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Algunas Concepciones del Fin del Mundo (página 3)

Enviado por Miguel La Rotta


Partes: 1, 2, 3, 4

Inicio

Nueva Biblia de Jerusalén

24, 1-2

1 Salió Jesús del Templo y, mientras caminaba, se le acercaron sus discípulos para mostrarle las construcciones del Templo.

2 Pero él les respondió: "¿Veis todo esto? Pues os aseguro que no quedará aquí piedra sobre piedra, ni una que no sea derruida."

24,3-31

3 Estando luego sentado en el monte de los Olivos, se acercaron a él en privado sus discípulos, y le dijeron: "Dinos cuándo sucederá eso, y cuál será el signo de tu venida y del fin del mundo."

4 Jesús les respondió: "Mirad que no os engañe nadie, "

5 pues vendrán muchos usurpando mi nombre y diciendo: "Yo soy el Cristo", y engañarán a muchos.

6 Oiréis también hablar de guerras y rumores de guerras, pero no os alarméis. Es necesario que eso suceda, pero no es todavía el fin.

7 Pues se levantará nación contra nación y reino contra reino, y habrá en diversos lugares hambre y terremotos.

8 Todo esto será el comienzo de los dolores del alumbramiento.

9 Entonces os entregarán a los torturadores y os matarán, y seréis odiados de todos los paganos por causa de mi nombre.

10 Muchos se escandalizarán entonces y se traicionarán y odiarán mutuamente.

11 Surgirán muchos falsos profetas que engañarán a muchos.

12 Y al ir creciendo gradualmente la maldad, la caridad de muchos se enfriará.

13 Pero el que persevere hasta el fin se salvará.

14 Se proclamará esta Buena Nueva del Reino en el mundo entero, para dar testimonio a todas las naciones. Y entonces vendrá el fin.

15 "Cuando veáis, pues, el ídolo abominable, anunciado por el profeta Daniel, erigido en el Lugar Santo (el que lea, que comprenda),"

16 entonces que huyan a los montes los que estén en Judea;

17 el que esté en el terrado, que no baje a recoger las cosas de su casa;

18 y el que esté en el campo, que no regrese en busca de su manto.

19 ¡Ay de las que estén encintas o criando en aquellos días!

20 Orad para que vuestra huida no suceda en invierno ni en día de sábado.

21 Porque habrá entonces una gran tribulación, como no la hubo desde el principio del mundo hasta el presente, ni volverá a haberla.

22 Y si aquellos días no se acortasen, no se salvaría nadie; pero, en atención a los elegidos, se acortarán aquellos días.

23 Entonces, si alguno os dice: "Mirad, el Cristo está aquí o allí", no lo creáis.

24 Porque surgirán falsos cristos y falsos profetas, que harán grandes signos y prodigios, capaces de engañar, si fuera posible, a los mismos elegidos.

25 ¡Mirad que os lo he predicho!

26 Así que si os dicen: "Está en el desierto", no salgáis; "Está dentro de la casa", no lo creáis.

27 Porque como el relámpago sale por oriente y brilla hasta occidente, así será la venida del Hijo del hombre.

28 Donde esté el cadáver, allí se reunirán los buitres.

29 Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, y las fuerzas de los cielos serán sacudidas.

30 Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del hombre; y entonces se golpearán el pecho todas las razas de la tierra, que verán al Hijo del hombre venir sobre las nubes del cielo con gran poder y gloria.

31 Él enviará a sus ángeles con sonora trompeta, y reunirán de los cuatro vientos a sus elegidos, desde un extremo de los cielos hasta el otro.

Final

24,32-36

32 De la higuera aprended esta parábola: cuando ya sus ramas están tiernas y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca.

33 Así también vosotros, cuando veáis todo esto, sabed que Él está cerca, a las puertas.

34 Yo os aseguro que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda.

35 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

36 Más de aquél día y hora, nadie sabe nada, ni los ángeles de los cielos, ni el Hijo; sólo el Padre.

El autor del evangelio de Mateo señala una serie de aspectos a considerar para ubicar la perícopa en sí.

Inicio

Mateo indica en 24,1-2 que el lugar donde se desarrolla la conversación entre los discípulos y Jesús, es afuera del Templo. A diferencia de la siguiente sección comprendida en 24,3-31 el lugar corresponde al monte de los Olivos. La situación se presenta al salir del Templo, justo cuando los discípulos se le acercan para mostrarle las construcciones del mismo. Al verlas, Jesús profetiza acerca de la destrucción que al Templo le espera. Los discípulos, intrigados, se le acercan en privado. El autor ubica a Jesús en un lugar distinto, lo hace así por la trascendencia de la respuesta que Jesús va a ofrecer; ya no sólo se trata de ubicar la conversación "afuera" del Templo, sino sentado y en "el monte de los Olivos". Esto señala un grado alto en la importancia de la respuesta.

Considerando el tiempo en el cual se desarrolla la narración de Mateo, se podría conjeturar que ha sido durante un día, sin decir que la sola conversación entre los discípulos y Jesús haya tenido una duración de 24 horas; solo especificar que está contenida en el grupo de actividades acontecidas en "aquel día" como se encuentra en Mt 22,23. No hay cambio en cuanto a tiempo se refiere entre Mt 24,1-2 y Mt 24,3-31.

Los personajes en Mt 24,1-2 son Jesús y los discípulos. En Mt 24,3-31 el número de personajes no aumenta en la participación de la conversación, pero sí hay varios que son mencionados en ella por Jesús. Él al advertir acerca de los engaños, castigos y muertes venideras menciona a los falsos cristos y a los torturadores. Según el autor del Evangelio, cuando Jesús ofrece su respuesta a los discípulos, también tiene en cuenta a los paganos, los falsos profetas, al ídolo abominable, a Daniel, a los que están en Judea, al que está en el terrado, al que está en el campo, a las que estén encintas o criando, a los elegidos, a los buitres, al Hijo del hombre y sus ángeles. Todo enmarcado en la Parusía de Jesús.

El tema central en Mt 24,1-2 es la destrucción del Templo. Este anuncio de Jesús es la clave que activa el deseo de los discípulos por obtener mayor información al respecto; ya en Mt 24,3-31, el tema no solo trata de la destrucción del Templo en sí, sino que considera el signo de la venida del Señor y la consumación de esta era. Así, el tema involucra las Señales o los acontecimientos previos a la Parusía. Se puede observar ahí un cambio de tema entre Mt 24,1-2 y Mt 24,3-31.

También hay un cambio de estilo entre las dos perícopas mencionadas. En la primera de ellas se ve un estilo narrativo y de diálogo. Mientras que en la segunda, predomina un estilo discursivo y apocalíptico.

Final

Al considerar a Mt 24,3-31 y Mt 24,32-36 en lo que respecta a los aspectos de lugar, tiempo y tema, se puede afirmar que no hay cambio alguno. En el desarrollo de la narración en 24,32-36, Mateo deja ver que los personajes siguen siendo Jesús y sus discípulos; se observa que en Mt 24,32-36 Jesús es quien habla y los discípulos son quienes le escuchan. Evidentemente, en Mt 24,32-36 Jesús presenta la parábola de la higuera. Ahí ya, los personajes que son tenidos en cuenta en Mt 24,3-31 no forman parte de la enseñanza del Señor Jesús.

El cambio se puede encontrar en el estilo, dado que en Mt 24,3-31 predomina un estilo discursivo y apocalíptico; de éste, se pasa en Mt 24,32-36 a un estilo predominantemente parabólico y apocalíptico.

24, 1-2

24,3-31

24,32-36

Lugar

Fuera del Templo

En el monte de los Olivos.

No dice, pero se puede asumir que es en el monte de los Olivos.

Tiempo

Un día (22,23).

No dice, pero se puede asumir que sigue siendo durante el mismo día.

No dice, pero se puede asumir que sigue siendo durante el mismo día.

Personajes

Jesús y sus discípulos.

Jesús, sus discípulos, los torturadores, los paganos, falsos profetas, el ídolo abominable, Daniel, los que estén en Judea, el que esté en el terrado, el que esté en el campo, las que estén encintas o criando, los elegidos, falsos cristos, los buitres, el Hijo del hombre y sus ángeles.

Vosotros (sus discípulos), Él (Jesucristo).

Tema

La destrucción del Templo.

Señales o acontecimientos previos a la Parusía.

Señales o acontecimientos previos a la Parusía.

Estilo

Narrativo. Diálogo.

Discursivo. Apocalíptico.

