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Entre Zagreb y Jerusalem. Prácticas y memorias de la diáspora

Partes: 1, 2

    Descriptores Temáticos: Judíos; Diáspora; Argentina.

    INTRODUCCIÓN

    "El emigrante es una persona, la cual por siempre lleva consigo una herida abierta y muy sensible… .Es todo memoria, la cual llena sus sueños con imágenes de una hermosa infancia en la casa paterna, con la atmósfera dulce y gratificante de su ciudad y de su Patria abandonada.." (1).

    … El pasado necesita que se lo ayude, necesita ser recordado a los olvidadizos, a los frívolos, a los indiferentes…." (2).

    Las particularidades históricas de la Argentina como país forjado por la inmigración, ofrecen un laboratorio inagotable para estudiar hechos sociales, políticos y culturales relativos a las minorías nacionales. Entre éstas, al menos croatas y judíos comparten las propiedades de una inmigración compleja donde se mezclan el exiliado, el refugiado y el migrante que arriba intentando salir de la pobreza. Ambas minorías se hallan atravesadas por tragedias, genéricamente denominadas genocidios y ambas constituyen, en el caso croata al menos de 1945 a esta parte, como diásporas.

    El interés por estos procesos nos condujo a formularnos algunas preguntas, ¿Por qué unas situaciones entre otras, son preservadas y trasmitidas? ¿Por qué otras se olvidan o silencian?. ¿Qué papel cumplen estos acontecimientos fijados en la identidad y memoria colectiva?. ¿Cómo se manifiesta y reproduce en el tiempo, material y simbólicamente, la diáspora?. ¿Qué nos revelan las prácticas diaspóricas respecto a las sociedades contemporáneas?

    El período 1945-1948 marca un hito en la historia en el que se pusieron en juego el contexto internacional de inmediata posguerra, el derrotero de dos pueblos profundamente involucrados en los acontecimientos mundiales, judíos y croatas, y el importante y singular lugar ocupado por Argentina en la conjugación de ambos procesos.

    La creación del III Reich alemán, en 1933, indicó el inicio de la tragedia de la población judía europea, la que, a pesar de mostrar su cara más horrorosa con el Holocausto, no finalizaría con el triunfo aliado, sino que se prolongaría hasta que los cientos de miles de refugiados encontraran en la creación del Estado de Israel en 1948 una playa abierta que los recibiera. En 1945 llegaba a su fin el Estado Croata inaugurado en 1941 por Ante Pavelic y se consolidaba la nueva República Federativa Yugoslava del mariscal Tito. El fin del estado etno-nacional croata aliado al Eje y la configuración de un estado socialista marcó a fuego el último medio siglo de los diversos pueblos -croatas, eslovenos, serbios-y el devenir de grupos humanos alineados en uno u otro escenario. Así, miles de croatas inician el auto-exilio sorprendiendo a muchos la muerte como a otros luego, en la llamada Tragedia de Bleiburg, una serie de episodios de violencia y exterminio. Otros, lo que escapan a la "repatriación forzada" logran la admisión en los campos de refugiados en Austria e Italia a la espera de su localización en Europa u otros sitios del mundo, ya sin el status legal de una ciudadanía y una nacionalidad portada mas no reconocida en el transformado contexto internacional.

    Frente al problema internacional de los refugiados comienzan a actuar diversas organizaciones internacionales, públicas y privadas, religiosas, étnicas, etc. que intentan de diversos modos encontrar un lugar final para el asentamiento de estas personas. No obstante esta actividad el destino de los mismos no puede ser considerado sin tener en cuenta a los potenciales Estados receptores, sus políticas migratorias, regulaciones, interdictos, permisos, e intersticios administrativos. Todo lo cual nos permite una mejor comprensión de las peculiaridades de este fenómeno. A partir de estos procesos advertimos una primera diferenciación entre la naturaleza del refugiado y el inmigrante.

    A mediados de la década del ´30 la influencia del nuevo nacionalismo argentino impregna desde criterios de "latinidad" y "catolicismo" la construcción de "tipos" raciales, culturales, ideológicos, originalmente propuestos hacia fines del siglo XIX en el diseño de la "nación". Finalizada la guerra, el Estado, a partir de 1946 y en el marco de los planes quinquenales peronistas y los proyectos de industrialización y modernización a los que éstos aspiraban, reabre un período de inmigración planificada. Asimismo, las características de este proceso responden al alineamiento del gobierno de J. D. Perón a los nuevos parámetros propiciados por EE UU y apoyados decididamente por Gran Bretaña (3) , tendientes a cooptar técnicos y científicos provenientes de las países vencidos (L. Senkman, 1985).

    La selectividad reforzada desde el discurso público favoreció el ingreso de grupos "próximos culturalmente" creando una escurridiza gama de posibilidades de inclusión a la vez que institucionalizaba el rechazo a ciertos individuos, grupos étnicos e ideologías. Particularmente para el caso analizado, observamos que los grupos croatas fueron admitidos como refugiados entre aquellos grupos visualizados por el gobierno como "próximos", en tanto que los judíos, serían aquellos "lejanos" culturalmente, y por tanto, no deseados.

    Las comunidades judías y croatas argentinas, la sociedad civil organizada, los partidos políticos y las diversas organizaciones internacionales ejercieron presiones superpuestas, complementarias, antagónicas sobre las estrictas políticas migratorias impuestas por el Estado, logrando, en casos puntuales, revertir sus decisiones. Estos procesos manifiestan la complejidad del fenómeno migratorio en Argentina desde la década de 1930 hasta los primeros años de la posguerra. Esta interacción daría cuenta, así mismo, de las posibilidades y procesos de inclusión/ exclusión social de estos grupos y la conformación de sus identidades al interior del Estado argentino. Estas comunidades nacionales desplazadas, "expatriadas", son portantes y productores de una identidad y cultura nacional sustentada en lazos primordiales y una memoria colectiva anclada en tragedias; éstas "diásporas" se perciben a sí mismas como parte de comunidad nacional mayor, universal, con la cual comparten un devenir histórico, hundiendo sus raíces en orígenes remotos y proyectándose hacia un destino común.

