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La Educación ante la Sociedad de la Información

Enviado por Fernando Garrido

    ABSTRACT

    Uno de los principales puntos de apoyo de la sociedad de la información y del conocimiento es la educación. En este sentido pretendemos analizar la situación del Estado Español ante la Sociedad del conocimiento y en especial la situación de la educación, por medio de indicadores elaborados por la Unión Europea, la OCDE, el Ministerios de Ciencia, Tecnología y Sociedad y el Ministerio de Educación. Así, nuestro interés es doble: analizar la realidad de la penetración de la Sociedad de la Información en la sociedad española, por un lado, para luego poder establecer una comparación con la Unión Europea y los países más avanzados en estas materias. Nuestro principal objeto de análisis es la formación y capacidad de los profesores para este tipo de educación, que conocemos bajo el concepto de "pedagogía informacional". Creemos que este análisis es pertinente en todo punto, sobre todo ahora que se están comenzando a tomar medidas de actuación para dinamizar la Sociedad de la Información desde la Educación.

    Palabras clave:

     · educación

     · globalización económica

     · sociedad de la información

     · sociedad del conocimiento

     · tics

    Introducción

    El cambio de siglo se ha caracterizado por ser uno de los períodos más frenéticos de las ciencias sociales. Hemos asistido a dos procesos que podemos situar bajo los conceptos de "revolución tecnológica" y de "Globalización (económica)", conceptos que, si bien proceden de bastante atrás en la dimensión temporal, se han sistematizado a lo largo de los años 90 y en la primera década del nuevo siglo. Pero estos conceptos no han venido solos (1), las implicaciones de la revolución tecnológica derivan en economía de la información, sociedad de la información, sociedad del conocimiento, brecha digital, gestión del conocimiento, etc. Mientras que de la mano de la globalización ha venido un profundo debate acerca de su naturaleza y alcances, que ha salpicado todos los ámbitos de las ciencias sociales, desde las migraciones, la economía (especialmente la política), el derecho, las ciencias políticas, etc.

    Ante todo este abanico de conceptos "nuevos" se hace necesaria una reapropiación crítica de los mismos, porque al fin y al cabo estamos en el mismo viejo mundo de siempre, y hay cosas que no cambian a mejor, pensamos en la desigual distribución de la riqueza y de las posibilidades de sobrevivir. Por ello, es necesario desenmascarar la realidad que habita detrás de conceptos "semánticamente positivos" como flexibilidad o como el propio concepto de globalización.

    Pero si uno de todos estos conceptos ha "triunfado", cuando menos oficialmente y cuando menos en el marco de Occidente ("Norte" o "Centro"), es el concepto de "Sociedad de la Información", que parece ser el punto de llegada o de convergencia de las sociedades contemporáneas y de las políticas públicas. Sirvan de ejemplo la denominación del VI Programa Marco de la Unión Europea, bajo el título de "sociedad de la información", las constantes alusiones a este concepto en las múltiples cumbres europeas como la cumbre de Lisboa, donde la Unión Europea se plantea "convertirse en la economía del conocimiento más competitiva y dinámica" o la organización en diciembre de 2003 de una cumbre mundial para la Sociedad de la Información.

    Lo que pretendemos en un primer momento en esta comunicación es analizar la Sociedad de la Información y su influencia en la educación, por medio de lo que llamamos "Pedagogía Informacional" (2). Sin duda situamos este debate en un plano "ideal", ya que la realidad de la escuela está actualmente sumida en otro tipo de discusiones más "urgentes", como el debate entre la enseñanza en grupos homogéneos / heterogéneos, la diversificación curricular, la pública-privada-concertada, etc. Así, examinaremos la aplicación de las Tecnologías de la información y Comunicación (en adelante TICs) a la educación así como el nuevo rol docente-alumno que se resume en el "aprender a aprender".

    Consideramos que esta reflexión es pertinente en el momento en el que nos encontramos, caracterizado por un acelerado cambio social, en el que es necesario detenerse a reflexionar y evaluar el camino que están tomando nuestras sociedades. Por otro lado la literatura que analiza este tema aún es poca, confusa y dispersa, por lo que creemos que es un campo al que podemos aportar un poco de luz.

    Para la elaboración de este texto hemos discutido ampliamente sobre este tema y otros tangenciales en listas de correo electrónico como enmedi@ y gc-red (http://www.enredando.com) y la lista edutec-l de RedIris (http://www.rediris.es) .

    Sociedad de la Información ¿y del conocimiento?

    En este primer momento pretendemos realizar una Genealogía de la Sociedad de la Información, a fin de intentar desvelar que se esconde detrás de este concepto, asi como analizar su surgimiento y evolución.

    La configuración de la Sociedad de la Información (3) permanece un tanto escondida, ya que no deja de resultar arriesgado realizar un pronóstico acerca de los contornos, alcances o mecanismos de su vertebración interna. El motivo de esta incertidumbre son las permanentes innovaciones que están revolucionando el mundo de las telecomunicaciones y de la información a un ritmo que parece haberse pasado de revoluciones, desbocarse (en términos de Giddens (4) … y que promete abrir unos horizontes amplísimos e insospechados. Apoyándonos en la premisa "el futuro comienza en la historia" vamos a exponer, o cuando menos intentar investigar, la sociedad de la Información. Es decir, vamos en la búsqueda de una "Genealogía de la Información", con la plena conciencia de que este tema se aleja de los ejercicios de lo que se considera como o "teoría dura", pero no por ello dejamos de considerar que es algo plenamente necesario.

    La primera fue la Revolución Neolítica, y la segunda gran Revolución fue la Industrial. La Neolítica se basó en que el hombre pasa del nomadismo a un estado sedentario, en el paso de una economía de recolección a una economía de cultivo. Por su parte, la Segunda Revolución se basó en un crecimiento rápido de la población, en las materias primas: algodón y hierro como soporte de la industria textil y siderurgia, y en las nuevas fuentes de energía para transformar las citadas materias primas. Pero ahora estamos en la Tercera Revolución, la Tecnológica, que está centrada en la información y que transforma nuestro modo de pensar, producir, consumir, comerciar, gestionar, vivir, morir… estamos inmersos en la cultura de la realidad virtual que se construye en torno a un universo audiovisual interactivo, y que integra a una gran diversidad de culturas en un hipertexto electrónico (5).

    Encontramos a los padres de la sociedad de la información en dos sociólogos, Daniel Bell y Alain Touraine, si bien es cierto que ellos escogieron el término "sociedad post-industrial", a inicios de los años setenta. Bell (6) define a esta sociedad como un simple esquema conceptual que identifica un nuevo principio axial de organización social. Postula la continuación la necesidad de reducir la libertad personal, una mayor corrección y un mayor control y regulación colectiva, y señala que la centralidad de la información creará nuevos problemas como mayores costes y mas esfuerzos de selección e interpretación. En su esquema, decididamente positivista, sitúa al conocimiento como uno de los principales puntos de esta sociedad, de hecho, en la segunda edición de su obra ya sitúa al conocimiento como el primero de sus cinco puntos característicos de la sociedad postindustrial. Touraine (7), por su parte, reconocerá que la nueva sociedad encierra un proyecto de futuro, un modelo de sociedad. No condena a la cultura de masas, pero tampoco posee un excesivo optimismo por el presente y concluye pidiendo una actitud crítica que libere a la innovación cultural del control social que pesa sobre ella.

