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Filosofía de educación (página 2)

Enviado por hernando


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Los educandos llevados a la Colonia Gorki, fueron en su mayoría niños abandonados que seguramente buscaban el cariño y consejo de sus mayores. "Estos muchachos carecían en absoluto de una ideología callejera y se marchaban con la esperanza de ir a parar a una colonia o a una casa infantil mejor. Se agolpaban en las puertas de la Protección Social de Menores La hermandad pedagógica, obstinada y soberbia, no soltaba tan fácilmente de sus manos a las víctimas que le pertenecían, y, en general, no se imaginaba que pudiera existir una vida humana sin un baño previo de educación socialista". La educación socialista consiste en educar al hombre en buenas condiciones humanas, con el fin de que el educando sea el individuo realizado a sí mismo y para vivir adecuadamente en la sociedad con equidad social, con un juicio racional, que descansen sus postulados sociales en la naturaleza humana. Por cierto, la educación socialista es la formación social del hombre; no se contenta simplemente con tener a los educandos en buenas condiciones, en dar habitación y de comer; sino el baño de la educación socialista está en formar al hombre para la vida futura donde la persona pueda realizarse plenamente, es decir, una educación humana con fines humanos. En palabras de E. Fromm, el socialismo para Marx es un medio que consiste en: "la abolición de la enajenación del hombre, la recuperación del hombre como verdadero ser humano. "Es la resolución definitiva del antagonismo entre el hombre y la naturaleza y entre el hombre y el hombre". Para Marx, el socialismo significaba el orden social que permite la recuperación del hombre, la identificación entre existencia y esencia, la superación de la separación y el antagonismo entre sujeto y objeto, la humanización de la naturaleza; significaba un mundo en el que el hombre no es ya un extraño entre extraños, sino está en su mundo, donde se siente como en su propia morada".

Makarenko, consciente de sus objetivos y del momento social que atraviesa, observó con más minuciosidad a sus educandos y afirmó: "Al mismo tiempo, estos niños no tenían nada de idiotas. En realidad, eran muchachos corrientes, colocados por el destino en una situación increíblemente estúpida: por una parte, estaban privados de todos los bienes del desarrollo humano, por otra parte, el destino les había arrancado a las condiciones salvadoras de la sencilla lucha por la vida al asegurarles la pitanza, mala, pero diaria". Este análisis inmediato le permitió al autor conocer la situación social de sus educandos.

Al mismo tiempo, Makarenko sintió una gran satisfacción al tener a sus colonos. Porque para él "el punto de apoyo" eran los colonos y afirmó "¡Cuatrocientos colonos! Me imaginaba cómo se habría alegrado Arquímedes si le hubieran ofrecido cuatrocientos colonos. Posiblemente hubiese renunciado hasta a su punto de apoyo en su afán de mover el mundo. Con un aire indiferente devoraban la sopa y la mantequilla salieron del comedor, chupándose los dedos sucios y despreciando mis miradas, llenas de una esperanza digna de Arquímedes". La esperanza del futuro está en los niños, es decir, la fuerza humana que va creciendo: son los niños. "Cuatrocientos colonos", es decir, cuatrocientas vidas humanas, esto implica una fuerza poderosa para alcanzar cualquier objetivo planteado.

La realidad descrita de los educandos de Makarenko de ese momento, hizo que el autor se exprese de la siguiente manera: "Y, mientras tanto, a mis pies está la tierra emporcada de Kuriazh, los viejos muros, saturados de olores a sudor, a incienso y los chinches, los pecados seculares de los popes y la miseria purulenta de los niños desamparados. No, esto, naturalmente, no es el mundo real. Esto parece inventado por alguien.". Sí, inventado por alguien, inventado por el hombre mismo, producto de sí mismo. La miseria de la vida social no es un azar, ni mucho menos un castigo sobrenatural, sino es simplemente el producto negativo del hombre.

Sobre todo, el fin está claro, se trata de reeducar a estos niños y adolescentes, porque estos muchachos para Makarenko son una riqueza humana, por eso afirmó con estas palabras el autor: "En conjunto, los muchachos no son malos; a pesar de todo, tienen su personalidad, y esto me ha gustado siempre a mí: hay donde aferrarse". Ese punto de apoyo, es la concepción antropológica del hombre que tuvo el autor: con una vida mejor, con un trato mejor, con una educación adecuada y con métodos humanos, es posible la reeducación de estos muchachos.

2. NECESIDAD DEL CAMBIO SOCIAL: LOS PRINCIPIOS DE LA EDUCACIÓN DE MAKARENKO.

2.1. FORMAR AL HOMBRE PARA UNA SOCIEDAD SANA, ALEGRE Y LIBRE: EL HOMBRE NUEVO.

Una vez expuesto el momento histórico social de la época en la que tocó trabajar a Makarenko y descrita la situación de sus educandos, es preciso señalar los objetivos que pretendió alcanzar con su práctica pedagógica. Por supuesto, el objetivo general es aportar al nuevo sistema político formando hombres para la sociedad comunista. La revolución protagonizada por los proletarios de ese país, cambió el sistema político y se implantó un nuevo sistema en todo nivel. "En nuestro País soviético, – dijo Krupskaya – donde ahora se pasa del capitalismo al socialismo, las cuestiones no son tan simples. El poder está en manos de los obreros y los campesinos, los capitalistas han sido vencidos y las relaciones son más complejas que en la sociedad capitalista, en la que una clase se halla frente a la otra y todo está claro".

Entonces, la labor pedagógica en la colonia Gorki de Makarenko será aportar al nuevo sistema de soviets, con la pedagogía adecuada formando "hombres nuevos" como dijo a continuación Krupskaya: "Nosotros procuramos hacer de nuestros hijos personas multifacéticamente desarrolladas, conscientes y sanas de cuerpo, que no sean individualistas, sino colectivistas, que no se contrapongan a la colectividad, sino que construyan su fuerza y acrecienten su importancia".

Cuando se cambia un sistema estructural político de un país por otro nuevo, es necesario educar al hombre de una nueva forma para que sea parte de ese nuevo sistema. "Lenin decía: Ahora la tarea consiste en crear nuevas relaciones laborales. Durante el feudalismo se trabajaba bajo la amenaza del látigo, durante el Capitalismo, por el miedo al hambre, pero en nuestra época el trabajo debe ser consciente, unido y colectivo".

Para Makarenko, la educación es de utilidad práctica, y a través de ella se puede alcanzar los objetivos sociales; estos objetivos deberán descansar en los fines políticos planteados, en palabras de Makarenko: "La pedagogía, especialmente la teoría de la educación, es ante todo una ciencia de utilidad práctica. No podemos dedicarnos a educar simplemente a la persona, no tenemos derecho a realizar un trabajo educador, sin plantearnos un determinado fin político". La educación es el "medio" más eficaz para alcanzar los fines políticos. En el caso de la URSS, "el fin político es implantar la sociedad comunista", que tiene como fin la equidad de oportunidades, de justicia, de igualdad de toda la humanidad.

De esta manera, la pedagogía es una obra que responde a los intereses sociales. En palabras del autor: "Para mí, la pedagogía es una obra social. Cuando educo a un hombre, debo saber precisamente lo que saldrá de mis manos", porque con la educación se pretende formar hombres para el futuro, de esta manera, con la práctica pedagógica, se pretende educar ciudadanos sanos y útiles a la sociedad.

El objetivo central de la educación de Makarenko es formar al hombre para una sociedad sana, alegre y libre; por esto afirma: "El quid no está, hermano, en los edificios; lo importante es educar al hombre nuevo, pero vosotros, los pedagogos, no hacéis más que sabotearlo todo: el edificio no os gusta y las mesas no son como deben ser. Os falta El fuego revolucionario". El "hombre nuevo" es aquel ser humano con una belleza interior, movido por los impulsos morales asume la tarea humana de construir una sociedad alegre, justa, sana y libre. Esto significa, una sociedad de hombres libres de toda corrupción humana, al ser así, la humanidad habría alcanzado una "vida ideal" planteada por algunos filósofos y pedagogos.

"Nadie puede obligar a hacer locomotoras de cubos viejos o conservas de mondas de patata. Y yo no debo hacer locomotoras ni conservas, sino hombres verdaderamente soviéticos". Para Makarenko el hombre verdaderamente soviético es aquel sujeto formado para construir y vivir en una sociedad sana y humana; es decir, hombre que sabe adecuarse a las circunstancias de la vida y al mismo tiempo sabe emplear buenas estrategias sociales en bien de la comunidad ante cualquier problema. Este hombre no es un ser que carece de fuerza, no es un hombre débil, sino es aquel hombre vigoroso con valores sociales y carácter forjado.

"Todos sabemos perfectamente qué hombre debemos educar; esto lo sabe cada obrero culto y consciente y lo sabe bien cada miembro del Partido. Por lo tanto, las dificultades no estriban en la cuestión de qué hacer, sino de cómo hacer". El problema no queda solucionado con tener una idea de, qué hombre se busca hacer con la educación, sino el problema ahora es cómo llegar a ese fin planteado, en otras palabras, qué método es más eficaz para alcanzar ese fin, porque los fines no pueden justificar los medios en los hechos sociales, menos aún en la educación.

