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Los componentes ético-políticos en la ideología de la Revolución Cubana (Cuarta parte) (página 3)


Partes: 1, 2, 3

"El 21 de marzo de 1918, un grupo de asociaciones sufragistas se unió para formar la organización más importante del feminismo nacional: el Club Femenino de Cuba, el cual se dio a conocer oficialmente el 3 de julio I de 1918 en sesión pública -efectuada en la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana- que tuvo como oradora a Dulce María Borrero de Luján. Esa asociación, compuesta por intelectuales de las letras, periodistas, pedagogas, abogadas y pintoras, animó un debate feminista superior, similar al que se realizaba en otros lugares del mundo. El liderazgo del grupo estuvo a cargo de Pilar Jorge de Tella, Enma López Seña, Hortensia Lamar del Monte, Rosario Guillaume y Dulce María Borrero, asistidas por reconocidas personalidades femeninas como María Luisa Dolz, Lola Borrero y Dulce María Saínz de la Peña. El Club fundó escuelas nocturnas para obreras, y otras para la enseñanza del comercio; también creó la primera institución formadora de niñeras que tuvo el país. Una de las obras sociales más importantes del Club Femenino fue la creación de la cárcel de mujeres de Guanabacoa, donde se reeducaba a las reclusas, a quienes se ofrecían cursos de instrucción primaria y de costura, además de garantizarles cama, ropa y alimentos En 1921, por iniciativa del Club, se constituyó la Federación Nacional de Asociaciones Femeninas de Cuba, compuesta inicialmente por cinco asociaciones: Club Femenino de Cuba, Congreso Nacional de Madres, Asociación de Católicas Cubanas, Asociación Nacional de Enfermeras de Cuba y Comité de la Creche Habana Nueva. El 11 de octubre de 1922 la Federación Nacional convocó la celebración de un congreso. Del 1ro al 7 de abril de 1923, en el teatro Nacional (hoy, Gran Teatro de La Habana) se llevó a cabo el Primer Congreso Nacional de Mujeres, al que asistieron treinta y una organizaciones. Aunque no participaron en él delegadas obreras, contó con la asistencia de mujeres de distintas creencias o corrientes ideológicas. En la mesa de la junta directiva figuraban Pilar Morlón de Menéndez, como presidenta; Manuela Bérriz, como secretaria general; Hortensia Lamar del Monte, como tesorera, y otras personalidades representativas del movimiento feminista. Tuvo un carácter amplio, no clasista, y dio lugar, en un temario de 36 acápites, a enconados debates, los cuales mostraron cuánto pesaban los prejuicios y convencionalismos sociales en las mentalidades de muchas mujeres cubanas. En las resoluciones de la magna reunión, las participantes reclamaron que se hiciera campaña por el derecho al sufragio femenino; que se luchara por la igualdad de derechos y deberes sociales, políticos y económicos en relación con el sexo masculino; que las drogas y la prostitución fueran combatidas; que se consiguieran leyes protectoras de la infancia y modificaciones en la enseñanza en general, incluidas las escuelas especiales, y que se atendiera la instrucción de la eugenesia y de la puericultura". (Tomado de EcuRed)

ANEXO 3) I Congreso Nacional de Estudiantes. Octubre de 1923.

"El movimiento de reforma universitaria que se había iniciado en el mes de diciembre de 1922 tuvo su culminación en el I Congreso Nacional de Estudiantes celebrado en La Habana del 15 al 25 de octubre de 1923…53 instituciones se inscribieron en el congreso. Vinieron representaciones de toda la isla. Rápidamente se notó que los estudiantes estaban divididos en dos grupos: la derecha, formada en su mayor parte por los representantes de los colegios religiosos con delegaciones muy bien seleccionadas, y la izquierda, en la que figuraban los jóvenes de ideas más avanzadas como los del grupo Renovación que capitaneaba Alfonso Bernal del Riesgo; los de la revista universitaria Juventud, cuya delegación la constituían Gustavo Aldereguía, Esteban A. de Varona y Julio A. Mella, quien representaba además, el Directorio de la Federe ración (FEU. No. del A) con Jaime Suárez Murias y Pedro de Entenza". (8)

En su última sesión, efectuada en la noche del 23 de octubre de 1923, después de apasionadas discusiones entre las diversas tendencias, se aprueban los siguientes e históricos acuerdos:

" I) El Primer Congreso Nacional de Estudiantes declara que el Pan-Americanismo se ha adelantado en la historia de América Latina y debe ser detenido en su marcha. Por tal motivo, las naciones latinoamericanas deben de reunirse en Congresos periódicos con el fin de estudiar sus problemas de carácter común, unificar en lo posible sus distintas legislaciones por la concertación de tratados, establecer el arbitraje obligatorio para las diferencias que entre ellas se susciten y no sean resueltas por la vía diplomática; unificar los sistemas monetarios y suscribir amplios tratados comerciales que estrechando entre sí las relaciones económicas, cristalicen algún día en una magna confederación política, según ha sido el sueño de los padres y fundadores de la independencia americana.

