Rituales que suenan. Un estudio antropológico sobre el pentecostalismo y su música (página 4)
Enviado por Esteban Emiliano Velasco Ledesma
8) ¿Por qué nos irrita leer que la organización interna de las sectas es estratificada y vertical y que las decisiones las toma una cúpula que mantiene el poder de forma férrea? ¿Qué iglesia está organizada democráticamente u forma horizontalmente? ¿Qué iglesia se rige por sufragio universal? ¿En cuál no exige, por principio una obediencia ciega a la autoridad jerárquica, convencida de poseer la verdad? 9) A veces leemos afirmaciones del tipo: Las sectas son dogmáticas e intolerantes y están convencidas de poseer la verdad en exclusiva. La verdad de la secta no se discute (Beck, 1977:23), o bien: Cada uno de estos grupos sectarios se concibe a sí mismo como el único camino de salvación, el estado de gracia y de libertad frente al mal del mundo (Schawartz y Kaslow, 1982:11). Todos hemos interiorizado que las sectas son dogmáticas, exclusivistas, intolerantes y elitistas. Pero frases tales como: Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí (Juan, 14:6) o bien: El que no permanece en mí es arrojado como el sarmiento, y se secará, se amontonará con otros y serán arrojados al fuego para que ardan (Juan, 15:6) u otras expresiones tan clásicas como: el que no está conmigo está en contra mí (Mateo, 12:30) o la cristalización institucional de la misma idea expresada por la tristemente famosa expresión Extra Ecclesia nulla salus ¿no deberían molestarnos? ¿No debería traslucir los mismos principios de dogmatismo e intolerancia que antes nos irritaban?¨
CAPÍTULO VI
Éxtasis, pastores y chamanes
ÉXTASIS DIVINO
Muchos hemos visto en alguna ocasión, si no es en persona en la televisión, cuando el integrante de un grupo religioso entra en trance y comienza a moverse a des ritmo, convulsionándose, gritando o haciendo sonidos incomprensibles. Nos damos cuenta que todo es parte de una escena religiosa pues observamos que el lugar está rodeado de objetos rituales y hay una persona que presumimos está a cargo de la situación pues recita palabras muchas veces no entendibles, al mismo tiempo que agita en su mano un objeto que podría estar dotado de magia. Inmediatamente pensaríamos que se trata de una posesión y muchas personas pensarían que se trata de una secta diabólica, o un exorcismo, pero de todas maneras, la imagen tiende a ser relacionada con lo negativo, sin embargo, lo que queremos decir aquí, es que el éxtasis no representa una patología. Felicitas Goodman (1996) hace mención, que se realizó un examen a 488 sociedades para verificar los trances religiosos, y casi en ¨437 (el 90 por ciento) tenían una o más formas institucionalizadas o patrones culturales de estados alterados de conciencia religioso¨ (1996:103) Ella dice que se trata de un fenómeno omnipresente, o en sus palabras: ¨un don genético perfectamente normal¨.
Como ya se ha explicado con anterioridad, una de las características más distintivas del pentecostalismo es la glosolalia. Este fenómeno lingüístico, si podemos llamarle así, se construye con base en la pronunciación de sílabas como ¨lalalalalala¨, que en sí, no cargan ninguna significación o mensaje comprensible, pero que para los pentecostales tiene una significación muy especial. Las pronunciaciones pueden ser largas o cortas, y pueden cambiar la vocal por ¨laelaelaelae¨, también notamos, cuando observamos este determinado éxtasis, que la modulación iba de ascendente a descendente todo el tiempo, acompañado con un brusco y rítmico movimiento de cabeza hacia atrás y hacia adelante, aunque en ocasiones los movimientos eran desordenados, además, los semblantes de los extasiados parecen estar bajo algún tipo de presión pues están rojos y sudorosos, similar al rostro de alguien que está haciendo ejercicio corporal.
¿Qué es el éxtasis? Podemos decir que es un estado de conciencia alterada que se da en un contexto religioso. Deseo recalcar que no todos los creyentes actúan o reaccionan igual, aunque todos al momento de hablar en lenguas desarrollan las mismas características. Felicitas Goodman dice: ¨En lingüística, características tales como acentuación, ritmo y entonación son elementos supra segmentarios porque, se podría decir, los segmentos flotan sobre las sílabas. En un trabajo de campo posterior, con hispanohablantes en congregaciones apostólicas (pentecostales) en la ciudad de México y congregaciones de indígenas hablantes de maya en Yucatán, encontré que su glosolalia tenía los mismos elementos supra segmentarios que la de los hablantes de inglés. Grabaciones de glosolalia en el Japón (proporcionadas posteriormente por amables colegas) de una secta cristiana llamada a sí misma Nueva Religión, de médiums espiritistas en Ghana y África, e incluso de una curandera entre los cazadores de cabezas en Borneo, quien llamaba a su espíritu ayudante, demostraron que tales características suprasegmentarias estaban presentes¨ (Goodman, 1996, 104)
Nadie enseña al creyente a hablar en lenguas, y la congregación espera que todos los creyentes hablen lenguas por lo menos una vez en su vida, aunque hay fieles que nunca han hablado y llevan años con la congregación, ellos tendrán dificultades para acceder a las esferas de poder, o como diría Goodman (1997:107) ¨una persona que no pueda llevarlo a cabo es considerada defectuosa¨. Esta singular forma de conectarse con la divinidad a la que llamaremos entrar en éxtasis es impulsada por una serie de rituales que al desarrollarse durante una liturgia accionan una serie de factores neurológicos que lleva a los creyentes a reaccionar de igual manera y desarrollar las mismas características incluso con personas de distinta raíz étnica y por consiguiente diferente idioma.
Hay muchos estados de conciencia alterada, estos pueden ser como el sueño, la hipnosis, o estados meditativos (Goodman, 1996, 104). El éxtasis es un trance, o sea, un estado de conciencia alterada en donde el individuo, que atraviesa por el trance, se conecta directamente con su divinidad religiosa y es entonces cuando entra en éxtasis.
En mi trabajo de campo, me encontré con algunos creyentes que no recuerdan nada de lo que ocurre durante la experiencia extática, sin embargo, también, algunos creyentes me dijeron que sí estuvieron conscientes todo el tiempo que duró la experiencia. Ellos nos pudieron decir que es una sensación indescriptible, pues sienten la presencia de Dios en todo su cuerpo y que es por eso que hablan en lenguas, me dijeron que hablar en lenguas es algo que sale solo, que ¨es como si estuvieras platicando con Dios¨. Para los pentecostales el Espíritu Santo se introduce en el cuerpo y por eso suelen preguntarte ¨ ¿ya fuiste tocado por el Espíritu Santo?¨, el fiel entra en éxtasis porque es poseído por su deidad.
