Una vez adentro del mismo, pedimos unas cervezas, cuando de pronto se aparecieron dos bellas garotas, morenas ambas; quienes se pusieron a bailar una samba frente a un espejo para que las viéramos. Ambas damas se dieron cuentas que nos habían impresionados y decidieron acercarse a la mesa y nos dijeron que si las invitábamos a comer. Les dijimos que si, y ellas ocuparon puestos en la mesa.
Luego pidieron feyuadas, la cual es una comida casi parecida a nuestro pabellón criollo, y allí sucedió la siguiente anécdota:
La garota Solange Aparecida Tiburcio una vez degustado el plato que pidió me dijo estas palabras: "Leo, eú tem famme".
Y en verdad, debo decir, que lo que entendí fue lo siguiente: "Leo, yo estoy conforme".
Inmediatamente, le dije: "Está bien, estás conforme".
Y como notaba que me repetía a cada rato la misma frase en portugués brasileño; opté por llamar al mesonero quién era originario de Galicia en España y hablaba un dialecto parecido al de ella, le dije: "Mira vale; ella me está diciendo que está conforme con la atención que le hemos dado; y no entiendo porque me repite lo mismo".
El mesonero me dijo: "No, lo que ella le quiere decir es que aún tiene más hambre".
Debo decir, que con esa garota que era de origen afro-descendiente, a pesar de que su padre era un hombre de raza blanca; ella en muchas ocasiones me decía estas palabras: "Leo, eú sois pretta, pero do curazao branco".
Ella tenía un niño que era muy blanco de piel, ya que su padre era un marino de origen belga. Esa amiga era muy interesante, ya que evitaba que fuéramos a los negocios de mujeres en la ciudad; siempre nos llevaba a su apartamento y allí pasábamos varios días; hacíamos un buen mercado, en donde comprábamos Ron Baccardi, que degustábamos en Cuba Libre.
En cuatro viajes que hice al Brasil la pasé muy bien con ella; sexualmente era una buena dama, me llamaba mucho la atención y debo destacar que me gustaba mucho. En diversas ocasiones nos íbamos en la noche al cine a recorrer la ciudad portuaria de Santos, sede del equipo futbolístico "SANTOS", en donde se hizo futbolísticamente Edson Arantes do Santos Nascimento "Pelé", gran leyenda deportiva brasileña, único tricampeón mundial en fútbol en el mundo; siendo para mi uno de los más grandes futbolistas de todos los tiempos.
Las playas de SANTOS eran bellísimas, de eso no hay dudas; ya que muy cerca se encontraba la ciudad cosmopolita de Sao Paulo. Una de las cosas que me llamó la atención fue ver la arquitectura de sus edificios y casas, las cuales estaban hechas conforma a la naturaleza misma, había sincronía en estética e ingeniería con la ecología y el ambiente.
En ese viaje estuvimos en Río de Janeiro, era impresionante ese puerto, la bahía de Guanabara, el cerro Pao do Azúcar, y el majestuoso Cristo "El Corcovado". Sin dejar atrás, el puente sobre el Río Niteroi. En verdad Río de Janeiro es la propia nota; sus garotas, las playas de Copacabana, la Rua Río Branco, que es donde salen las comparsas de carnavales al son de la samba de las diferentes escolas que existen en la ciudad.
Allí fuimos a un centro nocturno de mujeres, era algo exquisito, debo destacar que conmigo fue el negro Vahaamonde quien era natural de Punta de Mulatos en La Guaira. Él se desempeñaba abordo como camarero de oficiales y yo fui quién le conseguí el embarque en Puerto Cabello, en sí era un hombre muy trabajador dado al consumo de la marihuana.
En el centro nocturno a donde fuimos esa noche, ambos nos empatamos con unas garotas, yo me coroné a una muchacha de origen indígena de Manaos, en el corazón mismo del Amazonas brasileño. Pero allí se dio algo jocoso, cuando Vahaamonde me dijo estas palabras: "León, vamos a llevarnos a estas mujeres para otro sitio a rumbear".
En lo inmediato, se paró un negrito jocosamente, quién al oír a Vahaamonde hablando en español, expresando lo siguiente: ¡Huy, un pretto gringo!
Todos los que estábamos allí nos echamos a reír, porque lo expresado por ese señor nos llenó de gracia. Ciertamente, teníamos la ventaja de que nuestro buque atracó cerca del lugar antes mencionado,
Allí recibimos la visita de dos hermanos venezolanos de apellido SANTANA, nativos de Catia – Caracas; quienes trabajaban como oficiales a bordo de buques de bandera brasileña, debido a que ellos estudiaban en nuestra Escuela Náutica en Catia la Mar y fueron llevados en intercambio de cadetes a una escuela náutica en Río de Janeiro, de donde egresaron, quedándose trabajando allá, en la cual establecieron familias.
De igual forma, en ese viaje fuimos a una de las favelas más peligrosas que hay en Río de Janeiro; la favela de Mangüe o Mangüeira, en donde en una noche contaban algunos de sus moradores, que un marino extranjero fue víctima del hampa juvenil, cortándosele uno de sus dedos para quitarle un costosísimo anillo de oro.
En una de esas noches que estuvimos allí pudimos observar a Río muy deslumbrante, a pesar de los riesgos que corríamos en ese lugar ya que en esos tiempos había una dictadura que gobernaba en el Brasil, impuesta por los Estados Unidos de América (USA).
En Río de Janeiro oímos historias interesantes relacionadas con los tiempos de la Segunda Guerra Mundial, en donde algunos viejos marinos nos comentaban que los submarinos alemanes pudieron llegar hasta la bahía burlando la vigilancia, en búsqueda de barcos aliados para hundirlos; lo que motivo que hoy en día para tratar de penetrar dicho lugar colocaron desde hace mucho tiempo una inmensa malla en las profundidades de sus aguas.
Después continuamos nuestra navegación hacia el puerto de Paraguaná en el Estado de Curitiba, donde pudimos notar que hay una alta población de orígenes japonés y alemán, establecidos allí desde hacía más de cien años atrás; quienes controlaban el transporte y la industria de la madera.