II) El Primer Congreso Nacional de Estudiantes de Cuba no reconoce más suprema ratio (razón. N. del A) en las relaciones internacionales que la fuerza descomunal de la Justicia, ay a la guerra, solo como un instrumento para conseguirla. No admite la existencia de tutores en las relaciones políticas ni de otro orden internacional y se declara campeón decidido de la igualdad jurñidica de las naciones,

  • III) Declara moralmente nulos, hasta tanto lo pueda hacer de otro modo, los tratados vigentes entre las naciones americanas que limiten, o tiendan a limitar su soberanía y terminantemente proclama que ningún estado americano tiene derecho a intervenir, política ni diplomáticamente, en otro estado americano.

El Congreso de Estudiantes pedirá al Departamentote Cultura de la Federación de Estudiantes (de Cuba) que invite a las federaciones latinoamericanas de estudiantes a levantar un fondo común y con él erigir un monumento alegórico al Genio Latinoamericano, en esta Universidad y que nuestro Gobierno o la Autoridad u organismo a quien corresponda, invite para su inauguración al pensador mexicano José de Vasconcelos, al jurisconsulto Joaquín V. González y al humanista José de Ingenieros, de nacionalidad argentina ambos, por ser en el presente los tres grandes luminares del latino-americanismo".

ANEXO 4.- Mella y su empeño por la unidad revolucionaria.

"A la altura de la tercera década del siglo XX, comenzaba a hacerse evidente para los continuadores de la obra martiana, que esa liberación nacional no podía ser más que el primer paso de un proceso que tendría que concluir con la revolución social (que para Martí resultaba imprescindible en los Estados Unidos y las grandes potencias europeas de su época para subvertir el sistema) dirigida a eliminar toda forma de explotación del hombre por el hombre, a través de la lucha de las clases antagónicamente irreconciliables en la sociedad moderna;  evitable, a juicio de Martí en los pueblos que hoy denominamos tercermundistas, si resultaba posible la instauración en ellos de Repúblicas verdaderamente democráticas, de equilibrio interno entre las diversas clases y grupos etnoculturales, mediante la eliminación de toda forma de discriminación, y la implantación de la igualdad y la justicia sociales a través de la distribución equitativa del producto del trabajo; como fundamento de la igualdad política, legal; aunque sin dejar de admitir la posibilidad de que finalmente se hiciera también necesario el enfrentamiento clasista en los pueblos que, como Cuba, consideraba más cercanos a la naturaleza.

Mella encontró en Lenin respuestas a problemas todavía poco desarrollados o inexistentes en el mundo finisecular latinoamericano de Martí, que va descubriendo al calor de temprana   la actividad revolucionaria en nuevas condiciones histórico concretas. Comprendió, el primero entre los de su generación en Cuba, que la revolución antiimperialistas  y la socialista eran etapas de un mismo proceso, dialécticamente interrelacionadas, necesarias para  alcanzar y mantener la plena liberación nacional y la república de justicia social para los humildes a la que Martí aspiraba a fines del siglo XIX, pues  hacia 1920,  resultaba imprescindible  la eliminación de toda forma de explotación del hombre por el hombre, sin la cual no era imposible la igualdad social predicada por el Maestro. El imperialismo fase superior del capitalismo, El Estado y la revolución, las tesis leninistas sobre la lucha de los pueblos coloniales y necoloniales por su liberación, y a favor del derecho a la autodeterminación, le permitieron acceder a las esencias más profundas del capitalismo como sistema planetario, y  del neocolonialismo imperialista – algunas de las cuales habían sido intuidas por Martí gracias a la aplicación de su método histórico político de análisis de la sociedad -   y a los nexos entre la lucha por la liberación nacional y el socialismo desde una perspectiva ecuménica. El izquierdismo enfermedad infantil del comunismo amplió la  visión sobre  la unidad de las fuerzas revolucionarias para la liberación nacional que  había comenzado a formarse en él  al entrar en contacto con las ideas martianas en torno a la creación del Partido Revolucionario Cubano,  como factor esencial en la formación del sujeto multiclasista que exigía la lucha por  lo que  el Maestro había considerado como la segunda independencia de los pueblos de América Latina, la económica, sin la cual no podrían ser pueblos verdaderamente libres y soberanos; tal y como había dejado claramente expuesto en sus textos sobre la Conferencia Panamericana y la Monetaria Internacional , entre 1889 y 1891. Pero en las ideas de Mella el proletariado se perfila no sólo como la clase más confiable en la lucha nacional liberadora, sino, sobre todo, como fuerza directriz principal de la revolución política, y de la social  necesaria no sólo en los pueblos más desarrollados, como pensara Martí, sino también en los más cercanos a la naturaleza  cuya necesidad  había vislumbrado Martí sólo como posible" (Tomado de: Olivia Miranda Francisco. En: "Julio Antonio Mella: los movimientos sociales y la unidad revolucionaria.", Marx ahora. La Habana. 2005. Nro.19. páginas. 157-174)

