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Reseñas biográficas de figuras significativas en la historia de Cuba


Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10

  1. ¿Qué nos proponemos con este libro?
  2. Desarrollo
  3. Bibliografía consultada

Material didáctico para docentes y estudiantes

¿Qué nos proponemos con este libro?

No es objetivo de esta obra el realizar aportes sustanciales a la investigación pedagógica, sino el facilitar a maestros, profesores y estudiantes de los diferentes niveles de enseñanza, un instrumento didáctico que facilite su labor docente educativa. En ella, los docentes encontrarán un material asequible y de gran utilidad, en la conmemoración de efemérides, la preparación de sus clases e incluso para su propia superación profesional

Las reseñas biográficas han sido tomadas de diversas fuentes, (que se mencionan al final, en la bibliografía consultada), con determinadas adaptaciones imprescindibles en su redacción y contenido, acorde al objetivo de la obra. Su principal propósito es ofrecer 200 síntesis biográficas de figuras de la política, de la ciencia y de la cultura en su más amplio concepto, que han tenido significativa participación en el decursar histórico de nuestra patria, por sus aportes a la creación de nuestra identidad nacional. Si bien no todas ellas han desempeñado un papel progresista, en el decursar histórico de nuestra sociedad, no es posible excluirlas de este recuento, dada su participación en hechos significativos de la misma.

Estamos conscientes de que existen múltiples y valiosas omisiones, pero resulta imposible incluirlas a todas, ni siquiera a la mayoría, pues resultaría una tarea enciclopédica que rebasaría las posibilidades de este libro. Ello necesariamente obliga a una continuidad en esta labor de indagación histórico-pedagógica en un futuro. Para facilitar la labor de docentes y estudiantes, las reseñas biográficas de las figuras históricas seleccionadas se organizan en orden alfabético y no a partir de otros criterios, que harían la búsqueda más engorrosa. Asimismo la inmensa mayoría de éstas son de personas nacidas en Cuba, con escasas excepciones, dado el papel que desempeñaron estas últimas en la conformación de nuestra nación. Tal criterio está muy alejado de todo sentimiento chovinista, sino motivado por las propias limitaciones impuestas a sus autores, en su propósito de hacer esta obra lo más asequible a sus destinatarios esenciales

Los autores

Desarrollo

Ángel Arturo Aballí

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Nace el 30 de Septiembre de 1880 en la ciudad de Matanzas, Cuba. Considerado como uno de los pediatras más importantes de la historia de la medicina en nuestra patria. Dedicó su vida a la defensa del estado de salud de la niñez; incluyendo su atención, bienestar y felicidad. Tuvo una preocupación constante por la situación que presentaba la enseñanza de la pediatría en el país. Estudió en la Universidad de la Habana, en la Facultad de Medicina, donde se graduó en 1901 tras lograr catorce premios científicos en las asignaturas cursadas. Obtuvo en sucesivas oposiciones las plazas de alumno ayudante en: disector anatómico (1887), cátedra de medicina y toxicología (1899) y cátedra de fisiología (1900). Es declarado alumno eminente de la Universidad, y recibe la primera beca de estudios que se le concedió a un estudiante cubano. Durante su viaje por el extranjero realizó trabajos y estudios en hospitales de Boston, Washington, Chicago y Nueva York, en los Estados Unidos. En Europa amplió sus conocimientos hospitalarios en Francia, Italia y Alemania; en este último país recibió el curso privado del profesor Adolfo Baginsky. Regresó a Cuba en 1904, donde dos años más tarde ocupó el puesto de jefe de clínica infantil de la Cátedra de Clínica Médica, y posteriormente la obtuvo por oposición. Elaboró planes y programas de estudio, incorporando a la enseñanza de la pediatría los métodos pedagógicos más avanzados. En el hospital "Nuestra Señora de las Mercedes" creó el primer servicio de clínica infantil en Cuba. Inauguró una sala de lactantes y organizó un laboratorio clínico adjunto, departamento de dietética y laboratorio de anatomía patológica, a la vez que trabajó en la preparación de los cuadros que se incorporaron a la docencia de la cátedra. En este servicio introdujo en el país la otoscopia y el uso del citoscopio infantil; se hicieron las primeras transfusiones de sangre en niños, así como las primeras punciones lumbares, el estudio del líquido cefalorraquídeo, y las pruebas hepáticas, entre otras, procedimientos diagnósticos y terapéuticos de lo más avanzado en el mundo de aquel entonces. Dedicó estudios a las enfermedades diarreicas, la desnutrición y la tuberculosis, problemas de salud de los más agudos que afectaban a la infancia en el país. Para dichos fines inauguró el dispensario antituberculoso para Niños "Calmette", el preventorio "Grancher" para lactantes, una sala destinada a niños tuberculosos en el hospital "La Esperanza", y más tarde el hospital infantil antituberculoso que ostenta hoy su nombre, convertido al triunfo de la revolución en hospital pediátrico general Dr. Aballí . La Sociedad de estudios clínicos que el Dr. Aballí presidiera entre 1920 y 1924, fue la primera sociedad de carácter científico de la medicina cubana. El 15 de octubre de 1925, junto a Juan Guiteras, constituyó la Federación Médica de Cuba, siendo elegido su primer presidente. Cuando se creó la cátedra de patología y clínica infantil fue nombrado en 1923 profesor titular. En 1924 fungió como presidente del VI Congreso Médico; presidió la delegación cubana al VII Congreso Médico Latinoamericano, celebrado en México, en 1925; fue elegido miembro honorario de la Academia de ciencias médicas, físicas y naturales de La Habana, en 1926. Presidió el V Congreso Panamericano del Niño celebrado en la Habana, en 1927; a iniciativa suya se creó la Sociedad cubana de pediatría, en 1928, resultando electo como su presidente. En 1936 fue designado decano de la escuela de medicina de la Universidad de La Habana y en 1946 se le confirió el diploma de miembro de honor de la Sociedad Cubana de Pediatría. Fallece el 22 de julio de 1952 en la ciudad de la Habana, Cuba.