En esos tiempos se hablaba que el célebre doctor alemán Joseph Mengele, conocido como "El Ángel de la Muerte" en los tiempos de la segunda guerra mundial andaba por esos lares, después de haber salido del Paraguay. Lo extraño era saber que en las ciudades más grandes del Brasil, específicamente en Río de Janeiro y Sao Paulo existían grupos de exterminios de la policía brasileña que se dedicaban al asesinato desmedido y sistematizado de los niños de la calle, que eran realizados salvajemente. De igual forma eran extensivos a prostitutas y homosexuales.
Allí en Paranaguá conocí una garota muy joven que era una dulzura, es la verdad verdadera, me impregnó de amor de tal manera que me provocaba quedarme en el Brasil. Lo curioso es que su marido era de origen alemán, y muy liberal en relación a lo que hacía su esposa.
¿Qué tiempos aquellos?
Luego continuamos con nuestro derrotero hacia el puerto de Montevideo en la República Oriental del Uruguay, sitio que me pareció que tenía una rada muy hermosa y se notaba que la dictadura de Bordaberry y Aparicio Méndez tenían sometido a ese pueblo a las cosas más horrendas del fascismo en su propia intensidad; ya que todo era parte del Plan Cóndor practicado en sus orígenes en Venezuela y después extendido a toda América Latina y el caribe de manera controlada por el imperialismo norteamericano, para ir dando paso a una series de democracias supeditadas a los dictámenes del gran gendarme establecido en el Pentágono en Washington D.C., Estados Unidos de América (USA).
Y que hoy se repite nuevamente en la República de Honduras con el derrocamiento del Presidente Manuel Zelaya Rosales y que es extensible a otras naciones del hemisferio, con el llamado cuento de Seguridad Nacional y con la instalación de bases militares con pretensiones de ocupar a aquellas naciones que tomen rumbos políticos diferentes a lo que se enmarcan dentro de los planes imperiales norteamericano y de sus aliados en la Comunidad Económica Europea.
Allí en Montevideo comprendí que la palabra viene del castellano antiguo, desglosado de la siguiente manera: Monte Vide Eú = Monte Vi Yo = Yo vi el monte. Inclusive, nuestros campesinos en algunas regiones de Venezuela, aún usan algunas de esas expresiones, como la palabra VIDE.
En el puerto de MONTEVIDEO se veía fondeado un barco llamado el TOCOMA, que fue una unidad flotante alemana de abastecimiento del acorazado de bolsillo llamado el Graff Speed, buque gemelo con el BISMARCK en los tiempos de la Segunda Guerra Mundial.
Debo acotar, que el Graff Speed lleva el nombre del almirante que bordeó las costas de Suramérica en tiempos de la Primera Guerra Mundial y llegó al puerto de Valparaíso en Chile; tanto el Graff Speed como el Bismark fueron construidos en los astilleros de la BLOHM en el puerto de Hamburgo en Alemania Occidental, para aquel entonces; y que tuve la dicha de conocer en la década de los años setenta del Siglo XX.
Cabe destacar, que el Graff Speed tiene una historia interesante, ya que se estaba combatiendo en los días finales de la Segunda Guerra Mundial, y Alemania tenía la guerra perdida; el comandante del Graff Speed con un alto sentido del honor militar y naval, prusiano de formación, en vista a que el Uruguay le declaró en esos días la guerra a Alemania, tan afamado capitán optó por echar a tierra a toda su tripulación y haciendo honor a la tradición en el mar, decidió hundirse con su nave frente a las costas de Montevideo, acto de proeza que lo recordará por siempre en esas aguas del Atlántico Sur.
¡Honor y gloria para aquellos nobles marinos que equivocados o no pelearon en estas regiones de nuestro hemisferio occidental!
Lo importante del hecho, fue que esos valientes marinos alemanes, nazis de formación y con alto criterio sobre el honor militar, pasaron a formar parte del pueblo uruguayo, en donde dejaron descendencia.
Hecho curioso, el Almirante Von Graff Speed murió frente a las costas de Chile en la primera gran guerra y el buque que lleva su nombre quedó resguardado para siempre en las costas uruguayas, específicamente en los días finales de la segunda gran guerra.
Y sobre Otto Von Bismarck, hay que indicar que fue el padre de la reunificación alemana en el año 1.871. Él fue quién le dio el perfil de la gran nación soberana que es hoy en día el pueblo teutón de raza aria, de la cual por vía materna descienden mis hijos Leiditz Ilich, Yonerlin Roquelina, Yaileth Andreina y Yorman Leomar Morales Kienzler; ya que su tatarabuelo Georg Kienzler Kabis vino a estas tierras desde el puerto francés de Le H´avre en el año 1.843, en la fragata francesa "Clemence", entre los 400 colonos que llegaron al Palmar del Tuy, hoy Colonia Tovar.
Ahora bien, en el TOCOMA en Montevideo pude ver a una gran cantidad de presos políticos de la izquierda revolucionaria uruguaya encadenados y engrillados, quienes deambulaban como aquellos viejos prisioneros venezolanos que hubo en la cárcel de La Rotunda en tiempos del general Juan Vicente Gómez en nuestro país.
Esos hombres en muchísimas ocasiones fueron usados como instrumentos de trabajo en dicho puerto, cargando y descargando buques hasta morir de cansancio y agotamiento físico. Esos fueron los días en que los Tupamaros secuestraron a Dan Mitrione, quién era agente de la CIA y actuaba en ese país como asesor en materia agrícola, que era lo que no hacía en esa bendita tierra del general Artigas, sino en torturar a quienes adversaban al gobierno fascista de la época. Dan Mitrione fue llevado como reo del pueblo soberano del Uruguay a una cárcel del pueblo; en donde seis meses después fue condenado a muerte.
