La post nación también se la percibe que será pro-porcional (proactivo a las proporciones que la conformen), es decir, con un estado que promueva la tolerancia y el respeto tanto a las diferencias como a las igualdades, así como a las peculiares formas de vida de cada una de sus porciones constitutivas, donde la unidad podrá encontrarse precisamente en esa medida pro-porcional.
Dependiendo de las decisiones que se adopten, será posible encontrar en el camino diversas opciones, comenzando desde una unidad pro- proporcional o terminando en un entrampamiento de inviabilidad; pasando por situaciones no deseadas como la de una balcanización formal o informal, con dosis mayores o menores de violencia, o quizás ninguna.
La Asamblea Constituyente, el contenido de la nueva Constitución Política del Estado y las Autonomías, estarán entre las principales decisiones que vayan perfilando el contenido del quinto ciclo de acumulación. A partir de donde, la aplicación de políticas estatales sincréticamente plurales estará en relación inversamente proporcional con el riesgo o la intencionalidad de fragmentación y eventual violencia.
Si bien la tendencia de estancamiento secular del desarrollo socio- económico ha sido uno de los factores que ha contribuido a la emergencia de la Post Nación, el futuro de ésta es promisorio ya que están dadas las condiciones históricas y estructurales favorables para que ello así sea. En 500 años de historia está demostrado que los puntos de inflexión de los períodos de transición son propicios para ser momentos fundacionales, y de ahí proyectarse en el tiempo para sentar las bases del cambio y construir nuevos y diferentes ciclos de acumulación. En este caso sería el quinto ciclo de acumulación. También está demostrado que en estos períodos históricos, resurge el optimismo junto con expectativas positivas, ahora con mayor razón cuando es la primera vez –por lo menos hasta la fecha- que un Partido Histórico (MAS) no abandona a su bloque social contestatario contra-hegemónico que lo llevó al poder, y que le sigue siendo funcional aún luego de haber pasado el punto de inflexión.
En este escenario estructural surgen las siguientes interrogantes, que tienen que ver con el desarrollo:
a) ¿En cuanto tiempo se dará por concluido el período de transición iniciado el 2003 y cuyo punto de inflexión estuvo en el 2005?
b) ¿Cuales serán los contenidos teóricos y estructurales del quinto ciclo de acumulación?
c) ¿Cuál será la duración y la altura máxima que logre alcanzar el quinto ciclo de acumulación?
1. ANALISIS TEÓRICO
1.1. Teorías sobre el crecimiento y el desarrollo económico
El conocimiento de las teorías económicas permite comprender muchos acontecimientos que a veces suceden sin explicación alguna. En (Céspedes, 1974) se demuestra por ejemplo, que las teorías de la economía internacional (1400–1973) tardan máximo 15 años en beneficiar o afectar a la economía nacional o en ese caso a la economía de Cochabamba. Frecuentemente se soslaya el estudio detenido de las teorías, posiblemente por su aridez y principalmente por sus tediosos supuestos aparentemente alejados de la realidad. Recientemente Joseph Stiglitz (1998), Premio Nóbel de Economía 2001, hizo un análisis crítico de la importancia de los supuestos que se asumieron en la formulación de las propuestas económicas del Consenso de Washington basadas en la teoría clásica, en cuyo marco se preparó el Decreto Supremo 21060.
Además, es importante conocer los planteamientos teóricos, con el objetivo de encontrar orientaciones conceptuales que ayuden a responder diversas interrogantes sobre el crecimiento y desarrollo económico, tales como:
o ¿Cuales son las principales variables que determinan el crecimiento económico?
o ¿Puede una economía crecer indefinidamente?
o ¿Existen limites al crecimiento?
o ¿El ciclo económico es inevitable?
o ¿Porqué no crece una economía?
o ¿Cuál es la relación entre crecimiento económico y conflicto socio-político ?
A continuación se presenta una breve recapitulación de las principales teorías relacionadas con el crecimiento y el desarrollo, desde los clásicos hasta nuestros días, y que fueron analizadas para la formulación de la idea central del presente documento. Los contenidos detallados de estas teorías se encuentran en (Céspedes Argandoña, 2006):
• El análisis clásico con Smith y Ricardo, plantea el laissez-faire, la mano invisible, el desarrollo económico como un proceso gradual y dentro de ciertos límites (estado estacionario), la acumulación de capital como condición para lograr el desarrollo económico, la tendencia del desarrollo a ser acumulativo, la división del trabajo, la interdependencia y complementariedad de los sectores (economías externas), el trabajo y su importancia para el desarrollo económico, los recursos naturales, el capital fijo, la acumulación de capital y, la importancia de contar con técnicas mejoradas. Para evitar el estado estacionario, propone la teoría de la ventaja comparativa, la libertad de comercio, la especialización y la división internacional, y la no intervención del gobierno. La economía clásica es una teoría dinámica y colectiva del desarrollo económico. El pesimismo clásico se basó en los rendimientos históricos decrecientes, el principio maltusiano y la tendencia hacia los salarios de subsistencia.
