Propuesta de actividades para el trabajo con la historia local.
Enviado por Teresita Santa Cruz Pacheco Rodríguez
- Análisis histórico del proceso de enseñanza-aprendizaje de la historia local
- Fundamentos filosóficos
- Fundamentos Sociológicos
- Fundamentos psicológicos
- Fundamentos pedagógicos
- Criterios y definiciones de la historia local
- Algunas consideraciones teóricas acerca de la actividad
- Diagnóstico del estado actual del empleo de los escudos de armas como vía para el trabajo con la historia local
- Valoración de los resultados de las técnicas aplicadas
- Material docente contentivo de la propuesta de actividades
- Propuesta de actividades para el trabajo con la historia local a partir de la utilización de escudos de armas nacional y de localidades de la provincia Santiago de Cuba
- Valoración de la efectividad de la propuesta de actividades
Sistema de actividades para el trabajo con la historia local a través de la utilización de escudos de armas de carácter nacional y de localidades de la provincia Santiago de Cuba.
La sociedad contemporánea, caracterizada por profundas desigualdades como expresión del desarrollo del capitalismo transnacionalizado, exhibe como significativa la globalización de todos los procesos socioeconómicos, políticos, ideológicos y culturales.
No puede olvidarse, que es un momento del desarrollo social, donde se está poniendo en juego no solo la conservación de todo lo creado por el hombre, hasta su propia vida. La educación debe constituirse en una vía esencial de la reproducción social de lo más valioso de la herencia cultural de la humanidad.
El problema de la formación del hombre ha tomado como presupuesto la no correspondencia entre lo existente y lo que se aspira. Es decir la relación entre lo real y lo ideal; atendiendo a las etapas evolutivas del ser humano como individuo y al mismo tiempo a las condiciones del desarrollo de la humanidad en su conjunto.
Análisis histórico del proceso de enseñanza–aprendizaje de la historia local
La historia local es la especialidad de la ciencia histórica que toma como objeto el pasado de una localidad.
Es una de las más antiguas, pues desde el origen de la historia en Grecia, se privilegia por los historiadores la referencia a su polis propia. La historia de Roma, desde los primitivos anales, no deja de ser una historia urbana local que se expande con las conquistas territoriales hasta ser la historia de un Imperio.
En la Edad Media, muchos cronistas eclesiásticos o civiles (sobre todo si no escribían desde una corte importante, que eran quienes compusieron los grandes corpus cronísticos protonacionales), solían tomar una perspectiva local, a veces incluso de pequeños núcleos rurales (muchas veces monásticos), en el reflejo de los acontecimientos, lo que no impedía que reflejarán también los hechos más trascendentes que llegaban a su conocimiento. La Edad Moderna no cambió esa situación, excepto en algo fundamental: la multiplicación de la producción de este tipo de historias locales, y que muchas de ellas llegasen a la imprenta, con mayor o menor difusión. Las prácticas archivísticas se fueron haciendo cada vez más sistemáticas, y eso produjo una mayor continuidad en las fuentes que se han conservado.
Desde la renovación de la metodología histórica de mediados del siglo XX, que privilegia la historia económica y social, se pretende rescatar la historia local del puro costumbrismo y elevarla a una categoría superior, no sólo como suministradora de información para los enfoques más globales, sino como laboratorio de nuevas ideas. Enfoques como la microhistoria ponen en el ámbito local un interés especial.
Establecer la relación entre la localidad, ya sea histórica, geográfica, o en otro campo del conocimiento, con el resto del país, no es algo nuevo en el campo de la enseñanza. El pedagogo suizo Juan Emilio Pestalozzi, ya a finales del siglo XVIII e inicios del XIX, señaló su importancia; por estos mismos años Juan F. Herbart dirigía en Prusia su atención a la localidad (heimat) como medio para, en la enseñanza, partir de lo conocido y próximo a lo desconocido y más lejano.
Es probable que el centro difusor más importante de esta forma pedagógica haya sido el naciente Reich Alemán. Quizás los educadores alemanes vieron como esta vía contribuía a fortalecer el sentimiento de pertenencia a la cultura germana (junker), lo cual no dejaba de ser de interés en la formación del estado unificado alemán. Sin embargo, y contradictoriamente, esta corriente pedagógica entroncaba con una corriente cultural reaccionaria (""el heimatkunst""). En ella se oponía la cultura aldeana (feudal) a la de las ciudades (Cultura burguesa). A pesar de esta contradicción lo cierto es que la "" heimatkunde "" sentó su plaza en esa región y de allí se difundió al resto de Europa. El pedagogo francés Roger Cousinet en su obra "" La escuela nueva "", señala que ya en 1872 M. Breal escribía que en Alemania, la enseñanza hablaba primero al escolar de su ciudad o de su pueblo. También, según Cousinet, en Francia se creó la Sociedad de Estudio Locales a inicio del siglo XX; párale resto de Europa la introducción de los estudios locales también es posible ubicarla entre finales del siglo XIX y los inicios del XX.
