7. En Londres desarrollará una intensa actividad intelectual, (son conocidas sus intensas sesiones de trabajo en la biblioteca del Museo Británico), que le llevará a la realización de su obra cumbre, "El capital", colaborando también en el "New-York Tribune". En 1859 publica, como fruto de sus trabajos sobre economía, la "Contribución a la crítica de la Economía política", donde expone su teoría del valor, que se convertirá en la piedra angular de sus estudios sobre el capital. No obstante, Marx no deja completamente al margen su actividad política en el movimiento comunista internacional, de la que será una muestra su participación en la creación, en 1864, de la AIT (Asociación Internacional de Trabajadores), que sería conocida también como la Iª Internacional. Las divergencias en el seno de la AIT con los anarquistas, así como con los socialistas franceses y alemanes, sobre todo respecto a la hegemonía del Consejo General, se saldará con lo que se ha considerado un fracaso político para Marx, quien no consigue imponer sus tesis sino formalmente, aunque gracias a la situación de poder de la que sigue gozando, consigue que la sede de la Internacional sea trasladada a Nueva York.
8. En 1867 se publicará la primera edición del primer tomo de "El capital". Los 2 restantes volúmenes serán publicados póstumamente por Engels, en 1885 y 1894. En 1871, tras la revolución que lleva a la Comuna de París, Marx organiza manifestaciones de apoyo y escribe "La guerra civil en Francia", que interpreta la Comuna como el primer intento para instituir la dictadura del proletariado.
Fallece el 14 de marzo de 1883, siendo enterrado en el cementerio londinense de Highgate.
Los escritos de Marx contienen materiales muy diversos, de tipo filosófico, económico, político, social e histórico, además de una amplia correspondencia y numerosos artículos de carácter periodístico en los que se abordan cuestiones muy concretas, relacionadas con la situación socio-política de su tiempo. Algunos de sus escritos, además, fueron realizados en colaboración especialmente con F. Engels. A continuación ofrecemos la relación de lo que se consideran las obras de Marx más significativas.
Principales Obras de Marx
1841 Diferencias entre la filosofía natural de Demócrito y la filosofía natural de Epicuro (Tesis doctoral) Crítica de la filosofía del derecho de Hegel.
1844 Manuscritos económico-filosóficos. (Publicados en 1932)
1845 Tesis sobre Feuerbach.
1847 Trabajo asalariado y capital.
1847 La miseria de la filosofía
1848 Discurso sobre el libre cambio
1849 La burguesía y la contrarrevolución (segundo artículo). Publicado en la Neue Rheinische Zeitung.
1849 Trabajo asalariado y capital.
1850 Las luchas de clases en Francia de 1848 a 1850.
1851-1852 El dieciocho brumario de Luis Bonaparte.ç
1853 La dominación británica en la India.
1854 La España revolucionaria.
1859 Contribución a la Crítica de la Economía Política.
1864 Manifiesto inaugural de la Asociación Internacional de los trabajadores.
1865 Salario, precio y ganancia.
1867 El Capital
1871 La guerra civil en Francia.
1874 Acotaciones al libro de Bakunin El Estado y la Anarquía.
1875 Crítica al Programa de Gotha.
Obras escritas en colaboración con Engels
El Manifiesto Comunista: Marx se basa en el trabajo preparado por Engels y representaba la primera sistematización de la doctrina del socialismo moderno. Las proposiciones centrales del Manifiesto, constituyen la concepción del materialismo histórico. Marx concluyó en el Manifiesto que la clase capitalista sería derrocada y suprimida por una revolución mundial de la clase obrera que culminaría con el establecimiento de una sociedad sin clases. Esta obra ejerció una gran influencia en la literatura comunista posterior y en el pensamiento revolucionario en general.
El capital: Realizada en 1867, fue un análisis histórico y detallado de la economía del sistema capitalista, en que desarrollo la teoría de la plusvalía.
Crítica de la economía política: Basado en el concepto del Materialismo histórico.
Obras:
1845 La ideología alemana (publicada en 1932)
1845 La sagrada familia
1848 Manifiesto del Partido Comunista.
1850 Circular del Comité Central a la Liga Comunista.
1871 De las resoluciones de la Conferencia de Delegados de la Asociación Internacional de los Trabajadores.
1872 Las pretendidas escisiones de la Internacional.
1879 De la carta circular a A. Bebel, W. Liebknecht, W. Bracke y otros.
Los factores que determinaron la aparición del marxismo fueron:
la economía política inglesa, particularmente Ricardo y Adam Smith, estudiada y criticada por Marx en "El Capital"; el marxismo aspira a explicar la explotación del hombre a partir de la comprensión de los mecanismos y leyes de la vida económica.
la práctica revolucionaria: desde sus mismos orígenes el marxismo se presenta como un movimiento revolucionario, por lo que la historia del propio marxismo está trabada con la historia del movimiento obrero.
la filosofía alemana: Marx se inicia en filosofía con el estudio y crítica de la filosofía hegeliana, participando en el movimiento filosófico denominado "izquierda hegeliana".
Filósofos que compartieron época con Karl Marx
Engels, Friedrich. Teórico y militante socialista alemán. Llevó a cabo una encuesta sobre los efectos del capitalismo sobre el proletariado inglés. Escribieron en colaboración: La sagrada familia en 1845, La ideología alemana en 1845-1846 y el Manifiesto del partido comunista. En los prólogos de dichas obras explicó de forma histórica y científica la profunda revolución teórica operada por Marx.
Ludwig Feuerbach(1824-1899), Médico y filósofo alemán que, junto con Jacobo Moleschott y Carlos Vogt, es una de las figuras más significativas del materialismo monista de la segunda mitad del siglo XIX. Sus libros conoci eron una amplia difusión hasta bien entrado el siglo XX, siendo traducidos a las principales lenguas, en particular Fuerza y materia.
Hess, MoshÉ (1812-1875), Pensador judío alemán, dirigente político y precursor de las teorías socialistas y del sionismo político. Recibió una educación judía tradicional. Durante sus estudios en la Universidad de Bonn adhirió a ideas radicales, abandonó el hogar paterno y viajó a Gran Bretaña y España. Padeció pobreza hasta que se reconcilió con su padre y regresó a Alemania y a las empresas familiares. Moses Hess fue uno de los primeros socialistas de Alemania, amigo de Marx y Engels. Sus discrepancias respecto al Manifiesto comunista de Marx y Engels, cuya concepción materialista negaba por completo el socialismo verdadero del que Hess se consideraba creador, lo llevaron a cortar relaciones con ambos.
Para poder entender a un más la filosofía de Marx, es recomendable analizar lo aportado por Hegel ya que el mismo propuso una filosofía que supone una lucha por la falta de la libertad y de la razón. A su juicio, la situación histórico-social en que vivía estaba necesitada de una mayor libertad.
