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La bioética como componente de la actuación científica de enfermería (página 3)


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El estudio de este presupuesto ha sido a través de la historia un producto controvertido, ya que existen teorías idealistas acerca de que es conocer, no solo, no viendo a este como acto donde el medio y el contexto socio-histórico juega un papel impredecible y de ahí que defendamos la teoría marxista del conocimiento, a partir de la contemplación viva, es decir lo que sentimos, percibimos, escuchamos y podemos sintetizar, generalizar, para después concretarlo en la práctica.

El conocimiento, es un proceso del cual la realidad se produce como un reflejo por el cerebro humano, teniendo en cuenta la experiencia que lo ha precedido.

Partiendo en concepto de conocimiento que incluye el reflejo y reproducción en el pensamiento humano, por la unidad entre lo que se excluye la actividad práctica, el fin del conocimiento, es alcanzar la verdad objetiva. En el proceso del conocimiento el hombre adquiere saber, se asimila conceptos acerca de los fenómenos reales, va comprendiendo el mundo circundante. Dicho saber se utiliza en la actividad práctica, para transformar el mundo; para subordinar la naturaleza a las necesidades del ser humano, El conocimiento y la transformación práctica de la naturaleza y de la sociedad son frutos de un mismo conocimiento histórico.

La corrección lógica es condición necesaria (aunque insuficiente) de la veracidad. Criterio de la verdad medida para valorar alguna cosa. Recurso para comprobar la veracidad de la falsedad. El criterio de la verdad radica en la práctica social. Los procedimientos para comprobar la verdad es la práctica.

Ahora bien, comprobar las teorías científicas en la práctica, no significa convertirla en algo absoluto. En la teoría del conocimiento, el marxismo ha sido el primero en incluir la práctica como criterio de la verdad.

Ya que el conocimiento verdadero parte del contacto del hombre con el mundo y de la experiencia adquirida a través de la actividad, en la comprobación práctica del conocimiento como criterio de la verdad. El mismo demuestra 3 niveles: reproductivo, aplicativo y creativo. Siendo en la actividad donde se aprende, y se demuestra lo aprendido, porque el hombre es lo que es su actividad.

Hace ya alguno años que el interés suscitado por el estudio de la filosofía en nuestro país estaba reclamando la edición de una historia de la filosofía. No es éste un interés meramente intelectual, resultado de la curiosidad ociosa provocada por las conmociones que de vez en cuando sacuden a ciertos círculos y cuyas causas visibles parten de la aparición de nuevas corrientes del pensamiento o de algunos talentosos escritores que se convierten en "revolucionarios" del mundo especulativo en el que viven algunos intelectuales.

Los verdaderos procesos de cambio social exigen una amplia participación en la acción histórica, y esa exigencia se hace muy presente en la construcción del socialismo. Por esos caminos andamos y son ellos los que han determinado el gran movimiento cultural que se desenvuelve en Cuba. La aspiración es ahondar cada vez más, no solamente buscando una acumulación de conocimientos, sino procurando clarificar nuestro pensamiento para convertirlo en un real y efectivo instrumento de la acción.

Nuestra filosofía, nuestro instrumento teórico, el marxismo, al que no consideramos como un conjunto de tesis definitivas cuya fijación nos dispensa de toda indagación, de toda confrontación. Lo revolucionario del marxismo, lo que lo hace instrumento, es el método. Pero no un método como realidad en sí, como algo que puede ser elaborado en abstracto y asimilado así para creernos después en posesión de la verdad absoluta, ya que ello conduciría a una simplificación deformante. El método marxista pierde su vitalidad y razón de ser fuera de toda aplicación. Por ello decimos que nuestra filosofía es historia, que la práctica es la base de toda formulación teórica y la que la teoría que no se prueba en la práctica es meramente escolástica.

Esta "Historia de la Filosofía" fue concebida con el propósito de mostrar la esencial humanidad de los filósofos. Ya que en ella, se puede ver únicamente desorden y amontonamiento de opiniones; pero excluye también que se pueda ver en ella un orden necesario dialécticamente concatenado, para el cual la sucesión cronológica de las doctrinas equivalga al desarrollo racional de momentos ideales constituyentes de una verdad única que aparezca en su plenitud al final del proceso. ([11])

En verdad la historia de la filosofía es historia en el tiempo, por lo tanto problemática; y está hecha con doctrinas y momentos ideales, sino con hombres solidariamente ligados por la búsqueda común. Cualquier doctrina sucesiva en el tiempo no es, por esto solo, más verdadera que las precedentes. Se contrae el riesgo de que enseñanzas vitales se pierdan u olviden, como a menudo ha sucedido y sucede; de aquí que debamos rebuscar incesantemente su significado genuino.