Al parecer la introducción de los estudios de la localidad estuvo muy relacionada con la corriente pedagógica conocida como "" escuela nueva "" y con la filosofía pragmática, en gran medida, a ella vinculada. "" La escuela nueva "" significó un soplo de aire fresco dentro de las aulas, impregnadas con las enmohecidas formas escolásticas imperantes en aquella época. La devaluación de la enseñanza teórica, en oposición con la práctica, que propugnaba la "" escuela nueva"", engarza perfectamente con la enseñanza partiendo de la localidad.
Junto con las ideas de Pestalozzi y en particular con las de la "" escuela nueva "" se desarrolló en Cuba esta forma de trabajo con la asignatura Historia.
La más antigua referencia que se ha encontrado acerca de la enseñanza de la historia local en Cuba la hizo el que podemos considerar como uno de los fundadores de la pedagogía cubana: José de la Luz y Caballero; este señalaba en la temprana fecha de 1835: "" (…) es sumamente interesante para la patria infundir a sus hijos, con la leche, un amor entusiasta por ella, no habiendo modo más propio de conseguir tan precioso fin como el de familiarizar a los niños con ciertos recuerdos de la historia peculiar de su pueblo nativo, porque estas impresiones se graban hasta la muerte, para que sirva como de núcleo a la de su nación, y después de las demás del mundo (…) colocándose al alumno en su aldea, digámoslo así, como en un centro a quien deberá referir los puntos más notables que se hallan en la periferia. Esto también sería el medio de dar desde el principio cierta realidad al estudio de la Historia (…) ´´ (2).
El trabajo de José de la Luz y Caballero citado, fue leído por éste en la Sociedad Económica de Amigos del País, la misma que por su época, ante el fracaso de elaborar una historia de Cuba por los inconvenientes puestos por las autoridades coloniales, orientaba a sus miembros recoger datos de las localidades. Estos se concretaron en varias historias locales como las de Puerto Príncipe, Santiago de Cuba, y otros, así como en Memorias como la redactada sobre San Felipe y Santiago del Bejucal.
Aunque no se han encontrado otros elementos documentales probatorios, es posible que de alguna forma en la naciente escuela cubana se abordase la historia local y ello en relación con el auge historiográfico en Cuba.
Junto con las tropas de ocupación yanqui penetró la pedagogía norteamericana en la escuela cubana. Los seminarios de verano, impartidos en la prestigiosa universidad de Harvard, fue su vehículo más idóneo; cientos de maestros cubanos los recibieron y quedaron impresionados por lo que de novedoso y positivo se abordaba en ellos. Uno de estos jóvenes maestros fue Ramiro Guerra, que aunque para muchos es más conocido como nuestro más importante historiador de la etapa republicana, fue, también, uno de nuestros más avisados pedagogos, y, probablemente, el máximo propulsor de la enseñanza de la historia local, en la primera mitad del siglo XX.
Según plantea Emeterio Santovenia en su obra "" La enseñanza de la Historia en Cuba "", las tradiciones de la localidad constituían la base de los cursos de Historia redactados por los maestros cubanos y publicados en 1901 bajo la Circular No 5 del gobierno interventor.
En los planes y programas de 1925-1926 participó activamente Ramiro Guerra y en ellos se estableció la enseñanza de la historia local en 3er grado, sin embargo estos planes no tuvieron mucho éxito en lo que respecta a la historia local. Sin embargo es en los planes de 1944 que se estableció el estudio de la historia local en la enseñanza primaria, específicamente en el 3er grado con el objetivo de que los niños tuvieran una idea de cómo se formó la comunidad local como base párale estudio de la comunidad nacional.
Los planes de 1944 estuvieron vigentes, con diversas modificaciones hasta el curso 1961-1962 en que se redactaron los primeros de la Revolución. En estos se mantenía –al igual que en los planes del 44- la enseñanza de elementos de historia local en 3er grado, pero, en realidad estos no desempeñaron un papel importante y prácticamente, con excepción de un par de obras sobre historial local, escritas por maestros, y con fines docentes, no dejó ninguna huella en la historiografía nacional.