Parabólico. Apocalíptico.

Ulrich Luz, afirma que la perícopa podría ir hasta el verso 31:

En el v. 3 formulan los discípulos dos preguntas. No queda claro dónde está la respuesta. En los vv. 4s sigue una primera advertencia sobre falsos cristos. Desde el v 6 habla Jesús, en oraciones principales de futuro, sobre acontecimientos que están por venir. Ya en el v 6 se menciona el «fin», los lectores esperan, pues, que Jesús los informe sobre el futuro.

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Luz presenta los versos 29-31 como elementos clave que forman parte de la segunda sección principal por contener éstos las palabras que Jesús responde a sus discípulos acerca del fin.

Valorando la apreciación de Luz, la perícopa principal de este trabajo, comienza en el verso 3 y termina en el verso 31; esencialmente porque el verso 14 no señala un final definitivo, sino que se ve una continuidad que va hasta el verso 31. En ese verso, sí se observa con mayor claridad ese final de la perícopa. Ya en el verso 32 se encuentra un cambio de estilo, pues pasa de discursivo y apocalíptico a un estilo parabólico.

A partir de este momento el análisis bíblico se concentra solamente en un versículo de la perícopa indicada, a saber Mt 24, 3.

Entre 24,1-2 y 24,3-31 se presentan cambios de lugar, aumento en el número de personajes, el tema ya no es la destrucción del Templo, sino que se habla de las señales que han de suceder antes de la Parusía del Señor. Ahora, al confrontar los aspectos de lugar, tiempo, personajes, tema y estilo entre 24, 3-31 y 24, 32-36 se observa que cambia el número de personajes y el estilo literario. Estos cambios determinan la independencia de una perícopa con otra.

Traducción del texto y empleo de traducciones

El Texto

Mt 24, 3[102]

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Otras traducciones españolas

Las traducciones de las distintas versiones bíblicas obedecen al propósito que cada Biblia tenga, siendo todas las aquí empleadas versiones católicas, se advierte un lenguaje pastoral en algunas y un lenguaje formal en otras, por tratarse de versiones de estudio bíblico.

Se presenta al lector un cuadro que reúne las seis versiones empleadas para facilitar la comparación entre ellas:

LBA (La Biblia de América, 2011)

LBNP (La Biblia de Nuestro Pueblo, 2008)

NBJ (La Nueva Biblia de Jerusalén, 1998)

NC (Nacar-Colunga, 2009)

NTI (Nuevo Testamento Interlineal, 1984)

R60 (Reina-Valera Revisada, 1960)

Estaba sentado en el monte de los Olivos, cuando se le acercaron los discípulos en privado y le dijeron: -Dinos cuándo ocurrirá esto, y cuál será la señal de tu venida y el fin de este mundo.

Estando sentado en el monte de los Olivos, se le acercaron los discípulos aparte y le preguntaron: -Dinos cuándo sucederá eso y cuál es la señal de tu llegada y del fin del mundo.

Estando luego sentado en el monte de los Olivos, se acercaron a él en privado sus discípulos, y le dijeron: "Dinos cuándo sucederá eso, y cuál será el signo de tu venida y del fin del mundo."

Y sentándose en el monte de los Olivos, llegáronse a Él aparte los discípulos, diciendo: Dinos cuándo será todo esto y cuál la señal de tu venida y de la consumación del mundo.

Y estando sentado él en el monte de los Olivos, se acercaron le los discípulos en privado, diciendo: Dinos, ¿cuándo esto será, y cuál (será) la señal de tu venida y de la consumación de esta era?

Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?

Al comparar las versiones: LBA, LBNP, NBJ, NC y R60 no se destaca una diferencia substancial entre ellas, todas tienen en cuenta el hecho de que el Señor Jesús se encontraba sentado en el monte de los Olivos, que sus discípulos se le acercaron y que de manera privada ellos le manifestaron su inquietud acerca del día de la destrucción del Templo, el día de Su venida y el día del fin del mundo. Sin embargo, sí se encuentra una diferencia especial en la NTI, pues en esa versión se habla de una "consumación de esta era" y no de un "fin del mundo". Es importante para este trabajo, llamar la atención sobre esto, pues en realidad hay una gran diferencia semántica entre las dos ideas: hablar de un fin del mundo puede impactar en el lector de una manera más contundente que el hecho de hablar de una consumación de una era. Esa puede ser la intención de los traductores, es decir, querer resaltar que además de la Misericordia del Señor, también hay en èl un rasgo que no puede pasarse por alto y es que el Señor Dios también es Juez. Es también probable que los autores quieran causar en el lector un sentimiento de temor frente a un inminente fin del mundo para velar y mantenerse fiel hasta el fin. Pero la intención de los traductores no puede superponerse a la intención del autor del evangelio, quien pone de manifiesto la "culminación de esta era", una era en la que la élite religiosa judía jugaba un papel determinante en asuntos de carácter político, económico y social; esta era llegó a su consumación con la llegada de Jesús: Su pobreza, Su humildad y su Pasión. "El velo del Santuario se rasgó en dos" (Mt 27,51; Mc 15,38; Lc 23,45), pero el velo no se rasgó por sí mismo, el velo fue rasgado por Dios al entregarse voluntariamente para la Salvación de la humanidad "la tradición cristiana ha visto en este desgarrarse del velo la supresión del antiguo culto mosaico y el acceso abierto por Cristo al santuario escatológico."[103]

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Es claro que en ambas definiciones aparece la palabra mundo, pero si la intención del autor era hablar de un "mundo-cosas terrestres", habría usado el término "cosmos" en lugar de "aionos", que más bien se refiere a un "mundo-tiempo". Jesús solía decir que su Reino no era de esta tierra, hablaba pues, en términos espirituales y no materiales.

Crítica Textual

Según Metzger (2001) el texto griego de Mateo 24, 3 no presenta ninguna variante significativa,[104] esto quiere decir que el lector de Mt 24, 3 está frente a una unidad que se ha preservado de la influencia de algún escriba a lo largo del tiempo.

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Análisis morfológico sintáctico

Mateo 24, 3:

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Esta simbología ayuda a comprender el sentido que tiene la consumación de una era realizada por dos posibles vías: 1. Aquella a favor del buen fruto y 2. Aquella que se muestra a favor de la cizaña. Reiterando cómo la terminación de la era injusta está en las manos del hombre, siempre y cuando éste se incline a ofrecer "buen fruto". En Mt 13,40 "la consumación de esta era" señala una terminación definitiva de la mala cizaña al ser destinada al fuego.

Mt 13,49 refuerza esa responsabilidad que el hombre tiene en términos de decidir qué tipo de era quiere vivir:

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La acción de Dios siempre invita a que toda la humanidad procure un seguimiento, fiel a él, caracterizado por un accionar que dignifique la vida de quien sufre. Esa es la manera en la que la consumación de una era injusta puede llegar a un final, dado que si la humanidad se decide por el accionar de Dios dentro de la historia, se podrá ver un mundo coherente con el Evangelio de Jesucristo. En Mt 28,20 se encuentra otra clave importante que apoya el desarrollo de la consumación de esta era:

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Jesús enseñó a sus seguidores a que hicieran discípulos a todas las gentes para que ellas guardaran todo lo que él les mandó. Si se opta por la propuesta de Jesús, hay una garantía de oro, ya que él mismo les aseguró que estaría con ellos siempre, hasta la consumación de la era.

Análisis estilístico o de los tipos de texto

Dadas las características textuales, se puede decir que el tipo de género literario de la perícopa es apocalíptico, también presenta futuros de vaticinio en tercera persona e imperativos:

El lenguaje de la sección tiene un tono de solemnidad. Esto se relaciona con el estrecho apoyo en el lenguaje de la Biblia, como es corriente en textos apocalípticos. Llama la atención, además, en los v 4-28 la combinación de futuros de vaticinio en tercera persona (vv. 5, 7, 9-14, 21s, 24) e imperativos (vv. 4b, 6b, 20, 23b, 26). Bastantes veces los imperativos están basados en una predicción (vv. 4b+5, 6b+7, 23b+24, 26b+27). Esto indica que el conocimiento de lo que está por venir nunca es teoría, sino que tiene una finalidad práctica y apunta a la conducta correspondiente. Entre los vaticinios e imperativos hay breves frases de explicación o comentario (vv. 6c, 8, 15fin, 25), que facilitan la orientación a los lectores. Los vv. 29-31 difieren formalmente de las escenas anteriores, solo hay vaticinios en futuro -ocho en total-. Faltan los imperativos y las interpelaciones a los lectores. Al mismo tiempo, el lenguaje muestra en estos versículos finales un acusado carácter bíblico.[105]

A su vez, el Mt 24,3 presenta un texto literario narrativo e interrogativo en el que se narra el momento en el que los discípulos acuden a Jesús para manifestarle sus inquietudes referentes al Templo, la Parusía y al fin del mundo.

