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Cultura China

Enviado por rod28


    Introducción:

    La historia de China muestra más signos de independencia que cualquier cultura asiática, el pueblo chino no ha sufrido los efectos de grandes invasiones y gran parte de su cultura, como el sistema de escritura y numerosas facetas de su arte, apenas han variado en más de 3000 años. Sólo en fechas recientes se ha empezado a tener un conocimiento científico de la prehistoria China, a partir de las excavaciones arqueológicas iniciadas en la década de los veinte.

    Los primeros habitantes de China de que se tiene noticia se establecieron en la cuenca del río Amarillo, esta zona, que solo es una pequeña parte de la China actual, se halla separada del resto del mundo de forma similar a la que pervive en nuestros días. Es más que probable que la mayoría de los pueblos pastoriles de la prehistoria que aprendieron la técnica del cultivo se vieran asilados unos de otros por barreras naturales como montañas y desiertos, con todo esto, el aislamiento chino no puede explicares sólo por estas razones.

    Durante millares de años antes de que aparecieran las primeras dinastías de reyes, pueblos nómadas habían atravesado las llanuras y las murallas del hábitat chino, por ello es probable que algunos conocimientos y prácticas de la civilización llegaran a China procedentes de las sociedades medio-orientales.

    Geografía:

    China, la segunda nación más grande del mundo, tiene una superficie de 11,418,174 km2 (incluida Mongolia). China es superada sólo por Rusia en términos de tamaño y es más grande que toda Europa y Oceanía. Ocupa una cuarta parte de la extensión territorial de Asia y aproximadamente una doceava parte del área de todo el mundo.

    Los límites de la antigua China eran: Al norte el Desierto de Gobi y Mongolia; al sur el Mar de China y las Selvas de Indochina, el este el Mar amarillo y el Mar de China y al oeste, las montañas del Tíbet y el Turquestán.

    Los ríos que cruzan a la China son: el Hoang-Ho (río Amarillo) y el Yang-tse-Kiang (río Azul), estos dos ríos nacen en las montañas del Tíbet y desembocan en el Mar Amarillo. El Hoang-Ho, es de curso muy irregular y su extensión no puede compararse a la del Yang-tse-Kiang, ya que éste tiene 5000km de longitud y cerca de su desembocadura tiene 500km de navegación, con una anchura de casi 35km.

    Los ríos de China han dividido a ésta en diferentes regiones, pero la cultura se ha desarrollado junto a las márgenes de estas vías fluviales. Por la extensión del país los climas son muy variables y por tanto su agricultura, así como su fauna, fueron también de una gran diversidad, el arroz constituyó, por la fertilidad de su suelo, el principal elemento de alimentación.

    En este territorio, de suelo fértil, favorable a la agricultura (cultivos de arroz, moreras, caña de azúcar, té, trigo, etc.) y a las labores mineras (yacimientos de cobre, oro, hierro y plomo), se estableció el pueblo chino, correspondiente a la raza mongólica, de pómulos salientes, ojos oblicuos, cabello negro y lacio, y tez mas o menos amarilla.

    Como se sabe fue justamente en China, donde se localizaron los restos del Hombre de Pekín o sinanthropus pekinensis, a los que se les calcula una edad de cerca de medio millón de años, y se les considera contemporáneos de las razas más primitivas correspondientes al paleolítico inferior, se sabe que el hombre de Pekín conocía el fuego, era cazador y hacía de piedra sus cuchillos, sus martillos y sus raspadores.

    Las dinastías:

    Según la tradición, el pueblo chino se originó en el valle del río Amarillo. Las leyendas hablan de un creador, P'an Ku, al que sucedieron una serie de soberanos celestiales, terrestres y humanos. Las pruebas arqueológicas son escasas, aunque fueron encontrados restos de Homo erectus, cerca de Pekín, que datan de hace 460.000 años. Hay pruebas fehacientes de la existencia de dos culturas con cerámica, la cultura de Yangshao (3950 a 1700 a. C.) y la cultura de Longshan (2000 a 1850 a. C.).

    • Las dinastías primitivas:

    La tradición dice que los Xia (1994 a 1766 a. C.) fueron la primera dinastía china hereditaria, que sólo desapareció cuando fue expulsado su último gobernante debido al poder tiránico que ejerció sobre su pueblo. Sin embargo, no hay restos arqueológicos que confirmen esta historia; y la primera dinastía de la cual hay evidencias históricas es la Shang. El último monarca Shang, un tirano cruel y libertino, fue expulsado por un enérgico Zhou de un estado en el valle del río Wei.

    • La dinastía Shang (1766 a 1027 a. C.):

    La dinastía Shang gobernó en el territorio que ocupan las actuales provincias de Henan, Hubei, Shandong y la parte septentrional de Anhui, en el centro y norte de China. La capital, desde alrededor del 1384 a. C. en delante, estaba situada en Anyang cerca de la frontera norte de Henan. La economía estaba basada en la agricultura; se cultivaba trigo, cebada y posiblemente arroz. También se cuidaban gusanos de seda, y se criaban cerdos, perros, ovejas y bueyes. Se han encontrado recipientes de bronce, armas y otras herramientas, lo cual indica el conocimiento de la metalurgia y la existencia de artesanía. La sociedad creada por los Shang era aristocrática. Al frente estaba el rey, que presidía una nobleza militar y elegía a los gobernantes territoriales, que estaban obligados a ayudarle en sus empresas militares. Entre esta clase aristocrática y los plebeyos había un estrato sacerdotal culto que se ocupaba de los documentos de gobierno y era responsable de la adivinación. Los Shang adoraban a sus antepasados y a una multitud de dioses, el principal de los cuales era conocido como Shang Ti, el Señor en lo Alto.

    El relato de la caída de la dinastía Shang que aparece en las historias tradicionales chinas sigue el modelo legendario de la defección de los Xia. El último monarca Shang, un tirano cruel y libertino, fue expulsado por un enérgico Zhou de un estado en el valle del río Wei. Situada en las franjas noroccidentales del dominio Shang, la cultura de los Zhou era una síntesis de los elementos básicos de la civilización Shang y ciertas tradiciones marciales características de los pueblos no chinos del norte y del oeste.