2.2. FORMAR AL "HOMBRE NUEVO" DE UN "MODO NUEVO".

Una vez planteado el "fin" se debe buscar los "medios" para lograrlos. Hay "medios" positivos, neutros y totalmente negativos. En una obra social los medios deben adecuarse a los fines, porque siempre el "fin" y los "medios" están estrechamente relacionados.

Por esta razón, Makarenko reflexiona: "El fruto principal que yo obtenía de mis lecturas era una firme y honda convicción de que no poseía ninguna ciencia ni teoría, de que era preciso deducir la teoría de todo el conjunto de fenómenos reales que transcurrían ante mis ojos. En principio, yo ni siquiera lo comprendía, pero veía, simplemente, que no necesitaba fórmulas librescas, que, de todas suertes, no podría aplicar a mi trabajo, sino un análisis inmediato y una acción también inmediata".

Las teorías más fructíferas son aquellas teorías elaboradas a partir de la experiencia real, las que nacen de los hechos concretos y sólo la relación dialéctica entre estos dos aspectos hace que ambos se fortalezcan para alcanzar resultados óptimos.

Makarenko, consciente de que tiene que encontrar la metodología educativa en el propio hecho real, reafirma lo siguiente: "La técnica puede ser deducida solamente de la experiencia. No se podría haber encontrado las leyes del torneado de los metales si en la experiencia de la humanidad nadie hubiera torneado metales alguna vez. Sólo cuando existe una experiencia técnica, son posibles los inventos, los perfeccionamientos, la selección.". Makarenko quiere decir, la teoría nace de la experiencia; sólo una teoría que nace de la experiencia puede ser aplicada con ciertas correcciones a otros casos reales.

En la época zarista hubo también colonias para delincuentes y vagabundos, pero esta colonia se restringía a vigilar a los internos, aplicando el castigo físico a quienes infringían las normas establecidas, es decir, como una cárcel, donde no se recibe ninguna rehabilitación, sino una condena; esto apaga todo el espíritu sobrante del desafortunado, como el propio autor dijo: "- También antes de la revolución se hacía entrar en vereda a esos vagabundos. Entonces había colonias de delincuentes menores de edad – Esto no es lo mismo, ¿sabes?… Lo de antes no sirve – Precisamente. Y esto quiere decir el hombre nuevo debe ser forjado de un modo nuevo… – Pero nadie sabe cómo…".

El castigo físico no es el método adecuado para formar al "hombre nuevo". De esta manera, en la experiencia pedagógica de Makarenko se irán formando los nuevos métodos adecuados, los cuales serán una respuesta adecuada al sistema estructural que necesita la nueva sociedad comunista de la URSS. En la época zarista campeaba la educación tradicional con un método completamente contrario a la naturaleza humana: el palo y el castigo físico. La disciplina, a diferencia de la concepción de Makarenko, era un "medio" para mantener a los educandos en la obediencia ciega hacia sus superiores.

La tarea educativa es hacer de la persona un elemento activo de la nueva época, por lo tanto, se requieren métodos educativos diferentes, como dijo el autor: "Para nosotros, no bastaba corregir a una persona. Era preciso educarla de un modo nuevo, no para hacer simplemente de ella un miembro inofensivo y seguro de la sociedad, sino para convertirla en un elemento activo de la nueva época.". Por lo tanto, ahora es oportuno entrar en la práctica, o sea, una vez ubicado el problema, planteado el fin de la obra pedagógica y teniendo presente la idea de formar de un "modo nuevo" al educando, es necesario pasar a la acción pedagógica. De esta manera, el siguiente capítulo describe la práctica pedagógica de la Colonia Gorki.

LA PEDAGOGÍA EN LA "COLONIA GORKI": LOS MEDIOS PEDAGÓGICOS.

  • LA PEDAGOGÍA DE LA DISCIPLINA.

Una vez revisada las teorías sobre los métodos de la educación, Makarenko emprende otro camino en su práctica pedagógica, es decir, en la Colonia Gorki "La nueva pedagogía no nació de las torturantes convulsiones de un intelecto de gabinete – afirmó Makarenko -, sino de los movimientos vivos de los hombres, de las tradiciones y reacciones de una colectividad real, de las nuevas formas de amistad y disciplina". Uno de los medios pedagógicos empleados en la Colonia Gorki fue la disciplina.

Para el autor, la disciplina no sólo es un medio, sino también es el fin último. La disciplina no consiste en imprimir la obediencia, la docilidad en los educandos, sino es la "actitud correcta" de los individuos frente a

la sociedad y a sí mismo, como Makarenko arengó a sus educandos: "Elegid, muchachos, qué os conviene más. Yo no puedo actuar de otra manera. En la colonia tiene que haber disciplina. Si no os gusta, marchaos cada uno a donde queráis. Pero el que se quede aquí, observará la disciplina. Como gustéis. Aquí no habrá ninguna cueva de ladrones.". En los primeros meses en la Colonia, Makarenko se enfrenta con problemas de carácter moral, donde los colonos hicieron el desorden robándose entre ellos; esto necesariamente terminó en un acto de repudio, y Makarenko puso fin a los robos utilizando medios pedagógicos -se describe más adelante de manera detallada- sin dañar la frágil colectividad.

Por esta razón, Makarenko reprendió a sus educandos con estas palabras: "… El poder soviético me ha encargado el trabajo: hacer tu vida racional y feliz, tu vida, ¿comprendes?…".

Los primeros días para Makarenko fueron pedagógicamente momentos difíciles para la reeducación de los infractores de la ley y de los vagabundos, el desorden, la indisciplina, el hábito vandálico de los primeros educandos dificultó la reeducación. Makarenko en un momento de tensión salió del marco pedagógico, enfadado por la grosería de Zadórov, abofeteó a este educando y posteriormente afirmó de esta manera el autor: "En el terreno de la disciplina, el incidente con Zadórov había señalado un viraje. Y, en honor a la verdad, yo no me sentía atormentado por ningún remordimiento de conciencia. Sí, había abofeteado a un educando. Yo experimentaba toda la incongruencia pedagógica, toda la ilegalidad jurídica de aquel hecho, pero al mismo tiempo comprendía que la pureza de mis manos pedagógicas era un asunto secundario en comparación con la tarea planteada ante mí". En el terreno de la formación del hombre, no se puede echar a perder un fin planteado por una causa de un amotinamiento de un educando, sino sobre todo está el fin último que alcanzar. Por supuesto, Makarenko no justifica el castigo físico; sino reconoce que fue una "incongruencia pedagógica".

Makarenko reconoció su falta de la siguiente manera: "Sin embargo, es preciso señalar que yo no pensaba ni por un minuto haber hallado en la violencia un medio todopoderoso de pedagogía. El incidente con Zadórov me había costado más caro que al mismo Zadórov más fuerte que yo, podía haberme mutilado de un golpe. Considere usted, además que no tiene miedo a nada, como tampoco tiene miedo Burún y los demás. En toda historia ellos no ven los golpes, sino la ira, el estallido humano".

Por cierto, Makarenko fue enemigo de la pedagogía del palo y del castigo físico, porque éste simplemente educa esclavos y no hombres libres; de ninguna manera el autor justifica la violencia, sino el incidente con Zadórov, fue un caso circunstancial, no ha sido una obra sistemática de la labor pedagógica -como ocurre en la pedagogía tradicional: "la letra entra con sangre". Pero el resultado fue satisfactorio, los colonos no ven los golpes – como dijo el autor – sino el estallido humano, en otras palabras, ven en la ira la intención del profesor, esta ira de Makarenko tuvo un contenido humano, este contenido se trataba de ayudar a ellos. De esta manera, los colonos dan su consentimiento a la exigencia de su profesor y cambian de comportamiento colaborando con él.

Poco a poco, Makarenko instauró la disciplina en la Colonia, aquélla es sumamente necesaria en una tarea complicada: "Nuestra disciplina será rigurosa. La disciplina nos es necesaria porque lo que tenemos que hacer es mucho y difícil. Y lo haremos mal si entre nosotros no hay disciplina" -dijo Makarenko.

La disciplina para Makarenko ha sido un medio fundamental en su labor pedagógica. La disciplina implica para este autor una actitud correcta de los educandos dentro de una estructura colectiva, con intenciones sanas y un trabajo consciente que brota de la pureza humana. Poco a poco este ambiente se instauró en la colonia, pero todavía frágil. El mismo autor lo dijo así: "Pronto conseguimos instaurar en el molino – fue una de las actividades en la Colonia Gorki – el mismo ambiente que en la colonia. Había animación, alegría, la disciplina andaba con pisadas suaves y severas, agarrando cuidadosamente, delicadamente, a los infractores casuales y los colocaba en su sitio". De esta manera, el orden en la Colonia iba adquiriendo un valor para los mismos educandos. Es cierto, el hombre por naturaleza tiene terror al desorden social; las infracciones de la ley no se dan porque la persona haya nacido para infringir, sino las causas brotan de la misma sociedad y las obliga a actuar de esa manera.

"El quid de la educación reside en que los chicos y chicas se hacen infractores de la ley o anormales debido a la existencia de una pedagogía infractora de la ley o anormal". La disciplina es la armonía entre los individuos dentro de una colectividad, en donde todos siente una confianza agradable y al mismo tiempo sienten la unidad hacia un fin común: de superar su situación social. Por esta razón, donde hay disciplina hay una vida armoniosa -reciprocidad, alegría, libertad, trabajo- donde los educandos de una colectividad están lejos de cometer infracciones.