    A partir del registro y análisis etnográfico y la lectura de documentos de las comunidades judías y croatas en Buenos Aires y Córdoba, y de otros modos de transmisión de lo "diaspórico" en diferentes soportes, intentamos dar cuenta de las diversas representaciones y prácticas en torno a las tragedias, "la" Historia, de las epopeyas, tragedias y próceres de "la" Nación tanto en el caso judío como el croata, los cuales se hallan condensados en diversos bienes simbólicos y materiales que reproducen épicas y esencialidades, teodiceas y mitos. A través de las acuerdos entre Italia y Argentina y con la mediación de diversas instituciones como el Vaticano, la Iglesia Ortodoxa rusa, Congregaciones religiosas católicas, la Cruz Roja Internacional, Organización Internacional de Refugiados (IRO), los Comités de Inmigración por nacionalidad en Roma, los pedidos de las asociaciones y redes sociales connacionales en Argentina (4), y de Eva Perón, miles de croatas, entre otros grupos, recibieron los permisos para ingresar a la Argentina entre 1946 y 1948. (5) Particularmente, en 1948 se produce un ingreso masivo de croatas provenientes de los campos de Fermo, Bagnoli, Campo Regina, los cuales carecían de pasaportes y "nacionalidad" oficial acreditada legalmente tras las transformaciones política de su tierra, exiliados tras el triunfo de Tito y el fin del estado de Croacia creado por Ante Pavelic en 1941.

    La contracara a la política migratoria argentina de esta etapa se halla en el caso judío. Las barreras impuestas, aunque veladas, al ingreso de inmigrantes judíos al país se presentan a partir de la segunda mitad de la década del 30. El hecho de cerrar la entrada a refugiados varios años antes de la guerra no puede ser desvinculado de la emergencia de refugiados judíos en Europa desde 1933 hasta algunos años luego de finalizada la guerra. A partir de 1945 las puertas a la inmigración volvieron a abrirse pero no para los judíos, ni siquiera para los sobrevivientes, "Contra ellos se adoptó, por primera vez en la historia de la inmigración argentina, una política de discriminación abierta y extrema" (Avni, 1983; 521). Pero sí, de acuerdo a Haim Avni, para refugiados fascistas, nazis y colaboracionistas. Resulta significativo el hecho de quien condujera el Departamento de Inmigración durante los primeros años del gobierno peronista fuera un reconocido antisemita como Santiago Peralta. (Avni, 1983; Senkman, 1991)

    El contraste entre las políticas del Estado con cada grupo étnico-cultural refractan un sinnúmero de cuestiones que revelan los alcances culturales y políticos de los proyectos hegemónicos formulados desde décadas atrás y con los matices que el populismo peronista imprimió en ellos.

    La "diáspora", judíos y croatas en Argentina

    Los autores Robin Cohen y William Safran, quienes problematizaron e indagaron el fenómeno de la diáspora desde la antiguedad hasta el presente, parten de una coincidencia básica: la idea de diáspora que poseemos ha sido tomada de la experiencia particular del pueblo judío a lo largo de su historia. De esta manera se ha construido, primero como resultado del tiempo y luego como producto académico, un tipo ideal diaspórico judío desde el cual se analiza y compara a otros pueblos que son caracterizados, o bien autodefinidos, como diásporas. En este sentido la idea madre de diáspora esta dada por el exilio de un pueblo (los judíos) de su patria -homeland-histórica (la tierra de Israel) y su dispersión a través de muchas tierras, sufriendo, en esa dispersión, la opresión y degradación (Safran). Cohen añade, a partir del examen del exilio judío en Babilonia (a partir del 586 a. de C.), dos elementos mas al modelo diaspórico clásico, el surgimiento de un sentido de identidad frente a una clase gobernante extranjera y la conversión de la ausencia de un hogar nacional en el leitmotiv de la literatura, el arte, la cultura y las plegarias judías. (6)

    En orden a desarrollar un modelo que permita una lectura comparativa estos autores han desagregado en un conjunto de notas la idea nuclear de diáspora. Safran propone seis puntos que podemos, en función del objetivo de este estudio, sintetizar en tres ideas básicas: a) la expulsión de un centro-patria y la construcción de una memoria vinculada tanto a la expulsión como a la patria; b) la imposibilidad que imagina la comunidad expulsada de poder, en ultima instancia, ser parte integrante de la sociedad en la cual esta vive y; c) la transformación simbólica de la patria en el hogar verdadero, ideal, al cual ellos o sus descendientes deben retornar; construcción de la cual emergen el compromiso colectivo con esta idea, y los lazos, de suma importancia, que estas comunidades establecen con esa patria. Una dimensión fundamental de esta caracterización es el posicionarse desde un enfoque nativo, vale decir, desde la construcción y representación que hacen y tienen los propios actores de la memoria, de la relación con la sociedad mayoritaria y del mito de patria. Los tres puntos mencionados y el enfoque nativo tienen la virtud de permitirnos, respectivamente, delimitar y acercarnos al objeto de estudio, y de ayudarnos a resaltar la importancia del sistema de ideas y significados que constituyen lo diaspórico en cada caso particular y la forma en que ello se traduce en practicas e instituciones concretas.

