- Resumen
- Introducción
- Reflexiones en torno al Desarrollo Económico Local (DEL) y Turismo
- Trinidad de Cuba: potencialidades para el turismo histórico-cultural y su incidencia en el desarrollo local
- Consideraciones para la elaboración de una estrategia de DEL en Trinidad, basada en las potencialidades del territorio como destino histórico-cultural
- Conclusiones
- Recomendaciones
- Bibliografía
- Anexos
Las poblaciones locales
deben estar involucradas
en todo desarrollo turístico
y sus necesidades
tienen que ser satisfechas.
Cater and Goodall, 1997
Resumen
La denominada "industria sin humo o sin chimenea" es un fenómeno característico e irreversible de la época actual. Constituye una de las actividades económicas más importantes para los países de la región caribeña, al ser la principal fuente de ingresos de muchas de ellas. En Cuba, aunque no con el peso que ocupó durante los años 90, clasifica como uno de los rublos más importantes dentro del ordenamiento por sectores en los territorios. Las tendencias en el siglo XXI muestran que, sin pretender despreciar la supervivencia del turismo de sol y playa, se producirá un incremento hacia modalidades como el turismo histórico-cultural. La validez y reconocimiento a escala nacional e internacional del patrimonio trinitario, ubican a la tercera villa en una posición privilegiada para potenciar el lugar y papel de esta modalidad turística como motor impulsor de su propio desarrollo.
El trabajo, estructurado en tres capítulos y titulado: El turismo como factor de desarrollo económico local: Trinidad de Cuba, ciudad de alto valor patrimonial, propone un procedimiento y diagnostica el estado actual de los recursos histórico-culturales del territorio, validando los resultados obtenidos a través del criterio de especialistas. Como resultado del mismo (diagnóstico) se proponen paradigmas (visión, líneas y objetivos estratégicos) que contribuyen a la elaboración de la estrategia de desarrollo económico local para Trinidad en base a estos recursos. Fue posible arribar a conclusiones y recomendaciones de interés teórico-conceptuales, científico-investigativas y prácticas, que en su momento contribuirán en alguna medida a mejorar el estado actual del objeto de estudio en la región trinitaria.
Summary
The denominated "smokeless industry" is a characteristic and irreversible phenomenon of the current time. It constitutes one of the most important economic activities for the countries of the Caribbean region, because it represents the main source of revenues for most of them. In Cuba, although not with the position occupied during the 90s, classifies like one of the most important rubles inside the classification for sectors in the territories. The tendencies in the XXI century show that, without seeking to reject the survival of the tourism of sun and beach, an increment will take place toward modalities like the historical-cultural tourism. The validity and recognition as many as national and international scale of the Trinitarian patrimony, locate to the third village in a privileged position for give potency to the place and paper of this tourist modality as impeller motor of their own development.
The work, structured in three chapters and titled: The tourism like factor of local economic development: Trinidad of Cuba, city of high patrimonial value, proposes a procedure and diagnoses the current state of the historical-cultural resources of the territory, validating the obtained results through the approach of specialists. As a result of the same one (diagnostic) are intended paradigms (vision, lines and strategic objectives) that contributes to the elaboration of the strategy of economic local development for Trinidad based on these resources. It was possible to arrive to conclusions and practical recommendation of theoretical-conceptual and scientific-investigative interest that will contribute in some measure to improve the current state of the study object in the Trinitarian region.
Introducción
El desarrollo de la denominada "industria sin humo" a escala mundial y de manera especial en el Caribe, es una realidad.
El turismo, considerado como una de las actividades económicas más dinámicas y de rápido crecimiento, es un fenómeno característico e irreversible de la época. Gracias al proceso creciente de terciarización de la economía mundial ha devenido en uno de los sectores clave para las economías de los países, al ser la principal fuente de ingresos de muchas de ellas.
Para la sociedad cubana cobró matices singulares tras el colapso total que sufrió el país a raíz del Periodo Especial. En estos años la pequeña isla se vio obligada a reorientar su economía y apostar a favor de la explotación de una actividad que cobraba fuerzas a nivel internacional, dadas las excelentes condiciones naturales, paisajísticas, histórico-culturales que ubicaban a "la mayor de las Antillas" en una posición privilegiada como futuro destino turístico.
Por estos tiempos -aunque no con el peso que ocupó durante los años 90- clasifica como una de las actividades económicas más importantes dentro del ordenamiento territorial por sectores. Ha logrado, entre otros, multiplicar los ingresos brutos, incrementar el flujo de visitantes al país por año, además del fortalecimiento de una infraestructura y estándares de calidad acordes a las más disímiles exigencias. Se han diversificado las ofertas y productos turísticos, así como los principales turoperadores y mercados emisores que operan en la isla. Constituye una de las fuentes de empleo más significativas con que cuentan los cubanos y uno de los sectores que pueden servir como pivote para su desarrollo económico.
