José martí y el discurso histórico-literario en la revista venezolana (página 2)
Enviado por MSc. Jorge N Campos R
Todo hecho histórico está dado por realidades concretas, donde intervienen los factores existentes en la sociedad, quienes nunca nos llegan en estado puro y en donde el historiador o investigador de lo social para tener acceso a la comprensión de los mismos necesita de una imaginación comprensiva-reflexiva[6]
que le permita abordar el problema histórico. Sin olvidar uno de los postulados expuesto por el insigne maestro Marc Bloch en su "Apología de la Historia" o "Introducción de la Historia", quien acertadamente puntualizaría como legado teórico-metodológico que "la incomprensión del presente nace fatalmente de la ignorancia del pasado. Pero no es, quizás, menos vano esforzarse por comprender el pasado si no se sabe nada del presente".[7] Lo que da a entender, que todo estudio social debe ser abordado en la totalidad de su tiempo, teniendo el cuidado de no estancarse sólo en el pasado ni mucho menos quedarse sólo en el presente, estos sin perder de vista su especialidad concreta y específica.
De igual manera, se consideró lo expuesto por el historiador mexicano Juan Brom (1982), quien señala, en la presentación de su obra Para Comprender la Historia, que durante el proceso de investigación "no ha sido ni será fácil desbrozar el camino para que el hombre pueda entender científicamente su propio pasado, barriendo con mitos cultivados durante siglos".[8] Lo que ha conllevado a múltiples interpretaciones, tan variada como el pensamiento mismo, quizás por la ligereza en que son formulados los criterios históricos emitidos por el investigador y la "carencia de espíritu de acoplamiento en la labor histórica ha sido una de las causas fundamentales del poco desarrollo de nuestro espíritu investigativo"[9].
En otro orden de idea, se puntualiza, en razón de los señalamientos, antes citados y, con la intensión de no incurrir en los problemas de orden metodológico y criteriológico, que el Problema de Investigación se formuló con la siguiente interrogante:
¿Cómo se caracteriza el Discurso Histórico-Literario de José Martí, expuesto en la Revista Venezolana?
Centrando con ello, el Objeto de la Investigación en El Discurso Histórico-Literario de José Martí, y determinando el Campo de la Investigación en La Revista Venezolana, publicada en Venezuela en 1881, durante el gobierno del autócrata civilizador Antonio Guzmán Blanco.
Lo que permitió formular como Objetivo de la investigación el/lo siguiente:
Analizar las Características del Discurso Histórico-Literario de José Martí expuesto en la Revista Venezolana.
Para el desarrollo sistemático de la investigación se utilizaron las siguientes preguntas científicas:
1) En qué contexto sociohistórico-político se publicó la Revista Venezolana.
2) Cómo se vincula el Discurso Histórico-literario de José Martí, con las corrientes historiográficas presentes en la Venezuela del siglo XIX.
3) Cómo se caracteriza el Discurso Histórico-literario de José Martí, expuesto en la Revista Venezolana.
4) Qué sentido y utilidad tiene para José Martí el conocimiento y estudio de la historia.
De estas preguntas científicas, se efectuaron las siguientes tareas:
1) Determinación de los aspectos: teóricos, metodológicos y criteriológicos fundamentales para la investigación.
2) Análisis de la concepción histórica-historiográfica presente en Venezuela para el siglo XIX.
3) Caracterización del contexto sociohistórico, político, cultural, historiográfico y literario en Venezuela, para el momento en que se publicó la Revista Venezolana.
4) Caracterización del Discurso Histórico-literario de José Martí en la Revista Venezolana.
En el aspecto metodológico, la investigación planteada, se desarrolló bajo los parámetros o directrices (técnicos-metodológicos) del método de investigación dialéctico histórico e historiográfico. Por ser el método que nos permitió efectuar la crítica hermenéutica-historiográfica de la obra: Periodística e historiográfica-literaria del apóstol de la revolución cubana.
En la cual:
a) Se reflejan la concepción histórica de su pensamiento ideológico, filosófico, teórico, metodológico, político-revolucionario, etc., empleado durante el ejercicio de un "periodismo distinto" tal como fue definido por Juan Marinello, o como "un hombre de tribuna" visto por la chilena Gabriela Mistral,
b) Se podrán captar la transferencia de pensamientos de generación a generación, pues en las obras de corte periodístico, histórico o literario, se reflejan las nociones propias de la sociedad, en razón de que "en cada época histórica existe, dentro de un ámbito dado, un sistema de relaciones inmediatas perceptibles que se despliega en un tiempo presente y en una dimensión espacial"[10] determinada, íntimamente relacionadas entre sí, en la cual José Martí se encuentra inmerso por ser parte directo o indirecto de ella.
Consciente de ello, compartimos el criterio teórico-metodológico formulado por el historiador Británico Edward H Carr (1978), quien advierte a los que se dedican a la compleja labor del estudio de la historia, que cuando es sometida una obra a la crítica historiográfica "…no basta mirar el nombre del autor en la cubierta: Hay que ver también la fecha de publicación en que fue escrita, porque ello puede resultar aún más revelador"[11] para el historiógrafo. Esto debido a que la fecha, como elemento metodológico cronológico-temporal, se convierte en factor de orden delimitante, que el investigador no puede dejar a un lado, debido a que la fecha (tiempo) proporciona datos referenciales muy puntuales que permiten al crítico historiógrafo, visualizar en cierta medida la(s) posible(s) influencias de carácter sociopolítico, ideofilosófico, cultural, entre otras, presentes en el discurso sea este de corte historiográfico, literario o periodístico.
El trabajo investigativo, como proyección histórica social, pretende:
a) Continuar con los estudios de orden histórico-historiográfico-epistemológico, etc., que vienen realizando investigadores o estudiosos del pensamiento martiano, en algunos Centros de Investigaciones, sean estos en Cuba, Venezuela, etc. A manera de ejemplo para dar algunos nombres contamos con investigadores e investigadoras de la talla de los Doctores y Doctoras: Ramón Losada Aldana, Pedro Pablo Rodríguez, Alberto Rodríguez Carucci, Salvador Arias, Carmen Suárez, Ana Sánchez Collazo, entre otros, quienes desde una perspectiva dialéctica integral han aportados importantes elementos que permiten aproximarnos al pensamiento del maestro José Martí.
b) Aportar elementos de orden ideofilosóficos y políticos que permitan impulsar el proceso de integración de los países de América, tal como lo visualizaron en su momento histórico Bolívar y Martí.
