- Resumen
- Introducción
- Problema
- Marco contextual
- Justificación
- Antecedentes del Problema
- Fin del Mundo Vs. Apocalipsis, Apocalíptica, Parusía, Escatología
- Fin del Mundo Vs. Juicio Final
- Fin del Mundo Vs. Comienzo del Mundo
- Diseño Metodológico
- Indagación de diferentes credos religiosos en torno al fin del mundo
- Indagación con los estudiantes del grado 9º del Colegio Lacordaire
- Conclusión parcial
- Marco Teórico
- Aporte de la Perspectiva Maya del fin del mundo
- Análisis Bíblico
- Crítica Histórica
- Elaboración Pedagógica
- Conclusiones Finales
- Bibliografía
- Anexos
Resumen
Las concepciones del fin del mundo presentadas aquí provienen de las opiniones y conocimientos de algunos líderes religiosos, de estudiantes de grado 9º y de la cosmología maya; además, se cuenta con los aportes de reconocidos teólogos al respecto, esto con miras a comprender el sentido actual del texto griego de Mateo 24,3 para así, proponer una cartilla que lleve a descubrir una enseñanza significativa con una mirada crítica-teológica sobre el tema del fin del mundo.
Palabras claves: fin del mundo, escatología, parusía, Apocalipsis, apocalíptica, tradición maya, telos.
Abstract
Some of the end of the world conceptions that are featured here come from different opinions and knowledge of religious leaders, 9th grade students and from the Mayan"s Cosmology; besides that, some contributions made by recognized theologists are taken in consideration here; this is done with the intention of understanding the current sense of the Greek text of Mathew 24,3 in order to propose a booklet that helps to discover a meaningful teaching with a critical and theological look about it.
Keywords: end of the world, scatology, The Day of The Lord, Apocalypse, apocalyptic, Maya Tradition, and telos.
Introducción
Este es un trabajo de investigación cualitativo de metodología clásica etnográfica, que pretende indagar sobre las concepciones de carácter personal o institucional que los entrevistados por el autor tienen sobre el fin del mundo. Los entrevistados son líderes religiosos de algunas iglesias o congregaciones religiosas de Cali y estudiantes del grado noveno del colegio Lacordaire.
El trabajo propone comprender el sentido actual del texto griego de Mateo 24,3 para así, proponer una cartilla que permita dar una enseñanza significativa desde una mirada crítica-teológica sobre el tema del fin del mundo.
Se recogieron datos en un periodo de tres meses por medio de entrevistas a varios líderes religiosos de diferentes iglesias y se realizaron encuestas hechas a los estudiantes en torno al tema del fin del mundo. Además se pudo contar con un análisis de las respuestas dadas por los entrevistados, sus observaciones, registro auditivo transliterado (ver anexos), formatos de planeación y diario de campo.
Aproximarse al verdadero sentido que tiene el concepto del fin del mundo es el reto de este trabajo. Es un reto porque el ciudadano incauto puede llegar con facilidad a un estado de confusión gracias a la variedad de concepciones existentes sobre el tema.
El trabajo se desarrolla en tres capítulos así: En el primer capítulo se incluyen los elementos propios del proyecto de grado con el rastreo del problema en relación a las concepciones que tienen algunos estudiantes del grado noveno del colegio Lacordaire y los miembros de algunas confesiones religiosas de Cali. En el segundo capítulo se hace un análisis bíblico teológico del significado de Mt 24, 1-14. Y en el tercer capítulo se presenta la elaboración pedagógica con el objeto de considerar la puesta en práctica del aprendizaje significativo a la hora de desarrollar esta temática en un grupo de aprehendientes.
Este trabajo pretende ofrecer una posición esperanzadora sobre el "fin del mundo" entendido como la meta que el mundo tiene para llevar a cabo su realización y por tanto, su consumación. Esto es, la idea de dar fin a un mundo incoherente con el Plan de Salvación propuesto por Jesús, velando en todo tiempo y lugar en pro de la plenitud del hombre. Este trabajo expone la urgente necesidad de cambiar la injusta manera de vivir en el mundo, cuyo orden demuestra que el Evangelio anunciado por Jesús, aún no es el común denominador entre los pueblos; la inconciencia ecológica y las corrientes de pensamiento que proporcionan confusión entre la gente en general son evidencia de ello. La meta del mundo proporciona un camino hacia el encuentro con Dios y sus criaturas.
Problema
Planteamiento y Descripción del Problema
El autor de este trabajo de investigación se desempeñó como profesor de inglés en el colegio Lacordaire durante el año lectivo 2011-2012 para los grados séptimo a noveno. Durante una clase de inglés en grado noveno, cuyo enfoque gramatical era "the future tense with will and be going to"[1], se suscitó el tema "fin del mundo" como un ejemplo ofrecido por un estudiante. El ejemplo llamó la atención de varios de sus compañeros y la mayoría participó ofreciendo sus ideas al respecto; la clase terminó y el tema quedó sin resolver. Al estudiante se le preguntó dónde había escuchado acerca de esto y dijo que el tema había sido tratado en un especial de televisión que mostraba cómo los Mayas habían predicho que el fin del mundo sucedería el 21 de diciembre de 2012.
