44A. N. H. – El Ferrocarril nacional y el muelle y faro de Puerto Cortés. El Observador Nº 42 (29 de agosto de
1911).
45Finney, óp.cit., pág. 15.
46A. N. H. – El Ferrocarril nacional y el muelle y faro de Puerto Cortés. El Observador.
Para terminar con Valentine, al final, el brillo de este se vio opacado por la presencia del hombre que cambió definitivamente la imagen económica de Honduras, Samuel Zemurray. Este último termina con la injerencia del capital minero, dando paso a la consolidación del capital bananero.
Mientras las Rosario y sus influencias crecen, la producción bananera también va en aumento y la presencia de inversionistas en ese ramo es cada vez mayor. Así, el gobierno continúa dando concesiones a capitalistas norteamericanos que descollarán como los magnates del banano durante la primera década del siglo XX.
Muchas son las concesiones ventajosas que los gobiernos de Honduras harán al capital transnacional y se llevaría muchas páginas hablando de ellas. Hemos tratado, en las páginas precedentes, hacer un recuento de las que consideramos más importantes y que se perfilan como los antecedentes inmediatos de la introducción de Honduras en la política enclave, pues será durante la primera mitad del siglo XX que el papel del capital extranjero será aún más determinante en la vida política nacional.
Entrado el siglo XX y habiendo cambiado el desenvolvimiento de la política internacional, los albores de este siglo se verán coronados por acontecimientos de trascendental importan- cia para la consolidación del capital transnacional en Centroamérica. Entre estos hechos se listan:
1. 1899, La fundación de la United Fruit Company.
2. 1898, La guerra hispanoamericana (España y USA donde se disputan Cuba, Puerto Rico y Filipinas).
3. 1901, Tratado Hay-Pauncefore (Inglaterra da carta libre a los Estados Unidos para ejercer el dominio en Centroamérica.
4. 1901, Los Estados Unidos compran las acciones de la compañía francesa encargada de la construcción del canal de Panamá.
5. 1901, llega al poder Theodore Roosevelt en los Estados Unidos.
Todas estas situaciones, bajo el imperio de la Doctrina Monroe 47, harán que los Estados Unidos desarrollen una política aún más agresiva hacia los países de Centroamérica, otorgándose la potestad de intervenir directamente en problemas de índole particular a propios los países.-
47La Doctrina Monroe: En un mensaje al congreso norteamericano, el presidente de los E.E.U.U., James Monroe (1817-1825), expuso la doctrina que lleva su nombre. La doctrina fue reconocida en 1823 y contiene
El presidente Theodore Roosevelt, en un mensaje al congreso, ratifica uno de los principios de la Doctrina Monroe al decir:
"El desorden crónico, o la impotencia que conduce a una pérdida de los lazos de la sociedad civilizada, puede en América como en cualquier parte requerir a la larga la intervención de alguna nación civilizada, y en el hemisferio occidental la adhesión de los Estados Unidos a la doctrina Monroe puede forzar a los Esta- dos Unidos de cualquier modo, en casos flagrantes de desorden e impotencia, al ejercicio de un papel de policía internacional…"48
Theodore Roosevelt, quien tuvo en la guerra hispanoamericana (1898) un papel muy des- tacado, llega a ser vice presidente de los Estados Unidos y presidente de esa república de 1901 a 1909. Durante su mandato, no hizo esperar la aplicación de la política del gran garrote49, la cual dominó el sentido de la política internacional estadounidense durante la primera mitad del siglo XX.
El apego a la interpretación de Roosevelt de doctrina Monroe, que justifica la intervención de los Estados Unidos en casos flagrantes y que además le da a este exclusividad sobre América, será aplicada en su máxima expresión desde principios del siglo XX, tanto por el tres puntos fundamentales. a.- El continente americano no es territorio para futuras colonizaciones europeas. b.- En América hay un sistema político diferente al de Europa. c.- Que los E.E.U.U. consideran toda tentativa europea por extender su influencia en América como peligrosa para su paz y seguridad. Dicha doctrina, comprendida en la frase América para los americanos, fue, durante casi un siglo, la base de la política exterior estadounidense. (Pantaleón García. La Doctrina Monroe, el destino manifiesto, el ferrocarril de Panamá y las rivalidades anglosajonas por el control de la América Central. Ensayos sobre las relaciones entre Panamá y los Estados Unidos. Universidad de Panamá, Centro Regional Universitario de Coclé, Círculo de Historiadores de Panamá, 1998).
48M. Barahona, óp.cit., págs. 8-9; citando "Mensaje anual del presidente Th. Roosevelt al congreso de los E.E.U.U."
49La política del gran garrote derivó de la reinterpretación de la doctrina Monroe, originalmente formulada por James Monroe en 1823. En su mensaje anual al Congreso del 6 de diciembre de 1904, el presidente Theodore Roosevelt formuló el denominado Corolario de la Doctrina Monroe, donde hizo explícita su posición de respaldar el derecho a intervención y uso de la fuerza de un Estado contra otro para recolectar deudas impagas o zanjar el incumplimiento de acuerdos de diversa índole. Ver: Fernando Purcell. "Cine, propaganda y el mundo de disney en chile durante la segunda guerra mundial". En: HISTORIA vol. II.N° 43, Julio-Diciembre (diciembre de 2010), págs. 487-522, pág. 491.
presidente Roosevelt como por sus sucesores, fundamentalmente el presidente Taft (1910- 1914).
Los ejemplos de intervención que evidencian el papel de policía internacional de los Estados Unidos son variados y numerosos, pero sus ejemplos más destacados son, entre otros:
A.- El tratado Hay-Pauncefore que es celebrado entre los Estados Unidos e Inglaterra, quien cede y consolida con eso la hegemonía de los Estados en América.50
B.- La construcción del canal de Panamá.
C.- La resolución del diferendo entre El Salvador y Guatemala en 1906 y la firma del Tratado de Paz y Amistad, así como la creación de la Corte de Justicia Centroamericana en 190751
D.- La deposición del presidente José Santos Zelaya en 1909, en Nicaragua.52
E.- La intervención en Honduras para deponer al presidente Dávila en 1911.
Estas acciones intervencionistas serán el principio de acciones más directas en Centroamérica, tales como la instalación permanente de infantes de marina en Nicaragua desde 1912 a 1933, la intervención de marines en Honduras en 1924, entre otros.
La política del Big Stick será el soporte que permitirá sostener y consolidar las empresas transnacionales, que se convertirán en verdaderos monopolios y constituirán un Estado dentro de otro Estado.
Honduras, después de un período de relativa paz que va de 1894 a 1902, será impelida a acatar las disposiciones del capital transnacional que desde hacía algún tiempo había utilizado cierto tipo de estratagemas para intervenir en las cosas del Estado. Así, por ejemplo, el presidente Sierra nombró ministros de Fomento a un norteamericano, "Mister Altschul"53 bajo la justificación permanente de los reformadores de tener gente capaz para manejar los ministerios y secretarías del Estado.
50Francisco Morales Padrón. Historia de unas relaciones difíciles (EEUU-América española). Manuales universitarios. Publicaciones de la Universidad de Sevilla, 1987, págs. 333-334.
