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Esferas de piedra en Costa Rica. Enigma en el Delta del Diquís (página 4)


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¿Qué representan?

De todas las preguntas que giran en torno a las asombrosas esferas de piedra, la interrogante: ¿Por qué fueron hechas? es la más nebulosa.  

            Las exploraciones concretadas hasta la fecha, nos permiten avizorar algunas ancestrales maneras en el uso de las esferas monumentales. Sin embargo la comprensión de su primigenio significado, sólo será posible en la medida en que avancen las investigaciones.  

  En el transcurso de las páginas anteriores hemos conocido: cuándo, cómo y las circunstancias bajo las cuales fueron descubiertas las esferas. Sabemos dónde están, qué tamaños y pesos tienen y las principales cualidades que las hacen tan especiales.

            Tenemos una idea del periodo en el tiempo de su realización.            

Nos acercamos a la manera y técnicas de su manufactura y transporte.

            Hemos generalizado conceptos acerca de la cultura amerindia responsable de su creación, etc. Pero para comprender la trascendencia profunda del significado de las esferas de piedra, serán necesarias más y mucho más profundas exploraciones referentes a esa maravillosa cultura. De otra forma jamás conoceremos el propósito original de las esferas.  

El trabajo colectivo como base de comprensión

            En el fondo lo que distingue universalmente a los "Dikís" no son las esferas pétreas, que hicieron con tan sorprendente maestría, sino cómo, bajo cuál atmósfera social y con qué instrumentos de trabajo las lograron.  

Los expertos deberán avocarse a una disertación profunda de los procesos de trabajo involucrados en la manufactura de las esferas.

Sin lugar a dudas el razonamiento metódico de cada una de las fases empleadas antaño para la culminación de la esfera, será fundamental no solo para acercarnos a la concepción original de su significado, sino además se ampliaran con él las respuestas referentes al quién, cuándo, cómo y por qué, de estos monolitos.  

            Los "Dikís" dispusieron por más de un milenio los recursos materiales, la fuerza laboral y el tiempo para crear sus característicos monumentos.  

            Esto nos indica con claridad que la realización de esferas no fue de ninguna manera un hecho aislado, ni mucho menos un acontecimiento individual.  

            Por todo lo alto se puede ver en la manifestación escultórica de los "Dikís", una importante tarea colectiva que abarcó distintos grados de especialización y participación popular.  

Intérprete de las esferas

            Debemos a la arqueóloga Quintanilla, las primeras reflexiones de significado social. En su examen "El proceso de producción de las esferas de piedra de origen precolombino de Costa Rica" nos insta a ver en las esferas el resultado de una productiva actividad económica y social de los grupos amerindios que las gestaron.  Señalando los procesos de trabajo, la intencionalidad, la comunicación social, entre otras reflexiones, como fundamentales para entender dicha sociedad y su obra.  

Intencionalidad

            La creación de esferas no fue de ninguna manera un efecto casual. Las múltiples etapas de su trabajo culminaron con un resultado previamente pensado.

            No existen ensayos de esferas, bolas imperfectas, remedos de esfericidad ni tanteos de redondez. Desde la creación de las primeras  hasta la desaparición de los "Dikís" las esculturas redondas sorprenden por su alta perfección esférica.  

            Esto denota una decidida intencionalidad y la aplicación organizada de una ingente fuerza de trabajo. La cual no pudo haber sido ejecutada por una horda de bárbaros primitivos, cuya única razón de ser fuera la de matarse entre si, arrancar corazones para ofrenda de sus sangrientos dioses, y coleccionar cabezas como trofeos de guerra. Sino más bien es, a todas luces, la realización de una desarrollada sociedad amerindia donde la intencionalidad del proceso laboral, fue dirigida a la conceptualización de la forma que se esperaba obtener.  

            La representación esférica y su consumo (en el plano ideológico) fueron evidentemente de gran importancia y significado para los "Dikís" quienes las produjeron y distribuyeron a lo largo de todo un milenio sin cambios en el resultado final.  

Producción de esferas como actividad económica

            La gran cantidad de esculturas esféricas encontradas en el Delta, denotan un escalonado proceso de trabajo y por tanto, se refleja en ellas una intensa actividad económica.

            Entenderemos por economía al ciclo espacio-temporal en el cual la sociedad amerindia de los "Dikís" realizó una transformación intencionada de la materia por medio de la aplicación de energía laboral. Incluyendo en este concepto a la agricultura, caza, pesca, preparación de alimentos, construcción de asentamientos, caminos etc. hasta la talla de una escultura.  

            Energía, materia e intencionalidad son los dispositivos vitales para advertir cualquier acción económica, y estos factores estuvieron presentes en la cultura de los "Dikís" por ello se asevera que la producción de esferas fue una actividad económica de alto uso y consumo social.

           

A partir de esta perspectiva se podrá avanzar en la comprensión de la cultura artífice de las esferas y de la finalidad asignada a estas, así como el manejo de la estructura ideológica por parte de la élite de poder que gobernó a este grupo amerindio, quienes a través de tan exclusiva expresión artística apelaron al lenguaje figurativo de sus esculturas como un medio de propagación de ideas y señorío social.  

Un medio de comunicación social

            En las tres regiones geográfico-culturales del continente americano: Mesoamérica, Región intermedia y la zona andina o incaica, la escultura monumental constituyó para las civilizaciones amerindias, uno de los más importantes medios de comunicación social y difusión de ideas.  

            Estos grupos humanos modelaron en la piedra sus concepciones míticas, religiosas, políticas y artísticas, con las que lograban consolidar y justificar su etnia.  

           

En el pacifico sur de Costa Rica, la representación de un concepto absolutamente abstracto (esfera) se conservó y coexistió con esculturas de jaguares, tapires, lagartos, hombres y mujeres, amén de un sinfín de modelos naturales.  

