El punto de partida es el de una Ética para el Desarrollo Social de cara a las políticas sociales. La Ética se corresponde con una amplia visión en el marco de una determinada sociedad, ligada a las costumbres y tradiciones que una sociedad se da para sí en un determinado momento histórico y que hacen a su desarrollo como soporte de derechos ciudadanos. Esto último es importante si tenemos en cuenta que hemos asistido en los últimos años a una progresiva pérdida de derechos sociales conquistados a lo largo del tiempo. La "desciudadanización" fue el proceso por el cual, cada vez más, amplios sectores de la población se vieron marginados de las posibilidades efectivas de acceso a formas de vida que contengan integralmente otra perspectiva de desarrollo individual y colectivo. Esta problemática no es ajena a los caminos que la Política Social. Por lo tanto, una Ética Social debe asumir otras tradiciones y costumbres, otra sociabilidad, que efectivamente imponga otra "visión del mundo" de cara a las necesarias transformaciones que nuestra sociedad reclama. Aunar una "ética de la responsabilidad" y una "ética de la convicción" en el marco de los procesos reales de planificación y gestión de los Planes Nacionales debe apuntar a un desarrollo sustentable basado en la solidaridad y la acción colectiva. En nuestro caso, la crisis sufrida ha engendrado un sujeto que reivindica sus derechos como ciudadano, que con su participación y protagonismo comprometido reclama un nuevo modelo de gestión de políticas y por ende, un nuevo modelo de país. Desde los diversos sectores las demandas se dirigen fundamentalmente a la transparencia, la valoración de los recursos propios, la equidad y el respeto de los derechos. (Módulo 1).
Y finalmente, del libro Sistemas Formales e informales de apoyo social para los adultos mayores. Aportes de una investigación científica al campo de la gerontología institucional. De L. Golpe y C. Arias. (Editoras). Leemos en los distintos capítulos que componen el libro material que hemos tratado de presentar como panorama sobre conocimientos teóricos, metodologías de investigación y modelos institucionales de apoyo social para la vejez con el propósito de brindar un aporte sustantivo para la prevención de la fragilidad de los adultos mayores… Así como al mostrar una exposición artística de perfectas y coloridas matrioshkas rusas, para los consumidores internacionales de arte étnico, no debemos inducirlos a la engañosa ilusión de conocer a fondo la idiosincrasia estética del arte ruso, no podemos presumir que este recorrido por nuestra cocina de investigación sea más que una aproximación tentativa al diseño del análisis institucional, sin recetas magistrales, ni platos insuperables… Nada exacto vamos a encontrar en el mercado de consumo standardizado de la metodología tradicional, nada vamos a descubrir moldeado previamente que se adapte totalmente a nuestro objeto-sujeto. La existencia de lazos sociales frecuentes parecen identificarse con la existencia de apoyo social: cuanto mayor es el contacto interpersonal mayor es el grado de apoyo recibido; sin embargo la existencia de relaciones sociales no implica en sí misma la provisión de apoyo. Los términos apoyo social y redes sociales se usan indistintamente, pero no son sinónimos. En otras palabras, el concepto de red social se refiere a una serie de características (estructurales, por ejemplo) que son de utilidad para describir las relaciones sociales mantenidas por un individuo o una comunidad. Pero el concepto de apoyo social incide en especial en las funciones que las relaciones sociales pueden ejercer (siendo potencialmente proveedoras de apoyo emocional, ayuda instrumental, apoyo económico, etc.) para la obtención del bienestar del individuo" (Fernández Ballesteros; 1987).
Tomaré de este estudio la idea vertida en cuanto a que… red social se refiere a una serie de características (estructurales, por ejemplo) que son de utilidad para describir las relaciones sociales mantenidas por un individuo o una comunidad. Lo haré, a riesgo de equivocar el paso, para referirme al tema que he tratado en este Trabajo de Integración Final: La Percepción de la Muerte Propia, en especial aquella que deriva, no de una enfermedad incurable en sus últimos tiempos vitales, sino en aquella sensación que invade al individuo sano, que descubre que es un ser mortal… como cualquier otro. La sensación siempre de comienzo dramático se alimenta con los vacíos dejados en la existencia, cuando se apuran las copas de la vida sin saborearlas… en la espera de que le sirvan otra, ya que de todos modos la bodega está llena. A veces despilfarramos nuestros tiempos llamándolos equivocadamente vivir.
En cada etapa vivida algo distinto puede degustarse. Pero después de pensar mucho en el aporte concreto que podría hacer, como plan para paliar el solitario dolor de la muerte propia (siempre dije que los dos momentos más solitarios que vive todo ser humano son nacer y morir). Luego de pensar mucho y sin con esto recargar la responsabilidad de la solución de algo que no sé si la tiene (todos somos mortales y en eso ignorantes del proceso). Imaginé una Sociedad donde lo Humano predominara sobre cualquier otra cosa (llamadas valores, gozos, felicidades… o lo que sea), y terminé pensando que sólo en ella era posible hallar una respuesta de contención y justificación de lo andado; de la misma manera que actúa como estímulo para hacer las cosas mejor. Por eso, luego de merodear por los diversos meandros que las culturas varias, el arte, los escritos, dichos, mitos, etc., que señalan, apoyando mi escrito líder: Muerte y Crisis de la Mitad de la Vida, de Elliot Jacques, no pude sino culminar mi ruta explayándome un poco acerca del -para mí- Océano Primordial donde se gestó toda entidad existente.
Un paciente de mi consulta comenta: hasta que me recibí de ingeniero la vida tenía sabores y colores vibrantes… todo era auspicioso, todo parecía posible, las cosas aparecían ante mí como en un hermoso cuadro impresionista, yo ponía parte y el resto se acomodaba bellamente a mis deseos. Tendría lo que querría, las personas eran buenas y ayudarían todos en la construcción de mi vida, así como yo en las de ellos. Después me recibí a los treinta y dos años… desde allí fueron todos fantasmas, ilusiones descartables, falsedades… fantasmas de lo que fueran sueños. La visión juvenil del mundo, que nos lo muestra cual bella pieza de conquista, plagado de bienes y buenas intenciones, lleno de hadas bienhechoras que siempre triunfan sobre los malos espíritus, se va convirtiendo a la par del transitar los propios años de vida, en una visión más realista y cruel… y -según E. Jacques-, de allí surgen dos tipos de creación: llena de bríos pasionales y esperanzados la una; madura, pensante, menos optimista y con un raciocinio mas penetrante, la otra. Como la vida misma, diríamos.
Todo esto es claro en los conceptos emanados del saber psicoanalítico. Desde Freud en adelante, con modificaciones varias aunque no sustanciales, amor-vida-creación vs. odio-muerte-destrucción, conforman una antítesis primordial de lo existente en cada interioridad vital, y la lucha a través de toda la vida insume -o consume- una parte importante de ella. En cierta medida podemos decir: buscamos el amor, en sus diversas manifestaciones, para alejar esa muerte que forma parte de nosotros. Podríamos acercar levemente un pensamiento, para ver si lo podemos desarrollar: ¿será el amor en cualquiera de sus formas y personificaciones aquello que más nos protege en la vida y más nos ayuda a tener ante la propia muerte una despedida digna?
Conclusiones. Intervenciones posibles
Se hace evidente que el tomar conciencia de la propia finitud, -sea debida a una enfermedad grave propia o a factores externos- provoca cambios en el curso de la vida.
El indagar acerca del tema ha sido una de las fundamentaciones del Trabajo de Integración Final.
En el transcurso del estudio se hicieron evidentes elementos de la vida de las personas así concientizadas que influyen, sea positiva como negativamente, sobre la reacción que acontece cuando tal conciencia tiene lugar. Entre ellas vale la pena destacar:
Como Elementos Positivos.
(Llamaremos así a aquellos hechos que amenguan la angustia del sentir la propia finitud).
1. Vida sentida como transitada a plenitud, lo cual incrementa el Capital Autovalorativo.
2. Adultez sentida creativa y con espacios ocupados por momentos preñados de amor.
3. Pocas asignaturas pendientes y metas a lograr, en relación con lo alcanzado en la vida.
4. Sentir que plantar un árbol, escribir un libro, tener un hijo, es más que una metáfora, y que en gran medida sus significados se han acercado a llenar de luz las oscuridades de la desconocida muerte, otorgando la esperanza de ser recordados.
5. Que el amor -en cualquiera de sus formas- ha sobrepasado al odio y su cohorte de cómplices.
6. Relaciones interpersonales -familiares o no- sembradas y regadas con amor.
7. Trabajo de intermediar en el constante enfrentamiento amor-odio, con vistas a lo bueno.
8. Considerar bueno a lo que deviene del amor y a éste como lo constructivo-integrador.
Como Elementos Negativos.
(Llamaremos así a aquellos hechos que incentivan aquella angustia).
1. Malas relaciones interpersonales, familiares o no.
2. Lo opuesto a lo anteriormente definido de valor positivo. Yendo a lo ya detallado:
Si la Vida ya consumida, o vivida, no es sentida como transitada a plenitud, la autovaloración disminuye, y al no haber tiempo vital restante suficiente para enmendar o realizar lo postergado, la sensación de fracaso y vida vacía enturbia todo lo vivificante y dinámico.