    • La dinastía Zhou (1122 a 256 a. C.):

    Durante este periodo la civilización china se fue extendiendo gradualmente hacia el norte, ocupando el valle del río Yang-tse-Kiang. La amplia expansión por este territorio y el primitivo estado de las comunicaciones terrestres hicieron imposible que los Zhou ejercieran un control directo sobre toda la región; por lo tanto delegaron la autoridad en vasallos, cada uno de los cuales gobernaba por lo general sobre una ciudad amurallada y su territorio circundante. La jerarquía de estos estados de tipo feudal estaba encabezada por el señor, cargo que era hereditario; por debajo de él estaba la clase guerrera y en la base social se encontraban los campesinos y esclavos domésticos. Con el tiempo, estos estados vasallos se fueron haciendo cada vez más autónomos.

    La sociedad Zhou estaba organizada alrededor de la producción agrícola. La tierra estaba dividida idealmente en extensiones cuadradas, cada una de las cuales se subdividía en nueve parcelas que formaban un espacio con forma de triángulo equilátero. Las ocho parcelas exteriores estaban asignadas a ocho familias campesinas, quienes unían sus esfuerzos y recursos para cultivar la parcela central propiedad de la clase dirigente. No está claro hasta qué extremo se utilizaba este sistema de distribución de tierras, pero las dinastías posteriores pensaron que era la manera más equitativa de dividir la tierra.

    Las prácticas religiosas se correspondían con el sistema social jerárquico. Los Zhou creían en el poder que emanaba del Cielo, que autorizaba el poder de los reyes; éstos hacían sacrificios al Señor en lo Alto, ahora llamado Tian (Cielo) y a sus antepasados. El señor de los estados hacía sacrificios a la naturaleza local y a deidades agrícolas, así como a sus antepasados. Las familias individuales también ofrecían sacrificios a sus antepasados para evitar infortunios y calamidades.

    • Los Zhou del este:

    Los reyes Zhou fueron capaces de mantener un control efectivo sobre sus dominios hasta que finalmente, en el 770 a. C., algunos de los estados se rebelaron y junto con invasores nómadas del norte expulsaron a los Zhou de su capital, cerca de la actual Xi´an. Con posterioridad, los Zhou establecieron una nueva capital hacia el este, en Luoyang. Aunque ahora estaban más a salvo de los ataques de los bárbaros, los Zhou del este no podían ya ejercer una gran autoridad política o militar sobre los estados vasallos, muchos de los cuales habían crecido hasta ser más poderosos que el poder central Zhou. Sin embargo, como guardianes del mandato celestial, los Zhou continuaron la práctica de confirmar el derecho de los nuevos señores a gobernar sobre sus tierras y por lo tanto permanecieron como jefes supremos hasta el siglo III a.C. Desde el siglo VIII al III a. C. tuvo lugar un rápido crecimiento económico y un profundo cambio social en el marco de una inestabilidad política extrema y un estado de guerra casi incesante. Durante estos años China entró en la edad del hierro; el arado de hierro tirado por bueyes, junto con más perfeccionadas técnicas de regadío, llevaron a conseguir mejores cosechas, que a su vez, mantuvieron el constante crecimiento demográfico, el cual estuvo acompañado por la aparición de una nueva clase de mercaderes y comerciantes. Se mejoraron las comunicaciones por el progresivo uso del caballo como animal de transporte.

    La integración económica permitió a los gobernantes ejercer el control sobre mayores extensiones de territorio. Los estados situados en las fronteras exteriores de la zona cultural china se expandieron a costa de sus vecinos no chinos, menos avanzados, y al expandirse se estimuló y diversificó su propia cultura al adquirirse elementos culturales de las civilizaciones exteriores. Por ejemplo, por aculturación de las culturas no chinas del noroeste, los chinos de las regiones fronterizas adoptaron por primera vez el uso de unidades de caballería montada. Para los estados de la llanura del norte de China, la expansión significó una agresión contra otras organizaciones políticas que compartían la misma civilización básica, y la uniformidad cultural entre los estados tendía a promocionar el estancamiento cultural. Hacia el siglo VI a. C. siete poderosos estados sitiaron a los más pequeños y relativamente débiles de la llanura del norte de China.

    Con la caída de la autoridad política de la dinastía Zhou y la aparición de poderosos estados periféricos, las relaciones interestatales se volvieron cada vez más inestables. Durante los siglos VII y VI a.C., se consiguieron breves periodos de estabilidad al organizarse alianzas interestatales bajo la hegemonía del miembro más fuerte. Sin embargo, hacia el siglo V a. C. el sistema de alianzas era insostenible y la China de los Zhou desembocó en el denominado periodo de los Reinos Combatientes (481-221 a. C.), caracterizado por la anarquía.

    • La dinastía Qin (221-206 a C.):

    En el 221 a. C., el rey de Qin se autoproclamó Qin Shi Huangdi, o primer emperador de la dinastía Qin. El nombre "China" deriva de esta dinastía.

    Con la ayuda de un ministro legalista, Li Si, el emperador unificó el mosaico de estados feudales en un imperio administrativamente centralizado y culturalmente unificado. Se abolieron las aristocracias hereditarias y sus territorios se dividieron en provincias gobernadas por burócratas nombrados por el emperador. La capital de Qin, cerca de la actual ciudad de Xi'an, se convirtió en la primera sede de la China Imperial. Se adoptó un sistema de escritura y su uso se hizo obligatorio en todo el Imperio. Para promocionar el comercio interno y la integración económica, los Qin unificaron los pesos y medidas y la acuñación de moneda. Se adoptó la propiedad privada de la tierra y se aplicaron leyes e impuestos con igualdad. La búsqueda de la uniformidad cultural llevó a los Qin a no legalizar muchas escuelas filosóficas que habían florecido a finales del último periodo Zhou. Sólo se dio la aprobación oficial a los legalistas y en el 213 a. C. se quemaron los libros de todas las otras escuelas, a excepción de los ejemplares que se guardaban en la biblioteca Imperial Qin.

    El primer emperador también intentó extender las fronteras exteriores de China. En el sur sus ejércitos marcharon hacia el delta del río Rojo, lo que en la actualidad es Vietnam. En el sudoeste su dominio se extendió para englobar la mayor parte de las actuales provincias de Yunnan, Guizhou y Sichuan. En el noroeste sus conquistas alcanzaron Lanzhou, en la actual provincia de Gansu y el noreste, un sector de lo que hoy es Corea, reconoció la soberanía de los Qin. El centro de la civilización china, sin embargo, permaneció en el valle del Huang He. Aparte de la unificación y expansión del Imperio, el logro más conocido de la dinastía Qin fue la terminación de la Gran Muralla china.