    Cohen, por su lado, plantea con ciertas modificaciones los temas ya propuestos por Safran, a la vez que agrega otros, de los cuales consideramos importante m encionar: a) una conciencia étnica-grupal, en la cual se juega una memoria y un destino comun, sostenida a lo largo del tiempo y basada en un sentimiento de distintividad; y b) un sentimiento de empatía y solidaridad con miembros co-étnicos en otros países de asentamiento. (7)

    Ahora, si bien partimos temporalmente desde el fin de la Segunda Guerra Mundial para analizar la diáspora y la memoria en las comunidades judías y croatas en Argentina, su existencia en tanto producto de la inmigración es previa, con lo cual resulta necesario, para comprender la importancia y manifestación de lo diaspórico y de allí que pueden haber implicado los procesos internacionales y nacionales ocurridos entre 1945 y 1948 para estas comunidades, hacernos algunas preguntas. ¿Las organizaciones comunitarias judías y croatas de principios del siglo XX pueden ser consideradas diásporas?, ¿Coinciden con el tipo ideal enunciado?, ¿En qué medida lo hacen?, ¿Cómo se manifiesta?, ¿Se autodenominan diásporas?, etc.

    Conformación de la diáspora judía en Argentina

    "Mientras en el corazón Un alma judía palpite y rumbo al Oriente La mirada a Sión se dirija. No está perdida aún nuestra esperanza Esta esperanza de dos mil años De ser un pueblo libre en nuestra tierra La Tierra de Sión y Jerusalem." (" Hatikva" -La Esperanza-himno nacional israelí)

    Vale aquí, previa entrada al tema, una pequeña disgresión sobre la idea de diáspora y la comunidad judía argentina. A pesar de que el modelo de diáspora provenga de la propia historia judía y de que en términos generales se pueda hablar de la existencia de una conciencia diaspórica en el judaísmo del siglo XIX y XX, sobre todo en los grupos religiosos y en los movimientos nacionales, nos resulta mas interesante y enriquecedor olvidarnos por un momento de esta idea para el caso argentino e indagar sobre la historia del judaísmo en el país permitiendo a los hechos y practicas hablar por si mismos y manifestarnos la forma singular en que "lo diaspórico" fue constituido.

    La inmigración judía y croata a la Argentina, como fenómeno regular y de importancia numérica, coincide con el proceso de inmigración más amplio iniciado a fines del siglo XIX. Al igual que otros grupos migratorios, judíos y croatas comenzaron a organizarse en función de afinidades linguísticas, culturales, religiosas y de clase. (8) De esta manera, en el caso de la inmigración judía, podemos observar desde la década de 1860 y a medida que nos acercamos al siglo XX un incremento en la creación de instituciones, tanto en cantidad como variedad. Entre ellas las de carácter religioso, como la temprana Congregación Israelita en 1862 o la Congregación Israelita de Buenos Aires en 1891 conformada por judíos marroquíes, fueron las primeras; luego le siguieron las sociedades de socorros mutuos como Bikur Joilim -Unión obrera de Socorros Mutuos para Enfermos-en 1896, las sociedades de beneficencia y los cementerios comunitarios. Resulta importante destacar la creación de instituciones y redes educativas comunitarias, en tanto medio central para la para la reproducción de la identidad. . De acuerdo al historiador Haim Avni entre 1889 y 1891-1894 este grupo migratorio pudo establecer la infraestructura necesaria para la existencia judía en el país (Avni, 1983). El rol aglutinador e identitario de la lengua se manifiesta en esta comunidad a través de la primacía casi absoluta, desde 1898 hasta la década de 1930 inclusive, del yiddish en las publicaciones periódicas. Esta preeminencia no resulta casual pues esta era la lengua utilizada por los judíos ashkenazíes de Europa Oriental y del este de Europa Central, regiones de donde provinieron la gran mayoría de los inmigrantes judíos.

    Resulta muy probable pensar que la organización de la vida comunitaria en torno a instituciones fundadas sobre la afinidad religiosa, cultural, y el uso compartido de una lengua den cuenta en cada caso de la existencia de una identidad y de una conciencia étnica singular. Sin embargo no resulta tan fácil, solo a partir de estos hechos, considerar a estas comunidades como diásporas. Cabe por lo tanto avanzar un poco más.

    Los factores económicos y sociales de expulsión de personas de Europa a fines del siglo XIX y principios del XX se ven reforzados en el caso judío por la inferioridad legal y persecución que sufrían en la Rusia zarista y otros países del este europeo. La salida de estos migrantes y su llegada a la Argentina transito por dos caminos. Por un lado fue organizada y financiada por la Jewish Colonizarion Association (JCA), organización judía internacional que estableció c olonias agrícolas, principalmente en Santa Fe y Entre Ríos, seleccionando rigurosamente a aquellos inmigrantes en condiciones de realizar tareas rurales. Por otro, llega al país una corriente de inmigrantes espontáneos, mayoritaria, más heterogénea, que se respaldo en parientes, en sí mismos y en su capacidad de adaptación (Avni, 1983). La existencia y experiencia de la JCA, junto con otras organizaciones internacionales judías que actuaron en las distintas etapas de la inmigración al país, como el American Joint Distribution Committe, nacida durante la Primera Guerra Mundial, el HICEM con sede en París creada en 1927 resultado de la acción de tres entidades, incluida la JCA, y la organización local Soprotimis (Sociedad de Protección a los Inmigrantes Israelitas) en 1922 entre otras, mas allá de los conflictos y las tensiones entre si, indican la existencia de una dinámica red de solidaridad entre grupos co-étnicos, en base a una conciencia identitaria común, a escala mundial. A medida que la comunidad judía argentina comenzaba a densificarse en una red de instituciones y a extenderse por diversos puntos del país, aparecían en su seno las primeras organizaciones sionistas (9). El censo de organizaciones voluntarias de Buenos Aires de 1904 da cuenta de la existencia de tres organismos sionistas (Avni, 1983). La actividad de estas entidades así como de su labor en las campañas de recaudación de fondos, Keren Kayemet Le Israel y Keren Hayesod, expresan la presencia de estrechos vínculos con las organizaciones sionistas ubicadas en Europa, como la Organización Sionista Mundial; sin embargo, y más importante aun, nos indican la existencia de un proyecto político concreto centrado en la construcción de un Hogar Nacional judío que lentamente comenzaba a arraigarse dentro de la comunidad judía argentina. La creación de un nuevo Estado en la tierra de Palestina, o bien Eretz Israel, a través del sionismo era el resultado del proceso ideológico de secularización de la memoria de una tierra prometida y de la expulsión de ella, convirtiéndola en un proyecto político nacionalista de retorno a una patria mítica, ideal. El resultado de la predica y acción sionista puede verse reflejado en la posición asumida por la comunidad judía argentina durante el Holocausto y la posguerra.