Si la propia adultez es sufrida por ser juzgada como poco o nada creativa y los espacios temporales de ella se han ocupados por momentos no preñados de pasión, no son atractivos, la aflicción puede coronar los últimos tramos sentidos, como antes expresé, como sin retorno dada la falta de tiempo de reparación.
De haber gran cantidad de sueños, asignaturas pendientes, metas propuestas para lograr plenitud, en relación con lo alcanzado en la vida; esta se vuelve dura y triste en su última etapa etaria.
La metáfora de plantar un árbol, escribir un libro, tener un hijo, llena de significados la vida transcurrida y a vivir. Si el tiempo lo permite la realización de aquello que simbólicamente esparce y hace desaparecer los espacios oscuros de la existencia, las negruras atribuidas a la desconocida muerte, se truecan en la esperanza de ser recordados.
Si el amor, la amistad, la ternura ante los compañeros de ruta, sean estos personas, proyectos u obras -en cualquiera de sus formas- ha predominado, sobrepasando al odio, o resentimiento y su larga serie de factores asociados, es posible sentir cumplida su vida, y la idea de despedirse de ella no sea tan angustiante.
Esto último aplicado especialmente a las relaciones interpersonales -familiares o no- siembran semillas de trigo fértil en los áridos campos de las cercana muerte. Son como aquellas semillas que, dichas por boca de Jesús en el Sermón de la Montaña, serán las que maduren y den frutos después de la propia desaparición individual.
Toda tarea en pos de la unión amorosa -en amplio sentido- conlleva un trabajo de intermediación sentido vivificante y creativo. De haberlo hecho suma misiones cumplidas a la propia existencia. Nuevamente en el enfrentamiento amor-odio, hay mayor complacencia y menor temor de haber pasado en vano y perdido el tiempo que nos fuera dado en la vida.
Considerar bueno a lo que deviene del amor y a éste como lo constructivo-integrador
En la Pág..31 he delimitado etapas del desarrollo que el ser humano transita. Cada una de las cuales tienen su importancia, y a la vez poseen características que son como un molde para proveer posibles intervenciones en cuanto al tema al que nos abocamos.
Siendo, y lo remarco una vez más, este tema un algo que desalienta en cuanto a lo que se trate de intervenciones operativas, especialmente por la tendencia natural de cada uno de nosotros a negar la muerte propia, difícil es pensar en intervenciones exitosas. Más aún cuando como humanos, marcados por el mismo, digamos estigma natural, somos arte y parte del dolor y frustración que queremos paliar.
Pero ya que es lo que hay, nosotros afrontamos el hecho de la muerte próxima -y tenemos cierta experiencia en ello- cuando se trata de enfermos terminales, donde los cuidados paliativos, esquematizados y ordenados permiten una operatividad efectiva en aquellos que los manejan, poco hay sin embargo -salvo especulaciones u observaciones cono las de E. Jacques- en cuanto a la crisis de la toma de conciencia de la propia finitud, sin enfermedad u otra alternativa de muerte a corto plazo. En estos casos la muerte de algún familiar cercano, amigo, pareja, o alguien de cierta relevancia afectiva, imprime en el Yo dicha toma de conciencia. Es como si escapara de la Caja de Pandora, la esperanza última de ser inmortales, guardada según las palabras citadas de Freud -no así de otros autores- celosamente en el fondo de ella. Para ordenarnos, si tomamos de la experiencia de cuidados paliativos, bien podemos -uniendo ésta a los conocimientos aportados por las diversas materias de nuestra Carrera- establecer algunas líneas de acción. Estas líneas estarán muy ligadas a las diferentes etapas -digamos- establecidas en la Pág.31.
Intervenciones a nivel familiar y en grupos no institucionalizados.
Útero materno.
Madre.
Familia.
Colegio, amigos.
Trabajo, amigos, pareja.
Familia constituida propia.
Hijos, prolífica producción en la meseta etaria de adultez joven y mediana edad.
Adultez mayor.
Lenta -o veloz- caída de la meseta etaria y productiva en afectos y quehaceres.
Retiro (jubilación) que después de él bien se logra -como establecimos que la meta de este TIF es lograr el arribo a una:
A- Vejez plena saludable, con familia, amigos, medios económicos, etc.;
Combatiendo en lo posible llegar al fracaso sociocultural humano que sería una:
B- Vejez comprometida por carencias económicas, de contactos familiares, sociales, etc.
Así en la etapa uterina los cuidados del embarazo, la prevención de complicaciones, que comienza antes: prevención y capacitación de la población de futuros padres.
En Familia: la educación y mejoramiento de calidad de vida.
En colegio, amigos, etc. Toda campaña que aleje de los niños los peligros actuales…
En trabajo, amigos, pareja, lo devenido de educación, mejoras laborales.
La familia fundada y propia, mucho derivará de factores anteriormente trabajados.
La educación amorosa y capacitada de los hijos, semilla del futuro tanto de los hijos como de los padres ya que formarán cariñosos apoyos de su vejez.
El arribar y reforzar la adultez sana y preactiva, inserta en una sociedad justa.
Los avatares de la caída biológica que siempre en cierta medida actúa en el todo social.
Las precauciones socio-económico-inclusivas para lograr una buena jubilación.
Sabemos, lo hemos tenido a la mano a lo largo de toda nuestra Carrera, de los múltiples factores sobre los que trabajar en cada etapa etaria. La Coordinación de operaciones en su conjunto, dejarían atrás la idea de que estamos filosofando acerca de un tema que por tocarnos a todos y no poder eludir, no debe confundirnos con el hecho de todo lo que pueda hacerse para lograr dignidad y sentido humano a lo que Natura nos da. Queramos o no.
Pero, centrando en nuestras fuentes primarias más numerosas e importantes, cuales fueran las intervenciones -en entrevistas individuales o grupales, de AM y personal– de las Residencias de Adultos Mayores de la Dirección Nacional Para Adultos Mayores, podemos decir que las intervenciones posibles en ese medio, en virtud de lograr que los AM residentes de esos Hogares, puedan ser ayudados en las vísperas -o bien ya arribados- a su concientización de la propia finitud, y ayudados a conseguir aquello que dejaron en el tintero (asignaturas pendientes, proyectos, familia perdida) o bien vivir sus últimos tiempos en concordancia con su medio y sus necesidades, afectivas o no. Para esto a través de implementar tareas que describiremos adelante, trataremos de dejar atrás el pesimismo expresado por Hobbes en "Leviatán o materia, forma y poder de una república eclesiástica y civil": La inclinación general de la humanidad entera es un perpetuo e incesante afán de poder que cesa solamente con la muerte. El egoísmo individual va acompañado por el miedo. Y es este miedo a la violencia el que está en los orígenes del Estado. El mundo funciona de una manera mecánica, el Todo esta constituido por cuerpos en movimiento, sean estos cuerpos naturales o sociales. Dentro del movimiento de los cuerpos sociales, el hombre es naturalmente un ser antisocial… porque todos tienen las mismas capacidades y apetencias, y al no poder satisfacerlas… se transforman en enemigos naturales, de ahí que "El hombre sea el lobo del hombre" y "hay una guerra continua de todos contra todos". La solución: que cada uno resigne parte de sus deseos, que busquen la paz mediante un Contrato Social, con un Regente Absoluto con todo el poder que garantice su cumplimiento. Manifestaciones éstas que tendrían su expresión operativa en un sistema Asilar dentro de un Estado Aristocrático.
El Contrato Social de Rousseau señala que es necesario: "Hallar una forma de asociación que defienda y proteja con toda la fuerza común a las personas y los bienes de cada asociado, y mediante la cual cada uno, uniéndose a todos no se obedezca sino a sí mismo y quede tan libre como antes". Emparentada dicha postura con un paradigma Gerontológico, centrado en el hombre sin diferencias, un Sistema Gerontológico de un Estado Articulador y que lucha contra la discriminación y apoya la sumatoria social. En nuestras Residencias de Adultos Mayores la salida activa: trabajo grupal continuo ordenado en lo cotidiano.
Los contactos sociales repetidos definen un grupo, aparte de éstos, no existen sentimientos "naturales" entre la gente, ni siquiera entre madre e hijo, aunque nosotros hablemos todavía como si existieran. Señala Homans en El grupo humano: Lograr ver al grupo institucional como un todo (residentes y personal), unidos en la misma tarea, es el primer paso. Al querer conseguirlo aparece en el camino -desde lo asilar me refiero- la primera piedra que frena: el Poder puesto en manos del residente bascula y sigue siendo siempre el mismo… solo que ha cambiado de lugar. Quizás esto sea una parte de la historia social de la humanidad, pero estamos en la trinchera de un cambio y es necesario tenerlo claro: el cambio de mano del Poder establece ese balanceo y aleja por un tiempo de la idea de hacer un Todo Compacto de las Residencias de Adultos Mayores.