    El coste económico y humano de las conquistas extranjeras de los Qin y la construcción de la Gran Muralla y otras obras públicas fue enorme. El peso siempre creciente de los impuestos, el servicio militar y los trabajosforzados crearon un hondo resentimiento contra la dinastía Qin entre las clases populares del Imperio. Además, las clases intelectuales estaban ofendidas por la política gubernamental de control del pensamiento, en especial la quema de libros. El sucesor de Qin Shi Huangdi cayó bajo la influencia de un astuto eunuco de palacio. Siguió una lucha por el poder, mutilando la administración central y el pueblo indignado se levantó en una rebelión.

    • Los Han (206 a. C. a 9 d. C.):

    De los tumultos y estado de guerra que marcaron los últimos años de la dinastía Qin, destacó un dirigente de origen humilde, Liu Bang. Aplastó a otros pretendientes al trono y se proclamó a sí mismo emperador en el 206 a.C. La dinastía Han por él fundada sería la más duradera de la Era Imperial. Los Han se constituyeron sobre la base unificada que habían dejado los Qin, modificando la política que había conducido a suderrocamiento. Las leyes onerosas fueron suspendidas, los impuestos se redujeron sensiblemente y se adoptó una política favorecedora del comercio que permitió la recuperación económica. En principio Liu Bang concedió reinos hereditarios a algunos de sus aliados y familiares, pero hacia mediados del siglo II a.C. la mayor parte de estos reinos habían sido reintegrados y casi todo el territorio chino estaba bajo la jurisdicción del Imperio de los Han.

    Una de las contribuciones más importantes de esta dinastía fue el establecimiento del Confucionismo como ideología oficial; sin embargo, en un intento por proporcionar una ideología completa al Imperio, los Han incorporaron al Confucionismo ideas de otras muchas escuelas filosóficas y emplearon supersticiones populares para incrementar las enseñanzas de Confucio. En el funcionamiento administrativo heredado de los Qin, los emperadores Han siguieron el principio confuciano de elegir a los hombres sobre la base del mérito más que por su nacimiento, siendo elegidos los más cualificados mediante exámenes escritos. A finales del siglo II a.C. se fundó una universidad imperial en la cual se formaban los futuros funcionarios o Mandarines en los cinco clásicos de la escuela confuciana.

    Los primitivos Han alcanzaron el cenit de su poder bajo el emperador Wudi (reinó desde el 140 al 87 a. C.). Casi todo el territorio que hoy engloba China pasó a estar bajo poder imperial, aunque muchas regiones, en especial al sur del río Yangzi Jiang, no estaban totalmente asimiladas. La autoridad china se estableció en el sur de Manchuria y norte de Corea. En el oeste, los ejércitos Han lucharon con una tribu conocida como los xiongnu, que probablemente estaban emparentados con los hunos y penetraron en el actual territorio de Kazajstán. En el sur, la isla de Hainan pasó a estar bajo control Han y se establecieron colonias alrededor del delta del Xi Jiang, en Annam y en Corea.

    Las políticas expansionistas del emperador Wudi consumieron los excedentes económicos que se habían ido acumulando durante las administraciones de sus predecesores y fue necesaria la restauración de políticas legalistas para reponer las arcas del Estado. Se subieron los impuestos, reaparecieron los monopolios estatales y la moneda se devaluó. Las penurias que sufrían los campesinos se vieron agravadas por el crecimiento demográfico, lo cual provocó la reducción del tamaño de las parcelas individuales en un momento en que los impuestos se incrementaban. Durante el siglo I a. C., las condiciones empeoraron aún más. En varias ocasiones el trono fue heredado por príncipes en edad infantil, cuyas madres a menudo completaban las responsabilidades del gobierno con miembros no cualificados de su propia familia. Las facciones y la incompetencia debilitaron el gobierno imperial. Grandes familias terratenientes de la provincia desafiaron a las autoridades que recaudaban los impuestos del gobierno central y adquirieron una especie de privilegio para la exención de impuestos, lo que redujo los ingresos del gobierno y gravó duramente a los campesinos. Los levantamientos agrarios y el bandolerismo reflejaron el descontento popular.

    Organización económica y social:

    En el principio la organización de los chinos estuvo basada en la agricultura pero posteriormente fueron creadas las industrias. Entre ellas pueden mencionarse la de la metalurgia, especialmente el bronce, ya que el hierro fue utilizado para la armería en épocas muy cercanas a Cristo. Otras industrias importantes de esta cultura, fueron la porcelana y la seda, la originalidad de estos productos hizo que desde épocas muy remotas los chinos tuvieran un gran comercio, que llegó a prolongarse hasta el mundo mediterráneo.

    En cuanto a la organización social y política de China sólo se conocen datos precisos desde la dinastía Chou, aunque la división territorial del país era un tanto ficticia, pues la forma en que estaba dividido el territorio era basándose en el feudalismo o señoríos de príncipes. Fueron los Tsing los que establecieron el absolutismo, pero este sistema de gobierno no duró mucho, ya que los Han volvieron al antiguo sistema feudal.

    Las clases sociales en China fueron integradas: la primera por una aristocracia que dominaba las funciones políticas y religiosas, la segunda, por los funcionarios del estado o burocracia que degeneró en una rutina mecánica; y la tercera estaba constituida por artesanos y campesinos. Es indiscutible que un pueblo como el de China, tan invadido por tribus bárbaras, debió contar con una esclavitud muy pronunciada y, por lo tanto, esta organización no pudo conservarse indefinidamente a causa de las invasiones mencionadas

    Religión y filosofía:

    La libertad de religión es un derecho constitucional de cada ciudadano de la República de China. Según el Ministerio del Interior, hay más de 11 millones de creyentes religiosos en el área de Taiwan. En conjunto, hay más de 16.000 templos e iglesias dispersos en la región, sirviendo las necesidades espirituales de los 21,4 millones de residentes.

    Politeísta y sincrética, en la sociedad china domina el taoísmo y el budismo, a pesar de que aparentemente cada religión postula una doctrina independiente, algunas de ellas no pueden diferenciarse estrictamente. Por ejemplo, Matsu, la Diosa del Mar, una deidad folklórica de Taiwan; y Kuanyin, la diosa budista de la Misericordia, se adoran a veces en el mismo templo. Esto revela el carácter especial de la perspectiva religiosa china, que puede acomodar simultáneamente creencias aparentemente contradictorias.

