- Introducción
- Definición y objeto de estudio sociología de la educación
- Los fines de la educación
- La educación como fenómeno social
- La educación como instrumento dominador
- La educación como instrumento liberador
- Relación histórica entre economía política y educación
- La educación en el contexto actual internacional
- La conformación del sistema educativo actual como resultado de las condiciones socio – históricas venezolanas
- El pensamiento de Luis Beltrán Prieto Figueroa
- Conclusión
La sociología de la educación es una subdisciplina, con una preocupación central por el estudio del contexto social de la educación. Esto le ha dado un fuerte énfasis en la escolaridad formal, aunque también haya estudios importantes sobre la educación informal y no-formal. Las grandes preocupaciones de la sociología de la educación no difieren demasiado de las preocupaciones genéricas de la sociología como ciencia social. Es decir, la sociología de la educación ha estudiado las vinculaciones de la educación con la igualdad social, la equidad, la movilidad social, y otras cuestiones tradicionales de la sociología como las vinculaciones entre educación y poder social. Los dos grandes temas más discutidos en sociología de la educación son: la relación entre la educación y la posición social adulta (ocupación, ingresos, status. etc.) y los factores del rendimiento escolar.
INTRODUCCIÓN.
Por medio de la realización de este trabajo se pretende ampliar los conocimientos en relación al tópico de Sociología de la educación, partiendo como base de las conceptualizaciones pertinentes. La información que se buscará comenzará con los conceptos básicos de sociología y educación, para de esta manera posterior a su entendimiento poder establecer el significado de la Sociología de la Educación.
De igual manera se pretende señalar cuáles son los principales objetivos de la Sociología de la Educación, y cuál es la importancia que la misma tiene en el desempeño de la función docente.
Por otra parte se tratará el desempeño de la formación docente, cual es su importancia y que se espera de un docente como ser social y proveedor de socialización.
Todo esto basado en el hecho de que la escuela es uno de los principales agentes socializadores para los niños.
Al tratar todos estos aspectos se espera llegar a formar una introducción y enriquecimiento de los conocimientos, contando con la información suficiente para el estudio de la Sociología de la Educación, cátedra de gran relevancia para el ejercicio de la profesión docente.
DEFINICIÓN Y OBJETO DE ESTUDIO SOCIOLOGÍA DE LA EDUCACIÓN
La sociología de la educación es una disciplina que utiliza los conceptos, modelos y teorías de la sociología para entender la educación en su dimensión social. Ha sido cultivada por los sociólogos que han tenido un interés creciente por la educación y por los pedagogos que han pasado de recurrir casi exclusivamente a la psicología, a un equilibrio entre ésta y la sociología.
Émile Durkheim, uno de los padres de la sociología, es considerado el iniciador de la disciplina con sus obras Educación y sociología, La educación: su naturaleza, su función y La evolución pedagógica en Francia, publicadas después de su muerte en 1917.
La sociología de la educación debe distinguirse de la pedagogía social, que es una disciplina pedagógica cuyo objetivo es la educación social del hombre, y de la sociología educativa cuya intención, fundamentalmente moral, ha sido la de perfeccionar la conducta del hombre como ser social y a su vez la de mejorar la sociedad.
Cuál es el objeto de estudio de la sociología
Para podernos responder a esta pregunta tendremos que hacer una revisión desde los orígenes hasta nuestros días. Por lo que comenzaremos con los precursores: Claude Saint- Simón y Augusto Comte.
Los clásicos
El Marqués de Saint Simón es un punto importante de conexión entre el antiguo régimen y la modernidad. Su pensamiento sentará las bases de la sociología, ya que tendrá gran influencia en Marx, Comte. y Durkheim.
Saint Simón creía que había que aplicar el método positivo para solucionar los problemas de la nueva sociedad industrial. Estas ideas fueron más tarde desarrolladas por Comte., que fue el primero que lo llamó sociología.
Comte. tenía una visión evolucionista, en el sentido de que los fenómenos sociales pasan por una serie de estadios de perfeccionamiento. Existían, para Comte. tres estadios que eran teológicos, metafísicos y positivos. En cuanto a educación plantea la primera teoría sociológica con la cuál dice que el sistema educativo es lo que nos aportará hábitos de pensamiento y comportamiento.
Para Marx, la sociedad se constituye por una necesidad del hombre de entrar en relación por sus propias necesidades, por lo que el origen de lo social está en la producción. La teoría de las clases de Marx está basada en su materialismo histórico. Hace una comparativa social entre la sociedad y las relaciones de producción. Su sociología es la del cambio; a la vez que se desarrollan fuerzas productivas, éstas entran en contradicción con las relaciones de producción llegando a la revolución social.