    Pero la historia no está formada por discursos aislados, sino también por hechos interconectados. Así, durante los años setenta tuvieron lugar una serie de intentos de establecer una Nueva Orden Mundial de la Información y de la Comunicación a través de la UNESCO. Los gobiernos europeos producen proyectos de TV por cable, y el documento más famoso de esta época, el informe "Nora Minc" (8) sostiene que la información creciente de la sociedad está en el corazón de la crisis para agravarla o contribuir a resolverla, para lo mejor o para lo peor. Será James Martin el que, a finales de esa década, acuñe el término autopistas electrónicas, significando una utopía completa sobre la ciudad virtual, con un papel fundamental de las subvenciones gubernamentales (9).

    Masuda y Töffler harán sus aportaciones de forma contemporánea a la de los autores citados con anterioridad. Masuda (10) construye una sociedad completa e ideal, indeterminada en el tiempo, que aportará un estado general de florecimiento de la creatividad intelectual humana, en lugar del opulento consumo material. El espíritu del globalismo se basa en una consistencia ética, estricta autodisciplina y contribución social, en un fuerte espíritu centralista, estatalista y antimercalista. La "civilización de la información, que sucederá a la agrícola y a la industrial, se fundamentará en la productividad misma de la información, por medio del uso de las tecnologías de la comunicación por ordenadores (11). Por su parte, Töffler (12) nos lleva a reflexionar sobre la inevitabilidad del cambio, sosteniendo que los desastres, las crisis y amenazas del mundo presente se contraponen con las esperanzas y con el optimismo para encontrar una solución en la síntesis, juegan un papel fundamental los medios de comunicación y la imagen para llegar a la desmasificación, interactividad, fin de la pasividad, eliminación del aislamiento, pluralismo…

    Encontramos aquí el inicio de lo que se da en llamar: "la era de la información", en la que la información alcanza el papel de motor de la engranaje, así, la economía informacional sería un sistema socioeconómico distinto a la economía industrial debido a la "realización final del potencial de productividad contenido en la economía industrial madura debido al cambio hacia un paradigma tecnológico basado en las tecnologías de la información (13)". En este punto somos consciente de que una exposición un tanto más detallada de la Revolución de las Tecnologías volvería a ser necesaria como ya hemos dicho desde el principio, pero lo que creemos más interesante y necesario es realizar una crítica de la Revolución y sus implicaciones teóricas y prácticas. Tenemos que ser conscientes de que en el terreno de la información y de la comunicación prolifera una inmensa sucesión de profetas, gurús, chamanes… en la búsqueda de la piedra filosofal, del remedio, poción mágica para conseguir la sabiduría eterna y la felicidad. Este discurso, imperturbable ante los fracasos tecnológicos, no se explica tan solo por el afán promocional de redes y servicios de usos indeterminados, sino también por la naturaleza misma de la cultura, la información y la comunicación, espacio por excelencia de lo simbólico y de la ideología.

    Estando hablando de comunicación y de tecnología, parece inevitable hablar de Internet. Conocida por el gran público desde no hace más de 8 años, se convirtió en un fenómeno social mundial que suscita opiniones muy enfrentadas, entre el temor y el éxtasis. Como viene sucediendo desde que irrumpe una innovación tecnológica, muchos se extasían hasta entrar en trance, otros, más comedidos, se atemorizan. Habría mucho que decir de Internet, de la red de redes, pero tenemos que limitarnos a señalar su protocolo de dominio público, careciendo de una firma comercial que posea su dominio y exclusividad. Al ser indestructible, descentralizado y de propiedad pública, ha hecho renacer el sueño utópico de una existencia armoniosa a nivel planetario, donde la comunicación sería instantánea, donde el conocimiento de cada uno puede ser perfeccionado apoyándose en los demás, agudizando de este modo su inteligencia.

    Internet se muestra como la fuente de la sabiduría, cuando lo que en la mayor parte de las veces encontramos no pasan de ser datos. La diferencia entre dato e información, a nuestro modo de entender, es abismal. Un dato sería, como lo define la RAE: "un antecedente necesario para llegar al conocimiento exacto de una cosa o para deducir las consecuencias legítimas de un hecho". Por contra, informar sería proporcionar, no solo la descripción precisa y verificada de un hecho (dato), sino también unas pautas de interpretación y un conjunto de parámetros contextuales que permitan al lector profundizar en el tema. Por decirlo de una forma simple, responder a las preguntas de: ¿como? ¿Quien? ¿Que?… Pero con la influencia de la TV y de su aparato informativo, el telediario, los conceptos de información cambiaron radicalmente (14), llegando a comparar el hecho de informar con el de enseñar la historia en marcha, o asistir al acontecimiento en directo. Llegados a este punto lo más fácil sería concluir que ver es comprender, cuando la realidad es que informarse es una actividad productiva que requiere tiempo y esfuerzo, existiendo un constante trabajo mental, que va contra la lógica propia del sistema, que pretende que dicho trabajo mental sea eliminado, atrofiado o atenuado.

    Frente al mito (15) de la comunicación total tenemos que mostrarnos particularmente escépticos. No es tan solo que dudemos que la comunicación por computadora deje de serlo, sino que apenas el 3% de la población mundial tiene acceso a un PC y muchos menos los que tienen acceso a Internet (16). Si al comienzo de este apartado hablábamos de la Revolución Industrial, tenemos que señalar que nos separan de ella dos siglos, y en este momento existen millones de personas que no tuvieron la suerte o el privilegio de disfrutarla. Los logros elementales como agua potable, electricidad, escuelas, hospitales, carreteras, no aparecen por ningún lugar, por no hablar de la nevera o el automóvil… ¿cómo alcanzar la Revolución industrial si en 200 años la Revolución Industrial los dejó olvidados?

    Por otra parte, creemos que la información nos hace más sabios bajo la condición sine qua non de acercarnos a los hombres. Tenemos la posibilidad de acceder a cualquier documento por medio del hipertexto… pero a costa de aumentar el riesgo de la deshumanización y la ignorancia. La clave de esta o en esta cultura deja de residir en el saber y en la experiencia y pasa a convertirse en la mayor o menor capacidad de encontrar la información a través de los múltiples yacimientos y canales que nos ofrece el Dios Internet. Se puede ignorar por completo el mundo, no saber prácticamente nada del universo en el que se vive y disponer de toda la información posible… ¡¿llegamos pues a una comunicación incomunicada?!. El premio Nobel José Saramago en una conferencia vaticinaba algo como: "pronto sentiremos nostalgia de la antigua biblioteca; salir de casa, hacer el trayecto, entrar, saludar, sentarse, pedir un libro, tenerlo entre las manos, sentir el trabajo del impresor, del encuadernador, percibir las huellas de los lectores precedentes, palpar los signos de una humanidad que paseó su vista por las mismas páginas de generación en generación… (17)."