Los estudiantes de grado noveno tienen interés sobre la manera como el mundo puede llegar a un inminente exterminio de todo lo contenido en él. Este ha sido un interés generado por lo visto en las noticias o documentales en relación a la profecía Maya, las profecías de Nostradamus, las exposiciones de algunas congregaciones religiosas, etc. A través de los medios de comunicación también se observan informes de guerras, hambrunas, desastres naturales, colmos de la indignación humana, etc. Llevando a que la persona se convenza de que en realidad se está viviendo todo un movimiento catastrófico de orden mundial que llevará inminentemente al fin de todo lo que nos rodea, incluso de la especie humana.
El autor de este trabajo observó durante esa clase confusión en las opiniones dadas por los estudiantes como expresión elocuente de ideas similares extendidas en el común de las personas sobre este tema y allí radica el problema central de este trabajo: la confusión existente en la comunidad estudiantil sobre el fin del mundo. Por eso, este trabajo desea darle respuesta a la necesidad personal, profesional y comunitaria sobre "el fin del mundo" para que en futuras oportunidades en las que se presente este tema, haya una información correcta sobre el mismo.
Catherine Keller, profesora de Teología Constructiva en la Theological y en la Graduate School de la Drew University afirma que
Nos encontramos ahora al final de un siglo de genocidio y ecocidio, ante el "final" anunciado de una modernidad cimentada en la aniquilación del mundo en nombre del progreso, y de ahí el interés que para nosotros tiene el meditar sobre este atractivo de lo apocalíptico en cuanto que es historia de una liberación ante la destrucción del mundo, pero puede que también en razón del atractivo que ejerce sobre nosotros ese horror.[2]
Las concepciones que los mayas, la ciencia y algunas iglesias tienen sobre «el fin del mundo» llegan a los estudiantes de diferentes maneras, una de ellas es a través de los medios de comunicación; quienes forman su propia concepción, muchas veces ajena o contraria al verdadero sentido del fin del mundo.
Dado el carácter bíblico-teológico de la categoría "fin del mundo" y las distintas opiniones que suscita, es necesario conocer también las concepciones de los miembros de algunas iglesias de Cali y su afinidad con las de los estudiantes de noveno del colegio Lacordaire.
Por lo tanto, el problema se puede plantear en la siguiente pregunta: ¿Cuáles son las concepciones del "fin del mundo" encontradas en estudiantes de grado noveno del colegio Lacordaire y su relación con las opiniones de los miembros de algunas iglesias de la ciudad de Cali? ¿Qué iluminación pueden recibir desde Mateo 24,3?
Marco contextual
El principal contexto de este trabajo es el colegio Lacordaire, un colegio privado que pertenece a la comunidad dominica de Colombia. Esto involucra una formación católica cristiana en pos del favorecimiento del ser humano y su conciencia de saberse y reconocerse como hijo amado de Dios. El colegio Lacordaire se ubica en la calle 5 número 89-70 en el barrio Meléndez de la ciudad de Cali, comuna 18, la cual está conformada por 16 barrios.[3] Su estrato más común es el 3[4]
Fuente: http://www.cali.gov.co/planeacion/publicaciones.php?id=30447#
El colegio cuenta con cómodas instalaciones que favorecen el proceso educativo de sus estudiantes: una biblioteca, laboratorio de idiomas, química, biología y física. También ofrece amplias zonas deportivas, emisora, canal de televisión interno, salas de cómputo, salas de audio-visuales, auditorio de capacidad para 800 personas y una cómoda cafetería.
El modelo educativo del colegio Lacordaire se enfoca en la enseñanza de saberes a través de la didáctica, la problematización y la creatividad: la formación integral como pilar fundamental para el desarrollo de las diferentes dimensiones educables. De esta manera, se aplica el modelo didáctico-problémico-creativo. En ese sentido, el modelo académico busca que el aprendizaje se arraigue en la vida de los estudiantes y no sólo se quede en un proceso evolutivo.[5]
Justificación
Hablar hoy acerca del fin del mundo, en un contexto de ciudad que cuenta con índices de tan alta desgracia humana, resulta urgente y por tanto necesario. Resulta así porque se explora la esperanza en medio del desespero, una consideración a una oportunidad para acercarnos al verdadero mensaje del fin del mundo ¿es un final caótico y violento o se trata de un mensaje que brinda una enseñanza para aprender a vivir? Aquí no se pretende generar ningún tipo de desconcierto ni de fundamentalismo; en lugar de eso, se procura comprender realmente qué significado tiene "el fin del mundo" y qué sentido esperanzador se puede adoptar para compartirlo y vivirlo. El problema de no entender el sentido que encierra la frase "fin del mundo" puede desembocar en una cantidad de teorías y diferentes conceptos que contribuyan a la formación de prejuicios. En lugar de ver un problema existencial, se puede hallar una oportunidad para aprender a vivir, acercarse a Jesucristo y por tanto, llegar a la realización humana desde una perspectiva cristiana.