            Las esferas se exhibieron junto a estas otras manifestaciones culturales de los "Dikís", en áreas abiertas y públicas, configurando una escenografía impresionante y arrobadora.  

            Las esferas de piedra del Delta, junto a las cabezas olmecas, las estelas mayas, los inmensos Moais de Pascua, las esculturas aztecas e incaicas, son algunos de muchos ejemplos de monumentos escultóricos de los pueblos prehispánicos.  

            La mayoría de estas impresionantes muestras culturales han sido desarraigadas de sus argumentos originales. Exceptuando a los monumentos gigantescos, los demás han ido a parar a las vitrinas de los museos del mundo, desde donde se han estudiado.  

            Fuera de su contexto cultural las piezas se analizan partiendo de las crónicas de conquista, relatos de colonizadores y misioneros, o bien por datos obtenidos de etnógrafos, viajeros, cazadores y aventureros quienes por azar o destino se han tropezado con antiguas reliquias.  

            Las interpretaciones dadas por estos métodos de estudio no siempre son exactas, pero generalmente complacen las expectativas de investigadores y curiosos.  

Complicaciones en la interpretación

            En el caso de las esferas del Diquís, el asunto se complica un poco más debido a la ausencia absoluta de referencias en las crónicas de conquista, cuentos de colonos y registros de misioneros, e inclusive en las metodologías disponibles para abordarlas.  

            Ningún hombre blanco desde el traumático contacto español hasta el siglo XX había tenido contacto con estos monumentos esféricos. Posteriormente los etnógrafos no lograron obtener de los pueblos amerindios sobrevivientes, ninguna referencia, en sus mitos y tradiciones orales, acerca de las esferas. El simbolismo de esta particular representación cultural permanecía en el misterio.  

Trabajos de campo

            Dichas limitaciones exigían la excavación inmediata de las zonas de hallazgo para determinar la organización social y las formas de expresión religiosa de sus hacedores. Pero cuando este tipo de trabajos iniciaron, ya el daño provocado por la agricultura extensiva de la transnacional y la ambición de los huaqueros, habían ocasionado perjuicios irreparables a los sitios arqueológicos.  

            Con todos estos elementos en contra, se lograron recabar valiosos indicios en donde se encontraron:  

            A) Esferas asociadas a yacimientos que poseían los basamentos de una arquitectura monumental, tales como: montículos ovalados, circulares o rectangulares, construidos mediante rellenos artificiales, soportados con muros de cantos rodados) así como amplias zonas de uso público (plazas, caminos empedrados).  

            B) Esferas asociadas a yacimientos, donde no se observan estructuras arquitectónicas y que parecen haberse ubicado en relación con la demarcación de territorio o con la indicación de un espacio de significado social (conmemorativo, marcador, etc.).  

            C) Esferas asociadas a zonas de taller.  

            D) Esferas asociadas a contextos funerarios.  

Esferas públicas

            La primera revelación dada por las excavaciones, fue el hecho de encontrar la gran mayoría de las esferas asociadas a construcciones habitacionales y de uso ceremonial. Posicionadas en amplias plazas de libre acceso público. De aquí se infiere: Las esferas fueron hechas por el pueblo y para el uso y consumo popular, auspiciadas por el grupo selecto de los gobernantes y ordenadas por los sacerdotes.  

            Se descubrieron asentamientos con muchas esferas, otros con unas pocas y algunas aldeas solo poseían una.  

            Se sugiere que la población de los sitios con mayor cantidad de esferas fue más trabajadora, o bien los factores sociales, económicos, políticos y religiosos de esos asentamientos, recalcaban su prominencia con más signos de poder y rango.  

            Entorno a ellas se realizaron ceremonias, danzas y cantos, cuya ritualística se ha perdido en la profunda cavidad de todas las edades. Quizá estos rituales estuvieron relacionados con la fecundidad de la tierra, el océano y las mujeres (eterno femenino).   

            Tal vez con el sol, la luna o la orquestación de astros propicios, que señalaron las mejores épocas para la siembra y la cosecha, la caza y la pesca, el nacimiento y la muerte. Jamás lo sabremos con certeza.               La colocación de esferas monumentales en lugares ampliamente visibles, sin restricción evidente al acceso popular y muchas veces en forma de racimos formando figuras geométricas, ha llamado la atención de los investigadores, más aún cuando estos conjuntos de esferas se han encontrado integrando líneas, orientadas con cálculos de gran precisión, en direcciones Norte-Sur, Este-Oeste.   

            Esto ha llevado a pensar en un posible uso astronómico de los monumentos, una especie de reproducción de constelaciones o bien como jardines astronómicos. Pero estas ideas no pueden ser ratificadas del todo, debido a la remoción de las esferas, por ello una de las prioridades del "Parque Temático de las Esferas" es el de reubicarlas en su alineamientos originales para iniciar estudios tentativos en esta dirección.  

Esferas territoriales y conmemorativas

            A los monumentos esféricos aislados significativamente de pretéritos asentamientos urbanos, se les ha considerado como señales de antiguos límites territoriales. A su vez otras esferas sitiadas fuera del eje central, (mega sitio Palmar-Sierpe) sugieren por su ubicación estratégica cumplir con una función conmemorativa. Alguna importante batalla, el nacimiento de una reina, sus nupcias o su deceso, etc.            

La esfera del silencio

            Su ubicación –sobre una loma- y gran tamaño -2.57 metros de diámetro- sugieren un significado muy especial del punto donde se encuentra. Quizá fue trasladada hasta allí con fines conmemorativos o simbólicos. Es evidente la sobrehumana inversión de trabajo requerida para fabricar y trasladar, hasta esa imposible ubicación topográfica, semejante monolito esférico.  