Se trabaja en las Residencias de Adultos Mayores de la DiNaPAM para arribar, entre otras metas a poder reparar y reconstruir el lar perdido, este conlleva la idea no solo lo edilicio sino también el marco afectivo, las cuestiones referentes a proyectos y entusiasmos por los mismos, y un amor por la vida que incluya el recupero de todo aquello que se siente dejado atrás –en la medida que los residentes son personas con traumáticas pérdidas de sus lugares en el mundo-. Al menos esa parte fundamental, sustento vital del Hombre de todos los tiempos, es la tarea que enfrentamos al accionar para conseguir, lo más posible, la Creación de un Lugar Digno para disfrutar de una Vida, suplantando con ello aquellos depósitos de seres humanos devaluados paradigma globalizado mediante, llamados irónicamente Hogares. Transformar los mal llamados Hogares en Verdaderos Hogares Co-compartidos, donde residentes y personal formen un todo interrelacionado armónicamente, es la Obra que se trata de llevar a cabo desde la actual Dirección Nacional -no como novedad teórico-práctica-, sino con la fuerza que crea un más humano paradigma. Se hace posible así el adherir al dolor de las pérdidas, que se suma a la conciencia de vivir una etapa final de sus vidas, momentos que aportan fuerzas para despedirse en cierta plenitud.
Cómo trabajar… o un modelo de trabajo posible.
Sin discutir las diferentes interpretaciones semántico-conceptuales de la vejez, en líneas muy generales y tomando en cuenta los diversos grados de salud psicofísica, que van desde la excelencia, hasta el deterioro más invalidante, se hace obvio que todo viejo sufre cierto grado de discapacidad, no solo en comparación a otros, sino también en lo que a su anterior estado funcional psico-físico-social se refiere. Esto deriva en ajustes adecuados a paliar dicho estado. Aún ante el envejecimiento más exitoso, debemos reflexionar que su mismo nombre nos lleva a pensar en un cambio cualitativo y un estadio particular de la vida humana al que todos, si la muerte no nos alcanza antes, alguna vez llegaremos. El término Discapacidad resuena a patología, pues se utiliza para signar la diferente capacidad en cuanto negativa, ya que no llamamos discapacitado al que tiene un potencial para algo que excede la media para más. Un niño prodigio puede sufrir de algún grado de discapacidad de adaptación a su entorno social, igual que un genio sabio, sus discapacidades siempre se miden en cuanto minus. Hay dos etapas de discapacidad -o mejor de capacidades autónomas disminuidas- de la que nadie se salva, y que podríamos entonces llamar normales, o por lo menos naturales. Ellas son:
*la expulsión del útero, su arribo al mundo compartido y lo que sigue (de 1 a X años).
**la que preludia la partida de la vida.
Sabemos que los bebés humanos son los únicos que necesitan irremediablemente apoyo y cobijo externo por un tiempo prolongadísimo… comparados con las crías de otros animales. El humano es el único espécimen del reino animal, aparentemente, que puede tomar conciencia de su propia muerte. También toma conciencia que, salvo en caso de morir (accidente, suicidio) a edad temprana, a la muerte precede un intervalo -más o menos largo- de incapacidad y dependencia. Tomando en cuenta lo antedicho, enunciaré tres parámetros que confluyen, a mi entender, para construir nuestra particular predisposición y posibilidad de acercamiento a los viejos.
1-Conciencia que la vejez es un estadio más o menos incapacitante y crea dependencia.
2-Conciencia de que llegaremos a él si no morimos en el intento.
3-Conciencia que este estadio de nuestra vida es el más cercano a nuestra propia muerte.
De cómo podamos elaborar en nuestra interioridad estas vivencias dependerá nuestra manera de envejecer, tanto el cómo trabajaremos con los mayores de quienes somos responsables. Es de hecho comprobable que esta etapa puede provocar discriminación y mal trato, nuestra experiencia indica, y la bibliografía que nos acerca experiencias de otros confirma, que ante el viejo se tienen conductas que pueden definirse en una amplia gama que va desde lo amorosamente continente, al odio violentamente discriminatorio. Lo agresivo puede expresarse como malos tratos verbales, corporales, o formas ladinas de desprecio o aprovechamiento. Lo agresivo podría ser la expresión vindicativa de un alejar los temores a la vejez, el deterioro, la dependencia que implica y la muerte. Dichas agresiones -creo- contienen un ingrediente de venganza contra lo ineludible del Destino que nos aguarda, vehiculizado a través del sufrimiento provocado en la persona del anciano indefenso, donde ha sido depositado. Es decir que atacaríamos en el viejo a la temida vejez, fuera quien fuera esa persona.
Hay otras maneras de sentir al Destino injustamente ensañado con nosotros. Algo avejentados, toda desdicha que nos alcanza nos hace sentir abandonados por una felicidad que resulta ser patrimonio de otros. Y nos vengaremos en los más viejos si esto es posible, cae de suyo señalar que esto es mas inespecífico, pero aunque no tenga que ver directamente con una reacción negativa frente a la vejez, devenida por lo antedicho, la vida personal insatisfecha de los que trabajamos en salud incide en el trato que le damos a nuestros, digamos, "sujetos de cuidado". Tan amplio resulta el concepto de vida personal insatisfecha, que casi imposible detectarla aún por el propio sujeto-objeto que porta dicha vida, dadas las diferentes formas de vivir y las distintas adaptaciones a cada modelo que toda persona tiene. Pero aún así es posible sospechar -y de hecho lo hacemos- que si alguien transcurre por algún momento particularmente difícil en su vida, esa situación lo hace susceptible de cambios negativos -o positivos- en su conducta laboral habitual. Digo también positivos porque es de observar que si la relación en el entorno de trabajo es gratificante y sólida, tiene un efecto catártico y ayuda a elaborar duelos provenientes de otros territorios de la vida.
Observé que en aquellos Adultos Mayores cuyas vidas habían transcurrido con cierta plenitud que, aunque alejadas siempre de los grandilocuentes sueños adolescentes, habían logrado la sensación interna de no haber desperdiciado mucho de su vida, de haber cumplido con ciertos deseos y arribado a la elaboración de algunos proyectos, de haber logrado ser amados en alguna de las formas del amor que hacen de la vida una carga más aceptable coloreando en tonos agradables los vericuetos que esta tiene, de haber podido utilizar el tiempo concedido de vida de manera que llene más expectativas que frustraciones… estos elementos vividos hacen posible que la percepción de la propia finitud sea menos traumática y temible que lo que acontece en quienes sienten un vacío imposible de concertar con los sueños dejados atrás, y la mediocridad pacífica, tranquila pero descolorida como lo es todo momento que da más seguridad que cualquier movimiento progresivo. Es importante tenerlo en cuenta al acercarse a este tema tan singular y universal.
También es importante el perfil caracterológico del Adultos mayores forjado a través de cada vida sobre un "molde" hereditario que escapa a una investigación más profunda que la posible en este Trabajo de Integración Final. Aquellos seres que tienden a tener caídas depresivas, a realizar malos duelos ante las crisis vitales, de poner poca pasión en el curso de su existencia, de no tener proyectos entusiastas… son propensos a caer en estados desesperados ante la toma de conciencia de la propia finitud. En tanto que otras personas, de carácter más fuerte y logros en los que jugaron sus fuerzas contra las adversidades para conseguir resultados gratificantes y plenitud vital, están mejor defendidos y aceptan -diría Kubler Ross- con más entereza y gallardía sus sensaciones de estar en el último tramo de su sendero vital.
De ahí lo importante de una planificación grupal operativa, ya que se desprende de ello que es deseable que el entorno de trabajo sea gratificante y sólido, siempre. Y el trabajar para que ello sea así, es una de las herramientas más poderosas para neutralizar los malos influjos provenientes del entorno. La formación de un equipo de trabajo en el que por todos los medios se trate de crear vías de comunicación, comprensión, y responsabilidad compartida, y hasta diría buena como para ser periódicamente festejada, es imperiosamente necesario para el desarrollo sano de lo que queremos recrear: una auténtica entidad terapéutica, un Segundo Hogar. Trabajar arduamente en lograr pues que aquel entorno del que hablamos, no es un mero ideal genérico y volátil; en nuestro caso se torna una necesidad imprescindible, pues somos depositarios y cuidadores de personas que nos entregan la fragilidad de sus vidas, que se ha hecho dificultosa o imposible de conducir por ellas mismas, en nuestras manos, para que los ayudemos a vivir con dignidad lo que resta de sus días; y también a morir con la misma dignidad. Dentro de ese ámbito creado para dar fuerza a la comunidad del Hogar, se hace necesario el contacto permanente no solo entre todos los actuantes, residentes y personal, sino una cercana conexión con la fuente de autoridad, actor externo-interno cuyo apoyo es esencial.