Es un hecho que los pentecostales que logran hablar en lenguas tienen que pasar por varias etapas para lograrlo, como poner atención a la predicación y estar concentrado, sobre todo saben que pueden ser tocados por el Espíritu Santo, ¨la expectativa de que algo extraordinario va a ocurrir es un poderosos factor condicionante¨ (Goodman, 1997, 107), pero para los pentecostales no es solamente eso, además, de una manera inconsciente la música juega ese gran papel inductivo, que lleva a los pentecostales al estado de conciencia alterado deseado, ¨tal ayuda es calificada como una estrategia de inducción, que la mayoría de las veces implica estimulación, una excitación dirigida al sistema nervioso, una cierta conducción dada por actividad rítmica¨ (Goodman, 1997, 107)
La música se convierte en el factor social necesario para el éxtasis. Un creyente, una vez, me dijo que se sentía feliz cuando hablaba en lenguas, y que la felicidad que sentía continuaba mucho tiempo después de haber sido tocado por el Espíritu Santo. La música que habla de Jesucristo y que utiliza melodías alegres también da felicidad a los creyentes, además que el trato que se dan unos a otros es cálido, de manera que por donde se vea la experiencia pentecostal está diseñada para estar en una constante felicidad. La mayoría de las veces, después de haberse concluido la sanación y los fieles regresan de ese estado de conciencia alterada, el pastor se encarga de hablar sobre lo acontecido y vitorea con gran alegría el hecho de que muchos hablaron en lenguas y la gloria de Jesucristo los acompaña.
PASTORES Y CHAMANES
Cómo hemos podido observar, los pastores de la Iglesia Pentecostal Dios es Amor, son a vista de los creyentes, personas que llevan a cabo hazañas milagrosas, y que tienen el poder de sanar. Este poder es transferido por el misionero David Miranda a sus pastores y ministros, pues recordemos que esa fue la promesa que Dios le hizo para que llevara su iglesia a todo el mundo. Posiblemente estamos hablando de una variación del chamanismo, ¿se puede decir de un chamanismo cristiano? Verifiquemos de qué trata. Por comienzo decimos que ¨desde que principió el siglo, los etnólogos adoptaron la costumbre de emplear indistintamente los términos chamán, hombres-médico (medicine-man), hechicero o mago, para designar a determinados individuos dotados de prestigios mágico-religiosos y reconocidos en toda sociedad ¨primitiva¨¨ (Eliade, 1976, 21). Como sabemos, los chamanes se dedican a sanar, a eliminar enfermedades del cuerpo, y además son individuos que están en constante contacto con sus respectivas divinidades. Si verificarnos las características de los pastores dentro de la Iglesia Pentecostal Dios es Amor, ellos llevan a cabo el don de sanación y lo hacen en nombre de Jesucristo, por lo que ellos se vuelven intermediarios divinos. A simple vista estamos frente a un fenómeno chamánico moderno.
Los pastores de la IPDA son los únicos que pueden sanar, es cierto que hablan en plural e invitan a los creyentes diciendo ¨oremos por las personas enfermas, por la familia, etc.¨, pero en realidad, ellos son los únicos que dicen ¨el Espíritu Santo me ha dicho que hay alguien aquí que tiene un dolor en la parte inferior de abdomen, que pase esa persona para ser sanada¨, pues así como los pastores ¨los chamanes son elegidos, y como tales tienen entrada en una zona de los sagrado, inaccesible a los demás miembros de la comunidad. Sus experiencias extáticas han ejercido, y ejercen aún, una poderosa influencia en la estratificación de la ideología religiosa, en la mitología y en el ritualismo. (Eliade, 1976, 25). Los pastores dentro de la IPDA son los ¨maestros del éxtasis¨, solo que si les dijéramos que para nuestros ojos ellos son chamanes, lo tomarían como un insulto, pues generalmente este tipo de términos, para ellos, son relacionados con religiones paganas. Pero hay que mencionar que no cualquiera puede ser un chamán, así como no cualquiera puede ser un pastor. Los elegidos, deben pasar por muchas pruebas para ello, por ejemplo, hay marcas congénitas en el cuerpo que indican cuando alguien puede ser chamán como tener dos dedos de la mano pegados. Un chamán maneja magia, sin embargo eso no le resta ser chamán en el aspecto que puede sanar, en cambio, un pastor no puede manejar magia pues sería brujo.
En el caso de la Iglesia Pentecostal Unida de México, ahí la sanación la puede realizar cualquier creyente, no importa su cargo dentro de la iglesia, en la IPUM, la sanación es promovida durante el ¨servicio¨ y la incitan los ministros y copastores, también el obispo presidente Tomás Drost. En la IPUM, cualquiera puede ser extático, cualquiera puede sanar y llegar al éxtasis.
En la IPUM, tanto creyente como pastor pueden ser poseídos por el Espíritu Santo, pero a diferencia de estos, ¨el chamán domina sus espíritus, en el sentido en que él, que es un ser humano, logra comunicarse con los muertos, los demonios y los espíritus de la naturaleza, sin convertirse por ello en un instrumento suyo. Se encuentran, ciertamente, chamanes verdaderamente poseídos, pero estos constituyen más bien excepciones aberrantes que tienen, por otro lado, su explicación¨ (Eliade, 1976, 23) Una vez le pregunté a un pentecostal de la UPUM: ¨ ¿cuándo hablas en lenguas, el Espíritu Santo te posee? y me respondió: ¨si, sientes el momento en que entra a tu cuerpo, yo siento cuando entra pues la lengua se me traba¨. El chamán sana a sus pacientes, el creyente pentecostal de la IPUM sana a sus hermanos, y el pastor de la IPDA sana a los fieles. En el pentecostalismo, contamos con individuos extáticos, posesiones de espíritus y sanaciones corporales. ¿Estamos frente a un fenómeno chamánico moderno? o sea, las cualidades del chamán como herramientas utilizadas dentro del pentecostalismo.
Este acto de contacto con la divinidad por parte de los creyentes pentecostales no es un acto aislado, sino que se da gracias a todo un proceso en donde participan otras partes, y una de esas partes son los sonidos encauzados, o sea, la música que es a lo que pasaremos a continuación.
CAPÍTULO VII
La música para el pentecostalismo y el pentecostalismo para la música
¿LA CONVERSIÓN POR LA MÚSICA?
¿Cuál es el verdadero sentido de la música pentecostal? Los fieles o creyentes, dicen, que ellos hacen música para realizar alabanza a Jesucristo, y mencionan que en la música encuentran una manera de agradarle a él, y que además, la Biblia dice que Jesucristo también cantaba, pues así lo dice el libro de Salmos capítulo 95 versículo 1, y en Gálatas capítulo 4 versículo 27, y que también utilizan instrumentos musicales pues la Biblia lo dice en Salmos capítulo 150 versículo 3. Además de estas explicaciones que nos proporcionan los pentecostales sobre el uso de la música en sus liturgias, queremos encontrar más información que nos explique la relación música-religión-sociedad.