Esferas de taller

            La cercanía a las canteras, un bajo grado de pulimento y el descubrimiento de esferas colocadas sobre montículos con basamentos arquitectónicos, esto es: estaban bajo techo, dentro de una edificación y por tanto aisladas de la mirada popular, hace sospechar que algunas esferas permanecieron hasta el momento de su hallazgo, en zonas asociadas a talleres de acabado final.    

Esferas funerarias

            Hasta la fecha se ha reportado un único caso en donde las esferas están asociadas a un contexto funerario. No se encontraron ubicadas encima de las tumbas, esto les daría el grado de: individuales mausoleos fúnebres, sino más bien su posición delimitaba el panteón. Esto a su vez reafirma la idea de que la posesión de las esferas fue colectiva y no individual.  

¿Por qué es tan importante su emplazamiento original?

            El establecimiento de conjuntos de esferas conformando diseños geométricos, el gran tamaño de algunas, aunada a la construcción de plazas y lugares abiertos, las relacionan indiscutiblemente con espacios sagrados y centros públicos.  

            La evidencia explorada por Lothrop y Stone, de que las esferas originalmente fueron alineadas en posiciones astronómicas significantes, es limitada pero intrigante por demás.  

            Por fortuna se conservan los planos de aquellos primeros exploradores, los cuales grafican algunas de estas alineaciones originales.  

            Pero los actuales investigadores, al analizar esta información no han podido obtener ninguna constante en las orientaciones registradas; sus posiciones; ni en el tamaño relativo de las esferas alineadas. A menudo grandes esferas estaban acompañadas por otras más pequeñas.  

            Se sabe en cambio que las esferas fueron alineadas en la cúspide o bajo montículos, y que la mayoría de las veces estuvieron acompañadas por grandes estatuas, determinando de esta manera un espacio ceremonial dentro de un sector residencial.  

            Como hemos mencionado las ubicaciones originales de las esferas se han perdido. Aproximadamente 300 esferas monumentales se registraron en las primeras zonas de estudio, en la década de los años 1940. Los huaqueros y traficantes de tesoros arqueológicos, saquearon posteriormente muchas más, de las cuales no queda el menor registro.  

            Se considera que más de un 90% de los monolitos esféricos han sido removidos de sus espacios originales.  

            Conservamos la esperanza de que en el futuro, las nuevas tecnologías como el radar tierra-penetrante, pueda revelar la existencia de esferas, aun enterradas "in situ" en las capas de aluvión fino.  

Las esferas no pueden ser entendidas como objetos aislados.

            Tratar de comprender el significado de una esfera de piedra posada, en el hermoso jardín de alguna mansión de lujo en el valle central de Costa Rica, o bien exhibiéndose en el frontón de cualquier edificio de gobierno, o inclusive en la sala documentada de un museo, podría llevarnos a entender alguna faceta de la cultura que la desarraigó de su ambiente original, pero no obtendremos ni una pista sólida del porque de su existencia.  

            Para emprender serios estudios acerca del significado de las esferas, es indispensable reinsertarlas dentro de su contexto prehispánico original, donde los aspectos ideológicos ocuparon un papel esencial.  

            Los "Dikís" adornaron la arquitectura de sus "aldeas" con una rica producción de objetos, utilizados como símbolos públicos. Las grandes estatuas de base de espiga y las esferas de piedra fueron elementos centrales en el manejo de imágenes y emblemas colectivos.  

           

La producción en el Delta del Diquís de objetos de alto contenido alegórico, forjaron el imaginario colectivo del pueblo y con ello los elementos inconfundibles de su identidad local.  

            Esta clara identidad étnica fue estratégica para el grupo dominante, pues con ella lograron la cohesión social de otros clanes y tribus a su señorío, ganando con ello: territorios, tributos y fuerza laboral.  

            Sacerdotes y reyes "Dikís" comprendieron el poder de la dominación ideológica basada en el manejo y la fuerza de la imágenes. La figura geométrica más perfecta que puede concebir el ser humano, no es el triangulo ni el cuadrado, ni ninguno de sus derrames geométricos, sino la esfera.  

Una abstracción

            A nivel estilístico las esferas de piedra exponen una ruptura con las representaciones típicas de la estatuaria, metalurgia y cerámica precolombina de toda América. Esta ruptura se manifiesta en el marcado interés por representar en la piedra y de manera monumental, un concepto abstracto (la esfericidad).  

            Las formas artísticas en otras manifestaciones culturales amerindias, giran en torno al mundo natural, con modelos animales, vegetales o humanos, expresados casi siempre con exquisita estilización.  

            Las esferas de los "Dikís" quebrantan los paradigmas tradicionales y se avocan a incorporar una abstracción no presente en el mundo natural. 

Sus resultados reflejan una alta elaboración conceptual de la tan abstracta idea de esfericidad. 

Opiniones de significado

Expertos, profesionales en diversos ramos, investigadores de misterios, místicos, esotéricos, profanadores de tumbas, científicos, amas de casa, y el pueblo en general han opinado acerca del significado de las esferas.

            Transcribo algunos de esos criterios de manera aleatoria y sin especificar la fuente. Dejo a juicio del lector la validación o rechazo de tales opiniones y no dudo que algunas le harán reflexionar.

            Los criterios expresados no necesariamente son excluyentes unos de otros. Algunos plantean ideas que pueden ser correlacionadas con otras opiniones, otras sencillamente no calzan en ninguna parte.

