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Factores de riesgo asociados al pandillaje en los adolescentes del distrito de Ayacucho 2003 (página 3)


Partes: 1, 2, 3, 4

2.2.3.1. Aspectos generales

La Oficina Panamericana de la Salud (1997:8) señala: "Si visualizamos la violencia como una enfermedad, podríamos decir que hay un factor genético, la agresividad, que la caracteriza y que la especie humana comparte con otras especies inferiores. Sobre la agresividad se ha comenzado a conocer mucho recientemente; se han identificado las zonas anatómicas donde se asienta y se comienza a conocer la naturaleza de los mediadores químicos y neurotransmisores que permiten su expresión. Lamentablemente, por el momento, estos conocimientos no han llegado todavía a tener consecuencias prácticas. Pero la experiencia ha mostrado que también existen otros factores que permiten o ayudan a que la agresividad se manifieste o produzca efectos más nocivos. Dada la incapacidad de alterar el factor genético para el control de la violencia y desde el punto de vista práctico, la mejor alternativa es trabajar sobre sus factores de riesgo".

Según OPCION (2004:78), Este modelo señala que la violencia – y como manifestación el pandillaje -, puede deberse a diversos factores de tipo individual, familiar o social. Los factores de riesgo están definidos como cualquier circunstancia o evento de naturaleza biológica, psicológica o social cuya presencia, ausencia, déficit o exceso, modifica la probabilidad de que un determinado problema se presente. Cuando se considera la etiología de la violencia, vemos que no existen agentes causales directos que nos permitan explicar la ocurrencia del hecho, incluso algunos factores se pueden juzgar como de carácter histórico, cultural y situacional.

La Organización Panamericana de la Salud (1996) y LILIENFELD, D. (1994) señalan que, la vulnerabilidad se debe a la presencia de cierto número de características de tipo genético, ambiental, biológico, psicosocial, que actuando individualmente o entre sí desencadenan la presencia de un proceso. Surge entonces el término "riesgo" que implica la presencia de una característica o factor (o de varios) que aumenta la probabilidad de consecuencias adversas. En este sentido, el riesgo constituye una medida de probabilidad estadística de que en un futuro se produzca un acontecimiento por lo general no deseado. La medición de esta probabilidad constituye el enfoque de riesgo.

Por tanto, un factor de riesgo es cualquier característica o circunstancia detectable de una persona o grupo de personas que se sabe asociada con un aumento en la probabilidad de padecer, desarrollar o estar especialmente expuesto a un proceso mórbido. Estos factores de riesgo (biológicos, ambientales, de comportamiento, socio – culturales, económicos, etc.) pueden sumándose unos a otros, aumentar el efecto aislado de cada uno de ellos, produciendo un fenómeno de interacción.

2.2.3.2. Utilización de los factores de riesgo

FLETCHER, R., FLETCHER, S. y WAGNER, E. (1989) señalan: "El conocimiento y la información sobre los factores de riesgo tienen diversos objetivos:

  • Predicción: La presencia de un factor de riesgo significa una probabilidad aumentada de presentar en un futuro una situación adversa, en comparación con personas no expuestas. En este sentido sirven como elemento para predecir la futura presencia de un evento no deseado.

  • Causalidad: La presencia de un factor de riesgo no es necesariamente causal. El aumento de incidencia de una situación adversa entre un grupo expuesto con relación a un grupo no expuesto, se asume como factor de riesgo; sin embargo, esta asociación puede ser debida a una tercera variable.

  • Diagnóstico: La presencia de un factor de riesgo aumenta la probabilidad de que se presente una situación adversa. El conocimiento de los factores de riesgo se utiliza también para mejorar la eficiencia de los programas de cribaje, mediante la selección de sub grupos de pacientes con riesgo aumentado.

  • Prevención: Si un factor de riesgo se conoce asociado con la presencia de una situación adversa, su eliminación reducirá la probabilidad de su presencia. Este es el objetivo de la prevención primaria".

2.2.3.3. Cuantificación del riesgo

PITAS, S. (1995:50) refiere: "El término "riesgo" implica que la presencia de una característica o factor aumenta la probabilidad de consecuencias adversas. La cuantificación del grado de riesgo constituye un elemento esencial y fundamental en la formulación de políticas y prioridades que no deben dejar espacio a la intuición ni a la casualidad. Hay diferentes maneras de cuantificar el riesgo:

  • a) Riesgo absoluto. Mide la incidencia del daño en la población total.

  • b) Riesgo relativo. Compara la frecuencia con que ocurre el daño entre los que tienen el factor de riesgo y los que no lo tienen. Se utiliza cuando se conoce la incidencia.

  • c) Razón de disparidad. En los estudios de casos y controles, dado que la incidencia es desconocida, el método de estimación del riesgo se realiza a través del Odds Ratio, traducida al castellano con múltiples nombres como: razón de productos cruzados, razón de disparidad, razón de predominio, proporción de desigualdades, razón de oposiciones, oposición de probabilidades contrarias, cociente de probabilidades relativas y oportunidad relativa.

ANDERS, A. y STAFFAN, N. (1988:47- 54) interpretan el riesgo de la siguiente manera:

edu.red

2.2.4. FAMILIA

2.2.4.1. Definición

WHALEY & WONG (1995:38) señalan que el "término familia" se ha definido de muchas formas y con diferentes propósitos, según el marco de referencia individual, juicio de valor o disciplina desde que se haga la definición. Por ejemplo, la biología describe a la familia como aquella que cumple la función biológica de perpetuar la especie. La psicología insiste en los aspectos interpersonales y en su responsabilidad en el desarrollo de la personalidad. La economía considera una unidad productiva que cubre las necesidades materiales y la sociología la describe como la unidad que se relaciona con otras más amplias. Otras definiciones de la familia se basan en las personas que constituyen la unidad familiar; el tipo más común de las relaciones es la consanguínea.

Tradicionalmente la familia se ha considerado como un grupo, en la creencia de que son necesarios una madre y un padre para criar a un niño. Casi todas las sociedades conceden gran importancia al estado matrimonial, debido a las importantes modificaciones que ésta ha experimentado. Han surgido numerosas reacciones respecto a algunas concepciones más modernas de la familia, como las comunales, las de padre o madre únicos y otras".

2.2.4.2. Estructura familiar

Según WHALEY & WONG (95:38), la estructura o composición de la familia consta de individuos, cada uno en su estado social y posición reconocidos, que interactúan sobre sí, respecto una base regular recurrente de formas sancionadas socialmente. Cuando gana o pierde miembros por algunos sucesos (matrimonio, divorcio, parto, muerte abandono, encarcelamiento), la composición familiar se altera y los papeles deben ser redefinidos o redistribuidos. La estructura familiar puede clasificarse de la siguiente manera:

  • a) Familia nuclear.- También denominada familia conyugal, consta del marido, esposa e hijos (naturales o adoptados) que viven en un hogar común. Esta es la unidad reproductora en que el lazo marital (legal o sancionado de otro modo) es la principal fuerza de unión. La familia nuclear es el prototipo de las relaciones humanas y la unidad básica a partir de la cual se forman otras unidades más complejas.

  • b) Familia extensa o ampliada.- Se compone de varias familias nucleares vinculadas por relaciones paterno-filiales. Consta de la familia nuclear más los parientes lineales o colaterales. Lo más frecuente es que lo integren dos o más unidades residenciales de tres o más generaciones vinculadas por la extensión de la relación paterno filial.

  • c) Familia de un sólo progenitor o incompleta.- La familia con un solo progenitor a surgido en parte como consecuencia de los movimientos feministas, con lo que más mujeres y hombres) han establecido hogares separadamente, tras situaciones de divorcio, muerte, abandono o ilegitimidad. Además la actitud de más liberal de los tribunales ha posibilitado que los solteros, hombres y mujeres, adopten niños.

  • d) Familia reconstituida.- También denominadas segundas familias, son aquellas en que uno de los adultos tienen en el hogar hijos de un matrimonio anterior. El término familias mixtas o familias combinadas, suelen referirse a las compuestas por los padres y los hijos que cada uno aporta de un matrimonio anterior.

