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Raíces pedagógicas-filosóficas de Cuba-Venezuela (página 2)

Enviado por Alba Loaces Ramos


Partes: 1, 2

Al incremento de la producción material, y por consiguiente del comercio, le sirve de sustentación la abundante y barata mano de obra esclava y semiesclava, tanto africana como autóctona.

Todo lo anterior debe tomarse como cimiento sobre el cual surgen productores y comerciantes que resultan ser la célula de una balbuceante burguesía.

A esto debe agregarse el malsano y peor intencionado ingrediente de la incipiente penetración del capital foráneo.

En el ámbito cultural, con incidencia en la vida de la "América mestiza" a todo lo largo del siglo XIX, se aglutinan dos grandes partidos filosóficos: los escolásticos y los defensores de ideas modernas, a los cuales los une un cordón umbilical que los agrupa y cohesiona en contra de la filosofía dogmática y religiosa.

También en ese campo se pone de manifiesto la heterodoxia, unas veces expresada en diversidad de posiciones pero con un cuerpo inalterable de conceptos básicos y ortodoxos, como por ejemplo entre los escolastas; y en otras oportunidades con conceptos filosóficos que divergen en sus posiciones originarias respecto a la mundivisión.

Aunque la Iglesia Católica, Apostólica y Romana monopoliza la educación escolarizada, institucional, sobre la base filosófica de la escolástica, no logró mantener la unidad monolítica que frecuentemente se le atribuye.

El escolasticismo en América, al igual que en otros continentes, tenía diversos matices a la hora de ser aplicado por diferentes órdenes religiosas católicas.

El tomismo, por ejemplo, comenzó por modificar la interpretación agustiniana del dogma religioso; San Agustín (354-430), obispo de la ciudad de Hipona había adaptado las ideas del filósofo griego Platón (429-348.347 a.n.e.) y del movimiento neoplatónico.

Tomás de Aquino (1225-1274) efectuó una reelaboración de la teología y para ello se basó en la doctrina del Estagirita.

Una segunda interpretación de la filosofía escolástica fue la sostenida por Juan Duns Escoto (1266-1308), teólogo escocés, franciscano, que procuraba separar a la filosofía de la teología y defendió el criterio de la imposibilidad de una fundamentación racionalista de la creación del Universo a partir de la nada, como sostenían los defensores del dogma del surgimiento de lo existente por causa de la voluntad de Dios.

El criterio escotista tuvo distinguidos seguidores, casi cinco siglos después, en América.

La tercera interpretación teológica prevaleciente y sostenida por la Compañía de Jesús, fue el suarismo, tendencia que defendió el criterio de la supremacía de la Iglesia sobre el Estado y el derecho de la institución religiosa a educar de acuerdo con sus dogmas y sin ningún control estatal.

Es de destacar que el suarismo entendía que la autoridad provenía de Dios y había sido dada a la Iglesia, por lo que esta interpretación sirvió de sustentación a la lucha entre el papado y los jesuitas por una parte y el rey español por la otra, lo que desembocó en la expulsión de esta orden religiosa de todas las posesiones españolas decretadas por el monarca hispano Carlos III en 1767.

Enfrentados con estas tres versiones escolásticas, unidas por elementos religiosos sustanciales, se encontraban diversas posiciones que influyeron y determinaron sobre los cambios en el campo cultural y particularmente en el educacional.

Una de ellas fue la Ilustración, corriente socio-política y cultural surgida en Europa en el siglo dieciocho, cuya pretensión teórica era modificar las costumbres, mejorar la vida y erradicar defectos existentes en la sociedad, introducir bienestar y justicia, así como conocimientos con basamentos científicos, en resumen, combatir los males sociales comenzando por eliminar la ignorancia de las masas. Para lograr sus objetivos, los ilustradores comprendían que era necesario enfrentar decididamente la ideología feudo clerical, la Iglesia y los métodos escolásticos de pensamiento y enseñanza.

Depositaban una gran confianza en las posibilidades de razonar, pensar, discurrir, de cada ser humano y en el valor que esto tiene para educar a las generaciones que debían emprender el desarrollo capitalista de las repúblicas americanas.

Otra fuerte tendencia que se enfrentó a la escolástica y que llegó a tener una trascendente presencia en el continente es el positivismo.

Esta corriente filosófica idealista fue una de las mas difundidas y en el orden de la cognoscibilidad del mundo parte de considerar como metafísico a todo el conocimiento que no pueda ser comprobado, verificado, por la vía experimental: afirma que la fuente única del saber es la experiencia, que sólo se puede llegar a un certero dominio de la verdad mediante las ciencias empíricas; concede una importante función a las ciencias en el camino por la consecución de la transformación de la sociedad asignando un papel protagónico a la sociología.

Esta tendencia tiene un destacado lugar en la lucha contra el escolasticismo filosófico y educacional aunque tampoco mantiene una unidad inalterable.

En la mitad inicial del siglo diecinueve la preponderancia, de forma general, corresponde al positivismo de Augusto Comte (1798-1857) quien propugnaba una clasificación histórica del conocimiento cuyos exponentes son las fases teológica, metafísica y positiva las que según él, se corresponden con diferentes tipos de mundivisión.

En su criterio la etapa positiva equivale al momento social de dominio de las ciencias por parte de las huestes burguesas.

Admitía como único medio apropiado para el progreso económico, social y cultural al régimen capitalista por lo cual defendía que esta formación económico-social era el resultado final del saber científico.

En México se destacó dentro de la tendencia comtiana, no sin introducir modificaciones, el distinguido educador Gabino Barreda (1818-1881) quien fuera, en París, alumno de Augusto Comte.

Dentro del positivismo descuellan igualmente, pero en la mitad final del siglo, los seguidores de Herbert Spencer (1820-1903), filósofo y sociólogo británico, portavoz de la burguesía liberal en los momentos en que el capitalismo abortaba su más feroz y antihumana etapa: el imperialismo.

Spencer escribió la "Teoría orgánica de la sociedad" en la que equipara a ésta y sus clases, con los sistemas de órganos del ser humano para justificar el enfoque biológico de la sociedad burguesa.