Filosofía hegeliana
En primer lugar, el problema del método. De entrada digamos que en Hegel no hay, en sentido estricto, un método de investigación de lo real; es decir, no hay un sistema, ya sea conceptual o instrumental, de referencia preconcebida, mediante el cual se pretenda reflexionar sobre la realidad desde una posición de independencia con respecto a ella. Esto, para Hegel, es un absurdo que lo único que hace es deformar lo real y dificultar el despliegue de su movimiento propio. "El hombre ingenuo, el sabio vulgar, el filósofo no hegeliano se oponen cada uno a su manera a lo real y lo deforman oponiéndole medios de acción o métodos de pensamiento que les son propios. Y ello, como de suyo es claro para Hegel, además de ser un modo superficial de investigación, es una forma inadecuada de investigación. Lo que se tiene que hacer es acercarse sin ningún tipo de presupuesto a lo real, y convertir así al propio discurso en un fiel reflejo de su estructura; es decir, que lo que se tiene que hacer es describir el ser propio de las cosas.
Por lo cual se puede decir que en Hegel no hay, en sentido estricto, un método de investigación de la estructura del Ser y la Realidad. Lo que hay en Hegel es una descripción positiva de lo Real. Una descripción empírica que, a diferencia de la ciencia técnica – sólo que busca conocer y transformar la naturaleza y la sociedad en función de los intereses del hombre, no tiene mayor finalidad que revelar la realidad sin modificarla o perturbarla, es decir, revelarla con absoluta fidelidad. La experiencia hegeliana, escribe Kojeve, "revela la Realidad concreta, y la revela sin modificarla o "perturbarla". Por eso cuando describe verbalmente esa experiencia, representa una Verdad en el sentido estricto del término. Y por ello no tiene un método específico que le sea propio en tanto que experiencia, pensamiento o descripción verbal, y que no sea al mismo tiempo una estructura "objetiva" de la misma Realidad concreta que revela describiéndola.
Lo real. Ante todo, se tiene que decir qué es la Realidad para Hegel. Sin mayores preámbulos citemos lo que dice él mismo al respecto: "la Realidad —escribe— es la unidad de la esencia y la existencia, o de lo interior y lo exterior hecha inmediata. La manifestación de lo real es lo realismo; así que este permanece en aquella igualmente esencial, y solo en tanto es esencial en cuanto está en inmediata existencia exterior". Por tanto, se tiene realidad (en la inteligencia y fuera de ella), en la unidad de lo esencial (lo interno) y lo existencial (lo externo) hecha inmediata; en la unidad captada (si se trata del conocimiento) o manifestada (si se trata del Ser mismo) de esencia y existencia, de modo inmediato y pleno. Como dice Findlay, "por "real" Hegel entiende lo que está realizado, plenamente actualizado y operativo: lleva consigo, al menos en principio, individualidad, carácter de definido, concreción sensible, ser aquí y ahora, y un contexto completo de condiciones.
Conclusión:Hay que tener muy en cuenta que: Hegel no intenta justificar ninguna forma política concreta. Lo único que intenta justificar es la racionalidad del Estado. El que algunos grupos políticos hayan querido justificar su propia doctrina (totalitarismo) apoyándose en Hegel es otra cuestión.
Introducción a la filosofía de Marx
Se ha convertido ya en un tópico tradicional presentar la obra de Marx como el resultado de una triple influencia: de la filosofía hegeliana, del socialismo francés, y de la economía política inglesa. A partir de ellas, Marx desarrollará un nuevo marco conceptual sobre el que acabará construyendo su pensamiento: un pensamiento original, creativo, que ejercerá una influencia considerable en el desarrollo del pensamiento, (no sólo político y social, lo que resulta indudable), de la segunda mitad del siglo XIX y de todo el siglo XX.
En esta primera sesión del seminario "Karl Marx, un pensador de nuestro tiempo" me he propuesto hablar de "La filosofía de Karl Marx". Es cosa obvia que el pensar es tarea de la filosofía; lo que ya no lo es tanto es que la filosofía tiene un vínculo esencial con el tiempo, con nuestro tiempo, con nuestra época en definitiva. Porque si invocamos a Marx como filósofo hoy, aquí y ahora, es porque su pensamiento pertenece a nuestro tiempo. De lo contrario, exponer la filosofía de Karl Marx se asemejaría a la de encontrarle un lustroso emplazamiento en algo así como un museo del pensar, situarlo en un pedestal frente al que lo contemplaríamos maravillados por su "trascendencia", la "profundidad de sus planteamientos", e incluso "lo emotivo de sus humanistas conclusiones". Que Karl Marx sea un pensador de nuestro tiempo, que su obra sea abordable desde la filosofía, implica que nada de lo que nos diga puede resultarnos ajeno, que su pensamiento ha de remover los cimientos más firmes de nuestras convicciones, haciéndonos dudar, incomodándonos, obligándonos a actuar.Acerca de algunos malos entendidos a la hora de abordar la filosofía de Marx convendría en primer lugar deshacer dos errores interpretativo que ha venido imponiéndose tanto desde la academia como desde la propia tradición marxista, y que han terminado por convertirse en verdaderos prejuicios.1. El primer error estriba en considerar que Marx habría dedicado sus obras tempranas a la crítica de la dialéctica hegeliana, de la que habría tomado su método (la dialéctica) para imponerle un giro hacia la praxis (el materialismo). La filosofía de Marx sería entonces un método denominado "materialismo dialéctico" que en su obra maestra "El Capital" se aplicaría sobre la sociedad moderna y el capitalismo. Nuestra tesis es que "el materialismo dialéctico" o "materialismo histórico" no son ni de Marx ni son filosofía. La filosofía marxista se constituye en "El Capital", y se presenta como "crítica de la economía política" y como el descubrimiento de la "ley económica del movimiento de la sociedad moderna". Tratar de aplicar las categorías elaboradas en "El Capital " a algún ámbito que no sea la propia sociedad moderna y capitalista no es coherente con el proceder del propio Marx, es decir: no se trata de descubrir leyes supra históricas que den cuenta de toda época, sino de desvelar las leyes que rigen la propia modernidad.2. El segundo error consiste en caracterizar a Marx como un "crítico" de la sociedad moderna, entendiendo la palabra "crítica" de una forma vulgar: como una cierta desvalorización o descalificación. Si Marx fuese "crítico" en este sentido, no se podría en absoluto entender que la teoría del valor de Marx constituye una fundamentación de los postulados y valores propios de la sociedad moderna: el conocimiento (la ciencia) y el derecho (las garantías democráticas). Y, sin embargo, constituye en efecto tal fundamentación. La palabra "crítica" debe ser entendida en su sentido etimológico; se trata, pues, de encontrar la naturaleza, esto es: los principios (arxai), de algo. Igualmente absurdo sería entender que Kant "minusvalora" la "Razón" porque efectúa la "crítica de la razón", o que cualquier intento de averiguar qué hay supuesto en la noción de "Razón" es "irracionalismo".En cuanto a la fundamentación del Estado democrático, es explícita. Marx puede ser considerado como un teórico de los conceptos democráticos y liberales del derecho y del Estado; su adhesión a esos principios es tan decidida como (e incluso más libre de coartadas que) la de los téoricos radicales de la Ilustración. La diferencia de Marx con respecto a ellos no está en que su defensa de esos "ideales" se haga con tales reservas; no hay tales reservas. La diferencia está, por el contrario, en que Marx no asume esos conceptos como ideales proclamados simplemente en nombre de la naturaleza humana, sino que los fundamenta filosóficamente. La diferencia es del tipo de la que hay en general entre la Ilustración, por una parte, y Kant y el Idealismo alemán por la otra. Lo uno es polémica, lo otro es filosofía.Porque es "crítico" en el sentido griego de la palabra, porque apunta a los fundamentos de su época, Marx descubre en la sociedad moderna dos contradicciones:2.a. En la racionalización científico-técnica de la producción.2.b. En la forma de de la democracia burguesa.Pero no se queda a esperar que salte por los aires: la contradicción marca dos tendencias posibles, y Marx no es neutral (como no lo es Kant entre inmoralidad y moralidad, como no lo es Platón entre paideia o eduacación verdaderamente humana y la apaiedeia). El pensamiento de Marx no es, ciertamente, "humanismo" en ningún sentido doctrinal del término; pero pertenece a la historia que se inició con Grecia; y el "socialismo de Marx" es, a fin de cuentas, una de las últimas variantes de la reivindicación de una verdad universal.Podemos afirmar por tanto que Marx está del lado de la racionalidad científico-técnica y del lado de la república democrática. Lo uno no es posible sin lo otro. El objetivo socialista es la fusión coherente de ambas cosas.