51Mejía, Historia de Honduras, vol. V , págs. 397-417.
52Rubén Darío. Tantos vigores dispersos. Ed. por Eduardo Arellano. Managua: Centro de Publicaciones de Avanzada S.A., 1983, págs. 94-128.
53A. N. H. – Reivindicación. El Rebublicano. Año 1, Nº 3 (9 de mayo de 1903), págs. 1-2.
Fue durante la estadía de Altschul en el ministerio de fomento que se le concede al norteamericano "William Frederick Streich … una concesión por lo cual se le dan en arrendamiento cinco mil hectáreas de tierra en la zona costera de Omoa, a ambos lados del río Cuyamel."54 Esta concesión, y la que Manuel Bonilla hace a la Vaccaro Brothers Co. desembocarán en la implantación del enclave bananero alrededor del cual gira la vida política del país durante casi medio siglo.
Otra evidencia del ensanchamiento de la política intervencionista de los Estados Unidos de América es la infiltración directa o indirecta en los aparatos de Estado. Así, el nombra- miento de norteamericanos en puestos claves como la policía las finanzas y la participación de estos en acciones concretas como en el golpe de Estado de 1904 denotarán como los gobernantes de Honduras se encuentran, hasta cierto punto, maniatados al momento de dirimir los problemas de política interna.
Por ejemplo, Manuel Bonilla, quien fue combatido por representantes del capital transnacional durante las jornadas militares de 1892, pasará a convertirse en el mejor negociante de los bienes del Estado, y durante su gestión administrativa se otorgarán concesiones onerosas que terminarán de socavar las rentas públicas y los capitales nacionales al punto que en 1911 el país está en quiebra.
Otro ejemplo de la intervención del capital transnacional es La concesión que otorgó Terencio Sierra a Streich. Al principio, esta concesión tuvo algún provecho para la economía nacional. El Sr. Strich, además de cultivar bananos, les compraría la producción a quienes localmente lo producían, además de construir "un ferrocarril de 5 millas desde Omoa a Veracruz"55. Empero, la falta de capital hace que en 1905 la Cuyamel Fruit Co., propiedad de Strich, pase a manos del ruso-judío norteamericano Samuel Zemurray, quien consolidará de una vez la producción bananera en Honduras, al igual que la intervención norteamericana a todos niveles.
54Mario y Del Cid Posas. La Construcción del sector público y el Estado nacional en Honduras. San José: EDU- CA, 1983, págs. 42-43.
55Ibíd., pág. 43.
En 1906, Guatemala y el Salvador sostienen un conflicto armado y, como ya era costumbre, los vecinos estuvieron prestos a intervenir. Así, Honduras prestó su ayuda a El Salvador desencadenándose una serie de hechos violentos que fueron detenidos gracias a la intervención del gobierno norteamericano, quien llamó a las partes en contienda a firmar la paz a bordo de una fragata norteamericana anclada en el Golfo de Fonseca 56 De esas sesiones de paz resultó una tregua y un proyecto de compromiso de una nueva conferencia en la cual debían participar los demás países centroamericanos, en San José, Costa Rica.
Entre tanto, después de haberse firmado la tregua entre El Salvador y Guatemala, el Rey Alfonso XIII dictó el laudo que definió las fronteras entre Honduras y Nicaragua.
"Aunque el presidente José Santos Zelaya aprobó el fallo real … los liberales hondureños obtuvieron apoyo de aquel gobierno para derribar al del general Manuel Bonilla. El conflicto se agravó porque tropas salvadoreñas… cooperaron con las de Honduras en contra de los liberales hondureños y el gobierno de Nicaragua… el gobierno del general Bonilla terminó en esa batalla (Namasigüe D.I) el 25 de marzo de 1907."57
Toda esta situación fue favorable para los nicaragüenses, ya que les permitía tener a Honduras como aliado, debido a que los liberales ahora en el poder ya habían sido sus aliados en 1894. Zelaya reconocerá el gobierno de la junta que fungió en su función del "25 de marzo al 18 de abril de 1907"58.
En la cadena de hechos históricos de principios del siglo XX en Honduras, Miguel R.Dávila fue electo presidente constitucional mediante el mismo mecanismo de todos los presidentes que llegaron al poder de la nación de forma violenta, convocándose primero a una asamblea nacional constituyente que posteriormente le otorgaba el título de presidente constitucional. Sin embargo, ante la amenaza de la hegemonía nicaragüense, el gobierno de Estados Unidos se apresura a generar la segunda conferencia de Washington, en la que se firma el Tratado de Paz y Amistad, y la creación de la corte centroamericana de justicia del 14 al 20 de diciembre de 1907.
En opinión de Marvin Barahona59, uno de los puntos más importantes del Tratado de Paz y Amistad es el que le da a los Estados Unidos la potestad del reconocimiento a los presidentes a partir del principio "…de legitimidad constitucional. Según este principio, ningún gobierno revolucionario podía ser reconocido sin que la república fuese reorganizada constitucionalmente."60
56Aunque los Estados Unidos ya intervenían en los problemas internos de Centroamérica, es la firma de ese tratado en el Marble Head la que marcará el inicio de una frecuente práctica en el área, es decir la firma de tratados a bordo de embarcaciones norteamericanas.
57Mejía, óp.cit., pág. 338. 58Paredes, óp.cit., pág. 556. 59M. Barahona, óp.cit.
Este convenio de paz y amistad, además, obligaba a Honduras a mantener neutralidad en cualquier conflicto en las repúblicas vecinas. Es así que cuando en 1908 estalla un movimiento armado en contra de José Santos Zelaya, Honduras no toma partido y el gobierno de Dávila, quien llegó al poder ayudado por las tropas nicaragüenses, se limitará a jugar el juego limpio de la política del gran garrote Respetando el tratado de Paz y Amistad.
Los Estados Unidos respetaron los tratados de paz y la existencia de la corte centroamericana de justicia, hasta donde les convino. Esta última se desintegró en 1918 como consecuencia de la firma del tratado Chamorro-Bryan.61
Cuatro años duró el gobierno constitucional de Miguel R. Dávila. Con su caída en 1911, se enmarcará el inicio de la intervención más abierta del imperialismo norteamericano a través de sus representantes de capital.
Manuel Bonilla, quien fue depuesto por la revuelta de 1907, en opinión de Lucas Paredes62 se dedicó a buscar ayuda en los otros países centroamericanos para deponer a Dávila, ayuda que no encontró debido a la firma de los tratados de paz y amistad firmados en Washington.
Sin embargo, la cercanía con Samuel Zemurray y sus contactos directos con su ex director de policía Lee Christmas le permitieron al Gral. Bonilla, ya en el ocaso de su vida, volver a las correrías revolucionarias. Es así que desde Belice, donde residía, el Gral. Bonilla, logra conseguir suficiente armamento para la nueva revuelta.63
La ansiedad de llegar al poder por parte del Gral. Bonilla no era únicamente política o revanchista. Siempre hubo en sus proyectos algo de lógica económica en tanto que siempre consideró, como buen liberal decimonónico, que la inversión extranjera era primordial para el desarrollo de un país. Sin embargo, la misma mentalidad tenían sus opositores, quienes ostentaban el poder, mismo que funcionaba en base a dos criterios: La política norteamericana y el pensamiento liberal del siglo XIX.