C) Aproximarse al estudio historiográfico del pensamiento histórico de uno de los más destacados hombres de los últimos años del siglo XIX como lo fue José Martí, por considerarlo de vital importancia para comprender el proceso histórico que se está gestando hoy día, en el mundo y en lo particular en el caso venezolano.
Igualmente dentro del orden académico, este trabajo pretende facilitar que se genere un compás de discusión en los distintos seminarios de estudios de la historiografía y Literatura venezolana y latinoamericana, en el cual se tome como punto de estudio la labor periodística, historiográfica, literaria, entre otras de José Martí. Esta acción permitiría que se pueda hacer una evaluación de los estudios históricos de la historiografía y la Literatura en el país, en el cual se produce una amplia gama de literatura historiográfica, donde se destaca los acontecimientos de índole nacional, o que implica entrar obligatoriamente en el análisis comparativo entre las características de la historiografía venezolana para abordar el problema de lo actual y entrar a la interpretación del hecho histórico-social. Donde la labor investigativa del historiador se ve afectada como lo apuntara en su debido momento el maestro Federico Brito Figueroa (1940-2000) de manera acertada, al considerar que "…el historiador profesional pisa terreno polémico, porque su labor esclarecedora se vuelve contra los grupos sociales, instituciones y personas económicas y socialmente beneficiados con la incorporación de Venezuela al mundo regido por los monopolios internacionales…"[12] hoy representados e impulsados con/por las nuevas tendencias económicas que se imponen con la globalización y liberación económica.
El Trabajo está estructurado en capítulos referidos a.
Capitulo I. Se ofrece un acercamiento a la vida y obra de José Martí, en sus diferentes facetas.
Capitulo II. Referido al Imaginario Sociopolítico-cultura de José Martí, tomando como elemento de estudio algunas de sus obras.
El Capitulo III. Corresponde al estudio de la Revista Venezolana. En este capítulo, el autor somete al análisis crítico los artículos de José Martí, publicados en la Revista Venezolana, en sus dos (02) únicos números.
Por último, durante el Arqueo Preliminar de Fuentes, se pudo constatar que en Venezuela, existen pocos estudios referentes al pensamiento y a la obra del maestro José Martí. Entre ellos, podríamos mencionar a manera de ejemplo, los realizados por el Dr. Ramón Losada Aldana, el Dr. Alberto Rodríguez Carucci y Mirla Alcibíades. Quienes han estudiado de manera crítica la presencia de José Martí en Venezuela y su obra periodística literaria en la Revista Venezolana.
I PARTE
José Martí, en diferentes facetas y tiempos históricos de su vida
"Breve fue la estancia de Martí en Venezuela, pero fulminante y de definitiva importancia en su concepción…" (Fina García Marruz, en la Nueva Revista Venezolana, 2006, Nº 02, p.14
CAPÍTULO I
Acercamiento al pensamiento, vida y obra de José Martí. Aspectos generales
1.- Contextualización Histórica Referencial-Biográfica de José Martí.
2.- Panorámica del Discurso Histórico Martiano en la Historiografía Venezolana.
1. Contextualización Histórica Referencial-Biográfica de José Martí[13]
Consideramos necesario, puntualizar inicialmente en esta parte del trabajo, que se comparte plenamente el criterio expuesto por el destacado investigador Cubano, Cintio Vitier (2006), en su reconocida y clásica obra intitulada Vida y Obra del Apóstol José Martí, en la cual expone lo siguiente
el hombre que vamos a presentar en estas páginas es de aquéllos que nos obligan a poner en tensión todas nuestras fuerzas intelectuales y afectivas. Estas últimas son desde luego las primeras en acudir, porque la persona de José Martí, excepcionalmente dotada del don de conmover y mejorar, se nos entra en el alma mucho antes de que hayamos podido comprender a cabalidad la trascendencia de su obra[14]
Será, a la luz de este criterio, que nos atrevemos a abordar la figura compleja y controversial del maestro José Martí, por ello, se está consciente que Para reconstruir la vida y obra de José Julián Martí, necesariamente debemos tratar de "…ubicarla en diferentes facetas u oficios, en los cuales él, de manera activa y comprometida desarrolló todo su accionar como ser social, transformador de la realidad mediata e inmediata en la cual le tocó participar, de manera individual o colectiva…" [15]por ser, él parte de un "… fenómeno social, producto a la vez que portavoz consciente o inconsciente de la sociedad a que pertenece, en concepto de tal, se enfrenta con los hechos (…) histórico"[16] de la Cuba Colonial, que comenzó a percibir desde temprana edad.
Hechos que llevan a José Martí, desde su nacimiento, a enfrentarse a una sociedad, en la cual
la única tradición de gobierno era la fuerza, la arbitrariedad y el abuso, ejercido primero sobre los indígenas hasta exterminarlos, después sobre los esclavos africanos en cruenta explotación, finalmente sobre la población criolla, mestiza o no, que en diversas capas iba formando el humus[17]social de una nueva nacionalidad[18]
Esta realidad, con sus antagonismos sociales, irían gestando en José Martí, el sentido sociopolítico-revolucionario, independentista, caracterizado por todo un arsenal de criticidad, que le permitiría darse a conocer a la luz pública, con sus primeros escritos clandestinos, tales como: El soneto del 10 de Octubre, el editorial del Diablo Cojuelo y el poema dramático Abdala, en el que, José Martí, nos presenta "…la prefiguración del conflicto fundamental (…) con el mundo de la madre…"[19]
Será en/con estas obras, donde José Martí, haría publico sus primeras observaciones contra la represión española del momento, quien con su participación directa en la agitación habanera de la década del 68, entraría en la fase de ser "…un combatiente urbano de la guerra iniciada por Céspedes"[20] Con lo que, en palabras de Ramón de Armas, investigador del Centro de Estudios Martiano, José Martí, iniciaría su
…largo bregar independentista que lo condujo de inmediato al presidio político, a los trabajos forzados de la cárcel, y a un exilio de más de dos décadas (…) que se extendió, de hecho, hasta el final mismo de su breve e intensa vida[21]
al morir, en una emboscada el 19 de mayo de 1895, a los 42 años de edad, a manos de las tropas españolas, en Boca de Dos Ríos, al tratar de lograr la independencia cubana. Acción con la cual, ha sido bautizado y, reivindicado por el pueblo antillano como el apóstol de la independencia cubana.