    La promesa de la era de la información es la liberación de una capacidad productiva sin precedentes por el poder de la mente. Al hacerlo, podremos obtener todo el tiempo libre que las generaciones anteriores desearon y soñaron, para reconciliarnos con la naturaleza sin sacrificar el malestar material de nuestros herederos. Así, el sueño de la Ilustración está a nuestro alcance. Pero aparece de este modo el Gran Problema, estamos construyendo lo que consideramos una ciencia sin progreso social, por lo que podemos vaticinar que el edificio acabará por derrumbarse, ya que carece de cimientos profundos. Impresionados e intimidados por el discurso "modernista" y tecnicista, casi todos los ciudadanos capitulan, aceptan adaptarse al nuevo mundo. No hacen nada por oponerse a él, permanecen pasivos, inertes y cómplices. Cuando la realidad es que no existe nada que no pueda ser cambiado por la acción social consciente e intencionada. Será cuando los medios de comunicación dejen de ser el mensaje y se conviertan en transmisores de mensajes, cuando una ciencia y tecnología vaya acompañada del correspondiente progreso social… cuando comience a otearse una esperanza.

    Educación y Sociedad de la Información (el modelo de Finlandia)

    Después de ver cual ha sido la articulación de la Sociedad de la Información, comenzamos este apartado intentado dilucidar un poco cual es la relación entre la educación y la Sociedad de la información, para posteriormente intentar mapear las principales formas en las que la Sociedad de la Información influye en la educación.

    Creemos que la relación entre estos dos conceptos es muy fluida. Ambos conceptos se interrelaciónan, se influyen y se necesitan. En muchos casos se plantea como la educación, el aprendizaje y la formación son requisitos previos para la sociedad de la información y para una participación fecunda en la economía en red (18 ). En este punto creemos necesaria la referencia a la obra de Manuel Castells, que ha analizado y puesto de relieve, tanto en el caso del ascenso de la economía japonesa (19) como en el caso de Finlandia (20), el importante papel que juega la educación en la gestación y oxigenación de la Sociedad de la Información, así como el rol activo desarrollado por el Estado en la creación y mantenimiento de un sistema educativo con la calidad como fin y principio articulador.

    En el caso de Finlandia, uno de los "tipos ideales" cuando hablamos de este tema, podemos ver como el Estado interviene dinamizando la innovación, tanto por parte del mundo empresarial, como por parte de la academia. El caso de Finlandia es pertinente por muchos motivos. Como una extensa literatura demuestra (21 ) , un Estado (apellidado normalmente "del bienestar") que intervenga en la economía y en la sociedad no se contradice con la Globalización Económica. No podemos entrar aquí a debatir el tema de la Globalización Económica, aunque consideramos que está vinculada profundamente con la Sociedad (capitalista) de la Información, pero eso es arena de otro costal. Lo que pretendemos afirmar es que, pese a muchos esfuerzos teóricos de la vertiente teórica del (neo)liberalismo, la tesis según la cual en la era de la Globalización Económica el Estado-Nación no tiene ningún papel que desarrollar, es una Ideología, Ideología que ha calado, por otro lado, en demasiados foros de las ciencias sociales. Castells y Navarro han puesto de manifiesto como dos de las economías más globalizadas del planeta han logrado llegar a ese puesto y a ese nivel de desarrollo gracias a una política activa del Estado, especialmente en campos como la Educación y la Sanidad (dos pilares del Estado de Bienestar.

    En el caso de Finlandia (22) podemos ver como la Educación funcionaba muy bien, cuando menos en su grado de universalización, por medio de un sistema de becas y ayudas muy extenso. Esto ha repercutido a lo largo de las últimas décadas en un capital humano muy formado. Pero con la llegada del "Paradigma Informacional" es necesario que todo cambie y el Estado vuelve a diseñar una serie de políticas públicas activas para dinamizar es Sector Educativo y el I+D.

    Por un lado está lo que denominamos Hardware Informacional y por otro el Software Informacional. Creemos que este par conceptual muestra de modo bastante preciso el hecho de que no sirve de mucho tener la infraestructura material si no se desarrollan habilidades y metodologías al efecto. Del mismo modo que es un tanto complicado desarrollar cierto tipo de metodologías sin una base infraestructural sólida. El Ministerio de Educación comenzó por la infraestructura, dotando de Equipos informáticos a los centros educativos, a lo que siguió la interconexión de todo el sistema educativo y de las bibliotecas, por medio de créditos especiales al efecto. Es interesante señalar en este punto, que pese a la concepción estática que tenemos de la tecnología, el Ministerio de Educación finlandés ha desarrollado una política dinámica, cara a mantener la vigencia de la infraestructura tecnológica, por medio de un programa llamado Estructuras de la Sociedad Informacional.

    En un segundo momento se desarrolló el Software, un proceso más largo, porque requiere la capacitación del personal docente y la adecuación del modelo pedagógico. Son siete los puntos desarrollados: Cualificación para la Sociedad Informacional (alfabetización en Internet), Educación para profesores (Cualificación pedagógica en Internet), Educación para profesionales de la información (ingenieros), Universidad Virtual (un entorno virtual para el tercer ciclo), Escuela Virtual (un entorno de aprendizaje virtual para el primer y segundo ciclo) Entornos de Aprendizaje virtual y producción de contenidos.

    De este modo, podemos ver como el ascenso de Finlandia hasta situarse a la cabeza mundial en lo que a Tecnologías (23), o de los índices de Gini no es algo coyuntural o casual, sino que es parte de un elaborado proyecto articulado por el estado y que ha sabido captar a todos los actores sociales y, lo que es más importante, ha sabido distribuir y trasladar a toda la ciudadanía.

    Con el ejemplo de Finlandia pretendíamos ilustrar dos puntos: es posible para un Estado mantener un papel activo sin que esto vaya en contra de la supuesta y pretendida Globalización Económica. Y por otra parte, la educación se desvela como el factor clave en la Sociedad de la Información. Factor clave en tanto que catalizador de la política pública y de la formación de los ciudadanos, debido que (y desvelamos uno de los pilares de la educación en la sociedad de la información) la educación no se limita ya a un determinado grupo de edad, sino que toda la sociedad debe aprender y aprender a aprender constantemente.

    (discursos ante la Sociedad de la Información y ante la educación)

    Dependiendo del punto de partida, de lo que comprendamos bajo el concepto de Sociedad de la Información nos encontraremos con dos discursos recurrentes. Por un lado está el discurso de quienes se ha dado en llamar "señores del aire" (24) que en el Estado Español está fielmente representada por la empresa Telefónica, o por el propio estado. El informe entregado recientemente por la "comisión soto" bajo el título "Aprovechar la oportunidad de la Sociedad de la Información en España (25) ", ilustra muy bien este punto, ya que su definición de la Sociedad de la Información es la que sigue:

    "un estadio de desarrollo social caracterizado por la capacidad de sus miembros (ciudadanos, empresas y Administraciones Públicas) para obtener, compartir y procesar cualquier información por medios telemáticos instantáneamente, desde cualquier lugar y en la forma que se prefiera (26) "

    De esta definición eminentemente mercantilista podemos concluir que lo interesa es el mercado de la información. La propia noción de usuario, que serían "los individuos u organizaciones que acceden a los contenidos que pone a su disposición la Sociedad de la Información, a través de las infraestructuras (27) ".

