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Factores de riesgo asociados al pandillaje en los adolescentes del distrito de Ayacucho 2003 (página 2)


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En este escenario emergió el pandillaje juvenil como un problema social y de salud pública que no tiene cuando acabar, ocasionando reiteradamente temor y desconcierto en la población, debido a comportamientos violentos como peleas callejeras, hurtos, asaltos a mano armada y violación de la libertad sexual, protagonizado por adolescentes, jóvenes e inclusive niños. Frente a este problema, las concepciones de solución son básicamente represivas desde la Policía Nacional, el Ministerio Público y el Poder Judicial, con resultados no muy positivos. Prueba de ello, es la promulgación del Decreto Legislativo Nº 899 (25 de mayo de 1998), en el que se implementan estrategias para hacer frente las acciones de los adolescentes organizados en pandillas perniciosas, considerándose como tales, a los grupos de adolescentes mayores de 12 y menores de 18 años de edad que se reúnen y actúan para agredir a terceras personas, dañar objetos públicos o privados u ocasionar desmanes que alteran el orden público (ANICAMA, J.1999:49).

Es innegable, entonces, el abordaje sistemático que amerita el problema, a través de la prevención, intervención y represión. La prevención del pandillaje juvenil se enmarca en la necesidad de controlar los factores de riesgo, solucionando las causas profundas: pobreza, marginación, desigualdad política y socioeconómica, la intolerancia, la falta de empleo, educación, salud y recreación, así como la propuesta de políticas pertinentes que fomenten la cultura de la no violencia. La intervención confiere especial atención a los adolescentes integrantes de las pandillas, permitiéndoles un mayor acercamiento con la sociedad. La represión debe entenderse no como la violación de derechos humanos, sino como una sanción justa de transgresión, pero realizada dentro de un marco que ofrezca oportunidad de rehabilitación.

El presente estudio tiene por objetivo, determinar los factores de riesgo asociados al pandillaje en los adolescentes del distrito de Ayacucho, como un aporte diagnóstico tendente a reconocer las situaciones de mayor riesgo implicadas con la dinámica del problema. Para tal propósito se eligió un tipo de estudio descriptivo – correlacional con un diseño de casos y controles. Las técnicas de recolección de datos fueron la entrevista estructurada y la aplicación de test psicométricos (Test de Funcionamiento Familiar de Teresa Ortega Vetia y Test de Manifestaciones de Estrés Postraumático de Samanés y adaptado por Charles Uculmana Suárez). El procesamiento informático de los datos se realizó mediante el paquete estadístico SPSS versión 11,0. Los resultados se presentan en cuadros de consistencia, haciendo uso de las frecuencias absolutas y relativas simples. En el análisis de los resultados se emplea la prueba Chi cuadrado de Pearson con corrección, la Oportunidad de Riesgo u Odds Ratio y la Regresión Logística Múltiple.

Contrastando la hipótesis a través de la Oportunidad de Riesgo se confirma que "Existieron factores de riesgo psicológicos, socioeconómicos y culturales asociados al pandillaje en los adolescentes", aceptándose la hipótesis alterna; es decir, el estrés post traumático (OR = 7.944: IC95% = 3.869; 16.313), los sentimientos de exclusión social (OR = 2.346: IC95% = 1.331;4.136); la familia no nuclear (OR = 2.778: IC95% = 1.567; 4.925), disfunción familiar (OR = 8.939: IC95% = 4.568; 17.492), presión de amigos (OR = 2.263: IC95% = 1.282; 3.993), la baja condición económica (OR = 6.405: IC95% = 3.413; 12.022); la percepción favorable de la violencia (OR = 1.557: IC95% = 0.81; 2.722) y el bajo nivel educativo (OR = 4.229: IC95% = 2.328; 7.682) respectivamente, fueron factores de riesgo psicológicos, sociales y culturales asociados al pandillaje en los adolescentes.

Los factores que se correlacionan con el problema en estudio son: la presencia del estrés postraumático (p = 0.000), la disfuncionalidad familiar (p = 0.000), el bajo nivel educativo (p = 0.018), los sentimientos de exclusión social (p = 0.020), la baja condición económica (p < 0.034) y la familia no nuclear (p = 0.036), según la regresión logística múltiple.

La presente investigación está estructurada en 6 capítulos y son: El problema, Marco contextual, Marco teórico, Material y métodos, Resultados y Discusión. Finalmente se presentan las conclusiones, recomendaciones, bibliografía y anexos.

Las limitaciones durante el desarrollo del estudio estuvieron referidas a la desconfianza de los adolescentes pandilleros para responder a la entrevista, la que fue superada a través del consentimiento informado así como la adopción de una actitud ética y de respeto por el otro culturalmente diferente y los valores que aquel representa.

CAPÍTULO I

El problema

  • SITUACIÓN PROBLEMÁTICA

Las conductas violentas en el ámbito mundial y latinoamericano, constituyen un grave problema de salud pública y son causa del deterioro de la calidad de vida. Sus efectos comprometen la integridad física y emocional de las víctimas, a la vez que originan una atmósfera de inseguridad generalizada. Aunque afectan a todos los estratos sociales, ciertos grupos como las mujeres, niños y ancianos, sufren en diferente magnitud sus consecuencias.

La violencia juvenil en la actualidad, es uno de los problemas más importantes que afronta la humanidad. El papel desempeñado por los adolescentes y jóvenes especialmente en la violencia urbana, es de relevancia, debido a los múltiples actos de violencia como peleas callejeras, asaltos a mano armada, violación de la libertad sexual con alevosía, actos vandálicos y homicidios; que por su ostensible y negativo impacto social, vienen generando temor y desconcierto en la población.

El pandillaje juvenil está presente en casi todos los países del mundo, independientemente del grado de desarrollo alcanzado. ANTONIO, T. (1993:136) señala: "El pandillaje como fenómeno social, es una forma de delincuencia colectiva de los jóvenes, conocidos con denominaciones específicas a causa de su presentación exterior o de sus hechos más relevantes: "Vetelloni", en Italia; "Bloussons noirs o doré", en Francia; "Teddy – boys", en Inglaterra; los "Nosem" en Holanda; los "Hisxtres", en los Estados Unidos; los "Halbs tarker", en Alemania; los "Anderujmer", en Dinamarca; los "Hooligans", en Rusia y Polonia; En Austria y Nueva Zelanda, los "Bodgies" y "Widgies"; en España "Gafaberros" y "Maras" en el Salvador".

El pandillaje juvenil en las últimas décadas, viene incrementándose de manera alarmante en la Región de las Américas. ABOUTANOS, M. (1997:24) refiere: "Según estadísticas de los EE.UU., en 1980 eran 286 las ciudades que tenían problemas de pandillaje y existían al rededor de 2.000 pandillas con cerca de cien mil miembros. Para 1995 eran 2.000 las ciudades que tenían este problema y existían al rededor de 25.000 agrupaciones con cerca de 650.000 miembros. Una encuesta de los registros judiciales de los EE.UU. hecha en 1991, reveló la ocurrencia de más de 45.000 crímenes y 1.000 homicidios relacionados con el pandillaje. Otra encuesta relativa a los registros de 1993, dio alrededor de 580.000 crímenes cometidos por pandillas, cifra equivalente a un aumento promedio de 500 por ciento comparado con 1991".

El pandillaje juvenil en el Perú según referencias de OPCION (2004:291:292), data de 1970 a 1980. Estas agrupaciones se caracterizaban por sus actos de rebeldía como resistencia al modelo de cultura existente, expresándose en acciones violentas. La Revista Caretas (1999:15) el año 1999, registró al rededor de 700 pandillas en todo el país con más de 28,000 miembros, de ellas, 545 agrupaciones se encontraban en Lima y 60 en la ciudad de Huamanga. Según información obtenida del diario La República (2001:4), para el año 2001, en el país se registró 1,200 pandillas con cerca de 48,000 miembros, de ellas, 625 agrupaciones se encontraban en la capital. En el año 2002, según referencias de PRADO (citado por OPCION. Op cit. 2004:294), en la ciudad de Huamanga se registraron alrededor de 83 pandillas. Se puede apreciar que sólo en 3 años, el pandillaje juvenil incrementó en 71.4% en el ámbito nacional y en 14.7% en la capital; sin embrago, en la ciudad de Huamanga entre los años 1999 a 2002, el pandillaje incrementó en 72.3%, lo que representa un problema social grave y por tanto, problema de salud pública.