• El análisis marxista, comprende aportes sobre el modo de producción, las relaciones de producción; el ciclo de la revolución, la evolución progresiva, el crecimiento y necesidad de resistencia al cambio institucional, como parte de un posterior progreso, degeneración y de nuevo revolución. Se sostuvo que el desarrollo es un proceso con etapas definidas. También advierte que durante el proceso de crecimiento económico capitalista se presentarían conflictos entre las clases sociales. La teoría de la plusvalía, es la base para el análisis del desarrollo económico del capitalismo, con relaciones del tipo de explotación, el tipo de beneficio y la composición orgánica del capital . Explica la presentación de dificultades en el desarrollo capitalista, originadas por el empleo de la técnica y la intensificación de capital, o por la centralización del capital o por su composición orgánica. También indica que la incorporación de nuevas técnicas (tecnologías) tiende a aumentar la composición orgánica del capital, que provoca una tendencia a disminuir del beneficio, lo que a su vez hace que disminuya el ritmo de acumulación de capital, conduciendo tendencialmente hacia el estancamiento económico. Se señala que las tres causas que originan la crisis son: la reducción del beneficio, la desproporcionalidad entre los sectores de la producción y el subconsumo.
• El análisis keynesiano otorga mayor importancia a la demanda y no tanto a la oferta. En la perspectiva keynesiana, el crecimiento viene acompañado por una disminución del nivel de paro, pero con un proceso inflacionista. Los modelos keynesianos está elaborados principalmente para el corto plazo. Keynes prestó poca atención a la teoría del crecimiento y el desarrollo económico, ya que su principal preocupación fue el problema del paro en el corto plazo. Los aportes que realizó en materia de crecimiento económico los hizo en la medida que con ello podía ayudar a resolver el problema del desempleo. Keynes explicó cómo la economía crece presentando un comportamiento cíclico: mayor inversión, más empleo, más inflación, menos expectativa, menos inversión, menos empleo. Para ello, no hizo uso de ninguna función de producción ni aceptó la teoría cuantitativa. También describió las fases de evolución del ciclo crediticio, donde el análisis de la tasa de interés permite una proyección temporal de mediano y largo plazo, favorable para los estudios sobre el desarrollo económico caracterizados por ser de largo plazo.
• Los modelos de Harrod-Domar son paradigmáticos para el estudio del crecimiento económico. La ecuación fundamental del modelo de Domar indica que se debe multiplicar la propensión al ahorro por la productividad media de la inversión. El resultado de esta operación viene a ser la respuesta a la siguiente pregunta: ¿ Que ritmo de crecimiento es necesario para mantener una situación de pleno empleo y que no exista exceso de bienes de capital?. En el mismo sentido, el modelo de Harrod señala que para asegurar un crecimiento sostenido, la renta debe aumentar a un ritmo de un cierto porcentaje anual, el mismo que se calcula dividiendo la propensión media o marginal al ahorro entre el coeficiente de capital.
• Entre los modelos de crecimiento postkeynesianos destacan los aportes de Kaldor, Pasinetti, Robinson, Weintraub, Steindl, Cornwall, Thirlwall, Goodwin, Tobin, Levhari, Patinkin, Sidrauski, Cass, Yaari, Jonson, Samuelson y Hicks.
• En los modelos estructuralistas la referencia central incluso hasta nuestros días es Schumpeter, cuya terminología tiene plena vigencia incluso en la actual economía del conocimiento.
• Las relaciones directas o indirectas del crecimiento económico con los procesos modernizadores fueron analizados por Kuznets, Rostov, Gerschenkron y Bustelo entre otros.
• En los análisis estructuralistas y su relación con las teorías de la dependencia, destacan principalmente los estudios realizados por Baran, Sweezy, Emmanuel y Amin.
• En el análisis del subdesarrollo sobresalen las siguientes temáticas: (i) la economía dual, (ii) el círculo vicioso de la pobreza, y (iii) el crecimiento desequilibrado.
• En el estructuralismo latinoamericano, Prebisch y la Cepal, Cardoso, T. dos Santos, Furtado, Sunkel, y Stavenhagen y otros realizaron estudios sobre la temática del Centro-Periferia y las relaciones entre el Comercio Exterior y el Crecimiento, el Desarrollo Regional, el Desarrollo Productivo, los Polos de Desarrollo, el Crecimiento Empobrecedor y el deterioro de los términos de intercambio internacionales.
