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Desigualdad y propiedad privada en la sociedad del conocimiento (página 2)


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La brecha digital

Las relaciones entre ciencia, tecnología y riqueza están bien establecidas y son observables en la vida cotidiana los impactos de los productos del conocimiento científico en la organización de las vidas de los habitantes de las sociedades ricas. Cuando la investigación se ha ocupado de la distribución social y mundial del conocimiento científico tecnológico y de sus tendencias en los últimos años en las distintas partes del planeta, vemos que se señalan de forma genérica a las desigualdades a nivel mundial, especialmente entre el centro y la periferia del sistema mundial. Sin embargo, la distribución del conocimiento científico tecnológico no es fácil de medir, aunque lo parezca a primera vista. Los teóricos han enfocado de diversas maneras las relaciones entre las nuevas tecnologías y las nuevas desigualdades que crecen sin cesar en el planeta. Los análisis del apartheid tecnológico o brecha digital, o de los efectos de las nuevas tecnologías sobre el empleo y sobre la concepción misma del trabajo y sus consecuencias en las estructuras sociales y ocupacionales, apuntan a que la posesión de conocimientos (especialmente los científico tecnológico) se consolida como la principal barrera entre las clases sociales y que está sustituyendo a la propiedad de capital como el factor constitutivo de la clase y el estatus.

La globalización o mundialización económica es un fenómeno que ha emergido con nitidez después de la caída del muro y del fin de los sistemas socialistas y tiene prerequisito tecnológico la existencia de redes de intercambio de información a tiempo real, y tiene como una de sus principales consecuencias la tendencia a la desigualdad. Somos testigos de la aparición de un apartheid tecnológico entre los que saben y tienen acceso a las TIC y quienes ni saben ni tienen acceso. (1) Esta divisoria, también llamada digital divide o brecha digital, apunta al aprovechamiento desigual de los beneficios socioeconómicos de las TIC, con una gran masa de la población mundial es situación de excluidos o en riesgo de exclusión y con la agudización de las desigualdades Norte – Sur. La brecha digital adopta varias formas y afecta de modo diferente a personas, empresas, regiones o naciones y, dentro de cada grupo, tiene consecuencias diversas en función de los niveles de renta y educación de las personas y de la estructura y tamaño de las empresas. La brecha digital tiene importantes contenidos económicos y sociales y el cuadro que presenta, según Velasco, es siniestro: grandes masas de población mundial descolgadas, refugiadas en sus identidades religiosas y culturales y orientadas hacia el fundamentalismo. Por ello, las medidas de lucha contra la brecha digital abarcan todos los campos: acceso barato y liberalización de los mercados de telecomunicaciones, un nuevo marco regulador multilateral internacional y un refuerzo de la democracia. Se plantea la necesidad (o exigencia) de cambios radicales en los sistemas educativos para crear capital humano, pues la educación masiva se propone como única solución al problema social de crecimiento de la riqueza global y de ampliación de las bolsas de miseria, de pérdida de identidad y de referencias de los más humildes y de individualismo insolidario. Siendo los datos al respecto incuestionables, los remedios propuestos, de implementarse, parecen implicar una completa revolución social, es decir, económica, política y cultural, cosa de la que no parece haber indicios por ninguna parte. Al final de este apartado volveré de nuevo sobre el tema crucial de la educación.

Este énfasis en la desigualdad aparece también en los escritos de Esther Dyson. Esta autora señala los impactos desigualitarios de los cambios científico-tecnológicos actuales, a diferencia de los igualitarios del XIX y principios del XX (electricidad, teléfono, radio, TV, antibióticos, vacunas, etc), (2) pues las TIC, la biotecnología y la neurotecnología ofrecen riqueza y poder sólo a los capaces de entenderlas y controlarlas, y están desajustadas respecto a las necesidades básicas de la gente pobre. Por otra parte, la aparición de los ordenadores ha hecho desaparecer importantes contingentes de empleos no cualificados de clase media baja, con lo que se han ensanchado las brechas entre ricos y pobres y entre adultos 'instalados' y jóvenes 'excluidos'. Al analizar las tendencias actuales, Tezanos señala que la diferencia de los impactos actuales de las tecnologías respecto a los anteriores radica en que se refuerzan y amplían las líneas divisorias de la sociedad en torno a la raza y la clase, por lo que la dualización y la polarización social se agudiza. Un peligro real hoy es el refuerzo de las desigualdades en la propia dotación biológica con el acceso diferencial a las biotecnologías, con la aparición de clases genéticamente diferenciadas: seres naturales y seres gen-enriquecidos. La posibilidad de que los avances en ingeniería genética permitan que la desigualdad social adquiera en el futuro algún tipo de sustrato biológico no es irreal.. (3) De ahí la necesidad de acompasar el progreso científico-técnico y el progreso ético social, al igual que preconizaba Rousseau hace dos siglos, dada la ambivalencia de los adelantos científicos: efectos emancipadores y riesgos de usos peligrosos, lo que exige una tarea de crítica y de prospectiva de la sociedad tecnológica, así como de control social de la ciudadanía sobre las políticas de ciencia y tecnología.