  • Símbolos de poder y rango de una desarrollada sociedad cacical, mediante los cuales instituyó y dio expansión a sus dominios.
  • Precisos alineamientos de esferas en dirección al norte magnético del planeta indican un posible uso de compases magnéticos.
  • Fueron el símbolo de la madre tierra y representaron el eterno femenino. En torno a ellas se realizaron mágicos rituales colectivos de fecundidad y ofrenda.
  • La forma esférica nació de la necesidad de mover objetos pesados. Después de todo, las esferas ruedan en todas las direcciones con resistencia mínima. Luego el diámetro de las bolas de piedra creció como concepto artístico o religioso y terminaron transportando gigantescas esferas sobre el lomo de las más pequeñas.
  • Fabricar una esfera involucró procesos altamente ritualisticos, de connotaciones, mágicas, místicas y religiosas. El profundo significado de las esferas estuvo en hacerlas, el producto final no fue más importante que su elaboración. Por tanto las esferas son el producto residual de un objetivo mayor.
  • Fueron dispositivos navegacionales que señalaron hitos específicos como Stonehenge, las pirámides de Egipto, la Isla de Pascua etc.

  • La esfera es el emblema del ser más allá de la nada.
  • No se puede hablar de un significado único del las esferas, se fabricaron de manera constante por un periodo de mil años, es lógico pensar que su significación y propósito cambió varias veces con el avanzar de los siglos.
  • Las esferas del Diquís son objetos curiosos e inclasificables.
  • Fueron símbolos mitológicos relacionados con el sol y la luna. La élite los utilizó para enlazar su origen con los mismos dioses.
  • Son el símbolo perfecto de la divinidad. "Dios es una esfera cuyo centro esta en todas partes y su circunferencia en ninguna"
  • Representan la concepción del mundo y su cosmología, por tanto sus creadores poseyeron sofisticados conocimientos astronómicos.

  • Son prodigios con la capacidad de irradiar energías de paz y bienestar.
  • Una señal evidente de la visita de seres de otros mundos a esta zona del planeta.
  • Calendarios astronómicos de gran precisión, que indicaron las épocas propicias para la siembra y cosecha, la paz y guerra, la pesca y cacería.
  • Son dispositivos de equilibrio atmosférico y tectónico, ubicados estratégicamente en el punto crucial de las masas continentales del norte y sur de América.
  • Puertas dimensiónales cuya llave descansa en el eje de una mente liberada del batallar de los opuestos.
  • Un precioso legado de las culturas que nos precedieron en la historia.
  • El altar perfecto. El tálamo ideal.
  • Los juguetes de una raza de gigantes que pobló el mundo antes del hombre.
  • Son las cárceles de poderosos demonios primigenios que solo pueden ser contenidos en la perfección de la esfera.
  • Emblema inconfundible de la identidad del pueblo que las creó.
  • Jardines astronómicos que representaron, a escala, constelaciones estelares.
  • Un recordatorio tridimensional de equilibrio, equidad y plenitud, donde el arriba y abajo, derecha e izquierda, pierden su ser y significado.

Algunas de estas interpretaciones han generado libros enteros, pero nadie a dado la última palabra sobre el significado de las esferas de piedra encontradas en el Delta del Diquís y las investigaciones continúan.  

PERSPECTIVA UNIVERSAL

           

La escultura esférica concebida por los "Dikís" a partir de un sólido mono-bloque de duro granito, se caracteriza entre mil cosas, por mostrar una misma vista, independientemente de la ubicación del observador.  

            La esfera es la única figura geométrica que nos brinda una perspectiva unificada.  

            Su indivisible concepto puede ser abarcado completamente desde cualquier posición.  

            Así, las esferas monumentales colocadas en plazas públicas por los amerindios "Dikís" mostrarán siempre la misma forma análoga.  

            Sin variaciones la verá el dios Sibö desde el cenit de los cielos, el dios Surá desde sus dominios subterráneos en el eje de la tierra.

              El rey, sentado en su alto trono verá la misma figura que observa la plebe postrada a sus pies.  

            Nobles, mujeres, sacerdotes, niños, guerreros, comerciantes, campesinos, cazadores y todo ser viviente que tenga ojos, donde quiera este observando, vera una misma esfera, una escultura integra y total por donde se la mire.            

            La esfera no concede privilegios a los ojos de dioses o demonios, de nobles o plebeyos. Por más elevado sea el estrato social del observador, no logrará en la esfera una faceta de mayorazgo.

 

El parque temático de las esferas

La obtención de un parque temático para las esferas, en la zona sur Costa Rica, aparte de ser una idea maravillosa será un logro indispensable para la preservación y estudio de éstas esculturas.  

            La primera fase del proyecto consiste en la repatriación de las esferas. El objetivo es recongregarlas hacia su contexto natural, cuyo origen geográfico, étnico y por tanto cultural, empezará por dar una idea del designio de su presencia.  

            Dicha fase dio su primer paso con la repatriación de ocho esferas en octubre de 1999. Iniciativa liderada por el Museo Nacional, encabezado entonces por la señora Melania Ortiz, con la participación de la sociedad Landsmarks, organismo internacional, creado para la protección de monumentos históricos en todo el mundo. Además colaboran: la Dr. Dana Tomlin, la Universidad de Yale y de la Universidad de Pennsylvania, el Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes y el señor Jorge Jiménez Deredia, quien es el merecido padrino del proyecto. Unidos a tan histórico ideal está la comunidad y municipio de Osa.  

            El claro propósito, a partir de este primer fruto, fue el de continuar con el rescate de más esferas.

            No se vislumbraron mayores problemas (aparte de los tediosos tramites burocráticos) para recuperar las exhibidas en instituciones públicas.  

            Por otro lado las diplomáticas peticiones hechas a personas e instituciones privadas, quienes conservan esferas, no tuvieron desde el inicio respuesta positiva por parte de la mayoría de los detentadores privados.

