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Sobre los mercados finacieros


Partes: 1, 2, 3, 4

  1. Introducción
  2. Origen del Mercado
  3. Mercado Financiero
  4. Mercados financieros en el contexto Venezolano
  5. Principios Básicos de la Economía de Mercado
  6. La asignación de recursos y el mercado
  7. Aplicaciones del análisis de la oferta y de la demanda
  8. Mercado Eficiente
  9. Mercado Internacional de Acciones
  10. Mercado Internacional de Dinero y Créditos
  11. Mercado Internacional de Obligaciones
  12. Mercados de Futuro
  13. Análisis Sectorial
  14. Análisis de casos y problemas
  15. Conclusiones
  16. Recomendaciones
  17. Bibliografía

Introducción

En el desarrollo de este trabajo hemos querido plantear el tema de los Mercados que en la terminología económica es el área dentro de la cual los vendedores y los compradores de una mercancía mantienen estrechas relaciones comerciales, y llevan a cabo abundantes transacciones de tal manera que los distintos precios a que éstas se realizan tienden a unificarse. Ya que el mercado está en todas partes donde quiera que las personas cambien bienes o servicios por dinero, también trataremos de dar algunas pautas y aportaciones para así de esta manera poder servir de ayuda tratando de resolver sus dudas con respecto a este tema. De tal manera que esta investigación le lleva de apoyo para que de alguna manera podamos dar nuestros aportes para incrementar sus conocimientos.

Origen del Mercado

Se remonta a la época en que el hombre primitivo llegó a darse cuenta que podía poseer cosas que él no producía, efectuando el cambio o trueque con otros pueblos o tribus. Se reconoce pues como origen y fundamento la desigualdad que existe en las condiciones de los hombres y los pueblos. El mercado existió en los pueblos y tribus más antigua que poblaron la tierra, y a medida que fue evolucionando, dicha organización desarrollo el comercio el instinto de conservación y subsistencia del hombre hace que procure satisfacer sus necesidades más elementales, luego las secundarias y posteriormente las superfluas. Es así como el desarrollo de los pueblo, obliga al incremento y expansión del mercado llegando en la actualidad a ser una actividad económica de suma importancia para el progreso de la humanidad.

El mercado como la Industria ocupa un lugar cada vez más importante en la Sociedad moderna. El número y extensión en sus operaciones, su acción de satisfacer las necesidades de la vida humana el incremento de trabajo, la creación de nuevas fuentes de producción y comercialización, las comunicaciones rápidas entre las diversas regiones del mundo han extendido las relaciones comerciales.

Los centros de producción han aumentado los precios, y luego se ha nivelado como resultado de la competencia, favoreciendo el aumento del consumo y el desarrollo permanente cada vez más de la una sociedad moderna.

Mercado Financiero

El Mercado Financiero es el lugar, mecanismo o sistema en el cual se compran y venden cualquier activo financiero.

Los mercados financieros pueden funcionan sin contacto físico, a través de teléfono, fax, ordenador. También hay mercados financieros que si tienen contacto físico, como los corros de la bolsa. La finalidad del mercado financiero es poner en contacto oferentes y demandantes de fondos, y determinar los precios justos de los diferentes activos financieros. Las ventajas que tienen los inversores gracias a la existencia de los mercados financieros son la búsqueda rápida del activo financiero que se adecue a nuestra voluntad de invertir, y además, esa inversión tiene un precio justo lo cual impide que nos puedan timar. El precio se determina del precio de oferta y demanda. Otra finalidad de los mercados financieros es que los costes de transacción sea el menor posible. Pero debemos insistir en que la finalidad principal es determinar el precio justo del activo financiero, ello dependerá de las características del mercado financiero. Cuanto más se acerque un mercado financiero al ideal de mercado financiero perfecto, el precio del activo estará más ajustado a su precio justo.

Característica de los mercados financieros.

Amplitud: número de títulos financieros que se negocian en un mercado financiero. Cuantos más títulos se negocien más amplios será el mercado financiero.

Profundidad: existencia de curvas de oferta y demanda por encima y por debajo del precio de equilibrio que existe en un momento determinado. Si existe gente que sería capaz de comprar a un precio superior al precio y si existe alguien que está dispuesta a vender a un precio inferior.

Libertad: si existen barreras en la entrada o salida del mercado financiero.

Flexibilidad: capacidad que tienen los precios de los activos financieros, que se negocian en un mercado, a cambiar ante un cambio que se produzca en la economía.

Transparencia: posibilidad de obtener la información fácilmente. Un mercado financiero será más transparente cuando más fácil sea obtener la información.