La investigación realizada en el municipio de San Antonio de los Baños, en la (UC), sobre el comportamiento clínico-epidemiológico del infarto agudo del miocardio, está sustentada en el método materialista dialéctico pues tiene en cuenta las leyes del pensamiento, la naturaleza y la sociedad, ya que a partir de una problemática real diagnosticada con el empleo de métodos teóricos, empíricos estadísticos se llega a la verdad existente en la UC de nuestro municipio.

Los métodos empleados son los que la ciencia determina como fundamentales en la búsqueda de los preceptos más actuales teniendo en cuenta el análisis, la síntesis como procesos lógicos del pensamiento del hombre lo cual presupone el enfoque dialéctico de la investigación porque la misma puede seguir siendo enriquecida con los elementos que se disponen en el momento de la elaboración de la misma.

Lo anteriormente expuesto en esta investigación lleva implícito la aplicación de las leyes de la dialéctica:

  • Ley de la Negación de la Negación: a través de la contextualización de la teoría analizada sobre algunas consideraciones éticas y bioéticas de la actuación de enfermería en el infarto agudo del miocardio, el diagnóstico clínico-terapéutico que existe y se emplea, en Cuba y en el mundo, se produce una primera negación de la ética clásica basada en diversas posiciones de búsqueda de la verdad por la cristianizada por los teólogos medievales en que se esa ética se ponía en función de la justificación de los dogmas religiosos, de su verdad, sin posibilidad de debate, llegando hasta el Tribunal de la Santa Inquisición en su defensa, al ser la filosofía sierva de la teología, en la segunda negación se niega ese dogmatismo en tanto paraliza el proceso y retoma de la primera negación lo positivo que en ella se encontraba de búsqueda de la verdad

  • Ley en la Unidad y Lucha de Contrarios: se analiza por las propias contradicciones que genera el diagnóstico reflejado en las opiniones de aceptación de las personas que han sufrido un IAM y que mantienen hábitos tóxicos, lo más importante es el entendimiento de la eliminación de los mismos y de esta forma lograr la incorporación a la sociedad de los individuos implicados en la lucha por la eliminación de lo que lo daña, hábitos que por su carácter práctico constituyen las costumbres difíciles de eliminar, a pesar del conocimiento que ese daño ocasiona.

  • En esta investigación se aplica una ley de la lógica (Ley de Identidad): es decir que los razonamientos que se expresan producto de la investigación tiene un solo sentido identificar el mal y erradicarlo. En las memorias escritas en esta investigación se deja claro con que concepción se trabaja y cuál es la expresión comprendida como concepto o juicio.

Además se trabaja con la categoría filosófica de la libertad y la necesidad, pues se expresa la relación entre la actividad del hombre y las leyes objetivas de la naturaleza ya que en esta investigación se declara cual es la necesidad objetiva con relación al uso de los hábitos tóxicos y estilo de vida dentro de los factores de riesgos cardiovasculares modificables y no modificables y se da la posibilidad de analizar cuál será la conducta más razonable según las relaciones de producción que establece la sociedad, la ética y el desarrollo de los valores, el sentido de pertenencia hacia la ideología que se defienden mientras más el hombre conoce las verdades mejor será su tránsito por el camino de su propia actividad.

En este trabajo se aplicó el consentimiento informado como modalidad de la bioética para obtener toda la información analizada. Se consultó con los pacientes implicados en la muestra seleccionada y se tomó declaración de la aceptación de los mismos a participar en la investigación, con consentimiento informado, como modalidad de la bioética para obtener toda la información analizada.

Es bueno señalar que en las circunstancias actuales que vive el mundo, los países subdesarrollados siguen siendo las principales víctimas de los cambios que ocurren en la economía internacional, y el sector de la salud se halla entre aquellas áreas que han quedado relegadas. Por otra parte, las injustas políticas de ajuste económico repercuten fundamentalmente en el desarrollo social, con un sostenido déficit de recursos que se refleja en las reducciones de los presupuestos destinados a la salud, a lo que se le adiciona la persistencia de una desigual distribución del ingreso nacional, de forma tal, que amplios sectores de la población quedan marginados al acceso de la tecnología de punta, sino incluso a los más elementales servicios de salud.

