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Autobiografia sobre la vida Marinera de León M. Morales (página 2)

Enviado por León Morales


Partes: 1, 2, 3, 4

También había otros negocios como el de "Alicia Giraldo", que era de gran calidad en el tipo de putas jóvenes que tenían, ya que algunas de ellas estudiaban en la Universidad del Atlántico. De igual forma había que recordar "El Molino Rojo" que sirvió para que muchos escritores y artistas plásticos colombianos se inspiraran en sus cuadros y pinturas, los cuales expusieron en las más grandes salas y museos alrededor del orbe, tales como: Alejandro Obregón, Gabriel García y Alfonso Fuenmayor.

Mi comadre Isabel Vergara Porto y María Pretelt

En un Asilo de Ancianas en Barranquilla – Colombia

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Después nos fuimos a la Calle 41, que era el lugar en donde estaba el Barrio Chino, en el cual hubo un burdel llamado "La Casa Verde" o "Green House", propiedad de una antigua prostituta llamada Isabel Vergara Porto natural de Sincelejo en el Departamento de Sucre.

En la entrada de "La Casa Verde" había un Buda grandote, que al entrar allí, todos los marinos teníamos que sobarle la barriga y depositarle algo de dinero, para que nos diera suerte, mientras estábamos allí. En ese negocio hubo una antigua prostituta francesa de origen húngara llamada María Pretelt, quien trabajó allí como cocinera por muchos años; vieja amiga de faenas y de farras de la señora Isabel Vergara Porto quién dirigiera ese negocio de su propiedad por más de treinta años de vida mundana e impúdica.

Aracataca, la tierra de Gabriel García Márquez, en el Departamento de El Magdalena, Colombia.

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Las antes mencionadas damas y el lugar en cuestión sirvieron de base e inspiración en sus andanadas puteriles en los bajos fondos colombianos al escritor colombiano y Premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez "GABO", en la década de los años 80 del siglo inmediato pasado; para escribir una de sus últimas obras literarias, titulada: "Memorias de mis Putas Tristes".

La cual está relacionada con la vida andariega en el oficio más antiguo en el planeta Tierra, sobre unas putas que son las antes descritas, Isabel Porto y su cocinera francesa, hoy enclaustradas en un asilo de ancianas en la ciudad de Barranquilla; al igual que otras que hicieron vida nocturna por infinidades de décadas en los burdeles colombianos en las costas pacifica y caribeña.

Allí, la música era muy alegre; se oían muchos ballenatos, a Pastor López y Nelson Henríquez, y no podíamos dejar atrás a Fruco y sus Metales. Las camas eran de piedra, que después de una gran jornada sexual le dejaba a uno un gran malestar en la espalda.

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Cabe decir, con toda la sinceridad del caso, que íbamos a ese burdel a beber aguardiente y a disfrutar los placeres sexuales, porque que no teníamos mucho dinero, ya que ese era mi primer viaje a ultramar.

De pronto, los compañeros que estaban conmigo esa noche en ese lugar, por tratarse del último día en Barranquilla en lo concerniente a ese viaje; decidieron llevar una puta cada uno para Santa Marta, y el único que no eligió a nadie fui yo.

Lo cierto de todo esto fue que de pronto se apareció frente a mí una prostituta vestida de rojo, su nombre Marlene Garzón Soler, natural del Barrio San Blas en Bogotá y quién a su vez era de padres originarios de Villavicencio en los llanos orientales colombiano.

Debo manifestar, que esa mujer era como unos 7 años mayor que yo y tenía dos hijas gemelas, que habían nacido en el Putumayo; ya que su esposo había sido un importante gerente de banco en esa zona de la selva colombiana, y que más luego pasaron a manos de su padre y de su esposa, a los tres meses de nacidas.

¿Cuál sería mi sorpresa?

Puerto de Barranquilla

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Marlene se me acercó y me preguntó: ¿Vaporino, tú no tienes pareja para Santa Marta?

Y le conteste, que no. Seguidamente, ella me dijo: ¿No aceptarías que yo te acompañase allá en Santa Marta?

Y le respondí: "Está bien, te esperaré en Santa Marta, mañana".

Lo cierto de todo esto fue que ciertos oficiales llevaron abordo algunas prostitutas desde Barranquilla a Santa Marta, y las que nosotros habíamos elegido se iban por tierra, hasta que al fin, después de algunas horas de navegación, pudimos observar la bahía de tan histórico puerto, la cual era muy linda, de verdad.

Después de nuestra jornada de trabajo, bajamos a tierra y decidimos ver en donde estaban las mujeres esperándonos; todos nos ubicamos en algunos hoteles para estar dos o tres días en esa zona de placer, aguardiente y sexo.

En horas del mediodía me fui con Marlene Garzón Soler a visitar la Quinta de San Pedro Alejandrino en Santa Marta; la cual era distante del pueblo y en donde se encuentra en la antigua aldea de Mamotoco.

Allí nos encontramos con el octogenario historiador Dr. Ezequiel Lisnero Padilla, bisnieto del almirante José Prudencio Padilla, quién combatió con el almirante Nelson en la batalla naval de Trafalgar; habiendo sido el almirante José Prudencio Padilla, el vencedor en la batalla naval del Lago de Maracaibo en 1.823.

El doctor en derecho Ezequiel Lisnero Padilla al verme de la mano con Marlene Soler Garzón me hizo la siguiente pregunta: ¿De dónde es usted, joven?

Bahía de Santa Marta en Colombia

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Y yo le respondí que era venezolano, y él me dijo que si yo lo era; él me iba hacer una pregunta y que esperaba que le diera la repuesta acertada. Yo a continuación, le dije: ¿Hágame la pregunta que a bien usted disponga, Dr. Lisnero?

Él me dijo lo siguiente: "Nuestro Libertador Simón Bolívar murió en esta Quinta el 17 de diciembre de 1.830".

Y más luego me preguntó: ¿Por qué fueron trasladados sus restos desde Santa Marta en mi patria, a Venezuela, su tierra natal?

Y yo como buen conocedor de la historia de mi patria desde muy niño, le respondí de la siguiente manera: "Dr. Lisnero, los restos del Padre de la Patria Simón Bolívar fueron trasladados a caracas su ciudad natal porque así lo sugirió él en sus testamento de muerte y eso fue lo que se hizo en 1.842, cuando sus restos mortales fueron trasladados desde la bahía de Santa Marta en la nao "Constitución" con rumbo al puerto de La Guaira".

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Quinta de San Pedro Alejandrino

El Dr. Lisnero en lo inmediato llamó a su nieto Ezequiel quién tenía como 10 años de edad, diciéndole estas palabras: "Nieto, este es una de las pocas personas que han venido del vecino país y responde bien a la pregunta que le hice sobre nuestro padre común, Simón Bolívar".

En verdad, pude notar que el niño era un sabio sobre las cosas que se suscitaron en la vida de nuestro Libertador; él hablaba de la Quinta de San Pedro Alejandrino y de los personajes que allí hicieron vida como si él los estuviese viendo en esos momentos; sus relatos eran apasionantes, pero yo conocía muy bien la Quinta.

Ya que en mi casa de crianza en Maiquetía teníamos libros pertenecientes a mi abuela Catalina Aranguren Bravo, los cuales estaban relacionados con la sucinta vida del general Simón Bolívar, y fueron editados en tiempos del general Marcos Evangelista Pérez Jiménez.

Andando con Marlene Soler en ese inolvidable día, fuimos adentrándonos en el interior de la Quinta y poco a poco le fui hablando a los turistas presentes y a quienes estaban allí, sobre la historia de Simón Bolívar y los sucesos que allí se dieron en esos tiempos aciagos de la anarquía que acabó con Colombia, la grande; todos estaban admirados de mi retórica bolivariana.

General José Laurencio Silva

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Nos ubicamos del lado de afuera y pudimos observar los tamarindos que forman la cara de Simón Bolívar, mi remoto antepasado. Más luego, nos acercamos a la entrada de la Quinta, estando de frente a ella, notamos que al lado izquierdo había una imagen de San Pedro Alejandrino.

Y lo curioso de esto, fue que el Libertador recibió el segundo grado de la masonería universal en la Logia "San Alejandrino de Escocia" en Francia. En ese cuarto estaba enterrado el Dr. Alejandro Prospero Reverend; el mismito y que boticario. Quién supuestamente atendió a Bolívar en sus últimos momentos, desde el 6 hasta el 17 de diciembre de 1.830.

Seguimos el curso en la Quinta y pasamos a una biblioteca, en donde se encontraban dos libros importantes: "El Quijote" de Cervantes y otro que fue escrito por Gil Blas de Santillana; que fue lo que produjo en una ocasión, una conversa importante entre don Joaquín de Mier y el propio Simón Bolívar.

Ya que don Joaquín de Mier le había dicho que su biblioteca era muy pobre y el propio Libertador muy extrañado le dijo: "No, don Joaquín, aquí tiene usted dos obras importantes en la literatura universal; El Quijote, el hombre tal cual como debe ser, y a Gil Blas, el hombre tal cual como tiene que ser".