    Por otro lado nos encontramos con definiciones críticas de la Sociedad de la Información. "Críticas" en tanto que son definiciones alternativas a las dominantes, en tanto que denuncian su sesgo mercantil y eurocéntrico. A este respecto, toda una serie de expertos agrupados bajo el denominado "comité de sabios" de la Unión Europea han realizado un informe bastante crítico al respecto de los planes de la propia UE para la Sociedad de la Información. El Propio Mattelart ha manifestado la necesidad de una reapropiación de las nuevas tecnologías para construir una alternativa a la Sociedad de la Información, una nueva opción construida por y para los usuarios, que intente superar la inicial definición.

    La lucha entre las dos opciones es constante, y es una lucha que se desarrolla en múltiples planos, en el ideológico, político… y en el educativo. Porque a la educación también han llegado los dos discursos, con el problema que el programa educativo viene diseñado por una serie de políticas públicas. Creemos que en la actualidad prima el primer enfoque descrito, el enfoque de los señores del aire, o el enfoque Hardware (en tanto en cuanto se limita a las instalaciones y/o infraestructuras tecnológicas. Como hemos visto en el caso de Finlandia, la clave de la Sociedad de la Información no reside en las infraestructuras, sino en la capacidad de acceso a la información y la posibilidad de convertirla en conocimiento. Y esto nos lleva a analizar el nuevo paradigma pedagógico, lo que se denomina: Paradigma informacional.

    El Sistema educativo español ante la Sociedad de la Información

    En este punto pretendemos analizar la situación del Estado Español ante la Sociedad del conocimiento y en especial la situación de la educación, por medio de indicadores elaborados por la Unión Europea, la OCDE, el Ministerios de Ciencia, Tecnología y Sociedad y el Ministerio de Educación. Así, nuestro interés es doble: analizar la realidad de la penetración de la Sociedad de la Información en la sociedad española, por un lado, para luego poder establecer una comparación con la Unión Europea y los países más avanzados en estas materias.

    • /Contexto/

    Los informes del World Bank sitúan a España como la novena economía mundial, pero su Índice de Desarrollo Humano (28) lo sitúa en el puesto nº 21, con un índice de 0,913. Algunos de los aspectos críticos de este informe son el Gasto en Educación pública, que suponen un 5,0 % del PNB o el gasto en I+D (como porcentaje del PNB en la década 90-00) que supone un 0,8.

    Podemos apuntar ya como uno de los puntos débiles este 0,8% de inversión en I+D. Castells ha mostrado detalladamente como el éxito de países como los "tigres asiáticos" o economías como la Japonesa residen en altas tasas de reinversión en I+D. Recordemos que mientras las economías del sudeste asiático crecían en ratios del hasta el 8%, su tasa de inversión en I+D crecía paralelamente, hasta el punto que la tasa global de la década 1990-2000 se sitúa en el 2,7 en el caso de Corea, en el 2,8 en el caso de Japón, mientras que en el caso de Singapur fue un 1,1%. Todo esto, en una década con una importante crisis financiera, la primera crisis de la era de la supuesta globalización, que sacudió a medio mundo en 1997-98.

    Por otro lado, el Forum Económico Mundial en su reciente informe anual en el que analiza a los países más competitivos en TICs, sitúa a España en el puesto número 25 del ranking, liderado por Finlandia y los Estados Unidos (29) . Es decir, la economía española no está en el grupo de cabeza de la Unión Europea en lo que a Tecnologías se refiere, como tampoco lo está en el índice de Investigación y Desarrollo.

    • /Datos en e-ducación/

    Cuando nos acercamos a los (pocos y dispersos) datos disponibles acerca del impacto de la Revolución tecnológica en la educación nos encontramos con datos inexactos, contradictorios entre sí y poco claros. La métrica de la Sociedad de la Información llevada a cabo por SEDISI hace unos años (30) ya había alertado que los datos disponibles a este efecto en España eran pocos y malos, de hecho, los indicadores sobre educación no fueron elaborados, tan solo planteados. Y en estos dos años y medio hemos avanzado muy poco en el esclarecimiento de los mismos.

    Creemos necesaria la agrupación de los datos entorno a tres variables clave, a saber, Infraestructuras, Docencia y Actitudes. Estas variables sintetizan por un lado el discurso de los "señores del aire" (o enfoque Hardware) así como la parte de los usuarios (o enfoque software. Incluimos un apartado denominado Actitudes para intentar desvelar las actitudes sociales hacia las TICs y la percepción social de su impacto en la sociedad en los próximos años.

    • /Infraestructuras/…

    Las infraestructuras son el punto básico sobre el que se ha de levantar la Sociedad de la Información, pero ello no implica que la Sociedad de la Información no pueda llegar a desarrollarse en una sociedad sin una infraestructura tecnológica puntera. La tecnología no determina la sociedad, sino que la ambas se interrelacionan constantemente.

    En este caso, diferenciamos entre Infraestructuras de Acceso (conexiones a Internet y conexiones de calidad a Internet) e Infraestructuras de Trabajo, termino este bastante inexacto, pero que ilustra lo que pretendemos significar: el equipo informático/ordenador personal.

    PC.- Las estadísticas varían mucho y no hay datos claros. El informe eEurope 2000 situaba la ratio "alumnos por PC" para España en un 18 (o lo que es lo mismo, por cada 100 alumnos hay un total de 5,3 ordenadores), datos que la Encuesta Piloto (31) del Ministerio de Educación corrobora, ampliando un poco más los datos. Que mostramos en la siguiente tabla.

    En este punto el Eurobarómetro (32) establece para España, por cada nivel de educación un total de 17 PCs para uso educativo. Lejos de la media europea (22) o de países como Suecia (30) o Dinamarca (70.

    Con respecto a la "edad" de los Ordenadores, el límite establecido hasta que un ordenador se considera obsoleto se sitúa en los 3 años. De este modo, los ordenadores usados en la educación directa (es decir, no se computan los que usan exclusivamente los profesores o la administración), en España están obsoletos en un 50% (33) . Aunque curiosamente este es uno de los indicadores más positivos para España, ya que se encuentra justo en la media Europea (un 51,4%.

    En lo que respecta al otro indicador de este apartado, la conexión a Internet, tenemos que hacer referencia a la cantidad de PCs conectados a Internet, así como la calidad de esas conexiones.