En su extensa producción literaria-historiográfica, el apóstol y abnegable maestro, recoge sus vivencias, que para él serían de vital importancia, por ser en gran parte el semillero de sus pensamientos, que nunca fueron abstractos. Será gracias a sus experiencias, "…las circunstancias vitales, el contexto histórico y biográfico…"[22], que permitieron a Martí interpretar el mundo en su devenir histórico, con una visión integral, para lo cual toma como punto de partida el momento histórico, en que se efectúa en el continente americano el proceso de "Violencia Cultural", conquista y colonización por el imperio español, quien toma por asalto al territorio[23]Con lo que se daría inicio a las acciones más violentas y genocidas, en cada uno de los espacios originarios.
Este hecho, lo describe José Martí, de la siguiente manera:
Unos hombres envueltos en túnicas negras llegaron por la noche y se reunieron en una esmeralda inmensa que flotaba en el mar.
¡Oro! ¡Oro! ¡Oro! dijeron a un tiempo, y arrojaron las túnicas, y se reconocieron y se estrecharon las manos huesosas y movieron saludándose las cadavéricas cabezas[24]
Esta acción de rapiña, es reseñada, por José Martí, en las dolorosas y controversiales páginas de el Presidio Político en Cuba, publicado en Madrid en 1871, en las cuales, nos presenta "…el testimonio y la denuncia que brotan del conocimiento directo, abismal, de la colonia"[25] española, vividos en carne propia, durante su confinamiento en el Presidio Departamental de La Habana, sitio que marcará de por vida al joven revolucionario, de tan sólo 16 años de edad. En el que sería objeto de las más crueles acciones y maltrato alguno, que ser humano pueda ser sometido. Pero al mismo tiempo, el presidio, sería para Martí, el espacio que le permitió madurar a pasos gigantescos y poder consolidar: a) Una alta formación ideológica, b) Un amplio sentido de solidaridad, c) Una gran acción humanista, y d) Su más ferviente obra de amor, por su disposición de servicio, a pesar de las circunstancias más contradictorias y adversas.
A José Martí, le correspondió vivir, gran parte de la segunda mitad del Siglo XIX, tiempo histórico en el cual, fue actor principal, de los hechos que impulsaron el proceso de independencia cubana, al igual, que fue testigo de los hechos constitutivos del imperialismo de los Estados Unidos de Norte América. Convirtiéndose desde el mismo momento en su principal adversario, en el orden teórico, ideológico y militante revolucionario, a favor de los pueblos de Hispanoamérica.
Para la comprensión lógica del ideario: Social, Ideofilosófico, Político-militar, Histórico-literario, entre otros, del apóstol de la revolución Cubana, –José Julián Martí- expuesto en cada una de sus obras de corte histórico-literario y crónica social, –por ahora conocidas– se considera, que una de las condiciones básicas que debe seguir cualesquiera investigador que se dedique al análisis de su pensamiento es la aplicación rigurosa del método histórico dialéctico crítico-historiográfico, con una visión holística integral, contextualizada en su tiempo y en su espacio. Debido a que, tal como señalara el siempre recordado maestro venezolano, Dr. Federico Brito Figueroa
Ningún fenómeno puede estudiarse sin conocer su historia completa en una unidad espacio-tiempo, sin considerar las causas que lo originan y los elementos que concurren a producirlo como consecuencia de un proceso de desarrollo interno, de las influencias exógenas y de los fenómenos que con él coexisten.[26]
El método histórico dialéctico crítico-historiográfico, como método de investigación social, permite penetrar –literalmente hablando- en las zonas intrínsecas del pensamiento del autor[27]Quien expresa su condición teórica-metodológica y literaria, etc., en una gran discursiva historiográfica-literaria en cada una de sus producciones.
En razón de ello, quien se dedique al estudio serio y sistemático de cualquier obra de un: Historiador, escritor, o en nuestro caso particular a la(s) obra(s) de José Martí, debe poseer como herramienta metodológica básica, el "criterio de la duda", que lo lleve a la indagación insaciable. No olvidemos que este fundamento, es en cierta medida uno de los postulados esenciales aportado por el historiador francés Marc Bloch, quien en su clásica y obligatoria obra de consulta Introducción a la Historia, señala que "…hace mucho que se está de acuerdo en no aceptar ciegamente todos los testimonios históricos (…) no todas las narraciones son verídicas y, a su vez, las huellas materiales pueden ser falsificadas"[28] por lo implacable del tiempo, o por intereses particulares e institucionales del momento.
Con esto, no es que se quiera decir ni señalar a José Martí como un falsificador o falseador de la realidad histórica, que él observó e impulsó en los diferentes roles, que tuvo que ejercer, en aquellos espacios en los cuales activó de manera consciente, directa e indirectamente. Ni mucho menos, se quiere plantear que alrededor de la figura de Martí se ha tejido una falsa historia. Todo lo contrario, tan sólo se quiere advertir a los noveles investigadores que se quieran acercar a la complejidad del Pensamiento Martiano a no caer en falsos prejuicios[29]A que estén claros que el medio científico dominante, ha creado una falsa y engañosa neutralidad ética, al pretender que el investigador de lo social, se vea ajeno o aislado del hecho, actor(es) y al momento histórico investigado.