Don Joaquín de Mier y París

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Mi compañera sentimental Marlene Garzón Soler se maravillaba de las cosas que yo decía; a pesar de que ella era colombiana no conocía nada de lo que yo hacía referencia en esos momentos; recorriendo la Quinta pasamos al comedor, en donde pudimos ver la locería, cubiertos, copas y platos en donde el Libertador comía con sus edecanes, secretarios y ayudantes; siempre bajo la atención de su fiel mayordomo José Palacios.

De igual forma, observamos la cocina en donde los esclavizados elaboraban las comidas, especialmente su cocinera ecuatoriana de apellido Barriga, con quién Bolívar tuvo grandes tropiezos por las sopas de sagú y pollo a que lo tenía sometido.

Llegamos a otro lugar de la Quinta, en donde estaba la mesa de madera en la cual le hicieron la autopsia al Sol de Colombia, Simón Bolívar; a pesar de estar protegida y recubierta con alguna sustancia brillantosa, aún se veía al trasluz la sangre que emanó del cuerpo de nuestro amado Libertador Simón Bolívar, cuando irreverentemente el boticario y matasano francés, Alejandro Prospero Reverend, lo descuartizó para asegurarse que el Padre de la Patria estaba en verdad bien muerto.

Estas palabras le llamaron la atención al Dr. Ezequiel Lisnero Padilla, quién era amigo de grandes historiadores venezolanos, como: El Dr. Luís Villalba Villalba (presidente de la Sociedad Bolivariana de Venezuela), Dr. Marcos Rubén Carrillo (descendiente del prócer independentista general José de la Cruz Carrillo y Gómez) y el Dr. Arturo Uslar Pietri (descendiente del coronel Juan Uslar), entre otros.

Cuando íbamos hacia el cuarto en donde supuestamente falleció Bolívar, el Dr. Lisnero me hizo la siguiente pregunta: ¿Por qué usted duda de la muerte de Bolívar en esta casa, joven?

Muerte del Libertador Simón Bolívar

Envenenado por su sobrino Fernando Simón Bolívar y Tinoco

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Yo le respondí bajo estos términos: "Dr. Lisnero, mi padre es familia directa del Libertador Simón Bolívar, a través del capitán Juan de Villegas, de los fundadores de Borburata y Barquisimeto en Venezuela".

En nuestra familia se nos ha dicho y enseñado, desde hace muchísimos años atrás, que Simón Bolívar fue envenenado por su propio sobrino, teniente Fernando Bolívar y Tinoco, quién le suministró pequeñas dosis de arsénico.

Justamente, aquí en esta casa; ya que mi papá me dijo que ese testamento final de su vida no es válido, debido a que Bolívar tenía algunos momentos de lucidez y en otros de pérdida de memoria; esos son los síntomas del envenenamiento.

¿Qué le parece a usted eso, Dr. Lisnero?

El Dr. Lisnero Padilla frente de mi y en el extraño cuarto en donde Bolívar pasó varios días de su enfermedad, me dijo estas palabras: "Este cuarto encierra grandes misterios que no pueden ser conocido en el mundo exterior de esta casa; lo hablo con usted porque veo que conoce mucho sobre la vida de este genio de la libertad a quién llamamos Bolívar, El Libertador".

Resulta, que Simón Bolívar se retiró del gobierno gran colombiano en enero de 1.830. Dejando en el mismo al general maracaibero Rafael Urdaneta Farías, quién de hecho, había tenido un gran altercado con el general Justo Briceño.

Teniente Fernando Bolívar y Tinoco

Sobrino y asesino del Libertador Simón Bolívar

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El Libertador después de una gran larga marcha y jornada de camino, pasó por muchos pueblos que ya conocía desde los tiempos de la campaña del Alto Magdalena en 1.813, en donde lo regocijaban de saludos. Ya que había dejado a viejos amigos en todas esas comarcas, hasta llegar a Sabaneta, cerca de Santa Marta; en donde se pudo notar que venía con extraños síntomas de salud.

Dentro de su comitiva estaba su sobrino Fernando Simón Bolívar y Tinoco; hombre problemático y de muy mala conducta y procederes. Ese era un ser de poco fiar y confiar, ya que Bolívar lo había desheredado. Pero la carta nunca la entregó el general de brigada Daniel Florencio O´Leary a su hermana María Antonia Bolívar, quién era la encargada de sus bienes y negocios en tierras de Venezuela.

Allí en ese grupo venían sus propios asesinos; todos eran venezolanos. Fernando Bolívar y Tinoco estaba apoyado por el general José Laurencio Silva, quién era su cuñado. De igual forma, estaban los generales Mariano Montilla y Perú de la Croix, entre otros.

En verdad Bolívar estaba muy mal de salud, a pesar de que había salido muy bien desde Santa Fe de Bogotá; ya que para engañar al general en jefe Rafael Urdaneta Farías había fingido irse a Europa, en vista a la anarquía imperante en Colombia.

El Libertador pensaba trasladarse con un grueso de sus fuerzas hacía Maracaibo para invadir a Venezuela y someter por la vías de las armas al general en jefe José Antonio Páez y Herrera. Más luego, avanzaría hacía Cundinamarca y acababa con las pretensiones autocráticas del general en jefe Francisco de Paula Santander, y así hasta llegar a Quito y sacar del poder al general de división Juan José Flores.

El objetivo del Padre de la Patria, desde los días de la convención traidora de Ocaña era imponer la Constitución Boliviana, la cual era más avanzada que la colombiana. Lo grave de todo esto, fue que el general Rafael Urdaneta Farías, jamás envió médico alguno en la comitiva del general Bolívar; esto es un indicativo de que él venía bien de salud.

La comitiva asesina

Que llevaba al Libertador Simón Bolívar

A los umbrales de la eternidad

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Pero al llegar al sitio de Sabaneta, don Joaquín de Mier y París, nota que el Libertador está muy enflaquecido y con algunos problemas en el andar; y es cuando decide traérselo a esta bella Quinta, para ver si se recuperaba de salud, a pesar de que Bolívar no era santo de su total devoción, y menos monedita de oro.

Seguidamente, le asigna un bergantín llamado "Manuel", para que lo trasladen a Santa Marta; pero contaban mis antepasados que había por allí un barco norteamericano, el Gramphus. En ese buque iba abordo un médico de apellido N. Night, quién jamás vio al Libertador para examinarlo.

Sino que más bien, le enviaron una carta al general Simón Bolívar y Palacios para que abordara ese navío, y de esa forma sería sacado de tierra colombiana para siempre o quizás sería llevado como reo de estado del gobierno norteamericano. Hecho este, al cual el Libertador se opuso tenazmente.

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Cuarto y catre en donde el general Simón Bolívar pasó sus últimos momentos a finales en 1.830

En verdad, ese cuarto lúgubre y tétrico en donde tuvieron a Bolívar secuestrado esa cuerda de miserables; en donde estuvieron comprometidos el obispo Estévez de Santa Marta, el notario público José Catalino Noguera y el boticario Alejandro Prospero Reverend.

Allí estaba el viejo catre en donde tuvieron amarrado al Sol de Colombia, al glorioso Bolívar, a quien no pudieron derrotar ni en el campo de las ideas y menos en los campos de batalla; y ese peazo de reloj detenido a las 01:07 p.m., por la inmoral actitud del general Mariano Montilla, quién grotescamente gritó a los presente: "Al fin ha muerto el enemigo de Colombia, el Dictador Bolívar".

El 13 de diciembre de 1.830, esos miserables a petición del comandante de la fragata Grampus, deciden asesinar al Padre de la Patria, llevándoselo a una casa intermedia que estaba entre la hacienda de Mamotoco y Santa Marta, y que está aún en el camino en donde estaba colocada una placa de mármol, que decía lo siguiente: "Aquí pernotó el Libertador Simón Bolívar antes de morir".

En verdad, esos tipos le metieron un balazo en la cabeza al Padre de la Patria y genio de la Libertad Simón Bolívar. Ellos tuvieron 4 días preparando la supuesta muerte del Libertador, que es la que desde esos tiempos hasta el presente, le han dado a conocer a todos los pueblos del mundo.

Simón Bolívar si fue asesinado, y el único boticario que había en el pueblo jamás fue invitado a atender al Libertador. Sin embargo, él Dr. Castelbondo le hizo una máscara de cera al rostro cadavérico del Sol de Colombia, que aún deben conservar aún sus descendientes.

El supuesto testamento del Libertador Simón Bolívar fue una falacia y una vil mentira; todo fue cuadrado para que los pueblos al saberse la realidad de las cosas, no se levantasen en armas. Y fue tan así, que el general de brigada Perú de Lacroix se retiró de Santa Marta el 16 de diciembre de ese año, enviándole una carta a la coronela Manuelita Sáenz, en donde le manifestaba que había dejado al general Simón Bolívar en víspera de muerte.

¿El general Perú de Lacroix sabía en verdad lo que había pasado en Santa Marta con el Libertador Simón Bolívar?

¿Por qué se retiró de allí intempestivamente?

Máscara del rostro cadavérico del Libertador

Simón Bolívar en Santa Marta en 1.830

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¿Por qué luego se suicidó en París en 1.837?

¿Cuál fue su participación en ese vil magnicidio?