En esos días el boxeador Juan Evangelista, de origen uruguayo, combatía por el título mundial del peso pesado en contra del campeón Larry Holmes. La gente en las calles de Montevideo estaban atentos al combate, se notaban personas en los bares y centros en donde pudieran ver el combate; parecía que la dictadura no agobiaba al pueblo. Pero lo más curioso fue cuando Evangelista perdió la pelea, donde salieron las fuerzas fascistas del ejército y la policía a golpear a la gente en las calles; eso parecía una locura.
De igual manera, pude detectar en la ciudad de Buenos Aires en la República Argentina, en donde habían varios ciudadanos venezolanos quienes eran miembros del Cuerpo Técnico de Policía Judicial y estaban realizando un curso de "como torturar sin dejar huellas", como parte del Plan Cóndor que se extendió por toda América Latina en contra de los movimientos revolucionarios que hacían vida política en este hemisferio. En esa ocasión gobernaba en ese país el general Jorge Videla, perseguidor implacable de su propio pueblo.
Hay uno de los detalles que dieron paso a mi formación dentro del mundo sindical; para el año 1.980, participando en una asamblea de los operadores de la Electricidad de Caracas en Arrecifes-Tacoa, la cual se dio en la sede del sindicato portuario en Maiquetía, pudimos ver como los empresarios de la más vital empresa eléctrica del país estaban reacios a mejorar las condiciones laborales y sociales de sus trabajadores.
Para ese tiempo teníamos un secretario general apodado CHUQUI, quién para entonces tenía como 14 años laborando como operador de plantas térmicas. Cabe decir, que ese sindicalista era miembro del Partido Liga Socialista (LS), durante muchos años fue un baluarte importante en las luchas sindicales de los operadores eléctricos, logrando avances importantes, como el tabulador.
Claro está, yo pedí la palabra y mi intervención fue muy elocuente, a pesar de ser mi primer eco intervencionista en materia política. Yo recuerdo que expresé a los trabajadores y trabajadoras presente en esa asamblea, que estábamos a merced de una política de salud que tenía incidencias en los ensayos de ingeniería biogenética y de salud que se cocinaban en el imperio norteamericano en esos cruciales años.
Les recordaba que nosotros como parte que éramos de la empresa transnacional Morgan Guaranty, éramos conejillos de indias en los diferentes ensayos que se estaban haciendo en los diferentes departamentos de nuestra empresa; ya que habían agentes contrarrevolucionarios cubanos que jugaban roles importantes dentro del marco de seguridad industrial y protección de plantas, como también en la etapa de reclutamiento de nuestros obreros y trabajadores, bien fueran profesionales o que perteneciesen a cualquier estructura del complejo de empresas y sus filiales en toda la región central del país.
En esa época se desataron persecuciones políticas por parte de los cuerpos represivos del estado venezolano, en donde las drogas más versátiles y descocidas circulaban sin control alguno, como el LSD, Cocaína, Heroína, Mariguana, entre otras.
También dije en esa ocasión que habían planes y programas impuestos por el FBI y la CIA que iban en esa dirección, ya que observábamos a excelentes jóvenes que eran buenos estudiantes sumergidos en esos mundos de la drogadicción y sin esperanza alguna de poder rescatarlos.
Claro está, la introducción de esos nuevos anti valores contrarrestaba el avance cultural de nuestros pueblos hacia su total redención sobre las políticas de dominación que las clases dominantes nos habían impuestos por centurias.
Hay que dejar claro, que la Electricidad de Caracas y las empresas básicas de Guayana se habían convertido en centros de enajenados mentales, después de varios años de explotación laboral.
En la Electricidad de Caracas y sus empresas filiales había una gran cantidad de extranjeros trabajado con puestos claves y de importancia, quienes eran factores determinantes dentro de los métodos y mecanismos de producción; muchos de ellos eran españoles, franceses, italianos, cubanos, griegos, polacos, alemanes, mexicanos, entre otros; quienes tenían tratar y crear conciencia en los trabajadores que ellos eran una gran familia sostenida en el trabajo y en los lazos de amista entre los unos y los otros.
Allí estaba manifiesta una clara concepción del fascismo dentro del marco laboral, y en cuanto a la formación profesional se refiere, se cumplían las máximas de Benito Mussolini cuando expresaba: ¡Per laborare, Per estudiare!
En esas empresas eléctricas podíamos precisar que nuestros trabajadores tenían graves problemas de salud: como diabetes, leucemia, pensamientos ilógicos, agresividad, impulsividad, consumos desmedidos de alcohol y sustancias estupefacientes, hipertensión arterial, enajenación, stress, amnesia, insomnios, pérdida auditiva, tabaquismo.
He allí el papel que jugaron los extranjeros que durante décadas trabajaron en esos centros laborales aplicando sus máximas nazistas y fascistas, ya que muchos de ellos estuvieron en los frentes de guerra en Europa, en la guerra civil de España y en el desembarco de bahía de Cochinos en Cuba.
Esas mismas políticas se desarrollaron en los Grupos Cisneros y Mendoza, como en cualquiera de las empresas que tenían iguales características. De igual manera, fue expansiva a muchas empresas del estado que eran dirigidas por altos miembros de la burguesía nacional, como en la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) y sus empresas filiales.
En ese año teníamos que prepararnos para nombrar una nueva junta directiva sindical; ya que algunos cuadros importantes habían abandonados sus puestos de lucha, como fue el caso del camarada Nectario Morales Rojas, militante de dicha organización política. Realmente, se acercaban las fechas para prepararnos para una nueva discusión de contrato colectivo en la compañía de otros sindicatos de la empresa.
Por consenso se hizo la nueva junta directiva y yo fui electo Secretario de Actas y Correspondencia, dándose comienzo a una nueva etapa en nutro sindicato. La situación se nos tornó critica, cuando CHUQUI fue extrañamente detenido en su casa en la Comunidad de Picure por fuerzas enmascaradas de la DISIP, quienes se lo llevaron preso a la sede de dicho siniestro cuerpo de seguridad del estado en las cercanías de Los Chaguaramos en Caracas.
