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Apuntes sobre la Obra Literaria de Alberto Jiménez Ure

Enviado por Moisés Cárdenas


Partes: 1, 2, 3, 4, 5

  1. Sobre Espectros en la narrativa de Jiménez Ure
  2. Sobre Acertijos
  3. Jiménez Ure y el «Mito del Rebelde» (Logosímbolo)
  4. Revelaciones de Jiménez Ure: la clave gnóstica
  5. Sobre Dictados contrarrevolucionarios
  6. Iluminado
  7. En la tierra de Abraxas
  8. Desahuciados
  9. Análisis del libro Desahuciados
  10. Alucinados
  11. Cuentos escogidos
  12. Confesiones acerbas de Jiménez Ure
  13. «El Dignatario», del libro Perversos
  14. Las voces de «Luxfero»
  15. A propósito de «Luxfero», de Jiménez Ure
  16. Los «adeptos» o los límites de la libertad
  17. Los «adeptos» de la condición humana
  18. Cuentos Abominables
  19. Jiménez Ure entre la soledad y la desgracia
  20. La novela Aberraciones
  21. Sobre El Despotismo de Jiménez Ure
  22. Sobre Pensamientos de Jiménez Ure
  23. «Retrato de Memoria» de Alberto Jiménez Ure
  24. Sobre Absurdos
  25. Sobre Revelaciones de Jiménez Ure
  26. Sobre Cuentos Abominables
  27. Sobre El Despotismo de Jiménez Ure
  28. De Desahuciados a Confeso
  29. Sobre la novela Desahuciados de Jiménez Ure (Degeneración, parodia y utopía)
  30. Alberto Jiménez Ure: otredad, paradoja y ficción
  31. Acertijos y respuestas
  32. Sobre su libro Pensamientos, amigo Ure
  33. Sobre Jiménez Ure a contracorriente
  34. Jiménz Ure y el «Goliatismo Literario»
  35. Vigencia de la novela Desahuciados
  36. Acercamiento a la ironía en «Lucubraciones»
  37. Aproximaciones a la Obra Literaria de Alberto Jiménez Ure
  38. Sobre Pensamientos Dispersos
  39. Epílogo

(Ednodio QUINTERO/Juan CALZADILLA/Alexis VÁZQUEZ CHÁVEZ/Ennio JIMÉNEZ EMÁN /Teódulo LÓPEZ MELÉNDEZ/José Antonio YÉPES AZPARREN/Néstor L. RIVERA URDANETA/Héctor LOPEZ/Marisol MARRERO/Carlos DANÉZ/Juan LISCANO/María Conchita MAURO C./Isabel ABANTO ALDA/Ramón AZÓCAR/Manuel GAHETE/Luis BENITEZ/José Manuel BRICEÑO GUERRERO/Alberto José PÉREZ/ Gabriel JIMÉNEZ EMÁN/ Luis DE SAN MARTÍN/ Pedro RANGEL MORA/ Lidia SALAS/ María Antonieta FLORES/Enrique PLATA RAMÍREZ/ Juan LISCANO/Gustavo GUERRERO/Ángel J. CAPPELLETTI/Sebastián ARENA/Gabriel MANTILLA CHAPARRO/Melissa UGANDA/Javier Alexander ROA/Juan Gregorio RODRÍGUEZ SÁNCHEZ/José SANT ROZ)

PÓRTICO

Por Moisés CÁRDENAS

([email protected])

edu.red

«Hoy el nombre de Alberto JIMÉNEZ URE se ha consolidado en el ámbito nacional e internacional. Su obra está rondando los cincuenta títulos, varios de los cuales han sido editados por universidades e instituciones extranjeras. Diversos autores nacionales y del exterior le han dedicado cientos de páginas, así como tesis de pregrado, de maestría y de doctorado a su portentosa obra, que no es fácil (dicho sea de paso), ya que bordea los peligrosos senderos de lo pérfido que anida en el alma humana, de allí las reticencias de algunos de acercarse a ella»

(Ricardo GIL OTAIZA en el EPÍLOGO)

Mucho se han estudiado las obras del escritor venezolano Alberto JIMÉNEZ URE (n. el 13 de abril de 1952, en el campo petrolero de Tía Juana, Estado Zulia, Venezuela), como advertirán los lectores de esta compilación selecta de críticas. De espíritu liberal, es autor de más de cuarenta libros en distintos géneros: Novela, Ensayo, Cuento, Poesía y Pensamiento Político-Filosófico. Seguro aumentará su haber literario con más obras que analizarán los críticos. Es evidente que en sus invenciones, fluyen lo místico, lo asombroso y la fantasía. Estamos ante un autor reflexivo e intuitivo. Quizás estas manifestaciones se den por causa del lugar donde vive, la realidad de las cosas que experimenta y especialmente su observación de los «amos y señores». Las esferas del pedazo de tierra en el cual habita hacen de él un pensador, un hombre conectado con el Universo. La obra Macabros, por ejemplo, publicada por el Consejo de Publicaciones de la Universidad de Los Andes (Mérida, 1996) esgrime la piel de quienes hemos tenido la oportunidad de envolvernos en lo fantástico y real de sus creaciones filosóficas-literarias.