ANEXO 4.- Movimiento de los Veteranos y Patriotas.

"El día 12 de agosto de 1923 se efectúa en el teatro Maxim de La Habana una asamblea de veterano y otros elementos el móvil de la reunión es exigir al gobierno que normalice el pago de pensiones a los miembros del ejercito libertador elevándola por una ley al presupuesto de la nación, aunque también se enarbolan otras dos demandas protestar de la ley de lotería y de la impremeditada aprobación de la llamada le de consolidación ferrocarrilera en la cámara de representantes. Pronto la causa inicia una irritación mas se transforma en petitorio concerniente a problemas mas generales y salta de localidad en localidad en rápida sucesión eran os tiempos que vivían decenas de miles de veteranos de la guerra del 95 y en que están aún a pesar de las quiebras de los patricios tahúres conservaban un real predicamento de la conciencia cubana prende el chispazo y se conmueven muchas fibras patrióticas la magnitud del infarto es impresionante. Las ansias y los intereses, dispersos y heterogéneos pero todos insatisfecho se vuelcan tras notables figuras del ejercito libertador se articula un gran movimiento nacional que adopta el calificativo de Veteranos y Patriotas la jefatura del estampido la toma el mayor general Carlos García Vélez hijo del lugar teniente general sustituto de Antonio Maceo eximio patriota y soldado general Calixto García Iñiguez, que fungía como representante de Cuba ante Gran Bretaña". Tomado de: Movimiento Nacional de Veteranos y Patriotas. EcuRed. Se puede consultar en la obra de Hortensia Pichardo Viñals: «Un gran movimiento cívico abortado», Documentos para la historia de Cuba, t. III, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1978. Página 157.

ANEXO 6.- El primer Partido Comunista de Cuba.