2.2.4.3. Función familiar

ORTIZ, M. y LOURO, I. (1996:52) señalan: "El Funcionamiento Familiar se expresa por la forma en que el sistema familiar, como grupo, es capaz de enfrentar las crisis, valorar la forma en que se permiten las expresiones de afecto, el crecimiento individual de sus miembros y la interacción entre ellos, sobre la base del respeto, autonomía y espacio del otro".

DE LA CUESTA PÉREZ y LOURO (1996:28) consideran el Funcionamiento Familiar como: "La dinámica relacional interactiva y sistémica que se da entre los miembros de una familia y se evalúa a través de la categoría de cohesión, armonía, rol, permeabilidad, afectividad, participación y adaptabilidad".

ORTEGA, T. (1998:56) señala: "Por función familiar se entiende al modo en que se comportan unos con otros y la calidad de las relaciones interpersonales. Se considera el componente más importante para determinar la "salud de la familia".

2.2.4.4. Valoración de la Función Familiar

Existen diversos instrumentos para valorar la función familiar, entre ellos, podemos mencionar el APGAR familiar y el Tests de Funcionamiento Familiar (FF-SILL).

WHALEY & WONG (1995:95) señala: "El APGAR familiar es un breve cuestionario diseñado para reflejar la satisfacción de cada miembro de la familia con el estado funcional de la misma. Las siglas APGAR corresponden a los términos ingleses: Adaptation (adaptación), partnership (asociación), growth (crecimiento), affection (afecto) y resolve (resolución – compromiso).

ORTEGA, T. (1998:56) señala: El test de Funcionamiento Familiar es un instrumento para evaluar cuali – cuantitativamente la funcionalidad familiar y mide las siguientes variables:

  • a) Cohesión.- Unión familiar física y emocional al enfrentar diferentes situaciones y en la toma de decisiones de las tareas cotidianas.

  • b) Armonía.- Correspondencia entre los intereses y necesidades individuales con los de la familia en un equilibrio emocional positivo.

  • c) Comunicación.- Los miembros de la familia son capaces de trasmitir sus experiencias de forma clara y directa.

  • d) Permeabilidad.- Capacidad de la familia de brindar y recibir experiencias de otras familias e instituciones.

  • e) Afectividad.- Capacidad de los miembros de la familia de vivenciar y demostrar sentimientos y emociones positivas unos a otros.

  • f) Roles.- Cada miembro de la familia cumple las responsabilidades y funciones negociadas por el núcleo familiar.

  • g) Adaptabilidad.- Habilidad de la familia para cambiar de estructura de poder, relación de roles y reglas ante una situación que lo requiera".

2.2.5. ESTRES POSTRAUMATICO

2.2.5.1. Definición y síntomas

MUÑOZ, A. (1994) señala que las personas que desarrollan este trastorno no pueden integrar lo sucedido en su memoria. Es decir, el trauma no ha llegado a formar parte de su pasado, sino que continúa permaneciendo presente en su vida psíquica. Los recuerdos no se modifican con el paso del tiempo ni pierden su carga emocional, como suele suceder normalmente, sino que permanecen con la misma viveza y sensación de realidad a pesar del paso del tiempo, "como si hubiera sucedido ayer". Los síntomas son los siguientes:

  • a) Reexperimentación. Consiste en volver a revivir en su mente lo sucedido, a través de pensamientos, recuerdos o imágenes mentales relacionadas con el trauma que aparecen en su mente sin que pueda controlarlo cuando se encuentra en un estado de alerta o cuando la víctima está expuesta a situaciones que le recuerdan el trauma. También tienden a revivirlo en forma de pesadillas que escenifican el trauma o bien expresan lo que siente la víctima, aunque no guarden relación directa con lo sucedido, como cuando sueñan que son sepultados por una enrome masa de agua durante un maremoto. A veces se producen flashbacks, durante los cuales tienen la sensación de estar viviendo de nuevo todo lo que pasó. También pueden sentir sensaciones físicas parecidas a las que sintieron entonces. Estas reexperimentaciones van acompañadas de emociones intensas como pánico y rabia, sensación de gran peligro (con ansiedad), deseo de escapar o deseo de defenderse atacando a alguien.

También pueden reaccionar ante los recuerdos mediante síntomas físicos, como agitación, temblores, sudoración, taquicardias.

  • b) Reexposición compulsiva al trauma. De un modo que no logran explicar, tienden a buscar situaciones que les recuerdan el trauma vivido. Por ejemplo, las mujeres que han sido maltratadas en la infancia tienden a convivir con hombres maltratadores, las niñas que han sufrido abusos sexuales tienen más probabilidades de dedicarse a la prostitución o los niños que han sido maltratados en la infancia tienen más probabilidades de ser maltratadores en la edad adulta. Una posible explicación es que estas personas tienen la sensación de haber fracasado ante dicha situación y buscan revivirla para intentar controlarla y salir indemnes de ella.

  • c) Evitación y embotamiento. Debido al malestar que sienten ante los recuerdos, tratan de evitar cualquier situación, persona o conversación que pudiera recordarles el trauma. Cuando van por la calle temen que pueda volver a repetirse, de modo que algunos pueden llegar a desarrollar agorafobia. Conforme pasa el tiempo, son cada vez más las cosas que les recuerdan lo sucedido, debido a que se van estableciendo asociaciones entre unas y otras; empiezan a sentirse acosados por lo sucedido pero, paradójicamente, cuando más tratan de huir más parecen perseguirles los recuerdos. Esta huida llega a dar lugar a un embotamiento de los sentidos, en un intento de dejar de sentir cualquier cosa para no sentir más dolor emocional. Las emociones, sean positivas o negativas, llegan a ser una amenaza, de modo que dejan de sentirlas, se distancian del resto de las personas, incluidas sus familias, parejas o amistades, el mundo exterior empieza a perder su viveza y se transforma en algo frío y distante que no les produce ninguna reacción especial. Se sienten vacíos por dentro, como muertos en vida y pierden el interés en cosas o actividades con las que antes disfrutaban

  • d) Hipervigilancia. Reacciona intensamente ante estímulos irrelevantes. El sonido del teléfono, cualquier golpe inesperado, una palmada en la espalda, etc. los hace sobresaltarse bruscamente. Se encuentran en un constante estado de alerta, percibiendo mundo de un modo hostil y amenazante. Tienen problemas para dormir, irritabilidad, nerviosismo y estallidos violentos. El continuo estado de activación los distancia tanto de sus emociones como de sus sensaciones corporales.

  • Síntomas secundarios. Son síntomas que se producen como consecuencia de los anteriores.

Agresividad y rabia hacia los demás o hacia sí mismos. Debido a su necesidad de defenderse, al hecho de no poder controlar sus síntomas y al estado de alerta en que se encuentran.

Culpa y vergüenza. Suelen aparecer cuando empiezan a pensar que deberían haber hecho algo, que si no hubiesen hecho tal o cual cosa tal vez lo habrían evitado. En parte, esto es debido a una necesidad de control: si se consideran responsables pueden pensar que hay algo que pueden hacer para evitarlo si vuelve a suceder, que no están totalmente a la merced de su agresor. De hecho, este es un mecanismo de protección bastante extendido que a veces lleva a las personas a culpar a la víctima para poder seguir pensando que puede evitarse, que a ellos o a sus seres queridos no les pasará algo así porque sabrán impedirlo. Pero lo cierto, es que muchas veces es imposible controlar el comportamiento de otras personas.

Problemas para relacionarse. Les resulta difícil volver a confiar en los demás. Su embotamiento emocional puede impedirles sentir cercanía emocional hacia otras personas. Su necesidad de estar en guardia y defenderse puede impedirles dejarse llevar en situaciones íntimas con sus parejas, pues eso requeriría bajar la guardia, lo cual puede dejarlos a merced de ese mundo que perciben como hostil, un lugar en el que pueden pasar cosas terrible, pero no a los demás, como suele creer la mayoría de las personas, sino a ellos mismos, sin previo aviso y sin que puedan hacer nada para evitarlo. Pueden acabar aislándose del resto de las personas y del mundo.