Un mercado cuanto más se acerque a esas características, más se acerca al ideal de mercado financiero perfecto. No existe ningún mercado financiero que sea perfecto. Nunca vamos a estar seguros de que el precio de mercado refleja su valor justo. El concepto de mercado financiero perfecto aparece como unidad de medida, para comparar los distintos mercados financieros.

Características del Mercado Financiero Perfecto:

  • Gran cantidad de agentes que intervienen tanto por el lado de la oferta como por el lado de la demanda. De forma que nadie puede influir en la formación del precio del activo financiero.

  • Que no existan costes de transacción, ni impuestos, ni variación del tipo de interés, ni inflación.

  • Que no existan restricciones ni a la entrada ni a la salida del mercado financiero.

  • Que exista perfecta información, que todos sepan lo mismo.

  • Los activos sean divisibles e indistinguibles.

Clasificación de los mercados financieros.

Directos e Indirectos:

Directos: las familias van directamente a las empresas y les ofrecen sus recursos.

Indirectos: cuando en el mercado aparece algún intermediario (agentes financieros, intermediarios financieros).

Libres y Regulados:

Libres: no existe ninguna restricción (ni en la entrada, ni en la salida del mercado, ni en la variación de los precios).

Regulados: existen ciertas regulaciones o restricciones, para favorecer el buen funcionamiento del mercado financiero.

Organizados y No inscritos:

Organizados: cuenta con algún tipo de reglamentación.

No inscritos: no cuentan con una reglamentación (OTC o extrabursátiles).

Primarios y Secundarios:

Primarios: las empresas u organismos públicos obtienen los recursos financieros.

Secundarios: juego que se realiza con las acciones entre los propietarios de los activos financieros (revender o recomprar activos financieros).

Centralizados y Descentralizados:

Centralizados: existe un precio único y, básicamente, un lugar único de negociación (mercado continuo español).

Descentralizados: existen varios precios para el mismo activo financiero (las bolsas de valores en España).

Dirigidos por Órdenes o por Precios:

Dirigidos por Órdenes: mercado de valores en España, tanto continuo como las bolsas. (Ejem: te ordeno que compres esas acciones cuando bajen a 3000 ptas por acción).

Dirigidos por Precios: es importante la figura del creador de mercado, que se dedican a dar precios de compra y de venta, entonces uno compra o vende según le parezca pero al precio lanzado al mercado. Este proceso da liquidez al mercado. (Ejem: el creador compra a 190 y vende a 200).

Monetarios y de Capital:

Monetarios: mercados al por mayor donde se "negocian títulos a c.p." y los volúmenes de negociación son muy elevados (Mercado de Deuda Pública Anotada).

De Capital: se negocian títulos a más l.p.

Mercados financieros en el contexto Venezolano

La economía para el ciudadano corriente no es fácil de entender, a menos que se pueda aplicar estrictamente pegada al sentido común, lo que no es frecuente, especialmente en cuanto al significado práctico de los índices económicos. Cierto diario Capitalino publicó unos comentarios en donde expone que el venezolano común quizá no muestra todo su valor. Afirmaba que el ingreso familiar del venezolano cubre 37,1% de la canasta básica, según los datos recogidos por el Cenda (Centro de Documentación y Análisis para los Trabajadores), información que ilustra la disminución de nuestro poder adquisitivo, al menos en cuanto a la canasta básica.

Por otra parte, el Banco Central ratifica que el Sistema de Bandas y la Oficina de Asesoría Económica del Congreso, al igual que bancos de inversión y organismos multilaterales afirman que el bolívar está sobrevaluado 35,8% de acuerdo al cálculo de la paridad de compra con las monedas de los 16 principales socios comerciales del país. Días antes el Banco Central había informado que la inflación durante 1999 había alcanzado alrededor de 20%, considerándolo muy exitoso si se la comparaba con la del año 1998 que a su vez había sido inferior a la de 1997 y que espera además que este año llegue a sólo un dígito.

Para el ciudadano corriente que sólo dispone de su sentido común esos índices e informaciones resultan contradictorios y difíciles de entender en conjunto, lo que debe ser posible.

Qué pasaría si todos esos índices: inflación, poder adquisitivo, sobré valuación del bolívar, etcétera, se integraran en uno solo o al menos se indicara su influencia mutua o en cada uno de ellos la inflación, por ejemplo, lo que suponemos se podrá hacer en la práctica; asimismo la sobré valuación del bolívar debería permitir bajar o mantener el precio de algo de lo que adquirimos cada día, aun o sobre todo, en los productos que conforman la cesta básica que tienen muchos componentes importados. Sin duda estas informaciones se correlacionan y el ciudadano común, sin comprender completamente, intuye que algo falta en la información oficial que le llega a través de los medios. Nos hacemos preguntas, pero no estamos en capacidad de analizar y sacar conclusiones.