    Como en casi todos los pueblos primitivos, la primera religión de la China fue la naturalista o sea, la adoración hacia lo desconocido y la fuerza que sobre el hombre pueden tener los fenómenos naturales, pero los chinos relacionaban la conducta del individuo con los fenómenos del universo. En resumen, dependían de los actos humanos y de las fuerzas naturales; por ejemplo, el rayo que incendiaba una casa, era consecuencia de la conducta de sus moradores. La segunda religión en la China fue la de Lao-Tse que es la de la razón fundada en las doctrinas racionalistas del Tao.

    • Confucio:

    Del año 770 al 221 antes de nuestra era, época de la dinastía Zhou del Este que incluye el período de Primavera y Otoño, así como al de los Reinos Combatientes, el monopolio que tenía la nobleza sobre la cultura se quebró gradualmente debido a la prolongada conmoción social. Esta situación se inició desde dicha dinastía. Pero, se desarrolló la práctica de la enseñanza individual.

    En los últimos años del período de Primavera y Otoño, Confucio, pensador, político y pedagogo de su época, destacó a la enseñanza con particular interés. Más tarde, en el período de los Reinos Combatientes, con la aparición de numerosas otras escuelas ideológicas, surgió una época de competencia entre ellas. A mediados de este último período se conoció un nuevo estilo literario llamado " Elegías de Chu " y que reflejaban la época.

    Confucio fue un sabio de fama nacional en la historia china. Sin embargo, su nombre, su doctrina y su influencia quizá no sean del todo desconocidas para el mundo. Confucio se llamaba Kong Qiu, conocido también como Kong Zhongni. Nació en 551 antes de nuestra era y murió en 479 antes de nuestra era. Su tierra natal es el actual distrito de Qufu, provincia de Shandong. Sus antepasados eran grandes nobles esclavistas del Reino Song. Su bisabuelo, por el fracaso político, escapó al Reino Lu. En tiempo de su padre, la familia ya había decaído. Por esta razón, Confucio, cuando era joven, trabajaba como almacenero y pastor. Más tarde, vivió durante largo tiempo de la enseñanza privada. Se dice que tenía tres mil discípulos, de los cuales 72 eran sobresalientes.

    En su senectud, comenzó a dedicarse a recopilar libros en el mismo reino. Redactó el libro Anales de Primavera y Otoño y revisó Li y Le, obras clásicas de China. Hay otros cinco trabajos que son estimados como cánones por la escuela confuciana. La obra Anales de Primavera y Otoño es la más antigua crónica que se mantiene bien conservada hasta la fecha, y ejerció enorme influencia sobre las obras históricas posteriores del país.

    Después de la muerte de Confucio, sus discípulos recopilaron sus sentencias en el libro Analectas, en el cual se registran las actividades de Confucio, en particular, sus palabras y sus puntos de vista sobre la filosofía y la política. Las actividades de Confucio en la enseñanza y sus viajes por diversos reinos reflejaron en cierto grado el deseo de aquellos que no tenían títulos de nobleza y querían intervenir en la política. Estas personas constituían una fuerza social naciente en medio de las conmociones de la época. Confucio dijo: "Quien estudia bien, llegará a ser funcionario". Esto demuestra que el objeto de su enseñanza era hacer de sus discípulos hombres en condiciones de intervenir en la política.

    Cabe señalar que la enseñanza de Confucio era contraria a la oficial de los nobles de su época. Al comentar sobre la naturaleza humana, Confucio afirmó que " todos los hombres tienen la misma naturaleza " , lo que era una objeción a la concepción esclavista según la cual la jerarquía era congénita.

    Confucio dio prioridad a la benevolencia, tomándola como la norma ideal de la virtud, pero consideraba que su benevolencia era un amor determinado por las relaciones cercanas y distintas, las jerarquías, la riqueza o la pobreza. Para Confucio, sólo los señores estaban en condiciones de ser benévolos, mientras que los humildes no podían ser más que el blanco de la aplicación de esta benevolencia.

    En el problema sobre los ritos y la benevolencia, Confucio no insistía en el nuevo contenido para negar la forma caduca, sino que se obstinaba en corregir el viejo contenido con la forma caduca. A pesar de que las actividades de Confucio reflejaban cierta tendencia progresista, a fin de cuentas, servían para defender los intereses de la nobleza esclavista y no podían librarse del yugo del viejo sistema.

    Pero, en lo político, Confucio fue un conservador y marchó en contra de la corriente histórica de su época. El mismo sabía incluso que sus ideas no podían realizarse, pero no quería abandonarlas. No obstante, durante las posteriores dinastías feudales en China, las clases dominantes aprovecharon algunos puntos de vista de Confucio.

    • Taoísmo y Confucionismo:

    Lao-Tse cuyo nombre quiere decir el viejo sabio, nació, según la tradición, en la parte sur de su país l año de 694 a. C., en un ambiente campesino. Aplicado a los estudios, fue archivero de un príncipe Chou. Producto de sus reflexiones resultó el sistema folisófico-religioso que se conoce con el nombre de Taoísmo, contenido en su libro Tao-tse-king, en el que sostiene que la fuerza creadora y eterna de todas las cosas es Tao la cual ordenaba al mismo tiempo todas las cosas de la naturaleza. Los hombres deben sentirse parte de esa misma fuerza, en la que deben pensar para obtener la santidad eterna.

    Lao-Tse enseñó también que para alcanzar la felicidad se deben dominar los deseos y las pasiones, y que se deben practicar determinadas virtudes, como las de evitar la hipocresía, la mentira y la guerra; debiendo practicarse la honestidad, la justicia y la piedad.

    Según una leyenda siendo ya muy anciano, salió de China montado en un búfalo y no volvió nunca a su país. En los años posteriores, algunos de sus discípulos lo llegaron a divinizar y aun se formaron monasterios taoístas.

    Tiempo más tarde, cuando la decadencia política y social era mayor en el país, surge la figura de Confucio. Estudió las ideas de Lao-Tse y trató de formar una doctrina moral, que basada en ella, se adaptara a la manera de ser del pueblo chino.