2.2.5.2. Estadísticas

MUÑOZ, A. (1994) indica que, alrededor del 30% de las personas se ven expuestas a lo largo de su vida a algún acontecimiento traumático. De estas personas, entre un 10 y 20% desarrolla el trastorno.

2.2.5.3. Tipos de acontecimientos traumáticos más prevalentes

MUÑOZ, A. (1994) pueden mencionarse los siguientes acontecimientos:

  • Entre las mujeres es más común la violación y acoso sexual.

  • Entre los hombres son más prevalentes la amenaza con arma, presenciar una agresión o asesinato y un accidente de tráfico grave.

  • En ambos sexos por igual: muerte inesperada de un ser querido, accidente de tráfico con riesgo para la vida, presenciar una agresión o asesinato, asalto con violencia, amenaza con arma y catástrofe natural.

2.3. FORMULACIÓN DE LA HIPÓTESIS

2.3.1. Hipótesis principales:

H1 Existieron factores de riesgo psicológicos, socioeconómicos y culturales asociados al pandillaje en los adolescentes del Distrito de Ayacucho, 2003.

Ho No existieron factores de riesgo psicológicos, socioeconómicos y culturales asociados al pandillaje en los adolescentes del Distrito de Ayacucho, 2003.

2.3.2. Sub hipótesis:

  • a) El estrés postraumático y los sentimientos de exclusión social fueron factores de riesgo psicológicos asociados al pandillaje en los adolescentes.

  • b) La familia incompleta, disfunción familiar, presión de amigos y la baja condición económica fueron factores de riesgo sociales asociados al pandillaje en los adolescentes.

  • c) La percepción favorable de la violencia y el bajo nivel educativo fueron factores de riesgo culturales asociados al pandillaje en los adolescentes.

2.4. IDENTIFICACION Y OPERACIONALIZACIÓN DE VARIABLES

2.4.1. Identificación de variables

2.4.1.1. Variable independiente:

  • Factores de riesgo asociados al pandillaje en los adolescentes:

– Factores de riesgo psicológicos:

. Estrés postraumático

. Sentimientos de exclusión social

– Factores de riesgo socioeconómicos

. Tipo de familia

. Funcionalidad familiar

. Presión de amigos

. Condición económica

– Factores de riesgo culturales

. Percepción hacia la violencia

. Nivel educativo

2.4.1.2. Variable dependiente:

  • Pandillaje en los adolescentes

. Casos

. Controles

2.4.2. Definición operacional de variables

2.4.2.1. Variable independiente:

a) Factor de riesgo

Son condiciones psicológicas, sociales y culturales que incrementan la probabilidad en el adolescente para incursionar al pandillaje. Fue medida a través del Odds Ratio y se interpretará de la siguiente manera:

  • De 0 a 0.59 : Factor de protección eficaz

  • De 0.60 a 0.89 : Factor de cierto beneficio

  • De 0.90 a 1.19 : Factor no significativo

  • De 1.20 a 1.69 : Factor de riesgo débil

  • De 1.70 a 2.50 : Factor de riesgo moderado

  • > 2.50 : Factor de riesgo fuerte

b) Estrés Post Traumático

Es un trastorno psicológico luego de haber presenciado acontecimientos traumáticos como la muerte de familiares o amenazas contra su integridad física o de los demás, producto de la violencia sociopolítica. Fue valorado a través del Test del Estado de Estrés Post-traumático (TPT) que consigna 10 ítems de opción dicotómica. Se considera los siguientes indicadores:

  • 05 – 09 puntos: Síntomas presentes.

  • 00 – 04 puntos: Síntomas ausentes.

c) Sentimientos de exclusión social

Es el proceso mediante el cual las personas y los grupos sienten que son apartados de las relaciones, las prácticas, los intercambios y derechos de funcionamiento dentro de una sociedad y, por tanto, de su identificación como parte de ella. La exclusión abarca todos aquellos factores que sacan a las personas de la sociedad y las ponen a un lado y, en consecuencia, pierden su identidad porque no forman parte de ella. Fue medida mediante la entrevista a través de 3 preguntas de opción politómica tipo escala de Likert. Se consideran los siguientes indicadores:

  • 13 – 20: Presenta sentimientos de exclusión social.

  • 04 – 12: No presenta sentimientos de exclusión social.

  • d) Tipo de familia

Es la estructura y composición de la familia. Fue medida a través de la entrevista. Se consideran los siguientes indicadores:

  • Familia nuclear: formadas por ambos padres e hijos. Incluye también la estructura extensa (además de los padres e hijos, la presencia de abuelos, primos, sobrinos).

  • Familia incompleta: En cuyo núcleo social básico no existe uno de los padres a causa de separaciones, divorcios, abandonos, defunciones, etc.

  • e) Funcionalidad familiar

Es la calidad de las relaciones interpersonales al interior de la familia de los adolescentes. Fue valorada a través del Test de Funcionamiento Familiar Modificado que consiste en una serie de situaciones que pueden ocurrir o no en la familia, para un total de 14 ítems tipo escala de Likert. Sus indicadores son:

  • 43 – 70 puntos : Familia Funcional

  • 14 – 42 puntos : Familia Disfuncional

  • f) Presión de amigos

Es la conducta impuesta por el grupo, para empezar a degradarse, o a perder lo más propio de sí, la personalidad. Fue medida a través de la entrevista. Sus indicadores son:

  • Fueron presionados

  • No fueron presionados

  • g) Condición económica

Fue valorada a través de la tenencia y tipo de vivienda, abastecimiento de agua, servicio de desagüe, electricidad, tamaño de familia, hacinamiento, y ocupación del jefe de familia. Se consideran los siguientes indicadores:

  • 10 – 21 puntos : Baja

  • 22 – 33 puntos : Media

  • h) Nivel educativo

Es el grado de preparación escolar que ha logrado el adolescente. Fue medida a través de la entrevista. Se consideran los siguientes indicadores:

  • Bajo. Si el adolescente es iletrado o ha logrado concluir o no la educación primaria.

  • Medio. Si el adolescente ha logrado concluir o no la educación secundaria o sigue estudios superiores

  • i) Percepción hacia la violencia

Es la apreciación del adolescente en relación a la violencia. Fue medida a través de la entrevista mediante 7 frases de opción múltiple tipo escala de Likert. Se consideran los siguientes indicadores:

  • 22 – 35 puntos : A favor de la violencia

  • 07 – 21 puntos: En contra de la violencia.

2.4.2.2. Variable independiente:

a) Pandillaje en adolescentes

Es la decisión del adolescente de 15 a 19 años para incursionar al pandillaje y generar actos violentos como peleas callejeras entre pandillas, asalto a mano armada, violación de la libertad sexual con alevosía, actos vandálicos (escándalo público) u homicidios.

  • Casos

  • Controles

CAPÍTULO III

Material y métodos

3.1. TIPO DE INVESTIGACION

La presente investigación es de tipo correlacional, comparativa y retrospectiva. Correlacional porque tiene como propósito medir la asociación y correlación que existe entre las variables. Comparativa porque se aborda dos poblaciones y se pretende comparar las variables en una ocasión única, con el objeto de contrastar las hipótesis propuestas; y retrospectiva, porque la dirección del estudio es de efecto a causa.

3.2. DISEÑO DE INVESTIGACIÓN

El diseño de investigación es de casos y controles, porque se parte del desenlace, estudiando a un grupo de personas con el resultado final comparando con el grupo de controles libre de esta condición (adolescentes que no incursionaron al pandillaje). Entonces se mira hacia atrás para determinar la asociación con una determinada exposición o factor de riesgo.

ESQUEMA DEL DISEÑO DE CASOS Y CONTROLES PROPUESTA POR LA OMS

TIEMPO

edu.red

FUENTE: WHO 92323

3.3. POBLACIÓN

La población estuvo constituida por 9,940 (100%) adolescentes de 15 a 19 años de edad del área urbana del distrito de Ayacucho según registros del IX Censo de Población y IV de Vivienda (INEI.1993); se prevé que la distribución poblacional es la siguiente:

Población Nº 01 8,980 adolescentes de 15 – 19 años de edad que no incursionaron al pandillaje.

