.
Las exportaciones de confecciones han incrementando en un 28% desde 1997 Hay fortaleza en pantalones de algodón y sostenes 60% de las prendas de vestir exportadas van a USA.
A pesar de las oportunidades Colombia afronta unas amenazas latentes de productores de menores costos y de acceso a insumos que dictaminan las reglas del juego. En Colombia la Maquinaria es antigua (particularmente para hilandería y telas donde tiene más de 15 años de antigüedad). La provisión de fibra, hilos, texturas obliga a inversiones de capital altas, esto sumado a altos aranceles para la importación de maquinaria elevan los requerimientos de capital.
Adicionalmente hay inestabilidad en el suministro de algodón por la inseguridad y la dependencia en importaciones de algodón (vulnerabilidad a subidas de precio y a tiempos de recibo); 80% del algodón que se consume se importa, también las importaciones de denim subieron cerca de un 50% en últimos 5 años Las importaciones de valor en unidades se han mantenido en pesos pero se han reducido por caída en su precio.
Existe la necesidad de ampliación en textileras y productores de fibras para suplir demanda confecciones. Este proceso puede demorarse debido a que algunas empresas de estos eslabones afrontan problemas financieros y se encuentran en Ley 550 de reestructuración económica lo cual compromete posibilidades de Capital de Exportación (CAPEX).
La creciente importancia de China y de otros países asiáticos representa una amenaza para la cadena. China tiene una amplia gama de producto y una excelente calidad, tiene un precio difícil de igualar, y una mano de obra muy barata. El gobierno tiene un control completo del sector. En el 2005 la eliminación de la cuota arancelaria para China con su ingreso a OMC aumentara la competencia. Adicionalmente India, Bangladesh y Pakistán tienen características similares
Los subsidios al algodón en otros países son un fomento para la producción de prendas. Estos subsidios distorsionan el mercado y generan incentivos artificiales a la producción de prendas de vestir convirtiéndose en una amenaza para Colombia. CAFTA convierte a países de Centro América en fuente de suministro (maquila). Con la reciente negociación de CAFTA y su posible aprobación por el Congreso de USA, Centro América puede convertirse en una fuente de suministro para el mercado americano difícil de desplazar.
La cadena textil amerita ser estudiada en mayor profundidad dado que es un sector con un potencial importante para la economía colombiana que enfrenta retos de países como China y México. Esta cadena representa el 7.3% de la producción industrial, el 11.2% de las exportaciones no tradicionales y genera aproximadamente 100.000 empleos. La cadena enfrenta retos muy importantes que ameritan ser analizados en mayor detalle.
Para efectos del análisis la cadena textil industrial comienza con la fabricación de fibras naturales y químicas y termina con la confección de prendas pasando por la producción de hilados y textiles. En Colombia se producen el 43.6% de las fibras naturales y químicas, el 82% de los tejidos planos y de punto y el 83% de las prendas de vestir lo demás se importa. De la fabricación de prendas 55% se exportan.
La cadena, con cuatro eslabones industriales principales, está altamente fragmentada y existen grandes diferencias entre los distintos eslabones.
Según los miembros de la cadena hay tres áreas de trabajo importantes. Acceso a financiación, principalmente para modernización y expansión de capacidad y algo para autogeneración. Actualmente el acceso es limitado para toda la cadena al existir la percepción de ser un sector de alto riesgo.
El acceso a crédito es fundamental para modernizar procesos fabriles sobretodo en los eslabones de hilandería y textil y para materializar posibilidades de autogeneración. Las dificultades están asociadas principalmente a la Ley 550 de reestructuración financiera de algunas textileras. Creación de condiciones favorables para la inversión extranjera. La competencia con países Centro Americanos por inversión necesaria para ampliar la capacidad y modernizar las plantas requiere del establecimiento de incentivos tributarios y de estabilidad jurídica.
Mejoras en la logística de distribución, tanto de importación como de exportación, de tal manera que se pueda aprovechar la ventaja de proximidad a Estados Unidos siendo competitivos con México, Centro América y el Caribe y consiguiendo diferenciación frente a China. Esto puede lograrse mediante confiabilidad del transporte, seguridad, acceso a puertos y logística documental (criterios de origen y visados y certificaciones e inspecciones).
Desde el punto de vista de los costos de los servicios de infraestructura, la energía eléctrica es el servicio de infraestructura más importante para ésta cadena, y particularmente importante en la producción de textiles. Los costos de servicios de infraestructura representan en promedio el 18.4% de los costos y gastos totales de ésta cadena. De este porcentaje, mas del 80% esta representada por los costos de energía.