Siguiendo en lo que nos quedamos en el capítulo anterior, decimos que a lo largo de la historia y seguramente desde la prehistoria, los rituales religiosos han estado acompañados por sonidos que los creyentes significan en música. Hemos identificado la necesidad de mezclar lo religioso con lo musical, que como principio básico se ha manifestado en cánticos o en la utilización de distintos objetos para la creación de percusiones. Hemos visto en películas cinematográficas a distintas culturas las cuales han desarrollado el uso de la música para llevar a cabo sus rituales religiosos, por ejemplo; la imagen que representa a alguna tribu de Norteamérica, en donde alrededor del fuego y con motivos religiosos, se danza y canta a ritmo de tambores. Hemos escuchado los cantos gregorianos, los cuales, en un principio, eran entonados por monjes. También hemos visto documentales televisivos (antropología visual) de grupos de distintos continentes que nos muestran una gran variedad de músicas-religiosas acompañadas con bailes. Para no ir muy lejos, aquí en México, los llamados concheros, con la intención de cantarle a la Virgen María, realizan danzas y cantos utilizando instrumentos, algunos de ellos prehispánicos. Todos estos ejemplos nos muestran la magnitud del fenómeno religioso-musical a nivel mundial desde una perspectiva histórico-antropológica.
Para demostrar el principal interés que tuvimos en este trabajo de investigación hacemos esta pregunta: ¿Qué fue primero, el estudio del pentecostalismo y por consiguiente su música? o ¿la música pentecostal y por consiguiente su sociedad? A lo que respondemos que visto desde la antropología de la religión, el interés que despertó este fenómeno, se debió al auge que ha tenido esta minoría religiosa en los últimos años. Visto desde la etnomusicología (disciplina que tomamos prestada para este acercamiento), el interés radica en la relación de la música con la sociedad.
Pues bien, hemos sospechado, que la música dentro del pentecostalismo ha sido un factor crucial para su éxito en la conversión de adeptos y su desarrollo a largo plazo como institución religiosa. ¿El éxito de la iglesia pentecostal radica en la relación de las emociones con los sonidos?
Como ya se mencionó en la introducción, una de las preguntas más importantes en este trabajo de investigación es sobre la conversión al pentecostalismo. Para acercarnos a la cuestión de la relación entre el sonido y la sociedad, afirmamos que los instrumentos que se utilizan para la alabanza en la iglesia pentecostal son costosos y difíciles de tocar, a lo que preguntamos: ¿por qué utilizan esos instrumentos? Prácticamente el grupo de alabanza podría competir con cualquier grupo contemporáneo de música pop, pues además de que los músicos pentecostales son diestros en el manejo de sus instrumentos, los ritmos, acordes y en general la estructura musical es la misma, lo único que cambia es la letra la cual es dirigida a Jesucristo, al parecer, todas estas características ¨constituyen poderosas mediaciones que permiten ligar patrones sónicos con el ethos social y la emoción¨ (Feld, 2001, 8) ¿En la unión de los sonidos con el ethos se encuentra la herramienta de conversión perfecta? Al parecer, estas preguntas solo develan la punta del iceberg y no son suficientes vamos a ver por qué.
LA PLASTICIDAD DE LA MÚSICA
Los sonidos, al unirse de manera específica, crean la música. Nos daremos la libertad de decir que la música es un arte, y seguramente muchas personas saben lo qué es la música, tal vez si preguntamos ¿Qué es la música? parecería una pregunta sin relevancia y tonta, pero realmente ¿sabemos todo sobre la música? Por ejemplo; ¿Cómo funciona dentro de nuestras cabezas? ¿Cómo afecta nuestros cuerpos? ¿Qué sucede en nuestros organismos? La misión, a simple vista parece que necesita el apoyo de muchas disciplinas y subdisciplinas, como la física o la estética musical, pero solamente nos centraremos en la etnomusicología. Este es un trabajo de investigación antropológico, por lo que presentaremos a la etnomusicología como la antropología de la música, o sea, esa relación que tiene la música con los grupos humanos, con la sociedades, o como en nuestro caso; con minorías religiosas. Es importante señalar, que de todas maneras, ¨la música, ya sea que intentemos definirla o describirla en sus diversos aspectos, nunca puede ser reducida a una única entidad¨ (Molino, 1995, 89)
Sí sabemos que la música es un arte, entonces, deducimos que la música se convierte en ese arte de ordenar sonidos, de colocar los sonidos de manera que cumplan con determinados fines, uno de estos fines, puede ser la ordenación de sonidos que sean placenteros para el oído humano. ¨El fenómeno de la música, como el del lenguaje o el de la religión, no puede definirse correctamente a menos de que tomemos en cuenta su modo de existencia triple: como un objeto arbitrario aislado, como algo producido y como algo percibido. Es en estas tres dimensiones en lo que se basa, en gran medida, la especificidad de lo simbólico¨ (Molino, 1995, 89)
Cómo dijo Ricardo Falomir en su cátedra de antropología social general en la Universidad Autónoma Metropolitana Iztapalapa en el año 2007: ¨el hombre es plástico, imaginemos que el hombre es un pedacito de arcilla que se va moldeando según su cultura¨. Cito esto, porque al hablar de esa plasticidad, la música también cambia de una cultura a otra, nunca será la misma de un pueblo a otro, siempre habrá diferencias, tanto en los sonidos y sus significaciones como en los instrumentos musicales e intérpretes. Hablamos de una plasticidad musical y por eso debemos gritar que ¡no hay música universal! Sin embargo, occidente y toda la esfera globalizante, discrimina las músicas que no cumplen con ciertas características.
En la ciudad de México, hay una estación de radio que transmite únicamente música en inglés, la música data mayormente de la década de los ochentas del siglo pasado, aunque, también transmite música de años anteriores como la creada por el grupo inglés llamado Beatles. La estación se hace llamar ¨Universal Estéreo¨ y su slogan es ¨la música es… universal estéreo¨. Para alguien que únicamente conoce este concepto musical occidental, tal vez, sí llegara a escuchar proveniente de una ceremonia ritual de Papúa Nueva Guinea a los tambores Kaluli, posiblemente no asociaría el sonido con música ¡hasta podría pensar que es ruido!
Norma McLeod y Marcia Herndon en ¨Music as Culture¨ (1980: 1, 3) mencionan que:
¨La distinción entre música y ruido nunca es absoluta, sin embargo hay que atender al asunto de un condicionamiento cultural, de idiosincrasias personales y de identidad de grupo. Lo que es aceptado como música por un grupo o generación, puede ser ignorado o despechado por otro… en el estudio de la música fuera de la propia cultura se presentan grandes problemas de definición. En el haka de los Maori o danza guerrera no hay canto sino grito rítmico. Aún a pesar de la ausencia de tono, debe ser relacionado con la música porque los Maori así lo conciben. Los indígenas Cuna conciben finas diferenciaciones entre los estilos de expresión vocal. En lugar de separar habla del canto (y por implicación separar lenguaje de la música), ellos tienen tres formas de habla, al menos una podría ser identificada por un individuo ajeno a la cultura, como canto.¨
El concepto de otredad en la música nos empuja a un entendimiento en función de una visión global, de una visión que integra a las músicas del mundo, de una visión que deja de excluir. ¨La música está en todas partes, pero nunca ocupa el mismo lugar. No hay mayor peligro que el tipo de etnocentrismo que nos lleva a distinguir en todas partes una música restringida (que corresponde a nuestra concepción del hecho musical) como el único tipo auténtico de música, y un área secundaria, complementaria, que tanto designamos como rechazamos al denominarla significación simbólica: un tipo de apéndice sin importancia que se une a la música pura sin cambiar su naturaleza¨ (Molino, 1995, 90)
EL SONIDO COMO SISTEMA SIMBÓLICO
La etnomusicología, entre otras cosas, tiene como visión el erradicar al etnocentrismo, para así, dotar de una igualdad estructural a todas las músicas del mundo, esa es la base desde donde partimos hacia nuestro acercamiento a la música pentecostal.