Pero recuérdese siempre, tal como diría Martí, que "los hombres no pueden ser más perfectos que el sol. El sol quema con la misma luz con que calienta. El sol tiene manchas. Los desgraciados no hablan más que de las manchas. Los agradecidos hablan de la luz"[30] y esa luz radiante la encontramos en la obra, y en la acción revolucionaria de Bolívar, Martí, San Martín, Hidalgo, El Che, entre otros. Estos por nombrar tan solo a manera de ejemplo algunos de reconocida trayectoria, vinculados por los hilos de la historia con un mismo objetivo, la libertad y la Independencia Absoluta de sus pueblos.
2.- Panorámica del Discurso Histórico Martiano en la Historiografía Venezolana.
"El discurso histórico, se mantiene en constante dinamismo, tal como lo evidencian los cambios en el criterio de la periodización, los temas centrales de investigación y en las categorías o definiciones formuladas por los investigadores…"[31] de las ciencias sociales e históricas. Ello ocasiona que se realice el estudio reivindicativo de muchos hombres y mujeres que quedaron en el anonimato, por una historiografía castradora y distorsionada de nuestra realidad cotidiana que responde tan solo a los intereses ideológicos de los grupos de poder económico y bélicos del momento.
José Martí, acumuló toda una basta experiencia, en razón de la cotidianidad del momento y de los días tormentosos y dolorosos que le tocó vivir en el presidio, lugar en el cual, presenció y padeció en carne propia los horrores más terribles que ser humano pueda estar sujeto. Bajo estas condiciones, bajo las marcas psicológicas dejadas en él, estaría –el joven- Martí, fortaleciendo su alma y su espíritu, donde quedarían huellas imborrables, que permitirían ir construyendo un discurso sociohistórico-político, transformador de la realidad. Estas serían recogidas en un conjunto de cartas, relatos, versos y artículos, pero principalmente en El Presidio Político en Cuba (1871), obra en la cual nos dice:
Dolor infinito debía ser el único nombre de estas páginas.
Dolor infinito, porque el dolor del presidio es el más rudo, el más devastador de los dolores, el que mata la inteligencia, y seca el alma, y deja en ella huellas que no se borrarán jamás[32]
Serán bajo estás circunstancias "…que Martí descubre o confirma y consagra (…) el sentido misional de su vida…"[33] con lo cual pudo comprender, que él por ser
…hombre de su tiempo, factor histórico individual de los problemas sociales de su tiempo y de su sociedad, no puede eludir la comprensión del presente para penetrar con más fuerza y certeza en la explicación del pasado. No puede aislarse de las pugnas sociales de su tiempo…[34]
Y es, en esta afirmación de orden teórico, metodológico e ideológico dada por el maestro venezolano Dr. Federico Brito Figueroa, donde encontramos, de una u otra forma reflejado, la visión del pensamiento y discurso histórico de José Martí, quien sin ser Historiador profesional, supo, muy bien entender la importancia del conocimiento histórico como arma de lucha social que le permitiera impulsar a través de un Discurso Sociohistórico Político-Liberador en su obra periodística, literaria e historiográfica el proceso independentista cubano[35]
"La producción historiográfica tradicional, en sus diferentes espacios, desde sus inicios se ha utilizado como la vía que justifique la reminiscencia de un pasado avasallador de la sociedad"[36]. Es por ello que el discurso historiográfico positivista "se ha caracterizado por la carencia de articulación entre los distintos elementos que han intervenido en la conformación del proceso histórico…"[37].
En los actuales momentos, esta visión historiográfica ha sido una de las más cuestionadas, por una crítica historiográfica revisionista, disidente y militantes de la historia-ciencia, que llama a ver a los grupos sociales populares, hombres y mujeres del "pueblo llano" que permanecían marginados de todo proceso histórico o en su defecto en el anonimato, nunca vistos por la historiografía tradicional como seres hacedores de los hechos histórico, de quienes
Podríamos decir que se trata precisamente de aquellos de los que siempre se habla, pero que nunca han podido tomar la palabra y que han sido relegados a causa de su condición social, su origen étnico, su género, su edad, su irreverencia ante el sistema[38]
de dominio al olvido histórico, y que hoy más que nunca exigen su presencia en los espacios que antes les habían sido negado, al desconocerle su rol protagónico en el quehacer histórico. En razón de ello, creemos firmemente que el maestro José Martí, ha sido uno de los que ha padecido los embates de esa historiografía, falseadora y distorsionadora de los hechos, en los cuales él tuvo gran trascendencia, al mantener una continuidad en el Discurso Histórico por él empleado con visión unitaria y premonitoria.
II PARTE
Aproximación al imaginario sociopolítico, cultural de José Martí
"Extraña a todo género de prejuicios, enamorada de todo
mérito verdadero, afligida de toda tarea inútil, pagada
de toda obra grandiosa, la Revista Venezolana sale
a la luz." (José Martí, "Propósitos" en Revista Venezolana
(Edición Crítica) de Ramón Losada Aldana, 1993, p.33
CAPÍTULO II
IMAGINARIO SOCIO-POLÍTICO CULTURAL MARTIANO
1.- Visión Panorámica del Pensamiento Martiano, con Referencias a Sus Obras.
José Martí, es considerado como uno de los pensadores Americanos más importantes del siglo XIX, por su legado literario, por sus Ideas de Revolución Social, su concepción anticolonialista y antiimperialista, que lo llevaron a peregrinar por gran parte del Continente, por el cual, llevó consigo, no sólo la preocupación por los problemas de Cuba, sino al igual que estar preocupado por el "…destino confuso e incierto que las manifestaciones imperialista de los Estados Unidos de América amenazaban imponer a las jóvenes repúblicas hispanoamericanas"[39] a través de la aplicación de los principios de la Doctrina Monroe, declarada en diciembre de 1823, con la que "los Estados Unidos quedaban autorizados, (…) para apropiarse de Tejas, California, Oregón, Cuba, Puerto Rico y Panamá, territorios "complementarios" de la gran república continental de Norteamérica"[40].