* Energía. El 73% de la energía eléctrica y gas consumido por la cadena está en la hilatura y el proceso textil que sólo representan el 38% del valor agregado de la cadena. Hay una alta intensidad en el consumo de energía eléctrica en la fabricación de fibras así como en los procesos de hilandería y textil; dicha intensidad es superior a la de otros países y está asociada en parte a la antigüedad promedio de las plantas y a los procesos utilizados en Colombia.
El 55% de la energía consumida en la producción textil general el 33% del valor agregado de la cadena, mientras que el 27% de la energía consumida en confecciones general el 62% del valor agregado.
No es claro cual es el precio medio pagado por ésta cadena en Colombia por la energía eléctrica, pero parecería ser un poco más alto que para los demás países. Existen diferencias importantes entre los números estimados por el DANE y los calculados en estudios de la ANDI. De acuerdo con los primeros, los precios de la energía eléctrica en Colombia estarían ligeramente por encima de los de Brasil, México y Venezuela. Sin embargo si se comparan los costos con los que tienen las empresas que realizan autogeneración en Brasil, los costos colombianos casi duplican el valor por kilovatio.
Gráfico 14.
Tarifas de energía
Las tarifas de la energía eléctrica en Centro América son más altas sin embargo las inversiones en tecnología que han efectuado estos países y la optimización de sus procesos ha llevado a una reducción en la intensidad energética de la cadena. Las tarifas en Colombia son sustancialmente mas bajas que en Centroamérica, lo cual representa una ventaja competitiva, pero en Centro América se están haciendo inversiones importantes en la cadena textil que han cerrado la brecha a través de una menor necesidad energética.
La percepción generalizada de los usuarios es que las tarifas de energía eléctrica son altas. Según ellos, esto esta asociado a tres factores principalmente: 1. contribución del 20%; 2. Cargos del STN, elevados y transferidos en su totalidad al usuario; 3. restricciones del sistema que terminan pagando los usuarios.
La autogeneración en la cadena textil todavía es incipiente y la utilización del gas es principalmente como sustituto de combustibles líquidos para calderas utilizadas en el proceso productivo. En ésta cadena predomina la compra a terceros de energía eléctrica; la autogeneración es marginal, sin embargo las plantas de respaldo son comunes.
Se están estudiando proyectos de auto o cogeneración motivados por la diferencia en los precios de la energía comprada versus autogenerada (casi el doble comprada que autogenerada). Para la autogeneración las empresas están dudosas entre gas y carbón, aunque parecería haber una inclinación generalizada hacia carbón gracias al comportamiento errático de los precios del gas.
Sin embargo, aunque la autogeneración este en la mente de algunos participantes de la cadena, hacerlo realidad se dificulta por la situación financiera de algunas de ellas así como otras necesidades apremiantes de inversión asociadas a los procesos productivos. Las empresas enfrentan una dicotomía en la asignación de los limitados recursos entre lo que puede considerarse actividades "core" y actividades "non-core", entre estas ultimas la generación.
Aunque el transporte no es tan significativo en términos de costos directos para la cadena textil, tanto el transporte como la logística son estratégicos para la cadena a la luz del TLC. Algunas características de la cadena textil hacen que los costos de transporte no sean significativos, estas son: que es un producto de mayor valor relativo a su peso; que, hay integración vertical textil-confección que minimiza transporte entre estos dos eslabones de la cadena; que hay un desarrollo de cluster en Medellín y zona aledaña; que los talleres satélites son cerca de las plantas de confección.
Sin embargo, las características de la cadena y del mercado internacional convierten a la logística y el transporte estratégico. En el mercado internacional el "time to market" y los "lead times" cortos son fundamentales para competir, existen confeccionistas de otros países que logran poner el producto en cualquier parte de América en 24 horas. Por esto la ubicación geográfica frente a puertos de exportación es fundamental.
Adicionalmente, desde el punto de vista de la materia prima el acceso rápido a los insumos es clave. La coordinación con la multiplicidad de talleres hacia el final de la cadena también requiere una logística impecable sobretodo a medida que la escala de los pedidos y las exigencias de tiempos van creciendo. Igualmente el gran número de productos y referencias, la disparidad de pesos, calidades y medidas y la alta rotación del producto mercado de exportación principal, hacen complejo el manejo del producto terminado.