Características del Mercado Venezolano

Naturaleza y características de la cultura democrática del venezolano

Podríamos decir que en Venezuela, así como en América Latina en general, ha prevalecido al menos desde la década de los años 30 del presente siglo una cultura basada en una visión colectivista y redistribuida que privilegia los elementos valorativos de "solidaridad" e "igualdad" que tiende a liberar al individuo de la necesidad de elegir y competir, y lo lleva a acogerse a la protección de otra voluntad. Se trata de una concepción que contrasta abiertamente con aquella derivada de la tradición anglosajona, la cual ha contribuido a desarrollar una cultura de tipo más individualista, que se centra en el valor de "libertad" y que propicia en los individuos una conducta de mayor responsabilidad y participación ciudadana, disponiéndolos a tomar decisiones y realizar escogencias por sí mismos.

Ciertamente, los estudios realizados hasta el momento en Latinoamérica aunque no son muy específicos en cuanto a los valores culturales propios de cada país, muestran un perfil cultural bastante común, cuyas características psico-sociales son las siguientes, según el especialista venezolano Alfredo Keller.

1) Presencia de una fuerte tendencia generalizada a percibir el entorno como algo que cambia sin que se le pueda controlar, razón sobre la cual se ha nutrido el fenómeno del paternalismo de Estado y, por derivación, de una fuerte relación de dependencia del ciudadano hacia las estructuras sociales dominantes.

2) Bajos niveles de confianza en las instituciones dado el carácter paternalista e instrumental de las relaciones del individuo con la sociedad.

3) Fuerte personalidad autoritaria que refuerza o magnifica la necesidad de sociedades dominadas por superestructuras poderosas, referidas a la concepción del Estado y a las demandas de un orden previsible.

4) Doble racionalidad entre el discurso y los hechos que pone de relieve la conflictividad entre las costumbres y las normas que explica, en buena medida, las dificultades para asumir compromisos colectivos bajo marcos jurídicos comunes.

5) Cierta sobré valoración del "yo" dentro de una cultura mágico-religiosa destinista e igualitaria que, en conjunción con la externalidad del control, deriva en actitudes que privilegian relaciones basadas en la solidaridad sobre las relaciones de productividad y que llevan, por ejemplo, a considerar la competencia como una cosa indeseable.

6) Dominio de lo emocional sobre lo racional, y permanente conflicto entre la esfera de intereses variables y los normativos, por la superioridad de aquellos sobre éstos.

7) Bajo nivel de información y superficialidad en los niveles cognitivos.

8) Finalmente, un cuerpo hiperbólico y acrítico de creencias sobre el entorno, reflejo de los bajos índices de conocimiento e información.

Estas características psico-sociales que conforman una base cultural cuyos orígenes deben buscarse en nuestras herencias y tradiciones políticas, económicas, sociales, religiosas y ético-morales propias de cada nación latinoamericana pero que en general nos identifican como sociedades de fuertes tendencias autoritarias, dependientes y clientelares se nutren, a su vez, de un cuerpo de creencias sumamente arraigado que refuerza la necesidad de un Estado todopoderoso y redistribuidor, a la par que desalienta las iniciativas personales y competitivas.

Todo ello explica, en gran parte, el desarrollo en América Latina y en Venezuela en particular de sistemas políticos acentuadamente presidencialistas, centralistas, populistas y partidistas, de modelos económicos de naturaleza rentista y de intervencionismo de Estado, y de sistemas sociales poco estructurados, con niveles bajos de asociación, organización, participación y pluralismo. Este es el caso, precisamente, de la democracia que se instaura en Venezuela a partir de 1958, cuyas bases sociopolíticas básicas se establecieron entre los años 1945-1948.

Y es a este perfil cultural que también se deben como veremos más adelante las resistencias a los cambios por una economía abierta y una democracia apegada realmente al Estado de Derecho, más participativa y moderna, que se han producido en prácticamente todas nuestras sociedades latinoamericanas. De hecho, las inevitables reformas económicas y políticas producto de la globalización mundial en sus aspectos de liberalización y democratización introducidas en la mayoría de los países de la región a partir de finales de la década de los ochenta, fueron al menos en un principio rechazadas por sus respectivas poblaciones (como ha sido el caso venezolano en 1989 y 1993) y posteriormente aceptadas pero bajo un contexto de autoritarismo abierto (caso chileno con Pinochet) o de autoritarismo velado al estilo civil (siendo el caso del régimen Fujimorista en Perú el más destacado).