Análisis estructural

Según Luz, la perícopa Mt 24,3-31 presenta la siguiente estructura:

v. 3 Situación y pregunta introductoria de los discípulos.

v. 4s punto capital anticipado primer aviso sobre falsos profetas.

vv. 6-14 sucesos del tiempo final de cara al mundo.

a) en general (v. 6-8).

b) en la comunidad en medio de los pueblos (vv. 9- 14), con un segundo aviso sobre los falsos profetas (v. 11).

vv. 15-28 sucesos del tiempo final de cara a Judea.

a) Judea en general (vv. 15-22).

b) en la comunidad (vv. 23-28) con un tercer aviso sobre los falsos profetas (vv. 23-26).

vv. 29-31 el fin, la venida del Hijo del hombre.[106]

De este modo, Luz presenta una división que consta de cinco partes.

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Luego, tal y como indica Luz, en 6-14, se presentan los sucesos del tiempo final desde un carácter general, es decir, los signos que anteceden la consumación de la era: guerras, rumores de guerras, enfrentamientos entre naciones y reinos, hambre y terremotos (Mt 6-8). Jesús presenta los signos, pero ya con un carácter específico: la comunidad cristiana. Lo que ésta ha de padecer en medio de los pueblos: torturas, muertes, odio y escándalo por causa de él, traiciones y odios mutuos. Jesús menciona de nuevo a los falsos profetas (v.11), anuncia un crecimiento gradual de la maldad y el endurecimiento del corazón. Luego Jesús, pasa de un paradigma negativo a un paradigma completamente positivo, esto es, la perseverancia en el seguimiento a Jesús y la esperanza de llevar a cabo la proclamación del Evangelio a todas las naciones del mundo.

Posteriormente, en la estructura de la perícopa propuesta por Luz, se incluyen los vv. 15-28 para considerar los sucesos del tiempo final de cara a Judea:

Judea en General (24,15-22): El ídolo abominable erigido en el Lugar Santo anunciado por Daniel, los que estén en Judea no deben huir a los montes, el que esté en el techo que no baje a recoger cosas de la casa, el que esté en el campo que no se devuelva por su manto, incluso se menciona que las que estén embarazadas o criando a sus hijos han de sufrir más aún; Jesús le pide a Judá que ore para que esta huida no suceda en un invierno ni en un sábado; también anuncia que habrá la más grande tribulación de todas y revela que habrá muestra de misericordia por causa de los elegidos; esos días serán acortados.

Judea en la comunidad (24,23-28): Jesús vuelve a advertir que no se dejen engañar por los falsos cristos ni por los falsos profetas.

Después, Luz sugiere considerar los versos 29-31 como aquellos que dan respuesta a la pregunta de los discípulos ya que trata específicamente del fin y de la Venida del Hijo del Hombre.

La parte central de la perícopa se encuentra en 24, 6-14 por ser una descripción general de los signos de la consumación de la era:

Nosotros sostendremos en la interpretación, (…), la hipótesis de que los vv. 6-14 y 15-18 anuncian, en dos descripciones paralelas, los mismos sucesos desde ópticas diferentes en la primera sección principal, la perspectiva es «ecuménica», en la segunda, la mirada se dirige a Judea.[107]

Cuando Ulrich Luz habla de las dos descripciones paralelas, se refiere a las dos partes principales de la perícopa: la primera corresponde a Mt 24, 6-14, que como ya se dijo trata de una descripción de carácter general de los sucesos; la segunda, Mt 24, 15-28, anuncia los mismos sucesos desde una mirada dirigida a Judea específicamente.

Análisis semántico

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Esto ayuda a comprender aún más la autoridad de Jesús de manera significativa porque bien se podría ver al Señor Jesús permaneciendo en el monte de los Olivos, él es el ideal esperado siempre, pero no alcanzado nunca, que no hallará su realización sino en Dios:

"Sólo Dios permanece, Dios, que es, que era y que viene (Ap 4,8; 11,17), "Él es el Dios vivo, Él perdura para siempre" (Dan 6,27; Sal 102,27s). Sentado en los cielos inaccesibles, morada santa y eterna, se ríe de las amenazas (Sal 2,4; 9,8; Is 57,15).[108]

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En la mayoría de las religiones la montaña, probablemente a causa de su elevación y del misterio que la rodea, es considerada como el punto en que el cielo toca la tierra. Cada país tiene su montaña santa, allí donde fue creado el mundo, donde habitan los dioses, de donde viene la salvación. La Biblia conservó estas creencias, pero purificándolas.[109]

Acerca del valor de la palabra "montaña" en el evangelio de Mateo, León Dufour afirma que:

Las montañas en la vida de Jesús son diversamente consideradas por los Sinópticos. Concuerdan en mostrar que Jesús gustaba de retirarse a la montaña para orar (Mt 14,23; Lc 6,12; 9,28)… Para Mateo, las montañas de Galilea son el lugar privilegiado de las manifestaciones del salvador.[110]

Carter complementa diciendo que

Sobre enseñar en un monte (5,1; 14,23; 15,29; 28,16; Ex 19,10-24,18; Ez 40-48). El marco del monte de los Olivos sugiere que van a ser importantes los temas del discurso. El lugar es asociado con la presencia de Dios y con un despliegue de su poder (gloria; véase Ez 11,22-24). Es también escenario de castigo escatológico y salvación en Zac 14,4 (cf. Mt 21,1.5), donde, "en el día del Señor" (cf. Mt 7,22; 10,15), Dios entra en la ciudad, vence a los enemigos de Israel e instaura su reinado y era de paz. La presencia y la enseñanza de Jesús anticipan ese día. El imperio de Dios está siendo ya instaurado, pero aún no de manera plena.[111]

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El acercarse a alguien designa una "aproximación respetuosa"[112] según lo afirma Carter quien sugiere ver Mt 4,3: "el tentador se acercó y le dijo…". Mt 4,11: "El diablo finalmente lo dejó. Y entonces se acercaron unos ángeles y se pusieron a servirle"; Mt 5,1b: "Sus discípulos se le acercaron."; y Mt 8,2: "En esto, un leproso se acercó…"

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Discípulo es "el que se pone voluntariamente bajo la dirección de un maestro y comparte sus ideas (…) el ideal no es, por tanto, adherirse a un maestro humano, sino ser discípulo de Dios mismo".[113] El seguimiento fiel a Jesús es un compromiso dichoso de todo aquel que se considere discípulo, porque es aquel que procura acercar el Reino de Dios a todos sin discriminación alguna. Al respecto Ospina afirma:

La única relación creyente que se puede establecer con Jesús es la del seguimiento, que implica comunión íntima y vital con él como el totalmente otro, con quien puedo entrar en relación personal, y a su vez compromiso efectivo con su proyecto del Reino de Dios. De ahí que el seguimiento sea una categoría evangélica y teológica que expresa la globalidad de la vida cristiana, y que por tanto se convierte en lugar de encuentro de la moral y la espiritualidad cristianas.

Desde la estructura cristiana de llamada y respuesta, típica del seguimiento, la moral cristiana aparece como la respuesta que el creyente da a la propuesta de Jesús, mediante un estilo de vida que encarna los valores del Reino, realizados en él; y a través del compromiso efectivo con el Reino, en el empeño decidido por la transformación social a todos los niveles, desde una clara opción por los pobres.[114]

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Los discípulos se le acercaron al Señor en privado. Es importante señalar el valor que tiene estar a solas con el Señor, estar a solas involucra intimidad, secreto, privacidad; de hecho, el Señor pide orar en secreto (Mt 6,6). Los discípulos se le acercan en un ambiente de privacidad para pedirle que les enseñe acerca de sus inquietudes. Aquí la soledad se convierte "en fuente de comunión y de fecundidad". León & Dufour dice:

La soledad es (…) en sí misma un mal que viene del pecado; puede, sin embargo, convertirse en fuente de comunión y de fecundidad si se une a la soledad redentora de Jesucristo.[115]

La soledad puede ser de carácter negativo y/o positivo. La soledad negativa desvincula la natural necesidad del hombre por estar acompañado "No es bueno que el hombre esté solo" (Gen 2,18). Y hay una soledad positiva en la que se ejercita una intimidad orante con el Señor, la cual ha de ser fecunda para el espíritu humano. La garantía de saber en la fe que el Señor no deja solos a sus discípulos es tranquilidad esperanzadora para quienes le invocan y le siguen.

