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El estado de la investigación científica en el Perú (página 2)


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A. Confusión de ciencia con INFORMACIÓN

a ciencia —en cuanto forma comprensiva y explicativa del conocimiento sobre aspectos de la realidad, compuesto por conceptos, teorías, a veces leyes, e hipótesis explicativas; obtenido mediante un método racional, objetivo y empírico, es sistémica, dinámica y tiene consenso en la comunidad científica— ha sido confundida con la información, que son datos, mensajes, signos o conocimientos nuevos definidos por su utilidad para la intervención en la realidad hacia un fin práctico o utilitario, esto es, la información como mercancía.

Esta confusión se gestó como un cambio de valores y paradigmas en la sociedad actual. Se instaló una ética pragmatista capitalista y consumista, contribuyó a ello el llamado "fracaso de las ideologías solidarias y de cambio social". Para los gurús del fin de la historia ya no interesaba la ciencia, la teoría o la filosofía, se encumbró la información útil para alguna decisión asociada a la empresa y el lucro. La eficiencia del conocimiento se redujo a datos como insumos del mercado. Afirmaban que el conocimiento ya existía y que el desafío actual era saber utilizarlo. Como casi toda la información necesaria estaba en el ciberespacio, había que tener un celular y estar conectado al Internet y sus aditivos.

Se erigió como la nueva potencia profesional al gerente y al ingeniero de sistemas. Cualquier otro tipo de conocimientos fue estigmatizado como "filosófico" y superfluo, que, además, era complejo e incomprensible para el modelo intelectual de moda.

Paulatinamente, se aceptó que cualquier hecho verdadero o útil era ciencia, mejor aún si era un dato legitimado por algún procedimiento de investigación o por el aval de una instancia académica o profesional. La ciencia entonces empezó a parecerse a informes estadísticos, reportes de actividades o resultados del uso de técnicas e instrumentos. Cuanto mayores y específicos fueran los datos y éstos tuvieran forma numérica, se los llamó verdad y ciencia; de estos informes se empezaron a llenar los anaqueles y las publicaciones de las universidades e instituciones en general.

Se propaga la idea de que la información es "la llave de entrada a la civilización contemporánea; sin ella, el gobierno sería incapaz de gobernar, los generales no podrían dar órdenes a sus tropas o ponerlas en posición para la batalla, y las organizaciones industriales serían incapaces de funcionar".

El concepto de "sociedad de la información" se inició en los programas de investigación de los gobiernos y las instituciones internacionales y en la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) y desde 1975, y la Unión Europea, desde 1979. Con el auge del neoliberalismo, los mitos de la edad de la información se encuentran con los de la era de la globalización. En 1995, los países más ricos (G7) ratifican en Bruselas la noción de Global Society of Informatión, y deciden acelerar la liberación de los mercados de las telecomunicaciones. Finalmente, en la cumbre europea de Lisboa, en mayo del 2000, los Quince deciden apostar, en materia de desarrollo, todo a la Internet.

En 1949, un ex alumno del fundador de la cibernética, Norbert Wiener, Claude Shannon, ingeniero de los laboratorios de Bell Telephone, promueve una definición de la información estrictamente física, cuantitativa, estadística, con un sesgo a la teoría matemática de la comunicación, que ve información sólo donde hay un dispositivo técnico. El destinatario tendría un "status de clon del emisor". Ya no es importante el sentido y la cultura en la información, menos aún la ideología. La información se vuelve algo ambiguo y amplio, solamente definido por su utilidad potencial.

Los nuevos líderes serían aquellos que saben tomar decisiones utilizando la información infinita, globalizada y cambiante. El éxito personal y el de la empresa residen en esta clave, ya no en el cambio social ni en la conducción del Estado. La democracia, las desigualdades y el subdesarrollo serían resueltos por la universalidad de la información.

En 1960, Walt W. Rostow en su Manifiesto no Comunista sobre las "etapas del crecimiento económico" sostiene que el progreso llegaría a los países atrasados a través de la difusión de los valores de los países llamados adultos. Al constituirse Estados Unidos en la primera sociedad global de la historia, su modelo social y sus valores tienden a universalizarse y a atraer al resto del mundo. Peter Drucker decía "El hombre instruido del mañana tendrá que vivir en un mundo globalizado que será un mundo occidentalizado".

El Renacimiento redescubrió el pasado, especialmente el clásico griego. La era llamada "post industrial" creyó descubrir el futuro. El Renacimiento, sumado el invento de la imprenta (Gutenberg 1455), despertó e hizo crecer a una generación de pensadores, científicos y revolucionarios para inventar una sociedad superior. Ahí tenemos los profundos aportes de Hobbes, Locke, Bacón, Maquiavelo, Descartes, Mostesquieu, Copérnico, Galileo, Dante Alighieri, entre muchos otros. Peter Drucker quiere asemejar el fenómeno de fines del siglo XX, al que llama "sociedad del conocimiento", con el Renacimiento griego en Europa del siglo XV y XVI, pues quiere cerrar el ciclo iniciado por J. J. Rousseau, que planteaba la salvación de la sociedad por la sociedad y tuvo como cumbre el proyecto socialista. El "Renacimiento" de Drucker sería el liberalismo de inicios del Capitalismo.

Estamos de acuerdo con él en que "… la sociedad se reacomoda –en su visión mundial; en sus valores básicos; en su estructura social y política; en sus artes; en sus instituciones claves". Los nuevos valores que anuncia son: "No vamos a presenciar el rechazo de los valores materiales y la tecnología… El fin de la creencia en la salvación por la sociedad sin duda señala un giro hacia el interior. Pone renovado énfasis en el individuo, en la persona…".

Pero tenemos que poner atención al creciente movimiento, especialmente en Europa, de profesionales y familias que rechazan un televisor en casa o un automóvil, en los supermercados prefieren los productos llamados "bio" a aquellos donde se asegura que la producción no ha usado tecnología excesiva o han sido cultivados de manera tradicional, doméstica, habido un pago justo a los productores y aunque son más caros es mejor alentarlos. Los mitos de la tecnología, la eficiencia, la calidad y la libre empresa han sido profundamente cuestionados por las brechas sociales mundiales. La riqueza de bienes alcanzada por algunos países nos muestra las limitaciones o la naturaleza de esa riqueza.

El ideólogo Drucker no quiere conocer, pues sobretodo estigmatiza, profetiza y prescribe, pero con el sello moderno de la probabilidad. ("De lo que sí estamos seguros es que… la nueva sociedad será a la vez no socialista y postcapitalista es casi seguro. Y es también seguro que su recurso principal será el conocimiento").

Sin tratar de discutir su concepto del "postcapitalismo", que en general es parte de la matriz ideológica de Fukuyama, que anuncia el fin de la historia y de las ideologías, afirma que hoy todos tenemos las mismas oportunidades, pero con diferentes cualidades y actitudes, que se levantan sobre el fin de "la fe en la salvación por la sociedad". Peri sí queremos discutir su concepto de conocimiento, porque hay algo claro en su propuesta: terminar con esas visiones globalizadoras, históricas, integradoras del pensamiento y la acción que conforman las ideologías, las teorías y los megarelatos. Pero la ideología y teoría a que apuntaron derrotar fue el marxismo y el socialismo, pues le daban al hombre otra explicación de su condición actual, un sentido y una esperanza.