Para entender cabalmente la naturaleza de la cultura democrática venezolana se hace necesario explicar, aunque sea muy brevemente, el modelo o proyecto democrático que nace en 1958 y que entra en crisis a partir de la "década perdida" de los 80, ya que ambos están íntimamente vinculados. Este modelo de democracia se caracterizó en el ámbito político por ser un sistema altamente partidista en virtud de que los principales partidos políticos del status (Acción Democrática y Copei) monopolizaban el proceso político, jugaban el rol tanto de mediadores principales, y casi únicos, entre el Estado y la Sociedad Civil como de canales de agregación y articulación de intereses sociales. Se trataba a su vez de una democracia pactada y populista porque funcionaba sobre la base de un esquema complejo de negociación y acomodación de intereses acordado por las elites políticas y sociales del país, y porque se basó en el reconocimiento de la existencia de una pluralidad de intereses sociales, económicos y políticos, así como en la necesidad de su incorporación en el nuevo sistema.

El sistema político era de carácter populista, además, porque su ideal giraba en torno a un gobierno que respondiera en grado máximo a los deseos y preferencias efectivas de la mayoría de los electores, aun cuando este populismo estuvo signado por fuertes rasgos demagógicos y clientelares. el ámbito económico, el sistema democrático del 58 se basó en un modelo de desarrollo capitalista de Estado dado que ese Estado jugaba un papel central en la estructuración de las principales coordenadas de la nación al fungir como propietario de la fuente principal de recursos (el petróleo) y como agente de distribución de la riqueza nacional. De allí que la renta petrolera haya sido el factor dinamizador de la economía, mientras que el sector privado cumplía un papel secundario.

Este modelo estadista fue orientado a la diversificación del aparato productivo nacional de manera de sustituir productos importados por el establecimiento de industrias productoras o ensambladoras de bienes terminados (modelo cepalista de sustitución de importaciones), proceso también financiado por la renta petrolera. Por último, en vista de las características político-económicas señaladas, el sistema social venezolano manifestó un carácter de extrema dependencia del Estado y los partidos políticos. La creación por parte del Estado de una extensa y compleja red asistencial que se ejercía y funcionaba esencialmente a través de los partidos políticos, produjo una sociedad civil débil, basada en pocas organizaciones no partidistas y con un nivel precario de institucionalización, asociación y participación.

Ahora bien, es preciso señalar que dentro del proyecto específico de democracia se garantizaron formalmente los valores fundamentales de una cultura democrática moderna al estilo occidental. La libertad, la igualdad y la justicia quedaron consagradas en la Constitución de 1961. Después de diez años de dictadura, la libertad se convirtió en el valor fundamental, especialmente en la esfera de los derechos individuales, sociales y políticos; sin embargo, la libertad económica estuvo contraía por muchos años en virtud de las facultades y funciones desproporcionadas que se le dio al Estado en materia económica.

La libertad de expresión, el derecho de libertad política y el derecho al voto fueron los valores más desarrollados. La igualdad fue especialmente atendida en el ámbito social, no obstante siempre asociada más a la búsqueda de la igualdad de recursos (con un marcado sesgo redistributivo y colectivista) que a la igualdad de oportunidades.

La sistematización de la distribución por parte del Estado, aunque no fue necesariamente equitativa, (y consecuencia sin que ello haya significado una sociedad más igualitaria) permitió un mayor bienestar colectivo. La justicia, aun cuando fue proclamada como el gran ideal democrático, fue en la práctica el valor menos atendido e inculcado. De hecho, la igualdad para acceder oportuna y eficazmente a la solución jurídica de conflictos fue poco asegurada por un sistema de administración de justicia que perdió aceleradamente independencia, autonomía y eficacia.

En este modelo democrático también se garantizó y desarrolló el pluralismo no sólo entendido en términos estrictamente políticos (existencia de una sociedad conformada por diversos grupos políticos y centros de poder) sino como actitud cívica respecto a la diversidad de ideas y posiciones, de tolerancia, moderación y diálogo para el manejo de las diferencias, divergencias y antagonismos. La actitud participativa se dio principalmente en el ámbito político dando lugar a niveles altísimos de participación partidista y electoral. Pero la participación económica y cívica fue precaria porque se llevó a cabo casi en forma exclusiva por intermedio de los partidos políticos, y en consecuencia fue poco activa y efectiva. La actitud de responsabilidad ciudadana y de rendición de cuentas entre el Estado y la sociedad fueron, sin embargo, prácticamente inexistentes.

Pero con todas sus debilidades y diferencias con respecto al ideal democrático occidental, entre 1958 y 1989 (aunque lógicamente estas fechas son imprecisas) prevaleció en Venezuela una cultura democrática y en estrecha correspondencia con la evolución del sistema político y el modelo socioeconómico aquí esbozado. Una cultura en donde los rasgos populistas, estadistas, nacionalistas, centralistas, rentista fueron los predominantes, pero en la que también se desarrollaron los valores y actitudes de libertad, pluralismo, competencia e individualismo.