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Los diferentes significados de la palabra "semeion" (signo milagroso, milagro, señal, signo, indicación, marca, augurio, presagio, señal de advertencia) otorgan al texto de Mt 24,3 un sentido de solicitud a Jesús para que revele cuáles serán esas manifestaciones prodigiosas que se han de presentar anunciando la venida de Jesús y la consumación de esta era. Esto evidencia la necesidad que el hombre tiene de ver con sus propios ojos la prueba irrefutable de lo que Dios anuncia. En Léon Dufour se lee:

Es verdad que el discurso escatológico que trata en Mt del "signo de la parusía de Jesús y del fin del mundo (Mt 24,3) evoca todavía estos acontecimientos bajo la figura de signos cósmicos (Mt 24,29; Lc 21,25). Pero en definitiva, todos estos signos se esfuman ante el del Hijo del hombre (Mt 24,30), es decir, probablemente ante la realidad de su triunfo."[116]

Desear saber cuáles son esos signos cósmicos que dan por iniciada la Parusía y la consumación de esta era, no debe ser la preocupación del cristiano, ya que esas manifestaciones prodigiosas desaparecen ante la realidad histórica y espiritual del Triunfo del Señor.

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Este fue un término empleado para la llegada de un importante funcionario público; Parusía, término que fue adoptado por los cristianos para referirse a la venida del Señor Jesús.

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El término denota presencia; pero, lo que es más importante, tiene significado militar (2 Mac 8,12; 15,21), político y religioso. Denota la llegada de un emperador, rey, gobernador, comandante militar u otro funcionario importante a una ciudad o pueblo. La llegada iba muchas veces precedida del cobro de un impuesto especial, en dinero o en especie, para cubrir los gastos de esa ceremonia, que no era más que un acto de sumisión al poder de la persona recibida.[117]

Desde la perspectiva de fe, la parusía de Jesús es razón de alegría y no de miedo, todo depende si ha aceptado al Señor o no.

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La parusía se actualiza también en el culto. En el Apocalipsis habla Juan del "día señorial", diez dominica (Ap 1,10), durante el cual tuvo él su visión. Se trata en primer lugar del "primer día de la semana" (1 Cor. 16,2; Act. 20,7), el día siguiente al sábado, durante el cual los cristianos festejaban al Señor; sin embargo, este día no se acogió para suplantar al sábado, sino para conmemorar un acontecimiento histórico, el día de pascua, según la puntualización que se expresara a comienzos del siglo II. El domingo recuerda, en efecto, la victoria del Señor en el gran día de la resurrección; como, por otra parte, es el día de la celebración eucarística, anuncia la vuelta del Señor, su parusía (1Cor 11,26).[118]

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La palabra "sinteleías" indica: finalización, terminación, consumación. A su vez, la palabra "aionos" significa: edad, orden mundial, eternidad, Eón (personificado como una fuerza maligna), existencia, la vida presente. Esto nos refiere a la traducción hecha por la NTI cuando se refiere a la "consumación de esta era" y no a la de un "fin del mundo". Es pues, una "consumación de esta era" entendida como la terminación de aquella edad en la que la élite israelita controlaba la vida religiosa, política y económica del pueblo. Mc 15,38 dice: "Entonces el velo del Santuario se rasgó en dos, de arriba abajo." Al momento de Dios rasgar el velo del Santuario, la era de dominio de esa élite se consume, para así, Dios darle inicio a una nueva era.

Consumación significa "extinción, acabamiento total".[119] Si la "consumación de esta era" equivale a la "extinción de un tiempo de abusos"; entonces es necesario que cada ser humano, por medio de la gracia Divina, lleve a cabo la consumación de aquello que lo esclaviza y deteriora; e inicie un mundo en el que se una con el Padre para llevar a cabo la total consumación de su vida y el total desarrollo de su condición como hijo de Dios.

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En la traducción de la Nueva Biblia de Jerusalén a Mt 24, 3, se tiene la oportunidad de encontrar una clave que permite un acercamiento a la comprensión del fin del mundo. Pues bien, la palabra "fin" es un término que puede causar asombro especialmente cuando se habla de un fin-terminación del mundo; en Mt 24, 1-14, la palabra "fin" aparece cuatro veces, específicamente en los vv. 3, 6 13 y 14.

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  • a) Realización, cumplimiento.

  • b) Resultado, consecuencia.

  • c) Fin, término.

  • d) Fin, objeto.

  • e) Madurez, plenitud del desarrollo, del derecho, de poder, etc.

  • f) Lo que debe ser cumplido.[120]

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En la Reina Valera de 1960 (R60) se encuentra traducido así: "Porque os digo que es necesario que se cumpla todavía en mí aquello que está escrito: Y fue contado con los inicuos; porque lo que está escrito de mí, tiene cumplimiento." Mientras que en la Nueva Biblia de Jerusalén (NBJ) se ha traducido así: "Porque os digo que es necesario que se cumpla en mí eso que está escrito: Ha sido contado entre los malhechores. Porque lo que se refiere a mí toca a su fin."

Montagnini y su equipo considera también a 1 Tim 1, 5 para mostrar el sentido de "propósito" que tiene "telos": "l"amore attivo è indicato come lo scopo delle istruzione impartite alla comunità". Muestra un segundo ejemplo: "I Petr. I, 9 il telos della fede in Cristo (v. 8) è la salvezza escatológica (v. 5)".

Este verso en la NBJ, "telos" se traduce como "meta": "alcanzando así la meta de vuestra fe, la salvación de las almas"; en la BNP se encuentra como "término": "ya que van a recibir, como término de (su) fe, la salvación personal"

Telos, se encuentra también en Ap 21, 6 y 22, 13 que Montagnini los trae a colación con la intención de resaltar a "telos" como el "fin": "L"autodefinizione di Dio… designa in primo luogo l"eternità, ed anche la maestà assoluta".

Obsérvese entonces las diferentes dinámicas del sustantivo "telos": cumplimiento, propósito, meta, término, fin. Consecuentemente, se puede relacionar "telos" con la "realización", no solo con el hecho del "cumplimiento de algún evento" o con "llevar a cabo algún propósito", sino también con la "realización" desde una perspectiva de "plenitud": Una persona puede cumplir una misión, tener presente un propósito, procurar una meta o un fin y al hacerlo, sentirse "realizada".

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Lo argumenta definiendo al Cielo como:

  • 1. Aquella realidad ultraterrestre que constituye la atmósfera de Dios, infinita, plena y sumamente realizadora de todo lo que el hombre puede soñar y aspirar de grande, de bello, de reconciliador y de plenificante.[121]

  • 2. La palabra cielo quiere simbolizar la absoluta realización del hombre como satisfacción plena de su sed de infinito.[122]

  • 3. Cielo es simplemente sinónimo de Dios, y para el NT, de Jesucristo Resucitado. Por su ascensión Él no penetró en las estrellas o en los inmensos espacios vacíos del cosmos, sino que alcanzó su plenitud completa y logró el punto más alto que podemos imaginar de penetración en el mismo misterio de Dios.[123]

  • 4. El Cielo no es la parte invisible del mundo. Es el mismo mundo, pero en su modo de completa perfección e insertado en el misterio del convivio divino (…) Cielo no es un lugar hacia el cual vamos, sino la situación de todos aquéllos que se encuentran en el amor de Dios y de Cristo. Por el Cielo ya está sucediendo aquí en la Tierra (Lc 10,10; Flp. 4,3; Ap 20,15), pero su plenitud todavía está por llegar.[124]

  • 5. El Cielo no es fruto de especulaciones difíciles para la inteligencia y para la fantasía. Es la potenciación de lo que ya experimentamos en la tierra. Cada vez que en la tierra hacemos la experiencia del bien, de la felicidad, de la amistad, de la paz y del amor, ya estamos viviendo en forma precaria pero real, la realidad del Cielo. En la vida se dan momentos de profunda tranquilidad y transparencia. Como por encanto, las cosas grandes y pequeñas se destacan en sus debidas proporciones. Sentimos el mundo en una última reconciliación y con un sentido acogedor. Esos momentos pueden ser fugaces, pero pueden acontecer. Cuando acontecen, hemos experimentado dentro de la tierra el germen de lo que es el cielo. Cada vez que experimentamos algo profundamente humano, hacemos simultáneamente la experiencia de lo ilimitado, de algo "más" que circunda todas las cosas. Es el adviento y la parusía del cielo. Con razón cantaba el Padre Duval: "¡Cuando te vi, Dios mío, a través de las cosas, el cielo no estaba lejos en absoluto! ¡Cuando te vi, Dios mío, a través de las cosas, era ya nuestra amistad lo que empezaba!".[125]