Mucha gente, especialmente en los espacios directivos, empresariales y académicos, ya no estudia ni lee, menos aún reflexiona o propone; ahora con el Internet "buscan-bajan-repiten". No es la era del conocimiento sino la era del dato, de la información útil. Detrás de la destrucción de las ideologías y teorías se ha postergado y estigmatizado el sentido integrador, histórico, explicativo y comprensivo del conocimiento. Ya no producimos conocimientos sino datos, y como estamos en una sociedad de mercado, éstos tienen que ser útiles o vendibles. La teoría en si sería inútil, vacía e infértil. La juventud profesional ha sido convencida de que estamos solos "aquí y ahora", que el éxito se alcanza con lucha en una selva de competidores, luego, no tiene sentido entretenerse con "teorías", la historia y menos aún la filosofía.

Esa desazón hacia la historia ha creado una juventud sin pasado y sin futuro. Esa idea pragmática del éxito ha creado una juventud ampliamente conectada on line, pero sin sentido de mundo y de humanidad, que ansía la última generación de celular, el nuevo dispositivo de Internet, incluyendo algún video juego. Su falta de sentido de la historia es impresionante, porque ella no le incumbe, la percibe lejana o no gana nada con saberla. Realmente no es conocimiento lo que tienen, es consumo de algo de moda.

La información y el proceso de comunicación que forman un conjunto de elementos interactuantes con un fin determinado se llama Sistema de Información, incluso se han planteado como objeto de una nueva ciencia, muy incipiente aún, sin marco teórico, pero que integra la llamada Ciencia de la Información y la Documentación.

En una revisión de algunos libros de gran acogida dirigidos a gerentes, administradores y políticos actuales, podemos sorprendernos al identificar que son de lectura sospechosamente fácil y ligera, pletóricos de anécdotas, testimonios, recuadros con resúmenes ("para destacar o importante"); son casi un catecismo de ideas hechas cita, con algunas referencias a Platón, Descartes, Kant o Tomás de Aquino, con la pretensión de parecer cultura integral, pero sobre todo de imponer validez.

De lo que están seguros los promotores del nuevo paradigma de la información es que mucha gente es perezosa (o no tiene tiempo) para leer, escribir, investigar, cuestionar, reflexionar, imaginar y crear alguna tecnología, un nuevo enfoque o teoría sobre la realidad. Para ello le ofrecen un camino fácil y rápido: consultar Internet y buscar una buena presentación en multimedia. Cualquiera puede fungir de ponente informado con lo último copiado en su portacedes. Los espacios académicos se esfuerzan por tener los equipos de cómputo conectados a Internet, el cañón multimedia, una buena pantalla y un quemador de Compact Disc, son el signo de modernidad. La mediocridad intelectual tiene ahora un timbre informático.

Detrás de esta apoteosis de la información y de nuevas generaciones de "informados", estaría el globalismo cultural, económico y político del nuevo imperialismo más obvio, que asume el mundo como de su propiedad. "… La coalición transnacional contra la invasión de Kuwait por Irak en febrero de 1991 fue el hecho culminante que señaló el fin de 400 años de historia en que el estado-nación soberano fue el actor principal en el escenario político… En ninguna ocasión anterior –sin un solo disidente, y casi sin ninguna disensión importante– antepusieron el interés de la comunidad mundial en derrotar al terrorismo a sus propios sentimientos nacionales y, en muchos casos, aún a su propio interés nacional".

La sociedad moderna no sería posiblemente satisfactoria para el hombre, pues este sería un ser anónimo y automatizado por la ciencia y la tecnología crecientes. "No es sólo información lo que ellos necesitan. En esta Edad del dato la información domina con frecuencia su atención y rebasa su capacidad de asimilarla. No son sólo destrezas intelectuales lo que necesitan, aunque muchas veces la lucha para conseguirlas agota su limitada energía moral. Lo que necesitan, y lo que ellos sienten que necesitan, es una cualidad mental que les ayude a usar la información y a desarrollar la razón para conseguir recapitulaciones lúcidas de lo que ocurre en el mundo y de lo que quizás está ocurriendo dentro de ellos".

Detrás de las transformaciones en el campo del conocimiento y la tecnología, se viene fraguando un nuevo modelo societal que pondrá en tensión nuevas perspectivas humanas y quizá revalorará el sentido humanista y libre de las diferentes culturas y las voluntades humanas. "…Las personas educadas de mañana tendrán que estar preparadas para vivir en un mundo global. Será un mundo occidentalizado… La persona educada tiene que estar preparada para trabajar simultáneamente en dos culturas, la del intelectual que se concentra en las palabras y en las ideas, y la del gerente que se concentra en las personas y en el trabajo… Los intelectuales necesitan la organización como una herramienta que les permite ejercer su téchne, su conocimiento especializado. Los gerentes ven el conocimiento como un medio para llegar a la meta de rendimiento organizacional… El científico investigador necesita del gerente de investigación y el gerente necesita del científico… Pero ahora que las téchne se han convertido en conocimientos tienen que integrarse en el conocimiento… Probablemente seremos más especializados aún… y lo definirá a la persona educada en la sociedad de conocimiento, es la capacidad de comprender los conocimientos… Para convertir los conocimientos en conocimientos se requiere que quienes poseen, los especialistas, asuman la responsabilidad de hacer que ellos mismos y sus áreas de conocimiento sean comprendidos… Los conocimientos tienen que ser comprendidos tal como son: serios, rigurosos, exigentes… Todos los conocimientos son igualmente valiosos".

Ante un modelo de hombre conectado, afirmamos el sentido de la educación centrada en la formación de personas y ciudadanos. Personas en el sentido del desarrollo integral y Ciudadanos en el sentido de compromiso con su realidad y su futuro. Ello implica más que información, cultura; más que datos, valores e ideología.

B. Reducción del método científico a técnicas de investigación

El método científico es una forma de pensamiento fundamentada en la racionalidad y la objetividad empírica, para el planteamiento de interrogantes y su respuesta. Las formas que ha adoptado esta lógica del pensamiento son diversas en el tiempo, pero sustantivamente se observa que constituyen un encuentro dialéctico entre un sujeto y una realidad, mediado por un marco teórico.

Este método de la ciencia se integra en el método de investigación científica, que busca conocimientos que puedan ser sistematizados o sustenten el conocimiento científico. Actualmente se ha perdido este sentido del método científico y se lo ha reducido a diversas prácticas – como la clasificación de datos, procedimientos diagnósticos, intervenciones, etc. – que asumen la forma de técnicas que usan instrumentos y cuyos resultados son la satisfacción del conocimiento esperado, no implicando, por lo tanto el uso del método de investigación científica en tanto tal.

Luego de postergar, estigmatizar o deformar la naturaleza de la ciencia o de la teoría la siguiente estrategia fue normar el pensamiento para asegurar la vigencia de cierto tipo de conocimientos y valores.