Esta cultura fue sólida en el sentido que existía un gran apoyo y confianza hacia el ideal de la democracia y su sistema por parte de la mayoría de la población venezolana, a pesar de la oposición y critica a determinados gobiernos o formas de gobernar (Torres 1990). Sin duda, este basamento cultural fue un factor de suma importancia en el proceso de estabilidad, consolidación, legitimidad, alternabilidad y gobernabilidad democrática del Estado-nación venezolano, y un paso de avance significativo con relación a la cultura política prevaleciente durante los períodos autoritarios del siglo XX.

Integración del Mercado Latinoamericano

El proceso de integración regional es un elemento fundamental para insertarnos en la globalización. Ciertamente la integración regional es una de las salidas estratégicas en Latinoamérica, para aumentar la escala de nuestros mercados, para sumar recursos y para complementarnos. Esto se ha visto no sólo en materia estrictamente comercial, sino también en materia financiera. En tal sentido, la integración regional juega un papel importante, pero vista como un proceso abierto, como un proceso integrado a esa internacionalización de los mercados de los que hemos estado tratando.

El rol preponderante de las corporaciones transnacionales, en el campo de la reestructuración o regionalización industrial, se visualiza especialmente con relación a las dos áreas principales, en las cuales se ha incrementado la competencia internacional, el comercio y la inversión directa. Justamente aquí, es donde se expresan las tendencias que impulsan la competencia internacional y lo que lleva a la regionalización e integración con los mercados.

En este sentido, el crecimiento económico y la transformación sería acompañada por un cambio en los patrones de las ventajas comparativas, relativas y absolutas de cada país. Las empresas transnacionales que actúan en el mercado global deben concebir e implementar estrategias específicas para cada uno de los tres más importantes mercados que componen la tríada, específicamente con relación al diseño de los productos, el mercadeo y distribución, la red de abastecimiento, finanzas, comercio e inversión externa.

Las industrias de alta tecnología que se convierten en las empresas líderes de la competencia global no están igualmente distribuidas entre los países. Esto implica, muchas veces, que ante un incremento de la competencia, los gobiernos se sientan impulsados a generar políticas diseñadas para alcanzar o mantener sectores económicos competitivos, al mismo tiempo que generan medidas que dificultan el desarrollo de los negocios de las empresas "extranjeras".

Economía Venezolana en el Mundo

Venezuela sigue una política de acercamiento con la región Asia-Pacifico, particularmente, el ámbito económico. Esto ha llevado al fortalecimiento de las relaciones diplomáticas con los países del área así como a la concertación en Venezuela entre organismos públicos, empresas estatales y el sector privado, a fin de crear una conciencia nacional sobre la potencialidad que representa el vasto mercado asiático. En lo multilateral, se ha planteado la búsqueda de mayores intercambios institucionales entre organismos latinoamericanos como la Comunidad Andina y el Grupo de Río con organizaciones asiáticas como la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN).

Las potencialidades de Venezuela en Asia Pacifico se sustentan principalmente en el sector energético. Las economías de la región, con elevados y sostenidos crecimientos económicos, requieren cada vez de mayor energía. Se calcula que su demanda de petróleo y derivados aumenta anualmente en un 10%, lo que implica para este año, requerirán de 5 millones de barriles diarios adicionales. Para esa fecha, Asia-Pacifico estaría consumiendo mas petróleo que América del Norte. Esto representaría un cambio gradual en la configuración del mercado petrolero internacional, a medida que los países asiáticos jueguen un papel cada vez más importante en el comercio y la inversión petrolera. Como país eminentemente petrolero, esta realidad abre numerosas posibilidades para Venezuela.

a) Relaciones comerciales

Actualmente, Venezuela posee un limitado intercambio comercial con los principales socios comerciales asiáticos de América Latina (en orden decreciente, Japón, Corea del Sur, Hong Kong, China, Taiwán, Singapur y Malasia). Venezuela es apenas el séptimo socio comercial de Asia-Pacifico, detrás de Argentina, Brasil, Chile, México, Panamá y Perú. Para 1996, el intercambio comercial de Venezuela con los países de Asia-Pacífico llegó a US$1.200 millones, siendo Japón el principal socio, con un comercio bilateral estimado en US$700 millones.

Sin embargo, se espera que la complementariedad existente y el considerable interés demostrado por los principales países asiáticos en la oferta exportable venezolana de petróleo, orimulsión, acero, mineral de hierro, aluminio y productos petroquímicos impulse las relaciones económicas.