Un renombrado seguidor del spencerianismo fue el educador mexicano Justo Sierra Méndez (1848-1912).

Los partidarios del positivismo en Hispanoamérica no siempre fueron del grupo de los que "repiten como papagayos" sino que existieron grandes hombres que adecuaron sus ideas filosóficas y pedagógicas a las condiciones del Nuevo Mundo.

Entre las Corrientes que se enfrentaron en América al bloque clérigo-feudal de la escolástica se encuentra en un importante lugar el krausismo cuyo creador fue el germano Karl Friedrich Krause (1781-1832) quien aspiraba a ubicar su pensamiento fuera de los extremos idealistas y materialistas y a acercar a los hombres para unirlos en una plataforma de hermandad y amor con basamentos religiosos.

Krause fue defensor de la doctrina del "derecho natural" concebido en términos similares a las revoluciones burguesas de los siglos XVII y XVIII en el sentido de rechazo al feudalismo y de la alianza universal de los pueblos.

También influyó de manera notable en casi toda América Latina el filósofo francés Víctor Cousin (1792-1867) con la corriente denominada eclecticismo. Partía de la afirmación de que se puede crear un sistema filosófico teniendo en cuenta las "verdades" elegidas o seleccionadas de distintas doctrinas.

Trataba Cousin de lograr una conciliación entre filosofía y religión, rememorando viejos intentos de muchos pensadores.

Esta era "grosso modo", la base filosófica general que sostenía el panorama educacional hispanoamericano al producirse el hecho político, cultural y educacional más trascendente del siglo XIX en América: la independencia.

Las ideas de independencia y democracia sobre bases de desarrollo capitalista enarboladas por la revolución democrática-burguesa de las trece colonias inglesas de la parte norte del Nuevo Mundo en 1776, asi como los conceptos básicos de libertad, igualdad y fraternidad que sirvieron de estandarte político a la gran Revolución Francesa de 1789, fueron los principales fundamentos que formaron parte del surgimiento de las ideas políticas que comenzaron a tener la mayor preponderancia entre los próceres americanos. Los conceptos que sustentaban al modo de vida europeo contemporáneo en el final del siglo XVIII e inicio del XIX lograron una presencia, con diferentes grados, en países que se vieron sometidos a la dominación británica e igualmente en los territorios ocupados y controlados por España y Portugal, pues estas dos potencias colonialistas fueron invadidas por las huestes napoleónicas a partir de 1807. En el orden de las tendencias políticas predominantes en el panorama continental se fortaleció un cuerpo de ideas sobre la igualdad de derechos que sirve como fuente directa de inspiración a los precursores y ejecutores de la emancipación de los pueblos americanos.

Sin embargo, la emancipación política de la América continental hispano-americana comienza en 1810 y culmina, en esa etapa, en 1824.

Las nuevas repúblicas, resultantes de la lucha independentista de los pueblos y sus grandes hombres, nacen con una muy débil economía y con una superestructura dependiente contra la cual había que continuar combatiendo.

Aunque el independentismo adquirió una fuerza que resultó arrolladora, se mantuvieron vigentes, con intensidades diferentes, las posiciones reformistas, autonomistas, monárquicas y anexionistas. El criterio de independencia política predominante al iniciarse la segunda década del siglo diecinueve estaba íntimamente vinculado al propósito cultural de lograr la emancipación mental, de obtener la libertad de originalidad intelectual.

Agrupados en torno a la lucha por este objetivo se encontraban destacadas figuras que disentían en cuanto a las fuentes de obtención de las vías adecuadas.Generalmente, existió unanimidad, al menos mayoría abrumadora, respecto a la posición de rechazo al feudalismo como formación económico-social predominante en España y que resultaba columna fundamental del sistema colonial.

Existió una notable y trascendente diferencia entre los partidarios de la originalidad en el camino a seguir para lograr los sustanciosos cambios políticos y culturales en la etapa posterior a la independencia y los proclives a la más o menos burda imitación de modelos de los polos europeos y norteamericano.

Uno de los más firmes y decididos defensores de la originalidad americana fue el maestro de maestros, el venezolano Simón Rodríguez (1771-1854), quien alertó sobre este particular cuando afirmó:

"… iCuidado! no sea que… por la manía de imitar servilmente a las naciones cultas venga la América a hacer el papel de vieja, en su infancia."

Teniendo como base filosófica las ya expuestas y poniendo en práctica los objetivos explicados de acuerdo con los intereses y características particulares en cada país, los educadores americanos emprenden la significativa y trascendental revolución educacional que tiene lugar en la América mestiza a todo lo largo del siglo XIX a partir de la obtención de la independencia.

Aunque muchos historiadores de la enseñanza americana utilizan profusamente el término reforma para calificar, por separado, la acción de los grandes educadores continentales, no resulta difícil fundamentar el concepto de revolución educacional si se atiende a que todas las acciones van encaminadas a facilitar y precipitar el tránsito hacia una enseñanza que responda a los intereses de la nueva clase; a propiciar radicales modificaciones en el alcance y desarrollo cualitativo de la enseñanza; a lograr la creación de premisas científico-técnicas y a la aplicación de métodos y la utilización de medios que den paso a la nueva cultura; todo lo anterior fundamentado en un participación de las masas en la enseñanza cuya amplitud desde luego, esta determinada por los intereses concretos del desarrollo de cada región o país.

América Latina busca en la actualidad su identidad cultural .Esta se encuentra en las raíces históricas y culturales de nuestros pueblos. Por ellas llegaremos a la necesaria unidad, sueño de Bolívar y de Martí.

El hombre del 2000 esta actualmente en las aulas, por lo que la labor del maestro se enaltece en estos tiempos y se hacen realidad las predicas de unidad de los grandes hombres de la historia de Latinoamérica que defendían la valoración del maestro, el reconocimiento social y la lucha por la educación se tornara un derecho y deber de cada hombre.