Esta política expansiva, fue visualizada en su tiempo por Simón Bolívar, recordemos aquel pensamiento lapidario, expuesto en comunicación enviada a Patrick Campbell, encargado de negocios de Inglaterra en Bogotá, escrita en Guayaquil, aquel 5 de agosto de 1826 en la cual expresa: "Los Estados Unidos, (…) parecen destinados por la Providencia para plagar a la América de miserias a nombre de la Libertad"[41]. En este pensamiento, se deja ver claramente la visión antiimperialista de Bolívar, que "…se mantiene no nada más en contra de los viejos imperios –enfermos imperios como el español o el imperio portugués-, es la lucha por la libertad de un pueblo y por la libertad de los pueblos"[42]
De la misma manera, que Bolívar, el apóstol cubano, entiende el proceso histórico que le tocó vivir, a finales del Siglo XIX, tiempo en el cual, "… se estaba dando un conjunto de procesos en el plano de las transformaciones del capitalismo que lo van llevando a lo que sería bautizado ya en el siglo XX como "imperialismo""[43]. Recordemos que para los años de 1889 y 1891, los Estados Unidos de Norte América, demostraron por sus representantes en la Conferencia Internacional Americana, en la Conferencia Panamericana y en la Comisión Monetaria Internacional Americana, sus ansias rapaces, de expansión y dominio absoluto del Continente,[44] en donde quedan al descubiertos sus intenciones, al pretender imponer por la fuerza una unidad monetaria común -de plata-, para ser utilizada en las transacciones comerciales entre todos los ciudadanos de los estados hispanos de América.
En razón de tal actitud, José Martí, quien ejerció como delegado por el Uruguay, señaló en informe presentado el 30 de marzo de 1891, los pormenores de tales proposiciones[45]Igualmente, con gran claridad y visión premonitoria, señaló en la Revista Ilustrada de Nueva York, en mayo de 1891, lo siguiente:
Quien dice unión económica, dice unión política. El pueblo que compra, manda. El pueblo que vende, sirve. Hay que equilibrar el comercio, para asegurar la libertad. El pueblo que quiere morir, vende a un solo pueblo, y el que quiere salvarse, vende a más de uno. El influjo excesivo de un país en el comercio de otro, se convierte en influjo político. (…) Cuando un pueblo fuerte da de comer a otro, se hace servir de él. Cuando un pueblo fuerte quiere dar batalla a otro, compele a la alianza y al servicio a los que necesitan de él. Lo primero que hace un pueblo para llegar a dominar a otro, es separarlo de los demás pueblos.[46]
En razón de ello, Raúl Fornet-Betancourt, en artículo publicado en la Web, reseña que José Martí,
… con una claridad política extraordinaria advirtió a los pueblos hispanos de América sobre las "razones ocultas" de la invitación a la unidad formulada por el gobierno de los USA. Por su contenido, este texto puede ser considerado como la primera denuncia seria del imperialismo norteamericano, y como un genial avance de la moderna teoría de la dependencia.
Estas preocupaciones, -de José Martí-, le otorgaron ser considerado por los estudiosos de su pensamiento y obra como el continuador del Ideario "…de Simón Bolívar y otros próceres de la lucha hispanoamericana por la independencia"[47], en contra de potencias extranjeras que se caracterizan por ser, -como él, las llamó- un "águila ladrona".
Al acercarnos al pensamiento martiano, llama la atención la concepción de libertad, patriotismo, autoctonía, dignidad, ética y moral entre otras, que poseía y practicó José Martí, a lo largo de todo su accionar. Con la que mantuvo siempre una visión revolucionaria-militante comprometido con los sectores populares. Todas estas ideas, están recogidas de manera ejemplarizantes, en su legado literario, -por ejemplo- en la Edad de Oro, obra en la cual resalta, en uno de sus pasajes, intitulado Tres Héroes, que la "libertad es el derecho que todo hombre tiene a ser honrado, y a pensar y a hablar sin hipocresía"[48], quien "… debe ser, por lo menos, tan decoroso…"[49] Pero "cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres"[50]. Estos hombres (Bolívar, San Martín, Hidalgo), para José Martí, son sagrados, y a quienes "se les deben perdonar sus errores, porque el bien que hicieron fue más que sus faltas"[51]. Con estas ideas, Martí deja por sentado su visión de ética política y moral revolucionaria.
Será, esa misma ética política, esa moral revolucionaria y ese sentido patriótico, que impulsa con claridad ideológica a José Martí, a firmar el 25 de marzo de 1895, junto a Máximo Gómez, el denominado Manifiesto de Montecristi[52]una vez que ya habían dado comienzo las hostilidades contra el poder colonial español dos días antes (mediante el grito de Baire, origen de la fase definitiva de las guerras de Cuba por su independencia).
En este Manifiesto, se recoge una gran carga ideológica revolucionaria, en el cual, Martí, presenta todo un tratado sociológico del porque de la guerra, y en donde señala al pueblo cubano, en sus últimos párrafos con gran pertinencia y contextualización del momento histórico, lo siguiente:
Hoy, al proclamar desde el umbral de la tierra venerada el espíritu y doctrinas que produjeron y alientan la guerra entera y humanitaria en que se une aún más el pueblo de Cuba, invencible e indivisible, séanos lícito invocar, como guía y ayuda de nuestro pueblo, a los magnánimos fundadores, cuya labor renueva el país agradecido, -y al honor, que ha de impedir a los cubanos herir, de palabra o de obra, a los que mueren por ellos.[53]
Por tanto, consideramos que el hombre es el actor principal de la historia, creador, transformador y reproductor de su modo de vida.