Desde la prehistoria hasta nuestros días, l@s creadores de música alrededor del mundo, fueron y son capaces de relacionar su cultura, cosmología y hasta su propia existencia con sonidos, por lo tanto, la experiencia y los sonidos se conjugan de manera coherente, y ¨esa coherencia, como la propia de los lenguajes humanos, ha de ser descubierta en el campo. De ahí que la descripción de los objetos de la etnomusicología a lo largo de su desarrollo, pueda contemplarse como un esfuerzo de reconstrucción de esa forma peculiar de integridad simbólica capaz de, parafraseando a Austin *hacer cosas con sonidos*¨ (Cruces, 1999,3)
¡Hagamos cosas con sonidos! ¿Cómo nos puede ayudar el estudio del sonido en nuestro trabajo de investigación sobre el pentecostalismo y su música? Pues ¨el estudio del sonido como sistema simbólico implica tanto dar cuenta de las condiciones físicas o materiales de la producción del sonido como de las condiciones sociales e históricas de su invocación y su interpretación. En esa medida tal estudio se sitúa en la intersección del análisis del sistema acústico y el cultural.¨ (Feld, 2001, 1) Visto así, un estudio de esta clase, nos puede llevar a un análisis holístico, que aunque enfocado al sonido, hace que se desnuden factores económicos, políticos etc., verifiquemos el siguiente ejemplo: los instrumentos utilizados para la música pentecostal son los mismos utilizados para la música pop como; guitarra eléctrica, bajo eléctrico, teclado eléctrico, micrófono eléctrico, panderos, saxofón y batería entre otros, por supuesto con toda la tecnología aplicada a la electrónica musical, tales como bocinas, sintetizadores, amplificadores y ecualizadores. Sin afán de caer en lo obvio, al contrario, con la intención de mostrar la aplicación funcional del sonido a lo social, reconocemos que los instrumentos pentecostales mencionados, provienen de una sociedad occidental, y sabemos que la iglesia pentecostal se fundó a principios del siglos XX en E.U.A., por lo que en primera instancia, podemos decir, que la utilización de determinados instrumentos, que emiten determinados sonidos socialmente construidos, está ligada a sus bases culturales, en donde, como sabemos, confluyen todos los factores que forman parte de ese grupo social. Habrá que verificar la utilización de instrumentos para música pentecostal en sociedades no globalizadas, pero de todas maneras, esto nos da una pista de como se estructuran los sonidos socialmente y de las ventajas de desarrollar dicho estudio.
Es muy amplio el espectro social del sonido, y aunque no nos estamos inmiscuyendo en la disciplina de la física, la cual podría también aportar información respecto a este fenómeno, se merece la pena mencionar, que los sonidos constante y continuamente nos hacen reaccionar, si no física, sí de manera cognitiva. Los sonidos direccionados y encauzados pueden ser poderosos, los sonidos pueden ser utilizados para llevarnos desde la euforia hasta la tristeza. Los sonidos pueden manipular masas de gente, todo depende del contexto en que se manejen. Hacer cosas con sonidos es hacer cosas poderosas.
Los sonidos, son creados conscientemente dentro de un contexto social por lo que es la misma sociedad la que les da significado, entonces, los sonidos utilizados para la música pentecostal, en cierta medida, solo tienen significado real y aplicable para las personas que creen en Jesucristo, y siguiendo esta línea, podemos afirmar, que los sonidos están ligados a la identidad. Una persona que no es cristiana podría aborrecer los sonidos utilizados en este tipo de música y no encontraría ¨sentido¨ en escucharla; solo el creyente encuentra un sentido ¨real¨ en la música cristiana. Es por eso que un creyente pentecostal puede acceder al trance, durante el don de lenguas, de manera rápida y efectiva.
La música destapa las emociones que guardan los corazones, se convierte en una evocadora de sentimientos. Las deidades, las más de la veces son temidas, y no inspiran amor sino más bien respeto, pero para poder profesar el cristianismo el sentimiento de amor es fundamental, y la música cristiana o pentecostal es una importante fuente de ese sentimiento. Cuando éramos adolescentes y pensábamos en la persona de quien estábamos enamorados ¿acaso mientras, no nos gustaba escuchar música? Cuándo hemos llegado a escuchar accidentalmente una canción que nos recuerda a alguien o a algún lugar ¿acaso no hemos roto en llanto? Esto sucede, pues la causa que hace que nos afectemos emocionalmente tiene un significado para nosotros, y este significado ¨en un sentido comunicativo, depende de la acción interpretativa, la cual consiste en poner en relación el conocimiento y la epistemología culturales con la experiencia concreta del sonido¨ (Feld, 2001,15) Por lo tanto el sonido y el significado se unen para aflorar el sentimiento, y este, sencillamente, puede ser el amor a una persona o a un espacio-lugar.
Abordemos brevemente al signo y su estructura visto desde la lingüística, como herramienta para la comprensión entre lo musical y lo social.
La música pentecostal, se encarga, entre otras cosas, de transmitir información, de transmitir signos, que en este caso tienen que ver con el amor a Jesucristo, o con determinados pasajes de la Biblia, los cuales tienen significado para los fieles o creyentes.