"Al terminar 1910, el presidente de Honduras …Miguel R. Dávila… llevaba a cabo negociaciones con banqueros americanos, para lograr un empréstito a fin de salvar al país de la bancarrota.
60Ibíd., pág. 11.
61Gobierno de Nicaragua. "Tratado Chamorro-Bryan (5 agosto 1914)". En: Gaceta Oficial (1916), págs. 166-167.
62Paredes, óp.cit.
63Ver en ese sentido Deutsch, óp.cit., págs. 79-109
Los bancos accedieron a prestar el dinero a Honduras con la sola estipulación de que ellos habían de nombrar su propio agente, quien habría de controlar el recibo de impuestos aduaneros, para asegurarse que cumplirían con la obligación de pago de intereses… Zemurray vio que si Dávila firmaba los documentos de ese empréstito, los banqueros neoyorquinos habían de oponerse a cualquier transacción que involucrara aún la más pequeña rebaja en los impuestos aduaneros existentes.
Por demás está decir que el proyecto de enajenar los ingresos aduaneros en favor de un banco en el exterior, que habría de controlar estas entradas, no logró la popularidad entre muchos elementos de Honduras. Uno de los disidentes fue el Gral. Manuel Bonilla, expresidente de Honduras, que vivía en el exilio en los Estados Unidos y que estaba ansioso de volver al poder. Basándose en un interés común de impedir el proyectado empréstito…buscó a Zemurray y logró que le prestara suficientes fondos para comprar el yate Hornet, que …había usado la marina de los Estados Unidos. Zemurray también financió la compra de una caja de rifles con municiones y una ametralladora…"64
Una vez que el Gral. Bonilla estuvo armado, salió hacia Honduras acompañado de sus lugartenientes norteamericanos "Lee Christmas y Guy "Ametralladora" Molony."65 Llegado a Honduras, se apoderó de Trujillo y La Ceiba. Entre tanto, por el sur, otros simpatizantes de Bonilla desarrollaban acciones militares. Después de algunas refriegas, Bonilla logró vencer, mediante la diplomacia norteamericana, a Dávila.
Lucas Paredes afirma: "Dávila movilizó un poderoso ejército, y cuando bien podía dominar la situación, fue víctima de una violenta determinación, decidiendo evitar el derramamiento de sangre hondureña, pidió al gobierno de Washington que mediara y se pusiera término a aquella lucha que juzgó inútil y antipatriótica.
El presidente norteamericano envió entonces a Puerto Cortés el crucero "TACOMA", a bordo del cual se reunieron delegados tanto de la revolución como del gobierno… surgiendo de los arreglos… el Dr. Francisco Bertrand como presidente."66
64May y Galo, óp.cit., págs. 17-18; ver también: Deutsch, óp.cit., págs. 102-109
65McCann, óp.cit., pág. 33.
66Paredes, óp.cit., pág. 242.
En definitiva, y tomando como punto de partida las citas anteriores, la caída de Miguel R. Dávila fue provocada por una competencia desleal ente representantes del capital transnacional. Don Manuel Bonilla fue solamente el peón que decidió la jugada en esa competencia. Con esta nueva intervención, los Estados Unidos se aseguran su hegemonía total en Hon- duras, debido a que después del Dr. Bertrand, obtendrá la presidencia de la república el Gral. Manuel Bonilla, quien dio aún más concesiones y libertad de acción a las compañías bananeras en Honduras.
En resumen, se puede decir que la inserción de capital extranjero en Honduras durante la primera mitad del siglo XX ha estado determinada por dos cuestiones fundamentales.
1. La política internacional de los Estados Unidos basada en la doctrina Monroe que justifica la intervención en cualquier parte de América. Además, el carácter estratégico del istmo centroamericano hará que los Estados Unidos promuevan el desarrollo de sus empresas, lo que le da el derecho para intervenir en cualquier desorden de tipo político.
2. La degeneración de los partidos liberales en Honduras
Respecto al segundo aspecto se ha observado como las organizaciones políticas partidarias que surgen en Honduras en 1891, desde el principio son organizaciones heterogéneas a las que pueden confluir cualquier tipo de personas (lo que no es malo en sí). Pero esos embriones de partido, no se constituyen en partidos antagónicos de clase porque sus estructuras orgánicas estaban dominadas por la adulación personal hacia su caudillo. Por otra parte, la debilidad económica y la desintegración del país no permite la formación de una burguesía nacional o la proletarización de la mano de obra. Durante el auge minero existe una reticencia de la parte de la población hondureña en general para ir a trabajar a las minas y por ende, convertirse en obreros.67
Por tales motivos, la intención de algunas personas de formar partidos políticos fuertes se verá frustrada por los intereses mezquinos de algún individuo que degenerará al partido y lo convertirá en facción. Esta última, tal que definida en capítulos anteriores, es débil y mucho más amorfa que el partido. En tal sentido, siempre utilizará la fuerza para consolidar sus intereses.
67Ver al respecto: Finney, "Rosario and the Election of 1887: The Political Economy of Mining in Honduras". Además, es de hacer notar que, en las minas y en las plantaciones de banano, las condiciones de trabajo no eran óptimas. Los salarios eran bajos y bien conocida es la práctica del crédito de la tienda de raya y las condiciones insalubres de los barracones de los campamentos de trabajadores. Las novelas de Ramón Amaya Amador. Prisión verde. Editorial Baktun, 1983 y de Matías Funes. Oro y miseria: o Las minas del Rosario. (Se trata de Matías Funes, padre). Imprenta López, 1966 ilustran relativamente bien esa realidad.
La degeneración política puede ser aprovechada por grupos que sí tienen definidos sus proyectos económicos y políticos, de tal forma que seducen a los pseudo líderes faccionarios y los utilizan en su beneficio.
El proceso de infiltración capitalista conduce, por otra parte, a la ruina del Estado en todos los sentidos, ya que este último no tiene vida independiente. Es decir que una sociedad como Honduras presentará algunas características de Estado pero no logrará consolidar la nacionalidad basada en la independencia económica.
En lo concerniente a la masa y los grupos sociales que no están dentro de la esfera del poder, estos ni siquiera podrán consolidarse en grupos antagónicos con proyectos políticos claros que les permitan formar sus partidos de clase, es solamente durante el segundo cuarto del siglo XX se verán surgir en Honduras los primeros brotes de organización obrero-campesina.
Toda esta situación hace al país más vulnerable a las embestidas del gran capital, mismas que socavarán de forma casi irrecuperable las bases de la economía nacional hasta hoy día.
CapÍtulo 5
La vida política de Honduras, desde el período posterior a la independencia hasta el pri- mer cuarto del siglo XX, se caracteriza por la inexistencia de partidos políticos organizados. La pugna por el poder se manifiesta al interior de una corriente política liberal decimonónica que presenta tres momentos:
A.- La anarquía, en donde la política se refleja a nivel de caudillismo, sin manifestaciones partidarias.