Émile Durkheim es uno de los fundadores de la sociología de la educación. Desarrolla el carácter positivo de la sociología moderna, y establece que el objeto de la sociología es el estudio de hechos sociales. Constituyó una buena base para el posterior desarrollo del estructural-funcionalismo americano. Su visión sobre la sociedad es globalizadora por la importancia que tiene las normas y valores colectivos. Transforma la fe en el progreso y un ideal evolucionista basado en la teoría de los tres estadios de Comte. La educación tiene dos funciones primordiales:
• desarrollo de la moral colectiva en sustitución de la religión.
2. formación de los distintos empleos necesarios. La cohesión social le corresponde a la educación.
La educación es como hecho social:
• Social e inarmónica, no natural.
• Consiste en un proceso de creación y producción del ser social de cada persona.
• Las relaciones educativas son de dominación e inculcación.
Para Max Weber la naturaleza de la sociedad se sitúa en la acción social y existen cuatro tipos de acción social:
• Racional con arreglo a fines.
• Racional con arreglo a valores.
• Afectiva.
• Tradicional.
Su teoría de la estratificación establece tres dimensiones: clase, estatus y partido, que están determinadas por lo social y lo político. Por lo que las clases solo existen en relación a los mercados ( a las situaciones de intercambio) que siempre tenderán hacia el beneficio.
La condición de estatus es subjetiva, es referida a la valoración que las personas hacen de ella. Las personas se dividen en grupos de estatus.
El concepto clave para Weber es el de legitimidad, aquello que da validez a la propia autoridad de la persona. Y la relación de autoridad se puede basar en tres tipos de ideales: tradicional, legal o carismática.
Weber plantea tres cuestiones básicas:
• La homología estructural entre la Iglesia y la escuela
• Establecimiento de tres tipos de educación: carismática, humanística y especializada
• Las relaciones entre escuela y burocracia
En la actualidad
Los tres grandes modelos existentes hoy en día son:
• el funcionalismo: de origen dual; por un lado se encuentra el trabajo de síntesis que Durkheim hace del positivismo francés y el organicismo alemán, y de otro los trabajos que los antropólogos ingleses hicieron en las sociedades tribales de la Melanesia y otras partes del Imperio. La sociedad, para el funcionalismo es un conjunto interdependiente de elementos agrupados en instituciones relacionadas mediante una estructura. La existencia de cada una de las partes y lo que le da su forma es el desempeño de unas funciones.
• Marxismo: es la corriente sociológica que integra el pensamiento de Marx y sus seguidores. La sociedad es como un edificio cuya base tiene el modo de producción y en sus pisos superiores la superestructura jurídica política y sus formas de conciencia social. Dentro de este edificio hay un permanente conflicto por la lucha de clases.
O sociología interpretativa: engloba una serie de enfoques relacionados por su enfoque y metodología: teoría de la acción social de Weber, interaccionísmo simbólico y la fenomenología sociológica. Concibe la realidad como procesos de interacción. Utiliza la etnografía y la entrevista como técnicas cualitativas de integración; el objetivo de sus análisis es la vida cotidiana. Ve la sociología como una ciencia dedicada a la comprensión interpretativa de la acción social y al estudio entre el yo y la sociedad como proceso de comunicaciones simbólicas entre actores sociales (interaccionísmo simbólico). La fenomenología sociológica también participa de la construcción social de la realidad proponiendo el estudio directo de las experiencias personales. Su método es cuestionar todo aquello que se da por sentado en la vida social.
LOS FINES DE LA EDUCACIÓN
• Incentivar el proceso de estructuración del pensamiento, de la imaginación creadora, las formas de expresión personal y de comunicación verbal y gráfica.
• Favorecer el proceso de maduración de los niños en lo sensorio-motor, la manifestación lúdica y estética, la iniciación deportiva y artística, el crecimiento socio afectivo, y los valores éticos.
• Estimular hábitos de integración social, de convivencia grupal, de solidaridad y cooperación y de conservación del medio ambiente.
• Desarrollar la creatividad del individuo.
• Fortalecer la vinculación entre la institución educativa y la familia.
• Prevenir y atender las desigualdades físicas, psíquicas y sociales originadas en diferencias de orden biológico, nutricional, familiar y ambiental mediante programas especiales y acciones articuladas con otras instituciones comunitarias.
LA EDUCACIÓN COMO FENÓMENO SOCIAL.