Cuando escuchamos una determinada música, es común que pensemos que el autor la creó con la intención de darnos un determinado mensaje. Las músicas quieren expresar ¨algo¨, o quieren hacernos sentir ¨algo¨, por lo tanto, la música la consideramos como una forma de comunicación, y ¨afirmar que hay comunicación al momento en que se toca la música es aseverar que los fenómenos musicales están de una u otra manera relacionados con la semiosis. Por ello, si se concibe que es posible comunicar por medio de la música, se debe reconocer que cierto aspecto de ésta funciona como portador de signos (sign vehicle), es decir, como significante musical que permite la comunicación. El uso de la semiótica ayudará a aclarar aquello que en música funciona como signo¨. (Boilés, 1973, 208)
Trataremos de aunar esto a la música pentecostal ¿Cómo funciona el signo dentro de las canciones pentecostales? ¿Qué objeto funge como signo dentro de una canción pentecostal? Siguiendo a la lingüística y lo que se explicará a continuación; el signo dentro de las canciones pentecostales son las letras. ¿Quién interactúa con el signo? Esta pregunta la planteamos para hacer notar que hay alguien a quien distinguimos como intérprete; y es el intérprete, al momento de hacer música, quien transporta mediante su ejecución y de una manera consciente al signo, sin embargo, al percibir que el signo es transmitido, el intérprete también puede ser el escucha, o ambos al mismo tiempo. (Boilés, 1973)
Dicho en otras palabras, y para profundizar este concepto del intérprete decimos que: el músico pentecostal puede llegar a conocerse mejor por medio de su actuación o escenificación, o bien, el grupo de creyentes puede conocerse mejor mediante la observación y/o participación en el performance generado y presentado por otro grupo humano. En el primer caso la reflexión es individual, aunque el performance puede operar en un contexto social; en el segundo caso, la reflexión es plural y se basa en que los seres humanos, para la mayoría de los propósitos, nos dividimos entre nosotros y ellos, entre ego y alter, donde los primeros comparten cualidades mientras que los segundos se reflejan como espejos entre sí: alter no altera demasiado a ego pero le dice lo que ambos son (Turner, 1987)
Volviendo a términos estructurales de la lingüística, apuntamos que durante la ejecución de una canción pentecostal, tanto el creyente como los miembros del grupo de alabanza (músicos), son intérpretes y ¨aquello que indica el signo a su intérprete es el designatum del signo, y el designatum puede ser un estado o un objeto. Debe señalar, igualmente, que un designatum remite a una categoría o conjunto de objetos cuyos componentes se llaman denotata¨ (Boilés, 1973,208) Transportando la estructura mencionada a nuestro objeto, decimos que el designatum de una canción pentecostal es el mensaje expresado en la letra de la canción, pues refiere el signo al intérprete, ya que el signo son las letras. En cuanto a las denotata, estás se cristalizan al tomar en conjunto los distintos géneros que existen dentro de la música pentecostal, como ya hemos mencionado: la balada romántica, el rock pop, etc., por lo que esta estructura, que contiene al signo, designatum y denótata, se puede ubicar de varias maneras, todo depende de que se identifique al signo, como por ejemplo, también, ¨una ilustración musical de un designatum nos la proporciona la Affektenlehre (teoría de los sentimientos) del siglo XVIII. Los compositores que utilizaron los afectos en su música, atribuyeron una emoción como lo ¨tierno¨ o lo ¨triste¨ a una serie específica de sonidos musicales; habiendo propuesto este sistema expresivo, se enfrentaron a problemas semióticos y, para ellos, toda emoción formaba el designatum indicado por una determinada serie de sonidos¨ (Boilés, 1973, 208)
Para concluir este apartado, decimos que tanto el sonido como el símbolo, además de la estructura que acabamos de mencionar, se disuelven en el performance. El performance, engloba ejecutantes, música, vestuario, instrumentos escenario, etc., el performance, se convierte en parte inalienable del mundo pentecostal, es el acto necesario, es un suceso que debe existir para la libre afluencia del mensaje divino, el performance necesita del mensaje divino y el mensaje divino necesita del performance, ambos se complementan y superan de manera que la iglesia pentecostal es exitosa en su finalidad. El performance ¨puede referirse bien sea a la secuencia real de tiempo en la cual se encuentra un evento de música (como el caso de la ordenación de una ceremonia), o la secuencia de tiempo ideal en una categoría de eventos… los cuestionamientos ¿quién?, ¿dónde?, ¿cuándo?, ¿porqué? y ¿cómo? simbolizan los tiempos de medio ambiente (o circunstancias) metafísicas y existenciales en las que ocurre la música… la ocasión puede definirse como el punto de enfoque que abarca a la percepción, el performance y la creación de la música… el concepto de interacción social implica que para que ocurra un performance, más de una persona debe estar involucrada, bien sea en términos de dos o más ejecutantes, o un ejecutante con una audiencia. De acuerdo con esta conceptualización las performancias pueden ocurrir solamente en ocasiones aprobadas y aceptadas; solamente ciertos miembros de la comunidad tendrán el permiso para llevar a cabo el performance, ¨ (McLeod y Herndon, 1980, 15) por lo que en la iglesia pentecostal, los autorizados para realizar las performancias son los músicos e integrantes del coro. En el pentecostalismo también suele haber bailarinas pero en las iglesias donde realicé trabajo de campo no hay.
ETNO-MUSICO-ECONOMÍA
Siendo la economía un pilar importante de cualquier sociedad, verifiquemos como se mezcla con la música. Sí afirmamos que ¨la organización melódica, métrica y tímbrica de los sonidos es tomada como indicador de la significación social del acto musical¨, (Feld, 2001, 2) y sí notamos que la música está construida en ritmos que conocemos como música pop, como rock, balada romántica, etc., por mencionar algunos, entonces, como ya lo explicamos antes, podemos dar el primer paso para entender el por qué está constituida de esta forma, por ejemplo: la música que conocemos como pop, está íntimamente ligada a la industria dedicada a la comercialización de determinados conceptos de imagen o estereotipos, que a su vez están ligados al modelo económico neoliberal, en donde su padre protector E.U.A., se encarga de dar a luz constantemente a miles de cantantes (como el difunto Michael Jackson, etiquetado el Rey del Pop) que mantienen y reproducen su ideología, o sea, una sociedad de mercado y consumista. ¿Esto que nos dice? que tal vez no estábamos tan lejos al pensar en una comercialización religiosa, pero revisemos lo siguiente: El profesor Federico Bañuelos, en su cátedra sobre etnomusicología en la Universidad Autónoma Metropolitana Iztapalapa en año 2011, citó en repetidas ocasiones a Max Weber, en donde en su texto póstumo ¨The Rational and Social Foundations of music¨ del año 1958, explica que el proceso de racionalización de la sociedad moderna va acompañado de un proceso de racionalización de la música occidental, siendo que estos modos de pensamiento y acción racionales son el resultado de la modernidad que nace en occidente con los países protestantes, en donde, inclusive, los aparatos utilizados en la música como: escala, sistemas de afinación, forma, etc., son tocados por este pensamiento moderno, por lo que queda claro que la historia de la música occidental es uno de estos procesos de racionalización.
Weber, ¨sugirió que había dos tipos principales de música: música occidental y el resto. Lo que de acuerdo con Weber constituye el carácter específico de la música occidental es su racionalidad: la música gradualmente se convierte en una práctica estandarizada que utiliza instrumentos establecidos y procede a erigir construcciones calculables sobre la base de una armonía sistemática y a una escala regular. El mismo proceso opera en el libro de cuentas de un comerciante y en la organización de una música bien ordenada. El músico europeo es el hermano gemelo del protestante capitalista y del científico moderno.¨ (Weber, 1921, citado en Molino, 1995, 91) Los pentecostales en general, están íntimamente relacionados con la racionalización y la modernidad, pues además de provenir del protestantismo (que ya vemos como un movimiento revolucionario), nace en E.U.A. que es uno de los pilares de esa racionalización. Pero ahora regresemos a la música como ente cultural.