Población Nº 02 960 adolescentes de 15 – 19 años procedentes de 32 pandillas. Se estima que existe en promedio 30 adolescentes (15 – 19 años) por pandilla.

3.3.1. Unidad de análisis:

Población Nº 01 Un adolescente que no ha incursionado al pandillaje.

Población Nº 02 Un adolescente miembro de una pandilla.

3.3.2. Criterios De Inclusión:

Población Nº 01

  • a) Edad Adolescentes de 15 a 19 años

  • b) Sexo Varones y mujeres

  • c) Desenlace No incursionaron al pandillaje

  • d) Estructura familiar Nuclear, ampliada e incompleta

  • e) Condición coyuntural Radicado en el departamento durante la violencia

Sociopolítica

f) Procedencia Desplazados y actualmente radican en el distrito de Ayacucho.

Población Nº 02

  • a) Edad Adolescentes de 15 a 19 años

  • b) Sexo Varones y mujeres

  • c) Participación Miembros antiguos y recientes

  • d) Estructura familiar Nuclear, incompleta o ampliada

  • f) Condición coyuntural Radicado en el departamento durante la violencia

Sociopolítica

f) Procedencia Desplazados y actualmente radican en el distrito de

Ayacucho.

3.3.3. Criterios de exclusión:

Población Nº 01

  • a) Condición coyuntural No radicaron en el departamento durante la violencia sociopolítica.

  • b) Tipo de familia Unipersonal

  • c) Procedencia Radican fuera del distrito de Ayacucho.

Población Nº 02

  • a) Participación Seguidores de pandillas

  • b) Tipo de familia Unipersonal

  • c) Procedencia Radican fuera del distrito de Ayacucho.

3.3.4.- Criterios de eliminación

  • a) Adolescentes que no proporcionaron su consentimiento informado.

  • b) Adolescentes no autorizados por sus padres para participar en el estudio.

  • c) Adolescentes que se negaron a brindar información necesaria.

  • d) Sospecha que la información no confiable.

3.4. MUESTRA

3.4.1. Tamaño de muestra

Dado al carácter no probabilístico del estudio, la muestra estuvo integrada por 200 adolescentes entre 15 a 19 años de edad, distribuidos en 100 casos y 100 controles.

3.4.2. Tipo de muestreo

a. Casos El tipo de muestreo fue en bola de nieve (snow ball), porque se realizó el primer contacto con algunos adolescentes pandilleros, los cuales condujeron a otros, y éstos a otros, hasta conseguir el tamaño muestra propuesto. Este tipo de muestro es empleado frecuentemente cuando se hacen estudios con poblaciones "marginales" como delincuentes (LABARCA, A. 1999:82).

Cabe remarcar que se obtuvieron 10 bolas de nieve de igual número de adolescentes pandilleros y agrupaciones informales respectivamente, 2 por cada responsable de acopio de información, que en este caso fueron 3 antropólogos y 2 historiadoras. Con relación al sexo, se constituyeron 08 bolas de nieve para agrupaciones masculinas y 02 para agrupaciones femeninas.

b. Controles El tipo de muestreo fue por cuotas, porque se establecieron grupos de individuos con características o condiciones similares a los casos (zona de residencia y edad). Una vez determinada la cuota, se eligieron a los jóvenes no integrantes de pandillas con las características pre establecidas (LABARCA, A. 1999: 83).

3.5. TÉCNICAS E INSTRUMENTOS DE RECOLECCIÓN DE DATOS

3.5.1. Técnicas.

Las técnicas de recolección de datos fueron la entrevista estructurada y la aplicación de los tests de Funcionamiento Familiar y del Estado de Estrés Post Traumático.

3.5.2. Instrumentos

Previa a la aplicación de los instrumentos en la muestra en estudio, se realizó una prueba piloto en la población adolescente urbano marginal del distrito de Carmen Alto, la que permitió estandarizar los criterios de acopio de información. Este procedimiento tuvo lugar en la tercera semana de mes de agosto del 2003. Los instrumentos fueron los siguientes:

  • a) Guía de entrevista

La guía de entrevista está estructurada con preguntas de opción múltiple y dicotómica de acuerdo a las variables en estudio. Esta guía fue aplicada en forma personal y confidencial a los adolescentes que integraron los casos y controles, previo consentimiento informado. El tiempo promedio invertido por cada entrevista fue de 30 a 45 minutos, incluido la aplicación de los test.

  • b) Tests de Funcionamiento Familiar (ORTEGA, Teresa. 1999:164)

El Test de funcionamiento familiar (FF-SIL) consiste en una serie de situaciones que pueden ocurrir o no en la familia, para un total de 14 afirmaciones de opción múltiple y excluyente, correspondiendo 2 a cada una de las 7 variables que mide el instrumento (cohesión, armonía, comunicación, permeabilidad, afectividad, roles y adpatabilidad). Para cada situación existe una escala de 5 respuestas cualitativas, que éstas a su vez tienen una escala de cuantitativa (puntos): Casi nunca (1 pto.), pocas veces (2 ptos.), a veces (3 ptos.), muchas veces (4 ptos.) y casi siempre (5 ptos). Al final se realiza la sumatoria del puntaje total, que luego es contrastada con la escala de categorías para describir el funcionamiento familiar de la siguiente manera:

edu.red

  • c) Test del Estado de Estrés Post Traumático (SAMANES,J. www.samanes.com)

El Test del Estado de Estrés Post Traumático corregido por el psicólogo Mg. Charles Uculmana Suárez, consiste en una serie de situaciones que pueden experimentar o no los adolescentes, para un total de 09 afirmaciones de opción dicotómica y excluyente. Para cada situación existe dos posibilidades cualitativas, que éstas a su vez tienen una medición cuantitativa (puntos): Si (1 pto.) y No (2 ptos.). Al final se realiza la sumatoria del puntaje total, que luego es contrastada con la escala de categorías para describir el funcionamiento familiar de la siguiente manera:

edu.red

3.6. CONFIABILIDAD Y VALIDEZ DEL INSTRUMENTO

3.6.1. Prueba de confiabilidad. La prueba de confiabilidad de los instrumentos fue realizada posterior a la aplicación de la prueba piloto (20) a través del Alfa de Cronbach (POLIT, D. y HUNGLER, B. 1994:376), debido al carácter politómico de algunas respuestas, arrojando una confiabilidad de superior a 0.75, en todos los casos, indicativo de instrumento con una confiabilidad aceptable.

La fórmula empleada fue:

edu.red

Donde:

? = Confiabilidad estimada

k = Número total de preguntas en la prueba

Si2 = Varianza de cada pregunta

S2 = Varianza de las calificaciones de toda la prueba

( = Suma

3.6.2.- Validación (juicio de expertos).- La validez interna del instrumento fue efectuada mediante opinión de expertos (ver anexo), con la participación de tres maestros y/o doctores calificados en Salud Pública o áreas afines:

edu.red

3.7. TABULACIÓN Y PRESENTACIÓN

El procesamiento informático de datos se realizó en una micro computadora ACER, empleando el paquete estadístico SPSS (Statical Package for Social Sciense) versión 11,0. Los resultados según la naturaleza de casos y controles, son presentados en cuadros de contingencia y de estructura tetracórica, haciendo uso de las frecuencias absolutas y relativas simples. Cada cuadro se acompaña de un gráfico para resaltar visualmente los resultados.

3.8. INTERPRETACIÓN Y ANÁLISIS DE RESULTADOS

La interpretación de los resultados se realiza en forma porcentual, incidiendo en los valores más representativos. En el análisis de los datos se utiliza la prueba de Chi cuadrado de Pearson con corrección de continuidad, asumiendo un valor alfa de 0.05 para determinar la dependencia entre los factores de riesgo y el pandillaje. Para la cuantificación del riesgo y la determinación de asociación se utiliza la prueba de disparidades u Odds Ratio con un Intervalo de Confianza del 95%. Estas dos pruebas son para determinar el efecto directo o individual de los factores de riesgo sobre el pandillaje. Se complementó el estudio con el análisis de Regresión Logística múltiple para determinar la correlación y el efecto total o corregido de los factores de riesgo implicados con el pandillaje. En todos los casos los análisis estadísticos están precedidos por la contrastación bibliográfica, para proveer soporte teórico al estudio. Finalmente se emplea el coeficiente de correlación de Spearman, para determinar la covariación entre el número de factores de riesgo y el pandillaje en adolescentes.