El departamento de Ayacucho, tras 14 años de violencia socio – política, por el accionar subversivo de Sendero Luminoso y la represión por parte de las fuerzas militares y paramiliates, trajo como consecuencia una larga lista de violación de derechos fundamentales como: abusos físicos y psicológicos, intimidaciones, allanamiento de domicilios, ajusticiamientos extrajudiciales, detenciones ilegales, fosas comunes, persecución de dirigentes sindicales y estudiantiles; ámbito en el cual, se han visto afectados los derechos de las mujeres y niños, muchas veces golpeados, hostigados, amedrentados y testigos de la masacre de familiares.

Este legado para DÍEZ CANCECO, F. (1999), Presidente del Consejo por la Paz del Perú, habría marcado incluso a una parte de la juventud, que organizada hoy en pandillas, viene generando un nuevo problema social: "se trataría generalmente de agrupaciones integradas por adolescentes y adultos jóvenes que vieron de cerca el terrorismo y han perdido por su causa algún pariente. A ello se suma la situación precaria de los desplazados por la violencia terrorista, que han invadido literalmente la ciudad y que debido a las condiciones de un retorno incierto, prefieren permanecer en ella en lugar de regresar a sus lugares de origen. Ayacucho fue uno de los departamentos más golpeados del Perú por el flagelo senderista: en sus negros anales figuran más de 10,000 asesinatos, 3,000 desaparecidos, 225 mil niños en situación de orfandad y 180,000 desplazados, que representa el 35% de su población actual".

A la par que el Departamento de Ayacucho se encuentra en una etapa de reconstrucción y transitando por un proceso de pacificación, la población urbana y urbano marginal, reiteradamente vienen siendo afectadas por el fenómeno social denominado "pandillaje juvenil", protagonizado por adolescentes y jóvenes, inclusive niños, con comportamientos violentos que transgreden el límite la permisividad y normatividad existentes.

A la fecha, muchos han sido los intentos para contrarrestar el pandillaje juvenil. En mayo de 1998, con el anterior gobierno de "concertación y pacificación" presidida por el Ingeniero Alberto Fujimori, se dieron una serie de medidas represivas mediante "decretos de urgencia" para "frenar la violencia delictiva en el país; una de ellas, el Decreto Legislativo 899, "Ley del Pandillaje Pernicioso". Han pasado más de cinco años y la situación no ha mejorado, más al contrario, ha empeorado, lo que se traduce en el incremento acelerado del pandillaje juvenil en el ámbito nacional, regional y local; gran problema que a los salubristas nos toca enfrentar y buscar alternativas de solución a corto y mediano plazo.

En general existe un abordaje convencional al rededor del pandillaje juvenil, que responde exclusivamente al enfoque individual de cada disciplina; razón por la cual, puede evidenciarse múltiples explicaciones sobre los factores que dieron y dan lugar a este problema, desde concepciones histórico sociales como el proceso sociopolítico de la guerra interna, los cambios sociales y culturales, la crisis económica que enfrenta el país en este periodo de globalización mundial, sostenida por JORGE, H. (1198:67-68); hasta planteamientos militares y extremistas como la desaparición de la instrucción premilitar que habría ocasionado indisciplina y carencia de valoresvico morales en los colegios, defendida por ARTEAGA, W. (1998:18), Ex Secretario General del Ministerio de Defensa.

Si bien existen esfuerzos aislados de algunas municipalidades y organismos no gubernamentales que generan programas que puedan cubrir, de alguna manera, las carencias que conducen a estos jóvenes a las pandillas; hasta ahora se a recurrido más a la represión militar como una manera de controlar y sancionar a los jóvenes pandilleros, lejos de modificar los factores de riesgo que generan sus expresiones de violencia, como medida preventiva. Se busca recriminar y encarcelar a los adolescentes contradiciendo la Convención de los Derechos del Niño y del Adolescente (COMISIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS. 1999)

Las consideraciones descritas originaron el interés de investigar: los FACTORES DE RIESGO ASOCIADOS AL PANDILLAJE EN LOS ADOLESCENTES DEL DISTRITO DE AYACUCHO, 2003; siendo necesario un abordaje formal, desde la vertiente de la salud pública, cuya contribución a través de la epidemiología es su concepto de multicausalidad. Esta característica es especialmente aplicable al caso del pandillaje, donde una variedad de factores producirían un efecto muy similar y, por esta razón, más que buscar la causa de este fenómeno social, es mejor pensar en los factores de riesgo que se asocian a ella.

  • ENUNCIADO DEL PROBLEMA

¿Cuáles fueron los factores de riesgo asociados al pandillaje en los adolescentes del Distrito de Ayacucho, 2003?

  • OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN
  • OBJETIVO GENERAL

Determinar los factores de riesgo asociados al pandillaje en los adolescentes del Distrito de Ayacucho, 2003.

  • OBJETIVOS ESPECÍFICOS

  • a) Identificar los factores de riesgo psicológicos (estrés postraumático y sentimientos de exclusión social) asociados al pandillaje en los adolescentes.

  • b) Establecer los factores de riesgo socioeconómicos (familia no nuclear, disfunción familiar, presión de amigos y baja condición económica) asociados al pandillaje en los adolescentes.

  • c) Precisar los factores de riesgo culturales (percepción favorable hacia la violencia y bajo nivel educativo) asociados al pandillaje en los adolescentes.

  • d) Correlacionar los factores de riesgo psicológicos, socioeconómicos y culturales con el pandillaje en los adolescentes.

  • JUSTIFICACIÓN E IMPORTANCIA

Hasta el momento la respuesta del sector salud al problema del pandillaje, ha sido insuficiente. Se ha concentrado exclusivamente en la atención inmediata de lesiones; pero aún en este campo, la cobertura es incompleta y el acceso a los servicios limitado. Se han enfocado poco a las acciones de prevención, escasa en general y restringidas a experiencias aisladas.

El estudio se justifica en la necesidad de reconocer al pandillaje juvenil como un problema social y de salud pública que ataña a la sociedad y no sólo a las autoridades. El hecho de conocer los factores de riesgo prevalentes asociados al pandillaje, ha de servir para aportar información a las autoridades de salud con capacidad de decisión para la formulación de planes y estrategias de intervención tendentes a disminuir la incidencia de casos de pandillaje en el distrito de Ayacucho y en la sociedad. El conocimiento de los factores de riesgo es una condición previa para su prevención y un estímulo para la transformación de actitudes.

El estudio pretende a través de sus resultados invitar a la reflexión y participación activa de los diferentes actores sociales y comuna en general, para contrarrestar el problema del pandillaje, flagelo que viene ocasionando un clima de inseguridad generalizada. Asimismo, pretende motivar la propuesta de proyectos de readaptación de la juventud inmersa en el pandillaje, mejoras socio educativas, acondicionamiento de espacios de recreación y generación de fuentes de empleo, antes que intentar combatir la violencia con más violencia. Por otro lado, pretende convocar a los medios de comunicación para retomar su papel de informar y educar en lugar de deformar y alienar.

  • ASPECTOS ETICOS

En el presente proyecto de investigación, en el que se pretende estudiar a seres humanos (adolescentes), cumple con la Declaración de Helsinki estipulada en la 52º Asamblea Médica General, llevada a cabo en Edimburgo, Escocia, en octubre del año 2000.

Los adolescentes decidieron su participación en el estudio. La información recabada es confidencial y sus derechos fueron plenamente respetados. Los encargados de aplicar los cuestionarios, fueron informados para no forzar a los adolescentes a participar en el estudio.

  • CONSENTIMIENTO Y CONFIDENCIALIDAD

Para la admisión de los adolescentes al estudio, se obtuvo el permiso respectivo de los padres de familia en caso de los adolescentes menores de 18 años, así como el permiso individual de cada uno de ellos, previa información. El consentimiento obtenido fue por escrito. Sólo los adolescentes que aceptaron participar en el estudio fueron entrevistados. Al finalizar la entrevista se procedió a su codificación y se mantienen éstas en exclusiva reserva, de tal manera que nadie incluido el adolescente puede reconocer a quienes pertenecen las guías de entrevista. La confidencialidad está garantizada porque los datos se obtuvieron sin consignar la identificación de los adolescentes.

  • EVALUACION DEL RIESGO – BENEFICIO

El estudio consistió en la aplicación de una guía de entrevista, que por si misma no tiene riesgo para los adolescentes. Aunque en algunos casos ocasionó incomodidad para responder ciertas preguntas, los adolescentes fueron instruidos para suspender su participación en cualquier momento de la entrevista. No hubo riesgo psicológico porque la entrevista fue eminentemente confidencial.