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Es de inconmensurable potencialidad de fe dejar atrás el hecho de interpretar literalmente la Sagrada Escritura sin caer en fundamentalismos y descubrir en su lugar, un acercamiento humano al texto bíblico que le aclara su relación consigo mismo y por tanto con Dios, adoptando una posición clara en su fe al documentarse y leer las Escrituras con un espíritu de fe y de modo consciente. El "telos" humano es el Cielo, es decir, vivir cada día y por siempre con Dios desde ya. Ratzinger al respecto afirma:

"Vida eterna" significa la vida misma, la vida verdadera, que puede ser vivida también en este tiempo y que después ya no puede ser rebatida por la muerte física. Esto es lo que realmente interesa: abrazar ya desde ahora "la vida", la vida verdadera, que ya nada ni nadie puede destruir. Este significado de "vida eterna" aparece muy claramente en el capítulo sobre la resurrección de Lázaro: "El que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre" (Jn 11, 25s).[126]

Diferenciar el sentido entre "fin del mundo" y "consumación de esta era" permite evidenciar la predilección de Dios por los pobres; Dios, cuyo énfasis no es destruir el mundo sino salvarlo, pone de manifiesto su total desacuerdo con esa clase social que ha ejercido un maltrato sobre los más débiles. La valentía de Jesús es admirable, ya que ser capaz de anunciar la consumación de una era injusta en medio de una sociedad dominada por una casta sacerdotal capaz de aniquilarle va y lo hace. Lo hace porque prefiere serle fiel a Su Padre; Jesús, un subversivo social que lucha contra las arbitrariedades cometidas a una clase oprimida, es capaz de elevar Su voz y expresar su descontento ante esa situación, demostrando que esta valentía es dada a quien siente la angustia y el dolor del otro; es una valentía dada, cuando se dispone a un seguimiento fiel al Maestro que sí fue capaz de vencer a esa clase opresora sin ninguna otra arma que Su Amor y entrega por sus amigos.

A manera de conclusión, se puede comprender que Jesús se sienta en el monte de los Olivos porque lo que va a decir es de gran importancia y además porque tiene la autoridad para enseñarlo; después de esto, los discípulos se le aproximan respetuosamente a Jesús, para decirle que les enseñe acerca de lo que acaba de decir con respecto a la destrucción del Templo, solo que ahora, los discípulos proponen una segunda pregunta que incluye Su Parusía y la consumación de esta era. Segunda pregunta que es respondida en Mt 24, 27-31 según Luz:

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Crítica de las fuentes y de las tradiciones

Ulrich Luz, en relación con la fuente del discurso escatológico afirma que, "el discurso escatológico presenta a grandes rasgos un cuadro similar al de la mayoría de los discursos mateanos, combina materiales de Marcos, de Q y del fondo especial, por este orden aproximadamente."[127]. Además de aquellas fuentes, Luz afirma que Mt pudo también haber tenido en cuenta el texto de Daniel 7,13 y Zacarías 12, 10-12, muy presentes por la primitiva comunidad cristiana. Luz presenta sus argumentos destacando tres cambios significativos relacionados con Mc 13:

La fuente de toda la sección es Mc 13,3-27. Mt adapta esta larga sección, por lo general muy moderadamente, a su propio vocabulario o a los LXX, y la amplía algo en determinados pasajes. Sólo hay tres cambios importantes respecto a Mc 13:

  • a) Los vv. 9-14 se corresponden con Mc 13, 9-13, un texto utilizado ya en el discurso a los discípulos para la sección 10, 17-22. En los vv. 9-14, Mt se apoya aún, a pesar de ello, en Mc 13, 9-13, de forma que emplea Mc 13, 9a en v. 9a, Mc 13, 13a en v. 9b y Mc 13, 13b en v. 13. Coloca su versión de Mc 13, 10 al final (= v. 14). Los vv. 10-12 aparecen en nueva formulación, quizá no se remontan a una fuente, sino que proceden de Mt.

  • b) En los vv. 15-28 hay huellas o influencias de Q 17, 20-37. El v. 26, paralelo al v. 23 = Mc 13, 21, se remonta presumiblemente a Q 17,23, la versión mateana es mucho más detallada, el elemento Iingüístico es difícil de enjuiciar. Es segura la correspondencia entre v. 27 y Q17, 24 y entre v. 28 y Q 17, 37b. En v. 27, quizá la mayoría de los cambios son de Mt 18. En v. 28 es difícil determinar, no tanto el texto, sino su lugar en Q. La última de las tres secciones sobre los falsos profetas es mucho más amplia y, por ello, más importante por los añadidos a base de Q. Con los vv. 27s, la sección adquiere una nueva intención respecto a Mc. Pero cabe detectar asimismo una leve influencia de Q en v 17s, donde Mt fundió la versión Mc y la versión Q del mismo logion (Mc 13,15, Q 17,31)

  • c) La descripción de la venida del Hijo del hombre en vv. 29-31 aparece ampliada, sobre todo en el v. 30, respecto a Mc. La combinación de Dan 7, 13s con la cita de Zac 12, 10-12, conocida en el cristianismo primitivo, figura en términos muy parecidos en Ap 1, 7. Aquí pudo recurrir Mt de nuevo, presumiblemente, a una elaboración del material Mc realizada por letrados de la comunidad. De procedencia similar es quizá la mención de la trompeta, como en otros pasajes que describen la parusía. El resto de los cambios de la sección final se deben al evangelista.[128]

Al comparar los Sinópticos:

Mc 13, 3-4

Mt 24, 3

Lc 21, 5-7

3 Estando luego sentado en el monte de los Olivos, frente al Templo, le preguntaron en privado Pedro, Santiago, Juan y Andrés:

4 "Dinos cuándo sucederá eso y cuál será la señal de que todas estas cosas están para cumplirse."

3 Estando luego sentado en el monte de los Olivos, se acercaron a él en privado sus discípulos, y le dijeron: "Dinos cuándo sucederá eso, y cuál será el signo de tu venida y del fin del mundo."

5 Como algunos hablaban del Templo, de cómo estaba adornado de bellas piedras y ofrendas votivas, él dijo:

6 "De verdad esto que veis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra, ni una que no sea derruida".

7 Le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo sucederá eso? ¿Cuál será la señal de que todas estas cosas están para ocurrir?"

Mc es el más antiguo de los Evangelios y Mt bebió de allí, se observa, cómo Mt conserva el hecho de que Jesús está sentado en el monte de los Olivos, en privado; no considera relevante el hecho de que estén frente al Templo. Involucra a "Sus discípulos", probablemente a los doce, quienes "se acercaron", mientras que en Mc se precisa el nombre de cuatro discípulos.

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Tanto en Lc como en Mc no se menciona "Parusía"; se podría decir que Mc y Lc ya habían visto que no era tan inmediata esa Venida, la preocupación en Mc y Lc gira en torno a ayudar a que el lector asuma su papel en la historia, ya que es en la historia donde acontece la Venida del Señor y donde se ofrece la principal señal para darle total consumación a la realización humana. En Lc y en Mc la angustia desaparece. Esto permite distinguir las distintas visiones de los evangelistas; todas ayudan a re-leer la categoría "fin-fin; fin-horror".

Crítica Histórica

La fuente de Mt 24, 3-31 es Mc 13, 3-27.[129] Mt data de la década del 80 al 90, mientras que Mc data de los años 64 y 70 aproximadamente[130]Junto a éstos, se encuentra Lc 21, 5-7 mencionando la destrucción del Templo; Mc y Mt ubican a su narración en el contexto del monte de los Olivos y en la privacidad; mientras que Lc no menciona al monte de los Olivos ni tampoco que haya ocurrido privadamente. Los sinópticos coinciden en que los discípulos de Jesús se encontraban allí; Mc menciona a 4 de ellos. Mt y Lc no mencionan con nombre propio a ninguno de ellos, solo dan a entender que todos están allí. Los sinópticos adoptan una actitud de interés frente al tema de la destrucción del Templo, sin embargo, sólo es Mt quien añade otra pregunta acerca de los signos de la Parusía del Señor y de la consumación de la era, dejando ver en Mt un lenguaje apocalíptico que no se presenta en los otros dos sinópticos.