Seguir a Alberto JIMÉNEZ URE en Macabros, como en otros de sus libros, es ingresar en la tragedia intrínseca del hombre: su perversidad imposible de enmascarar. Viajar con su obra Macabros es contemplar lo vil de un sector de la Humanidad, lo despiadada y contaminante que es nuestra especie: la única con el Don de la Inteligencia, pero de comportamiento malvado y abominable. De esta obra quiero destacar tres cuentos significativos para el estudio psicológico, social y cultural: Mutilado, El virus de la desintegración y Extremaunción. Son «espantosos», «escalofriantes», «viscerales» y -por ende- realistas. Digo realistas porque, al examinar a sus personajes, delatan lo aborrecibles que podemos ser: nuestro oculto infractor en la sociedad, nuestras pasiones más bajas, las mayores miserias del ser. Razón tiene Edilio PEÑA cuando sobre este libro afirma: «[…] Todo el diseño caracterológico de los personajes contenidos en Macabros bordea la irracionalidad: bien a través del odio, el resentimiento, el desenfreno sexual o la castración. Los personajes se comportan –en sus universos vivenciales- como entes desacralizados; en algunas ocasiones con motivos fundamentales, y en otras como fieles a una particular moral […]»

Considero que estos tres cuentos podrían estigmatizar la obra total de JIMÉNEZ URE porque revelan nuestra violenta naturaleza, lo destructivos y maléficos que podemos ser. Mutilado es una aberrante manera de describir lo animalesco de nuestra naturaleza. Es retorno a lo bestial y mísero de cada uno como ente de este mundo. Ya que nos encontramos en las esferas oscuras de la vida y la muerte. Simplemente, así somos. Como dice el filósofo español Miguel DE UNAMUNO en torno al Hombre: «[…] Ni lo humano ni la Humanidad: el Hombre. El Hombre de carne y hueso en que nace, sufre y muere: sobre todo muere […]». Para mis adentros, el Hombre es sentimental. Pero, ¿qué sentimientos expresamos? -La ira, la avaricia y el amor, tres cosas que nos llevan a convertirnos en criaturas despiadadas. Somos celosos, bien sea por píos o impíos. Cuando el odio se acrecienta, el fuego nos consume y nos convierte en devoradores. Cubrimos los espejos con sangre y dejamos en ellos las huellas de nuestros pecados como animales salvajes, feroces, monstruosos. Volvemos a ser bestias. La casi totalidad de su producción literaria, semejante al libro Macabros, es clasificable como escatológica y grotesca. Me recuerdan las obras pictóricas de Francis BACON, en las cuales los cuerpos se exhiben mutilados y vaciados. El artista fue una especie de cirujano que diseccionaba el cuerpo para exponer nuestra vulnerabilidad, creando un texto fisiológico de lo más abyecto del Ser Humano, mostrándonos la agresividad y violencia que lo ha transformado en criatura peligrosa. ¿Acaso las atrocidades hechas por los nazis no fue una mutilación a la Humanidad? Queda en el lector abrir las páginas de Alberto JIMÉNEZ URE para reconocerse en lo despiadado que es o puede ser. Leamos lo que expresó el propio BACON: «[…] He preferido estudiar los libros que a los hombres […]».

El texto Mutilado no es una mentira. Narra a una especie destinada a devorarse como animal salvaje, es un vómito de podredumbre. El virus de la desintegración muestra prácticas funestas como las que caracterizaron a los nazis, quienes iban exterminando a los enfermos y deformes: luego a los improductivos, a los que pensaban distinto ideológicamente y a quienes no fueran alemanes «arios». Podemos decir que por siglos el Hombre ha lanzado virus para acabar con la especie. La existencia ha sido estropeada por nosotros mismos. Las bacterias están dentro de nosotros. Y el virus está cuando escupimos las palabras y perjudicamos al inocente, al otro. El Hombre ha olvidado el mandamiento de Lucas 10:27: «[…] Amarás al señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu fuerza, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo […]» La Humanidad no es más que un polvo lanzado por un bellaco que introdujo su pasión dentro del vientre de una mujer, para propagar las condenadas de la maldición. El virus sigue y seguirá. Solo haría falta la diosa Panacea para que pueda curar las heridas.

Las narraciones de Alberto JIMÉNEZ URE son como el título de unos de sus cuentos: Extremaunción. En él los estados enfermizos del Hombre se presentan mediante su soberbia, la búsqueda del poder, su endiosamiento e inclinaciones hacia lo tenebroso. Para rescatarlo se debe llegar a la «extremaunción», a ese sacramento que hoy conocemos como unción de los enfermos reservada para los moribundos, donde Dios mira en el momento de dolor y la Iglesia muestra solidaridad con el enfermo. Bien infiere la institucionalidad eclesiástica sobre este sacramento: «[…] Con la sagrada unción de los enfermos y con la oración de los presbíteros, toda la Iglesia entera encomienda a los enfermos al Señor sufriente y glorificado para que los alivie y los salve. Incluso los anima a unirse libremente a la pasión y muerte de Cristo; y contribuir, así, al bien del Pueblo de Dios […]»

