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Justicia social e igualdad real

Enviado por Donkan Fenix Davila


Partes: 1, 2, 3

  1. Revisión del concepto ciudadanía
  2. La formación ciudadana en la educación formal
  3. Finalidad de la interacción (objetivo general)
  4. Papel de distintos actores sociales frente a la formación ciudadana
  5. Función de la escuela en la formación ciudadana
  6. Objetivos específicos y sus finalidades

edu.red

INFORME DE PROYECTO "CIUDADANÍA, JUSTICIA E IGUALDAD REAL"

En el presente informe trataremos los principales hallazgos que surgen del estudio que, para esta fase del proyecto deben aplicarse en el marco de la "Ciudadanía, Justicia Social e Igualdad Real", así como los contenidos asociados al concepto de ciudadanía en el marco de las políticas educativas y comunitarias, con el objeto de conocer los elementos y valoraciones otorgadas a este concepto y las opiniones que representantes de distintos círculos (comunidad, personal docente, administrativo, estudiantes y entes gubernamentales) tienen sobre la responsabilidad que le corresponde a la escuela como agente socializador en la "formación de ciudadanos" o formación cívica; así como la corresponsabilidad de ellos.

Este estudio consiste en resaltar la necesidad de manejar un concepto de Ciudadanía, Justicia Social e Igualdad Real, amplio y la distinción que debe hacerse entre un ejercicio de la ciudadanía que puede llamarse activo y otro pasivo, al tiempo que se reflexiona sobre las condiciones necesarias para llevar a la práctica este ejercicio y derecho ciudadano.

En cuanto a la formación de ciudadanos y la promoción de sus Derechos, Deberes y Obligaciones, se plantea una ineludible responsabilidad de la educación formal en esta tarea, que, sin embargo, no puede ser asumida en exclusiva por la escuela sino por la sociedad en su conjunto. En tal sentido, el informe tiene como objeto dar algunas recomendaciones para políticas que promuevan la formación de ciudadanos así como el empoderamiento de sus derechos sociales y protagonismo participativo en las diversas políticas publicas que establece nuestra Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

En la definición del problema de estudio se consideraron tres factores centrales: democracia, ciudadanía y educación.

• La formación de ciudadanos se materializa en contenidos e instancias educativas particulares y es impartida desde diferentes agentes socializadores que son responsables de la misma, entre los que se encuentran las escuelas, liceos y por último las universidades.

A partir de lo anterior, el tema de estudio se define del siguiente modo:

• Tanto el concepto de "Democracia" como el de "Ciudadanía" son conceptos múltiples, dinámicos, intersubjetivos y socio-históricamente contextualizados, y por eso es posible que sean interpretados de diferentes formas. Así, los contenidos de la formación de ciudadanos para la consolidación democrática no son únicos ni obvios.

• Se parte del supuesto de que la definición de los contenidos de formación cívica y la socialización en torno a los mismos es una responsabilidad de la sociedad en su conjunto, que va más allá del rol que actualmente les compete a las escuelas, liceos y universidades en la incorporación de valores, normas y actitudes en la formación de niños, niñas y adolescentes, y por último a jóvenes y adultos.

• A la vez, se observa que existe un discurso público que incorporan implícita o explícitamente los conceptos de "Ciudadanía, Justicia Social e Igualdad Real", que emergen desde distintos actores e instituciones con diferentes énfasis y connotaciones. Si consideramos que las significaciones llevan a tendencias de acción, entonces podemos presumir que: la falta de contenidos educativos claros y explícitos repercutirá negativamente en la existencia de estrategias consistentes para la formación ciudadana y, consecuentemente, en el éxito del proceso de consolidación democrática.

Además, pareciera que una democracia fuerte y estable necesita de un alto grado de coherencia entre los ideales nacionales y los educacionales. El tema antes descrito lleva a la necesidad de reconocer los contenidos que, desde diferentes instancias que tienen poder de influencia en lo público, son asociados al concepto de "Ciudadanía, Justicia Social e Igualdad Real", distinguiendo aquellos frente a los cuales existen consensos, desacuerdos y contradicciones. En segundo lugar, surge la necesidad de revisar el rol y la responsabilidad que estos personajes e instituciones les otorgan a los agentes socializadores, particularmente a las escuelas, Liceos y universidades, en la formación cívica. De igual forma surge la necesidad de revisar y sondear el grado de corresponsabilidad que asumen estos personajes, entes y actores sociales dentro de la educación y formación del nuevo ciudadano.

Revisión del concepto ciudadanía

Desde el momento en que se aplica el uso del concepto y la preocupación por la ciudadanía y la verdadera igualdad real como eje de la Justicia social, se debe entender que dicho concepto no es nuevo, aun cuando en el último tiempo ha tenido un lugar especial, sobre todo en el contenido de los discursos públicos.