Las tendencias en el siglo XXI muestran que, si pretender despreciar la supervivencia del turismo de sol y playa, se producirá un incremento notable de la demanda turística hacia modalidades como el turismo histórico-cultural, marcada por el interés de determinados segmentos en experiencias auténticas donde el visitante se integre a la comunidad y a su patrimonio.
La validez y reconocimiento a escala nacional e internacional destacan a Trinidad de Cuba como un destino turístico de excepcionales valores. Declarada desde 1988 como Patrimonio Cultural de la Humanidad, cuenta con uno de los conjuntos arquitectónicos mejor conservados de Iberoamérica y un majestuoso patrimonio inmaterial que cobra vida en las costumbres, tradiciones y leyendas del pueblo trinitario. La villa, como ningún otro lugar en el país, combina de forma majestuosa cultura, historia y modernidad.
Sin embargo son aún incipientes y a veces inexistentes los estudios que a partir del uso de herramientas metodológico-científicas, favorezcan la intención de establecer un enfoque estratégico para el municipio que visualice las potencialidades que ofrece esta modalidad turística como motor impulsor de su desarrollo económico local.
Es sumamente importante que el crecimiento turístico y el desarrollo de la comunidad vayan de la mano. Se hace necesario desarrollar una adecuada planificación para que el municipio tenga valor significativo como destino turístico y por lo tanto, se constituya como un elemento importante de la economía de la zona, además de que pueda diferenciarse entre obtener un producto competitivo y un producto mediocre que tienda a desaparecer en el tiempo o que la incidencia de este en la localidad se produzca de forma espontánea.
Es por ello que la presente investigación intenta ofrecer una contribución al respecto. Su mayor importancia radica en la proposición del diagnóstico de los recursos histórico-culturales de Trinidad y como resultado de este, parte de los elementos a tomar en cuenta a la hora de elaborar una estrategia de desarrollo local en base a estos recursos para el municipio.
Este trabajo recalca la necesidad de impulsar el uso de la planificación en el trazado de estrategias de DEL que jerarquicen el uso de los recursos endógenos, el efecto multiplicador del turismo sobre el resto de los sectores de la localidad, los beneficios percibidos por la población y el desarrollo de una iniciativa local emprendedora. Se destaca el uso de una planificación estratégica coherente y armonizada, con visión de futuro, concebida de acuerdo a las realidades del territorio y en consonancia con las tendencias y perspectivas que envuelven al turismo a nivel internacional, abierta al cambio, exenta de esquemas retrógrados y burocráticos; una planificación que proyecte una ciudad ambientalmente estable, económicamente competitiva, políticamente participativa y socialmente integrada.
Por ello, y teniendo como objeto al DEL basado en el turismo histórico-cultural, se plantea como problema científico el que sigue: ¿Cómo contribuir mediante el aporte de elementos de planificación estratégica al desarrollo económico local en Trinidad basado en las potencialidades que ofrece el territorio como destino histórico-cultural? En consecuencia, se define la hipótesis de la siguiente manera: si se cuenta con paradigmas para un enfoque estratégico de desarrollo local en Trinidad, basado en el turismo histórico-cultural, es posible potenciar el lugar y papel del sector como motor impulsor de la economía de la ciudad y el bienestar de su población.
Definido el problema científico a cuya solución pretende contribuir la presente investigación, así como la hipótesis de la misma, puede plantearse como objetivo general: proponer paradigmas que contribuyan a la elaboración de una estrategia de desarrollo económico local para Trinidad tomando como eje central al turismo histórico-cultural.
Como objetivos específicos se tienen los que siguen:
Analizar las potencialidades del territorio como destino histórico-cultural.
Proponer un procedimiento que permita diagnosticar el estado de los recursos histórico-culturales.
Diagnosticar los recursos histórico-culturales.
Validar los resultados obtenidos a través del criterio de especialistas.
Analizar el papel que desempeña el gobierno local y demás actores en la gestión del desarrollo económico local.
Proponer a partir de los resultados del diagnóstico, la visión, las líneas y los objetivos estratégicos.
Para lograr satisfactoriamente los objetivos propuestos, la presente investigación se estructura en tres capítulos. En el primero se hace un bosquejo general que brinda la base teórica-conceptual del tema objeto de análisis. En el segundo se analiza el potencial de Trinidad para la explotación del turismo histórico-cultural y se diagnostica el estado actual de dichos recursos. En el tercero y último se validan los resultados obtenidos a través del criterio de expertos y se proponen algunas consideraciones para la elaboración de una estrategia de DEL basada en esta modalidad turística.