CAPÍTULO II

Marco teórico

2.1. ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACIÓN

Para abordar la problemática del pandillaje juvenil, es necesario recurrir a algunos estudios referentes al tema propuesto, que desde diferentes disciplinas contribuirán a mostrar una visión mucho más global sobre los factores de riesgo asociados al pandillaje juvenil, como fenómeno social que viene incrementándose en los últimos años tanto en el ámbito mundial, nacional, regional y local.

En el ámbito internacional existen importantes estudios de tipo descriptivo vinculados al pandillaje juvenil, tales como:

La Office of Juvenile Justice and Delinquency Prevention (1997) señala: "La violencia de las pandillas juveniles está aumentando a una tasa alarmante en la región de las Américas. Según estadísticas de los Estados Unidos, en 1980 eran 286 las ciudades que tenían problemas de pandillas juveniles y existían al rededor de 2.000 agrupaciones con cien mil miembros. En 1995 eran 2.000 ciudades las que presentaban este problema y existían más de 25.000 pandillas con cerca de 650.000 miembros".

Como podemos apreciar, el índice de pandillaje juvenil en los Estados Unidos, incrementó en 1,250% en lo que va del año 1980 a 1995. Es decir, en sólo 15 años aparecieron 23,000 nuevas pandillas juveniles. Realizando cálculos más acuciosos, podemos señalar que por año aparecieron cerca de 1,534 pandillas o 128 agrupaciones por mes o más de 4 pandillas por día. Este incremento ubica a los Estados Unidos como el país con mayor incidencia y prevalencia de pandillaje juvenil, al grado de considerarse a la ciudad de Los Angeles como la capital mundial del pandillaje.

CURRY, G., BALL, R. y DECKER, S. (1996) refieren: "Una encuesta de los registros judiciales de los EE.UU. hecha en 1991, reveló la resignación de más de 45.000 crímenes y 1.000 homicidios relacionados con pandillas. Otra encuesta relativa a los registros de 1993, dio alrededor de 580.000 crímenes cometidos por pandillas; cifra equivalente a un aumento promedio de 500 por ciento comparado con 1991".

El pandillaje juvenil en su expresión cruda de fuerza física, como en su manifestación moral, parece ser una constante del mundo moderno y afecta especialmente a los sectores empobrecidos.

SPERGEL, I. (1990) indica: "Estudios realizados en Chicago revelaron que los miembros de las pandillas cometen delitos graves y violentos en una tasa varias veces mayor que los jóvenes no asociados con pandillas".

Abordar sobre violencia juvenil implica referirse a un elemento cotidiano en la vida de las personas y que afecta en mayor o menor grado a todos los segmentos poblacionales; por tanto, realizar un análisis de esta problemática, plantea mucho más que una mera descripción de sus causas y efectos.

ABOUTANOS, M. (1997:24) en el estudio titulado "Violencia juvenil en las Américas" señala: "En la región de las Américas se ha informado de pandillas juveniles activas en Brasil, Colombia, Ecuador, El Salvador, México y Perú, entre otros. En Medellín se han registrado alrededor de 600 bandas. En Cali, cerca de un 10% de los homicidios cometidos en la primera mitad de 1993, fueron llevados a cabo por pandillas de adolescentes. En la Ciudad de México se han registrado 1.500 pandillas juveniles. En el área metropolitana de Guayaquil (Ecuador), se han reportado cerca de 1.500 pandillas conformadas por adolescentes de10 y 18 años de edad. También se ha observado la emigración internacional de pandillas juveniles norteamericanas, hacia otros países de América. Se conoce que cerca del 43% de las pandillas de jóvenes de EE.UU. son de origen hispano".

El pandillaje juvenil se ha convertido en el principal rostro de la violencia urbana en los países de América, independientemente del grado de desarrollo económico. Las pandillas son típicamente descritas como grupos urbanos de adolescentes con escasos recursos económicos y que cometen actos antisociales y asesinatos.

VIGIL, D. (1997:44) en el estudio titulado "Pandillas callejeras y marginalidad múltiple en los Angeles" refiere: "En Los Angeles, las pandillas son una realidad oscura, un grupo rígido de subcultura de adolescentes en una sociedad complicada. Recientemente se ha estimado que existen ocho mil pandillas, con más de 400 mil miembros en el área de Los Angeles. Desde principios del decenio de los años ochenta, la violencia de las pandillas, el uso y abuso de drogas y otras actividades criminales se han incrementado considerablemente; la población de las prisiones se ha triplicado. Además, no hay ninguna comunidad étnica que sea resistente al problema; la afro americana, chicana, vietnamita y centroamericana son las más afectadas. Indudablemente, las pandillas se han convertido en uno de los problemas más importantes de la juventud urbana de los Estados Unidos, cuyo origen es complejo y diverso. La marginalidad múltiple, la pérdida del control social sobre las pandillas y la respuesta inadecuada que la sociedad y las leyes han instituido para reducir el crecimiento de las pandillas, constituyen factores asociados al incremento de este problema".

BOYLE, G.. (1997:108) en el estudio titulado "Los Angeles – pandillas juveniles: un enfoque distinto" señala: "Los Angeles sin lugar a dudas, es la capital mundial de las pandillas, pero nuestro problema no es el pandillaje. Las pandillas son sólo un síntoma, no un problema. La violencia de las pandillas apunta hacia los siguientes problemas, los cuales, al menos en los EE.UU. necesitan nuestra atención: la pobreza, que es ahora más difícil de manejar que nunca, desesperación, desempleo, racismo, aburrimiento y los trastornos familiares casi siempre nacidos en un caos económico. Durante años, en Los Angeles nos hemos centrado solamente en los síntomas de la violencia de las pandillas, dando un cheque en blanco a los agentes de la ley, alentándolos a que erradiquen este síntoma. Hemos comprendido (casi un poco tarde) que ésta no es una situación que requiere solamente la represión y que está localizada sólo dentro del campo de la aplicación de la ley. Cualquier sociedad que desee abordar este asunto con éxito, debe atenerse a tres enfoques: prevención, intervención y represión. Más que limitarse a reconocer estas tres esferas, tiene que existir la determinación de abordarlas todas simultáneamente con igual vigor y con iguales recursos. En los EE.UU. el péndulo ahora se ha desplazado del paradigma de la aplicación de la ley hacia el modelo de prevención. Lo que hacemos en el proceso es conceder un énfasis excesivo a la prevención, y "damos de baja" o desechamos la intervención".

El pandillaje juvenil en los Estados Unidos de Norteamérica, ha alcanzado niveles alarmantes pese su buen desarrollo socioeconómico; lo que demuestra que este problema, trasciende los indicadores macroeconómicos positivos, debido a la persistencia de la pobreza en cierto sector de la población y la influencia de otros factores subyacentes, como los trastornos familiares y la marginalidad como refieren BOYLE y VIGIL respectivamente.

SMUTT, M. (1992:147) en el estudio "El fenómeno de las Pandillas en el Salvador" señala: "La organización de las pandillas en El Salvador no es un hecho casual, responde a un proceso histórico que tiene sus orígenes en grupos de amigos o estudiantes que se organizaban esporádicamente para defender el honor de la institución o del barrio. Con el paso del tiempo, la transformación de los problemas sociales, políticos y económicos ocasionados en las diversas coyunturas, las crecientes dificultades juveniles para insertarse al mundo adulto y los efectos de la migración y transculturación, dieron como resultado un fenómeno de organización juvenil sólidamente estructurado, conocidos como maras o pandillas. El estudio deja ver que existe un sinnúmero de factores que llevan a los jóvenes a integrarse en pandillas y a desencadenar comportamientos violentos hacia la sociedad y hacia el interior de los mismos grupos. La marginación social y económica, las dificultades familiares, la deserción escolar, las competencias técnicas mínimas, el desempleo o subempleo, el desmedido y no planificado crecimiento urbano, la cultura de violencia, la transculturación, entre otros factores, empujan a los jóvenes a reconstruir su identidad en las pandillas juveniles".

No puede pensarse en la organización de las pandillas como producto de la casualidad, ni como síntoma de personalidades socialmente inadaptadas, ni como resultado de una transculturación espuria. Lejos de ello, puede afirmarse que se trata de un fenómeno realmente complejo, en tanto que sus causas, expresiones y consecuencias son múltiples y sus características pluriformes; por tanto, antes de precisar las causas del pandillaje juvenil, es importante identificar los factores de riesgo asociados a este fenómeno, a partir del cual será factible avizorar estudios más específicos.