REALIDAD MÚSICAL EMOTIVA
Lo que nos ocupa es llegar a un entendimiento de la música pentecostal, y como ya se mostró, un análisis etnomusicológico es una manera de llegar a ese entendimiento, y aunque ya llevamos varias páginas hablando de esa antropología de la música: ¿Qué otros puntos nos aconseja tocar la etnomusicología? Al parecer, lo importante es ver la música pentecostal desde el punto de vista emic, y también verificar ¨que en el fenómeno musical los estímulos sonoros vienen, siempre, ya preinterpretados por ejecutantes y oyentes. En esa medida, el hábito de considerar las músicas de otros como si fueran meros patrones de señal acústica como objetos ha sido desafortunado, sin embargo, el análisis etnomusicológico no versa propiamente sobre sonidos, sino sobre los modos de clasificarlos, comprenderlos y comunicarlos por parte de las gentes estudiadas. Versa sobre las cualidades humanas de la escucha¨ (Cruces, 1999,1)
La realidad pentecostal, o sea, ese estado en el tiempo, que alberga el resultado del empalme que se da entre sociedad y sonidos musicales, contiene, además de la instrumentación para la ejecución musical, otros aspectos materiales igualmente importantes, como lo es la vestimenta. En la IPUM, la ropa de los músicos es distinta a la ropa que usan los fieles, la ropa de los músicos y coristas es especial; es una bata larga y negra que les cubre desde el cuello hasta los pies, además de tener franjas de colores según la congregación a la que pertenezcan. Así tomamos en cuenta, que la ropa que utilizan los músicos y coristas los dignifican como tales, y les da un estatus determinado dentro de la iglesia. El acto social de portar prendas especiales, se asienta en la figura augusta del ritual litúrgico al mezclarse con el sonido musical, y afirmamos que al ritualizar la música, se legitima todo lo que esté en contacto con ella. Esto, es uno de muchos aspectos que constituyen el mundo vívido pentecostal, esa realidad que ellos interpretan como resultado de su interacción con los sonidos, y que justamente dan salida a manifestaciones o fenómenos fisiológicos como las emociones.
Siguiendo lo anterior, los fieles pentecostales, muchas veces lloran cuando las canciones que ejecuta el grupo de alabanza son tristes, y cuando las canciones son a un ritmo acelerado y con melodías alegres los fieles están muy contentos. Queremos mostrar un fragmento del texto de Steven Feld (2001), el cual realizó trabajo de campo en Papúa, Nueva Guinea, de donde nació su trabajo llamado: ¨El sonido como sistema simbólico; el tambor Kaluli¨:
¨Estas dimensiones performativas del movimiento, el vestido y el sonido no constituyen simplemente rasgos de una estética abstracta; buscan contribuir al objetivo último del toque de tambor: arrastrar a la audiencia a un estado de ánimo nostálgico, sentimental y reflexivo al llenar el recinto de un sonido continuo e intenso. Como las canciones ceremoniales que se cantarán más tarde durante la velada, y que se dirigen a hacer que los miembros de la audiencia se sientan tan tristes que se les salten las lágrimas. De hecho, los miembros de la audiencia pueden sentirse tan sobrepasados por la experiencia de ilib Kuwo, que no solo se les salten las lágrimas, sino que irrumpan en la pista de baile sollozando a grandes voces, y blandiendo una antorcha de resina, rompan y quemen el tambor cuyo toque los ha conmovido tan profundamente. Los Kaluli dicen que este proceso de evocación depende del endurecimiento del sonido del tambor durante la ejecución. Una vez los tamboreros han endurecido el sonido comienza un segmento largo de pulsación constante, los kaluli pueden exclamar: ¡dagano halaidesege, kalu yelimeibke! ¡La voz se ha endurecido, la gente va a echarse a llorar!¨ (Feld, 2001,11)
Para poder comprender a la música pentecostal, debemos estar conscientes de la totalidad de la música en general, por su parte, la escucha, en la experiencia de los individuos sociales, traslada los sonidos cargados de significantes directamente a su mundo, en otras palabras, si el concepto de escucha resulta estratégico para una antropología de la música es porque, como han mostrado en su trabajo autores como Merriam, Blacking o Feld, es en él donde se cifra la inmensa capacidad de los patrones sonoros para vehicular de un golpe todo el mundo social vívido¨ (Cruces,1999,3) Entonces, cuando el creyente ¨escucha¨ los sonidos pentecostales, el creyente ¨vive¨ su mundo, su realidad; se altera su estado de conciencia y sucede el milagro… comienza a hablar en lenguas. La música es ese aliado de los sobrenatural y el alma gemela de la sociedad, que no siempre camina a la par de la sociedad, pero si entra y sale de su estructura, dándole color, sabor y sazón a esa realidad particular que cada individuo permea con su ¨retícula¨. No hacen falta muchas pruebas de ello, pues todos somos testigos, que además de lo ya dicho, ¨la música acompaña las ceremonias principales y ritos de la vida religiosa y social. Voces e instrumentos poseen propiedades simbólicas que los hacen corresponder con partes del cuerpo humano, con fenómenos naturales y con seres sobrenaturales. ¨ (Molino, 1995, 90)
¨ ¿Cómo es que los sonidos comunican y encarnan tan activamente hondos sentimientos? Esta pregunta debería hallarse en el corazón de todo interés etnográfico, humanístico o científico-social por la música¨ (Feld, 2001, 1) Los músicos pentecostales, están encaminados a otorgar un vehículo por donde circulan diversos significados divinizados, los músicos pentecostales preparan la plataforma que une su esencia cultural con sonidos entretejidos socialmente. La música pentecostal es mucho más que solo música, pues además de resguardar la ideología mediante metáforas, es el resultado de los sistemas simbólicos culturales expresados por medio del performance.
Conclusiones
Para el lector decidido a acudir directamente a estas conclusiones sin pasar por el cuerpo de la tesis, podrá encontrar en esta sección el número del capítulo en donde está la información que se refiere al tema que le interesó.
El motivo de esta sección es mostrar los resultados que alcanzamos en nuestra investigación, por lo que daremos una breve explicación a las cuestiones planteadas en la hipótesis, que se localiza en la primera parte de la introducción, estas son:
*La música en el pentecostalismo.
*La música en la alabanza.
*La música en la conversión.
*La música como eje de manutención de la iglesia por medio de la ritualización.
*El incremento de fieles o creyentes a minorías religiosas.
Decidimos estudiar la música desde el aspecto social dentro del fenómeno religioso pentecostal, pues identificamos un manantial con posibilidad de disminuir momentáneamente nuestra sed de conocimiento sobre dicho grupo ¡aunque en realidad falta muchísimo! Es importante señalar que ¨los estudios del fenómeno religioso, por fortuna, no están emparentados por una ciencia o disciplina académica, no comparten un único método ni parten de una sola teoría. En este sentido, existe un campo casi inagotable por explorar, no solo por la diversidad de expresiones de lo religioso, tal como lo había vaticinado Durkheim (2000) no hay ningún evangelio que sea inmortal, y no existe razón alguna para creer que la humanidad ya sea capaz de concebir uno nuevo.¨ (Osorio, 2009, 333) En esta medida, el estudio de la música en el pentecostalismo, es solo una brecha por donde cruzar el vasto océano de los sistemas de creencias.
La música pentecostal nació como parte de ese todo que forma la cultura pentecostal originada por la particular interpretación que los pentecostales le dan a la Biblia (ver justificaciones bíblicas en capítulo IV y en el inicio del capítulo VII). La música pentecostal es híbrida, pues surge conteniendo aspectos sociales y musicales contemporáneos y otros aspectos que datan desde hace mas de dos mil años con el inicio del cristianismo. Un ejemplo de esto lo proporciona la tonalidad; pues ésta es relativamente reciente, hablamos del siglo XII. La tonalidad no es otra cosa que una manera de estructurar una pieza de música, o sea; si comenzamos la música con un ¨sol¨, entonces la música debe terminar con un ¨sol¨.