En nuestro país durante la década de los 70, y coincidiendo con el auge de las dictaduras militares, la preocupación por la ciudadanía y por la democracia tuvo bastante fuerza, con especial énfasis en el reconocimiento de derechos que estaban siendo violentados. No siendo así el respeto ni la promoción de la Ciudadanía, la Justicia Social y la Igualdad real entre ciudadanos Venezolanos.

Actualmente el tema tiene, al menos, dos facetas: por un lado, el reconocimiento como ciudadanos de un conjunto de "Deberes y Derechos" de cada uno de los individuos de una sociedad. Por el otro, una serie de dificultades de orden cultural, legislativo e institucional con que tales Deberes, pero sobre todo tales Derechos, pueden ser exigidos. Esta situación es lo que pudiéramos llamar: "la distinción entre una ciudadanía imaginaria y una real".

El problema es más complejo aún si consideramos que esas dificultades prácticas para el ejercicio de una ciudadanía real tienen también antesala en un asunto teórico, pues para el concepto de ciudadanía existen diferentes corrientes de pensamiento que ponen énfasis igualmente diferentes. A continuación se intenta una mirada general de estas concepciones, para luego tomar la relación entre ciudadanía y educación.

Un acercamiento teórico al tema

Haciendo un análisis del concepto ciudadanía, podemos encontrar antecedentes en lo que Kant llamó "la revolución copernicana" y Bobbio "un vuelco de perspectiva", esto es, el "cambio en la relación de los gobernantes con los gobernados" como producto de la transformación de estos últimos de objetos en sujetos de poder.

En un contexto de profundos cambios culturales, jurídicos, éticos, políticos, económicos y sociales, la emergencia de la ciudadanía supuso revertir las relaciones de autoridad: desde aquellas que tradicionalmente atribuían privilegios a los gobernantes en desmedro de los gobernados, a otras en que los gobernados reivindican y desarrollan un conjunto de Derechos y responsabilidades frente a los gobernantes. Estos cambios se condensan en la emergencia de una sociedad de los individuos, base real de la ciudadanía, e Igualdad y de la democracia real moderna.

Si realizamos una retrospectiva histórica, encontramos una serie de teorías que se concibieron inicialmente en la búsqueda de fundamentos para la emergencia de los gobernados (iusnaturalismo, kantismo, utilitarismo e historicismo), puesto que sólo una vez fundamentados los Derechos de los gobernados podrían ser incorporados como tales en las constituciones, las leyes y las instituciones.

S. López (op. cit.), aludiendo a Bobbio, señala que en la actualidad el problema no radica en la necesidad de fundamentar los derechos, puesto que éstos han sido demandados por casi todas las sociedades y aceptados por los Estados. En nuestros días el problema radicaría en cómo introducir las garantías para que estos derechos se traduzcan efectivamente en prácticas ciudadanas. Un derecho existe en la medida en que el Estado lo garantiza.

La mirada desde la sociología histórica ha contribuido decisivamente a la comprensión de las diversas trayectorias de las sociedades tradicionales hacia la modernidad, y del modo en que ha sido incorporado el tema de la ciudadanía, la igualdad y la Justicia Social. Aquí se encuentran estudiosos como Tocqueville (quien identificó la ciudadanía con la igualación de las condiciones sociales.

También podemos encontrar diversas concepciones expuestas sobre todo por los filósofos sobre la ciudadanía en diferentes coyunturas teóricas. A continuación revisaremos muy brevemente uno de los debates más vigentes y que resulta de especial interés para este estudio: el debate entre comunitaristas y liberales.

El debate entre comunitaristas y liberales

En los años setenta y ochenta se inició un debate de carácter filosófico sobre la naturaleza del individuo y sobre sus derechos en relación con el Estado, la comunidad y la cultura, la cuestión de la ética y los fundamentos de la filosofía política. Los protagonistas de este debate fueron, por una parte los liberales, encabezados por Rawls, Dworkin y Gauthier, y, por otra, los comunitaristas, como Arendt, Walzer, Taylor y Sandel. El debate, desarrollado en Norteamérica y Europa, tuvo dos esferas: la metodológica y la normativa sobre la concepción de individuo y de comunidad.

Tanto la teoría comunitarista como la individualista propia de los liberales tienen una imagen del individuo. Los comunitaristas sostienen que los vínculos sociales determinan a las personas, y que la única forma de entender la conducta humana es referirla a sus contextos sociales, culturales e históricos. Los individualistas, por su parte, plantean que la comunidad se constituye a partir de la cooperación para la obtención de ventajas mutuas, y que el individuo tiene la capacidad de actuar libremente.