    En el año 1999, hace tan solo 4 años, tan solo el 24% de los Centros de Primaria se encontraban conectados a Internet (34) , algo que está cambiando con una velocidad considerable gracias a planes como el Info XXI, que si funcionaron considerablemente mal en otros aspectos, este es uno de sus logros. La Unión Europea (35) establece que en las escuelas que utilizan PCs con fines educativos (es decir, no hace referencia al universo) un total del 80% de los mismos están conectados a Internet, cuando la media de la UE es del 60%, aunque países como Dinamarca o Suecia se sitúen en el 100%.

    La ya citada encuesta piloto da unos datos un poco más "optimistas", en ellos podemos ver que un 90% de los centros educativos están conectados a Internet y nos muestra la calidad de esas conexiones. La mayoría de las mismas funcionan en base a redes RTB o RDSI, mientras que las conexiones ADSL se limitan casi a los centros privados (12% frente a un 3% de los públicos.

      

    Concluyendo, este apartado dedicado a la tecnología en la educación y antes de entrar en el uso que de la misma realiza el alumno y el profesor: Los niveles de penetración de la tecnología en España son muy bajos, un total 18 ordenadores para cada 100 alumnos, a lo que si restamos el 50% obsoleto, nos quedamos con una ridícula cifra de 9 PCs por cada 100 alumnos. Por otro lado, a este triste panorama hay que sumarle las deficientes conexiones (la mitad son RTB), así como un ridículo 5% de ADSL. Por último no podemos dejar de señalar la diferencia entre los accesos de los Centros públicos y los privados, diferencia que de consolidarse en el tiempo supondría un grave problema, ya que el acceso a la Red y a los servicios de la misma dependerán cada vez en mayor medida de una conexión de banda ancha. Pero como advertimos en el capítulo anterior, la educación en la sociedad de la información es algo más que llenar de PCs las aulas o que la enseñanza a distancia por medio de entornos virtuales. Hacer recaer todo el peso de las políticas dirigidas a la potenciación de la Sociedad de la Información desde la educación en la tecnología nos parece un grave error.

    • /Docencia/

    El caso de la docencia es especialmente interesante, ya que en el campo de las tecnologías de la información nos encontramos con que muchos alumnos tienen más conocimiento y práctica en el uso de las mismas que los propios profesores. En este apartado pretendemos analizar los usos o desusos de las TICs en el Aula, así como el nivel de conocimiento de las mismas por parte de los docentes.

    El uso del PC con alumnos en España se sitúa en el 55% (36), pero la pregunta no va acompañada de la frecuencia de uso, algo que nos parece un tanto incomprensible. Ante la pregunta de si este uso del PC es acompañado del uso de Internet el porcentaje se reduce al 31%, muy lejos de la media de la Unión Europea (72% uso de PC y 48 uso de Internet), lo que sitúa a España como el penúltimo país de los 15 en uso de Internet en el aula, por delante, tan solo, de Grecia.

    Los datos varían un poco cuando se acota la pregunta introduciendo la condición de que la asignatura enseñada no sea Informática (53% uso de PC y 29 de Internet. Pero lo que es alarmante es el número de horas utilizando ordenadores en la enseñanza. La pregunta está formulada al universo de profesores y la condición es que no sea impartiendo la asignatura de Informática, la respuesta para España se reduce en un 0,2 (37) que vuelve a situar a España en el vagón de cola de la UE. Sin embargo, entre los profesores que utilizan las TIC en su labor docente existe una actitud muy positiva hacia las mismas, de hecho, tan solo los profesores de Portugal muestran una actitud más positiva. El 75% de los docentes que usan Internet, por poner un ejemplo concreto, cree que Internet es útil como apoyo de su docencia, mientras que un 25% lo encuentra ocasionalmente útil. Resulta cuando menos curiosa esta aparente contradicción entre la percepción positiva hacia su utilización y su escaso empleo. Creemos que la clave de esto está en el nivel de conocimiento de las TICs, que comentaremos en las siguientes páginas.

    El uso del PC por parte del profesor en el aula tampoco está extendido, se reduce a unas 0,2 horas a la semana (38), un porcentaje igual al número de horas en las que el profesor utiliza el PC con los alumnos (39) . Cuando el mismo eurobarometro busca las causas del escaso uso de las TICs:

      

    Más de la mitad de los profesores argumente que no tienen acceso al PC, de hecho, las dificultades parecen ser en mayor medida de carácter Infraestructural (no acceso a PCs, no acceso a software, no soporte técnico) que de usabilidad (un 27% no lo encuentra relevante, alumnos no familiarizados con entornos de PC o incentivos escasos.

    Nos llama la atención al última categoría: "no sabe usarlo", tan solo un 6% afirma que no sabe utilizar un ordenador. En la siguiente tabla, procedente de la Encuesta Piloto del MEC, podemos ver como el 34% de los profesores no alcanza el nivel de usuario en el conocimiento de las TICs. El dato es aún más alarmante si tenemos en cuenta que el Conocimiento a nivel de Usuario es de un 54%. No es difícil, pues, concluir que el profesorado está muy mal formado en las el uso de las TICs y que es necesario cambiar este punto con urgencia. Por otro lado, volvemos a ver nuevamente una diferencia sustancial entre los Centros Públicos y los Centros Privados, con una mejor capacitación en TICs por parte de los Centros Privados. Una vez más argumentamos que es imprescindible convertir a la educación del Siglo XXI en la educación de calidad PARA TODOS, claro que para ello, es necesario abandonar el enfoque centrado simplemente en las infraestructuras y comenzar a construir la educación desde las personas y para las personas.

    • /Actitudes/

    Por último nos gustaría hacer una breve referencia hacia las actitudes que muestran los docentes hacia las TICs y su percepción de la influencia de las TICs en la educación. Como hemos comentado en las páginas anteriores, los docentes españoles son de los más receptivos hacia las TIC en el marco de la Unión Europea. Otro ejemplo igual de claro es la percepción de los docentes acerca del cambio que Internet producirá en la enseñanza. Un total del 52% dicen que ese cambio ya se está experimentando y un 25% afirma que lo hará en los próximos tres años, muy por encima de la media europea.

    Creemos de este modo que la actitud de los docentes hacia las TICs es positiva, y que es urgente emprender medidas que palíen esa falta de capacitación y formación en los docentes, haciendo especial hincapié en la Escuela Pública, intentando evitar crear un modelo dual, con inforicos e infopobres. Para ello es imprescindible la incorporación de asignaturas de importante carga lectiva en las Escuelas de Magisterio, así como en los Cursos de Adaptación Pedagógica. Medida que tiene que ser complementada con un programa riguroso de Actualización y Reciclaje del profesorado ya en activo.