Entonces, ""La iniciativa debe consistir en replegarse en orden y en atenerse rigurosamente a la disciplina", dijo Lenin en 27 de marzo el 1922 en el XI Congreso del Partido Comunista de Rusia."

La disciplina es un "medio" pedagógico y al mismo tiempo es un "fin" pedagógico. Es un "medio" porque instaurar la disciplina en un ambiente de desorden inspira al educando el valor de la vida y su belleza, pero al mismo tiempo, la disciplina es el "fin" último: lograr hombre disciplinado, como a continuación dijo el autor: "La disciplina es la suma de la influencia educadora, incluidos también los procesos de instrucción, formación política, organización del carácter, choques, conflictos y su solución en la colectividad, del proceso de amistad y confianza, así como decididamente de todo el proceso educativo, incluyendo también los procesos de educación y desarrollo físico, etc.".

En la Colonia Gorki, Makarenko poco a poco logra instaurar una disciplina consciente. Al pasar del tiempo, ésta fue una belleza de la vida con hombres nuevos, partidarios de la disciplina. El éxito fue el buen uso de la palabra "disciplina" no como un dominio, sino como un valor social que da sentido a una colectividad en movimiento llena de vida.

Es imprescindible ante todo la disciplina cuando se trata de realizar una tarea en medio de un conflicto social, de esta manera, el autor reiteró el valor de ésta cuando se trata de alcanzar una tarea complicada como es la formación del "hombre nuevo": "Nuestro país necesita la disciplina porque estamos realizando una obra heroica, de importancia mundial, porque estamos rodeados de enemigos y tendremos que luchar, tendremos que luchar sin falta. Debéis salir de la colonia templados, conociendo el valor de la disciplina".

3. 2. LA PEDAGOGÍA DE LA CONFIANZA.

Los educandos de Makarenko fueron chicos infractores de la ley y vagabundos, la mayoría con antecedentes criminales, esto dificultaba el buen desenvolvimiento pedagógico. A pesar de todo, Makarenko jamás mostró desconfianza ante sus educandos, sino más bien actúo de manera más tranquila con sus estudiantes, aunque sabía muy bien que tenían antecedentes negativos. El método fundamental para corregir a los infractores de la ley era ignorar sus antecedentes negativos. Este hecho asombró a los propios educandos, cuando con toda confianza mandó a cobrar una suma de dinero a uno de sus educandos S. Karabánov a dos semanas de retorno a la Colonia.

En palabras del autor: Dos semanas más tarde, llamé a Semión y le dije simplemente:

-Aquí tienes un recibo: debes cobrar quinientos rublos en la sección de finanzas.

Semión abrió los ojos y la boca, se puso primero pálido y luego gris, por fin, balbuceó torpemente:

-¿Quinientos rublos? ¿Y qué más?

-Nada más -respondí, mirando hacia el cajón de la mesa-. Vas y me traes el dinero.

Antes de anochecer, Semión, ceñido por un cinturón y envuelto en una corta pelliza de herrero, fino y esbelto, aunque sombrío, entró en mi habitación -dijo Makarenko. Sencillamente depositó sobre la mesa un fajo de billetes y la pistola -Tomé el paquete y, con la voz más indiferente e inexpresiva de que fui capaz, pregunté a Semión: ¿Has contado los billetes? Sí -me respondió- Yo arrojé descuidadamente el fajo en el cajón.

Dos semanas más tarde nuevamente Makarenko llama a Semión y ordenó:

– Tienes que ir a buscar dos mil rublos.

Semión contestó desconcertado: ¿Dos mil rublos? Y ¿ si no lo traigo?. -Makarenko increpó ordenando que la cumpla-. Y se marchó Semión murmurando confusamente.

Al traer el dinero, insistió Semión a Makarenko:

Cuéntelo.

¿Para qué? -Dijo Makarenko.

Cuéntelo, se lo pido.

Pero si tú lo has contado ya -respondió Makarenko.

Le digo que lo cuente.

¡Déjame! -Contestó Makarenko.

¡Está usted burlándose de mí! No es posible que tenga tanta confianza -murmuró sollozando Semión.

Ahora ya sabes -dijo Makarenko- cómo hay que cobrar el dinero: en lo sucesivo tú seguirás cobrándolo. No es ninguna astucia, yo no tengo miedo a nada. Sé que eres un hombre tan honrado como yo. Esto lo sabía ya antes. ¿Es que tú no te habías dado cuenta?.

No, yo pensaba que usted no lo sabía -contestó Semión.

Esta confianza que tuvo el autor en sus educandos, hizo posible la reeducación de los infractores de la ley y de los vagabundos. Makarenko se caracterizó como pedagogo por no recordar sus pasados negativos a sus educandos, como afirmó el autor de esta manera: "Yo consideraba que el método fundamental de reeducación de los delincuentes se basaba en la ignorancia completa de sus pasados y tanto más los antiguos delitos".

Makarenko jamás ha encontrado en la naturaleza humana el "defecto innato". El hombre infringe las leyes sociales cuando las condiciones son malas. Por esta razón Makarenko escribió: " Quien halla condiciones normales y humanas, se hace normal al día siguiente"; es decir, basta al infractor colocar en condiciones adecuadas, el transgresor se convierte en hombre prudente. En realidad, los niños no son culpables de su actitud negativa, sino los culpables son los métodos pedagógicos. Si no tuviera el autor esta concepción del hombre, habría desconfiado de Semión, porque éste, antes de llegar a la Colonia había sido recluido en la cárcel, Makarenko lo había sacado de ésta. El mismo protagonista cuenta de esta manera: Las puertas de la cárcel se abrieron de par en par. Acompañado de Antón Semiónovich (Makarenko), comencé a marchar por el trecho más feliz del camino de la vida. Y, además, al poco rato de abandonar la cárcel, Makarenko manda a hacer algunas compras a Semión, indicando que él no tiene tiempo, por tanto, pide que le ayude a hacer compras de víveres para la Colonia. Esta actitud, selló definitivamente en la conducta de Semión la confianza que tuvo Makarenko con él. ¿Cómo Makarenko pudo confiar una tarea de compras a un recién sacado de la cárcel? Pues precisamente este autor se caracterizó en olvidar los pasados tristes de su educando. Esta actitud, por cierto, al peor criminal inspira confianza y vida.

3. 3. LA PEDAGOGÍA DEL COGOBIERNO.

En los primeros días en la Colonia Gorki, Makarenko se enfrentó con problemas difíciles, como ser: el problema de la infraestructura, el problema de los recursos humanos, el problema de la alimentación y, además, con el problema de la indisciplina. Los primeros seis educandos como se ha dicho en otras páginas, eran chicos que tenían antecedentes negativos, de esta manera, el desorden, el robo campeaba en los primeros días. A Makarenko no le quedó otro camino que esperar el momento propicio para actuar pedagógicamente ante esta situación; pues se presentó un montón de robos, no sólo afectaba la reeducación de los educados, sino el robo tuvo repercusión social, dañaba a los intereses de los otros educandos; veamos el relato del autor:

"¡Por fin había llegado hasta el verdadero mal! Sometí a Burún al juicio de un tribunal popular, el primer juicio en la historia de nuestra Colonia. En el dormitorio, sobre las camas y las mesas, se instalaron los jueces negros y harapientos. Un débil quinqué alumbraba los rostros agitados de los colonos y la cara pálida de Burún, pesadote y lento, con el cuello grueso, parecido a Mackinley, el presidente de los Estados Unidos". Este método optado por Makarenko dio resultado; es ahora cuando habla la colectividad por sus intereses, ya no es sólo el profesor, sino habla el interés colectivo: la voluntad suprema. Dar lugar a los interesados a expresar y a velar sus derechos, es despertar en los educandos el sentimiento de la colectividad.

Los educandos y los educadores (en la Colonia) no se diferenciaron en ningún momento como en la pedagogía tradicional, sino fueron uno solo luchando por la misma causa, y con un solo fin. Los trabajos de los educadores no sólo se restringían al trabajo de la enseñanzaaprendizaje, sino como dijo el autor, el trabajo abarcó de esta manera:

"(…) guardia principal, guardia durante el trabajo y guardia nocturna. Además, los educadores daban clases todas las mañanas en la escuela". De esta manera, los educandos se dieron cuenta que su educador estaba luchando por la causa de ellos de salir adelante. El trabajar junto con ellos, sumergirse en sus actividades más ínfimas, trabajar con el ánimo de superar las condiciones de los educandos, despierta la confianza de los estudiantes hacia sus educadores, a la vez un respeto humano. Por esta razón el cogobierno tiene una influencia pedagógica.

He aquí un ejemplo descrito por el autor: "La participación de los educadores en el trabajo era una participación real, porque, en nuestras condiciones, otras cosa habría sido imposible, los educadores trabajan en los talleres, en la tala, en el campo y en la huerta, en la reparación".

La organización política en la Colonia era con la participación activa de los educandos, la cual al mismo tiempo constituían como la máxima instancia: "La Asamblea General". Todas las decisiones se tomaban por la deliberación de la Magna Asamblea, ésta era el órgano de regulación de las actividades en la Colonia, todos por supuesto respetaban y acataban las decisiones tomadas en la Asamblea.