B.- El período reformista, caracterizado por una ínfima modernización del Estado
C.- El fracaso político de la reforma liberal, caracterizado por el resurgir del caudillismo, las consecuentes guerras civiles y la penetración del capital extranjero.
El segundo momento, del cual parte esta investigación, está representado por la reforma liberal iniciada en 1876. La expresión de esta reforma se refleja en una modernización del Estado de Honduras, al que se buscaba insertar en las relaciones de producción capitalistas. La transformación del Estado se manifiesta en la consolidación de algunos aparatos de Estado como la policía, el sistema educativo laico y el aparato jurídico, entre otros. En el mismo orden, la modernización hace que algunos caudillos e intelectuales de tendencia liberal se fijen la idea de fundar partidos políticos que pudiesen ser los representantes, no de una clase, sino de alguna de las tendencias liberales que buscan el poder en Honduras.
En 1891, surgen dos organizaciones políticas partidarias que son producto de una fisura dentro de la corriente liberal reformista. Estas dos tendencias liberales (una radical- Céleo Arias y otra moderada-Luis Bográn), meses después de su fundación, se enfrentaron en elecciones, un precedente en la historia de las organizaciones políticas en Honduras. No obstante, Estos ensayos de partidos, debido a su temprana confrontación, no llegaron a consolidarse y transmutaron rápidamente en facciones. Las facciones, a su vez, se consolidaron en partidos de patronazgo y nunca llegaron a ser partidos de clase, como a veces se pretende visualizarlos. Al convertirse en partidos de patronazgo, las facciones políticas liberales (Partido progre- sista y Partido Liberal) renuncian a la lucha ideológica y se enfrascan en procesos armados que ponen fin a la paz impuesta por Soto, Rosa y Bográn. Estos procesos armados, entendidos como la prolongación de la política por otros medios (Clausewitz), pusieron de manifiesto tres cosas:
1. La debilidad económica del Estado de Honduras.
2. La debilidad política de los dirigentes de las facciones.
3. La ingerencia extranjera.
La no consolidación de los incipientes partidos denotó el fracaso político de la reforma liberal y empujó a Honduras a un nuevo período de anarquía. Este desorden en las cosas del Estado es bien aprovechado por el capital transnacional, el cual, a partir de una política de policía internacional, convertirá a los caudillos en los comodines predilectos de sus políticas económicas.
De lo anterior se deduce que ni la pretendida modernización del Estado propuesta por los reformistas, ni los proyectos político ideológicos de algunos intelectuales hondureños, permitieron el surgimiento de verdaderos partidos de oposición en tanto no existía antagonismo de clase. Por tanto, los partidos iniciales como los intentos subsiguientes por formarlos fracasaron.
En las tendencias liberales que se hicieron llamar partidos, no existían conflictos ideológicos, sólo conflictos políticos. En lo que va de 1891 a 1911, a los caudillos liberales sólo los diferenció la divisa azul o roja que usaron en sus batallas. Ni siquiera los métodos para alcanzar el poder variaron de una tendencia a otra. Ambos escogieron el camino de la guerra como medio último para alcanzar el poder.
El atraso para el desarrollo de los partidos políticos en Honduras está condicionado por la presencia caudillista, la guerra civil y la injerencia del capital y gobiernos extranjeros. Estos
factores, además de socavar las bases económicas del Estado, también fraccionan las bases políticas, impulsando, imponiendo o quitando presidentes.
En ese sentido (pecando de extremista), considero que, aunque en los años 1920, después de los ensayos de la reforma liberal, se da otro intento por organizar un partido político, será hasta la década de los cincuenta del XX que los partidos tomen el carácter de verdaderas instituciones políticas, aunque persista aún el virus del caudillismo.
Documentos inéditos
A. N. H. – Gobierno de Honduras. "Factura de Compra de Armas por el General Bográn, Junio 18 de 1879, 5 hojas útiles." Tegucigalpa, 1879 (vid. pág. 23).
C. D. C. H. – Anónimo (mimeografiado). "Caracterización histórico-política del Partido Liberal". Tegucigalpa, sin fecha (vid. pág. 60).
C. D. C. H. – Posas, Mario. "El Enclave bananero en Honduras". Tegucigalpa, 1976 (vid. pág. 78).
C. D. C. H. – Ramón Castro. "La penetración imperialista en Honduras". Tegucigalpa, Sin fecha (vid. págs. 74, 78, 84).
I. T. A. F. – Presbítero Alejandro Flores (Documnentos inéditos). "Correspondencia del presbítero Alejandro Flores". Legajos bajo custodia del Instituto Técnico Alejandro Flores, El Paraíso. El Paraíso, 1860-1870 (vid. pág. 27).
Periódicos
A. N. H. – Antecedentes de la guerra. El Rebublicano. Año 1, Nº 2 (2 de mayo de 1903) (vid. pág. 64).
A. N. H. – Batalla de Las Anonas. La Regeneración. Série 1, Nº2 (1894) (vid. pág. 56).
A. N. H. – Como se formó el Partido Nacional. El Cronista. Série VI, Nº 1,854 (19 de noviembre de 1918) (vid. pág. 64).
A. N. H. – Como se formó el Partido Nacional. El Cronista. Año XXI, Nº 5,484 (27 de enero de 1932) (vid. pág. 64).
A. N. H. – Conferencias de Güinope. La Regeneración. Año 1, Nº201 (5 de febrero de 1895) (vid. pág. 57).
A. N. H. – Confraternidad. La Regeneración. Año 1, Nº201 (5 de febrero de 1895) (vid. pág. 63).
A. N. H. – Decreto N° 11. La Gaceta. año XVIII, serie 112, Nº 1,119 (20 de diciembre de 1894) (vid. pág. 62).
A. N. H. – Don Policarpo Bonilla en el poder. La Regeneración. Série 3, Nº29 (25 de mayo de 1894) (vid. pág. 61).
A. N. H. – El Ferrocarril nacional y el muelle y faro de Puerto Cortés. El Observador Nº 42 (29 de agosto de 1911) (vid. pág. 87).
A. N. H. – El Rebublicano. Año 1, Nº 4 (13 de mayo de 1903) (vid. pág. 64).
A. N. H. – Emigración del 92. La Regeneración. Año 1, Nº182 (14 de enero de 1895) (vid. pág. 57).
A. N. H. – Estado de Sitio Decretado por el Gobierno, el 14 de Diciembre de 1891. La Regeneración. Año 1, Nº 176 (4 de enero de 1895) (vid. pág. 55).
A. N. H. – Gerra. La Gaceta. año XVIII, serie 104, Nº 1,037 (30 de marzo de 1894) (vid. pág. 61).
A. N. H. – Gobernación. La Gaceta. año XVIII, serie 105, Nº 1,047 (28 de mayo de 1894) (vid. pág. 61).
A. N. H. – Heróica resistencia de Manuel Bonilla en la Ceiba. La Regeneración. Série 2, Nº13 (16 de abril de 1894) (vid. págs. 56, 82).