"El Primer Partido Comunista de Cuba fue una organización política de orientación marxista, representante de los intereses de la clase obrera y sectores populares, fundada en Cuba entre el 16 y el 17 de agosto de 1925. Este partido fue sucesor del Partido Revolucionario Cubano y a su vez constituyó un antecedente de lo que es hoy el Partido Comunista de Cuba. …Un día antes de la clausura del Tercer Congreso Obrero Nacional, en Camagüey, el 6 de agosto de1925, el Comité Ejecutivo de las Agrupaciones Comunistas de Cuba emitió una convocatoria para la celebración del congreso que debía dejar constituido el Partido Comunista de Cuba. El documento fijaba el encuentro entre los días 16 y el 20 del mismo mes, pero se impuso la necesidad de sesionar en solo dos días, ante la hostilidad del gobierno de Gerardo Machado. Para su fundación los delegados se reunieron en una vieja casa de la calle Calzada, del Vedado capitalino, numerada entonces con el 81, en el lugar donde hoy se erige la sala teatral Hubert de Blanck. Corrían tiempos difíciles: desgobernaba a Cuba el tirano Gerardo Machado, quien había prometido a Wall Street que una huelga en la Isla no duraría un cuarto de hora y que ya en agosto de 1925 comenzaba su vasto expediente de crímenes políticos, con el asesinato de un periodista opositor, Armando André, y un obrero comunista, Tomás Grant. Carlos Baliño, como el delegado de mayor edad, procedió a recibir las credenciales, el agostote 1925, del Primer Congreso Nacional de las Agrupaciones Comunistas de la Isla de Cuba. Además de él, representaban a los comunistas de la capital el maestro canario José Miguel Pérez, el líder estudiantil Julio Antonio Mella y el dirigente sindical cigarrero Alejandro Barreiro, entre otros. Venancio Rodríguez era el delegado de la agrupación de Guanabacoa; Miguel Valdés, del Sindicato de Tabaqueros, y Emilio Rodríguez, de la de San Antonio de los Baños. Por la Sección de Fabio Grobart) y Félix Gurbich. Los manzanilleros carecían de dinero para trasladarse a La Habana y no pudieron concurrir, por lo que Mella y Barreiro asumieron su representación en el evento. El Partido Comunista Mexicano envió solidario a Enrique Flores Magoon para que ayudara a organizar la magna cita Estos delegados, en su casi totalidad —y podemos hacerlo extensivo a la mayoría de los militantes en la primera década de existencia del Partido— no eran marxistas formados ni amplios conocedores del socialismo científico. Comunistas de corazón, anhelaban la redención de la clase obrera y el pueblo cubanos, aunque carecían de los conocimientos indispensables para afrontar dicha tarea. A pesar de sus limitaciones, sí supieron comprender, sobre todo gracias a Mella y Baliño, su rol de eslabón indispensable entre el pensamiento patriótico del siglo XIX y las ideas de emancipación social de la vigésima centuria. De ahí el rescate del ideario del Apóstol que se propuso Julio Antonio con sus Glosas al pensamiento de José Martí (1926). Línea en la que con posterioridad profundizarían mediante sus ensayos y artículos otros destacados dirigentes como Blas Roca, Juan Marinello y Carlos Rafael Rodríguez La principal misión de aquellos fundadores fue crear el primer Partido Comunista de Cuba y afiliarlo a la Tercera Internacional, fundada por Vladimir I. Lenin en 1919. Aparte de un programa de reivindicaciones para los obreros y campesinos, se propusieron trabajar activamente en los sindicatos, organizar a los campesinos y luchar por los derechos de la mujer y la juventud. Concedieron gran importancia a la educación partidista y al reforzamiento ideológico de la prensa obrera. El 18 de agosto se efectuó la primera reunión, para elegir el Secretariado y las Comisiones de Trabajo. Como secretario general fue electo el dirigente canario José Miguel Pérez y Pérez, deportado poco después a España por el régimen de Machado. El Comité Central lo integraron, además, Mella, Baliño, Barreiro, Venancio Rodríguez, Rafael Suárez y Yoshka Grinberg. Desde su fundación, el primer Partido Comunista de Cuba tuvo que afrontar una feroz represión A solo quince días de constituido, el primer Partido Comunista de Cuba tuvo que sumirse en la más absoluta clandestinidad. Su secretario general, José Miguel Pérez, fue detenido por los aparatos represivos de la tiranía machadista, el 31 de agosto de 1925, y expulsado de Cuba bajo el cargo de extranjero indeseable. A Mella le orientó la dirección partidista en 1926 marcharse del país ya que sobre él pendía una orden de asesinato por parte del régimen, el cual se perpetró tiempo después en México(1929). Baliño murió ese año. Peña Vilaboa, en 1928. A partir de 1927, Rubén Martínez Villena deviene líder natural del movimiento comunista cubano, aunque nunca ocupara el cargo de secretario general, pues solo fue miembro del Comité Central y asesor de la Confederación Nacional Obrera de Cuba (CNOC). Desde la clandestinidad, el Partido condenó la prórroga de poderes del presidente y la represión del gobierno machadista. El 3 de abril de 1927 llamó al pueblo a movilizarse contra la reforma constitucional que permitía la reelección de Machado. A la condena de la reelección machadista se sumó la denuncia a los intereses injerencistas estadounidenses, manifiestos en la VI Conferencia Internacional Americana, celebrada en La Habana desde el 16 de enero hasta el 20 de febrero de 1928. Como parte de sus actividades movilizativas contra el régimen de Machado estuvo la organización y dirección de la huelga general del 20 de marzo de 1930, la acción de mayor envergadura realizada hasta entonces por los obreros cubanos. Rubén Martínez Villena condujo personalmente la labor preparatoria y directriz de la huelga. No aceptó la Mediación de Sumner Welles[1] y junto con la CNOC, dirigió las huelgas que llevaron al derrocamiento de la tiranía, el 12 de agosto de 1933, a pesar de que en un primer momento la dirigencia del partido no comprendió los verdaderos alcances de esa protesta popular. La dirección partidista concibió el movimiento huelguístico solo como forma de lucha para alcanzar las reivindicaciones obreras en cada sector, y no como medio para derrocar el gobierno. No aquilató su carácter político y recayó en el llamado «error de agosto», al ordenar su Comité Central el retorno de los obreros y empleados al trabajo. Tampoco supo evaluar en forma precisa la significación del Gobierno de los Cien Días, presidido por ramón, y muy en particular las medidas progresistas adoptadas por Antonio Guiteras Holmes, su secretario de Gobernación, lo que condujo al Partido Comunista a la oposición. Esa actitud favoreció el derrocamiento del gobierno llamado por algunos historiadores Grau-Guiteras. El 11 de marzo de 1935, el PC convocó un paro general de cuarenta y ocho horas, en solidaridad con la huelga que protagonizaban maestros, estudiantes y trabajadores de diferentes ramos contra el gobierno de Carlos Mendieta Montefur, que tenía el apoyo de Estados Unidos y del jefe del ejército, coronel Fulgencio Batista. Cuando en 1936 se produjo en España un levantamiento contrarrevolucionario apoyado por la Alemania nazi y la Italia fascista, el primer Partido Comunista de Cuba organizó la marcha de más de mil cubanos a la península, a luchar por la libertad en la primera gran gesta internacionalista del pueblo cubano (1936-1939). Posteriormente, en los años de la Segunda Guerra Mundial, dicho partido desempeñó un notable papel en el Frente Nacional Antifascista, el cual envió ropa, medicinas, azúcar y tabaco a las tropas aliadas. Dos de sus militantes ofrendaron sus vidas como parte del Ejército Rojo Soviético: Aldo Vivó, en la defensa de Leningrado (hoy San Petersburgo) y Enrique Vilar en la liberación de Polonia. El ascenso y la lucha contra el fascismo trajo consigo una nueva estrategia y táctica para el movimiento comunista mundial emanadas básicamente del VII Congreso de la Internacional Comunista". (Tomado de EcuRed)