Eduardo Abela

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Eduardo Abela 1891-1965 Pintor y caricaturista cubano. Creador del personaje El Bobo. Autor de Guajiros, obra paradigmática de la pintura cubana. Nació en San Antonio de los Baños, provincia La Habana, el 3 de julio de 1891. Inicia su vida laboral como tabaquero. Manifiesta una fuerte vocación pictórica a los veinte años de edad, por lo que en 1912 se traslada a La Habana e ingresa a la Academia de Bellas Artes San Alejandro. Durante años trabajó en el periodismo gráfico como caricaturista. Comienza a publicar dibujos humorísticos en los periódicos habaneros. Vive y trabaja en España desde 1921 a 1924, año en que regresa a Cuba y en 1925 revitalizó el célebre personaje popular El Bobo, que existía desde el período colonial, y que se convierte en instrumento de lucha contra la dictadura de Gerardo Machado. Se integra a la labor de pintores que, en torno a la Revista Avance, introducen los lenguajes artísticos más actualizados y exhibe en la muestra de Arte Nuevo. Viaja nuevamente a Europa y reside dos años en París con un éxito que le permite exponer en la Galería Zak. La caída del dictador en 1933 marca el final de su labor periodística y Abela se dedica fundamentalmente a la pintura. Si durante la década del 20 cultivó una pintura basada en temas cubanos, con títulos como: La comparsa, Camino de Regla y Los funerales de papá Montero, vuelve ahora a la pintura, bajo el influjo del muralismo, adoptando el tema campesino, que consideraba más ajustado a la realidad cubana. Otra circunstancia importante de la nueva pintura de Abela es la visita que realizara a Italia, donde queda fascinado del arte renacentista, cuyo resultado es una serie poco numerosa de trabajos que conforman su breve etapa clásica y criolla, algunas de las cuales han terminado por identificarlo al paso del tiempo como Santa fe y Guajiros, una de las obras paradigmáticas de la pintura moderna cubana, en la que se estableció cánones representativos y temáticos. Cumple funciones diplomáticas permanentes en México, entre 1942 y 1945 y posteriormente en Guatemala, hasta 1951. En 1949, el destino le propina un duro golpe: la repentina muerte de Carmen Alfonso, su esposa y madre de sus hijos. Vuelve a Paris. Sin embargo, poco a poco recobra su voluntad creadora, y sus telas reflejan ahora lugares agradables poblados de aves, hadas bondadosas y niños. Creó el importantísimo Estudio Libre para Pintores y Escultores, para una enseñanza anti convencional y verdaderamente incentivadora de la creación artística. Luego de volver a Cuba en 1954, produce notables pinturas que exhibe en numerosas muestras. Al triunfo de la Revolución sirvió a la diplomacia cubana. Abela falleció en La Habana el 9 de noviembre de 1965