Félix Varela y Morales

Félix Varela (1788-1853), filósofo y sacerdote cubano. Nacido en La Habana, fue profesor de la primera universidad de Cuba. Se opuso al escolasticismo imperante en el ambiente filosófico de su tiempo e introdujo la filosofía cartesiana y empirista de John Locke y Étienne Bonnot de Condillac. En sus Instituciones de filosofía ecléctica (2 volúmenes, 1812), Varela propone un tipo peculiar de filosofía que denomina 'filosofía ecléctica'. Este tipo de filosofía debe estar fundamentada en la razón y en la experiencia, que son las únicas fuentes adecuadas del conocimiento. Varela pensaba que la elevación debe estar libre de los abusos de una razón que no esté fundamentada de la forma apropiada. Los primeros esfuerzos de Félix Varela y Morales por transformar la educación en el siglo XIX encontraron a su paso las barreras de la rutina del escolasticismo, pero su método explicativo y científico fue una de las mejores armas esgrimidas en la lucha contra la enseñanza memorística y dogmática impuesta por la iglesia católica; y desde entonces comenzaron sus aportes pedagógicos.

Para quien dijo que:

"…la gloria de un maestro es hablar por la boca de sus discípulos…"

El amor por la enseñanza encontró fuerzas que lo llevaron a ser el primero en utilizar la lengua española en vez del latín, y reformar los esfuerzos en Cuba acorde con las ciencias modernas.

Los mencionados procedimientos metodológicos, aplicados miméticamente a un alumnado con evidentes diferencias socio ambiental, no fructificaron; en contraposición, el modelo autóctono, no clasista, concebido en armonía con el entorno sociocultural, inauguró las bases de nuestra pedagogía:

El pensamiento pedagógico vareliano se constituye, a diferencia de sus predecesores metropolitanos y americanos, en un verdadero sistema filosófico. Mientras aquellos introducen su reflexión acerca de la enseñanza en textos dispersos o en proyectos que tienen una destinación puntual, el discurso pedagógico de Félix Varela forma parte de una reflexión cuya coherencia se funda en una teoría general del conocimiento y de la ética.

Las coincidencias y el distanciamiento en los procedimientos tácticos de la escuela del maestro, con los métodos europeos, se pueden apreciar en el contenido de la filosofía electiva, que toma como norma la razón y la experiencia, aprender de todas y no adherirse con pertinencia a ninguna.

La concepción pedagógica de Pestalozzi, seguidor de Juan Jacobo Rousseau, coincide con Félix Varela en la experiencia y se distancia de la intuición, pero el cubano prefiere la razón, vio en la educación, la esperanza y el porvenir de la Patria, y no se equivocó.

Con razón José de la Luz y Caballero lo denominó como:

"…el primero que nos enseñó a pensar…"

Después de casi tres siglos el desarrollo educacional cubano demuestra la valía de su legado pedagógico.

"…Educar es conducir al hombre desde que nace, siguiendo los pasos de la naturaleza, enseñándoles a combinar sus ideas…"

"La educación, pues, forma el buen juicio y en consecuencia ella es la fuente abundante de los bienes de la sociedad".

En las ideas de Félix Varela sobre la educación encontramos excelentes recomendaciones para la formación de nuestros hijos:

"…Hablemos el lenguaje de los niños y ellos nos entenderán…"

"…El gran secreto de manejar la juventud sacando partido de sus talentos y buenas disposiciones, consiste en estudiar el carácter individual de cada joven y arreglar por él nuestra conducta…"

Muy útiles y de gran aplicación resultan hoy sus apuntes relacionados con la formación moral y cívica de los jóvenes, siendo el autor del primer texto sobre las lecciones de este tema. Lo más relevante de sus escritos literarios y filosóficos se encuentra en Las cartas a Elpidio, obra de contenidos moral y educativo, destinada a la juventud de la patria, reconocida como antecedente de la amena y formativa revista martiana La Edad de Oro, dedicada a llevar a los niños y niñas de América los paradigmas sociales y científicos de la creación humana, constituyen una didáctica y obligada obra de consulta para los pedagogos cubanos que retoman sus mensajes acerca de la educación de la niñez y la juventud.

Consecuentemente con su honesta fe religiosa y, al mismo tiempo con su pensamiento científico, Félix Varela nos indicó el camino de la reflexión y la realidad cambiante para ejercitar la razón y lograr el entendimiento.

Tal y como alertara:

"…el aprender de memoria es el mayor de los absurdos…"

Así lo reconoce el Sistema de Educación cubano, que aplica también sus experiencias en cuanto:

"…el hombre aprende más por sus propias observaciones que por las ajenas…"

Iniciador en Cuba de la enseñanza experimental de la Física y la Química, hizo también recomendaciones en cuanto al estudio de las Bellas Artes, y en particular de la música y la pintura que hoy tiene en cuenta nuestro gobierno con la creación de las escuelas para formar a técnicos y profesionales en el mundo de las diferentes artes.

Planteó que la educación popular debía tener un sentido social profundo; debía trabajar valores éticos pues comprendió que había que desarrollar los sentimientos, las convicciones y los valores porque sin ellos no habría libertad ni independencia.

En las ideas patrióticas de Félix Varela y Morales así como su obra educativa por excelencia se encuentran las raíces de la Educación y la Ideología cubana actual.

José de la Luz y Caballero

José de la Luz y Caballero (1800-1862), filósofo y pedagogo cubano. Fundó el Colegio de El Salvador de La Habana, ciudad donde nació y murió, y fue un modernizador del pensamiento latinoamericano. En su actividad filosófica se opuso al escolasticismo reinante en la tradición filosófica cubana de su tiempo, en línea con el ideario de Félix Varela. Fue uno de los hombres de ética y moralidad más pura y elevada que América ha producido. Es esta cualidad la que le reserva su lugar entre los escritores más destacado de Cuba, no su habilidad literaria o gramatical.