Para llevar a cabo esta investigación fueron utilizados diferentes métodos tanto del nivel teórico como del nivel empírico y matemático, aplicándose para ello diferentes técnicas como: la observación, la encuesta, el análisis documental, el criterio de expertos (Método Delphi), la lluvia de ideas o brainstorming, la matriz DAFO, la matriz de Impactos Cruzados y los conocimientos multidisciplinarios adquiridos durante el periodo académico de la especialidad. Fue utilizado para el procesamiento de parte de la información el programa computarizado SPSS (por su siglas en inglés: Statistical Package for Social Siencies o Paquete Estadístico para las Ciencias Sociales).
Se hace una amplia consulta bibliográfica que abarca textos en soporte duro y en formato digital, procedentes de diferentes fuentes y de disímiles autores.
El desarrollo y los resultados obtenidos en el trabajo propiciaron arribar a conclusiones y recomendaciones de interés teórico-conceptuales, científico-investigativas y prácticas, las que en su momento contribuirán en alguna medida a mejorar el estado actual del objeto de estudio en la región trinitaria.
El autor considera que este resultado no es más que un modesto aporte. Confía que si lo que aquí se propone es utilizado a favor de la economía del municipio y el bienestar de su población, su esfuerzo y el de tantas personas que contribuyeron, no habrá sido en vano.
Capítulo I.
Reflexiones en torno al Desarrollo Económico Local (DEL) y Turismo
1.1 Desarrollo
En la actualidad se proclama el derecho de que toda persona, sin importar el lugar donde resida y sin discriminación alguna por su raza, credo o simplemente por su condición económica y política, pueda satisfacer sus necesidades básicas (acceso al agua potable, alimentación, vivienda, educación y servicios de salud). El dilema del asunto está en cómo conseguirlo con equidad para todos los hombres y mujeres de este planeta y por supuesto, de forma sostenible.
En contraposición a ello cabe preguntarse: ¿cómo ha de garantizar la sociedad la satisfacción de las necesidades de sus integrantes en un mundo cada vez más polarizado y desigual?; un mundo donde los ricos son cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres, donde la filosofía fundamental es la guerra, el crecimiento desmedido, el consumismo, la violación de la integridad de los países y los derechos humanos, donde la naturaleza se destruye despiadadamente y hoy, más que nunca, se experimentan las consecuencias.
Otras interrogantes surgen de manera simultánea: ¿existe un mismo camino a seguir que permita la satisfacción de las necesidades básicas humanas para toda la población mundial?, ¿existe claridad y consenso en lo que en realidad significa desarrollo?, ¿es posible juzgar las variantes de desarrollo de cada sociedad con las mismas herramientas de medida? La respuesta a estas y otras interrogantes, deben partir de una premisa fundamental: la necesidad de revertir lo que en la actualidad se advierte como la destrucción total de la raza humana y del planeta Tierra.
1.1.1 Génesis histórica del concepto de desarrollo
Un punto de partida trascendental para analizar el concepto de desarrollo fue la Revolución Industrial que tuvo lugar en los denominados "países centrales" en el año 1799, siglo XVIII. A pesar de que lograron desarrollarla gracias a los recursos extraídos de sus colonias, significó la consolidación de la clase comercial. El liberalismo quedó establecido al permitirse el libre comercio, sin fronteras y sin una fuerte intervención estatal. Además, se dieron cambios institucionales, económicos, políticos y sociales, como el crecimiento de la población mundial, el desarrollo productivo, el mejoramiento de las condiciones de vida de la población, el incremento del ingreso per cápita y el surgimiento de nuevas formas de capital. La no extensión por todo el mundo, trajo como consecuencia -para muchos- el desequilibrio, la desigualdad y el atraso; claro, lo que importaba realmente era desarrollarse y crecer a cualquier precio.
Lo antes expuesto, demuestra cómo desde su mismo nacimiento la idea de desarrollo estuvo muy asociada a la de la industrialización. Esto llevó y ha llevado a muchos a sostener que el desarrollo consiste justa y precisamente en la industrialización. En efecto, ¿no fue el proceso de industrialización en los países centrales, como se mencionó anteriormente, lo que permitió la acumulación acelerada que elevó significativamente el nivel de vida del grueso de la población? ¿No ha sido siempre la industrialización acelerada la principal política de desarrollo emprendida por los gobiernos? A pesar de esta aparente certeza, es fácil construir escenarios en los que un país que esté perfectamente industrializado, pueda decirse con mucho sentido intuitivo que no lo está, en términos de desarrollo.