En relación con los textos de metodología de la enseñanza de la Historia después de 1959, se publicaron con un objetivo totalizador dos textos, pues los demás eran más parciales; estos textos totalizadores fueron el de la profesora Silvia Nereida Pérez González editado en el año 1974 y el de los profesores Rita Marina Álvarez, Horacio Díaz Pendás y Justo Chávez Rodríguez editado en 1979, pero ninguno hace mención de la historia local.
No es hasta el curso 1987-1988 que, en el marco del Perfeccionamiento Continuo del Sistema Nacional de Educación, se retoma la vía de vincular la historia local con la nacional en la enseñanza. En este momento se hace necesario reforzar la enseñanza de la historia patria, darle un sentido más cohesionado en los planes de estudio, separando la Historia de Cuba de la Universal. Estos problemas al ser señalados por el Partido y ratificados en su Tercer Congreso, aceleraron el proceso de rectificación en la enseñanza de la historia. Otros aspectos que coadyuvaron a la inclusión de la historia local en los programas de Historia de Cuba fueron, en primer lugar la sostenida política a nivel de todo el país de rescatar el patrimonio histórico y cultural del pueblo y el segundo consiste en las experiencias realizadas por algunos maestros en cuanto al tratamiento de la historia local y que constituyó un fondo inicial, de partida, en el orden metodológico. También se produce un esfuerzo científico en el rescate historiográfico de las localidades bajo el auspicio del Instituto de Historia.
En el plan de estudio para la asignatura de Historia, puesto en ejecución a partir del curso escolar 1988-1989, la historia local se incluye en los programas de 5to, 6to y 9no grado con el objetivo de estudiar los hechos más importantes, en este mismo período se inician un proyecto nacional de investigación para la realización de las historias provinciales y municipales participando maestros y organismos de investigación en la redacción de estas historias.
En la década del 90 se crean las Comisiones de Historia del Ministerio de Educación y se declara en el curso 1992-1993 la asignatura de Historia de Cuba como priorizada, entre 1998 y 2001 en el Instituto Superior Pedagógico en el Proyecto Búsqueda (en busca de una metodología para la interrelación de la historia nacional y la historia locales en la enseñanza de la Historia de Cuba) se analizaron las premisas necesarias para el trabajo con está metodología, luego se continuó en el Proyecto HISLOC donde se brindó elementos para la instrumentación de estrategias de acuerdo a los niveles de enseñanza sobre la efectividad de la interrelación historia nacional con local.
Fundamentos filosóficos
La historia comenzó identificada con la narración de hechos históricos, centrada fundamentalmente, en importantes personalidades políticas, dirigiendo su atención en los documentos históricos como únicos y determinantes para darle el carácter probatorio. Sin embargo, hay un acuerdo bastante generalizado actualmente entre los historiadores (sobre todo los progresistas), de que la Historia establece una estrecha relación entre el pasado, el presente y el futuro sobre la base de la totalidad y diversidad de actividades económicas, políticas, sociales y culturales que desarrolla el hombre. Conocer las sociedades humanas significa conocer las distintas manifestaciones sociales en su globalidad, la interacción permanente entre ellas, la dinámica de la evolución de las sociedades.
Lenin valoró el aporte de Carlos Marx a los estudios históricos. Marx profundizó y desarrolló el materialismo filosófico, lo llevó a su término e hizo extensivo su conocimiento de la naturaleza al conocimiento de la sociedad humana. El materialismo histórico de Marx es una conquista formidable del pensamiento científico. Al caos y al desorden que hasta entonces imperaban en las concepciones relativas a la historia y a la política, sucedió una teoría asombrosamente completa y armónica…" (3)
En realidad, Marx y Engels elaboraron una concepción de la historia que no puede comprenderse al margen del proyecto político marxista, cuyo objetivo era la transformación revolucionaria de la sociedad. Esto explica por qué durante años la historia académica la rechazase y que sólo a partir de los años veinte y treinta del siglo XX empezara a influir en determinados historiadores profesionales. Desde la segunda mitad del siglo, el enfoque marxista de la Historia renovado y perfeccionado es adoptado mayoritariamente y aplicado en la mayor parte de los planteamientos que los historiadores marxistas han elaborado, estando a la vanguardia de los enfoques historiográficos que se han venido sucediendo.
Junto a la corriente marxista, en el siglo XX, la Escuela de los Annales ha influido muchísimo en los historiadores y a los avances en sus estudios, incluso teniendo puntos de contacto con el marxismo que no se reconoció desde su fundación por definiciones de orden ideológica.
Esta escuela contribuye a darle un lugar más decoroso a la historia como ciencia, pues considera que el objeto es el hombre en sociedad y que todas las manifestaciones históricas deben ser estudiadas en su profunda unidad (con esto se acercan a la concepción marxista de la historia local). Se refieren a que la historia debe centrar su atención en sociedades concretas delimitadas en el espacio y en el tiempo.