La pedagogía fue la labor a la que dedicó su vida, no la escritura. Sin embargo, dado el caso de defender una tesis filosófica o una crítica literaria fue capaz de dejar sordo a varios. Colaboró con artículos en las publicaciones del momento. Escribió libros de texto, efectuó traducciones, estudió en el Seminario de San Carlos. A los 24 años de edad ejercía la cátedra de Filosofía. Por cinco años viajó por los Estados Unidos donde tuvo la oportunidad de conocer a los escritores más destacados. Vuelve a viajar a Europa más tarde y a su regreso dedica el resto de su vida a la enseñanza en el Colegio del Salvador.

Sus críticos han coincidido en su mayoría en que fue un hombre de extraordinaria inteligencia quien dedicó toda su vida al servicio y bienestar de Cuba y de la humanidad.

En un artículo del destacado intelectual y político cubano, Carlos Rafael Rodríguez, titulado José de la Luz y Caballero y publicado en la Revista Fundamentos, No. 69, La Habana, julio de 1947, señaló sobre su figura:

"…Don Pepe, menos militante que Agramonte y Martí, más ponderado que Varela, tiene, sin embargo, un sitio entre nosotros. No podemos aprovechar de él los ejemplos de audacia que nos dejó Varela, ni la firme veta antirracista de Martí. Pero hay en toda su existencia la marca del decoro y la dignidad patriótica. Su cubanía es firme… "

Muchos años después en un acto de clausura por el 250 aniversario de la fundación de la Universidad de La Habana, celebrado el 10 de enero de 1978, Carlos Rafael Rodríguez volvió a referirse a él, en los siguientes términos:

"…Luz y Caballero, cauteloso en política, reformista en sus posiciones, conservador en lo social, es, sin embargo, radical dentro de su tiempo en el terreno de la educación y en su base ideológica y filosófica…"

Famoso por su pensamiento, conducta cívica, discursos académicos, escritos y también por sus aforismos:

"…Callen personas cuando hablen pueblos…"

"…Educar no es dar carrera para vivir, sino templar el alma para la vida…"

"…Ay de la juventud si no siente el estudio como una religión…"

Agregar a modo de conclusión de este comentario las siguientes palabras sobre José de la Luz y Caballero, expresadas por José Martí en uno de los tantos escritos que hiciera sobre la vida y obra del fundador del colegio El Salvador:

"…Murió hace años en La Habana un hombre augusto. Él había dado a su patria toda la paciencia de su mansedumbre, todo el vigor de su raciocinio, toda la resignación de su esperanza. También iba allí un pueblo a consagrar un cadáver…"

"…Los niños se agrupaban a las puertas de aquel colegio inolvidable; los hombres lloraron sobre el cadáver del maestro: la generación que ha nacido siente en su frente el beso paternal del sabio José de la Luz y Caballero…"

José Martí

José Martí (1853-1895), síntesis acabada y particular de lo mejor de la cultura universal y nacional de su tiempo, se encuentra, aunque en juicios dispersos, las soluciones más maduras y transcendentes. No hay dudas de que Martí estuvo al tanto de las transformaciones que en el plano teórico y práctico se producían en la educación y la escuela, y más aún, supo ver con ojo crítico lo positivo y lo negativo que traían los nuevos aires cienticifistas, positivistas y pragmáticos de fines de su siglo. En un artículo publicado en el periódico La América, de Nueva York, en 1873, y que se titula " Educación Científica", el ilustre cubano escribe: "De todas partes se eleva un clamor, no bien definido acaso, ni reducido a proposiciones concretas, pero ya alto, importante y unánime; de todas partes se pide urgentemente la educación científica

"…los hombres se han agrupado en dos campos, por un lado los acomodados y tranquilos, seguros de goces nobles y plácidos, que les dan derecho a amar fervientemente el griego y el latín (…); en el otro los que quieren libertar a los suyos de los azares de venir a trabajar en los talleres del siglo XIX con los útiles rudimentarios e imperfectos del siglo XVI…"

Es evidente que José Martí capta la euforia cienticifista del momento y se afilia entre los que defienden la enseñanza científica, natural, no libresca, práctica, creativa, pública y organizada sobre la base de las nuevas técnicas y oficios de la industria naciente. Esta era en su criterio la educación que más necesitaban los pueblos de América: "Al nuevo Mundo corresponde la Universidad Nueva", el apóstol cubano también aclara, aunque con menos énfasis en este texto, que esta nueva educación debe darse "sin merma de los elementos espirituales".

En efecto, para Martí esa nueva educación no tenía porqué negar la formación humanista, pero entendiendo por lo humano algo bien diferente al humanismo clásico tradicional sobrecargado de teología, metafísica y literatura.

Para José Martí, la nueva concepción del papel de la ciencia dentro de la sociedad y de la enseñanza en particular, encierra un nuevo humanismo.

"…Las escuelas de artes y oficios –señala ayudan a resolver el problema humano, que se establece ahora con datos nuevos, desde que van faltando aquellos árboles antiguos, monarquía e Iglesia, bajo cuyas ramas tenían cómoda vida tantos hombres…"

"…La felicidad general de un pueblo descansa en la independencia individual de sus habitantes, y esta independencia la obtienen los hombres cuando estudian conocimientos prácticos, útiles, que pueden asegurar a los que los poseen por ser constante el consumo de lo que producen una existencia holgada…"

El conocimiento de un oficio, de un arte, según José Martí, garantizaba al hombre independencia personal y dignidad pública.

"…ventajas físicas, mentales y morales, vienen del trabajo manual, el ocio corrompe y envilece, depaupera, con el trabajo el hombre crece…"

Como vemos, dentro del entusiasmo martiano por las ciencias, por la educación pragmática y positivista, bulle una preocupación esencial: la educación debe ayudar a que se realice lo mejor del hombre, sus cualidades morales. Pero va mucho más allá Martí cuando escribe, en ese ensayo subyugante por lo apasionado, vibrante y profundo de su estilo que es el Prólogo al poema del Niágara:

"…Ni la originalidad literaria cabe, ni la libertad política subsiste mientras no se asegure la libertad espiritual. El primer trabajo del hombre es reconquistarse. Urge devolver los hombres a sí mismos; urge sacarlos del mal gobierno de la convención que sofoca o envenena sus sentimientos, acelera el despertar de sus sentidos, y recarga su inteligencia con un caudal pernicioso, ajeno, frío y falso. Sólo lo directo es poderoso…"

Una de las expresiones más elocuentes de Martí para captar las esencias más hondas de su tiempo latinoamericano, aparece en su texto Respeto a Nuestra

América, cuando afirma:

"…nuestra América de hoy, heroica y trabajadora a la vez, franca y vigilante, va con Bolívar de un brazo y Herbet Spencer de otro…"

Con estos dos símbolos nos da Martí las claves de la época: libertad y ciencia. Estas son, señala con optimismo.