Se separó la observación de la explicación, la primera, se presentaba como real, objetiva y comprobable empíricamente. La segunda era estigmatizada de teórica o de filosofía inútil pero el impacto más crítico fue señalar que la observación es la información útil y la segunda es especulativa.

El método es siempre creativo, crítico y consciente, incluso cuando se siguen las pautas o rutas comunes; pero la técnica, no es así, es un algoritmo que alcanza un producto siempre definido, que no requiere creatividad ni permite libertad. Las técnicas tienen las cualidades perfectas para proteger el pensamiento perezoso, mediante el entrenamiento se aprende y se mejora su eficiencia, las personas no necesitan arriesgarse a pensar libremente, solamente deben aprender y seguir las instrucciones de las técnicas, con la seguridad de que se obtendrá un producto perfecto y definido.

Otra característica de las técnicas es la legitimidad que transmite al poder sustentarse en la rigurosidad del procedimiento técnico. Generalmente sus resultados tienen una forma cuantitativa, que convencen por su exactitud y por la espectacularidad de ser producidos por un instrumento cada vez más sofisticado.

Bunge proporcionó el concepto para esta reducción, llamó método general o reglas generales del método a los elementos básicos y unitarios y nominó como métodos especiales a los usados en ciencias particulares o específicas. Hay una diferencia sustantiva entre ambos métodos, el primero es creativo, abierto y libre, pero el segundo es un procedimiento definido y estructurado. El mismo Bunge es perspicaz en la distinción y definición del carácter del método, con la advertencia de que: el "… método científico no debe construirse como nombre de un conjunto de instrucciones mecánicas e infalibles que capacitan al científico para prescindir de la imaginación; no debe interpretarse tampoco como una técnica especial para el manejo de problemas de cierto tipo".

Entre las técnicas y sus instrumentos no existe jerarquía, ellos son bien o mal elegidos y bien o mal aplicados. Por ejemplo, la evaluación del estado nutricional es una técnica pertinente; pero no es mejor ni peor que un experimento, una encuesta o una radiografía. Cuando se desea probar la relación de variables el procedimiento pertinente es un experimento que movilice la variable propuesta como independiente o como causa, luego se observarán cambios en la variable propuesta como dependiente o como efecto, todo siempre controlando las variables intervinientes.

Tampoco existen diseños mejores que otros. Cada problema de investigación implica la elección o construcción de una ruta particular, asumida crítica y conscientemente.

Muchas ciencias y campos profesionales han sido inundados por técnicas/instrumentos para planificar, hacer estrategias, diseñar futuros, hacer diagnósticos, evaluar la contaminación ambiental, administrar tratamientos, evaluar impactos, medir costos, identificar síntomas depresivos, medir la inteligencia o la fidelidad, medir el dolor, evaluar una hipótesis, medir una probabilidad, etc.

Los profesionales y nuevos intelectuales se abalanzaron para aprender nuevas y más sofisticadas técnicas y adquirir sus respectivos instrumentos, creyendo que la complejidad de técnicas, su asociación y uso estandarizado garantizaban la validez de los resultados. En estro jugó un rol principal la dominación cultural, se asumía como signo de validación de la forma de hacer ciencia, que el mayor nivel de desarrollo científico provenía del exterior y de ciertos núcleos internacionales.

Esta ruta ideológica difundía que el desafío para el investigador local era imitar en lo posible los modelos extranjeros, usar sus procedimientos técnicos y adquirir sus costosos instrumentos. El mayor signo de calidad como investigador es lograr publicar en alguna revista internacional, que exige el cumplimiento de plantillas, requisitos formales y sobretodo metodológicos; se piensa que el tamiz de sus editores y comisiones científicas reconocerían la cualidad científica de un trabajo.

Las técnicas producen datos, a veces estos datos son suficientes para los fines del investigador y parece innecesario preguntarse o explorar otras lógicas de pensamiento. Progresivamente se redujeron las investigaciones a la disponibilidad de técnicas o instrumentos validados. La tecnología dominante creó y promocionó ingente cantidad de técnicas e instrumentos muy sofisticados, de complejo aprendizaje para su uso, que lograban información y datos exactos, que concentraban las necesidades de la investigación en la disponibilidad de los recursos económicos necesarios para adquirir los equipos de moda, sin dinero era imposible una producción científica valiosa. Algunos resolvían sus angustias intelectuales emigrando a los centros extranjeros de producción científica de punta para integrar el parnaso de los autores.

Los datos provenientes de técnicas se pueden organizar en resultados, pero no llegan a mayores niveles de comprensión y explicación, tarea que se deja a los científicos foráneos. Las generalizaciones o inferencias estadísticas hechas a veces en las conclusiones, no tienen sustento, aunque se crea que son logradas con las técnicas divinizadas de la estadística.

Para mejorar la eficiencia de las investigaciones se combinan varias técnicas e instrumentos, pues para cada variable o asunto que se desea conocer es posible aplicar alguna técnica oficial. Informar datos estructurados y comentados según pautas internacionales satisfacía las aspiraciones de investigadores comunes.

Muchos centros de investigación asumieron los parámetros y reglamentos extranjeros para la investigación, incluso recientemente el Concytec ha publicado una compilación las normas de estas publicaciones. En este documento, podemos observar que para publicaciones biomédicas, por ejemplo en la sección de Métodos, se pide que se describa "…la forma como se seleccionaron los sujetos observados o que participaron en los experimentos… Identifique los métodos, los aparatos (nombres y dirección del fabricante entre paréntesis) y los procedimientos con detalles suficientes para que otros investigadores puedan reproducir los resultados. Proporcione referencias de los métodos acreditados, incluidos los de índole estadística… de referencias y explique brevemente los métodos ya publicados pero que no son bien conocidos; describa los métodos nuevos o que han sido sustancialmente modificados, manifestando las razones por las cuales se usaron y evaluando sus limitaciones".

La base de datos LILACS (Literatura Latinoamericana y del Caribe en Ciencias de la Salud, coordinada por BIREME – Biblioteca Regional de Medicina), comprende toda la literatura relativa a las Ciencias de la Salud producida por autores latinoamericanos y del Caribe, publicada en los países de la Región de las Américas a partir de 1982. Menciona que para fines de publicación se considera la validad, importancia, originalidad del tema, contribución para el área temática en cuestión.

La necesidad de homogenizar lo que se llamaría ciencia válida llevó a que las publicaciones, eventos como los congresos científicos y las investigaciones auspiciadas o financiadas tuvieran principalmente un formato y quizá un lenguaje común, se habló de la necesidad de brevedad o síntesis y para ello se instaló el formato de Internet. Las formas de las revistas internacionales y la estructura del Internet llegan a constituir la pauta para la presentación de investigaciones. Se argumenta que diariamente se produce un gran número de investigaciones o información que sería imposible que alguien pudiera leer todo, por ello llega ser necesario uniformizar y reducir los informes.

A la homogenización de la forma, le siguió la de la lógica del planteamiento de las investigaciones y la forma de lograr resultados y probarlos. También se estandarizó las temáticas y problemas que debía enfrentar la investigación científica. A través de estos procesos de apariencia obvia, formal y necesaria fueron estableciéndose como modelos de la cúspide del desarrollo de la ciencia los centros norteamericanos y europeos de investigación, que todos los demás tenían que imitarlos.