En resumen, los Annales son partidarios de una historia problema contra la omnipresencia del hecho histórico de los positivistas, niegan el papel de única fuente histórica al documento y para ellos toda realización de la actividad del hombre tiene carácter de fuente, destacan que la historia debe centrar sus estudios en sociedades concretas, ubicadas en espacio y tiempo siguiendo el distinto ritmo temporal de las diversas realidades sociales, le abrieron el campo de estudio a la historia ampliándola también a las aristas económicas y sociales, lo que provocó la colaboración con otras disciplinas, aunque no se lo propusieron, y en contradicción con sus ideas primarias, se produjo una especialización y fragmentación en su investigación.
En esencia, la historia a enseñar debe centrarse en la totalidad de los aspectos de la vida social sin hiperbolizar ninguno de sus elementos, sino todo lo contrario reflejar su diversidad en una estrecha conexión dialéctica ubicada en un contexto espacio – temporal que se mueve en la relación pasado – presente – futuro, expresión de la actuación de las masas en interacción con las personalidades históricas. La Historia no es algo acabado e inmovible, es un conocimiento en construcción que parte de la consulta de fuentes diversas que enriquecen su carácter probatorio y que necesitan la interacción directa de sus estudiosos con esa diversidad para la apropiación de métodos. El materialismo histórico sostiene que el pueblo, las clases avanzadas, las masas populares representan la principal fuerza motriz de la historia.
Debe destacarse cómo nuestra investigación se encuentra sustentada en lo más progresista del pensamiento filosófico del siglo XIX y XX, es objetiva y realista, reconoce la materialidad de todo lo que nos rodea y amplía el horizonte cognitivo de los estudiantes, lo que implica ver los cambios, transformaciones y el movimiento que se da en nuestra localidad; además se demuestra la dialéctica de los fenómenos económicos, políticos y sociales encontrándose todos en un contexto histórico determinado de forma concatenada, lo que nos obliga a estudiar el hecho histórico representado en la comunidad integralmente, viendo los nexos internos que se dan en el mismo, relacionándolos con diferentes esferas del saber.
Aquí el profesor con su inteligencia, debe orientar actividades que propicien relacionar todos esos contenidos que se encuentran reflejados en la historia local en bustos, tarjas, monumentos. De esta forma no solo estudiamos el mundo que nos rodea sino lo transformamos, dándole cumplimiento a la tesis de Feuerbach: “Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo. (4)
Fundamentos Sociológicos
Las complejidades del mundo actual son cada vez más crecientes, dinámicas y diversas. Las formas de concebir el desarrollo de la sociedad en nuestros días se sustentan en proyectos políticos, económicos y sociales diferentes, inefectivos en su mayoría, ante los grandes problemas que agudizan las desigualdades sociales, que comprometen la evolución social y unipolarizan el control y el uso de los recursos disponibles y el poder hegemónico.
El derrumbe del campo socialista en Europa del Este y la persistencia del capitalismo como sistema social ha profundizado la heterogeneidad en la búsqueda de las soluciones a los problemas que enfrenta la sociedad, en lo político las pautas del gobierno oscilan entre copias de las democracias representativas y la marcha hacia una gestión más participativa de la ciudadanía en las decisiones del estado, en lo económico, el enfrentamiento de países ha dado paso al enfrentamiento de bloques, en un proceso inevitable de la concepción capitalista: la integración; elevándose a rango de prioridad la calidad de la formación de los individuos
En ese mundo complejo, diverso, cambiante, se inserta Cuba, con la peculiaridad de enfrentar, durante casi medio siglo, la guerra económica, política e ideológica más intensa que se conozca, desatada, además, por la potencia más poderosa de la tierra, que aprovecha todos los adelantos de la información y las comunicaciones para intensificar sus ataques.
Es necesario considerar, que la influencia que ejercen esos poderosos medios sobre la mayoría de la población mundial, es cada vez más enajenante y fortalecen el egoísmo, consumismo, industrialismo, agresividad, violencia destrucción ambiental y la explotación de los seres humanos.
Ante la desmedida globalización desatada por la política neoliberal, el auge creciente de las privatizaciones y el desentendimiento del estado en relación con los asuntos sociales, se hace necesario acudir a la educación, a la escuela como garantía de defensa de la identidad de los pueblos. Hay que potenciar toda la cultura, la ciencia, y los valores, partiendo de sus raíces.