Conceptos históricamente importantes como el de desarrollo como industrialización, riqueza, evolución y progreso surgieron por estos tiempos y algunos un poco antes.
El concepto de desarrollo como riqueza[1]surge dentro del marco de la filosofía individualista y liberal del Derecho y del Estado, que tuvo mucha difusión durante el siglo XVIII.
Por su parte, el concepto de desarrollo como evolución[2]está inspirado en las concepciones biológicas de Lamarck, Lyell y Darwin, y concibe el desarrollo como un proceso espontáneo, natural y continuo.
La idea de progreso estuvo en boga a mediados del siglo XIX y concebía a la innovación técnica, en todos los órdenes, como el motor impulsor del capitalismo.
En la década de 1950, ya en el siglo XX, surge la Economía del Desarrollo como rama de la economía, debido a la preocupación generada durante el período postguerra, es decir, después de la Segunda Guerra Mundial, en relación al bajo nivel de vida existente en tantos países de América Latina, África, Asia y Europa Oriental. Estas cuestiones se hicieron urgentes con el proceso de descolonización en el contexto de la Guerra Fría. Con la economía del desarrollo aparecen las llamadas Teorías del Desarrollo: modernización, dependencia, sistemas mundiales y globalización, como las principales explicaciones teóricas que permitirían interpretar los esfuerzos para alcanzar el desarrollo realizado por países y grupos sociales, especialmente por aquellas naciones que presentaban mayores niveles de pobreza[3]Casi desde un comienzo, dos aproximaciones principales se hicieron notar: las corrientes que podrían ser llamadas "revolucionarias" (también llamadas: el modelo cepeliano y desarrollismo) que fueron inspiradas por percepciones marxistas (tales como la teoría de la dependencia) y las corrientes que se podrían llamar de "ingeniería económica" o de "economía tradicional" (en el sentido de ser la aproximación que se aceptaba en universidades occidentales).
A partir de la década de los 70s queda abierta la crítica al denominado proceso de desarrollo propuesto por las teorías antes mencionadas. Nace bajo la premisa: "¿qué es el Tercer Mundo?" en una conferencia en 1952 sobre la Guerra Fría referida a los países no alineados, con el primer mundo como el bloque azul y el resto el bloque rojo.
En 1975, a partir del informe presentado por la Dag Hammarskjold Foudantion: ¿Qué hacer? Otro desarrollo, nace el llamado desarrollo alternativo, el cual proponía el progreso y desarrollo como la satisfacción de las cuatro necesidades básicas: las necesidades mínimas de consumo familiar, acceso a los servicios esenciales, disponibilidad de un puesto de trabajo y calidad de vida.
Como parte del agotamiento de las teorías del desarrollo y del aumento de la incertidumbre internacional, así como de la incapacidad de generar desarrollo solo a cuenta de los equilibrios macroeconómicos, surge el denominado desarrollo endógeno o local. Con este concepto se busca tomar los elementos propios de un lugar y utilizarlos de manera productiva, una alta participación poblacional y la manera de utilizar las potencialidades de forma que se mejore la calidad de vida de la población que allí resida. En tal sentido se deben identificar y fomentar todas las iniciativas de carácter productivo y de servicios, que propicien un crecimiento económico, la generación de nuevos empleos con base en la equidad y el cuidado del medio ambiente de esa localidad. Por tal razón se asume también el término de desarrollo sustentable o ecodesarrollo el cual marca su inicio con el informe Founex de la Conferencia de las Naciones Unidas en Estocolmo en el año 1972, donde se indicaba que un desarrollo justo sería aquel cuyo objetivo básico consistiera en utilizar los recursos naturales para la satisfacción de las necesidades del hombre, asegurando al mismo tiempo la mejora de la calidad de vida de las generaciones actuales y futuras (Díaz Gispert Lidia Inés, 2000).
En este informe se hizo notar el hecho de que en los países subdesarrollados el daño ambiental no había llegado al extremo que en los países desarrollados. Su principal logro fue el conciliar los conceptos de desarrollo y medio ambiente.
Durante las décadas de los años 80 y 90, la preocupación por el medio ambiente y la sostenibilidad fueron objetivos fundamentales para el desarrollo, preocupación que se ha extendido hasta los 2000.
1.1.2 Modelo de desarrollo imperante en el mundo actual
El modelo actual de desarrollo es la síntesis que resulta, del fracaso teórico y práctico de la mayoría de las teorías en relación al desarrollo y del auge del neoliberalismo. Su simplicidad raya nuevamente en la ingenuidad, el engaño y cobra vida en las mentes de todos aquellos que se ilusionan con el paraíso del consumo, el confort y la mal llamada "plena libertad y democracia". Se opone claramente a una visión ambiental en donde se consideren todas las variables y todas las interrelaciones, se mire con respeto los deberes de ser éticos y estéticos, no solamente hacia la naturaleza no antrópica sino también hacia los otros seres humanos y hacia lo que ellos construyen, y se tenga en cuenta su agrupación en procesos de los que solamente sabemos su realidad histórica y sobre los que se proyectan las ilusiones personales y sociales.