Creo que la Humanidad necesita hoy, más que nunca, la «extremaunción» por verter los gusanos en la tierra y acabarse. Ella misma es todo un pesar. Siguiendo al escritor Alberto JIMÉNEZ URE llego a creer que sus escritos están basados en premoniciones. Muchos de sus cuentos tienen que ver con las situaciones que experimenta la Humanidad. Pero, circunscribo mi atención a la republica donde el escritor porque los cuentos Extremaunción y Mutilado son reflejos de una sociedad rehén del Mal. Sus obras son esas pesadillas que nos agitan, que nos hacen despertar con gritos y nos sumerge en cavilaciones durante el día. Están cargadas de percepciones extrasensoriales notablemente desarrolladas. Almas como las de Alberto JIMÉNEZ URE nos advierten de una persistente tragedia y del caos que nos depara el futuro.

-I-

Sobre Espectros en la narrativa de Jiménez Ure

Por Ednodio QUINTERO

Lo fantástico y absurdo se dan la mano en las breves narraciones de Alberto JIMÉNEZ URE, joven escritor venezolano residenciado en Mérida y dedicado por entero al oficio de fabulador.

Su primer libro: Acarigua, escenario de espectros («Punto de Fuga», Mérida, 1976) nos muestra, a través de un estilo directo, historias imposibles en las cuales se cuestiona, de una manera incisiva, sin rodeos ni sutilezas, nuestra forma tradicional de pensamiento regida por Descartes, el tiempo solar y el aburrimiento. Las situaciones se plantean dentro del marco de lo verosímil y derivan, a menudo, hacia finales sorprendentes, pero en los cuales la sorpresa viene dada por una alteración en las reglas de juego que rompe el esquema «acostumbrado» sus reglas, produciendo en el lector cierto malestar pues se ha atentado contra su credulidad. El resultado es válido por sí mismo: escritura, «por el planteamiento; «filosofía del absurdo» o como se le quiera llamar, y por la posibilidad cierta de contribución a la renovación de un arte tan antiguo como el hombre.

Se podría seguir ahondando en los aciertos de una escritura que, por su originalidad, reclama su sitio en el controvertido panorama de nuestra narrativa (…) El desarrollo de su obra nos desmentirá o nos dará la razón (En el Diario Ultimas Noticias,«Suplemento Cultural». Noviembre 13 de 1977)

-II-

Sobre Acertijos

Por Juan CALZADILLA

Los relatos de Alberto JIMÉNEZ URE, a diferencia de lo que en el «Género Cuento» hace la mayoría de nuestros jóvenes narradores venezolanos, aportan una inquietud esencial que me parece necesaria traducir a este comentario, puesto que sus textos se apartan por completo de los patrones que llevan a pensar en el «Cuento» como en un género absolutamente literario y, por tanto, excluyente de lo que no se ajusta a esos moldes predeterminados. Esa inquietud se refiere a la forma aparentemente discursiva que adopta para elaborar una ficción conceptual que apela a los mitos argumentales para hacerse y responder preguntas esenciales sobre la existencia del Ser.

A despecho de un andamiaje reflexivo que sirve de base a una estructura dialogada, ágil y flexible y a menudo abstracta y demostrativa, Alberto se nos revela como hábil constructor de situaciones vitales insólitas, como un autor fantástico que, abandonando todo prejuicio de la «escritura formal», sabe mezclar el humor negro con la experiencia cotidiana.

Curiosamente, lo más extraño –y por ello lo que bajo ciertas condiciones es lo más atrayente de su libro- es el marco de realidad en que se desarrollan sus narraciones; se trata de un contexto bien conocido por todos nosotros: Mérida, Barquisimeto, Los Andes, con personajes que tienen nombre y apellido: poetas, soñadores, figuras contrahechas y, por supuesto, todos los demonios y ángeles derivados de la tradición del pensamiento mágico que nos viene de todos lados, de Occidente y de América, pero, en todo caso, del Cristianismo frente al cual JIMÉNEZ URE se erige un acusador.

Por todo lo dicho, previendo los alcances de una literatura que sirva para reflexionar, soy de la opinión que la publicación de un libro como Acertijos no sólo fundamenta la razón de ser de nuevos modos de producir la ficción y el mito de nuestra realidad, sino también que beneficia a quien, como él, no aportando ningún tipo de complacencia a una sociedad conformista, se lanza por un camino en el que seguramente encontrará muchos estímulos.