Castells, por su parte, al ocuparse de la desigualdad en la sociedad red, destaca que la centralidad de Internet para muchas áreas de la actividad social se convierte en marginalidad para los que no tienen acceso a ella o lo tienen limitado. (4) Por eso, cuando se mide la evolución del acceso a Internet de los diferentes grupos sociales, la variable más importante parece ser la relación con el trabajo. Y aunque las brechas entre el acceso de los grupos se están cerrando, la excepción es que crece la brecha étnica, al haber mayor oportunidad de acceso a la red de los blancos. La experiencia estadounidense, que él coge de modelo, muestra que Internet comenzó con una gran divisoria digital en el acceso, que se mantiene excepto en el género, pero que parece ir reduciéndose a medida que la difusión alcanza a más sectores de la población. A medida que la tecnología de acceso se complica crece el acceso de los grupos con menor nivel educativo, pues se requieren menores conocimientos. Tendencias similares de generalización de Internet aparecen, aunque más lentas, en Rusia, mientras que la divisoria es más aguda en Europa, con excepción de los países nórdicos. Sin embargo, a medida que disminuyen algunas fuentes de desigualdad tecnológica, surgen rápidamente otras, especialmente el acceso diferencial a la banda ancha de alta velocidad. Cuando las masas tengan acceso a Internet a través de la red telefónica básica, las élites están ya a otro nivel del ciberespacio, pues las tecnologías de acceso a Internet pueden desarrollarse sobre la base de la asimetría entre la emisión y la recepción.

Por otra parte, si se atiende a las desigualdades en la difusión de Internet en el planeta, se pone de manifiesto que las condiciones en que se produce la difusión provoca una profunda brecha digital. Los centros urbanos, las actividades globalizadas y los grupos con mayor nivel educativo son los que entran en Internet, mientras que la mayor parte de las regiones y las personas siguen desconectadas. Las principales causas son las notables diferencias en la infraestructura de telecomunicaciones, en el número de proveedores de servicios de Internet (ISP) y de proveedores de contenidos. La explosión de las TIC y el auge de la nueva economía aumentaron la desigualdad económica, la polarización, la pobreza y la exclusión social en el mundo. Castells señala ocho grandes conjuntos de hechos que se están dando en este tiempo como aspectos en los que el nuevo sistema tecnoeconómico contribuye al desarrollo desigual, aunque es el segundo el que queremos destacar como más relevante:

  1. La extrema desigualdad social está ligada a la lógica de la conexión de la red: movilidad de recursos y flexibilidad del sistema.
  2. La educación, la información, y la ciencia y la tecnología, son las fuentes de creación de valor. La desigualdad de estos recursos a nivel mundial muestra una creciente dualización.
  3. La relación del desarrollo con la economía global es cada vez más vulnerable a los flujos financieros globales y a la pérdida de recursos humanos.
  4. Asistimos a un éxodo rural de proporciones gigantescas, especialmente en Asia, que origina bolsas importantes de pobreza en los márgenes de las áreas metropolitanas.
  5. Los gobiernos están restringidos en su capacidad de actuación por los flujos globales de capital e información y, además, están constreñidos por las instituciones supranacionales. Amenaza al contrato social.
  6. Incremento de la economía criminal global y efectos sobre la política y las instituciones.
  7. Crisis de legitimidad generalizada de los gobiernos y debilitamiento de las instituciones políticas, lo que reduce la capacidad de las sociedades para ajustarse a los cambios sociales.
  8. Se dan casos extremos de desintegración política que conducen al bandolerismo a gran escala y a guerras civiles con sus dramáticas consecuencias de refugiados y masacres masivas.

El funcionamiento de la economía global conecta segmentos de valor de distintas sociedades mientras que descarta los no valiosos para la red. Por ello, la divisoria digital fundamental no se mide en el número de conexiones, sino en las consecuencias que implica tanto la conexión como la desconexión, dado que Internet no es sólo una tecnología sino un instrumento tecnológico y una forma de organización. La desconexión o la conexión superficial supone la marginación del sistema reticular global. El desarrollo sin Internet equivale a la industrialización sin electricidad. La economía global e informacional tiene, pues, como resultados la fragmentación de sociedades e instituciones por un lado, y, por otro, la conexión dinámica en red de empresas, individuos y organizaciones competitivas. Para Castells puede considerarse que hay una alta probabilidad de que la divisoria digital siga agrandándose hasta terminar en una serie de crisis multidimensionales.