"…las llaves maestras que han abierto las puertas por donde entran los hombres a torrentes, enamorados del mundo venidero…"

El vínculo imprescindible entre ciencia y libertad para José Martí era la educación. Pero una educación nueva, que no sea "mera instrucción" o "morosa enseñanza de modo de leer y escribir", sino:

"…una educación que ponga rieles a esta máquina encendida y humeante que ya viene rugiendo por la selva, como que trae en sus entrañas los dolores reales e innecesarios de millones de hombres…"

Abarcador, amplio, múltiple y totalizador, es el concepto de educación de José Martí. A su mirada no escapa ningún ángulo del problema, ni económico, ni científico, ni social, ni humano; pero sobre todo, en su ideario destaca el valor político de la educación; es a través de ella que se capacitarán los pueblos latinoamericanos para ejercer un gobierno inteligente sobre sus destinos.

No podía el pensamiento cubano de siglo XIX haber arribado a un paradigma de educación más completo y progresista. El siglo XX contaba entonces con una herencia ideológica genuina, de fuerte proyección revolucionaria, independentista, científica y humanista, para crear un nuevo hombre y transformar la sociedad cubana.

José Martí plasmo sobre la educación:

"…Educar es depositar en cada hombre toda la obra humana que le ha antecedido, es hacer de cada hombre resumen del mundo viviente hasta el día en que vive y es ponerlo a nivel de su tiempo para que flote sobre él y no dejarlo debajo de su tiempo, con lo que no podrá salir a flote, es preparar al hombre para la vida… "

Fidel Castro Ruz

El siglo XXI no puede prescindir de una plataforma filosófica que le sirva de faro para orientar su rumbo hacia el tipo de hombre que se requiere preparar, para asumir con éxito los retos de la realidad que impone la vida actual y futura.

La concepción pedagógica cubana tiene un carácter martiano y marxista- leninista, donde:

""…la combinación del estudio y el trabajo, variante fundamental del principio de vincular la teoría con la práctica, la escuela con la vida y la enseñanza con la producción constituye una posición básica, esencial de nuestro sistema de educación…"" (Fidel Castro Ruz), aprobado por el Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba.

La combinación del estudio con el trabajo es una de las condiciones esenciales previas para el desarrollo integral de la personalidad.

Fidel Castro en una entrevista con E.F.E salida en el Granma 1985-2-21, plantea:

"…Hay enormes potencialidades por desarrollar una riqueza intelectual humana infinita, que tienen el reto de un futuro por conquistar…"

En función de ese futuro se ha venido trabajando en los países de América Latina actualmente, donde el estudio social de la ciencia es una necesidad más que probada, lo vemos en los jóvenes que estudian en Cuba, medicina, estomatología, se perfeccionan en su saber educativo teniendo en cuenta que han de llevar a su pueblo su historia autóctona, su identidad, su cultura.

Cuba y Venezuela mantienen un intercambio: ciencia y tecnología procurando un mayor saber sin que de forma inmediata se satisfaga las necesidades económicas, pues primeramente se requiere de la preparación de esas potencialidades.

"…En las condiciones de la Revolución Científico Técnica contemporánea no concebimos al maestro con métodos artesanales de trabajo , lo concebimos como un activo investigador ; como una personalidad capaz de orientar independientemente, como un intelectual revolucionario que toma partido ante los problemas y plantea soluciones desde el punto de vista de la ciencia y de nuestros intereses de clase…"

Fidel Castro Ruz / 7-7-1981

La educación que se organice a inicios del siglo XXI tiene que lograr un adecuado equilibrio entre la formación científico técnica y el pleno desarrollo del hombre. Debe ser en sí un proceso de interacción entre la comprensión y la explicación del mundo social y natural y ser capaz de conducir al ser humano a altos niveles de bienestar espiritual y material.

Simón Narciso Jesús Rodríguez

Simón Rodríguez Nace en el 28.10.1769. Muere en Amotape (Perú) el 28.2.1854, fue uno de los intelectuales americanos más importantes de su tiempo, destacado por su profundo conocimiento de la sociedad hispanoamericana, el cual posteriormente trasmitirá a Simón Bolívar al desempeñarse como su maestro y mentor.

En 1825. A su paso por Ecuador dejó importantes obras: La Catunga, dicta clases de agricultura y botánica en el Colegio Nacional. En noviembre de este mismo año, Bolívar lo nombra "director de Enseñanza Pública, Ciencias Físicas, Matemáticas y de Artes y director general de Minas, Agricultura y Caminos Públicos de la República Boliviana".

En 1828, el Pródromo de la obra Sociedades Americanas, texto en el que igual que otros escritos suyos, insiste en la necesidad de buscar soluciones propias para los problemas de Hispanoamérica, idea que sintetiza su frase:

"… La América Española es Orijinal = Orjinales han de ser sus instituciones i su gobierno = I Orijinales sus medios de fundar uno i otro. O Inventamos o Erramos…"

En 1830 aparece su libro El Libertador del Mediodía de América y sus compañeros de armas, defendidos por un amigo de la causa social, el cual era un alegato a favor de Bolívar. En septiembre de ese año, circula su ensayo científico Observaciones sobre el terreno de Vincocaya, en el cual destaca aspectos sobre la conservación de la naturaleza, la economía y la sociedad.

El 15 de agosto 1805, Bolívar, junto a Rodríguez y Fernando Toro, jura dedicarse por completo a la causa de independencia de Hispanoamérica. Gracias a que el texto quedó grabado en la memoria de Rodríguez, el mismo pasó a la posteridad.