Este modelo puede simbolizarse en la cadena apertura-competencia–productividad-crecimiento-bienestar. Está respaldado por supuestos[4]que desde ninguna óptica contribuyen a fomentar un "verdadero desarrollo".
Es muy fácil suponer, más aún si estas suposiciones tienen ansias de lucro, de explotación desmedida, de contaminación ambiental, de hambre y miseria, de desigualdad, de dominio y de todo cuanto ha traído la aplicación de este llamado modelo de desarrollo.
La realidad es una sola y hoy es cada vez más latente: o frenamos el modelo neoliberal o nos hundimos para siempre.
1.1.3 Otras consideraciones en torno al concepto de desarrollo
Dadas las múltiples acepciones y usos del concepto de desarrollo, es difícil encontrar un consenso alrededor del mismo, ya que muchas veces se parte de un concepto teniendo en cuenta la finalidad de su utilización o el ámbito en el cual se esté trabajando. Además, el concepto de desarrollo es utilizado por actores que bien pueden ser: economistas, políticos, filósofos, sociólogos o ecologistas.
Un concepto de desarrollo ampliamente difundido es aquel que indica que: el desarrollo es la condición de vida de una sociedad en la cual las necesidades auténticas de los grupos y/o individuos se satisfacen mediante la utilización racional, es decir sostenida, de los recursos y los sistemas naturales. Para ello deberán ser utilizadas tecnologías que no se encuentren en contradicción con los elementos culturales y los derechos humanos de los grupos involucrados, o sea, donde todos los grupos sociales tengan pleno acceso a las organizaciones y servicios básicos como la educación, vivienda, salud y nutrición, y donde sus creencias, costumbres y tradiciones sean respetadas. (Diccionario de Economía)
El modo en que cada sociedad logre garantizar la satisfacción de las necesidades de sus habitantes no ha de ser igual para todas y ha de depender de factores propios a si misma: religiosos, culturales, económicos, políticos y ambientales. No tiene sentido imponer a todas las sociedades un modo homogéneo para satisfacer las necesidades básicas de sus integrantes. Dicho modo ha de venir de cada sociedad de forma libre. Las sociedades tienen y han de definir sus propios términos de desarrollo a partir de una escala de prioridades que les permita obtener un nivel de calidad de vida digno[5]En dependencia, dicho proceso, significará para cada una de ellas una cosa u otra.
Sea cual fuere el significado que se otorgue al concepto, queda explícito que es vital como primera instancia, la satisfacción de las necesidades básicas humanas.
El concepto de desarrollo antes expuesto integra elementos económicos, tecnológicos, de conservación y utilización ecológica, así como lo social y político.
Un sentido con mayor aplicabilidad y concreción en la definición de desarrollo establecería que el mismo está caracterizado por condiciones en las cuales los bienes y servicios se encuentran al alcance de los grupos sociales que conforman la sociedad y con instancias que, dentro del contexto social, garanticen la organización y la cohesión legítima, legal y funcional de la misma, así como la toma de sus decisiones.
El desarrollo presupone entonces, una condición de acceso a los servicios sociales por una parte, y por otra parte, la participación social de forma activa como elemento determinante.
Al margen de las necesidades básicas humanas antes mencionadas, la prioridad de necesidades en una sociedad, puede diferir significativamente de la prioridad de otra sociedad. Mientras para muchas de las sociedades occidentales el crecimiento profesional es fundamental para las personas, por encima de su satisfacción espiritual, para otras sociedades no es así sino al contrario.
Por lo tanto, el desarrollo consiste precisamente en mejorar constantemente el nivel de vida de los integrantes de una sociedad de forma que éstos puedan no solo satisfacer sus necesidades básicas sino aquellas necesidades que les son importantes según sus prioridades[6](http://www.eumed.net/ce/2007b/dc-0711.htm)
Amartya Sen tuvo una gran influencia en las actuales definiciones del concepto de desarrollo, al fijar el concepto de libertad al concepto de desarrollo. Habla de "Development as freedom" (desarrollo como libertad), donde el nivel de desarrollo se mide en función de las libertades reales que la gente disfruta, libertades que incluyen no solo oportunidades económicas sino también políticas, sociales, culturales, ecológicas y de seguridad. (Sen Amartya, 1983)
Según este concepto es importante no sólo la satisfacción material de las necesidades, también cobra gran importancia el valor que la sociedad le da a su riqueza inmaterial. La cultura, la capacidad de establecer y mantener relaciones sociales sólidas y la capacidad de conservar tradiciones, forman parte de este desarrollo. De igual forma, la capacidad de la sociedad de elegir sus propias formas de establecer relaciones económicas, políticas y de gobernanza, que no tiene que significar por ejemplo, la falsa "democracia predicada" por el gobierno de los Estados Unidos.