Capítulo II:
Desarrollo, conceptos básicos y opiniones
La filosofía de Karl Marx
Ideas filosóficas
Durante su juventud, y mientras se formaba en filosofía, Marx recibió la influencia del filósofo alemán predominante en Alemania en aquel tiempo, Hegel. De este autor tomó el método del pensamiento dialéctico, al que, según sus propias palabras, pondría sobre sus pies; significando el paso del idealismo dialéctico del espíritu como totalidad a una "dialéctica del devenir constante" donde la síntesis, a diferencia de Hegel, no había sido realizada. Además, sigue utilizando el método dialéctico para analizar las contradicciones en la historia de la humanidad y, específicamente, aquella entre el capital y el trabajo.
Una interpretación sobre el desarrollo de la obra de Marx, proveniente del francés Louis Althusser, considera que los escritos de Marx se dividen en dos vertientes. Esta interpretación es relevante en la exegética marxista, pero a la vez es muy polémica y pocos autores la mantienen al día de hoy. Althusser encuentra dos etapas:
1 – Marx joven (hasta 1845) período en que estudia la alienación (o enajenación) y la ideología, desde una perspectiva cercana al humanismo influida en gran parte por la filosofía de Ludwig Feuerbach.
Marx se pregunta y contesta en sus Manuscritos de 1844:
¿En qué consiste, entonces, la enajenación del trabajo? Primeramente en que el trabajo es externo al trabajador, es decir, no pertenece a su ser; en que en su trabajo, el trabajador no se afirma, sino que se niega; no se siente feliz, sino desgraciado; no desarrolla una libre energía física y espiritual, sino que mortifica su cuerpo y arruina su espíritu. Por eso el trabajador sólo se siente en sí fuera del trabajo, y en el trabajo fuera de sí. Está en lo suyo cuando no trabaja y cuando trabaja no está en lo suyo. Su trabajo no es, así, voluntario, sino forzado, trabajo forzado. Por eso no es la satisfacción de una necesidad, sino solamente un medio para satisfacer las necesidades fuera del trabajo. Su carácter extraño se evidencia claramente en el hecho de que tan pronto como no existe una coacción física o de cualquier otro tipo se huye del trabajo como de la peste. El trabajo externo, el trabajo en que el hombre se enajena, es un trabajo de autosacrificio, de ascetismo. En último término, para el trabajador se muestra la exterioridad del trabajo en que éste no es suyo, sino de otro, que no le pertenece; en que cuando está en él no se pertenece a si mismo, sino a otro. (…) Pertenece a otro, es la pérdida de sí mismo.
Paralelamente a estas ideas describe al hombre con diversas concepciones: lo considera un ser real de carne y hueso; es únicamente el resultado de la historia económica, un predicado de la producción de la misma.
Piensa que el hombre se realiza modificando la naturaleza para satisfacer sus necesidades en un proceso dialéctico en que la transformación de agente y paciente es transformación mutua. La autogeneración del hombre es un proceso real, histórico – dialéctico, entendiéndose la dialéctica como proceso y movimiento a través de la superación sintética de las contradicciones.
Cuando Marx habla de 'realidad' hace referencia al contexto histórico social y al mundo del hombre. Asegura que el hombre es sus relaciones sociales.
Para Marx, lo que el hombre es no puede determinarse a partir del espíritu ni de la idea sino a partir del hombre mismo, de lo que éste es concretamente, el hombre real, corpóreo, en pie sobre la tierra firme. El hombre no es un ser abstracto, fuera del mundo sino que el hombre es en el mundo, esto es el Estado y la sociedad.
La libertad, la capacidad de actuar eligiendo, está limitada a las determinaciones históricas, pero es, al mismo tiempo, el motor de aquéllas cuando las relaciones sociales y técnicas entran en crisis.
Dios, la Filosofía y el Estado constituyen alienaciones en el pensamiento, alienaciones dependientes de la alienación económica, considerada para Marx única enajenación real.
En líneas generales, Marx defiende la idea de que la alineación empobrece al hombre sociohistórico negándole la posibilidad de modificar aspectos de los ámbitos en los que se ve involucrado, provocándole una conciencia falsa de su realidad. Sin embargo, éste es un hecho que puede suprimirse.
Políticamente, el pensador alemán aboga por una sociedad comunista. Entre el hombre alienado (aquel que no coincide consigo mismo) y el hombre comunista (aquel que finalmente es igual a hombre) se coloca el proceso transformador. Sólo en la sociedad comunista habrá desaparecido toda alienación.
2 – Marx maduro (1845-1875): Según Althusser, 1845, el año de La ideología alemana y las Tesis sobre Feuerbach, marca la ruptura epistemológica (concepto tomado de Gaston Bachelard). A partir de la cual Marx rompe con su etapa anterior, ideológica y filosófica, e inaugura un período científico en el cual desarrolla estudios económicos e históricos usando el método del materialismo histórico. Como diría Althusser, Marx inaugura el continente historia.
Este es, eminentemente, el período de su magna obra: El capital. Crítica de la economía política. No hay que olvidar, por otro lado, los textos de los que esta obra surge: la Contribución a la crítica de la economía política (que dará material para el primer capítulo de El capital) o los Grundrisse, cuyo tardío descubrimiento dio mucho que hablar sobre las continuidades de Marx con su primera etapa, y proporcionó de argumentos a los críticos de la ruptura epistemológica. Durante su etapa de madurez, la obra de Marx se vuelve más sistemática y surgen sus conceptos económicos más destacados: la teoría del valor, la explotación como apropiación de plusvalía, o la teoría explicativa sobre las crisis capitalistas.
Sin embargo otros autores, incluido Erich Fromm, niegan la "ruptura epistemológica" y sostienen que la idea de enajenación es la fundamental durante todo el pensamiento de Karl Marx. Más cercanos al humanismo, no consideran que haya un joven y un viejo Marx y reivindican la continuidad de su obra alrededor de un concepto del hombre y su enajenación en el capitalismo.