CAPÍTULO IV

Resultados

El presente capítulo contiene los resultados del procesamiento informático de datos y corresponde a 100 casos (adolescentes pandilleros) y 100 controles (adolescentes que no incursionaron al pandillaje). El orden de presentación de los cuadros de contingencia se ciñe a los objetivos propuestos.

CUADRO Nº 01

ESTRÉS POSTRAUMÁTICO ASOCIADO AL PANDILLAJE EN LOS ADOLESCENTES DEL DISTRITO DE AYACUCHO, 2003.

edu.red

Fuente: Test de valoración del estrés postraumático.

(2o = 34.949 (Corrección de Yates)

Gl = 01

( = 0.05

(2o = 3.84

  • = 0.000

OR = 7.944

IC95% = 3.869;16.313

En el presente cuadro se observa que, los sentimientos de estrés postraumático se presenta en el 52% de adolescentes integrantes de pandillas y en el 12% de adolescentes que no conforman estos grupos informales, es decir, se evidencia un 40% de casos más, en los integrantes de alguna pandilla.

La prueba Chi cuadrado indica la existencia de dependencia estadística entre los sentimientos de estrés postraumático y el pandillaje, asociación que se hace mas evidente con la prueba de disparidades, porque los adolescentes que presentan sentimientos de estrés postraumático tienen un riesgo casi 8 veces mayor de incursionar al pandillaje en comparación a los adolescentes que no presentan esta condición adversa.

CUADRO Nº 02

SENTIMIENTOS DE EXCLUSION SOCIAL ASOCIADO AL PANDILLAJE EN LOS ADOLESCENTES DEL DISTRITO DE AYACUCHO, 2003.

edu.red

Fuente: Guía de entrevista.

(2o = 8.001 (Corrección de Yates)

Gl = 01

( = 0.05

(2o = 3.84

  • = 0.005

OR = 2.346

IC95% = 1.331;4.136

Los sentimientos de exclusión social se presentan en el 69% de adolescentes integrantes de pandillas y en el 39% de quienes no conforman estos grupos informales, es decir, encontramos un 21% más casos de sentimientos de exclusión social en los integrantes de pandillas juveniles.

Sometidos los datos al análisis de la Chi cuadrado, se evidencia la existencia de dependencia estadística entre los sentimientos de exclusión social y el pandillaje. Según la prueba de disparidades, los adolescentes que presentan sentimientos de exclusión social tienen un riesgo 2 veces mayor de incursionar al pandillaje en comparación a aquellos que no presentan esta condición adversa.

CUADRO Nº 03

TIPO DE FAMILIA ASOCIADO AL PANDILLAJE EN LOS ADOLESCENTES DEL DISTRITO DE AYACUCHO, 2003.

edu.red

Fuente: Guía de entrevista.

(2o = 11.521(Corrección de Yates)

Gl = 01

( = 0.05

(2o = 3.84

  • = 0.001

OR = 2.778

IC95% = 1.567;4.925

La familia no nuclear o incompleta es frecuente en el 62% de adolescentes integrantes de pandillas y en el 37% de adolescentes que no conforman estos grupos informales, es decir, existe más familias no nucleares en los integrantes de pandillas juveniles.

Según la prueba estadística Chi cuadrado, el tipo de familia y el pandillaje son dependientes; por tanto, conforme a la prueba de disparidades, los adolescentes que proceden de familias no nucleares o incompletas tienen un riesgo casi 3 veces mayor de integrar alguna pandilla que los adolescentes que tienen familias nucleares.

CUADRO Nº 04

FUNCIONALIDAD FAMILIAR ASOCIADO AL PANDILLAJE EN LOS ADOLESCENTES DEL DISTRITO DE AYACUCHO, 2003.

edu.red

Fuente: Test de funcionamiento familiar.

(2o = 44.272 (Corrección de Yates)

Gl = 01

( = 0.05

(2o = 3.84

  • = 0.000

OR = 8.939

IC95% = 4.568;17.492

El 84% de adolescentes que integran alguna pandilla, perciben su entorno familiar como disfuncional; mientras, el 63% de adolescentes que no conforman estos grupos informales, viven al interior de familias funcionales.

La prueba estadística Chi cuadrado indica que la funcionalidad familiar y el pandillaje son dependientes, es decir, cuanto menos funcional son las relaciones familiares, existe mayor propensión al pandillaje juvenil. Según la prueba de disparidades, los adolescentes que proceden de familias disfuncionales tienen un riesgo casi 9 veces mayor de conformar alguna pandilla en comparación a los adolescentes que viven al interior de familias funcionales.

CUADRO Nº 05

PRESION DE AMIGOS ASOCIADO AL PANDILLAJE EN LOS ADOLESCENTES DEL DISTRITO DE AYACUCHO, 2003.

edu.red

Fuente: Test de funcionamiento familiar.

(2o = 7.267 (Corrección de Yates)

Gl = 01

( = 0.05

(2o = 3.84

  • = 0.007

OR = 2.263

IC95% = 1.282;3.993

El 56% de adolescentes que integran alguna pandilla y el 36% de quienes no conforman estas agrupaciones informales, expresan que fueron presionados por sus pares para incursionar al pandillaje.

Según la prueba Chi cuadrado, la presión de los amigos para integrar grupos informales y el pandillaje son dependientes, es decir, la influencia de entorno amical con problemas de adaptación social, favorecen la incursión al pandillaje; por tanto, recurriendo a la prueba de disparidades, se evidencia que los adolescentes que fueron presionados por sus pares tienen un riesgo 2 veces mayor de incursionar al pandillaje en comparación a los adolescentes que no recibieron presión alguna.

CUADRO Nº 06

CONDICION ECONOMICA ASOCIADO AL PANDILLAJE EN LOS ADOLESCENTES DEL DISTRITO DE AYACUCHO, 2003.

edu.red

Fuente: Guía de entrevista.

(2o = 34.503 (Corrección de Yates)

Gl = 01

( = 0.05

(2o = 3.84

  • = 0.000

OR = 6.405

IC95% = 3.143;12.022

La condición económica precaria o baja es frecuente en el 79% de adolescentes que integran alguna pandilla y en el 37% de quienes que no conforman estas agrupaciones informales.

Sometidos los datos al análisis de la prueba Chi cuadrado, se infiere que, la condición económica y el pandillaje son dependientes, es decir, cuanto más precaria es la situación económica de la familia, los adolescentes son más proclives al pandillaje. Según la prueba de disparidades se confirma que, los adolescentes que proceden de hogares menos provistos económicamente tienen 6 veces más riesgo de incursionar al pandillaje en comparación a los adolescentes de condición económica media.

CUADRO Nº 07

PERCEPCION HACIA LA VIOLENCIA ASOCIADO AL PANDILLAJE EN LOS ADOLESCENTES DEL DISTRITO DE AYACUCHO, 2003.

edu.red

Fuente: Guía de entrevista.

(2o = 2.005 (Corrección de Yates)

Gl = 01

( = 0.05

(2o = 3.84

  • = 0.157

OR = 1.557

IC95% = 0.891;2.722

El 58% de adolescentes que integran alguna pandilla y el 47% de quienes que no conforman estas agrupaciones informales, tienen una percepción a favor de la violencia como medio de resolución de conflictos.

La prueba estadística Chi cuadrado indica que, la percepción hacia la violencia y el pandillaje son independientes; sin embargo, según la prueba de disparidades, los adolescentes que tienen una percepción a favor de la violencia tienen un riesgo 2 veces mayor de incursionar al pandillaje en comparación a los adolescentes que no presentan esta condición adversa.