(Caracas, Agosto 20 de 1978)

-III-

Jiménez Ure y el «Mito del Rebelde» (Logosímbolo)

[Anotaciones sobre su obra poética]

«Nada podría haber existido con tanta complejidad científica sin que le precediera una Entidad Providencial» (A. J. URE en su poemario Deus, 2004)

Por Alexis VÁZQUEZ CHÁVEZ

Alberto JIMÉNEZ URE ejemplifica el rigor del oficio de la escritura desde muy joven, con el libro de cuentos Acarigua, escenario de espectros (1976). Escritor y poeta de obra considerable. Ejecuta, con esteticidad, la palabra. Autor de novelas, cuentos, ensayos, poesías y reflexiones. Su impronta atrapa al lector, éste en ocasiones lee indiferente a la identidad del hacedor (y luego lo reconoce), en especial los artículos, sin percatarse que conduce a un–ver–el–mundo: brota la idea de su lógica. Indaga en la Filosofía y antiguos mitos, fundamento de religiones y tradición esotérica. Desde los iniciales textos, se identificó con la tendencia idealista del pensamiento filosófico (BERKELEY, HEIDDEGER) conectándose a la «gnoseología» y «metafísica». La referencia de BERKELEY persevera en la primera fase, pensador al que denominan padre del Idealismo y adversario teórico del Materialismo, la otra vertiente que ocasionó la ruptura de la Filosofía al convertirla MARX y ENGELS en método científico. El Idealismo alega: «Todo no existe más que en nuestro espíritu». Propuesta inherente al Solipsismo que acude al Yo para inducirlo a elaborar un sistema literario de tejido psicológico, mediante actores –personajes– que accionan [re]velando el sólo–yo–mismo y originan sensaciones, en lugar de cosas como ilusión virtual. Crea estructura de noción ideal, como única realidad que inventa a la materia.

En su trayectoria idealista se descubren matices de filósofos: DESCARTES o pesimistas como SHOPENHAUER y CIORÁN que anotó, en Silogismos de la Amargura: «La libertad es el bien supremo solamente para aquellos a quienes anima la voluntad de ser herejes». Etapas adelante, en artículos –ensayos–, defiende su posición frente a la injusticia, acérrimo juzga la corrupción de la casta política. Actitud de beligerancia intelectual ante la situación social, política, económica, ideológica y cultural, que lo acerca a la corriente Materialista en relación con la Historia y su dialéctica; pero, se aleja al emitir opinión de sesgo misantrópico que contradice concepciones humanistas en algunos escritos. La trama de implicación teológica, existencial y psicoanalítica, la resuelve con voluntarismo subjetivo, estriba en la circunstancia interna. Indicación kantiana y praxis de equivalencia teórica y metafísica en supuesta asociación con SHOPENAHUER. En Aciago (Edición del «Rectorado» de la Universidad de Los Andes, Mérida, Venezuela, 1955) se lee:

«Sin embargo, quizá sea un equivocado; un cínico que busca conciliarse/Con la Razón Pura del Bien: más allá de la palabra atribuida a Dios./Me han seducido la quiescencia, el recogimiento y la sumisión a los auténticos/Dictados de la Moral Impersonal en una sociedad corrompida e irremediablemente/Perturbada por los que prodigan el Mal tras proferir bonitos discursos» (X de la Ob. cit., p. 16)

Orientaciones con finalidad emancipadora al discernir la intuición de NIETZSCHE, pues, alude al Cristianismo, Socialismo e Igualitarismo Democrático como ideas morales a superar para situarse a salvo del Bien y el Mal. Describe la firmeza de la vida y del poder en discordancia con la moral del esclavo y el rebaño, opuesta a la ética del señor de sí mismo, el Superhombre, aristócrata del espíritu. Las introspecciones de JIMÉNEZ URE no surgen de la meditación fortuita, sino en vigilia y asidua observación al acecho cauteloso de cavilaciones. Notorio en Lucubraciones(Edición de la Universidad de Los Andes, Mérida, Venezuela, 1994):

«[…] Me he quedado sin Dios:/Yo, que alguna vez fui su devoto./Me he transformado en un hombre /Cuyo destino de sí mismo depende[…]» (I, Sin Dios. Ob. cit. P. 17)

Es el rebelde que canta al maldito, a la libertad de creencias y de inventiva. Lo confiesa en Luxfero(Edición del Pen Club de Venezuela, Caracas, 1995): «Soy el miembro número uno de una extinta/Raza de hombres cuya imaginación lo hizo libre/[…] La muchedumbre ignora que soy/El santo de Armagedón nacido»

Lo reafirma al invocar el Eterno Seductor que, emplazado, acerca a sus oídos el mensaje misterioso en Revelaciones(Edición del Pen Club de Venezuela, Caracas, 1997): «Quien tenga inteligencia y razonamientos/Predique las palabras que –en representación de Lucifer– enuncio:/El Malque suple al Bien germinará en tu psique y trascenderá,/Excepto cuando Ecto dicte la eliminación/Psíquica o física de todo lo diseñado por elArbitrario Creador» (IV, ob. cit. P. 18)

En el pórtico de Revelaciones (Edición del Pen Club de Venezuela, Caracas, 1997) advierte a quien deduce erráticas especulaciones por el empleo de palabras y conceptos connotativos. Navega aguas inexploradas, trashumante de islas y continentes desconocidos a quien posee temores atávicos y es reo de juicios mediatizados, y no enfrenta la aventura de atestiguar hechos inexplicables que muestra la Realidad a cazadores del saber. Alberto no se adhiere a posiciones que cercenen el vuelo ascendente del espíritu. Expresa: «[…] Soy un clariaudiente, un instrumento para la misteriosa formulación de antítesis. Un metapsíquico quizás, un perceptor del más allá de las cosas fácilmente asimilables. En su decurso, nuestra especie ha aceptado la existencia de fenómenos inexplicables y de fuerzas todavía no científicamente tenidas por verídicas […]» (Idem., p. 13)