A. N. H. – Invasión. La Regeneración. Año 1, Nº191 (5 de enero de 1895) (vid. pág. 57).
A. N. H. – La Guerra por la paz. La Regeneración. Série 1, Nº9 (2 de abril de 1894) (vid. pág. 59).
A. N. H. – Levantamiento de Nuila en la costa norte. La Regeneración. Série 2, Nº11 (9 de abril de 1894) (vid. págs. 56, 80, 81).
A. N. H. – Luis Refsman en Trujillo . La Regeneración. Série 2, Nº21 (7 de mayo de 1894) (vid. pág. 82).
A. N. H. – Manifiesto. La Regeneración. Año 1, Nº212 (18 de febrero de 1895) (vid. pág. 64).
A. N. H. – Memorable fecha. Diario De Honduras. Época III, Nº 72 (12 de agosto de 1904) (vid. pág. 59).
A. N. H. – Plan de gobierno. El Rebublicano. Año 1, Nº 6 (20 de mayo de 1903) (vid. pág. 67).
A. N. H. – Reivindicación. El Rebublicano. Año 1, serie 1, Nº 9 (30 de mayo de 1903) (vid. pág. 65).
A. N. H. – Reivindicación. El Rebublicano. Año 1, serie 3, Nº 16 (24 de junio de 1903) (vid. pág. 66).
A. N. H. – Reivindicación. El Rebublicano. Año 1, Nº 3 (9 de mayo de 1903) (vid. pág. 90).
A. N. H. – Salida de Tegucigalpa. La Regeneración. Série 1, Nº3 (12 de abril de 1894) (vid. pág. 56).
A. N. H. – Sucesos que antecedieron la Batalla de El Corpus. La Regeneración. Série 1, Nº8 (29 de marzo de 1894) (vid. pág. 55).
S.B.U.N.A.H.-C.H. – Diario La Paz. año 2, serie XIII, Nº150 (mayo de 1880) (vid. pág. 24).
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Índice alfabético
A. N. H. – Antecedentes de la guerra. El Rebublicano, 64
A. N. H. – Batalla de Las Anonas. La Regeneración, 56
A. N. H. – Como se formó el Partido Nacional. El Cronista, 64
A. N. H. – Conferencias de Güinope. La Regeneración, 57
A. N. H. – Confraternidad. La Regeneración, 63
A. N. H. – Decreto N° 11. La Gaceta, 62
A. N. H. – Don Policarpo Bonilla en el poder. La Regeneración, 61
A. N. H. – El Ferrocarril nacional y el muelle y faro de Puerto Cortés. El Observador, 87
A. N. H. – Emigración del 92. La Regeneración, 57
A. N. H. – Estado de Sitio Decretado por el Gobierno, el 14 de Diciembre de1891. La Regeneración, 55
A. N. H. – Gerra. La Gaceta, 61
A. N. H. – Gobernación. La Gaceta, 61
A. N. H. – Heróica resistencia de Manuel Bonilla en la Ceiba. La Regeneración, 56, 82
A. N. H. – Invasión. La Regeneración, 57
A. N. H. – La Guerra por la paz. La Regeneración, 59
A. N. H. – Levantamiento de Nuila en la costa norte. La Regeneración, 56, 80, 81
A. N. H. – Luis Refsman en Trujillo . La Regeneración, 82
A. N. H. – Manifiesto. La Regeneración, 64
A. N. H. – Memorable fecha. Diario De Hon- duras, 59
A. N. H. – Plan de gobierno. El Rebublicano, 67
A. N. H. – Reivindicación. El Rebublicano,
65, 66, 90
A. N. H. – Salida de Tegucigalpa. La Regeneración, 56
A. N. H. – Sucesos que antecedieron la Ba- talla de El Corpus. La Regeneración, 55
A. N. H. – El Rebublicano, 64 S.B.U.N.A.H.-C.H. – Diario La Paz, 24
A. N. H. – Gobierno de Honduras, 23 Alvarado, Carlos F., 30, 31
Amaya Amador, Ramón, 95 Arancibia, Juan, 20
Arias, Céleo, 125
Arte y ciencia de la guerra, 48, 49 Arteaga, Luisa María, 79
Barahona, José Salvador, 69, 84
Barahona, Marvin, 79, 80, 83, 89, 92, 93 Bardales Bueso, Rafael, 63
Belot, Gustave de, 18 Betancourth Oseguera, Alicia, 44 Blauberg, Irina, 19, 50
Bluntschli, Johann Caspar, 38, 40
C. D. C. H. – Anónimo (mimeografiado), 60
C. D. C. H. – Posas, Mario, 78
C. D. C. H. – Ramón Castro, 74, 78, 84
C. Sandino, Augusto, 58 Cáceres Lara, Víctor, 67-69
Caracterización histórico-política del Partido Liberal, 60
Cardoso, Ciro, 77, 78, 84
Centro América y la economía occidental (1516- 1930), 77, 78, 84
Charakter und Geist der politischen Parteien,38
Chemin de fer interocéanique de Honduras.
Rapport, 18
Ciencia y política, 17, 18
Cine, propaganda y el mundo de disney en chile durante la segunda guerra mundial, 89
Circular aprobada el 28 de Noviembre de 1893,
que el señor Ministro de Relaciones Exteriores dirige a los Gobiernos de Guatemala, el Salvador y Costa Rica y al Cuerpo Diplomático, acreditado en Centro América, con motivo de la cuestión de Honduras, 60
Coello Estéves, Augusto Constantino, 33
Colmenares Maguregui, Ismael, 20-22
Correspondencia del presbítero Alejandro Flores, 27
Crisis histórica del poder político en Honduras, 31
Díaz Chávez, Filander, 51 Dalton, Roque., 12
Darío, Rubén, 90
Davis, Early, 68
De la Prehistoria a la historia, 20-22 de Montrevel, Charles, 76
Delgado, Arturo, 20-22
Departamento de Ciencias Sociales 16 Deutsch, Hermann Bacher, 68, 93, 94
Diccionario de Ciencias Sociales, 32 Diccionario de Filosofía, 19, 50 Diccionario de política, 25 Dirigentes y masas., 39, 41
Durón, Rómulo E., 59
Economía y sociedad (Trad. J. Medina, J. Rou- ra, E. Ímaz, E. García y J. Ferrater), 39
Economía y sociedad en Honduras durante el siglo XIX, 22
Efimov, A., 18
El Digesto constitucional de Honduras, 33
El Drama político de Honduras, 30, 31, 35,
54, 55, 66, 92-94
El Enclave bananero en Honduras, 78
El Golpe de estado de 1904, 67-69 El liberalismo en Honduras, 57-59 El pensamiento vivo, 58
El Salvador: (monografía), 12
Entorno a los orígenes de la revolución industrial, 76
Factura de Compra de Armas por el General Bográn, Junio 18 de 1879, 5 hojas
útiles., 23
Ferrera, Gloria Esperanza, 44 Finney, Kenneth, 85-87, 95
Funes, Matías, 95
Funes, Matías., 68
Génesis y evolución de las escuelas militares del ejército, 23, 67, 68
Galkine, I., 18Galo, Plaza, 79, 83, 94
García, Pantaleón, 89
Garzaro, Rafael, 25
Gobierno de Honduras, 18, 33, 34
Gobierno de Nicaragua, 60, 93
Gobierno del doctor y general tiburcio carias andino: marco historico, 44
Golpe al infierno, 79
Guía del Archivo Guerras Centroamericanas, 1827-1912, 20
Guardiola de Ferrari, Guadalupe, 60
Gunder Frank, André, 77
Halperín Donghi, Tulio, 19 Harnecker, Marta, 39, 41
Hegemonía de los Estados Unidos en Hondu- ras (1907-1932), 79, 80, 83, 89, 92, 93
Hernández Centeno, José Oscar, 44
Historia contemporánea de América Latina, 19
Historia de Honduras, vol. IV, 27, 29, 34, 76, 125
Historia de Honduras, vol. V, 20, 23, 26, 45,
52, 53, 59, 60, 63, 90, 92, 125
Historia de la Formación de los Partidos Polítícos de Honduras, 44
Historia de las ideas políticas, 19