    • /pedagogía informacional/

    … otro reto fundamental es la integración de la capacidad de procesamiento de información y de generación de conocimientos en cada uno de nosotros… la adquisición de la capacidad intelectual necesaria para aprender a aprender durante toda la vida, obteniendo información digitalmente almacenada, recombinándola y utilizándola para producir conocimientos para el objetivo deseado en cada momento. Esta sencilla propuesta pone en tela de juicio todo el sistema educativo desarrollado a lo largo de la era industrial… (40)

    No es lugar este para realizar una genealogía del sistema educativo, pero no es difícil vincular el sistema educativo con la ilustración, la modernidad o con la era industrial. Por ello cuando argumentamos que la modernidad se ha radicalizado (con Giddens (41) y Beck) y ha muerto víctima de su propio éxito es necesario repensar el lugar de la educación en un nuevo entorno social, diferente al que la vio desarrollarse y convertirse en uno de los pilares sociales y de legitimación de desigualdades. Con la llegada del Paradigma Informacional nos encontramos con un cambio sustantivo en la sociedad: cambios en la esfera productiva (producción "flexible" y deslocalización), cambios en el trabajo (trabajo flexible), en la estructura social en definitiva. No podemos dejar de sostener que detrás de estos cambios siempre está una clara voluntad política por llevarlos a cabo, no son cambios sociales "dados". Desde el "viejo" liberalismo hemos podido ver como la naturalización de los procesos de cambio dirigidos desde las esferas del poder eran la herramienta ideológica empleada para legitimar a los mismos y dotarlos de una supuesta autonomía (42) . Queremos dejar claro que detrás de la Globalización Económica hay una clara voluntad política, así como detrás de los procesos de flexibilización del trabajo. Este discurso no ha se ha extendido hacia el Concepto de Sociedad de la Información, que permanece como un punto de convergencia para todas las sociedades, más que una inevitabilidad histórica.

    Pero lo que estamos argumentando es que el Sistema Educativo nació en un contexto radicalmente diferente al actual, con una pretensión diferente, con una lógica interna propia y con unas características que no encajan en la Sociedad Actual. De hecho, muchas veces se ha comentado el ejemplo de la evolución del sistema educativo frente a cualquier otro punto de referencia. Si un obrero de principios de siglo entra en una oficina bancaria, en una fábrica de automóviles… verá como la tecnología ha cambiado la forma de trabajar, entre otras muchas cosas. Pero si un alumno de principios de siglo entra en un aula de nuestro recién estrenado siglo XXI, se encontrará con la misma disposición del aula, los mismos pupitres y hasta en muchos casos el mismo escalón en el que está situada la mesa del profesor. Verá como las relaciones entre Alumno / profesor no han apenas cambiado. Pero también percibirá el cambios importantes cuando salga del aula, sus compañeros estarán interactuando con Teléfonos Móviles (43), hablando de DVDs, ordenadores personales y herramientas como el Correo Electrónico, Chat o Internet. Desde el Siglo XIX hasta el XXI apenas nada ha cambiado en la educación, pero el actual ritmo de cambio y las demandas del modelo de sociedad emergente impiden mantener la escuela tradicional.

    Por ello, y como ya hemos venido manteniendo a lo largo de las páginas anteriores, creemos que es imprescindible realizar un profundo cambio en la educación, un cambio que no se limita a llenar las aulas de cacharos informáticos y de dotar a las escuelas de accesos a Internet. Javier Echeverría ha criticado esta equiparación entre tecnología-Internet con la Sociedad de la Información, el ejemplo que el pone es muy ilustrativo: esta equiparación sería comparable a pensar que la sociedad urbana se reduce a las calles, plazas y vías de comunicación (44). Y es que la visión que se está consolidando de/hacia la Sociedad de la Información es aquella que denominamos de los "señores del aire", por el contrario creemos que el cambio necesario en la Educación se sitúa en el enfoque pedagógico.

    • Definiendo

    Oscar Picardo, Investigador de la Oberta de Cataluyna, define la pedagogía informacional (45) como un nuevo enfoque para comprender el quehacer educativo, ante el cual los docentes y estudiantes deben asumir un nuevo rol de mediación entre la experiencia humana y la información existente, y sobre todo, afirma Picardo, caer en la cuenta de que la información debe ser el punto de partida y de llegada en el proceso de enseñanza / aprendizaje. Nosotros creemos que tal vez sea más pertinente en este punto emplear el término "conocimiento" en lugar de "información", tal como hace Castells en el extracto que hemos reproducido al comienzo de este capítulo.

    De esta definición se derivan algunas consecuencias importantes:

    · Cambio en el rol Docente-Alumno

    · Cambio en la concepción de la escuela como aprendizaje exclusivo de un período de edad

    · Cambio en el monopolio de la verdad por parte de los libros de texto

    · Cambio en el aprendizaje "reproductivo" (aprender para reproducir en un examen)

    Todos estos cambios, enunciados sin ninguna sistematicidad ya que posteriormente analizaremos detalladamente las implicaciones de este paradigma en la educación, pueden recordar al lector a un modelo pedagógico alternativo (si se me permite la expresión) que ya está funcionando en la actualidad. Pensamos en las "Escuelas Democráticas" y su modelo pedagógico, analizado por A pple (46) y Feito.

    Como podemos ver, la pedagogía informacional implica en último término dos ideas centrales que sintetizan su conceptualización: por un lado está "aprender a aprender", con todo lo que esto implíca (diferenciar información relevante, enseñar a aprender…etc) y por otro lo que se ha dado en denominar "lifelong learning" o aprendizaje de por vida. En base a estos dos principios se articula la Pedagogía Informacional, o lo que es lo mismo: en base a estos dos principios se debería articular el Sistema educativo en la (o para la) Sociedad de la Información.

    • /analizando/

    Este modelo supone, como ya hemos comentado, una transformación radical de la educación. Sus implicaciones salpicarían a la totalidad de los bloques que componen el hecho educativo. Así, pasamos a analizar someramente dichas implicaciones capítulo a capítulo: escuela, evaluación, curriculum, docencia, estudiante, didáctica, entorno…

    La Escuela fue concebida hasta ahora como un lugar dividido en aulas cerradas, donde un profesor enseñaba a sus alumnos, donde se enseña mediante una pedagogía bancaria unos conocimientos (pre)establecidos, para su memorización y posterior reproducción. A esto hay que añadirle que la escuela es un lugar cerrado al entorno (47), algo inconcebible en este nuevo macromodelo que estamos proponiendo.

    La concepción del centro escolar debe mudar con urgencia: más que un lugar dividido panópticamente en aulas cerradas, sin comunicación entre sí, el centro escolar debe estar articulado entorno a grupos y equipos de trabajo que sistematicen el exceso de información existente.

    La biblioteca debe tener un lugar central en la Escuela, pero también las aulas de reuniones y las salas de ordenadores. Es vital el trabajo en Internet y con Internet pero, como ya argumentamos anteriormente, no se puede limitar este trabajo a la Internet. Las Redes Educativas Telemáticas (48) (RET) son fundamentales en este caso: son un tipo de Intranets conectadas a internet que permiten realizar visitas guiadas y acotadas, adecuadas en cada caso para alumnos de determinada edad y conocimiento. Existen programas adecuados para realizar visitas guiadas, pero aún no tenemos noticia de ninguna RET establecida en el Sistema Educativo Español.

    Por último, la Escuela debe formar parte de su entorno, no puede ser ajena a el. Sobre todo debe potenciar su situación en la comunidad, ya que tiene que educar también a los mayores, no solo a los niños en edad escolar. Es necesario desmontar la creencia que la escuela es solo para los niños o los jóvenes: la educación tiene que ser una constante en la Sociedad de la Información, por eso la escuela está llamada a ocupar un papel central en la vida comunitaria.