• La visión de los monetaristas respecto al crecimiento y desarrollo económico está circunscrita a (i) la relación de la política monetaria con la inflación, la masa monetaria y la capacidad del banco central, (ii) para evitar que la política monetaria desestabilice el crecimiento económico y el empleo, la masa monetaria debe crecer en forma constante y en un porcentaje anunciado, (iii) para evitar que la política monetaria desestabilice el nivel de precios, el crecimiento de la masa monetaria debe corresponder al crecimiento del potencial de la producción económica, (iv) la modificación de la expansión de la masa monetaria solo tiene efecto sobre el crecimiento económico y el empleo, si estos cambios no son esperados por los agentes económicos del mercado. (v) si la tasa de expansión de la masa monetaria baja a niveles donde no pueda causar inflación, el crecimiento económico tiene una baja temporal ocasionando un desempleo también temporal.
• En las últimas décadas se presentaron teorías sobre el Desarrollo Sostenible y Modelos de Crecimiento incluyendo el medio ambiente y la ecología. Por otra parte, paulatinamente están publicándose nuevos estudios sobre el crecimiento y desarrollo económico en la Sociedad del Conocimiento.
• En el marco del Consenso de Washington se realizaron varios trabajos sobre el crecimiento y el desarrollo económico, sobre todo aquellos referidos a las reformas de segunda generación (por ejemplo, el desarrollo institucional y la triada educación, salud y desarrollo). En el Post-Consenso hay dos enfoques polarizados con concepciones diferentes sobre el desarrollo y el rol de los organismos internacionales, principalmente del FMI y del Banco Mundial. Uno de ellos está liderizado por Williamson y el otro por Stiglitz.
1.2. Análisis estructural
Para comprender a cabalidad el desarrollo económico de Bolivia es necesario realizar un análisis histórico – estructural (Céspedes,1986), y de ese modo evitar los análisis anecdóticos y coyunturales abundantes en citas históricas pero sin un hilo conductor ni un contexto teórico y sistémico. A continuación se detalla los contenidos estructurales más relevantes, que deberían tomarse en cuenta.
1.2.1 Estructura Económica: (i) Generación, transferencia, reproducción y acumulación del excedente económico, (ii) Los sectores económicos, el desarrollo productivo y sustentable, el desarrollo regional, el desarrollo de la información y el conocimiento, los clusters y encadenamientos; y los indicadores de calidad, productividad, competitividad, innovación, intensidad de factores y normas ambientales. (iii) La ubicación territorial de los sectores económicos, los recursos naturales, la producción, los asentamiento humanos, la infraestructura social y productiva, y la logística. Las regiones geo- económicas. La integración intra-nacional, (iv) La política económica.
1.2.2 Estructura Social: La Formación Social. Las ciudadanías política, civil y social. La sociedad civil. La cultura. La raza. Lo indígena y lo mestizo. Los sectores sociales. La modernidad.
1.2.3 Estructura Estatal: La Constitución Política del Estado. El Estado, su tamaño, rol y organización. Los gobiernos y su tiempo de ejercicio. Eficiencia y transparencia de la administraron pública y de los partidos políticos. Los aparatos ideológicos y represivos del Estado. La democracia.
1.2.4 Estructura Internacional: Las Eras Agraria, Industrial y del Conocimiento. Naturaleza de la inserción internacional. Participación en el comercio internacional. Participación de las ganancias del comercio internacional. Participación en los procesos de integración regional, subregional, continental o extra-continental.
2. CICLOS DE ACUMULACION Y PERIODOS DE TRANSICION
Lo aconsejable hubiera sido relatar los componentes de las cuatro estructuras correspondientes a cada ciclo, sin embargo, por razones de espacio y sobre todo porque ahora la idea central está en analizar la vinculación entre la acumulación, la transición, el desarrollo y la post-nación, sólo se explicará los acontecimientos más relevantes que hacen a la estructura estatal. Una exposición detallada de las cuatro estructuras de cada uno de los ciclos y períodos de transición se encuentra en (Céspedes,1986).
Aplicando a la historia de Bolivia el análisis estructural y teórico descrito anteriormente, se obtiene una novedosa visión hermenéutica. De ese análisis se constata que durante el período 1535 – 2006 estuvieron vigentes cuatro ciclos de acumulación con sus respectivos períodos de transición, y que actualmente se está en el punto de inflexión del cuarto período de transición. (Figura 1)
Fig. No. 1: El Desarrollo en Bolivia
Ciclos de Acumulación y Períodos de Transición en Bolivia
2.1. Ciclo Colonial
El Ciclo de Acumulación Colonial se inicia alrededor de 1535. Tiene una trayectoria ascendente hasta los años de 1770, a partir de donde comienza su fase declinante hasta llegar al 6 de agosto de 1825 que es cuando se produce su ruptura estructural.