Y sobre ello, José Martí, estuvo siempre consciente de su accionar revolucionario, esa visión, es lo que lo lleva en sus últimos años de vida (1892-1895) a dedicarse por entero a la Revolución Cubana y a Fundar el Partido Revolucionario Cubano, del que es elegido dirigente principal, al igual que editar como órgano de expresión, revolucionaria al periódico Patria[54]
El historiador Cubano, e investigador del Centro de Estudios Martiano, Ibrahim Hidalgo Paz, en el ensayo titulado Patria: Órgano del Patriotismo Virtuoso y Fundador publicado en la obra compilada El Partido Revolucionario Cubano y Patria. Trincheras de Ideas[55]nos señala que
… José Martí y sus más cercanos colaboradores se propusieron dar vida a un medio de difusión de los fundamentos del aparato político que se organizaba, un periódico que llevara en sus páginas el mensaje de aliento y combate para el cual ya no bastan los discursos y las cartas; se propusieron levantar una trinchera de ideas, que en aquellos momentos de gestación era más importante que trincheras de piedras[56]
Con este proyecto de difusión e información y a la vez medio de formación ideológica, provoca, que Martí, se aleje un poco del trabajo literario, y le de mayor importancia a la lucha revolucionaria al impulsar en las páginas de Patria la llamada "Guerra Justa y Necesaria".
De la gran obra literaria, -martiana- legada a la humanidad, podríamos señalar a manera de ejemplo las siguientes: a) Nuestra América[57]a quien por su importancia le dedicaremos algunas líneas en párrafos subsiguientes) publicada por primera vez en la Revista Ilustrada de Nueva York, el 1º de enero de 1891 al igual que el 30 de enero del mismo año es publicada en la ciudad de México, en El Partido Liberal; b) El Diablo Cojuelo (1869), La Patria Libre (1869) (Esta Publicada a los 16 años), Abdala y una amplia producción periodística, con la que cultivó y marcó, José Martí, el género de la Crónica.
Esto, por estar sujeto a esa relación indisoluble: Sociedad-Individuo-Tiempo-Espacio, ligados en absoluto, a su concepción de vida revolucionaria, caracterizada en el hecho de que "Hacer, es la mejor manera de decir"[58]. Relación que muy bien José Martí, supo apreciar y plasmar en cada una de sus obras; sean éstas de corte historiográfica, literaria, crónicas sociales o periodismo de opinión[59]En las cuales demostró, tener una gran capacidad crítica analítica del hecho-fenómeno histórico a ser historiado.
El investigador José Antonio Portuondo, señala que
la gran producción periodística de Martí se va a producir a partir de 1880, en los Estados Unidos, recién llegado a Nueva York, después de un agitado periplo por Guatemala, Cuba, a donde regresara aprovechando la amnistía dictada tras la Paz del Zanjón que liquidó la Guerra de los Diez Años (…) Martí comienza a colaborar en The Sun, el periódico de Charles A. Dana…[60]
Resalta de la faceta, –periodística-, de José Martí, la manera como él concibió el oficio, al mantener una constante visión de alerta y de análisis crítico, referentes a algunos hechos de la cotidianidad social, económica, política, cultural, etc., de los países hispanoamericanos principalmente, todos, abordados con objetividad y transparencia. En una época en la cual resaltaba más en el medio lo subjetivo, y lo fabulado. Sobre la base de este señalamiento, nos comenta el Dr. Alberto Rodríguez Carucci, que "con este impulso transformador, el periodismo se incrementó al mismo tiempo que muchos escritores, desligados progresivamente de las estructuras de poder que antes los cobijaban, como el Estado o las instituciones educativas y eclesiásticas; tuvieron que iniciar una forzosa profesionalización…"[61] para lograr con ello una etapa de actualización literaria tanto en la escritura como hasta en la manera de leer, lo que conllevaría al inicio del discurso crítico moderno en Latinoamérica.
José Martí, fue un notable colaborador en muchos periódicos y revistas en diferentes países del continente, "era un hombre de una curiosidad periodística tremenda, y que siempre tuvo un punto de vista, una perspectiva bien clara…"[62] a favor siempre "…de los pobres de la tierra y la del sentido de autoctonía latinoamericana"[63] recogida ampliamente en su obra Nuestra América[64]Obra que, por su estilo de lenguaje metafórico y la manera de describir y analizar las realidades sociales y culturales que embargan a los pueblos de América, pueda llegar a deslumbrar "…en exceso las pupilas poco acostumbradas a esa fusión típicamente martiana del análisis político y la expresión poética"[65]
En Nuestra América, José Martí, nos ofrece una visión crítica, dirigida hacia aquellos que aceptan de manera "ingenua" la visión de dar "…por bueno el orden universal…"[66], representando por el "águila ladrona" con tal de que sus intereses particulares se protejan y alcancen algunos beneficio. "…sin saber de los gigantes que llevan siete leguas en las botas, y les pueden poner la bota encima…"[67], con la única intención de esclavizarlos. De la misma manera, José Martí, de manera tajante y crítica, visualiza al "Aldeano Vanidoso", y lanza un llamado a los pueblos a conocerse y a abandonar pleitos entre hermanos para poder luchar juntos, pues "estos tiempos no son para acostarse con el pañuelo a la cabeza, sino con las armas de almohada…"[68] para estar prestos al combate necesario.
Es de resaltar que en estás citas, se percibe a un Martí, preocupado, con una visión premonitoria por la amenaza inminente, que asecha a los pueblos de América, en razón de ello recurre a un conjunto de imágenes, con la que de manera magistral se permite alertarnos, del eminente peligro que nos asecha.
A manera de ejemplo, nos encontramos con la figura alegórica del tigre, el cual se aleja cuando es espantado con fuego pero regresa de noche, por ello nos alerta, diciendo que "cuando la presa despierta, tiene al tigre encima"[69]. Ese tigre, utilizado alegóricamente como recurso literario, representa a los Estados Unidos de Norte América, aunque omite nominarlo de manera directa. Igualmente lo comparó en otros de sus ensayos con un águila ladrona, que espera tan solo, el momento preciso para apoderarse de los recursos, que no le pertenecen.