Pensamiento
Testigo y víctima de la primera gran crisis del capitalismo (década de 1830) y de las revoluciones de 1848, Marx se propuso desarrollar una teoría económica capaz de aportar explicaciones a la crisis, pero a la vez de interpelar al proletariado a participar en ella activamente para producir un cambio revolucionario.
La obra de Marx ha sido leída de distintas formas. En ella se incluyen obras de teoría y crítica económica, polémicas filosóficas, manifiestos de organizaciones políticas, cuadernos de trabajo y artículos periodísticos sobre la actualidad del siglo XIX. Muchas de sus obras las escribió junto con Engels. Los principales temas sobre los que trabajó Marx fueron la crítica filosófica, la crítica política y la crítica de la economía política.
Algunos autores pretendieron integrar la obra de Marx y Engels en un sistema filosófico, el marxismo, articulado en torno a un método filosófico llamado materialismo dialéctico. Los principios del análisis marxista de la realidad también han sido sistematizados en el llamado materialismo histórico y la economía marxista. Del materialismo histórico, que sitúa la lucha de clases en el centro del análisis, se han servido numerosos científicos sociales del siglo XX: historiadores, sociólogos, antropólogos, teóricos del arte, etc. También ha sido muy influyente su teoría de la alienación.
Otros autores, entre los que destaca Louis Althusser, argumentan que los escritos de Marx no forman un todo coherente, sino que el propio autor, al desarrollar sus reflexiones críticas sobre la economía política durante la década de 1850, se desembarazó de su propia conciencia filosófica anterior y comenzó a trabajar científicamente. Desde esta perspectiva no existiría una ciencia marxista, sino un científico, Karl Marx, que fue un pionero en la comprensión de los mecanismos fundamentales que rigen el funcionamiento de la sociedad moderna, en especial con su reelaboración de la teoría del valor, y cuya obra cumbre fue El Capital.
Las obras de Marx han inspirado a numerosas organizaciones políticas comprometidas en superar el capitalismo. Por una parte, habría que señalar la interpretación que han realizado los leninistas, partidarios de que una vanguardia del proletariado, organizada en un partido revolucionario, preparado, si es necesario, para trabajar en la clandestinidad, empuje a la clase obrera a hacerse con el poder mediante la fuerza insurreccional de masas, para así derrocar a sus antiguas clases opresoras y dominantes, la burguesía y la aristocracia, expropiándolas de su control sobre el aparato de Estado y los medios de producción, y procediendo a la construcción de un Estado obrero que, además de instituir a aquélla como clase dominante, le permita avanzar hacia el socialismo —sociedad altamente igualitaria y solidaria, sobre la base de la democracia obrera y la propiedad social sobre los medios de producción, y un fuerte desarrollo productivo y cultural, con una economía planificada capaz de suplir holgadamente las principales necesidades mayoritarias y la desaparición de la división de la sociedad en clases, hasta llegar al comunismo —sociedad sin clases sociales y sin Estado, basada en un altísimo nivel de civilización.
Por otra, la que realiza la socialdemocracia, en sus orígenes contraria a la táctica revolucionaria y partidaria de avanzar hacia el socialismo a través de progresivas reformas parlamentarias (hay que decir que la mayoría de partidos socialdemócratas han ido poco a poco reformando sus planteamientos, hasta aceptar la economía de mercado). Otros teóricos, como los del comunismo consejista son partidarios de la toma del poder por parte de la clase obrera autoorganizada y no por parte de un partido.
La triple influencia del pensamiento de Marx
Así, se ha convertido ya en un tópico tradicional presentar la obra de Marx como el resultado de una triple influencia: la de la filosofía hegeliana, asimilada en sus años de estudiante en Berlín; la de la economía política inglesa, en la que se inicia durante su primer exilio en París; y la del socialismo francés, con el que también entrará en contacto durante su primer exilio en París, (llamado posteriormente "socialismo utópico", por contraposición a su propia interpretación del socialismo, conocida como "socialismo científico"). Esta triple influencia se puede desglosar en los siguientes elementos:
1) De la filosofía hegeliana o, más bien, como resultado de su crítica del idealismo, tal como lo presentaba Hegel, (o sus seguidores, tanto de la derecha como de la izquierda hegeliana), conservará algunos conceptos que resultarán fundamentales en su pensamiento (especialmente las ideas de dialéctica y de historia como proceso orientado hacia un fin.
2) Del "socialismo utópico" francés (Saint-Simón, Fourier, Proudhom) tomará las ideas socialistas y revolucionarias de su pensamiento político, como la idea de la lucha de clases.
3) De la economía política inglesa (Adam Smith y David Ricardo), tomará las herramientas técnicas del análisis económico y sobre todo la idea del valor-trabajo como eje articulador de toda actividad productiva.
Se ha discutido el carácter y la permanencia de esta triple influencia en el conjunto de su obra. Los estudiosos del marxismo están de acuerdo, no obstante, en que no se puede reducir su pensamiento a un simple desarrollo de estos tres elementos, sino que el pensamiento de Marx va más allá de las implicaciones de cada uno de ellos tomado aisladamente, no pudiendo reducirse tampoco a una mera síntesis entre ellos; por el contrario, a partir de ellos Marx habría desarrollado un nuevo marco conceptual sobre el que acabaría construyendo su pensamiento: un pensamiento original, creativo, que ejercerá una influencia considerable en el desarrollo del pensamiento, (no sólo político y social, lo que resulta indudable), de la segunda mitad del siglo XIX y a lo largo de todo el siglo XX.
A) La crítica a la filosofía hegeliana
Marx rechazará la concepción hegeliana de la realidad, al considerar que la filosofía de Hegel suponía la afirmación de que todo lo real no era más que manifestación del Espíritu Absoluto, de la Idea, por lo que toda la realidad era reducida a idea, en última instancia. La naturaleza se presentaba, así, como un momento del desarrollo del Espíritu Absoluto, en el que lo ideal se niega en lo material, presentándose la materia como pura negatividad, una materia que debe reconciliarse con la idea para adquirir un status ontológico "positivo", pero que no por ello pierde su carácter ideal. La dialéctica hegeliana supone que, en el despliegue y desarrollo de la realidad, el sujeto y el objeto se oponen como momentos de ese mismo desarrollo, por lo que insiste en la afirmación de su carácter ideal, es decir, negando que puedan tener realidad independientemente el uno del otro. Dado que la comprensión de esa mutua dependencia, simplificando la explicación hegeliana, es el resultado de la actividad racional, de la conciencia, donde se manifiesta como tal dependencia, Hegel entiende que es en el desarrollo de la conciencia donde se encuentra la clave para comprender y explicar la realidad como un movimiento que va desde la conciencia hacia la autoconciencia, por lo que, en última instancia, puede definir el Absoluto como "el pensamiento que se piensa a sí mismo", como realidad auto pensante, como Espíritu. La realidad es concebida, pues, como pensamiento, como algo de carácter estrictamente racional, por lo que toda forma de realidad no puede ser sino mera expresión del pensamiento, del Espíritu.