    Cuando pensamos en el Curriculum, pensamos en responder a las preguntas ¿qué se aprende? ¿cómo se aprende? Y ¿cuál es el entorno de aprendizaje? No cabe duda de que es imprescindible reforzar el aprendizaje en nuevas tecnologías (TICs), tanto su usabilidad como sus posibilidades. El conectar potentes equipos informáticos a Internet en las escuelas, como ya hemos comentado, sirve más bien de poco. Es algo similar a realizar un plan estratégico de desarrollo de infraestructuras viarias, dotar a todos los ciudadanos de automóviles, pero no enseñarles a conducir el vehículo o las reglas de circulación. Por ello, es necesario mostrar las potencialidades del uso de las TIC por medio de entornos educativos (RET.

    Si volvemos a la definición de la pedagogía informacional del Prof. Picardo, veremos que el Curriculum tiene que:

     · Partir del conocimiento para volver al conocimiento

    · Generar propio Conocimiento

    · Aprendizaje "en red" o en equipo

    · Con un importante papel de las TIC

    Y con un régimen curricular como el que hemos descrito, es materialmente imposible mantener la tradicional (pero vigente) evaluación del alumno por medio de una nota numérica. En este punto es donde, tal vez, encontramos mayor similitud con las Escuelas Democráticas. Su modelo de evaluación se basa en la elaboración de Portafolios en los que el alumno plasma su trabajo a lo largo del curso. Este Portafolios es posteriormente evaluado por un miembro de la comunidad académica, el tutor del alumno y un miembro de la "sociedad" (generalmente un familiar del alumno). Creemos que este ejemplo de evaluación, tanto en lo que se refiere a la forma de comprobar lo aprendido por el alumno a lo largo del curso como al "tribunal" que realizará esta tarea, puede muy bien asemejarse al tipo ideal de la Pedagogía Informacional.

    Lo que es inconcebible es perpetuar aún mas el actual modelo de memorización y reproducción del conocimiento por medio de exámenes evaluados con notas numéricas en escala 0-10. Nuestra evaluación, en palabras una vez más de Picardo, sería un proceso análogo al aprendizaje y como tal debe considerar variables como la madurez, la responsabilidad, la integridad, etc. Ciertamente, es necesario evaluar la calidez de la información que se maneja y la calidad de la información que se produce.

    Pero antes de concluir con este punto no podemos dejar de recordar la crítica de Bourdieu al sistema educativo, cuando sostiene que la escuela contribuye a reproducir la distribución del capital social y con ello la estructura del espacio social (49). Uno de los métodos empleados para esa reproducción es la evaluación según criterios que la escuela no enseña: escribir correctamente (contenido, no forma), mantener determinadas actitudes en el aula, saber expresar las ideas ordenadamente… etc. Siguiendo esta argumentación, no sería difícil advertir el peligro que supone un modelo de evaluación como el que proponemos, pero creemos que con el correcto cambio de paradigma y con la clave de enseñar a aprender, más que enseñar información o conocimientos, en parte se subsana este punto débil.

    En este entorno, el rol del Docente muda por completo. Ya no es posible que el docente mantenga una posición alejada de la sociedad, alejada de la investigación y meramente reproductiva (en lo que al conocimiento se refiere). El docente tiene que articular a la perfección su mediación entre la Sociedad y el alumno, así mismo tiene que ser el primero en aplicarse la máxima del aprendizaje de por vida, así como no descuidar su labor investigadora. Crear estrategias para acceder a información pertinente y oportuna y para comunicarse en red con otros docentes, son también algunas de las características del nuevo rol del profesor. De hecho, existen ya algunos prototipos de redes de docentes conectados por mail que comparten conocimientos y experiencias. La lista EDUTEC-L, albergada en la Red Académica Española – RedIris, es un fiel ejemplo de ello.

    Aunque no podemos dejar de ser realistas y ver, como analizamos en el capítulo del Sistema Educativo español ante la Sociedad de la Información, que los docentes desconocen en un porcentaje demasiado elevado, las herramientas y estrategias que Internet y las TIC ponen a su disposición.

    El estudiante cambia mucho en su perfil, ya que "todos somos estudiantes" ante el Paradigma de la Pedagogía informacional, aunque bien es cierto que un grupo de edad se dedica en exclusiva a ello. La visión clásica de un estudiante sentado en un pupitre "recibiendo" para luego reproducir debe ser sustituida por un alumno activo, que trabaja en grupo, que sabe acceder a información pertinente y contrastar las palabras de su docente. Pero también es un creador de conocimiento. Todo esto, una vez más, nos recuerda a las Escuelas Democráticas y el rol que el alumno juega en ellas: investiga más que reproduce, trabaja en equipo y busca su propia información relevante.

    En cuanto a la didáctica ya hemos hecho referencia a las RET (redes educativas telemáticas) que posibilitan un aprendizaje en red, pero también tenemos que destacar el soporte multimedia y sobre todo las posibilidades que abre la conexión de alta calidad (ADSL) para la didáctica. Pero todo esto no debe estar en un aula aparte de la escuela, tiene que estar en el propio aula para integrar una plataforma de enseñanza-aprendizaje amigable y constante.

    Por último, tenemos que hablar de la Investigación y de Internet. La vinculación existente entre la enseñanza y la investigación tiene que ser redescubierta, en tanto que la producción de conocimiento exige la Investigación, y la sociedad de la Información exige la generación de Conocimiento. Así, el Docente debe Investigar, pero también enseñar a sus alumnos a investigar y a generar contenidos y conocimientos.

    Pero cuando hablamos de Investigación, normalmente va acompañada del "Desarrollo" (I+D), y ello nos obliga a retomar el tema de la participación y potenciación por parte del estado vía políticas públicas activas. Esta inversión es vital, como hemos podido ver con el caso de Japón o de los países del este asiático, y creemos que el índice español es ridículo. Debe hacernos reflexionar el hecho de que siendo la novena economía del mundo mantengamos un índice de I+D de un 0,8.

    Por último Internet se ha convertido en una herramienta de trabajo y en el icono de referencia de la Revolución Tecnológica, como lo fue el coche de la Segunda Revolución industrial y el Barco de Vapor de la primera. Pero tenemos, en este caso, que ser críticos con Internet, ya que no podemos equiparar Internet a la Sociedad del Conocimiento: Internet tiene que ser objeto de una pedagogía determinada: hay que aprender a usar Internet como herramienta, es un medio, no un fin en sí mismo.

    Conclusiones

    "… no preguntamos al soñador por qué está soñando, no requerimos del pensador las razones de su pensar, pero de uno y de otro querríamos conocer adónde os llevaron, o llevarán ellos, el pensamiento y el sueño, aquella pequeña constelación de brevedades a la que solemos llamar conclusiones… (50)"

    A lo largo de las páginas anteriores hemos diseminado multiples conclusiones que intentaremos sintetizar en estas páginas finales. Nuestro principal argumento es la necesidad de un cambio urgente en la educación, de ello depende situar a la sociedad española como una de las más avanzadas ante la Sociedad de la Información o permanecer en una discreta segunda fila. Nos permitimos retomar el título del reciente "Informe Soto": Aprovechar la oportunidad de la Sociedad de la Información.