Pero, José Martí, al mismo tiempo nos presenta una visión optimista al señalar esperanzadamente que
estos países se salvarán, porque con el genio de la moderación que parece imperar, por la armonía serena de la naturaleza, en el continente de la luz, y por el influjo de la lectura crítica que ha sucedido en Europa a la lectura de tanteo y falansterio en que se empapó la generación anterior, _le está naciendo a América, en estos tiempos reales, el hombre real[70]
José Martí, a lo largo de su ensayo, enuncia su posición ideológica y su convicción de establecer y aseverar la identidad latinoamericana, pronunciándose claramente a favor de su autonomía, con lo cual sugiere que esta se extienda a toda América desde, Río Bravo hasta la tierra de fuego.
Consideramos, que en "Nuestra América", se refleja todo un conjunto de experiencia acumulada por José Martí, en sus años de peregrinación, durante sus viajes a México, Guatemala, Venezuela y Estados Unidos de Norte América. Por lo cual, Martí, con gran decisión y compromiso social de servicio, deja ver en su discurso literario su intención política, por ello, no se encuentra una simple intención didáctica, ni mucho menos la pretensión de querer "enseñar Historia", a pesar que se demuestra, un profundo conocimiento de la realidad sociocultural de los países latinoamericanos, que le permitió, entender con claridad, las pretensiones imperialista de los Estados Unidos.
Por ello, a lo largo del ensayo, José Martí, enuncia un conjunto de sentencias, lo cual refiere convicción y valores ético y de autodeterminación de los pueblos. Pero, su discurso, es un poco más persuasivo que demostrativo.
José Martí, dirige su obra, a un lector americano amenazado por no llegar a ser gobierno de su propio país, quien se encuentra amenazado por "fuerzas extranjeras", amenazado por "por quien no lo conoce". Así, se explica el recurso de imágenes intensas condenando a algunos personajes. Por ello arremete con fuerza, en contra de los gobiernos incultos, desinformados y denuncia, a los "…nacidos en América, que se avergüenzan, porque llevan delantal indio, de la madre que los crió, y reniegan bribones, de la madre enferma, y la dejan sola en el lecho de las enfermedades"[71].
En "Nuestra América", Martí plantea la necesidad de un buen gobierno, en el que se mantengan "… el equilibrio de los elementos naturales del país"[72]. Un gobierno que nace de la propia identidad nacional, aludiendo de manera particular a los pueblos Latinoamericanos y denota un patriotismo y nacionalismo intenso, pero racionales.
Por último, al analizar, el título de la obra, consideramos, que desde él, Martí, nos deja ver su posición y lugar ideológico desde el cual habla: Nuestra América. Esta posición, americanista la manifestará reiteradamente, al señalar los peligros que corre Nuestra América en toda su obra. Por lo cual, en el texto, exhibe el maestro, un fuerte código ético, en el que resalta el honor, la virilidad, la lealtad, el patriotismo y el valor. Expone la posible solución a nuestros problemas, a nuestros conflictos de identidad, al señalar "Conocer es resolver. Conocer al país y gobernarlo conforme al conocimiento, es el único modo de liberarlo de tiranías"[73].
III PARTE
José Martí y la revista venezolana
Cuentan que un viajero llegó un día a Caracas al anochecer,
y sin sacudirse el polvo del camino, no preguntó dónde se comía
ni se dormía, sino cómo se iba a donde estaba la estatua de
Bolívar. Y cuentan que el viajero, solo con los árboles altos y olorosos
de la plaza, lloraba frente a la estatua que parecía que se movía,
como un padre cuando se le acerca un hijo" José Martí, "Los tres Héroes"
en La Edad de Oro (Obras Completas), Vol. 18,
(Edic.., Digital) Centro de Estudios Martianos, La Habana
CAPÍTULO III
JOSÉ MARTÍ Y LA REVISTA VENEZOLANA
1.- José Martí. Un Maestro Peregrino.-
2.- Acercamiento a la Revista Venezolana, de José Martí.
1.- José Martí. Un Maestro Peregrino
Hemos señalado en párrafos anteriores el constante peregrinar de José Martí. Esta acción quizás podría ser considerada como una de sus facetas en su accionar de vida revolucionaria, que conllevó en él a alcanzar sobre la marcha, -en el proceso-, la madurez y consistencia necesaria de su pensamiento y formación ideológica-política al igual que en su producción literaria.
Nos comenta el investigador cubano, Ramiro Valdés Galárraga, en ensayo publicado en la Revista de la Sociedad Cultural José Martí, Honda, en su Nº 21 del año 2007, intitulado Martí, Viajero Incansable, la relación de viajes que dio José Martí, durante su vida. Pero dejemos en palabras del autor, que nos reseñe el trayecto recorrido, por el apóstol, dando inicio a su peregrinar.
Durante su corta vida, nuestro héroe Nacional realizó 229 viajes, de ellos 65 marítimos y 164 terrestres. Como cuestión significativa, su primer viaje en 1857, a los cuatro años, en que cruzó el Atlántico rumbo a Valencia, España, acompañado de sus padres y de su hermana La Chata y Ana, cuando visitó la tierra en que vio la luz Mariano Martí Navarro, fue el más largo, duró setenta y cinco días; mientras que, el último, el más corto, que lo condujo en unión de Máximo Gómez, Paquito Borrero, Ángel Guerra, César Salas y Marcos del Rosario , desde Gran Inagua, en las Bahamas, el 11 de abril de 1895 a Playitas de Cajobabo, para incorporarse a la "guerra necesaria", y entregar posteriormente su vida combatiendo en Dos Ríos por la libertad de Cuba, paradójicamente, apenas duró trece horas[74]
"Sin duda alguna, todos los viaje de José Martí, fueron importante, necesarios, a veces ineludibles, pero, entre ellos, hay algunos que merece especial mención por las características, emociones y particularidades que significaron para su vida"[75], de venir de una vida social frívola, como la de Nueva York, para compartir en una sociedad, cálida, cargada de una alta trayectoria histórica, por ser la cuna del Libertador.
Será en este peregrinar, que encontramos, en la Venezuela Guzmancista del año 1881, la presencia de José Martí, quien "…venía de Nueva York, de donde había salido el 8 de enero, en el vapor "Felicia", en un viaje que –según escribió él mismo- duraba doce días, con escala en Curazao y Puerto Cabello para llegar a la Guaira"[76] el 20 de enero.