"Así como la esencia, el objeto, aparece como esencia pensada, así el sujeto es siempre conciencia o autoconciencia; o mejor, el objeto aparece sólo como conciencia abstracta, el hombre sólo como autoconciencia; las diversas formas del extrañamiento que allí emergen son, por esto, sólo distintas formas de la conciencia y de la autoconciencia. Como la conciencia abstracta en sí (el objeto es concebido como tal) es simplemente un momento de diferenciación de la autoconciencia, así también surge como resultado del movimiento la identidad de la autoconciencia con la conciencia, el saber absoluto, el movimiento del pensamiento abstracto que no va ya hacia afuera, sino sólo dentro de sí mismo; es decir, el resultado es la dialéctica del pensamiento puro". (Marx, Manuscritos económico-filosóficos).
Marx rechazará esta concepción de la realidad como Espíritu Absoluto, al considerar que no es la conciencia, (el pensamiento), la esencia o elemento revelador y productor de la realidad, sino, por el contrario la actividad material el agente productor de la conciencia. Es cierto que la realidad es, para Hegel, lo Absoluto, la totalidad de lo real, pero también lo es que el Absoluto se concibe esencialmente como sujeto, como Espíritu, por lo que la relación que establece la filosofía hegeliana entre el ser y el pensar parece conducir a la tesis de que es el pensar el que determina y regula el ser de la realidad. Para Marx, por el contrario, es el ser el que determina el pensar, por lo que la conciencia se produce, pues, en el seno del desarrollo dialéctico de una realidad concebida como materia en movimiento.
Por otra parte, una de las consecuencias del idealismo hegeliano era la consideración de que la realidad social, política, está estructurada racionalmente, por lo que parecía justificar las formas del Estado y de la organización social de su época como el necesario y único orden posible de la realidad. La filosofía hegeliana se presenta, en efecto, como la exposición del sistema de la realidad, en el que todos los elementos encuentran su justificación y su sentido. Ahora bien, esa realidad social, en plena expansión del capitalismo, Marx la considera contraria a lo que una ordenación estrictamente racional podría sugerir, encontrando ahí otro motivo de rechazo a la filosofía hegeliana.
Por lo demás, para el idealismo, el ser humano es fundamentalmente espíritu, un espíritu cuya esencia se resuelve en su autoconciencia, concepción que deriva de una consideración puramente "abstracta" e irreal del ser humano.
Para Marx, por el contrario, el ser humano no puede ser identificado con una esencia o "naturaleza" humana en general; el ser humano está siempre condicionado históricamente por las relaciones en que interviene con los demás seres humanos y con la naturaleza, por las exigencias del trabajo productivo: es un ente social, y socialmente determinado. Su "naturaleza" viene definida por las condiciones de la sociedad en la que se desarrolla su existencia. El idealismo es considerado, así, como un instrumento ideológico, al servicio de la burguesía, cuyo objetivo no es otro que el justificar las formas de explotación dominantes.
No obstante, Marx conservará de la filosofía hegeliana la idea de que la realidad es dialéctica, es decir, que no puede concebirse como un conjunto de objetos, sino como un conjunto de procesos, (lo que tanto Marx como Engels consideraban la dimensión positiva, revolucionaria, de la filosofía hegeliana), pero invirtiendo la dirección en que tal movimiento se produce. En la medida en que se conserva la idea de que la realidad es dialéctica, se mantendrá también la concepción del desarrollo de la realidad como historia: no como un mero conjunto o sucesión de hechos, sino como el resultado de la oposición de elementos contrarios que, superando sus antagonismos, la conducen a un mayor grado de perfección y desarrollo. La concepción materialista de la realidad, la dialéctica y la historicidad son elementos que se generan, pues, a raíz de la crítica de Marx al idealismo hegeliano.
La filosofía hegeliana se había bifurcado en dos corrientes, la derecha y la izquierda hegeliana, que tampoco escaparán a la crítica de Marx. La derecha hegeliana primaba la interpretación cristiana de Hegel, apoyándose en la filosofía de la religión, y adoptando una posición conservadora en las cuestiones sociales y políticas. La izquierda hegeliana, representada por Arnold Ruge, Bruno Bauer y Feuerbach, entre otros, primaba la interpretación crítica de la filosofía de la religión, partiendo de la crítica que Hegel había hecho del cristianismo, y adoptando posiciones renovadoras en lo político. Marx criticará a la derecha hegeliana su papel justificador de una sociedad plagada de desigualdades y limitaciones políticas, al desarrollar una filosofía que propone la aceptación de la historia y de su resultado final, el Estado alemán de la época, al que presenta como la realización suprema y acabada de la dialéctica de lo Absoluto.
Respecto a la izquierda hegeliana, pese a las simpatías iniciales por ella y a la amistad que mantuvo con algunos de sus representantes, Marx criticará su incapacidad para ir más allá de la crítica académica de la religión y la petición de algún derecho político, expresión de su idealismo revolucionario e ingenuo, crítica que será recogida en obras como "La sagrada familia" o "La ideología alemana". De Feuerbach, no obstante, le atraerá inicialmente su defensa del materialismo, pero le decepcionará que se trate de un materialismo mecanicista (olvidando, pues, la dialéctica), y que sus reflexiones se queden en un plano puramente teórico. Lo que Marx consideraba positivo en la filosofía hegeliana, la concepción dialéctica de la realidad, Feuerbach lo elimina de su discurso; y lo que Marx consideraba negativo, la consideración puramente teórica, abastracta, de la realidad, como algo que ocurre en y para la conciencia, Feuerbach lo conserva en su discurso.
Particular consideración le merece, no obstante, el estudio que Feuerbach hace de la alienación, del que partirá Marx para elaborar su propia concepción, que ocupará un lugar destacado en el conjunto de su pensamiento, especialmente acentuado por quienes ven en el marxismo un humanismo. El resultado de la crítica a la izquierda hegeliana se plasma en las breves "XI Tesis sobre Feuerbach", expresión de su ruptura definitiva con el idealismo hegeliano y el de sus epígonos, que deberá ser sustituido por una filosofía (si este término tiene ya algún sentido para Marx) de la "praxis".
Difusión del Marxismo
Esta difusión se dio entre el proletariado y pensadores europeos, y llegó a ser identificado con el socialismo y el movimiento obrero. Se crearon Partido Socialista Obrero Español (PSOE), obrero francés, social demócrata alemán y social demócrata ruso. El primer partido que llego al poder lo hizo en Rusia.
CONCEPTOS BÁSICOS DE TEORÍA MARXISTA
Materialismo Histórico:
Decía que la producción era la base de todo, el orden social se establecía según la producción, a lo largo de la historia se han sucedido diversos modos de producción:
La comunidad primitiva.
El esclavismo.
El feudalismo.
El capitalismo.
El comunismo.
Todos los cambios sociales y revolucionarios políticos se han de buscar en las transformaciones producidas en los modelos de producción.