La necesidad de saber acerca de nuestro fin está íntimamente ligada con el saber acerca de nuestro origen, ambas respuestas nos ayudan a darle sentido y dirección a la vida misma. Así lo argumentan los numerales 282 al 289 del Catecismo de la Iglesia Católica (CIC), entre las que se resalta:
¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos? ¿Cuál es nuestro origen? ¿Cuál es nuestro fin? ¿De dónde viene y adónde va todo lo que existe? Las dos cuestiones, la del origen y la del fin, son inseparables. Son decisivas para el sentido y la orientación de nuestra vida y nuestro obrar.[6]
La "respuesta de la fe cristiana a la pregunta básica que los hombres de todos los tiempos se han formulado" [7]invita a descubrir el sentido del origen del mundo, así se encuentra en el numeral 284 del CIC:
El gran interés que despiertan estas investigaciones (aquellas sobre los orígenes del mundo) está fuertemente estimulado por una cuestión de otro orden, y que supera el dominio propio de las ciencias naturales. No se trata sólo de saber cuándo y cómo ha surgido materialmente el cosmos, ni cuándo apareció el hombre, sino más bien de descubrir cuál es el sentido de tal origen.[8]
No se conoce con certeza el origen ni el fin de la humanidad, solo se puede realizar una aproximación al sentido que éstos tienen y poder así construirse humanamente en pos de un mundo que reconoce y respeta lo valioso, lo básico y lo fundamental de la alteridad que es ignorada por los autores de las atrocidades que con pasos agigantados se han ido naturalizando y/o volviendo cotidianas. Este es el mal arraigado en el diario vivir:
La presencia del mal en la actualidad es más evidente. Es una presencia que penetra y satura todos los rincones: la violencia, la pobreza, las enfermedades, las sequias e inundaciones, las hambruna y epidemias, las guerras, las migraciones forzadas, los niños de la calle, la discriminación, la creciente violación de los derechos humanos, el narcotráfico, etc. Y esto sin considerar la falta de credibilidad de los partidos políticos, las insultantes desigualdades sociales, la corrupción, la banalización de la vida alentada desde las empresas televisoras.[9]
Las conversaciones sostenidas con diferentes colegas, amigos, familiares e incluso, con estudiantes de grado noveno en torno a esos fenómenos pertenecientes a la presencia del mal, se relacionan con el eventual fin del mundo y han desembocado en malinterpretaciones y confusiones. Esa es la razón por la cual es un tema necesario, porque vale la pena aproximarse a él y descubrir el tipo de estructuración que puede mejorar la manera de vivir y de relacionarse, incluso, con Dios mismo.
Desde hace mucho tiempo el hombre se ha preguntado acerca de cómo y cuándo este lugar que habita llegará a su fin y en ese intento, se ha generado controversia, temor y confusión entre quienes alcanzan a darse por enterados incluso de la fecha misma en la que el fin llegará. Contraponernos a toda una discusión en torno a esto es a veces contraproducente, pues los participantes cuentan con arquetipos mentales que no facilitan un entendimiento asertivo, sino uno de carácter fantástico; incluso, en algunas ocasiones, un entendimiento de carácter supersticioso. Una interpretación literal de lo que esto atañe conduce a ese tipo de imaginario.
Este trabajo presenta objetivamente los hallazgos obtenidos a lo largo del proceso de investigación con el fin de que el lector los sopese y adopte su propia perspectiva frente a este tema. Para cuando este trabajo sea leído y probablemente defendido, ya habrá llegado ese día tan esperado por muchos: el viernes 21 de diciembre de 2012. Con seguridad, se adoptará una posición madura y este trabajo humildemente, habrá aportado un granito de arena al crecimiento y formación de la fe en Dios para quienes hagan parte de las charlas.
Conviene conocer las diferentes concepciones que hay acerca del fin del mundo para compararlas y analizarlas entre sí. Luego, ayudados por la exégesis y la hermenéutica, ofrecer una completa actualización en torno a este tema. De esta manera, se genera un acercamiento a éste para iluminar socialmente a quienes estén interesados en realizar un estudio detenido al respecto, dejar atrás temores y supersticiones, ideas vagas e infundadas. Se trata de obtener una mirada crítica frente al mismo, adoptar una perspectiva rica, argumentada y provechosa para entender y compartir lo que en realidad significa el fin del mundo. Este trabajo ayuda a comprender este tema evidenciándolo por medio de un tipo de investigación clásico etnográfico.