La logística se vuelve fundamental para satisfacer los objetivos de la industria que parecerían estar alineados con el siguiente comentario de un textilero: "(El objetivo es) reducir costos logísticos en el tramo total de origen a destino y brindar mas servicios a los canales de distribución, con más efectividad y dinamismo para estar siempre un paso delante de confeccionistas con ventajas geográficas como los Mexicanos, Centro americanos y Caribeños"
Transporte y Logística para el Eslabón de producción de Fibras El componente importado de este eslabón es alto.
En este eslabón las importaciones son de materia prima e insumos para producción de fibras sintéticas así como importaciones de algodón- Las importaciones se realizan principalmente por Cartagena y se utilizan agentes de Aduana para la nacionalización. El transporte desde el puerto hasta Medellín y Bogotá (los principales centros de consumo) es principalmente terrestre y contratado con terceros.
Según los entrevistados el buen servicio de la Sociedad Portuaria de Cartagena es una de las fortalezas del proceso de importación de materia prima. Existe la percepción que el puerto esta tecnológicamente bien dotado y tiene precios razonables. Hay problemas menores en la carretera Cartagena – Medellín y Medellín-Bogotá que sumado a las restricciones de circulación nocturna incrementan costos asociados al inventario. En general es un producto que no ha sido atractivo para el robo.
El transporte interno de materias primas importadas y de producto terminado se hace con terceros. La materia prima nacional proviene de la Costa Atlántica a Medellín o Bogotá. Para algunos de los insumos se hace en transporte terrestre especializado (Ej.: Caprolactama, MEG) con terceros. El producto terminado va a los principales centros de consumo en Medellín y Bogotá. El producto va de la bodega al cliente y no hay almacenamiento intermedio.
El transporte y la logística del eslabón de fibras es el menos complejo de toda la cadena textil pero se ve afectado por la seguridad y la falta de orden estructural del transporte carretero. La cercanía a los consumidores y el hecho de que la materia prima no es fácil de ser robada, facilita la logística del eslabón. Pero la tabla de fletes que obliga a contratar a precio mayor que el mercado y las restricciones de circulación por inseguridad, reducen la eficiencia de despachos al mercado de Bogotá. Las necesidades de escoltar el producto terminado dentro de las ciudades representan un costo adicional.
Las exportaciones de producto terminado, dentro de este primer eslabón, son marginales. Las exportaciones se dirigen principalmente a la comunidad Andina y a Brasil, se utiliza el puerto de Cartagena y el puerto de Buenaventura y se utiliza transporte terrestre de terceros para llegar a los puertos. Los trámites de exportación se hacen con las sociedades de intermediación aduanera (SIAs).
Las exportaciones de producto terminado sufren los mismos problemas logísticos. Las restricciones de circulación nocturna, los sobre costos por escoltar producto dentro de las ciudades y la aplicación tabla de fletes generan ineficiencias y sobre costos en la logística de exportación.
Transporte y Logística para el Eslabón de Hilados El porcentaje importado de este eslabón oscila significativamente dependiendo del nicho de mercado analizado. Las importaciones se hacen por Buenaventura o Cartagena dependiendo del origen de la carga (Ej.: lana de Argentina y Uruguay por B/ventura; acrílico del Perú por B/ventura; Nylon de USA, Europa por Cartagena). Se utiliza Transporte terrestre contratado con terceros al igual que se utilizan las SIAs.
La eficiencia del puerto de Cartagena es la principal fortaleza logística del eslabón de hilados y la inseguridad y la aplicación de la tabla de fletes la principal debilidad al igual que en el eslabón primario. Existe una gran satisfacción de los usuarios con el puerto de Cartagena pero se generan sobre costos por las restricciones a la circulación nocturna y la aplicación de tabla de fletes. Por ejemplo los fletes de Cartagena a Medellín son aproximadamente el 50% superiores a los fletes en la dirección contraria ($78,711/ton vs. $53,243/ton.) Y la proporcionalidad es del 34% para el caso de Buenaventura.
El transporte domestico de materia prima y producto terminado es terrestre contratado con terceros. La materia prima nacional proviene de Medellín o Bogotá principalmente. El producto terminado va a la industria de la confección. Existen productores integrados verticalmente para los que la tela no tiene que viajar.
El principal transporte de los no integrados va a Medellín y Bogotá (cercanía en kilometraje reduce costos) seguido por B/manga, Ibagué y el Eje Cafetero
La integración vertical con confeccionistas y por clusters en Bogotá y Medellín es una ventaja para el manejo de la logística del transporte de hilados y la inseguridad y la aplicación de la tabla de fletes se ha convertido en una amenaza. Como se mencionó anteriormente, el sobre costo asociado a la aplicación Tabla de Fletes que obliga a contratar a precio mayor que el mercado, las restricciones de circulación por inseguridad y el costo adicional de escoltar el producto reducen la eficiencia e incrementan los costos de los despachos al mercado.