            Pese a que la ley # 6703 de patrimonio nacional arqueológico, declara a estas esculturas precolombinas como propiedad del Estado. Incluyendo las adquiridas por particulares después de la vigencia de la ley Nº 7 del 6 de octubre de 1938.

            Como quiera que las esferas fueron descubiertas a finales de 1939, todas y cada una de ellas constituyen patrimonio arqueológico nacional y no son propiedad privada de nadie.

            Según dicha ley, toda persona que posea esferas de origen prehispánico, será responsable de su conservación y deberá garantizar su integridad.

            Escribo esto sin haberme reunido con los abogados del Museo Nacional, por tanto no conozco los pormenores jurisprudenciales (si los hay) que traban el rescate y la eventual repatriación de más esferas.  

Patrimonio de la humanidad

            Por su parte el gobierno de Costa Rica hizo solicitud, en el año 2001, a la UNESCO -Organización para la Ciencia , la Educación y la Cultura de las Naciones Unidas– con el fin de declararlas patrimonio de la humanidad.

            La solicitud fue planteada por el Ministro de Cultura al Director General de la UNESCO , Koichiro Matsuura, quien recibió la propuesta mostrándose partidario de la idea.

Para que esta gestión inicie el trámite respectivo ante el Comité del Patrimonio Mundial, Costa Rica deberá cumplir con las estrictas exigencias de la UNESCO. La primera obligación consiste en presentar un completo y convincente estudio arqueológico.             

Cán Basát Róje

            Haciendo justicia a los pobladores aborígenes del país, se bautizó el futuro parque con el nombre: Cán Basát Róje, (esfera de piedra en lengua Boruca)

            Cán Basát Róje inicia rodeado de entusiasmo y buenos augurios.

            La Cooperativa de producción agropecuaria SURCOOP, dona 10 hectáreas de la famosa finca 6.

            La hoy llamada Finca 6, formó parte de la capital arcaica de los legendarios "Dikís"

            Arqueológicamente se conoce como el mega sitio Palmar-Sierpe y se sabe que en épocas prehispánicas alcanzó por lo menos 900 hectáreas de esplendor.  

            En esta área precisa se conservan, en el sitio de su descubrimiento, varias esferas. Aquí se planean construir las instalaciones centrales del Parque Temático de las Esferas, desde donde se brindará información arqueológica acerca de los monolitos y pueblos indígenas que habitaron el Diquís.

            Será además el centro idóneo para propiciar investigaciones intensivas y de alto nivel en la zona, generando la posibilidad de continuar la búsqueda de orígenes y significados de tan ancestrales esculturas.             A partir de este eje se consolidaran otros sitios arqueológicos, mediante la compra de los terrenos donde se ubican, creando en la zona todo un circuito de espacios con esferas.   

Objetivos estratégicos

            Se trabaja por integrar principalmente, cuatro sitios estratégicos emplazados en el Delta:  

1) Finca Seis (ya adquirido) y las estribaciones de la Cordillera Costeña. Importante por la alta probabilidad de encontrar allí, las canteras antiguas de donde se extrajo el material de las esferas.  

2) Batambal, punto estratégico poseedor de esferas y montículos además de una arrobadora vista hacia las tierras bajas. Actualmente en esta zona existe un asentamiento de indios borucas, asunto que no reviste el menor problema, pues la nación Brunca es un fuerte aliado en esta ofensiva.  

3) El Silencio, localizado en las afueras de Palmar Norte, posee la esfera más grande registrada. La recuperación de este sitio es urgente, pues la esfera se deteriora con gran rapidez.  

4) Grijalva. Se ubica en las afueras de ciudad Cortéz. La finca de los Grijalva, es rica en hallazgos arqueológicos. Allí se espera continuar con el análisis de vestigios para comprender mejor la cultura artífice de las esferas.  

Espectáculo incomparable

            Uno de los más grandes atractivos del parque, además del museo consagrado a los tesoros de la región, será el poder admirar allí las sorprendentes alineaciones que algunos racimos de esferas exhibieron en su glorioso pasado.

            Para reconstruir las colocaciones antiguas los expertos se basan en los estudios, mediciones y cartografías realizadas el siglo pasado, en la década de los años 40, por Lothrop y Stone.  

            El restablecimiento de las alineaciones originales, aparte de ser un espectáculo colosal, permitirá explorar su significado en relación con la luz sideral (solsticios, equinoccios, constelaciones, etc.)  

            De la misma forma en que los monolitos esféricos de Delta del Diquís, son únicos en todo el orbe, el parque temático de las esferas será un atractivo sin par.

            Con él se atraerá la atención de viajeros, provenientes de todas las latitudes del mundo, quienes tendrán la oportunidad de disfrutar de uno de los legados históricos, más singulares de toda la América prehispánica.  

Exhortación

            No creo exagerar si afirmo: El futuro de las esferas de piedra en Costa Rica y para el mundo, depende de la realización efectiva de tan admirable proyecto.  

            Insto a todas aquellas personas, -nacionales y extranjeros- concientes de la necesidad de rescatar para la posteridad este preciado tesoro universal, colaboren con él.

            Hay mucho camino por delante y mil formas de ayudar: Reportar esferas en manos privadas; declarar si hay abandono o descuido; denunciar saqueos y trasiegos ilegales; colaborar en la compra de terrenos que posean sitios arqueológicos, etc. son algunas de las muchas maneras de apoyar el proyecto.                         La única institución autorizada para canalizar los aportes públicos o privados para el "Parque Temático de Las Esferas" es el Museo Nacional de Costa Rica.

  1. Con el fin de comprender mejor la rama científica encargada de estudiar las esferas de piedra en Costa Rica, me doy a la tarea de escribir una pequeña síntesis de tan amplia disciplina.  