Lo extraño del caso fue que en el testamento de muerte, es que supuestamente, el Libertador comisionó al Dr. José María Vargas a que fuese su albacea testamentario. Bolívar jamás vio en su vida a ese médico, quién a ultranza fue un reconocido godo enemigo de sus ideales libertarios y revolucionarios para la época. Bolívar si fue asesinado, de eso no hay dudas y así lo manifiesto al mundo en estos instantes.

Catedral de Santa Marta,

En donde fue sepultado Simón Bolívar

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Siguiendo en mí caminar en tan sagrado recinto samario en la República de Colombia, pude observar la caballeriza de la Quinta y allí vi la berlinesa tirada por caballos con la cual lo condujeron desde la rada de Santa Marta a la Quinta de San Pedro Alejandrino el 6 de diciembre; después vimos el trapiche, que era en donde estaba la molienda de caña de azúcar en aquellos tiempos.

Marlene Garzón Soler y yo nos fuimos a Santa Marta; en donde en el Panamerican Bar comimos un suculento pescado bocachico con ensalada y patacones, y bebimos algunas cervezas con colita Postobón, teniendo al frente el Paseo "Rodrigo Bastidas", siempre bajo el compás de una música romántica caribeña colombiana tocada por un conjunto de esa zona.

Al día siguiente, nos fuimos a la Catedral de Santa Marta y en su interior vimos la tumba del capitán don Rodrigo Bastidas, y qué fundador de esa ciudad costeña; y estando en frente del altar mayor, en el piso había una lápida mortuoria que tenía transcrita algunas palabras, las cuales nos indicaban, que allí estuvo sepultado el general en jefe Simón Bolívar hasta el año1.842. Después de varios movimientos de sus restos en dicha Catedral.

En horas de la noche, nos fuimos al Rodadero, un lugar en donde hay una sabrosa playa muy mansa, en la cual visitamos su acuario, adonde llegamos a través del agua, pedaleando con tranquilidad y placer, una moto alquilada entre ambos.

También pude conocer, el pueblo de Aracataca, en donde nació el escritor Gabriel García Márquez. Me llamó mucho la atención, ver la humildad de su gente, quienes vivían en ranchos muy pobres; en ese momento, un grupo de personas llevaban en hombros el cadáver de uno de sus conciudadanos. De esa manera, me recordaba mis años de niñez, en mi Tarmas querida.

Al final pasamos tres días en ese puerto; donde nos hablaron de un viejo pescador margariteño quién tenía muchos años viviendo por esos lares, y con una larga familia dedicada a las faenas del mar. Ellos vivían en una cima que daba hacia el final de la rada en dicho puerto.

Una de las cosas que me llamó la atención, fue el ferrocarril que había allí, el cual echaba 14 horas hasta Bogotá, y en su trayecto llegaba hasta Cali. De pronto en la Flota Gran Colombiana, se decidió el día de nuestra partida, y las compañeras sentimentales y amigos conocidos, desde los muelles nos despedían con cohetones.

Y las putas que habían compartido con nosotros en esos días, nos saludaban con pañuelos en el aire; el capitán saludaba con tres golpes de sirena y de allí con buen rumbo comenzamos nuestra navegación hacia al puerto de Róterdam en Holanda.

Bahía de Santa Marta – Colombia

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En verdad, fueron 9 días y 20 horas de navegación ininterrumpida; pasamos frente a la isla de Curazao y después navegamos con un mar muy bueno, hasta que llegamos a las islas de las Azores, en donde las aguas eran muy turbias; dejando atrás a las islas de San Miguel, Corvo, Faial, Flores y San Fernando, para ir adentrarnos en aguas del golfo de Vizcaya, llamado el cementerio de barcos, hasta divisar las costas de Inglaterra y Francia por los lados de Normandia, en aguas del Mar del Norte, hasta nuestro arribo al puerto de Rótterdam.

Cabe destacar, que en la travesía adelantamos 6 horas a nuestro huso horario a bordo, para llegar con la hora de Europa. Yo recuerdo que cuando llegamos a Rótterdam, al día siguiente vino a bordo un evangelista, quién vino a predicar la palabra de Jesucristo.

Yo saque la carta de referencia que me había dado el capitán Luís Enrique Lalut, quién era de nacionalidad chilena y era misionero del Ejército de Salvación en Venezuela (The Salvation Army), y la misma me dio los resultados esperados.

Esto le causó gracia al camarero Miguel Quiñónez, quién al verme orando con dicho misionero, creía que yo estaba llorando con él y descargó una risa que hasta nuestros días aún recuerda como si fuera ayer mismo.

Ese arribo me fue grato, debido a que conocí a una joven de origen japonés-holandesa llamada Sumire. Ella vino a bordo con algunos músicos del grupo de música moderna Reality, quienes en otrora tiempo fueron presentados en Radio Caracas Televisión (RCTV) por Renny Ottolina.

Ellos estaban impacientes y caminaban en la cámara de abajo del buque, de arriba abajo. Pero Miguel Quiñones, se dio cuenta que era lo que ellos querían en verdad. Diciéndome él estas palabras: "León, ya vas a ver lo que ellos quieren".

Islas portuguesas de las Azores

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Miguel sacó un pucho de marihuana y se lo dio a un negro que tenía un afro bien grande; ese señor saltó de alegría, estaba contento ya que había encontrado lo que estaba buscando; al fin decidieron invitarnos a su casa en esa ciudad, que de hecho nunca encontramos.

En verdad, ese primer viaje que hice en la M/N "Caracas" fue muy emocionante; ya que estaba tan contento que invité a mis viejos amigos Mario Alfredo Delgado Ortiz (hoy comisario general jubilado del CTPJ), Cony Liendo Liendo (ex-policía de la DISIP, psicólogo egresado de la UCV, murió víctima del SIDA), Jesús Palma, Eddy Rivero (viejo cocinero a bordo quien vive en Puerto Cabello) y Juan Méndez Velasco (jubilado por el INAVI en San Cristóbal), a echarnos unos palos en un bar de Maiquetía; presentándose en el trayecto una discusión entre Mario Alfredo Delgado y yo; cuando de pronto saqué una mano y le di en el rostro, y este cayó al suelo.

Mario se puso de pie y se venía hacia mí a entromparme a golpes, cuando fuimos separados por quienes nos acompañaban; evitándose una pelea que tuviese repercusiones violentas. La discusión se presentó en esos momentos, porque Mario le dijo a Cony que era marico y que lo habían visto en el aeropuerto practicando sodomía oral. Yo, en verdad desconocía esa situación de Cony y salí en su defensa; esa fue la realidad de ese hecho.

En ese mismo viaje, decidí que me descontarán parte de mi salario para dárselo a mi hermano Juan Francisco Morales; ya que él estudiaba en la Escuela Técnica Industrial del Oeste y no tenía entrada alguna para poder continuar sus estudios; debido a que él vivía en una pensión que le pagaba mi abuela Catalina Aranguren Bravo en la calle que va desde la iglesia hacia donde se encontraba la Sanidad y la PTJ en la Urbanización Vilachá en Maiquetía.

En ese mundo de marino mercante en la Compañía Anónima Venezolana de Navegación (CAVN) estuve desde el 23 de diciembre de 1.973 hasta el 20 de marzo de 1.976. En donde hubo varias anécdotas y hechos que recuerdo, y que voy a plasmar en este trabajo histórico que sigo especificando a continuación.

En la Motonave "Caracas" estuve durante los años 1.973 y 1.974, donde me desempeñé como ayudante de cámara y camarero. Cabe decir, que en este buque viví momentos de alegría y de placer; ya que mi experiencia como hombre de mar rompía con mi condición clerical y si se quiere sacerdotal, formado para otras cosas de la vida; en donde rompí con el celibato, para ir formándose en mi, una persona diferente en búsqueda de una libertad cercenada por una formación teológica enmarcada en los criterios tridentinos y del Concilio Vaticano I.

En la M/N "Caracas" conocí a dos tripulantes subalternos quienes eran personas muy interesantes, por las historias que contaban a lo largo de tantos años navegando en los buques de la C.A.V.N.

Ellos me hicieron relatos de las siguientes curiosidades a bordo: una vez navegando entre la isla de Puerto Rico y las Azores en el Atlántico norte, pasábamos por el Mar de los Sargazum, notándose a esa altura en que navegábamos, que las aguas del océano estaban muy tranquilas.

A tal efecto, estando en el puente de mando del buque, les pregunté a los timoneles Gerónimo Delgado (originario de las islas Canarias) y a Maneiro (de origen gallego) lo siguiente: ¿Por qué las aguas están muy tranquilas en esta coordenada?

Gerónimo Delgado vivía en la ciudad de Valencia en Venezuela y estaba casado con una venezolana, quién me respondió lo siguiente: "Este lugar es llamado el Triangulo de las Bermudas y está lleno de muchas historias trágicas; en verdad cuando este mar está tranquilo, desde el fondo se ve una ciudad que se proyecta sobre el agua desde las profundidades mismas".

Maneiro me respondió con lo siguiente: "Te diré que esa ciudad es muy antigua y paso a creer que es el continente perdido de la Atlántida; de esa gran porción de tierra se ha dicho que se hundió en este océano hace muchos miles de años".