"…Juro delante de usted; juro por el Dios de mis padres; juro por ellos; juro por mi honor, y juro por mi patria, que no daré descanso a mi brazo, ni reposo a mi alma, hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español…"

Decía el mismo Maestro Rodríguez:

"…Por querer enseñar más de lo que todos aprenden, pocos me han entendido, muchos me han despreciado y algunos se han tomado el trabajo de perseguirme…"

El Maestro era un tenaz fustigador de la educación memorística y sin pertinencia social, aquella educación que solo sirve para enajenar a los humanos, la que desarraiga y no forma, sino que se repite como loros (papagayos), decía el Maestro:

"… mandar recitar de memoria lo que no se entiende, es hacer papagayos. No se mande, en ningún caso, hacer a un niño nada que no tenga su «porque» al pie…"

Con esa visión Rodrigueana, se articula el siguiente pensamiento:

"… Se ha de educar a todo el mundo sin distinción de razas ni colores. No nos alucinemos: sin educación popular, no habrá verdadera sociedad…"

Por ello, los colegios fundados por Simón Rodríguez aceptaba, indígenas, muchachos pobres y esto escandalizaba a los godos de las ciudades de aquella época y nosotros en los actuales momentos bajo las banderas del socialismo bolivariano, robinsoniano y zamorano, decimos: educación en todos los rincones de la patria, inclusión y oportunidades en igualdad de condiciones para todos y todas; educación solidaria, pertinente y endógena hoy, como legado temprano a las futuras generaciones.

Finalmente nos quedamos con Simón Narciso Jesús Rodríguez y evocando su pensamiento abrazamos:

"…la Libertad de pensar…", es decir la libertad de ser "…nosotros mismos…"

"… no somos europeos ni somos norteamericanos, somos hijos de la madre tierra, tenemos un tiempo histórico, somos el aquí y el ahora, somos el ser, el conocer y el sentir de un pueblo con identidad, histórica y geográfica, costumbres, tradiciones, planes y proyectos, sueños propios, pero que nos reconocemos en la convivencia. Somos una cultura llena de creatividad, y significados vivientes, pues existen un conjunto de significados y prácticas de lo latinoamericano y caribeño, con una secuencia, un proceso, una memoria histórica en nuestro pasado y presente…"

Uno de los más firmes y decididos defensores de la originalidad americana fue el maestro de maestros, Simón Narciso Jesús Rodríguez quien alertó sobre este particular cuando afirmó:

"… iCuidado! no sea que… por la manía de imitar servilmente a las naciones cultas venga la América a hacer el papel de vieja, en su infancia."

Los imitadores se agrupan en los que en la primera parte del siglo quisieron aplicar los modelos predominantes en Francia y Gran Bretaña, preferiblemente, y los que en la segunda mitad se inclinaron, deslumbrados, ante el modelo representado por los Estados Unidos Angloamericanos.

En torno a estas posiciones se consumió mucha inteligencia y tiempo y, lamentablemente para la cultura y la educación americanas, no siempre triunfó la línea de conducta original y consecuentemente con las características y necesidades de la "América nuestra".

Recordaría el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela Hugo Chávez Frías en el Discurso en el Acto de Constitución del Frente Nacional en Defensa al Derecho a la Educación el 11 de Enero del 2003:

"…en esta asamblea nacional de educadores …de estudiantes y de pueblo en defensa de la educación , que propicia el ambiente para también fortalecernos en la ideología autóctona y originaria de nuestra revolución ,que mejor escenario que una asamblea para defender la educación ,que recordar al maestro de maestros, al filósofo inmortal , al Sócrates de Caracas ,a Simón Rodríguez ,revolucionario eterno ,maestro para siempre de todos los venezolanos que luchamos por la verdad, por la igualdad y por la justicia…"

Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios.

Nació en Caracas, el 24 de julio de 1783, Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios. Tuvo la suerte de formarse con los mejores maestros y pensadores de la ciudad; figuraban entre ellos Andrés Bello, Guillermo Pelgrón y Simón Rodríguez. Fue este último, sin embargo, quien logró calmar por instantes el ímpetu nervioso y rebelde del niño, alojándolo como interno en su casa por orden de la Real Audiencia; lo cual sería la génesis de una gran amistad.

Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios el 19 de enero de 1824 desde Pativilca (Perú), una de las más conmovedoras epístolas de toda su vida:

"…Ud. formó mi corazón para la libertad, para la justicia, para lo grande, para lo hermoso. Yo he seguido el sendero que Ud. me señaló […] No puede Ud. figurarse cuán hondamente se han grabado en mi corazón las lecciones que Ud. me ha dado, no he podido jamás borrar siquiera una coma de las grandes sentencias que Ud. me ha regalado…"

Es cierto que, como afirma Rufino Blanco Fombona, Bolívar ejerció el liderazgo de la empresa política "más grandiosa que ha conocido la humanidad", pero el empeño de este hombre no se agotaba en la aventura de destruir colonias y fundar patrias como quien corona territorios.

La mayor empresa de Bolívar fue precisamente aquella que nunca conquistó: la de construir repúblicas sólidas mediante la edificación de un Estado fuerte y un sistema democrático liberal. Encontró en el cuerpo de los militares republicanos al sector social que le permitió cumplir con el doble propósito de crear una república independiente y, al mismo tiempo, satisfacer las aspiraciones de los individuos integrantes de la sociedad de ese momento, con respecto a la libertad, la igualdad y la propiedad. Murió, solo y defenestrado de los territorios que había libertado, por causa de una hemoptisis, en la Quinta San Pedro Alejandrino, el 17 de diciembre de 1830. En 1842 el gobierno de Venezuela decidió trasladar los restos de Bolívar, según su último deseo.