Martha Abreu Arencibia

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Nació en Santa Clara, en la calle Sancti Spíritus, en la casa marcada con el número 49, hoy Juan Bruno Zayas, hija de Pedro Nolasco González-Abreu y Jiménez y de Rosalía Arencibia y Plana. Creció y se educó en la ciudad de Santa Clara en el seno de una acaudalada familia. Desde muy joven viajó por los Estados Unidos y Europa, donde se dio cuenta de la realidad de la época. Como joven de la mejor sociedad logró poseer una cultura refinada y una profunda instrucción. En 1872 junto a su familia se traslada a vivir a La Habana. El 16 de mayo de 1874, contrae matrimonio con Don Luis Estévez y Romero, joven abogado habanero que compartía con ella sus ideales patrióticos y humanistas. En 1875 nace su primer hijo, quien fue bautizado con el nombre de su abuelo materno, Pedro Nolasco Estévez Abreu. En 1876, tras el fallecimiento de sus padres, Marta, de común acuerdo con sus hermanas, decidieron materializar la voluntad póstuma de la familia de dedicar la fortuna a realizar una extensa obra benéfica. Su obra cumbre, el teatro La Caridad fue inaugurado el 8 de septiembre de 1885, dotando a la ciudad de la institución cultural más importante de ese siglo en Santa Clara. El 15 de julio de 1886, en ocasión de conmemorarse el Aniversario 198 de la fundación de Santa Clara, Marta Abreu tuvo la idea de erigir en la entonces Plaza de Armas, hoy Parque Leoncio Vidal, el primero de los monumentos que allí existió: un obelisco dedicado a la memoria de Juan Martín de Conyedo y Francisco Hurtado de Mendoza. Desde muy pequeña se descubría en ella una gran sensibilidad caritativa y dadivosa Al asumir la posesión de sus bienes, entre las que se encontraban grandes dotaciones de esclavos, Martha y su esposo le dieron la libertad a estos, entregándole parcelas de tierra para que las trabajaran y a los esclavos domésticos los convirtieron en obreros asalariados. Sus ideas independentistas, bien conocidas por las autoridades coloniales, la obligan a abandonar el país junto a su esposo, radicándose en Francia desde donde desarrolla una intensa labor conspirativa y de recaudación de fondos para la guerra contra el colonialismo español. Desde Francia mantiene un vínculo muy directo con el delegado del Partido Revolucionario Cubano, don Tomás Estrada Palma, y con el paladín de la independencia de Cuba y Puerto Rico, Ramón Emeterio Betances. En 1898 viaja a los Estados Unidos, y en 1899 regresa a La Habana. El prestigio patriótico del matrimonio era tal que Estrada Palma escoge a Luis Estévez y Romero como la figura ideal para ocupar la vicepresidencia de la república en las primeras elecciones republicanas. En 1903, ante las manipulaciones politiqueras del Presidente y los manejos que nada tenían que ver con su visión de la república, Luis Estévez, alegando razones de enfermedad, renuncia al cargo, y en 1906, cuando el gobierno de Estrada Palma da paso a la segunda intervención norteamericana en Cuba, Marta y su esposo regresan de nuevo a Francia. Su salud muy quebrantada, hace necesario operarla, asumiendo esta tarea el gran médico cirujano (nacido en Sagua la Grande), y amigo íntimo de Martha, don Joaquín Albarrán. Pero la operación, realizada de forma urgente el 31 de diciembre de 1908, se complica y ésta fallece el día 2 de enero de 1909.

Gerardo Abreu Fontán

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Nació en Santa Clara, provincia de Las Villas el 24 de noviembre de 1932. Desde pequeño tuvo que hacer frente a las necesidades del hogar, convirtiéndose en el único sostén de su familia. Ser pobre y negro permitió a Gerardo sentir aún más en carne propia la explotación, injusticia y violencia que acontecía en la sociedad cubana del aquel entonces, de ahí que logrará identificarse rápidamente con las ideas del ala más radical del Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo) donde militaba Antonio "Ñico" López Fernández, quien años más tarde sería su gran amigo. Por medio de éste, logra vincularse, a mediados de 1955, al Movimiento 26 de Julio (M-26-7) que había quedado constituido de manera oficial luego de la liberación de los participantes en el asalto a los cuarteles Moncada, en Santiago de Cuba, y Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo, dirigidos por Fidel. Con muchas aspiraciones personales, Fontán tuvo que trabajar desde pequeño para contribuir al sustento de su familia. Asumió con responsabilidad la dirección de las Brigadas Juveniles del Movimiento Revolucionario 26 de Julio en 41 barrios de la capital cubana. La primera vez que detuvieron a Fontán por su actividad conspirativa fue en 1956, en la llamada imprenta Curita, ubicada en La Habana. Haciendo caso omiso a las detenciones y persecuciones, y enfrascado en hacer avanzar la revolución, Fontán se inserta cada vez más, en la lucha clandestina; apoya la despedida de los combatientes que marcharon con Fidel rumbo a México para participar en los preparativos de la expedición del yate Granma. Esto, unido a sus actividades conspirativas, propició a los esbirros de la dictadura batistiana el identificarlo como un activo revolucionario u catalogarlo como una real amenaza. El 6 de febrero de 1958 detenido nuevamente y sometido a las más crueles torturas, resultó posteriormente asesinado, Fontán no dijo una palabra y mantuvo por encima de todo su lealtad a la patria y a la revolución. Su cuerpo fue lanzado a un costado del Palacio de Justicia, actualmente Sede del Consejo de Estado y del Comité Central del Partido de Cuba (PCC) en la capital.