    Para ello es necesaria la intervención del estado, a fin de mantener la igualdad de oportunidades y evitar crear una brecha social entre los inforicos e infopobres. Las recientes noticias acerca de la remodelación de las políticas del Ministerio de Ciencia y Tecnología, respondiendo a las recomendaciones de la Comisión Soto, son una buena noticia, aunque tenemos que recordar que dicha comisión estaba formada por lo que aquí hemos llamado "los señores del aire" que reducen su visión a una visión instrumental y economicista.

    El modelo pedagógico que planteamos necesita de un cambio en la forma de concebir la enseñanza, por ello es urgente reformar las escuelas de magisterio y el CAP para introducir estos nuevos criterios, así mismo, es necesario re-educar a los docentes actuales, para que puedan enseñar a aprender.

    Y sobre todo, es necesario que la Sociedad de la Información se construya de cara a los ciudadanos y no hacia la empresa. Creemos que aún estamos a tiempo, ya que todos estos cambios aún se están gestando. De la cumbre para la sociedad de la Información del próximo diciembre en Ginebra dependen muchas cosas, entre ellas una sobresale: La misión de la sociedad civil de tomar la Sociedad de la Información como un medio, no un fin, y de hacer que esta sociedad sea mucho más que un conjunto de Ordenadores conectados por Banda Ancha o Fibra óptica.

    Concluimos este trabajo con un sabor agridulce:

    Por un lado la visión de las oportunidades que la pedagogía informacional puede dar a las sociedades actuales, pero por otro vemos la desastrosa situación de la que parte la sociedad española, con problemas endémicos como su raquítica tasa de I+D. Y no podemos acabar sin mencionar los 848 millones de analfabetos que la UNESCO cifraba en el 2000 (51). Todo un mundo por cambiar, y la educación es un buen punto de partida.

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    Notas

    · [1] – De hecho existe un cada vez mayor número de especialistas que renuncia y rechaza el "nuevo corpus conceptual". El mejor ejemplo, tanto por su claridad como por la argumentación, creemos que puede ser el de Freyssenet (2002).

    · [2] – Siguiendo el trabajo de Picardo (2002.

    · [3] – Para una exposición un tanto más detallada ver: Castells (1997), Lucas Marín (2000) y Mattelart (2002).

    · [4] – Publicado en la desaparecida ENREDANDO.

    · [5] – Castells (1998) pp. 26.

    · [6] – Bell, D. (1975).

    · [7] – Touraine (1972).

    · [8] – Nora, S. Y Minc A. (1978.

    · [9] – En este punto señalar a modo de ejemplo las ayudas del MITI y su programa de creación de las 26 tecnópolis japonesas, o mismo el papel gubernamental no Sillincon Walley americano. Ver Castells e Borja (1997) y Castells y May (1994), un estudio de la gestión de las ciudades en la era de la globalización y una genealogía de las tecnópolis mundiales la segunda.

    · [10] – Masuda (1982).

    · [11] – Ìbid pp. 70-72.

    · [12] – Toffler, A (1980).

    · [13] – Castells, M (1997) pp. 118.

    · [14] – Seguimos aquí sobre todo a Ramonet (1998).

    · [15] – Utilizamos con alevosía y premeditación esta palabra, recordando a R. Barthes: el mito se define por como expresa su mensaje, lo crucial resulta como se dice lo que se dice, distorsionando de esta forma la realidad.

    · [16] – Véase SEDISI (2000); Banco Mundial (2000); Batty y Barr (1994) (cit en Castells 1997); UNESCO/ CIDOC (2000).

    · [17] – Saramago (1998).

    · [18] – OIT (2001) pp. 221.

    · [19] – Castells (1998) pp. 254.

    · [20] – Castells & Himanen (2002).

    · [21] – Por poner algunos ejemplos: Navarro (2000) y Navarro (2002), Held (2000).

    · [22] – Castells & Himanen (2002) pp. 108 y ss.

    · [23] – El último informe del Banco Mundial, 2002/03, presentado en Ginebra en Febrero de este año, Finlandia aparecía a la cabeza del ranking tecnológico, con unos índices que valoran el uso de las tecnologías por parte de los gobiernos, las empresas y los ciudadanos. Banco Mundial (2003).

    · [24] – Echeverría (1999) define a los "señores del aire" como las grandes empresas transnacionales de teleservicios que dominan las siete tecnologías que, junto con las compañías eléctricas, permiten construir y mantener en funcionamiento el espacio electrónico: telefonía, televisión, dinero electrónico, redes telemáticas, tecnologías multimedia, infojuegos y realidad virtual.

    · [25] – MCYT (2003).

    · [26] – Íbid pp. 5.

    · [27] – Telefónica (2000) pp. 31.

    · [28] – PNUD (2002) Indicador que conjuga tres apartados: Salud, Educación y Economía.

    · [29] – WEF(2003).

    · [30] – SEDISI (2000).

    · [31] – MEC (2002).

    · [32] – UE(2002) pp. 34.

    · [33] – UE (2002b) pp. 46.

    · [34] – CE(2000)

    · [35] – UE (2002b) pp. 58.

    · [36] – UE (2002a) pp. 49.

    · [37] – Ibíd pp. 63.

    · [38] – Ibíd pp. 59.

    · [39] – Ibíd. pp. 75.

    · [40] – Castells (2003) pp. 348.

    · [41] – Giddens (1993). Afirma que la modernidad es intrínsecamente globalizadora, de ahí que la Globalización sea una consecuencia de la radicalización de la modernidad.

    · [42] – Andrés Bilbao analiza de forma magistral este proceso durante la formación del liberalismo económico en Guerrero (2002), trabajando con textos como Polanyi (1989).

    · [43] – El trabajo de Taylor & Harper (2001) en este campo es pionero y creemos que muy interesante, ya que pone de manifiesto el valor que entre los jóvenes tiene el Teléfono móvil y sus diferentes funciones.

    · [44] – Echeverría, j (2001).

    · [45] – Picardo (2002).

    · [46] – Apple & Beane (1997) y el capítulo 8 de Feito (2002).

    · [47] – Por poner un ejemplo, la política educativa llevada a cabo por la Xunta de Galicia tras la catástrofe del Prestige y su Marea Negra, así como la Guerra del Golfo, en la que se prohibió hacer alusiones explicitas a estos temas en las aulas, dejando sin sentido los curriculum transversales de "una educación para la paz", "una educación para la tolerancia" y "una educación por la ecología".

    · [48] – Seguimos en este punto a Echeverría (2001).

    · [49] – Bourdieu (1997) pp. 33 y ss.

    · [50] – Saramago, J. (1997) pp. 226-227.

    · [51] – Citado en OIT (2002) pp. 223.

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    Fernando Garrido