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Una mirada al comportamiento social de la iglesia frente al trabajo humano (página 2)


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Ambos autores sotienen que mientras la Iglesia suplicaba y demandaba ayuda de los ricos para su obra de caridad, tuvo buen cuidado de no drenar muy profundamente en sus propios recursos. Y agregan– que si la Iglesia no hubiera explotado a sus siervos tan duramente, ni hubiera sacado tanto del paisanaje hubiese habido menos necesidad de tanta caridad.47

La Iglesia dio ayuda espiritual, y la nobleza protección militar y ambas cobraron esta ayuda con el trabajo de las clases campesina Boissonade lo resumió en estas palabras: "El sistema feudal descansaba sobre una organización que, a cambio de protección que a menudo fue ilusoria, puso la clase trabajadora a mereced de las clases ociosas y dio la tierra no a quienes la cultivaban , sino a los pudieran apoderarse de ella?. 48

El deseo de rescatar a la Tierra Santa era genuino y fue apoyado por muchos que no tenían interés en ello. Pero la verdadera fuerza del movimiento de las Cruzadas y la energía con que fue realizado se basó principalmente en las ventajas que ciertos grupos podían lograr.

Thompson,49 señala que durante el período de las Cruzadas Mucha gente sin tierra vio en ellas una oportunidad para mejorar su posición en la vida. A menudo guerras fronterizas contra los musulmanes en el Mediterráneo o contra las tribus del Este de Europa, fueron dignificadas con el nombre de Cruzadas, cuando en realidad sólo eran campañas para el saqueo o para conseguir tierras.

La Iglesia dio a estas expediciones de merodeo un velo de respetabilidad, haciéndolas aparecer como destinadas a propagar el Evangelio o a exterminar a los enemigos de la Fe, o a defender la tierra Santa.

Huberman afirma que el primero de los grupos que veía ventajas en las Cruzadas fue la Iglesia. Esta tenía, indiscutiblemente un honrado motivo religioso y también se daba cuenta de que vivía en una edad bélica, de lo cual surgió la idea de desviar las violentas pasiones de los guerreros hacía otros países que podían ser cristianizados si aquellos resultaban victoriosos. La Iglesia quería extender su poder porque mientras mayor fuese el área de Cristiandad, más grande sería su poder y su riqueza.

Aprovechando las ausencias prolongadas de los señores feudales, ocupados en las Cruzadas, muchos siervos rurales se refugiaban en las ciudades para trabajar en asociaciones gremiales. En lugar del taller familiar rural, funcionaron talleres autónomos a cargo de ?maestros? Entre las personas de un mismo oficio se despertó el espíritu gremial, como medio de lucha contra la opresión de los señores. La asociación que se estableció en la pequeña burguesía de propietarios o negociantes, se extendió a los oficios, si bien no a todas las profesiones ni en todas las ciudades

En los tiempos feudales, la influencia de la Iglesia en la mente del pueblo era mucho mayor que hoy, ella enseñaba lo que había de bueno y de malo en todas las actividades del hombre. La norma de lo bueno y lo malo para las actividades religiosas humanas no era diferente de la norma para su actividad social o más importante aún, para sus actividades económicas. Las reglas de la Iglesia para lo bueno y lo malo fueron las mismas para todos.

En esa sociedad donde el comercio era pequeño y la ocasión de invertir dinero para hacer ganancias prácticamente no existía, si un hombre necesitaba un préstamo era seguro que lo buscaba no para enriquecerse, sino porque tenía que vivir, Tomaba prestado simplemente porque alguna desgracia lo abrumaba De acuerdo con el concepto medioeval en tales circunstancias la persona que le auxiliaba no iba a sacar provecho del infortunio ajeno50.

Cabe mencionar que durante la Edad Media en la Iglesia existía un poder cuya palabra era ley para toda la Cristiandad: cargar intereses por el uso del dinero era PECADO, en letras mayúsculas, cuyo castigo era la condenación para quienes la burlaran51.

Pero no solo veía la Iglesia con enojo la usura la usura; sino que influencio de manera sustantiva en los gobiernos de las ciudades y más tarde en los Estados, para que dieran leyes contra ella. . ?Una ley contra la usura? aprobada en Inglaterra decía "….como la usura es, por palabra de Dios, completamente prohibida, como un vicio odiosìsimo y detestable…, nadie, por ningún modo o medio, prestará , dará o entregará ninguna suma de dinero, con finalidad de usura, aumento, lucro, ganancia o interés , recibido o por recibir, so pena de confiscación de la suma así prestada como también de la obtenida y también so pena de prisión" 52

Pero todo eso es lo que predicaba pero otra lo que hacía. Aunque los obispos y los reyes promulgaron leyes contra los intereses, estuvieron siempre entre los primero en burlar sus propias leyes. Hacían y concedían prestamos con intereses, en los mismos momentos en que perseguían a los otros usureros. Los judíos, por lo general fueron pequeños prestamistas que cargaban intereses enormes, Pero los banqueros italianos prestaban grandes sumas de dinero, con un tremendo volumen de negocios y cuando el interés de sus préstamos no era pagado, recurrían al Papa para que amenazara a los deudores con castigos espirituales en caso de que incumplieran con el pago.

Pero a pesar del hecho que la Iglesia era uno de los más grandes pecadores continuaba denunciando a los usureros 53.

Es necesario anotar que la doctrina de la perversidad de la usura, tendía a constreñir el estilo de trabajo consecuencia del desarrollo y expansión del comercio, el dinero comenzaba a ser una parte cada vez màs importante en la vida económica. y el desarrollo de las ciudades Un nuevo grupo surgía por entonces y que deseaba hacer negocios en Europa,

El ascenso de la clase media es el acontecimiento importante de este período, cuyo proceso se extiende entre el siglo X al siglo XV. Los cambios que hubo en los medios de producción y el sistema de vida proporcionaron el crecimiento de la nueva clase, y el advenimiento de ésta trajo a su vez cambios en las condiciones de vida de la sociedad. Las instituciones que habían servido en y al viejo orden, decayeron y murieron. Para dar paso al surgimiento de nuevas .

El nuevo grupo comercial podía emplear todo el dinero que cayese en sus manos, y más para apoyar cualquier negocio, así como extender su campo de operaciones de modo que aumentasen sus ganancias, y para encontrarlo podía dirigirse a los judíos prestamistas como Antonio el Mercader de Venecia, se dirigió a Shylock, el judío. O a los grandes comerciantes, algunos de los cuales habían dejado de traficar en mercancías para traficar en dinero- y quiénes eran los grandes banqueros de la época. Pero eso no era fácil. Interponiéndose en el camino estaba la ley de la Iglesia, prohibiendo prestar dinero con intereses a los banqueros y prestamistas.

Durante el medioevo por largo tiempo existieron algunos pueblos. Estos eran centros militares y judiciales del país, donde actuaban las Cortes del rey y había cierto movimiento. Eran realmente poblaciones rurales, sin especiales privilegios ni sede de gobierno que las distinguiese unas de otras Pero con el florecimiento del comercio irregular, todas las pequeñas manifestaciones de la vida agrícola e industrial y del mismo comercio recibieron impulso y florecieron. Uno de los más importantes efectos del comercio para Huberman fue el crecimiento de las

ciudades.54 Las nuevas ciudades que surgieron de creciente comercio, y las antiguas que tomaron nueva vida bajo su estímulo adquirieron un carácter diferente.

Henrì Pirenne citado por Huberman afirma que toda la atmósfera del feudalismo era de confinamiento, mientras que la de actividad comercial en la ciudad, era de libertad55

El desarrollo de las ciudades en Italia y en los Países Bajos son ejemplos de las primeras ciudades que se desarrollaron

La tierra de las poblaciones, pertenecía a los señores feudales, a los obispos, a los nobles, a los reyes. Los lores (Señores Feudales) al principio no veían las tierras de las ciudades de modo diferente a como veían las otras tierras. Y esperaban cobrar derechos y gabelas, disfrutar monopolios, fijar impuestos y servicios de trabajo y controlar los tribunales de justicia como siempre lo hicieron en sus haciendas feudales. Pero esto no podía ocurrir en las poblaciones. Todo aquello era feudal, esto es, basado en la propiedad de la tierra y los implementos de trabajo todo esto tenía que cambiar , en lo que a las ciudades concernía Las regulaciones y la justicia feudales habían sido fijadas por la costumbre y era difícil alterarlas. Pero el tráfico comercial por naturaleza activo, deseaba cambiar, se impacientaba ante las barreras, en buena cuenta no se adaptaba a la rígida armazón feudal. La vida en las ciudades era muy distinta de la vida en los feudos

56.