Desde una perspectiva normativa, los comunitaristas sostienen que las premisas del individualismo traen consecuencias moralmente insatisfactorias, tales como la imposibilidad de lograr una comunidad de ciudadanos en igualdad de condiciones genuina, el olvido de algunas ideas de la vida buena que serían sustentadas por el Estado y una injusta distribución de los bienes. Los liberales, por su lado, sostienen que una sociedad justa no puede presumir una concepción particular del bien, sino que debe ajustarse a través del «derecho», que es una categoría moral que tiene prioridad sobre la de «bien» (Rawls).

Este debate entre liberalismo y comunitarismo es quizá el más vigente en nuestros días. Frente al tema Bárcena (1997) hace un planteamiento muy interesante, en el que asocia la postura liberalista con un tipo de ciudadanía entendida como estatus, y la postura comunitarista con un tipo de ciudadanía entendida como práctica.

El mismo autor señala que el punto de encuentro entre ambas líneas de pensamiento sería lo que llama «juicio político»: «Para llegar a ser ciudadano activo en la comunidad debemos estar motivados, formados y gozar de oportunidades para ello.

Además, la tradición cívica republicanista ha pasado por subrayar la importancia del ejercicio de la virtud cívica, la participación en la construcción del interés común y el cumplimiento de los deberes cívicos desde un ideal moral de servicio a la comunidad.

Sólo así, desde esta tradición, el individuo accede a la condición de plena ciudadanía, ya que ésta es una actividad intrínsecamente deseable que entraña un compromiso moral» (op. cit.: pp. 82-83).

A diferencia de esta tradición clásica, el pensamiento filosófico del liberalismo cívico acentúa, sobre todo, la idea de que la ciudadanía es un título al que accedemos cuando se nos reconocen determinados derechos. Pero existe un elemento en que ambas tradiciones no podrían justificadamente entrar en contradicción. Se trata de un elemento que forma parte de una noción comprensiva de competencia cívica: el juicio político. A través del ejercicio de nuestra facultad de juzgar las realidades políticas, y no sólo por el ejercicio de la virtud cívica, también accedemos a una plena condición de ciudadanía, a un tipo de actividad ciudadana en la que los valores de la tradición liberal y los del pensamiento cívico republicano pueden llegar a armonizarse.

La formación ciudadana en la educación formal

Educación y ciudadanía: la relación entre ambos conceptos

En la actual literatura ya es un lugar común decir que nos encontramos viviendo un proceso de transformación social, con nuevas formas de organización social, económica y política, que tienen lugar en esferas y procesos como los modos de producción, las tecnologías de comunicación y la democracia política.

Para algunos autores, como Tedesco (1995), el conocimiento es la variable más importante en la explicación de las nuevas formas de organización social y económica, y, en ese sentido, los recursos que están siendo fundamentales para la sociedad y para las personas son la información y las capacidades para producir y utilizar dicha información. Sobre este diagnóstico se sostiene la relevancia que adquiere el tema de la educación para todos los ciudadanos de la república Bolivariana de Venezuela, y que se ha visto materializado en una fuerte y gradual reforma del sistema educacional que viene siendo implementada desde el año 1999, por Hugo Rafael Chávez Frías desde su incorporación como Presidente de la República Bolivariana de Venezuela.

Pese a que, como ya comentamos, la relevancia que tiene la educación es incuestionable, también ocurre que en el citado contexto de cambio ésta se ve enfrentada a una crisis. No es que la educación no esté cumpliendo los objetivos sociales que tiene asignados; más bien ocurre que no se han logrado definir con claridad las finalidades que debe cumplir ni los rumbos hacia donde debe orientar sus acciones en este nuevo escenario.

Hay que considerar que abordar el papel de la educación implica definir tanto los conocimientos y las capacidades que exige la formación de todo ciudadano, como la forma institucional a través de la cual ese proceso de formación debe tener lugar.

La historia de la educación se relaciona íntimamente con la de la construcción de la nación, la democracia y el mercado. El acceso universal a la educación ha sido el principal instrumento por el que ha operado tradicionalmente la integración social. Esto se traduce a la incorporación de ciudadanos con amplio sentido de responsabilidad social y por ende ciudadanos en condiciones de iguales.

Sin embargo, dos de las ideas básicas que han definido la formación del ciudadano durante el siglo XX (democracia y nación) se encuentran hoy en proceso de revisión. A su vez, el mercado, sin el peso ni el control de la democracia y de la nación, asume un significado muy diferente al original y es incapaz de generar una propuesta educativa.