Yo creo que es así y comparto lo expresado por Gerónimo Delgado; esa ciudad está allá abajo, a casi cinco mil metros de profundidad.

Después Gerónimo Delgado pasó a contarnos una historia apasionante que sucedió en el año 1.963 y que tiene que ver con el secuestro de la M/N "Anzoátegui" por parte de un comando de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN); esta es la historia:

Muchachos, en ese viaje vivimos un momento difícil, ya que el capitán de altura Pereira, en su condición de comandante del buque, al llegar a bordo hizo los preparativos para zarpar hacia la costa del golfo en Estados Unidos de América (USA); específicamente para Houston y Galveston en el Estado de Texas.

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Debo recordar, que en esos tiempos se vivía en Venezuela una lucha armada de dimensiones duras, la cual estaba influenciada por la revolución cubana liderada por el comandante en jefe Fidel Castro Ruz; ya que tuvimos como segundo piloto a bordo a Wismar Medina Rojas, quién era familia directa del capitán de fragata Pedro Medina Silva, uno de los más preclaros jefes de la insurrección militar que se dio en Puerto Cabello en 1.962. Justamente, en el Porteñazo.

Guerrilleros en la Sierra Maestra en Cuba

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El segundo oficial de cubierta Wismar Medina Rojas estuvo de guardia, mientras el buque se encontraba surto en la rada de La Guaira; en verdad no se notó nada extraño en esos días, sino hasta el día que zarpamos.

A las pocas horas de haber zarpado el buque desde el puerto de La Guaira con rumbo a Houston; desde el camarote del segundo oficial Wismar Medina Rojas, salieron varios hombres armados; quienes estaban vestido de beige y tenían brazaletes de las FALN.

En lo inmediato, unos subieron al puente de mando é hicieron preso al capitán Pereira, y lo conminaron a su camarote, en donde lo tuvieron detenido; otros bajaron a la sala de máquinas é hicieron lo mismo, con los oficiales y tripulación que allí laboraban.

La operación subversiva estuvo bajo el mando del comandante Máximo Canales, cuyo nombre verdadero era Paúl del Río, venezolano de origen cubano y quién de manera firme y convincente, le manifestó a los tripulantes del buque los objetivos de la operación que habían emprendido Esta acción militar, fue dirigida por el Secretariado del Partido Comunista de Venezuela (PCV) y por la dirección de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN).

Entre los comprometidos estuvo el andino capachero Rómulo Niño, jefe militar de la operación llevada a cabo por ese comando de las FALN; quién hoy en día es abogado y vive en el pueblo de Capacho Nuevo, Municipio Independencia del Edo. Táchira.

El día 13 de febrero de 1.963, desde la Motonave "Anzoátegui" se transmitió por radiotelegrafía a todos los pueblos del mundo, la situación real que vivían los presos políticos en las cárceles venezolanas, durante el mandato adeco del punto-fijismo.

Mediante sus mensajes desde la M/N "Anzoátegui", las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN) denunciaban la existencia de los campos de concentración situados en Monagas, Lara, Sucre y en el Cuartel de la Dirección General de Policía (DIGEPOL) en Caracas; el establecimiento de la censura a la prensa y la violación a los derechos humanos.

La M/N "Anzoátegui" había sido capturada por una unidad guerrillera urbana, unidad táctica de combate de las FALN que tomó el control del buque; la operación fue denominada "Alberto Rudas Mezones", en honor a un joven trabajador asesinado por las bandas armadas del Partido Acción Democrática, en esos tiempos.

Secuestro del futbolista español– argentino Alfredo Di Stefano

por el comandante Máximo Canales de las FALN

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Entre las anécdotas hay una que contaba el isleño canario Gerónimo Delgado, quién en ese momento era camarero a bordo; narrando la siguiente historia: "Yo recuerdo que llegué en una ocasión a la cocina del buque y le dije al primer cocinero, una tortilla de queso y jamón para Máximo Canales, y cuidadito dicen que no".

Todo causó gracia en los presente, ya que parecía una jodedera de Gerónimo, más que un chiste sobre esa situación que vivieron en esos aciagos momentos.

En lo inmediato, el buque fue investido por unos aviones de combate provenientes desde la base militar norteamericana en Panamá; en donde conminaban a los revolucionarios que habían tomado el buque por asalto a que se entregaran. El comandante Máximo Canales optó porque se desviase la ruta del buque en el Mar Caribe con rumbo al Atlántico sur.

En vista a que hacían caso omiso a las advertencias gringas, desde los aviones lanzaron unos cohetes que pasaron por los bordes de la proa de la M/N "Anzoátegui"; para que los revolucionarios que habían abordado dicha nave mercante, desviasen el buque de la ruta y permitieran el abordaje del mismo.

La M/N "Anzoátegui" siguió su derrota hacia el puerto de Belén do Pará en donde los activistas de las FALN entregaron sus armas, pidiendo asilo político en esa ciudad de la República Federativa del Brasil.

Allí hubo un marino del buque, quién sin estar metido en ese lío pidió asilo político. Cabe decir, que el capitán de altura Pereira fue descubierto por su propia esposa e hijos en actos de sodomía a bordo de una de las unidades flotantes de la C.A.V.N, surta en el puerto de La Guaira, lo que originó su salida de la empresa para siempre.

En esa época, llegué a ver como se contrabandeaba con mercancías no comprometedoras, tales como: cigarrillos, chocolates, alfombras, equipos de sonido, perfumes, revistas y películas pornográficas, entre otras cosas.

Generalmente, cuando llegábamos a Europa, específicamente a Rótterdam, había un holandés quién tenía un apellido difícil de pronunciar; él era el proveedor del buque; además nos vendía los alimentos y elementos de uso sanitario y de mantenimiento; hasta que un tercer oficial de navegación llamado José de Jesús Rodríguez "Chuchú", lo comenzó a llamar: "Juan Garabato, el que vende más barato".

A partir de ese momento, dicho personaje se hizo popular en esos puertos con ese nombre; dotando a nuestras unidades y a otras de otras naciones con los enseres necesarios para su navegación.

El tercer oficial Chuchú Rodríguez era de origen margariteño. Él era dicharachero y tocaba muy bien la armónica. Su formación como piloto en navegación se dio de la siguiente manera: el cursó dos años en la Escuela Náutica de Venezuela y salió despedido de allí, quizás por bajo rendimiento académico.

Pero como él era un hombre de mar, optó por pasar tres años como aprendiz a bordo de las unidades flotantes de la empresa, hasta que logró obtener el título de tercer oficial, mención navegación, a través del la Dirección de Marina Mercante en el Ministerio de Comunicaciones en Caracas,

Lo cierto del caso fue que Chucho Rodríguez era un hombre de poco fiar a bordo; ya que lo tenían como un elemento perturbador. Mejor dicho, él era un pajuo, según los tripulantes de esos tiempos.

Amsterdam

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Debo decir, que con él sostuve la mejor amistad, teniéndome grandes consideraciones abordo. Ya que los centrales en los buques de la Compañía Anónima Venezolana de Navegación (CAVN) éramos considerados como unos turistas y flojos en las unidades flotantes de ultramar, mientras que los maracuchos, andinos y orientales eran los más trabajadores, según ellos. Yo paso a creer que esos son decires y nada más.

A bordo de la M/N "Caracas" hubo un marinero llamado Guido Guadarrama, quién era natural del pueblo de Caridubana en el Edo. Falcón. Él era un hombre jocoso y de mentalidad adeca empedernida, ya que llegó a la empresa de manos de Celestino de Armas, un alto personaje de Acción Democrática quién era diputado en el viejo y cuarto republicano Congreso Nacional.

Él era uno de esos recomendados flojos y altaneros quién se creía protegido por la directiva de la empresa. Lo curioso de este personaje, fue que cuando llegamos a la ciudad de Amsterdam en Holanda, compró una gran cantidad de quesos, de variedades diferentes, ya que allá nos las vendían a precios muy módicos en el boom de a bordo.

En una ocasión le hice la siguiente pregunta: ¿Por qué tú compra tantos quesos, Guido?

Y él me respondió de la siguiente forma: "Mira Tribilín, ven a mi camarote y hablamos".

Nos tomamos un café y desayunamos abordo, cuando estábamos en su camarote me dijo lo siguiente:

Tribilín, yo no voy a estar toda la vida en esta guebonada, calándome malos tiempos y bebiendo caña hasta más no dejar. Tribi, cuando puedas deja esta vaina; esto no es vida para ti. Fíjate, en el margariteño Bartolito Losada, solo y sin familia; ese tipo da caligueba de verdad.

Y el cara é culo de Maneiro anda en la misma; coño vale, a mi me parece que tú eres un autodidacta, tienes cara de intelectual; en la primera te vas de esta vaina; este es un mundo de putería, aguardiente, drogas y mariquería. Tribi, este no es tú mundo.