El punto máximo alcanzado en los años de 1770, tiene su correlato con la Revolución Industrial que se llevó a cabo en algunos países europeos y principalmente en Inglaterra. Los productos industriales manufacturados en condiciones muy competitivas en esos países, comenzaron a llegar a las colonias, desplazando fácilmente a los productos elaborados en los obrajes de lo que ahora es Bolivia, principalmente en Cochabamba, Moxos y La Paz, que aún continuaban con pautas productivas pre-industriales.
En el ámbito continental, estas fechas coinciden con la autorización otorgada al puerto de Buenos Aires para que opere libremente, afectando negativamente de manera irreversible a la economía de la Real Audiencia de Charcas.
En el tramo descendente existe un punto a partir del cual la ruptura del ciclo es irreversible. Este punto estuvo situado alrededor de 1810. Fueron los años de la Guerra de la Independencia, cuando los patriotas condujeron el enfrentamiento contra el poder español, hasta lograr la ruptura estructural del ciclo Colonial el 6 de agosto de 1825. Esto no hubiera sido posible de no haberse organizado un bloque social contestatario contra- hegemónico conducido políticamente por los patriotas.
En el período 1770-1825 del Ciclo Colonial ocurrió algo trascendental: durante más de un siglo, la Audiencia de Charcas no participó activamente de la nueva Sociedad Industrial que estuvo construyéndose en Inglaterra y otros países europeos. Este lamentable rezago nunca pudo ser recuperado hasta el presente, habiéndose constituido en la primera razón fundamental que explica el estancamiento secular que aqueja a Bolivia hasta ahora. El mismo efecto –aunque en menor medida- aconteció con los otros países que por entonces fueron colonias de España. Incluso los más avanzados de ellos, continúan dependiendo de las exportaciones de sus recursos naturales y el porcentaje de sus exportaciones con valor agregado en el item de bienes de capital todavía no es relevante. Ojalá que este daño no vuelva a repetirse ahora que se está construyendo la Sociedad del Conocimiento.
Aquella situación se explica debido a que la propia España no fue parte de la Revolución Industrial y se limitó a proveerle metales preciosos provenientes de sus colonias. Esto ocurrió en una época donde regía el pensamiento mercantilista, que recomendaba a los países atraer la mayor cantidad posible de oro y plata.
Una vez lograda la independencia, contra el deseo de los patriotas y de los ciudadanos en general, a consecuencia del desgaste ocasionado por quince años de guerra, la naciente Bolivia ingresó a su primer Período de Transición y se sumergió en una larga Crisis Nacional que duró varias décadas. Se exceptúa de esta crisis el período durante el cual el Mariscal Andrés de Santa Cruz estuvo de Presidente.
La crisis fue estabilizada durante el gobierno del Presidente Linares mediante varias disposiciones administrativas, y luego de pasar el punto de inflexión de la transición se ingresó al tramo ascendente hasta llegar a los años de 1880, dándose por concluida la transición. Una vez superado el punto de inflexión, histórica y estructuralmente, Bolivia estaba preparada para iniciar la construcción de un nuevo ciclo de acumulación, que vendría a ser el del Liberalismo.
En éste primer Período de Transición, se encuentra la segunda razón fundamental que explica el estancamiento secular de Bolivia: Esta transición fue demasiado extensa ya que duró cerca a 55 años equivalente a dos generaciones. Durante este largo tiempo no se tuvo un patrón de acumulación de capital, sistémico y estructurado. En otras palabras, durante más de medio siglo en Bolivia no se generó y gestionó riqueza sustancial (capital humano, capital físico, capital natural) con capacidad de reproducción y en horizontes de largo plazo. Respecto al capital humano, que es la base del desarrollo como factor creador de riqueza y de excedentes económicos, durante esta transición se organizó un Estado excluyente que no facilitó la participación activa de sectores numerosos de la población, restando de este modo fuerza vital para emprender un pujante y sólido proceso de desarrollo.
Durante esta transición ni siquiera se organizaron partidos políticos con basamento programático e ideológico. Éstos recién aparecieron en el escenario nacional a partir de los años de 1880. Es en ese tiempo cuando surge el Partido Liberal, que habría de constituirse en el primer Partido Histórico de Bolivia, al haber sido el constructor del Ciclo Liberal (1880-1952) el primero de la era republicana.
Las consecuencias de aquellas deficiencias fueron la causa para que Bolivia quede retrasada no solo respecto a los países donde se estaba llevando a cabo la revolución industrial, sino incluso, en comparación con los países latinoamericanos.
2.2. Ciclo del Liberalismo
El Ciclo de Acumulación Liberal se inició alrededor de 1880. Tuvo una trayectoria ascendente hasta los años de 1930, y a partir de entonces comenzó su fase declinante, y llegado el 9 de abril de 1952 se produjo su ruptura estructural.