Se resalta de este viaje, todo el conjunto de impresiones que Martí pudo captar a su paso, las cuales fueron recogidas en sus notas de viajes, hechas durante su travesía desde la ciudad de Nueva York hasta Caracas.
Tal es el caso, que Martí, una vez que deja Curazao, y se aproxima a Puerto Cabello, describe este último, en sus notas de viajes como una "pequeña ciudad pobre y casi arruinada que hace todo el comercio de Valencia, la segunda ciudad del país…"[77] lo cataloga como un pueblo animado, lleno de gente trabajadora, "…con su alegre jardín cargado de platanales, de limoneros, de naranjos, de guanábanas, de frutas dulces del trópico, y que, rodeado de su reja de hierro, parece como una cesta de flores que va en busca de los forasteros"[78], al pasar a la Guaira, la describe, como "la ciudad, construida irregularmente a los pies de una gran montaña, es accidentada, tortuosa, alegre, como replegada en sí misma…"[79]
Desde aquí, José Martí, bordeando precipicios y barrancos, llegó a la ciudad de Caracas, descrita y comparada como
…la Jerusalén de los Sudamericanos, la cuna del continente libre, donde Andrés Bello, un Virgilio, estudió, donde Bolívar, un Júpiter, nació –donde crecen a la vez el mirto de los poetas y el laurel de los guerreros, donde se ha pensado todo lo que es grande, y se ha sufrido todo lo que es terrible; donde la Libertad- de tanto haber luchado allí, se envuelve en un manto teñido de su propia sangre,-…[80]
Este momento de llegada a la ciudad capital, a la patria de Bolívar, José Martí "…nos lo guardó para contar a los niños de América, en la revista La Edad de Oro, ocho años después (…) en su relato titulado "Tres Héroes""[81].
En este relato José Martí, nos señala, con gran sentido patriótico lo siguiente:
Cuentan que un viajero llegó un día a Caracas al anochecer, y sin sacudirse el polvo del camino, no preguntó dónde se comía ni se dormía, sino cómo se iba adonde estaba la estatua de Bolívar. Y cuentan que el viajero, solo con los árboles altos y olorosos de la plaza, lloraba frente a la estatua que parecía que se movía, como un padre cuando se le acerca un hijo. El viajero hizo bien, porque todos los americanos deben querer a Bolívar como a un padre[82]
A manera de ubicación histórica temporal, consideramos pertinente señalar que la llegada de Martí a Venezuela, se efectúa durante el período de gobierno de Antonio Guzmán Blanco (El Autócrata Civilizador), momento en que se impulsa, mediante la aplicación del llamado Proyecto Nacional la "modernización" infraestructural de la Venezuela de finales del siglo XIX.
El Dr. Alberto Rodríguez Carucci, nos refiere, que la estadía de José Martí, "…en nuestro país ha sido uno de los episodios más controvertidos (…), porque varios de sus aspectos apenas se pueden responder a través de conjeturas, a falta de pruebas documentales firmes"[83] que permitan a investigadores venezolanos o cubanos, entre otros, aproximarse a la comprensión de los hechos que se gestaron durante la corta estadía de seis meses del maestro.
Pero a pesar de esta corta estadía, cargada de mucha trascendencia, mucho se ha escrito, tratando de "…conocer la significación que pudo tener Venezuela en la formación y la trayectoria del prócer, como entre los estudiosos venezolanos y de otras nacionalidades, que han acometido su tarea por otras inquietudes, o con diferentes objetivos"[84], vinculados todos por los hilos de la historia transformadora y revolucionaria que el maestro, bajo sus peculiares características ayudó a gestar en los diferentes espacios en que se encontrara durante su peregrinación.
De la misma manera, el citado investigador venezolano, enfatiza con mirada retrospectiva y prospectiva, que la
…presencia de José Martí en Caracas ha sido, durante muchos años, una cuestión marcada por un fuerte atractivo para los lectores e investigadores de la vida y obra del Apóstol cubano, lo cual ha dado como resultado un conjunto considerable de estudios, ensayos y artículos disperso que iluminan las relaciones del prócer con nuestro país.[85]
Insertándose su figura, en el ideario sociocultural literario del venezolano del siglo XIX y parte del siglo XX, el cual, quizás en algunos momentos ha sido visto y calificado por algunos investigadores, como figura paralela al Libertador, por ser catalogado como el continuador del pensamiento bolivariano.
En Venezuela, solo se conoce a José Martí, por su:
Labor periodística realizada en La Opinión Nacional, quien inicia su colaboración con artículos referentes al "Centenario de Calderón".
Por su Magisterio incansable. Labor docente, que lo lleva a impartir clases en el Colegio Santa María (hoy Casa José Martí), de Gramática francesa y Literatura; en el Colegio Villegas, de Guillermo Tell Villegas, imparte Literatura y Cátedra de Oratoria, a jóvenes caraqueños que conformarían luego la llamada Generación del Centenario. Con esta labor magisterial, ejercida en Venezuela le permite al maestro José Martí, "…continuar las tareas del magisterio, comenzadas en 1877 en Guatemala…"[86] y
d) Por sus dotes de editor, dados a conocer en la Revista Venezolana publicadas en sus últimos días de permanencia en el país.
El maestro José Martí, desde su llegada a Caracas, despertó gran interés y entusiasmo en los jóvenes caraqueños de la época, quienes tenían cierto conocimiento de su labor literaria y revolucionaria, por el simple hecho que el periódico venezolano La Opinión Nacional, ya le habían publicado algunos ensayos o artículos.
Una vez, ya establecido en Caracas, José Martí, comenzó a trabajar en la redacción del periódico venezolano La Opinión Nacional, en el cual, en tan poco tiempo comienza a dar sus consideraciones sobre algunos hechos de la cotidianidad social, económica, política, etc., de la época, acción ésta que le hizo ganar afectos y detractores por la acuciosidad demostrada en el oficio del periodismo, con lo que José Martí rompe con los moldes prefijados, del oficio periodístico para el momento.
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