Estos análisis, al igual que otros, como el Informe sobre el Desarrollo Humano de la ONU o los elaborados por diversas agencias independientes, (5) apuntan a la profundización y agudización de las grandes desigualdades aparecidas con el capitalismo y la industrialización. La predicción de Marx sobre la tendencia creciente a la concentración y centralización del capital parece haberse cumplido, en tanto en cuanto las distancias entre los que más tienen y los que menos tienen parecen agrandarse sin cesar. Las consecuencias previsibles de este hecho señalan a distintas modalidades de conflictos sociales de mayor o menor intensidad. Sin embargo, las soluciones que se proponen y las recomendaciones que se hacen parecen improbables y casi imposibles. Lo cual puede significar que el problema no tiene solución, dado que las soluciones que se proponen parecen todas coincidir en la educación como instrumento para cambiar a la gente, cosa que, como no se sabe cómo se hace, parece por ahora imposible. (6)

Al igual que Velasco, Castells apunta a la educación como tema de fondo, pues para él la dimensión más importante de la brecha digital no es las infraestructuras de acceso, sino la educativa. La educación y el aprendizaje continuo se señalan como los factores claves del éxito laboral y personal y se propone usar Internet como herramienta de aprendizaje del sistema escolar. Pero se constata un desequilibrio entre la inversión en tecnología y conectividad, por un lado, y la inversión en formación de profesores y la contratación de expertos en tecnología, por otro. Así, mientras que el aprendizaje basado en Internet cambia el tipo de educación necesaria para trabajar en red, el sistema escolar es inadecuado para aplicar las nuevas metodologías de aprendizaje, pues aunque disponga de las tecnologías no dispone de profesores capacitados para utilizarla eficazmente, ni dispone del nivel pedagógico y la organización institucional necesaria para introducir las nuevas capacidades. (7) Este retraso del sistema educativo muestra la importancia que tiene tanto el acceso desde el hogar como el nivel educativo de las familias. Las diferencias en capacidad de aprendizaje y de procesamiento de información en y mediante la red van a ser decisivas y el uso de Internet, tanto en la escuela como en el ámbito profesional, puede contribuir al crecimiento de las diferencias basadas en la clase, la educación, el género y la etnia.

Por otra parte, la idea de educación universal y pública como instrumento para la redistribución social de recursos que garanticen la igualdad de oportunidades parece estar seriamente cuestionada. (8) Las diferencias entre los sistemas educativos públicos y privados parecen ir agrandándose y el aprendizaje de las destrezas cognitivas necesarias para el acceso al conocimiento científico tecnológico parece restringirse en vez de ampliarse. El sistema social mundial tiene como efecto la desigualdad y la perpetuación de la misma, al tiempo que postular la educación como panacea para todos los males, parece requerir conocimientos más eficaces sobre los procesos de aprendizaje de los cachorros humanos, pues no tenemos ideas claras sobre cómo "fabricar" gente (en el sentido de que cada individuo biológico es un producto social) tal como se observa al atender a las preocupantes patologías de nuestras sociedades.

Por ello, la brecha digital, medida como la posibilidad de acceso a las redes y la calidad de ese acceso, no es sino un signo más, en cierto modo superficial, de otras desigualdades económicas y tecnológicas entre los países, entre el centro y la periferia del sistema mundial y entre los educados y los no educados al interior de cada país. Esta situación no es resultado del cambio tecnológico, no es una consecuencia no prevista y no querida del desarrollo de las tecnologías y de su difusión por las sociedades y las culturas, aunque a veces las teorías sociales parezcan señalar que es así, que las leyes que rigen el desarrollo de la tecnología, las leyes evolutivas de las sociedades, conducen inevitablemente a estos efectos y operan con la necesidad de las leyes de la naturaleza. Pero no se trata de leyes de la naturaleza sino de leyes sociales, es decir, de los sistemas jurídicos de los distintos países y de la ausencia de normas jurídicas internacionales y mundiales. Es curioso que lo único que se resista a la globalización sea la Ley. Pese a haberse mundializado o globalizado los flujos financieros, los mercados y la organización de las tareas de producción y distribución de bienes, no se ha producido una correspondiente globalización o mundialización de las normas que rigen estas actividades y de los límites de lo que está permitido. Ello permite a las grandes corporaciones transnacionales operar sin restricciones en los mercados financieros y tomar decisiones de ahorro de costes laborales que afectan a las vidas y situaciones de muchas personas y de países enteros. Esta situación es conocida aunque no sea esgrimida, por lo general, como la causa de los problemas, sino como un factor entre otros, efecto también del desarrollo tecnológico. Las explicaciones de las sociedades tecnológicas actuales realizadas desde el determinismo tecnológico acaban siendo pues conocimiento legitimador de las tremendas desigualdades mundiales.