Las ideas en estos comerciantes emprendedores pronto se tradujo en acción, ya habían aprendido la lección de que la unión hace la fuerza. Cuando viajaban por los caminos se unían para defenderse contra los bandoleros y cuando viajaban por mar se unían contra los piratas. Igualmente cuando negociaban en mercados y en ferias se unían para hacer mejor ganancia con sus recursos Enfrentados a las restricciones feudales que limitaban su actividad, se unieron en asociaciones llamadas gremios o uniones mercantiles, cuyo objeto era ganar para las ciudades la libertad necesaria para su constante expansión.57

Los habitantes de la ciudad querían libertad, libertad para ir y venir donde y como gustasen, pero también querían más, la costumbre feudal de poseer la ? tenencia ? legal de la tierra Y es que la gente consideraba tierra y casa desde un ángulo muy diferente al del terrateniente feudal. Los ?Burgueses? sabían que podían necesitar súbitamente dinero en efectivo para un negocio y pensaban que hipotecar o vender su propiedad era una manera de obtenerlo sin tener que pedir permiso a una serie de señores.

La Carta de Privilegios de Lorris lo expresaba en muy pocas palabras: ?Todo burgués que desee vender su propiedad tendrá el privilegio de hacerlo ? Baste recordar el sistema de tierras que se describe al comenzar este capitulo para darse cuente de la magnitud de los cambios que esta disposición generaba. Conjuntamente con el auge de las ciudades.

Además la gente de las ciudades quería hacer las leyes por si misma, tener sus propios tribunales. Se oponían a las lentas Cortes del feudo, designadas para actuar en una comunidad estática y sin la menor capacidad para afrontar los nuevos problemas que surgían en la activa población comercial..

La gente de la ciudad quería fijar los impuestos a su manera y así lo hacía, se oponían a la multiplicidad de derechos feudales, pagos ,ayudas , multas, que en el mundo cambiante de la ciudad lo veían como una molestia. Querían hacer negocios logrando para ello abolir en gran medida las tasas y las que no podían abolir por completo las obstaculizaban de un modo u otro

Puede suponerse dice Huberman que los obispos feudales y los señores vieron que se estaban efectuando cambios sociales de gran importancia. Y que algunos de ellos se dieron cuenta de que no podían colocarse en el camino de esas fuerzas históricas. En unos casos ocurrió así, en otros no. a través de la historia—prosigue–Huberman se ha comprobado que los que están en el poder , siempre usan todos los medios para retener lo que poseen.. En el caso que nos ocupa; muchos Señores Feudales que se encontraban en buena posición creían que cualquier cosa que cambiase derrumbaría el orden social establecido y como la gente de las ciudades no lo entendía así muchas ciudades ganaron su libertad sólo después de que la violencia había estallado

Para Huberman esto parece probar la declaración del magistrado Oliver Wendell

Holmes, en el sentido de que "cuando las diferencias tienen suficiente alcance, matamos al otro hombre antes que deajarle que se imponga?58

Durante gran parte de la Edad Media lo local estaba arraigado en la mente y la acción del hombre de entonces, dentro de esta concepción para los gremios de Chester, Inglaterra, los artículos de Londres que podían interferir en su monopolio eran tan ?extranjeros" como los que venían de París. El comerciante al por mayor sentía que el mundo entero era su provincia. Para el era difícil tener un punto de apoyo en una parte del globo como en otra.59

Pero en el siglo XV, a fines de la Edad Media, todo eso cambió .Surgieron las naciones. Las decisiones nacionales se hicieron marcadas. Nacieron las estructuras y literaturas nacionales. Las reglas nacionales para la industria sustituyeron a las regulaciones locales. Las gentes empezaron a considerase a si mismos como ciudadanos de Madrid o de Kent, o de Borgoña, así como de España ,de Inglaterra o de Francia, que debían lealtad no a esta ciudad o aquel señor feudal , sino a su rey que era el monarca de toda la nación..

Leo Huberman al abordar las razones políticas, sociales y religiosas que le dieron auge al Estado nacional hace esta referencia: ?Es el hombre que tiene mucho dinero el más preocupado sobre si hay suficientes policías en la calle en la que él habita. Los que usan las carreteras para enviar dinero o mercaderías a otros lugares, son los que claman con más fuerza para que los caminos estén seguros contra ladronees y barreras al peaje .La confusión y la inseguridad son malas para los negocios. La clase media quería orden, seguridad y libertad para comerciar.60

En el medioevo la protección del orden público la suministraba la nobleza, los señores feudales. .Pero la lucha contra las exacciones de éstos que se habían librado en las ciudades determino que fueran los ejércitos feudales (mercenarios) los que saquearon, destruyeron y robaron.

Las peleas entre los mismos señores feudales frecuentemente significaban un desastre para la localidad, lo mismo si ganaba uno que otro.. Era la presencia de diferentes señores en diferentes lugares a lo largo de las rutas comerciales, lo que hacía tan difícil el comercio. Lo que se necesitaba era una autoridad central.

En la Edad Media la autoridad del rey existió en teoría pero en la realidad era débil. Los grandes barones feudales fueron prácticamente independientes, se necesitaba un poder supremo que pudiera imponer el orden al caos feudal en buena cuenta Un Estado Nacional,

El rey había sido un fuerte aliado de las ciudades en su lucha con los señores

Todo lo que disminuyera el poder de los barones, fortalecía el poder real, A cambio de su ayuda, los ciudadanos ricos le hacían préstamos.

Esto era importante, porque con dinero, el rey podía pagar un ejercito entrenado y permanente, siempre a su servicio y no dependiente de la lealtad de un señor.

El rey estaba agradecido a los grupos comerciales e industriales que le permitieron controlar y pagar una soldadesca permanentemente equipada con los armamentos más modernos. Una y otra vez el monarca apeló a la nueva clase de hombres con dinero , por empréstitos y donativos.61

La gente con dinero no prestaba al Rey por desinterés, lo hacían porque recibían a cambio, beneficios tales como leyes que los favorecían62

Huberman observa que no fue pequeña proeza contener el poder monopolístico de las ciudades En muchas ciudades y poblaciones los gremios se obstinaron en retener sus privilegios exclusivos. Mientras lo hicieron , estaban bajo la supervisión de la autoridad real. El Estado nacional quedó. por encima de ellos porque las ventajas ofrecidas por un fuerte Gobierno central y por un campo más amplio para las actividades económicas eran en interés de las clases medias, en su conjunto

Así el campesino que quería arar su campo, el artesano que quería seguir en su oficio, y el comerciante que quería comerciar- pacíficamente todos- acogieron con entusiasmo la formación de un fuerte Gobierno central lo bastante poderosos para sustituir a docenas de regulaciones locales con una regulación comprensiva y remplazar la desunión con la unión. De las varias causas que trabajaron por la nación –adalid, surgió el sentimiento de la nacionalidad.63

Esta unificación de intereses tenía por entonces aun un lado flaco, La Iglesia, el único rival de gran poder que quedaba a los soberanos. Huberman afirma que el conflicto se torno inevitable. Entre ambos En la mentalidad de los monarcas nacionales no cabìa el concepto de dos jefes de Estado. La autoridad asumida por el Papa le hacía más peligroso que cualquiera de los lores feudales.

Las riñas entre el Papa y el Rey comenzaron a ser frecuentes. Surgió por ejemplo la discrepancia entre quien de los dos tenía el derecho de nombrar obispos y abates cuando había una vacante. Estos eran de gran importancia porque eran empleos bien pagados, procediendo el dinero de la gran masa del pueblo que pagaba impuestos y diezmos a la Iglesia. Y ese dinero el Rey y el Papa querían que fuese para sus partidarios. Los reyes naturalmente, miraron con ojos codiciosos aquellos puestos que significaban fuertes sumas y por ello disputaron a los papas el derecho de hacer los nombramientos.

La Iglesia era tremendamente rica. Se ha estimado que era dueña de un tercio de toda la tierra y sin embargo rehusaba pagar contribuciones o impuestos al gobierno nacional. Los reyes necesitaban dinero y creían que la riqueza de la Iglesia, ya enorme y en aumento constante, debía ser gravada para ayudar a pagar el costo del Estado.

Otro motivo de la querella era el hecho de que ciertos casos eran juzgados en las Cortes eclesiásticas, no en las regulares veces un fallo o decisión de aquéllas eran contrarios a las del rey Era igualmente importante si la Iglesia o el Estado debía recibir el dinero que se obtenía mediante multas y cohechos..

Y, existía también la dificultad causada por el derecho alegado por el Papa, de que podía intervenir hasta en los asuntos interiores de un país. era así un rival político del soberano.

Por lo tanto era un poder supranacional, que dividía la lealtad de los súbitos del rey, fabulosamente opulento en tierras y dinero, cuyos ingresos, en vez de encausarse hacía el tesoro real, dejaba el país, como tributo a Roma.64

Los numerosos abusos de la Iglesia no podían pasar inadvertidos. La diferencia entre la Iglesia que practicaba y la Iglesia que actuaba era tal, que hasta el más estúpido podía verla. Su concentración por cualquier método.