Es importante enfatizar que a pesar de que los países ricos poseen amplia disponibilidad de estas técnicas terapéuticas y de una atención de excelencia médica y de enfermería, hay sectores de la población que no tienen acceso a la misma por el costo de los servicios médicos. La ciencia y la tecnología médica nos pone frente a nuevos hechos para los cuales no se tienen respuestas o cuyas consecuencias cuestionan nuestras más caras convicciones morales y espirituales; ya que aquellos que manejan nuevas técnicas disponen de un poder que se hace cada vez mayor, y se requiere que de alguna manera se adopten regulaciones para limitar este poder en defensa de los derechos de los afectados.

Los recientes avances experimentados por la biología molecular, la terapéutica hemodinámica invasiva y su aplicación a la medicina abren posibilidades insólitas para la lucha contra las enfermedades humanas e incluso para el futuro biológico del hombre; pero cada avance nos pone a su vez ante alternativas difíciles.

Fidel Castro ha señalado que ¨En tanto la salud no sea considerada como un derecho fundamental del hombre y un deber de la comunidad, en tanto no se reconozca la responsabilidad del estado de cada país en la atención y cuidado de la salud, en tanto no desaparezcan las desigualdades en la distribución de los recursos para la salud a escala nacional e internacional, en tanto no se luche frontalmente contra la pobreza, el hambre, la ignorancia y la insalubridad, poco será lo que podrá lograrse en el mejoramiento de la salud humana en el mundo subdesarrollado….¨, estas acertadas palabras resume que solo la voluntad política de una nación permite disponer los recursos y por tanto de la tecnología de avanzada a favor de la población y poder disminuir grandemente la morbimortalidad por enfermedades cardiovasculares. ([12])

Los problemas éticos de carácter científico se presentan continuamente en la práctica médica y especialmente los relacionados con los adelantos científicos de la cardiología de carácter diagnóstico, pues el alto costo de estos recursos obliga a utilizarlos de manera selectiva, y es entonces cuando surge el conflicto ético, de quiénes deben beneficiarse de ellos y quiénes no (principio de Justicia). La justicia requiere que los beneficios de la investigación sean repartidos equitativamente entre todos los grupos y clases de la sociedad, sin tener en cuenta edad, sexo, estatus económico, cultura y raza.

Una medicina con un mayor grado de desarrollo en su tecnología de aplicación es, desde luego, más precisa pero también resulta mucho más costosa y se le observa así mismo incidir todos los días, negativamente, en el binomio del que cura con el que padece, como si atentara con la aplicación en la práctica del principio bioético de la justicia, el cual se sustenta en la obligación ética de dar a cada una de las personas lo que verdaderamente necesita o corresponde, en consecuencia con lo que se considera correcto y apropiado desde el punto de vista moral. Si tenemos en cuenta que el principio bioético de beneficencia o no maleficencia es en esencia la obligación ética de aumentar, tanto como ello sea posible, los beneficios de reducir al mínimo los daños y prejuicios que el individuo pueda recibir, el no poder dar al paciente el apoyo tecnológico para aliviar o curar su enfermedad, pone en detrimento dicho principio.

La asignación de prioridades a las necesidades urgentes de cada paciente, por encima de las consideraciones generales de justicia para todos o de la estructura del sistema general de atención de salud, permite que el médico pueda distinguir sus obligaciones médicas como profesional de sus deberes cívicos como ciudadano. Por otra parte, las aspiraciones del paciente, que desea ser examinado con la tecnología más avanzada, no siempre coinciden con las del médico, lo cual es también fuente potencial de conflictos éticos. En la mayoría de los países pobres los sistemas de salud privados se enfrentan frecuentemente a conflictos bioéticos, pues estas instituciones, en su afán de ganancias, propician soluciones a conflictos sobre a quién atender y con qué tratamiento, que no son bioéticamente válidas, pues no ponen al paciente en el centro del problema.