La apropiación privada del conocimiento científico-tecnológico.

El papel central del conocimiento científico tecnológico puede también percibirse atendiendo a los cambios en la esfera jurídica, a las leyes y normas que regulan la propiedad intelectual, los derechos de autor y el derecho de copia, así como las 'patentes'. En general tienen que ver con 'ideas' que alguien registra como propias con el fin de sacar rentabilidad de su explotación. Desde que el conocimiento científico tecnológico se convierte en fuente de riqueza, la lucha por monopolizar sus productos más rentables entre diversos grupos sociales es lo que, desde la teoría sociológica, debemos esperar. Apropiarse para el lucro del conocimiento y las ideas fue un proceso aledaño a la revolución industrial, aunque la privatización de los conocimientos relevantes sea común a todas las civilizaciones conocidas.

Hay mucha literatura sobre la propiedad intelectual, sus orígenes históricos y sus funciones sociales, así como sus fundamentos jurídicos y sus modalidades. (9) Hay varios conceptos que hay que distinguir. Para empezar hay que distinguir entre conocimiento de dominio público (el que pertenece a todos) y la propiedad intelectual, la garantía del derecho de un individuo a disfrutar de los frutos de su mente al igual que de los frutos de su trabajo, y extensión del derecho de propiedad de bienes tangibles. De la propiedad intelectual, a su vez, se desprenden los derechos de autor, los derechos de copia, las patentes y las licencias de uso. Todos ellos regulan casos diferentes de protección y explotación comercial de la propiedad intelectual.

Las patentes son el símbolo científico por excelencia de lo que se conoce como Modo 2 de hacer ciencia. (10) Los centros y los laboratorios las persiguen como señal de éxito de sus proyectos y se les evalúa por el número y la rentabilidad de las mismas. Los saldos de la balanza tecnológica, de la dependencia tecnológica, tiene en las patentes y las licencias su principal indicador. La industria del conocimiento se desarrolla en torno a ellas y la competencia es una carrera por patentar primero y de forma más amplia. El caso de las patentes asociadas a la investigación biogenética, especialmente del genoma humano, es un tema de primer orden que ha recibido y sigue recibiendo la mayor atención de especialistas y de la sociedad en general, entrando en conflicto valores contrapuestos que exigen ser respetados. Además de ser un interesante caso de colisión entre el conocimiento científico y las prescripciones morales de las religiones, los desarrollos de la ingeniería genética fueron ya el escenario de una competencia feroz entre el conocimiento público y el privado, entre el consorcio público Proyecto Genoma Humano y la empresa Celera Genomics, en la cual el consorcio público trabajaba a gran velocidad para impedir que Celera Genomics acabase antes la secuenciación del genoma y patentase los resultados.

Además, hay otro grupo de patentes que también atraen la mayor atención y que son igualmente importantes por estratégicas. Son las que afectan al software, una clase especializada de conocimiento científico tecnológico que permite programar y controlar las más diversas tareas a realizar por los computadores y otros dispositivos microelectrónicos. (11) Las luchas por el control del mercado del software, especialmente de los sistemas operativos de los computadores personales han generado modalidades nuevas de conflictos. (12) Estas cuestiones se vuelven importantes problemas cuando una creciente cantidad de actividades y relaciones sociales de todo tipo se llevan a cabo con la mediación de diversos desarrollos de software. (13) Un caso interesante de desafío desde los postulados de la izquierda utópica a la propiedad del software es el movimiento del software libre, fundado por Richard Stallman desde la Free Software Foundation (FSF), a través de la Licencia Pública General (General Public License, GPL) que protege los desarrollos del sistema operativo GNU/Linux. (14) Gracias a la GPL el copyright se convierte en copyleft (en un juego de palabras intraducible) y se protege la propiedad intelectual sin impedir el uso y el desarrollo del conocimiento, pero impidiendo la apropiación por otros.

La idea que subyace a la GPL es la misma que nutre de argumentos a los recientes movimientos sociales para proteger el espacio europeo de las leyes de patentabilidad referidas al software que están vigentes en los Estados Unidos. Las patentes de software contradicen el espíritu que anima a las leyes de patentes elaboradas para fomentar el desarrollo industrial. Las patentes se proponen para difundir invenciones a cambio de un monopolio sobre su explotación. No cualquier invención, sino una invención que se pruebe que es beneficiosa y que no es trivial. Estas pruebas se han de superar en las oficinas de patentes, que conceden o no las mismas. La gravedad del caso de las patentes de software puede entenderse si se piensa que el software es un lenguaje que permite dar instrucciones a muchas máquinas para que hagan toda clase de cosas y permite también que esas máquinas "hablen" entre sí y "hablen" con nosotros (cuando llamamos por el móvil, mandamos un correo electrónico, mandamos un documento a la impresora o solicitamos una dirección de internet, por ejemplo).