Lo extraño era que ya habíamos hecho las primeras reuniones en la sede del Sindicato de la Electricidad de Caracas en la casa sindical del Paraíso, en donde casi nos fuimos a las manos; ya que los otros sindicatos estaban en manos del Partido Comunista (PCV) y de Acción Democrática (AD); con algunos delegados y pocos sindicalistas del Partido "Bandera Roja", como fueron los casos de Luis Rodríguez e Iván Espinoza quienes eran preclaros militantes de "Bandera Roja".
Allí el que más ideología marxista manejaba era Iván Espinoza quién llegó a ser vice-ministro del trabajo en esta administración del presidente Hugo Rafael Chávez Frías; ya que él había comenzado sus estudios en la Escuela de Economía de la Universidad Central de Venezuela (UCV) en los tiempos en que fue intervenida por el Dr. Rafael Caldera Rodríguez en 1.969.
Claro está, allí hubo un enroque, ya que Iván Espinoza pasaba de delegado de San Bernardino a miembro de la junta directiva de ese sindicato eléctrico, y Luís Rodríguez pasaba a ser delegado por El Márquez; ya que esa había sido la decisión de la comisión Obrera del Partido "Bandera Roja".
Pero en el Sindicato de Operadores de la Industria Eléctrica, Similares y Conexos del Distrito Federal y del Estado Miranda, nos encontrábamos en una situación muy difícil; ya que había elementos que nos indicaban que nos iban a dejar fuera de la discusión del contrato colectivo. Lo extraño de todo eso fue la aparición de un trabajador eléctrico que venía como operador de la planta térmica Oscar Augusto Machado (OAM) en Los Teques, su nombre; Domingo Arnal.
Dicho siniestro personaje fue enviado a nuestro curso de operadores en Arrecifes-Tacoa en ese año; siempre al final del mismo. A ese individuo no le conocíamos en nada, solo sabíamos que su padre y un tío del tenían muchos años laborando en la empresa en Caracas, al igual que una de sus hermanas. Supuestamente, él era un técnico en electricidad y era un cuadro importante del partido "Bandera Roja".
Él comenzó a militar con nosotros en nuestros justos reclamos por participar en la discusión del contrato colectivo; en donde nos dejaron afuera por instrucciones de los comunistas y los adecos. Inclusive, había algunos copeyanos.
Domingo Arnal creyó que me había captado para su partido y comenzó a hablarme del marxismo leninismo; en donde dejaba claro su interpretación sobre la lucha de clase. Al principio fue difícil detectar que él pertenecía a un cuerpo de seguridad del estado como la DISIP.
Un día me invitó a una reunión en Caracas en la casa de Jacobo Penso en donde nos estaban imprimiendo unos documentos que teníamos que distribuir en Arrecifes-Tacoa; todo se hizo bajo las más estrictas normas de seguridad. Allí debatimos sobre la vida del Comandante Américo Silva, y él me iba diciendo lo que debíamos hacer por profundizar nuestra participación dentro de la clase obrera.
Bajo su conducción participamos en la Huelga de Aeropostal y en las elecciones del Sindicato del Puerto de La Guaira, en donde iba Jesús Vallejo como candidato a secretario general por La Liga Socialista y las fuerzas aliadas de la izquierda, en la cual conquistamos las secretarias de organización, reclamos, finanzas y acta y correspondencia, perdiéndose la secretaría general por 68 votos que nos dieron la gente del Movimiento Obrero Independiente (MOI), quienes se fueron solos en esa contienda electoral sindical.
Al irse CHUQUI del Sindicato de Operadores, de acuerdo a los estatutos del mismo, el señor Domingo Arnal pasó a ser secretario general, ya que él era el primer vocal y así estaba establecido. Yo considero que esa fue nuestra mayor desgracia, ya que detectamos que ese individuo no tenía formación política, era manipulador de oficio y en verdad tenía deficiencias en su escritura.
A partir de ese momento, nuestra organización sindical se comenzó a desmoronar; y me pude dar cuenta de la capacidad de ese extraño marxista leninista, cuando ambos nos fuimos por tierra a un acto a la cual nos habían invitado la Causa R y las fuerzas del cambio en la empresa SIDOR en Ciudad Guayana. Eso sería por el año 1.981.
Al llegar a la zona industrial a eso de las cinco de la mañana, nos informaron que la actividad del encuentro sindical clasista no se llevaría allí, sino en la sede sindical de Manoas, cerca del Terminal de Pasajeros en San Félix. Las medidas de seguridad fueron totalmente violentadas, ya que llegamos a ese local y no teníamos lugar seguro adonde ir. En lo inmediato nos fuimos adonde había unos tambores de agua y allí nos bañamos.
Más luego fueron llegando los sindicalistas invitados a nivel nacional, cuando se aparecieron los camaradas de SINTRASCENSORES, Gráficos de Caracas, camaradas del Sindicato de la Electricidad de Caracas y Planta Centro, por AEROPOSTAL se aparecieron Deborah Puerta (Sindicato de las Azafatas) y su Secretario General González, entre otros.
La organización fue un verdadero desastre; ya que Alfredo Maneiro no pudo controlar la situación. Y menos Andrés Velásquez quién era el presidente de SUTTISSS en SIDOR. Los preparativos se llevaron a cabo, ya que en la primera noche nos quedamos en el apartamento del profesor Alejandro Arenas quién pertenecía al Comité Político Regional "Trino Barrios" de "Bandera Roja" en el Edo. Bolívar.
En la segunda noche teníamos que ir a un acto público en donde hablaría el economista Francisco Mieres; el mismo no se pudo llevar a efecto, ya que fuerzas de la DISIP, de la Policía del Estado y la Guardia Nacional arremetieron en contra de quienes estábamos concentrados en ese lugar de San Félix; en la cual nos dispersamos, andando todos disgregados por la ciudad.
Al fin Alfredo Maneiro logró que nos reuniéramos y fuimos saliendo de ese Estado hacia Caracas; en donde tuve la gentileza de venir en el mismo bus en el cual dicho comandante de la revolución venezolana venía. Al llegar a Caracas, pude notar que Domingo Arnal no era ningún dirigente revolucionario; todo indicaba que él era miembro de la DISIP.