La práctica actual de la medicina enfrenta continuamente al médico facultativo con dilemas o problemas de tipo ético relacionados con los adelantos obtenidos en el campo tecnológico, ya sean éstos de carácter diagnóstico o terapéutico. Muchas decisiones de conflicto determinan que el médico no siempre desarrolle una conducta de respeto a las esperanzas y los deseos del enfermo debido a que en muchas directivas de los políticos, se favorecen más las inversiones para la sociedad en su conjunto que para el individuo aislado. A pesar de las indudables bondades tecnológicas de tales procedimientos, su elevado precio encarece sustancialmente los servicios médicos, limitando de manera considerable el número de individuos que pueden tener acceso a los mismos, aunque realmente necesiten de ellos para un diagnóstico preciso y de rigor. Esto va en detrimento de la aplicación consecuente de todos los principios bioéticos: autonomía, justicia y beneficencia, con repercusiones adversas sobre la calidad de la medicina primaria, comunitaria o de familia, incluso de la secundaria y de la terciaria. Con el daño iatrogénico se violan los principios bioéticos, los cuales deben prevalecer al margen de la necesaria aplicación y utilización de los avances tecnológicos que resultan de la aplicación, inteligente y consecuente, de los conocimientos científicos actuales; al margen, también, de la realización de las imprescindibles investigaciones biomédicas con sujetos humanos, necesarias para el conocimiento de los problemas que, al ser resueltos de manera lógica, van a contribuir de manera significativa a su felicidad, espiritual y material.

En ocasiones el avance tecnológico en su aplicación individual no siempre es del todo favorable, afectando esa necesaria corriente magnética que, cuando se establecen en forma fructífera, conocemos como relación médico-paciente.

Generalmente esta tecnología de avanzada se diseñan y estandarizan en centros de investigaciones donde existe la tecnología apropiada para ello (nivel terciario) y donde el personal científico encargado debe tener ciertas características que se resumen en la palabra idoneidad, atrás ha quedado la imagen del científico aislado, que actuaba por sus propios medios en su laboratorio, han aparecido entonces como parte del desarrollo científico-técnico otros modelos de investigación con un fundamento claramente establecido de la metodología del conocimiento científico donde la ciencia supone la búsqueda de la verdad, y antepone producción, difusión y aplicación del conocimiento y esto lo distingue y lo califica en el sistema de la calidad humana y lo vincula tanto a la relación sujeto-objeto como sujeto-sujeto. Toda actividad humana supone el establecimiento de un sistema de relaciones que hace posible el trabajo científico, cuya esencia es la producción científica que a su vez está integrada por diferentes colectivos de personas relacionadas para desempeñar tareas específicas que han seguido un proceso de perfeccionamiento, especialización e inspiración que las distingue de otros procesos sociales. ([13])

Uno de los aspectos de la moral científica es la actitud del investigador para con su trabajo. El sociólogo norteamericano Robert K. Merton, al referirse al científico, dijo que sus virtudes deben ser la honestidad intelectual o veracidad, la impersonalidad y el desprendimiento, entre otras. ([14])

En nuestro país, existe la voluntad necesaria para desarrollar al máximo las tecnologías de punta en el sector de la salud, cuyo ejemplo más fehaciente ha sido la creación del Polo Científico de Occidente, donde se conjuga el conocimiento científico con la profesionalidad y el humanismo del personal, donde la puesta en marcha de una tecnología de avanzada tiene como principal objeto al sujeto, que redunda a su vez en un beneficio para la colectividad.([15]) Es de destacar la profesionalidad y la responsabilidad del científico de nuestros días, de lograr aplicar la nueva tecnología que emerge buscando nuevas posibilidades, con rigor, seriedad y sentido de pertenencia. Otro valor es la verdad y su servicio desinteresado, como se solía proclamar que el científico está al servicio desinteresado de la verdad.

Asimismo, el estado cubano reconoce los resultados de las investigaciones y de impacto tecnológico, estimulando con ello la creación científica, la visibilidad de la ciencia cubana como parte del patrimonio nacional y universal, así como su aporte al desarrollo socioeconómico del país.

Otro asunto del que se derivan obligaciones éticas es cómo se asignan los recursos con los que se financia la investigación. Hay una única manera de hacerlo bien: evaluando la calidad de los proyectos mediante criterios internacionalmente aceptados. Si no se procede así, independientemente de la cantidad de dinero del que se disponga, el sistema científico se convertirá en mediocre y, en consecuencia, refractario al cambio. Debemos exigir a los administradores de la ciencia "idoneidad, pluralismo y "transparencia". Ya que el estado cubano no ha escatimado recursos en poner a disposición del personal de salud de esta importante tecnología, para beneficio del paciente y de la comunidad.