Y le volví a preguntar por los quesos y él me respondió de la siguiente manera:

Tribilín, en este viaje llevo 20 quesos y esa vaina es para una gente importante del Partido Acción Democrática en Caracas. Por ejemplo: este es para el Negro Encarnación Rivas, él es el portero del la casa nacional del partido, él tiene las llaves para yo conseguir lo que quiero, ya que es hombre de confianza de Rómulo Betancourt. Además, ese gran carajo es brujo, debido a que él sabe quién es quién en nuestra organización y donde los podemos encontrar, solo él lo sabe, Tribi.

Este otro queso es para mí mentor Celestino de Armas, ese carajo tiene gran influencia en la Cámara de Diputados en el Congreso Nacional e incide mucho en las cosas de la PTJ. Lo necesito para la vaina que quiero y que después te notifico, Tribi.

Y aquel queso es para Octavio Lepage, aquel otro es para el marico Gonzalo Barrios, y este que está aquí es para Luís Manuel Peñalver, y ese es para Reinaldo Leandro Mora; y aquella caja es para Carlos Andrés Pérez que es quien va a ganar las elecciones en diciembre.

Y ese que está ahí es para el diputado Guevara, que de paso le gusta que lo estén cogiendo los guardias nacionales a diestra y siniestra en los baños del Congreso Nacional. Yo tengo que desembarcarme en este viaje y será para siempre, ya que ando en una vaina buena.

Tribi, así es que yo me gasto los reales y no ando rascado como todos esos guebones que trabajan con nosotros. Yo no nací para estar en estas guebonadas; no vale, zape gato ni haragato con estos marinos balurdos.

Lo cierto del caso fue que cuando llegamos a La Guaira nuestro amigo Guido Guadarrama se desembarcó de la M/N "Caracas" y se fue a la casa nacional de Acción Democrática en Caracas en donde entregó los quesos a sus comelones ya identificados.

Con el poco dinero que le dieron en la empresa se quedó algunos días en una pensión caraqueña, hasta que Reinaldo Leandro Mora a través de la Secretaría Nacional de Organización del partido lo envió al Comité Regional en el Edo. Falcón para que lo tomaran en cuenta como un militante de sobrada solvencia política.

Mi ex-compañero de trabajo Guido Guadarrama se dedicó a la política en esas tierras y nos dio la siguiente sorpresa. Resulta, que a comienzos del año 1.974, arribando nosotros a La Guaira en la M/N "Caracas" y cual sería nuestra sorpresa cuando un caballero bien vestido conduciendo un carro con placa oficial subió por la escalera del buque y comenzó a saludar a todos los miembros de la tripulación.

Caramba vale, era Guido Guadarrama; cuando él me vio abordo, con gran cariño me dijo estas palabras:

Tribi, aquí está el hombre de los quesos; yo te lo dije, que no me calaba más esta vaina, ya que este es un trabajo de esclavos. Te diré que soy diputado principal de Acción Democrática (AD) en la Asamblea Legislativa del Edo. Falcón. Coño vale, me está yendo muy bien, estoy en lo mío; recuerda lo que te dije el año pasado, deja esta mamaguebadas, tú no tienes nada que buscar en estos latones, Tribi.

Varios meses después, Guido Guadarrama se mató en un accidente automovilístico en su tierra natal, Caridubana. A veces pienso que gente como él sigue existiendo en nuestro país, era un hombre sin ideología alguna, él fue un zombi de la política venezolana, ya que no pensaba por sí mismo, sino quiso vivir de los erarios nacionales para satisfacer sus deseos y designios personales.

Esto lo expreso hoy, ya que en mi pueblo natal Carayaca existen seres de iguales condiciones y peor calaña, tales como Orlando Porras, José "Ito" Bello, Alfredo García, Wilfredo García, Manuel Grillo Aguilar, Isaac Salazar, Iraida Izquierdo, Carlos Santos, Carlos Alemán, Gustavo Mata Mayora, María Alejandra Díaz, entre otros. Quienes viven de las dádivas que les da el gobierno nacional en pro de los reales intereses de sus familias.

El PSUV es una réplica de AD en tiempos de Carlos Andrés Pérez, donde la deuda social del pueblo es tratada indignamente con entregas sostenidas de mendrugos de panes en las personas de los más desposeídos.

El PSUV no tiene las bases programáticas que en sus orígenes tuvo AD; ya que en su esencia lo que existe es una clara manifestación fascista del poder mismo; producto de la derecha endógena que aún está allí enquistada hasta nuestros días y que pareciera estar impregnada del más concebido populismo carlosandresista con el dicharacherismo herrera-campista, dentro de un nacionalismo militaroide aberrante, fastidioso, estúpido y agotador de las masas.

En donde sus dirigentes alegan que a los pobres y macilentos del "Socialismo, Patria o Muerte", solamente hay que darle colchones, sillas de ruedas, ventiladores y no pensiones dignas, ya que sus hijos son los beneficiarios de las mismas, cuando se las beben en aguardiente o en drogas; en donde secuestran a las patrullas y consejos comunales, y en el futuro inmediato a las comunas para lograr sus designios personales.

Eso no es revolución y no es nada, y menos bolivariana; a pesar de los grandes esfuerzos que hoy hace nuestro presidente Hugo Rafael Chávez Frías en aras de construir una sociedad justa e igualitaria, que solo existe en la mente de unos muy pocos.

A mi mente viene como nuestra empresa se fue burocratizando y cayó en manos de los politiqueros de oficios, como también de una serie de militares de alta graduación de la armada nacional, quienes primeramente se adueñaron de la Dirección Sectorial de Marina Mercante en el Ministerio de Comunicaciones; ese fue el comienzo del acabose de nuestra naviera bandera.

Esas directrices se fueron ejecutando con la presencia del contralmirante Pastor Naranjo, como Director Sectorial de la Marina Mercante quién fue imponiendo en los diferentes cargos a sus amigotes del pasado.

Cabe decir, que ese militar naval tuvo una carrera en la armada venezolana muy opaca, ya que él había dejado la marina en tiempos del gobierno del general de división Marcos Pérez Jiménez, debido a su inclinación política hacia AD.

El se retiró de la armada con el grado de teniente de navío; pero una vez que cae el gobierno del general Pérez Jiménez en 1.958, se incorpora nuevamente a la armada, debido a un aumento de efectivos militares que sugirieron los gobiernos adecos de turno en esos tiempos, en donde reincorporaron a una gran mayoría de oficiales que estaban en la situación deshonrosa de retiro.

Al incorporarse lo ascendieron a capitán de corbeta y en los sucesivos años lo fueron llevando hasta el grado de capitán de navío, llegando a ser comandante del cuerpo de cadetes de la Escuela Naval de Venezuela.

A tal efecto, usando sus influencias metió en la Escuela Náutica de Venezuela en Catia la Mar a sus hijos Yoel y Pastor quienes eran sus hijos legítimos y también llevó a esa institución a su hijo Gustavo, quién era hijo de una amante porteña dedicada al trabajo más antiguo en la tierra, que él tuvo en Puerto Cabello cuando andaba destacado en esa bastión porteño en funciones profesionales propias de su fuerza o estamento militar.

Lo cierto del caso, fue que todos ellos eran conocidos como los mochos Naranjo; ya que Gustavo tenía amputados algunos dedos y Pastorcito su mano derecha. En fin, ellos vivían en el pueblo de Pampatar en la isla de Margarita, Edo. Nueva Esparta.

Hay un detalle importante y fue ver como el presidente Carlos Andrés Pérez Rodríguez empezó a obsequiar pasajes de cortesía a bordo de los buques de la C.A.V.N. En el año 1.973, viajó a bordo un anciano colombiano que se llamaba Franco Gálviz Rodríguez, natural del pueblo de Cúcuta, Norte de Santander; y quién además en esos momentos era el presidente de la Colombiana de Seguros (COLSEGUROS).

El antes mencionado corredor de seguros colombiano era primo hermano del presidente de la República de Venezuela, Carlos Andrés Pérez Rodríguez y de su esposa Blanca Rodríguez de Pérez; con el aval, de que en ese año él era el padre del cónsul de Colombia en Puerto Ayacucho.

El fin de su viaje eral llegar al puerto de Amsterdam en Holanda y desde allí dirigirse a Moscú a visitar a uno de sus hijos que estudiaba en una universidad afamada en la antigua Unión Soviética. Ese anciano era un hombre muy inculto y el buque lo abordó en el puerto de Barranquilla en ese año.

El pasaje le fue dado por otro vagabundo de su familia llamado Joaquín Pérez Rodríguez quién también era un analfabeta; ya que sus niveles de estudios apenas alcanzaban el 4º grado de primaria. Este otro corrupto fue nombrado presidente de la C.A.V.N., en Bogotá, ya que él era el hermano mayor del presidente Carlos Andrés Pérez.

Este otro sujeto también viajó a bordo de la M/N "Caracas" a mediados de 1.973, quedándose en el puerto de Rótterdam; su incultura llegó a los términos más bajo de la propia aberración misma, debido a su insipiente desconocimiento del cargo que ostentaba, para aquel entonces.

La desfachatez llegó a tales extremos, que el señor Joaquín Pérez Rodríguez fue relevado de su cargo en Bogotá por el capitán de altura Hildemaro Yépez Vera; siendo dicho vejatorio designado presidente del Fondo de Inversiones de Venezuela quién de vaina sabia sumar y restar.