    La inmediata posguerra abre un escenario central para el derrotero de las comunidades estudiadas. La llegada de las tropas aliadas a los campos de concentración exhibe al mundo el horror.

    El pueblo judío pierde de la manera más salvaje, y a manos de la admirada Alemania, 6.000.000 de miembros. Pero la tragedia de los sobrevivientes y los desplazados no encontraría solución sino hasta que su deambular frente a los puertos renuentes a darles entrada se detuviera en 1948 con la creación del Estado de Israel. (10) La Shoá y el Estado de Israel, la tragedia y la concreción del proyecto de un hogar nacional. Dos hechos que involucraron, en mayor o menor medida, a las distintas comunidades judías del mundo; y frente a los cuales estas debieron expedirse, pensarse, e incluso reimaginarse. A excepción de las organizaciones específicamente orientadas a planificar, ordenar y sustentar la inmigración judía y de la labor de algunos dirigentes comunitarios en ese sentido, para la gran mayoría de los judíos en el país, al menos desde la década del 1920, el tema parecía resultarles indiferente. De acuerdo a Avni ello se debió a tres causas: la importancia del sionismo en la comunidad, los círculos proletarios y extremistas y los grupos judíos sefaradies o provenientes de Siria y Africa del Norte no integrados a la colectividad mayor. (397) La prioridad en la concentración de energías y recursos en la construcción del Hogar Nacional por sobre el respaldo a la llegada de nuevos inmigrantes era el resultado, en gran medida, de la creciente inserción e influencia de las organizaciones sionistas dentro de la comunidad. El ascenso de Hitler al poder en 1933 y junto con el él comienzo de la sistemática persecución del pueblo judío europeo condujo a la creación de nuevas instituciones en la comunidad judía argentina orientadas a la ayuda y defensa de los refugiados y perseguidos, como la "Sociedad de Ayuda a los judíos de Habla Alemana" o del "Comité contra el antisemitismo", del cual surgiría en 1936 la "Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas" (DAIA) entre otros, a la vez que mostró la forma en que los canales y practicas sionistas ya instituidos fueron los tributarios de los esfuerzos de solidaridad mayoritarios, al tiempo que impidieron, deliberadamente o no, una acción colectiva mas decidida en favor de la inmigración de los refugiados al país. (11) Esta orientación se manifestó una vez mas cuando finalizada la guerra la actividad de la comunidad local se centro en la ayuda material a los sobrevivientes del Holocausto y el apoyo político y económico a la población judía de Palestina (Avni 485,486).

    En los casos en que, pasado el tiempo, ciertos lazos de afinidad se debilitan el mito de la patria y del retorno a ella cumple un rol central, pues permite dotar de un nuevo sentido a la conciencia comunitaria, fortaleciendo la solidaridad y la conciencia étnico-cultural (Safran, 1991; 98). El lugar del mito de la patria y del proyecto ideológico de constitución de ésta en un Estado y de un idealizado retorno a ella, tanto para la desaparecida Croacia como para el recién creado Estado de Israel, logran, a partir del periodo 1945-1948, centralizar simbólica y físicamente las practicas de las comunidades judías y croatas argentinas. En el caso judío la creación del Estado de Israel dio lugar a que los canales y temas sionistas que progresivamente fueran ganando espacio en el seno de la comunidad a través de los años sean oficializados, formalizados, e impregnaran hegemónicamente, todas las instancias formales e informales, publicas y domesticas. Como lo expresa Silvia Schenkolewski-Kroll "Puede afirmarse que en la primera mitad de los años 50, fuera de un grupo marginal de la izquierda antisionista, todos los organismos judíos se identificaban con el sionismo e Israel" (S-Kroll, 718)

    La relación Estado de Israel -diáspora argentina se manifestó en términos generales a través de un flujo de acciones bilaterales con intensidad variable según el momento histórico. El primer periodo, tras la inmediata formación del Estado de Israel, fue de euforia y gran actividad; la cual, por ejemplo, recobro energía con la "Guerra de los Seis Días" en 1967. Estas acciones fueron, por una parte, la continuidad de la recaudación de fondos para enviar a Israel y la emigración al nuevo Estado (aliá), motorizada durante largo tiempo por una fuerte carga ideológica. Por otra se hallan los esfuerzos de la Organización Sionista Mundial, la Agencia judía y la legación y luego la embajada, por fortalecer la educación y cultura sionista (Kroll, 1999; 718), una identidad judía-israelí -identidad especifica dentro de las posibles ´sub´identidades judías que va a prevalecer por sobre la importancia de la cultura yiddish.

    El lazo institucional fundamental entre el Estado de Israel y las diásporas es el binomio Organización Sionista Mundial (OSM) y Agencia judía para Israel (AJ). La AJ, entidad creada en 1929 por la asociación entre la OSM y lideres judíos no sionistas, tuvo la misión de trabajar en forma ejecutiva para el establecimiento del Hogar Nacional judío en Palestina. Para ello cumplió una amplia gama de funciones, que van desde la gestión de la inmigración, la edificación de asentamientos, la promoción del desarrollo económico, hasta la educación, la cultura y la salud.