Desde el punto de vista de los investigadores científicos, ellos deben ser capaces además, de integrar dichos avances al quehacer médico diario, para el bien y en aras de la conservación de la vida, completando así la relación más acabada y completa existente entre el ser humano y las denominadas ciencias de la salud, ya que la Bioética no se la debe limitar solamente al ejercicio de la medicina, de su práctica en el contexto más amplio, cuyo uno de sus objetivos es encontrar el nuevo marco racional y creativo que sustenta a cada nuevo avance en el conocimiento científico. Todo esto redunda en beneficio del paciente y la comunidad.

La investigación científica debe tener siempre como punto de partida una sana e integral antropología que debe subyacer al marco ético-jurídico en el que se debe desenvolver; en este sentido toda investigación biomédica debería realizarse en el contexto de una responsable solidaridad respetuosa del bien común personal, socio-familiar y ambiental. No todos los experimentos positivos en plantas y animales deben ser necesariamente siempre aplicados a nivel humano.

Cuba ha sido escenario de varias contiendas y enfermedades como el dengue y la fiebre porcina introducidos como arma biológica por los EE.UU., así como la disminución de los recursos para la hemodinámia invasiva, proveniente del campo capitalista, el uso de la tecnología de avanzada ha permitido caracterizar los mismos y mostrar pruebas irrefutables contra lo que se considera un acto contra la dignidad humana.

Vivimos un tiempo de incertidumbre moral. Los descubrimientos científicos y sus consecuencias tienen cierta responsabilidad por ese estado en que nos encontramos. Eso, desde luego, no depende sólo de la ciencia y los científicos. El problema es que la ciencia es un fenómeno social. La actividad científica es una actividad humana entre otras y está enlazada con las restantes dimensiones de lo social: política, económica, moral, entre otras.

Hoy, más que ayer, somos testigos excepcionales del renovado despuntar de nuevas proezas, de vastas conquistas y aportaciones. Nuevos medicamentos, nuevas vacunas, ingeniosos procedimientos de alta especificidad y sensibilidad para el diagnóstico, significativos adelantos en la llamada medicina molecular, terapéutica pasiva-invasiva con asombrosas aplicaciones terapéuticas y grandes innovaciones revolucionarias en el campo de la medicina y la cirugía. Todo ello tiene como objetivo, en definitiva, llevarnos a una medicina más precisa, a salvar exitosamente aquella utopía de los médicos de las épocas ancestrales: el acceso a una medicina y gestión de enfermería a nuestro alcance para poder disponer de ella, en el ejercicio médico, como una ciencia exacta. En este sentido los resultados han sido realmente benéficos. ([16])

…¨cuando en una sociedad se respetan y aplican los principios bioéticos, el ser humano logra alcanzar un grado más alto de humanización, donde no puede influir ninguna corriente del mundo exterior en desarrollo, porque siempre se remitirá a la conciencia y a la dignidad interior de sus principios que, en muchas ocasiones, serán las respuestas a las diferentes circunstancias en que se vea sumergido¨.([17]) Es evidente que el hombre necesariamente tiene que aprovechar las oportunidades que le da su profesión u oficio para convertirse en un hombre de ciencia y técnica integralmente preparado, aspecto este que en nuestro país constituye una idea esencial y materializada en la concepción de la vinculación de la escuela con la vida, lo teórico con lo práctico, ya que es aquí donde el hombre aprende a ser responsable, colectivo y a enfrentar los propios problemas que le competen en la sociedad.

Las reformas educativas en el campo de salud exigen profesionalización de los docentes asistenciales, reclaman de ellos capacidad investigadora como uno de los elementos claves e imprescindibles como reto para mejorar la enseñanza y la calidad de atención a los pacientes en el campo de salud cubana.

Se necesita entonces considerar que la investigación científica es propia de la actividad humana en el contexto donde se tiene en cuenta la operacionalidad de las diferentes habilidades de búsqueda, transformación y constatación de resultados cambiantes en el marco de enseñanza y aprendizaje donde el hombre necesita intercambiar con su medio.