SEGURA, M. (1995:140) en el estudio "Violencia en una sociedad en Transición: caracterización de los jóvenes en situación de exclusión social (El Salvador)" refiere: "Una de las condiciones que motiva la incursión de los jóvenes a la violencia, es estar excluidos de la sociedad. Al no tener una identidad, existen muchos factores que llevan a estos niños y jóvenes a frustrarse, y lo que hace nuestra sociedad es poner a disposición de ellos un repertorio de mecanismos para manejar su frustración muy cargado de conductas agresivas. Existen diez factores de exclusión social que empujan al adolescente a la delincuencia: la falta de acceso al sistema educativo, pobreza, trabajo infantil nocivo, papel intencional de los medios de comunicación, exclusión territorial, hacinamiento, aislamiento, desintegración familiar, zaga de violencia y falta de oportunidades en la sociedad civil".

Pertenecer a un grupo y ser reconocido como tal, es un aspecto importante para los jóvenes. Este espacio permite compartir experiencias comunes, afecto, amistad y protección que muchas veces el adolescente no encuentra en su hogar.

CRUZ, J. (1997: 104) en el estudio titulado "Problemas y expectativas de los jóvenes pandilleros desde su propia perspectiva" señala: "Los pandilleros del área metropolitana de San Salvador indican que, desde la perspectiva de quienes integran las "maras", ser parte de una pandilla es respuesta a la falta de alternativas. La pertenencia a tales grupos es resultado de la combinación de una serie de factores: problemas comunitarios y familiares, falta de apoyo social, falta de comprensión y necesidad de ser valorados. La investigación sugiere, sin embargo, que desde la perspectiva de los jóvenes que integran las pandillas, es mejor ser respetado y valorado como alguien importante en condiciones extremadamente peligrosas, violentas e ilegales, que no ser "nada o nadie".

El Salvador es uno de los países de América con mayor índice de pandillaje juvenil, luego de Estados Unidos y es reflejo de su debilitado desarrollo económico y la persistencia de problemas comunitarios y familiares que han deteriorado la calidad de vida de los adolescentes.

ALVARADO, J. (1997: 77-79) en el estudio titulado "Situación de la violencia juvenil en Honduras" señala: "La ausencia de humanismo formativo entre los jóvenes y el desinterés o incapacidad de los padres para educar, dejando a la escuela esa tarea, da como resultado un comportamiento agresivo que se traduce en daños a la persona o a la propiedad. No es posible combatir la violencia, si no se tiene conocimientos acerca de los orígenes de las conductas agresivas de los jóvenes, así como de sus propios valores. Pensamos que en el razonamiento del joven agresivo no existe conciencia de lo que es incorrecto; por el contrario, pareciera por sus declaraciones y posturas, que estuvieran cumpliendo una serie de acciones de tipo reivindicativo ante una sociedad que les ha negado casi todo y los ha marginado. Honduras tiene desde algunos años agrupaciones de pandilleros y están ubicadas en las ciudades principales. En Tegucigalpa y San Pedro Sula existen 160 agrupaciones, las que aglutinan a 5000 niños y jóvenes entre 12 y 25 años. El problema va en aumento y no se hacen los esfuerzos en forma coordinada y con criterio científico. Para reprimir y paliar la violencia juvenil se propone la lucha contra la violencia juvenil reforzando la cultura nacional, combatiendo la pobreza, previniendo conductas de riesgo y utilizando la represión y educación".

GONÇALVES, S. (1997:56) en el estudio "Situación de la violencia en Río de Janeiro (Brasil)" arribó a las siguientes conclusiones: "La delincuencia juvenil, paulatinamente, se ha transformado en un grave problema para la sociedad brasileña siguiendo la tendencia mundial. Estos actos violentos, difícilmente cuantificados, han provocado en la sociedad una creciente reacción de antagonismo hacia los jóvenes infractores, además de fomentar un proceso de cuestionamiento de las medidas judiciales adoptadas en los recientes Estatutos de los Niños y Adolescentes. El número de actos violentos cometidos por jóvenes pasó de 2.675 en 1991 a 3.318 en 1996 (incrementó en 25%). Los datos recolectados acerca de los jóvenes que son recluidos en instituciones para infractores, muestran que en su mayoría son adolescentes del sexo masculino, en edades comprendidas entre 14 y 18 años. Sus familias son pobres, viven en las áreas más carentes de la ciudad y sus padres tienen trabajos poco calificados y mal remunerados. Menos de uno de cada tres reclusos vive con ambos padres, denotando la desunión familiar y el corriente grado de empobrecimiento de esas familias. Son adolescentes con baja o ninguna educación escolar, muchos de los cuales se han insertado precozmente en el mercado informal del trabajo, en ocupaciones con una precaria remuneración, reproduciendo el modelo de vida de sus padres".

La agudización del pandillaje juvenil en los países latinoamericanos tiene que ver con la estructura económica. El sub desarrollo que arrastra de antaño, ha generado problemas estructurales diversos como altos índices desempleo, los problemas de marginalidad, sentimientos de exclusión social a la par con el debilitamiento de la estructura familiar. En este escenario han crecido y desarrollado los adolescentes, quienes decidieron incursionar al pandillaje como respuesta a la falta de oportunidades ocupaciones y educativas.

BARBETA, A. (1997:60 – 61) en el estudio titulado "Situación de la violencia juvenil en San Paulo (Brasil)" señala: "La violencia entre adolescentes y especialmente, aquella practicada contra niños y adolescentes, es uno de los aspectos más candentes de la sociedad brasileña y expresa la condición de abandono de toda una generación que independientemente de la clase social, va convirtiéndose en un patrón de respuesta en las relaciones humanas. Si por un lado, en la ciudad de São Paulo no se siente la presencia extensa de bandas, sí se encuentra invariablemente grupos de jóvenes que van articulándose progresivamente en busca de su identidad social, de aventuras, etc., donde aparecen con frecuencia prácticas violentas tanto en relación con la sociedad en general como con sus pares. Los jóvenes de las clases altas también se ven envueltos en prácticas delictivas. Datos de la Secretaria de Seguridad Pública de São Paulo, indican un aumento del 60% de las denuncias que envuelven a adolescentes y jóvenes, y del 300% en el número de peleas entre pandillas que involucran a jóvenes de las partes más acomodadas de la ciudad. Es común que en las escuelas se reciban denuncias de tráfico de drogas y que se hagan llamadas a la policía".

El pandillaje juvenil se ha constituido en el principal problema de salud pública, por sus repercusiones perniciosas en la salud de la población, debido al deterioro de la seguridad ciudadana que se torna cada vez más violenta ante la indiferencia de la sociedad que prefiere dejar "la solución del problema" al poder judicial y las fuerzas del orden.

MORALES, M. (1997:86) en el estudio titulado "Situación de la violencia juvenil en Caracas (Venezuela)" señala: "En el interior del universo social y territorial de las clases populares venezolanas, escisión y fragmentación de la sociedad empujan a muchos jóvenes urbanos pobres a reconstruir y reafirmar su identidad, en un contexto social cuyo modelo único e ideal es del consumidor a ultranza. De modo que muchos jóvenes, para cumplir con el rito de la sociedad de tener poder y como no pueden ser ricos, deciden ser peligrosos. Ser joven y pobre en una sociedad significa ser portador de un estigma social profundamente criminógeno. Los jóvenes pobres "amenazan" la seguridad y estabilidad social. Son la nueva "clase peligrosa". Los jóvenes desarraigados, resultado del aislamiento de los valores comunes, padres a los trece años, provenientes de hogares de familias desintegradas, comienzan a relacionarse apáticamente con una sociedad que los compele a ser adultos sin que biológicamente hayan dejado de ser niños".

Las ciudades latinoamericanas han mudado su semblante de pobreza paciente, trabajadora y optimista al de una pobreza permanente, dura y sin esperanzas, donde muchos jóvenes no ven otra solución que conformar pandillas juveniles para reafirmar su identidad y obtener algún beneficio a través del uso de la fuerza.