En África, muchas comunidades rurales han visto como, "en pro del desarrollo" sus sistemas tradicionales de gobernanza se han visto arrasados por la instauración de instituciones, supuestamente democráticas, ajenas a las mismas comunidades, empobreciendo el poder de toma de decisión de éstas y su saber hacer político.
Por último, en este concepto de desarrollo alternativo, el desarrollo no lo es, si no es sostenible; la conservación del medio ambiente es fundamental y además es parte inherente al desarrollo mismo. Una sociedad que en realidad es desarrollada es aquella que entiende su entorno natural (como lo hacían las sociedades del pasado) y sabe aprovechar los recursos naturales a su alrededor de una forma sostenible y respetando el equilibrio de los ecosistemas. (http://www.eumed.net/ce/2007b/dc-0711.htm) Normalmente el "desarrollo tradicional" mediante la industrialización implica en su totalidad lo contrario.
Un enfoque alternativo de desarrollo pretende generar mayor preocupación por la satisfacción de las necesidades básicas de la población, mejorar las relaciones laborales, mejorar la distribución del ingreso, asegurar la sustentabilidad ambiental y elevar la calidad de vida. De otro lado propone la potenciación de los recursos propios, al articular el tejido empresarial, territorial, ramal y sectorial con mayor control y por último generar un impulso a las iniciativas de desarrollo económico local, desde las potencialidades que posea.
Organizaciones internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU) incorporan la idea del desarrollo sostenible, que de alguna manera se venía tratando con anterioridad.
De conformidad con las numerosas propuestas de conceptos del término desarrollo esta organización, en su Informe Anual de Desarrollo Humano de 1990, propone que el desarrollo en general es básicamente un proceso de vida que permite contar con alternativas u opciones de selección para las personas. Manifiesta que las aspiraciones de las personas pueden ser muchas, pero en lo fundamental se refieren a tres: (a) la búsqueda de conocimientos; (b) la posibilidad de tener una vida prolongada y saludable; y (c) tener acceso a los recursos que permitan un aceptable nivel de vida. Es a partir de estas tres finalidades que se derivan muchas otras, en tanto que es muy importante conocer lo que contribuye a lograr un "aceptable" nivel de vida y la posibilidad real de obtenerlo.
Una de las principales características de los conceptos de la ONU es la reafirmación de las políticas macroeconómicas centradas en aspectos de producción y su relación con las poblaciones -caso de ingreso per cápita-, lo cual, mantiene determinadas limitaciones. Entre estas limitantes se encuentra la evidencia de que el desarrollo si bien es cierto implica la posesión económica hasta cierto nivel, no se reduce sólo al aspecto de riqueza. Se hace énfasis en que el desarrollo humano incluye dos facetas complementarias. Una de ellas es la formación de las capacidades humanas, al entender la misma como el conjunto de aptitudes físicas, intelectuales y espirituales que se tienen en determinado momento. La otra, que esas capacidades puedan ser ejercidas en las diferentes esferas de la vida: económica, social, cultural o política. Tanto en la formación de capacidades humanas como en su ejercicio, es ineludible el concepto de equidad, como igualdad de opciones, con la diferenciación pertinente.
Muchos tienen la idea equivocada de que el desarrollo es un concepto lineal que prácticamente no permite alternativas. Considere una sociedad que no sigue los patrones de consumo de los países llamados "desarrollados" o "ricos", o sea, una nación subdesarrollada que tiene que pasar por una serie de etapas, reformas, sacrificios, etc. para alcanzar algún "nivel de desarrollo". Esta idea está totalmente ligada a la industrialización y es básica en casi todas las teorías tradicionales sobre el desarrollo.
Prebish tiene en cuenta que el concepto de desarrollo, además de incluir conceptos cuantitativos como la acumulación de capital, incluye elementos cualitativos (sociales, culturales, etc.). Manifiesta que la industrialización y la tecnificación de la agricultura constituyen un factor sumamente importante para lograr el crecimiento del nivel de vida de los pueblos latinoamericanos.
Pero el desarrollo es mucho más que industrialización. Es más, en un concepto o enfoque alternativo del desarrollo, éste y la industrialización no tienen por qué estar relacionados de manera interdependientes, aunque no es menos cierto que contribuye en alguna medida a alcanzarlo.