Entre algunas de las motivaciones que componen y hacen a la unión protagonizada por los miembros de un equipo de trabajo, -como se supone es el nuestro- remarco estas:
a-Un plan arquitectónico anual de tareas encaminadas a un fin determinado.
b-Una cúpula o junta que aporte la tarea necesaria para cumplir aquellos objetivos, liderando a través de despertar, promover y articular los entusiasmos, las expectativas, los esfuerzos conjuntos, y la ligazón de algunas ideas-líder que hagan al grueso de la tarea. Esta cúpula actúa pues como la piedra angular o clave de bóveda en la construcción que toda institución necesita. Y también en la edificación que cada ser humano, paralelamente a su Hogar, debe realizar en sí, pues de eso trata el real cambio.
c-Una idea del desarrollo futuro tanto de cada individuo cuanto del grupo.
d-El éxtasis que se da cuando se evidencia la unión solidaria en aquella propuesta, produce un incentivo en el andar de la Institución festejado por todos sus componentes.
e- Aplicado en cada Hogar, institución con perfil personal pero unido a la Gran Institución Madre de DiNaPAM, por el mismo modelo de trabajo y similar meta a alcanzar.
f- A través de Grupos Operativos de Personal, Residentes, o Entrevistas Personales que permiten conducir los vaivenes de cada Hogar y de la Institución Madre a la vez.
Homans en El grupo humano, señala que líder es la persona que más se aproxima a la realización de las normas altamente valoradas por el grupo, dichas normas pueden parecer extrañas, pero si son aceptadas sinceramente por el grupo, el líder debe encarnarlas, y al hacerlo se le otorga el rango de tal y éste atrae a la gente. El líder controla al grupo, pero está más controlado por él que los demás, pues una condición del liderazgo hace que sus acciones y decisiones se conformen más que a los demás a una norma abstracta. Y aquí nos encontramos con el pensamiento de Hersey quien define el liderazgo como: un proceso de influencia en las actividades de un individuo o de un grupo hacia los esfuerzos que apuntan a un objetivo en una situación dada. El objetivo específico tratado en este TIF requiere de la acción de un equipo liderado hacia ese objetivo común. Al hablar de liderazgo en nuestro trabajo específico -en las Residencias de Adultos Mayores – señalamos una metodología de trabajo -gerontológico- que "bajando" desde el Estado Social Articulador que predomina lo interactivo social, sigue su curso a través de la Secretaría Nacional de Niñez Adolescencia y Familia y la Dirección Nacional para Adultos Mayores, para encontrar su eco en toda Dirección de cada Residencia de Adultos Mayores.
Esta organización Institucional de las Residencias de Adultos Mayores coincidiría con el paradigma de Estado Social, según lo citado por Dra. Kirchner A., Vesvessian P. en el Módulo 1: … si las políticas públicas son un modo de articulación entre el Estado y la sociedad, esto significa que tienen la capacidad de modificar las relaciones allí presentes, orientándolas en función de otra composición y reorganizándolas en relación con los grupos sociales. De este modo, podemos afirmar que las políticas públicas son el "Estado en movimiento" o las acciones del Estado puestas en prácticas, pues el Estado no es un espacio pasivo que simplemente recibe las demandas de los diferentes intereses de la sociedad. Si el triunfo del neoliberalismo supuso una creciente fragmentación y atomización de la sociedad es necesario comprender que esas transformaciones fueron posibles en el marco de la implementación de determinadas políticas sociales, donde la fragmentación social se correspondía con la fragmentación y dispersión de las políticas sociales
Lograr ver al grupo institucional como un todo (residentes y personal), unidos en la misma tarea, es el primer paso. Al querer conseguirlo aparece en el camino -desde lo asilar me refiero- la primera piedra que frena: el Poder puesto en manos del residente bascula y sigue siendo siempre el mismo… solo que ha cambiado de lugar. Quizás esto sea una parte de la historia social de la humanidad, pero estamos en la trinchera de un cambio y es necesario tenerlo claro: el cambio de mano del poder establece ese balanceo y aleja por un tiempo de la idea de hacer un Todo Compacto del conjunto de las Residencias de Adultos Mayores.
Se trabaja en las Residencias de Adultos Mayores de la DiNaPAM para arribar, entre otras metas a poder reparar y reconstruir el lar perdido, este conlleva la idea no solo lo edilicio sino también el marco afectivo, las cuestiones referentes a proyectos y entusiasmos por los mismos, y un amor por la vida que incluya el recupero de todo aquello que se siente dejado atrás –en la medida que los residentes son personas con traumáticas pérdidas de sus lugares en el mundo-. Al menos esa parte fundamental, sustento vital del Hombre de todos los tiempos, es la tarea que enfrentamos al accionar para conseguir, lo más posible, la Creación de un Lugar Digno para disfrutar de una Vida, suplantando con ello aquellos depósitos de seres humanos devaluados paradigma globalizado mediante, llamados irónicamente Hogares. Transformar los mal llamados Hogares en Verdaderos Hogares Co-compartidos, donde residentes y personal formen un todo interrelacionado armónicamente, es la Obra que se trata de llevar a cabo desde la actual Dirección Nacional -no como novedad teórico-práctica-, sino con la fuerza que crea un más humano paradigma. Se hace posible así el adherir al dolor de las pérdidas, que se suma a la conciencia de vivir una etapa final de sus vidas, momentos que aportan fuerzas para despedirse en cierta plenitud.
Sin discutir las diferentes interpretaciones semántico-conceptuales de la vejez, en líneas muy generales y tomando en cuenta los diversos grados de salud psicofísica, que van desde la excelencia, hasta el deterioro más invalidante, se hace obvio que todo viejo sufre cierto grado de discapacidad, no solo en comparación a otros, sino también en lo que a su anterior estado funcional psico-físico-social se refiere. Esto deriva en ajustes adecuados a paliar dicho estado. Aún ante el envejecimiento más exitoso, debemos reflexionar que su mismo nombre nos lleva a pensar en un cambio cualitativo y un estadio particular de la vida a la que todos, si la muerte no nos alcanza antes, alguna vez llegaremos. El término Discapacidad resuena a patología, pues se utiliza para signar la diferente capacidad en cuanto negativa, ya que no llamamos discapacitado al que tiene un potencial para algo que excede la media para más. Un niño prodigio puede sufrir de algún grado de discapacidad de adaptación a su entorno social, igual que un genio sabio, sus discapacidades siempre se miden en cuanto minus. Hay dos etapas de discapacidad -o mejor de capacidades autónomas disminuidas- de la que nadie se salva, y que podríamos entonces llamar normales, o por lo menos naturales. Ellas son:
*la expulsión del útero, su arribo al mundo compartido y lo que sigue (de 1 a X años).
**la que preludia la partida de la vida.
Sabemos que los bebés humanos son los únicos que necesitan irremediablemente apoyo y cobijo externo por un tiempo prolongadísimo… comparados con las crías de otros animales. El humano es el único espécimen del reino animal, aparentemente, que puede tomar conciencia de su propia muerte. También toma conciencia que, salvo en caso de morir (accidente, suicidio) a edad temprana, a la muerte precede un intervalo -más o menos largo- de incapacidad y dependencia. Tomando en cuenta lo antedicho, enunciaré tres parámetros que confluyen, a mi entender, para construir nuestra particular predisposición y posibilidad de acercamiento a los viejos.
1-Conciencia que la vejez es un estadio más o menos incapacitante y crea dependencia.
2-Conciencia de que llegaremos a él si no morimos en el intento.
3-Conciencia que este estadio de nuestra vida es el más cercano a nuestra propia muerte.
De cómo podamos elaborar en nuestra interioridad estas vivencias dependerá nuestra manera de envejecer, tanto el cómo trabajaremos con los mayores de quienes somos responsables. Es de hecho comprobable que esta etapa puede provocar discriminación y mal trato, nuestra experiencia indica, y la bibliografía que nos acerca experiencias de otros confirma, que ante el viejo se tienen conductas que pueden definirse en una amplia gama que va desde lo amorosamente continente, al odio violentamente discriminatorio. Lo agresivo puede expresarse como malos tratos verbales, corporales, o formas ladinas de desprecio o aprovechamiento. Lo agresivo podría ser la expresión vindicativa de un alejar los temores a la vejez, el deterioro, la dependencia que implica y la muerte. Dichas agresiones -creo- contienen un ingrediente de venganza contra lo ineludible del Destino que nos aguarda, vehiculizado a través del sufrimiento provocado en la persona del anciano indefenso, donde ha sido depositado. Es decir que atacaríamos en el viejo a la temida vejez, fuera quien fuera esa persona.
Hay otras maneras de sentir al Destino injustamente ensañado con nosotros. Algo avejentados, toda desdicha que nos alcanza nos hace sentir abandonados por una felicidad que resulta parecer patrimonio de otros. Y nos vengaremos en los más viejos si esto es posible, cae de suyo señalar que esto es mas inespecífico, pero aunque no tenga que ver directamente con una reacción negativa frente a la vejez, devenida por lo antedicho, la vida personal insatisfecha de los que trabajamos en salud incide en el trato que le damos a nuestros, digamos, "sujetos de cuidado". Tan amplio resulta el concepto de vida personal insatisfecha, que casi imposible detectarla aún por el propio sujeto-objeto que porta dicha vida, dadas las diferentes formas de vivir y las distintas adaptaciones a cada modelo que toda persona tiene. Pero aún así es posible sospechar -y de hecho lo hacemos- que si alguien transcurre por algún momento particularmente difícil en su vida, esa situación lo hace susceptible de cambios negativos -o positivos- en su conducta laboral habitual. Digo también positivos porque es de observar que si la relación en el entorno de trabajo es gratificante y sólida, tiene un efecto catártico y ayuda a elaborar duelos provenientes de otros territorios de la vida.