En la Colonia Gorki, desde las primeras semanas optó Makarenko el método de cogobierno que se ha mantenido hasta los últimos días: "La Asamblea General, como todas las asambleas en el último tiempo, escuchó mi informe con reserva y atención. Mientras hablaba, yo oía con curiosidad no sólo a la Asamblea, sino también a mí mismo" -escribió Makarenko.

La administración social, política y económica, fueron manejadas por la Asamblea General y dirigido por Makarenko; en uno de esas ocasiones describió el autor de esta manera: "El Soviet de jefes ha decidido casar a Olga con Pável (…) a Olga, para que organice su economía se le da: una vaca con un ternero de raza. Una yegua con un potrillo. Cinco ovejas. Un cerdo de raza inglesa (…) Herramientas de trabajo, y semillas (…)".

3. 4. LA PEDAGOGÍA DEL RÉGIMEN MILITAR O CIVISMO

Una colectividad sin una organización racional tiende a convertirse en un conjunto de individuos carentes de forma. Makarenko optó por la conformación de "destacamentos" que consistió en una organización sistemática con sus derechos y obligaciones. Cada destacamento al final de su trabajo mediante su responsable, tenía el deber de hacer conocer ante toda la colectividad los resultados de la jornada de trabajo. Esta forma de organización en la Colonia tuvo grandes éxitos, que describió el autor de esta manera: "El sistema de destacamentos mixtos hacía la vida en la Colonia muy intensa y llena de interés, de sucesión de funciones de trabajo y de organización, de ejercicios de mando y de subordinación, de movimientos colectivos y personales". Un verdadero movimiento social orgánico de reciprocidad en la Colonia. Los colonos se capacitaban a ejercer cualquier función social que la vida les asignase, una verdadera pedagogía social, donde los educandos aprenden a mandar y a obedecer y viceversa.

Mientras tanto -escribió Makarenko-, en la colonia Gorki la primera y ardorosa decisión iba adquiriendo gradualmente la forma de una preparación tranquila y precisa, de una preparación militar. Lápot era quien dirigía prácticamente la Colonia con ayuda de Kóval en los casos complicados, pero no costaba trabajo dirigir, jamás había existido en la Colonia un ambiente tan cordial, una sensación tan profunda del deber recíproco". El deber recíproco, el respeto mutuo, la rotación de cargos y funciones, hace en el hombre que despierten los valores humanos que yacen en los recónditos de su naturaleza.

El régimen militar es un "medio" no un "fin", tiene una función que da belleza a una colectividad social; forma en los educandos el valor de la gallardía. No hablamos del régimen militar tradicional, sino de una organización armónica humana que anhela cumplir una función altamente social. Como a continuación reiteró el autor: "En los días de fiesta proletaria, la Colonia entraba en la ciudad al son de sus tambores, asombrando a los ciudadanos y a los impresionables pedagogos por su aspecto marcial, su férrea disciplina y su original apostura".

La Colonia se estructuraba a la manera de un régimen militar, cada destacamento cumplía un trabajo determinado y también por turnos cumplían el servicio de guardia. "Esperaban con afán e impaciencia cada regreso mío -afirmó Makarenko-, montaban la guardia en los caminos y en los árboles, avizoraban desde los tejados. Tan pronto como mi coche entraba en el patio, el trompeta corría y tocaba a asamblea sin solicitar mi permiso. Yo iba dócilmente a la reunión".

No utilizaban campanas ni timbres, sino el trompetista se encargaba de llamar a las reuniones: hora de descanso, hora de almuerzo, hora de despertar, etc., porque según ellos, "El timbre es un estúpido que siempre dice lo mismo. En cambio, esta es una señal inteligente: reunión general. Y hay otras que significan reunión de jefes y silencio y otra de alarma. ¡Oh! Si Vañka toca la alarma hasta los muertos correrán a sofocar el incendio y usted correrá también" -escribió Makarenko.

En la Colonia imperaba una disciplina consciente, cada paso era calculado con exactitud, no había holgazanes, ni se perdía el tiempo en vanas cosas, cada quién tenía una responsabilidad que cumplir, y mientras tanto: "La colonia seguía despertándose al toque de diana y, en destacamentos bien formados se lanzaba al campo sin mirar hacia atrás y sin perder energías en el análisis de la vida". Una colectividad organizada de manera sistemática, por la voluntad de los que actúan, es un placer cumplir en ella con las funciones asignadas.

3. 5. LA PEDAGOGÍA DE LA ESPERANZA.

Toda organización social mancomunada, disciplinada y laboriosa, se hace patente en un marco de esperanzas que abre caminos de perspectivas para el hombre. Por esta razón, en la Colonia este medio fue tan importante para Makarenko, y afirmó: "La segunda institución importante entre nosotros era el sistema de la perspectiva. Como es sabido, hay dos vías para la organización de la perspectiva y, por lo tanto, del esfuerzo de trabajo. La primera vía consistía en trazar la perspectiva personal, interesando materialmente al individuo. Este último, dicho sea de paso, estaba decididamente prohibido por los pensadores pedagógicos de aquel tiempo".

La vida del hombre es un recipiente de valores, sin éstos la vida no tendría sentido. El ser humano siempre proyecta su vida hacia el futuro, con esto crea esperanzas óptimas para su vida. Comprendiendo la naturaleza humana, Makarenko afirmó lo siguiente: "Primeramente, hay que organizar la propia felicidad, engendrarla y establecerla como una realidad tangible. En segundo lugar, es preciso transformar insistentemente las formas más simples de felicidad en formas más complejas y considerables desde el punto de vista humano. Por aquí pasa una línea interesante: desde la primitiva satisfacción de comer una rosquilla cualquiera hasta el profundísimo sentimiento del deber".

En el educando hay que despertar el valor de la vida, el valor de la colectividad en función de un futuro mejor. En la Colonia, los educadores se encargaban de esta tarea: "Los educadores eran los responsables de hacer despertar en el destacamento la idea del honor colectivo y el afán de obtener en la Colonia el mejor puesto, el más honroso. Naturalmente, no se lograba despertar en un solo día los nobles estímulos del interés colectivo, pero a pesar de todo, se llegaba a ello con relativa rapidez, con mucha más rapidez que si se hubiera cifrado esperanzas únicamente en la educación individual" -reiteró Makarenko.

"Nosotros exhortábamos con insistencia a los colonos a estudiar, a adquirir conocimientos, y les hablábamos del Rabfak (Facultad Obrera) como el mejor camino humano. Pero a los ojos de los colonos, el ingreso a Rabfak estaba relacionado con un examen tremendamente difícil, del que según palabras de testigos, no salían triunfantes más que personas geniales de verdad. Nos costó bastante convencer a los colonos de que también en nuestra escuela era posible capacitarse para esa terrible prueba" -escribió Makarenko. El educando asiste a centros de enseñanza con una esperanza de ser algo en la vida. Estudiar, adquirir conocimientos, es el mejor camino humano para superar la condición social. Esto crea precisamente nuevas esperanzas de vida.

Si una institución educativa brinda al estudiante una esperanza mejor, pues esa institución deja de ser un centro de represión para el educando, y deposita el estudiante todas sus esperanzas para realizarse como persona. En la Colonia Gorki las Facultades Obreras fueron el camino óptimo para la realización humana. "En aquel tiempo la palabra Rabfak significaba algo completamente distinto de lo que ahora significa. Hoy día es el simple nombre de una modesta institución de enseñanza. Entonces suponía, para los jóvenes trabajadores, la bandera de la liberación, su liberación del atraso y de la ignorancia. Entonces era una afirmación poderosa y ardiente de los inusitados derechos del hombre al conocimiento, y todos nosotros, palabra de honor, sentíamos en aquella época incluso cierta emoción ante el Rabfak" -agregó Makarenko.

En los dormitorios antes de dormir leían las obras de Gorki, de tal manera los colonos descubrieron en ellas la expresión humana de la vida. Las lecturas despertaron -en los educandos- una honda convicción de seguir la vida pero con honor. "Las obras de Gorki Infancia y Por el Mundo impresionaron profundamente a todos. Los muchachos escucharon la lectura, conteniendo el aliento y pidiendo que continuásemos aunque fuera "hasta las doce". Al principio no me habían creído -reiteró Makarenko- cuando yo les conté la historia de la vida real de Gorki. Tal historia les había dejado estupefactos y me preguntaban llenos de interés".

Los colonos interesados en conocer a Gorki, entablaron la correspondencia con este autor. Gorki les enviaba cartas y de la misma manera los colonos respondían contando la vida de la Colonia y todos lo felices y contentos que vivían. "Los muchachos sabían encontrar en cada línea escrita por Gorki todo un sistema de filosofía, tanto más importante porque aquellas líneas no podían ser puestas en duda. Los libros eran otra cosa. Con los libros se podía discutir, se les podía negar en caso de que hicieran afirmaciones erróneas. Pero ahora no se trataba de un libro, sino de una carta viva del propio Máximo Gorki". Esto les llenó de esperanza a los colonos, y posteriormente lograron conocer en persona, cuando Gorki visitó esta Colonia.

3. 6. LA PEDAGOGÍA DEL TRABAJO COLECTIVO.

El trabajo es la acción diaria del hombre. El trabajo no es un castigo o una imposición, más bien es una acción digna del hombre que ayuda a desarrollar sus potencialidades físicas y mentales. Al mismo tiempo, crea un carácter de sociabilidad en los sujetos laboriosos. La pedagogía de Makarenko se caracterizó por ser una Colonia laboriosa, sus educandos amaban el trabajo manual e intelectual, es cierto, no hubo discriminación a los tipos de trabajo, hasta limpiar el baño fue un honor, que enaltecía el valor del trabajo.