Antecedentes del Problema
El fin del mundo ha sido anunciado desde tiempos remotos y reunirlos todos aquí, sería un trabajo más que dispendioso. Sin embargo, con el fin de realizar un recorrido histórico, se presentan algunos datos sintetizados por Rafael Muñoz Saldaña, en su artículo titulado "Las diferentes visiones religiosas del fin del mundo. Misterios del Apocalipsis".[10] (El número en la parte inicial del dato, corresponde al año):
30 Jesús profetiza que el final podría ocurrir muy poco después de sus palabras: "Esta generación no pasará antes de que todo esto se cumpla".[11]
La anterior cita bíblica no es la única mención que hace Jesús con respecto al fin del mundo, en Mt 16,28 por ejemplo, se puede encontrar otra: "Yo os aseguro: entre los aquí presentes hay algunos que no gustarán la muerte hasta que vean al Hijo del hombre venir en su Reino". Más adelante, en Mt 24,14: "Se proclamará esta Buena Nueva del Reino en el mundo entero, para dar testimonio a todas las naciones. Y entonces vendrá el fin."
Jesús vuelve a hablar del "fin del mundo" en Mt 13,37:
El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del Reino; la cizaña son los hijos del Maligno; el enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles. De la misma manera, pues, que se recoge la cizaña y se la quema en el fuego, así será el fin del mundo.
Y más abajo, en Mt 13,49-50 se encuentra: "Así sucederá al fin del mundo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de entre los justos y los echarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes."
Luego, Jesús dará un mensaje significativo y esperanzador para que nadie se sienta solo ni abandonado: "estad seguros que yo estaré con vosotros día tras día, hasta el fin del mundo." (Mt 28,20b).
Muñoz Saldaña continúa ofreciendo este recorrido histórico de predicciones del fin del mundo:
90 San Clemente afirma que el desenlace comenzará de un momento a otro.
200 El grupo de los montañistas anuncia que Cristo regresará en poco tiempo para establecer en Asia Menor la Nueva Jerusalén.
400 Fecha estimada por San Martin de Tours para el desenlace.
500 Pánico por el medio milenio. El antipapa Hipólito y el teólogo Julio el Africano anuncian el Juicio Final para este año.
968 El ejército del emperador Otto III interpreta un eclipse solar como signo elocuente de las profecías.
992 En Alemania se cree que el Anticristo ya está en la Tierra y que en los cielos se libra una batalla entre tres soles y tres lunas.
1000 Los milenaristas sostienen que Cristo reaparecerá el 1 de enero y desatan una ola de pánico en Europa.
1179 Al observar la alineación de algunos planetas, Juan de Toledo asegura que el Apocalipsis ocurrirá en 1186.
1300-1400 Las grandes epidemias de peste se consideran signos de la destrucción total.
1524 Un grupo de astrólogos informa que el mundo quedará sumergido bajo las aguas.
1669 Veinte miembros de la secta rusa de los "Viejos creyentes" se queman vivos para ponerse a salvo del Anticristo.
1736 Según el matemático inglés William Whitson, el 13 de octubre iniciará un nuevo Diluvio Universal.
1790 Numerosos teólogos sostienen que la medianoche del 21 de marzo es el día calculado en el libro de Daniel para el fin de los tiempos.
1834 De acuerdo con Joseph Smith, fundador de los mormones, Jesús regresará en 1890.
1850 Ellen White, fundadora de los Adventistas del Séptimo Día, dice que el mundo acabará en unos cuantos meses.
1881 Cientos de personas temen ver cumplida la profecía de la llamada Madre Shipton: "el mundo terminará en 1881".
1910 El vigésimo séptimo avistamiento del cometa Halley se interpreta como signo del Apocalipsis: en diversos países hay cientos de suicidios, las personas abandonan sus casas y propiedades, y en Oklahoma se pretende realizar el sacrificio de una doncella para aplacar la ira divina.
1914 Los Testigos de Jehová identifican la Primera Guerra Mundial con el inicio de la gran conflagración cósmica.
1948 La fundación del Estado de Israel se considera el paso definitivo para el regreso definitivo de Cristo.
1960 Los seguidores de la secta del Hermano Emman se dan cita al pie del Monte Blanco para esperar al Mesías.
1969 Charles Manson revela que los Beatles son los ángeles mencionados en el Apocalipsis, y que sus canciones "Helter Skelter" y "Revolution Number 9" contienen mensajes cifrados sobre el fin del universo.
1970 David Berg, líder de una secta protestante en Estados Unidos, informa que en 1973 un cometa chocará con la Tierra y destruirá, al menos, todo ese país.
1978 En Jonestown, Guyana, se suicidan unos mil miembros de la secta Templo del Pueblo, encabezada por James Warren Jones. Pretenden quedar a salvo del fin del mundo.
1980 Leland Jesen, líder de la Ba"hai, sostiene que un desastre nuclear marcará el inicio de veinte años de conflicto que concluirán con el reino de Dios en la Tierra.
1980-2000 Osho, líder de una poderosa secta en Estados Unidos, informa que a consecuencia de graves desastres naturales Tokio, Nueva York, San Francisco, Los Ángeles y Bombay serán borradas del mapa.
1994 Ola de suicidios entre los miembros de la Orden del Templo Solar que pretenden salvarse de la destrucción de la Tierra.