Observé que en aquellos Adultos Mayores cuyas vidas habían transcurrido con cierta plenitud que, aunque alejadas siempre de los grandilocuentes sueños adolescentes, habían logrado la sensación interna de no haber desperdiciado mucho de su vida, de haber cumplido con ciertos deseos y arribado a la elaboración de algunos proyectos, de haber logrado ser amados en alguna de las formas del amor que hacen de la vida una carga más aceptable coloreando en tonos agradables los vericuetos que esta tiene, de haber podido utilizar el tiempo concedido de vida de manera que llene más expectativas que frustraciones… estos elementos vividos hacen posible que la percepción de la propia finitud sea menos traumática y temible que lo que acontece en quienes sienten un vacío imposible de concertar con los sueños dejados atrás, y la mediocridad pacífica, tranquila pero descolorida como lo es todo momento que da más seguridad que cualquier movimiento progresivo. Es importante tenerlo en cuenta al acercarse a este tema tan singular y universal.
También es importante el perfil caracterológico del Adultos Mayores forjado a través de cada vida sobre un "molde" hereditario que escapa a una investigación más profunda que la posible en este Trabajo de Integración Final. Aquellos seres que tienden a tener caídas depresivas, a realizar malos duelos ante las crisis vitales, de poner poca pasión en el curso de su existencia, de no tener proyectos entusiastas… son propensos a caer en estados desesperados ante la toma de conciencia de la propia finitud. En tanto que otras personas, de carácter más fuerte y logros en los que jugaron sus fuerzas contra las adversidades para conseguir resultados gratificantes y plenitud vital, están mejor defendidos y aceptan -diría Kubler Ross- con más entereza sus sensaciones y lógicos temores de estar en el último tramo de su sendero vital.
De ahí lo importante de una planificación grupal operativa, ya que se desprende de ello que es deseable que el entorno de trabajo sea gratificante y sólido, siempre. Y el trabajar para que ello sea así, es una de las herramientas más poderosas para neutralizar los malos influjos provenientes del entorno. La formación de un equipo de trabajo en el que por todos los medios se trate de crear vías de comunicación, comprensión, y responsabilidad compartida, y hasta diría buena como para ser periódicamente festejada, es imperiosamente necesario para el desarrollo sano de lo que queremos recrear: una auténtica entidad terapéutica, un Segundo Hogar. Trabajar arduamente en lograr pues que aquel entorno del que hablamos, no es un mero ideal genérico y volátil; en nuestro caso se torna una necesidad imprescindible, pues somos depositarios y cuidadores de personas que nos entregan la fragilidad de sus vidas, que se ha hecho dificultosa o imposible de conducir por ellas mismas, en nuestras manos, para que los ayudemos a vivir con dignidad lo que resta de sus días; y también a morir con la misma dignidad. Dentro de ese ámbito creado para dar fuerza a la comunidad del Hogar, se hace necesario el contacto permanente no solo entre todos los actuantes, residentes y personal, sino una cercana conexión con la fuente de autoridad, actor externo-interno cuyo apoyo es esencial.
Para tratar de lograr algunas metas clásicas en nuestras Residencias de Adultos Mayores no deben olvidarse que: La base de todo grupo existente en la sociedad humana se encuentra en íntima relación con las interconexiones repetidas de sus miembros. A través de el trabajo grupal continuo, ordenado y cotidiano. Grupal se refiere al conjunto Residentes + Personal.
Si bien la imagen de la familia de origen es lo primero que se proyecta en toda organización al constituirse, la real unión de sus miembros es a través de sus interrelaciones. Lo cual es como decir que no puede haber autoridades devengadas de la estructura familiar primaria que no se transformen con el tiempo en relaciones de pares con pares y las desigualdades que se producen entre el grupo de liderazgo y sus seguidores tienen que ver con las normas grupales que hemos señalado y no son una mera continuidad de la autoridad piramidal paterno-infantil. Instaurar el trabajo grupal continuo, ordenado etc.
Todo grupo que intente establecerse y progresar necesita de una estructura de tipo fraterno y democrático. Practicar el trabajo grupal continuo, ordenado y cotidiano.
El líder del grupo será aquél que mejor encarne -con cierta flexibilidad- las normas grupales, y más responsable sea en su cumplimiento, a través de su propio ejemplo comprendiendo, coordinando, apoyando el trabajo grupal continuo, ordenado, etc.
Siendo que el Objetivo Específico a investigar en este TIF fue definido como el estudio de los cambios que se producen en aquella persona que se anima a percibir la muerte propia, y que estamos observando las posibles intervenciones que a lo largo de la vida puede disminuir la angustia ante la finitud, en las RAMs hemos trabajado en aquello citado de manera de instituir un trabajo grupal continuo, ordenado y cotidiano. Grupal se define como la conjunción de Residentes y Personal. Al trabajo descrito antes, incluimos cuando fue necesario entrevistas individuales con fines de aclaración-contención. La tarea en estos casos no está dirigida tanto al tema específico como a la idea terapéutica de: intercambio y entrecruzamiento de historias de vida propias que se trabajan no en la profundidad de un Grupo Terapéutico Tradicional -dado que ni el seguimiento temporal ni lo intentado conseguir no son los mismos-, ha permitido observar a través de casi cinco años de trabajo en cinco Residencias de Adultos Mayores, que el conocer e intercambiar las diferencias de historias vividas, siempre que se trabaje bien, llegan a amenguar la ansiedad hacia el posible próximo fin de la vida; humanizando y tomando conciencia de lo que cada vida trajo de positivo, cada lucha que fuera empeñada con mayor o menor pasión, y que existen muy diversas maneras de encarar el tiempo vital que a cada quien le toca.
En cuanto al trabajo puntual con el Personal, que debe estar bien afirmado en su interior para enfrentar aquellos casos de muerte y/o deterioro final de un residente, con su carga de culpas, impotencia, que serán mayores o menores según la cercanía sentimental hacia el residente en cuestión. Esto ha llevado a revivir duelos por pérdidas personales de familiares o amigos, que abonan el duelo y afectos generados por el residente que ha abandonado la vida. Este trabajo ha tenido de positivo el resultado de una mayor cohesión del equipo, y un mejor ensamble entre ellos en cada caso que hay que trabajar, con una mejor visión de que es un problema que afecta a todos. Esto es: deja de proyectarse la enfermedad y muerte en los residentes y al re-introyectarlos pueden sentirse más cerca entre sí y con los Adultos Mayores a su cuidado.
Conclusiones:
El recorrido a través de diversas bibliografías, principalmente de los Módulos de la Carrera, y el haber adosado a ellas citas traídas desde el arte, leyendas y mitos de todo tiempo y lugar, ha sido para señalar la importancia que en todo ser humano la percepción de su propia muerte trae consigo. He separado en lo posible dicha percepción cuando se trata de pacientes con una enfermedad grave o Terminal, de los residentes que, estando en una Residencias de Adultos Mayores toman conciencia de que esa locación sería la etapa final de su vida. La reacción ante esta toma de conciencia, a grandes rasgos puede dividirse en aquellos que adoptan la actitud pasivo-vencida de esperar la carroza, o de quienes con entereza tratan de llenar asignaturas pendientes que les han quedado en el tintero, o bien continúan con una actividad similar -o no- a la que tuvieran en sus años más mozos. Todo lo estudiado en nuestra Carrera me ha situado en un lugar de mayor comprensión global de la vejez y sus avatares, lo cual redundó en enriquecer el material que durante casi 5 años trabajé en las cinco Residencias de Adultos Mayores en las que coordiné Grupos de Reflexión, de Personal, entrevistas individuales y conviví cercanamente con todo problema Institucional provocado por diversas situaciones.
Dada la dificultad natural de enfrentar un problema como el que encara este TIF, creí que desde un Estado que se ocupe más de su gente gobernada, emanarían con más facilidad ayudas en cuanto a capacitar, educar, apoyar, participar, articular, en fin permitir logros, facilitar las diversas empresas que emprenda la gente, y que esto en suma y a lo largo de los años redundaría en llegar a una vejez más plena y con una balanza donde predomine lo gratificante en lugar de lo frustrante. Abandonar una vida vivida a pleno es menos angustiante que una vacía de sentido. Sin embargo me centré fundamentalmente en lo que se hace en las Residencias de Adultos Mayores, tanto en la búsqueda mía de material de estudio, cuanto en proposiciones que hagan al llenar la vida de esa etapa. Por esta razón si bien no existe un plan maestro que sirva para todos, la descripción de las formas de trabajo de equipo en estas instituciones, me parece algo que se acerca bastante a dar una respuesta con sentido coherente. He utilizado material extraído de los siete módulos señalados, y bibliografía que extraje de ellos. Han sido mi línea conductora en el TIF. La Bibliografía anexa ha sido utilizada para señalar la universalidad del problema de la muerte y su concientización.