Si la destrucción del Templo de Jerusalén sucedió en el 70 d.C. y Mt fue escrito "algo después de 70 d.C., pero antes de 100 d.C.,"[131] y si el pasaje de Mt se basó en Mc, el cual, como se dijo arriba es probable que haya sido redactado entre el 64 y el 70; da a entender que la profecía de la destrucción del Templo pueda ser de carácter ex – eventum:

Otro factor indicativo de una fecha superior a 70 d.C. para la composición de Mateo es que este evangelio se refiere a la destrucción de Jerusalén, llevad a acabo ese mismo año por los romanos e interpretada como castigo de Dios. En 22, 1-14, Jesús pronuncia la parábola del rey que ofrece el banquete de bodas de su hijo, sin que acudan los invitados. El v. 7 describe la violenta reacción del rey. Éste manda tropas que acaben con ellos e incendien su ciudad y luego invita a otros al banquete. Tal reacción es desmedida, y la noción de un rey celebrando la boda de su hijo en medio de humeantes ruinas, totalmente irreal. Además, entre los vv. 6 y 8 hay una conexión lógica interrumpida por el v. 7, el cual no aparece en la versión lucana de la parábola (Lc 14, 15-24). Parece como si Mateo hubiera añadido el v.7 para ofrecer una interpretación teológica de la destrucción de Jerusalén por Roma.[132]

Pero esto no le resta valor profético al texto, todo lo contrario, Mateo comunica a sus lectores que la historia está permeada por el permanente actuar de Dios en la historia de la humanidad:

El autor del evangelio, junto con otros intérpretes judíos de la época, ve la destrucción de Jerusalén por los romanos como castigo de Dios. Para Mateo, el castigo es por el pecado de la elite en rechazar al agente o Hijo de Dios, Jesús (cf. 21,12-13.18-19.41-43; 22,7; 23, 37-39; 24,15; 27,25).[133]

Cuando Jesús anuncia la destrucción del Templo, da pie a que surjan las preguntas de sus discípulos en relación, no solo con el Templo, sino con la Parusía y el fin del mundo.

Se puede decir que el autor del Evangelio era un judeocristiano por sus "frecuentes citas de la Biblia hebrea; las interpretaciones de las tradiciones por Jesús; las practicas judías recomendadas, como dar limosna, orar y ayunar (cf. 6,1-8)" [134]. En cuanto a los destinatarios se puede decir que:

Estar en tensión con una sinagoga no es una simple cuestión religiosa (…) Significa separación del propio pueblo y comunidad. Y ello tiene dimensiones políticas, sociales, económicas y familiares. El público mateano es parte de la diversidad de la comunidad judía antioquena. Pero el evangelio deja percibir una considerable tensión entre el grupo de Jesús y otros dentro de la comunidad sinagogal. Las tensiones son evidentes, por ejemplo, en los cambios que Mateo efectúa en sus fuentes, Marcos y Q. Muchos especialistas –pero no todos- piensan que, al componer su evangelio, Mateo modificó Marcos y Q para atender a las circunstancias particulares de su público y para reflejar la perspectiva del autor en aquella situación.[135]

Así, el deseo de los discípulos por saber más acerca de cuándo debía ser destruido el Templo, cuándo vendría el Señor y cuándo llegaría la consumación de la era, encaja de manera pertinente en la historia, ya que el autor presenta una situación propia de su comunidad, es decir, refleja una situación propia de los años 70-80.

Interpretación general del texto

El texto fue originalmente escrito para los primeros miembros de la comunidad mateana, pero ¿cuál fue su situación? Tassin invita a realizar una aproximación a ese contexto:

Entendamos la situación de los lectores de Mateo a finales del siglo 1. Jerusalén ya ha caído en el 70. ¿Era ése el Juicio final de Dios, de modo que a partir de ese momento se podría vivir la fe como una sabiduría tranquila y sin historia? El evangelista no piensa así, y va a organizar los dichos de Jesús en dos etapas. La primera etapa (24,4-31) mezcla las alusiones a la ruina de Jerusalén con el anuncio del fin del mundo. En efecto, el aniquilamiento de la Ciudad no era, a los ojos de Mateo, más que la repetición general del juicio futuro, de la aparición gloriosa del HIJO del hombre (24,26-31). Sin duda hay signos, y cada crisis de la historia significa, de manera discernible, el fin de un mundo. Pero, en la segunda parte (24,32-25,30), Jesús desplaza la preocupación de los discípulos. De la pregunta sobre «cuándo» se pasa a un problema más crucial: ¿«cómo» prepararse para el Ineluctable advenimiento del que nadie sabe el día ni la hora (24,36)? El cristiano vive bajo la perspectiva de un juicio futuro. De ahí cinco parábolas centradas en el deber de una vigilancia activa. Después de lo cual Mateo podrá presentar -tan frecuentemente representado en las puertas de las catedrales- el grandioso fresco del juicio del mundo por el Hijo del hombre (25,31-46).[136]

Además de lo anterior, conviene considerar los anuncios hechos por los profetas del AT acerca de la llegada inminente del Mesías, pues allí subyace la principal tesis de la obra mateana: demostrar cómo en Jesús se da cumplimiento de todo lo que había sido escrito acerca del mesías.

El autor del Evangelio de Mateo, comunica a sus lectores el permanente involucramiento de Dios en la historia de la humanidad, haciéndose manifiesta en su inconmensurable gesto de amor y fidelidad constantes a lo largo de la existencia. La siguiente tabla presenta algunos ejemplos en los que Mateo cita a varios profetas del AT en medio de sus narraciones para así, comunicar a sus lectores cómo este cumplimiento de los anuncios de los profetas se da en la vida y ministerio de Jesús:

Cita de Mateo

Cita del AT aludida por el autor del evangelio

1,22-23: Todo esto sucedió para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta: La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel que traducido significa: "Dios con nosotros.

Is. 7,14.

2,5-6: Ellos le respondieron: "En Belén de Judea, porque así lo dejó escrito el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres, no la menor entre los principales clanes de Judá; porque de ti saldrá un caudillo que apacentará a mi pueblo Israel."

Miq. 5,2

2,15: Y estuvo allí hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo dicho por el Señor por medio del profeta: "De Egipto llamé a mi hijo".

Os 11,1

2,17-18: Entonces se cumplió lo dicho por el profeta Jeremías: "Un clamor se ha oído en Ramá, mucho llanto y lamento: es Raquel que llora a sus hijos, y no quiere consolarse, porque ya no existen".

Jer. 31,15

2, 23: y fue a residir en una ciudad llamada Nazaret, para que se cumpliese lo dicho por los profetas. "Será llamado Nazoreo".

Jc. 13, 5.7 / Is. 11,1 / Is 42,6 / 49,8

3, 3: Éste es de quien habló el profeta Isaías, cuando dice: "Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas"

Is 40,3+ (LXX)

4, 14-16: para que se cumpliera lo dicho por el profeta Isaías: ¡Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí, camino del mar, allende el Jordán, Galilea de los paganos! El pueblo que habitaba en tinieblas ha visto una gran luz; a los que habitaban en paraje de sombras de muerte una luz les ha amanecido.

Is 8, 23- 9, 1 / 1 M 5, 15

8, 17: para que se cumpliera lo dicho por el profeta Isaías: Él tomó nuestras flaquezas y cargó con nuestras enfermedades.

Is 53,4

11,10: Éste es de quien está escrito: Voy a enviar a mi mensajero delante de ti, que preparará tu camino por delante de ti.

Ex 23,20 / Ml 3,1 Dn 4,14

12,17 para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías: Este es mi Siervo, a quien elegí, mi Amado, en quien me complazco. Pondré mi Espíritu sobre él, y anunciará el juicio a las naciones. No disputará ni gritará, ni oirá nadie en las plazas su voz. La caña cascada no la quebrará, ni apagará la mecha humeante, hasta que lleve a la victoria el juicio: en su nombre pondrán las naciones su esperanza.

Is 42, 1-4 / Ag 2,23 I Is 11,10

13,14-15: En ellos se cumple la profecía de Isaías: Oír, oiréis, pero no entenderéis; mirar, miraréis, pero no veréis. Porque se ha embotado el corazón de este pueblo, han hecho duros sus oídos y han cerrado sus ojos; no sea que vean con sus ojos, con sus oídos oigan, con su corazón entiendan y se conviertan, y yo lo sane.