Agustín Acosta

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Escritor cubano perteneciente al grupo de poetas del posmodernismo de la década de 1920, que anticipó las agitaciones artísticas y sociales del decenio posterior. Nació en la ciudad de Matanzas el 12 de noviembre de 1886. Cursó la primera enseñanza y el bachillerato en su ciudad natal. Desde muy joven comenzó a trabajar como telegrafista de los ferrocarriles. Laboró como jefe del servicio de telégrafos de Matanzas y de La Habana (1909-1920). En 1912 ocupó una plaza en el Palacio Presidencial. En los años 1913, 1914 y 1915 obtuvo Flores Naturales en juegos florales efectuados en Santiago de Cuba y La Habana. Se graduó de Doctor en Derecho Civil en la Universidad de La Habana en 1918; más tarde, en 1921, obtuvo el título de notario público. Se estableció como tal en Jagüey Grande (Matanzas). En la obra de Acosta se incluyen algunos de los primeros poemas líricos libres del pesimismo que dominó en la poesía cubana al principio de la república. Mantuvo gran admiración hacia Federico Uhrbach, quien lo inició en la poesía. Colaboró en varias publicaciones nacionales de reconocida importancia. Junto con Regino Boti y José Manuel Poveda es uno de los representantes del Renacimiento lírico que tuvo lugar en Matanzas antes de la década de 1920. Precursor de la poesía social en Cuba, en las que supo expresar su amor a la tierra cubana. Algunos de sus poemas han sido traducidos al francés. Se mantienen inéditas sus traducciones de poemas de Baudelaire,Verlaine, Lamartine, etcétera, así como libros de poesías y prosa. Miembro de la Academia de Artes y Letras de la prestigiosa Academia Cubana de la Lengua es nombrado Poeta Nacional por el Congreso Cubano en 1955. Durante la dictadura de Gerardo Machado sufrió prisión política. A la caída del régimen machadista resulta nombrado gobernador provisional de Matanzas (1933-1934). En el Gobierno de Mendieta ocupó la secretaría de la presidencia. Presidió el Partido Unión Nacionalista (1936-1937). Fue electo senador de la República, y sirvió como tal de 1936 al 1944. Por razones de familia abandonó la Isla con su esposa en diciembre de 1972 para estar junto a su hija. Murió en la ciudad de Miami, Florida el 12 de Marzo de 1979.

Ignacio Agramonte y Loynaz

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Ignacio Agramonte y Loynaz, conocido como "el Mayor", nació el 23 de diciembre de 1841 en Puerto Príncipe, actual provincia de Camagüey, en la casa marcada con el número 5 de la calle de La Soledad. Hijo del Lic. Ignacio Agramonte Sánchez Pereira, abogado como muchos de sus antecesores y María Filomena Loynaz y Caballero, procedente de una antigua familia adinerada del Camagüey. Realizó sus primeros estudios en su ciudad natal. Posteriormente, , ante la imposibilidad de iniciar estudios superiores en Puerto Príncipe, en 1852 es enviado a Barcelona, España, donde ingresa primeramente en el colegio de Isidoro Prats, en el que cursó tres años de Latinidad y Humanidades. En 1855 comienza sus estudios elementales de Filosofía, en opción al título de Bachiller en Artes, en el colegio de José Figueras, ambos centros docentes adscriptos a la Universidad de Barcelona, donde ingresa en 1856. Al año siguiente regresa a Cuba e ingresa en la Universidad de La Habana donde estudia Derecho Civil y Canónigo. Recibe su título de licenciado el 11 de junio de 1865. Dos años más permaneció Agramonte en la Universidad, pues aunque ejercía como abogado, continuó los estudios correspondientes al doctorado, hasta el 24 de agosto de 1867, que realiza su último examen. El 1ro de agosto de 1866 contrae matrimonio con Amalia Simoni quien sería el amor de su vida, en la Iglesia de Nuestra Señora de la Soledad, unión de la que nacen sus dos hijos: Ernesto, nacido en la manigua, y Herminia, a la que no llegó a conocer. En 1867 se vincula a la fundación de la logia Tínima, creada con fines conspirativos. Una vez iniciada la Guerra por Carlos Manuel de Céspedes el 10 de octubre de 1868 en La Demajagua, los camagüeyanos secundan la acción con el levantamiento armado en Las Clavellinas, el 4 de noviembre. Ignacio Agramonte queda en la ciudad a cargo del aseguramiento del movimiento revolucionario. Se incorpora a la lucha armada el día 11 del propio mes y año, en el ingenio El Oriente, en las cercanías de Sibanicú. Existía entonces una contradicción sobre el momento de llevar a cabo el levantamiento armado, pues mientras los camagüeyanos eran partidarios de aplazar el levantamiento hasta 1869, después de culminada la zafra azucarera, los manzanilleros secundados por el resto de los orientales no querían esperar más y se pronunciaron el 10 de octubre de 1868 en La Demajagua bajo el liderazgo de Carlos Manuel de Céspedes. Tales discrepancias se pusieron de manifiesto al convocarse y celebrarse la Asamblea de Guáimaro, en donde se aprobó la Carta Constitucional redactada por Agramonte y el habanero Antonio Zambrana. Las mismas estaban dadas porque Carlos Manuel de Céspedes defendía el mando centralizado político-militar e Ignacio Agramonte se pronunciaba por las instituciones democráticas. El 26 de febrero de 1869 en Sibanicú, queda constituida la Asamblea de Representantes del Centro, la que integra Agramonte, quien más tarde haría prevalecer sus opiniones en la Asamblea de Guáimaro donde se redacta la primera Constitución de la República en Armas. Agramonte, ante la difícil situación creada en Oriente por la Creciente de Valmaseda y los recientes triunfos militares españoles en los llanos camagüeyanos, asumió el mando del Camagüey y se dio a la tarea de organizar a los combatientes del Ejército Libertador de la región. De intensas lecturas históricas y militares, y del aprendizaje en el uso del machete que enseñara Gómez a los cubanos, extrajo la esencia organizativa para una caballería que se hizo célebre durante los años 1871 a 1873. Preparando la invasión de las Villas, que había sido propuesta por Máximo Gómez, cae en combate el 11 de mayo de 1873, en los potreros de Jimaguayú.