En este punto es necesario considerar que nación y democracia son construcciones sociales (Touraine, 1992) y, por tanto, deben ser enseñadas y aprendidas, dándose así una relación de interdependencia entre el fortalecimiento de éstas (nación y democracia) y el rumbo que tome la educación. Históricamente la educación pública obligatoria se expandió como una institución que competía y ocupaba espacios asignados a los agentes tradicionales de socialización: la familia y la iglesia. Lo que genero una deuda social en cuanto a la formación de ciudadanos iguales en los diversos ámbitos y aspectos socializantes de la vida humana, hasta llegar al punto de traducirse en una completa exclusión social y formación de ciudadanos que tan solo eran considerados objetos del sistema, y no ciudadanos que pudiesen considerarse Sujetos de una Sociedad.

Sin embargo, uno de los problemas más serios que afronta ahora la formación del ciudadano es lo que podría llamarse el "déficit de socialización" que caracteriza a la sociedad actual. La familia y la escuela, por diversos motivos, habrían perdido el peso y la confianza social depositada en ellas como agentes formadores, y, a cambio, la televisión, los vicios, los anti valores, por ejemplo, los habrían ganado.

Lo problemático de todo esto es que, a diferencia de otros temas netamente cognitivos, la educación ciudadana requiere la interiorización de normas, la promoción del respeto por la justicia, las leyes y la adhesión a determinadas entidades socialmente construidas (como la cohesión social y la aceptación). A la vez, eso requiere la incorporación explícita de las dimensiones afectiva y ética en el proceso de aprendizaje, situación que no es atendida necesariamente por agentes socializadores como los medios de comunicación de masas, que se guían de preferencia por señales de mercado.

Una mirada desde distintas instancias de poder y de actores sociales, Síntesis de fuentes de información y modo de análisis

En el marco del estudio que dio pie a este informe, se realizaron actividades con diferentes actores, representantes de organismos vinculados al quehacer educativo a nivel local (Urbanización el Milagro, parroquia Corazón de Jesús, municipio Barinas, estado Barinas), además de otros representantes o entes que suponen la participación social de los ciudadanos en las políticas públicas de país. Esto se realizo con la intención de sondear, tanto el apoyo, como el compromiso que tienen estos actores para con el sistema político, social, educativo, económico y en general con el proyecto de país que actualmente se implementa en Venezuela. Por esta razón se conformaron de este modo dos equipos de trabajo, interacción y sondeo de lo que denominamos: respeto, apoyo y promoción de la "Ciudadanía, Justicia Social e Igualdad Real".

Constituidos los equipos de trabajo, interacción y sondeo, se realizó la planificación de las estrategias a implementar en el Plan de Acción, (ver anexo pag.104-106), así como los objetivos generales y específicos que se aplicarían en la interacción con cada uno de los actores de la comunidad y los entes y Organismos gubernamentales que deberían interactuar según su corresponsabilidad en la promoción de la Justicia Social e Igualdad Real.

Es de esta forma cómo llegamos a la determinación de interactuar con los integrantes y representantes del Consejo Comunal, como también con los habitantes de la Urb. "El Milagro", por una parte, y por la otra con el conglomerado general que representa la comunidad Educativa del Liceo Bolivariano "Rafael Medinas Jiménez". Además se realiza la interacción con diversos entes gubernamentales entre los cuales podemos nombrar los siguientes: (Fiscalía del estado Barinas, Tribunal de Niños, Niñas y Adolescentes, Defensoría del Pueblo, Fundación del Niño, ONA, IDENA, CMDNNA, Gobernación del estado Barinas, Alcaldía del Municipio Barinas, Consejo Legislativo del Municipio Barinas, Departamento de Vialidad y Trasporte Publico de la Alcaldía del estado Barinas, Junta Parroquial Corazón de Jesús, entre otros.) Es como se pauta entonces el objetivo de cada equipo de trabajo e interacción y sondeo; quedando establecido de la siguiente manera:

• Representantes de la Comunidad, (Consejo Comunal). Con quienes se plantea como objetivo especifico: interactuar, gestionar, tramitar y hacer entrega de un carnet que exonera a los adultos mayores (tercera edad) del pago de pasaje en los medios de trasporte público a nivel municipal. Con la intención de hacer Justicia y empoderar a cada ciudadano de su Derecho real y absoluto y de esta manera promover la Justicia Social y el acceso al resto del conjunto de beneficios que procura nuestro ordenamiento jurídico vigente.