Respecto a investigaciones realizadas en el ámbito nacional, existen algunos estudios de tipo descriptivo relacionados al pandillaje juvenil:

ORTIZ, C. (1999) presidentes de la Asociación Pro Seguridad Ciudadana (APROSEC) señala: "A principios de los noventa, el accionar del pandillaje era cada vez más notorio en los asentamientos humanos y zonas marginales de la ciudad, rápidamente aparecieron grupos de pandillas en barrios populosos y otros distritos. En 1999 se registró al rededor de 700 pandillas juveniles en todo el país, conformadas en la mayoría de los casos por adolescentes jóvenes cuyas edades fluctuaban entre 12 y 24 años, juntándose en grupos de 20 a 100 jóvenes. Los líderes de estas pandillas proceden de hogares con serios problemas de integración, donde la violencia familiar es algo común; además el sentimiento de exclusión en estos líderes y el resto de los jóvenes que integran las pandillas es común. El pandillaje no apareció de la noche a la mañana, fue expandiéndose lentamente ante la indiferencia de la sociedad. Indudablemente que la crisis de principios, valores y ética que caracterizó al gobierno anterior de la corrupción, dejó esparcidas estas semillas".

Para el psicólogo LERNER, R. (CEAPAZ.1999), se habría reemplazando al enemigo ideológico (Sendero Luminoso) por el enemigo generacional (pandillaje). Ahora los malos serían los jóvenes: "Se les percibe como imprevisibles, incontrolables, bizarros, peligrosos, en medio de un sistema construido por los adultos, sistema que al mismo tiempo los seduce y margina".

En efecto, no existe un modelo inequívoco o absoluto para explicar los móviles que originaron el pandillaje juvenil, lo que justifica el enfoque variado de los autores bibliográficos.

LLAQUE, L. (1997: 81), Jefe de la División de Policía del Niño y el Adolescente en el estudio titulado "Situación de violencia juvenil en el Perú" señala: "La violencia juvenil es un fenómeno que se originó en el contexto de una permanente y masiva urbanización y de los flujos migratorios que expulsaron a las masas de las zonas rurales. El niño y el adolescente peruano han sido poco estudiados con rigor científico, profesional y técnico, porque en el Perú siempre fueron responsabilidad de la familia y de su entorno inmediato, antes que de la sociedad en su totalidad; se les considera sujetos de asistencia y se les toma como "desvalidos"; de allí que el tratamiento que se les proporciona es de "caridad" y "asistencia".

La violencia juvenil en el Perú, es una de las expresiones más claras de la inseguridad ciudadana, por cuanto es el producto de una relación social conflictiva que surge de intereses y poderes que no encuentran soluciones distintas que el uso de la fuerza para controlar el pandillaje juvenil. La represión inscrita en una política de Estado, propugna el control de la violencia urbana con represión, promoviendo dicho control según el concepto de la seguridad nacional del Estado.

El antropólogo DEGREGORI, C. (CEAPAZ. 1999) señala: "La violencia no es absolutamente novedosa, pues las pandillas estuvieron presentes desde 1980, aunque hoy se han incrementado. La mayoría de los involucrados en el fenómeno provienen de sectores populares y medios empobrecidos, en circunstancias en que se han agotado las posibilidades de movilidad social que abrieron las inmigraciones. Por décadas, la energía del joven se canalizó en la conquista de un lugar en la ciudad, pero hace tiempo llegamos al punto donde el ímpetu, el espíritu pionero de la migración se ha extinguido. Simultáneamente colapsó la institucionalidad. Los hijos de los que fueron migrantes impetuosos viven hoy una desorientación tremenda y carecen de alternativas. La escuela por ejemplo, está en crisis y la escuela era un canal de movilidad social, era una fuente de esperanza, pero esa esperanza, tal como están las cosas, murió".

ALARCON, W. (CEAPAZ. 1999) consultor de la UNICEF, refiere: "Esta generación de jóvenes ha vivido en medio de la guerra; viviendo la guerra por televisión, radio, periódicos, sintiéndola en diversos grados de cercanía y a veces directamente. La violencia ha sido un elemento de la vida cotidiana y más allá de la violencia política y social, está la violencia en la familia; la pobreza es la base de las tensiones. Cuando sendero llega a su fin, los medios de comunicación perciben recién la realidad de las pandillas, pero ésta es sólo una de las muchas formas de violencia hoy existentes y no se puede descartar que puedan surgir otras. Existe violencia juvenil porque estamos en el momento propicio para que exista".

El Instituto Apoyo (1999) refiere: "El pandillaje juvenil es un fenómeno propio de los conos y zonas tugurizadas de Lima Metropolitana, lo cual refleja en gran medida los factores socioeconómicos que los motivan: la pobreza, marginalidad y desintegración familiar. Además de ello, la población en riesgo tiene la percepción de que no es posible alcanzar lo que otros tienen, que existe una brecha insalvable. Esto genera un sentimiento de exclusión. Adicionalmente estos niños y jóvenes no tienen el refugio de la familia. El deseo de pertenencia, identidad y autoestima que un hogar naturalmente proporciona no se da en estos casos. Ellos proceden de hogares donde la ausencia de los padres es frecuente y donde la violencia familiar no es inusual".

Un factor adicional a tomar en cuenta es la naturalización de la violencia en la sociedad, a lo que contribuyó principalmente la violencia terrorista. Sin embargo, es posible que los medios de comunicación estén contribuyendo a este fenómeno actualmente. Si bien, se puede argumentar que, por ejemplo, los programas de televisión no hacen más que reflejar la realidad, lo cierto es que muestran a los televidentes una realidad en la que la violencia es algo casi natural.

Al respecto JORGE, H. (1998:29) en el estudio titulado "Identidad, espacio y poder en los 90: Las manchas juveniles en Huamanga" señala: "Sendero Luminoso asumió un rol controlador del orden, tomando medidas punitivas, persiguiendo y ejecutando a estos jóvenes. Una de estas ejecuciones tuvo lugar en el Barrio de Quinuapata, dando muerte a 9 jóvenes integrantes de la pandilla juvenil autodenominada "los vampiros" (1989), quienes ponían en incertidumbre a los habitantes de dicho barrio. Este acto violento simbolizó la presencia autoritaria de Sendero Luminoso y a la vez un "ejemplo" para que los jóvenes y adolescentes no formen parte de estas agrupaciones. Este acontecimiento paralizó la conformación de pandillas juveniles hasta el año 1992, periodo donde Sendero Luminoso experimenta una crisis ideológica debido a la lucha contra subversiva emprendida por el gobierno de turno, surgiendo nuevamente las pandillas juveniles para luego en 1993 y 1994 magnificar el problema a niveles alarmantes, en un periodo de post guerra y en un contexto de crisis política, económica y social".

Las expresiones de pandillaje juvenil en el departamento de Ayacucho, alcanzan preponderancia durante el año 1989, con la emergencia de agrupaciones en las zonas urbano marginales, a la par con el recrudecimiento de la violencia socio política. El resultado: Sendero Luminoso frente a estos hechos delictivos, interviene violentamente asesinando a los líderes y miembros activos de la pandilla juvenil "los vampiros", paralizando la conformación de nuevas agrupaciones. Durante el año de 1999 el problema del pandillaje juvenil pasó a constituir una preocupación de primer orden en las esferas del gobierno y la sociedad en su conjunto, porque tras del proceso de pacificación se gestaba un nuevo problema social denominado "pandillaje juvenil".

Algunas investigaciones efectuadas en el ámbito regional y referido al pandillaje juvenil, son las siguientes:

La Defensoría del Pueblo (1999:7-12) en el estudio titulado "El Problema del pandillaje en los distritos de Ayacucho, Carmen Alto y San Juan Bautista" señala: "Las pandillas desde la opinión pública y los medios de comunicación, son consideradas como un fenómeno social actual, cuya génesis de algún modo se circunscribe en el ámbito barrial, extendiéndose a todos los sectores de la ciudad, lo que demuestra la magnitud del problema. Entre los principales factores que provocan la formación de las pandillas, se encuentra la violencia familiar, las necesidades económicas, el consumo de alcohol o drogas y la negativa influencia de los medios de comunicación masiva, en un contexto de modernidad y de cambios macrosociales".

El pandillaje juvenil es un fenómeno social que atraviesan todas las sociedades en sus distintos niveles, su crecimiento en nuestro país y en la región, responde a la ineficiencia de las instituciones gubernamentales y no gubernamentales para tomar las medidas correctivas, que no necesariamente deben ser represivas, sino socio – educativas y preventivas.