En 1996, las exportaciones tradicionales (petróleo, derivados del petróleo y hierro) sumaron aproximadamente US$400 millones en comparación con un monto de US$154 millones en 1993. Las exportaciones no tradicionales fueron de 200 millones de dólares en 1996, lo que significó una reducción de 45% respecto a 1995, cuando alcanzaron a US$359 millones. En 1994 habían sido de US$303 millones y en 1993 de US$264 millones. La disminución en las exportaciones no tradicionales hacia el Asia significó que su participación en el total de las exportaciones no tradicionales venezolanas descendiera a 5%, después de haber alcanzado en años anteriores porcentajes de 7% y 8%.

Japón es el principal destino de las exportaciones venezolanas en la región. En las no tradicionales tiene una participación que oscila entre el 82% y el 72% entre 1993 y 1996. Este último año presentó el menor porcentaje del período, pues las exportaciones descendieron a US$143 millones, lo que representó una caída de 51% respecto a su valor en 1995, cuando fueron de US$293 millones. Los otros dos países de la región hacia los cuales se registran exportaciones no tradicionales de cierta significación son Corea y Taiwán. La participación conjunta de ambos en el total es superior al 20%. Sin embargo, el comportamiento de las ventas hacia uno y otro destino ha sido diverso. Mientras las destinadas a Corea han tendido a aumentar, las dirigidas a Taiwán han disminuido notablemente. Estos últimos, que en 1993 llegaron a US $44 millones, fueron de solo US$20 millones en 1996.

Para el resto de los países de la región Asia-Pacífico se registran exportaciones no tradicionales de montos pequeños y muy variables, que fluctúan alrededor de los US$5 millones o cifras aún menores.

Las importaciones venezolanas provenientes de Asia fueron en 1996 de US$585 millones, de las cuales US$552 millones (94%) se originaron en la región Asia-Pacífico. También en las importaciones se registró una disminución respecto a años anteriores. Además, hubo un comportamiento errático de las mismas, que probablemente refleja la evolución de la demanda venezolana. En 1993 fueron de US$1.190 millones, en 1994 de US$697 millones y en 1995 de US$942 millones.

Japón es el principal país de origen de las importaciones venezolanas provenientes de los países asiáticos del Pacífico. La participación de los productos japoneses en el total de las importaciones venezolanas fue en todos lo años considerados superior al 54% y en 1993 de 69%. Corea y Taiwán son los dos países que le siguen en importancia, en cuanto al valor de las importaciones. La participación de ambos países en el total de las provenientes de la región ha tendido a aumentar. En 1996 era de 16,5% para Taiwán y de 11,6% para Corea.

Del resto de los países, destacan las importaciones originarias de Nueva Zelanda- básicamente leche– que han venido creciendo consistentemente y en 1996 representaron un 10% de las provenientes de la región (US$55 millones). También son significativas las originadas en Hong Kong y Singapur. En el caso de Hong Kong éstas han disminuido radicalmente entre 1993 y 1996 al pasar de US$133 millones a US$9 millones entre ambos años. En el de Singapur también han disminuido, pero en menor proporción. En todos los otros orígenes se registran importaciones inferiores a US$10 millones durante el período considerado.

Las perspectivas de las exportaciones venezolanas en la región Asia-Pacífico son favorables. Las más auspiciosas son las de la Orimulsión, un bitumen producido por la empresa estatal BITOR, que sirve para la generación de energía en plantas eléctricas. Las reservas de este crudo extra pesado se calculan en aproximadamente 280 mil millones de barriles. El crecimiento económico de Asia Pacifico en los próximos veinte años requerirá la creación de numerosas plantas eléctricas. Si BITOR logra captar una fracción de este nuevo mercado, los beneficios para Venezuela serían considerables. Esta filial de la compañía petrolera nacional, PDVSA, está realizando una intensa campaña de penetración del mercado asiático, enfocada principalmente en China, Japón, Corea del Sur, Tailandia y Taiwán.

Actualmente la producción anual de Orimulsión es de 5 millones de toneladas. Dentro de apenas tres años, Asia-Pacífico podría estar importando 3 millones de toneladas. Japón ya importa un millón de toneladas métricas anualmente y existe la posibilidad de aumentar el suministro a cinco millones de toneladas por año. Con China, se firmo a principios de 1997 un contrato para la venta de un millón de toneladas anuales, por un período de cinco años. Para el año 2005, se proyecta cuadruplicar la producción anual de Orimulsión, para llegar a 20 millones de toneladas. De continuar la tendencia actual, la región podría estar importando la casi totalidad de esta producción.

b) Inversiones

En la captación de inversiones provenientes de la región Asia-Pacífico Venezuela ha materializado acciones concretas y promisorias. En 1997, se comprometio considerables inversiones por varios miles de millones de dólares, centradas en los sectores energético y minero.