El capitán Hildemaro Yépez Vera también se metió en problemas con la empresa, ya que él agarraba los activos en dólares y bolívares de la compañía en Bogotá y los negociaba en la bolsa negra; dejándole en las ilícitas l transacciones altos índices de ganancia.

Esto fue descubierto, y él a partir de ese momento fue despedido de la empresa para siempre; que es cuando comienza a incursionar en el mundo de la política, gracias a la actitud paternal que le brindaba el capitán de altura Armando Torres Partidas.

Uno de los momentos más sublimes en mi vida marinera fue cuando abordo el capitán de altura Nicolás Rodríguez, quién era el comandante de la M/N "Caracas", a mediados de 1.973, me designó para que dirigiera unas palabras sobre el día de la Marina Mercante.

Ciertamente fue así, ya que estábamos navegando casi a la altura de la isla de Faial, perteneciente al archipiélago de las Azores, de la República de Portugal; navegábamos en un lugar en donde había 5.000 pies de profundidad aproximadamente dejando atrás el Mar de los Sargazum.

Yo recuerdo que estábamos cerca de la hora del almuerzo cuando le dirigí aquellas memorables palabras a los compañeros de trabajo en donde les hablé de los orígenes de la marina mercante venezolana, de sus propósitos y fines mercantiles, y luego como dio paso a la marina de guerra, con quienes teníamos grandes diferencias.

En verdad, los allí presentes quedaron emocionados por mi sapiencia en este ramo del arte de la navegación, la cual fui adquiriendo abordo en mis tertulias con los viejos marinos que allí habían y que tenían infinidades de años navegando en nuestra empresa naviera bandera de la navegación nacional, fundada en 1.917, por el general Román Delgado Chalbaud, su primer presidente.

Esa designación se lo agradeceré siempre al hoy difunto Juan Paz Rivas conocido como "El Panita"; este viejo aceitero de la sala de máquinas era oriundo de la República del Ecuador. Él era nativo del puerto de Manta y llegó a La Guaira muy joven; quizás en los años 40 del siglo XX.

"El Panita" fue un hombre polifacético y de múltiples anécdotas; era pequeño de estatura y gordito, muy dinámico y astuto, era un caso. Además, él estaba casado con una venezolana y vivía por los lados de Canaima en Maiquetía; este personaje era un hombre ahorrativo, ya que no gastaba dinero en ninguno de los viajes, sino los que obtenía a través de las trampas y las malas mañas.

Toda su familia ecuatoriana vivía en New Orleáns, sus hermanos y madre; con el correr del tiempo envió a su hijo mayor a vivir en el norte y allá se casó con una joven mejicana; después se vinieron a Venezuela y se puso a trabajar en nuestra compañía como mesonero.

Sobre "El Panita" Juan Paz Rivas puedo contar estas historias: cuando embarqué por vez primera en la M/N "Caracas", embarcaron a un afro-descendiente que hablaba en un tono raro, tenía un afro grande o una tomuza en su cabellera. Por la forma de hablar, yo creía que ese marinero era nativo de Barlovento, su nombre era Deogracio Manrique.

A medida que lo fui conociendo, me fui dando cuenta que en verdad estaba frente a un caso extraño, ya que dicho marinero hablaba el inglés perfectamente, más que el mismo español.

Deogracio Manrique me dijo que él era nativo de Guiria en el Edo. Sucre y que tenía un hermano con ese apellido quién era oficial de la Policía Metropolitana en Caracas.

Él estaba casado con una negrita en Caracas, con quién tenía un niño. Pero anteriormente él había sido policía metropolitano y llegó a trabajar como extra en la película "Acción en Caracas". Nosotros a bordo de nuestras unidades flotantes, lo conocíamos como: "My Friend".

Lo curioso y extraño de este primer viaje que realicé en dicho buque, fue ver abordo a los contadores adelantándoles las quincenas a los tripulantes, y lo hacían con dinero de las naciones adónde íbamos arribando. De igual forma nos daban el bond, que no era otra cosa que vendernos abordo chocolates, cigarrillos y whiskey u otros enseres a precios más baratos que los que había en el mercado tradicional.

Ese era el motivo por las cuales siempre vivíamos limpios y sin plata alguna en nuestros bolsillos. Ya que desde que salíamos de La Guaira hasta su arribo 45 días después, lo que hacíamos era firmar vales de adelanto de nuestros sueldos y salarios.

Bahía de Santa Marta en Colombia

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Yo recuerdo con mucho detenimiento que en este viaje se le perdió al marino Deogracio Manrique un short, quién lo buscó por todo el buque y no lo encontró, hasta que algo molesto se dirigió al comedor en horas del almuerzo y dijo estas maléficas palabras en el puerto de Barranquilla:

Mi short no aparece, si en 3 días no aparece mi vaina, le voy a enviar un mensaje a mi mamá en la isla de Trinidad, pá que le eche una vaina al ladrón que me robó mi short, que es de color rojo.

Al salir de Santa Marta, seguro estoy que a ese ladrón le va a pegar un dolor de barriga tan arrecho, que si no me entrega mi short de inmediato, no se le va a quitar.

¡Ustedes van a ver la vaina!

El Panita" en su pichirré había invitado a una amiga que él tenía en Santa Marta a bañarse juntos en la playa que estaba frente al Paseo Bastidas. Esa muchacha trabajaba en una reconocida tienda de la misma, no sé si era El Ley o El Tía. Ya que él la disfrutaba sexualmente y solo le brindaba la comida, en verdad era demasiado tacaño y pichirre.

Seguidamente, cuando partimos en nuestra navegación con rumbo al puerto de Rótterdam en Holanda, el "Panita" comenzó a sentir fuertes dolores abdominales y a eso del tercer día de navegación, el segundo oficial de navegación, le preguntó: ¿Qué es lo que te está pasando, Panita?

Y él le respondió de esta manera: "No sé qué es lo que me está pasando, piloto".

En eso se le acercó el negro Deogracio Manrique y le dijo:

Panita, regrésame mi short, porque tú fuiste quién me lo robaste. Entrégamelo ya o te va a pasar una vaina peor, porque mi mamá desde la isla de Trinidad me mandó a decir que fuiste tú.

El "Panita" muy conmovido por su tragedia estomacal, se fue a su camarote y buscó el short, y entregándoselo a "My Friend", le dijo: ¡De que vuelan, vuelan!

Otra de las anécdotas de "El Panita" Juan Paz Rivas, fue que en una ocasión había otro aceitero muy pichirre como él, llamado Juan Osío y quién a la hora del coffe time en el pantry quería echárselo de más moralista que los demás tripulantes que habían a bordo del buque.

Juan Osío tenía una vasta experiencia como aceitero en la sala de máquinas. Él tenía muchos años trabajando en la compañía y navegó por varios años en la ruta del pacífico, en donde en infinidades de ocasiones arribaron a los puertos nicaragüenses, en la cual él conoció a su esposa, quién en otrora tiempo laboraba como prostituta en un burdel; recogiéndola y convirtiéndola en una señora de su casa.

Ellos vivían por Valencia y tenían algunos hijos e hijas.

Pero como dicen las sagradas escrituras: "No hay nada oculto que no que no haya de ser manifestado".

De esta manera fue como se supo esta gracia jocosa y marinera de Juan Osío.

"El Panita" viendo que Juan Osío se la echaba de una vaina, le dijo ante los marinos presente esta chanza muy propia de él:

Deja la guebonaá, Juan; recuérdate cuando navegábamos en el viejo República de Venezuela, por allá en 1.947. Ya se te olvidó Osío cuando llegamos a Puerto España en la isla de Trinidad; ja, ja, ja.

No recuerdas que te fuiste a coger a un marico negro por un arrabal de ese puerto y yo te dije: ¡Cuidado con una vaina Osío, que ese negro más bien te puede coger a ti!

Caramba vale, Juan Osío estaba cogiendo por ese rabo al negro trinitario, pero cuando estaba a punto de acabar por ese machete en el culo de tan asqueroso negro, de pronto el negro le mete un manotazo y casi lo agarra por los brazos, diciéndole en inglés: ¡Tu me cogiste a mí y yo no dije nada, ahora te toca a ti!

Juan Osío se echó tremenda cagada, corriendo desbocadamente y el negro iba atrás tratando de alcanzarlo para cogerlo también. Hasta que de tanto correr al fin se encontró conmigo y yo le pregunté: ¿Qué te pasa, Osío?

¿Qué te pasa, Osío?

Y él me respondió: "Coño no ves, que ese negro me quiere coger, nojoda, "Panita".

Muchachos, fíjense lo que son las vainas de la vida, ahora uno ve a Juan Osío aquí como un santurrón, como si nada ha hecho en su puta vida y queriendo echársela de una vaina, ja, ja, ja.

Juan Osío, desde ese día trataba de evadir su llegada al comedor, porque la jodedera era de gran algarabía, ya que esos detalles le quitaban seriedad a su inmaculada trayectoria como trabajador y padre de familia. Mejor dicho, a su personalidad.