Ya que él no trabajaba ni hacía nada en la empresa; contribuyendo al desmantelamiento acelerado de nuestra organización sindical. Esa situación provocó una gran estampida, hasta que yo viendo que no teníamos expresión alguna en ninguna parte; opté por decirle a los miembros y afiliados de nuestro sindicato, que lo mejor era que renunciáramos todos y nos afiliáramos al sindicato mayoritario, y que des allí conquistaríamos en el futuro mejores espacios para luchar por los reales intereses de nuestros trabajadores.
Dentro de nuestro sindicato habían dos personas de la junta directiva que pertenecían al Partido Acción democrática (AD) Luís Hernández y Lindolfo Jiménez; lo que nos llevó a plantearle al doctor José Vicente Rangel Vale sobre la situación de nuestro Secretario General. Él abogó por su defensa y por el respeto a su vida, logrando que fuera liberado 15 días después de su extraña detención.
Ante tal situación, él llamó a una asamblea en la comunidad de Picure y nos planteó su salida del sindicato de operadores, la cual era de manera irrevocable. Tal situación produjo un descalabro en nuestras fuerzas
Voy a contar una historia que sucedió el día domingo 9 de diciembre del año 1.982, y que se relaciona con "La Tragedia de Tacoa". El día 8 d diciembre de ese año laboraba en la empresa La Electricidad de Caracas en el Complejo Termoeléctrico Tacoa-Arrecifes, haciendo suplencias de fogonero de 1ª en la caldera 5 en la planta de Arrecifes; ya que allí yo era condensista de 2ª.
El jefe de guardia era de apellido Castillo y él consideró que me podía desempeñar bien en ese puesto, ya que había una vacante en la misma al respecto. El día sábado 8 de diciembre de ese año, como era mi costumbre, debido a que vivía en el pueblo de Tarmas, y no teníamos transporte desde el pueblo de Carayaca hacia nuestro centro de trabajo; siempre opté por tomar el transporte de la empresa en La Guaira. Específicamente, en la parada en donde se toman los autobuses para Carayaca.
En verdad llegué muy temprano al sitio y en vista que tenía que esperar hasta las diez y cuarto de la noche, que era la hora en que arrancaba el transporte; decidí irme hacia un expendio de guarapitas que es muy conocido en ese lugar, ya que desde muchísimos años atrás los padres de los dueños tenían unas técnicas para elaborarlas que de hecho eran únicas en este litoral.
La verdadera guarapita se hacía con aguardiente claro, limón y bicarbonato; las demás bebidas que se hacían eran cocteles, por lo dulce de las mismas; las habían de guanábana, parchita, mora, ruda, menta, entre otras.
Allí fue cuando conocí al pelotero Giselo Sojo, quién ya era un hombre avanzado de años, era afro-descendiente nativo del pueblo de Chirimena en las costas del Edo. Miranda, cercano a los pueblos de Guayabal y Chuspa.
Giselo Sojo fue una vieja gloria del beisbol organizado en Venezuela, ya que él fue pitcher de "Los Leones del Caracas" en la década de los años cincuenta del siglo pasado. En ese lugar nos tomamos una gran cantidad de cerveza.
Yo tomaba Zulia y él Polar. Las conversaciones que sostuvimos fueron muy amenas, de eso no había dudas; debido a que conocí muchísimas anécdotas del beisbol que él conocía muy bien y que de hecho eran muy agradables.
Estando en esas tertulias amenas, cuando vi hacia la parada noté que el transporte de la empresa había partido; me habían dejado; pagando la cuenta salí corriendo y tomé un taxi hasta Catia la Mar, en donde lo alcanzamos casi a la altura de La Zorra. Allí lo abordé con destino a cumplir una vez más con mi guardia de 11 a 7.
Finalmente, llegué a mi destino de trabajo y recibí la guardia sin novedad alguna; todo estaba normal; en todo momento mi ayudante Jaspe estuvo atento en el recorrido, inspección y toma de las lecturas cada media hora. El jefe de guardia se veía muy contento y seguro con nuestro trabajo; ya que la caldera la teníamos trabajando a gas en esos momentos.
Así fueron pasando las horas, hasta que en los minutos previos para las seis de la mañana del día domingo 9 de diciembre de 1.982, empezamos a sufrir una de las tragedias más duras y difíciles que haya vivido la industria eléctrica en toda su historia.
De pronto sentimos un extraño ruido que parecía venía de la turbina 5, y yo le recomendé a mi ayudante fuera a ver qué pasaba; él regresó del chequeo y me dijo que no había problema alguno en la turbina; cuando faltando tres minutos para las seis de la mañana de ese día se sintió un fuerte eco que abrió con fuerza las puertas que van a los tiros forzados y a las turbinas.
Debo reconocer, que en ese momento me sentí muy mal, ordenándole a Jaspe lo siguiente: ¡Jaspe, ve a ver que pasó en la caldera; porque me parece que nos explotó la caldera!
Todas las calderas tienen un dispositivo de seguridad que al explotar lo hacen hacia arriba. Jaspe fue a ver el equipo e inmediatamente bajó, diciéndome lo siguiente: "León, todo está bien; allí no hay novedad alguna".
Inmediatamente revisé todos los gráficos relacionados con vapor, agua, aire, gas, entre otros, y observé que todos los equipos estaban bien; que allí no había novedad alguna.
¿Pero cuál sería nuestra sorpresa?
Jaspe abrió la puerta que va a los tiros forzados y casi quedó mudo de lo que veía; de inmediato me llamó y me dijo estas palabras: ¡León, León, ven para que veas esta vaina!
Salí hacia el lado de afuera de la sala de control, y quedé petrificado de lo que veía; parecía como si hubieran lanzado una bomba atómica; una gran llamarada se alzaba hacia las alturas y arriba se abría como un hongo atómico. En mi yo interior me dije estas palabras: ¿Qué vaina es esa D_os mío?
¿Qué ha pasado?