El comienzo de la actividad pedagógica de Makarenko en la Colonia Gorki, fue con la idea de una vida laboriosa: "Los recibimos afablemente -dijo Makarenko. Desde la mañana se estaba condimentando una comida especialmente sabrosa. Yo pronuncié un discurso acerca de la nueva vida de trabajo, acerca de la necesidad de olvidar el pasado y marchar adelante y adelante. Los educandos oían mi discurso con poca atención, susurraban algo entre sí, mirando con sonrisas sarcásticas y despreciativas los catres plegables (…) En pleno discurso Zadórov dijo en voz alta a uno de sus camaradas: ¡Por tu culpa nos hemos metido en este lío!". El postulado de Makarenko para emprender una tarea difícil es, una nueva vida de trabajo y al mismo tiempo olvidar las vicisitudes de la vida pasada, de esta manera, marchar hacia delante con una esperanza puesta en el futuro mejor, confiando en sus propias fuerzas humanas inherentes en cada uno de ellos.

A continuación Makarenko mostró a sus educandos la necesidad de emprender una nueva vida, porque la situación política social había cambiado, era el momento de trabajar sin explotación porque los señores del pasado habían perecido. "Brevemente expuse -dijo Makarenko- nuestras tareas: limpieza, trabajo, estudio, nueva vida, nueva felicidad humana. Les hablé de que vivían en un país feliz, donde no había ni señores ni capitalistas, donde el hombre podía crecer y desarrollarse libremente en un trabajo placentero". Es una muestra de la capacidad de un educador, seguro de lo que dice y de lo que hace con sus educandos; una limpieza que significa liberarse de las cadenas que atan la libertad del hombre física y espiritualmente; el trabajo, que quiere decir, emprender una lucha para lograr el bienestar de la vida; el estudio, que significa poner en acción las facultades gnoseológicas y biológicas para elaborar conocimientos útiles a la sociedad. De esta manera, la nueva vida es la superación del hombre, porque ha podido desarrollar sus potencialidades hasta alcanzar la libertad humana. Así surge una nueva vida con contenido de una felicidad humana, que consiste en la convivencia social del hombre en un mundo de individuos con sus particularidades pero con la conciencia más alta. Por lo tanto, el hombre reconquista su patria, se hace dueño de su mundo y de su vida sin depender de nadie ni discriminando a los demás. Esta forma de proyectarse en la vida real, abrió un resquicio de esperanza en los educandos de Makarenko.

Después de trabajar pedagógicamente para establecer la disciplina en la Colonia, Makarenko logra construir una colectividad laboriosa, una colectividad que trabaja mirando el futuro y llena de esperanzas, prestando servicios a los aldeanos; una colectividad digna de una esperanza humana, metida en los trabajos, no sólo de carácter económico sino de corte social. He aquí algunos ejemplos:"En la fragua herrábamos los caballos de lugar, colocábamos llanta de hierro en las ruedas, reparábamos los arados. A los campesinos pobres les cobrábamos únicamente la mitad de la tarifa, y aquí nacieron interminables discusiones acerca de la justicia y la injusticia social". El trabajo es útil cuando da servicio satisfactorio a los demás; además, el trabajo forja la conciencia humana, porque en él se aprende a medir las consecuencias positivas y negativas; además, se despiertan en los integrantes el sentimiento de justicia y de solidaridad.Continuamos describiendo algunos ejemplos: "En la fragua se aprovechó toda clase de chatarra vieja para la fabricación de barras de hierro, y el trabajo hervía. Como los colonos trabajaban la otra mitad ante la mesa de estudio, en el transcurso de la jornada había dos expediciones de muchachos a la segunda colonia: el primero y el segundo turno". No sólo el trabajo intelectual es suficiente, sino éste va juntamente con el trabajo físico, sólo así el trabajo se convierte en una producción completa. Completa porque los productos de este trabajo humano es producto de una voluntad libre. Sólo este tipo de la fuerza de trabajo es reconocido como el trabajo provechoso y útil a la sociedad y a sí mismo. Cuando la fuerza de trabajo se desprende al trabajador por la fuerza, no es un trabajo humano, sino sólo aquélla que se desprende por la voluntad libre del trabajador es digna. Por cierto, la voluntad libre hace que el trabajo sea un placer y un realizarse para el sujeto que lo ejecuta, por esta razón, el trabajo "hervía" en la Colonia como dijo Makarenko.

Es más, un trabajo consciente es aquel trabajo libre de toda coerción social, este tipo de trabajo es lleno de energía que vibra con la magnitud de una voluntad sana y natural, ésta es la garantía de que el esfuerzo humano es humanitario y a la vez una realización del sujeto, que al invertir su fuerza de trabajo está al mismo tiempo realizándose como un ser social y a la vez como un ser individual. En otras palabras, el hombre se hace patente como un ser libre y a la vez es quien "es" en el trabajo.

El trabajo en la Colonia se dividía en dos partes: las clases en las aulas y el trabajo físico en el campo. Los colonos sentían la misma satisfacción ante el trabajo intelectual y ante el trabajo físico. El trabajo de agricultura en el campo llenaba de gran satisfacción a los colonos, como a continuación escribió el autor: "Recoger el trigo es la fiesta de las fiestas(…) María Kondrátievna tiene ganas de llorar por diferentes motivos: el cansancio, el amor a los colonos, el hecho de haber restablecido en su vida la justa ley humana, de haber probado también ella los encantos de una colectividad y laboriosa. Un trabajo así, de todas formas es una felicidad".

El trabajo físico en la Colonia no cesaba, así como el estudio; la actividad laboriosa en la Colonia era una satisfacción humana, donde los educandos sentían una felicidad plena al dar su fuerza de trabajo en beneficio de la colectividad, al mismo tiempo en beneficio de los aldeanos. La Colonia se convirtió en poco tiempo en una colectividad trabajadora. Al producir productos también estaban experimentando la realización de sus vidas en una situación concreta del acontecer de la historia humana. Fueron ellos los constructores o protagonistas de la nueva forma de vivir y al mismo tiempo construir su propio designio de acuerdo a sus voluntades, es por esta razón, el trabajo es una felicidad, en el cual veían los educandos paso a paso la construcción de sus vidas en nuevos caminos hacia la realización de sus vidas en plenitud.

Continúa describiendo el autor: "En otoño, a pesar de todo, sembramos centeno en la segunda Colonia, todos hicimos de agrónomos, Kalina Ivánovich entendía poco de agricultura y los restantes entendían menos aún, pero todos tenían deseos de trabajar tras el arado y la sembradora, a excepción de Brátcherenko, que sufría y se enrabiaba, maldiciendo la tierra, y el centeno, y nuestro entusiasmo". El trabajo en la agricultura, en la fragua y en otras actividades, realizaban los colonos con amor y entusiasmo, incluso llegaron a criar lechones con una habilidad propia de los veterinarios.Otro trabajo en la Colonia era la crianza de lechones, en esta actividad todos trabajaban por turno y, además, lograban entablar relaciones sociales con los aldeanos gracias a esta crianza, como se describe a continuación: "La distribución de los lechones nos dio fama por todo el distrito y nos proporcionó muchos buenos amigos entre el campesino. Shere llegaba a reunir varios centenares de lechones, sobre todo en primavera (…) La porqueriza nos proporcionaba ingresos, el hecho de que pudiéramos llegar tan rápidamente a construir una hacienda rentable era algo que ni siquiera nos había pasado por la cabeza.".

El trabajo es un medio para lograr la intersubjetividad humana, con esto los hombres llegan a conformar grandes construcciones sociales que, al entender de un sociólogo, gracias al trabajo colectivo las sociedades se hacen más sólidas, es decir, gracias al trabajo los hombres logran intercambiar sus potencialidades y con esto el ser humano se manifiesta como un ser productor que produce la satisfacción al "otro". De este modo, el hombre llega a ser alguien en medio de la sociedad, se reconoce y es reconocido, por tanto, el sujeto siente la plena realización de su "ser". En la Colonia la actividad molinera amplió las relaciones políticas: "El molino tenía también importancia en otro sentido: nos ponía en nuevas relaciones con todo los campesinos de los alrededores, y gracias a ellas podíamos desarrollar una política de gran responsabilidad" -escribió Makarenko.Por otro lado, también el teatro fue una obra emprendida por los colonos, ha sido un medio por el cual los colonos manifestaban sus pensamientos; a través del teatro expresaron sus convicciones políticas. Claro está, el teatro tuvo una influencia poderosa para concientizar a la población; a través de esta actividad los colonos expresaron de manera pública su fin político. "En la segunda colonia conquistamos un verdadero teatro. -afirmó Makarenko- Es difícil describir el entusiasmo que se apoderó de nosotros cuando obtuvimos el derecho a utilizar el cobertizo del molino. Nuestro teatro tenía cabida para seiscientos espectadores. Esto quiere decir que podíamos atender a varias aldeas. La significación del círculo de aficionados al teatro fue en aumento, y del mismo modo aumentaba lo que se exigía de él".