Simón Bolívar tuvo ideas muy claras sobre la educación, a la cual atribuía una enorme importancia, al extremo de afirmar:

"…Las naciones marchan hacia el término de su grandeza, con el mismo paso en que camina la educación…"

Es notorio el interés de Bolívar en la educación de la mujer. Es lógico que en esa época no se pensara en una educación para ella, exactamente igual a la que reciben los varones, como sucede hoy; pero es preciso tener presente que tanto los pensadores obscurantistas del feudalismo con los mismos liberales, incluyendo a Rousseau, menospreciaron a la mujer negándole el derecho a una educación esmerada. Son entonces muy significativas las siguientes palabras de Bolívar acerca de la educación de la mujer:

"…Que entre tanto y sin pérdida de tiempo se proceda a establecer en cada ciudad capital de departamento una escuela primaria con las divisiones correspondientes para recibir a todos los niños de ambos sexos que estén en estado de instruirse…"

Se puede afirmar que se preocupó por todos los aspectos de la enseñanza, desde las matemáticas hasta el lenguaje, sin olvidar la educación física, la disciplina, la recreación, las condiciones físicas de los locales, los premios y castigos a los educandos, la formación de los educadores, a los que llamó "directores", como una manifestación que dispensaba a quienes se dedican a la labor docente.

El discurso pronunciado por Bolívar ante el Congreso de Angostura, convocado por el mismo libertador en febrero de 1819, se considera como memorable porque contiene un esbozo de las ideas políticas, sociales y económicas de su autor.

En ese discurso hay valiosos párrafos sobre la educación que siguen siendo válidos para las naciones democráticas del presente siglo.

"…Un pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia destrucción…" y agrega: "…A la sombra de la ignorancia trabaja el crimen…"

Como escribió José Martí, Bolívar está:

"…en el cielo de América, vigilante y ceñudo, sentado en la roca de crear…" "…Lo que no dejó hecho, sin hacer está todavía…"

Con esto Bolívar se adelanta, con gran visión, al objetivo que hoy día se asigna a la educación contemporánea: la transmisión de los códigos de la moderna ciudadanía y la formación de ciudadanos capaces de actuar como miembros activos de una democracia participativa y dinámica.

Desde entonces, su legado ha devenido mito y veneración como "fundador de la patria".

El Presidente de la República Bolivariana de Venezuela Hugo Chávez Frías en el Discurso en el Acto de Constitución del Frente Nacional en Defensa al Derecho a la Educación el 11 de Enero del 2003 hace referencia al carta que Simón Bolívar le escribe a Simón Rodríguez:

"…Oh, mi maestro, oh, mi Robinson yo he seguido el sendero que usted me señalo; usted formo mi corazón para lo grande, para lo bueno, para lo hermoso…"

Precisamente esos son los maestros que se necesitan hoy en América Latina, que formen a la nueva generación para lo grande, para la verdad, para la libertad; está en juego el futuro de todos los pueblos, de la humanidad como dice el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela Hugo Chávez Frías en el Discurso en el Acto de Constitución del Frente Nacional en Defensa al Derecho a la Educación el 11 de Enero del 2003:

"…Ahora es cuando tenemos fuerza organizada y dispuesta para la batalla y esta batalla en la que estamos compatriotas de toda Venezuela, no es meramente política, no; es mucho mas que eso es una batalla histórica la que estamos librando hoy…sencillamente porque lo que está en juego hoy no es un gobierno, ni un hombre ni una persona, lo que esta en juego hoy es el próximo siglo que esta comenzando…"

Decía Bolívar en 1810:

"…Pongamos sin temor la piedra fundamental de la libertad suramericana .Vacilar es perdernos…"

Ezequiel Zamora

Ezequiel Zamora General del Pueblo Soberano Nace en Cúa (Edo. Miranda) el 1.2.1817.Muere en San Carlos (Edo. Cojedes) el 10.1.1860. Líder de destacada participación en la Guerra Federal o Guerra Larga (1859-1863) como defensor de la idea de la Federación. La influencia de su cuñado Juan Caspers, adquiere información sobre la situación política y los movimientos revolucionarios de Europa, los cuales llaman poderosamente su atención.

En este tiempo, completa su formación gracias a la relación de amistad que establece con el abogado José Manuel García, quien le explica Filosofía Moderna y fundamentos de Derecho Romano, hablándole también de los "principios de la igualdad" y de la necesidad de su implementación en Venezuela. Se levanta en armas el 7 de septiembre de 1846, en la localidad de Guambra; "tierra y hombres libres", "respeto al campesino", "desaparición de los godos", son las consignas esenciales de quien la gente comenzó a llamar "General del Pueblo Soberano".

Hugo Chávez Frías

En el discurso en San Carlos, estado de Cojedes el 10 de Enero del 2003, el Presidente de la Republica Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías deja bien claro al decir:

"…estamos hoy siguiendo su ejemplo, porque Zamora el primer gran venezolano, después de Bolívar que supo tomar las banderas derrotadas y traicionadas de la independencia y se fue a la batalla al frente del pueblo levantando vibrantes esas banderas de la justicia, que era el sueño de Bolívar…Hoy, después de tantos años, en esta brisa fuerte que sopla en San Carlos de Cojedes, sentimos el alma de Zamora, que se hizo pueblo y hoy esta abierto en batalla…"

Ezequiel Zamora es inspiración de las luchas de hoy así lo hace ver el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías cuando recuerda en el Discurso en el Acto de Constitución del Frente Nacional en Defensa al Derecho a la Educación el 11 de Enero del 2003:

"…tierras y hombres libres, elecciones populares y horror a la oligarquía; esa era la consigna de las tropas federales y del pueblo zamorano por allá 1858,1859… Ezequiel Zamora no murió, se hizo eterno y esta con nosotros construyendo la patria que soñaron los libertadores…"

Somos una cultura llena de creatividad, y significados vivientes, pues existen un conjunto de significados y prácticas de lo latinoamericano y caribeño, con una secuencia, un proceso, una memoria histórica en nuestro pasado y presente.

Hoy encuentra plena acogida la sociedad socialista que se esta construyendo en Venezuela con los aportes medulares del pensamiento del Maestro Simón Rodríguez, Simón Bolívar y Ezequiel Zamora.