Que la educación es un fenómeno social es, a estas alturas, una idea asumida por todos aquellos que algo tienen que decir acerca de ella. Ya en sus albores la sociología se ocupaba de ello: Émile Durkheim lo aclaraba de la siguiente manera "la educación común es función del estado social; pues cada sociedad busca realizar en sus miembros, por vía de la educación, un ideal que le es propio" (1998:18) De ahí también la importancia política de la educación: la posibilidad de establecer un determinado orden social descansa en la forma cómo los ciudadanos entienden el rol de la sociedad, de sus organizaciones y de ellos mismos dentro de este sistema de relaciones; y esa forma de entendimiento sólo es posible de lograr mediante la educación de las personas. Hablamos entonces de la construcción del espacio social (Bourdieu 2003:34), es decir, de esa realidad invisible que no se puede mostrar ni tocar con los dedos y que organiza las prácticas y las representaciones de los agentes de una sociedad. Lo anterior sólo es posible mediante un proceso de transmisión de conceptos de persona a persona, de un educador a un educando -un proceso comunicativo según Habermas- a través del cual se van asimilando las particulares maneras de entender el mundo que cada sociedad y, por ende, cada cultura ha asumido para sí.
Ahora bien, el hombre, ser social por naturaleza, se hace -o rehace- en la medida en que es educado. Antes ya hacíamos mención de Hanna Arendt (1993) quien explicaba el proceso de aprendizaje humano desde el punto de vista de su incorporación al mundo, bajo la idea de que su naturaleza social no basta para adaptarlo a la vida organizada con otros seres humanos, pues no hablamos de organizaciones sencillas, sino complejas, cargadas de historia, valores e intrincadas significaciones, "en sociedades tan vastas como las nuestras, los individuos son tan diferentes los unos de los otros, que no hay, por así decir, nada de común entre ellos, salvo su cualidad general de ser hombres" decía Durkheim (1998:18). Pues bien, así mirada la educación lo que propone es la construcción de un "hombre nuevo", distinto de cómo lo ha engendrado la naturaleza, busca crear un ser social (1998:18); pues es la sociedad la que nos enseña a dominarnos, a constreñirnos, es también, siguiendo sus necesidades, la que decide la cantidad y naturaleza de los conocimientos que debe recibir el niño y es la que conserva la conciencia adquirida por las generaciones anteriores y también la que la transmite a las nuevas generaciones.
La educación es además la herramienta privilegiada de reproducción social, es decir, del mantenimiento del orden social según la más antigua tradición cultural. En esto creo que hay que detenerse un poco. Pierre Bourdieu (2003) explica que el espacio social u organización de la sociedad se funda en un capital cultural, es decir en la herencia cultural -o más bien manera de ver al mundo- que ese espacio social tiene. De este modo la sociedad se organiza en torno a valores determinados que son los que en definitiva explican dicha organización. Así el espacio social deviene en espacio simbólico, es decir en un conjunto de estímulos cargados de diferente significación que, transformados en una especie de lenguaje, dan forma a las perspectivas, prioridades, ideologías e intereses de los componentes de cada grupo social; de esta manera la distribución del capital cultural permite construir un espacio social y la institución escolar, mediante el fomento de aquellas formas particulares de entender el mundo, ayuda a reproducirlo y a mantenerlo a través del tiempo y de la historia.
Pues bien, la educación emerge como un fenómeno social no sólo por sus fines (integrar al niño al mundo-sociedad), sino también porque aporta con su ejercicio a la conformación de la realidad social y cultural de los distintos grupos humanos.
LA EDUCACIÓN COMO INSTRUMENTO DOMINADOR
Desde el momento mismo en que un pueblo o un conjunto de pueblos deciden convertirse en nación, la educación es asunto que compete al Estado, macro institución que gobierna en ese tipo de sociedades, designadas precisamente como "Naciones Estado". Y, dado que la Nación Estado, como forma histórica de organizarse los pueblos se ha extendió a nivel planetario en la época que se inicia con el fin de la segunda guerra mundial, hoy nos encontramos con que no existe una Educación o un Sistema de Educación, sino Educaciones o sistemas de Educación Nacionales. Afirmamos esto, no para recordar lo que todo el mundo sabe, sino lo que por lo regular se olvida. Recordar, por un lado, que de la educación han hablado los filósofos, desde Platón hasta Hanna Arendt, pasando, por supuesto por el muy justamente afamado filósofo educador, Rousseau, como de un asunto humano por excelencia, que trasciende fronteras y diferencias entre los pueblos. Y recordar, correlativamente, que esa pretendida universalidad de la educación nunca ha existido en la práctica, pues lo se conoce en la historia es la educación que impartían a su hijos los miembros de determinada iglesia o de determinada tribu, clan o cualquier otra organización étnica.
La humanidad, en otras palabras, se las ha arreglado para educar a sus hijos con los más variadas formas de educación. Ahora, en cambio, todas esas formas anteriores de educación son subsumidos, si no completamente eliminados, en un solo sistema de educación, un sistema nacional de educación.