Por supuesto, el teatro tuvo influencia pedagógica. Al practicar el teatro, los educandos estaban forjando una nueva conciencia, y, además, supieron buscar invenciones ingeniosas para la elaboración de un teatro, con esto, desarrollaron el talento y la vocación de hacer una obra teatral, no sólo la obra teatral, sino también supieron manejar las imaginaciones con mucho cuidado como para presentar al público. Evidentemente, esta tarea desarrolla la capacidad talentosa e imprime en los educandos el valor de enfrentarse a las carencias de medios y sobre todo buscar medios alternativos para realizar cualquier tarea por más difícil que sea en la vida y a la vez saber asumir con responsabilidad. Makarenko atribuía mayor importancia al teatro. Porque en él veía el autor el desarrollo hacia una nueva forma de pensar y sentir la vida de los colonos, como el mismo autor afirmó de esta manera: "Yo atribuía gran importancia al teatro, ya que, gracias a él, mejoraba mucho el lenguaje de los colonos y, en general, se ampliaba sensiblemente nuestro horizonte".Una colectividad entusiasta, con movimiento enérgico, no puede restringirse sólo a cumplir con sus tareas pedagógicas, sino comprende que tiene una obligación social: el de aportar a su país con trabajos positivos como es la formación social del pueblo. "Comprendimos de pronto -reiteró el autor- que el teatro no era una diversión o un juego nuestro, sino nuestra obligación, inevitable impuesto social, cuyo pago no podíamos eludir".

La obra Poema Pedagógico, en sus páginas relata minuciosamente la vida pedagógica de la Colonia Gorki; nuestra cómo los infractores de la ley y vagabundos en otro momento eran considerados como algo incorregibles pedagógicamente y, estos muchachos al llegar a las manos de Makarenko fueron transformados de manera impresionante en chicos talentosos, sumamente ingeniosos, sabios que supieron actuar con una inteligencia tan sabia al sólo encontrar un cariño humano, una vida humana y al mismo tiempo una confianza también humana. Esta forma de vida inspira al hombre a ser tal como es por su naturaleza y de esta manera exterioriza su humanidad y muestra su talento, su sabiduría sin restricciones y trabaja con una voluntad sana en beneficio de la sociedad. Veamos cómo trabajaba el educando Lápot en la Colonia: "Estado satisfactorio: pulso, 370, temperatura, 15. Lápot sabe no sonreír en estos casos, y todo el tratamiento se mantiene en un tono rigurosamente científico… Lápot se acerca a los campesinos y les pregunta serio y cortés:

¿Quién es el siguiente? ¿A quién le toca el turno para pasar al gabinete de hidroterápico?.

Curará, le digo a Ud. Curará. Venga a vernos más a menudo. No cobramos nada por el tratamiento". Por cierto, en la Colonia tenían educandos profesionales empíricos, gracias a estos muchachos talentosos, tuvieron la valentía de ser ellos mismos los maestros de la vida.

FINES QUE ALCANZA MAKARENKO EN LA COLONIA GORKI.

4.1. HOMBRE DISCIPLINADO, FELIZ, CON BELLEZA Y CULTURA, CON ESPERANZA Y ENTUSIASTA.

Una vez descrita la metodología aplicada en la Colonia Gorki, es necesario conocer los resultados de esa práctica pedagógica, en palabras de S. Telingater, "Makarenko forjó en su colonia a magníficos jóvenes, inteligentes, de alta moral y demandas y gustos estéticos elevados. Entregado a esa obra, creó su sistema pedagógico innovador, que le pone a la altura de los mejores pedagogos del mundo(…)Los personajes del Poema Pedagógico siguen viviendo fuera de sus páginas y son pedagogos, médicos, diseñadores de aviones, ingenieros, pilotos(…)A quienes lean el Poema pedagógico les agradará seguramente saber que el "incorregible" Burún es hoy teniente coronel del Ejército Soviético y que combatió como un héroe contra los fascistas en la Guerra Patria; que el colono Zadórov es ingeniero hidrólogo; que Vérshnev es médico e Iván Tkachuk, actor. Semión Karabánov, uno de los personajes más importantes del Poema Pedagógico, siguió el camino de su maestro, se hizo pedagogo y dirige hoy una gran institución en las cercanías de Moscú".

Los resultados alcanzados por la práctica pedagógica de Makarenko, fueron maravillosos. Sí bien, Makarenko formó hombres útiles a la sociedad, esto no quiere decir hombres dóciles y obedientes ciegos, sino más bien, hombres que saben lo que hacen y lo que buscan; en otras palabras, hombres conscientes,

felices, entusiastas, laboriosos y esperanzados. Makarenko escribió de esta manera: "De un modo inesperado para nosotros, la colonia comenzó a enriquecerse visiblemente y a cobrar el aspecto de una hacienda sólida, culta y ordenada".

Hombres nuevos, en una Colonia nueva y una vida nueva, es la vida sana en movimiento hacia un futuro cada vez mejor. En la Colonia se logró formar hombres de alta responsabilidad y de cultura. "La nueva actitud de los colonos en la escuela cambió la fisonomía de la colonia. La colonia se hizo más culta y más próxima a una sociedad escolar normal. Ningún colono ponía ya en duda la importancia y la necesidad del estudio. Este nuevo estado de ánimo se incrementaba porque todos pensábamos en Máximo Gorki" -escribió Makarenko. Para los hombres trabajadores y estudiosos, la vida se hace cada vez más bella e interesante. Con el trabajo y con el estudio es posible todo en la vida.

Todos los colonos vivían felices, estudiaban, trabajaban, amaban la vida, eran hombres que sabían valorar la vida humana. "En su mayoría -en palabras del autor-, los colonos amaban el estudio y se consagraban a él con seriedad, persuadidos de que tan sólo la escuela les abriría de verdad el camino de la vida". Los educandos de la Colonia, puesta la fe en el estudio, vieron el futuro de sus vidas renacer llena de esperanza y valor.

Una colectividad laboriosa y sana, es una colectividad en movimiento hacia lo alto. Este movimiento es la fuerza de la ley del desarrollo social que cada vez se acerca hacia una vida mejor. "Me alegré como un niño: -afirmó Makarenko- ¡Qué encanto, Qué magnífica, qué absorbente es la dialéctica! Una libre colectividad obrera no es capaz de estancarse. La ley universal del desarrollo general comenzaba únicamente ahora a poner de manifiesto su verdadera fuerza. La forma de existencia de una colectividad humana libre es el movimiento adelante; la forma de su muerte es el estancamiento".

En la Colonia quedaron sólo hombres libres, puros, hombres de una nueva experiencia, quedaron atrás y olvidadas todas las incoherencias de la vida pasada: "Quedan tan sólo hombres puros, hombres de una nueva experiencia y de una nueva posición humana sobre las llanuras de la tierra" – reiteró el autor.

HOMBRE SOLIDARIO, ENTREGADO A UNA CAUSA Y ÚTIL A

LA SOCIEDAD.

En la colonia Gorki se formaron hombres "humanistas", fuertes, hombres de valores elevados, hombres solidarios y de principios sociales, en palabras del autor: "Gracias en gran parte a Ekaterina Grigóeiwvna (es una de las educadoras de la Colonia Gorki), los muchachos mayores de nuestra colonia quisieron siempre a los pequeños, les trataron siempre como hermanos mayores: con cariño, con rigor y con solicitud".

Hombres libres, con voluntades libres, es una colectividad que se mueve en armonía, con pasión y alegría. En la Colonia se formó hombres libres y con voluntades libres, de esta manera en palabras del autor: "En aquellos días era difícil ver a algún colono que anduviera tranquilamente. Todos habían adquirido la costumbre de correr de un lado para otro, de saltar como golondrinas, con el mismo diligente gorjeo, con la misma disciplina clara y feliz y la misma belleza de movimiento. Hubo un instante en que yo incluso pequé y me dije: para la gente dichosa no es necesario ningún poder; lo sustituirá este instinto tan alegre, tan nuevo, tan humano, cuando cada hombre sepa exactamente qué debe hacer, cómo hacerlo y para qué hacerlo". Cuando se forma al hombre de verdad, los castigos, las leyes, las normas no son necesarias. El hombre formado con valores elevados sabe actuar sin necesidad de reglas ni castigos.

Estos hombres formados son útiles a la sociedad, porque trabajan en beneficio de la comunidad entera, luchan para que sobresalga su patria, entregan todas sus fuerzas en beneficio de la comunidad. Estos valores humanos se forjaron en los educandos de Makarenko, el propio autor reiteró con estas palabras: "… La comuna se transformó en una colectividad de cegador encanto, de verdadera riqueza de trabajo, de alta cultura socialista, sin dejar casi nada del ridículo problema de la corrección del hombre". Es de utilidad social el trabajo pedagógico cuando se hace con dedicación y entrega; los resultados son maravillosos, en un tiempo estos muchachos fueron delincuentes, vagabundos que no conocían el trabajo, mucho menos el pensar en una vida feliz; pero, estos niños llegaron a ser grandes hombres que sirvieron a su patria. Es difícil aceptar para muchos educadores, cómo un ex delincuente puede llegar a ser un teniente coronen: el caso de Burún.

Estos muchachos por cierto, no se limitaron al simple trabajo intelectual, sino pasaron a aplicar sus frutos intelectuales a la realidad, ellos mismos aplicaron con sus propios brazos; "Del mismo modo, el trabajo del pensamiento, entre ellos, no transcurría en las celdillas cerebrales, sino en algún otro lugar: en los músculos de sus brazos de hierro, en la caja blindada del pecho, en las caderas de un aguante monumental" -escribió Makarenko.