    El Confucionismo procuró exaltar los sentimientos de respeto a las tradiciones y a los ancianos, culto a los muertos, mantenimiento de los afectos dentro de la familia y ejercicio de la caridad. Pensó que los gobernantes debían ser justos y sabios, y sus súbditos debían obedecerles y respetarles, a fin de que pudiera mantenerse la paz, el bienestar y la seguridad en la sociedad. Todo sus sistema de moral quedó en sus cuatro libros o king, formados por las preguntas y respuestas del maestro y de sus discípulos.

    El arte de la caligrafía china:

    La caligrafía china es una rara y exótica flor en la historia de la civilización y una joya sin igual en la cultura oriental. En su aspecto gráfico, se la puede comparar con la pintura por su capacidad para despertar emociones mediante la rica variedad de sus formas y rasgos. Como arte abstracto, se manifiestan en toda su pureza el ritmo y la armonía musicales. Todo ello sumado a una parte práctica: es una forma de escritura.

    La escritura constituye la representación palpable de la lengua hablada. Dentro de los caracteres chinos podemos establecer seis categorías:

    1. Hsiang hsing, representación gráfica directa
    2. Chih shih, expresión simbólica de ideas abstractas
    3. Hui yi, combinación de elementos gráficos concretos y expresión simbólica de abstracciones
    4. Hsing sheng, combinación de elementos fonéticos y pictóricos
    5. Chia chieh, carácter empleado únicamente a causa de su valor fonético para representar un homófono o casi homófono con el que no guarda relación
    6. Chuan chu, carácter que ha adquirido un nuevo significado, lo que ha hecho necesario asignar al significado primitivo una nueva grafía o modificar la que ya tenía.

    Estos métodos de formación de los caracteres chinos reciben el nombre de Liu Chu o los Seis métodos de escritura.

    • Sellos:

    En el estilo propio de los sellos, los trazos, tanto horizontales como verticales, son delgados, uniformes, enérgicos y tienden a terminar en punta. El momento de máximo desarrollo de este estilo coincidió con la dinastía Ch'in (221-207 a. de C.), época en la que se dieron dos variedades principales: Ta Chuan (estilo mayor) y Hsiao Chuan (Estilo menor). Quedan numerosas muestras del estilo mayor en inscripciones realizadas sobre piedra en forma de tambor (shih kuwen) y vasijas de bronce como las Ch'in Kung Kuei. El estilo menor se caracteriza por sus formas sinuosas, estilizadas, cuidadas y enérgicas, en contraste con el estilo mayor, menos refinado. Li Szu, estacado ministro de la dinastía Ch'in, legó a la posteridad la inscripción de la piedra de Tai Shan que constituye un modelo inigualado del estilo menor de escritura de sellos.

    La escritura normal, K'ai Shu, se desarrolló durante la dinastía Han (206 a. C. a 220 d. C.), tomando como modelo la escritura administrativa. Su nombre actual es "escritura normalizada" (cheng k'ai) Al ser más cómoda que la escritura administrativa, se convirtió en la escritura habitual para las necesidades cotidianas. Su momento culminante llegó en época de la dinastía T'ang (618 a 907). Hubo destacados calígrafos, como Yen Chen-ch'ing (705 a 785), que crearon sus propias escuelas de escritura normalizada con trazos enérgicos y definidos y que dejaron una huella duradera en la historia de la caligrafía china.

    La escritura rápida ocupa una posición intermedia entre la escritura normalizada y la cursiva. No es tan angulosa como la grafía administrativa ni tan redondeada como la escritura de sellos. Quizás la mejor forma de describirla sería como variante de la escritura regularizada. Toma su nombre de la rapidez de su ejecución. Su desarrollo suele atribuirse a Liu Teh-sheng de la dinastía Han oriental.

    Existen múltiples variedades de la escritura cursiva o "de hierba", algunas de las cuales son combinaciones con otros estilos, como por ejemplo la cursiva de sellos y la escritura administrativa. Existe también una "cursiva informal" (k'uang ts'ao). Los rasgos comunes a la s diversas variedades son: estructura simplificada, trazos unidos, líneas realizadas apresuradamente y con soltura, y escasa legibilidad. Existe un proverbio chino que es el que mejor expresa la belleza de este tipo de letra:

    La escritura se detiene pero el significado continúa. Se abandona el pincel, pero su poder es inagotable". De los cinco estilos de escritura china, la cursiva es la que más se aproxima al arte abstracto. Entre los calígrafos que más han destacado en el terreno de la cursiva a lo largo de la historia, que lograron ordenar el caos aparente de esta forma de escritura, y que fundaron sus propias escuelas, figuran Wang Hsien-chih de la dinastía Chin oriental y huai Su (725-785) de la dinastía T'ang. Entre los contemporáneos, Yu Yu-jen (1879-1964).

    La caligrafía china no es tal sólo un instrumento práctico de la vida cotidiana sino que está integrada, junto con la pintura, en una de las tendencias más significativas de la historia del arte chino.

    Literatura e Imprenta:

    La vastísima y variada literatura china se ha desarrollado desde muy antiguo hasta la Edad Moderna en una línea de continuidad que une los versos primitivos, escritos probablemente hacía el siglo XI a. C., la escritura más antigua se hace sobre tablillas de madera o de bambú con un punzón elaborado con éste último material aguzado en un extremo, que se mojaba en un líquido coloreado. Posteriormente se empezaron a emplear de pelo y a escribir sobre seda o papel, conocido este último por los chinos en el siglo II d. C., desde entonces los artistas del país utilizan los mismos materiales.

    Las primeras tentativas de impresión pudieron estar inspiradas por calcos tomados de las inscripciones sobre piedra que datan del siglo IX d. C. Así surgió la idea de imprimir sobre papel con bloques de madera, y a fines del siglo X se utilizaba ampliamente ese método en la producción de libros. Se cree que Pi Sheng inventó los tipos móviles de arcilla cocida hacia el año 1043, pero es posible que aquéllos no se hicieran de bloques de madera hasta el siglo XIV. Debido a la naturaleza de la lengua China, representada en miles de pictogramas, los tipos móviles no se popularizaron como sucedió en europa.