¿Qué pasó en ese tanque de petróleo de 40.000 toneladas que recibía petróleo craqueado 6 desde el buque Moto Tanque "Murachi" en esos momentos?
Tengo que reconocer que tomé el parlante de la sala de control y quería que se supiera en todas las instalaciones lo que estaba pasando; pero gritaba palabras que no tenían coherencia alguna; y no decía realmente lo que tenía que decir, lo que decía era lo siguiente: ¡se partió un tanque; se partió un tanque!
Nosotros estábamos en el sitio más cercano de esa tragedia, pero no sabíamos que había pasado allí realmente; lo cierto del caso es que los guardias nacionales que estaban acantonados en el destacamento que estaba al lado de nuestra planta termoeléctrica quienes se encontraban durmiendo en esos momentos salieron en ropa de dormir con sus armas largas y cortas disparando al aire; ya que pensaban había habido un sabotaje o un acto de terrorismo en contra de nuestra instalaciones eléctricas en ese momento.
Nuestra sorpresa fue mayor, cuando vimos al compañero de trabajo Elisaul Izaguirre, quién estaba de oficial de turno recién ascendido bajar desaforadamente y gritando a todo pulmón, cuando atravesó hacia la sala de control de las unidades tres y cuatro de Arrecifes, diciendo estas palabras: ¡Estoy quemado; estoy quemado!
¡Natera y Hernández se mataron, se mataron!
Allí lo abordaron los compañeros de trabajo y lo aguantaron, ya que estaba en tremendo stress post trauma, después de lo vivido en la fosa en donde se encontraba esperando en el jeep a los compañeros Natera y Hernández, quienes en esos momentos estaban tomando una lectura relacionada con la cantidad de petróleo que había en ese tanque.
¿Qué pasó allá arriba en el tanque Elisaul?
Y él dijo estas palabras que nunca he podido olvidar desde esos trágicos momentos: "Prendieron un fosforo; prendieron un fosforo. Yo les dijo que no lo hicieran; pero no me hicieron caso".
En la sala de control lo calmamos un rato y le hicimos ver que él no estaba quemado, y desde ese momento comenzamos a ver qué fue lo que realmente pasó con esa explosión que se dio en ese instante, y que nos había producido dos bajas, como los fueron los compañeros Natera (quién iba a otro puesto superior como operador de plantas térmicas, ya que allí se desempeñaba como Oficial de Turno de 1ª) y el joven Hernández (quién era ayudante en la planta con muy poca experiencia en los equipos de dichas instalaciones).
Los sucesos en la primera explosión que se dio en las alturas de la Planta de Arrecifes fueron los siguientes:
1º.- El oficial de turno de Ampliación Tacoa, en ese caso Natera, tenía que ir con su ayudante a tomar las lecturas de los tres tanques de 40.000 toneladas de petróleo que allí se encontraban; las mediciones se hacían por tanteo, bajando una cinta métrica se tomaban las lecturas, y por el tamaño y las dimensiones de los tanques se determinaba la capacidad que tenían y la cantidad de petróleo allí almacenados.
2º.- Natera como tenía que ir a otro puesto al cual lo iban a ascender, ya que lo tenían designado como operador de unidad en la Planta de Tacoa, tenía en ese caso que entrenar a Elisaul Izaguirre, quién ocuparía su cargo en Ampliación Tacoa.
3º.- En esa madrugada ellos optaron por ir a buscar las linternas que se usan para hacer esas mediciones; encontrándose que las mismas no tenían pilas. Decidiendo ellos, en ir a hablar con el jefe de guardia de ese turno, llamado Failo González, quién de hecho era un hombre déspota, amargado y muy mala gente; muy difícil para trabajar con él.
4º.- Seguidamente, Natera le pidió unos tacos de pilas para colocárselos a la linterna e ir a medir los tanques de petróleo. Dicho jefe de guardia le manifestó que no había pilas porque él se las había llevado para su finca en Camatagua. Es en este momento cuando comienzas a violarse todas las normas de seguridad establecidas para el buen funcionamiento de los equipos en las plantas termoeléctricas de la empresa, y que estaban establecidas en las normas COVENIN.
5º.- Acto seguido, se produjo la siguiente conversación entre Natera y Elisaul Izaguirre:
¡No hombre, Elisaul; vamos a medir los tanques, y para esa vaina prendemos unos fósforos y vemos la lectura!
Elisaul a sabiendas que se estaban violando las normas de seguridad, le dijo a Natera estas palabras: ¡Natera, nosotros no podemos hacer esa vaina; tú sabes que estamos violando las normas!
Al final Elisaul le dijo a Natera lo siguiente: ¡Está bien Natera, vamos pues a tomar las lecturas; pero cuidado con una vaina!
Aquí podemos notar que se cometía otro delito con las claras violaciones de las normas de seguridad industrial y control de riesgos establecido por la empresa. El jefe de guardia seguía siendo el máximo responsable de los hechos que se dieron en esa madrugada, al permitir que sus trabajadores fueran a inspeccionar y a tomar unas lecturas en esas condiciones.
6º.- Luego llamaron a su ayudante Hernández quién era primo del canario Norberto González, quién vivía por los lados de Taguao. Ellos prendieron el jeep de la empresa, el cual era conducido por Elisaul Izaguirre; hasta que llegaron a la fosa en donde se encontraba el tanque en cuestión. Elisaul se quedó dentro del jeep en la fosa oyendo música en el radio del mismo. Mientras que Natera y Hernández subían a la parte posterior del tanque a tomar las lecturas.
7º.- Estando ambos arriba del tanque, abrieron la tapa de la ventosa del mismo y el ayudante Hernández procedió a bajar la cinta al fondo del tanque; cuando subía la cinta para ver la lectura, Natera sacó una caja de fosforo y encendió uno de sus cerillos y acercándolo a la boca de la ventosa para ver la lectura, desconociendo las normas de seguridad, la llama fue absorbida hacia adentro, produciéndose de inmediato una implosión que después terminó en una vasta explosión.
He allí el símbolo de la irresponsabilidad hecha realidad.