Como piezas de lenguaje, los programas deben ser protegidos por los derechos de autor y la propiedad intelectual, como sucede con las obras literarias. Pero el uso del lenguaje pertenece al dominio público: el lenguaje no puede ser apropiado por nadie. ¿Alguien se imagina que haya que pagar por repetir un verso de Neruda o porque al escribir un texto usemos una metáfora? ¿Se puede patentar la metáfora o el chiste? (15) Patentar el uso del clik del ratón -un ejemplo de patente de software- es el equivalente en lenguaje informático a patentar la ironía o el decir palabrotas. El resultado sería la paralización del desarrollo del lenguaje del software y su completa apropiación por los dueños de las patentes, que son las grandes corporaciones que disponen de dinero suficiente para comprar las patentes y para perseguir por la vía judicial y legal a todo aquel programador o pequeña empresa informática que haga programas que requieran hacer clik con el ratón sin pagar el correspondiente cánon. El uso del clik es beneficioso, pero también es trivial y lo trivial está excluido de la patentabilidad. Es lo mismo que si alguien se adueñara de la acción trivial de "hacer un chiste", de tal modo que haya que pagar cada vez que se nos ocurre un chiste o que contemos uno. Las patentes sobre el lenguaje, que no la propiedad intelectual que protege al autor o autores de un programa, impedirán el desarrollo autónomo y creativo del lenguaje de programación. Además, supone que algo que es de dominio público, como los chistes y las leyendas, las matemáticas y la lógica, la geografía y la poesía, pase a ser propiedad privada de los que puedan pagar las patentes. No hay que extrañarse del hecho de que la directiva europea recién aprobada en el Consejo de Ministros de la Unión va a tener especial impacto en el Software Libre, cuyo ejemplo más popular es el sistema operativo Linux, ni de que la presión se produzca justo en este momento, cuando Linux es promovido desde la administración pública en muchas regiones y ciudades (Extremadura o Andalucía entre las españolas) por su probada combinación de eficiencia y eficacia: se obtienen mejores rendimientos técnicos en prestaciones y en seguridad, se ahorran costes económicos y se fomenta y se da trabajo a la industria local, apostando por crear tecnología propia en vez de comprar tecnología ajena. (16)

El crecimiento del interés por el software libre y el software de código abierto se constata a medida que distintos organismos de la administración pública a diferentes niveles (ayuntamientos, estados federales, agencias gubernamentales, comunidades autónomas, ministerios, etc.) empiezan a tomar decisiones a favor de implementar sistemas operativos y aplicaciones de software libre con el fin de aumentar el control sobre sus sistemas informáticos y de potenciar el propio desarrollo tecnológico y la innovación en ingeniería de software. La campaña en contra de la Ley Europea de Patentes de software y, en general, la preocupación (tanto de los informáticos como de otros colectivos) por los procesos de privatización de los conocimientos y los peligros que ello entraña muestran importantes zonas de debate social y de conflictos importantes. La idea del "procomún" (commons), el dominio público, como un modelo alternativo de gestionar recursos basado en la comunidad para fomentar la creatividad y la riqueza señala que, desde diversos sectores sociales y movimientos existentes en Internet, se están ensayando modelos sociales basados en las TIC e imposibles sin ellas. (17)

Otras señales de que el conocimiento de dominio público está amenazado, además del crecimiento del número y la naturaleza de las patentes, (18) son el incremento de la ciencia privada y de las empresas científicas, la transferencia de recursos públicos de I+D a la investigación industrial y empresarial (el Modo 2), así como el deterioro de las universidades públicas como fábricas de científicos y de conocimientos, lo que puede impedir el acceso a la ciencia y al conocimiento científico a amplias capas de la población. La transformación de las tradicionales "fábricas" sociales de conocimiento científico tecnológico que son las universidades (o sus equivalentes de formación superior) y los centros de investigación, los cambios en los sistemas educativos y los problemas de ajuste entre las demandas de capital humano de la economía y la oferta de los centros de formación, apuntan a una revisión completa de la misión de las universidades (la producción de conocimientos y la formación de profesionales) que amenaza a su "monopolio" sobre la ciencia y sobre la formación de científicos y tecnólogos. (19)

Como hacer ciencia requiere cada vez mayores recursos y como los productos científicos (especialmente algunos) han resultado ser negocios de lo más rentable, las corporaciones industriales han establecido nuevas relaciones con la ciencia y la tecnología en el sentido de adueñarse de ellas, pues ellas se han convertido en la principal fuente de riqueza y de dominio social. Creo que este tema merece una reflexión más profunda y detallada, imposible de realizar en este trabajo, pues, por un lado, el importante proceso de privatización del conocimiento y de subordinación de la ciencia a intereses privados reforzaría el apartheid tecnológico o brecha digital, al tiempo que, por otro, es una dimensión fundamental del conflicto entre lo que debe ser conocimiento público y lo que es susceptible de apropiación y explotación privada, especialmente en los conocimientos más importantes en la actualidad y que son los relacionados con las máquinas biológicas y las máquinas cibernéticas y microelectrónicas.