Alfredo Miguel Aguayo

Pedagogo de vasta cultura, ejerció gran influencia en la pedagogía cubana de la primera mitad del siglo XX, cuya obra se divulgó también en América Latina. Fundador de la pedagogía científica cubana y activo promotor de la investigación pedagógica. Nació en Ponce, Puerto Rico., el 28 de marzo de 1866. Desde los 13 años había venido a vivir a Cuba con su familia. En 1885, fue matrícula de honor en la Universidad de La Habana, donde obtuvo los títulos de Doctor en Leyes, y en Pedagogía. Realizó las más disímiles labores como aprendiz de tipógrafo, empleado de correos y traductor de cables, las que alternaba con el estudio. Con 18 años, se inició como profesor en el Colegio "La Divina Caridad" y en la escuela del Círculo de Trabajadores de La Habana, de la cual llegó a ser director. Durante los años finales de la Colonia, fue amenazado y perseguido por las autoridades coloniales, lo que le obligó a emigrar a los Estados Unidos en el año 1895. Volvió a Puerto Rico y ocupó los cargos de juez de instrucción y magistrado, e incursionó en estudios filosóficos y literarios, pero muy pronto se dedicó plenamente a la enseñanza. Libre Cuba del colonialismo español, retornó a su patria adoptiva, y continuó ejerciendo el magisterio en los años de la república mediatizada. Hablaba y escribía, con pleno dominio, en francés, italiano, inglés, alemán y latín, lo que le permitía nutrirse de las corrientes del pensamiento pedagógico de su época. Trabajó en el Instituto "San Manuel y San Francisco", posteriormente denominado "Instituto Hoyo y Junco" donde conoció de métodos y procedimientos que se declaraban en contra del escolasticismo y el aprendizaje memorístico. Como profesor de la Escuela Normal puso en práctica métodos didácticos que le permitieron enriquecer su formación. En 1901 y 1902, se desempeñó como Superintendente Provincial de Escuelas; en 1903, creó la primera Escuela Normal por correspondencia y en 1904 participó en la elaboración del Manual o Guía para exámenes de maestros cubanos. Publica en 1904 su Tratado de Pedagogía y el 23 de abril de 1906, alcanza el Doctorado en Pedagogía y obtiene la cátedra de Profesor Auxiliar en la Escuela de Pedagogía, creada en 1901. Durante la primera intervención norteamericana. En 1912, se le confiere la condición de profesor titular de las cátedras de Psicología, Historia de la Pedagogía e Higiene escolar de la Universidad de La Habana. En 1932, apareció publicada su Didáctica de la Escuela Nueva y su más importante obra de filosofía de la educación, Filosofía y nuevas orientaciones de la educación. Su obra pedagógica fue muy extensa, y cuenta con más de 400 títulos. Con edad ya avanzada resultó designado como Profesor Emérito de la Universidad de La Habana. Murió en la capital cubana, a los 82 años, el 30 de abril de 1948.