En una ocasión habíamos a bordo de la M/N "Venezuela" varios tripulantes con el apellido Morales. Dentro de ellos estaba un cadete de 4º año. Su nombre era Alirio Morales, quién hacía su pasantía o año náutico a bordo de esta unidad flotante, egresando de la Escuela Náutica de Venezuela, como tercer oficial de navegación o piloto en julio del año 1.975.

Él era oriundo de Maracaibo y tenía como compañero de curso náutico a Henry Rosales, hoy capitán de altura y directivo de institutos de altos estudios en la marina mercante venezolana quién era nativo de La Guaira y egresaría como tercer oficial de máquinas; el otro Morales era yo y el último era un marino medio malandrín de Caracas llamado Pedro Morales.

Motonave Venezuela

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Según el capitán de altura Henry Rosales en el 2.008, por vía telefónica, siendo él vicerrector académico de la Universidad Marítima del Caribe, me informó que nuestro amigo Alirio Morales hoy en día vive en Suecia, en donde es un alto representante de una empresa aseguradora naval. Ya que él fue a cursar estudios en esa nación nórdica, en donde contrajo matrimonio y estableció su familia.

Cuando el malandro Pedro Morales embarcó en la M/N "Venezuela", en lo inmediato fue llamado por "El Panita" Juan Paz Rivas, quién en su camarote le preguntó: ¡Epa, ven acá!

¿De dónde eres tú?

Y Pedro Morales, le contestó: "Yo soy caraqueño".

Y "El panita", le dijo estas palabras:

Deja la guebonaá Pedro, que yo sé quién eres tú. Ven acá, ven acá, toma esta vaina, que yo se que a ti te gusta la vaina; no me venga con cuentos ni rodeos. Toma, métete tú tabaquito de marihuana, ja, ja, ja.

Y en verdad, el marino Pedro Morales se cagó de la risa, por la gracia de tan apreciado compañero de trabajo. Lo cierto del caso, fue que a Pedro en verdad le gustaba fumar marihuana. Además él era muy buena gente y si se quiere, nos tratábamos abordo como primo hermanos, a pesar de que en nada éramos familia y menos en los quehaceres de tan manifiesto vicio.

Otra de las grandes curiosidades de "El Panita" fue que la gran mayoría de los tripulantes a bordo se rebuscaban comprando cosas en los países adonde arribábamos en Europa, o con lo que se robaban en las bodegas del buque.

En una ocasión en dicha unidad flotante, algunos marinos compraron una gran cantidad de revistas y películas pornográficas, al igual que unos perfumes que se habían robado de la carga, escondiéndolas por los lados de la lavandería y la sala de máquinas.

"El Panita" se movió con la agilidad de un rayo y comenzó a buscar lo que habían escondido sus facinerosos compañeros de trabajo, quién de tanto dar en su búsqueda, dio con los escondrijos y les robó todo lo allí escondido.

Procediendo a ocultar esas cosas detrás de la puerta que da hacia la sala de máquinas, que no es otra cosa que la puerta que tiene la llave de seguridad y el hacha contra incendios, donde está el extinguidor. Quitándole la llave y abriendo la puerta escondió allí lo robado.

En verdad había que ver como desaforadamente los responsables de tales hechos, buscaban sus objetos. Al final de la navegación llegamos al puerto de La Guaira y nadie encontró nada. Al pasar 2 días, "El Panita" sacó lo que sustrajo y lo vendió, jodiendo a sus compañeros de faena y trajines.

En el año 1.974, salí a disfrutar mis vacaciones, desembarcando de la M/N "Caracas" en el puerto de La Guaira. En verdad me fui a pasar varios días en la casa de mi tío Félix Luís Sánchez Aranguren en donde me encontré que su hijo Luís Sánchez Martínez iba a contraer matrimonio con una joven vecina de él, quién era hija de un señor de apellido Hernández, distribuidor de refrescos.

Quiero manifestar, que yo me eché ese matrimonio encima, ya que colaboré en a compra de la bebida y de algunas cosas que se necesitaban para tales fines. Además le obsequie a los desposados una cámara fotográfica de buena calidad que había comprado en Rótterdam en uno de esos viajes que hice en la M/N "Caracas".

Ciertamente, era la primera vez que actuaba como caballero de honor en un matrimonio y lo hice con una de las hermanas de la novia, la cual era una mujer muy bella, a quién recuerdo mucho, como si fuera hoy mismo. Debo destacar, que en esos días me convertí en un personaje muy importante, es la pura verdad.

En ese primer año de mi vida marinera y andariega, pude ver cosas de gran relevancia en Europa, específicamente en los países que logré visitar, y en las ciudades portuarias, que de hecho eran de gran tradición histórico, turística y con altos caudales económicos, tales como:

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º.- En el puerto de Rótterdam en Holanda o Países Bajos, me dio la gran impresión de que ese era el puerto más grande del mundo, cuando vi salir de allí con rumbo al lejano oriente al buque tanque "ESSO Singapur" con 350 mil toneladas de petróleo en su tanques; esa nave se desplazaba en las aguas del Mar del Norte como si fuera la reina de las aguas marinas, que hermosura ver dicho buque sumergiéndose y emergiendo de tan turbulentas aguas, era el banquero más grande del mundo en esos momentos. Además de ser este, el primer puerto europeo que conocí en mi vida.

2º.- El puerto de Ámsterdam me pareció el más bello de todos los puertos europeos que conocí; su Plaza Dam es única, al ver enfrente el Palacio de la Reina Juliana, sus calles y comercios. Allí la vida era más dinámica que en Rótterdam. La palabra Dam en holandés significa "puente".

De igual forma sus canales, exclusas, sembradíos de tulipanes, museos, la ciudad en miniatura, sus indigentes tocando con sus acordeones música clásica, sus pintores.

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La casa de la niña judía Ana Frank, como recuerdo de lo sucedido en los tiempos del nazismo alemán en la época de la Segunda Guerra Mundial. Tampoco puedo olvidar las vitrinas, donde la prostitución femenina y masculina se exhibe en vitrinas y vidrieras.

Las ferias del queso que allí se hacían eran únicas, ya que se bebía mucha cerveza y la ciudad y su gente se convertía como si estuvieran en los tiempos de la edad media.

3º.- En el puerto de Amberes en Bélgica, visité el museo naval de la casa de los Saboya, en donde vi un cuadro del generalísimo Francisco de Miranda. Lo que me llamó la atención era el cambio de mareas en el Río Escalda o Shelde. Allí visité su zoológico y las vitrinas que servían de prostitución legal.

Amberes

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Allí pude ver como los lecheros, panaderos y vendedores dejaban sus cosas a sus clientes en las puertas de sus casas; era como cuando yo era niño en el Callejón Arcaya en Pariata, parroquia Maiquetía. Además, visitamos en ese mismo país los puertos de Brujas y Zebrujas.

4º.- El puerto de Hamburgo en Alemania era muy bonito, se podía observar los viejos astilleros de la Blohm, en donde construyeron los viejos acorazados de bolsillo: "Bismark" y "Graff Speed", que tantos daños le infringieron a las unidades flotantes de la armada británica en el Mar del Norte.

Hamburgo

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En la M/N "Caracas" en ese año de 1,973, el coronel (Ej.) Ricardo Limongi Korndorfer quién era nuestro agregado militar en Bélgica, regresó con su familia a Venezuela, notándose que era un ser tranquilo dedicado a su seno familiar. Él pertenecía a la Promoción Alférez "Porras Porras" egresada de la Escuela Militar de Venezuela en 1.945.

Sus compañeros de graduación fueron los siguientes alféreces:Director Accidental: Capitán Rómulo Fernández

01.- Alférez Mayor Carlos Ramón Carvajal Jimeno.02.- Alférez Auxiliar Víctor José Fernández Bolívar.03.- Alférez Manuel Bereciartu Partidas.04.- Alférez Luis Guillermo Ferrero Tamayo.05.- Alférez Abdón Rojas Vargas.06.- Alférez Luis Alfredo Araque Rojas.07.- Alférez Juan Manuel Sucre Figarella.08.- Alférez Edgar Enrique González Pérez.09.- Alférez Tulio Misael Pernía.10.- Alférez Rafael Augusto Augé Guillén.11.- Alférez Daniel José Delgado Liscano.12.- Alférez Eufrasio María Rodríguez.13.- Alférez Raúl José Jiménez Gainza.14.- Alférez Valmore Rafael Higuera Román.15.- Alférez Oswaldo Guevara Mújica.16.- Alférez Hernán de Jesús Briceño M.17.- Alférez José Félix Rangel Rodríguez.18.- Alférez Héctor Galíndez Vásquez.19.- Alférez Oscar Montilla Carreyó.20.- Alférez Rubén Delfín Ponce Nevero.21.- Alférez Juan Ramón Zerpa Tovar.22.- Alférez Hermes José Salas Rivero.23.- Alférez Ricardo Limongi Korndorfer.24.- Alférez Domingo Roberto Santelli Xiques.25.- Alférez Miguel Ángel Lozada Correa.26.- Alférez Marcelo A. Colmenares Barrera.

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Al terminárseme las vacaciones en esos tiempos me enviaron como camarero a la vieja M/N "Sucre", siendo su comandante el capitán de altura José Mirabal, quién tenía abordo un hermano que era camarero.