Ziman es tajante cuando advierte sobre los peligros para la objetividad del conocimiento científico originados por las condiciones actuales en las que se desarrollan las investigaciones científicas (hacer dinero y resolver necesidades sociales). (20) Señala que no es cierto que la ciencia esté pasando de un modo 1 académico a un modo 2 industrial, como señalan Gibbons y sus colegas, (21) pues ambos modos de organizar la ciencia han coexistido desde hace un siglo, existiendo un corte cultural entre la ciencia 'académica' de las universidades y la ciencia 'industrial' de los laboratorios industriales. Más bien, el modo 2 aparece como la versión post industrial de la ciencia aplicada y lo que puede estar sucediendo es que se estén borrando las distinciones entre investigación básica y aplicada y se esté forzando la emergencia de una sola cultura post académica. La nueva forma de organización de la investigación, los cambios en el entorno social de la ciencia, están amenazando a la objetividad de la ciencia en la medida en que han amenazado una norma básica de su funcionamiento: el desinterés. En la actualidad, el conocimiento público se está transformando en propiedad intelectual, y los investigadores ya no están protegidos de las influencias comerciales por sus puestos académicos. La objetividad científica, dice Ziman, es una norma cultural incorporada en una red de prácticas sociales, y surge de la incorporación del desinterés en el sistema personal de valores del científico como consecuencia de sus experiencias personales en situaciones de investigación específicas. En la actualidad, hay pocas situaciones de investigación que puedan producir esas experiencias. La objetividad es lo que hace a la ciencia socialmente valiosa, al ser la garantía pública de conocimiento desinteresado y confiable. Si la ciencia pierde su reputación de imparcialidad sobre cuestiones materiales, la confianza que sirve de trama a la sociedad democrática puede erosionarse y muchos conflictos sociales sólo podrán resolverse por referencia a la autoridad política o apelando a la fuerza. (22)

A modo de conclusiones

La teoría social hoy considera que un tipo de conocimiento, el científico tecnológico, (más bien habría que decir un conjunto muy amplio y constantemente creciente de conocimientos que se amparan bajo el paraguas de los métodos científicos) se ha convertido a lo largo del siglo XX en un elemento (factor o característica) básico para el normal funcionamiento de la vida cotidiana de los estados ricos del planeta. Si la aplicación intensiva de los conocimientos científico tecnológicos a la industria productiva se considera el factor relevante en la creación de valor, estudiar cómo se distribuye entre individuos y grupos de individuos -tipos y clases- la posesión y la propiedad de esos conocimientos así como el control y la explotación de sus resultados ha de ser tarea de la sociología del conocimiento y sus aportaciones contribuirán a la teoría social del presente.

Las transformaciones en el subsistema social de creación de ciencia y tecnología ponen de relieve la importancia de la objetividad del conocimiento científico tecnológico disponible en nuestras sociedades actuales. Lo que distingue a la ciencia de otros conocimientos, al menos hasta ahora, es que a partir de él se puede alterar la realidad, generar nueva realidad y hacer posible otras formas de adaptación del medio a la especie. Hace ya tiempo que el homo sapiens sapiens aprendió a adaptar el entorno a sus necesidades, a crear entornos humanizados, hasta el punto de que hoy el agotamiento de los recursos naturales y la alteración de los procesos climáticos se han convertido en amenazas claras para el propio entorno y para las condiciones de supervivencia de la especie humana, pues las otras especies van desapareciendo de forma implacable año tras año, reduciendo la bio diversidad y amenazando a la fortaleza que se deriva de ella. Las condiciones de vida de los países industrializados no son universalizables porque se establecen sobre el exterminio de los pobres y, como ha hecho público un informe del World Watch Institute, (23) se necesitarían cuatro planetas como la Tierra para disponer de los recursos necesarios para sostener en todo el globo un estilo de vida como el de las urbes industrializadas. Por ello, el debate se centra en las desiguales condiciones y niveles en las que, histórica y empíricamente, distintas poblaciones o sectores de una población disfrutan de los artefactos y comodidades de la civilización tecnológica.