8º.- ¿Qué pasó en el tanque en realidad?
Cuando se dio la implosión en el tanque de petróleo, Natera se lanzó al vacío de la fosa y a Hernández se lo llevó la explosión; hecho que corroboramos meses después cuando fue encontrado el esqueleto de Natera en las orillas del tanque como tal.
Elisaul se salvó debido a que se encontraba dentro del jeep en la fosa; y cuando él sintió la implosión se bajó rápidamente de dicho vehículo y se metió dentro de unos grandes tubos de concreto por donde se drenan las aguas en tiempos de lluvias en la fosa; la cual da a las instalaciones de la Planta de Arrecifes.
9º.- Nosotros seguimos trabajando como si nada hubiese pasado; al Moto-Tanque "Murachi" su capitán lo sacó del sitio y lo alejó mar afuera, para evitar algunos contratiempos. A eso de las siete de la mañana se apareció en las instalaciones de Arrecifes un equipo de periodistas de VTV, dirigido por una periodista de apellido Russa, quién quería informaciones de lo sucedido; la Guardia Nacional los conminó y sacó del sitio de los acontecimientos.
Ellos hicieron caso omiso a las indicaciones de las autoridades militares acantonadas allí; siguiendo en búsqueda de la noticia. Luego se fueron apareciendo en la zona una gran cantidad de personas de Seguridad Industrial de la empresa; el general de división (ej.) Homero Leal Torres quién era el presidente de la empresa de seguridad VICASA, la cual le hacían servicios en esa dirección a la empresa, que de hecho era una empresa de la Electricidad de Caracas, C.A, la cual funcionaba como una subcontratista que explotaba a sus trabajadores y trabajadoras de manera descarada y violando las leyes laborales existentes en esa tiempo.
De igual forma se apersonaron el jefe de relaciones industriales, señor Hugo Narváez; y los altos ejecutivos e ingenieros de La Electricidad de Caracas, tanto en Caracas como en La Guaira y quienes vivían en la Comunidad de Picure.
Allí se generó un caos de grandes dimensiones, ya que las maquinas seguían trabajando y no había orientación alguna; mientras que unos pequeños tanques explotaron en Arrecifes y por una de sus quebradas corría petróleo ardiendo; mientras que las cenizas atacaban a los vecinos y moradores del lugar.
Ahora bien, hay que dar algunos indicativos y sus responsables, ya que muchas cosas no funcionaron como debían ser, y entre esos culpables estaba el ingeniero Fonción Contreras Cacique (súper intendente general de plantas), señor Armejeiras (superintendente de Ampliación Tacoa), señor Mayora (jefe del taller mecánico), señor Cabrera (jefe del almacén), señor Fernando Lugo (jefe de Seguridad Industrial en Arrecifes-Tacoa), entre otros.
1º.- Los hidrantes no funcionaron porque no les llegaba agua.
2º.- Las bombas de emergencia no estaban colocadas en sus lugares, ya que las mismas se encontraban reparadas en el taller mecánico y jamás fueron instaladas.
3º.- La espuma para atacar el incendio estaba en los almacenes y jamás fueron entregadas.
4º.- Nunca hubo coordinación para atacar el incendio.
5º.- Hubo la presencia de muchos mirones sin tener compromisos algunos en el ataque al incendio.
6º.- La actitud de los expertos de PDVSA en el ataque de incendios de tal magnitud fue anti parabólica.
El descaro llegó a lo máximo cuando los superintendentes salieron desesperadamente a esconderse en algunas islas del Caribe o en otras regiones del mundo; algunos quedaron laborando en empresas filiales de la empresa en el extranjero; entre los que salieron del país estuvieron Fonción Contreras y el señor Armejeiras.
La situación se agravó mucho más, ya que en ningún momento suspendieron la producción en nuestras plantas, en donde podían usar el sistema de interconectado con Guri. La guardia que le tocaba recibir a partir de las siete de la mañana de ese trágico día recibió la misma a partir de las diez de la mañana.
Los operadores que entregábamos la guardia nos sacaron en algunos vehículos de la empresa a nuestros hogares; en donde tuvimos que pasar entre los tanques 7 y 8, en donde pudimos observar a cientos de bomberos y a funcionarios policiales metidos en ese berenjenal; quienes combatían dicho incendio sin tener los instrumentos necesarios para apagar lo sucedido en horas de la madrugada.
El sistema de enfriamiento que usaban era muy arcaico; ya habíamos salido del sitio para irnos a descansar a nuestros hogares; cuando estábamos en el trayecto hacia el pueblo de Carayaca se oyó una devastadora explosión, que nos había dejado perplejo, y que viéndonos los unos a los otros nos preguntábamos:
¿Qué pasó nuevamente allá abajo en Tacoa?
Me preocupa la situación de mi hermano Edgar Eduardo Morales, quién era operador de equipos auxiliares en Ampliación Tacoa en ese otro crucial momento y estaba de guardia. Al fin supimos que en la empresa estaban buscando una vía de aliviar las temperaturas en el Tanque Nº 8, y decidieron tomar una tubería de agua de mar y activarla en aras de poder solucionar esa situación.
De inmediato un contratista llamado Carlos Salas, quién era de origen canario y muy vinculado a la empresa; ya que su padre era trabajador en la misma, al igual que su hermano Virgilio Salas. Este último personaje había estudiado conmigo en el año lectiva 1.965-1966 en el Liceo "José María Vargas" en Maiquetía; ambos cursábamos segundo año de bachillerato en aquellos tiempos, y más luego nos habíamos encontrado laborando en la Electricidad de Caracas.
Su hermano Carlos Salas era un buen soldador, pero él al poner las pinzas y darle comienzo a la soldadura había olvidado hacer barrido en la misma; lo que hizo que de inmediato viniera esa nefasta segunda explosión, que en verdad acabó con una gran cantidad de personas.