  • Representantes de organismos vinculados al quehacer educativo, formación y promoción de Deberes, Derechos y Obligaciones, así como la inserción de valores y principios que fomenten el respeto a nuestro ordenamiento Jurídico Vigente y por ende a la formación de Ciudadanos con un amplio conocimiento y sentido de responsabilidad Social, (específicamente del Liceo Bolivariano "Rafael Medinas Jiménez", parroquia Corazón de Jesús, municipio Barinas, estado Barinas). En esta institución se implementan, como objetivos específicos, una serie de dinámicas, charlas, foros, debates de participación general, y talleres; que persiguen promover e incentivar a cada participante hacia un estado de reflexión en cuanto al uso, promoción y respeto de cada una de las normas pautadas para regular el comportamiento del ser humano en cada sistema social y político.

  • Actores, Entes Gubernamentales y Organizaciones Políticas y Sociales: con quienes se pretende la interacción con la intención de sondear el nivel de corresponsabilidad, respaldo, apoyo y promoción de los Derechos, Deberes y Obligaciones del ciudadano venezolano; así como demostrar el grado de participación que tienen verdaderamente estos actores en referencia a la educación en nuestro país. Al respecto se buscara el respaldo en cuanto se refiere al aporte de materiales (trípticos, papelería, consumibles, Leyes, Diplomas de reconocimientos, Placas, medallas, trofeos, entre otros), que puedan servir como ayuda para la implementación de las dinámicas pautadas en nuestro plan de acción.

  • Alumnos de educación media, desde 1er año, hasta 5to año. Lo que se presenta a continuación corresponde al análisis de la información recogida por medio de estas dinámicas, charlas, foros, debates de participación general, y talleres. El análisis ha sido ordenado en torno a las cuatro variables consideradas en la recopilación de los datos, para luego hacer una mirada general. Las cuatro variables son:

• Concepto de Ciudadanía, Justicia Social e Igualdad Real.

• Valores y Principios contenidos en el Preámbulo de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV).

• La Participación y el Protagonismo y el papel de los distintos actores sociales frente a la formación ciudadana.

• Análisis de Leyes relevantes y de gran interés en la promoción de la Ciudadanía, la Justicia Social y la Igualdad Real. Entre las principales a discutir podemos nombrar: Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV), Ley Orgánica de Educación (LOE), Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (LOPNNA), Ley Orgánica de Protección a la Mujer para una Vida Libre de Violencia (Ley de Genero).

Finalidad de la interacción (objetivo general)

El fin único que se persigue es la interacción, promoción y esparcimiento del conocimiento que poseemos en lo referente a la "Ciudadanía, Justicia Social e Igualdad Real". Desde esta perspectiva enfocamos nuestro mayor esfuerzo en la interacción (directa) con cada uno de los entes, organismos y organizaciones sociales, comunitarias, políticas, entre otros; para lograr empoderar a cada individuo de sus Derechos, Deberes y Obligaciones, así como de su corresponsabilidad en el buen desarrollo y acenso en búsqueda de la Mayor Suma de Felicidad, Justicia Social e Igualdad Real.

Análisis por variables.

Concepto de ciudadanía: A partir de las dinámicas realizadas se pueden rescatar distintas concepciones de ciudadanía, unas más elaboradas que otras. En lo más general, el concepto de "ciudadano" se relaciona con "citadino" (haciendo referencia al habitante de la ciudad) o con "civil" (aludiendo a cualquier persona de la sociedad civil diferente del Estado). Con base en estas definiciones pueden hacerse ya dos acotaciones:

• El ciudadano, como habitante de la ciudad, alude a la antigua idea de polis griega, contexto en el cual prácticamente no se establecían diferencias entre hombre y ciudadano (Bárcena, 1997, citando a Sartori y a Nussbaum).

• El ciudadano, como miembro de la sociedad civil si se recuerda el origen del concepto revisado en el punto II del informe, alude a la existencia de relaciones de autoridad (López, 1997). Es decir, previamente a la existencia del ciudadano hay un gobernante, en este caso el Estado, frente al cual el ciudadano se diferencia.

Entre las definiciones más elaboradas de ciudadanía dadas por los participantes podemos citar por ejemplo, las siguientes:

• "Ciudadano puede entenderse como aquel sujeto que tiene posibilidades de ejercer sus derechos y deberes en un contexto social, político y económico determinado". (Estudiantes del tercer (3er) año sección "A" turno de la Tarde, Liceo Bolivariano Rafael Medina Jiménez").

• "Ciudadano es aquel que tiene conciencia de pertenencia a un país o una sociedad y se relaciona con un denominador común sobre qué es bueno para mi patria, mi sociedad, mi ciudad. Así mismo puede ejercer sus derechos políticos y sociales sin ninguna restricción". (Estudiantes del tercer (3er) año sección "B" turno de la Mañana, Liceo Bolivariano Rafael Medina Jiménez").