ANEXO 7.-

"Muñiz Vergara abordó con lentitud y deliberado tacto la cuestión, después que Machado lo saluda y abraza.

-Mire General: Mella es un buen hijo; Mella no fuma ni bebe. Es un joven apasionado, pero es un buen hijo…¿Por qué no se le ha deponer fianza, como a cualquier otro preso común?…Porque él no es un preso común , pero aunque lo fuera, por la ley se le debe poner fianza…Además, si él muriera a consecuencia de la huelga de hambre que mantiene sin duda se va a atacar rudamente al gobierno…se le va a acusar de ser el responsable de esa muerte…de haberlo asesinado…solo por no ponerle fianza que es todo lo que pide….

-¡Usted-repúsole Machado-sí es un buen hombre capitán!…Pero es demasiado ingenuo y cualquier lo engaña…Mella será un buen hijo, pero es un comunista. Es un comunista y me ha tirado un manifiesto impreso en donde lo menos que me dice es asesino ¡Y eso no lo puedo permitir"…!No lo puedo permitir!

Su voz había cambiado de tono y su actitud también. Pero allí estaba Rubén (Martínez Villena)… Se le acercó y con aquella voz suya vibrante, mirándolo a los ojos…le habló así:

-¡Usted llama a Mella comunista como un insulto, y usted no sabe lo que es ser un comunista!!Usted no debe hablar de lo que no sabe!

Acaso por un segundo, ese pánico instintivo que sienten las fieras a la presencia del hombre que se les enfrenta, recorrió los nervios de Machado. Pero se repuso…!Y como procede a un tigre que considera fácil una presa, hizo que se doblegaba y comenzó.

-Tiene usted razón, joven…Yo no sé lo que es el comunismo, ni anarquismo, ni socialismo…Para mí todas esas cosas son iguales…Todos son malos patriotas…Tiene usted razón…Pero a mí no me ponen rabo, ni los estudiantes, ni los obreros, ni los veteranos…ni Mella. ¡Y lo mato,lo mato…!!carajo!.