    La Pintura tradicional china:

    Los origines de la pintura tradicional china se remontan a las más tempranas épocas de la historia de este país. En general, podemos decir que las obras anteriores a la dinastía T'ang (618-907) son dibujo de líneas producidos por personas que se dedican a otras actividades. Esta fue la edad de oro de los dibujos de figuras humanas. Durante la primera mitad de la dinastía T'ang, el paisaje y las pinturas que representaban flores y pájaros comenzaron a ganar importancia. Los cuadros con montañas, bosques, campos y jardines nos permiten evadirnos de los sinsabores de este mundo y penetrar en el reino de la paz y la tranquilidad. Este ha sido el motivo de que el paisaje haya sido siempre una forma pictórica muy apreciada por los literatos y burócratas chinos. También son muy admirados los árboles, piedras, praderas, flores pájaros y otros animales que aparecen en las pinturas de flores y pájaros, dotadas de gran viveza y energía. Así pues, las tres categorías principales de la pintura tradicional china serían el paisaje, flores y pájaros y las representaciones de figuras humanas de la primera época.

    Las clases dirigentes y las elites de las dinastías T'ang y Sung (920-1279) fueron grandes mecenas de la pintura. El objetivo que se perseguía con las obras de este período no era puramente artístico sino que tenía una vertiente política y educativa. El estilo tendía a ser elaborado y vistoso. La corte de la dinastía Sung fundó una academia de pintura con un plan de estudios sistemático. Hui Tsung, emperador de la dinastía Sung destacado por su amor a las artes en general y a la pintura en particular aportó fondos para la formación de los artistas prometedores. Esta fue la época de máximo esplendor de la academia.

    El grado de realismo de la pintura china ha sido fuente de frecuentes debates. Algunos pueden pensar que no es en absoluto realista, pero eso sólo es parcialmente cierto. El realismo en la pintura china culminó durante las dinastías T'ang y Sung. Sin embargo, no se trata de un realismo que trate de reflejar objetivamente el objeto como tal y como éste es captado por los sentidos, sino que más bien trata de expresar de forma subjetiva lo que se esconde tras la apariencia de las cosas.

    El elemento principal de la pintura china es la línea, rasgo que comparte con la caligrafía, lo que ha sido motivo de que ambas artes hayan estado estrechamente ligadas desde su origen. Durante la época de éxito de los pintores literatos en tiempos de la dinastía Yuan, los hombres de letras que se dedicaban a la pintura trataban intencionadamente de reafirmar más aún los lazos entre la caligrafía y a pintura, por lo que se volcaron en una tendencia que aunaba ambas disciplinas. Asimismo, la intensa relación entre poesía y pintura surgió por la influencia de la literatura sobre la pintura.

    El arte del mueble tradicional chino:

    El mueble tradicional chino evolucionó de la simplicidad a la complejidad y estuvo estrechamente ligado al estilo de vida y a los cambios económicos y culturales de China a lo largo de su historia. Con anterioridad a la dinastía T'ang, lo más frecuente era que los chinos se sentasen en el suelo sobre esterillas de paja. Tras el período de los Reinos combatientes (475-221 a. de C.), comenzó a generalizarse el uso de camas y sofás como asientos. En tiempos de la dinastía Wei-Chin (220-420) y de las dinastías del norte y del sur (420-589), comenzaron a penetrar en China las sillas de estilo occidental, las sillas de tijera y otros tipos de asientos. A partir de este momento, los asuntos cotidianos de los chinos pasaron a decidirse desde sillas en lugar de desde el suelo, con las piernas cruzadas. Las esteras de paja se empezaron a usar para cubrir las camas y sofás.

    Los muebles Ming destacaron por su línea sencilla, uniforme, sin rupturas y por su decoración parca y elegante, todo lo cual tiende a realzar sus magníficas características de construcción. Durante la dinastía Ch'ing, debido a la influencia del floreciente comercio exterior chino y al avance de las técnicas artesanales, se pasó a una decoración rica y compleja que incluía tallados. A causa del gran desarrollo del mueble chino con las dinastías Ming y Ch'ing, la mayor parte del diseño actual de muebles chinos permanece dentro de esta línea

    Al igual que en la arquitectura china tradicional, la madera es el material más importante en la fabricación de muebles. Esto es así por una doble razón: por un lado, debido a las necesidades derivadas del estilo de vida chino y, por otra, a causa de la gran riqueza forestal del país. Hay dos tipos principales de muebles: los lacados y los de madera dura. El lacado se empleaba a menudo en el mobiliario de palacios y templos y en el de las casas de familias acaudaladas. Entre sus variedades tenemos el estilo t'i-hung, de laca labrada; t'ien-ch'i, en el que la laca se emplea para rellenar una figura tallada en la madera, y se alisa después; miao-ch'i, o bosquejo en laca; y luo-tien, o incrustaciones de nácar. Se pueden combinar dos o más métodos en una misma pieza. Los muebles en madera dura son habituales en casas de familias ricas, pero se empleaban más todavía en las casas de los nobles y de las autoridades. Entre las maderas utilizadas se cuentan la de sándalo rojo, peral, padauk, ébano y nanmu. La de sándalo rojo es la más apreciada en la fabricación de muebles por su densidad, dureza y resistencia al paso del tiempo.

    Medicina china:

    Visitar una farmacia china en la República de China viene a ser como entrar en un museo de ciencias naturales en miniatura. Dispuestos en riguroso orden en hileras de cajoncitos, se encuentran los más variados productos animales, vegetales y minerales, cada uno de ellos con un uso específico. Entre este surtido de curiosidades encontramos cinabrio y ámbar para calmar los nervios, cártamo y huesos de melocotón para mejorar la circulación sanguínea, efedra china (mahuan) para producir transpiración y ginseng para fortalecer la función cardíaca.

    La preparación de una receta de un médico chino es un proceso digno de ser contemplado. El farmacéutico escoge unos cuantos de los cientos de ingredientes que guarda en sus anaqueles. El paciente los lleva a casa, los cuece hasta transformarlos en una especie de sopa y se los bebe. Ante una poción humeante como ésta, alguien podría preguntarse cuál es el fundamento de este antiguo arte medicinal. Las bases teóricas de la medicina china se sentaron hace más de dos milenios. Una gran parte de los conocimientos médicos ancestrales se han preservado en el cánon secreto (Nei Ching), un extenso documento que recoge las teorías médicas chinas de la época pre-Chin (221-207 a. de C.). La dinastía Han (206 a. de C. -220 d. de C.) produjo una guía práctica para el tratamiento de las enfermedades que resulta fiable y valiosa incluso hoy en día: el Tratado sobre las enfermedades causadas por factores relacionados con el frío (Shang Han Lun) de Chang Chung-ching. Una de las obras de medicina china más famosas es materia médica (Pen Ts'ao Kang Mu), recopilada en época de la dinastía Ming (1368-1644) por Li Shih-chen. Este trabajo enciclopédico inauguró una nueva era en la historia mundial de la farmacología. Incluye la descripción de 1.892 tipos diferentes de medicamentos. Todos estos textos han sido traducidos a diversas lenguas extranjeras y han influido profundamente en los países europeos y del sudeste asiático.