Casi 200 años después dice el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías en el Discurso en el Acto de Constitución del Frente Nacional en Defensa al Derecho a la Educación el 11 de Enero del 2003:

"…el pueblo venezolano pongamos sin temor a fondo las piedras fundamentales de la Revolución Bolivariana .Vacilar sería perdernos…"

Venezuela esta inmersa en una ideología revolucionaria como enfatizara el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías, en el discurso en San Carlos, estado de Cojedes el 10 de Enero del 2003:

"…La ideología nuestra se alimenta de muchas corrientes, una de ellas la corriente zamorana; la otra, la bolivariana y la otra la robinsoniana. He allí las tres raíces que inspiran y que alimentan la ideología del proyecto bolivariano de hoy…"

Cuba y Venezuela, continúa librando la batalla bolivariana por la unidad continental, con el amor a la verdad, a la justicia, a la libertad, con el entusiasmo de los patriotas que nos precedieron y la experiencia de largos años de combate, como si estuviera prediciendo el futuro el 23 de Enero de 1959, el joven Comandante Fidel Castro Ruz:

"… ¿Hasta cuándo vamos a permanecer en letargo, fuerzas indefensas de un continente a quien el Libertador concibió como algo mas digno y grande? ¿Hasta cuando vamos a estar divididos, victimas de intereses poderosos? La consigna ha de ser la unidad de las naciones…Venezuela ha de ser el país líder de la unidad de los pueblos de América, pues Bolívar es el padre de la unión de los pueblos de América…"

CONCLUSIONES

A pesar que durante tres siglos los conquistadores impusieron, trasplantados desde Europa, sus sistemas educacionales en nuestro continente, obviando los diferentes niveles de desarrollo económico, político, cultural y social entre sus países y los nuestros, donde la Iglesia Católica ejerció un papel hegemónico en la administración de la instrucción y la educación, del mismo seno de esa institución religiosa surgieron ideas progresistas, tales como:

  • a) Necesidad de sustraer a la filosofía y a las ciencias naturales del control teológico,

  • b) Comienzo de una cierta libertad de pensamiento e instrucción en sistemas filosóficos varios,

  • c) Intentos iniciales de secularizar la enseñanza.

  • d) Aplicación práctica de la vinculación del estudio con el trabajo agrícola sistemático en el nivel elemental.

Estas son importantes ideas enarboladas por prestigiosas personalidades, para analizar de forma global las proposiciones del modelo educacional conformado por los distinguidos pensadores y actores de la enseñanza y la educación latinoamericana es necesario referirse, generalizando, a los principales pilares que sostuvieron la revolución educacional:

-La estatalidad de la enseñanza, principalmente de las escuelas de nivel elemental, estuvo enfilada contra la condición privada y religiosa que estaban adoptando estas instituciones escolares. El carácter estatal de los servicios educacionales fue apoyado e implantado por Simón Bolívar

-El laicismo educacional, tenía como idea predominante la de hacer que la enseñanza escolarizada no se mezclara, como ocurría anteriormente, con la transmisión a los alumnos de conceptos ético-religiosos. Este criterio hacia una escuela con maestros laicos la enarboló, entre otros, Simón Rodríguez.

-La obligatoriedad de la enseñanza, aspecto en el que hubo medidas realmente progresistas para lograr la presencia, en la escuela, de todos los niños. En 1824, Bolívar decretó la obligación de asistir a la escuela para todos los escolares de la Gran Colombia (Venezuela, Colombia y la Audiencia Quito) que tuvieran entre 4 y 14 años de edad.

-La educación popular, enarbolada contra el elitismo reinante, va encaminada a postular el derecho a la cultura. En mayor o menor medida este concepto sostiene que a la enseñanza deben acceder todos los ciudadanos del país dado, independientemente de las riquezas que posean, del color de la piel o del sexo a que pertenezcan y de la cosmovisión o religiosidad que posea cada ser humano.

-La gratuidad de los servicios educacionales, era imprescindible para que el concepto de educación popular y obligatoria se pudiera cumplir sin trabas económicas que impidieran el acceso masivo a la docencia. En el orden teórico-legal era correcto y necesario pero en ningún lugar del continente esta medida de no cobrar la enseñanza resolvió la incorporación mayoritaria de las mayorías desposeídas.

-La instrucción científica, que contemplara la introducción del estudio de las ciencias naturales y de matemática, física y química así como la exigencia de que se enseñara a pensar y razonar, discurrir y a obtener conclusiones propias, lo que se convertía en dardo mortal para el dogmatismo.

-Enfrentar el escolasticismo fue el empleo de métodos productivos, activos, especialmente el experimental, así como el uso de laboratorios, gabinetes, museos de ciencias naturales, bibliotecas, jardines botánicos, talleres y otras instalaciones especializadas.

Para lograr que se cumplieran los objetivos educacionales populares y antiescolásticos había que trabajar, entre otras tareas, en la formación de maestros. En la consecución de este fin nuevamente se pone de manifiesto la diversidad de caminos y opiniones, la más generalizada vía fue la de la creación de escuelas normales para preparar maestros primarios, o de nivel elemental, formados en el amor patrio y para la educación de nacionales que se encaminan al dominio de conocimientos y principios éticos para ayudar al progreso de su país.

La epopeya emancipadora cultural-educacional del siglo diecinueve resume a las más altas lumbreras pedagógicas americanas, sus más preclaros pensamientos, sus más progresistas aportes y su desinteresada acción por servir de enlace entre ese siglo de glorias continentales.

En fin, Cuba y Venezuela defienden su incorporación trascendental, con voz y voto, personal y comunitariamente, a la decisiva tarea de formar a los miembros de la sociedad actual y futura a través de los intercambios educacionales, que por derecho propio nos legaron nuestros máximos exponentes, labor diaria que constituye un gran bien, las exigencias históricas en el inicio del siglo XXI lo impone así.

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-ROBERTO HERNÁNDEZ OSCARIS, Instituto Pedagógico Latinoamericano y Caribeño. Raíces de la Educación Latinoamericana.

 

 

Autor:

Lic: Mercedes Lina Wong Torres

Lic: Alba Marina Loaces Ramos

Lic: Rosa Rodríguez Fraga

Partes: 1, 2
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