El punto máximo que se alcanzó en los años de 1930, coincide con el período de la gran depresión. En el orden interno, en esos años se llevó a cabo una reforma intelectual, que introdujo en Bolivia las nuevas corrientes del pensamiento político internacional que darían origen a nuevos partidos políticos encauzados en las corrientes del nacionalismo y el socialismo, tales como el POR, FSB, PIR, MNR y PCB entre otros muchos.
El patrón de acumulación durante este período estuvo enmarcado en torno al proyecto liberal.
En el tramo descendente hubo un punto a partir del cual la ruptura del ciclo era irreversible. Este punto estuvo situado alrededor de 1946. Fueron los años de acción del MNR. Tiempo después se produjo la ruptura estructural del Ciclo Liberal. Esta ruptura no hubiera sido posible si es que no actuaba un bloque social contestatario contra-hegemónico, con el cual se entroncó el MNR -por lo menos durante los pocos días que duraron los enfrentamientos armados- y de este modo aquel partido llegó a ser el segundo Partido Histórico, y como tal, le correspondió construir el venidero ciclo de acumulación, el del Nacionalismo.
Una vez en función de gobierno, el MNR no cumplió a cabalidad con las promesas que realizó, entre otros factores porque el país ingresó a su segundo Período de Transición, sumergiéndose en una profunda Crisis Nacional.
Esta crisis fue estabilizada durante el gobierno del Presidente Siles en 1956 mediante los Decretos Supremos 4539, 4540 y 4541, elaborados con el asesoramiento del consultor Eder.
A partir de entonces, histórica y estructuralmente, estaban dadas las condiciones para que en Bolivia se inicie la construcción del ciclo de acumulación del Nacionalismo que habría de estar vigente de 1956 hasta 1982.
En éste segundo Período de Transición, el MNR incurrió en un grave error estructural, cuando a partir de 1956 abandonó al bloque social, con cuyo invalorable apoyo había llegado al poder. Este error paulatinamente se convirtió en un obstáculo para el desarrollo del país.
2.3. Ciclo del Nacionalismo
El ciclo de acumulación del Nacionalismo se inició alrededor de 1958. Tuvo una trayectoria ascendente hasta los años de 1970. Luego comenzó a declinar, hasta que el 10 de octubre de 1982 se produjo su ruptura estructural.
El punto máximo alcanzado en los años de 1970, coincidió con un período de trascendental importancia en el mundo, cuando se presentó la crisis energética, la acción de la OPEP, el consecuente cambio de la matriz energética, la nueva división internacional del trabajo, el advenimiento de la época post-industrial y lo que recién ahora puede percibirse: el suave e imperceptible nacimiento de la sociedad del conocimiento.
Este ciclo de acumulación desde sus orígenes en 1952 estuvo signado por el ícono de la pobreza. El partido gobernante MNR, aplicó de manera defectuosa e incompleta propuestas programáticas que ya habían sido concebidas por el PIR (en el programa del MNR en 1942 no se menciona la nacionalización de las minas, ni la reforma agraria y tampoco el voto universal), y un plan de desarrollo elaborado por la Misión Bohan y las recomendaciones del Informe Keenleyside. Como resultado de ello, el campo se despobló aumentando la pobreza tanto urbana como rural. La reforma educativa no ofreció ningún resultado relevante que coadyuve al desarrollo y a la creación de empleo. El voto universal no significó la liberación política plena del campesinado, y quedo entrampado ( pongeaje político), sin sentido ni proyección histórica, más aún después de que el MNR abandonara al bloque social en 1956.
Este abandono explica por una parte, los acontecimientos de 1964, las dictaduras y el permanente conflicto socio-político que se agravó a partir de la década de 1970 (cuando nuevamente comenzó a rearticularse el bloque social contestario contrahegemónico, el mismo que años mas tarde participaría activamente en la ruptura del Ciclo Nacionalista).
Por otra parte, explica el crecimiento acelerado (i) del minifundio, parvifundio y surcofundio en los terrenos agrícolas dotados durante la reforma agraria, (ii) del sector informal de la economía y el advenimiento del sector delincuencial vinculado con el narcotráfico, ambos originados en los crecientes niveles de pobreza y ante la dificultad de encontrar empleo en el sector formal de la economía, (iii) de las ONG´s especializadas en atender a pobres, y (iv) de la importación y donación de alimentos, en vista de que el sector agropecuario no tenia capacidad para cubrir ni siquiera las necesidades alimenticias básicas de la población.
El ciclo del Nacionalismo configuró un país de pobres, dependiente y atrasado; dependiente de la cooperación internacional y de las donaciones del exterior. Y de ese modo, se perdió la autoestima y la confianza en que los bolivianos con su propio esfuerzo podían llevar adelante el desarrollo económico del país. Esta situación se agravó con la institucionalización del clientelismo político, la feudalización del sector público y la corrupción en el hipertrófico aparato estatal montado desde 1952 (16 Ministerios, 89 instituciones públicas, 63 empresas públicas y mixtas, 9 Corporaciones Regionales de Desarrollo). De esa manera, el ciclo nacionalista que había comenzado como la revolución anti-imperialista del MNR, sólo pudo subsistir gracias a la asistencia, ayuda y donaciones de los Estados Unidos.
