- Resumen
- Introducción
- Análisis teórico
- Ciclos de acumulación y periodos de transición
- Conclusiones
- Referencias bibliográficas
Resumen
El proceso iniciado el 6 de agosto de 1825 -sin haber logrado sus objetivos– concluyó el 18 de diciembre de 2005, dando lugar a una post nación de matriz indígena, cuyos contenidos estructurales de acumulación de capital y desarrollo económico, se irán configurando sobre la base de una balcanización o no, de una balcanización formal o informal, con o sin violencia, en una relación inversamente proporcional al grado de pluralismo sincrético de las políticas públicas, a ser aplicadas en la construcción de la post nación y, a la proyección de ésta en la universalidad mediada por una reforma cultural e intelectual mestiza.
Palabras Claves: Bolivia economía crecimiento desarrollo ciclos mestizaje indígena
INTRODUCCION
Revisando –histórica y estructuralmente- el desarrollo de Bolivia, se tiene una visión retrospectiva y prospectiva más fecunda que el simple relato de una infinidad de fechas, anécdotas, acontecimientos y coyunturas históricas aparentemente inconexas; o que los análisis economicistas reducidos a estériles ceteris paribus.
En este documento se presenta un resumen del análisis y conclusiones obtenidas a partir de la aplicación de un nuevo planteamiento hermenéutico para interpretar la realidad nacional e internacional de Bolivia, haciendo uso del método histórico y estructural e incluyendo la concepción de que todas las variables dependen de todas variables.
La idea central que se plantea en el presente documento, señala que el proceso iniciado el 6 de agosto de 1825 -sin haber alcanzado sus objetivos- concluyó el 18 de diciembre de 2005, dando paso a una post nación de matriz indígena.
En el transcurso de 180 años de vida republicana, en Bolivia no se pudo forjar una sociedad culturalmente mestiza que hubiera evitado la centenaria arritmia entre el estado, la economía y la sociedad. Esta arritmia influyó negativamente, a su vez, en la trayectoria del desarrollo nacional a lo largo de toda la vida republicana, ocasionando que la capacidad de acumular capital haya llegado en los últimos años a sufrir un quiebre estructural. Esta situación está agravada por la brecha creciente que se está dando respecto a la sociedad del conocimiento, que está construyéndose a escala planetaria (Céspedes – Badani, 2005).
Quizás la última oportunidad que se tuvo para revertir esta grave situación tendencial, haya sido cuando en Bolivia se desarrolló el ciclo neoliberal democrático (1985-2003). Sin embargo, ello no ocurrió así, debido a que los operadores estatales (Ejecutivo y Legislativo) mantuvieron a la democracia en el estadio restringido de una "democracia de electores", motivo por el cual, aquella estuvo incapacitada para por lo menos mitigar los problemas de la pobreza y el desempleo, la marginalidad y la exclusión. Estos y otros problemas agobiaban precisamente al bloque social que participó en las luchas para derrocar a las dictaduras, con la esperanza de mejorar su aflictiva situación una vez se haya instalado la democracia en Bolivia. El bloque social estuvo esperando durante 21 años, algún resultado relevante más allá de la estabilidad macroeconómica. Fue la última oportunidad que se tuvo y no se la supo aprovechar.
Por ello, el cambio ocurrido el 18 de diciembre del año 2005 es un cambio no solo cuantitativo sino fundamentalmente cualitativo. A partir de esa fecha, en términos históricos y estructurales, no es apropiado seguir hablando de Bolivia como si nada hubiera pasado o como si fuera un capítulo más o una simple continuación de la acostumbrada y larga historia de frustraciones. Por ello quizás sea más preciso indicar que desde diciembre de 2005 está en vigencia la Post Nación. Estándose en Bolivia, pero ya sin ser la Bolivia de antes.
Esta nueva y compleja realidad sólo se la puede comprender a cabalidad mediante una nueva hermenéutica, cuyos contenidos esquemáticos se ponen a consideración en el presente documento. A la luz de esta nueva hermenéutica, se vislumbra que la post nación habrá de construirse como una matriz indígena, donde la doctrina y la ideología sean enriquecidas culturalmente con la identidad y la pertenencia, junto con una nueva simbología. Debiendo avanzar orillando los riesgos de un fundamentalismo. El desafió estará en dilucidar la temática de la modernidad, no como un retorno a lo prehispánico ni tampoco como un reduccionismo de la sociedad del conocimiento a sólo uno de sus componentes que es la globalización, sino como una extraordinaria capacidad de sincretismo aplicable a todos los ángulos de la compleja realidad contemporánea, desde el mestizaje cultural hasta la utilización de la tecnología como factor de producción y como mediación para prestar servicios masivos en educación, salud y desarrollo; pasando por la proyección universal de una cultura milenaria, mítica y emblemática. (Céspedes Espinoza, 2006). Esta visión implica llevar adelante una reforma cultural e intelectual mestiza.
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