1998 La vidente Natalia de Lemeny-Makdeovna sostiene que Jesús está por nacer en Eslovenia.
2000 En la vuelta del milenio reviven los viejos temores entre los movimientos fundamentalistas. El "error del milenio" en los equipos de cómputo se considera un claro aviso del final. Ciertos grupos aseguran que el triple 6 del Apocalipsis debe interpretarse como www: Internet es el teatro del Maligno.
2003 Los discípulos de Malaquías York construyen un refugio en Atlanta donde esperan que una nave procedente de la Galaxia IIIyon pase a recogerlos antes de que el mundo se destruya.
2012 Según Michael Drosnin, autor de "El Código bíblico", un cometa chocará contra la Tierra y aniquilará a toda forma de vida.
2076 De acuerdo con Beda el Venerable (672-735), en este año acaba el sexto día de la creación: Otras sectas esperan el fin para la misma fecha, pues coincide con el año 1500 del calendario musulmán.
Por fuera de esta lista no se puede quedar lo que Gregg Braden, autor del libro "2012 ¿Qué esperar del cambio de era?" considera como contribuciones proféticas que coinciden con momentos importantes de nuestro tiempo:
Las profecías de Nostradamus, Edgar Coyce, los Aztecas, los Hopus, los Mayas y otros, han enviado ecos de un mensaje inconfundible a través del tiempo. Aunque han estado separadas por siglos de historia y miles de kilómetros de distancia, todos apuntan al presente. Todas ven algo poderoso, posiblemente maravilloso y destructivo, sucediendo a escala global durante un lapso que comprende los últimos años del XX y los primeros del siglo XXI.[12]
El lector puede acceder a Internet y encontrarse con páginas web que informan acerca de muchas otras predicciones del fin del mundo. En la actualidad, por obvias razones, no se ha encontrado evidencia histórica que refleje un cumplimiento de las predicciones anteriormente citadas.
Es amplia la literatura relacionada con el tema "fin del mundo", sin embargo aquí se ha procurado tener en cuenta los aportes de varios teólogos que ayudan a desmitificar lo relacionado con ese tema tan confuso y misterioso para muchos. Cabe destacar que si el lector desea ahondar en conceptos tan amplios como son el fin del mundo, la apocalíptica y la escatología, debe considerar que esa tarea debe ser llevada a cabo si estos temas le han de ayudar a fortalecer su fe; si el lector lo considera de este modo, entonces estará ante el gran tesoro de saber vivir.[13]
Al pensarse en el fin del mundo, se puede llegar a considerar un fin personal o colectivo. Si es un fin personal, éste se relaciona con la muerte individual y con el descubrimiento de qué hay después de ella, o qué hay a través de ella[14]Lo anterior no reduce el temor a la muerte, solo prepara para aceptarla; "nosotros (…) sólo conocemos la materia como punto de arranque del espíritu, de la subjetividad y de la libertad, aunque debamos suponer que este arranque, hasta la existencia del sujeto libre, tiene una larga duración temporal."[15] Luego, al contemplar la muerte y la vida más allá de ella, se está involucrando la escatología[16]
Si se piensa en fin del mundo, se puede llegar a pensar en el día del Juicio y en la Segunda Venida de Cristo. En el Catecismo de la Iglesia Católica se encuentra algo al respecto:
"El día del Juicio, al fin del mundo, Cristo vendrá en la gloria para llevar a cabo el triunfo definitivo del bien sobre el mal que, como el trigo y la cizaña habrán crecido juntos en el curso de la historia."[17]
Teniendo en cuenta, incluso, el juicio particular:
La muerte pone fin a la vida del hombre como tiempo abierto para a la aceptación o rechazo de la gracia divina manifestada en Cristo (2Tm 1, 10). El NT habla del juicio principalmente en la perspectiva del encuentro final con Cristo en su segunda venida; pero también asegura reiteradamente la existencia de la retribución inmediata después de la muerte de cada uno como consecuencia de sus obras y de su fe. La parábola del pobre Lázaro (Lc 16, 22) y la palabra de Cristo en la Cruz al buen ladrón (Lc 23, 43), así como otros textos del NT (2Co 5, 8; Flp 1, 23; Hb 9, 27; 12, 23) hablan de un último destino del alma (Mt 16, 26) que puede ser diferente para unos y otros.[18]
El concepto de "fin del mundo" puede ser relacionado con los conceptos de: muerte, juicio, infierno y cielo, Parusía. Es justo ahí cuando la escatología llega a tratar de estas últimas realidades.
Fin del Mundo Vs. Apocalipsis, Apocalíptica, Parusía, Escatología
El libro de Juan escrito aproximadamente en el año 95, en la isla de Patmos, no será tratado orgánicamente en este trabajo, pero se considera pertinente aclarar que se trata de un libro lleno de simbolismos, un libro no sencillo de comprender, pero que encierra un valor teológico que estremece y fortalece la fe del cristiano.