Joaquín de Agüero

Independentista cubano, protagonista del primer movimiento anticolonialista coherente y endógeno en Cuba. Nace en Puerto Príncipe, (actual Camagüey), Cuba, el 15 de noviembre de 1816. Era vástago de una tradicional y prestigiosa familia de la localidad. Su nombre, obra y recuerdo son partes del legado intangible de la ciudad y un símbolo de la misma. Como consecuencia de la tradición anticolonialista local, e influencias continentales, se alzó en armas contra la metrópoli española, sin importarle poner en riesgo su posición social y económica privilegiadas, Presidió la Sociedad Liberadora de Camagüey. Imprimió panfletos contra el gobierno colonial. A pesar de reunir a varios grupos rebeldes a su alrededor, la falta de organización y el poco conocimiento militar con que contaban los llevó a fracasar en todas sus acciones, como fue el caso del intento de toma de la Ciudad de Las Tunas (a unos 130 km al este de Camagüey). Producto de la intensa persecución por parte de las tropas españolas decide intentar huir hacia los Estados Unidos, pero es delatado, capturado y torturado en el camino de regreso a la ciudad de Puerto Príncipe (Camagüey). Allí es condenado a la pena de garrote vil, pero el verdugo fue envenenado, por lo que se le fusiló en compañía de tres de sus compañeros el 12 de agosto de 1851 en la entonces llamada Sabana de Méndez, hoy Plaza que lleva su nombre, al final de la Avenida de los Mártires, en el norte de la ciudad de Camagüey. En la ciudad de Puerto Príncipe el sentimiento general y profundo luto. Se cuenta que las casas quedaron vacías pues todos se fueron a sus propiedades en el campo como protesta. Tiempo después en la otrora Plaza de Armas (hoy Parque Ignacio Agramonte) se sembraron cuatro palmas reales para homenajear a Joaquín de Agüero y sus 3 compañeros caídos: Tomás Betancourt, Fernando de Zayas y Miguel Benavides, en desafío a una expresa ordenanza de las autoridades coloniales, que prohibía cualquier intento de erigir monumentos a los independentistas camagüeyanos. Incluso la herencia oral nos lega que las jóvenes lugareñas se sentían ofendidas si se las confundía con españolas y por esto llevaban símbolos específicos en sus atuendos y tocados característicos para identificarse como criollas y patriotas. Este patriota camagüeyano figura en el honroso grupo de los primeros cubanos que dieron su vida en la conquista de la independencia de su patria.

Francisco Vicente Aguilera

Nació en Bayamo, Cuba, el 23 de junio de 1821. Rico hacendado cubano, colaboró estrechamente con Carlos Manuel de Céspedes, en sus afanes independentistas. En Santiago de Cuba cursó los estudios primarios. En La Habana, en el colegio Carraguao, del que era uno de los profesores el ilustre prócer José Silverio Jorrín, recibió instrucción superior. Sus padres fueron personas distinguidas y acomodadas. Aguilera encabezó el primer Comité Revolucionario Cubano, fundado en Bayamo con la participación de Pedro Figueredo y Maceo Osorio. El apremio de muchos conspiradores por iniciar la lucha independentista los llevó a reunirse en el ingenio Rosario, en cuya ocasión no estuvo presente y la iniciativa del encuentro estuvo a cargo de Carlos Manuel de Céspedes. De aquella reunión salió la determinación de levantarse en armas el 14 de octubre de 1868. La intranquilidad de los conspiradores permitió a las autoridades españolas, conocer del plan de alzamiento por lo que mandaron a apresar a los principales líderes del movimiento, razón por la cual Céspedes adelantó la fecha, iniciando la lucha en la madrugada del 10 de octubre, en su ingenio La Demajagua. Desde ese momento comenzó Aguilera a dar muestras de su desinteresada abnegación patriótica. Se puso de acuerdo con el resto de los miembros del Comité Revolucionario, y mediante Pedro Figueredo, comunicó a Céspedes que secundaba la insurrección. Carlos Manuel de Céspedes, primer Presidente de la República en Armas, le nombra Secretario de la Guerra. Hasta principios de 1870 ocupó esa responsabilidad. El 24 de febrero de ese año la Cámara de Representantes crea el cargo de Vicepresidente de la República, designándosele para el mismo. Unos días después, el 8 de marzo, Céspedes lo designa Lugarteniente General del Estado de Oriente. Ya antes le habían otorgado el grado de Mayor General. Conociendo Céspedes las dificultades existentes en el exterior para procurar ayuda a la República de Cuba en Armas y seguro de que Aguilera podía influir entre la emigración cubana y personalidades políticas de Estados Unidos, le asigna esta delicada misión. . El 27 de julio de 1871, junto a Ramón de Céspedes, viaja al extranjero. El 28 arriba a Jamaica y de allí se traslada, tan pronto le es posible, a Nueva York, a ocuparse de la Agencia General, órgano que dirigía el apoyo exterior a la guerra. El 17 de agosto toma posesión de la misma. No tardará Aguilera, para su pesar, en chocar con la cruda realidad. Los Estados Unidos, no reconocían a la República de Cuba en Armas, guiados por su tradicional afán anexionista, plasmado en la Doctrina Monroe. Intenta volver al país con una expedición que lleve armamentos a Cuba. Frustrados sus intentos, en 1872 marcha con esa finalidad a Europa. En 1873 está de nuevo en New York. Al poco tiempo la Cámara depone al presidente Céspedes. Como Aguilera es el vicepresidente, el presidente de la Cámara, Salvador Cisneros Betancourt, que desempeña como interino la Presidencia de la República en Armas, escribe a Francisco Vicente Aguilera: «(…) grandes ventajas reportará al país que vuelva a él un hombre que no ha escatimado sacrificios por su libertad (…) Ud. está en mejor situación para administrar la República, venga y salvaremos la Revolución». Aguilera responde al Presidente de la Cámara que sí, que vendrá a Cuba, pero cuando pueda llevar a Occidente una fuerte expedición. En medio de visible pobreza, con el anhelo de ver su patria libre y en los días en que las ansias personales y el regionalismo provocaban el desaliento en el campo insurrecto, murió Francisco Vicente Aguilera, el 22 de febrero de 1877, en su humilde casa de la ciudad de New York.