CUADRO Nº 08

NIVEL EDUCATIVO ASOCIADO AL PANDILLAJE EN LOS ADOLESCENTES DEL DISTRITO DE AYACUCHO, 2003.

edu.red

Fuente: Guía de entrevista.

(2o = 22.098 (Corrección de Yates)

Gl = 01

( = 0.05

(2o = 3.84

  • = 0.000

OR = 4.229

IC95% = 2.328;7.682

El bajo nivel educativo es frecuente en el 73% de adolescentes integrantes de pandillas y en 39% de adolescentes que no forman parte de estas agrupaciones informales.

Sometidos los datos al análisis estadístico de la prueba estadística Chi cuadrado se infiere que, el nivel educativo y el pandillaje son dependientes, es decir, cuanto menor es el nivel educativo mayor será la propensión al pandillaje. Según la prueba de disparidades, los adolescentes con un nivel educativo bajo tienen un riesgo 4 veces mayor de conformar alguna pandilla en comparación a los adolescentes que no presentan esta condición adversa.

CUADRO Nº 09

NUMERO DE FACTORES DE RIESGO ASOCIADOS AL PANDILLAJE EN LOS ADOLESCENTES DEL DISTRITO DE AYACUCHO, 2003.

edu.red

Fuente: Instrumentos aplicados.

(2o = 88.014 (Sin corrección)

Gl = 04

( = 0.05

(2o = 9.49

  • = 0.000

r = 0.624

r2 = 0.389

  • = 0.000

En el presente cuadro se observa que, para incursionar al pandillaje se requiere de la interacción de por lo menos dos factores de riesgo; sin embargo, cuando interactúan más de seis factores de riesgo, es casi seguro que los adolescentes formen parte de las pandillas.

Según la prueba chi cuadrado se infiere que, que el número de factores de riesgo y la incursión al pandillaje son dependientes; es decir, a medida que incrementan los factores de riesgo la probabilidad de formar parte de una pandilla también incrementa, estableciéndose una correlación alta según VALLEJOS, M.2003:249. El coeficiente de determinación indica que la variabilidad de la incursión al pandillaje es explicada por el número de factores de riesgo en un 38.9%.

CUADRO Nº 10

EFECTO TOTAL DE LOS FACTORES ASOCIADOS AL PANDILLAJE EN LOS ADOLESCENTES DEL DISTRITO DE AYACUCHO, 2003.

Fuente: Instrumentos aplicados.

Sometidos los datos al análisis multivariado expresado a través de la regresión logística múltiple, podemos evidenciar que tras la interacción de los factores de riesgo, la disfuncionalidad familiar, los sentimientos de estrés postraumático, el bajo nivel educativo, los sentimientos de exclusión social, la baja condición económica y la familia no nuclear se correlacionan significativamente con el pandillaje; por tanto, representan los factores más nocivos implicados con la incursión del adolescente al pandillaje.

CAPITULO V

Discusión

Ayacucho es uno de los departamentos del país, con una estructura poblacional mayoritariamente joven. Aproximadamente el 42% son menores de 15 años y llegan a no menos del 75% si se considera a los menores de 30 años. Esta estructura muestra un significativo potencial, pero a la vez, plantea desafíos extraordinarios en los aspectos del desarrollo de las capacidades humanas. (CTAR. 2002)

Abocándonos al estudio del pandillaje, podemos aseverar que durante la década de los 90 se incrementa la violencia juvenil en el país, dando como resultado la emergencia de más de un millar de pandillas. El departamento de Ayacucho no fue exento a esta realidad, porque según reportes de OPCION (2004:294) existirían a la fecha cerca 83 pandillas en la ciudad de Huamanga.

Existen múltiples explicaciones para dar respuesta a los posibles factores que dieron y dan origen al incremento del pandillaje juvenil; en tal sentido, el presente abordará la problemática del pandillaje, recurriendo al modelo multifactorial. Para tal propósito, se abordará los factores de riesgo desde 2 acepciones: 1) el efecto individual o directo de cada uno de ellos en el pandillaje y 2) el efecto total resultante de la interacción de factores los factores de riesgo implicados en el pandillaje.

  • a) Efecto directo de los Factores de Riesgo:

  • Estrés Postraumático

Durante el periodo de 1980 a 1994, la violencia política acontecida en el país, obligó a las familias principalmente de las zonas rurales a migrar en busca de seguridad hacia las ciudades, entre ellas, Lima, Chimbote, Huancayo y Ayacucho. Según el PROMUDEH (1997) aproximadamente 120,000 familias (600,000 personas) tuvieron que migrar forzadas por la creciente inseguridad, confrontando serios problemas en su esfuerzo por adaptarse a un hábitat nuevo.

Esta misma migración para muchos compulsiva, aconteció también en el departamento de Ayacucho, que tuvo que albergar en sus ciudades a la población desplazada por la violencia. No olvidemos que fue el departamento más afectado por la violencia interna. Según la Comisión Nacional de Derechos Humanos (2004), se calcula que fueron 36,000 las familias desplazadas por la violencia, es decir, alrededor de 180,000 personas que representan el 35% de su población actual. De Ayacucho huyeron hacia Lima, Ica y Huancayo cerca de 106,000 personas. Al interior de la región se desplazaron 74.000 personas. Los niños de aquel entonces, fueron separados abruptamente de su espacio natural, sin saber quizá las razones de este desplazamiento. Para TOMKIEWICZ, S. (1997:324-325), esta separación de la familia extensa, – incluso aunque no vaya acompañada de la muerte de los padres – los amigos, el entorno y la comunidad, constituye una forma de agresión indirecta y siempre causaría sufrimientos y perjuicios en el niño. Esta misma tesis comparte el PROMUDEH (1997), al afirmar que del total de víctimas de la violencia política, fueron los niños quienes sufrieron más, muchos de los cuales quedaron heridos, abandonados, huérfanos o perturbados psicológicamente. Para LLAQUE, Luis (Citado por la OPS.1997:80) el impacto de los 14 años de violencia, habría dejado huellas indelebles en la mente y personalidad de los adolescentes.

Al respecto FRANCKE, P. (2000:11) señala: "Un balance del proceso de la violencia en el País, muestra que la población civil afectada por el conflicto armado, principalmente de los departamentos de Ayacucho, Junín, Huancavelica y Apurímac, encara la destrucción de las familias con alto número de niños y adolescentes huérfanos (la mayoría de padre o, padre y madre), y un alto número de viudas que asumieron el cargo de jefas de hogar de forma inesperada, enfrentándose la familia a la difícil tarea de la sobrevivencia, con los consiguientes daños psicológico – emocionales".

Este dramático balance tuvo como principal referente la ausencia de políticas de prevención y protección de la población civil durante el periodo de la guerra (1980 –1994) y como respuesta, la abierta agresión de los grupos armados contra esta población. En este escenario crecieron y se desarrollaron los niños, hoy adolescentes, sufriendo los estragos de la violencia unos más que otros, siendo testigos de masacres y asesinatos de amigos, parientes o de sus propios padres, viendo de cerca los abusos y vejaciones de los grupos armados, experiencias traumáticas para muchos de ellos, cuya rememoración no deja que cicatricen las heridas psicológicas de la guerra.

TOMKIEWICZ, S. (1997:322-330) al analizar los efectos de la guerra en los niños, establece lo siguiente: "Las consecuencias de la guerra a largo plazo se pueden dividir en secuelas psicosociales (inadaptación social) y en repercusiones neuróticas, donde se agrupa a las diversas modalidades de sufrimiento psíquico. Los trastornos psicosociales duraderos son relativamente raros. Tarde o temprano, los niños acaban por encontrar su sitio en una sociedad de posguerra. Muy pocos se convierten en adultos inadaptados. La capacidad para el ajuste psicosocial depende en gran medida de las circunstancias del país que sale del conflicto armado. Naturalmente en los países que continúan inmersos en la pobreza y el desempleo, el proceso de recuperación podría ser lento y arduo. En cuanto al sufrimiento psíquico y los llamados trastornos neuróticos, abordan una cuestión muy distinta, pues los síntomas pueden prolongarse por años, como si el trauma lo hubiera sufrido últimamente. Entre estas manifestaciones figuran los trastornos del sueño, las fobias, depresiones y la ansiedad, que podrían estar inmersas en los trastornos del estrés post traumático".