• "Ciudadanía es la forma en que las personas están integradas a la sociedad; cuáles son los espacios en que te tienes que mover en la sociedad, cuáles son las normas culturales, cómo se relacionan los grupos sociales, son las normas de convivencia, la pauta de vida de acuerdo al sistema que la sociedad se da para vivir". (Estudiantes del tercer (3er) año sección "C" turno de la Mañana, Liceo Bolivariano Rafael Medina Jiménez").

• "Ciudadano es aquella persona que se siente parte de un país, de una república, de un sistema democrático, social, económico y político, y como tal se siente responsable en términos de cumplir con sus deberes cívicos y sus obligaciones, así como reconocer sus derechos, luchar y organizarse en torno a ellos. Entiende que hay una sinergia estrechamente vinculada entre el ejercicio de sus propios derechos y el desarrollo del país. Esto le procura y concede el acceso a una calidad de vida suficientemente satisfactoria y al mismo tiempo le proporciona Justicia e Igualdad en el ejercicio de la Mayor Suma de Felicidad Posible, como se establece en la segunda línea general del Proyecto Nacional "Simón Bolívar" del Plan Estratégico de la Nación. (Estudiantes de la Universidad Bolivariana de Venezuela "UBV", Misión Sucre, VII semestre del Programa de Formación de Grado (PFG), Estudios Jurídicos, Aldea "Concordia I", modalidad Fin de semana. Parroquia Corazón de Jesús, municipio Barinas, estado Barinas.

Más allá de las diferencias presentadas, los elementos centrales que son comunes a todas las definiciones dadas son los siguientes:

• Existencia de "individuos" (sujetos, ciudadanos, personas), que se relacionan e interactúan en un colectivo (sociedad, país,) del cual se sienten formando parte, y que como espacio referencial, este colectivo posee o se ha dado a sí mismo un "marco de acción" para su propio bienestar y buen funcionamiento.

Estos tres elementos estarían en interacción, vale decir, unos tendrían efectos sobre los otros: cada individuo con su modo de comportarse influye sobre el resto de individuos (que como colectivo conforman la sociedad), y éstos a su vez inciden en la definición del conjunto de reglas, dinámicas, instituciones, etc., que pautan los modos de actuar de ellos mismos, tanto como colectivo como a nivel individual. Vistos a la inversa, existiría un conjunto de pautas culturales, instituciones, normas, etc., que inciden en el conjunto de la sociedad y en cada uno de los individuos que la conforman.

Dentro del análisis presentado, la relación más débil (y en algunos casos inexistentes) correspondería a la capacidad del individuo para modificar por medio de acciones personales y no colectivas el marco de referencia o contexto. Sin embargo, dentro de una concepción de Ciudadanía, Justicia Social e Igualdad Real que privilegia al individuo sobre el colectivo, lo que es propio de una corriente liberal, fortalecer ésta capacidad sería justamente uno de los desafíos del ejercicio ciudadano óptimo.

En esta línea se entiende impulsar la capacidad de cada individuo como controlador de la gestión y del acontecer público, social, político, económico, democrático, a través de su competencia de denuncia y demanda, tema que privilegia al ciudadano en su rol de sujeto en la sociedad y no el de objeto social donde solo existe para el consumo de bienes y servicios.

Los participantes permiten discernir la necesidad de situar el concepto de ciudadanía en "un contexto determinado", que involucra aspectos históricos, socioculturales, políticos, jurídico-normativos e institucionales. En este sentido, habría un mayor acercamiento a la forma de concebir la ciudadanía como lo hacen los comunitaristas.

Las alusiones a las diferencias entre el período de dictadura y el actual dejan claro, además, que el modo en que se manifiesta la ciudadanía es diferente dependiendo del "momento" en que se observe.

Sin embargo, es bastante complejo referirse al contexto, no desde el punto de vista temporal sino "territorial": ¿debe ser entendida la sociedad en relación con la región continental, con el país, con la comuna? En un contexto de globalización ya se escucha hablar de una "ciudadanía mundial".

Para todos los participantes es claro que el concepto de ciudadanía no puede restringirse a una definición estrictamente jurídica, aun cuando la alusión a Deberes y Derechos (noción bastante clásica de la ciudadanía y que alude a su vertiente jurídica) fue muy reiterada. Sin embargo, también se hizo la distinción entre reconocer normativamente ciertos Derechos y poder exigirlos en la práctica, situación que recuerda lo que Sinesio López (1997) llama una "Ciudadanía Real" y una "Ciudadanía imaginaria". Gran parte de los participantes coincide con López en señalar que no se puede ejercer realmente la ciudadanía mientras no existan condiciones que aseguren la justicia y el ejercicio de todos y cada uno de los derechos. La alusión a la importancia del contexto en el ejercicio de la Ciudadanía, Justicia Social e Igualdad Real, nos lleva también a evidenciar uno de los dilemas en torno a este tema, en cuanto a ¿qué debe darse primero?; "¿bajo qué condiciones del contexto se puede ejercer la ciudadanía? o ¿qué condiciones del contexto pueden ser modificadas a través del ejercicio de la Igualdad Real?".