En su poética narrativa, se perciben diversidad de motivos que desdibujan la opacidad y ominoso latente en la existencia: Lo «abominable» y la «sordidez» de la miseria humana; el fracaso de la Vida y la Muerte; la «violencia», lo «absurdo», el «horror», lo «demoníaco», «divino» y «profano»; las putrefactas llagas; la irracional razón de la sinrazón y viceversa, como procedimiento de la sociedad de hipócritas y egoístas. Acento trágico de la desesperanza y la paradoja sombría: La crueldad y lo fúnebre. El hombre propenso a la inevitable extinción, indicio fehaciente de la Ley de Auto-negación y Designio Ineludible demarcado por la fatalidad de phatosytanatos. Notable en las novelas Aberraciones (Edición de la Universidad de Los Andes, Mérida, Venezuela, 1987), Dionisia(Edición de la Universidad de Los Andes, Mérida, Venezuela, 1993) y en Cuentos abominables (I Edición de la Universidad de Los Andes, Mérida, Venezuela, 1991/II Edición de la Universidad de Costa Rica, San José, 2002). Inventor de neologismos con originalidad y actitud lúdica de palabra creada, al componer agentes descriptivos de ámbito hiper-textual. Además, interviene con apotegmas de aguda reflexión. También despoja de ornamentos la obstinación dogmática, la duda e ironía del decadente cuerpo social estigmatizado por la estupidez contumaz de concupiscencia e individualismo egotista, en Pensamientosdispersos (Edición de la Gobernación del Estado Mérida, Venezuela, 1988) y Epitafios(Edición de la Asociación de Escritores de Venezuela, 1990).

Sistema literario que induce a revisar autores, quizás colindantes, en sutil analogía acorde a similitud de significados con la natural diferencia de estilos. Para ello se recurre a la estrategia de inferencia y del conocimiento previo. Los hallazgos refieren, imperceptibles, a: LAUTRÈMONT, RILKE, DOSTOIEVSKY, KAFKA, BAUDELAIRE, HESSE, BORGES, SARTRE, RAMOS SUCRE, PIRANDELO, SVEVO, HAMSUM, STRINDBERG, HARDY, POE, CAMUS y FREUD […] entre la diversidad de afamados autores. Lo confirman tonos de exaltación, de angustia, y lo tenebroso en perspectiva metafísica y trágica. Asevera que no es prudente continuar el mismo derrotero, la necesidad de modificaciones y meditar la problemática ontológica ante el crudo y desagradable mundo deshumanizado que conoce el escritor, ajeno a «experimentos del lenguaje» y «formas», dedicándose, con severidad y estética, sus quehaceres literarios-filosóficos. Ante el auxilio discursivo, inquiere en la estructura del argumento donde la conciencia no abandona el texto: ni distancia la pavorosa existencia al encontrar la síntesis del símbolo, el desasosiego y fragmentación del hombre contemporáneo.

La transparencia de veladuras conforma motivos que dejan entrever el tema –tesis- y líneas de conexión inter y trans-textual (para nombrar a GENETTE) recíprocas enlazan la literalidad en beneficio de la unidad y el sentido. Los tópicos son de índole substancial, objetos–fetiche e imágenes interactivas, estabilizadas como norma del inconsciente: para trocar en «metalenguaje» de términos con valor esotérico, y mítico, del Universo Jimenezureano. De allí la transcripción del último poema de Luxfero, con propósito de paradigma, ya que el personaje es de reiterada presencia y le dedica particular atención:

«Hoy he visto a (Luxfero) quien la luz lleva/Y –bajo una iluminación metafísica– me ha dicho:/Llevarás mi palabra a todos los hombres de la tierra/Soy quien del Demonio su poder y generosidad predica:/Su anunciador bíblico, lugarteniente e hijo pródigo./Vulgo, escuchadme: haciéndolo, entraréis felizmente/A los infiernos y hasta seréis coronado Príncipe de la Legión […]»

«Luxfero», «Lucífero», «Lucero» («Venus»), «Lucifer», «Luzbel», «Luzbella», «Príncipe de la Luz». El célebre Diablo, Satanás, Demonio, Ángel Rebelde o caído, alegoría de la pérdida de la inocencia o del Paraíso. «El Patrón», según la imaginería popular. Líder o caudillo de los «ángeles disidentes» expulsados del Reino de Dios (Jehová, Absoluto, Yhavé, Espíritu Supremo, El Creador, Lo Inefable; el nombre varía de acuerdo a religiones y culturas) por atreverse a desobedecer y cuestionar las órdenes del «Jefe Máximo» de la Región Celeste. El Demonio es objeto de estudio de la Demonología, del «demonismo» y la Teología Cristiana. Conocido como El Maligno, que organiza y dirige el Mal desde Pandemónium al mando de los capitanes (de las huestes de serafines): «Belcebú», «Mammón», «Moloc», «Camos», «Baal», «Astarot», «Astarté», «Tanmuz»«Dagón», «Rimón», «Belial» y otros demonios arcángeles. Es valorable consultar el Paraíso Perdido de MILTON, poeta del Barroco que explica el Génesis al describir la epopeya mítica del origen del Mundo y el Hombre.