Digamos, de entrada, a propósito de estos sistemas de educación nacionales, que todos ellos han conocido numerosas crisis, al punto de poder afirmar que lo cuánto hay de universal en materia de educación es que todas las educaciones nacionales se hallan permanentemente en crisis. Crisis de recursos de todo orden, humanos, financieros y técnicos; crisis en la relación enseñanza-aprendizaje o devastadoras crisis sobre el papel del juego, el trabajo o la libre iniciativa en la formación de los niños. Pero, curiosamente, no son esas crisis las que despiertan los anhelos y temores del tipo que ahora sacude a nuestra sociedad. Son las incursiones de la política en la educación las que causan ese gran malestar que ahora comenzamos a conocer.
Esa intromisión de la política en la educación ha estado signadas, como ya apuntamos en nuestro último Pórtico, por la voluntad de algunos Estados, no ya de transmitir a los "recién llegados" –como tanto le gusta decir a Hanna Arendt cuando se ocupa de educación—la historia y el funcionamiento de la sociedad y el mundo, sino de imponerles a como de lugar una "nueva" manera de ver al hombre y ver el mundo. Y todos sabemos que este afán de crear una nueva mentalidad en los niños, a fin de garantizar con ellos cambios radicalmente novedosos en la sociedad entera, nunca había sido tan sistemático, como en los regímenes totalitarios que se dieron en la primera mitad del siglo XX, los totalitarismos fascistas y los diversos totalitarismos de corte comunista. Pero todos pensábamos que ese género de intromisiones, que consistieron realmente en un asalto del poder político del Estado al mundo de la educación, eran asunto del pasado. Y lo pensábamos, no por simple anhelo humanista sino por dos órdenes de razones a cual más contundente. Por un lado, porque creíamos exitosa la gran batalla que en todos los sistemas nacionales fuera del totalitarismo se libra aún en defensa de la concepción de que "es solo a través de la educación en libertad –ni por el adoctrinamiento, cualquiera que sea, no por la libre iniciativa de los niños—como se forman seres libres, capaces de decidir sobre su destino personal y colectivo" (propósitos de Ceslestin Freinet, el gran educador francés que viviera las dos guerras) Y por el otro lado, por el conocimiento que hoy se tiene de los daños y sufrimientos causados a millones de niños en persecución de un objetivo que nunca se vio como posible: la instrumentalización de la educación como mecanismo para promover el fascismo o el comunismo.
Se bien que es posible que la mayoría de los venezolanos ignore esta historia de la instrumentalización de la educación por quien detiene el poder político. Pero no esta historia en si lo que atormenta la sociedad, sino la conciencia que esta tiene de que el hombre que se ha declarado como el único garante del socialismo que quiere implantar en Venezuela y que por tan singularísima cualidad quiere reelegirse a perpetuidad, es el mismo que se dispone a tomar en sus manos el funcionamiento y orientación del sistema de educación venezolano.
LA EDUCACIÓN COMO INSTRUMENTO LIBERADOR
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela consagra en su Artículo 3: "El Estado tiene como fines esenciales la defensa y el desarrollo de la persona y el respeto a su dignidad, el ejercicio democrático de la voluntad popular, la construcción de una sociedad justa y amante de la paz, la promoción de la prosperidad y bienestar del pueblo y la garantía del cumplimiento de los principios, derechos y deberes consagrados en esta Constitución. La educación y el trabajo son los procesos fundamentales para alcanzar dichos fines."
Este es el desafío que tiene por delante el sistema educativo venezolano, servir de puente en la construcción de la nueva sociedad, diseñada en la Constitución refrendada por el pueblo venezolano en votación libre y secreta en diciembre de 1999. Para lograr ese objetivo necesariamente debe encaminarse a llevar a la práctica la visión sobre la educación del maestro Simón Rodríguez, que señaló: "está vinculada a la formación de virtudes sociales; amor a la patria, que es el bien común, y amor al trabajo productivo, entendido como actividad liberadora."
La formación de ciudadanos sólo es posible alcanzarla con una educación humanista, es decir, que tenga como centro al ser humano, promoviendo la participación activa y responsable en el quehacer de la sociedad, un ser con conciencia social. El proceso de enseñanza y aprendizaje debe ser un continuo en todos los niveles y modalidades que correspondan al desarrollo propio de cada etapa.
La enorme deuda social generada por las administraciones anteriores era un freno en el proceso de formación del ciudadano, cumplir con ese propósito exigía nivelar y extender el conocimiento de acuerdo al nuevo papel de la educación que posee el proceso bolivariano de cambios, la visión robinsoniana, por ello se crearon las misiones educativas.