La música pentecostal lleva la carga simbólica misma que nutre constantemente las mentes y corazones de los creyentes hacia la finalidad del grupo religioso (ver capítulo V).
La música en el pentecostalismo es la vía primaria para la alabanza de los creyentes a Jesucristo, es el carril por donde fluyen las oraciones dirigidas a Jesucristo. Durante el don de sanación la música está presente y es justo en este episodio del servicio en donde los creyentes oran con todas sus fuerzas esperando que el milagro solicitado se vuelva una realidad (ver historias de vida en capítulo IV). La música en la alabanza permite que el creyente suelte las emociones, cualesquiera que sean, de manera que el creyente encontrará la paz deseada al término del servicio. La alabanza es tan necesaria como lo es la constante lectura de la Biblia, y los pentecostales han encontrado al hacer música, la manera perfecta de aplicar los dones del Espíritu Santo, lo cual es su característica principal y distintiva, y en este contexto, la música es parte del sentido de identidad. (Ver capítulo VII)
La conversión es un aspecto crucial dentro de cualquier religión y sobre todo de las minorías religiosas, pues como ya se vio en el capítulo II, III y IV, el pentecostalismo es relativamente reciente, lo que se vuelve un aspecto que tiene prioridad para los líderes, con lo que constantemente se buscan formas y se construyen estrategias para alcanzar un número mayor de conversos. Independientemente de las acciones que se tomen para aumentar el número de fieles, el pentecostalismo goza de características innatas relacionadas con los dones del Espíritu Santo que al combinarse con la música configuran la herramienta de conversión más eficaz.
Identificamos varios puntos que tienen en desventaja contra el antagónico catolicismo romano en materia de conversión. Los católicos bautizan a los niños cuando estos son casi recién nacidos, y como se explicó en el capítulo IV los pentecostales (la mayoría de los grupos protestantes sobre todo los bautistas), no realizan el bautizo sino hasta que los prospectos cumplen determinada edad, por lo que se ha visto que tanto en la segunda como tercera generación se vuelven apóstatas pues los jóvenes se dan cuenta de los errores de la fe, a lo que la iglesia se ve obligada a crear grupos especiales para jóvenes con la intención de frenar dicha apostasía. (ver Ruz Mario H. y Garma Carlos, editores, 2005) Hay una gran importancia en la conversión, pues además de ser una vía para que la iglesia no desaparezca, es una forma en la que la deserción no se nota sobre manera, pues para las iglesias no es conveniente que el hecho de perder fieles sea información de dominio público. Cómo ejemplo de esto, contamos con distintas medidas que la iglesia católica ha tomado para tal efecto, como lo es que los sacerdotes católicos les pidan a los fieles que cuando por parte del INEGI acudan a sus casas a realizarles el censo, respondan de una forma específica, la cual, el catolicismo pueda camuflar con otros grupos religiosos con lo que en la comparación con otros censos de años anteriores la disminución de fieles no se es revelada. Es una medida de acción contemporánea, por no decir que es una medida de acción que la iglesia católica hubiera llevado a cabo desde hacía siglos atrás de ser necesario.
Lo primero que ocurre cuando un futuro adepto acude por primera vez a una iglesia pentecostal (a menos que nunca haya sabido de ella o estado en contacto con el pentecostalismo y sobre todo si solo conoce el catolicismo) es que es impresionado. Todo lo que ocurre durante la celebración del servicio pentecostal le causa una gran impresión; el futuro adepto es testigo de los testimonios de los creyentes los cuales están repletos de milagros e historias que para alguien externo son difíciles creer, y de los rituales de sanación que incluyen sesiones en donde la mezcla de tantas voces orando, voces en llanto y gritos al mismo tiempo pueden aturdir a cualquiera (ver capítulo IV), y también de el trance que se alcanza durante el don de lenguas que para alguien ajeno puede rayar en la posesión demoniaca (ver capítulo VI), todo esto es una muestra del porque un futuro adepto es fuertemente impresionado, pero sobre todo, algo que también lo impresiona, es toda la gran organización al rededor de la música, en la cual, los músicos han llegado a perfeccionar el performance, mismo que además de incluir al adepto en el canto y baile, transmite y hace que circule el mensaje bíblico y el símbolo. (Ver capítulo VII)
El futuro adepto puede pasar por fuera de la iglesia y al escuchar la música sentirse atraído por ella y entrar, como es el caso del testimonio del líder carismático de la Iglesia Pentecostal Dios es Amor David Miranda (ver capítulo III). Un futuro adepto puede llegar de muchas maneras a una iglesia pentecostal, sin embargo, una vez dentro quedará inundado por la música (ver capítulo IV).
Lo segundo que sucede, tiene que ver con las cualidades de los dones del Espíritu Santo para tocar fibras sensibles, que además, queremos subrayar, son cualidades que trabajan durante el performance musical (ver capítulo VII), que da como resultado, que el futuro adepto sufra una ¨apertura emotiva¨ en donde se conjugan sentimientos de distintas índoles, puede haber llanto, euforia o cualquier emoción, seguido de una sensación de felicidad y por último de paz, pues el adepto es tocado por el Espíritu Santo, (ver entrevistas e historias de vida en capítulos III y IV), también puede ser que el adepto reciba el bautizo de fuego en su primera visita a la iglesia pentecostal. (Ver capítulo IV) Sea cual fuere el caso, cuando acaba el servicio la invitación a ser bautizado se hace, a lo que el futuro adepto, que ya se encuentra bajo los efectos de haber sido tocado por el Espíritu Santo, acepta ser bautizado. La música, es conscientemente una estrategia en el pentecostalismo, es esa punta de lanza en el proceso de conversión.
La música, al encontrarse en casi todos los segmentos que dividen un servicio pentecostal (ver capítulo I) , así como en la vida ritual (ver capítulo IV), se ha integrado a tal magnitud, que mantiene unida la estructura pentecostal, además de ser un medio de conexión y comunicación (ver capítulo VII). En otras palabras: la música pentecostal, es un fenómeno músico-religioso que funge como aceite lubricante en la relación-comunicación del hombre-mujer con su Dios, que sostiene la estructura del grupo religioso teniendo como base el momento liminal de la ritualización y el performance cristalizado en los dones del Espíritu Santo.