                La arqueología moderna va más allá del método de los pacientes anticuarios, y hace muchos años dejo de ser el mero estudio sistemático de los restos materiales de la vida humana ya desaparecida.  

                Hoy esta disciplina ha asumido la tarea de reconstruir la vida, obra, pasión, subsistencia y muerte de los pueblos antiguos. Razón por la cual esta rama de la ciencia, desata en nosotros pasiones ancestrales.            

    Muchas veces depositamos en ella nuestras esperanzas de acercarnos a la solución de las preguntas de siempre:

    ¿Quiénes somos? ¿De donde venimos? ¿Hacia donde vamos?  

                Aliada inseparable de su matrona la antropología, quien estudia la cultura humana desde una perspectiva biológica, social, filosófica y humanista. Ocupada con semejante paquete, la antropología ha delegando el análisis de las manifestaciones materiales de las culturas antiguas a la arqueología. Sin embargo, en la actualidad, la alianza entre ambas disciplinas es tal que nos cuesta (a los legos) puntualizar sus jurisdicciones.  

               Hoy, la arqueología está en estrecha interrelación con casi todas las otras disciplinas científicas.    

    Métodos y técnicas               El trabajo del arqueólogo, en general, puede dividirse en varias fases:

    a) Obtención de datos

    b) Descripción de los mismos

    c) Análisis preliminar 

    d) Interpretación.  

    Obtención de datos  

                El hallazgo casual realizado por cazadores, campesinos, montañistas, constructores o huaqueros de un yacimiento, moviliza a un entusiasta grupo de arqueólogos, quienes armados de equipo profesional, amén de picos, palas y sus infatigables brochas, se disponen a realizar el trabajo de campo. Pero antes de iniciar la excavación se deberá revisar toda la literatura científica existente, se consultarán además -si hay disponibles- textos antiguos, artículos modernos y estudios geológicos y medioambientales, con el fin de orientar la búsqueda.  

                Luego se procede a elaborar una prospección arqueológica, la cual consiste en explorar y sondear previamente el terreno, y con esto reconocer sus posibilidades. En la prospección se han de localizar los yacimientos que van a proporcionar los datos.  

               

    La fotografía aérea –si el presupuesto lo permite- es un método de reconocimiento adicional muy importante.  

                A partir de la década de 1970 se han sumado un número notable de nuevas y sofisticadas técnicas, como el uso del radar para estudiar el subsuelo, los sensores de rayos infrarrojos, resistencias eléctricas, magnetómetros de protones y sensores remotos por satélites. Pocas de estas tecnologías se han utilizado en el estudio de las esferas en Costa Rica. Se espera implementarlas en un futuro cercano.  

                También está la posibilidad del sondeo arqueológico submarino. Utilizando las maravillas del sonar y de otros sensores eléctricos especializados, se puede lograr la detección de las muchas esferas, que se sospecha yacen hundidas en el fondo de los ríos Térraba y Sierpe, así como en la ruta hacia la isla del Caño.  

                En tierra, el objetivo es localizar yacimientos intactos, -cosa en la actualidad difícil- con depósitos estratificados y sus correspondientes materiales.  

                Desde un punto de vista ideal, la aparición de esferas en un contexto estratigráfico claro permite establecer una cronología precisa y reconstruir -teniendo la suficiente información contextual-, todo el sistema cultural en los distintos niveles históricos. Cuanto mejor sea la investigación inicial, más fácil será la excavación y en general todo el trabajo de campo.  

                Lamentablemente en el caso del Diquís, la mayoría de los sitios de interés han sido saqueados, y las esferas removidas de sus contextos originales. Sin embargo no todo se ha perdido.  

                Una importante labor preliminar en el Delta del Diquís fue parcialmente realizada por Doris Stone y Samuel Lothrop en la década de 1940. Ellos mediante una excavación sistemática colectaron los primeros datos.  

                El objetivo de una excavación es doble: establecer una cronología y observar el contexto. Si bien estos pioneros no lograron una datación clara, las observaciones del paisaje arqueológico, aunque gravemente devastado desde aquella época, continúan siendo de gran valor para las investigaciones modernas.            

    El viejo pero aún fiable sistema para establecer la cronología consiste en la excavación de yacimientos con estratigrafía clara, estableciendo los distintos niveles de ocupación que se hallan superpuestos.  

                La obtención del contexto de los distintos niveles de ocupación antigua, requiere de cuidadosas técnicas de excavación, prestando particular cuidado a la localización de cada artefacto y ecofacto (restos de antiguos materiales orgánicos). Toda esta actividad debe ser complementada con datos medioambientales obtenidos mediante el uso de técnicas interdisciplinarias. Los estudios zoológicos, botánicos, geológicos, edafológicos – análisis físico, químico y biológico del suelo– sin obviar los climáticos, tienen el objetivo de precisar el ecosistema y el medio ambiente donde se va a realizar la excavación.  

    Descripción y análisis preliminares   

                Los análisis de laboratorio y la descripción, constituyen normalmente el paso siguiente al compendio de datos, aunque la realización simultánea de todos estos trabajos mejora en gran medida la eficiencia en la excavación.  

                Las observaciones preliminares pueden revelar huecos en la cronología y en el contexto, e indicar dónde se deberían recoger más datos y cuales metodologías aplicar para completar las lagunas de información.  

               

    Los baches cronológicos y las lagunas de conocimiento previo no son escasos en las exploraciones del Delta del Diquís, pero debemos tomar en cuenta por lo menos dos factores:  

    a)     El hallazgo de monolitos esféricos de proporciones monumentales son exclusivos de la región –no hay con que compararlos-.

    b)     Los estudios de reliquias pétreas se han enfocado primordialmente hacia los tallados en piedra. –estelas, jade, cabezas, etc.- Los objetos elaborados mediante las técnicas de picado y abrasión -esferas de piedra entre ellos- han sido poco atendidos, ocasionado con esto un pobre desarrollo en metodologías para su abordaje analítico.  