A partir de 1977 nuevamente se repite la historia. Es el punto a partir del cual la caída del ciclo es inevitable. Un nuevo instrumento político, la UDP, se entronca paulatinamente con el nuevo bloque social contestario contra- hegemónico, y juntos en octubre de 1982 provocan la ruptura estructural del Ciclo del Nacionalismo.
Una vez en función de gobierno la UDP tampoco pudo cumplir sus promesas, ya que nuevamente el país quedo sumido en una grave Crisis Nacional, dando inicio al tercer Período de Transición.
En el primer tramo de este período (1982-1985) se cometieron graves errores económicos, comenzando por la ausencia de una adecuada política económica, la desdolarización y otros mas, que finalmente terminaron en un impresionante proceso hiperinflacionario, resultando los mas perjudicados – paradójicamente- los sectores constitutivos del bloque social. (obreros, campesinos y clases medias empobrecidas). Este desajuste generalizado desembocó en el adelanto de las elecciones generales y en un nuevo gobierno del MNR.
El primer tramo de esta transición es complejo. Por una parte la UDP se fragmentó y resultó siendo el MIR el nuevo Partido Histórico, que ya en función de gobierno en 1989 impulsó la fase ascendente del ciclo neoliberal. Por otra parte, los partidos que conformaron la UDP y que se habían impuesto la misión de derrotar a la dictadura y construir un proceso democrático, no tuvieron claridad sobre cuales habrían de ser los contenidos estructurales del próximo ciclo de acumulación y cuál sería la política económica para alcanzar sus objetivos en la gestión cotidiana de la administración pública. Además, los líderes del bloque social tampoco supieron comprender que la principal tarea de la revolución es aprender a gobernar bien. Estos y otros acontecimientos condujeron hacia un ciclo que finalmente resultó siendo neoliberal.
De ese modo, la alianza entre el instrumento político (UDP) y el bloque social se mantuvo solo unos cuantos años, desde octubre de 1982 hasta agosto de 1985.
Ganadas las elecciones generales, casi de inmediato el gobierno del MNR dictó el Decreto Supremo 21060 estabilizando la crisis, superando el punto de inflexión de la transición y definiendo los contenidos estructurales del próximo ciclo de acumulación de corte neoliberal.
2.4. Ciclo del Neoliberalismo
Como se indicó anteriormente, el Decreto Supremo 21060 sentó las bases del Ciclo de Acumulación Neoliberal y todos los gobiernos posteriores hasta el año 2003 no lo cambiaron.
La trayectoria ascendente de este ciclo llegó hasta 1999. A partir de ese año comenzó a declinar, y en octubre de 2003 se produjo su ruptura estructural.
El punto máximo alcanzado en los años de 1999 coincidió –en el marco del avance incontenible de la globalización– con un período de crisis financieras en varias partes del mundo, y simultáneamente, con un repunte vigoroso de la construcción de la sociedad del conocimiento.
Igual que ocurrió varias veces con anterioridad, en el tramo descendente hubo un punto a partir del cual la ruptura del ciclo era irreversible. Este punto estuvo situado alrededor del 2001. Dos años después se produjo la ruptura estructural del Ciclo Neoliberal.
Los partidos políticos que lucharon contra las dictaduras con el objetivo de instaurar la democracia, efectuaron una histórica contribución sustancial al desarrollo nacional. Más aún si se recuerda que ésa fue una tarea titánica que costo la vida de muchos mártires de la democracia, torturas, exilios y la destrucción de muchos hogares. Además, el proceso democrático iniciado en octubre de 1982 logró avances importantes que deben ser reconocidos y valorados en su justa dimensión.
Sin embargo, los resultados logrados en 21 años de democracia fueron insuficientes. Durante dos décadas se tuvo un frágil crecimiento económico y no se logró superar los graves problemas de pobreza, exclusión, desigualdad, desempleo, bajos ingresos, déficit de servicios básicos, brecha digital, e ineficiencia y poca transparencia de los partidos políticos y de las instituciones estatales. Los grupos excluidos no pudieron acceder al poder a través de canales formales. Y algo muy grave, el bloque social, percibió que no era tomado en cuenta y que los graves problemas que les aquejaban continuaban irresolutos. Es más, se llegó al convencimiento de que el molde de la democracia pactada no tenia norte ni visión de país a largo plazo, y que la democracia había quedado reducida a una democracia de electores, muy lejos de una genuina democracia de ciudadanos donde prevalezcan plenamente no solo los derechos de ciudadanía política de electores, sino también los de una ciudadanía civil y una ciudadanía social con acceso al bienestar, a la educación, a la salud y los servicios básicos. Los eventos electorales se redujeron a impecables campañas de marketing. Y la clase política en su conjunto se apoltronó en los altares de la democracia.