    Con la creación del Estado de Israel muchas de sus f unciones fueron transferidas a la esfera del gobierno, reteniendo aquellas vinculadas a la inmigración, la colonización, el trabajo de la juventud y las relaciones con la diáspora. La Agencia actúa a la par de la OSM -el presidente de ambas entidades es la misma persona-y dentro de ellas participan las distintas instituciones sionistas del mundo. La Organización Sionista Argentina (OSA), quien reúne en su seno a las distintas agrupaciones sionistas del país y participa en la AJ y la OSM, decidió hacer suyo el Programa de Jerusalem establecido por la OSM en 1968. La lectura del programa resulta doblemente interesante, pues por un lado grafica con precisión la idea de diáspora que hemos venido discutiendo hasta aquí y por otra en tanto es producto de una organización internacional cuyo objetivo es la construcción del Estado y el retorno a la patria adoptado por una organización en la diáspora. El Programa propone "fomentar la Unidad del Pueblo judío y ubicar el Estado de Israel en el centro de la vida judía; reunir al Pueblo judío en su Patria Histórica Eretz Israel, por medio de la Aliá desde todos los países; consolidar al Estado de Israel basado en la misión profética de la Paz y la Justicia; preservar la identidad del Pueblo judío, merced a la educación judía y hebrea y la difusión de sus valores espirituales y culturales; y defender los derechos de los judíos en todo lugar" (12).

    Conformación de la diáspora croata en Argentina

    Hermosa Patria nuestra Heroica tierra amada, Cuna de viejas glorias Que sea por siempre afortunada (Primera estrofa del Himno croata. Poema escrito en 1835 por Antun Mihanovic)

    En Buenos Aires, se centra y condensa en su mayor grado, las prácticas diáspóricas de la comunidad nacional croata en Argentina. Básicamente podemos reconocer e n Capital Federal y Gran Buenos Aires, tres áreas geográficas que evidencian tanto un patrón de asentamiento vinculado a las condiciones socio-económicas de los individuos y sus familias, como la evidencia de dos capas migratorios (13), pre y pos "45. En estos espacios sociales, un conjunto de actividades, agrupaciones e instituciones, interactúan dinámicamente contituyendo a prima facie, un colectivo mayor que se visibiliza como homogéneo en actos y eventos públicos propios del Estado Croata, del Estado Argentino, de organizaciones civiles migratorias, o bien, ante hechos vinculados directamente a los sucesos en la tierra de origen –resistencia al gobierno de Tito, la creación del Estado croata, las guerras etnonacionales en los ´90-que movilizaron recursos materiales y reactualizaban pertenencias y adhesiones colectivas superadoras de la especificidad de cada institución así como de las diferencias y oposiciones.

    Los emigrados croatas de posguerra como hemos considerado en este trabajo, constituyen uno de los grupos de refugiados recibidos por el entonces gobierno de Perón. En el contexto de otros grupos migrantes y otros refugiados, su carácter de desterrados políticos los posiciona asimismo como exiliados. En este sentido, como analiza Dora Schwarzstein (2000) para el caso de los exiliados republicanos españoles, "el exilio no es sino una forma peculiar de migración (14).

    Mas, constituye una migración que comparte una singular memoria colectiva ligada a situaciones límites disparadas en 1945 tras el triunfo de los Aliados, la caída del Estado de Croacia (impulsado desde el exilio en Italia por Ante Pavelic y oficialmente proclamado en 1941) y la conformación de la Yugoslavia Socialista. Estos hechos, colocan a cada individuo que atravesó por esos episodios, en relación a un pasado del cual ha sido parte, al cual vuelve y reconstruye, al que conmemora y trasmite para las nuevas generaciones. Una memoria que en ese pasado sustentó y reprodujo, ciertas nociones y sentimientos sobre la nación y la patria.

    Como punto de inflexión histórico, los hechos vinculados a la destrucción de un tipo de estado y la conformación de otro, movilizaron desde el exilio, tanto en América -Estados Unidos, Canadá, Argentina, Chile, Perú, etc-como en la misma Europa -Italia, España, Alemania, Francia– una fuerte corriente entre las comunidades exiliadas las cuales mantuvieron vínculos a fin de sostener la identidad nacional croata y resistir al gobierno comunista de Tito. Así diversas agrupaciones y actividades internacionales, sostuvieron esos proyectos políticos que cohesionaban tanto la comunidad local/ nacional como la mundial a partir de eventos que convocaban a representantes de la diáspora en el Congreso Mundial Croata, La Juventud Mundial Croata, las Comisiones de Estudios e Investigación de los crímenes de Bleiburg (con sede en Roma, Cleveland y Buenos Aires), la producción e intercambio internacional de artículos, revistas y libros sobre política, arte, linguística, historia y la tarea de traducción de autores y publicaciones a l os respectivos idiomas locales. (Matica, editada en Italia; La Revista Croata y Studia Croatica en Argentina, La Revista Croata en España, Francia y Alemania (15)

    Más de 2000 (16) exiliados-refugiados croatas de los 10.000 arribados a Argentina se habrían localizado en Capital Federal y provincia de Buenos Aires, la mayor comunidad croata del país y de más alto grado de institucionalización. Más de 25 instituciones localizadas en tres áreas de Capital y Gran Buenos Aires congregaron a diversas grupos que nuclearon a hombres, mujeres, ancianos, adultos, jóvenes y niños, en torno de una o varias de las diferentes actividades desarrolladas en relación al folclore, la religión, la enseñanza de la lengua, el comercio, los medios de comunicación, la política, las obras filantrópicas, etc. La enseñanza del idioma para niños los sábados, actividades corales, agrupaciones de jóvenes universitarios y centros de formación política, fueron las primeras actividades desarrolladas por los refugiados quienes reproducen a poco de instalados socio-ocupacionalmente, retoman y dan continuidad a las actividades comunitarias ya implementadas en los campos de refugiados en Italia y formalizadas en la nueva tierra al calor de otras acciones individuales y colectivas para la integración en un contexto donde el idioma constituía una importante barrera social tanto para niños como para adultos.

    La legitimación del Estado Independiente de Croacia de 1941 y 1945 fue uno de los ejes de difusión política y de la oposición a cualquier tipo de unificación en términos de eslavismo o yugoslavismo pasado, presente o futuro de la diáspora. Así, a nivel local, también se producen y reproducen numerosos estudios de índole histórica, política, cultural desde donde se exponen y analizan diversas tesis acerca del surgimiento de la nación y del estado croata como las críticas a todo intento de amalgamar los pueblos croatas, esloveno y serbios después de la Primera guerra mundial -con la creación del Reino de Croatas, Eslovenos y Serbios, luego el Reino de Yugoslavia en 1931-o de la Segunda, con la República Yugoslava Federativa Socialista (17).