Dialéctica:
La base de la dialéctica marxista es la helegiana. El método dialéctico de Hegel consiste en que cada manifestación del Espíritu engendra su propia contradicción, que implica una negación de lo afirmado. La manifestación del espíritu es la tesis, esta tesis tiene una contradicción y entonces se produce una antítesis, ahora bien, tanto la tesis como la antítesis se perfeccionan en una síntesis en la que queda absorbido lo afirmado (t) y lo negado (a) convirtiéndose en una nueva afirmación o tesis que inicia un nuevo procesos anterior, hasta llegar a la idea absoluta que es el máximo en perfección. En su filosofía de la historia Hegel parte de los pueblos orientales que se desenvuelven dialécticamente hasta llegar al Estado Ideal.
Carlos Marx criticó el sentido ideal de la dialéctica de Hegel, en la que dice que está totalmente desconectado de la realidad. Marx parte de una concepción materialista. Son las relaciones de producción y de cambio, es decir, las relaciones económicas, las que determinan dialécticamente el curso de la historia, o sea cambio el desarrollo de la idea o espíritu por el del mundo materialista y económico.
Marx termina diciendo que no es la conciencia de los seres humanos lo que determina a su ser, sino el ser social lo que determina su conciencia.
El método dialéctico lo llevo a sostener que el capitalismo industrial (afirmación o tesis) engendra al proletariado (negación) y ambas contradicciones son superadas en la sociedad sin clases. Además, Marx definió al hombre en relación con su dimensión productiva y económica y encontró en la creación del estado, la propiedad y el capital el origen de toda la enajenación humana.
Sin profundizar, la dialéctica es el método del que se sirve Marx para dar funcionamiento a la perspectiva teórica que representa el Materialismo Histórico. Existen diferencias de forma y fondo con los usos, dependiendo de quién le interprete. Simplemente, en la lógica de Marx es básicamente un método.
Propiedad privada:
El marxismo habla de abolir la propiedad de los medios de producción en cuanto ello está realizado por el trabajo social, y no puede pertenecer a nadie privadamente, ya que tal situación configura un poder en manos de un sector que determina la explotación de otro. Para el marxismo el capital no es una fuerza personal, sino una fuerza social, que se obtiene por medio del trabajo colectivo. Además sostiene que la propiedad de los medios de producción debe ser abolida porque institucionaliza la explotación del hombre por el hombre.
Valor-Trabajo
Para el marxismo, el valor está determinado por el trabajo que los bienes contienen, y este se mide por el tiempo necesario para producirlo. Según él, sólo el trabajo es lo que posibilita que un bien tenga valor. Con esto quiere decir que hay bienes con un gran valor y cuya obtención ha costado poco trabajo. En conclusión a mayor tiempo de corresponde mayor valor e inversamente a menor tiempo menos valor. Por trabajo eso, una máquina que tiene una gran productividad, proporcionará artículos más baratos, mientras que si el mismo producto es hecho a mano, costará más caro.
Plusvalía
Al alcanzar la producción de mercancías un determinado grado de desarrollo, el dinero se convierte en capital. La fórmula de la circulación de mercancías era: M (mercancía) – D (dinero) – M (mercancía), es decir, venta de una mercancía para comprar otra.
La fórmula general del capital es, por el contrario, D – M – D, es decir, compra para la venta (con ganancia). El crecimiento del valor primitivo del dinero que se lanza a la circulación es lo que Marx llama plusvalía. Ese "acrecentamiento" del dinero lanzado a la circulación capitalista es un hecho conocido de todo el mundo y es lo que convierte el dinero en capital, en una relación social de producción determinada. La plusvalía no puede provenir de la circulación de mercancías, pues, ésta sólo conoce el intercambio de equivalentes; tampoco puede provenir de un aumento de los precios, pues las pérdidas y las recíprocas de vendedores y compradores se equilibrarían; se trata de un fenómeno social medio, generalizado, y no de un fenómeno individual. Para obtener la plusvalía, "el poseedor de dinero necesitan encontrar en el mercado una mercancía cuyo valor de uso posea la singular propiedad de ser fuente de valor, una mercancía cuyo proceso de consumo sea, a la par, proceso de creación de valor. Y esta mercancía existe: es la fuerza del trabajo del hombre. Su uso es el trabajo, y el trabajo crea el valor. El poseedor de dinero compra la fuerza de trabajo por su valor, como el de cualquier otra mercancía, por el tiempo de trabajo necesario para su producción (es decir, por el costo del mantenimiento del obrero y su familia). Una vez comprado la fuerza de trabajo, el poseedor de dinero tiene el derecho de consumirla, es decir, de obligarla a trabajarla durante un día entero, supongamos que durante doce horas. Pero el obrero crea en seis horas (tiempo de trabajo "necesario") un producto que basta para su mantenimiento, durante las seis horas restante (tiempo de trabajo "suplementario") engendra un "plusproducto" no retribuido por el capitalista, que es la plusvalía. Desde el punto de vista del proceso de producción, en el capital hay que distinguir dos partes: el capital constante, invertido en medios de producción (máquinas, instrumentos de trabajo, materias primas, etc.) – y cuyo valor pasa sin cambios (de una vez o en partes) al producto elaborado -, y el capital variable, que es el que se invierte en pagar la fuerza de trabajo. El valor de este capital no permanece inalterable, sino que aumenta en el proceso del trabajo al crear la plusvalía. Para expresar el grado de explotación de la fuerza de trabajo por el capital, tenemos que comparar la plusvalía no con el capital total, sino con el capital variable.
El concepto Marxista del Estado:
Marx dice, que las ideas de una época son las de la clase dominante. En consecuencia el Estado burgués tiene la tarea de asegurar, no solo, las relaciones de producción y la propiedad privada de sus instrumentos, sino la de desarrollar la cultura y educación burguesa. ¿Y qué es el gobierno? Para Marx "…El gobierno del Estado moderno no es más que una junta que administra los negocios comunes de toda la burguesía…""…El Estado no tendrá razón de existir cuando se hayan suprimido las clases sociales…"
La Lucha de clases
Todo el mundo sabe que en cualquier sociedad las aspiraciones de los otros, que la vida social está llena de contradicciones, que la historia nos muestra la lucha entre pueblos y sociedades y en su propio seno; sabe también que se produce una sucesión de períodos de revolución y reacción, de paz, y de guerras, de estancamiento y de rápido progreso o decadencia. El marxismo da el hilo conductor que permite descubrir la lógica en este aparente laberinto y caos: la teoría de las luchas de clases. Sólo el estudio del conjunto de aspiraciones de todos los miembros de una sociedad dada, o de un grupo de sociedades, permite fijar con precisión científica el resultado de estas aspiraciones.