-El furor, alcanzando el paroxismo, lo había poseído y gesticulaba como un energúmenos, violento, exasperado, iracundo, la mirada de Rubén, más insultante cada vez, en medio de su rostro, lívido ante la impotencia de destrozar allí mismo a aquella bestia convulsa, lo irritaba cada vez más!…Barraqué (Ministro de Justicia del gobierno. N. del A.) lo abrazó, sus aguantes lo rodearon y Muñiz Vergara, conservando cierta ecuanimidad, en medio e aquel tumulto de personajes omnipotentes, apartó a un lado a Rubén, que ya desbordado, increpaba al carnicero, a quien sus ayudantes y Barraqué, acaso temeroso de un ataque epiléptico, arrastraban hasta la máquina…Rubén, que había estado fumando nerviosamente, y, según su costumbre cuando se sentía irritado, echando el humo por ambas fosas nasales, botó el cigarro y le dijo a Muñiz Vergara:

-¡ Yo no lo había visto nunca; yo no lo conocía; solo había oído decir que era un bruto, un salvaje! ¡Y ahora veo que es verdad todo lo que se dice! !Pobre América Latina, pobre América española, Capitán que está sometida a estos bárbaros…!Porque este no es más que un bárbaro, un animal, un salvaje…una bestia!…

La voz de Rubén encolerizada se oía en todas partes, pero ya Barraqué y los ayudantes, temerosos de que machado cayese víctima de un ataque lo arrastraban materialmente hacia la máquina, sin darle tiempo a reaccionar sobre los últimos insultos de Rubén…!El tigre, una vez más, huía acobardado ante el hombre!…

De aquella entrevista…vino Rubén para el bufete allí, todavía con los ojos iluminados de violencia, pero también de burla ya, me contó como había sido, suprimiéndole, con su clásica modestia, el marco que tanto elevaba su actitud. Y formulando su juicio definitivo sobre Machado, me dijo, animándose contento de su dureza, de su insulto y de su burla:

-¡Este es un salvaje…un animal…una bestia…Es un ASNO CON GARRAS!

Y el rostro se le iluminó a Rubén con la alegría del hallazgo y repitió:

-¡ Es un ASNO CON GARRAS!

Tomado de: Pablo de la Torriente Brau de su escrito Mella, Rubén y Machado. La Habana, Cuba; Editorial del MINED; 1949 P 122 a 125. Citado por Raúl Roa en su obra ya citada El fuego de la semilla en el surco. P. 148-149.

ANEXO 8.- Mella, internacionalista y patriota cubano

Julio Antonio Mella fue un líder internacionalista que militó en el PCM, la Liga Antiimperialista de las Américas, el MAFUENIC, el Socorro Rojo Internacional y el Partido Revolucionario Venezolano, a la vez que participó en las actividades solidarias con la causa de Sacco y Vanzetti, la resistencia sandinista y la Revolución china, pero el centro de sus preocupaciones fue siempre Cuba, la Revolución cubana. En unas líneas esclarecedoras, la estudiosa alemana Christine Hatzky plantea en breves líneas: "El ambicioso proyecto político de la ANERC, cuyo propósito era lograr el derrocamiento del régimen de Machado por la vía de las armas, es –en mi opinión– su proyecto más maduro políticamente y conserva su trascendencia en la historia contemporánea y en la actualidad. Por eso, como un último punto, quisiera caracterizar brevemente la ANERC.

"Inspirado por la lucha de Sandino en Nicaragua, Mella quería abrir en Cuba otro frente de combate contra el imperialismo. Su plan era que un grupo de hombres armados cruzara el Golfo de México y llegara a Cuba. Para esto fundó la ANERC, que era una alianza transclasista para llevar a cabo una revolución con objetivos nacionales, democráticos y socialistas. Apoyándose en las concepciones de las ligas antimperialistas, Mella llamaba a todas las fuerzas nacionalistas, revolucionarias, democráticas y antimachadistas a unirse a la ANERC. La ANERC estaba contra "la venta de la riqueza nacional al capitalismo extranjero", la discriminación racial y la discriminación social y política de las mujeres. Formulaba así una nueva definición de la nación cubana: a ella debían pertenecer expresamente también los cubanos con antepasados africanos y las mujeres. El programa de la ANERC era extraordinario para su época: exigía una reforma agraria y la entrega de tierras a campesinos pobres, además de la jornada laboral de ocho horas, salario mínimo, derecho a la huelga, libertad de organización para los trabajadores en la ciudad y el campo. Y estaba a favor de una organización del Estado sobre la base de principios democráticos: la libertad de organización y de reunión, de palabra y de prensa, así como la eliminación de la pena de muerte".