Para dar por concluido este trabajo de investigación, debemos anotar dos puntos importantes; por un lado, es importante señalar, que no hay que ignorar la participación en el crecimiento e incremento de las minorías religiosas de los factores económicos y políticos. Mientras el neoliberalismo siga avanzando, fenómenos religiosos de cualquier índole o procedencia germinarán teniendo mutaciones con características y pigmentaciones relacionadas a su momento histórico. El pentecostalismo proviene del protestantismo, esa mutación que tiene el pentecostalismo y que está relacionada con su momento histórico es la música, misma que está íntimamente relacionada con la modernidad, o sea, en esa racionalización de la música, la cual es hija de los sistemas económicos reinantes en la actualidad. (ver capítulo VII)
Por el otro lado, el avance imparable del neoliberalismo, concepto que podemos adecuar con el de mundialización, que es mejor conocido como globalización, ha tenido consecuencias que no todos los pueblos del globo pueden llevar o soportar, ¨no todos los sectores aceptan los efectos de la globalización, los cuales no debemos olvidar que con frecuencia, aunque no siempre, son impuestos verticalmente desde los espacios de poder (tanto políticos, económicos y culturales) en los centros metropolitanos ocasionando transformaciones no esperadas que irrumpen en las experiencias vivenciales de las personas y afectan a las colectividades donde habitan. Ante la imposición vertical de los modelos de globalización han surgido, y con una frecuencia cada vez mayor, diversos movimientos sociales que exigen el retorno o el apego a formas de interacción a una escala donde los vínculos entre los integrantes del grupo social o comunidad imaginada son más estrechos. Con frecuencia se apela a una construcción ideológica de la. "tradición." como depositaria de importantes valores que deben
ser defendidos. Como resultado aparecen los movimientos religiosos, étnicos y nacionalistas en todo el mundo¨. (Garma, 2003,1)
Es por eso que los grupos religiosos como el pentecostalismo, tienen características similares a los grupos nacionalistas. La religión puede usarse de muchas formas, no nos debe extrañar que haya en México un movimiento político que se llame Movimiento de Regeneración Nacional ¨Morena¨. La religión es una institución que cumple con las condiciones necesarias para unir y dotar de una personalidad colectiva a naciones enteras. ¨Los movimientos nacionalistas reivindican la pertenencia a una unidad social común con la cual todos sus integrantes pueden identificarse. Existen varias maneras de establecer una adscripción particular con las personas que se considera semejantes a uno mismo, a la vez que se excluye a los externos. Una manera es por medio de la reafirmación del grupo étnico propio. A este respecto uno de las formas más eficaces de crear lazos de unión e identidad es a través de la pertenencia a un grupo religioso. La religión implica el manejo de símbolos, creencias, practicas, rituales y ceremonias que crean lazos de unión entre aquellos que pertenecen a la comunidad de creyentes.¨ (Garma, 2003, 2) Así como existe el pentecostalismo, también seguirán surgiendo a lo largo de todo el mundo movimientos religiosos, ensalzados y diferenciados con sus determinados fenómenos. Hay que recordar que las sociedades se encuentran en constante cambio, y la religión, aunque es una institución, se presume de las más estables (Garma, 2003) tarde o temprano cambia, y es justamente responsabilidad de las ciencias sociales vigilar esos pequeños cambios, que pueden ser utilizados como catalizadores para asistir y solventar problemas actuales, o, que tal vez nos puedan acercar, si quiera de alguna manera lejana, a la pregunta: ¿Por qué el hombre es cómo es?
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Agradecimientos
Dedico este trabajo a mi mamita, Yolanda Ledesma, por el amor y cuidados con que siempre me ha cobijado. Por el apoyo moral y económico que siempre me ha dado. Por los consejos tan atinados. Por ese apoyo incondicional sin el cual no me habría sido posible atravesar lo ya recorrido hasta ahora, ni que decir de este trabajo de investigación.
Agradezco a toda mi familia por su entusiasmo y empuje; en especial a mis abuelas María de Jesús y Josefina, a mi papá Jorge Velasco, además de mis hermanos; Valentina, Simón y Karim. A todos mi tíos. También a mis primos; Nahir, Paulina Velasco, Paulina Ledesma, Anahí, Karina, Miriam, Ayeza, Berenice, Napoleón, Anita, Gustavo, Oscar, Venus, Esteban, Daniel, Rubén, Sori, Argelia, Raúl, Linda, Mundo, Ruslán, Luis pablo, Victoria, Perla, Héctor, Maricela y todos los que me faltan.
Doy las gracias a Esther, por haberme acompañado en aquellas primeras idas de trabajo de campo y por todo el amor y tiempo que hemos compartido. A Omar por su hermandad y complicidad, por todo el apoyo y cariño que siempre me ha brindado. Alberto por sus buenos consejos. Henok por la paciencia al escucharme. Arturo, que siempre fue, es y será mi gran amigo. A su vez, también agradezco a; Luis Vázquez, Armando, Marco, Melva, Jonathan, Yair y Rogelio, a todos los que han tenido un lugar especial en mi vida, y que fueron motor en haberme llevado hasta este punto de mi vida.
Por supuesto a todos mis profesores por haber compartido su conocimiento, entre ellos; Carlos Garma, el cual siempre cuidó con celo a su grupo de estudiantes, desde proporcionarles las bases teóricas correctas de una antropología de la religión, hasta velar que siempre estuviéramos salvos y bien acomodados a la hora de hacer nuestro trabajo de campo, así como prever que tuviéramos apoyo económico y un techo para estar lo más cómodos posibles desde el principio hasta el final de nuestras investigaciones, por sus concejos y críticas siempre positivas con vista a formar un antropólogo profesional en toda la extensión de la palabra, por todo lo aprendido… gracias. A Ricardo Falomir, profesor forjador de antropólogos dignos, y el cual siempre me mostró las virtudes y desventajas de nuestra disciplina, por ser siempre un ejemplo como transmisor de la teoría antropológica, y porque siempre recordaré la primera clase de la licenciatura en donde quedé completamente convencido (con sus pros y sus contras) de dedicarme a la antropología como proyecto de vida, mi proyecto de vida. A Juan Pérez Quijada, quien me mostró que la vida se puede abordar desde otros puntos de vista, desde otras perspectivas, por haber compartido su conocimiento sobre la antropología y sobre los temas que más me interesan como lo sobrenatural, porque siempre me hizo sentir apreciado, como ser humano y como estudiante, por su siempre buena fe hacia conmigo… gracias. A otros profesores de los cuales siempre llevaré conmigo algo valioso, como Luis Reygadas, José Rivera Castro, Rodrigo Díaz, Juan Manuel Escalante, Andrés Moctezuma Barragán, Ana Paula de Teresa, Laura Valladares, Federico Besserer, Ángela Giglia, José González, Raúl Nieto, Ana María Rosas, Héctor Tejera, Leonardo Tyrtania, María Eugenia Olavarría y Xóchitl Ramírez.
A todos mis compañeros de generación sin excepción, por el amor, fraternidad y todos esos momentos liminales (bacanales) compartidos. A la Universidad Autónoma Metropolitana por ser siempre ¨mi otra casa¨ y por todo lo que pude encontrar ahí.
Trabajo terminal
que para acreditar las unidades de enseñanza aprendizaje de
Trabajo de Investigación Etnográfica y Análisis Explicativo III o Análisis Interpretativo III
y obtener el título de
LICENCIADO EN ANTROPOLOGÍA SOCIAL
Autor:
Esteban Emiliano Velasco Ledesma
Matrícula No. 207314868
Comité de Investigación:
Director: Dr. Carlos Garma Navarro
Asesores: Dr. Ricardo Falomir Parker
Dr. Juan Pérez Quijada
UNIVERSIDAD AUTONOMA METROPOLITANA IZTAPALAPA
DIVISION DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES
DEPARTAMENTO DE ANTROPOLOGÍA
LICENCIATURA EN ANTROPOLOGÍA SOCIAL
México, D.F.
Mayo 2012
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