El origen de esas aspiraciones contradictorias son siempre las diferencias de situación y condiciones de vida de las clases en que se divide toda sociedad. La historia de todas las sociedades que han existido hasta nuestros días – escribe Marx en el Manifiesto Comunista (exceptuando la historia de la comunidad primitiva)- es la historia de las luchas de clases. Hombres libres y esclavos, patricios y plebeyos, señores y siervos, maestros y oficiales, en una palabra: opresores y oprimidos se enfrentaron siempre, mantuvieron una lucha constante, velada unas veces, y otras franca y abierta; lucha que terminó siempre con la transformación revolucionaria de toda la sociedad o del hundimiento de las clases beligerantes… La moderna sociedad burguesa, que ha salido de entre las ruinas de la sociedad feudal, no ha abolido las contradicciones de clases. Únicamente ha sustituido las viejas clases, las viejas condiciones de opresión, las viejas formas de lucha por otras nuevas. Nuestra época, la época de la burguesía, se distingue, sin embargo, por haber simplificado las contradicciones de clase. Toda la sociedad va dividiéndose, cada vez más, en dos grandes campos enemigos, en dos grandes clases, que se enfrentan directamente: la burguesía y el proletariado. Desde la Gran Revolución Francesa, la historia de Europa pone de manifiesto en distintos países con particular evidencia la verdadera causa de los acontecimientos, la lucha de clases. Ya la época de la restauración dio a conocer en Francia algunos historiadores (Thierry, Guizot, Mignet, Thiers) que, al sintetizar los acontecimientos, no pudieron por menos de ver en la lucha de clases la clave para la compresión de toda la historia francesa. Y la época contemporánea, la época que señala el triunfo completo de la burguesía y de las instituciones representativas, del sufragio amplio (cuando no es universal), de la prensa diaria barata y que llega a las masas, etc., la época de las potentes asociaciones obreras y patronales cada vez más vastas, etc., muestra de un modo todavía más patente (aunque a veces en forma unilateral,"pacífica","constitucional") que la lucha de clases es el motor de los acontecimientos. El siguiente pasaje del Manifiesto Comunista nos muestra lo que Marx exigía de la sociología para el análisis objetivo de la situación de cada clase en la sociedad moderna, en relación con el análisis de las condiciones de desarrollo de cada clase: De todas las clases que hoy se enfrentan con la burguesía, solo el proletariado es una clase verdaderamente revolucionaria. Las demás clases van degenerando y desaparecen con el desarrollo de la gran industria; el proletariado, en cambio, es su producto más peculiar. Las capas medias – el pequeño industrial, el pequeño comerciante, el artesano, el campesino -, todas ellas luchan contra la burguesía para salvar de la ruina su existencia como tales capas medias. No son revolucionarias, sino conservadoras. Más todavía, son reaccionarias, ya que pretenden volver atrás la rueda de la historia.
Son revolucionarias únicamente cuando tienen ante sí la perspectiva de su tránsito inminente al proletariado, defendiendo así no sus intereses presentes, sino sus intereses futuros, cuando abandonan sus propios puntos de vista para adoptar los del proletariado. En bastantes obras históricas, Marx nos ofrece ejemplos profundos y brillantes de historiografía materialista, de análisis de la situación de cada clase concreta y a veces de los diversos grupos o capas que se manifiestan dentro de ella, mostrando hasta la evidencia por qué y cómo "toda lucha de clases es una lucha política". El pasaje que acabamos de citar indica lo intrincada que es la red de relaciones sociales y grados transitorios de una clase a otra, del pasado al provenir, que Marx analiza para extraer la resultante de la evolución histórica.
El proletariado como clase revolucionaria:
El capitalismo convierte en proletariado a más de la mitad de los individuos de un país, por eso esta clase social al no querer perecer o morir está obligada a hacer una revolución: toma en sus manos el poder (dictadura del proletariado), y convierte los medios de producción en propiedad del Estado. Así acaba con todas las diferencias entre clases él, y de esta forma se llegará al verdadero comunismo.
Relaciones de Producción:
Relaciones Sociales de Producción: Una de las formas que asumen las Relaciones de Producción, tiene utilidad teórica, la otra es la Relación Técnica. Se define como la relación que se establece entre los individuos, es decir, son los vínculos que se establecen entre los hombres que participan en el proceso de producción, de aquí surgen las clases sociales.
Relaciones Técnicas: Son aquellas que se establecen entre un individuo y el medio de producción y el proceso de trabajo en general. Da lugar a la división técnica del trabajo.
Fuerzas Productivas:
Conjunto de medios de producción que cada sociedad utiliza para obtener los distintos bienes necesarios para la subsistencia.
Comprende las riquezas naturales o materias productivas, los conocimientos y medios técnicos utilizados para la producción, y la propia fuerza productiva del ser humano.
El socialismo desde el punto de vista marxista
Carlos Marx y Engels crearon una doctrina sólida basada en la síntesis de la filosofía helegiana, la economía clásica británica y el socialismo francés. Marx consideró la sociedad como un todo estructurado en el que los elementos determinantes eran los factores y relaciones de producción y la lucha de clases y vio en la revolución violenta el único medio para imponer la dictadura del proletariado, un nuevo orden que habría de conducir a una sociedad justa, igualitaria y solidaria. Marx denomino a su doctrina socialismo científico y considero utópicas las anteriores teorías socialistas. El marxismo conceptúa al socialismo como el resultado inevitable de las leyes que condicionan el desarrollo del capitalismo.
Marx y Engels evitaron intencionalmente definir el socialismo, al que, fundamentalmente lo presentan como una negación del sistema capitalista en el que el proletariado sería sujeto y el objeto del cambio revolucionario. Se trata de transformar el modo de producción capitalista en uno socialista. Para ello es necesario abolir la propiedad privada de los medios de producción.
Marx y Engels, ni ningún socialista, hablaron de abolir la propiedad privada de uso particular. Solamente se socializará la que es utilizada como instrumento para explotar a otros hombres. El socialismo pretende ser el único sistema que puede asegurar a todos el acceso a una vivienda digna. Este será el punto de partida del desarrollo socialista.
El objetivo más importante del funcionamiento del socialismo fue expuesto por Marx en su obra "Crítica del Programa de Gotha" la cual cita que la táctica del proletariado debe tener presente en cada etapa de desarrollo dos partes:
Una parte, aprovechando las épocas de estancamiento político para desarrollar la conciencia, la fuerza y la capacidad combativa de la clase de avanzada y por otra parte, encauzando toda esta labor de aprovechamiento hacia el "objetivo final" del movimiento de dicha clase.
Esto es lo que permitiría entrar en la segunda etapa, la de la realización comunista. En ella desaparecerá el estado, instrumento que era resabio de las épocas en que la sociedad estaba dividida en clases y se utilizaba para asegurar el dominio de los explotadores sobre los explotados. En esta etapa inicial del socialismo, fue necesario su mantenimiento para consolidar el triunfo revolucionario y la abolición de las clases sociales. Ahora, con la extinción de éstas, ya no será necesario y deberá ser reemplazado por otro instrumento que solamente se encargue de la administración de las cosas. Se impondrá la creatividad humana, el hombre valorará su doble condición de individuo y de miembro de la sociedad, lo que posibilitará e impulsará el crecimiento de los dos términos. Los seres humanos serán valorados por una doble condición: capacidad y necesidad.
En la etapa comunista no se establecerán separaciones entre trabajadores manuales e intelectuales, entre hombres de campo y de ciudad entre hombres y mujeres, etc. La fórmula distributiva será la siguiente: "de cada cual según su capacidad y a cada cual según se necesidad"
El beneficio personal se logra por medio, no sólo del trabajo, sino de la especulación. Además los seres humanos que viven en el capitalismo, no se ven como tales sino en función de las cosas que poseen o de las que quieren alcanzar, para lo cual los otros hombres no son más que meros instrumentos.