                Sin embargo nuestros arqueólogos han logrado establecer algunos contextos culturales y fijado su cronología. Ya se han elaborado algunas propuestas basadas en el estudio analítico del contexto cultural y medioambiental de la región, tendientes a reconstruir los sistemas culturales y ecológicos que convivieron con las esferas.  

                La arqueología en todo el mundo valora cada artefacto descubierto, como el resultado de la actividad humana en el tiempo en que fue fabricado.  

                Pero determinar con exactitud qué actividad lo produjo, y como esa actividad encaja en la antigua cultura de su hacedor, es a veces problemático.  

                Los restos de desechos como huesos de animales, tiestos, textiles y partes de plantas fosilizadas, etc. proporcionan datos relativos a la forma de vida de quién los tiró, dan indicios sobre los elementos del ecosistema, refieren a la estacionalidad de los patrones de asentamiento y dan valiosas pistas acerca de las relaciones comerciales.  

                Las formas de enterramiento, las ofrendas y los ajuares de las tumbas, aportan mucha información sobre el pasado, particularmente en aspectos como: la concepción de la realeza, la jerarquía, el rango social o las prácticas religiosas. Cada objeto refleja las actividades realizadas en el periodo en que los hombres ocuparon el yacimiento.  

    Interpretación  

                Armado con toda la información que ha podido compilar en el campo, más la de investigaciones afines, el arqueólogo intenta sintetizar las cronologías regionales en una secuencia de culturas y ecosistemas de áreas más amplias o de regiones relacionadas entre sí. Ejemplo: Región Gran Chiriquí, sub-región Diquís. Mega sitio Palmar-Sierpe.  

                Si la evidencia arqueológica colectada en meses incluso años de ardua faena, generalmente bajo condiciones atmosféricas y climáticas adversas, Lidiando contra mosquitos, serpientes y cuanta alimaña heredó con las edades el yacimiento ha examinar. Si esta evidencia es lo suficientemente completa, se podrá reconstruir hasta en mínimos detalles el asentamiento humano que habitó en el sitio explorado. Describiendo en forma dinámica el progreso de su civilización, los cambios culturales, cómo y cuándo se produjeron los mismos, etc.  

                En tanto nuestro esforzado arqueólogo se parte la espalda con su trabajo, otros sabihondos pretenderán conocer al dedillo y sin necesidad de las estrictas disciplinas científicas, la raíz de los enigmas que él busca.  

                Por otro lado decenas de caza fortunas, vestidos a lo "Indiana John" posaran para las cámaras al lado de los descubrimientos más relevantes, atreviéndose algunos hasta en adjudicarse los hallazgos del arqueólogo.

    La dama de las esferas

    La inesperada, y al final infranqueable dificultad burocrática para acceder a los inéditos documentos públicos de investigación arqueológica, resguardados por el Departamento de Antropología del Museo Nacional, aparte de irritarme como contribuyente, (los costarricenses pagamos por dichas investigaciones) limitaba la ya de por sí escasa información disponible acerca de las esferas.  

    Mi deseo era estudiar los resultados del proyecto "Hombre y Ambiente en el Delta Sierpe-Térraba" cuyo propósito fue el de arrojar más luz sobre el misterio de las esferas y sus creadores.  

    Convencido que tal información era prioritaria para mi libro, la intransigencia de una empleada pública no iba a detenerme. Me di entonces a la caza del líder del proyecto.  

    Tocando puertas con la insistencia de un vendedor de escobas, logré a través del "Departamento de Antropología de la Universidad Autónoma de Barcelona", en España, la dirección electrónica de Ifigenia Quintanilla, quien radica en tierras catalanas desde hace varios años. No pocos me advirtieron que la arqueóloga poseía una personalidad intolerante.  

                Con timidez y sin reales esperanzas de respuesta, le escribí un primer correo manifestándole mis inquietudes.  

    Ante mi sorpresa, la respuesta de aquel mensaje electrónico, enviado por un perfecto desconocido, llegó a las pocas horas.  

                Con la paciencia de una maestra de pre-escolar y sin embargo tratándome con el respeto que le merece un colega, (sin pretender serlo pues desde el principio le manifesté ser artesano de oficio y escritor por vicio). Ifigenia se dio sin recelos a compartir conmigo sus conocimientos. La ausencia de recatos a la hora de exponer el avance de sus investigaciones científicas, me hizo comprender que me encontraba frente a una profesional segura de su trabajo.  

                Expiraba el mes de julio de 2004, cuando la científica me avisó que estaría en Costa Rica por unos días. Acordamos reunirnos en fecha 28, a las dos de la tarde en la cafetería del Correo Nacional.  

                -No lo conozco, cómo puedo reconocerlo- preguntó vía electrónica.  

                -Busque en la sección de fumadores a un viejo canoso. Sobre la mesa estará el libro de Samuel Lothrop, "Archaeology of the Diquís Delta"  

                Con puntualidad europea se apersonó la arqueóloga. Yo tenía la ventaja de reconocerla por las fotografías de los diarios. Cuando la vi entrar al café, sentí que aquello iba a ser un dispar encuentro entre el amateur de las esferas y la profesional de peso completo.  

                Ella se encaminó sin vacilaciones directo hacia mi mesa.  

                -Un admirable investigador- dijo sin haberse sentado, señalando el libro- su obra es impresionante y abarca muchos ámbitos de la arqueología americana.  