Las principales son:

CHINA: La Corporación Nacional China de Petróleo ganó, en 1997, dos importantes licitaciones en la tercera ronda de apertura petrolera. Estos dos convenios operativos, con la compañía petrolera nacional, PDVSA, significarán una inversión de US$358 millones y constituyen el primer paso de ese país en la relación bilateral energética. Además, próximamente se firmará un convenio de asociación para construir un módulo con la capacidad de producir 100.000 barriles de Orimulsión, a un costo de US$320 millones. Existe la posibilidad de que el convenio puede extenderse hasta tres módulos adicionales con similares características.

AUSTRALIA: La principal empresa australiana especializada en los sectores de minería, energía y comunicaciones -Broken Hill Propietary- firmó, también en 1997, un contrato de asociación con dos empresas venezolanas -SIVENSA y Ferrominera del Orinoco- para la construcción de una planta productora de briquetas de hierro para el mercado suramericano y estadounidense. El monto total de la inversión australiana es de aproximadamente US$650 millones.

COREA DEL SUR: En mayo de 1997, comenzó la construcción de una planta llamada POSVEN para producir briquetas de hierro. El 70% de la composición accionaria pertenece a cinco empresas surcoreanas, principalmente la Pohan Steel and Iron Company (POSCO) con un 40%. El monto total de la inversión asciende a US$3.400 millones. Corea del Sur mantiene, además, importantes inversiones en el país, principalmente en los sectores automovilístico y siderúrgico. Adicionalmente, importantes compañías surcoreanas, japonesas y australianas han formado consorcios para participar en los procesos de privatización de los sectores siderúrgico y del aluminio. En éste último, Japón ha tenido una participación importante desde los años setenta.

c) Relaciones político-diplomáticas

Venezuela mantiene una activa presencia en Asia Pacífico. Existen relaciones diplomáticas con veinte países; hay siete embajadas, un Consulado General en Hong Kong y, recientemente, se nombró un Cónsul Honorario en Bangkok. Las relaciones se estructuran en torno a cinco polos principales de acuerdo al nuevo mapa económico de Asia Pacifico: Japón; China; los países de reciente industrialización; los miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN); y los países de Oceanía. Adicionalmente, se hace seguimiento a los dos principales mecanismos de integración: la APEC y la ASEAN.

Desde principios de los años noventa, se observa un gradual acercamiento entre América Latina y Asia Pacifico y una intensificación de intercambios de alto nivel que refleja la creciente y mutua concientización sobre las potencialidades económicas existentes entre ambas regiones. Dentro de este contexto, Venezuela ha demostrado interés en fortalecer sus relaciones con la región Asia Pacífico. En 1997, el Ministro de Relaciones Exteriores, realizó una gira por cuatro países de la región: Japón, China, Corea del Sur e Indonesia. Esta constituyó la Visita Oficial más ambiciosa emprendida por un Canciller venezolano a esa región. En el transcurso de sus reuniones, el Canciller transmitió las posibilidades existentes para el inversionista asiático. El Canciller viajó acompañado por una nutrida delegación de empresarios del sector privado y de empresas estatales y apoyó activamente las gestiones que realizan en los mercados asiáticos. Configuraciones de riesgo: la posición de los países latinoamericanos

Como ya se indicó, la crisis asiática ha generado una creciente desconfianza respecto de las economías emergentes. Así, las perspectivas de éstas en 1998 estarán en gran medida determinadas por las percepciones de los inversores y analistas internacionales. Estos evalúan las economías emergentes a la luz de una serie de criterios: nivel de desarrollo, potencial de crecimiento, situación en materia de equilibrios macroeconómicos interno y externo, riesgo político y credibilidad de la política económica, estado del sistema bancario.

Como era de prever, la tipología resultante da cuenta de la crisis que afecta a las economías asiáticas y de sus principales consecuencias. Esto se advierte en la configuración de los ejes. El eje horizontal resume las variables asociadas al desempeño macroeconómico interno (crecimiento en el período 96-97, inflación y situación de las finanzas públicas principalmente), a las que se suman las variables más cualitativas que dan cuenta de la percepción del riesgo político y de la credibilidad de la política económica, así como el estado de los sistemas bancarios. Este eje separa los países que gozan de una muy buena reputación en los mercados internacionales apoyada en la solidez de sus bases macroeconómicas.

El eje vertical distingue las economías en función de su evolución reciente a nivel de las tasas de cambio (fuerte depreciación real o, al contrario, relativa estabilidad cambiaria) y de su grado de vulnerabilidad financiera externa, expresado por la importancia de su déficit corriente y por la solidez de su posición externa (relación entre las reservas internacionales y la deuda externa de corto plazo).