El papel nuclear del conocimiento en la sociedad mundial y globalizada hace que su posesión y su propiedad, los derechos de uso y beneficio, pase a ser un problema de importancia cada vez mayor. La apropiación privada del conocimiento -la propiedad sobre las ideas- no ha hecho sino crecer en los últimos años y las disputas acerca de lo que es "patentable" y la regulación de los derechos de autor y de propiedad intelectual van creciendo en tono y magnitud, agudizadas por la disponibilidad universal de conocimientos que permiten las redes, interredes e intrarredes telemáticas y por la formulación del derecho universal de acceso a ellas. Ese parece ser el telón de fondo de los conflictos sociales que se avecinan.

Por ello, saber cómo son nuestras sociedades, saber qué consecuencias producen las condiciones en las que se desenvuelven nuestras vidas y saber qué podría hacerse para que las más desastrosas de esas consecuencias, por ejemplo la guerra o la miseria, y también el racismo o el afán de imponerse a los demás, no tengan lugar o que se amortiguen sus efectos, siguen siendo tareas inconclusas de las ciencias sociales. El que estas cuestiones parezca que han desaparecido de la agenda de la sociología, no las elimina desgraciadamente de la realidad del mundo en que vivimos. Ocuparse de ellas es también un acto de esperanza para que la teoría social salga de la tertulia postmoderna y el discurso subjetivista y mantenga su relevancia para explicar y mejorar el mundo en que vivimos.

Notas

· [1] – Roberto Velasco (2003) La economía digital. Del mito a la realidad, op. cit., cap. 2.

· [2] – Vease de Esher Dyson su publicación digital Release 1.0 en , asi como otros trabajos de Edventureque es el

· [3] – J.F. Tezanos (2001) La sociedad dividida. Estructuras de clases y desigualdades sociales en las sociedades tecnológicas, op. cit.

· [4] – Manuel Castells (2001) La galaxia Internet, op. cit. especialmente cap. 9.

· [5] – P. Sai-wing Ho (1997) Technological Gap and Uneven Accumulation in a Classical Production Model, Metroeconomica Vol. 48,1, pp. 81-106. OCDE (2001) Bridging the "Digital Divide": Issues and Policies in OECD Countries, en http://www.oecd.org/dataoecd/10/0/27128723.pdf . OECD (2001) Understanding Digital Divide, en http://www.oecd.org/dataoecd/38/57/1888451.pdf . El Departamento de Comercio americano, a través de la administración nacional de telecomunicaciones e información, lleva varios años editando las Falling through the Net Series, dedicadas a diversas medidas de la brecha digital en los Estados Unidos y a las políticas para la inclusión digital (http://www.ntia.doc.gov/ntiahome/digitaldivide/ ). La Digital Divide Network, una organización privada sin fines de lucro (http://www.digitaldividenetwork.org/content/sections/index.cfm ) centra sus actividades y trabajos en el análisis de la brecha digital y en las medidas contra ella. Los Informes sobre el Desarrollo Humano de las Naciones Unidas, especialmente el de 2001 titulado Poner el adelanto tecnológico al servicio del desarrollo humano, recogen el acceso a las redes como uno de sus indicadores de desarrollo de las sociedades actuales (http://www.undp.org/hdr2001/spanish/ ). También los diversos documentos e informes de la Fundación Benton (http://www.benton.org ).

· [6] – Es como si para solucionar el problema del transporte alguien propusiera que lo que hay que hacer es conseguir que la gente vuele como los pájaros.

· [7] – Por ello, Castells señala cuatro niveles de relación del desequilibrio educativo con la divisoria digital: diferencias en cuanto a la tecnología, la calidad de los profesores, la pedagogía diferencial y la ausencia de formación adecuada del profesorado.

· [8] – Catherine L.. Mann (2001) "The New Economy: End of the Welfare State?" en http://www.iie.com/publications/papers/mann0501.pdf ; también Gosta Esping-Andersen (2000) "A Welfare State for the 21st Century" en http://www.nnn.se/seminar/pdf/report.pdf .

· [9] – Una excelente recopilación de los debates en Estados Unidos sobre propiedad intelectual es la compilación de A. Thierer y C.W. Crews jr (Eds) (2002) Copy Fights. editado por el Instituto Cato de Washington, y que lleva como subtítulo "El futuro de la propiedad intelectual en la era de la información". Pese a que los debates se centran en el caso norteamericano, los problemas que se plantean en los diferentes ensayos de la compilación son generalizables y extrapolables al caso europeo, máxime cuando las grandes corporaciones hacen presiones de todo tipo para que la Unión Europea adopte medidas legales de patentabilidad similares a las de los Estados Unidos. Sobre la necesidad de armonizar las legislaciones europeas sobre patentes y propiedad intelectual, véase Anette Schmidt (1998) "La ley de patentes en Europa: ¿pueden conseguirse los beneficios esperados?" The IPTS Report, vol. 23, http://www.jrc.es/iptsreport/vol23/spanish/COM1S236.htm .