Otro proceso similar fue la difusión masiva de la producción de conocimientos, a la que no siguió la conservación o diferenciación de los criterios para definir lo que es ciencia y su método. Esta pérdida de identidad fue un efecto del pragmatismo como criterio de valor. La popularización del uso de la información introdujo en el ámbito intelectual a muchos sectores que no habían procesado su identidad nacional y que parecieron descubrir que conquistaban un terreno antes reservado para otros intelectuales y teóricos disciplinados. Parece que el fin de las ideologías derrotó a la imaginación y a la libertad de los científicos locales y fue reemplazada por la adecuación obsesiva a los cánones internacionales como garantía de validez.

Todo lo cual ha causado que los profesionales de la investigación concentren su esfuerzo en hallar en alguna publicación internacional o reconocida, algún diseño ya usado y sus respectivas técnicas para repetirlo. La habilidad local estaría en la elección del diseño o en hacerle alguna modificación absolutamente mínima e indispensable. El uso extendido de los diseños de investigación como "enlatados" o modelos para investigar ha reducido la atención a nuevos asuntos para la investigación y, consecuentemente, la construcción metodológica.

Son especialmente las técnicas estadísticas las que constituyeron la forma de estructurar una investigación, desde el planteamiento del problema de investigación, generalmente tratado como una relación causal de variables hasta la forma de operacionalizar las variables, que eran llevadas a un indicador numérico, mejor si fuera en escala matemática de razón; la hipótesis se convirtió en hipótesis estadística que busca un valor dentro de los datos probables en una distribución llamada normal, con una o dos colas.

A continuación, en la unidad de estudio es central el uso de una muestra estadísticamente establecida, cuyo procedimiento es generalmente un ritual de legitimación. Las técnicas e instrumentos de recolección de datos debían ser validados con algún criterio estandarizado, que por lo común se reducía a un trabajo anterior y similar en un centro de investigación calificado como confiable. Los resultados generalmente son numéricos, presentados en tablas y debe encontrarse una prueba estadística que valide el resultado como confiable o pruebe la relación con algún determinado valor de la curva de correlación.

Algunos productos o recursos técnicos de la ciencia fueron encumbrados como garantes de la cientificidad de los resultados. Conceptos como medición, exactitud, rigurosidad y otros fueron confundidos con el carácter científico de una investigación. Una mentalidad domesticada empezó a buscar, exigir y usar procedimientos convertidos en técnicas muy estructuradas y normadas para proponer hipótesis, seguir procedimientos, elaborar y analizar resultados, así como sacar conclusiones y afirmar hipótesis.

Uno de los efectos más trascendentes y comunes fue sostener que la relación de variables o que el factor causal se prueba en el análisis estadístico. La relación de variables debe ser probada en el procedimiento metodológico, donde se busca comprobar determinada hipótesis observable en la realidad. Las observaciones obtenidas en condiciones de un experimento perfecto son las que prueban la relación de variables. El análisis estadístico es sólo eso, un análisis más entre otros, pero no la culminación de una investigación.

Esta reducción ha convertido en investigadores o metodólogos a quienes estaban entrenados en el uso de pruebas estadísticas, ellos, para evaluar una investigación, no se entretenían en asuntos del planteamiento del problema de investigación o en la metodología y rápidamente se preguntaban por la existencia de alguna técnica o instrumento válido para hacer mediciones generalmente en escala continua, cuidando los diversos sesgos, o, en caso contrario, se recogía datos retrospectivos reducidos a formas llamadas "objetivas". En segundo lugar, se definían los criterios para el cálculo del tamaño de la muestra con un procedimiento estadístico que se podía obtener en algún programa informático, como el EpiInfo, el Excel, el SPSS, entre otros.

Pero estos nuevos actores en la investigación no pretendían que se popularizaran y discutieran los criterios para el uso y análisis estadístico, y por ello "hacían como que enseñaban" pero mantenían el arte como un secreto de artesano. Lo que hemos observado en varios usuarios de la estadística es la inconsistencia de sus elecciones e incluso la manipulación de los cálculos. Como resultado de esta práctica y desinformación, el uso de la estadística se ha reducido a un ritual que se interpreta por sus apariencias formales.

El método de investigación implica libertad, creatividad, imaginación, audacia, renovación y quizá también rebeldía; pero no por el estilo o la personalidad del investigador sino por la necesidad de la producción científica auténtica y trascendente. Lo anterior es un terreno pantanoso que pocos se atreven a caminar.

La creación metodológica requiere no sólo las cualidades ideológicas, morales y aptitudes vitales mencionadas anteriormente, sino también de un alto dominio de las ciencias disponibles, un conocimiento sólido y crítico del estado actual de sus tensiones y desafíos, así como una amplia experiencia y compromiso con realidades concretas y sus contextos históricos y sociales, nacionales e internacionales. De otra manera se caerá en la investigación de lo obvio, formal, redundante y vana.

Así pues, planteamos la necesidad de recuperar el sentido integral del método científico de investigación, de su rigurosidad en los conceptos y su lógica racional es imprescindible para ingresar a nuevos y auténticos problemas de investigación, así como a niveles más profundos de un conocimiento significativo.

C. CONTRASTACIÓN VALORATIVA ENTRE LA TEORÍA Y LA PRÁCTICA

¿Qué es mejor, la teoría o la práctica?

Esta interrogante y su respuesta unánime han recorrido todos los salones académicos y todo tipo de instituciones. La respuesta ha sido ¡la práctica! La práctica expresada en resultados objetivos, en datos útiles, en cambios reales, en beneficios eficientes o en ingresos tangibles era la finalidad de toda investigación seria.

Desde este punto de vista, la teoría solamente es buena cuando sirve a la práctica. La teoría pura es estigmatizada como diletante y vana. Esta fue la ruta ideológica por la cual se condenó la teoría a ser subsidiaria de la práctica, a una condición de nimbo existencial.

La teoría fue degrada a información o dato útil para la toma de decisiones. Pero la teoría como la práctica tienen identidades y sentidos propios así como singularidades; sus simbiosis definidas y relaciones recíprocas no deben implicar la pérdida de estas identidades o la cooptación de una por la otra.

Hubo además una identificación tergiversada de la teoría con la retórica, la especulación discursiva y la charlatanería. Los términos "teórico" y "teoría" fueron usados peyorativamente y ningún investigador quería tener este estigma; se apresuraban a sugerir alguna utilidad práctica a sus trabajos. Las instituciones o financieras no auspiciaban una investigación si no se justificaba la potencial aplicación práctica.

Posteriormente estas investigaciones tomaron el nombre de "investigación operativa" o "investigación – acción" y fueron introducidas en los planes anuales de las instituciones como componentes de los proyectos en general, definidas como un procedimiento de evaluación del impacto y eficiencia.

Así, por ejemplo, los promotores de las políticas de planificación familiar definían que "… Lo que busca la investigación operativa es modificar las operaciones preparatorias de los programas con el fin principal de mejorar la entrega de servicios y sus resultados… La investigación operativa es un proceso, una manera de identificar y resolver problemas de los programas…".