La evaluación: Se trata de una actividad programada de reflexión sobre la acción que se lleva a cabo mediante procedimientos sistemáticos de recolección, análisis e interpretación de información, y a través de comparaciones contra parámetros definidos. El propósito es formular juicios valorativos fundamentados y comunicables, sobre los procesos o actividades realizadas, así como sobre los resultados e impactos logrados y emitir recomendaciones para la toma de decisiones que permitan mejorar la acción presente y futura. (Nirenberg et al, 2000).
Debido al absoluto incógnito que la muerte entraña, y las diversas interpretaciones que nos otorgan las creencias religiosas y míticas, no me ha sido posible encontrar aquel plan maestro que comenté al principio, aunque sí diversas formas de alivio y compañía para quienes abordan (residentes y personal) el tema con las dudas y el estoicismo necesarios para ayudar en los pasos finales de la vida de quien, como ser humano, nos hermana en el mismo tren de aquel arcano.
Intervenciones.
En la sociedad de ciencia ficción creada por Aldoux Huxley (Un mundo feliz), se educaba a los niños de temprana edad para que estuvieran en contacto con la vejez y la muerte. Sin llegar a estos extremos, las ideas desarrolladas en este TIF, cuando se habla de contribuciones en las diferentes etapas etarias, tienen que ver con que la percepción de la vejez y la muerte propia no caiga de improviso paralizando o deprimiendo al ser humano objeto de tal percepción. Es ideal y casi de ciencia ficción hacer algo operativo en este sentido, aunque el acercamiento al tema no debiera ser objeto -al menos- del tabú que cerca los contornos temidos de la muerte. Por eso si bien hablo de distintas etapas etarias en que se puede actuar, termino por centrarme en la vejez y especialmente tomando como objeto de estudio a los residentes de las Residencias de Adultos Mayores. Si bien las suertes son variadas y dependen mucho de la constitución y fortaleza del YO por una parte, y del tránsito creativo y más o menos feliz que tuvo cada vida, llegar al fin del camino, y encontrar alivio, compañía y comprensión en los compañeros de residencia y en el personal capacitado para tal cosa, no es poco para que se puedan reestablecer valores sobre lo vivido, rescatar metas y logros abandonados y entregarse -aceptación: última etapa de la mencionada Kubler Ross- a aquello desconocido que enfrentaremos todos en algún momento.
Todo el trabajo pensado y operado en las Residencias de Adultos Mayores tiene ese sentido.
Por eso se necesita que la Institución sea unida por todo ser humano que la constituye, sean residentes o personal. Hay personal de Hogares que culminaron sus vidas siendo residentes del Hogar donde siempre trabajaron… y mejor ejemplo que ese para no separar mediante artificios quiméricos la común humanidad que nos une, sería pernicioso para la Institución y falso para cada integrante del equipo actuante. De esto se trata el repetido mensaje de trabajar practicando un trabajo grupal continuo, ordenado y cotidiano, donde el equipo entretejido con los residentes, sean los que, unidos por el mismo destino, formen un Todo Hermanado Coherentemente.
Programa de Intervención en Residencias de Adultos Mayores
Título:
Trabajo del Equipo Central Interdisciplinario sobre ansiedades provocadas por la Muerte.
(TECIM).
Objetivos.
Sensibilizar y Concientizar del personal en cuanto a la presencia más frecuente -por ser un grupo etário de mayor riesgo vital- de la posibilidad de fallecimiento en cada residente y las reacciones que esto provoca en cada miembro del personal.
Capacitación del personal (cuidadoras y enfermeras en primer lugar, no solo ellas sino que intervenga el resto del personal, pues la capacitación como visión debe alcanzar nivel institucional):
Acerca de los cuidados que deben recibir los residentes en trance de muerte (enfermos terminales), apuntando más que a los cuidados paliativos médicos, un saber hasta cuando llegar en el diálogo con ellos, la necesidad apoyo y de compartir temores, de despedirse de la vida cuando se ha hecho consciente que la muerte es un camino a transitar en poco tiempo. Entendiendo que al no ser la RAM un organismo especializado en estos temas, no obstante atienden casos que, al ser el Hogar su residencia-hogar, quienes enferman desean ser cuidados por allegados del personal.
Acerca de la conmoción que supone toda muerte en la Institución, que crea habitualmente un clima que, si bien será variable según el residente tenga mayor o menor acercamiento afectivo con el resto de sus coetáneos, es siempre pesada y afecta de manera oculta o fácilmente perceptible a todos.
Trabajar siempre poniendo la posibilidad de enfermedades graves y posibles decesos como prioritarios, para que los acontecimientos que tienen que ver con esto no sorprendan, angustien y paralicen, impidiendo acciones adecuadas y perturbando el clima institucional.
Disminuir las tensiones institucionales derivadas de los casos de residentes con graves problemas de salud que por ello o bien porque se evidencia en ellos un deterioro progresivo que alimenta las ansiedades de un fin próximo.
Equipo de trabajo.
Formado por trabajadores de la salud con formación gerontológica y experiencia en coordinación y saber sobre el tema: Médica/o, Psicóloga/o, Trabajador/a Social.
Este equipo (que llamaremos Central o TECIM), coordinará su accionar con los equipos técnicos que cada RAM tiene (que llamaremos Locales). En general las RAMs tienen en sus equipos Médicos, Psicólogos, Trabajadoras Sociales, Terapistas Ocupacionales, lo que permitirá que llegue desde Central el paradigma al que dicha tarea responde, a cada RAM, quienes poseen una identidad y una conformación de sus equipos Técnico Profesionales –Locales- disímiles, por lo que tanto la adaptación al trabajo, como la forma de implementarlo conocerán sendas diversas, siempre sin apartarse de las metas buscadas.
La idea es que el TECIM sea de una interrelación cooperativa e interrelacionada con tal fuerza que se incluya en su denominación a todo equipo de cada RAM.
O sea el TECIM debería sumar = Equipo Central + Equipos Locales.
Esta integración será de gran importancia dado que el trabajo de la DiNaPAM, es óptimo siempre que se consiga la inclusión cercana y activa de los grupos de trabajo de las Residencias de Adultos Mayores dependientes de la Dirección Nacional para Adultos Mayores.
Plan de trabajo.
I).- Grupos de Reflexión de Residentes.
Cuyas motivaciones son lograr una exitosa catarsis, dentro de un marco de tratamiento en el que sobresalga el apoyo y la coordinación con señalamientos dirigidos a lograr comunicación con la mayor reciprocidad posible en ella.
II).- Grupos de Reflexión y Capacitación del Personal.
Con las motivaciones más arriba mencionadas.
III).- Entrevistas individuales con miembros del Personal
En los que se advierta una mayor necesidad de contemplar elementos negativos que hacen a la dificultad de encarar la tarea descrita.
IV).- Entrevistas individuales con los residentes
Que, o bien las pidan, o bien demuestren necesitarlo. Esta necesidad puede derivar tanto de alguna enfermedad invalidante y grave que conlleve un peligro de muerte cercano, o bien sin padecimiento detectable alguno sean víctimas de temores hipocondríacos que impliquen un importante temor a morir.
V).- Evaluación de la salud de la población de residentes.
Con los médicos, trabajadores sociales y psicólogos se procederá a investigar en las historias clínicas, o mejor en la Historia Única cuando esta esté disponible, de todo lo concerniente a cada residente, evaluando sus posibilidades de salud y enfermedades que puedan complicar el pronóstico vital, para saber donde debe centrarse la preocupación y a la vez la ocupación del equipo Local.
VI).- Tareas y Material de apoyo conexos.
El programa puede incluir como "elementos gatillo", la lectura de material científico y comunicaciones de trabajos de la Bibliografía, antropológicos que describan los rituales y enfrentamientos con el tema en distintas culturas y construcciones religiosas; tanto como de material de ficción acorde al tema (P.ej. el cuento La muerte de Iván Illich, de Tolstoi, o partes de la novela El negro del Narcissus, de Conrad). Asimismo la proyección y discusión de películas como Tierra de Sombras, La fuerza del cariño, Providence; etc.
En el trabajo con el personal se agregarán reuniones con temas específicos con la idea de ser expuestos y dialogados con ellos. Un programa alternativo podría contener el material que sigue:
Percepción de la muerte en cada etapa vital. Ansiedades y su elaboración.
1. Introducción explicativa del sentido y finalidad de los encuentros.
2. La percepción de la muerte en el niño. La vida intrauterina y la ausencia de necesidades. El deseo y la necesidad como factores que intervienen en la voluntad de vivir. Las familias y su influencia sobre el manejo de la angustia. Los primeros duelos y sus defensas. Preguntas que los niños se hacen y a veces hacen. Relato sobre la muerte de un niño (Caso de Arminda Aberasturi).
3. Percepción de la muerte del adolescente. El crecimiento y su duelo. Lo que se deja y hacia donde se dirige la vida del sí mismo. Relato y lectura parcial del El guardián en el centeno. De Jerome Salinger.
4. La percepción de la muerte en adultos jóvenes. Los comienzos de la experiencia vital comprometida. Responsabilidades y ansiedades. La guerra y su real irrealidad.