Los partidos políticos se hicieron resistentes al cambio, perdieron contacto directo con la realidad y sus estrategias corto-placistas obstaculizaron el desarrollo económico que por definición necesita de una visión de largo plazo. Paulatinamente -en todos los partidos políticos- se fue incubando una especie de fundamentalismo político neoliberal que llegó a creer que el mercado por si sólo podía resolver, no solo los problemas de la economía, sino también, los del estado y de la sociedad. Este facilismo como forma de enfocar los problemas nacionales y locales fue interpretado por el bloque social como un que-me-importismo.
Y como telón petrificado de fondo estuvo el abandono al bloque social que participó activamente en la lucha contra las dictaduras.
Este conjunto de factores entre otros, aceleraron y agravaron la naturaleza de la arritmia entre economía, estado y sociedad. Esta arritmia llegó al extremo, de que el ciclo neoliberal fue el peor de todos los anteriores ciclos en los 500 años de historia. Tuvo la menor altura, la menor duración y fue el que se cayó más rápidamente. Si a eso se añade la tendencia secular de estancamiento, fácilmente se comprende por qué la unidad nacional llegó al extremo de estar seriamente afectada, como nunca antes en la vida republicana. Lastimosamente los operadores de la democracia pactada nunca llegaron a comprender la gravedad de la situación. Es previsible que este error costará a los partidos políticos un precio similar al que tuvieron que pagar los chapetones (1825), los oligarcas (1952) y los dictadores (1982).
La sumatoria de estos desaciertos deterioraron gravemente la capacidad estructural de acumulación de Bolivia y las posibilidades de continuar reproduciendo por mas tiempo estilos de desarrollo económico y formas tradicionales de hacer política, ignorando los cambios ocurridos tanto en el país como en el mundo. De ahí que la ruptura del ciclo neoliberal no es uno más en la historia de Bolivia. Es el último con aquella características.
De ese modo, en octubre de 2003 Bolivia ingresó al cuarto Período de Transición en medio de una profunda Crisis Nacional que se estabilizó a fines del año 2005, cuando en las elecciones llevadas a cabo el 18 de diciembre de 2005, el MAS logró una mayoría significativa que lo habilitó como cuarto Partido Histórico. Y como tal, le correspondería realizar la tarea de diseñar y construir el próximo ciclo de acumulación. Para cuyo efecto, están dadas las condiciones históricas y estructurales y le son favorables.
Este nuevo ciclo de acumulación que se adviene estaría signado por ser uno de Matriz Indígena y de ruptura total con lo acontecido entre 1825 y 2005. Esto significa que a partir de este quinto ciclo de acumulación se daría inicio a la Post-Nación.
Igual que sucedió anteriormente en situaciones similares, esta ruptura fue posible por el entronque entre el instrumento político (MAS) con el bloque social contestatario contra-hegemónico. Este último estuvo gestándose desde los años de 1999.
Una vez en el gobierno el MAS –por lo menos hasta la fecha- ha mantenido vigente su alianza con el bloque social, al cual le está siendo funcional. Por una parte, permitiéndole participar del gobierno y de las decisiones y, por otra, dictando disposiciones gubernamentales favorables a él.
3. CONCLUSIONES
3.1. Desde los años de 1.535 hasta el presente han existido cuatro ciclos de acumulación e igual cantidad de períodos de transición, nítidamente definidos y periodizados.
3.2. La tendencia centenaria es negativa. Cada vez los ciclos son menos altos, cada vez duran menos y cada vez la caída de un ciclo se produce más rápidamente.
3.2.1. El ciclo Colonial duró 290 años, tuvo una altura máxima de 11%, y el tramo de su caída se prolongó durante 125 años.
3.2.2. El ciclo Liberal duró 72 años, tuvo una altura máxima de 9%, y el tramo de su caída duró 22 años.
3.2.3. El ciclo del Nacionalismo duró 24 años, tuvo una altura máxima de 7%, y el tramo de su caída se prolongó por 12 años.
3.2.4. El ciclo del Neoliberalismo duró sólo 14 años, tuvo una altura máxima de apenas el 4%, y vertiginosamente se cayó en el tiempo de 4 años.
3.3. Los ciclos de acumulación están compuestos de seis momentos históricos. El primero corresponde a su apertura y trayectoria ascendente; el segundo, donde el ciclo alcanza su punto máximo de crecimiento (punto de inflexión) para luego comenzar a descender. El tercero, es aquel cuando el ciclo ingresa a su tramo descendente. El cuarto, ocurre cuando se realizan las acciones en procura de revertir la caída y que el ciclo pueda retomar una trayectoria ascendente. El quinto momento, corresponde al punto, a partir del cual, la caída del ciclo es irreversible, independiente de cualquier acción que se realice. Y finalmente, en el sexto momento, reflejando el agotamiento histórico del ciclo, éste sufre su ruptura estructural definitiva, dando paso a la transición.