Se debe tener en cuenta que "Apocalipsis" es una palabra griega que significa: "Revelación"; el misterio de Dios es una Revelación dada al hombre en cuanto a que Dios es para el hombre Salvación, sin importar la angustia vivida por el hombre, Dios está ahí guiándolo. "El Apocalipsis es la gran epopeya de la esperanza cristiana, el canto de triunfo de la Iglesia perseguida" [19]El retorno pronto de Cristo es lo que le da ese carácter esperanzador al libro del Apocalipsis: "Sí, voy a venir pronto" (Ap. 22, 20b).
Jesús conoce de primera mano las alegrías y las incertidumbres humanas, Jesús fue parte de un contexto cultural, cuya manera de ver el mundo, según Boff, era "apocalíptica". Pero, ¿qué es apocalíptica? El autor dice al respecto lo siguiente:
La apocalíptica habla a partir del futuro en función del presente. Es un género literario como nuestras novelas futuristas. La apocalíptica nos presenta el futuro fantasiosamente: describe con pinceladas fuertes para consolar a los fieles en el presente o para comunicarles una verdad escatológica tal como el cielo o el infierno, el juicio o el purgatorio, dentro de un ropaje impresionante que lleve a la conversión o a la seriedad de vida.[20]
Al ser la apocalíptica un género literario, se comprende mejor la afirmación de Boff:
Jesús, Dios encarnado, participó realmente de nuestra condición humana; creció en saber y en toda su realidad humana (Lc 2, 52); fue realmente tentado, tuvo fe y fue el mayor testigo de la fe (Hbr. 12,2); participó también en la cosmovisión cultural de la época, que era apocalíptica.[21]
El mismo Jesús advierte de los peligros del mesianismo. "Antes del 70, varios aventureros se hicieron pasar por el Mesías".[22]
¿Y escatología? Boff afirma:
La escatología (fines últimos del hombre) habla del presente en función del futuro; aquí experimentamos el bien, la gracia, etc., en forma imperfecta. El cielo es la realidad ya vislumbrada imperfectamente, cuando existe de forma plena y acabada.[23]
La apocalíptica es un género literario y la escatología es el tratado sobre las realidades últimas. Leonardo Boff se pregunta: "¿Qué enseñó Cristo sobre el fin del mundo? Y ¿cómo será el fin: Catástrofe o Plenitud?". Boff responde diciendo que los apóstoles se lo preguntaron directamente a su Maestro: (Mt 24,3; Mc 13, 4 y Lc 21, 7); luego el mismo autor destaca que ni el Hijo, ni los ángeles en el Cielo lo saben, pero que sí sucederá: (Mc 13,32); también establece que incluso se dan señales del fin: (Mc 13, 30) (BOFF, 1978).
Es un misterio que el Padre se ha reservado para él exclusivamente. Es un tema importante, pero no se le ha dado al hombre la revelación para saberlo; el hombre debe preocuparse por seguir a Jesús en su responsabilidad para con el Otro y no embotarse en cuestiones reservadas en el sumario personal de Dios. Boff destaca lo que R. Schnackenburg dice al respecto:
No ha sido posible hacer luz sobre estos dichos. Parece también que la Iglesia primitiva no supo integrar estas difíciles piezas de la tradición en el conjunto de la predicación escatológica de Jesús. Quizá la Iglesia primitiva nos está indicando con su comportamiento cuál es el mejor camino: alimentar una viva esperanza escatológica basándose en la vigorosa predicación profética de Jesús y no sacar de determinados dichos aislados de Jesús falsas conclusiones sobre su predicación. La Iglesia primitiva no aceptó que Jesús se hubiera engañado, tampoco nosotros podemos hacerlo si nos mantenemos críticamente conscientes de la situación total de la tradición y nos damos cuenta del carácter, sentido y meta de la predicación de Jesús.[24]
Apocalipsis, apocalíptica, parusía y escatología son términos que se deben conocer para no llegar a la confusión al hablar del fin del mundo. Según Boff, "hay algo que las palabras escatológicas de Cristo dejan en claro: que lo importante no es saber el día y la hora, sino velar y estar preparados (Mc 13,33.36-37)."[25]
Fin del Mundo Vs. Juicio Final
En este aporte de Ratzinger no aparece la frase: "fin del mundo" de manera explícita, sí lo hace de manera implícita al relacionar la parusía del Señor con el día del Juicio Final. Ratzinger plantea que:
La cuestión referente a la relación entre la venida de Cristo y nuestro tiempo se refleja en el problema sobre los signos del final; es un preguntar que se está dando siempre de una manera nueva en la cristiandad desde los tiempos de los primeros discípulos de Jesús, partiendo de las cuestiones análogas que se planteaban en la apocalíptica judía.[26]
Ratzinger expone dos líneas que hablan acerca de la parusía del Señor; una línea no le da cabida en la historia; la segunda línea, sí:
Por una parte está el rechazo enérgico de la cuestión sobre los signos: el retorno de Cristo es incompatible con el tiempo de la historia, (…), así que esa venida jamás se podrá conjeturar de la forma que sea a partir de la historia misma.[27]
Ante este proceder, se presenta la siguiente argumentación:
Cuando quiera que se hagan cálculos, lo que el hombre hace es poner en juego la lógica propia de la historia, con lo que está precisamente alejándose de Cristo, (…). Así que en la historia misma no se puede datar su parusía. Respecto de la cuestión de los "signos" y la referente a cualquier intento de descripción de la venida de Cristo la única respuesta puede consistir únicamente, pues, en rechazar la pregunta, sustituyéndola por esta llamada: "Lo que a vosotros estoy diciendo, a todos se lo digo: Velad" (Mc 13, 37).[28]
Como se había mencionado antes, la segunda posición es aquella que sí le da cabida en la historia a la parusía del Señor, es pues, "la fuerte corriente tradicional que habla de signos que denotan el retorno de Cristo."[29] El autor menciona la esperanza del Antiguo Testamento frente a una venida del Mesías: 1. "Se espera un Mesías humano" y 2. "La esperanza de un cambio radical de la historia a causa de la intervención directa y propia de Dios."[30] Ratzinger no toma partido por alguna de las dos líneas, él solo las presenta e invita a pensar en el misterio de Jesús. El autor al decir que,
Únicamente el misterio humano-divino de Jesucristo, tal y como lo definió el concilio de Calcedonia, es el que permite entender la íntima unidad de ambas líneas y la razón específica de cada una de ellas: en Jesucristo obra Dios como Dios, de un modo inmediatamente humano, y en él actúa Dios como hombre, con una mediación histórica.[31]
Acerca de la Venida del Señor, Ratzinger lo plasma dándole gran valor a la liturgia en sí: "La parusía representa el culmen y realización suprema de la liturgia. La liturgia por su parte, es parusía, acontecimiento de parusía en medio de nosotros."[32]
Ratzinger presenta la íntima relación entre los conceptos de los verbos: "ir y venir" para entender el sentido que tienen en los discursos de despedida:
Con todo, podemos decir que "ir" (cruz) y "venir" (resurrección) se entrelazan desde su mismo interior. En cuanto crucificado Jesús sigue siendo el que se va y, en cuanto traspasado con los brazos extendidos, es, al mismo tiempo, el que viene continuamente (…)[33]
El autor elimina toda incertidumbre acerca de cuándo y cómo, señalando:
Para este modo de ver las cosas el tema de la parusía deja de ser una especulación sobre lo desconocido. En realidad, se convierte en una explicación de la liturgia y de la vida cristiana en su contexto íntimo y en su entretejimiento continuo.[34]
En lo que respecta al juicio final, Ratzinger se detiene a presentar quién es el juez según la Biblia. Así, hay tres:
Dios (2Tes 1,5; 1Cor 5,13; Rom 2,3ss; 3,6; 14,10; Mt 10,28 par; Mt 6,4.6.15.18)
Cristo (Mt 25,31-46; 7,22s; 13,36-43; Lc 13,25-27; 1Tes 4,6; 1Cor 4,4s; 11,32; 2Cor 5,10)
Los Doce (Mt 19,28 par; ampliado en 1Cor 6,2)
Luego el autor dice que "el juicio se ha trasladado al presente de esta vida, de esta historia nuestra; ese juicio tiene lugar ya en la decisión que se toma por la fe o la incredulidad (3,17s; 9,39; 12, 47s).[35] Aclara que la intención del texto no es suprimir el juicio final, es darle una "nueva relación con la cristología", esencialmente porque Jesús no fue enviado por el Padre a condenar al mundo, sino a salvarlo (3,17; 12,47; 12,48).
Luego complementa la idea de juicio así:
Con su muerte el hombre sale a la realidad y verdad manifiestas. Toma posesión del lugar que de verdad le corresponde. Ha pasado la mascarada de la vida; ya no hay lugar para esconderse tras posturas y ficciones. El hombre es lo que en verdad es. El juicio consiste en la caída de las máscaras que implica la muerte. El juicio es sencillamente la verdad misma, su revelación. (…) Dios es la verdad, la verdad es Dios, es "persona"[36]
El "fin del mundo" no trata meramente de una "Venida de Jesús" ni de un "Día de Juicio final". "Fin del mundo" va más allá. La palabra "fin" está contaminada con valores semánticos que se limitan solo a "terminación". Fin ("telos" en griego) trata de varios otros significados, entre ellos, "plenitud", "realización", "meta"; una plenitud de vida coherente con la creación y sus creaturas a través del gesto único del amor. El "fin" es la meta imposible para todos, pero perseguida por muchos. El "fin del mundo" como "meta del mundo" podría ser un valor semántico a considerar con el fin de ampliar el sentido de la palabra "fin".