Aunque no existe una respuesta única, pareciera que es mayoritaria la postura de que existen ciertas condiciones mínimas que debieran ser garantizadas legal e institucionalmente por el Estado, y que justamente éste sería el punto débil de nuestra democracia.

A esto se agregaría otra condición de la realidad venezolana, que es una enorme inequidad en la distribución de la riqueza, lo que dejaría a grandes grupos de la población en situación muy desventajosa en cuanto al cumplimiento de sus Derechos sociales, civiles y políticos. En este punto de la discusión es interesante hacer una distinción formal sobre lo que se entenderá por "ejercicio de la Ciudadanía, Justicia Social e Igualdad Real".

A partir de los elementos definitorios entregados por los participantes, se puede proponer una distinción entre un ejercicio pasivo y otro activo. Las características de ambas formas de ejercer la Ciudadanía, Justicia e Igualdad Real, se resumen del siguiente modo:

• Ejercicio pasivo de la ciudadanía: estaría restringido a un estatus de nivel individual definido jurídicamente. Estaría centrado especialmente en la idea de Derechos, los cuales preexisten con independencia de la voluntad del sujeto.

• Ejercicio activo de la ciudadanía: incorpora a la idea de Derechos, la de Deberes, y además de ser un estatus sería una práctica; por lo tanto, refleja en cierto modo o voluntad y conciencia por parte del sujeto. Supera al individuo, aludiendo a la idea de comunidad o colectivo. Además, va más allá de lo jurídico, incorporando aspectos como lo político y lo cultural dentro de lo que actualmente conocemos como cultura; misma que históricamente esta concebida de forma alienada y consumista. Esto debido a la supuesta formación y educación que se impartió durante los gobiernos anteriores y sus sistemas políticos.

Con la introducción de todos estos elementos surgen nuevas preguntas: "¿En qué instancias prevalece lo individual o lo colectivo?" o "¿Cuáles son los espacios para el ejercicio de la Ciudadanía, Justicia Social e Igualdad Real?". Pese a la dificultad de llegar a respuestas definitivas, fue posible distinguir entre las opiniones de los participantes dos posturas diferentes, que, llevadas a polos opuestos, se caracterizan del siguiente modo:

• Primera postura: "Somos ciudadanos a tiempo completo". Desde esta óptica la persona es concebida como un ser integral e indivisible; por lo tanto, el ejercicio de la ciudadanía se daría en todo momento, incluyendo las esferas públicas y privadas. Existiría, además, un imperativo ético precedente a la conducta de las personas, que tendría que ver con la búsqueda de la Felicidad Social y el bien común.

• Segunda postura: "Tenemos diferentes responsabilidades públicas, dependiendo del cargo que ocupemos". Aquí nos encontraríamos con una perspectiva fragmentada de la persona, distinguiendo esferas que obedecen al desempeño de distintos papeles: trabajador, habitante de la ciudad, consumidor, etc. El ciudadano correspondería a las esferas jurídica y política. Por otra parte, la ciudadanía e igualdad, al igual que la justicia se jugaría especialmente en el espacio público, vale decir, donde hay interacción con otros y particularmente en donde se toman decisiones. Cabe mencionar que se alude a quienes tienen acceso fácil (económicamente) al sistema social y jurídico del país.

En su mayoría, los participantes aludieron de algún modo a una búsqueda del bienestar social y a la igualdad ciudadana que pasaría por las conductas individuales; sin embargo, el énfasis fue puesto en que el ejercicio de la Ciudadanía, Justicia Social e Igualdad Real es propio de la esfera pública. De acuerdo con la primera postura, a diferencia de la segunda, lo público no sería sólo lo político sino todo aquello en donde las personas interactúan. Por tanto, se ejercería la ciudadanía en el momento de votar y de participar en organizaciones sociales, pero también en el trabajo y en el modo de conducir un vehículo por la vía pública. Se pudo entender incluso que conductas que podrían ser consideradas parte de la esfera privada, como el modo de actuar con los hijos en la familia, también darían cuenta de conductas ciudadanas.

Temas y valores con los que se asocia la Ciudadanía, Justicia Social y la Igualdad Real.