No se puede concebir una sociedad en la que para producir se empleen máquinas que trabajan automáticamente y se mantengan las relaciones de explotación que caracterizan al binomio capitalistas-trabajadores. El momento en el que el capitalismo haya desarrollado todas las fuerzas productivas, indicará el tránsito hacia la sociedad socialista.
El socialismo se implanta también en las naciones subdesarrolladas. Aquí juegan otros factores: la oportunidad política, las condiciones extremas de miseria que las hacen posible, un grupo revolucionario eficaz, coyunturas internacionales favorables, etc. Sin embargo, en otros casos, la aplicación del socialismo, pese al apoyo mayoritario de la sociedad, costará esfuerzos mayores.
Marx llamo socialismo a la fase inferior de la sociedad comunista. En consecuencia es comprensible por qué muchos partidos que se llaman comunistas como el PCUS actúan en una república denominada socialistas hacen referencia a líderes como Lenin, conocido como comunista, o se refieren al comunismo como objetivo final.
Del marxismo, o socialismo científico, se han derivado distintas corrientes que se denominan socialistas o comunistas, o en otros casos adoptan el nombre de su teórico principal. A la mayoría se las puede incluir en el socialismo científico o marxismo.
Diversas opiniones de la doctrina marxista
La Iglesia ha rechazado también las soluciones perversas del colectivismo marxista, que ahoga la libertad, reprime la iniciativa, reduce la persona humana a la simple condición de mera pieza de un engranaje, fomenta el odio y termina en el empobrecimiento que quería superar, y en la más degradante esclavitud.
(Discurso a los habitantes de la favela Lixiao de San Pedro, en Victoria, Brasil, 19 de octubre de 1991.)
La memoria histórica […] debe acompañarnos para que podamos atesorar la experiencia de estos interminables decenios en los que también vuestro país ha experimentado el peso de una férrea dictadura que, en nombre de la justicia y de la igualdad, ha violado la libertad y la dignidad de las personas y de la sociedad civil. ¿Cómo ha podido suceder todo esto? El análisis sería complejo. Sin embargo, me parece que puedo decir que entre las razones no últimas se encuentra el ateísmo militante en el que se inspiraba el marxismo: un ateísmo ofensivo incluso contra el hombre, a cuya dignidad arrebata el fundamento y la garantía más sólida. A este error se añadían otros, como la concepción materialista de la historia la visión ásperamente conflictiva de la sociedad, el papel "mecánico" atribuido al partido único, señor del Estado. Todo convergía para que este sistema nacido con la presunción de liberar al hombre terminase por convertirlo en esclavo.
(Discurso a los intelectuales en Vilnius, Lituania, 5 de septiembre de 1993)
Porque tenían miedo de la libertad, los ideólogos transformaron una puerta en un muro. Precisamente en este punto de Berlín, simultáneamente punto de conjunción de Europa y punto de división artificial entre el Este y el Oeste, precisamente en este punto se ha manifestado a todo el mundo el rostro despiadado del comunismo, al cual resultan sospechosos los deseos humanos de libertad y de paz. Teme, sobre todo la libertad de espíritu.
(Discurso en la puerta de Brandeburgo, Berlín, en la ceremonia de despedida de su viaje a Alemania, 23 de junio de 1996)
En un discurso a Moscú el 1 de enero de 1991, Boris Yeltsin dijo: "Nuestro país no ha tenido suerte…Se decidió realizar este experimento marxista en nosotros…Y simplemente nos empujo fuera del camino de los países civilizados… Al final demostramos que estas ideas no tienen cabida en ninguna parte."
CAPÍTULO 3
Augusto Comte y su filosofía
Auguste Comte., cuyo nombre completo es Isidore Marie Auguste François Xavier Comte. Se le considera creador del positivismo y de la disciplina de la sociología aunque hay varios sociólogos que sólo le atribuyen haberle puesto el nombre.
Biografía
Pensador francés, nació en Montpellier en 1798, padre del positivismo (1798 – París). Interrumpiendo la tradición católica y monárquica de su familia, durante la época de la Restauración se inclinó hacia el agnosticismo y las ideas revolucionarias.
Desde 1817 se vinculó al socialista Saint-Simón, para el cual trabajó de secretario hasta su ruptura en 1824. Descubierto bajo su influencia el problema social, Comte. buscó comprender los problemas sociales a través de conocimiento objetivo propio de las ciencias naturales y buscó trasladarlo al estudio de la realidad social.
Contra la libertad de pensamiento, origen de la anarquía moral que atribuía a la Revolución, no oponía el dogma religioso o los principios de la tradición, sino la «ciencia positiva» que, al atenerse a los hechos tal como son, proporcionaba -según él- el único punto de apoyo sobre el que se podría edificar un futuro de «orden y progreso». Contrario al individualismo y a la democracia, confiaba en un mundo regido por el saber, en el que productores y banqueros ejercerían una especie de dictadura. Tales ideas, fundamento del pensamiento positivista, tuvieron un gran éxito en los países occidentales desde mediados del siglo XIX, proporcionando un credo laico para el mundo del capitalismo liberal y de la industria triunfante. Sin embargo, Comte. vivió una vida desgraciada: el exceso de trabajo le produjo problemas psiquiátricos, un intento de suicidio y el abandono de su mujer. Su rebeldía y su intransigencia le impidieron insertarse en el mundo académico: expulsado en 1817 de la Escuela Politécnica, no pudo acabar sus estudios, que completó de forma autodidacta; luego, aunque llegó a enseñar en la misma escuela desde 1832, no pudo obtener cátedra en ella, y fue expulsado de nuevo en 1844. Sólo la ayuda económica de algunos admiradores (como Littré o John Stuart Mill) le salvó de la miseria. En 1848 creó una Sociedad Positivista, que tuvo seguidores sobre todo en los países anglosajones. Su pensamiento, reflejado en obras como Curso de filosofía positiva (1830-42) o Sistema de política positivista (1851-54), ha ejercido influencia sobre las más diversas ramas del conocimiento (filosofía, medicina, historia, sociología) y sobre diversas corrientes políticas. En el año 1856 escribe el primer volumen de Síntesis subjetiva, obra que quedó incompleta debido a su muerte, acaecida el 5 de septiembre de 1857.
Filosofía
La filosofía de Comte entronca con la revuelta moderna contra los antiguos que inició Francis Bacon y extendió L'Encyclopédie francesa y que consistió, a grandes rasgos, en la asunción de la razón y la ciencia como únicas guías de la humanidad capaces de instaurar el orden social sin apelar a lo que él considera oscurantismos teológicos o metafísicos.
La evidente intención de reforma social de su filosofía se adhiere, sin embargo, a una postura conservadora y contrarrevolucionaria en claro enfrentamiento con las propuestas ilustradas de Voltaire y Rousseau.
Tomando como trasfondo la Revolución Francesa, Comte acusa a estos dos autores de generar utopías metafísicas irresponsables e incapaces de otorgar un orden social y moral a la humanidad.
Los problemas sociales y morales han de ser analizados desde una perspectiva científica positiva que se fundamente en la observación empírica de los fenómenos y que permita descubrir y explicar el comportamiento de las cosas en términos de leyes universales susceptibles de ser utilizadas en provecho de la humanidad.
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