    Los chinos poseen un sistema propio de clasificación de las enfermedades que difiere ampliamente del occidental. La doctrina filosófica que respalda la medicina china es que el hombre vive entre el cielo y la tierra, y constituye en sí mismo un universo en miniatura. La materia de la que están formados los seres vivos se considera perteneciente al "yin", el aspecto femenino, pasivo y recesivo de la naturaleza. Por otra parte, las funciones vitales de estos seres se consideran pertenecientes al "yang", aspecto masculino, activo y dominante. Las funciones de los seres vivos se describen mediante los cinco siguientes centros corporales:

    1. Corazón o mente (hsin): hace referencia al centro de mando del cuerpo, que se manifiesta como conciencia e inteligencia.
    2. Pulmones o aparato respiratorio (fei): este sistema regula diversas funciones corporales y mantiene el equilibrio cibernético
    3. Hígado (kan): comprende el tronco y las extremidades, os mecanismos de respuesta emocional al medio externo y la actividad de los diversos órganos.
    4. Bazo (p'i): regula la distribución de los elementos nutritivos en el organismo, así como el metabolismo, proporcionando fuerza y resistencia al cuerpo físico;
    5. Riñones (shen): con este término se hace referencia al sistema que regula las reservas nutritivas y el uso de la energía. De él depende la fuerza vital de los seres humanos.

    Mediante esta teoría, que se conoce como fenómenos latentes (ts'ang hsiang), se explican las diversas funciones corporales. La sucesión de las estaciones y los cambios del tiempo pueden influir sobre el cuerpo humano. Los elementos que mayor efecto producen son el viento (feng), el frío (han), el calor (shu), la humedad (shih), la sequedad (tsao) y el calor interno (huo, "fuego"). Las alteraciones excesivas o fuera de lo habitual del tiempo atmosférico perjudican al organismo y se conocen como los "seis factores externos de origen de la enfermedad" (liu yin). Por otra parte, si se producen alteraciones extremas del estado de ánimo del individuo como alegría (hsi), cólera (nu), preocupación (yu), tristeza (szu), aflicción (pei), temor (k'ung) y sorpresa (ching), la salud puede también resentirse. Estos sentimientos son denominados "las siete emociones" (c'i ch'ing). En la medicina china, los seis factores externos de origen de la enfermedad, junto con las siete emociones, constituyen la base teórica de la patología de las enfermedades. Estos modelos teóricos, unidos a la teoría de los fenómenos latentes se emplean en el análisis de la constitución del paciente y de sus enfermedades, así como para diagnosticar la naturaleza exacta de su pérdida de equilibrio físico y psíquico.

    Aparte de las medicinas, otra forma de tratamiento empleada con frecuencia en la medicina china es la acupuntura. Su historia se remonta a épocas anteriores a la aparición de la escritura china, pero no alcanzó su pleno desarrollo hasta después de la dinastía Han. Su fundamento teórico consiste en la regulación del c'hi, o flujo de energía vital. El c'hi fluye por el cuerpo a través del sistema de canales principales y secundarios (ching luo). En ciertos puntos de estos canales, se pueden situar agujas de acupuntura o quemar artemisa china (ai ts'ao) mediante moxibustión, con el fin de resolver los desequilibrios en el flujo de c'hi y concentrar la capacidad autocurativa del organismo en los lugares adecuados. En 1980, la Organización Mundial de la Salud hizo pública una lista de 43 tipos de patologías sobre las que resultaba efectivo un tratamiento de acupuntura. Hace tiempo que el uso de la acupuntura como anestesia en procesos quirúrgicos o para el parto sin dolor dejó de ser una novedad.

    El Arte de la Arquitectura China:

    La arquitectura china se caracteriza por distribuir el espacio en unidades rectangulares que se unen para formar un todo. La forma rectangular también fue empleada en los templos griegos, pero el efecto era de austeridad. El estilo chino, por el contrario, combina rectángulos de diferentes tamaños y en diferentes posiciones de acuerdo con la importancia de la organización del conjunto. Se distinguen claramente los distintos niveles y elementos. El resultado es un aspecto exterior impresionante, pero al mismo tiempo dinámico y misterioso.

    En la arquitectura tradicional china, la distribución de las unidades espaciales se rige por los principios de equilibrio y simetría. El eje constituye la estructura principal. Las estructuras secundarias se sitúan a ambos lados del eje formando el patio central y las habitaciones principales. Tanto las viviendas como los edificios oficiales, templos y palacios se ajustan a este principio fundamental. En la distribución del espacio interior se reflejan los valores éticos y sociales de los chinos.

    En las viviendas tradicionales, por ejemplo, las habitaciones se asignan según la posición de cada persona en la jerarquía familiar. La cabeza de familia ocupa el cuarto principal, los miembros de mayor edad de la familia de éste viven en la parte de atrás y los más jóvenes, en las alas izquierda y derecha; los más mayores en la izquierda y los más jóvenes en la derecha.

    La arquitectura china se caracteriza también por el uso de una estructura de vigas y pilares de madera y un muro de adobe que rodea tres de los costados del edificio. La puerta y las ventanas principales se sitúan en el frente. Los chinos llevan usando la madera como uno de sus principales materiales de construcción desde hace miles de años. La madera representa la vida y ésta es la principal idea que la cultura china, en sus múltiples manifestaciones, trata de comunicar. Esta característica ha llegado hasta nuestros días.

    Estas edificaciones tradicionales de forma rectangular se dividen en habitaciones conforme a la estructura de las vigas y pilares de madera. Para poder rematar la construcción con un amplio tejado voladizo, los chinos inventaron un tipo especial de soporte denominado tou-kung, que se eleva nivel por nivel desde cada uno de los pilares. Dichos soportes tienen la función tanto constructiva como ornamental, con una forma atractiva y muy característica. Este estilo arquitectónico pasó posteriormente a Japón y Coreas.