Estos son los resultados concretos de la pedagogía de la Colonia Gorki que escribió el propio autor de esta manera: "Mis gorkianos han crecido también. Se han dispersado por todo el mundo soviético, y para mí es difícil ahora congregarles hasta en la imaginación. Cuesta trabajo encontrar al ingeniero Zadórov, metido en una de las grandiosas construcciones del Turkmenistán; no es fácil concertar una entrevista con el médico del Ejército Especial del Extremo Oriente Véshnev o con el médico de Yaroslavl Burún. Hasta Nísinov y Zoreñ, con todo lo pequeño que eran, volaron de mi lado agitando las alas, sólo que ahora sus alas no son las de antes, no son las suaves alas de mi simpatía pedagógica, sino las alas aceradas de los aviones soviéticos. Tampoco se equivocaba Shelaputin al afirmar que sería aviador; también sigue la senda de los aviadores Shurka Zheveli, sin querer imitar a su hermano mayor, que ha elegido para sí el sino de piloto navegante por el Artico".

Los educandos de Makarenko no sólo fueron simples estudiantes o simples niños corregidos, sino de éstos salieron hombres verdaderamente útiles a la sociedad. Salieron hombres de carácter forjados, hombres verdaderamente formados, hombres profesionales que sirvieron a su país sin rendirse ante las circunstancias negativas. Con el espíritu de valor humano, con las mismas fuerzas de un héroe y a la vez conscientes de sus actos, trabajaron junto al pueblo y para el pueblo.

REFLEXIÓN

La experiencia pedagógica de Makarenko ocurrida hace más de 80 años atrás en el viejo continente, parece sólo tener un valor histórico. Y se puede pensar en un discurso teórico con poca esperanza de ser aplicado en nuestro país; pero no es así, mostramos en este capítulo del módulo que los valores pedagógicos de Makarenko son efectivos. Makarenko nos invita a repensar y a reflexionar sobre la educación de manera profunda, a partir de la experiencia con infractores de la ley que fueron convertidos en hombres útiles a la sociedad, en hombres de vocación, de servicio a su propio país, hombres profesionales altamente cualificados y calificados. Pero sobre todo al saber que los métodos aplicados por Makarenko son efectivos, hemos demostrado que los métodos pedagógicos del autor son eminentemente antropológicos, es decir, responden a la "naturaleza humana". Por esta razón los resultados fueron óptimos.

En nuestro país tenemos muchos educadores, esto podemos ver cuando se alistan para cobrar sus sueldos en los primeros 15 días de cada mes, miles de educadores en una gran fila en cada distrito. Miles de educadores, se supone que están preparados para la tarea de la formación del hombre boliviano. Desde la "Revolución de 52", la educación va creciendo -más escuelas- de manera permanente en las áreas rurales y en las urbanas; hoy llevamos más de medio centenar de años en la educación entendida como la formación del hombre. Hemos pasado de un milenio a otro, con una buena cantidad de educadores y también con una buena cantidad de educandos; aunque en algunos casos con la carencia de la infraestructura, pero presente el fenómeno pedagógico. Esta descripción nos muestra que la educación en Bolivia está presente y si es así, se puede pensar que los bolivianos han recibido una "formación adecuada", entonces los bolivianos con una formación adecuada, sus condiciones de vida están regularmente buenas. Entendida la educación como el motor del desarrollo de cada cultura.

Cuando observamos la realidad, la cosa es distinta, es algo paradójico cuando teniendo miles de educadores los problemas sociales no han sido superados aún. Bolivia es uno de los países más pobres de América Latina. Entonces ¿cuál ha sido el papel de los educadores con respecto al desarrollo social en nuestro país? ; ¿en qué medida han cumplido nuestros educadores con la tarea de la formación del hombre?. Nuestros educadores simplemente se restringieron -en su mayoría- a fungir el triste oficio de hacer repetir en las aulas los conceptos, cifras, fórmulas a sus educandos, y como informe final de cada gestión pedagógica simplemente se limitaron a mostrar la cuantificación de las notas a través de unos exámenes consistentes en la anámnesis del educando de todo lo repetido por el profesor en el aula sin una crítica reflexiva.

El educador boliviano -en muchos casos-, como fin de su profesión, entiende como el "medio" de sobrevivencia personal y de su familia, no como formación del hombre; es por eso, nuestras escuelas y colegios de enseñanza secundaria, son guarderías de la niñez y de la juventud, donde simplemente están guardados los educandos. En otras palabras, no se desarrolla la inteligencia del educando, no se enseña a pensar, está llana y simplemente atrofiada la cabeza de los estudiantes de datos, fechas, cifras, fórmulas y la inteligencia guardada.

Nos responderán algunos educadores: no hay buenas condiciones económicas y materiales para una educación adecuada; esta respuesta no es otra cosa que una justificación a la incapacidad de los propios educadores. Makarenko emprendió su labor pedagógica en peores condiciones. "El comienzo de su labor en la colonia fue increíblemente difícil. Cinco edificios cuadrados de ladrillo, en los que hasta la revolución se había alojado una colonia para delincuentes menores, recibieron a Antón Makarenko con vacío repulsivo. En las habitaciones no había absolutamente nada. Ventanas, puertas y estufas, todo habían arrancado hasta el último arbolito".

Las justificaciones de las nodrizas (educadores) de la juventud y de la niñez, tendrán causas pero no razones; para ellos estaría mejor unos edificios con las aulas bien pintadas, los bancos bien alineados, pizarras lujosas, etc. como la calidad de la educación – para ellos- fuera medible por la abundancia de los materiales pedagógicos. Hay educadores que no quieren trabajar en el campo, que no se interesan de los problemas económicos, sociales y familiares de sus educandos; tienen una mentalidad de que la educación es una fuente de trabajo de la cual se vive con el sueldo de cada mes; cuando se le exige que den un poco más de su capacidad y de tiempo a su labor pedagógica, responden: lo haré siempre y cuando me aumenten el sueldo. Makarenko es un buen ejemplo en el campo de la educación, es un educador de vocación, entregado a una causa, no huye de las dificultades pedagógicas, ni se restringe a ese triste papel de impartir clases y luego hacer una cuantificación numeral con los exámenes; sino su tarea es de un verdadero formador de hombres de calidad; reiteramos algunos de sus trabajos pedagógicos:

"Una semana más tarde, en febrero de 1921, traje en un carromato a quince muchachos auténticamente abandonados y harapientos. Nos vimos obligados a trabajar mucho para lavarles, vestirles de algún modo, curarles las sarnas".

El trabajo pedagógico es una tarea muy seria que requiere una formación adecuada, porque los educadores deben estar antes que nada educados ellos mismos, de esta manera, la labor pedagógica tendrá buenos resultados; porque no podemos darnos el lujo de improvisar las actividades educativas sin tener un fin concreto ni una meta que cumplir. Un trabajo sin una meta es simplemente pérdida de tiempo. La educación es un compromiso, un compromiso con la sociedad misma, es decir, se asume una responsabilidad ante este género tan interesante y complejo como es el hombre. El ejercicio de la educación es un placer para quien lo ejerza, siendo así no es el fin el salario de cada mes, la recompensa está en formar hombres para la sociedad sana. Makarenko y sus pupilos estaban en las mismas condiciones precarias y limitadas sin que esto fuera motivo de queja.

"Igual de pobres y de hambrientos éramos también nosotros, los educadores. Entonces casi no percibíamos salario, nos contentábamos con el mismo kondior y andábamos tan andrajosos".

Toda educación tiene una finalidad, una finalidad concreta, en la nuestra es formar hombres bolivianos como dice textualmente en la Ley 1565: "Formar integralmente al hombre y mujer bolivianos, estimulando el armonioso desarrollo de todas sus potencialidades, en función de los intereses de la colectividad. Promover la práctica de los valores humanos y de las normas éticas universalmente reconocidas, así como las propias de nuestras culturas, fomentando la responsabilidad en la toma de decisiones personales, el desarrollo del pensamiento crítico, el respeto a los derechos humanos, la preparación para una sexualidad biológica y éticamente sana, como base de una vida familiar responsable, la conciencia del deber y la disposición para la vida democrática, y fortaleciendo la conciencia social de ser persona y pertenecer a la colectividad". Muchos han olvidado este fin de la educación.

La educación es un "medio" para lograr la formación integral del hombre, que consiste en incubar los valores humanos en los sujetos, la autonomía del sujeto (toma de decisiones), el pensamiento crítico, el respeto a los Derechos Humanos, la conciencia del deber, y a la vez, a que sea parte activa de una colectividad viva sin perder su identidad y su libertad.

Reflexionemos de esta manera con Makarenko sobre la labor pedagógica: "Para mí, la pedagogía es una obra social. Cuando educo a un hombre, debo saber precisamente lo que saldrá de mis manos". El educador ante todo es responsable de la formación de los hombres, la calidad de una sociedad depende de la calidad de su educación, esta calidad sólo se puede lograr con la toma de conciencia de nuestros educadores. Seleccionando a los hombres de vocación para el ejercicio de la pedagogía nacional. Hombres entregados a una causa y sobre todo el trabajo educativo sea un placer humano para quien lo ejerza.