En las circunstancias actuales que el nuevo orden impone, especialmente a los países del Tercer Mundo, rescatar esas raíces, defender lo autóctono, la identidad de cada pueblo es una demanda que enfrenta la educación. "El pueblo más feliz es el que tenga mejor educados a sus hijos, en la instrucción del pensamiento, y en la dirección de los sentimientos. Un pueblo instruido (…) un pueblo virtuoso vivirá más feliz y más rico que otro lleno de vicios". Ante la voracidad neoliberal y el apetito insaciable de las grandes potencias capitalistas la escuela está obligada a responder al reclamo de la sociedad, y "esto piden los hombres a voces: ¡armas para la batalla!".(5). Con esas armas ideológicas suministradas por la escuela el pueblo sometido a la influencia hostil se "defenderá mejor de todo ataque". La escuela está obligada a poner a cada hombre a nivel de su tiempo.
La obra educativa de la Revolución cubana tiene un profundo sentido social, desde el propio triunfo de la Revolución, enmarcado en varias etapas fundamentales:
La Campaña de Alfabetización.
La Batalla por el 6to. Grado.
La construcción masiva de Escuela Secundaria Básica al Campo, de conjunto con la Batalla por el 9no grado.
El perfeccionamiento de nuestro sistema educacional, donde juegan un papel importante los diferentes agentes educativos que interactúan: la familia, la sociedad, los medios de difusión masiva, la escuela y la comunidad.
En el contexto de la historia local, se expresa la atención, dominio de contenidos y desarrollo de actividades, en los museos, monumentos, tarjas, bustos, personalidades relevantes, que en su conjunto conforman el patrimonio histórico de la localidad.
En tal sentido la fundamentación desde el punto de vista sociológico de la historia local, se sustenta en tres elementos:
La educación como un fenómeno determinado y determinante.
La sociología de la educación se deriva de las diferentes tendencias filosóficas que la orientan.
La educación escolarizada en su vínculo con los demás agentes educativos de la sociedad, desarrolla el proceso pedagógico en un contexto determinado como la localidad, influyendo en la formación y desarrollo de la personalidad de los educandos, en el alcance individual de una cultura general integral.
El célebre ruso, Lev Semenovich Vigotsky, en relación a la educación y el contexto social consideraba que la influencia social era algo más que creencias y actitudes, las cuales, determinan en gran medida en las formas en que pensamos y también en los contenidos de lo que pensamos. La percepción, el pensamiento y la memoria son procesos fuertemente influidos por el entorno social que nos ofrece formas de clasificación, descripción y conceptualización diferentes, de acuerdo con la cultura en que nos hayamos desarrollado.
Vigotsky señala que la estructura mental de todos los seres humanos es similar y comprende dos niveles de funcionamiento: el alto (procesos mentales superiores, son estructuras exclusivas de los seres humanos que han sido moldeadas a lo largo de muchas generaciones y cuyas formas específicas varían de una cultura a otra) y el bajo (funciones innatas, forman parte de nuestra herencia biológica).
El estudiante en su relación con la comunidad activa todas sus estructuras mentales, en función de asimilar todo la información que hay a su alrededor, logrando aprender y ejercitar todos sus mecanismos psicológicos y biológicos, jugando en esto un papel importante el profesor y la escuela.
Escuelas donde se aprenden los oficios y profesiones necesarias, se estimula el ánimo activo y creador, se comunica la salud del trabajo y la maravilla del universo y de la incansable obra humana. Escuelas alegres, tiernas, enérgicas, descubridoras, poéticas.
Los aforismos y concepciones anteriores destacan como la escuela está al servicio de la sociedad, esta es la encargada de instruir y educar los futuros ciudadanos de nuestro país con profundos conocimientos y valores patrios, esto se logra si trabajamos correctamente la historia vinculada con la comunidad; pues es aquí donde el ser social comienza a ser protagonista de la historia.
Un enfoque importante para el trabajo con la historia local y su fundamentación sociológica, es el vínculo del contenido aprendido con la práctica social, al ser utilizadas las vivencias de los alumnos, y su realidad más próxima cultural y social.
Fundamentos psicológicos
Múltiples son las tendencias pedagógicas, sustentadas en teorías psicológicas, que han surgido como respuesta crítica a la escuela tradicional y autoritaria que concibe el aprendizaje como un asociacionismo ingenuo (de afuera hacia adentro), de causa efecto, en el cual el aprendizaje tiene naturaleza objetiva, donde el objeto del conocimiento no está mediado por lo subjetivo de lo psíquico o lo social; la realidad está inmutable, fuera del sujeto y la apropiación es sensorial, individual. La actividad cognoscitiva del alumno se reduce a la de un receptor de información y la reproducción es mecánica y memorista.