Importante es enseñar a leer y escribir, pero no es suficiente, el conocimiento en todas las áreas del saber debe masificarse para evitar que nuevamente los miembros de la sociedad venezolana sean instrumentos dóciles a las promesas y cantos de sirena con los que por años los engañaron las elites gobernantes.
RELACIÓN HISTÓRICA ENTRE ECONOMÍA POLÍTICA Y EDUCACIÓN
La realidad está conformada por toda las cosas, objetos, hechos, fenómenos, y efectos que actúan sobre el hombre e intervienen en su vida tanto directa como indirectamente. El conjunto de elementos mencionados es de índole natural y generados por la acción del hombre, las cuales tienen carácter material como bienes y objetos tangibles, así como también son parte de la realidad humana las elaboraciones teóricas, los servicios, las relaciones económicas y políticas, las costumbres, hábitos, códigos y la conducta social aceptada. La realidad también está conformada por sus condiciones corpóreas, deseos, limitaciones, potencialidades, habilidades, así como los aspectos psico sociales que definen su conducta, sus necesidades y aspiraciones.
El hombre es el único ser de la fauna terrestre capaz de interpretar y modificar conscientemente su realidad. Es una expresión de sus relaciones con la naturaleza, con su sociedad y con el momento histórico que le toque vivir. Como animal posee requerimientos de índole natural y como humano posee un componente psíquico que determina su conducta voluntaria. Tiene como característica poder intervenir su realidad sobre la base de sus interpretaciones, las cuales formula utilizando su exclusiva capacidad para abstraerla a través de signos que asocia con los diferentes elementos y relaciones que constituyen el mundo real. Como animal socializado, tiene requerimientos de ambos mundos, que deben ser satisfechos para garantizar su existencia física y social. Esta característica le confiere la condición de ser causa y objeto de su propia acción, conformándose como parte de su realidad. Siendo así, posee comunicación consigo mismo como un diálogo entre sus requerimientos concretos y la interpretación abstracta de sí.
La sociedad forma parte de la realidad humana, es un todo armónico, coherente, multirrelacional, normado y estructurado, conformado por individuos y agrupaciones humanas que luchan por la apropiación del excedente social de producción. La estructura organizacional social depende del desarrollo del conocimiento, de los medios de producción, de la capacidad para obtener excedente de producción y de las luchas que se dan en su seno para apropiarse y acumular lo obtenido.
Quizás buena parte del problema de inconformidad e incomunicación del hombre con su realidad sea producido por considerar su origen como divino y ajeno al mundo animal. De esta manera desconoce sus propios requerimientos naturales y es inconsciente de su propia capacidad para conducirse y construirse en función de su propia voluntad.
La interpretación de la realidad el hombre la elabora con elementos abstractos a los cuales se les atribuye socialmente un significado (signos). La agrupación ordenada y estructurada de signos se le denomina lenguaje y sirve para construir una explicación de hechos, fenómenos, relaciones, sentimientos, apreciaciones, etc. (Teorías).
El valor utilitario del lenguaje radica en que este sea estructurado a partir de elementos concretos y su significado sea compartido o convenciendo por el grupo social. Sus expresiones, formas de apreciar y su nivel de complejidad, están en función del desarrollo de la relación que histórica y socialmente ha logrado el hombre, con su realidad.
Los límites de mi lenguaje significan los límites de mi mundo. Los límites de mi mundo son los límites de mi lenguaje (WITTGENSTEIN, 1991)[?][i]
El conocimiento como una interpretación de la realidad realizada través de signos abstractos y convencionales, es una consideración valida en la misma medida que pueda aportar explicaciones para intervenir la realidad. El conocimiento por el conocimiento mismo no tiene para nosotros ninguna utilidad, es un gasto innecesario, que se reduce a elaborar especulaciones o en el mejor de los casos, sirven de placebo, al reducirle en el hombre, su interés por elaborar explicaciones propias que le den coherencia a su propio ser.
El conjunto de teorías sobre un área de conocimiento, sistematizada y estructurada la reconocemos como Ciencia. Partiendo de este nivel de complejidad cognoscitiva es posible ascender a un nivel superior de interpretación de la realidad que permite deducir formas y relaciones de un tema particular para actuar políticamente sobre ella. Allí surge la Filosofía, a la cual, a través de la historia se le ha nutrido y nutre, a su vez, las normativas ideológicas, totalmente en consonancia con la postura epistémica tradicional.
Independientemente de la organización social, del momento histórico y de la ubicación espacial en el planeta, la interpretación cognoscitiva está conformada a través de una estructura de pensamiento lógica, abstracta y convencional de signos.