El fracaso o incompetencia de las instituciones o de los programas se asociaba a la ausencia de investigaciones que evaluaran el funcionamiento, que encontraran la causa o los factores determinantes de los problemas y que ensayaran una intervención eficaz y eficiente o, en última instancia, se reclamaban investigaciones o datos concretos para legitimar alguna intervención política.

Otro ejemplo de este enfoque fue la constitución de CONCYTEC (Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología) en el Perú, la mayor organización pública que promueve la investigación en el país con una inclinación hacia la tecnología antes que la ciencia en sí, califica a los temas llamados de "humanidades" como los propiamente teóricos. El valor práctico de alguna investigación o estudio era justificado plenamente por su utilidad, obviándose cualquier cuestionamiento al trasfondo conceptual y metodológico. Los premios eran para los inventores de alguna tecnología que se mostrara útil y rentable.

Una raíz muy profunda de esta clase de investigación sería la tendencia humana a dominar la naturaleza a través del conocimiento. Comprender los fenómenos naturales y sobreponerse a ellos fue la primera tendencia vital de la especie. En la era moderna la actitud humana creyó llegar a su máximo conocimiento y control de la naturaleza con el encumbramiento de la ciencia. Parte de esta sensación se constituyó en la ciencia positiva, la aspiración al modelo matemático como modelo de exactitud, objetividad y perfección.

Otra y diferente fue la moral y actitud en la antigua Grecia, donde los sabios eran aquellos que habían superado las necesidades o intereses materiales de la vida común, lo cual les permitía dedicarse a la reflexión filosófica, a la verdad y a la enseñanza. Esta condición de sabiduría los hacía más aptos y justos para gobernar.

Más recientemente la mentalidad liberal anunció la llegada de la era del conocimiento y el fin de los paradigmas y los metarelatos. El conocimiento fue propuesto como el mayor recurso del desarrollo, por sobre la geopolítica, las armas y las ideologías revolucionarias. En otras palabras, ni capitalismo ni comunismo, el conocimiento sería la nueva arma o herramienta del desarrollo, de carácter pacífico, inocua y accesible a toda voluntad de recoger del universo de conocimientos circulantes y utilizarlos. Pero, ¿de qué conocimiento nos habla Drucker? Realmente no se refiere al conocimiento como tal sino al encumbramiento de la práctica utilitaria, frente a la cual todo es subsidiario, incluido el conocimiento en si. Escribe: "Tanto en occidente como en el oriente el conocimiento siempre se había visto como aplicable al ser. Casi de la noche a la mañana se empezó a aplicar al hacer. Se convirtió en un recurso, en una utilidad".

Otro miembro del pensamiento liberal nos dice más explícitamente "… Cuáles son las claves de una filosofía ética y política adecuada al hombre. Sucintamente consistirían en el siguiente trinomio: la razón, el individualismo y el capitalismo, porque el hombre sólo encontrará la felicidad si vive por y para sí mismo utilizando sus habilidades para lograr ese fin. Sólo hay un sistema que lo permite: aquel que reconoce que somos dueños de nuestras capacidades y de nuestras acciones y que circunscribe las relaciones interpersonales al ámbito de la voluntariedad. Ese sistema es el capitalismo".

La creciente ética dominante que juzga como más valioso lo utilitario, lo eficiente, el éxito, la rentabilidad mercantil y personal, ha llevado a definir a la teoría como simples palabras, escritos, especulaciones y abstracciones neutras; porque la práctica valdría más, pues logra cambios eficientes y resuelve los problemas.

De esta forma la teoría se desprestigia frente a la práctica, y como la ciencia es teoría, también se la menosprecia. No el término "ciencia" sino su contenido de conceptos, teorías e hipótesis explicativas y se ha conservado la palabra ciencia para denominar así la información que se producía.

A lo anterior se sumó el resultado de la primera confusión de la ciencia con información, pues realmente casi todos los trabajos llamados de investigación eran simples retóricas, especulaciones fáciles, redundantes y obvias, lugar común de la mediocridad profesional. Siendo la teoría y la práctica dos momentos, amplia y profundamente relacionados, es necesario ahora afirmar sus identidades particulares, sus diferencias y especificidades de esencia y sentido. Aquí tenemos que recuperar el sentido de la teoría como sistema o modelo de explicación integral de la realidad y a la práctica como otro momento relacionado a los cambios en la realidad.

Por otro lado, existe una confusión al discutir la dicotomía entre ciencia y técnica, teoría y práctica, conocer e intervenir. La solución fácil a esta dicotomía ha sido afirmar las interrelaciones y simbiosis, pero urgidos por la ineficacia de los políticos que exigen cambios o resultados antes que explicaciones, se estigmatiza de inútil a la investigación pura, cuando realmente su única función es el conocimiento y no el cambio. En la solución de las dicotomías se jerarquizó la práctica, colocando en línea de valor y prioridad a la ciencia aplicada, a la tecnología o a la investigación operativa por sobre otras prácticas como la investigación científica en tanto tal. Esta confusión ha llevado inevitablemente al empobrecimiento y postergación de la investigación básica, desértica en nuestro país.

Es cierto que entre teoría y práctica hay muchas relaciones y simbiosis, pero también son dos realidades diferentes y eso es lo que queremos destacar aquí. Se debe recuperar las identidades básicas de estos dos términos. Diferenciar no es separar, pero si se mezclan o ponen en línea de comparación para contrastarlos por el criterio de utilidad inmediata, se suele concluir que la práctica es mejor.

Cuando se ponen en línea de comparación ambas instancias, la teoría aparece como vacía y vana y su valor residiría en ser funcional con respecto a la práctica. A la sombra de esta trampa metodológica, crecieron los "prácticos", los "empíricos", aquellos que dicen haber aprendido haciendo en contacto con la realidad, que desprecian toda la cual obviamente ni conocen.

Frente a los problemas de la realidad pueden esquematizarse dos opciones a) conocerlos, en cuyo caso hacemos teoría y el método es la investigación, la cual tiene como único producto un conocimiento nuevo, o b) cambiar o intervenir sobre los problemas, para lo cual el método es la planificación y su producto es una situación nueva.

La investigación aplicada es una tarea diferente a la teórica o de ciencia básica y siendo cierto que tienen muchas relaciones es necesario marcar las diferencias y delimitar sus identidades, funciones, productos y objetivos. La tecnología se alimenta de ciencia y viceversa, pero si no existe investigación básica ésta tiene que exportarse. Pero esta exportación no es inocua o gratuita. La investigación y la ciencia pura están cargadas de los intereses de quienes la promueven y de sus propios problemas y sentidos. Su consumo acrítico en las actuales condiciones hegemónicas del mundo implica dependencia económica y política.