Mientras que la sociedad feudal permaneció estática, con las relaciones entre el amo y el siervo fijadas por la tradición, fue prácticamente imposible para el campesino mejorar su condición. .Pero el aumento del comercio, la introducción de la economía del dinero y el auge de las ciudades le trajeron los medios para cortar los lazos que le mantenían tan estrechamente atado.

Hubeman, observa que el obispo de Hamburgo en el siglo XII arrendó las tierras abandonadas, baldías y pantanosas e inútiles del obispado, y cobro diezmos a los arrendatarios porque lo considero provechoso para su obispado y para los sucesores

Al aumentar el mercado el campesino, luego de tomar lo que necesitaba par subsistir y de pagar el arriendo, vendía la diferencia y recibía dinero a cambio 65.

La esperanza de reunir una cantidad pequeña de dinero con el que acaso el campesino podría liberase de su servicio de trabajo al señor. Y la posibilidad de irse a la ciudad o a las regiones no cultivadas donde los siervos como él estaban desmontando bosques y recibiendo en pago pedazos de tierra exentos de molestos tributos. convirtió el trabajo en algo más esperanzador y productivo

La posibilidad de conmutar los servicios de trabajo de un sirvo, por dinero entusiasmó a los arrendatarios , particularmente a los que no pertenecían al clero El señor tenia muchos usos para el dinero que su siervo pudiera acumular y por lo tanto estaba muy entusiasmado que en lo sucesivo su siervo, le pagase una renta anual por la cantidad de acres utilizados en vez de trabajar dos o tres días semanales, como antes.66

Huberman observa que cualquiera hubiese pensado que la Iglesia sería el líder de un movimiento para libertar a los siervos. Al contrario el principal oponente de la emancipación, en la ciudad y en el campo, no fue la nobleza, sino la Iglesia. En los momentos en que la mayoría de los señores se dieron cuenta de que era mejor para su bolsillo dar libertad a los siervos alquilar trabajadores libres por un jornal diario, la Iglesia todavía se declaraba contra la emancipación. Los estatutos de la orden religiosa Cluny son un ejemplo de hasta donde fue llevada esta actitud.

?excomulgamos a quienes teniendo domino sobre hombres o mujeres de condición servil, pertenecientes a los monasterios de nuestra orden, concedan a tales personas cartas y privilegios de manumisión y libertad"67

Huberman –afirma que después de una búsqueda cuidadosa en los documentos historiadores ingleses llegan a esta conclusión

?Hay pruebas de sobra que, de todos los terratenientes , las casas religiosas fueron las más severas, y si no las más opresivas, si las más tenaces en sus derechos feudales. Estaban resueltas al mantenimiento de la pura tenencia del villano y el vasallaje personal. La inmortal, pero desalmada corporación no retrocedería una pulgada , no emanciparía un sirvo, no dejaría libre ninguna vivienda.

En la práctica, el señor secular era más humanitario, precisamente porque era más humano, porque era menos cuidadoso, porque necesitaba dinero pronto, porque moriría…Y hallamos era contra ellos (los religiosos) contra quienes el campesinado se quejaba con más fuerzas?

¿Qué acontecido cuando la doctrina de la Iglesia, propia para una economía ya vieja, chocó con la histórica fuerza representada por la creciente clase de los comerciantes? Pues fue la doctrina la que cedió. No inmediatamente, por supuesto, sino lentamente, poco a poco mediante nueva reglas que decían como antes ? la usura es un pecado , pero en ciertas circunstancias…" y ? aunque es un ecado ejercer la usura, sin embargo en casos especiales…" 68.Los clérigos y los guerreros que poseían la tierra estaban en un extremo de la escala social, viviendo a expensas del trabajo de los siervos quienes estaban al otro extremo del orden social

EL auge de las ciudades y el empleo del dinero dieron a los artesanos una oportunidad para abandonar la agricultura y ganarse la vida con su oficio. El cocinero el panadero y el que fabricaba velas ,se fueron a la ciudad y pusieron tienda, donde entraron en el negocio que les marcaban sus respectivos oficios, no para satisfacer solamente las demandas de su cada, sino atender las de otras..

Así comenzaron a ser proveedores de un mercado pequeño, pero en aumento.

Es importante comprender esta nueva fase de la organización industrial. Donde antes se hacían artículos, no para ser vendidos comercialmente, sino meramente para abastecer la casa propia, ahora se les fabricaba para ser vendidos en el mercado exterior. Y eran el producto de artesanos profesionales, propietarios de las materias primas y las herramientas con que trabajaban y que lo vendían, ya acabado. A diferencia de los obreros de la Industria de hoy que no poseen ni la materia prima ni las herramientas, como tampoco venden el producto acabado sino sólo su labor.

Gracias al estudio de miles de documentos semejantes los historiadores han podido construir, centenares de años más tarde ,la historia de los gremios artesanos. que siguiendo el ejemplo de los comerciantes formaron su propio organización..

En efecto todos los que tenían el mismo trabajo – maestros, aprendices y jornaleros- pertenecían al mismo gremio. Maestros y ayudantes podían pertenecer a la misma organización y luchar por iguales cosas. Esto era posible porque la distancia entre el trabajador y el patrono no era grande.

El jornalero vivía con el maestro, comía el mismo alimento, estaba educado de la misma manera, creía las mismas cosas y tenía las mismas ideas. Era la regla, no la excepción, para que los aprendices y jornaleros, llagaran a se maestros por sí mismos. Mientras esto fue verdad, el patrono y el empleado podían ser miembros del mismo gremio. Más tarde, cuando surgieron los abusos y esto ya no fue verdad, encontramos al jornalero formado gremios exclusivamente suyos

Obviamente los miembros de un gremio estaban agrupados para retener el control directo de la industria en sus manos. Como el gremio de los comerciantes arriba mencionado querían y obtenían un monopolio de todo trabajo de su clase, en la ciudad. Para ejercer cualquier oficio en ésta , había que ser miembro del gremio correspondiente. A nadie que no perteneciese al gremio le seria permitido trabajar sin permiso de éste. Hasta los mendigos de Basilea y Frankfourt tenían sus asociaciones, que no consentían que pordioseros de otra parte implorasen la caridad en aquellas ciudades, excepto dos días al año. Los gremios no toleraban interferencias en sus monopolios. Esto era una ventaja para ellos y lucharon para mantenerla.

La Iglesia a pesar de su poder, tuvo que conformarse con las regulaciones gremiales. En 1498, los rectores de la Iglesia de San Juan, en una ciudad alemana, querían tener el pan hecho con el trigo y el centeno de sus campos. Y tuvieron que pedir la aprobación del gremio de los panaderos el mismo que les concedió el permiso por una consideración y bajo la condición de que los hermanos panaderos agremiados no vendrían a partir de ese momento ya más pan a la Iglesia69

Después de un período de desorden, los gremios entraron en sus años de decadencia.

La usufructuaciòn monopolística de los derechos gremiales les condujo al anquilosamiento ya la decadencia en los siglos XV y XVI. El comercio, que disponía de fuertes capitales, sobre todo el comercio con lejanos países, hizo tributaria a la artesanía por medio del sistema de imprenta y del trabajo doméstico. Hoffner, sostiene que también podrían haber influido como elementos de crisis, para algunos ramos de la artesanía al decir, la Reforma Protestante, al perder precisamente en este tiempo la clientela en los países protestantes, como lo ha hecho notar Müller –Armack, citado por Hoffner ?No se necesitaban pintores de vidrieras, ni escultores, ni doradores, ni tejedores de ornamentos, ni plateros".

Los gremios de los torneros de ámbar cayeron en la miseria, porque retrocedió la demanda de rosarios en amplias zonas de Alemania. Otro golpe lo recibió de las manufacturas, que se generalizaron desde el siglo XVIII y sobre todo de la fabrica en el siglo XIX70

Huberman sostiene que los abusos de la Iglesia no podían pasar inadvertidos. La diferencia entre la Iglesia que predicaba y la Iglesia que actuaba era tal, que hasta el más estúpido podía verla. Su concentración por haber dinero por cualquier método no importaba cual fuese, era cosa corriente.

Eneas Silvius que más tarde fue Papa con el nombre de Pío II escribió ?Nada se tendrá en Roma sin dinero" y Pierre Berchore, que vivió en los tiempos de Chaucer, también escribió ?El dinero de la Iglesia no se gasta en los pobres, sino en los sobrinos favoritos y en la parentela de los clérigos"71

Los escándalos y abusos de la Iglesia eran del conocimiento general, siglos antes de Marìn Lutero clavara sus ?Noventa y Cinco Tesis? en la iglesia de Wittenberf,en 1517.Hubo reformadores religiosos antes de la Reforma Protestante. ¿Por qué, entonces, ocurrió en este momento y no antes, el cisma de la Iglesia Católica occidental y el establecimiento de Iglesias Nacionales en lugar de una Iglesia Universal?