Cuando el desarrollo cognoscitivo le permite al hombre, no solamente explicarse sino, inducir y deducir sobre hechos concretos, se considera capaz de recrear y dominar el mundo real y hace política para intentar gobernarla. A este nivel, comienza la filosofía o el estudio de las relaciones del saber.
Sofía significa saber. Filo, relación, vínculo; tiene su origen en la producción del conocimiento o epistemología.
El uso del saber que el hombre alcanza por cualquier titulo es, en primer lugar, un juicio acerca del origen o de la validez de tal saber. Y a propósito del juicio sobre la validez del saber se ofrecen de inmediato dos alternativas fundamentales que establecen la distinción de dos tipos diversos y opuestos de filosofía. La primera alternativa afirma el origen divino del saber: éste es, para el hombre, una revelación o un don. La segunda alternativa afirma el origen humano del saber, considerándolo como una adquisición o una producción del hombre. La primera alternativa es la más antigua y frecuente en el mundo, ya que prevalece en gran medida en las filosofías orientales. La segunda alternativa es la surgida en Grecia, cuyo heredero es el mundo occidental moderno. (Abbagnano, 1997:538)[?][Ii]
Siendo la filosofía el estudio de la relación comunicacional cognoscitiva entre el hombre y su realidad, es en esencia entonces el estudio de la postura epistémica que utiliza para interpretar el mundo real donde actúa. Pareciera decirnos Abbagnano que en el mundo occidental la primera alternativa o mundo de las ideas, no tiene un gran peso en la formación de su pensamiento. Es innegable la presencia de la praxis científica y la de diferentes corrientes del pensamiento, la platonización de Aristóteles realizada por Tomás de Aquino, mediatizó los resultados de la ciencia y la redujo a un limitado grupo de personas.
Para el siglo XIII la presión de las evidencias de lo real, se intenta evitar que los nuevos conocimientos pongan en entredicho la confiabilidad cognoscitiva y el rol de líderes tradicionales de la conducta humana. La interpretación de la realidad no se podía escapar de control, causando una anarquía total. Tomás de Aquino, religioso, pensador e ideólogo platoniza la praxis aristotélica, al aseverar que los descubrimientos son verdades revelados por Dios, de esta manera, la ciencia se mediatiza, convirtiéndose en privilegio de la academia y de algunos pocos.
También santo Tomás difiere de Alberto Magno. Admite dos caminos para alcanzar la verdad: uno representado por la fe, el otro por la razón, pero el primero es de orden sobrenatural, no está sujeto a error; el segundo, en cambio, por su naturaleza, puede llevarnos a juicios ilusorios o equivocados. Por lo tanto es necesario, siempre que esto sea posible, asumir la fe como criterio de verdad de la razón. Si las conclusiones de la una coinciden con la de la otra, estamos seguros de que nuestro razonamiento ha sido exacto; si están en desacuerdo estamos seguros que nuestro razonamiento oculta alguna inexactitud, y por lo tanto tenemos el deber de volver a serlo tantas veces como sea necesario, para lograr corregir el error cometido (Geymonat, 1998; 185)
Frente a este peligro que representaba una disidencia en el área cognoscitiva se formularon soluciones ciertamente inteligentes dentro de la corriente de pensamiento dogmático. Se estableció que el conocimiento develado por la ciencia fáctica era también obra divina. Si Dios lo permite se llega a la "verdad". De esta manera, la ciencia fue mediatizada prácticamente desde su inicio al platonizar a Aristóteles. La ciencia adquirió un dominio del saber al institucionalizarse y enmarcar sus aportes dentro del más riguroso academicismo.
Tomás de Aquino y Alberto Magno fueron los principales ideólogos de esa concepción y lograron combinar el sistema comprensivo de la naturaleza con la teología y la ética cristiana(Ginés, 1993:24)
Muy poco fue el aporte de la edad media para enriquecer el campo de las ciencias naturales, si exceptuamos a Alberto Magno), pues la "autoridad de los "maestros" fue siempre esgrimida como argumento de verdad y certeza. (Ginés, 1993:52)[?][Iv]
La educación se institucionaliza para convertirse en el medio de socialización más efectivo. En el siglo XV se funda la Academia de Florencia por Marsilio de Ficino y Cosme de Médicis.
La evolución histórica nos lleva a Descartes (1596-1650) a quien se le conoce como "el padre de la tradición subjetivista e idealista (como Bacón lo fuera de la objetiva y realista) en la filosofía moderna (Durant, 1980:189)[?][v] Influencia determinante en la ciencia moderna.