Al indagar otras causas que dieron origen a este fenómeno, aparecen explicaciones múltiples. Para la Religiosa VALCARSEL, E. (Caretas. 1999:15) – Madre Covadonga -, "la causa principal parecen ser los problemas familiares. La mayoría de estos jóvenes, sean ricos o pobres, tienen problemas con los padres. Los hijos sólo ven pelear a sus padres, los padres sólo andan preocupados buscando dinero para mantener a la familia, entonces los jóvenes buscan afecto en otros jóvenes generándose así un vínculo muy fuerte entre ellos, vínculo que deben defender ante todo que amenace con destruirlo; sólo un mínimo porcentaje de ellos forma parte de pandillas por causa de Sendero. Sendero tiene que ver, pero es la desunión familiar más decisiva".

PERALTA, F. (1998:35) en el estudio "Conducta social de los adolescentes marginados en Ayacucho", señala: "La conformación de pandillas juveniles en Ayacucho, emerge como algo propio de los sectores desposeídos, donde el adolescente puede realizar aquello que la sociedad le prohibe, se forman como consecuencia de una ruptura con los medios habituales, porque no encuentran en sus padres o entorno social, la imagen que esperan de ellos, entonces recurren al fortalecimiento de su "yo grupal" y a partir de ella, sentirse identificados y capaces de realizar actos sociales negativos de audacia y valentía ante su grupo".

Ante la violencia protagonizada por los adolescentes, la única iniciativa que toma la sociedad es la represión. Lamentablemente es cierto que, en el momento actual, la ciudadanía solicite la represión como un mecanismo de intervención efectiva. Lo cierto es que la sociedad no puede simplemente cruzarse los brazos y señalar que los adolescentes por naturaleza "son violentos" y merecen ser castigados. Las alternativas de solución tienen que ser algo más inteligibles y esforzadas que la pura y simple represión.

JUAREZ, R. y QUISPE, V. (1999:25) en la tesis titulada "Características psicológicas y socioeconómicas que condicionaron a los adolescentes a integrar a las pandillas juveniles y alteraciones psicológicas actuales en la ciudad de Ayacucho" señalan: "La personalidad tímida – esquizoide, la situación de pobreza extrema y la disfunción familiar, condicionan a los adolescentes para incursionar al pandillaje juvenil, debido a que el adolescente con personalidad alterada es más proclive a las situaciones estresantes, como son la violencia armada experimentada, la precariedad y ubicación de su vivienda en zonas desfavorables y otros que le ocasionan sentimientos constantes de insatisfacción. Se llegó a demostrar que el 43.9% (57) de pandilleros tenían personalidad tímida – esquizoide, 19.2% (25) rebelde y 13.9% (18) opositor. El 25.4% (33) fueron testigos de la muerte de amigos o familiares a causa de la violencia, 60.8% (79) procedían de hogares en extrema pobreza y 50.8% (66) tenían conductas agresivas".

En términos generales la recopilación bibliográfica respecto al problema en estudio, tiene un abordaje específico que responde exclusivamente al enfoque disciplinar (antropología, sociología, psicología, etc.); sin embargo, la característica singular, es mostrar una noción de un joven potencialmente agresivo para la sociedad que invita a una actitud autodefensiva, lo que coadyuvaría a la generación de políticas eminentemente represivas.

2.2. BASE TEÓRICA CIENTÍFICA

A continuación se presentan algunos conceptos relevantes que permitirán una mayor comprensión acerca del pandillaje juvenil.

2.2.1. VIOLENCIA

2.2.1.1. Definición:

La violencia es un problema muy complejo, que puede ser analizada desde distintas perspectivas, por lo que su definición puede ser muy amplia o demasiado restringida. Esto genera controversia y discusión, pues el término se utiliza para describir diversas situaciones. Sin embargo, es necesario adoptar una definición clara y precisa, que permita hacer comparaciones y análisis.

Según la Corporación peruana para la prevención de la problemática de las drogas y la niñez en alto riesgo (OPCION. 2004:44-48), el vocablo violencia nace en Roma y aparece describiendo o mencionando una acción de imposición forzada, no consentida voluntariamente por quien la sufre. Una primera aproximación semántica nos señala que la violencia implica siempre el uso de la fuerza para producir un daño. En sus múltiples manifestaciones, la violencia siempre es una forma de ejercicio de poder mediante el empleo de la fuerza (física, verbal, política, económica, etc.). Para que la conducta violenta sea posible, tiene que darse una condición: la existencia de un cierto desequilibrio de poder, que puede estar definido culturalmente o por el contexto o producido por maniobras políticas. La conducta violenta, entendida como el uso de la fuerza para la resolución de conflictos, se hace posible en un contexto de desequilibrio de poder permanente o momentáneo. La violencia siempre es negativa al rebajar las potencialidades de realización del ser humano.

Una de las definiciones más aceptadas es la propuesta por ROSENBERG, M. y MERCY, J. (1991), quienes señalan que la violencia es: "La amenaza o uso intencional de la fuerza, la coerción o el poder, bien sea físico, psicológico o sexual, contra otra persona, grupo o comunidad, o contra sí mismo, y produce, o tiene alta probabilidad de producir, daño en la integridad física, psíquica, sexual, en la personalidad y aún en la libertad de movimientos de la víctima".

2.2.1.2. Tipos de violencia:

La clasificación que realiza la KRUG, E. et al (2003:6-7), propone la violencia en tres categorías generales, según las características de los que cometen el acto de violencia: la violencia autoinfligida, violencia interpersonal y violencia colectiva.

Esta categorización distingue entre la violencia que una persona se inflige a sí misma, la violencia impuesta por otro individuo o un número pequeño de individuos y la violencia infligida por grupos más grandes, como el Estado, contingentes políticos organizados, tropas irregulares y organizaciones terroristas. Estas tres categorías generales se subdividen a su vez para reflejar tipos de violencia más específicos.

  • a) La violencia autoinfligida

La violencia autoinfligida comprende el comportamiento suicida y las autolesiones. El primero incluye pensamientos suicidas, intentos de suicidio -también llamados parasuicidio" o "intento deliberado de matarse" en algunos países- y suicidio consumado. Por contraposición, el automaltrato incluye actos como la automutilación.

  • b) La violencia interpersonal

La violencia interpersonal se divide en dos subcategorías:

Violencia familiar o de pareja: esto es, la violencia que se produce sobre todo entre los miembros de la familia o de la pareja, y que por lo general, aunque no siempre, sucede en el hogar.

Violencia comunitaria: es la que se produce entre personas que no guardan parentesco y que pueden conocerse o no, y sucede por lo general fuera del hogar.

En el primer grupo se incluyen formas de violencia, como el maltrato de los menores, la violencia contra la pareja y el maltrato de las personas mayores. El segundo abarca la violencia juvenil, los actos fortuitos de violencia, la violación o ataque sexual por parte de extraños y la violencia en establecimientos como escuelas, lugares de trabajo, prisiones y hogares de ancianos.

  • c) La violencia colectiva

La violencia colectiva se subdivide en violencia social, violencia política y violencia económica. A diferencia de las otras dos categorías generales, las subcategorías de la violencia colectiva indican los posibles motivos de la violencia cometida por grupos más grandes de individuos o por el Estado. La violencia colectiva infligida para promover intereses sociales sectoriales incluye, por ejemplo, los actos delictivos de odio cometidos por grupos organizados, las acciones terroristas y la violencia de masas. La violencia política incluye la guerra y otros conflictos violentos afines, la violencia del Estado y actos similares llevados a cabo por grupos más grandes. La violencia económica comprende los ataques por parte de grupos más grandes motivados por el afán de lucro económico, tales como los llevados a cabo con la finalidad de trastornar las actividades económicas, negar el acceso a servicios esenciales o crear división económica y fragmentación.

2.2.2. PANDILLAJE JUVENIL

2.2.2.1. Definición:

Para LAZO, H. (2002), la palabra "pandilla", como muchas otras voces del castellano, ha sufrido modificaciones producto del mestizaje, transformándose de generación en generación para denominar tanto a expresiones artísticas y culturales, como a conceptos despectivos, excluyentes o generacionales. Desde tiempos inmemoriales, en el departamento de Puno se conoce como "pandilla puneña" a las agrupaciones de baile de los diferentes barrios, los que se organizan para fomentar, conservar y difundir este arte popular de su región. Anteriormente, pandilla era la palabra que identificaba a los amigos del barrio, a la "collera" o "los patas" que se juntaban para jugar, compartir inquietudes y divertirse. En la actualidad, "pandilla" es la palabra usada por los niños, adultos y jóvenes para denominar a los grupos de adolescentes y jóvenes que en los barrios, se caracterizan por los actos de violencia callejera que protagonizan. En este entender, la "pandilla" es parte del fenómeno que nuestros especialistas han denominado como "violencia juvenil", donde también se incluye otras formas de violencia como las conocidas "barras bravas", "manchas escolares", drogadicción y prostitución juvenil.