En la medida en que las turbulencias desatadas por la crisis asiática no se han apaciguado, parece lógico que un factor de discriminación importante esté dado por la credibilidad financiera externa. Así, como ya se señaló, el grupo 1 está constituido por los países menos amenazados por la crisis. Si la pertenencia de Taiwán a este agrupamiento (menos afectado por los problemas de sus vecinos), de Hong Kong (que resistió exitosamente al ataque especulativo de fines de octubre) y de Chile (único país latinoamericano del grupo) parece lógica, el caso de Malasia puede llamar la atención. Sin embargo, su presencia en este grupo refleja una credibilidad financiera superior a la de los países asiáticos más afectados por la crisis que es consistente, como se verá más adelante, con el débil incremento sufrido por los spreads de sus euro-obligaciones.

Aunque muy heterogéneo, el grupo 2 está conformado por economías relativamente sólidas pero que son vulnerables debido a su elevado endeudamiento externo y al desequilibrio comercial externo potencial que, en la mayor parte de los casos, las caracteriza. Argentina, México, Uruguay (que no se analiza en este estudio) y Venezuela son los países latinoamericanos que forman parte de este grupo.

Por su parte, el grupo 3 está definido por los rasgos de los países que constituyen el epicentro de la crisis (Tailandia, Indonesia, Corea del Sur y Filipinas): fuerte depreciación de las monedas nacionales y un grado de vulnerabilidad financiera externa que sigue siendo sumamente elevado. Obviamente, ningún país latinoamericano forma parte de este grupo.

Finalmente, el grupo 4 se caracteriza por desequilibrios macroeconómicos diversos, junto con una situación de volatilidad financiera potencial. Tres países latinoamericanos forman parte de este grupo (Brasil, Colombia y Perú).

De todas formas, en un contexto de crisis y gran volatilidad, la tipología resultante no es estable y, por lo tanto, no ofrece elementos que permitan evaluar las trayectorias previsibles.

La mejoría relativa de los países latinoamericanos en este plano no es sólo el resultado mecánico del deterioro de la situación de los establecimientos financieros asiáticos. Ella refleja también los progresos realizados en los dos últimos años: aunque convalecientes tras las crisis de 1994-95, los sistemas bancarios latinoamericanos se caracterizan por un vasto proceso de reestructuración que se acompaña de una paulatina mejoría de sus indicadores del comportamiento económico. Comercio exterior perspectivas poco favorables

Aunque la dependencia comercial global de América Latina con respecto a los países asiáticos es relativamente baja (alrededor del 10 % de las exportaciones totales tienen ese destino), ciertos países de la región presentan un nivel importante de comercio con Asia.

En efecto, un porcentaje significativo de las exportaciones totales de Chile, Perú y en menor medida Brasil y Argentina se dirigen a los países asiáticos. Aunque todos ellos se verán afectados por la fuerte caída del crecimiento asiático, en los casos de Perú y sobre todo Chile, el comercio constituye uno de los principales canales de transmisión de la crisis.

Es interesante notar que en los primeros ocho meses de 1997 las exportaciones latinoamericanas hacia Asia se aceleraron significativamente. Probablemente, esto refleja el hecho que los importadores asiáticos, anticipando las devaluaciones, adelantaron sus compras externas. La fuerte caída de las importaciones asiáticas del mes de septiembre confirma esta hipótesis.

Este fenómeno se observa claramente en el caso de Chile. Mientras que en el mes de agosto de 1997 más del 40 % de las exportaciones se dirigieron hacia el mercado asiático, en septiembre esta proporción cayó al 34 %. El adelanto de compras preanuncia una caída aún más fuerte de las importaciones de la región asiática, superior a la inducida por la disminución del crecimiento.

La consideración simultánea de las fuentes de vulnerabilidad interna y de los canales directos de transmisión internacional de la crisis asiática examinados en este trabajo permite evaluar de manera más precisa el impacto del contexto actual sobre cada uno de los países latinoamericanos considerados.

Por un lado, Argentina, Brasil y Perú aparecen como los países potencialmente más afectados. Los dos primeros se ven fragilizados por la magnitud de sus necesidades de refinanciamiento, mientras que el tercero es sobre todo afectado por su inserción comercial externa. Además, la posición de Brasil se ve deteriorada por la fragilidad global resultante de los desequilibrios macroeconómicos que el plan lanzado el 10 de noviembre de 1997 intenta corregir.

Por otro lado, Colombia, Chile, México y Venezuela muestran, en principio, un menor grado de vulnerabilidad. Colombia, Chile y Venezuela se ven principalmente afectados por la caída de los precios de las materias primas, en tanto que las fragilidades de México no aparecen excesivamente concentradas en un solo factor. Cabe finalmente señalar que la posición de Chile se ve afectada por sus vínculos comerciales con Asia. Sin embargo, su alta sensibilidad respecto de los factores comerciales es en parte compensada por la solidez de su situación financiera global y por la elevada credibilidad que suscita el manejo de la política económica de ese país.

Partes: 1, 2, 3, 4
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