Los psiquiatras agrupan a todos estos trastornos, ya sean objetivos o subjetivos, como trastornos ligados al estrés postraumático. Figuran entre ellos además, los pensamientos, imágenes, recuerdos obsesivos; comportamiento evasivo, inhibición afectiva, indiferencia ante el mundo exterior; comportamiento regresivo y agresivo, afecciones psicosomáticas, así como sentimientos de culpa, odio, depresión y ansiedad (Nacional Institute Of Mental Health.2004).

Teniendo en consideración las citas bibliográficas y contrastando con los resultados del estudio, podemos afirmar que los 14 años de violencia política, han generado efectos perniciosos en la salud psicológica de la población. Es el caso específico del estrés postraumático que según la propuesta de TOMKIEWICZ podríamos denominarla como repercusión psíquica a largo plazo. Este problema no queda aquí, porque existe una suerte de dependencia con las secuelas psicosociales o de inadaptación social, como es el pandillaje juvenil.

El estrés postraumático es una repercusión psicológica posguerra muy frecuente en la población adolescente, porque se presenta en 5 de cada 10 pandilleros y en 1 de cada 10 adolescentes que no incursionaron al pandillaje. Podemos inferir entonces que los adolescentes con sentimientos de estrés postraumático, tienen un riesgo 8 veces mayor de incursionar al pandillaje en comparación a quienes no presentan esta manifestación. Por tanto, aseveramos que el ambiente de violencia interna donde nacieron y crecieron los adolescentes de hoy, fue un acontecimiento extremadamente traumático con efectos innegables en el bienestar psicológico de quienes la padecieron.

En síntesis, el estrés postraumático constituye un factor de riesgo fuerte asociado al pandillaje en los adolescentes, siendo necesaria la intervención psicológica de la población desplazada por la violencia y particularmente de los adolescentes pandilleros, mediante la promoción, prevención, recuperación y rehabilitación de la salud mental, que permita una mejor convivencia en comunidad.

  • Sentimientos de exclusión social

La juventud es concebida por la población como rebelde, irresponsable y asociada especialmente a prácticas delictivas como a la drogadicción, al pandillaje y a la violencia en general. Para la Escuela de Antropología de la Universidad Bolivariana (1999:44-46), se percibe a esta generación de jóvenes como "no sujeto histórico consciente", vale decir, que no opera desde una perspectiva generacional que le asigne algún rol protagónico en un proyecto social y cultural. A esta forma de percepción contribuye la prensa sensacionalista, como (re) productora de una noción de joven potencialmente agresivo para la sociedad que invita a una actitud autodefensiva de ésta, lo que coadyuvaría a la generación de políticas represivas que, a su vez, darían lugar al distanciamiento entre este sector y el resto de la sociedad.

En la actualidad se carece de un referente claro respecto a ser joven. No es de extrañar entonces que los adolescentes y jóvenes, se sientan excluidos de la sociedad o no tomados en cuenta para decisiones importantes. Asumen que la sociedad actual, se erige sobre la base de la gerontocracia como un grupo singular con mayor oportunidad para participar en las decisiones más relevantes que atañan al país y la región, mientras los jóvenes son considerados novatos o inexpertos.

Si bien estas aseveraciones giran en función a la juventud en general, podemos imaginarnos los sentimientos de exclusión social que expresan los adolescentes integrantes de pandillas juveniles, quienes son estigmatizados y hasta señalados con el dedo como delincuentes, malechores, ladrones, asesinos y en suma, "lacra de la sociedad".

Para la Municipalidad de Comas (2000:8-9), la comunidad o "el barrio" como espacio de integración social, no existe para los jóvenes. Una mirada al entorno barrial muestra numerosas organizaciones e instituciones con objetivos y actividades específicas: vivienda y servicios básicos, alimentación, salud, entre otros, donde los jóvenes han sido excluidos por cuestiones más "importantes y prioritarias" y empujados a las esquinas y rincones más oscuros, a las pampas o laderas de los cerros donde "no jodan (a) los adultos". Así se explicaría la carencia de espacios de recreación, centros o programas de actividades educativas y culturales, infraestructura y actividades deportivas, para y desde los jóvenes, donde ellos sean protagonistas y se expresen con libertad.

Para MORATAYA, J. (2003) las pandillas evidencian un sistema social de exclusión, con evidentes faltas de oportunidades para el desarrollo de la juventud; por tanto, representa una manera equivocada de expresar su descontento con la sociedad actual, que los margina, los ignora y golpea. Es la manera más fácil y directa que conocen para hacer notar su presencia, aunque con actos delictivos. Al respecto LAZO, H. (2002:37), menciona: "ser pandillero es una forma de llenar vacíos y reemplazar soledades, una manera dramática de demandar "sin querer queriendo" que alguien – su familia, su barrio, la sociedad – los escuche, entienda y no haga oídos sordos a sus demandas".

Al respecto ABAD, Dante (2000) en el estudio "Algunas de las causas que crean las condiciones para que existan las trágicas y popularmente conocidas "Pandillas Juveniles" en el Sector VII de Villa El Salvador", concluye: "Para muchos adolescentes y jóvenes la pandilla aparece como el único espacio en la que pueden estar y ser aceptados. Al parecer no hay mucho en que optar o no conocen esas otras opciones. Por ello, frente a la interrogante: ¿Qué están haciendo los dirigentes para solucionar los problemas que aquejan a los adolescentes y jóvenes de su grupo residencial?. El 86% responden que los dirigentes no están haciendo nada para solucionar los problemas que los aquejan. Cuando se les hace la misma pregunta relacionada a la Municipalidad, un 40% arguye que la municipalidad no hace nada, mientras que el resto responde que no sabe si esta haciendo algo".

Conforme a los resultados obtenidos podemos apreciar que 6 de cada10 pandilleros y 4 de cada 10 adolescentes que no incursionaron al pandillaje, expresan sentimientos de exclusión social. Los adolescentes creen que casi nadie se preocupa por sus problemas y viven el presente con desánimo. Consideran que vivir en democracia o en dictadura no supone ninguna diferencia y que la justicia en estos tiempos de corrupción y malicia, simplemente no existe; entonces tratan de alejarse de las normas sociales y constituir su propio espacio – la pandilla -, como una manera de lidiar con sus frustraciones y lograr reconocimiento en su agrupación. Este planteamiento es compartido por LAPLZA, C. (1998:14) quien arguye que, el adolescente marginado o sin éxito, puede obtener de algún modo substitutivo una especie de gloria, vinculándose con la delincuencia.

Se infiere entonces que, los adolescentes con sentimientos de exclusión social presentan 2 veces más riego de integrar alguna pandilla, en comparación a los adolescentes que no expresan estos sentimientos.

En síntesis, los sentimientos de exclusión social representa un factor de riesgo moderado asociado al pandillaje en los adolescentes, por tanto, se plantea la necesidad de establecer o crear mecanismos de estímulo que permitan un mayor acercamiento de los adolescentes a la sociedad que los rodea, y de esta manera, hacer suyo un proyecto de vida y deseos de contribuir con el desarrollo del país y la región.

  • Tipo de familia

Dependiendo de quienes constituyen la familia, se pueden distinguir cinco tipos de hogares cuyas relaciones internas y externas pueden ser significativamente diferentes (INEI:ENAHO.2002-IV): unipersonal (constituida por una sola persona), nuclear (conformada por el jefe de hogar, su cónyuge e hijos), extendida (integrada por el jefe de hogar, su cónyuge, hijos más otros parientes), compuesta (igual de los nucleares o extendidos más otras personas que no son parientes) y sin núcleo (conformada por el jefe de hogar sin cónyuge ni hijo, aunque puede haber otras relaciones de parentesco).