    La diáspora en Bs As se cohesa a través de las prácticas religiosas de franciscanos que tanto material como simbólicamente coordinaron y dirigieron a través de los centros creados una serie de actividades sociales, culturales, religiosas destinadas a la comunidad exiliada y sus descendientes sobre todo a través de estas identificación colectiva, se cristaliza la singularidad de esta comunidad en relación a otras comunidades de la diáspora. Ritos, ceremonias y actividades religiosas son ejes de la individual, familiar y colectiva que imprimen sentidos de pertenencia tanto a una comunidad eclesial mayor y universal, la Iglesia Católica, como a otra que se identifica de plano con aquella y a partir de la cual, imprime sentidos a su historia y devenir. La presencia de religiosos croatas, aseguraba la realización de ceremonias en el idioma, la continuidad de ciertos ritos religiosos propios de su país –como la visita y bendición de casas después de Navidad como se practicaba en la tierra-, la organización de centros y programas destinados a jóvenes estudiantes, incorpora la nueva generación tanto desde propuestas formativas (asociaciones, foros ) como recreativas (bailes, centros de vacaciones), lo cual fortalece y recrea los vínculos de pertenencia en la colectividad al mismo tiempo que favoreció entre las individuos de la primera generación los matrimonios endogámicos. (18)

    Esta es la única comunidad de Argentina que aún cuenta con la asistencia de religiosos sacerdotes franciscanos (19) arribados especialmente al país desde Croacia para acompañar la vida de los inmigrantes croatas y, en particular, su rol fue decisivo en la organización de los campos de refugiados como en la obtención de los medios para su emigración posterior. Así, la práctica de la religión sobrepasa la del culto mismo imbrincándose en todos los aspectos vinculados a la comunidad que se configura en las nuevas tierras trasladando tradiciones y redes sociales nodales desde la patria. La eficacia simbólica de la religión precisamente reside en constituirse en unos de los núcleos de identificación respecto a otras formas de pensar la nación, en este caso, básicamente definida como opuesta al ateísmo y comunismo.

    Gran parte de la vida comunitaria de los croatas en Buenas Aires se orienta precisamente a posibilitar la transformación política en la por entonces Yugoslavia y retornar a la Patria croata. Entre los exiliados adultos y jóvenes, tanto varones como mujeres, muchos habían recibido educación formal secundaria y universitaria; un grupo de docentes universitarios, profesionales, artistas, "intelectuales" como se caracterizan a sí mismos, comenzaron a desarrollar especialmente actividades vinculadas a la política y la cultura tanto en la producción de textos, la capacitación de jóvenes y nuevas generaciones como la conducción y coordinación de las instituciones creadas. Con el transcurso de los primeros años, se cristalizó una primera publicación de alcance nacional e internacional, "La Revista Croata", editada por profesionales e intelectuales que proseguían el estilo de militancia y resistencia contra los gobiernos de turno (el Imperio Austro-Húngaro, el Reino de Eslovenos, Croatas y Serbios, el Reino de Yugoslavia, y más tarde la República Socialista de Yugoslavia) que ya había sido ejercido en la tierra propia a partir sobre todo, de dos agrupaciones, el Partido Campesino Croata y el Partido Nacional Croata (ustacha-revolucionario). Años despúes, en 1959, se creó el Instituto de Cultura Croata, entidad orientada a la coordinación de diversas actividades de formación de los croatas y croatas-argentinos, como así también de la difusión ante la sociedad argentina y latinoamérica de la "verdadera historia y relato de los sucesos terribles que afectaron al pueblo croata". (20) Así, la convicción del pronto regreso anima al grupo de exiliados, así "la esperanza del retorno" como señal Dora Schwarsztein (2001: 163), es uno de los rasgos más notables de estos inmigrantes que -como analiza esta autora en el caso que estudia sobre los republicanos españoles-, "ser exiliado significa estar comprometido con la actividad política, dirigida a cambiar la situación del país … El objetivo final será la creación de nuevas condiciones que hagan posible su regreso". En este sentido, las actividades in crescendo giraron en torno al eje político-cultural con el incremento de producciones gráficas (libros de historia, política, lengua, literatura croata, revistas de estudios como la ya mencionada Studia Croatica), la realización de Congresos nacionales e internacionales, la organización y participación de foros de carácter anticomunista, etc. Dos hechos violentos dan cuenta de la magnitud y volumen de los tiempos políticos de la "Patria" como los vivía la comunidad croata en Argentina por los "70. El estallido de una bomba en el local de calle Balbín (centro católico San Nikola) determina la muerte de una niña; el asesinato del por entonces director de la revista Studia Croatica, Ivo Bogdan (21), revela una escalada de hechos violentos en el escenario argentino entre ambas fuerzas, las nacionalistas y las yugolavistas. De este modo, se anticipaban los sucesos que sacudirían al gobierno yugoslavo en los primeros años de la década del "70 y que la diáspora llamara "Primavera Croata", émula de la Primavera de Praga y en cierto modo homóloga a los procesos políticos que afectaba a ese estado socialista de Europa del Este. La evolución histórica en el estado yugoslavo, la difusión de información oficial contraria al accionar de estos grupos nacionalistas a través de embajadas y consulados, la influencia en las diversas asociaciones eslovenas y croatas para crear lazos con el Estado Yugoslavo y adoptar su nominación como identidad.