Por otro lado, algunos autores han afirman la prioridad o supremacía de la teoría sobre la práctica diciendo "… la efectividad de la solución como la problematización de la realidad con la que interactúan, dependen de la formación del pensamiento teórico… La necesidad de ordenar sistemáticamente el enorme material cognoscitivo, acumulado por la investigación empírica, es un hecho sencillamente irrefutable; y eso sólo puede lograrlo el pensamiento teórico, el pensamiento correcto".

d. Abandono del sentido epistemológico, político y ético del marco teórico

Los marcos teóricos son modelos de observación y explicación de la realidad, actúan como una estructuración o andamiaje para ordenar los hechos de la realidad, así como para darles un sentido. Este sentido tiene una connotación ética y política, o sea, cada marco teórico implica un método de investigación o análisis que transparenta ciertas realidades o hechos y oculta otros. Pero, actualmente, en la práctica investigativa se asume el marco teórico como antecedente cognoscitivo, marco de información básica y conjunto de definiciones que permitan la comprensión de un informe de investigación. Incluso en los casos de investigaciones de "ciencia normal", el marco teórico es escrito casi como una formalidad informativa, no se reconoce su carácter epistemológico, suelen ser marcos teóricos únicos, hegemónicos, actualizados, aparentemente obvios y universales.

El marco teórico también es un discurso que pretende ser una descripción y explicación integral sobre la realidad con la aspiración de darle un sentido. Cada marco teórico daría una lectura particular de la realidad, destacando u ocultando diferentes aspectos; por ello, debemos asumir la responsabilidad de elegir uno u otro marco teórico.

En el mundo moderno actual y el liberalismo se busca reducir, universalizar y absolutizar los conocimientos en la ciencia, el método viene como ya dado, incluso nos sugiere una sola agenda mundial para el conocimiento. Llaman actualidad en la ciencia a los que se produce científicamente en los centros industrializados y dominantes, condenando al resto de investigadores y profesionales del mundo a una carrera sin fin para intentar estar informados de sus productos. Pero hay poca conciencia de que la realidad y actualidad no sólo ocurren en algunos institutos famosos sino en cualquier rincón del mundo y que la primera actualización que se debe alcanzar es la propia.

Por lo tanto, era necesario hacer desaparecer la discusión sobre qué marcos teóricos existen, qué transparentan y ocultan cada uno. El problema de la investigación debía concentrarse al uso de técnicas llamadas actualizadas y no el método pues éste ya estaría dado.

Los profesionales se forman en marcos teóricos calificados de vigentes y actuales, pero éstos sólo son útiles para sus propios campos y nos le permiten ingresar a otras realidades o simplemente hacen una reducción de la realidad a sus posibilidades y recursos conceptuales. Por ejemplo, cuando algunos médicos tienen que opinar sobre los aspectos sociales y psicológicos del aborto, intentan explicarlos como lo harían respecto de una infección, un proceso degenerativo, una alteración metabólica, inmunológica o genética, pues no poseen marcos teóricos de otras ciencias o alternativos.

El mundo científico o profesional quiso abstenerse o sustraerse de la guerra fría, de las opciones éticas y políticas. Para ello levantó la neutralidad axiológica de la ciencia y predicaron la objetividad y ésta la asumieron como la frialdad de los números, de los test estandarizados y de las mediciones compulsivas. Entonces la ciencia pasó a ser un paradigma metasocial, sagrado y universal.

Para los fines de la investigación se llamó marco teórico a los conceptos vigentes, validados y actualizados de la ciencia oficial, adjuntándose estos conceptos como preámbulo, antecedentes o contexto de lo que se investigaba. Aquí proponemos a la ciencia como sistema teórico con alto contenido de valores, historia y posicionamiento social, que transparenta y oculta determinados recortes de la realidad.

Por otro lado, en la práctica de la investigación académica existe confusión entre marco teórico y bibliografía. El marco teórico está asociado a una teoría científica que permite conectarnos con la realidad y obtener un conocimiento de ella. La bibliografía es un término amplio que se asocia generalmente a publicaciones o informaciones científicas (investigaciones), sin necesariamente constituir un marco teórico suficiente, o sí lo constituye cuando se asume su fondo conceptual como paradigma. Además, al margen de la conciencia del investigador, siempre se porta y expresa un enfoque teórico en la investigación, el cual se adquiere pasivamente durante la formación académica.

Este marco teórico en la práctica de la investigación se ha definido como principalmente bibliográfico, compuesto por conocimientos científicos pertinentes, actualizados y sistematizados sobre el problema que se investiga; se dice que es la ciencia actual y vigente sobre el problema, la cual se encuentra en la bibliografía o publicaciones oficiales, que le dan el carácter de objetiva y válida.

Se debe reconocer que en la teoría utilizada existen otros elementos que son subjetivos. Incluso en la misma elección de la información científica, la bibliografía o las fuentes bibliográficas existe una opción del investigador y esta es siempre subjetiva.

Los elementos que contiene un marco teórico son los siguientes:

  • Referentes científicos / bibliográficos ("ciencia normal").
  • Posicionamiento del investigador frente al problema.
  • Intereses del investigador.
  • Ideología y valores.
  • Sentido que se busca en la realidad.
  • Experiencia en la realidad.

En una investigación las funciones del marco teórico son:

  • Permite la construcción del problema y sus características (enunciado).
  • Permite tomar todas las decisiones racionales y las no lógicas en relación al proceso de investigación (ocupa los espacios vacíos de la racionalidad objetiva).

El fin de los paradigmas o de las grandes teorías ha permitido actualmente la apertura a nuevas y múltiples teorías, además es posible elegir aquellas teorías que iluminen nuevos aspectos de la realidad y su uso es crítico, abierto, creativo y libre. Cuando se asume una teoría como única, todopoderosa y perenne, o cuando domina su sentido ideológico, la realidad y su conocimiento tienen un sesgo que provoca actitudes autoritarias o dogmáticas. La crítica de la post modernidad ha permitido desprendernos de la rigidez en las posibilidades del conocimiento.

La teoría posible de la investigación particular es un encuentro entre las teorías generales y los resultados obtenidos en investigaciones previas. Constituye la explicación de los resultados o datos nuevos, buscando una nueva coherencia teórica o hipotética que de cuenta de nuevos y específicos asuntos de la realidad. La investigación proporciona observaciones nuevas, pero el paso a la elaboración de una teoría requiere un nuevo proceso o método llamado teorización, sobre el cual poco se ha trabajado en el ámbito académico, consolidando la idea de que la finalidad de la investigación termina con el capítulo de los resultados y conclusiones, sacralizados como "la realidad objetiva".

Un ejemplo importante del valor político del marco teórico lo encontramos en la experiencia investigativa en la Facultad de Medicina, donde se propuso como innecesario el capítulo del marco teórico en las tesis de grado y se llegó incluso a conceder su ubicación como anexo, pues se argumentaba que el marco teórico era obvio, universal, generalmente una copia fragmentada de otras publicaciones o referencias científicas en textos conocidos. Esta opinión se explicaría en la existencia de un marco teórico hegemónico y dominante, el cual se asume como único y obvio.

Por tanto, es necesario ejercer la libertad frente a los marcos teóricos e incluso frente a la información científica. Claude Bernard supone que un hombre de ciencia debe conocer el trabajo de sus predecesores, pero dicha lectura incluso tal "literatura científica útil… no debe llevarse muy lejos, ya que puede agotar la mente y asfixiar la inventiva y originalidad científica."