Para Alberto, es apelación literaria que sorprende y sacude conciencias avecindadas en la superstición y que evaden la comprensión de realidades ajenas al dogma religioso. Medran en el fanatismo del redil y desconocen comarcas del renegado. En sus libros, Lucifer es símbolo de lo contradictorio: tentación, error, desatino existencial, pestilencia, corrupción. Leámoslo: […] «Que no me llamen hereje los idiotas que exhiben una cruz en el pecho/Para no ser juzgados por sus delitos./Percibo y discierno una futura Humanidad despierta/Y emancipada de los fetichistas o profetas cual plaga diseminados por el planeta tierra[…]» (Cfr., p. 25). Y no son diez los Mandamientos, sino doce: el Dodecálogo. Los dos finales encubiertos por vicarios con la intención de evitar que los siervos despierten, y accedan al oculto conocimiento, el onceavo invita a cumplir el deber y el duodécimo ordena que te ilumines porque eres Divinidad.

Investiga fuentes de la arcaica mitología solar y lunar, para conocer el nacimiento del Cosmos y la Humanidad: encerradas en lo recóndito de la psiquis, el orden cósmico y el ideario de dos disciplinas espirituales en pugna permanente, con el objetivo de conquistar el alma humana mediante inéditas enseñanzas que resulten victoriosas. El mito corrobora –con desemejanzas respecto al Antiguo Testamento, pero de la tradición judeo cristiana– siete períodos en la formación de la tierra, signo holístico y divergencia entre amor y odio, encuentro y oposición de elementos en dicotomía: aunque complementarios al servicio de la vida. Hipótesis fabulosa, que sintetiza las corrientes Creacionista y Evolutiva. En el Tiempo, primero denominado Saturnianoo Época Polar, imperaban las tinieblas y el calor (fuego) era el único factor y mineral el Reino en evolución. La Sabiduría Occidental confiere el nombre de Padre al «Supremo Iniciado» de ése período. Luego, la «Fase Solar» o la «Hoguera en Llamas». El ámbito tenebroso cedió paso al globo ardiente de ígnea neblina con las palabras de poder: «[…] Hágase la luz […]»

Nace el «Hijo» (Iniciado Solar) y la «Luz»(Luzbel) del Mundo. El «Fuego» es el Padre y la llama el Hijo, fundamento del Culto al Sol o al fuego; la adoración a Nuestro Padre que está en el Cielo.

La ordinaria gente («mineral») saturniana evolucionó en la Era Solar hasta el esplendor de los arcángeles, que no tenían antagonismos a pesar de los grados de adelanto espiritual entre unos y otros. La Humanidad actual había ascendido al Estado Vegetal y prevalecía la unión. En la Etapa Lunar o Lemuriana, se engendró la humedad (agua) debido al contacto entre el frío del espacio y la esfera en combustión: y comenzó la feroz lucha de los elementos. El globo ardiente evaporaba el rocío, empujándolo al hiperespacio para producir el vacío y mantener su autonomía (el fuego).

Pero, en la Naturaleza no es posible la vacuidad. Sucedió que la corriente impelida fue condensada al transcurrir siglos y milenios, en incesante vaivén, movimiento pendular entre las jerarquías espirituales de las divisiones de vida en la bola ardorosa y el Cosmos: manifestación del Padre. Los espíritus de las llamas, vehementes, ansían obtener amplitud de conciencia. Sin embargo, el Absoluto persiste envuelto en la invisible vestidura del Universo.En Él están todas las posibilidades y fuerzas, oponiéndose a cualquier intento de consumir su energía: potencia imprescindible para la transformación del Sistema Solar. Y utilizó el agua para apagar el fuego de los activos seres. He aquí la simbología de la tradición del Agua Bendita. Los ángeles de hoy fueron hombres en el Estadio Lunar y el «Supremo Iniciado» es el Espíritu Santo («Jehová», «Dios», «Yhavé», el «Innombrable» […], según el mito.

A humanos, animales y plantas afectan los elementos, unos prefieren el frío y otros calor, requieren de humedad o sequedad. Así, entre los ángeles de la Época Lunar, había quienes tenían afinidad por el agua y los que la aborrecían inclinándose hacia el fuego. Los continuos ciclos de disipación y licuación de la acuosidad, que rodeaba el globo incandescente, produjeron solidificación incrustada. El Padre se propuso modelar esa tierra roja, designada Adam, en formas para apresar y aplacar a las substancias de las llamas. Pronunció el verbo «hágase» y aparecieron prototipos de peces, aves y demás organismos vivientes; incluso, la primitiva configuración humana que fue diseño de ángeles y ayudantes del Maestro. Esperaba someter a su voluntad lo que vive y se moviliza. Contra el proyecto, de rebeló una minoría de ángeles. Millares en legiones comandadas por capitanes de Lucifer, que los lideraba. Afines con el fuego, no soportaban el contacto con agua: negándose acatar el plan ordenado por el Padre de crear los arquetipos. Perdieron la oportunidad de progresar en determinada dirección espiritual y optaron por ser anomalías amorfas en la Naturaleza. Aparte del repudio a la autoridad del «Supremo», debían esforzarse por sí solos en lograr la salvación. Declararon la primera y terrible Gran Conflagración Revolucionaria de la que se tiene memoria. En pavoroso encuentro, fueron desalojados por los ejércitos del «Creador» y cayeron en el oscuro abismo del Hiperespacio.