Otro elemento ya mencionado a tener en cuenta es el vínculo teoría práctica en el sistema de salud por parte de nuestros médicos y enfermeros, este favorece el carácter dialéctico y contradictorio del proceso de búsqueda de conocimientos científicos al problematizarse tanto la teoría como la práctica, por eso es esencial que en el proceso de salud se produzcan contradicciones entre lo conocido y lo desconocido, entre lo logrado y las nuevas exigencias. Este tránsito permite alcanzar una nueva forma de desarrollo, evidenciándose la flexibilidad como principio del método científico pues una situación polémica puede entrañar diferentes problemas, pueden utilizarse diferentes métodos y técnicas de investigación en tanto se ajuste el objeto de estudio que siempre debe enfatizarse en sus génesis , o sea, sus relaciones causales y su carácter histórico concreto, es por ello que se hace necesario que se cumpla otro de los principios del método científico: el análisis multifactorial, lo que favorece una comprensión holística del problema, lo que redunda en el desarrollo del pensamiento científico educativo, la motivación y el compromiso profesional que debe establecer el médico y el enfermero para con sus pacientes y la sociedad, que no se puede quedar en la mediocridad el trabajo científico sino que debe hacerse un trabajo donde se consideren los principios del método científico.

Por lo que se hace necesario elaborar nuevas estrategias de capacitación que permitan al profesional de la salud cumplir con la función docente, asistencial, investigativa, ya que siempre que se realice el diagnóstico correcto de la realidad de forma científica se abordará el método de la ciencia en función de la problematización y aplicación de la práctica educativa.

El componente laborar es entonces el punto de partida del conocimiento de su profesión, como comprobación de la teoría y como aplicación de esta en la práctica, cuando el profesional analiza sus vivencias o experiencias que se le dan en su actividad diaria pueden ser el punto de partida del conocimiento favoreciendo el tránsito de lo sensorial a lo racional, cuando el conocimiento ha sido utilizado como comprobación de la práctica se está en presencia de una validación de ellos como criterio de la verdad. Esto en los actuales y renovadores modelos pedagógicos de ciencias médicas no es suficiente porque el docente, médico, enfermero, tutor tiene que ser productor de conocimientos como parte del perfeccionamiento continuo y de esta forma estaremos cumpliendo con la formación del nuevo profesional en el campo de la salud cubana.

La medicina de hoy aborda los conflictos e insuficiencias que surgen en un contexto dado, con el fin de observas, conocer, definir, y así controlar a las personas mientras al mismo tiempo intenta curarlas y así ayudarlas. La ciencia médica se alza como ciencia del ser humano, tanto en cuerpo como en psique, y por ello se considera en el centro del esfuerzo por comprender a los seres humanos. No obstante, esta misma objetivación, este tratamiento de personas como objetos que estudiamos y manipulamos, conduce a los problemas prácticos que interfieren con el éxito de la atención a la salud. Como veremos, la objetivación en sí es una forma de poder o control sobre otros que induce a problemas en la relación médico-paciente.

Los médicos, doctores, enfermeros, y estudiantes, frecuentemente, notan el efecto deshumanizante tanto de su práctica y de la tecnología que se utiliza como de la educación que ellos reciben y dispensan, deshumanizante tanto para ellos como doctores como para sus pacientes

Por lo que la ética médica ha tenido consecuencias. Puesto que tratamos con cuestiones de cómo respetar a los pacientes en tanto personas y como lograr el éxito médico, debemos tener en cuenta que cualquier explicación asume cierto nivel de razonamiento, cierto tipo de respuesta que satisfaga adecuadamente la pregunta hecha. Un campo de posibilidades se encuentra implícitamente delineado en la misma composición de una pregunta y en los mismos términos que utilizamos. ([18]) En el campo de la ética médica, hemos limitado nuestras interrogantes y nuestras suposiciones en formas que correspondan con el orden social prevaleciente; al hacerlo, nos hemos separado de la posibilidad de hacer a la medicina más humana. Tomamos a un determinado objeto de investigación (un paciente no saludable) y lo juzgamos contra el modelo o norma ideal. Suponemos que una explicación adecuada del problema médico debe hacerse en términos de la fisiología del organismo aislado, individual. Tomamos como nuestros objetivos médicos la erradicación del tejido enfermo y el control del estilo de vida del paciente (desviante). Damos, entonces, por sentado, relaciones de poder desiguales entre doctor y paciente. En estas suposiciones ocultas, nos constreñimos a ciertos parámetros y posibilidades. Estas suposiciones, y otras, son parte de la dimensión subyacente o fundamental de la ética médica. Ellas son las condiciones de cierre que provienen del contexto social y raíces históricas de la práctica contemporánea, con su alcance, la posibilidad de cambio significativo es improbable.