Es durante el siglo XX que el desarrollo de los medios de intervención de la naturaleza, las comunicaciones y el conocimiento permiten que la postura epistémica tradicional, de paso para que la praxis tome importancia en la formación del pensamiento del hombre actual. Aunque en la actualidad no tiene más que una tímida manifestación en obras cinematográficas y teatrales. En limitados círculos de investigación científica, se salen del uso dogmático y tradicional del conocimiento y realizan aportes, que preocupa a teóricos y filósofos, por los preceptos morales que afecta. Ejemplo: la ingeniería genética.
El objetivo fundamental de la postura epistémica tradicional y el cuerpo ideológico que transmite, es obtener una conducta socializada entre los individuos que conforman el colectivo. A la conducta socialmente aceptada la conocemos como Ética.
Al desarrollarse dentro de una ética social dada, el hombre aprende y actúa de forma inconsciente a comportarse al interior del colectivo histórico y culturalmente determinado. Siente seguridad mientras se mantenga dentro de estos parámetros, asume como suyos los paradigmas conductuales y los reproduce con su descendencia. Por lo tanto, el proceso de reproducción cultural o de la ética, es un mecanismo autogénico, se reproduce a sí mismo. Otorgándole a la sociedad perpetuación automática, hasta tanto no surja en su seno, una nueva forma de producción, acumulación y apropiación del excedente social. Este mecanismo de reproducción cultural y modelador de la conducta, asume tácitamente la postura epistémica tradicional.
La educación juega un importante papel como institución social en una doble dimensión. Como agencia de capacitación, transfiere habilidades y destrezas a los integrantes de la comunidad. Como agencia socializadora transmite los valores, principios y contenido ideológico cultural histórica y socialmente determinado. Es esencialmente conservadora, al anteponer el conocimiento, los valores, los principios rectores, ideales, códigos al hombre, a la realidad.
Se ha asumido que la postura epistémica tradicional es la única manera de interpretar el mundo real, utilizando para ello, la enseñanza escolástica, prevaleciendo sobre cualquier otra postura pedagógica. La conceptualización se impone sobre la praxis. El deber ser, sobre la realidad. La sociedad sobre el individuo.
A partir de esta concepción, los resultados obtenidos de la acción institucional están en relación directa con los intereses que se definen en la pugna entre los grupos de poder de una sociedad.
La calidad, la cantidad, el perfil y la conducta esperada del egresado generados por la acción educativa son un producto de la intencionalidad de los objetivos que se esconden en lo cotidiano, local y operativo. Se excusa en la actividad docente, en la disponibilidad de recursos, en cualquier pretexto fenomenológico para no juzgar ni aceptar responsabilidades. Se reparten culpabilidades y se asume la interpretación de la realidad como imposible de cambiar.
Pueden ocurrir cambios de forma, mejorar situaciones puntuales de tipo laboral, infraestructural e ideológicos, pero el objetivo subyacente, oculto de la actividad educativa institucional, prevalece, como también las vías de apropiación de los excedentes sociales de producción.
No existen, incapacidades, ni baja calidad en los egresados, tampoco limitados recursos, malos profesores, pero si la intención de utilizarlos como excusas para esconder la intencionalidad de dominación del pensamiento.
No pretendemos establecer responsabilidades, pues la dinámica autogénico de la sociedad impone una conducta que se reproduce por sí misma, pero si conocer los límites entre los cuales actúa la educación para ofrecer posibilidades reales de utilización al pragmatismo y a la praxis social como epistémica validad para interpretar e intervenir la realidad que nos constriñe.
LA EDUCACIÓN EN EL CONTEXTO ACTUAL INTERNACIONAL
La preocupación por la calidad, eficiencia, productividad y competitividad, que existe hoy en día al interior de las universidades, tanto en el ámbito mundial como local, es el resultado de cambios internos y externos que las han afectado, fundamentalmente en los últimos 20 años. Entre los elementos que caracterizan este nuevo entorno se encuentran los siguientes:
1. Diferenciación Institucional. Los objetivos de la reforma de la educación superior en Chile, iniciada en 1981 y que culminaría con la Ley Nº18.962, Orgánica Constitucional de Enseñanza en 1990, fueron impulsar una rápida diversificación institucional del sistema; crear un mercado para la oferta y demanda por servicios de enseñanza superior, reducir el tamaño y peso de las universidades estatales mediante su separación y reorganización de sus sedes regionales y modificar el patrón tradicional de relaciones entre Estado y Universidades, obligando a éstas a autofinanciarse, al menos parcialmente (Brünner, 1991). En nuestro país, de ocho universidades relativamente homogéneas, hemos pasado en la actualidad a un sistema en el que coexisten 119 centros de formación técnica; 66 institutos profesionales privados y 66 universidades que se distribuyen en 16 estatales, 9 particulares con aporte estatal y 41 privadas. En cuanto a su régimen de financiamiento, las hay con aporte fiscal directo y sin aporte fiscal directo. En cuanto a su diferenciación funcional, existen universidades que hacen investigación e instituciones preferentemente docentes. En cuanto a su localización geográfica, las hay metropolitanas y regionales. En lo que dice relación a su tamaño, encontramos instituciones sobre 10.000 alumnos y bajo 400 alumnos. Desde una perspectiva histórica, hay instituciones que fueron creadas antes de 1981; universidades derivadas de las universidades estatales; universidades creadas a partir de institutos profesionales derivados; universidades derivadas de instituciones privadas con aporte estatal (particulares de carácter público) e instituciones propiamente privadas (Cámara de Diputados, 1997). Este complejo panorama de heterogeneidad institucional plantea interrogantes acerca de la "calidad" de las mismas, es así como en palabras de María José Lemaitre "prima un sentimiento de desconcierto ante instituciones que se percibían como seguras, pero que no siempre los son. Que parecían ofrecer un servicio sólido, que en ocasiones constituía la única herencia que muchos padres podían dejar a sus hijos, y que de pronto, para algunos estudiantes más que herencia es deuda".