Cuántos educandos quedaron frustrados después de las clases, porque el profesor simplemente inspiró desconfianza, impartió sus clases sin un contenido de esperanza y, al mismo tiempo una disciplina rígida llena de reglas, normas y sanciones para el estudiante que intenta razonar, tildándole de díscolo, rebelde, respondón, etc. Y aún más, las actividades pedagógicas en nuestro país están completamente separadas del trabajo físico, más bien se desestima este tipo de trabajo y entienden nuestros educadores el trabajo físico como el castigo que cumple el desafortunado. Además, el estudiante no participa de la confección de los planes y programas, ni por casualidad se les consultan a los estudiantes lo que quisieran aprender. En otras palabras, la educación boliviana está completamente separada de la realidad nacional, jamás se habla de los problemas sociales, el tema de la clase es ajeno a la situación del educando. Nuestra educación generó y seguirá generando descontento y rebeldía en la juventud, porque las clases en las aulas se imparten sin ninguna esperanza para el educando. Por esta misma razón, se debe hacer una selección de personas de vocación para la "formación del hombre boliviano".

La "formación del hombre boliviano", consiste en desenajenar, desprejuiciar, porque "… Bolivia es un pueblo de clérigos, militares y abogados; se cree que la dignidad humana se degrada fuera de esas tres profesiones; nadie quiere ser agricultor ni artista; se deja eso para la clase media o ínfima del pueblo. De ahí proviene la miseria de nuestros hombres, la necesidad de buscar la vida en los empleos, empleos que lo conducen a los trastornos políticos o al servilismo ante el poder; lo uno engendra la anarquía, lo otro el despotismo". Este discurso fue pronunciado en la cámara de diputados en el año 1872 por Evaristo Valle, pero hasta ahora la situación social boliviana ha empeorado.

En palabras de Mariano Baptista, ""La educación boliviana actual pretende enclaustrar a la juventud dentro de moldes inapropiados. En lugar de alentarla a crear, realizar y formar una patria, la frustra y margina obligándola a buscar en otras fuentes lo que no puede encontrar en su país. Al mismo tiempo le quita toda posibilidad de integrarse a su propia realidad sofocando el anhelo de liberación que existe en todos los pueblos"".

Por esta razón, Franz Tamayo desde el punto de vista pedagógico planteaba lo siguiente: "Necesitamos pues, crear la pedagogía nacional, es decir, una pedagogía nuestra, medida a nuestras fuerzas, de acuerdo con nuestras costumbres, conforme nuestras naturales tendencias y gustos y en armonía con nuestras condiciones físicas y morales…". Es decir, una educación en lugar de enajenar refuerce la identidad cultural, realce nuestros valores culturales y reafirme nuestras capacidades intelectuales y materiales.

Hay que reconocer que nuestros educadores -en su mayoría- no están preparados para una tarea tan complicada y difícil, como para la educación del hombre. Una tarea de esta índole necesita hombres verdaderamente profesionales y preparados no sólo académicamente, sino también deben estar educados y entregados a una causa digna como es la formación del hombre.

El educador trabaja con el hombre y para el hombre, es decir, con seres humanos -el hombre es el ente más complicado- y, además, el trabajo pedagógico está destinado para construir una sociedad y no para destruirla; de ahí, para trabajar con él, su primer deber es conocer al hombre; sólo así, el trabajo pedagógico tendrá "buenos resultados"; caso contrario los educadores y los cientistas de la educación seguirán cometiendo el atentado contra la humanidad, al improvisar los métodos y los contenidos de la educación respondiendo a fines no definidos. Para no cometer estos errores, el educador deberá conocer -antes que nada- los valores humanos que subyacen en la naturaleza del hombre.

Por cierto, Makarenko en nuestro país fue olvidado, no tomado en cuenta en el campo pedagógico, sólo se reconoce como un valor histórico y se piensa equivocadamente: lo pasado ha sido superado. Esta actitud es evidente, porque los educadores -en su mayoría- piensan que la historia es ascendente -que va de lo inferior a lo superior-, de esta manera, ser el mejor pedagogo consiste en repetir o aplicar las últimas teorías -en muchos casos, sin saber el fundamento último de éstas-, por lo cual -para ellos-, las teorías del pasado no son aplicables, caso contrario sería retroceder. En las instituciones donde se forman a los educadores, no toman en cuenta a Makarenko, más están con Piaget, y otros de la corriente constructivista. No condenamos esto, lo que censuramos es que nuestras instituciones pedagógicas se prestan al modismo: aplicar la teoría que está de moda, con esto -los educadores- han olvidado el fin último de la educación: la formación del hombre; por lo tanto, el fin está -según ellos- en aplicar la teoría de punta o la teoría de moda -esto es lo que recusamos. La moda en el campo pedagógico es perjudicial, por causa de ésta se desechan teorías valiosas. La teoría pedagógica de Makarenko es el resultado de una experiencia concreta, como ya dijimos, se asienta en la naturaleza humana; menospreciar aquélla es como decir, las teorías del pasado no son aplicables por más valiosas que sean, por una simple razón: la naturaleza humana es la construcción de la historia -en este trabajo se ha demostrado lo contrario.

IV. RESUMEN

Los valores pedagógicos subyacentes en la obra Poema Pedagógico, son aquellos valores mencionados más arriba. En el proceso de la educación estos valores pedagógicos no se dan de manera separada, sino simultáneamente. En la Colonia Gorki, estos valores pedagógicos se daban en una relación dialéctica entrelazados entre sí, así formando una cadena de retribución simultánea en un acto pedagógico. Porque la actividad laboral, es decir, el trabajo, no está separado de la disciplina; ésta se patentiza en la organización estética de la colectividad; además, esta organización social tiene base en el cogobierno que consiste en la conducción de una comunidad pedagógica de parte de los educandos y educadores; toda esta organización viva de una colectividad pedagógica se estructura sobre la categoría fundamental: la confianza, que se manifiesta en la intersubjetividad armónica de los educandos y los educadores y, toda esta vida armónica se moviliza hacia una meta superior alimentada por la esperanza. Pues, gracias a la aplicación de estos valores pedagógicos, no fueron incorregibles los infractores de la ley y los vagabundos llevados a la Colonia Gorki. Por cierto, Makarenko fue el conocedor de los valores humanos y supo aplicar estos mismos en el campo de la educación.

V. AUTOEVALUACIÓN

Contraste la experiencia pedagógica vivida en Ucrania por Makarenko, con la experiencia de Elizardo Perez en Warisata y señale los fines educativos de ambas experiencias y ¿a qué ideal político responden ambas?

CAPÍTULO III

Filosofía de la "educación natural" de Rousseau

I. OBJETIVOS

  • Describir los postulados filosóficos planteados por Rousseau con respecto al hombre

  • Explicitar el fin político planteado por el autor

  • Señalar el fin educativo subyacente en el discurso de Rousseau

  • Resaltar el método educativo planteado por el autor.

II. INTRODUCCIÓN

Rousseau es uno de los pensadores teóricos de la educación. Quizá creen algunos como una teoría caduca, pues se debe entender al autor desde la perspectiva de sus fundamentos filosóficos, quizá hasta el momento encontramos que la pedagogía contemporánea ni siquiera explicitó los fines de la educación conforme a la naturaleza humana que planteó dicho autor.

El autor observa cómo la sociedad de su época va en decadencia a causa de sus ciencias que tanto enorgulleció a los hombres pensadores de esa época, pero no vieron la decadencia del hombre mismo en sus valores humanos. Desde luego, Rousseau elabora una propuesta para el restablecimiento de la sociedad civil basada en la política de la "voluntad general", que según el autor el hombre puede alcanzar su realización humana sin necesidad de la coerción social ni jurídica, porque en él subyace lo bueno, la maldad es producto de la sociedad que lo desvía el desarrollo natural de la esencia humana. Entonces para lograr este propósito político es necesario plantearse medios, de ahí surge su obra "Emilio o de la Educación" en la cual expone cómo se debe educar al hombre. En las primeras páginas -que tenemos a la mano como material de apoyo-, puede ser un indicador para saber los métodos pedagógicos planteados por el autor. No se propone formar hombres profesionales, doctores, militares, curas, etc, sino a que el hombre ante todo sea un hombre. Este es el fin de la educación del autor. Para tal efecto es necesario educar al hombre desde su nacimiento sin direccionar, hacer únicamente a que la naturaleza humana se desenvuelva correctamente sin prejuicios ni recetas sociales. Esto obviamente no significa la vuelta a la naturaleza, sino su planteamiento es para mejorar los problemas de la sociedad civil.

III. DESARROLLO

  • 1. LA ESENCIA DEL HOMBRE

Rousseau parte de una concepción antropológica para plantear la propuesta pedagógica, "Todo está bien al salir de las manos del autor de las cosas…". Esta cita expresa el fundamento antropológico donde está implícita la concepción del hombre: el hombre es bueno por naturaleza. Esta concepción es el punto de partida de su discurso pedagógico del autor. Que tanto al autor como a los pedagogos abriga una esperanza, de que el hombre es mejorable a través de la educación ya que en su esencia yace lo bueno.

La educación como el medio de la formación del hombre, nos es dada a través de las acciones de los mayores, por tanto: "A las plantas se las forman mediante el cultivo, y los hombres mediante la educación…Todo cuanto no tenemos en nuestro nacimiento y que necesitamos de mayores, nos es dado por la educación" – reitera el autor.

Partes: 1, 2, 3
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