Para efectos de estudio, es suficiente estratificar la estructura familiar como nuclear y no nuclear. La estructura nuclear considera a la familia integrada por ambos padres y los hijos, pudiendo existir otros familiares colaterales o parientes. La estructura no nuclear aborda específicamente a la familia incompleta, en cuya estructura no está presente alguno o ambos padres. Se realiza esta estratificación porque se considera que en la socialización y educación de los hijos, intervienen ambos padres, por cuanto la ausencia de alguno de ellos, podría modificar la función familiar.

Según OPCION (2004:267), en el país existe una heterogeneidad de estructuras familiares. La estructura nuclear alcanza el 54.8%. Estas estadísticas confieren respaldo a las referencias de WHALEY & WONG (1995:38), quienes afirman que en últimos tiempos han surgido nuevas estructuras familiares, debido a la ausencia de alguno o ambos padres por muerte o separación.

Al respecto RIVERA, J. (2003:3) menciona: "La estructura familiar actual probablemente es muy diferente de la que existió décadas atrás y se espera que los cambios en la vida familiar sean mucho más profundos en el futuro. Es posible que los niños de hoy sólo tengan un hermano y ambos padres trabajen fuera del hogar. En la actualidad, un niño tiene entre un 40 y 50% de probabilidad de crecer con un solo padre, más a menudo con la madre y quizás a causa del divorcio".

Para ABAD, D. (2004) los adolescentes pandilleros proceden principalmente de familias no nucleares incompletas (79.99%), sea por fallecimiento de alguno o ambos padres (33.33%) o por la separación los mismos (46.66%).

Según JORGE, H. (1998:67-68): "La familia como institución importante de la sociedad y como espacio socializador de niños, adolescentes y jóvenes, no está cumpliendo con sus funciones como ente social para la formación integral de sus miembros, generando crisis, vacíos y desajustes, la cual deja de ser un referente para los jóvenes que atraviesan esta coyuntura y que integran pandillas".

A la luz de los resultados obtenidos podemos apreciar que, 6 de 10 pandilleros proceden de hogares no nucleares o incompletos, sean éstos por muerte (2) o separación de los padres (4). Estos adolescentes generalmente viven con sus madres y hermanos, donde la figura paterna simplemente no existe. Esta situación se traduciría en la falta de autoridad de las madres en la crianza y educación de los adolescentes, quienes valiéndose de esta condición adversa, rebasarían los límites de permisibilidad, adoptando antivalores y sin patrones de conducta o referentes positivos con los cuales puedan identificarse, tal como señala LAZO, Hernán (2002). Estos modelos de crianza inadecuados, con reglas poco claras según la Corporación peruana para la prevención de la problemática de las drogas y la niñez en alto riesgo (OPCION. 2003:308), dificulta la internalización de valores que deben regir su comportamiento, haciéndolos más vulnerables al pandillaje juvenil.

Se evidencia entonces que los adolescentes procedentes de familias no nucleares tienen un riesgo casi 3 veces mayor de integrar alguna pandilla, en comparación a los adolescentes que viven al interior de familias nucleares. Por tanto, las familias necesitan abandonar modelos educativos permisivos o meramente restrictivos. Lo primero que se debe cambiar es precisamente los modelos de interacción de los padres como agentes educativos. Esto significa que deben adoptar modelos consistentes de conducta positiva y que mantengan relaciones sociales y afectivas pertinentes con los niños y adolescentes.

En conclusión, la familia no nuclear constituye un factor de riesgo fuerte asociado al pandillaje en los adolescentes, en consecuencia debe tenerse en consideración que en la formación de los hijos no es suficiente el referente materno, es necesaria también la intervención de la figura paterna, que en suma cumplen funciones complementarias y holísticas.

  • Funcionalidad familiar

La familia como institución básica de la sociedad, tiene como función esencial asegurar la socialización de los suyos, es decir, su desarrollo, integración e identificación con la sociedad de la que forman parte. En este ambiente de interrelación los niños y adolescentes aprenden normas de convivencia social, tras la adquisición de valores, comportamientos e intereses de cada uno de sus miembros. Podríamos decir, que la familia es el espacio más importante para la educación de los hijos, por tanto, el mantenimiento de una adecuada función familiar representa un factor protector y asegurador del desarrollo de habilidades sociales.

El funcionamiento familiar se ha visto perjudicado por la situación económica precaria de las familias. Según la Comisión Nacional de Derechos Humanos (2004), los hogares ayacuchanos con necesidades básicas satisfechas alcanzan apenas el 17.2%, es decir, al rededor del 82.8% de familias se encuentran en situación de pobreza. Para LAZO, H. (2002:37) la desintegración familiar y el abandono moral constituyen las principales causas para que los adolescentes y jóvenes se integren a las pandillas. Arguye que, la familia actual como institución básica de la sociedad esta en crisis, por ende, existiría un alto porcentaje de separaciones y abandono familiar. Por otro lado, la ausencia de los padres en el hogar, empujados por la crisis económica, hace que se dediquen más tiempo a la obtención del ingreso familiar que ha brindar apoyo emocional y afectivo a los suyos, lo que generaría un vacío que la sustitución de la crianza de los hijos por otros familiares o conocidos, no podrían llenar.

Al no ser llenada esta sensación vacío, los adolescentes optan por la búsqueda de ese espacio, encontrando en el camino con pares que enfrentan las mismas dudas y temores, tornándose en una alternativa formar grupos o "pandillas" capaces de compartir y sentirse apoyados y no ser "un nadie" más, tal como sustenta el PROMUDEH(1997). En la familia disfuncional cambia totalmente la situación familiar, la familia ya no es sólo el lugar de expresión o aprendizaje del amor y de los vínculos afectivos, sino que pasa a ser el lugar en que las personas expresan sus conflictos y manifestaciones agresivas; peleas, discusiones, indiferencia tal como propone OPCION (2004:80).

Los adolescentes necesitan de un referente claro de una familia funcional, para identificarse con ésta, sentirse seguros y protegidos, dado que el periodo de la adolescencia, se asocia con reiteradas situaciones de crisis emocional (SOBREVILLA, C. 1996). Prácticamente las investigaciones citadas, ubican a la familia como el espacio clave para la formación y el desarrollo de habilidades sociales de los hijos. Por ello, los adolescentes atribuyen marcada relevancia al aspecto formativo que se da dentro del hogar, al entorno cálido donde prime la armonía, comunicación, cohesión, cumplimiento de roles y permeabilidad entre los miembros. Cuando esto no existe, el adolescente comienza a sentirse excluido, no valorado e inseguro. Esta situación hace que los adolescentes busquen refugio en las pandillas, espacio que le permite contar con una autovaloración positiva y enfrentar con un apoyo afectivo – emocional, los problemas de la vida cotidiana, como un manera de compensar la soledad y las frustraciones.

Al respecto ABAD, D. (2002) señala: "No a todos afecta con similar magnitud los problemas familiares, según el estudio efectuado a adolescentes y jóvenes de Villa El Salvador, los "integrantes de las pandillas" son los más sensibles y afectados por la desintegración; esto es porque ellos admiran a sus padres, principalmente a la madre, recordemos a aquellas frases que pintan en las paredes de las avenidas: "Dios, mi madre… y el equipo preferido", son los referentes más relevantes. Ante la pregunta ¿A tu parecer cuales son las causas o motivos que originan el pandillaje juvenil?. El 40% señala principalmente a la incomprensión familiar y 13.33% a la violencia familiar".

Los resultados describen que 6 de cada 10 adolescentes que forman parte de alguna pandilla y 4 de cada 10 adolescentes que no integran estos grupos informales, viven al interior de familias disfuncionales o con problemas de interacción, condición adversa que vendría ocasionando problemas emocionales en los suyos. Por otro lado, los adolescentes que perciben el entorno familiar como disfuncional, tienen 9 veces más riesgo de integrar una pandilla en comparación a quienes viven al interior de familias con una dinámica funcional.

En conclusión, la disfuncionalidad familiar constituye un factor de riesgo fuerte asociado al pandillaje en los adolescentes, por tanto, la familia debe asumir su rol de célula básica de la sociedad que promueva la formación integral de sus miembros, alejándolos de las conductas antisociales que podrían lacerar la salud individual y familiar.

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