Mirta Aguirre Carreras.

Poetisa, crítico y ensayista cubana. Nació en La Habana, Cuba, el 18 de octubre de 1912. Desarrolló desde 1932, siendo muy joven, una intensa vida política como miembro del Partido Comunista de Cuba. Marchó exiliada a México durante la dictadura de Gerardo Machado. Delegada en 1939 al Congreso Nacional Femenino, celebrado en La Habana, era miembro activo de la Liga Juvenil Comunista, la Liga Antiimperialista, y Defensa Obrera Internacional, así como Vicepresidenta de la Federación Democrática de Mujeres Cubanas y responsable político de la Sociedad Cultural Nuestro Tiempo. Graduada de Derecho Civil, en 1941, realizó también estudios de Literatura, Música y Filosofía Marxista. Durante años tuvo a su cargo la sección de cine, teatro y música del Periódico "Hoy". Laboró en ese diario entre 1944 y 1953 y luego de 1959 a 1960, donde escribió más de dos mil artículos. Coeditora de la Gaceta "Literaria del Caribe", desde 1944, colaboró en la Revista "Lyceum de La Habana", de la cual integró su Consejo de Dirección desde 1936. Entre 1951 y 1954 fue Subdirectora del Semanario "Ultima Hora". En 1946 ganó el prestigioso premio periodístico nacional "Justo de Lara". Asistió en 1948 a Congresos por la Paz en París y Nueva York. Vicepresidenta de la Federación Democrática de Mujeres Cubanas y miembro del Movimiento por la Paz y la Soberanía de los Pueblos. Integró desde 1953 la Comisión para el trabajo intelectual del Partido Socialista Popular, junto a Carlos Rafael Rodríguez y Juan Marinello. Después de 1959 fue Asesora de Literatura y Publicaciones, del Instituto Nacional de Cultura del Ministerio de Educación, así como de Artes Dramáticas del Teatro Nacional de Cuba, hasta 1971. Directora de la Sección de Teatro y Danza, del Consejo Nacional de Cultura. Fundadora de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, en 1961. Desde 1962 ejerció como Profesora en la Escuela de Letras y Arte de la Universidad de La Habana y Directora de su Departamento de Lengua y Literatura Hispánica. Miembro de jurados en los concursos "13 de Marzo" y "26 de Julio". Desde 1976 fungió como Directora del Instituto de Literatura y Lingüística de la Academia de Ciencias de Cuba, donde dirigió, hasta su fallecimiento, la publicación del "Diccionario de Literatura Cubana". En el Primer Congreso Nacional de Educación y Cultura, celebrado en 1971, resultó seleccionada entre los 16 educadores más destacados del país. Recibió también la Distinción "Héroes del Moncada" y la Medalla "250 Aniversario" de la Universidad de La Habana, atendiendo a su labor docente y literaria. Integró el Consejo de Dirección y el Consejo Científico Superior de la Academia de Ciencias de Cuba, desde 1976. A partir de 1977 dirigió la Sección de Ciencias Sociales de la Comisión Nacional de Grados Científicos. Falleció en la ciudad de La Habana el 8 de agosto de 1980. Al morir dirigía el Instituto de Literatura y Lingüística de la Academia de Ciencias de Cuba.

Sergio Aguirre Carreras

Escritor, pedagogo e historiador. Es uno de los iniciadores de la historiografía marxista cubana. Miembro de la Sociedad Cubana de Estudios Históricos e Internacionales. Asesor del Instituto de Historia de la Academia de Ciencias de Cuba. Nace en La Habana, Cuba, el 4 de marzo de 1914. Se doctoró en Filosofía y Letras en la Universidad de La Habana y durante treinta años compartió la docencia con la investigación histórica, dando clases de Historia y Geografía en el Instituto de Segunda Enseñanza de Artemisa y en el Instituto de la Víbora. Ensayista, periodista, brillante profesor y agudo investigador, se destacó como miembro del Ala Izquierda Estudiantil, de la Liga Juvenil Comunista y a partir de 1938 del Primer Partido Marxista Cubano. Representó a Cuba en el XII Congreso Internacional de Ciencias Históricas, en Viena y en la Conferencia de Historiadores de países Socialistas en Moscú. Durante muchos años sus artículos ocuparon las páginas de la Revista Cuba Socialista, Periódico Hoy, Ultima Hora, La Calle, El Pitirre y Granma, así como de otras muchas publicaciones cubanas. Penetrante articulista, en cuyos textos se destaca su profundo sentido de la sátira política. Ejemplo de ello son:

  • Quince objeciones a Narciso López.