    La nostalgia de Zagreb, el retorno del estado croata y a su tierra, entretejió en la diáspora local diversas estrategias que reprodujeron prácticas y representaciones desde la tierra de origen a la vez que se producen otras tendientes reforzar o transformar los canales y modos de expresión de la croatística, de una identidad nacional vertebrada y articulada desde su reconocimiento como grupo exiliado nacionalista, católico y anticomunista. En ese sentido, se crea una trama de solidaridades cristalizadas a través de organizaciones católicas ( centros misioneros franciscanos, cáritas croata) que canaliza la asistencia material entre los miembros y hacia la tierra de origen en ocasiones de guerra como lo fue la última de los Balcanes.

    Las prácticas de la diáspora al mismo tiempo que están en consonancia con los sucesos en la tierra de origen, revelan las especificidades de cada contexto y el modo en que las condiciones del país o la provincia en cuestión inciden en la dinámica comunitaria caracterizando su estar en una sociedad a la espera del vo lver a otra, "amando y sufriendo no una sino dos patrias" -como relatara Lucía-, optando algunos por la vía legal de naturalización y otros muriendo con ese pasaporte que le permitía salir del campo de refugiado, al que rechazaban por atribuirle una identidad no deseada, la de ser yugoslavo. (22)

    La década del "90 cristaliza los objetivos de la diáspora cuando Croacia se separa de Yugoslavia. Su primer presidente Franjo Tudjman, desde el exilio, llevó adelante una abierta y decidida política junto a la diáspora mundial para concretar la independencia de Croacia. La visita a las comunidades de diferentes países americanos y europeos, canaliza y cohesa los vínculos a la vez que se fue reconstruye material y simbólicamente desde estas experiencias y recursos de la diáspora, los horizontes políticos y culturales performativos para la nueva Croacia. (23)

    En la primera década del Estado, la relevancia política de la diáspora es tal que se crean una serie de instituciones y se patrocinan orientadas a la integración de los emigrados. Así la Fundación para la Emigración Croata cuyo fin principal es "la integración cultural de los croatas en el exterior con la Patria" (24) coordinando diversas actividades como las editoriales -revista "Matica" (25) , el "Anuario Croata de Emigración" (26), ambas en papel y digitalizadas), los programas del Departamento de la Minorías croatas en países europeos (dirigidos a emigrados de Hungría, Rumania, Eslovaquia, Austria, Italia, etc.), entre los que se incluyen la conmemoración de fechas especiales (Semana de las minorías croatas, días del teatro popular croata), foros, programas y premios educativos y artísticos de diferente índole (27).

    En el Anuario convergen las propuestas de diversos investigadores y lectores en general, respecto a crear un "museo de la diáspora", idea que los productores responden incluyendo la visión museológica desde una concepción virtual, bajo la tesis del rápido desarrollo de la "internetización" y anacronía del concepto clásico de museo. Como canal de recepción y transmisión se producen y ponen en circulación las diferentes perspectiva respecto a las formas de pensar los "horizontes croatísticos" (como se denomina una de las secciones). A través de los trabajos publicados, emergen narraciones y categorías desde las cuales las comunidades croatas en el mundo, presentan representaciones de Croacia, su devenir, su historia a lo largo de décadas, desde la singularidad de sus contextos locales, de los mecanismos de integración en la nueva sociedad y el impacto de los sucesos en la Patria (28).

    Desde estas prácticas cobran dimensiones y sentidos las palabras que el director de la Fundación para la Emigración Croata pronunciara el acto conmemorativo al fallecido presidente F. Tudjman (29) (muerto en 1999): "El secreto y la magnitud del éxito del presidente… reside en el hecho de que consiguió reconocer los signos de los tiempos, unir todas las fuerzas croatas para la creación del Estado, en la patria y en el mundo, tuvo la valentía, decisión táctica y voluntad de emprender la creación del sueño croata, la creación del Estado… la creación de una unidad de las fuerzas croatas generadoras del Estado desde las entrañas del ser nacional croata fue precondición para los cimientos… a mediados de los ochenta se llegó hasta los croatas residentes en América del Norte y en los países europeos, no para quedarse con nosotros en el exilios ino la de incluir a la diáspora en la lucha por la creación de la Croacia democrática y por la creación de las condiciones para nuestro retorno desde el exilio a la patria libre e independiente". (30)

    La política de Tudjman, sin duda, cataliza y potencia las redes y acciones previas de una diáspora activa y autodefinida en términos de "Lucha y resistencia" desde el exilio que en latinoamérica cuenta con numerosos ejemplos de instituciones y actividades de alcance local y regional promovida por la diáspora.

    Consideraciones sobre algunas manisfestaciones de la diáspora en la actualidad El proceso histórico de conformación de las diásporas croatas y judías en Argentina en tanto tales, observado hasta aquí, nos abre la puerta para adentrarnos en el análisis de algunos aspectos de la compleja y estrecha trama de relaciones entre las comunidades organizadas y sus practicas y el rol, simbólico y material, de las patrias-Estado en e l presente, que puedan dar cuenta de las continuidades y rupturas, manifestaciones y sentidos de lo diaspórico en la actualidad. Para ello hemos optado por tomar dos fenómenos centrales, íntimamente vinculados, en la construcción de comunidades diaspóricas: en primer lugar damos cuenta de canales, actividades, e influencias reciprocas entre las organizaciones de las comunidades judías y croatas, y organismos vinculados a los Estado-patria y sus decisiones políticas; en segundo lugar, y en una próxima sección, analizaremos los actos en los cuales se festejan los aniversarios de las fundaciones de los Estados independientes y las conmemoraciones de tragedias en tanto rituales de fuerte carga simbólica en los cuales se develan los usos de la memoria y el mundo de sentido tras ellos.

    La profundización de la crisis argentina iniciada a fines de la década de 1990 golpeó con dureza a un importante sector de la población judía en el país así como a las instituciones comunitarias. En ese escenario surgieron un conjunto de practicas solidarias muy organizadas y de distinto tipo y valor. Si bien el análisis del conjunto de estas actividades emerge como un fascinante tema de estudio, nos vamos a centrar en las acciones que involucran a la comunidad judeo argentina, la AJ, y el Estado de Israel en los últimos tres años. La critica situación en el país ha conducido a la Agencia a definir a la comunidad judeo argentina como un grupo en riesgo, lo que en la practica implico la aprobación de una serie programas especiales con fondos específicos para su ayuda.