5. Percepción de la muerte en adultos mayores. La edad y los duelos por los cambios. Cambios corporales y percepción del mundo. Cambios fisiológicos del envejecimiento y su repercusión en la percepción vital. El desgaste del stress y los síndromes depresivos. Las defensas orgánicas y su disminución. Consecuencias. Los síndromes geriátricos y su influencia negativa sobre las defensas orgánicas. Importancia de las medidas preventivas en el Adulto Mayor. La Valoración Geriátrica Integral.
6. Enfrentar la muerte. Los cuidados paliativos. El dolor, el deterioro físico y la impotencia generada en los cuidadores del sufriente. Modos de enfrentar los sentimientos y ansiedades despertadas durante su cuidado. El cuidado del Adulto Mayor: especialmente del anciano enfermo, del anciano frágil y del paciente geriátrico.
7. Significados de la muerte en cada etapa etaria. Elaboraciones y defensas.
8. A modo de conclusión: Revisión integral de todos los puntos hechos para evaluación de lo trabajado. Oral y grupal.
9. Bibliografía.
Esta tarea a más de hacer tomar mayor y puntual conciencia del estado de la población residencial, disminuirá la sorpresa ante el agravamiento o muerte de algunos residentes, quienes tienen pocas posibilidades vitales que a veces no son advertidas o tenidas en cuenta. Esto último no por negligencia del personal a cargo, sino por sobre todo debido a la negación que se hace habitualmente -y que es mayor cuanto más querible sea el residente- defendiéndose de la pena por venir.
La idea que una vida plenamente vivida, la reunión de buenos recuerdos y la participación entre los residentes de sus experiencias vitales es una buena manera de prever crisis mayores al acontecer una muerte; en este sentido los Grupos de Encuentro de residentes permiten que este intercambio sea posible.
Las acciones influirán tanto en la relación de los residentes como del personal, siendo estos grupos diferentes en su composición de participantes y en sus motivaciones.
Cronograma de tareas.
Se planificará un accionar para el alcance de la tarea a cada una de las nueve Residencias de Adultos Mayores dependientes de la Dirección Nacional para Adultos Mayores.
La tarea comenzará con la comunicación y coordinación témporo-espacial entre el equipo Central y los equipos Locales del trabajo en esa determinada Residencia.
Luego de una reunión –Central y Locales– en que se intercambiarán los planes y las posibilidades de abordar los temas, se acordará la intervención en días y horas posibles.
El lugar de trabajo desde la primera reunión en más será en la RAM elegida (SUM p.ej.).
El tiempo que se dedique a cada Residencia de Adultos Mayores será de tres meses, con un programa que incluya lo mencionado en el Plan de Trabajo, y con una frecuencia de una vez por semana en reuniones cuyo transcurrir y contenido serán debida y cuidadosamente captados en un Acta de cada reunión, que contendrá las acciones y material surgido de las mismas, y las conclusiones del equipo interviniente que la posterior discusión de lo trabajado aporten.
Los primeros trabajos tienen por objeto la sensibilización y concientización de los problemas derivados del tema, tanto a nivel individual cuanto institucional.
El trabajo con las cuidadoras y enfermeras, quienes son las que más cercanas están de los residentes en su atención personalizada, será de mayor intensidad dado lo antedicho.
La articulación de estos grupos, digamos "de trinchera", con las Trabajadoras Sociales y el resto del Equipo Técnico, será un tema de importancia para lograr la creación de un verdadero Equipo, que pueda ser operativamente continente y a la vez se autocontenga. Esto solo se logra en profundidad con la solidez y la fuerte intercomunicación del equipo.
La importancia de la elaboración de las Actas se hace relevante cuando se busquen en las experiencias, los aportes imprescindibles para perfeccionar en lo posible la forma de trabajar; a más de tener en dicho material un sostén para comunicaciones en seminarios posteriores.
Logros esperados.
La población a beneficiar es toda la que integra las Residencias de Adultos Mayores, involucrando en ella no solo al personal, sino también a los residentes quienes deben sentirse protegidos y cuidados. Cada miembro del personal, integrado en forma de equipo, se puede apoyar en él para su propia contención. Pero fuera de ello deben sentir el apoyo del equipo interdisciplinario que trabaja específicamente el tema, -con quienes estarán en contacto libre- y como un multicírculo benéfico, acogerá en su seno las angustias posibles generadas por el trabajo. Multicírculo se refiere a que así como al caer una piedra en medio de una laguna genera ondas varias, cada una de ellas, nuevamente generada abarca a las demás, si vemos a la piedra que desaparece en las aguas una metáfora del residente con sus angustias de muerte, y las ondas los diversos círculos de contención que señalan, ayudan y despiden al residente en sus últimos momentos.
Que la presencia constante, -como habitualmente se la vive en las Residencias de Adultos Mayores – de la vejez y sus riesgos de enfermedad y muerte sea concientizada y canalizada por el trabajo del Equipo formado al respecto, hacia una vivencia más importante del valor de la vida que se tiene, hacia un mayor aprovechamiento del tiempo y circunstancias vitales de cada uno, haciendo del carpe diem más que una mera frase, una forma de enfrentar esta etapa.
Que el personal unido por el conocimiento y el apoyo que la catarsis y el intercambio entre ellos de las ansiedades, tristezas o temores devenidos de la pérdida de un residente, forme un núcleo que se contenga a sí mismo, y haga del clima Institucional algo más luminoso y sus acciones sobre los Adultos Mayores, un sentimiento que sea vivido como digno ya fortifique el trabajo en sentido de ser tomado seriamente en cuenta.
Que cada residente que en su vida ha terminado en la Institución, perciba de ella un clima y trato eficiente y afectivo donde los peores momentos que pueda tener la desdicha de vivir, sean cercados y amortizado su dolor por un grupo de seres humanos que, sin rehuir a las dificultades de aquello desconocido y temido, cual es su último viaje, lo haga sentir en su Hogar.
Así como los chamanes, que calmaban toda aprehensión y temor ante los sufrimientos ayudando a sus creyentes en su viaje desde la enfermedad hacia la curación y/o la muerte, depositando en este último caso a los acompañados en los pacíficos territorios de la otra vida, algo así, venido desde el fondo de los tiempos, se podría lograr y seguramente, como en aquellos pueblos chamánicos, los actos serían de un alto beneficio en cada ser sufriente a nuestro cargo.
Conclusiones
Siendo que los temores ante la conciencia de la muerte propia, uno de los temas que hemos desarrollado en este Trabajo de Integración Final, son condimento importante y presentes siempre -adormecidos, negados, desplazados, etc.- en toda Residencia de Adultos Mayores, se hace evidente que trabajar en ello es acercarse a un núcleo importante de tendencias que tienden a la disgregación dentro de la Institución.
Así entonces, a más de los objetivos descritos, el trabajar con esta temática, siempre complicada, tendrá como resultado posible la unidad mayor de los equipos tanto como de la Institución Residencia de Adultos Mayores.
Por otra parte el continuo flujo de información, entre lo que hemos denominado solo a los fines descriptivos y ordenadores como: Central y Locales, posiblemente sea beneficioso para lograr mayor unidad entre ambas áreas de trabajo.
Se han mencionado las herramientas humanas que son base imprescindible de todo el sistema de tareas, pero debemos agregar que una Bibliografía adecuada al tema, que contenga además informes sobre experiencias parecidas en otras áreas o países, servirá no solo a los fines de pertrecharse más para afrontar los sucesos señalados, sino para sentirse acompañados en tareas tan trabajosas y agotadoras.
Historias de Vida
Anexo 1.-
A- Historia de vida… Un residente y su cáncer terminal.
En LA., hombre de 65 años, que reside en una de las RAMs de la DiNaPAM se ha descubierto hace un año un Ca. de pulmón avanzado local y con metástasis. La única ayuda a darse es paliativa, descartado todo tratamiento curativo. El ha querido saber de su enfermedad y así se lo hizo saber al equipo de cancerólogos del hospital -de su elección y confianza- al que él acudía aún antes de su incorporación a la RAM. Fue desplazada definitivamente la esperanza. Encarado el tratamiento de psicoterapia de apoyo -con ritmo semanal-, el dolor físico controlado con morfina aplicada con regularidad, en tanto su doloroso penar fue aplacado -más medicación ansiolítica- en lo posible por sesiones cuya finalidad era principalmente traer los recuerdos de espacios físicos y relaciones o anécdotas vividas a lo largo de su vida, que nos fueron guiando hacia la valoración de lo vivido, y la cierta pena por lo perdido. [1]Asignaturas pendientes entraron en este recorrido, que por momentos se asemejaba a la visita a un cuarto donde se acumulaban alusiones de hechos pasados y grabados en su interior, centrados en su vida, que atesoraban una serie de presencias, ausencias, resonancias, nostalgias, trofeos ganados y perdidos… era como la historia de su vida desplegada ante los ojos de ambos, donde de mi parte aportaba el conocimiento de barrios o hechos de épocas de las que éramos contemporáneos, lo cual servía para abrir más y más la espita de sus recuerdos. Lágrimas fluían con frecuencia en estas recorridas pero paulatinamente la necesidad de la negar su muerte se vio reemplazada por una mejor valoración de lo vivido, y hasta cierto afecto a sí mismo por haber conservado el legado paterno de ser fiel a sí mismo en cuanto a honradez sin dobleces y una relación con el mundo con una escasa maldad de su parte.