Huberman sostiene al respecto que los primeros reformadores religioso, a diferencia Lutero Calvino y Knok, cometieron el error de pretender reformar más que la religión. Wycliffe, en Inglaterra había sido el líder espiritual de la revuelta de los campesinos, y Huss, en Bohemia, no sólo protestó contra Roma, sino que Tasmbièn inspiró un movimiento agrario comunista, que amenazaba el poder y los privilegios de la nobleza. Esto significó, por supuesto, que a estos movimientos no sólo se opusiera la Iglesia, sino también las autoridades seculares y por ello fueron aplastados.

Lutero y los reformistas religiosos que le siguieron no perdieron el apoyo de la clase dirigente, predicando peligrosas doctrinas igualitarias. Lutero no era radical. Y no echo a perder sus posibilidades de triunfo, haciendo causa común con los oprimidos. Por el contrario, cuando poco después de haber iniciado sus reformas estalló en Alemania una rebelión extensa de campesinos, parcialmente bajo la influencia de sus predicaciones.; Lutero ayudó a redimirla. Mientras que los campesinos rebeldes gritaban en 1525 ?Cristo hizo libres a todos los hombres"

Lutero pedía a los nobles aniquilarlos, con estas palabras estimulantes "El que mata a un amotinado…hace bien… Por consiguiente, cualquiera puede herir, estrangular o apuñalar, secreta o públicamente. El que muera en esta lucha, debe ser felicitado y nadie puede tener una muerte más noble…"

Para Huberman Lutero no incurrió en la equivocación de querer derribar a los privilegiados, las apelaciones a sus partidarios en realidad eran apelaciones a su espíritu nacionalista, en un período de crecientes nacionalismos Porque la oposición religiosa a Roma coincidió con los intereses del creciente Estado nacional72

Cuando la lucha del Estado Nacional contra la autoridad del Papa se iba haciendo cada vez más aguda, el Discurso de la Nobleza Alemana? de Lutero contenía este alentador consejo a los príncipes :"Puesto que el poder temporal ha sido ordenado por Dios contenía este alentador consejo a los príncipes:" Puesto que el orden temporal ha sido ordenado por Dios para el castigo de los malos y la protección de los buenos, por consiguiente debemos dejarle cumplir su deber en todo el mundo cristiano, sin tener en cuenta a las personas, lo mismo si son papas, obispos, sacerdotes, monjes o mojas, que cualquier otra". Y parte de ese deber astutamente sugerido expresa Huberman, era terminar el control por los extranjeros y la ocupación y los territorios de la Iglesia.

De esta manera la Iglesia perdió su poder, en el sentido de que sus grandes utilidades vieron disminuirse. Donde anteriormente la Iglesia había sido lo bastante fuerte para traer a la sociedad un alivio de las guerras feudales, haciendo cumplir las Treguas de Dios, ahora el rey detener aquellas molestas luchas. Donde antes la Iglesia tenía el control completo de la educación ahora se iniciaban escuelas independientes, fundadas por comerciantes. Donde previamente la ley de la Iglesia había sido suprema, ahora la vieja ley romana, más apropiada a las necesidades de una sociedad comercial, fue revivida .Donde antes la Iglesia proveía hombres educados, con capacidad para ayudar en los asuntos del Estado, ahora el soberano podía confiar en una nueva clase de individuos entrenados en la práctica comercial y sabios en las necesidades del comercio y la industria de la nación.

Este nuevo sector del pueblo concluye Huberman, sintió que en el camino del progreso y el desarrollo estaba el obsoleto sistema feudal. Y se dio cuenta también de que su adelanto propio estaba bloqueado por la Iglesia Católica, que, que era el baluarte del sistema. La Iglesia defendía al orden feudal de todo ataque, porque era en sí una parte poderosa de la estructura del feudalismo.

Poseía, como un señor cualquiera, una tercera parte de la tierra, y drenaba del país una gran porción de su riqueza. Antes que la ascendente clase media pudiese destruir al feudalismo en cada país, tenía que atacar la organización central de la Iglesia.

La lucha tomó un disfraz religioso, como bien dijo Engels. Se llamó la Reforma Protestante. Pero fue, en esencia, la primera batalla decisiva de la clase media contra el feudalismo73

Pero no fue sino con los inicios de la época moderna, en pleno Renacimiento europeo y cuando se produjo la Reforma protestante , en que el catolicismo, afectado por ésta, adoptó luego posiciones que profundizaron sus conceptos doctrinales que le llevaron ha distinguirlo claramente como tal en el contexto de las propuestas cristianas.

La estamentalizaciòn medioeval produce efecto en el Derecho como lo revela Alfred von Martin en su Sociología de la Cultura Medioeval:" Estamos siempre ante círculos y sentimientos de solidaridad graduales. Los hombres sienten que precisan de protección y servicios recíprocos. El derecho se caracteriza todavía por el predomino del uso y la costumbre, o sea de la tradición, por el sentimiento de equidad, y la significación que a lo simbólico corresponde: el Derecho no se ha formalizado aún en el sentido racional, por no haber llegado la sociedad a una nivelación. El sentido del gestum solemmnitas penetra, en la Edad Media, en todas las clases y estratos de la sociedad: lo encontramos en el simbolismo clerical de la liturgia , en el amor caballeresco y en el ceremonial cortesano, en las usanzas populares y las manifestaciones artísticas".74

Al respecto el socio jurista Aníbal Ismodes observa que es legítimo distinguir un derecho feudal de otro canónico y del que llamaremos natural. El primero se identificará con el que impone el régimen social de la misma denominación. Es un derecho jerárquico, corporativo, castrense. El segundo es el propio de la Iglesia Católica Romana, obligada por el horror de los tiempos, a desempeñar una tarea humana de justicia que deba ser compatible con el de su predicación. El tercero aunque ya conocido en la antigüedad, es el que dará brillo a las creaciones jurídicas, penetrando su temática hasta arribar a la presente perduración

Para Ismodes ?…el derecho Natural, al ser inmune a todo virus pecaminoso se puso al servicio de una justificación de las relaciones sociales de subordinación

existentes; pero hubo de compatibilizar, necesariamente con las ideas de organismo y jerarquía, de signo conservador sin las cuales no era posible la Iglesia, situación que contribuía a una justificación del Estado, aun cuando ella no impediría a la Iglesia usar de la amonestación crítica y censoria de los actos de aquel .El motivo de esta doble situación de la Iglesia con respecto al Estado, portavoz de lo colectivo laico, se comprende porque, de un lado, la Iglesia necesitaba del poder estatal, y de otro, tenía que reivindicar sus ?libertas? frente a la capacidad arrasante de aquél75

La Iglesia enseñaba la concordia ideal del sacerdocio y el Imperio bajo la égida espiritual de aquella; averiguaba y decidía, de ocasión , si el poder temporal no se había desligado de la ?justicia? y predicaba que, contra el príncipe degenerado en ?tirano?, la resistencia era no sólo un derecho, sino incluso un deber.

El menor valor teológico del Estado, comparado al de la Iglesia, era, en efecto, uno de los principios fundamentales de la concepción medioeval del mundo, que ni el propio poder temporal ponía en discusión.

Al derecho propio del Estado como obra humana, se contrapuso el derecho absoluto de la Iglesia como institución de origen divino inmediato. Ahora bien, la postulación del Derecho Natural se le escapó a la autoridad eclesiástica al desarrollar Masilio de Padua una teoría de la soberanía popular emancipada de la Iglesia, capaz de volverse contra ella, a diferencia de la teoría de Manegold de Lautenbach, partidario de la Curia romana en tiempos de la lucha de las Investiduras, periplo histórico- ecológico descrito por George Sabine el libro que ya hemos citado, provocando un debate tan tempestuoso que asoló la cosmovisión medioeval , iniciándose , a partir de este hito, la era de los cismas y herejías.76

Ninian Smart bosqueja los grandes cambios de una era marcada, además, por grandes descubrimientos geográficos, Smart sostiene que Hasta el año 1500

Europa sólo era una rama de la historia mundial pero, a partir de esta fecha, el mundo pasó a ser parte de la historia de Europa.

La nueva civilización europea, muy diferente en muchos aspectos a la civilización de la Edad Media, era brillante, dinámica, rica en ideales y, con frecuencia, cruel. El Renacimiento supuso el inicio de un nuevo impulso de la creatividad artística y literaria. La Reforma implicó una nueva remodelación del cristianismo en Occidente. La ciencia y el capitalismo pusieron en libertad novedosas fuerzas de creatividad material. La Ilustración generó nuevas esperanzas acerca de la libertad política y del pensamiento liberal.

La Reforma protestante, supuso la creación de un nuevo cristianismo: sobrio, devoto, dogmático, apegado a las Escrituras, nacional y sencillo que incentivó poderosamente el comercio, la ciencia, los nacionalismos y también la democracia, además de los conflictos. Pero el catolicismo resintió el golpe renovador y las respuestas tardaron unos treinta años en llegar con el movimiento conocido como la Contrarreforma, cuyo primer gran evento fue el Concilio General de Trento (1545-1563). Este fue convocado para asegurar la integridad de la religión cristiana, para la reforma de las costumbres, la concordia de los príncipes y de los pueblos cristianos, y la lucha contra las empresas de los

infieles77.

Refiriéndose a los resultados de este cónclave eclesiástico, Ninian Smart, señala que el concilio tuvo profundas consecuencias, sobre todo en lo que respecta a la eliminación de algunos abusos del sistema y a la reorganización de una Iglesia renovada y con una mayor centralización. Su principal efecto fue el rechazo de la reconciliación con los protestantes. Se reformó, en cambio, el nombramiento de obispos y sacerdotes; se reorganizó la formación del clero, que al mismo tiempo se convirtió en mucho más intelectual; se revisó La Vulgata, o Biblia en latín; se reformó la administración de la Iglesia; se reformularon las doctrinas de los siete sacramentos y de la justificación por la fe; se hizo más severo el comercio de indulgencias, el culto a los santos, etc., y se fortaleció el gobierno central de la Iglesia. Al mismo tiempo también se reafirmó la práctica de todos aquellos aspectos que habían sido muy criticados por los protestantes, como la devoción a la Virgen María, el culto a los santos, las peregrinaciones, la adoración de la

Sagrada Forma, el papel central del sacerdocio y la jerarquía eclesiástica.78

Además, en esta misma época también se estaba forjando el arma más poderosa de actividad misionera y de reafirmación de los valores católicos: la Compañía de Jesús, fundada por San Ignacio de Loyola (¿1491?-1556) (…)"79

Otra importante decisión adoptada en el Concilio de Trento, si bien en este caso se trataba de una medida que, en cierto sentido, resultó bastante siniestra para el futuro de la Iglesia, fue la creación del Índice de Libros Prohibidos, que supuso, durante más de cuatro siglos, la censura de las lecturas de los católicos por parte de la Iglesia. Esta medida, al igual que el resto de las adoptadas en Trento, formaba parte de la disciplina necesaria para aislar la autoridad papal. Dentro de los límites de la ortodoxia doctrinal, la Iglesia adoptó, sin embargo, un rigor renovado"80

Ahora bien, con relación a esta férrea "reacción" del contra reformismo católico frente al ímpetu de la Reforma protestante, movimiento, el primero, que se vio fortalecido poderosamente con la creación de la Compañía de Jesús, que unió fuerzas y cerró filas en torno al Pontificado romano, otros estudiosos afirman que la Contrarreforma no se debe entender solamente como una respuesta a aquélla, ya que el catolicismo avanzaba en el esclarecimiento teológico, impulsado más bien por su dialéctica propia que por la polémica desatada.

En aquella época dos tendencias político – religiosas predominaban entre los católicos: la medievalista e imperial de Carlos V y, frente a ella, la renacentista, representada, de una parte, por el P. Victoria, y de otra, por San Ignacio y los teólogos papales de la Compañía de Jesús, quienes se dieron cuenta de que el orden político de la cristiandad medieval tocaba a su fin, pese a los esfuerzos del círculo imperial por revivificarle, y que era menester un reajuste en torno al Pontificado, una exaltación de su supremacía, tanto más necesaria cuanto que pronto había de faltarle la protección brindada por el =Brazo" imperial; un nuevo orden católico fundado en las ideas y realidades suscitadas por el Renacimiento".81

Pero también dijimos que entre todos estos vertiginosos hechos que marcaron la historia de Europa y del mundo, estuvieron los grandes descubrimientos geográficos, los que gravitaron en forma considerable en la pugna entre católicos y protestantes.

Así, cuando Cristóbal Colón, en 1492 y hasta 1504, descubría, en realidad sin saberlo, el Nuevo Mundo, comenzaba la expansión que remodelaría el "espacio católico", ya que el catolicismo compensaría así la pérdida del mundo anglosajón y del escandinavo, que se unieron a la Reforma. Se debe recordar, además, que durante 1492, los Reyes Católicos expulsaron a los musulmanes de su último bastión en Granada, con lo que reconquistaron toda la península ibérica.

En este nuevo orden, el Papa se atribuirá la competencia de repartir las conquistas americanas y las de otros continentes entre dos monarquías católicas: la española y la portuguesa.

Pero si la Iglesia romana, estructurada monolíticamente y vertebrada estrictamente piramidal, redoblaba su influencia en el mundo, también rigidizaba sus posiciones de poder contra la cultura profana, cuando en Europa se tendía a la emancipación del espíritu (proceso ya iniciado en el Renacimiento) en los campos artístico, científico, literario y filosófico. Una demostración de esta postura eclesial católica la representó el conflictivo caso de Galileo, quien, en 1633, fue obligado por la Inquisición a retractarse de su certeza en el sentido que la Tierra giraba en torno al Sol, ya que la Iglesia consideró que aquélla era contraria a lo que se consideraba un dato fundamental de la fe.

Veamos, a continuación de ésa y otras disputas eclesiástico-profanas, cómo son interpretados los años siguientes del disputado poderío del catolicismo hasta el estallido de la Revolución francesa.

Jean Rogues, citado por Ismodes, sostiene que el mundo católico parece conceder más crédito a la fuerza que al Evangelio. Las guerras de religión en Europa, cuya fachada religiosa oculta las rivalidades por el poder, y el modo en que América Latina fue colonizada, así como su =evangelización" por la fuerza, aún permanecen como dolorosos recuerdos."En el siglo XVIII, el Siglo de las Luces, se desarrollan movimientos filosóficos, generalmente anticlericales, que dejan a la Iglesia a la defensiva, acentuando el desfase entre la mentalidad católica y una cultura moderna en desarrollo. Voltaire, con su causticidad característica, simboliza esta oposición. "Sin embargo, estos siglos verán también que algunas vías reformadoras dan un testimonio evangélico. Pensadores cristianos como

Pascal, los fundadores de órdenes como Francisco de Sales, los „apóstoles de la

caridad? como Vicente de Paul y los que le siguieron, contestatarios como Las

Casas, que denunciaron las prácticas incalificables de los colonizadores del Nuevo Mundo, todos ellos representan algunas corrientes muy vivas del cristianismo occidental.

"Aunque la Iglesia romana está siempre al lado de lo que se puede llamar el juego de poder, se queda, en gran parte, separada de las fuerzas que harán surgir un mundo verdaderamente moderno. En esta situación se produce la Revolución francesa82

Pero antes de ésta, el propio absolutismo fue minando al catolicismo como modelo global de explicación del mundo. Así, en el siglo XVIII, los monarcas católicos se estimaron soberanos de derecho divino, en abierta contraposición con los teóricos de la Ilustración y su pensamiento racionalista, que tendía hacia una sociedad más tolerante. La "alianza" nobleza – clero católico era combatida por los librepensadores quienes, además, criticaban al Papado y a la curia, acusándolos de impedir el desarrollo del individuo y de la sociedad, tanto en el plano político, como en el social y económico. No obstante aquella férrea unión en el poder, sufrió contradicciones internas, como fue la que significó la expulsión de los jesuitas, poderosa orden a la que se estimó muy cercana a la Santa Sede. Digamos, de paso, que la Compañía de Jesús fue desterrada de España y sus territorios americanos, por la monarquía en 1767, cuando en este continente desarrollaba un sistema alternativo de organización social, en estrecho contacto con los nativos. Luego, en 1773, el Papa Clemente XIV cedió a la presión de las cortes borbónicas y suprimió "la universal Compañía", lo que se mantuvo hasta 1814, cuando fue restablecida.

Con la Revolución francesa (1789), que en 1791, generó la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, se produjo un violento quiebre en el orden establecido que dio paso a un período de nuevos y cambiantes panoramas políticos, tanto en Europa como en América. Durante esta turbulenta etapa comenzó a germinar la idea de democracia, aunque la Iglesia católica condenara aquella

I.2. Iglesia sociedad y trabajo en la Francia de la revolución.-

Francia es uno de los estados más antiguos de Europa, aunque sólo aparece con ese nombre a partir de la Edad Media en una fecha difícil de precisar de manera irrefutable. Al promediar el siglo XVII, Francia era considerada la nación más extensa, más moderna y la más culta del continente europeo tenía una sociedad católica de casi 26 millones. Sólo 40.000 eran judíos y 500.000 protestantes. Iglesia francesa era consciente de su peso específico: 139 diócesis y 40.000 parroquias, en 1789; 135 obispos, alrededor de 70.000 sacerdotes seculares —un sacerdote por cada 364 feligreses—, unos 30.000 religiosos y 40.000 religiosas.

Vovelle,83 en su estudio sobre "La caída de la monarquía? sostiene que la Iglesia gala era desde siglos un pilar fundamental para el sostenimiento de la Monarquía.

Hampson,84 en su señala que la iglesia en Francia era un poder económico "Historia social de la revolución francesa", independiente; su riqueza en propiedades estaba calculada en 3 mil millones de libras, que le generaban 150 millones de libras de intereses, además era propietaria del 6 % de la tierra, ello le permitía sostener su independencia del poder real. Poseía además un enorme laicado católico francés (50 mil cofradías de carácter religioso) en un asociacionismo fuera del control del Estado.

La Iglesia protagonizaba la ayuda social de una manera determinante- al disponer de la totalidad del personal de los hospitales y centros de beneficencia y al escolarizar a dos tercios de los niños en centros regidos por órdenes religiosas femeninas. 85

En los últimos cinco años anteriores a la revolución, la cantidad donada por la Iglesia al Estado para hacer frente a las deudas sumaba 76.000.000 de libras.86

Sin embargo, a pesar de las cifras que describían a una Iglesia poderosa e influyente en la sociedad francesa, existían síntomas que complicaban su salud. Los cultos protestantes poseían una gran adhesión, y por ende se estaba dando una división religiosa, división de fieles y división que incidía en el aspecto económico y político. Provocando la preocupación de la corona.

El clero dejó de ser para muchos una opción religiosa y se convirtió en una forma de alcanzar el poder político y económico. Pero el clero no era una unidad compacta, es decir no podemos hablar de "clero" como algo homogéneo, las diferencias políticas económicas radicaban básicamente en la composición del mismo.

El tema religioso muestra contrastes, si bien por un lado deja ver su fortaleza por otra parte podría hablarse de una crisis de religión, miembros de la Iglesia que llevaban una vida totalmente divorciada de los preceptos religiosos, hombres de religión que vivían con mujeres y tenían hijos.

La corrupción del alto clero era algo evidente, que también definía en cierta manera la sociedad del Antiguo Régimen. La pluralidad de cargos desempeñados por la misma persona era moneda corriente, y las ricas prebendas acumuladas que de ellas derivaban aseguraban a los eclesiásticos nobles un desahogado nivel de vida.

Antes de Luis XIV la Iglesia designaba con permiso del Papa a sus miembros, posteriormente al Edicto de Fontainebleau,

el Estado queda con la facultad de designar miembros eclesiásticos. Surge un problema fundamental que es el de la designación de hombres que veían en la Iglesia el medio más rápido para alcanzar dinero y poder.

Un ejemplo ilustrativo es una carta que le escribe el obispo Soissons Fitz a

Montesquieu a principios del siglo XVIII: " Debiéramos pensar seriamente en fortalecer los estudios teológicos, que han decaído por completo, (…) debiéramos formar ministros de la religión, que la conozcan y estén en condiciones de defenderla" 87

Como vemos los hombres dedicados verdaderamente a los asuntos religiosos se veían desplazados, por hombres ávidos y cercanos al poder político, que en definitiva es el que designa los miembros. , ?reyes, príncipes y nobles se había atribuido el derecho de nombrar los arzobispos, obispos, los abates y los principales párrocos?. Los hombres que realmente se dedicaban a las tareas religiosas por vocación eran en su mayoría los del bajo clero, parroquias rurales con poco presupuesto, curas empobrecidos que realizaban las obras de caridad y ayuda a la población.

Más allá de que pueda ser una obviedad, habría que decir que el miembro del bajo clero, se va a parecer en su forma de vida y posibilidades económicas al campesino o trabajador, con lo que se reafirma la idea del clero heterogéneo. El historiador francés Georges Lefebvre 88le da importancia al mundo campesino, y ve en la miseria del clero rural una de las causas del inicio de la Revolución Francesa. "La parroquia rural apreciaba mucho a su párroco, y es probable que la revolución no hubiera podido iniciarse sin él"

A esos problemas internos habría de sumársele la inquietud filosófica propia de las Luces, que va a atacar a la Iglesia y ésta citando nuevamente obispo de Soissons Fitz ?no tiene hombres preparados para "defenderla".89

El ansia de vivir se oponía al gusto por la penitencia, la moral religiosa tradicional a la práctica habitual de los hombres de negocio en pleno auge, parte de la población no era ajena a estas irregularidades, siguiendo la cita de Soboul, el siglo

XVIII es un siglo de inquietudes espirituales y filosóficas, dónde la religión se va a encontrar muchas veces en el centro de la crítica.90

Una inquietud que se da en los sectores altos de la sociedad y en los sectores cultos, porque el pueblo en su inmensa mayoría seguía la práctica de sus cultos en su más diversas formas, con respecto a este punto afirma Soboul, Lemarchand y Fogel en la obra "El Siglo de las Luces", que esta práctica se realizaba más por hábito que por sentimiento.91

La muerte de Luis XIV significó para los protestantes la vuelta a la práctica, pero a diferencia del siglo XVII en el siglo XVIII nace la idea de tolerancia. Del descrédito del catolicismo y la resistencia silenciosa de los cultos protestantes. Los progresos de la tolerancia en las costumbres y en la ley conocieron ritmos desiguales según los países, primero de hecho y luego de derecho (…) pero en

Francia fue conquistada tras una larga lucha y Bien entrado el siglo XVIII. El conocido Edicto de Tolerancia se dictó recién en el año 1787. El poder político comenzó a mostrarse oportunista y tolerante ante los cultos religiosos por necesidad, el caso más significativo fue el del enfrentamiento entre franceses e ingleses en 1744, en donde la corona dejó de condenar los cultos siempre y cuando aquellos que los profesaran se reclutaran al ejército. Una clara muestra de la cercanía entre Iglesia y poder.

La tolerancia fue vista como una respuesta del poder para no alterar el estado de las cosas. Michel Vovelle en su libro " La Caída de la monarquía.1792", 92ve en las persecuciones al jansenismo y otros cultos los primeros síntomas de la crisis de la religión que va a mostrar su punto más agudo en el siglo XVIII.

Pero pese a la tolerancia el protestantismo continuaba y abrigaba en su seno a campesinos, burgueses y gentes de profesión liberal. En las clases altas el protestantismo marcaba su presencia, pues veían en estos cultos elementos más creíbles y menos corruptos George Sabine en su libro :"Historia de la Teoría Política" presenta al protestantismo como un culto contrario a la oficialidad religiosa e incluso contrario a la monarquía absoluta. "La decadencia del gobierno absoluto hizo que la filosofía francesa volviese una vez más los ojos en dirección de la teoría política social"93

Otro punto importante de esta decadencia fue la expulsión de los Jesuitas en el año 1773, hecho éste que no solo se da en Francia.

Esta es la Iglesia que nace en el siglo XVIII, presentando grandes contrastes: en su aspecto externo aparece como una institución fuerte, indisolublemente ligada al poder político, pero con miembros de su propia familia disconformes por las desigualdades, mientras un arzobispo disfrutaba de privilegios solo por haber sido noble pero sin vocación religiosa, el cura párroco rural con mayor vocación sufría las mismas penurias que el campesino que escucha su prédica y recibe su ayuda.

El pensamiento y las instituciones se van constituyendo en una contra-Iglesia. La razón se impone como el único árbitro de lo verdadero y de lo falso, del bien y del mal. Estalla así una revolución que más que revelarse contra Dios ataca a la Iglesia Católica logando entre otras cosas no solo separarla sino subordinarla al Estado, llevarla a la pérdida de su independencia económica, desmantelar su red educativa y de asistencia social, e implantar el primer Estado aconfesional

La Revolución francesa, a partir de 1789, produjo un verdadero cataclismo entre los movimientos filosóficos y políticos en disputa y entre las diferentes concepciones de poder al interior de los mismos. Los racionalistas, científicos y otros sectores de la intelectualidad trataban de imponerse con mayor fuerza en desmedro de las actitudes absolutistas, monárquicas y de importantes sectores de la Iglesia católica aliados a estas últimas. Por esto mismo, la propia Iglesia sufrió la persecución durante el Terror, cuyos motivos no siempre fueron los religiosos, y también se vio obligada a modelarse a sí misma, ya que, además, puso a prueba la fidelidad de sus seguidores. Su actitud general en esos años turbulentos, tanto en Europa como en América se diferenció notoriamente con las que asumieron las Iglesias protestantes, más abiertas a la situación. Un ejemplo de la postura ideológica que mantuvo la Iglesia católica durante la Revolución lo demuestra su rotundo rechazo a la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, de 1791.

Rechazo que justifica Jean Rogues expresando que "La condena de la Declaración de los Derechos del Hombre, después de 1791, fue de un orden muy diferente. Se sabe que esta condena aparece hoy como injustificada y que incluso Roma ha tomado por su cuenta la idea de los „derechos del hombre?, hasta llegar a convertirse en defensora de los mismos. Pero la condena de 1791 era coherente con una visión del mundo común en la Iglesia, como una sociedad en la que todo proviene de Dios"94

La tendencia a la absolutización de la sociedad provocó la inmediata reacción por parte de la de la Iglesia, pues, para el cristiano, el hombre es "persona", es decir, el valor primario y, por esta razón no puede ser subordinado completamente al Estado.

Ramírez95 recuerda que el socialismo al defender a los oprimidos veía la solución exclusivamente en la estatización completa de la vida social, y especialmente, en la supresión de la propiedad privada, la cual – según la doctrina social de la Iglesia es el fundamento indispensable de la libertad de los hombres. Debido a estas razones, ambos aspectos del socialismo lo hacían inaceptable para los cristianos, a pesar de su mérito de defender también la justicia social – como lo hacían los cristianos de la época – afectados por la injusticia.

Sin embargo, la principal razón del rechazo al socialismo por la doctrina social de la Iglesia, acota Ramírez, radicaba en el aspecto teológico, a saber: la consciente secularización del reino de Dios por el socialismo iba en contra de la Iglesia, pues su tarea esencial, es predicar, trabajar y luchar por el Reino de Dios, y al ser este secularizado deja de ser el Reino de Dios y se transforma en su caricatura y al ser desacralizado, se transforma en el reino de Satanás.96

I.4. Iglesia y sociedad y trabajo en la Europa del siglo XIX.-

Las revoluciones liberales- la Inglesa en el siglo XVII y la Francesa en el siglo XVIII, trajeron una transformación política a favor de la libertad que desarmó el Estado monárquico anterior y el Estado de derecho correspondiente, incluyendo las pocas leyes que podríamos llamar sociales, como las leyes inglesas de los pobres del siglo XVI, también se prohibió toda norma asociativa del trabajo como las corporaciones artesanales que controlaban la producción en ciudades o por actividad. La ley de Le Chapelier de 1789 que comenzó prohibió las de los fabricantes de sombreros y que, frente al desafío de las concentraciones de fábricas hechas por el capitalismo comercial que pasaba a ser industrial, comenzaban a transformarse en asociaciones de trabajadores. La prohibición alcanzó a todo tipo de asociaciones de trabajadores.

En las primeras décadas del siglo XIX convergen en Europa varios movimientos seculares, uno económico y social que es el descenso del nivel de vida de los trabajadores que llega hasta el nivel de miseria. Otro movimiento es la revolución científica y técnica que logrará un dominio de la naturaleza para el servicio del hombre, que empezó con algunos avances medicinales y culminó con la revolución tecnológica de la industria, la invención de la máquina, el origen de las ciudades industriales, la exigencia de la libertad del mercado y el pasaje de un capitalismo de comerciantes viajeros a un capitalismo industrial que se convierte en clase explotadora. Otro proceso secular es el ideológico con el movimiento democrático y de liberación de las clases sociales contra las monarquías y las noblezas hereditarias, que puede ser considerado como el un movimiento a favor de la personalización pero que, al destruir el Estado de derecho anterior, que no se puede negar era obsoleto frente a la nueva dinámica de la economía, cae en un individualismo craso donde, al no haber organización jurídica de la vida económica, rige la ley del más fuerte. El Estado deja hacer-laissez faire- libremente a las fuerzas de la actividad económica. Aquel trabajador que había llegado casi a la miseria a inicios del siglo XIX, sin ley que lo proteja frente al dueño del capital, se convierte en parte de una masa indefensa de individuos desprotegidos y dependientes casi absolutamente de la benevolencia de sus patrones o de la caridad de otras instituciones sociales ,como la Iglesia católica, que cumplía un rol benefactor en este sentido, a través de individualidades o de órdenes sacerdotales, algunas de las cuales, además, cumplían una labor educacional.

La necesidad era enorme y crecía de manera alarmante, obligando a los trabajadores a poner en marcha sus primeras organizaciones de base, reivindicando derechos esenciales y demandando mejoras sociales y laborales.97

Habían nacido las mancomunidades obreras y en el plano de las ideas surgieron distintas categorías de socialismos que intentaban canalizar las urgencias y dirigir a las masas de desposeídos para la consecución de sus apremiantes y justos reclamos. En especial se destacaba uno de ellos, el marxismo, que identifica los problemas del mundo con el sistema capitalista, se abría paso con gran ímpetu, conquistando los nacientes sindicatos organizados de proletarios.

En este convulsionado trance en la historia de Occidente, la Iglesia católica también fue impulsada a tomar nuevas direcciones, máxime si sus postulados y su doctrina humanitaria se veían seriamente amenazados por las nuevas ideologías y partidos que asumían la defensa del proletariado, los que la acusaban de ser responsable de la sujeción económica a que los tenía sometidos el capitalismo. Y la alta jerarquía católica reaccionó incluso antes que el ?católico medio?. Del temor inicial ante la situación se pasó, luego, a tratar de alcanzar posiciones de avanzada en el contexto de la perentoria problemática social. En este sentido, la personalidad, iniciativa y actitud de los Papas, desde fines del siglo XIX a las primeras décadas del siguiente, en especial de León XIII, adquirirían connotada relevancia. Al respecto, el historiador Ninian Smart señala:

"La aparición del marxismo a fines del siglo XIX sirvió de estímulo para algunas respuestas por parte de los cristianos; la más destacada fue la encíclica de la Iglesia titulada Rerum Novarum („Sobre las nuevas cosas?) promulgada por el Papa León XIII (1810-1903)

En efecto, entre 1878 y 1903 ocupó la sede pontificia el Papa León XIII. Dueño de una solida preparación intelectual y un buen talante, ventajas que le permitieron entablar un diálogo entre la Iglesia y los gobiernos liberales, haciendo de la orientación de la actividad de los católicos a través de una serie de encíclicas, la actividad más importante de su pontificado. En este sentido el Papa animó a que los católicos estuvieran presentes en la vida social y política de unos países progresivamente secularizados y en algunos de los cuales ya se había establecido la separación de poderes entre la Iglesia y el Estado y una proclamación de la aconfesionaliad de este último.

Marcando distancias con sus antecesores, el Papa distinguió entre liberalismo como doctrina filosófica y liberalismo político, aceptando las facetas positivas que este último contenía. De Todas sus encíclicas, la que tuvo mayor trascendencia fue la Rerum Novarum promulgada el 15 de mayo de 1891. En ella se pronunció sobre la cuestión social y sentó las bases de lo que sería el reformismo católico social del primer tercio del siglo XX. En la encíclica se mantuvo en una posición intermedia entre el liberalismo y el socialismo, poniendo de manifiesto lo positivo de este y condenando lo que veía de negativo en ambas doctrinas, a la vez que planteaba una visión de la cuestión social desde una óptica cristiana. En suma aunque León XIII se mostró más comprensivo hacía las libertades modernas que sus antecesores, seguía sin aceptar la presencia real que éstas tenían ya en la vida social y política de los países europeos. Las dificultades con las que se iban a topar las iglesias nacionales en las primeras décadas del siglo XX sería una confirmación de ello,98según expresión de Morales.

León XIII en la Rerum Novarum reconoció la necesidad de que existiesen nuevas formas de organización como consecuencia de la nueva era industrial; y estableció las bases teóricas para la formación de sindicatos católicos y, en última instancia, de partidos políticos católicos comprometidos con las formas democráticas. El Papa dio paso a una forma revitalizada del pensamiento de Santo Tomás de Aquino, denominada neotomismo, que fue prácticamente obligatoria para los pensadores cristianos. Este sistema, como cabía esperar, no fue lo suficientemente fuerte y sólido como para llegar a plantear un reto serio al creciente poder alcanzado por el pensamiento marxista y el pensamiento secular entre los intelectuales europeos. De hecho tomando las palabras de Smart"… el cristianismo ya no era la creencia predominante entre la mayoría de los intelectuales europeos de inicios del siglo XX. (…)"99

A lo largo de esta apretada exposición hemos podido apreciar que la Iglesia, adoleció de problemas unidad interna a lo largo de la historia (alto clero y bajo clero) y de una necesidad permanente de vinculación aspectos que la llevaron a remitirse a un orden ambiguo de ideas y de valores sobre la economía y el trabajo, en vez de sostener una consideración autónoma sobre estos temas que terminaron mellando la fuerza de sus argumentos frente al surgimiento de otras fuerzas que reclamaban para sí la lucha por la emancipación de los trabajadores frente a la explotación del trabajo hacía las últimas décadas del siglo XIX.