Is 6, 9-10+

13,35: para que se cumpliese así lo dicho por el profeta: Abriré con parábolas mi boca, anunciaré lo que estaba oculto desde la creación del mundo.

Sal 78, 2

21,4-5: Esto sucedió para que se cumpliese lo dicho por el profeta: Decid a la hija de Sión: Mira Rey viene a ti, manso y montado en un asna y un pollino, hijo de animal de yugo.

Za 9,9

27,9-10 Entonces se cumplió lo dicho por el profeta Jeremías: Y tomaron las treinta monedas de plata, cantidad en que fue apreciado aquel a quien pusieron precio algunos hijos de Israel, y las dieron por el Campo del Alfarero, según lo que me ordenó el Señor.

Za 11: 12-13 / Ex 9, 12 (LXX)

Lo anterior para mostrar que si efectivamente, se da cumplimiento a las profecías registradas en el AT, entonces las registradas en el NT también tendrán cumplimiento en la historia del hombre:

Presentados en un estilo apocalíptico lleno de imágenes, estos signos no son fáciles de interpretar. Podemos, sin embargo, subrayar uno de ellos: «Habrá seísmos (o temblores de tierra) (v. 7). De suyo, mera imagen tradicional, este «seísmo» aparece varias veces en Mateo como símbolo de la llegada efectiva de los últimos tiempos: cuando la muerte de Jesús, un seísmo abre las tumbas (27, 51) y, al ver ese seísmo, los guardias se llenan de pavor (27, 54); otro seísmo abre la tumba de Jesús (28, 2). Y en el milagro del «seísmo amordazado», Mateo había anticipado ya estos acontecimientos (8, 24). Todas estas imágenes, recogidas del Antiguo Testamento, tienen que asegurarnos de que esta venida es cierta y que hay que esperarla en la fe.[137]

El autor comunica a sus primeros lectores que Jesús atendía de manera atenta las solicitudes de todos, incluyendo las de sus discípulos. Él las atendió con autoridad del Maestro dueño de la Gracia y Sapiencia de Dios. Las inquietudes que sus discípulos le manifestaron, fueron expresadas con respeto hacia Él, como parte de la relación cercana e íntima que existía entre discípulos y Maestro.

Jesús enseña, en un lenguaje apocalíptico, los diferentes acontecimientos que han de venir, con el objeto de que sus discípulos velen, ya que el día y la hora son solo del conocimiento del Padre (Mt 24,36).

Luz establece cuatro posibilidades de exegesis:

  • El final de la Antigua Alianza tras la destrucción de Jerusalén y la visión simbólica, contrapuesta a esa destrucción, del Rey Cristo.

  • La destrucción de Jerusalén en la historia y la Parusía en el final de la historia mundial.

  • La segunda pregunta de los discípulos donde se opina que Jesús pasa por alto o la posterga tanto la Parusía como "el fin del mundo".

  • Interpretación de las dos preguntas como solo una.[138]

Luz descarta la primera y la cuarta, prefiriendo la segunda y tercera posibilidades de exegesis. Ahí el autor ahonda en el discurso de Jesús, reconociendo el número de eventualidades dentro y fuera de la comunidad. Luz plantea:

¿Cuál fue el significado para los lectores? Como todas las partes del capítulo que contemplan retrospectivamente lo ya sucedido, estos versículos reforzaban su confianza en el único maestro omnisciente, Jesús: lo que ellos vivieron ya indirecta o directamente, Jesús lo había anunciado antes. Él es también, por tanto, digno de confianza en lo que les diga sobre el futuro que aún falta.[139]

Preocuparse entonces por el "cómo" y no por el "cuándo" de la consumación de la era es una de las tareas del cristiano. En la fe, darle cabida a la preocupación por el "cuándo" es construir una relación con Dios sobre un limitado marco determinado sólo por el tiempo. Sin embargo, darle cabida al "cómo" le permite al cristiano considerar la sugerencia de Jesús de velar. El ejercicio de velar conduce a la oración constante y ésta a descubrir Su Voluntad. Velar pues, brinda la oportunidad de ser transformado por Dios; ese regalo de la transformación en el ser cristiano facilita una visión favorable que posibilita el hecho de vivir una culminación de la era de muerte y consecuentemente, dar inicio a una nueva vida cuya esencia vitaliza la relación con Dios y llena de alegría la expectativa por su Venida.

El discípulo le pregunta al Maestro por el "cuándo" y el Maestro le responde con el "cómo". Así, la consumación de la era es una tarea del hombre siempre y cuando éste acepte el regalo de la transformación que solo Dios puede hacer.

Actualización del texto

Jesús se encuentra sentado en el monte de los Olivos y luego sus discípulos se le acercan para decirle que amplíe la información relacionada con la destrucción del Templo, Mateo añade dos preguntas que involucran la Venida del Señor y la consumación de esta era. Jesús es quien genera este diálogo dando información de cuáles serán los signos que han de preceder a estos acontecimientos. Los discípulos reciben esta información, en la cual se distinguen, dos datos clave que fortalecen la fe: 1. Que hay que velar siempre y 2. Que en realidad el día y la hora es un dato que sólo el Padre sabe.

Amplían la fe porque el cristiano, al recibir el imperativo: "velad" (Mt 24,32; 25,13; Mc 13,37) debe acogerle como una orden, no como una sugerencia. El tono en Marcos es más contundente aún: "Lo que a vosotros digo, a todos lo digo: ¡Velad!". Jesús ha hablado con claridad frente a este dilema que ha preocupado a muchos ahora y siempre. El segundo dato clave fortalece la fe porque hace énfasis, como lo explicó Boff, en que la preocupación del cristiano no es la de saber día y la hora, sino, y se llega a lo mismo: velad.

Mt 24,3 revela a Jesús no solamente desde el amor, sino también desde la autoridad, ya que "Jesús se encuentra sentado sobre el monte de los Olivos" (Mt 24,3); recuérdese el sentido semántico de la frase: "estar sentado".

De igual manera, Mt 24,3 permite acercarse a Jesús en un dialogo íntimo, un dialogo "en privado" entre discípulo y Maestro, Jesús siempre está dispuesto a una charla íntima con su discípulo, esto es, el orar en lo secreto (Mt 6,6). Nunca Jesús dirá que no ante el gesto orante de Su seguidor, ni exigirá un formato estricto para orar; sí indica unos elementos a seguir, pero el corazón humano, al ser sincero, disfrutará de una charla privada con Él, como la que sucede de un hijo con su papá. Darse la oportunidad de hablar a solas con Él lleva sólo ganancias; es el mejor negocio de todos: gana quien ora y por quienes se ora. Poco a poco quien se interese por mejorar esas sesiones de conversación con Dios, se irá puliendo y en ella siempre incluirá las gracias, la alabanza, el pedir perdón, el ponerse en Sus manos hasta consagrarse a Él.

De esta manera, el cristiano debe prepararse "para el Ineluctable advenimiento".[140] Esta preparación se puede llevar a cabo al acercarse a Jesús. Esa llegada urge a maravillarse en el valor de la liturgia, al ser esta en definitiva, la evidencia en la fe en que el Señor viene todos los días. Allí se presenta Dios litúrgicamente con Su acción salvífica para todo aquel que lo acoja, dándole fin a una vida incoherente y sin sentido. Dios llega y obsequia el regalo de vivir con él eternamente, desde ese momento, activando la conversión.