Historia de unas relaciones difíciles (EEUU- América española), 90
Historia del mundo contemporáneo, 73, 75
Historia del Partido Nacional de Honduras, 63
Historia moderna, 18
Hobsbawm, Eric, 76
Honduras, 60, 63, 80
Honduras ¿Un Estado Nacional?, 20
Honduras: An Area Study in Government., 43, 71
Hotchkiss, Hobart L., 21, 84
Huberman, Leo, 69
I. T. A. F. – Presbítero Alejandro Flores (Documentos inéditos), 27
Inestroza, Jesús Evelio, 23, 67, 68
Interpretación del desarrollo social de Centro América, 19
Izaguirre, José Darío, 69, 84
Kurt, Lenk, 38, 40
L"Ère des empires : 1875-1914, 76
L"Ère du capital : 1848-1875, 76
La Constitución social de Honduras, 27
La Construcción del sector público y el Esta- do nacional en Honduras, 91
La crisis política en El Salvador: reportaje documental y testimonial, 12
La Doctrina Monroe, el destino manifiesto, el ferrocarril de Panamá y las rivalidades anglosajonas por el control de la América Central, 89
La evolución de la propiedad privada terrateniente en el municipio Choluteca, Honduras (1861-1891), 69, 84
La penetración imperialista en Honduras, 74,
78, 84
La politique, 38, 40
La United Fruit Company en América Lati- na, 79, 83, 94
La vérité sur le Honduras: étude historique, géographique, politique et commerciale sur l"Amérique Centrale, 18
Las clases sociales en el capetalismo actual,
23
Le Honduras: son chemin de fer, son avenir industriel et commercial (Extrait du journal politique et financier Le Ren- tier, 18
Lecturas de Sociología N° 1,, 16
Leiva Vivas, Rafael, 22
Ley electoral, 18, 33, 34
Ley para la producción ilegal de licores, 18
Liberalismo, 44
Los deliberantes: el poder militar en Hondu- ras, 68
Lumpenburguesía y lumpendesarrollo, 77
Mariñas Otero, Luis, 60, 63, 80
May, Stacy, 79, 83, 94
McCann, Thomas, 68, 94
Mejía, Medardo, 20, 23, 26, 27, 29, 34, 45, 52,
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Mis ideas, 125
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Neymarck, Alfred., 18
Nosotros el pueblo, 69
Nouvelle Histoire de La Commune de Paris En 1871, 76
Oro y miseria: o Las minas del Rosario, 95
Our man in Honduras: Washington S. Valentine, 85-87
Pérez B., Héctor, 22, 77, 78, 84
Palomares, Jesús María, 73, 75
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Peterson, James J., 77 Pinto Soria, Julio César, 16
Policarpo Bonilla: Colección de Escritos, 59 Posas, Mario y Del Cid, 91
Poulantzas, Nicos, 23
Presencia de Máximo Gómez en Honduras, 22
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Presidentes de Honduras vol. II. Desde Céleo Arias hasta un cápitulo de historia Nacional, 45, 53, 61
Prisión verde, 95
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Recuerdos de mi vieja Tegucigalpa, 60 Rodríguez de Ita, Guadalupe, 20 Romero Gómez, Ena Yolana, 44 Rosa, Ramón, 27
Rosario and the Election of 1887: The Political Economy of Mining in Hondu- ras, 86, 95
Sánchez, Luis Adolfo, 69, 84 Saldívar Gusmán, Raúl, 57-59 Sipes, William B., 21, 84
Sociología de la desintegración regional, 51 Squier, Ephraim George, 18
Stokes, William S., 43, 71
Tantos vigores dispersos, 90
Teoría y sociología crítica de los partidos políticos., 38, 40
The Hoghead Who Became Dictator of Honduras, 68
The Incredible Yanqui: The Career of Lee Christ- mas, 68, 93, 94
The New York And Honduras Company. Incorporated Under the Laws of Con- necticut, 21, 84
Tirado, Manlio., 12
Toledo, Roderico, 21, 84
Torres Rivas, Edelberto, 16, 19
Touchard, Jean, 19
Tratado Chamorro-Bryan (5 agosto 1914), 93
Una Empresa norteamericana, 68, 94
UNESCO, 32
United States Bureau of Foreign Commerce, 77
Uribe, Gabriela, 39, 41
Urtecho López, Maria Isabel, 44
Vallejo, Hilario R., 31
Von Clausewitz, Claus, 48, 49
Weber, Max, 39
Zúñiga Huete, Ángel, 18, 44, 45, 53, 61
Zoubokand, L., 18
Los apéndices que a continuación se presentan se limitan por un lado a la presentación in- tegral del texto de Céleo Arias (Céleo Arias. Mis ideas. Colección Códices : Ciencias sociales. Tegucigalpa: Tipografía del Gobierno, 1887) y, por otra parte, a la adición de tres constituciones de la república de Honduras, con las cuales se puede hacer un análisis comparativo de la evolución del pensamiento político liberal de Honduras en el siglo XIX. Las constituciones adjuntas se pueden encontrar en: Medardo Mejía. Historia de Honduras, vol. IV. Tegucigalpa: Unversitaria, 1988 y Medardo Mejía. Historia de Honduras, vol. V. Tegucigalpa: Unversitaria, 1989 ya citados en este trabajo.
ApÉndice A
MIS IDEAS
Desde que el Congreso Legislativo emitió el decreto de convocatoria à elecciones de Presidente de la República para el período de 1887-1891, muchos de mis compatriotas vienen insinuando el pensamiento de proclamarse candidato para aquél alto puesto. Notabilidades políticas de los demás Estados de Centro-América (sic), simpatizan con esa idea y la juzgan conveniente y oportuna. Entre aquéllos y éstas figuran sujetos honorables que, ó no conozco personalmente, ó no había antes la honra de sus relaciones. En lo general, he guardado silen- cio, porque ni esperaba – que tal pensamiento tuviese el eco y la propaganda que se nota en los pueblos, ni me he creído apto para el ejercicio del Poder, cuyas delicadas funciones son incompatibles con los hábitos de retraimiento político que he contraído en más de una década de aislamiento y de exclusiva consagración á los cuidados de mi familia y á las tranquilas labores de la tierra. Pero se insiste en mi llamamiento y se hace sonar mi nombre como candidato presidencial en todos los departamentos de la República, á la vez que en cartas privadas, como en el folleto de mi verdadero amigo el Sr. Licenciado Don Policarpo Bonilla, dado á luz el 30 del mes pasado, y especialmente en la proclamación de Tegucigalpa que circula impresa con fecha 1. del corriente, bajo respetables y numerosas firmas, se me excita á la aceptación y á que explane mis ideas. No podría, pues, prolongar mi silencio, sin faltar á los respetos y á los miramientos que debo á mis conciudadanos y amigos, y sin contrariar mis antecedentes y mis sentimientos de patriotismo, único resorte de mi vida pública.