En la escuela tradicional el maestro ocupa el lugar más importante, es el centro del proceso, su verdadero protagonista, es trasmisor de conocimientos de manera dogmática, al margen del diagnóstico y desconociendo las inquietudes e intereses de los alumnos. El maestro, además, presenta esos conocimientos rígidos, inmóviles, apartados de la realidad, de la práctica y acabados. En esta concepción el alumno desempeña una posición pasiva, como un objeto que absorbe el conocimiento presentado por el maestro. Esta escuela se sustenta en la psicología asociacionista. El desarrollo social se hizo incompatible con este modelo de formación y comenzaron a surgir otras alternativas pedagógicas como La Escuela Nueva, La Tecnología Educativa, La Instrucción Personalizada, La Pedagogía Autogestionaria, La Pedagogía no Directiva, La Pedagogía Liberadora, La Pedagogía Operatoria, La Pedagogía Crítica, la Pedagogía sustentada por la investigación–acción y el Enfoque Histórico Cultural, entre otras.
En estas concepciones se advierten aspectos comunes:
Todas constituyen una crítica que supera las limitaciones del modelo tradicional.
Conciben al alumno como un ser activo dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje.
Reconocen que el objeto de conocimientos recibe la influencia subjetiva que pasa por la psiquis del hombre y su naturaleza social.
Conciben al alumno como un ser capaz, no solo de describir el mundo que le rodea, sino de transformarlo.
Entre todas las tendencias inclinamos la balanza por el enfoque histórico cultural, que tiene sus fundamentos en los aportes realizados por L. S. Vigotsky a la psicología con su carácter dialéctico dentro de las teorías cognoscitivas que centran su atención en las posibilidades del desarrollo integral de la personalidad, entendida como conjunto dinámico de seres humanos vinculados por lazos mutuos que tienen siempre y donde quiera un carácter socio histórico.
El enfoque histórico cultural desde el punto de vista psicológico plantea el estudio de la personalidad a partir de la unidad de lo diverso que contiene a la personalidad en espacio y tiempo, en cuyo escenario actúan y se interrelacionan los hombres como una formación histórica y cultural desarrollada por la propia actitud productiva y transformadora de la realidad.
En la teoría de Vigotsky sobresalen tres ideas psicológicas esenciales: el carácter activo de los procesos psicológicos, la relación dialéctica entre actividad y conciencia y el vínculo entre el desarrollo de la actividad humana y el medio social en que ocurre.
La comprensión de estos postulados es importante para dirigir el proceso de enseñanza-aprendizaje; lograr la modificación interna del sujeto, del individuo, en formas de pensar, sentir y actuar a partir de que le permite nuevas formas de relación consigo mismo, con los demás y con el medio, influyendo directamente en el crecimiento personal.
El desarrollo de la personalidad ocurre en un marco histórico concreto en relación estrecha entre el esfuerzo individual y la influencia social, en un proceso que estimula la puesta en acción de la personalidad total del sujeto en interacción con otros sujetos; entre ellos, el maestro, la familia, alumnos y la sociedad en su conjunto.
Asumir el enfoque histórico cultural como fundamento de una concepción pedagógica significa tomar el carácter rector de la enseñanza para el desarrollo del proceso psíquico de la personalidad; conocer con profundidad las ideas, aspiraciones, sentimientos, y los valores que influyen en el desarrollo social, actual y perspectivo en un marco socio – histórico. Significa, además, considerar el aprendizaje de los alumnos como centro del proceso pedagógico, utilizar todos los aspectos revelados por el diagnóstico para influir en la personalidad del alumno y desplegar todas las particularidades del docente, desarrolladas sobre bases científicas, para la dirección de ese proceso. Se supone que el docente aprenda a conducir el proceso de enseñanza-aprendizaje aprovechando todos los factores que interactúan con el alumno, sintiéndose satisfecho no sólo por el esfuerzo realizado sino por los resultados que alcanzará.
Es por eso que la identificación con el siguiente enfoque de aprendizaje proceso constructivo y autorregulado, contextual izado, colaborativo, y a la vez individual, de construcción y reconstrucción de significados a partir de una experiencia histórico-social como resultados del cual se producen cambios en las formas de pensar, sentir y actuar.
Se puede concluir destacando que el enfoque histórico cultural parte de la tesis de que todo hecho ocurre en un momento determinado y en un lugar, evolucionando este de acuerdo con el contexto histórico en que se desarrolla destacando en este caso la Historia como asignatura que se diseña a partir de las conclusiones de la ciencia histórica, de las cuales se selecciona el contenido con un criterio pedagógico que se corresponda con la edad y madurez de los alumnos; jugando un papel determinante la parte psicológica lo que permite una correcta interpretación de todo el entorno que rodea al estudiante por medio de las actividades preparadas por el profesor. Se debe concebir el aprendizaje como una actividad social de construcción y reconstrucción del conocimiento apareciendo en el desarrollo psíquico del estudiante dos veces primero en el social y luego en el psicológico.