1.1.4 El desarrollo desde la óptica de algunas ciencias particulares
El desarrollo humano es la adquisición por parte de los individuos, comunidades e instituciones, de la capacidad de participar de forma efectiva en la construcción de una civilización mundial que es próspera, tanto material como espiritualmente. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), consiste además en la libertad y la formación de las capacidades humanas, es decir, en la ampliación de la gama de cosas que las personas pueden hacer y de aquello que pueden ser. (http://hdr.undp.org/en/media/globalincometrends.pdf)
Mientras que la civilización hace referencia a las masas y a la conciencia social, la cultura se refiere al individuo y al ser espiritual, por tanto, el desarrollo se hace posible en una civilización que expresa plenamente la verdadera cultura. El progreso de la civilización material, ha recibido su impulso de la ciencia como resultado de las diversas explicaciones de la conciencia para entender las leyes de la naturaleza y de la sociedad. La religión, por otro lado, se ha ocupado de la dimensión espiritual de la existencia humana, su tarea es arrojar luz a la vida interior del individuo, descubrir su motivación y reproducir un código de ética que pueda guiar el comportamiento humano.
Para la ciencia de la economía, el crecimiento es una condición económica que conlleva al desarrollo, condición que es necesaria pero no suficiente. Implica que existan para la población oportunidades de empleo, de acceso a los recursos y la satisfacción de al menos, las necesidades básicas.
Para la psicología, el desarrollo humano se efectúa por una serie de integraciones, de procesos de coordinación o síntesis en el que la mente comienza a controlar el organismo.
Para la religión, lo que se desarrolla es el espíritu en sus tres aspectos, como un desarrollo de conciencia. El primer aspecto que se desarrolla en la humanidad es el de la inteligencia, el segundo aspecto es el del amor y en la actualidad se desarrolla la voluntad como espíritu emprendedor.
A partir de aquí se hace muy complejo el proceso de medición del desarrollo toda vez que hay que ajustarlo a una serie de dimensiones que implican más tarde variables a considerar, por otro lado, los resultados de la comparabilidad entre países puede estar dotada de sesgos propios de desigualdades en la base de comparación así como en una homogeneización de la información procesada para una serie de años. No obstante, en términos de gestión del desarrollo, se han identificado algunos indicadores para intentar medir o cuantificar el desarrollo, entre ellos, el que se conoce como Índice de Desarrollo Humano (IDH).
Dentro de los procesos de desarrollo cobra hoy especial importancia el desarrollo social, referido básicamente al desarrollo del capital humano y social (calidad de las instituciones, grado de confianza y seguridad social y en el gobierno, libertad para el desarrollo de iniciativas empresariales y sociales, entre otros factores). Implica una evolución o cambio positivo en las relaciones entre individuos, grupos e instituciones presentes en una sociedad. Se refiere principalmente al desarrollo económico y humano, en todas sus dimensiones. El proyecto de futuro es el bienestar social. Entre los trabajos pioneros en este sentido destacan los de varios historiadores económicos como el Premio Nobel Douglas North.
La sociología del desarrollo reúne teóricamente todos estos conceptos y los analiza para validarlos como factibles o no factibles. Además, se tienen en cuenta en cualquier ámbito: urbano, rural, local, comunitario, entre otros.
La expresión de desarrollo rural hace referencia a acciones e iniciativas llevadas a cabo para mejorar la calidad de vida de las comunidades no urbanas. Estas comunidades humanas que abarcan casi la mitad de la población mundial tienen en común una densidad demográfica baja. Tradicionalmente las actividades económicas más generalizadas son las agrícolas y ganaderas, aunque hoy pueden encontrarse otras muy diferentes al sector primario. El desarrollo rural tiene en cuenta la cultura tradicional local, ya que el medio rural es indisociable con su propia cultura.
Como se ha expresado antes, a través de algunas ideas, el desarrollo tiene una base no despreciable en el crecimiento económico. De hecho, hoy en día existe la tendencia a medir el avance hacia el desarrollo en términos de crecimiento, de forma particular en términos de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB). Muchas han sido las personalidades estudiosas del tema: Streeten (1981), Grant (1978), Morris (1979), Amartya Sen (1983), entre otros. No puede ser negado el hecho de que el crecimiento económico constituye uno de los aspectos fundamentales del proceso de desarrollo económico, pero, ¿es lo mismo crecimiento que desarrollo económico? ¿Es posible alcanzar desarrollo sólo con crecimiento? El debate actual sobre esta problemática se hace cada vez más complejo y disímil, en el que a veces se encuentran posiciones polarizadas, que en buena medida obedecen a las diferentes ideologías concurrentes.