Mucho se equivoca cualquiera que me atribuya vulgar ambición de mando. Se por experiencia propia y por las enseñanzas de la historia, que el cargo de Gobernante Supremo en este país es un verdadero sacrificio para el hombre de bien, que en su penoso camino
casi siempre recoge por recompensas, amarguras, decepciones e inconsecuencias. No sórdidos cálculos que envilecen, ni personalidades odiosas, ni la vanidad de los fátuos pueden ser móvil y halago para quien admira y tiene por modelo la pureza de manos, la evaluación de propósitos y la modestia republicana de los proceres de la patria Dionisio Herrera, Francisco Barrundia y Trinidad Cabañas.
Fenomenal sería el triunfo de mi candidatura, como lo es ya mi proclamación verdaderamente espontánea; y provechosa lección sería, además, para los que no creen en los prodigios de la voluntad libre y en la fuerza moral de la opinión pública, á veces incontrastable en épocas definidas. No obstante, acepto los honores de mi candidatura proclamada, dentro los límites del derecho y de la propaganda pacífica y decente, que son y han sido en todos tiempos el distintivo y la norma de mis amigos políticos. Fuera de la Ley en nada pienso, ni nada aceptaría.
Al hacer esta franca declaratoria, debo antes todo protestar que mi preferente y anhelada aspiración, es llegar á ver restablecida la Patria Centro-América (sic). Todos nuestros esfuerzos de perfeccionamiento; todo nuestros sacrificios, por grandes y generosos que parezcan, serán más ó menos estériles y traducidos como formas veladas de pequeñez y egoísmo, mientras insensatos sigamos sin rumbo en el naufragio de los unionistas nacionales del malbado y tenebroso año de 1839.
Hecha esa protesta que tranquiliza mi conciencia patriótica y que desde luego me liga en compromiso solemne con mis correligionarios de Centro-América (sic), debo también, para corresponder á las distintas excitaciones, hacer conocer una vez más a mis conciudadanos mi credo político, y mis aspiraciones concretas como hombre político, sin que baste hallarse algunas de ellas en nuestra Constitución y leyes, ya que me propongo presentar en síntesis y á grandes rasgos un sistema de gobierno definido; trazar un cuadro de administración publica en la región ideológica, como punto de partida al terreno de los hechos que reclaman los progresos y conquistas de la época y las peculiaridades y conveniencias de Honduras. Así no podrá acusárme de inconsecuencia,ni hacerse nadie ilusiones de que yo pudiera prestar- me como agente de otras ideas y menos como instrumentos de personalidad y de pasiones indignas.
Por su origen y por convicción filosófica, profeso ideas liberales en su significación genuina; y quiero, en consecuencia: La unidad de fuero, sin más expresión que para los militares en campaña:
La seguridad individual, afianzada especialmente por la garantía del hábeas corpus, debidamente reglamentada, para que en ningún caso resulte ilusoria.
La abolición absoluta de la pena de muerte y la supresión inmediata de los cadalsos políticos:
La abolición de la tortura, de los palos ó flagelaciones; de las penas perpetuas é indifinidas, y de las infamantes:
La garantía de la propiedad en todas sus formas:
La libre manifestación del pensamiento por la palabra ó por la prensa, sin otra responsabilidad que la de calumnia, deducida ante el Jurado:
La Libertad de reunión y de asociación: La Libertad de locomoción:
La Libertad de enseñanza:
La Libertad industrial y comercial:
La Libertad de los cultos y la independencia entre la Iglesia y el Estado. La igualdad civil y política:
La universalidad del sufragio:
La autonomía del Municipio y la consiguiente independencia de las Municipalidades: La limitación racional de período para el Presidente de la República:
La prohibición de reelección presidencial, de Diputados y Magistrados, ó sea la alternabilidad de ciudadanos en el ejercicio de los Supremos Poderes:
La absoluta independencia de los Poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial, en términos que el Ejecutivo no se convierta en legislador, ni invada bajo ninguna forma el santuario de los Tribunales de Justicia.
En suma, aspiro a ver en practica todos los principios que constituyen la República Demo- cracia y las verdades secundarias que derivan de su naturaleza, bajo un Gobierno respetable, de regularidad y de progreso.
Entre estas verdades consecuenciales quisiera primordialmente:
La paz interior, ó sea la armonía entre el pueblo y el Gobierno, que solo engendra una política sensata, exenta de extralimitaciones, de violencias y amenazas; política de justicia, de equidad y de garantías para todos los habitantes de la República:
La paz interior basada en el respeto y en la estricta observancia del Derecho Internacional: La amistad estrecha y de familia con las Repúblicas hermanas, procurando la identidad ó la mayor asimilación posible de los principios políticos, adoptados por sus Gobiernos, bajo las condiciones imprecindibles de la Democracia y de la República:
El respeto á la Constitución y á las leyes:
La efectiva responsabilidad de los empleados en todos los ramos de administración:
El nombramiento de Diputados al Congreso Legislativo, de Presidente de la República y de Magistrados para la Suprema Corte de Justicia, por elección popular, de Magistrados para las Cortes de Apelaciones y de jueces de 1. instancia, por la Corte Suprema, y de Jueces de Paz, por las Cortes de Apelaciones, propuestos en ternas por los Jueces 1. instancia:
La votación directa y por cédulas secretas en las elecciones populares en un solo día en todos los Municipios de la República, mediante división de can tones ó mesas electorales, y el escrutinio de votos por ministros de fé, ante selecto Comité de Ciudadanos:
La prohibición de paradas ó ejercicios militares de los milicianos ciudadanos, en el día señalado para elecciones populares:
La destitución y castigo como prevaricadores á los que, ejerciendo autoridad en el orden civil, en el político y en el militar, impongan, amenacen ó influyan directa o indirectamente para inclinar la votación en las elecciones populares:
La decidida protección de la instrucción pública, mediante Universidades centrales para estudios profesionales de ambos sexos, y Colegios de enseñanza secundaria, igualmente para los dos sexos, en las Capitales de Departamento; Escuelas Superiores departamentales, es- cuelas primarias en todos los Municipios subvencionadas por el Gobierno, cuando no basten sus fondos; escuelas de artes y oficio, y lecciones nocturnas á los artesanos, agricultores é industriales adultos:
El celo, la pureza, la economía y la equidad en el manejo é inversión del Tesoro Nacional: El afianzamiento del crédito nacional en el interior á su restablecimiento en el exterior: La subordinación del presupuesto general de gastos y los ingresos del Erario:
La formación de una caja de ahorros y de reserva para acometer empresas de manifiesta utilidad general, y para hacer frente a los gastos en circunstancia anormales o extraordinarias: La exclusiva administración de los caudales públicos por empleados subalternos de ha cienda, bajo reglas o preceptos fijos e inalterables a voluntad del Gobierno, y sin otra dependencia que de la ley:
La negación de contratas ruinosas para el Erario Nacional: La persecución y el castigo de los agionistas:
La supresión absoluta de contribuciones directas sobre el capital y de las prestaciones personales, sustituyéndolas con impuestos indirectos y con rentas determinadas y cedidas a beneficio de los Municipios:
La conclusión del camino de hierro interoceánico y la construcción de ramales a los Departamentos:
La apertura de vías fluviales carreteras y de herradura: La protección de fomento de la inmigración:
El establecimiento de colonias de nuestro desierto, al favor de contratas y de concesiones liberales:
La reforma de las leyes militares sustantivas y adjetivas en sentido liberal:
La supresión del Estado Mayor General en tiempo de paz, y la reducción de las guarniciones al número de plazas que basten para guardar el orden:
La estricta observancia de las extenciones de aquellos que por su edad están fuera de la organización de las milicias:
La admisión obliglatoria de las renuncias que hiciesen de su despachos los Oficiales y Jefes del Ejército, que por su edad, o por otras excusas o impedimientos legales, están fuera de la organización militar:
Y el establecimiento de un Diario costeado por el Gobierno, órgano de la oposición legal, que ilustre, discuta y objete las providencias, los actos y las extralimitaciones de los Poderes públicos.