Fundamentos pedagógicos
En los momentos actuales, donde predomina cada día más la violencia y el desorden capitalista es imprescindible que los alumnos conozcan la historia nacional y local, para que puedan entender quiénes son, qué representan para el mundo y tomen conciencia de la necesidad de mantenerse informados, actualizados y comprometidos con su propia Historia.
Es a través de la educación, entendida en su más amplia acepción, como la transmisión de la cultura de una a otra generación, el sujeto entra en contacto con la experiencia de la sociedad y se apropia de ella; se produce así el desarrollo, que alcanza de igual forma a la inteligencia y que al mismo tiempo ella impulsa. Precisamente, el proceso de apropiación constituye la forma exclusivamente humana de aprendizaje, por tanto, de desarrollo intelectual.
El desarrollo de la personalidad del escolar se concibe mediante la actividad y la comunicación en sus relaciones interpersonales, constituyéndose ambos (actividad y comunicación) en los agentes mediadores entre el escolar y la experiencia sociocultural asimilada en su proceso de aprendizaje y por ende, de la formación de la personalidad.
Por lo que la interrelación de la historia nacional – historia local debe efectuarse y darse de forma prevista, integrada, con una acertada y creativa orientación pedagógica, permitiéndole insertar en el ámbito nacional lo local y no verlo como algo lejano, diferente, distinto, peculiar. Esta relación se logra armónicamente a partir del dominio del profesor, tanto de la Historia de Cuba, como la local, así como su metodología.
La historia local es un medio pedagógico, cuya finalidad es dar a la enseñanza una base real, una especie de piedra de toque que permita a los estudiantes ejercitar su espíritu de observación, de comparación y de juicio.
Al comprender y asumir tales criterios, los vemos desde la contribución que puede hacer la historia local en su estrecha interrelación con la Historia de Cuba:
Permite contribuir a la comprensión de regularidades históricas.
La vivencia al "revivir" el hecho o fenómeno histórico dado.
La significación y elemento motivador de la clase.
Como vía facilitadora, para el cumplimiento de los principios didácticos, tales como:
Principio de la vinculación de la teoría con la práctica, el cual posee salida en el tratamiento a la Historia, los bustos, tarjas, y monumentos con la propia contactación de los conocimientos en la vida práctica.
El principio del carácter científico y educativo, se logra partiendo del aseguramiento, de la veracidad y objetividad del contenido que se trata.
El papel dirigente del profesor y la actividad independiente del educando, en la investigación que realiza de la historia nacional y local.
El principio de la atención diferenciada e individual dentro del carácter colectivo del proceso pedagógico, cuando las actividades son orientadas de acuerdo con las necesidades y potencialidades de cada alumno.
La formación de sentimientos patrióticos y fortalecimiento de la identidad nacional.
En la V Conferencia Internacional de Historia Regional y Local, dada por el Dr. Eusebio Leal S., titulada "La historia y el trabajo comunitario en la Habana Vieja".Patrimonio Cultural de la Humanidad", expresó: "No es posible amar a la nación si no se ama a la localidad "(6) En su efecto es muy difícil amar a la nación si no se ama a su localidad, una vía que propicia, amar a la localidad, o la nación y en su universo a la patria; es la vinculación de forma armónica, creativa del proceso de enseñanza-aprendizaje de la Historia de Cuba y la historia local, en toda su dimensión.
Concluyendo, se puede apreciar lo siguiente:
El estudio de los hechos ocurridos en la localidad y las personalidades propician la asimilación de los procesos más importantes del acontecer nacional y su vínculo entre lo local y lo nacional.
Ayuda a la comprensión del material histórico.
Permite la aproximación del estudiante a la investigación.
Se produce la vinculación de la teoría con la práctica.
El estudiante ve a su alrededor cómo se manifiesta el progreso histórico.
Como los hechos históricos que estudian se materializan, se objetivizan e influyen en su vida.
Aprende a valorar la actividad del hombre tanto en lo individual como en lo social.
La historia local tiene métodos y formas de organización en el proceso de enseñanza aprendizaje: la clase, el trabajo en los museos, la excursión histórica docente, el testimonio, el trabajo con monumentos, tarjas, bustos, entre otras; pero no se puede ver aislada del trabajo en el aula que es quien la rectorea.