Al juzgar nuestras vidas en términos de un modelo saludable, feliz, próspero, colocado ante nosotros, de hecho escogemos un determinado campo de posibilidades para nuestra noción de "éxito" médico, limitamos los lugares donde localizamos los problemas, responsabilidades, faltas, y reducimos así nuestras respuestas a formas específicas. La trama social que se ha tejido desde Europa de los siglos XVII XVIII se centra en individuos, obliga a que nuestra explicación utilice esa ontología individualista. Decidir las cuestiones de "¿Qué son la personas?" "¿Cómo respetamos a los pacientes como personas?" al nivel de lo individual y en términos de una estructura social establecida deja ese contexto mayor sin responder, sin debatir, sin contradecir. Tal razonamiento deja intacto, de hecho lo apoya y perpetúa, el orden social y relaciones de poder que generaron tal ontología atomística. Como las personas se definen a sí mismas y al éxito médico en términos del modelo saludable, limpio, antiséptico, moral, feliz, productivo hecho para ellas, enfocan su atención y esfuerzos a este nivel individual. Ellas aceptan el modelo brindado, cumplen las necesidades a que sirve el modelo, y aseguran estabilidad para ese orden social.

Aunque el actual proyecto de medicina humanizante puede fracasas, nuestras perspectivas no son desesperanzadoras. Nosotros necesitamos evaluar de modo más crítico nuestras suposiciones y objetivos filosóficos y ser más modestos sobre nuestros logros. La medicina ha desempeñado un papel central en la totalización de la sociedad, dispensando las normas y objetivos de una sociedad saludable. Pero la medicina trabaja en conjunción con las necesidades de un aparato productivo y con otros mecanismos disciplinarios; cambios significativos en uno requiere cambios en otros. Es este mayor entramado social el que necesitamos comprender y con el que necesitamos trabajar.

Sin embargo, desde las décadas de los años setenta, ochenta, y noventa del siglo XX se produjeron cambios epistemológicos importantes. Con justeza y una correcta interpretación axiológica y ética, insistiendo en la idea de que la sociedad en la que vivimos reclama una atención pedagógica y social en cuestiones que trascienden los objetivos clásicamente instructivos de la sociedad industrial y que apuntan hacia la formación procedimental, actitudinal y ética de la persona a lo largo de la vida y de las comunidades en el horizonte de la sociedad civil. La formación profesional en particular, debe incorporar el legado cultural, ético y pedagógico alcanzado en el contexto universal.

Conclusiones

  • La Bioética es una herramienta imprescindible que posibilita la ayuda a nuestros semejantes a realizarse a plenitud como personas, sobre la base de las leyes que rigen el movimiento y el desarrollo de las ciencias de la salud.

  • La aplicación consciente y consecuente de los principios de la Bioética lleva, a todas aquellas personas responsabilizadas con las investigaciones y la prestación de servicios biomédicos, a una mayor competencia y mejor desempeño en el ejercicio de sus actividades, hacia una excelencia investigativo asistencial en el campo de la Biomedicina. Poniéndose en práctica el método bioético del consentimiento informado para la realización de la investigación.

  • La relación médico-paciente puede reducirse al final a tres componentes principales: el médico, el enfermo y la sociedad, cada uno de ellos con una significación moral específica.

  • las leyes de la dialéctica, de la lógica, el método materialista y las categorías filosóficas fueron aplicadas en el conocimiento teórico-práctico del personal de enfermería en el modo de actuación en el infarto agudo de miocardio.

Recomendaciones

  • Continuar el estudio de la evolución de los pacientes hospitalizados en la UCC con vistas a incrementar los datos evolutivos de los mismos así como la utilidad del tratamiento, asistencia médica y atención de enfermería en la UC, teniendo en cuenta los principios de la ética y bioética

  • Continuar perfeccionando al personal de enfermería, basándonos en las leyes de la dialéctica y en los principios éticos-bioéticos, con el empleo de técnicas de asistencia al paciente y al diagnóstico, con el objetivo de garantizar una mejor atención integral al paciente con SCA.

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Autor:

Caridad Reyes Morales

Licenciada en Enfermería y MSc. En Urgencias Médicas.

Profesor Principal Asistente.

San Antonio de Los Baños.

2010.

FACULTAD CIENCIAS MÉDICAS OESTE HABANA.

HOSPITAL GENERAL DOCENTE

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