Carlos Salas falleció al instante de la explosión; al igual que una gran infinidad de bomberos, personal de seguridad industrial de la empresa, policías y muchos vecinos del lugar. Yo recuerdo que había un ingeniero de apellido Kvedaras quién era de origen ucraniano, egresado de una universidad norteamericana s través del Convenio Mariscal Sucre. Él tenía a su esposa e hijas viviendo en la comunidad de Picure.
Cuando se dio la primera explosión, el antes mencionado profesional de la ingeniería recuerdo que acercándose a la caldera tres y cuatro de Arrecifes, me dijo estas palabras: "León, voy a mi casa a buscar una cámara para tomar fotografías sobre lo que aquí ha sucedido en esta madrugada".
Lo cierto del caso, fue que su cadáver ni siquiera apareció. Allí pasaron muchas cosas, tales como:
1º.- El Superintendente de la Planta de Arrecifes era un anciano español de apellido González, quién era un vulgar déspota, explotador y maltratador de trabajadores. Ese individua al momento de la segunda explosión fue conminado por uno de sus subalternos a que saliera de la planta y protegiera su vida, diciendo lo siguiente: ¿Para qué voy a salir?
¡Déjenme Aquí!
Teniendo que ser sacado a la fuerza y lanzado al piso; lo que permitió que la onda expansiva no lo alcanzara. Más luego dijo estas palabras: "Si así es el infierno, no lo quiero".
2º.- En la orilla de la playa, frente al comando del destacamento de la Guardia Nacional se suicidaron un sargento 1º de la Guardia Nacional y un funcionario de la DISIP, quienes accionaron sobre sus cabezas sus respectivas armas de reglamento. Ya que se veían rodeados de candela por todos lados. El profesional de la Guardia Nacional era el encargado del Puerto de dicho cuerpo en el pueblo de Chichiriviche.
3º.- El compañero Arteaga viendo que no tenía salida en esos devastadores incendios, optó por lanzarse al canal de agua de mar en donde las bombas de circulación toman el agua que actúa como enfriamiento en los condensadores de las turbinas en Ampliación Tacoa; desapareciendo para siempre en las profundidades de esas aguas; su cadáver jamás fue encontrado.
4º.- En el mar, más allá en donde estaba el comedero de Tamacum, se estaba ahogando un señor de apellido Seguí quién era un cubano batistero con funciones de jefe de reclutación de personal en la Electricidad de Caracas o algo similar.
Este despiadado y siniestro personaje era la persona usada para atacar a los dirigentes sindicales de la empresa y el de ser una persona acosadora de los trabajadores en todo momento y circunstancia.
Ese señor casi se quemaba en el agua; y quienes iban a bordo de una lancha llegaron a pensar en dejarlo que se achicharrara en las aguas de nuestro mar; sin embargo, hubo un trabajador que se apiadó de él y permitió que lo subieran a bordo de la misma.
5º.- Hubo el caso de varias personas que vieron una cava de pescado y creyendo que se podían salvar se introdujeron dentro de la misma, en vista que allí iban varias panelas de hielo; quedando sancochados en la misma.
6º.- Frente a la planta de Tacoa, en el piso del portón de entrada a las instalaciones; se observaban en cenizas lo que fueron unos cuerpos humanos; en verdad era muy triste ver tan dantesco cuadro mortal.
7º.- En las casas que estaban cerca de los tanque que explotaron, se pudo observar que en las piscinas de las mismas, muchas personas se lanzaron al agua en aras de protegerse de la irradiación de calor existente en esos momentos; quedando todos muertos y sancochados en esas aguas. Pudiéndose rescatar manos con los anillos aún entre sus dedos.
8º.- Los muertos fueron a montones y los responsables de tan gran tragedia eran los altos ejecutivos y gerentes de la empresa; al igual que su personal de confianza en las plantas en esos días de incertidumbre y muerte.
La muerte se enseñoreó de esos lugares, de eso no habían dudas algunas; dicha situación me motivó a conversar con el eminente abogado Hilario García Masabé quién era Sindico Procurador Municipal en la Alcaldía del Municipio Libertador en Caracas.
A él le conté todo lo sucedido y fue cuando en verdad comenzaron a buscar a esos magnates de la industria eléctrica, algunos huyeron y solo fue capturado un técnico en seguridad industrial de apellido Fuentes quién tenía muy poco tiempo laborando en la empresa.
Fuentes venía de trabajar en seguridad industrial en la empresa AVENSA en el Aeropuerto de Maiquetía. Además, él tenía laborando en la empresa a otros de sus hermanos, a su padre y cuñados. Lo cierto del caso, es que fue él único que pagó 4 años de prisión de todos los solicitados por los cuerpos policiales en el país y a nivel internacional.
Siendo trasladado a la cárcel de El Junquito en donde compartió calabozo con Fernando Miralles, antiguo presidente de VTV y con el general de división Herminio Fuenmayor, quienes le pusieron el apodo de "Tacoita". Allí más bien, Fuentes fue el sirviente de ellos; ya que le ofrecieron un buen trabajo una vez que todos ellos salieran de prisión.
Ante tal situación; pudimos comprobar que los operadores de plantas térmicas sabían operar los equipos, pero no conocían nada de electricidad, y eso era grave; ya que se les preguntó por la Ley del Ohm y nadie respondió satisfactoriamente. En base a esto, la empresa contrató a un ingeniero catalán para que nos instruyera en esa materia.
El personaje que trajeron era difícil entenderlo, ya que hablaba en castellano muy mal, y era un fumador de cigarros negros muy empedernidamente. En los exámenes que nos hizo, yo fui el único en aprobar y con muy baja nota; ya que lo tenía acosado porque nada sabía de lo que él trataba de instruirnos.
Finalmente, optamos porque el señor Roger Orengo, superintendentes de la planta de Tacoa nos diese clases en esa materia y de esa forma fue como fuimos comprendiendo el mundo en donde nos encontrábamos.
Bibliografía
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TORTOZA CASTILLO, José Félix. "Conversaciones". Pueblo de Tarmas, Carayaca, Departamento Vargas, Distrito Federal, años 1.980 – 1.985.
Autor:
León Manuel Morales
Patrimonio Cultural Viviente del Edo. Vargas
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