Es el inicio de la Era Terrestre o Atlante, fin de la involución, origen de la evolución y de los sexos: «Masculino» y «Femenino». El misterio Atlante de su enseñanza, contenida en el AntiguoTestamento, señala que en el comienzo el Ser Humano fue creado «macho/hembra», bisexual o andrógino (remite al Mito del Hermafrodita). Cada individuo propagaba la especie sin la participación de otro, como aún algunos vegetales. Teoría en correspondencia con la Leyenda Mítica de Adán y Eva. Fue el momento de la diferenciación de los planetas que proporcionaron un adecuado ambiente evolutivo a cada clase de espíritu.

Los ángeles obedientes interactuaron entre habitantes de planetas con satélites, mientras Lucifer y los suyos moraban en Marte. El Arcángel Gabriel es embajador en la «Tierra de la Jerarquía Lunar», presidida por Jehová y el Arcángel Samael es el enviado de Lucifer. Gabriel (quien anunció a María -«Madre Naturaleza»- el nacimiento de Jesús) y sus ángeles lunares son los «donantes de vida física», en tanto Samaely las huestes marcianas los ángeles de la muerte. Surgió, así, la guerra en el amanecer del día cósmico. La Francmasonería, y otras instituciones afines, son la intención de los «jerarcas del fuego» (Línea Solar o espíritus de Lucifer) para dar Luz al alma aprisionada: que le permita ver y conocer. Así, el Catolicismo es la disciplina de los «dignatarios del agua». De allí la «pila bautismal», con agua bendita, en la entrada de los templos: para calmar a las almas que desean Luz y Conocimiento e infundirles «Fe en Dios». Cito, de nuevo, a JIMÉNEZ URE:

«Toda criatura nace en parto abrupto y, por ello,/Propende al enfrentamiento./Física y psíquicamente indefensa, primero encara/La hostilidad de una atmósfera contaminada:/De virus, bacterias, desechos industriales, detritus y doctrinas (religiosas o políticas)/Absurdamente, devenimos ulterior a la irracionalidad/De una concepción y necesidad de procreación que nos confina/A un mundo irremediablemente destinado a lo criminal […]»(X: Nacer para el enfrentamiento, inserto en el poemario Lucubraciones. Idem., p. 58)

JIMÉNEZ URE es actor y voz de su producción literaria. En la indefensión sin esperanza, se declara «anticlerical» y esgrime el derecho del Ser que rompe ataduras al encontrar el propio Yo. El poema anterior es causa para retornar a la recreación mitológica que explica: El átomo -simiente humana- proviene de la dimensión invisible. Lo tomó en sus manos el Dios Lunar de la generación, mediante el Ángel Gabriel. Es cuando se efectúa la concepción. Sin embargo, si el cuerpo tuviese que ser hecho sólo de agua y sus concreciones, jamás podría nacer. Al transcurrir cuatro meses, el feto está más desarrollado: y Samael, portavoz de Lucifer, penetra el acuoso dominio lunar para infundir la ígnea chispa-espiritual en la inerte conformación para darle energía. Moldea su individualidad y libre albedrío. En ese instante, el alma muere a la vida en el nivel suprasensible y anima la materia que usará en la Tierra.

Citas de Luzbella, otros demonios y divinidades con atributos correlativos, son abundantes en literatura: mitos y leyendas tradicionales, en la variedad cultural de pueblos del planeta. En la Antigua Grecia (465 años antes de esta era) Esquilo escribió la tragedia Prometeo Encadenado. El protagonista es el «Dios del Fuego» en la Mitología Clásica, descendiente de titanes, inicia la primera Humanidad. Robó el fuego a Zeus para entregarlo a los hombres, y así evitaría sus muertes. Fue encadenado a una roca, como castigo del atrevimiento. Simboliza luz, civilización, saber, congoja, cambio y sacrificio. Hades, griego, y el Plutón equivalente romano, son «dioses del Infierno». En la Literatura Germánica Antigua, los poemas de la Edda refieren mitos que testifican la presencia, en el panteón nórdico, de: Thor, Dios del Rayo; Baldr, de la luz y Loki, del fuego. En laDivina Comedia se lee en la puerta del Infierno:

«[…] Por mí se va a la ciudad del llanto; por mí se va al eterno dolor; por mí se va hacia la raza condenada. La justicia animó a mi sublime arquitecto; me hizo la Divina Potestad, la Suprema Sabiduría y el primer amor. Antes que yo, no hubo nada creado: a excepción de lo inmortal, y yo duro eternamente. ¡Oh vosotros, los que entráis: abandonad toda esperanza! […]»