ANTONIO, T. (1997:136) refiere: "El pandillaje es una forma de delincuencia colectiva de los jóvenes que han fracasado en la escuela, que no se sienten bien en el hogar; su vida carece de objetivo, se sienten socialmente inseguros, la guerra les atrae y se reúnen en las esquinas, salones de billar, bares, etc., formando pandillas, que inofensivas o peligrosas constituyen un elemento importante en el cuadro de delincuencia juvenil, porque son jóvenes, que caen en la delincuencia como resultado de su integración en ellas".

LOZA, R. (2000:11) señala: "El pandillaje juvenil es un fenómeno social enmarcado dentro de la violencia juvenil, caracterizado por la búsqueda de identidad del adolescente. La pandilla es un grupo natural que sustituye poco a poco a la familia, se distinguen de acuerdo al entorno que lo conforman, ésta es cerrada y se va alterando de acuerdo al ritmo de vida del menor. Se da más en varones que en mujeres y proporciona a cada sexo la ocasión de afirmar sus características personales. En un primer momento la pandilla acostumbra ser autoritaria, en ella existe una jerarquía en que el jefe manda a los demás, posteriormente se va democratizando y el jefe varía según las competencias y la actividad a realizar".

Algunos conceptos más empleados en el abordaje de las pandillas juveniles son los siguientes:

ROGERS, C. (1993: 8-10) señala: "Las pandillas juveniles son grupos de jóvenes que se dedican habitual y colectivamente a actividades ilícitas. Casi siempre son agrupaciones muy localizadas, identificadas con un barrio, que defienden su territorio contra las incursiones de grupos rivales".

MILLER (LE, B. y JENJINS, M.1998) estudioso de las bandas juveniles urbanas define a la pandilla como: "La agrupación conformada por jóvenes unidos por intereses mutuos, con liderazgo identificado, líneas de autoridad bien definidas y otras características organizativas, que actúan concertadamente para lograr un propósito específico o propósitos que incluyen generalmente la conducta de actividad ilegal y control sobre un territorio particular".

BURNETT, G., WALZ, G. (1998) definen a la pandilla como "grupos organizados envueltos en el tráfico de drogas y armas, cuya presencia en los colegios puede incrementar la tensión. También puede incrementar el nivel de violencia en los colegios, aunque los miembros de las pandillas no tienen la responsabilidad directa para esta violencia".

El Congreso de la República del Perú (1998) respecto a la legislación en materia de Seguridad Nacional a través del Decreto Legislativo 889 en su artículo primero, define la pandilla juvenil perniciosa como: "El grupo de adolescentes entre 12 y 18 años que se reúnen y actúan para agredir a terceros, lesionar su integridad física o atentar contra la vida de las personas, dañar bienes públicos o privados u ocasionar desórdenes que alteren el orden público".

JORGE, H. (1998:10) antropólogo ayacuchano define a la pandilla como "un ente cuasi – familiar donde sus integrantes se protegen y se sienten representados social y étnicamente. Se agrupan y escogen únicamente entre jóvenes migrantes de origen campesino, que buscan ser representados, porque se desarrollan en una sociedad urbana con patrones culturales distintos y occidentalizados, donde difícilmente pueden ser protagonistas y sus aspiraciones individuales se ven limitados por prejuicios étnico – raciales; contrariamente, en sus pueblos de origen, el rol que desempeñan tiene mayor relevancia y socialmente no se sienten marginados".

OPCION (2004:295-299) define como pandilla: "A los grupos informales secundarios, que parten de la autoorganización, en la cual se construye una compleja combinación de valores y conductas propias de las contraindicaciones de sus integrantes, que tienden a crear un medio interno de difícil acceso y cuya finalidad es la búsqueda de su identidad a través de comportamientos violentos que transgreden las normas de convivencia social. La pandilla es una organización social que permite a sus integrantes satisfacer, una serie de necesidades psicosociales tanto de reconocimiento como de pertenencia y de seguridad:

  • a) Pertenencia. Está referida a la necesidad de afiliarse, de formar parte de algo, surge frente al temor a la pérdida y al ataque. A partir de ello surge el sentimiento de pertenencia, que nace de la adopción de actitudes y normas que rigen la vida de esa comunidad. Obviamente, las características de identidad no son iguales y esto puede deberse a tres factores importantes:

  • El estatus que un miembro puede tener dentro del grupo

  • La valorización que el mismo hace de su pertenencia

  • El grado de autenticidad en su participación, tal como lo perciben los otros integrantes del grupo.

La fuerza de este sentimiento de pertenencia está en relación con el grado de dificultades y satisfacciones que obtiene.

  • b) Reconocimiento social. Las perspectivas se incrementan si se tienen en cuenta que la pandilla es una oportunidad de sobresalir y destacarse. Es la oportunidad de salir del anonimato, de ser protagonista. Da prestigio a sus integrantes ante los ojos de los demás jóvenes del barrio. La necesidad de reconocimiento se satisface al hacerse miembro de una élite, por todos respetado o temido.

  • c) Seguridad. La pandilla brinda seguridad a sus miembros. Cuando el entorno es hostil o violento, tener alguien o muchos que lo protejan es un elemento tranquilizador. El uso de la violencia se legitima como defensa de honor o del territorio. La pandilla le ofrece al joven un espacio de seguridad que no ha podido encontrar en la familia ni en la escuela. Es allí donde buscarán y encontrarán, los vínculos primarios perdidos".

2.2.2.2. Características de las pandillas

Según la OPCION (2004:299-303), las características generales que presentan las pandillas, producto de diferentes investigaciones son las siguientes:

Su organización. Es informal, espontánea, se da por asociación de adolescentes y jóvenes, los cuales se organizan por diferentes criterios. Por el barrio de procedencia (delimitación de territorios), amistad, rivalidad por un equipo de fútbol, defenderse de otras pandillas o simplemente por demostrar su poder en el barrio.

  • a) Lugares de reunión. No existen lugares específicos de reunión, pero buscan zonas donde se pueden reunir fácilmente y que les proporcione cierta privacidad, logran su control hasta convertirlo en su centro de reunión, generalmente son lugares públicos donde hay poco control como parques, discotecas, canchas deportivas, bodegas ubicadas en las esquinas, establecimientos de vídeo juegos, entre otros.

  • b) Composición. Puede variar desde un grupo de 9 a 13 miembros hasta grupos mayores a los 60 u 80 integrantes. La edad promedio fluctúa entre los 11 a 23 años, aunque en los últimos años se aprecia la presencia de niñ@s entre 9 y 10 años de edad.

  • c) Su comportamiento social. Una de las características es la transgresión de las normas de convivencia social, lo cual se manifiesta en: pintas de muros y paredes de las casas, colegios, iglesias, etc.; utilizan armas punzo cortantes (verduguillos, la chaveta, el cuchillo de cocina o la navaja); la violencia que utilizan se presenta manera progresiva alcanzando muchas veces niveles sumamente peligrosos tanto para ellos como para su entorno; quienes viven en el barrio experimentan un clima de tensión y miedo constante, algunos de ellos utilizan armas de fuego para sus enfrentamientos, para robar o "cuadrar" a los transeúntes o a cualquier persona; buscan reconocimiento social a través de la ejecución de actos violentos.

  • d) Su identidad. Se identifican generalmente a través de nombres colectivos de significado violento, como si buscaran infundir temor en quien los escucha, por ejemplo, "los sanguinarios", "los sicarios", "los reos", entre otros. Algunas pandillas asumen también el nombre o apellido de su líder como por ejemplo, "los Chávez" y hay quienes toman también el nombre de barrios, como el caso de "los Preví".

2.2.2.3. Clasificación de las pandillas

Las pandillas pueden ser clasificadas en función de múltiples variables (edad, sexo, extracción social, zona de residencia, etc.); sin embargo, desde la perspectiva de género, que es la variable más considerada a la hora de formar una pandilla o para incorporar a otros pandilleros, la Defensoría del Pueblo de Ayacucho (1999:17-18), adopta la siguiente clasificación:

  • a) Pandilla masculina. Conformada únicamente por varones, siendo las características más saltantes la agresividad y el espíritu machista de sus integrantes.