El marco teórico en medicina se ha definido como biomédico, pues interpreta la salud y enfermedad como procesos originados en cambios biológicos o fisiológicos, los cuales se restablecerían con intervenciones farmacológicas, quirúrgicas, inmunológicas, metabólicas o genéticas. Los modelos de explicación de las enfermedades son el infeccioso, degenerativo, metabólico, inmunitario o genético. De acuerdo a la explicación de la enfermedad, se interviene en el tratamiento.

Para el análisis de las instituciones y organizaciones se ha erigido el enfoque de sistemas, éste utiliza básicamente las categorías de totalidad definida por la identificación de un fin común (objetivos, función general, producto, outputs), ambiente externo con el que intercambia (entradas), las partes que cumplen roles o funciones particulares dirigidas al fin común y la articulación o control del sistema para el equilibrio (regulación en relación al medio externo y desajustes internos, que supone feedbacks). Este enfoque ha querido ser trasladado como eficiente para estudiar los asuntos sociales, pero el gran cuestionamiento o trampa es que asume o privilegia la posibilidad de un fin común, ocultando otras dinámicas sociales como los conflictos. De esto último da mejor cuenta un enfoque estratégico, pues utiliza principalmente las categorías de poder, actor social, visión, alianzas y conflictos.

La teoría de la Modernidad nos plantea que existe un sólo curso de desarrollo y la historia el cual se dirige del atraso al progreso, donde la clave del desarrollo está en la adquisición de los valores de los países desarrollados, adultos o avanzados, siendo una estrategia la transferencia de tecnología hacia los llamados países subdesarrollados o en desarrollo. Esta teoría es opuesta a la teoría de la dependencia que sostiene que el centro crece por la exfoliación y dependencia de la periferia, que el poder económico se asocia al político e ideológico y que el centro se hace imperialista y vuelve imposible y distorsiona el desarrollo autónomo.

El rol y distinción entre las teorías en otras ciencias se hace más tangible, como en el caso de la Psicología y la Sociología, entre otras, donde un investigador no puede dejar de elegir uno u otro marco teórico para dar cuenta de su método y resultados de la investigación.

En el caso de la Medicina la hegemonía de un marco teórico biomédico es excelente para explicaciones biológicas de la salud y enfermedad, pero es inadecuado e insuficiente para analizar los aspectos sociales, éticos, políticos y culturales de la salud y enfermedad. Lo que nos descubre la necesidad de acercamiento de la Medicina a las ciencias sociales, la ética y las humanidades en general.

Nuestra propuesta es el uso crítico de la teoría, la asunción consciente de diversos marcos teóricos o su creación necesaria, reconociendo las implicancias éticas y políticas así como epistemológicas de cada marco teórico.

E. enajenación ideológica y cultural

Planteamos que, sobre la base de una dominación económica y política de nuestra sociedad, se ha establecido una cultura dependiente, que impide desarrollar una identidad nacional, un proyecto social autónomo, así como una ciencia nacional.

Las tesis anteriores que explicamos nos muestran que los procesos por los cuales se ha empobrecido nuestra investigación local y la ausencia de investigación científica son parte y se explican por el contexto cultural, político e ideológico nacional de carácter dependiente. Las limitaciones de nuestra investigación local no son expresión principalmente del escaso financiamiento, de falta de equipos y tecnología, de información, de inferioridad étnica o la idiosincrasia del hombre peruano.

Los nudos críticos se encuentran en nuestra cultura dependiente, pero agravada por la ausencia de actores nacionales con identidad y compromiso con nuestra realidad. Denunciamos el estado actual de la conciencia de nuestros investigadores, profesionales e intelectuales, quienes no aspiran a mayores niveles de desarrollo de una ciencia nacional, y que tienen como lema el imitar e investigar debajo de los paradigmas dominantes, con los métodos y con las formas de la ciencia de los países llamados desarrollados y avanzados. Es la realización del "control de los espíritus" que advierte Ignacio Ramonet o es la manipulación del subconsciente que descubre Wrigth Mills a lo que muchos se han allanado y resignado. Este es el sentido de la emancipación que no se plantea, que no tiene liderazgos ni proyecto.

Una universidad y escuela poco críticas, creadoras y libres pueden tener el riesgo de convencer a los jóvenes en que sólo nos resta esperar los avances de la ciencia internacional, frente a lo cual se instala una actitud de copiadores que buscan, informan, actualizan y repiten. Que encuban el sueño de emigrar a uno de los países llamados desarrollados, paraíso de todas las aspiraciones modernas.

La Universidad habría perdido sentido en un contexto mundial globalizado y liberal, donde el conocimiento ya estaría dado y circula voluminosamente en el ciberespacio. Especialmente la Universidad pública, carente de recursos financieros y buscando nuevas fuentes de ingresos, se habría banalizado pues estaría centrada en formalizar los títulos profesionales con más o menos dificultades y costos, pues el éxito no lo garantizan los antecedentes académicos ni un perfil intelectual avanzado. Ahora el éxito se conquista directamente en un terreno definido como una selva de competencias que desafía nuestra habilidad o audacia personal, la actitud de riesgo y emprendimiento y la capacidad de asimilar lo llamado nuevo, innovación o "de punta".

La Universidad estaría ahora sobrando o desubicada si pretende ser un espacio de libertad, de crítica y propuestas renovadoras. No hay lugar para nuevos castillos de arena o sentimentalismos como el cambio social, la justicia social, la verdad y la belleza. La opción dominante es hacerse funcional a la lógica de mercado, instalarse en la vía del progreso, abrazar los paradigmas tecnológicos y los nuevos valores.

Sin intentar un balance de los aportes históricos de la Universidad nacional, nos debemos preguntar si además de las nuevas y numerosas generaciones de titulados y desocupados, dónde están las propuestas de desarrollo, las luces para una sociedad atrapada en sus frustraciones que la Universidad debía sintetizar? J. C. Mariátegui advertía hace más de 70 años que el problema de la universidad no se resolvía con nuevos métodos o retirando a los malos profesores, decía que la crisis es espiritual e ideológica, "No hay un solo tipo de conductor. No hay una sola voz profética, directriz, de leader y de apóstol. Un maestro, uno no más, bastaría para salvar a la Universidad… Es un muestrario de ideas muertas. Las ideas, las inquietudes, las pasiones que conmueven a otras universidades, no tienen eco aquí… sin maestros auténticos, sin rumbos austeros, sin direcciones altas, la juventud no puede andar bien encaminada… un catedrático, en quien sus discípulos descubren una magra corteza de cultura profesional, y nada más, carece de autoridad y de aptitud para inculcarles y enseñarles extensión ni hondura en el estudio." Nos inquieta la interrogante de si las universidades de hoy tienen estos maestros líderes.