En el canto vigésimo primero del mismo libro, Dante y su guía espiritual (el poeta Virgilio) tienen un encuentro frontal con los Diablos Malebranche («malas garras») y Malacoda(«cola maldita»). Se generaron series de obras artísticas (en dramaturgia, poesía, música, ópera, pintura y narrativa) sobre la leyenda del medioevo alemán que narra vivencias del célebre Doctor Fausto: sabio, taumaturgo, alquimista, hechicero y astrólogo. Quizás vivió entre los años 1480-1550. Pactó con el Diablo, a cambio de su alma y éste lo asesinó en una taberna de WITTEMBERG. El relato fue transmitido por la oralidad popular, hasta que SPIESS lo versionó y publicó en Francfort (1587).

Que el lector disculpe la digresión motivada. Pero es importante notificar, sin casualidad (sí causal), que la página del volumen que informa tiene el número 666: señal y marca de «La Bestia», «El Anticristo». Así tituló un libro NIETZSCHE. La traducción inglesa de la narración sirvió al dramaturgo Christopher MARLOWE, que la interpretó a su antojo al escribir TheTragicalHistory of The Dr. Faustus (1558) quien igual vendió su alma al demonio Mefisto. Por ambición de poder, solicita veinticuatro años que le permitan convertirse en monarca del mundo. La maldición del Doctor Fausto siguió a MARLOWE. En trágicas circunstancias, perdió la vida a los veintinueve años: apuñalado en una tasca de Londres. Nótese la semejanza del deceso y sitio.

GOETHE lo recrea con el poema dramático El Fausto (1808-1832), dividido en dos partes. En la primera, «negocia el alma» con Mefistófeles por juventud y goces sensuales (es una obra juvenil); la segunda, trata respecto a la madurez: con temática «mitológica», y de la «psicología indagatoria»de sí mismo e insatisfacción. Se realiza en la caridad, filantropía y restricción del intelecto. Tema que lo vincula al rebelde Prometeo, reelaborado, en la modernidad, por Thomas MANNM con su novela DoktorFaustus(de la antigua leyenda ostenta la sensibilidad y tristeza del Doctor Fausto). Pretende extingüir el Mito del Superhombre Alemán. Es la historia del músico y compositor ficticio Adrián LEVERKÜN, distinguido e inteligente aristócrata: espécimen de la Colectividad Fáustica que detenta lo despiadado y el Híbrido Nazismo. Personifica, en triple simultaneidad, a Fausto, NIETZSCHE y al pueblo alemán idealizado. A su vez, contiene rasgos de tres músicos germanos con destino demoníaco por la facultad del influjo musical: BEETHOVEN, MAHLER Y SCHOMBERG.

Stefan ZWEIZ escribió en torno al combate que libran los hacedores contra las fuerzas satánicas, en su libro La Lucha con el Demonio. Afirma que HÖLDERLIN, KLEISTG Y NIETZSCHE «habitan en la dimensión luciferina de la creación». El argentino Estanislao DEL CAMPO produjo los poemas gauchescos que tituló Fausto(1866), como efecto por asistir a la ópera Fausto de Gounden el «Teatro Colón». Argumenta el contraste entre la realidad del campesino, su lenguaje y el arte de Europa. La influencia «fáustica» y lo «demoníaco» distinguen, con mayor presencia, su intervención en culturas de raigambre anglosajona y germánica: selladas por la tradición judeocristiana, y la represión espiritual señalada en la Historia por el genocidio de Las Cruzadas y la brutal Inquisición. Tanto artistas europeos como norteamericanos introdujeron la «creación demoníaca» con sentido de rebeldía e independencia ideológica.

En América Latina, la situación es distinta debido al mestizaje y el sincretismo religioso. El aparente predominio judeocristiano se diluye al intervenir «factores africanistas y de aborigen», ambas con la riqueza pragmática del «pensamiento mágico» (chamanismo) y sus deidades demoníacas.

Al tirar las barajas del Tarot y voltearlos, aparece el «Arcano Mayor Nº XV»: el Diablo. En éste método de investigación sicológica, que predice el porvenir, esa carta simboliza pasión: fatalismo, magia, elocuencia, predestinación y lujuria. La figura es un «hermafrodita» con alas de murciélago, patas de cabra, manos de mono y cuernos: de sexo masculino y senos femeninos. Significa el Hombre encadenado a la naturaleza por su instinto animal. Inaccesible a la Lógica, es presencia onírica y contraria a la templanza. En la mano derecha sostiene una antorcha, representativa del fuego astral: Luzbel («luz mañanera»), Lucifer, transmisión de la vida («torcha», Falo). Anhela ocupar el lugar de Dios y abolirlo. Si consideramos las desigualdades obvias, la idea del binomio señala -por evocación- la concepción china de las «energías binarias» del Yin/Yang en la Filosofía del Taoísmo, el «Ser y No–Ser».

Partes: 1, 2, 3, 4, 5
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