3.4. Los períodos de transición están compuestos de tres momentos.
El primero de ellos, cuando eclosiona con violencia y enfrentamientos cruentos la Crisis Nacional (sumatoria retro- alimentada de la crisis económica, más la crisis social y más la crisis política) a consecuencia del agotamiento histórico del anterior ciclo de acumulación. El segundo momento, cuando se enfrenta a la crisis nacional (punto de inflexión) y donde implícitamente se definen los contenidos estructurales que orientarán a mediano y largo plazo al próximo ciclo de acumulación. El tercer momento, cuando se sientan las bases del nuevo ciclo de acumulación y concluye en el punto de doble connotación, por una parte de la transición y por otra – simultáneamente- de apertura del nuevo ciclo.
3.5. Los Bloques Sociales Contestatarios Contrahegemónicos, están constituidos generalmente por la tipología de bloque social revolucionario (obreros, campesinos y clases medias empobrecidas), a los cuales se han añadido en los últimos años, gremialistas, gente sin tierra y otros varios más. Estos bloques surgen cuando el ciclo de acumulación alcanza su punto máximo y, paulatinamente van creciendo y tomando fuerza. Logran su máxima potencia en los momentos de enfrentamientos y ruptura del ciclo. Excepto el último bloque (2001-2006) los anteriores fueron abandonados justo en el punto de inflexión de la transición, en ocasión del enfrentamiento a la crisis nacional.
3.6. Durante la vigencia de los ciclos, la formación social es piramidal.
A partir de los puntos donde la caída del ciclo es irreversible hasta el punto de inflexión del período de transición, están vigentes los bloques sociales contestarios contra-hegemónicos. Cuando se inician los nuevos ciclos de acumulación, estos bloques desaparecen y se retorna a las formaciones piramidales. Por primera vez, en este ultimo periodo de transición (2003 – 2006) a pesar de ya haber pasado el punto de inflexión, aún se mantiene la alianza entre el instrumento político (MAS) y el bloque.
3.7. Durante los ciclos de acumulación normalmente los gobiernos cumplen el plazo establecido para su mandato, cosa que – frecuentemente- no ocurre durante los periodos de transición.
3.8. Las rupturas estructurales de todos y cada uno de los ciclos de acumulación, se han llevado a cabo con violencia mediante enfrentamientos armados cruentos.
3.9. Para diseñar las estructuras de desarrollo económico en el siglo XXI, debe tomarse en cuenta la reconversión desde la sociedad industrial hacia la sociedad del conocimiento.
3.10. La crisis de los partidos políticos que gestionaron la democracia pactada (1982-2003) es estructural y tendría la misma connotación y consecuencias como lo fueron para los chapetones después de 1825, o para los partidos liberales luego de 1952, o para las dictaduras después de 1982.
3.11. Junto con la apertura del quinto ciclo de acumulación posiblemente se lleve a cabo una reforma cultural e intelectual, a partir de una matriz indígena, que se fortalezca en el mestizaje, para proyectar su pasado milenario hacia el universalismo.
4. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
• Arriarán, Samuel y Beuchot, Mauricio, (1999), Filosofía, Neobarroco y Multiculturalismo, México D.F. : Itaca
• Céspedes, Guido y Badani, Susana, (2005), Oportunidades del Siglo XXI en la Era del Conocimiento, La Paz : Entel
• Céspedes, Guido, (1974), El Desarrollo de Cochabamba, Cochabamba : Instituto de Estudios Socioeconómicos IESE.
• Céspedes, Guido, (1986), Ciclos de Acumulación y Periodos de Transición, La Paz : Comité Ejecutivo de la Universidad Boliviana CEUB
• Céspedes, Guido, (2006), Manual de Desarrollo Económico, Cochabamba: Curso de Desarrollo Económico I, Facultad de Economía UMSS.
• Céspedes Espinoza, Hernán, (2006), Tapacarí Inmortal, Cochabamba : Quipus
• Hahn, F.H., (1970), Crecimiento y Desarrollo, Madrid : Alianza Universidad
• Lange, Oscar, (1970), Teoría de la Reproducción y de la Acumulación, Barcelona : Ediciones Ariel
• Meier, G.M. y Baldwin R.E., (1964), Desarrollo Económico, New York: Aguilar
• Sunkel, Osvaldo y Paz, Pedro, (1999), El Subdesarrollo Latinoamericano y la Teoría del Desarrollo, México D.F. : Siglo XXI editores
Autor:
Guido Céspedes Argandoña
Profesor de Desarrollo Económico. Universidad Mayor de San Simón
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