No puede soslayarse que la historia local no es un fin en sí misma sino un medio pedagógico para alcanzar con efectividad el objetivo y este no es que los estudiantes conozcan la historia local sino la de la Patria, el docente impartirá de la historia local aspectos necesarios y posible de acuerdo al programa, el nivel de enseñanzas, grupo, etc.
Criterios y definiciones de la historia local
¿Qué es historia local?
Propone el autor A. Noda Galiano que la historia local se refiere al conjunto de procesos, hechos y fenómenos; así como las personalidades que intervienen en el desarrollo sucesivo y permanente de la localidad con huellas evidentes y vivencias, que por su relevancia posean un interés en el proceso pedagógico, en correspondencia con la política educativa del estado.
Otro autor que abordan esta definición, es V. Cisneros, que explica en su definición de términos que la historia local o Matria, es aquella que nos remite al pasado de las localidades ofreciéndonos un panorama de las motivaciones individuales y colectivas de una gran valor para el conocimiento cultivo y uso de la población en general. Un rasgo distintivo de este tipo de historia es que sirve de fuente de tipo oral y particularmente conveniente de la comunidad lo cual le confiere un contenido afectivo de gran valor por ser precisamente la experiencia subjetiva.
El tiempo y el uso ha consagrado el término de historia local, pero, algunos autores utilizan los términos de historia regional, microhistoria, matrihistoria, etc. En Cuba el primero es el que más aceptación tuvo aunque no es el más adecuado.
Lo local está referido a localidad, y una localidad, desde el punto de vista que interesa en esta investigación, se puede considerar como un territorio, más o menos extenso, con una población estable, históricamente constituida, con una organización económica, política, social y culturalmente definida, que forma parte y supedita, de alguna forma, a una estructura mayor, superior o más compleja.
Esta definición, necesariamente muy discutible, es la que propone Waldo Acebo Meireles en su libro "" Apuntes para una metodología de la enseñanza de la historia local en su vinculación con la historia patria"". Dicha definición difiere en muchos sentidos de la que se da para la enseñanza de la Geografía, donde se define localidad como al territorio que permite la realización de observaciones durante las actividades de aprendizaje de los alumnos, ya sea en los alrededores de la escuela o en un área que posea un radio de 7 u 8 km y que tiene como centro la escuela.
En resumen la definición de localidad dada anteriormente no se asienta en un fundamento geográfico o de extensión territorial, sino en el carácter de la región poblada, pues, el fenómeno geográfico puede existir y de hecho existe, pero sin el hombre, que es lo que le da sentido y realidad histórica a una localidad. Pero además esta población debe poseer determinados rasgos, como es la de tener cierta organización, y la de estar enmarcada, jurídica, política y económicamente, etc., en otra entidad más amplia, por ejemplo una provincia o país.
Teniendo en cuenta lo anterior se puede plantear que se hace referencia a la historia local cuando se estudian los hechos, fenómenos y procesos singulares y locales del pasado lejano o próximo, y del presente, de determinado territorio, en su relación con el devenir histórico nacional, según plantea Acebo.
Otra definición de historia local es la dada por la Doctora Idania Núñez La O donde expresa que: "La historia local consiste en la selección de los hechos, procesos, fenómenos singulares y locales del pasado lejano o próximo y del presente en su relación con el devenir histórico nacional, así como las personalidades que actúan en ellos, de un determinado territorio con flexibilidad de límites, de acuerdo a un interés pedagógico concreto, en el cual los escolares asumen una posición activa en el estudio e investigación de las fuentes, para lo cual establecen comunicación cognoscitiva y afectiva con la localidad, todo ello bajo la dirección del maestro". (7)
En esta investigación se asume la definición dada por la Doctora Idania Núñez la O, por cuanto en la misma se hace referencia a la participación activa que deben asumir los estudiantes en el estudio de la historia local lo cual permite formar en ellos sentimientos de defensa de la identidad nacional y local.
La historia local reviste una extraordinaria importancia en el desarrollo de los sentimientos de nacionalidad y patriotismo pues el estudio de los hechos ocurridos en la localidad y de las personalidades que actúan en ellos, propicia la asimilación de los acontecimientos más importantes del acontecer nacional y el vínculo entre los hechos locales y nacionales.
El papel que debe desempeñar la historia local es el de un medio pedagógico que facilite , sin resolver todas las dificultades que entraña la enseñanza de la Historia, la comprensión del material histórico ; que permita, en alguna medida, la aproximación del alumno a la atmósfera peculiar del hecho o fenómeno; que contribuya a despertar en ellos una relación afectiva con el pasado; que permita introducir al joven estudiante en las peculiaridades de la investigación y junto con ello desarrollar, en los mismos, el espíritu de observación, análisis, comparación, valoración, etc.
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