1 El estudio del tema "La Iglesia y las culpas del pasado" fue propuesto a la Comisión Teológica Internacional de parte de su Presidente, el por entonces Cardenal J. Ratzinger, con vistas a la celebración del Jubileo del año 2000. Para preparar este estudio se formó una Sub-Comisión compuesta por el Rev. Christopher BEGG, por Mons. Bruno FORTE (presidente), por el Rev. Sebastián KAROTEMPREL, S.D.B., por Mons. Roland M1NNERATH, por el Rev. Thomas NORRIS, por el Rev. P. Rafael SALAZAR CARDENAS , M.Sp.S., y por Mons. Antón STRUKELJ. Las discusiones generales sobre este tema se han desarrollado en numerosos encuentros de la Sub-Comisión y durante las sesiones plenarias de la misma Comisión 1Teológica Internacional, tenidas en Roma en 1998 y en 1999. El presente texto ha sido aprobado en forma específica, con el voto escrito de la Comisión, y fue sometido después a su entonces Presidente, el Cardenal J. Ratzinger, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el cual ha dio su aprobación para la publicación.

2 MIRCEA, Eliade La Historia y sentido de las religiones 1999,editorial Kairos

3 BAINVEL, J. V De Magisterio vivo et Traditione, París 1905

4 SALAVERRI, J. El argumento de tradición patrística en la Iglesia antigua, (1945) «Revista Española de Teología» 5. pp.107-119;

5 LENGOSFELD, P. Tradición, Escritura e Iglesia en el diálogo ecuménico, Madrid 1967;

6 SMART, Ninan. Las Religiones del Mundo. Tradiciones antiguas y trasformaciones modernas. 2000. Madrid AKAL

7 BIGO Pierre La Doctrina Social de la Iglesia 1967 ICES, p17

8 MUÑOZ León Domingo. Perspectiva bíblica del trabajo Domingo miembro del Consejo Superior de Investigaciones

Científicas .p13 http://www.ciudadredonda.org/admin/upload/File/pdf/perspectiva_biblica_trabajo.pdf

9 Muñoz León, ídem

10 ídem p.15

11 Ídem p.15

12 Ídem

13 Ídem p.17

14 Ídem.

15 ARENDT, H. La condición humana. 1993.Editorial Paidós, Barcelona,

16 OLMEDA Mauro El poderío económico de la Iglesia durante la Edad Media

http://www.vallenajerilla.com/notabene/olmeda.htm

17 LORCA Bernardino, Historia de la Iglesia Católica: Edad Media. La cristiandad en el mundo europeo y feudal

1963.Editorial Católica Madrid España.

18 Ídem

19 Ídem

20 Ídem

21 Olmeda Ídem

22 SANCHIZ Gómez, Eric. Concepciones del trabajo: de las ambigüedades medioevales a las paradojas actuales 2004

Cuadernos de Relaciones Laborales Vol. 22. Núm. 1

23 Ídem

24 SCELLE, George La Traite Nègrière 1906 J.B Sirey Biblioteca Nacional de Maestros . http://www.bnm.me.gov.ar

25 Olmeda, ídem

26 PERNAUD, Regine. ¿Qué es la Edad Media? 1999. Magisterio Español .S.A.

26 La Traite Nègrière26 Ídem p. 58

26 OLMEDA, ídem

27 Ídem

28 Ídem

29 Y más que en ninguna otra parte en Escandinavia, donde los sacerdotes tuvieron una participación considerable en los beneficios

30 Al hundirse el poderío de Roma y desorganizarse el sistema administrativo basado en la exacción de tributos, se cerraron las fuentes de donde afluían los socorros a los pobres. Esta misión pasó entonces a la Iglesia. Constantino la reconoció este importante papel, concediéndole parte de/los abastecimientos de trigo que hasta entonces el Estado dedicaba a tal fin. El testimonio del …///Emperador Juliano, el más encarnizado adversario del cristianismo en el siglo IV, revela el acierto con que la Iglesia supo sacar partido de esta situación, pues dice aquel emperador que las actividades benéficas de la Iglesia fueron uno de los medios más importantes de que se valió para difundir la doctrina que él tanto detestaba. Muchos donativos que se hicieron a la Iglesia se destinaban a estos fines de carácter benéfico. Una vez organizado el sistema episcopal, el Papa Simplicio dispuso que a partir del año 465 las rentas de la Iglesia se dividieran en cuatro partes, una para los obispos, otra para la fábrica de la iglesia, otra para el sustento de los clérigos y otra para ser distribuida entre los pobres y los forasteros.

31 BOISSONNADE Colbert. Vida y Trabajo en la Europa Medioeval –Siglos V al XV 1927 A. Nopf.

32 THOMPSON, J AMES Westfall. Historia económica y social de la Edad Media. The Century Comp.

1964

33 KULISCHER.J Historia económica general de la edad Media y Moderna.1828 1829. 1964 Forenze G. C. Sansoni2

Vol.

34 GIRIY A. Reville Emancipación de las ciudades en la edad media. 1907.Hold an d Com P

36 BOISSONNADE P. Colbert. Vida y Trabajo en la Europa Medioeval –Siglos V al XV 19271 A. Nopf. P. 165

37 Idem p.166

38 idem 168

39 THOMPSON,J AMES Westfall. Historia económica y social de la Edad Media.1928 The Century Comp. P 96

40 KULISCHER.J Historia económica general de la edad Media y Moderna.1828 1829 2 Vol. T I p 216

41 Idem 217

42 Ídem p 218

43 Ídem

44 GIRIY A. Reville Emancipación de la ciudades en la edad media. 1907.Hold an d Com P.147

45 Idem p220

46 Idem

47 Idem 320

48 Boissonade p265

49 Thompson p 330

50 Idem 55

51 Huberman p.54

52 Idem 54

53 Idem

54 Idem 39

55 Huberman 41.

56 Idem p. 41.

57 Idem .

58 Idem 45

59 Idem p.94

60 Idem 95

61 Ídem p.97.

62 Léase a Jordán Decrusy e Ismabert (Editores ) Recopilación de las antiguas leyes francesas Plon Freres 19..?

63 Idem p.103

64 Idem p.105

65 Huberman. P61.

66 Idem p. 64

67 Idem p.65

68 Ídem p.56

69 Huberman p.78

70 HÓFNER Joseph Problemas Eticos de la época industrial Rialp S.A Marid 1962 p .236, 237

71 Idem

72 Idem p. 106 1071

73 Idem 109

74 VON MARTIN Alfred Sociología de la Cultura Medioeval. Instituto de Estudios Políticos. Pag 35

75 ISMODES Cairo Aníbal. Sociología del Derecho. Ensayos 1998. San Marcos. P 53

76 Ídem 54

77 SMART Ninan, Las Religiones del Mundo. Tradiciones antiguas y transformaciones modernas. Akal Ediciones. Año

2000. P .7

78. Ismodes Ídem 146

79 Idem p.79

80.Idem

81 Idem

82 Idem

83 VOVELLE, Michel " L a ca íd a d e la mon a r q u ía " 1989 Ed. critica Barcelona

84 HAMPSON, Norman "Historia social de la revolución francesa".1970 Madrid. Alianza Editorial. P. 113

85 Hampson, ídem

86 Ídem

87 AA.VV " Estudios sobre la Revolución Francesa y el Antiguo Régimen" AKAL, Madrid. 1980. Pp.103

88 SABINE, Georges " Historia de la Teoría Política" 1994 Fondo de .Cultura .Económica, México, pp. 86

89 BERTAUD, J.P, " Francia en los tiempos de la revolución. 1789-1795" 1992 Vergara, Buenos Aires,109

90 SOBOUL, A; Lemarchand, G; Fogel, M " El siglo de las Luces. Los inicios (1715-1750)" 1992 Madrid, AKAL pp. 147

91 Ídem

92 VOVELLE, Michel, Clara Caída de la monarquía 1787-1792: Nueva historia de la Francia contemporánea 1979. Ariel. España

93 SABIGNE, George. ídem pp. .107

94 Ídem

95RAMÍREZ, Eulo. La doctrina social de la iglesia frente al socialismo y el liberalismo 1982.S revista "Roma" Sep.

Buenos Aires, Año XVI, nº 75, págs. 27-32 y 37 a

96 Ramírez ídem

97 El proceso secular de la ciencia y de la técnica permitió una verdadera revolución productiva y llevó a que el movimiento democrático descubriera no sólo la posibilidad de participación política, sino también de la democratización del progreso que estaba ocurriendo. Esta conciencia empieza a interesar a intelectuales y trabajadores. Los primeros, donde había cristianos agnósticos, intentaban pensar de nuevo toda la organización de la vida política, social y económica como Saint –Simon, de Sismondi, Fourier, Own, Ozaman, Villeneuve Bargemont, Leroux, Rodbertus, Proudhon, Blanc, Engels, Marx, Lasalle, etc. Los trabajadores con las primeras acciones Asociales y la publicación de denuncias como el primer periódico obrero de la historia social europea, L"atelier, de los discípulos del médico católico, F.Buchez.

98 MORALES Lescano, Víctor. Historia Universal Contemporánea 1997 4ta edición, Editorial Ramón Areces. España

667 pp. p 334

99 SMART, Ninian.- "L a s re lig ion es d el mu n d o". 317

 

 

Autor:

Rómulo Carlos Paz Ríos

Partes: 1, 2
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