· [10] – M. Gibbons y otros (1994) The new production of knowledge. The dinamics of science and research in contemporary societies, London, Sage, 2002.

· [11] – Véase Pierre Haren (2003) "Nota sobre las patentes de software" en novATIca, nº 163, p. 16 y Alberto Bercovitz Rodriguez Cano (2003) "Sobre la patentabilidad de las invenciones referentes a programas de ordenador", en novATIca, nº 163, pp. 17-20.

· [12] – El caso de la alianza de Microsoft e Intel para el monopolio del mercado de los ordenadores personales y el larguísimo proceso judicial que desencadenó es un buen caso para estudiar el poder de las corporaciones tenológicas multinaciones sobre los Estados. La inexistencia de legislación internacional y la dependencia de la práctica totalidad de los Estados respecto a estas grandes corporaciones hacen plausible el panorama de nuevo feudalismo que pinta Javier Echeverría (1999) Los señores del aire: Telépolis y el tercer entorno, Barcelona, ediciones Destino.

· [13] – Véase The Digital Dilemma. Intellectual Property in the Information Age, para un recuento de los cambios introducidos por los desarrollos tecnológicos en lo relativo a la propiedad intelectual, si bien más centrado en los efectos para las discográficas y las productoras cinematográficas. (http://books.nap.edu/html/digital_dilemma )

· [14] – Aunque sobre GNU/Linux se ha escrito mucho últimamente, sobre todo en la prensa de papel y en la digital, debido a que empieza a ser una amenaza real para el predominio de Microsoft en los ordenadores personales, los documentos fundacionales son la Licencia Pública General de la Free Software Foundation de Richard Stallman que hizo posible el desarrollo de GNU/Linux y los trabajos de Eric Raymond's (1998) "The Cathedral and the Bazaar" First Monday (http://www.firstmonday.org/issues/issue3_3/raymond/index.html ) y (1999) The Cathedral and the Bazaar: Musings on Linux and Open Source by an Accidental Revolutionary, Sebastopol, O'Reilly. La obra de Raymond ha originado numerosos comentarios y trabajos imposibles de reseñar aquí. Eben Moglen (2003) The dotCommunist Manifesto (http://moglen.law.columbia.edu/publications/dcm.html#tex2html1 ).

· [15] – Algo muy parecido, o exactamente igual, es lo que se persigue con la directiva alentada por Irlanda en el Consejo de Ministros de la UE.

· [16] – Tomado de un documento del Grupo de Usuarios de Linux de Canarias colgado en mi blog (http://cibern-ethica.blogalia.com/historias/18566 )

· [17] – Paul A. David (2000) "A Tragedy of the Public Knowledge 'Commons'? Global Science, Intellectual Property and the Digital Technology Boomerang" (http://ww.oiprc.ox.ac.uk/EJWP0400.pdf ). Véase también el número dedicado a Conocimiento Abierto de la revista de la Asociación de Técnicos de Informática, Novática de junio de 2003, http://www.ati.es/novatica, en especial los trabajos de David Bollier "El redescubrimiento del procomún" y Yochai Benkler "La Economía Política del procomún". El trabajo de Douglas Morris y Lauren Langman (s.f.) "Networks of Dissent: A Typology of Social Movements in a Global Age" (http://www.is.njit.edu/ vci/iwci1/morris-internet-mediation.doc ) hace un interesante recuento de diversos tipos de movimientos sociales que operan en las redes y tienen carácter global.

· [18] – También ha crecido el número de estas patentes cuyas referencias remiten a fuentes y trabajos del conocimiento público en revistas científicas.

· [19] – Comisión de las Comunidades Europeas (2003) El papel de las universidades en la Europa del conocimiento. Declaración conjunta de los Ministros de Educación europeos reunidos en Bolonia el 19 de junio de 1999; ambos documentos disponibles en la web de la Unión Europea: http://europa.eu.int/. Los informes sobre las universidades y sobre la enseñanza superior se han sucedido en los últimos años. Véase Informe Delors (1995) La educación del siglo XXI; el Informe Dearing (1997) La Educación superior en la sociedad del aprendizaje, Comité Nacional de Evaluación de la Educación Superior del Reino Unido; Bricall (2000) Informe Universidad 2000, CRUE; Informe del Comisión Europea (2001) Higher Education in Europe.

· [20] – J. Ziman (1996) "Is science losing its objectivity?" y (2000) Real Science. What it is, and what it means, Cambidge, Cambridge University Press.

· [21] – M. Gibbons y otros (1994) The new production of knowledge. The dinamics of science and research in contemporary societies, op.cit.

· [22] – Ziman (1996) op. cit., p. 754.

· [23] – Disponible en http://www.worldwatch.org/pubs/sow/2004/.

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Teresa González de la Fe

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