Tal es, en compendio mi ideal político y administrativo. Hé allí mi rojismo y el de todos los de mi escuela, cuya bandera triunfa en Centro-América (sic). Verlo implantado bajo un sistema seguro que inspire fé y confianza a todos los hondureños, es mi ardiente aspiración. Para empresa tan colosal y tan difícil en un país donde hay que romper con preocupaciones con precedentes contrarios, con hábitos arraigados de inercia e indolencia, necesario es que el Gobernante lleve a los puestos públicos, personalidades conspicuas y homogéneas, y que se rodee de ciudadanos de antecedentes honrosos, de hombre de luces y de voluntad firme en la senda del bien.
Comprendo que no sería yo quien pudiera tanto, si el sufragio de mis conciudadanos me llamara el ejercicio del poder, pero en todo caso presidiera mis actos la buena fé y la honradez y daría pruebas de perseverancia, de firmeza, de deprendimiento y de patriotismo, como las daré, en todo tiempo, de consecuencia personal y política a mis compatriotas, que me honran con su proclamación, cualquiera que sea el resultado de la elección popular.
Comayagua.-San Isidro, 23 de julio 1887.
Céleo Arias
ApÉndice B
Tres constituciones hodureñas
Constitución de Honduras de 1865
En el Nombre de Dios y en Ejercicio de La Soberanía Nacional La Asamblea Constituyente del pueblo hondureño instalada con el objeto de reformar la Carta fundamental de 4 de febrero de 1848, decreta y sanciona la siguiente
CONSTITUCIÓN POLÍTICA
CAPÍTULO I – DE LA REPÚBLICA Y SU SOBERANÍA
ARTÍCULO 1
El pueblo hondureño se constituye en República. ARTÍCULO 2
La República de Honduras es soberana, libre e independiente; y por lo mismo le pertenece el derecho exclusivo de gobernarse a sí misma y establecer sus leyes fundamentales.
ARTÍCULO 3
La soberanía reside en la universalidad de los ciudadanos hondureños. La ejercerán directamente en el acto de sufragar conforme a las leyes; y en todo lo demás, por medio de los Poderes que establece la presente Carta.
Es inalienable e imprescriptible.
Ningún individuo, ninguna fracción del pueblo puede atribuirse su ejercicio. ARTÍCULO 4
Todo Poder político emana del pueblo. Los funcionarios públicos son sus delegados y agentes, y no tienen otras facultades que las que expresamente les da la ley. Por ella ordenan, juzgan y gobiernan; por ella se les debe obediencia y respeto; y conforme a ella deben dar cuenta de sus operaciones.
CAPÍTULO II – DEL TERRITORIO
ARTÍCULO 5
La República comprende todo el territorio que durante la dominación española se conoció con el nombre de Provincia, circunscrito en los límites siguientes: por el este, sudeste y sur con la República de Nicaragua; por el este, nordeste y norte con el Océano Atlántico; por el oeste con Guatemala; por el sur, sudeste y oeste con El Salvador; y por el sur con la ensenada de Conchagua en el Pacifico; y las islas adyacentes a sus costas en ambos mares.
Una ley demarcará especialmente los límites del territorio de la República. ARTÍCULO 6
La división del territorio de la República se hará por una ley general, con los datos necesarios; mientras esto se verifica, permanecerán los departamentos como están actualmente.
CAPÍTULO III – DEL GOBIERNO Y DE LA RELIGIÓN
ARTÍCULO 7
El Gobierno de la República es popular representativo, y se ejercerá por tres Poderes distintos: Legislativo, Ejecutivo y Judicial.
ARTÍCULO 8
La Religión de la República es la Cristiana, Católica, Apostólica, Romana, con exclusión del ejercicio público de cualquiera otra. El Gobierno la protege; pero ni éste ni autoridad alguna tendrán intervención en el ejercicio privado de las otras que se establezcan en el país, si éstas no tienden a deprimir la dominante y a alterar el orden público.
CAPÍTULO IV -DE LOS HONDUREÑOS, SUS DERECHOS Y OBLIGACIONES
ARTÍCULO 9
Son Hondureños:
1. Todas las personas nacidas en el territorio de la República.
2. Los hijos de padres y madres hondureños nacidos en país extranjero, con comisión del Gobierno, o ausentes temporalmente.
3. Los centroamericanos que hayan ganado vecindario en cualquier pueblo de la República; y,
4. Los extranjeros naturalizados.
ARTÍCULO 10
Los extranjeros se naturalizan:
1. Por obtener del Cuerpo Legislativo carta de naturaleza.
2. Por adquirir bienes y raíces.
3. Por contraer matrimonio con hondureña y vecindario de un año; y,
4. Por el simple vecindario de dos años.
ARTÍCULO 11
Son derechos de los hondureños:
1. La libertad.
2. La igualdad ante la ley.
3. La seguridad individual; y
4. La propiedad.
ARTÍCULO 12
Los hondureños son obligados:
1. A ser fieles a la Constitución, a obedecer las leyes y respetar las autoridades establecidas.
2. A contribuir en proporción de sus haberes para los gastos públicos; y,
3. A defender la patria con las armas, cuando sean llamados por la ley.
CAPÍTULO V – DE LA CIUDADANÍA
ARTÍCULO 13
Son ciudadanos todos los hondureños, mayores de veinte años que tengan oficio, o propiedad que les asegure un modo de vivir honesta y decentemente.
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