Con justa razón indica el portal Encaribe: "Aunque Mella no pudo sustraerse a las controversias que afectaban la dirección del Partido Comunista mexicano —expresión de las tendencias en pugna dentro del movimiento comunista internacional—, Cuba continuaba constituyendo su preocupación primordial. Seguidor de la estrategia martiana, hizo de la Asociación de Nuevos Emigrados Revolucionarios Cubanos (ANERC) —organización que agrupaba a los exiliados cubanos en México—, el medio idóneo para conseguir la unidad del exilio así como para promover un amplio frente de fuerzas populares y nacionalistas en la Isla, capaz de generar el estallido revolucionario. Los contactos con la Unión Nacionalista de Carlos Mendieta y otras gestiones de propósito insurreccional, alarmaron a Machado quien activó los resortes para eliminarlo. Por una parte, en la prensa cubana se desató una campaña para desprestigiarlo, acusándolo de haber ultrajado la bandera nacional en un acto público, y, por otra, se envían a México agentes con la misión de asesinarlo".

Los intentos insurreccionales del cuadro cubano iban en serio. De acuerdo con Ricardo Melgar Bao: "Mella había asistido a una cita con el presidente Obregón acompañando a los venezolanos deseosos de obtener armamento y parque para sus fines revolucionarios. Sin embargo, este proyecto se quebró. La torpeza del venezolano Emilio Arévalo Cedeño al ser detenido con un cargamento de ron de contrabando en una goleta destinada originalmente para la expedición revolucionaria, complicó las cosas. Cedeño no encontró mejor manera de librar el tema aduanero mexicano que atribuirle al presidente Obregón el "encargo", quebrando de manera definitiva las relaciones con el gobierno mexicano".

Conforme a Olga Cabrera: "En 1928 creyó que estaban dadas las condiciones para incorporarse a la insurrección armada que preparaban en Cuba nacionalistas y estudiantes. Con el fracaso del plan de los revolucionarios venezolanos contra Juan Vicente Gómez, quedaron en México, a su custodia, una gran cantidad de armas destinadas para este alzamiento y pensó en la posibilidad y oportunidad de apresurar el movimiento insurreccional en Cuba. Todo hacía prever que sería un éxito. En los momentos iniciales, mantuvo estos planes en el más estricto secreto".

Julio Gómez (Rosovski), exponía: "En la segunda mitad de julio de 1928 Mella salió al sur de México con la idea de organizar lo que 29 años después haría Fidel. Alquilar un barco y con un grupo de emigrados desembarcar en Cuba para iniciar la lucha armada por el derrocamiento de la dictadura de Machado".

El académico Felipe de Jesús Pérez Cruz explica la influencia del proyecto mellista: " Ya en 1928, el PCC compartía los criterios de Mella sobre la insurrección en Cuba, a contrapelo de la "orientación" táctico estratégica de la Internacional Comunista. Rubén Martínez Villena con el liderazgo efectivo del Partido dentro de Cuba, secundaba a Mella en sus planes con la ANERC. En México Mella logra nuclear dentro del amplio grupo de exiliados revolucionarios cubanos que lidera, a los militantes del PCC que habían tenido que abandonar el país por la represión de la dictadura machadista, algunos como Alejandro Barreiro, miembro del Comité Central, que incluso había integrado la Comisión que propuso la controvertida sanción de 1926. Esta realidad vista desde los duros intercambios realizados en los momentos de la sanción, y la fractura que le siguió, dan la dimensión ética y política de salida de los revolucionarios involucrados [en] aquel conflicto, y permiten con justicia considerarlo como un hecho desafortunado y coyuntural".

En esa propuesta política Mella no contó con el apoyo de la dirección del PCM y la Internacional Comunista, sino al contrario, la oposición a la misma. Ello no es raro, ya que las concepciones eurocéntricas de la Comintern no podían favorecer un proyecto que aparecía ante sus ojos como aventurero y peligroso. Esta visión era común a otras expresiones ideológicas que tenían como matriz a la IC, a la que agregaban el doctrinarismo, el sectarismo y la autosuficiencia. No era un simple defecto de la Internacional Comunista y sus secciones. La deformación eurocéntrica abarcaba y abarca a las formaciones disidentes del movimiento comunista". 

El asesinato de Mella

Adys Cupull y Froilán González precisan en un artículo publicado en la revista Forum: "La campaña difamatoria era el preludio para preparar a la opinión pública acerca del inminente asesinato. La noche del 10 de enero, acompañado de la luchadora antifascista y comunista italiana Tina Modotti, se dirigió al correo para pasar el cable en el cual desmentía la maniobra del gobierno.