  • Seis actitudes de la burguesía cubana en el Siglo XIX.

  • Esclavitud y abolicionismo.

  • La Protesta de Baraguá.

  • José Martí y el imperialismo norteamericano.

  • Antecedentes históricos del movimiento obrero cubano. De nacionalidad a nación en Cuba.

  • Ecos de caminos.

Al triunfo de la Revolución Cubana trabajó como asesor técnico del Ministerio de Educación hasta que fue nombrado profesor de Historia de la Escuela de Ciencias Políticas y asumió la dirección de la Escuela de Historia, ambas en la Universidad de La Habana. Falleció el 17 de marzo de 1993, en La Habana.

Francisco de Albear Fernández

Ingeniero. Autor de numerosas e importantes obras de beneficio social en Cuba. De abnegados méritos y numerosas condecoraciones. Nació en el Castillo de los 3 reyes del Morro, hijo del comandante de dicha fortaleza militar, coronel de ingenieros Francisco José de Albear y Hernández, natural de La Habana, y de Micaela Fernández de Lara y Vargas, oriunda de Trinidad. Huérfano de padre a los 8 años, y continuando la tradición familiar, solicitó su ingreso en el Regimiento de Lanceros del Rey, en 1826. Desde muy temprano dio muestras de aptitud para el estudio en su tránsito, primero por la escuela Concepción, y más tarde en la enseñanza secundaria, que cursó a partir de 1830 en el Colegio Buenavista, donde obtuvo un certificado de honor por sus resultados docentes, que fuera emitido por Domingo del Monte a nombre de la Real Sociedad Patriótica de La Habana, en 1832. Sus ansias de superación, le valieron la autorización para partir hacia España con el grado militar de alférez de caballería, el 1 de julio de 1835, y realizar los exámenes de ingreso a la Academia de ingenieros de Guadalajara. Por Real Orden de 2 de febrero de 1844 fue destinado a la dirección de subinspección de la Isla de Cuba, con la misión de viajar previamente en comisión de servicio por diferentes países europeos, a los efectos de examinar lo más avanzado de las obras públicas y las comunicaciones de todo género, que fuesen aplicables en la mayor de Las Antillas. Arribó al puerto de La Habana el 10 de abril de 1845. Ya en sus nuevas funciones, se le encomendó reconocer el curso y desembocadura del Río Zaza, dirigir la construcción del Cuartel de Caballería de Trinidad, y elaborar un proyecto para la ampliación del muelle de Cienfuegos, lo cual lo alejó de La Habana por espacio de un año, a partir del 1º de diciembre de 1845. Con su retorno a la capital, en 1847, la Junta de Fomento comenzó a encargarle diferentes misiones, tales como: el Proyecto de construcción del Muelle de San Francisco en La Habana, las obras del Puente San Jorge sobre el Río Bacuranao, del Puente de las Vegas, del Pontón de Carrión, y de la construcción de la Calzada a San Cristóbal por Guanajay, entre otras. Los méritos del notable ingeniero determinaron, que no obstante que por Real Orden del 22 de abril de 1854 se dispuso el regreso de Albear a la península, al haber cumplido el máximo tiempo de permanencia en Ultramar, previsto en los reglamentos militares, la Real Junta de Fomento de Agricultura y Comercio de la Isla de Cuba, elevó de inmediato a la reina una exposición, en la cual se solicitaba que dicho valioso ingeniero militar, atendiendo a su experiencia y extraordinarios resultados en el desempeño de sus funciones, se destinase de nuevo a la dirección de obras públicas de la referida entidad, lo cual fue finalmente concedido por una nueva Real Orden de 13 de agosto del mismo año. Ahora bien, la obra que por su magnitud y envergadura convierte en un símbolo a Francisco de Albear fue, sin lugar a dudas, la elaboración en 1855 de su Proyecto de conducción a La Habana de las aguas de los manantiales de Vento, cuya tramitación promovió personalmente en España por encargo del capitán general de la Isla, entre febrero de 1856 y diciembre de 1858. Dicho Proyecto fue evaluado por la Junta consultiva de caminos y puertos de Madrid el 17 de noviembre de 1857, y aprobado por Real Orden del 5 de octubre de 1858. Este notable ingeniero, falleció el 23 de octubre de 1887 en La Habana.

Santiago Álvarez Román.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10
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