Por su claridad en el mensaje, por su riqueza argumentativa y la oportunidad que ofrece el CIC, se presentan algunos numerales que brindan la oportunidad de comprender mejor el sentido de "fin", pero entendido como "meta". Por ejemplo, en el numeral 32 se encuentra que "a partir del movimiento y del devenir, de la contingencia, del orden y de la belleza del mundo, se puede conocer a Dios como origen y fin del universo".[141] El 260 afirma: "El fin último de toda la economía divina es la entrada de las criaturas en la unidad perfecta de la Bienaventurada Trinidad (Cf. Jn 17, 21-23)"[142] El 294: "(…) el fin último de la creación es que Dios, "Creador de todos los seres, se hace por fin "todo en todas las cosas" (1Co 15,28), procurando al mismo tiempo su gloria y nuestra felicidad (Ad Gentes 2)".[143]

El "fin del mundo" como "fin-terminación" es mencionado en el 1001 en relación con la resurrección de los muertos, específicamente tratando la pregunta ¿cuándo?; el CIC responde que esto ha de acontecer precisamente en el "último día" (Jn 6, 39-40.44.54; 11,24); y al "fin del mundo" (Lumen Gentium 48)[144]. Por demás, la palabra "fin" en el CIC es entendida como "fin-meta". El 1021 y 1022 informan acerca del Juicio Particular.[145] En el 1752 el "fin" es también entendido como un "fin-propósito".[146]

Un ejemplo más de la palabra "fin" como "fin-meta" se encuentra en el 1829:

La caridad tiene por frutos el gozo, la paz y la misericordia. Exige la práctica del bien y la corrección fraterna; es benevolencia; suscita la reciprocidad; es siempre desinteresada y generosa; es amistad y comunión: La culminación de todas nuestras obras es el amor. Ese es el fin; para conseguirlo, corremos; hacia él corremos; una vez llegados, en él reposamos (San Agustín ep. Jo. 10,4).[147]

Igual sucede en el 1878 que muestra que "todos los hombres son llamados al mismo fin: Dios."[148]

Al tener en cuenta que el texto griego de Mt 24, 3 aparece la palabra "consumación", el Catecismo de la Iglesia Católica ofrece clara información al respecto a lo largo de varios numerales, aquí se destacan algunos:

  • a. El Espíritu Santo coopera con el Padre y el Hijo desde el comienzo del Designio de nuestra salvación y hasta su consumación.[149]

  • b. Desde el comienzo y hasta la consumación de los tiempos, toda la obra de Dios es bendición. Desde el poema litúrgico de la primera creación hasta los cánticos de Jerusalén celestial, los autores inspirados anuncian el designio de salvación como una inmensa bendición divina.[150]

  • c. Se comprende, por tanto, que en cuanto respuesta de fe y de amor a las "bendiciones espirituales" con que el Padre nos enriquece, la Liturgia cristiana tiene una doble dimensión. Por una parte, la Iglesia, unida a su Señor y "bajo la acción del Espíritu Santo" (Lc. 10,21), bendice al Padre "por su don inefable" (2Cor 9,15) mediante la adoración, la alabanza y la acción de gracias. Por otra parte, y hasta la consumación del designio de Dios, la Iglesia no cesa de presentar al Padre "la ofrenda de sus propios dones" y de implorar que el Espíritu Santo venga sobre esta ofrenda, sobre ella misma, sobre los fieles y sobre el mundo entero a fin de que por la comunión en la muerte y en la resurrección de Cristo-Sacerdote y por el poder del Espíritu estas bendiciones divinas den frutos de vida "para alabanza de la gloria de su gracia" (Ef 1,6).[151]

  • d. Jesús ha cumplido toda la obra del Padre, y su oración al igual que su sacrificio, se extiende hasta la consumación de los siglos (…)[152].

La venida del Señor ocupa un espacio fundamental en la vida del cristiano, especialmente en la celebración de la Eucaristía católica, en la cual la feligresía católica obtiene el carácter histórico-espiritual de Su Venida, lo confiesan en el Credo de los Apóstoles: "(…) subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre Todopoderoso, desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos (…)"

El fin del mundo sucede, sucedió y sucederá. "Sucedió" cuando Jesús murió por todos en la Cruz, pues le dio fin al mundo inhumano y le dio cabida al inicio de un mundo cuyo centro es Él. Se dice que "sucede" porque Jesús se hace presente en la Liturgia: Jesús Eucaristía como culmen de la fe cristiana y realización del encuentro entre el Cielo y la Tierra. Llega para permanecer en cada uno de los que lo aceptan. Finalmente, se dice que el fin del mundo "sucederá", y esto ocurre cuando llega el momento de morir. Para esa persona, el mundo ha llegado a su fin. Sin embargo ha de continuar su existencia, dependiendo del Juicio personal y universal que recibirá.

El cristiano y el seguidor de los aportes mayas encuentran un punto coincidencial en sus tiempos; el tiempo cristiano, siendo lineal por enmarcarse en una Alianza Nueva en la espera de la llegada del Señor en un tiempo por venir; el Maya, siendo circular por cumplir un ciclo que se reanuda dándole inicio a una nueva era de transformación. El punto coincidencial de ambos tiempos es la transformación: la transformación personal y universal que da Dios al tocar el espíritu de cada persona que le acepta y el tiempo de transformación maya que invita a ser responsables con el planeta tierra que todo lo provee.

Considerando las concepciones del fin del mundo de los estudiantes y las de las iglesias; considerando también la perspectiva del inicio de una nueva era de los mayas, las serias advertencias de la ciencia en torno a las inminentes consecuencias por el maltrato al planeta y a la humanidad, además de los estudios reflexivos de los teólogos; nos podemos encaminar en el hecho de que en la vida de todos, debe predominar la formulación de las siguientes preguntas:

  • ¿Reconozco al Señor Jesús como mi Salvador y Maestro que enseña desde el monte con autoridad, amor y justicia?

  • ¿Me reconozco como fiel discípulo seguidor de Jesús que procura permanentemente acercarse a Él?

  • ¿Reconozco que existe la oportunidad diaria de hablar con el Señor en privado para confiar mi vida depositando mi fe en Él?

  • ¿Reconozco que en el Señor Jesús se encuentran las respuestas que le dan sentido a la vida?

El planeta y la humanidad están siendo maltratados. Es necesario actuar de manera consciente aceptando la propuesta de Jesús, la cual convida a un aprovechamiento de la existencia humana; construyendo una firme base de sentido al priorizar la virtud y la dignidad fraterna que conlleva a la terminación de injusticias humanas y alimenta el firme deseo de mejorar en el seguimiento fiel a Jesús. Este seguimiento exige una vida coherente con el Amor de Dios, para que, consecuentemente, se lleve a cabo la praxis de la caridad siempre: formando parte de la acción centrada en Cristo por medio de la adhesión o conformación de grupos, fundaciones, organizaciones e instituciones en general que procuran atender la dignificación del mundo y sus habitantes.

Este trabajo se sitúa en la perspectiva de un fin-realización y un fin-destrucción; no del mundo sino de la maldad. Dicho de otro modo, la perspectiva que este trabajo de investigación adopta, es la de procurar una culminación de una era inhumana e iniciar un mundo cuyo misión sea Cristo céntrica. Una vez se adopte una actitud coherente con ese fin-realización, las ideas fatalistas del mundo quedan por fuera del sentido y del carácter cristiano que promueven las ideas favorecedoras de la vida y cuidado de la Creación.

Esta era, cuya principal enfermedad es la corrupción, tiene que llegar a su punto final. Las instituciones estatales o privadas que deberían velar por la dignidad de los ciudadanos, se han visto comprometidas porque su misión no está siendo realmente efectiva. El gran problema de Colombia es el abandono estatal y un Estado que abandone a sus ciudadanos es un Estado que tendrá que enfrentar las consecuencias de ese grave error. La consumación de esta era debe ser llevada a cabo desde el interior de la persona para que le dé fin a ese mundo que las hace sufrir y que por demás, nunca promete un destino a la altura de un hijo de Dios.

Es vital que una vez, la persona reconozca su necesidad de Dios, aprenda a amarse y a amar a los demás convirtiéndose en un "instrumento de paz" como lo enseña San Francisco de Asís. La gran necesidad de Dios está encaminada a un fin del mundo de maldad y al inicio de un mundo de bondad. Ahí viene el Señor, ahí se juzga finalmente si aceptarlo o no; pero no a aceptarlo por miedo sino porque se le ama. Esa es una propuesta clara que conlleva a un fin-realización del hombre.

Elaboración Pedagógica

Relacionar el fin del mundo y su exterminio con el fin del mundo y su realización, puede llevarse a cabo si se tiene en cuenta el hecho de entender que el fin para un cristiano no puede representar el miedo a la parusía del Señor, sino exactamente todo lo contrario, se trata de la esperanza-certeza de saber que se ha de vivir con él desde hoy y para siempre.

La elaboración pedagógica de este trabajo se basa fundamentalmente en los pasos de la Lectio Divina junto con los rasgos pedagógicos del aprendizaje significativo sintetizados por Julián de Zubiría con el propósito de ofrecer una correcta perspectiva cristiana del "fin del mundo".

El "aprendizaje significativo" es un modelo pedagógico propuesto por David Ausubel el cual parte de lo que el aprehendiente ya sabe, ya que así éste relaciona la nueva información con la que actualmente pueda contar.

Partes: 1, 2, 3, 4
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