Quizá pueda llamar la atención un consenso total acerca de que el tema de la Ciudadanía, Justicia Social e Igualdad Real están estrechamente relacionado con la democracia, aun cuando no queda claro que frente a estos conceptos todos los participantes estén haciendo referencia a lo mismo. La democracia, más allá de ser entendida como una determinada forma de gobierno, aparece como un valor en sí misma, que a su vez se manifiesta en otros valores tales como participación, protagonismo, pluralismo y tolerancia o respeto. Tal vez el mayor consenso en este punto estuvo en afirmar que los conceptos señalan el ejercicio activo de ellos (si se toman las distinciones hechas en el punto anterior) implica "participación", entendiendo por ésta la acción de organizarse, opinar y/o tomar parte en los procesos de toma de decisión y participación en las políticas públicas a distintos niveles (nacional y local). La participación aparece como Deber y como Derecho.

Aquí nuevamente se hace la distinción entre quienes tienen una posición social que les da acceso a espacios privilegiados de información y círculos de influencia, versus aquellos que por su situación de marginalidad y exclusión deben limitar su participación a lo estrictamente relacionado con su sobrevivencia. Lo que se traduce a injusticia y desigualdad. Para esas personas no se puede exigir el Deber que como ciudadanos les correspondería de velar y de responsabilizarse por el desarrollo del país en su conjunto. Al contrario, en tales casos queda claro lo ya mencionado acerca de contar con ciertas condiciones mínimas para el ejercicio ciudadano.

Que la sociedad civil tenga espacios de participación fue mencionado por algunos como una de las características básicas de la democracia, Ciudadanía, Justicia Social e Igualdad Real, así como contar con instituciones que representen efectivamente a los ciudadanos y que verdaderamente promocionen y empoderen al ciudadano históricamente excluido de todos sus Derechos vulnerados. En relación con este punto hubo quienes se mostraron muy críticos frente a la realidad actual mientras que otros reforzaron los avances en iniciativas que mejoran las condiciones para el diálogo y la libre expresión de ideas.

No es extraño que justamente los más críticos sean los que logren una menor participación efectiva en espacios de toma de decisiones. También es importante la opinión de uno de los participantes (Estudiantes) acerca de cierta fantasía en aquello de promover la participación ciudadana a través de algunas políticas públicas, pues al final lo que se hace es traspasar a la sociedad civil algunas responsabilidades que debieran ser asumidas totalmente por el Estado, como por ejemplo: el control o contraloría de las funciones que ejercen los "representantes de los organismos públicos".

Es importante resaltar que los valores mencionados en este marco democrático base para poder hablar de ciudadanía son: Justicia (Equidad, Igualdad), Libertad y Paz.

La idea de "Justicia", mencionada también como equidad e igualdad, apareció con mucha fuerza asociada con "bien común" y con "Convivencia Social". En algunos participantes, con más fuerza que en otros, las condiciones materiales de Justicia Social son una garantía de buena convivencia. Aquí estarían entremezcladas las esferas de lo individual y de lo colectivo, por cuanto se alude a la interacción de sujetos que no viven aislados, pero que individualmente requieren de su bienestar personal.

También la ciudadanía se asocia con "gobernabilidad", con mantener un orden social en sus componentes políticos, económicos, entre otros. Al respecto es interesante citar a García Canclini (1995), quien postula que actualmente el espacio de participación y articulación del orden es el mercado, y que a través de éste se estaría dando el ejercicio de la ciudadanía. En la misma línea, Nikolas Rose (1997) afirma que una de las características de los nuevos liberalismos es que a través de la mercantilización se produce una aparente devolución de los poderes reguladores de arriba (planificación y obligatoriedad) hacia abajo (las decisiones de los ciudadanos consumidores), en tanto que las dimensiones sociales del gobierno (trabajo social y seguridad social) ceden paso a una especie de "privatización de la gestión del riesgo»"(pp. 37-38). El nuevo sujeto de gobierno, agrega Rose, es el cliente (en tanto consumidor de servicios diversos).

Dentro de los temas que fueron discutidos con los participantes hubo dos frente a los cuales no se dio consenso: la identidad (identificada como soberanía) y la autonomía. En relación con la "identidad", aparece cuestionado que exista o no una única identidad, puesto a que esta depende de la misma soberanía y de la dependencia que tiene nuestro país con respecto al consumo de bienes y servicios provenientes de otras naciones como: Argentina, Rusia, Brasil, Cuba, China, Estados Unidos, entre otros.

Polémica que remite a cómo entender la ciudadanía en un contexto de mundialización y globalización. Para algunos entrevistados la promoción de la diversidad y el pluralismo, al tiempo que produce una apertura de fronteras nacionales, es contradictorio con buscar una identidad nacional única. Por el contrario, habría dos fenómenos: de un lado, una tendencia a fortalecer las identidades grupales o locales, y, de otro, la aparición de referentes universales que superaran la idea de Estado-nación (creando, por ejemplo, una ciudadanía mundial).

Partes: 1, 2, 3
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