Fin del Mundo Vs. Comienzo del Mundo
Moltmann presenta varios argumentos que sostienen una esperanza y no un abandono de parte de Dios. Este autor afirma que "Toda idea acerca del "fin" es una idea ambigua: puede fascinarnos o hacernos temblar".[37]
Moltmann presenta una posición en la que realza la esperanza basada en el comienzo y no en el final de la vida:
La esperanza cristiana para el futuro no tiene nada que ver con semejantes soluciones finales, porque su foco no es "el fin" de la vida, de la historia o del mundo, sino más bien el comienzo; el comienzo de la vida eterna, el comienzo del reino de Dios y el comienzo "del mundo futuro", como dice el Credo Niceno. (…) La esperanza cristiana aguarda en el fin el comienzo.[38]
Otro aspecto importante a tener en cuenta por parte de este autor es el sentido, que según él, es el verdadero sentido que tiene el "fin del mundo":
El verdadero "fin del mundo" es sólo la faceta, vuelta hacia nosotros, del comienzo del "nuevo mundo de Dios". Así como entendemos la resurrección del Cristo crucificado y muerto como un proceso divino de transformación y transfiguración, así podemos concebir también la desaparición del viejo mundo y la llegada del nuevo mundo. Nada se destruye, sino que todo se transforma (como se dice en el prefacio de la misa católica de difuntos).[39]
Moltmann relaciona la idea "fin del mundo" con la Cruz de Cristo; este es uno de los valores más especiales dentro de la búsqueda de literatura en este tema, esencialmente porque llama la atención cómo sugiere que esa sea, según él, "la única respuesta que podemos dar con la certeza de la fe."[40]
(…) los dolores del ocaso de este mundo son algo así como los dolores de parto del nuevo mundo de Dios, tal como piensa Pablo en Rom 8, 18 ss. Por consiguiente, la esperanza cristiana sobre el futuro hace que, como respuesta a las cuestiones apocalípticas acerca del "fin del mundo", se recuerde y se tenga bien presente al Cristo crucificado y resucitado. Ésta es la única respuesta que podemos dar la certeza de la fe (…). En la comunión con el Crucificado y en la esperanza del Resucitado, podremos vivir sin haber hallado respuesta a las "cuestiones últimas", sin darles respuestas precipitadas o de hundirnos –sin respuesta- en una embotada paralización (…)[41]
Esta esperanza es un argumento de peso, porque presenta la comunión con Jesús así como la tranquilidad que se puede obtener al mar de preguntas que el hombre puede llegar a tener en torno al cuándo y al cómo del mundo y su final. Es más, Moltmann afirma que es culpa del hombre y no de Dios, el estado actual del planeta:
A diferencia de las tradiciones apocalípticas de la Biblia, se designa con la expresión apocalipsis now a las catástrofes originadas hoy día por los hombres: el apocalipsis atómico, el apocalipsis ecológico, etc. Estas interpretaciones están equivocadas, porque echan la culpa a Dios de lo que ha sido responsabilidad de los hombres. (…) La autodestrucción de la humanidad y la destrucción del espacio vital de esta Tierra por los hombres son un delito contra la humanidad cometido por los hombres, y no revelan nada divino, son lo contrario de las apocalipsis de la Biblia.[42]
Su posición es clara y no da lugar a dudas. Los apocalipsis bíblicos son textos esperanzadores que fortalecen el espíritu del cristiano:
Los apocalipsis bíblicos no son "escenarios" pesimistas de la destrucción del mundo que difundan el miedo y el terror y quieran paralizar a las personas. Lejos de eso, mantienen la esperanza en la fidelidad de Dios a su creación en medio de los horrores de la época. "Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrad ánimo y levantad la cabeza, porque se acerca vuestra liberación", se dice en Lucas 21, 28.[43]
Retoma la fuerza del argumento de la esperanza cristiana e invita a aferrarse a ella:
La esperanza profética es esperanza en acción; la esperanza apocalíptica es una esperanza en medio del peligro, una esperanza que sabe aguantar el sufrimiento y que es paciente y perseverante: suceda lo que suceda, al final de todo se halla Dios. Es una doctrina de esperanza y no tiene nada que ver con las fantasías sobre la destrucción del mundo, proclamadas por los modernos profetas y los terroristas.[44]
Objetivos
Objetivo General
Indagar sobre las distintas concepciones que tienen algunos estudiantes del grado noveno del colegio Lacordaire y los miembros de algunas confesiones religiosas de Cali sobre el fin del mundo para precisar su sentido bíblico teológico a partir de Mt 24,1-14.
Objetivos Específicos
1. Contrastar algunas posturas (institucionales y/o personales) sobre el "fin del mundo" que tienen algunos estudiantes del grado noveno del colegio Lacordaire, algunas iglesias de la ciudad de Cali, algunos teólogos y los mayas.
2. Hacer un acercamiento al significado original de Mt 24,1-14.
3. Diseñar una cartilla dirigida a jóvenes estudiantes de educación media con miras a entender "el fin del mundo" desde Mateo 24,3 por medio del Aprendizaje Significativo y de La Lectio Divina.
Diseño Metodológico
Plantear un diseño metodológico de investigación acerca del fin del mundo, permite conocer el significado que las personas tienen del mismo a partir de sus experiencias y sus opiniones. Además, permite hacer lecturas desde lo concreto hasta lo general; todo eso es propio de la etnografía clásica. Acerca de este diseño metodológico, Hernández, Fernández y Baptista en Patton[45]y Creswell[46]establecen que:
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