1.2 Crecimiento y Desarrollo Económico
En la actualidad solo la quinta parte del mundo se considera como "desarrollada", principalmente Estados Unidos, Europa Occidental, Japón, Canadá y otros pocos. Para los países desarrollados es importante reconocer el hecho de que a pesar de que las otras 4/5 partes del mundo están sumergidas en la pobreza, la escasez y el atraso, ellos fueron bendecidos por el "milagro" del desarrollo industrial-capitalista que se originó a finales del siglo XVIII en Inglaterra ¿Se pueden considerar estos como "países desarrollados" o simplemente como países que han experimentado crecimiento en sus economías?
Comúnmente los términos crecimiento y desarrollo se usan como sinónimos. Sin embargo, existe una distinción entre ellos.
Rondo Cameron, en su obra Historia Económica Mundial define crecimiento económico como el incremento sostenido del producto total (output) de bienes y servicios que se producen en una sociedad dada[7](Cameron Rondo, 1998)
Por muchos es conocido además que el crecimiento económico es una variable que aumenta o disminuye el Producto Interior o Interno Bruto (PIB). Si el PIB crece a un ritmo superior al del crecimiento de la población, se dice que el nivel de vida de ésta aumenta. Si por el contrario, la tasa de crecimiento de la población es mayor que la tasa de crecimiento del PIB, se dice entonces que el nivel de vida de la misma disminuye.
El crecimiento se puede medir en términos nominales o reales (descontando los efectos de la inflación) y su tasa se utiliza para realizar comparaciones entre distintas economías, o entre una economía y el grupo de países a la que pertenece.
El término desarrollo económico, como lo enuncia Rondo Cameron, significa crecimiento económico acompañado por una variación sustancial en las estructuras o en la organización de la economía, por ejemplo, pasar de una economía local de subsistencia a mercados y comercio, o el crecimiento relativo de la producción de bienes industriales y servicios respecto a la agricultura. El cambio estructural o de organización puede ser la "causa" del crecimiento, pero no tiene por qué serlo de modo ineludible.
Rondo, al igual que muchos autores define el desarrollo, para ello toma como base elementos relativos al crecimiento y olvida otros que son igualmente importantes, incluso más.
El desarrollo económico puede definirse también como la capacidad de países o regiones para crear riqueza, a fin de promover o mantener la prosperidad o bienestar económico y social de sus habitantes. (http://es.wikipedia.org/wiki/Desarrollo_econ%
C3%B3mico)
El capital humano y social puede contribuir de manera positiva al desarrollo económico cuando, el primero (sobre todo a través de la educación) propicia crecimiento de la producción por habitante, y el segundo, al existir libertad para el desarrollo de iniciativas empresariales y sociales, calidad en las instituciones y grado de confianza social y en el gobierno, equidad y planeación del desarrollo, de manera que todos tengan oportunidades de acceso a los aspectos básicos para mantener un buen nivel de vida.
En la actualidad, el concepto de desarrollo económico tiene implícito el desarrollo sostenible. Una comunidad o nación llevan a cabo un proceso de desarrollo sostenible si el desarrollo económico va acompañado del humano, social y ambiental (preservación de los recursos naturales, culturales y el despliegue de acciones de control de los impactos negativos de las actividades humanas).
En fin, el crecimiento se refiere a términos nominales económicos que crecen o decrecen. Sin embargo, el desarrollo económico es un concepto más amplio, donde el bienestar sostenido y las consideraciones naturales tienen un papel fundamental. Ningún economista que entienda el rol social de su disciplina se conforma con el mero crecimiento del PIB, ninguno cree que la gente coma, estudie o se eduque con solo el mero incremento de este indicador.
Aquellos economistas que piensan en la economía mirando al PIB y que se fijan como objetivo su crecimiento, consideran que la economía funciona de manera tal que genera un derrame hacia el resto de los sectores, al impulsar una mejora de todos los aspectos importantes para la vida del hombre. Así, esta visión del progreso, que podría asociarse al concepto de crecimiento, considera que la expansión del PIB acarreará el desarrollo, y es por eso que el interés del economista debe centrarse en el ingreso del producto, una variable mucho más manejable que otras como la educación, la cultura y la salud para todos.
Otro grupo de economistas cree que el crecimiento económico no tiene por qué traer consigo el progreso o, en términos más económicos, el desarrollo. Para estos teóricos, el mero crecimiento del PIB no garantiza que la sociedad viva mejor. Para ellos, es fundamental entonces fijar políticas claras orientadas a la mejora de la educación, la salud, la distribución del ingreso o las oportunidades. Para estos estudiosos del tema, incluso, es posible el desarrollo aún sin crecimiento.
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