Actualmente se comprende mejor que existen algunas cualidades que son sustantivas para el perfil de los nuevos profesionales que enfrentarán las demandas de los nuevos tiempos. Estas cualidades serían la creatividad, la capacidad de innovación y originalidad, la capacidad de cuestionar y romper la rigidez y las fronteras de las apariencias del sentido común o los saberes convencionales, para ir al replanteamiento severo de todo lo que se supone válido. Pero ello compromete no sólo a la Universidad sino a la escuela y a la familia, pues estas cualidades se formarían muy precozmente, mas no existe conciencia ni un proyecto en ningún nivel para esta renovación cultural y moral.

En cambio, la Universidad aparece como el gran legitimador del pensamiento dominante, pues "socializa" un modelo de ciencia, de profesión y de intelectual, así como de validación del conocimiento que no nos permite la emancipación mental. Cuando no funciona esta normatización del pensamiento, se utiliza la segunda estrategia que consiste en el "control social" a través de las exigencias para el modelo de investigación, las condiciones para publicar en alguna revista internacional, en las formas de los eventos nacionales o internacionales, en los cursos de postgrado, en los prototipos de investigadores que se levantan, en los premios que se otorgan; así como en la complicidad mediocre para sugerir que existe una investigación significativa en nuestro medio.

Como vemos, la fuente de las ideas dominantes no son originales, pero ello es secundario, lo importante es que sirven a otros fines y nosotros las creemos buenas y propias. Es la alineación cultural que tiene múltiples expresiones más, como la compulsión de algunos por la visa para residir en EE. UU. o el Japón. No existe una nación peruana con identidad definida, hay una moral mayoritaria de baja autoestima nacional, de invalidez, autoexclusión ideológica y cultural.

Nos hemos convencido que somos muy buenos ya o que nunca lo seremos, es la resignación espiritual del dominado, el mayor y más seguro triunfo del amo, "… las identidades morales que puedan tener los hombres de una sociedad quizás descansan en el hecho de que los gobernantes institucionales monopolizan con éxito, y aún imponen, sus símbolos del amo… No podemos suponer actualmente que los hombres deben, en última instancia ser gobernados con su propia anuencia. Entre los medios de poder que ahora prevalecen, está el poder de administrar y manipular la aquiescencia de los hombres. Que no conozcamos los límites de ese poder – y que esperemos que tenga límites – no invalida el hecho de que hoy se emplea con buen éxito mucho poder sin la sanción de la razón ni de la conciencia del que obedece… la "convicción" intelectual y la "creencia" moral no son necesarias en los gobernantes ni en los gobernados para que perdure y aun florezca una estructura de poder. Por lo que respecta al papel de las ideologías, la frecuente ausencia de legitimación persuasiva y el predominio de la apatía de la masa seguramente son dos de los hechos políticos centrales en las sociedades occidentales de hoy."

La ciencia se asumió como la gran generadora de los cambios mundiales: los viajes espaciales, la terapéutica medica, la ingeniería productiva, electrónica y de las comunicaciones, entre muchos otros; pero la crítica que se ha hecho desde la post modernidad es que finalmente el ser humano no vive feliz o mejor, las brechas sociales se han profundizado, se agrava la contaminación ambiental, las guerras, la destrucción y explotación de las personas es igual o peor que en épocas anteriores. Luego, se hace necesario un balance del tipo y la función de la ciencia actual.

La racionalidad no sería suficiente para alcanzar el bienestar humano. La racionalidad occidental actuaría como homogenizador cultural, postergando las racionalidades y saberes diferentes, los desarrollos autónomos, los nuevos sentidos para la vida. Es más, se intenta imponer un paradigma social, político y económico a todos el mundo, justificado como democrático y pacífico, cuando no cristiano; pero el imperio tiene una doble moral y se excluye de los compromisos más importantes para la paz, el desarrollo, la atención de la pobreza y la protección de medio ambiente, haciéndose un "estado canalla" como lo llama Noam Chomsky.

Las culturas no occidentales, tradicionales o nacionales, que tienen muchas diferencias con la cultura dominante y que se globaliza compulsivamente, son percibidas como atrasadas, obstáculos, localismos chauvinistas e incluso como ignorancia. Estas culturas tradicionales tienen conflictos con la educación formal e institucional, así como con estrategias de exclusión social, expresadas en el uso del idioma, de la información, en el acceso a ciertos servicios u oportunidades, así como un abierto racismo.

Cuando surge el conocimiento científico, éste se va haciendo excluyente, formal y sofisticado. Los investigadores y científicos adquirieron gran valor por su eficacia y se fueron alejando de la sociedad para acercarse al poder. Actualmente se valora como científico sólo aquello que se produce en grandes Institutos de investigación extranjeros, con inmensos recursos económicos y equipos tecnológicos y que luego difunden sus resultados en ciertos medios, que suelen ser prohibidos para un investigador crítico.

Planteamos que no estamos en la era del conocimiento sino del mercantilismo, que vende y compra todo lo que puede o impone, sin perspectiva moral solidaria o humanitaria, pero sí con la pretensión de hegemonía mundial. La ciencia que realmente se promueve y conoce es aquella asociada a un potencial o real negocio rentable.

Además intentado profundizar en las posibilidades de la ciencia nacional, sugerimos la existencia de una constitución cultural nacional diferente de la racionalidad científica clásica. Esta es la tesis más difícil y crítica pues estamos sugiriendo que en nuestra realidad y en nuestra cultura nacional nunca habrá ciencia con las características actuales en el mundo. Nuestra ciencia, de ser nacional, tendría que crear además de su agenda y metodologías propias, nuevos lenguajes y nuevas integraciones o síntesis.

El nuevo pensamiento nacional sería parte de nuestra condición cultural tradicional, especialmente andina. Con un pensamiento mágico además de racional, más flexible, abierto y sensitivo que estructurado en base a evidencias objetivas. No estamos negando la necesidad de conocer y usar la ciencia dominante, de la racionalidad occidental, si se hace de manera consciente y crítica. Estamos proponiendo la posibilidad de tener una ciencia propia, autónoma ideológica y culturalmente.

Luego, el desarrollo de una ciencia nacional sería un signo de la emancipación del sujeto nacional, de un nuevo hombre que se orienta a su desarrollo autónomo. Desde este punto de vista la primera confrontación tiene que estar en el nivel ideológico, para la recuperación de la identidad nacional.

Una respuesta a la dominación ha surgido desde grupos nacionalistas a ultranza, de base étnica andina, pero con un sentido excluyente y xenófobo que afirma la superioridad étnica de las culturas prehispánicas peruanas, donde se habrían alcanzado impresionantes avances en toda suerte de campos, además de una escritura y organización social perfecta. Estas actitudes llaman a un aislamiento y rechazo de toda cultura extranjera, así como a una futura restauración de la sociedad antigua peruana. Nosotros rechazamos esta ideología porque no promueve una auténtica emancipación hacia un desarrollo autónomo e intercultural, como es ahora la característica cultural y social de nuestro país. Estas ideologías anidan quizá infructuosamente movimientos violentistas y destructivos.

 

 

 

Autor:

Alejandro Vela Quico

Médico cirujano, Licenciado en Antropología, Doctor en Medicina, Magíster en Salud Pública, Magíster en Filosofía; profesor principal de la Facultad de Medicina – UNSA.

Arequipa – Perú

Septiembre 2007

Partes: 1, 2
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