    El uso de la madera dio lugar a ciertos rasgos arquitectónicos característicos. En primer lugar, la anchura y profundidad del espacio interior vienen determinadas por la estructura de madera. En segundo lugar, se desarrollaron técnicas de lacado con el fin de conservarla. Estos lacados de colores vivos y brillantes se convirtieron en uno de los rasgos propios de la arquitectura tradicional china. Por último, existe la técnica de elevar la estructura sobre una plataforma a fin de evitar daños provocados por la humedad. La altura de la plataforma depende de la importancia del edificio. Una plataforma elevada añade fuerza, sofisticación y elegancia a los grandes edificios.

    Los murales policromados que aparecen en los edificios tradicionales, con su amplia variedad de motivos y temas, tienen un valor a la vez decorativo y simbólico. En ellos encontramos representados dragones, aves fénix, mitos, paisajes, motivos florales, pájaros,etc. Es de destacar el desarrollo que adquiere la talla en madera en la China meridional, especialmente en Taiwan. Estas esculturas, junto con los murales, constituyen una elegante y agradable decoración.

    Los tejados suelen ser a dos aguas en las casas tradicionales del sur de China, incluido Taiwan, su divisoria se adorna con cerámica, rompiendo así la continuidad de líneas de los edificios. La típica curva de los tejados chinos, tan admirada por muchos visitantes, simboliza el espíritu de la cultura china. Mientras que el resto del edificio es relativamente sencillo, el tejado introduce un elemento de sorpresa por medio de sus aleros levantados y divisoria curvada. Este rasgo se corresponde con el paralelismo entre las líneas de la arquitectura tradicional china y los trazos de su caligrafía. Desde la dinastía Han (206 a. de C.-220 d. de C.), la pintura y la decoración chinas han tendido al empleo de formas curvas, dinámicas, sueltas. Uno de los principios máximos del arte chino consiste en comunicar el "ritmo vital" (ch'i yün) a la obra de arte.

    En los templos chinos encontramos una amplia gama de estilos arquitectónicos. Las religiones a las que se hallan consagrados estos templos son, fundamentalmente, budismo, taoísmo y religiones ancestrales y tradicionales; pero todos ellos comparten una misma estructura. Debido a la rica tradición religiosa popular de Taiwan, encontramos multitud de templos en la isla. Este es uno de sus rasgos culturales más destacados. Un cálculo moderado del número de templos podría darnos una cifra de 5.000, muchos de ellos con valor arquitectónico. entre las muestras más famosas y llamativas de la arquitectura religiosa tradicional tenemos los templos de Lungshan y Tienhou en Lukang, el templo de Lungshan en Taipei y el de Chaotien en Peikang. El templo de Lungshan de la ciudad de Lukang destaca por su larga historia y su elevado valor artístico.

    Costumbres, juegos y espectáculos tradicionales chinos:

    El año nuevo chino y otras fiestas tradicionales son momentos de alegría y celebraciones. A pesar de la fuerte influencia de la cultura occidental sobre la cada vez más cosmopolita República de China en Taiwan, las diversas tradiciones asociadas a estas fiestas se siguen practicando con entusiasmo. Muchas de estas costumbres y espectáculos tradicionales forman parte de las competiciones y actos realizados con motivo del año nuevo chino y de otras fiestas populares, y se han transmitido de generación en generación. Las más habituales puede que sean la danza del dragón y la danza del león. Todos los niños de Taiwan, hasta los que todavía no saben ni andar, han visto alguna de estas representaciones montados en los hombros de sus padres o en casa, en la televisión.

    El dragón inspira un profundo respeto a los chinos, pues es símbolo de poder, dignidad y buena suerte. La danza del dragón era ya un acto popular en época de la dinastía Sung (960-1279 a. C.) y sigue siéndolo en nuestros días. La máscara y el cuerpo del dragón que se emplean en la danza pueden ser de color dorado, verde, jaspeado o rojo fuego. La danza se puede interpretar tanto de día como de noche. En este último caso, es frecuente que vaya precedida por una persona con una antorcha para iluminar la procesión. Un dragón puede tener entre nueve y 24 secciones, y cada una de éstas mide entre uno y medio y dos metros. La compañía de Danza del Dragón de los Tres Ejércitos (tierra, mar, aire) de la República de China forman un dragón gigante que mide 120 metros de largo. El peso total de la cabeza y cuerpo es de más de 100 kg. El cuerpo es dorado y brillante y hacen falta más de 100 hombres bien fornidos para llevarlo. Esta compañía actúa en las fiestas nacionales, creando un espectáculo verdaderamente digno de verse.

    La procesión avanza por las calles como una gigantesca ola y es lo más parecido que puede verse en este mundo a un dragón celestial.

    También la danza del león cuenta con una larga historia. Esta danza precisa menos participantes. La cabeza y el cuerpo del león son más fáciles de preparar y el espacio requerido para su ejecución es pequeño. Todo esto hace que se pueda contemplar prácticamente en cualquier parte durante el Año Nuevo chino y otras fiestas. Normalmente, son necesarias dos personas para controlar el león: una para la cabeza y otra para la cola. A veces interviene una tercera persona que lleva unas flores de seda o va cubierta con una máscara que representa a Buda sonriendo y sostiene un abanico de hojas de platanero. Este personaje provoca al león, añadiendo así una nota más de alegría a la atmósfera festiva.

    En el baile espiritual de la almeja, una joven lleva una concha de almeja realizada a base de tiras de bambú entrelazadas. En uno de los cuadros, el espíritu de la almeja abre y cierra la concha como respuestas a un pescador que le echa las redes, pero que nunca consigue que sus intentos den resultado. En otro, un pájaro trata de comerse la almeja, pero lo único que se consigue es que le pille el pico en la concha. Esta interpretación consigue siempre que el público se parta de risa y se deje las manos aplaudiendo.

    Bibliografía:

    Curso de Historia general; Alvear Acevedo, Carlos; ed Jus, mexico 1964

    Historia Universal; lopez Reyes; ed CECSA, Mexico 1985

    Apuntes Temas Selectos de la Filosofía de la ciencia y la tecnología, Uriel Nava

     

     

    Autor:

    Uriel Nava, 20 años