    Los programas de la AJ brindan el marco sobre el cual circulan dos tipos de acciones. La primera de ellas es la emigración judía hacia Israel. La viabilización del deseo de emigrar de un creciente numero de judíos argentinos hacia Israel registrado desde 2001 a esta parte fue posible gracias a los canales establecidos por la AJ. En este sentido los siete programas específicos de emigración para Argentina que actualmente se hallan en funcionamiento se pueden agrupar en las s iguientes áreas: a) promoción general de la emigración hacia Israel y b) apoyo material y emocional a los nuevos inmigrantes, antes y despues de su partida, que va desde el prestamo de viviendas, ayuda psicologica y financiera, hasta orientación profesional y cursos de hebreo. (31) Si bien la Aliá, o emigración a Israel, ha existido desde antes de la creación del propio Estado en 1948 no siempre el flujo de migrantes argentinos fue el mismo. Las causas y el sentido de la emigración difieren a lo largo de la historia. Frente a una emigración fundamentalmente ideológica como aquella de 1948 o 1967 (Guerra de los Seis Días), la actual, sin dejar de expresar una valoración ideológica, encuentra su causa en el contexto socioeconómico que vive la Argentina. (32) Fenómeno que señala los distintos usos y sentidos que puede adquirir con el transcurso de la historia la idea de "retorno" dentro de las comunidades diaspóricas.

    La segunda línea de acciones, la promoción y el fortalecimiento de la educación judía en Latinoamérica y específicamente en Argentina, coincide plenamente con un supuesto central de "lo diaspórico" cual es la preservación de una conciencia étnica-cultural singular. En este caso la situación general en el mundo judío de un paulatino decrecimiento demográfico de las comunidades en la diáspora por "asimilación", emigraciones y bajo índice de natalidad, lo cual condujo a la AJ a emprender acciones para nutrir una identidad judía. Esta tendencia se vio agravada mas aun en Argentina, ya que la crisis condujo al cierre de muchas instituciones educativas y a una importante baja de inscripciones en ellas. La importancia concedida por el Estado de Israel a la reproducción de una identidad judía (o bien judía-israeli, para marcar la heterogeneidad cultural del pueblo judío) y por ende a la continuidad de la existencia de las comunidades diaspóricas nos lanza un indicio de un fenómeno más amplio dentro de la noción de diáspora, que es la relación triangular Estado receptor- comunidad diaspórica-Patria, en cuanto a mito y en cuanto a Estado (Safran) En el caso croata, este fenómeno etno-nacional se expresa en la actualidad, en líneas generales, a través de una red extensa de individuos e instituciones que desde Buenos Aires catalizan y proyectan las acciones de una comunidad diaspórica a través de la creación de institutos de cultura, escuelas de idioma, centros de información periodística, centros religiosos, redes institucionales e informáticas con las comunidades al interior del país y de la región rioplatense, la participación de congresos mundiales de la diáspora, la producción de textos en diversos soportes, la recopilación y divulgación de obras de artistas e intelectuales de la diáspora, creación de embajadas y consulados, programas de estudio para jóvenes en Croacia (33) , etc. Dos hechos preocupan y centralizan una serie de actividades de la diáspora en la actualidad, por una parte y en el ámbito externo, el estado de debate y las posibles acciones jurídicas de la diáspora ante la política restrictiva impulsada por el actual gobierno de centroizquierda en Croacia tendiente a limitar su participación reduciendo el número de sus delegados y las medidas tendientes a cercenar el derecho a voto. En ambos casos, las medidas serían inconstitucionales según se analiza desde la comunidad local, y tendría como objetivo político, disminuir la fuerza de la Unión Democrática y limpiar de "culpas" a Croacia ante los ojos de la Comunidad Europea en su aspiración a ingresar a ella. (34)

    Por otra, la de fortalecer los vínculos entre las instituciones croatas -o devenidas en croatas- ya establecidos con fuerza en los 70 y retomados con vigor en los 90, creando un frente diaspórico regional -que involucra asociaciones de Uruguay, Paraguay y Chile-a la vez que argentinas. En este sentido, el boletín de noticias electrónico editado por el actual director de Studia constituye un claro ejemplo del pasaje de lo privado a lo público y de lo público a lo publicable (L Catela da Silva, 1997) Efemérides, noticias, avisos de interés general, pedidos solidarios, circulan en la red creando la comunidad (B. Anderson, 1998) Desde los "90 diversos portavoces y representantes de "la diáspora croata" han creado numerosos sitios (35) El soporte electrónico irrumpió, como estrategia cultural y política, justo en el momento crucial de fundación del Estado nacional croata, en 1991, luego de la caída del muro y el desmembramiento de Yugoslavia. Al tiempo que se disuelven viejas fronteras políticas y simbólicas, la web estructura otras que tienden a solidificar el sentimiento de unidad de una comunidad nacional que se forjó en el "exilio", en oposición al ex Estado comunista liderado por Tito Del mismo modo, desde el Estado, las entidades oficiales dedicadas a la emigración y diáspora en general, privilegian la divulgación y el apoyo a investigadores, instituciones, revistas, etc. según criterios de trayectoria y principios que los animan. En el último año, esta opción recayó principalmente en Chile, destacándola respecto a otras comunidades diaspóricas del mundo y Sudamérica. Asimismo, la revista Studia Croatica fue homenajeada en la Patria por su trayectoria, aporte y tarea mas, no recibe actualmente aporte económico de la fundación para la Emigración, como ocurría años anteriores. Estos tópicos además de centralizar ciertas líneas de acción locales, se proyectan y discuten mundialmente principalmente en foros como el Congreso Mundial Croata, del cual participan delegados de 29 países de la Unión Democrática.

    Partes: 1, 2
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