No obstante, en Chile, el ritmo de expansión se alteró, llegando inclusive a mostrar períodos de reversión a mediados de los setenta, para retomar la senda de crecimiento en la década del 80, con la reforma educacional iniciada con el D.F.L. Nº1 de Educación, del 30 de diciembre de 1980. La matrícula total en 1980 ascendía a 118.978 alumnos, en cambio en 1997 registró 376.681 alumnos, lo que implica un crecimiento en el período de 217% (CSE, 2000). De acuerdo a lo señalado por Lolas (1997), aproximadamente la mitad de dichos estudiantes universitarios, asiste a instituciones establecidas después de 1980.
Por otra parte, el Sistema de Educación Superior Chileno se ha movido desde una provisión de elites a una educación superior masiva y a la universalización de este servicio. La masificación de la matrícula amenaza, y de hecho ha producido en ocasiones, un deterioro de la calidad (Brünner, 1999). Aunque la ampliación del acceso a la educación superior dio oportunidades a grupos sociales que antes no tenían acceso a ella, el aumento del número de estudiantes ha significado que ahora ingresen a ella personas provenientes de sectores económicos y sociales más modestos y con una peor educación secundaria.
2. Masificación de la matricula. Los sistemas de educación superior en la mayoría de los países, y en particular en América Latina, experimentaron una expansión vertiginosa a partir de la década del 50. En volumen de matrículas, esta región pasó de cerca de 270 mil alumnos a más de 7 millones, lo que elevó la tasa regional bruta de escolaridad de nivel superior de menos de 2% en 1950 a cerca de 18% en 1990. Asimismo la red física de educación superior, aumentó de cerca de 75 instituciones, la mayoría de carácter universitario y financiada con recursos públicos, a cerca de 3.690 instituciones, de las cuales menos de 700 tienen carácter universitario y más de la mitad son particulares y autofinanciadas (Schwartzman, 1996).
3. Restricción de Recursos. Este elemento no es un problema típico o exclusivamente latinoamericano, ha afectado de manera crónica a los países del África y a gran parte del Asia; desde hace algunos años se manifiesta dramáticamente en los sistemas de los países desprendidos de la antigua Unión Soviética y en estos días afecta también al conjunto de los países de reciente industrialización del sudeste asiático. Incluso en los países de la OCDE ya no existe la bonanza de tiempos pasados: esto vale para Japón en primer lugar pero también para Canadá y para un buen número de países de Europa occidental.
En Chile, hacia 1980, casi el total del financiamiento de las instituciones de educación superior provenía de fuentes fiscales. Sin embargo los recursos públicos destinados a la educación superior han bajado sistemáticamente desde el inicio de los años 80, en parte por la crisis económica que afectó a nuestro país y en parte debido a la competencia por recursos con otros segmentos del sistema educacional y de la sociedad como un todo. La educación superior de calidad se vuelve cada vez más costosa y el Estado necesita asegurarse de que los recursos que invierte en ella son empleados con eficiencia, en vista de objetivos relevantes para el desarrollo del país y con la garantía de que los beneficios sociales de dicha inversión justifican gastarlos en este sector y no en otros, igualmente apremiados por la escasez, como la educación primaria, la salud, los subsidios a las familias más pobres, etc. (Brünner, 1999).
Lo anterior ocasionó un cambio en las políticas estatales de financiamiento de la educación superior. Es así como el DFL Nº 4 de 1981 de Educación, estableció normas sobre el financiamiento de las universidades, cuyo esquema inicial se basó en tres elementos:
Página siguiente |