Yo creo que ellos eran nativos de Punta de Mata en el Edo. Monagas. Esta unidad la abordé en Puerto Cabello, justo en los momentos en que iba a zarpar hacia el puerto de Houston. Entre los tripulantes había un camarero de apellido España y a quién llamaban "Españita". Él era muy refinado y un buen mesonero, de eso no había dudas, tenía caché y era muy educado, elegante y buen trabajador.

Además, él era familia directa de un antiguo compañero mío en la Escuela de Transmisiones de las Fuerzas Armadas Nacionales (ESCUTRANSFA), de apellido Leal España y quién a su vez era hermano del capitán de altura Leal España, quién con el correr del tiempo llegó a ser responsable de la empresa en La Guaira. "Españita", luego se retiró de la empresa y se convirtió en visitador médico, en donde tuvo grandes éxitos como vendedor.

La Motonave "Sucre" era el típico "tres islas", un carguero convencional dotado de cinco bodegas -una de ellas frigorífica- y sus correspondientes puntales y camarotes para 12 pasajeros.

Dicho buque mercante fue la construcción número 637 de los astilleros De Noord, en Alblasserdam (Holanda), era un buque de 3.460 toneladas brutas, 2.090 toneladas netas y 5.182 toneladas de peso muerto, siendo sus principales dimensiones 116,70 m de eslora total -107,60 m entre perpendiculares-, 15,98 m de manga, 9,45 m de puntal y 6,19 m de calado. Propulsado por dos motores Nordberg acoplados a un eje, con una potencia de 4.200 caballos, que le permitía mantener una velocidad de crucero de 14 nudos. Código IMO 5342831.

Salimos de Puerto Cabello y después de varios días de navegación en el golfo de México arribamos al puerto de Houston, en el estado norteamericano de Texas; era la primera vez que visitaba a los Estados Unidos de América (USA). En verdad, salí a tierra y me impresionó la miseria en que vivían los chicanos o descendientes de mexicanos que habían nacido en esa tierra, que antiguamente perteneció a México.

La miseria de los chicanos y afro americanos los ponía a merced de la droga misma. En esos tiempos se notaba que había una gran rivalidad por el mercado de la marihuana entre negros y chicanos, y eso se apreciaba en función de los bares que había allí.

Cerca de los muelles existía el "Seven Sea" o "7 Mares", cuyo dueño era un afro americano quién estaba inmerso en la venta de las drogas, habiendo sido asesinado en esos días. Cerca de allí había otro negocio regentado por chicanos.

De pronto apareció en esos tiempos la mafia colombiana de las drogas y comenzó a establecer su mercado en ese territorio de Texas. La rivalidad por el tráfico, distribución y venta se puso álgido en función de esos tres grupos que peleaban por el mismo mercado; siendo la guerra a muerte por el control del territorio.

Debo destacar, que hasta esos tiempos en la naves de nuestra empresa bandera de la marina mercante nacional no se habían detectados drogas a bordo de nuestras unidades flotantes; esa es la pura verdad de las cosas.

General Antonio López de Santa Ana

Nació en Jalapa – Veracruz el 21/02/1.794

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Cuando arribamos al puerto de Houston, el capitán de altura José Mirabal, de quién creo era nativo del Estado Monagas, conminaba siempre a su tripulación a jugar béisbol; ya que abordo había pelotas, guantes, caretas, pectorales, tobilleras, entre otras cosas. Y de esa forma disfrutábamos sanamente nuestra estancia en esa ciudad, que de hecho era la sede de los "Astros de Houston".

En el día salí a tierra con un viejo marino quién tenía muchos años navegando por esa zona. Él me orientó sobre lo que debía hacer al respecto, tomándonos algunas cervezas en algunas casas de familias chicanas, recuerdo someramente a una de ellas, creo que se llamaba María.

La casa de María era un ranchito de tablas y tenía algunas hijas con un cuadro grande de hijos. Algunos de sus nietos eran hijos de venezolanos, quienes eran marinos en algunos de nuestros buques que tenían esa ruta de manera cotidiana.

Allí se jugaba mucho el juego de cartas llamado truco, que habían aprendido de esos marinos margariteños que en infinidades de momentos habían surcado esos puertos en esa vital región del Estado de Texas, el cual es un territorio con una inmensa riqueza petrolera, despojados México en tiempos de los generales Sam Houston y Antonio López de Santa Ana quienes libraron una guerra entre los años 1.846 y 1.848, en donde la nación mejicana perdió grandes dimensiones territoriales en manos el incipiente y nuevo imperialismo que se estaba gestando en esos tiempos en la zona norte de América.

En mi primera salida nocturna, recuerdo que me empate en el "Seven Sea" con una chicana llamada Jenny Herrera. Ella me llevaba como 20 años de edad, nos fuimos a su casa en una zona residencial en donde pasé 3 agradables días, disfrutando sexualmente con ella hasta más no dar.

Lo que me llenó de curiosidad fue que me presentó a uno de sus hijos, quién vio la relación que tenía con su madre muy normal. Lo que le di fueron 40 dólares americanos que tenía y ella me dijo antes de irme a bordo, estas palabras: "Mira León, recuerda que al salir de aquí yo no te conozco. Tú por tú lado y yo por el mío. Si vas esta noche al Night Club, no te conozco, ni tú a mí, te lo agradezco".

En verdad esas palabras me cayeron bien, ya que no me generaba compromiso alguno, y menos con personas como ella, quién pertenecía a la vida alegre.

En ese mismo día fui y conocí al Astrodomo de Houston y lo más interesante fue que en esa noche jugaba David Concepción, el mejor short del béisbol en esos momentos en las grandes ligas con los Rojos de Cincinati.

Regresamos a Venezuela y atracamos en los muelles del puerto de La Guaira, después salimos hacia Puerto Cabello en donde nos encontramos con la M/N "Venezuela".

Houston – Texas, USA

edu.red

En realidad yo quería continuar en la ruta de Europa, ya que la ruta de los Estados Unidos de América (USA) no me gustaba para nada. Y comencé a prepararme para ver cómo me pasaban a la M/N "Venezuela", nada se podía hacer hasta que el capitán de altura Fucho Bello en su condición de comandante del buque en el momento del zarpe y a petición de algunos de sus oficiales, quienes le sugirieron que me enrolara como tripulante en la nave antes mencionada.

De esa manera, fue como me embarcaron en ese buque como camarotero, con la problemática de que mi pasaporte y cédula marina se quedaron en la capitanía de puerto, navegando yo sin papel alguno. De esa manera fue como hice toda la travesía, sin tener problema alguno en el mismo.

En esos días en Puerto Cabello pasó algo desagradable en la M/N "Nueva Esparta", en donde laboraba abordo un camarero a quién llamaban "Popeye". Lo cierto del caso, fue que tuvo un impase con un marino de cubierta llamado Nicolás Araujo quién era natural de Maracaibo.

Nicolás Araujo era un ser muy problemático, era alto, pelo largo y en si se parecía al indio Gerónimo. Este individuo en diversas ocasiones vivía de los chismes y diretes, y llegaba a ser hasta amenazador, valiéndose de su estatura y tamaño.

En esa ocasión, él llegó borracho abordando esa unidad flotante que tenían la ruta del golfo de México, en la discusión con Popeye quién era un ser pobre de espíritu y animo, golpeándolo lo tomó por los brazos y lo lanzó al agua por los lados del muelle, con la suerte que venían unos marinos alegres y borrachos, quienes estaban de farras por los lados de El Palito. Específicamente en El Cambur, que era la zona de tolerancia y de putería que había en las afueras de Puerto Cabello con rumbo al pueblo de Morón.

Ellos al ver a Popeye en la condición en que se encontraba, saltó al agua uno de ellos y logró sacarlo, en donde se pudo notar que Popeye fue atracado. Se produjeron las investigaciones y no se pudo demostrar que Nicolás Araujo fue quién agredió a Popeye. Más sin embargo, él decía que ese maracucho lo había robado, golpeado y lanzado al agua. En los corrillos a bordo de nuestras unidades, se mantenía que Nicolás Araujo fue su agresor.

Años después, si más no recuerdo, creo que en el año 1.982, en la ruta a Suramérica, en uno de los puertos del Brasil, Nicolás Araujo sintió una dolencia en un brazo y fue llevado al médico en Río de Janeiro, en donde los médicos de un centro asistencial le diagnosticaron síntomas de afección cardiaca, facultándole medicamentos en vista al cuadro clínico y a la sintomatología que presentaba en esos momentos.

Una vez a bordo, el buque zarpó hacia Venezuela y Nicolás Araujo no fue a cenar y al día siguiente ni a desayunar, menos a almorzar. En vista a que no aparecía y no iba a su frente de trabajo, el capitán del buque optó a que lo fuesen a buscar en su camarote y él no respondía por nada hasta que al fin abrieron la puerta con la llave maestra y fue cuando lo encontraron muerto en su cama, ya que no había tomado las medicinas indicadas por los médicos, en conformidad con el cuadro clínico que para esos momentos él presentaba.

Partes: 1, 2, 3, 4
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