                Sin necesidad de serias presentaciones, nuestra informal conversación inició con Lothrop y sus correrías científicas. Luego a lo que vinimos: las esferas del Diquís.

               Inicié la plática con un tema, que por falta de conocimientos no desarrollo en este libro: los petroglifos calados en épocas prehispánicas sobre la superficie de algunos monolitos esféricos.  

                -En el año de 1999, -le dije- cuando se anunció el proyecto del Parque de las Esferas, el Museo Nacional publicó una foto, la cual muestra un grabado antiguo, tallado sobre el lomo de una esfera monumental, he recorrido todo el Delta del Diquís buscando la esfera con tan particular petroglifo, y no he dado con ella, ¿Dónde la tienen escondida?  

                -No hay nada escondido –respondió sonriente – sólo hay ojos que no ven. Usted me dijo haber observado las esferas de "Finca Victoria" en Palmar y que le llamó mucho la atención una esfera que exhibe una especie de cicatriz, ya le expliqué la naturaleza de esa cicatriz. (Una formación natural en el granito) Pues esa es su esfera escondida.  

                -¡Imposible! –Exclamé- esa esfera no tiene ningún petroglifo.  

                -El calado es sutil, se realzó para la fotografía, a simple vista solo puede ser notado en algunos meses del año y en horas específicas, pero le garantizo que está allí.  

                Ifigenia no solo posee una visión especializada, producto de su disciplina académica, sino además es en extremo exigente con respecto a cualquier interpretación aventurada sobre el tema de las esferas.  

                Al comentarle la forma en que abordo, en este libro, algunas de las interrogantes en torno a las esferas me dijo:  

                -Su usted fuese antropólogo, por ejemplo, hace rato nuestra platica se habría convertido en una acalorada discusión. Su disciplina (la literatura) no le exige abordar un tema con rigor científico. Puede darse el lujo de jugar y hasta abusar con la relación de ideas y conceptos afines, puede rellenar con la imaginación los baches que la exploración arqueológica no ha cubierto aun. En fin usted puede tratar un tema como le venga en gana. Pero tratándose de esferas precolombinas yo jamás validaré ninguna propuesta que no esté estrictamente respaldada por la evidencia científica.  

                Nuestro diálogo se extendió por mas de cuatro horas, comentamos acerca de muchos y variados tópicos, girando siempre en torno a las esferas.  

                Antes de conocer personalmente a Ifigenia, la admiraba por su trabajo profesional, hoy mi admiración se extiende a su alta calidad humana.  

                No se si deba ser yo quien dé la buena nueva, pero me alegró mucho escucharla decir, que pronto saldrá al mercado su libro de las esferas de piedra. Espero impaciente dicha publicación la cual no dudo será una obra monumental.  

                -En buena hora, –le dije- después de más de trece años de excavaciones, mediciones, análisis y estudio consagrado a las esferas de piedra, celebro que su obra este lista.  

                -No Alberto –me respondió con cierto acento de severidad- después de todos estos años, quien está lista soy yo. Lista para emprender una investigación arqueológica, pues ya se: Dónde, cómo y qué buscar.

  2. Arqueología

    La materia abordada en estas páginas no permite aventurarse a conclusión alguna.  

                Las esferas de piedra como cualquier otra escultura monumental es sencillamente un objeto, cual por si mismo no puede expresar su significado profundo, para comprender dicho significado es perentorio conocer a la cultura autora del monumento. Este conocimiento es actualmente escaso.  

                En el Delta del Diquís y su amplio circuito arqueológico en donde se involucran esferas de piedra, las investigaciones intensivas y de alto nivel son apenas un noble proyecto. Lo conocido hasta la fecha de ninguna manera es concluyente.  

               

    Los científicos costarricenses están listos para iniciar la empresa, solo faltan los recursos económicos y la voluntad política para el desarrollo de los proyectos.  

                Una vez iniciados los intensivos trabajos de campo, obligatoriamente irán apareciendo las muchas piezas faltantes de este intrigante rompe cabezas.  

                Sin lugar a dudas se ubicaran las canteras, con inconfundibles trazas de segmentos separados de la beta y bloques preparados con y sin indicios de un devastado inicial. Junto a las canteras se podrán estudiar vestigios de pretéritos talleres, rodeados de desperdicios líticos y no pocas herramientas e instrumentos asociados a la construcción de esferas, y quizá una que otra esfera monumental inconclusa. Los cementerios indígenas de la época, mostraran restos óseos con evidencias de desgaste en algunos individuos, por las labores picar, devastar, pulir, etc. otros mostraran fracturas por aplastamiento relacionadas con la movilización de bloques y traslados de esferas.  

                He colocado todas mis fichas en el centro de la mesa y apuesto sobre la baraja tapada de los futuros descubrimientos.  

              Si los expertos no encuentran ninguna de estas evidencias, seré el primero en dar mi adhesión al esoterismo arqueológico, defenderé con entusiasmo la deidad de los cosmonautas del pasado y su ingerencia en la creación de las esferas, y me uniré a los buscadores de la Atlántida.   

    Alberto Sibaja

    San José, Costa Rica. Septiembre de 2004

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     Ifigenia Quintanilla Jiménez, y Fernández, P. 1999        Metalurgia, Esferas y Estatuaria de Piedra en el Delta del Diquís, Costa Rica: Producción Local de Símbolos de Poder, Paper presented in the Symposium "Gold and Power in Ancient Costa Rica, Panamá, and Colombia", Dumbarton Oaks, Washington, D.C.

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    Quiros Älvarez Guillermo, Los petroglifos del Diquís, Costa Rica, un SIG primitivo. Rupestreweb

     

  3. Conclusión

Alberto Sibaja Álvarez

Siböwak –

 

Partes: 1, 2, 3, 4
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