  • b) Pandilla femenina. Conformada únicamente por mujeres, resaltando como características la hermeticidad y conflictividad.

  • c) Pandilla mixta. Integrada por varones y mujeres, siendo la mayoría de sexo masculino.

2.2.2.4. Organización de las pandillas

De las entrevistas efectuadas por la Defensoría del Pueblo de Ayacucho (1997:18-19), colige la siguiente estructura organizacional de las pandillas, la misma que cabría considerarla como "tipo", en razón a su carácter elemental (estructuras con jerarquías mínimas) adoptada por la mayoría de pandillas en los distritos de Ayacucho, San Juan Bautista y Carmen Alto; sin embargo, algunas ostentan una organización mucho más jerarquizada, llegando incluso a constituirse en sub grupos con sub jefes cada uno de ellos.

PANDILLA MASCULINA

edu.red

PANDILLA FEMENINA

edu.red

* Antiguo: Pandillero/a que generalmente tiene algunos años en el grupo, o quien participó en la fundación de la pandilla.

** Reciente: Que tiene poco tiempo en el grupo. Puede ser meses o semanas, según sea la antigüedad de la pandilla.

*** Seguidor/a: Pandillero/a antiguo/a o reciente que no siempre asiste a todas las reuniones; lo hace ocasionalmente (por ejemplo, para una fiesta social)

2.2.2.5. Legislación sobre pandillaje

El 23 de mayo de 1998, el gobierno promulga dentro de los Decretos Legislativos denominados "Leyes de Seguridad Ciudadana", el Decreto Legislativo N° 899 denominado "LEY CONTRA EL PANDILLAJE PERNICIOSO", fundándose en la creciente ola delincuencial que en el país se vivía.

Según VASQUEZ, M. (2001) la ley contra el Pandillaje Pernicioso, a toda luz, nace por la violencia juvenil de la que el país era testigo. Su inspiración, nada menos que las denominadas "barras bravas" , las cuales, bajo pretextos de revanchismo deportivo protagonizaban una serie de actos delictivos sobre todo contra la vida, el cuerpo , la salud y el patrimonio que afectaban a propios y ajenos; por ello el gobierno cree conveniente dictar este tipo de leyes que representen una manera de agravante para el juzgamiento de actos infractores de la ley penal, considerando que éstos son cometidos por grupos organizados y que muchas veces su fin es meramente delictuoso. En resumen la idea es, Reprimir conductas con Penalidades.

El Decreto Legislativo 899 (Comisión Nacional de Derechos Humanos. 2004) incorpora el delito de pandillaje pernicioso, modificando el Código de las Niños y Adolescentes y contradiciendo la Convención Internacional de los Derechos del Niño. La nueva legislación busca penalizar al menor con la cárcel.

  • Artículo 1:

Se define como pandillaje pernicioso al grupo de adolescentes entre 12 y 18 años que se reúnen y actúan para agredir a terceros, lesionar su integridad física o atentar contra la vida de las personas, dañar bienes públicos o privados u ocasionar desórdenes que alteren el orden público.

  • Artículo 2:

Se establece como infracción simple el caso del adolescente que realiza estos hechos utilizando armas de fuego, armas blancas, material inflamable, explosivos, objetos contundentes, o bajo el efecto de la droga o el alcohol, a quien se le aplicará la medida socioeducativa de internamiento no mayor de 3 años.

  • Artículo 3:

Se considera como infracción agravada si de la comisión de los hechos resulta una persona muerta o con lesiones graves, aplicándose la medida socioeducativa de internamiento entre 3 y 6 años.

  • Artículo 4:

Para el que es cabecilla, líder o jefe de la pandilla, por el solo hecho de serlo, se le aplicará la medida socioeducativa de internamiento entre 2 y 4 años.

La medida socioeducativa de internamiento preventiva o definitiva será cumplida en un Centro de Observación y Diagnóstico del Poder Judicial, sin establecerse que será en un centro diferente al utilizado para adultos. Cabe señalar, que el presente Decreto Legislativo deroga el párrafo final del artículo 226 del Código de los Niños y Adolescentes que establece que "en ningún caso el adolescente permanecerá interno junto con adultos detenidos". Se establece, asimismo, que el adolescente que durante el cumplimiento de la medida socioeducativa de internación alcance la mayoría de edad, será trasladado a ambientes especiales dentro de un establecimiento penitenciario primario a cargo del INPE.

Por otro lado, se modifica el Código Penal incorporándose el artículo 148-A que establece como delitos la instigación o inducción a menores de edad para cometer la infracción de pandillaje pernicioso, y el pandillaje de adultos en calidad de líder, cabecilla o jefe, estableciéndose como sanción pena privativa de libertad no menor de 10 ni mayor de 20 años. En general se desconoce el problema social que existe alrededor del fenómeno del pandillaje juvenil y se recurre a una represión estatal como forma de control y sanción a los jóvenes pandilleros, lejos de responder y afectar a las condiciones que generan sus expresiones de violencia.

2.2.2.6. Factores de riesgo asociados a la conformación de pandillas

OPCION (2004:307-310), clasifica los factores de riesgo en cuatro categorías:

  • a) Factor de riesgo a nivel individual:

  • Presencia de algún problema de conducta de inicio infantil (trastorno negativista desafiante), de inicio en la adolescencia (trastorno de personalidad disocial), etc.

  • Ausencia de visión de futuro, metas, objetivos personales.

  • Distribución inadecuada de tiempo.

  • Baja asertividad y dificultad para manejar adecuadamente la presión de amigos.

  • Dificultades en el área escolar (deserción escolar, repitencia o fracaso escolar.

  • b) Factor de riesgo a nivel familiar:

  • Presencia de violencia familiar y maltrato infantil, la actitud de los padres y el ambiente de violencia se constituyen en modelos de convivencia para los hijos.

  • Modelos de crianza inadecuados, con reglas poco claras, lo que no posibilita la internalización de valores que deben regir su comportamiento.

  • Presencia de trastornos de personalidad o conductas disfuncionales en uno en los dos progenitores.

  • La pobreza por que atraviesa la familia, la que no permite satisfacer las necesidades básicas.

  • La reiterada inasistencia e indiferencia de los padres y/o autoridades, cuando son citados por las autoridades del centro educativo para tratar asuntos que tengan que ver con el rendimiento académico o indisciplina de los hijos.

  • c) Factor de riesgo a nivel escolar:

  • Sistema educativo que no favorece el desarrollo humano.

  • Ausencia de alternativas para los alumnos que llegan tarde al centro educativo a quienes no les permiten el ingreso; así, al quedarse fuera del plantel, van formando grupos con la finalidad de pasar tiempo merodeando en locales, discotecas, malecones o zonas peligrosas.

  • Inasistencia reiterada de algunos profesores para el dictado de clases o el abandono del plantel debido a hechos tales como el cobro de haberes, realizando gestiones de interés personal, etc., lo cual posibilita que los estudiantes queden en plena libertad parea realizar cualquier actividad.

  • Escaso número de auxiliares lo cual imposibilita un buen control de la disciplina.

  • Ausencia o reducida presencia de personal profesional en el plantel (psicólogos, trabajadores sociales, etc.) que tenga a su cargo la formación psicológica, emocional y social del alumnado.

  • d) Factores de riesgo a nivel social:

  • Falta de oportunidades económicas, sociales y laborales para acceder a la realización personal.

  • Ausencia o reducida presencia de lugares recreativos y culturales para niños, adolescentes y jóvenes, que no encuentran actividades atractivas para el buen uso del tiempo libre.

  • Modelos negativos en el barrio (comercialización de drogas, delincuencia, violencia callejera) que se pueden asumir como modelos adecuados o normales.

  • Ausencia de control social (reducida presencia de patrullaje policial).

  • Presencia de diferentes formas de discriminación, como el racismo y machismo.

2.2.3. TEORIA ASOCIADA A LOS FACTORES DE RIESGO

En cada sociedad existen comunidades, grupos de personas, familias o individuos que presentan más posibilidades que otros, de sufrir en un futuro situaciones adversos; se dice que son individuos o colectivos especialmente vulnerables. A medida que se incrementan los conocimientos sobre los diferentes procesos, la evidencia científica demuestra en cada uno de ellos que: en primer lugar el pandillaje juvenil no se presenta aleatoriamente y en segundo, muy a menudo esa "vulnerabilidad" tiene sus razones.

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