"Alrededor de las 9:45 pm, se produjo el atentado, en la calle Abraham González, esquina Morelos. Fue herido mortalmente en el abdomen según certificación médica y falleció en la mesa de operaciones a las 2:05 am del día 11. Ese mismo día los periódicos en México divulgaron las noticias sobre el crimen que impactó a los pueblos del mundo, especialmente en América Latina. El joven cubano era un líder continental. Su cuerpo estaba tendido en el hospital de la Cruz Roja.

"En los documentos de la policía de la Ciudad de México, se explica que después de los disparos caminó unos pasos y cayó al suelo y al pasar dos transeúntes, pudo gritarles: "Machado me mandó a matar…" En ese instante su compañera pudo tomarlo entre los brazos para escuchar sus últimas palabras: "Muero por la revolución… Tina, me muero". La joven intentó reanimarlo, diciéndole: "No te vas a morir, estás muy joven… "

"La policía detalló que al ser agredido vestía traje negro, corbata roja, suéter color café y camisa blanca con tirantes, que le cubría un grueso abrigo gris y que sólo encontraron en sus bolsillos una pequeña libreta recién estrenada, con el nombre y teléfono de Magriñat, un lápiz y un ejemplar del periódico El Machete. No llevaba un centavo. También se informó que el cuerpo fue identificado por Leonardo Baskazeidel y Rosendo Gómez Lorenzo.

"Para la opinión pública mexicana estaba claro que los asesinos fueron personas que seguían órdenes de Gerardo Machado y que sus cómplices en México trataron de convertirloen un crimen pasional.

"Los amigos y compañeros de Mella se organizaron para denunciar el hecho, salieron en manifestaciones contra la dictadura de Gerardo Machado, el embajador cubano en México Guillermo Fernández Mascaró y la policía mexicana que se estaba prestando a la farsa.

"Los manifestantes llegaron hasta el interior de la embajada de Cuba y los estudiantes indignados penetraron al interior del edificio y pronunciaron vibrantes y enérgicos discursos condenando al gobierno de Machado".

Militantes del PCM, la LADLA, el MAFUENIC y de muchas organizaciones obreras, campesinas, estudiantiles y populares salieron a la calle a realizar mítines y manifestaciones en las ciudades de México, Veracruz, Monterrey, Puebla, y otras más.

Agregan los autores cubanos citados: "El 2 de octubre de 1931, la señora María Guadalupe Gil Oceguera esposa de José Agustín López Valiñas, lo denunció ante las autoridades como la persona que mató a Mella. Las declaraciones de Gil Oceguera implicaron a Santiago Trujillo, jefe de la Policía Secreta de Machado, al embajador cubano Guillermo Fernández Mascaró, a José Magriñat, a un sujeto que respondía al seudónimo del Hombre de Cunagua y otros cómplices, lo que dio origen a una nueva, extensa y profunda investigación policiaca.

"Las autoridades mexicanas llevaron a cabo un proceso judicial, el cual determinó que el joven cubano Julio Antonio Mella fue víctima de un asesinato político planeado por sus enemigos radicados en Cuba .

"En el juicio se probó que en el homicidio participaron directamente José Agustín López Valiñas, apodado Pepe Callejitas, Miguel Francisco Sanabria Nodarse, conocido como el Hombre de Cunagua y José Magriñat Escurra".

No hay duda: el asesino fue Gerardo Machado.

El PCM lanzó un manifiesto el 11 de enero, en el que aseveraba: "El asesinato del camarada Mella se venía preparando desde hace tiempo. La agitación que la prensa cubana, al servicio del verdugo Machado, venía realizando contra la labor revolucionaria del compañero Mella y de los demás emigrados cubanos residentes en México; la pretensión de los embajadores de Machado ante el gobierno mexicano, de que Mella fuera entregado en manos del feroz gobierno antillano, todo esto viene a demostrar el plan preconcebido del cobarde asesinato político que acaba de cometerse.

"Julio Antonio Mella era miembro del Partido Comunista de México. Julio Antonio Mella desde hace años ha luchado en nuestras filas como uno de sus más abnegados y activos soldados. El Partido Comunista y la Federación Juvenil Comunista de México pierden en el compañero Mella uno de sus mejores elementos". Tomado de: Julio Antonio Mella, a 85 años de su asesinato. Por Gerardo Peláez Ramos. Periódico Rebelión, México. Soporte digital.

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Autor:

Dr C Raúl Quintana Suárez

Profesor Titular y Profesor Consultante.

Universidad de Ciencias Pedagógicas Enrique José varona

La Habana, Cuba

2014

Partes: 1, 2, 3
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