Las exportaciones de producto terminado de Hilados se hacen principalmente a ATPDEA y México. Para esto se utiliza el puerto de Cartagena y el puerto de Buenaventura, se utiliza transporte terrestre de terceros para llegar a los puertos y se utilizan las SIAs para trámites de exportación.
En hilos y textiles hay oportunidades de mejora asociadas al proceso de exportación. El acceso al puerto de B/ventura es extremadamente demorado.
El viaje de Medellín a B/ventura toma 22 horas y el camión se demora 24.5 horas en B/ventura. Esto se debe a las demoras en el acceso al puerto (1 hora ), tiempo para obtener la orden de ingreso (10 horas), tiempo para el ingreso a la zona de exportación (4 horas) mas el tiempo para la inspección (5 horas). Igualmente la aplicación de la tabla de fletes obliga a pagar precios por fuera del mercado.
Transporte y Logística para el Eslabón de Confecciones Para el eslabón de la confección la logística es compleja por número de productos e insumos, la utilización de talleres satélite (acopio en plantas para exportación, tecnología e información para intercambio electrónico de datos), y la necesidad eminente de diferenciarse con países que están un poco mas cerca del mercado de Estados Unidos como México, Centro América y el Caribe sobretodo en fabricación para marcas privadas. La logística es fundamental para competir.
La logística se ve afectada por la seguridad, el desorden en el transporte terrestre y algunas dificultades en los procesos de exportación; una problemática muy parecida a la de los otros dos eslabones. Además de los sobre costos por restricciones a la circulación nocturna y la aplicación de la Tabla de Fletes, hay quejas permanentes por el problema de acceso al puerto de B/ventura, antes de entrar a la zona de exportación.
También hay problemas con las certificaciones, trámites e inspecciones (asociadas al narcotráfico), problemas de nacionalización en otros países y desconocimiento por parte de PYMES de requerimientos documentales. El Comercio exterior de empresas grandes se hace "in house" con utilización de SIAs, para PYMES se contrata con terceros a costos un poco mas elevados.
Las Importaciones de telas se hacen principalmente por Cartagena provenientes de US, India, Panamá, entre otros, con utilización de SIAs para importaciones. El transporte terrestre es contratado con terceros para traer materia prima, mover producto terminado al mercado doméstico y llevar mercancía a puertos y aeropuertos.
Se requiere mucho mas agilidad en trámites aduaneros y de puertos Mientras en Colombia es un tema de días en Centroamérica se ha convertido en un tema de horas. Hay una falta de especialización de las SIAs y desamparo por parte de estas de las PYMES porque las SIAs normalmente prefieren a los clientes grandes.
La contenedorización aunque deseable aún no es generalizada en ésta industria principalmente por tamaño de despachos y la urgencia en tiempos. (time to market y tamaño empresas) Los trasbordo en zonas de frontera no son un problema de trascendencia.
El transporte aéreo es importante para el eslabón de confección. Se utilizan los aeropuertos de Río Negro y El Dorado. Actualmente hay capacidad suficiente en los aeropuertos pero hay problemas asociados con la limitación de frecuencias áreas. En el futuro podría haber problemas de capacidad en El Dorado.
Las telecomunicaciones son importantes para la cadena por la utilización de talleres satélites y la importancia de la logística, sine embargo son marginales desde el punto de vista de costos. Los empresarios colombianos están satisfechos con la prestación de los servicios de telecomunicaciones. Existe una percepción que las tarifas se han reducido gracias a la competencia. No hay grandes requerimientos de expansión de capacidad interna para este sector. Sin embargo, la utilización de tecnologías como transmisión de datos con talleres satélites y con clientes domésticos pequeños podría reducir los inventarios pero todavía son costosas para tamaño de empresas (PYMES) y cantidad especialmente en confecciones (más de 900 empresas).
El agua es importante en el proceso fabril, principalmente en el proceso textil de acabados, mas no desde la perspectiva de costos.
El proceso textil de acabados requiere de cantidades significativas de agua de buena calidad. Hay una utilización de pozos profundos y/o toma de agua de ríos o quebradas así como plantas de tratamiento con pago de tasas retributivas. Los empresarios sienten temor a incrementos en las tasas retributivas y así como a cambios en la regulación ambiental de tratamiento de aguas. Existe la percepción que las tarifas de agua de acueductos locales son elevadas.
4.3 MARCO CONCEPTUAL
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