Anexo 2.
B- Historia de vida… La despedida de un irreverente.
Jugador compulsivo, con una agresividad desafiante y explosiva, cuyas bravatas y provocaciones alternaban con momentos de amistosa entrega al supuesto oponente -en este caso yo como terapeuta de sus momentos finales-. Franco era un hombre de 60 años, había dilapidado su vida entre trasnochadas y sobrecargas de alcohol, cigarrillos, juegos de azar, prostitutas, y otras yerbas parecidas a su persona. Lucía como de más edad, pero mal. Los signos del tiempo remarcados en su piel ajada y cetrina, su cuerpo consumido de por sí ahora evidenciaba con crueldad la marca de la muerte cercana debida a un cáncer de próstata, con metástasis generalizadas. Residente de una RAM, no era muy querido por su tendencia agresiva y su marcado individualismo. Insistió en que se le dijera la verdad sobre su estado, y después de saberla hubo un inesperado y rápido viraje en su comportamiento, siendo más accesible y cercano a todo el que quisiera hablarle. Una suerte de ogro enternecido y que anhelaba un adiós limpio, del cual quería ser merecedor, como lo dijo indirectamente: reconozco ser bastante reo y salvaje, Doc, no sabe cuento hubiera deseado no haberlo sido, seguro que hubiera cosechado más amistades que rivales, algunas mujeres que son como flores, y entre ellas seguro hubiera encontrado algún amor de esos que uno no cree que existen sino en el cine. La idea de haber generado una vida totalmente diferente cuando se siente la muerte cercana es frecuente. A veces se me ha ocurrido que esa es una parte al menos de la base de la religiosa idea de reencarnación -sin intentar discutir la verosimilitud de tal creencia-, pues uno no tiene tiempo cuando se siente cercano a su fin más que para despedirse, quejarse y angustiarse, o rodearse de recuerdos que, si son buenos y dan una suerte de certificado de calidad a la vida vivida, acompañan y tranquilizan… como si fueran buenos amigos que transitan a nuestro lado sin abandonarnos. Pero si son malos dejan una sensación de vacío y soledad muy intensa, que genera un gran desasosiego.
Anexo 3.-
C- Historia de vida… La pérdida de las fantasías de omnipotencia y sus consecuencias.
Residente de 60 años ante el descubrimiento de un linfoma. Esta enfermedad tenía buen pronóstico: su edad que hacía que el avance fuera lento, el tipo de células no muy malignas ni invasivas, los medios de tratamiento, etc.; era de esperarse una sobrevida de aproximadamente 20 años. O sea llegaría a los 80. Este hombre, siempre había sido sano, y tenía un carácter paranoide donde descollaba un alto autoconcepto de sí mismo, sintiéndose una suerte de superman. Había incursionado en negocios, con una vida familiar que se podría catalogar de comúnmente normal, y una vida tras bambalinas que el comercio –venta de jeans- ayudaba a tener, con intercambios de prendas por favores sexuales. Esa actitud la había catalogado interiormente como de donjuanismo. Bien, la reacción ante una enfermedad con las características descritas fue de una terrible depresión -a él no le podía pasar esto porque era HeMan, y además no era justo que le pasara a alguien como él…-y un fuerte rechazo a toda lógica acerca del buen pronóstico. Confrontado en grupo, perdió ante sus compañeros un valor que él creía tener, se separó del grupo y murió al año. La pérdida de una imagen omnipotente que tenía de sí mismo y creía haber generado creo que empeoró el linfoma y aceleró su fin.
Anexo 4.-
D.- Historia de vida… Amores Viejos.
Pepe (a) el saeta, hombre de 78 años, músico, de vida afectiva aventurera y bohemia, al decaer físicamente con achaques propios de la edad, vio minada su fértil fantasía de ser un Don Juan exitoso cuando en la lidia por conquistar a una mujer joven y coqueta, ésta elige a un rival de amores suyo. Esta persona, de menor saber musical y -diríamos- vital, pero con el fresco atractivo de su joven persona. La mujer a conquistar deja de lado al saeta, quien describe con esta trágica imagen: …ésa noche habíamos quedado en salir con promesas de intimidad deseada, cuando la voy a buscar a su casa me encuentro con una negativa ingenua (dijo sentirse cansada y estaba vestida como para salir con tutti), y ya barruntando algo malo, me planté en la esquina espiando detrás de un árbol, cosa que imagínate a mi edad y con mi "fixture" me hizo sentir muy mal… pero no pude con mis celos. Al rato la veo salir y encontrarse con ése pendejo imberbe y boludón… y se fueron agarraditos cual tórtolos después de darse un soberano beso grado 4. Se me partió el corazón y no me puedo sacar de la cabeza, desde esa noche, a los dos alejándose y yo boquiabierto mirando cual idiota. A partir de este episodio Pepe dejó de cantar y tocar su guitarra en el boliche donde trabajaba y se fue sumiendo en una tristeza cada vez más profunda que se agravó cuando su clínico le recomendó comer sin sal. Sin elementos de gravedad hallados en sus exámenes clínicos, se instaló una depresión reactiva. Su colorida vida, había terminado, ya no sería más el Frank Sinatra -con quien siempre se identificaba- y las conquistas femeninas serían trofeos de otros. Así lo vivió, y así la vida en él se apagó en menos de un año, pese a toda ayuda. La vida bohemia, cargada de erotismo y maniobras de seducción exitosas lo habían sostenido dotándolo de una orgullosa estatura, común en la gente "de la noche". El sintió un principio del fin de una vida que dejó de serlo -antes de dejar la sal prefiero morir, había dicho proyectando en la sal su crisis- y se refería a su estilo de vida. Creo que tuvo una dramática percepción de su finitud, y no tuvo fuerzas ni ganas de reparar su frustración.
Anexo 5.-
E-Crónica de un final largamente anunciado.
Todo el material que paso a relatar fue desplegado a través de la participación de Luis en el Grupo de Reflexión de Residentes y las entrevistas individuales que les fueran dadas para ayudarlo en la elaboración de su dolor. Luis, internado en la RAMs al mismo tiempo que Sara, su mujer, había vivido una vida aceptable para sí dentro de los límites de la franja socioeconómica de clase media a la que pertenecía. La sumatoria de una estafa una mala relación con su hijo mayor, han contribuido con ello a un desorden vital, que de económico se transformó en un severo ACV en Sara que fuera seguida por Luis hacia una severa colagenopatía (funcionaron como pareja simbiótica). El hecho fue que ambos, con desiguales gravedades, fueron ingresados en una RAM con diagnóstico reservado y pobreza extrema. Al tiempo que actué terapéuticamente con él -ella resultó de imposible ligazón- fallece Sara y Luis incrementa su depresión, apareciendo un intenso temor a la propia muerte a la vez que se agrava su cuadro clínico y fallece en pocos meses por un cáncer de próstata. En cuanto al trabajo que construimos en este TIF, podríamos decir que la propia finitud fue deseada por Luis al morir Sara, nunca superó el estado depresivo en que se había hundido junto con sus miedos a la propia muerte, que estuvieron intrincadamente unidos. Su vida giraba en torno a la existencia de lo que quedaba de Sara en tanto deseos de compartir sus vidas, y cuidarla fue su ocupación… y la más frustrante por la impotencia que le generaba. Intervención: Grupo de Reflexión (de A.M.), y de cuidadoras y enfermeras quienes trabajaron en equipo coordinado para tratarlo y morigerar la frustración engendrada por la impotencia. Si bien en este caso pudo más la pulsión de muerte y el deseo de irse junto a Sara, la forma de trabajo y la estructura creada -equipo descrito-, constituyen creo, la manera más efectiva de luchar contra la muerte. La reacción ante la pérdida de la motivación vital está en toda crisis, y la etapa de la vejez, por las limitaciones funcionales y la dependencia que acarrea, son factores que sumados a la fortaleza yoica, suman o restan posibilidades en los AM, con mucha mayor frecuencia que en cualquier otra etapa etaria. Paralelamente la percepción de la propia finitud se hace más evidente y se colorea muchas veces de una trágica negativa a continuar la vida.
Bibliografía
De los Módulos de la Carrera de Especialización (*).
1- Dra. Kirchner, A.; Lic. Vessvessian, P. (2007). Módulo 1: Políticas sociales. Carrera de Especialización en Gerontología Comunitaria e Institucional. Univ. Nac. de M. del P. / MDS.
Velazquez, M. C. Clase presentación de la materia Política Sociales.
Alonso, L.: Ciudadanía, sociedad del trabajo y Estado de Bienestar:, Ed. Pablo Iglesias, Madrid.
Borón, A.: Estado, Capitalismo y democracia en América Latina, Oficina de Publicaciones del CBC. Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires, 1997.
Fernandez, O. Los avatares de la noción de sociedad civil, Boletín Electoral Latinoamericano No. XVII, enero-junio 1997 pp. 79-96.
Kirchner, A. M.: Discurso en el Congreso del CLAD bajo el nombre de Combatiendo la Pobreza junto a la Sociedad Civil, Panamá, 2003.
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |