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CAP�TULO IV. EDUCACI�N DE LA RESPONSABILIDAD COMO CUALIDAD SISTEMICA DEL VALOR EN LA PR�CTICA EDUCATIVA DE LA ADOLESCENCIA.

En todas las �pocas ha existido educaci�n de la sexualidad, de la misma manera que ha sucedido con otros aspectos de la transmisi�n de conocimientos, sea de forma consciente o no ocurre la transmisi�n de valores, actitudes, conductas, puntos de vista, que dependen en gran medida de la educaci�n y el momento hist�rico-cultural concreto en que se produzca, si tomamos como referencia que la personalidad es �nica y en ella se da el principio de la unidad entre lo cognitivo y lo afectivo.

Gracias a los resultados obtenidos por investigadores de la segunda mitad de siglo se ha propiciado un avance con respecto a los conocimientos sobre educaci�n de la sexualidad y su posterior divulgaci�n.

Desde mucho antes ya se conoc�an intentos por manejar este enfoque. En esto han incidido profundos cambios y transformaciones ocurridas desde el punto de vista sociocultural en las �ltimas d�cadas, que han permitido incidir en el cambio del comportamiento manifest�ndose en los estereotipos sexuales tradicionales por lo que la educaci�n de la sexualidad que se impart�a tradicionalmente era muy limitada, caracterizada m�s por una gran carga moralizante   de fuerte contenido religioso que pose�a, con el fin de procrear como aspecto esencial y no propiciando la relaci�n placentera y feliz que se busca en la actualidad.

En tesis de maestr�a consultada se hace referencia a este modelo propuesto por E. Amez�a. A este modelo de educaci�n de la sexualidad tradicional que propiciaba la procreaci�n matizada por una carga moralizante y fuerte contenido religioso y su esencia no era el placer E. Amez�a le denomin� EDUCASTRACCI�N. As� lo reconoce la Dra. Xiomara Ru�z Gamio en su tesis de Maestr�a en Educaci�n Avanzada.

Mucho se ha hablado de educaci�n sexual sin embargo a�n no se puede hablar de un modelo de educaci�n de la sexualidad categ�ricamente, pues en cada uno de los que se presentan actualmente se insertan elementos de uno y de otros pero s� podemos afirmar que en los �ltimos tiempos existe consenso en la aparici�n de cambios considerables m�s abiertos y tolerantes.

Existen muchos conceptos de "sexualidad" considerado a�n relativamente joven seg�n criterio de Heats (1982) expresando que el t�rmino aparece a comienzos del siglo XIX, lo que indica que antes de esa fecha el "sexo" o "lo sexual" como sol�a llamarse entonces, se asociaba a lo biol�gico y comportamental, destac�ndose una tendencia biologicista en su estudio centrando la atenci�n en lo f�sico y lo biol�gico del cuerpo.

Para asumir las exigencias del Proyecto, especialistas representantes del Ministerio de Educaci�n (MINED) y el Centro Nacional de Estudios de Educaci�n de la Sexualidad (CENESEX) se han dado a la tarea de preparar un documento te�rico-metodol�gico para ser usado como gu�a para el trabajo por los promotores orientadores de educaci�n sexual en las diferentes instancias pasando por la cascada desde el equipo nacional, provincial, municipal y escuelas espec�ficas donde se aplica el Proyecto.

En la encrucijada de los 90 el Primer Taller Internacional de Educaci�n Sexual efectuado en La Habana, da a conocer al mundo las preocupaciones de los profesionales cubanos, experiencias y avances obtenidos en este campo que entre otros aspectos permite al Ministerio de Educaci�n participar en un proyecto internacional del Fondo de Naciones Unidas para Ayuda a la Poblaci�n y el Ministerio de Educaci�n. (FNUAP/ MINED Po 1) denominado Educaci�n Formal para una Conducta Sexual Responsable. Tomando como punto de partida los criterios abordados en la Conferencia Internacional sobre Poblaci�n y Desarrollo, celebrada en el Cairo, Egipto en 1994. All� se puso de manifiesto que los servicios de Salud Reproductiva utilizados hasta el momento hab�an descuidado en gran parte los requerimientos de los adolescentes como grupo.

Se plante� entonces la necesidad de basar toda respuesta de las sociedades en la informaci�n que ayude a alcanzar el grado de madurez que les permita a los adolescentes adoptar decisiones correctas. Exhort� a Establecer Programas que incluyan mecanismos de apoyo para la educaci�n de adolescentes en la esfera de las relaciones y de la equidad entre los sexos, la violencia contra adolescentes, la salud reproductiva, la planificaci�n familiar, infecci�n las enfermedades de transmisi�n sexual, infecci�n del VIH y la prevenci�n del SIDA y por consiguiente la conducta sexual responsable. As� aparece reflejado en el documento te�rico-metodol�gico "Hacia una Sexualidad Responsable y Feliz" en las p�ginas 5 y 6 se hace alusi�n al trabajo de los docentes en la aplicaci�n de este proyecto.

En nuestro pa�s se le confiere especial atenci�n a la educaci�n sexual de ni�os, ni�as, adolescentes y j�venes como parte de su formaci�n integral y su preparaci�n para la vida, as� est� refrendado en las disposiciones del estado, en los documentos rectores de la pol�tica Educacional y de salud p�blica referidos anteriormente.

En el documento anteriormente citado se expresa adem�s, que en consenso alcanzado en el pa�s, con la participaci�n de las instituciones, organizaciones, la familia y la comunidad se reafirma el car�cter democr�tico de la educaci�n, que no viene dado s�lo por la garant�a de acceso al sistema escolar y su gratuidad, sino por el hecho de que el pueblo, el barrio, la comunidad participan en el proceso educativo de la escuela, an�lisis y debates, buscando soluci�n a los problemas; en este contexto se inserta la orientaci�n para el desarrollo del Proyecto.

Por este motivo tratar de poner el desarrollo sexual al mismo nivel que el desarrollo social de la personalidad, a esto est� dirigida en buena medida el proyecto al cual se anexa la autora, que convoca a la actuaci�n r�pida pero de manera eficaz en esta esfera del desarrollo de la personalidad. Hist�ricamente en el pensamiento social europeo aparece la responsabilidad es objetivo esencial de la educaci�n de la sexualidad de una forma positiva pero no cr�tica, (sin sujeto social que la realice).

Luego, en Cuba algo esencial es formar la personalidad integral que es fundamento de una concepci�n basada en el valor como totalidad. La integralidad es una condici�n sine quo non (necesario) del sistema. Aproximadamente durante 2 d�cadas ha transitado la educaci�n cubana en la b�squeda de este objetivo, al cual se han subordinado todas las tendencias educativas de la sociedad.

La llegada del proyecto dirigido a la b�squeda de la responsabilidad en la educaci�n de la sexualidad, encuentra en la educaci�n cubana un anillo para el dedo. La labor te�rica en este sentido ser� encontrar los elementos que median entre la integralidad y la responsabilidad que ha llegado sin sustentaci�n te�rica, s�lo como declaraci�n, idea que se explica ampliamente en el trabajo.

Con la introducci�n de este Proyecto de Educaci�n Formal para una Conducta Sexual Responsable comienza a experimentarse ciertas modificaciones de forma gradual y paulatina en la manera de pensar de los profesionales que inciden en la preparaci�n de los adolescentes, por lo que en el Instituto Superior Pedag�gico en Curso Regular Diurno se introduce primero en la asignatura Adolescente y su Desarrollo, pero con una concepci�n m�s amplia y en el siguiente curso escolar como una asignatura independiente en los a�os tercero y cuarto de todas las carreras con el fin de capacitar mejor los futuros egresados que ejercer�n sus funciones como educadores en la Ense�anza Media, este programa se realiza conforme a las exigencias del proyecto.

Simult�neamente en Secundaria B�sica siguiendo la cascada original (desde el equipo nacional hasta la escuela, pasando por todas las instancias), se inicia una experiencia particular con la estrategia trazada por el orientador y promotor sexual de la escuela, siguiendo la l�gica propuesta por el proyecto general. Al aplicar el diagn�stico inicial y determinar las necesidades b�sicas en el personal docente activo, adolescentes y padres, como los tres grupos de trabajo principales que servir�an de base para introducir el proyecto, se obtuvo como resultado que las Necesidades B�sicas de Aprendizaje (NEBAS) eran similares en los tres grupos que las mismas necesidades que pose�an los adolescentes eran comunes a las de los padres y a la de los profesionales, esto conduce a una contradicci�n para continuar el trabajo; si los profesionales no tienen una �nfima preparaci�n para incidir positivamente en la educaci�n de la sexualidad de adolescentes y padres, entonces la labor ser� m�s encomiable y dif�cil.

Se realizan talleres de capacitaci�n para docentes activos predominando el enfoque alternativo y participativo, controlando los avances en ellos y en adolescentes y padres. Sin embargo las insuficiencias de conocimientos en esta tem�tica era tan marcada, que no satisfizo la superaci�n de las NEBAS en los tres grupos de trabajo. Si a esto se le suma que existe cierta inestabilidad en la fuerza profesoral y que ocurren cambios de profesores(as) con frecuencia, lo que influye negativamente en la adquisici�n de los conocimientos que se abordan, en el desarrollo de habilidades y el conocimiento del sentido o direcci�n hacia la cual encaminar la educaci�n de la sexualidad en busca de la responsabilidad y sus consecuencias sociales.

El modelo propuesto por la autora, tiene una fundamentaci�n cient�fica social en general, desarrollista donde prevalecen los puntos de vista psicopedag�gicos y filos�ficos porque posee las caracter�sticas siguientes:

  • Se parte de la ley de la raz�n suficiente que plantea que para demostrar la veracidad de un juicio hay que utilizar tantos argumentos verdaderos como sean posibles.
  • Del pensamiento pedag�gico cubano del siglo pasado cuando, Jos� de la Luz y Caballero, abogaba por incorporar un tercer elemento en la educaci�n que eran los padres para simultanear la acci�n padre, alumno y maestro en el proceso de educaci�n (como se enuncia en el cap�tulo II).
  • Existen diversos enfoques para estudiar los valores en la personalidad; en este caso se parte del m�todo del enfoque sist�mico, no como un m�todo m�s de percibir la realidad, sino como una comprensi�n m�s profunda de un objeto de investigaci�n. En �l, el proceso de conocimiento se representa hacia adentro en forma de espiral, es decir un proceso de desplazamiento hacia el interior del sistema. Por esta raz�n, el enfoque sist�mico como se utiliza en esta investigaci�n, incorpora una nueva y necesaria dimensi�n: la cualidad sist�mica que radica no s�lo en enfocar la integralidad, la unidad con el medio, la relatividad de la extensi�n y profundidad de los sistemas; si no que no est� presente f�sicamente en ning�n elemento del sistema por ser �sta una resultante de la interacci�n entre todos los elementos del sistema, pero que a la vez es superior en que es: com�n, alta y central; donde a partir de ella, cada uno de los elementos del sistema que ella ilumina, adquiere un peso espec�fico dentro de �l, que alcanza mayor expresi�n en los sistemas sociales donde cada elemento juega un rol en el escenario.
  • La actividad pedag�gica actual debe ser creadora para que se corresponda con las exigencias sociales de la �poca, de ah� que encontrar soluciones variadas a un problema com�n en la escuela como esfera de actuaci�n principal del profesional es un logro.
  • El an�lisis de las tendencias hist�ricas del objeto, revel� que la formaci�n pedag�gica del licenciado en educaci�n en los planes de estudios anteriores (A, B y C) se caracteriz� por la fragmentaci�n del sistema de conocimientos y contenidos referidos a educaci�n de la sexualidad humana que apenas exist�an y menos a�n para los Cursos Regulares por Encuentro.
  • Las limitaciones socioculturales presentes en los profesionales de la ense�anza media aparecen reflejadas en el diagn�stico de las NEBAS realizado al iniciarse la aplicaci�n del proyecto y se han corroborado en diagn�sticos posteriores con un discreto avance.
  • Los resultados del diagn�stico de las NEBAS demuestran las insuficiencias que tienen los profesionales de la ense�anza media, entorno a la educaci�n de la responsabilidad de la sexualidad humana.
  • Los presupuestos te�ricos analizados que est�n en relaci�n con el valor responsabilidad demuestran enfoques que han hecho diferentes autores, pero visto como se presenta la problem�tica en este trabajo no ha sido abordado en otras investigaciones.
  • El cuarto nivel de educaci�n, que es la educaci�n de posgrado exige un profesional con una alta competitividad y avanzada para la investigaci�n cient�fico- t�cnica y humanista, que d� soluciones a problemas del entorno, a los procesos de cambio.
  • El componente investigativo ha tenido muy poca aplicaci�n en los profesionales graduados de Curso Regular por Encuentro, limitaci�n que se ha manifestado en su pr�ctica educativa en la escuela como esfera de actuaci�n principal.

El modelo que se propone para la educaci�n de la responsabilidad posee tres etapas que se expresan en s�ntesis a continuaci�n:

Se parte de problemas profesionales derivados de la pertinencia de la Educaci�n Superior Cubana, que demanda el modelo del profesional egresado de los Institutos Superiores Pedag�gicos, vinculados a la unidad de las ciencias afines con las asignaturas que tributan a la Disciplina Formaci�n Pedag�gica General que se concretan en problemas docentes, cuyas soluciones valorizan su conducta en las esferas de actuaci�n. Los problemas profesionales surgen cuando las necesidades sociales acusiantes, plantean a la Pedagog�a determinadas exigencias, cuya soluci�n moviliza toda la fuerza cient�fico- pedag�gica.

La sociedad actual caracterizada por la conversi�n de la ciencia en una fuerza productiva directa, aclama por la integralidad del hombre, conocerse a s� mismo constituye la concreci�n genuina de esta exigencia. El profesional de los Institutos Superiores Pedag�gicos se modela a partir de los problemas profesionales y se concreta en tres esferas de actuaci�n que son la escuela, la familia y la comunidad.

En la escuela, que resaltarlo es objeto de la investigaci�n, el profesional est� llamado a contribuir a la responsabilidad de cada adolescente. Uno de los objetivos que se propone e desarrollar en ellos es

  • Demostrar correctos h�bitos de convivencia y salud f�sica y mental que expresen en su adecuada presencia personal y en un comportamiento responsable, honrado y honesto en sus relaciones de amistad, de pareja y en su vida familiar y social.

Lo resaltado (en negritas) es prop�sito de la autora, que tiene el objetivo de significar el v�nculo de los objetivos formativos con la nueva concepci�n del valor que desarrollar� m�s adelante, resaltado de forma completa por ser el punto de enlace del sistema de educaci�n con la educaci�n de la sexualidad humana.

Este objetivo por su naturaleza lleva impl�cito la educaci�n integral de lo biol�gico y lo social, del esp�ritu y el cuerpo en adolescentes, de la convivencia y comportamiento responsable. Unido a esto, otro factor que sirve de preparaci�n al profesional es la unidad de las ciencias y las asignaturas en la formulaci�n de los problemas docentes que constantemente resuelve y que lo capacitan para cumplir, en parte, este cometido.

La complejidad de este objetivo obliga al profesional a una actualizaci�n y superaci�n de los conocimientos, debido a que en su formaci�n no recibi� exactamente una preparaci�n exhaustiva para educar sexualmente. Este hecho explica que el involucramiento del profesional en la soluci�n de estos problemas necesita de una preparaci�n adicional, lo que justifica la segunda etapa del modelo. La educaci�n del cuarto nivel, para lo cual se dise�� un Programa de Superaci�n Posgradual que incluye Temas de inter�s y satisfagan las necesidades sentidas de dichos profesionales.

La educaci�n hasta este momento ha sido fundamentalmente una funci�n de la familia, siguiendo la idea central referida en investigaciones anteriores, de que la educaci�n familiar antecede, acompa�a y sucede la educaci�n escolar. Sin embargo, en muchos casos, en la medida que el estudiante crece y cambia de niveles de ense�anza, la familia se va desentendiendo de la responsabilidad ante su educaci�n. Entonces las teor�as al respecto le asignaron la responsabilidad fundamental escuela. No se percat� la sociedad que la labor educativa estaba enajenando la familia del Proceso Pedag�gico, que se abri� paso la tendencia a la desactivaci�n de sus funciones sociales.

Sin embargo, al percatarse el estado cubano que los principales problemas del organismo social estaban dados en el mal manejo familiar le recupera, hasta jur�dicamente, su verdadero papel socialmente los problemas que persisten y que atentan contra la formaci�n de la responsabilidad reflejado en la desuni�n de los sujetos que intervienen en el proceso educativo y la consiguiente formaci�n de los valores, que resume todos los objetivos formativos generales que sustentan la pol�tica educacional cubana.

�Qu� hacer y c�mo resolver este problema que se abre paso ante nuestros ojos? Es lo que plantea la tercera etapa del modelo.

El educador tiene que ser educado nos dice Marx en su Tesis sobre Feuerbach, criticando la omnipotencia de la educaci�n de Helvecio y refiri�ndose a la influencia de la transformaci�n de las circunstancias sobre la mente de los hombres1. Precisando esta idea la autora se propone actualizar conocimientos sobre educaci�n de la sexualidad humana que hab�an recibido superficialmente en su formaci�n de pregrado y sin que mediaran otros factores como padres y adolescentes, es este uno de los objetivos cardinales que la sociedad reclama en estos momentos como se expresa en la primera etapa

La tercera etapa del modelo es el aporte, la soluci�n a este problema formulado. Estudiando todos los documentos sobre la superaci�n de los profesionales o cuarto nivel de ense�anza se lleg� a la conclusi�n que trat�ndose de un centro referencial, donde los profesores ejercen su labor pedag�gica diaria (en una especie de laboratorio educacional) la forma m�s id�nea de satisfacer la necesidad en su formaci�n era la superaci�n de posgrado en la educaci�n de la sexualidad humana, y hacia all� se encamina el objetivo de la investigaci�n, se abri� una dificultad a�n mayor que radica en determinar qu� ense�arles y c�mo ense�arles.

Se comienza entonces a elaborar una idea cient�fica que consultando especialistas de diferentes disciplinas: pedagog�a, filosof�a, psicolog�a, se arriba a la conclusi�n que s�lo el enfoque sist�mico reelaborado conscientemente puede integrar sobre una base superior no admitida hasta el momento, pod�a superar este problema.

Se revis� amplia bibliograf�a y se descubri� que el pensamiento pedag�gico cubano, solamente descrito en muchos an�lisis, no explotado en este sentido hasta nuestros d�as ya estaba dando una f�rmula a la cual no se le hab�a dado la importancia necesaria y llevada a nuestros d�as debe contribuir a la concepci�n de la s�ntesis formativa. El insigne pedagogo Jos� de la Luz y Caballero, plantea que a los cubanos les es inherente una educaci�n donde intervengan tres factores al mismo tiempo: profesor, padre e hijo; por lo que se decidi� indagar en esta �poca cu�les eran los v�nculos o mediaciones que se pod�an establecer entre estos tres factores.

Como se puede notar, la idea, que la autora denomina educaci�n triangular es el resultado de un an�lisis realizado que tiene su basamento te�rico en el pensamiento pedag�gico cubano del siglo pasado, especialmente en los discursos acad�micos de Jos� de la Luz y Caballero, donde se encontr� que ya en esa �poca era importante insertar la labor de los padres en la educaci�n. Entonces hab�a que educar al mismo tiempo tres factores importantes:

"La obra de la educaci�n exige por lo menos tres principales obreros: el padre, el alumno y el maestro; y enti�ndase, se�ores, que cuando digo el padre, comprendo a la madre.. " (1)

Y m�s adelante dice:

Cuando padre, maestro y alumno cooperen a la educaci�n contribuyendo cada uno con la parte se�alada, cuando los tres miembros de esta trinidad, ligadas por los v�nculos de cari�o y respeto, trabajen por un mismo esp�ritu (…) entonces y s�lo entonces puede llegar a ser la educaci�n el manantial fecundo de todos los bienes apetecibles, la inagotable fuente de todos los progresos imaginables. (2)

Tomando esta concepci�n triangular como punto de referencia, por encontrarse tres miembros o elementos del proceso desempe�ando cada uno su respectiva funci�n educativa; por s� mismo indica el cumplimiento necesario de cada una de las funciones de forma independiente. Pero al ubicarse en el tri�ngulo, como conjunto, los miembros se ejercen sobre ellos nuevas y superiores exigencias:

En primer lugar, todos los elementos deben estar en el mismo nivel y en condiciones para desempe�ar el rol correspondiente, que sean puntos equidistantes.

En segundo lugar y que es una consecuencia del primero, exige abandonar la concepci�n de trabajo en un solo plano, (como se acostumbra), lo que implica una visi�n m�s compleja, una concepci�n espacial y con ella la posibilidad de tener alternativas para tomar una decisi�n, por cada uno de los miembros que se encuentran en los v�rtices del tri�ngulo.

En tercer lugar, lograr la comunicaci�n intersubjetiva (interacci�n entre cada uno de los miembros), aportando sus puntos de vista, con la posibilidad de elegir ante diferentes alternativas, de tomar una decisi�n y actuar en correspondencia con ello, a esta interacci�n o din�mica entre los miembros del tri�ngulo, la autora denomina sinergia de las influencias educativas de la responsabilidad en la personalidad.

En cuarto lugar, expresa como se comporta la sinergia de influencias educativas, en el sistema de relaciones entre sus miembros o elementos:

  • Maestro, como dijera el insigne pedagogo, es una categor�a gen�rica que puede concretarse en el profesor actual que dirige el proceso educativo �instructivo en la ense�anza media.
  • Padre; se transfiere igual que Luz a padre y madre progenitores de hijo.
  • Alumnos, como les llama Luz, en nuestra �poca se designan, por su edad a los que cursan estudios en la ense�anza media como adolescentes.
  • Entre profesor(a) y adolescente, entre quienes se realiza el proceso de educaci�n � instrucci�n, que es bilateral y activo donde cada sujeto aporta, recibe y desarrolla conocimientos, habilidades y h�bitos que se enriquecen en el marco del sistema de actividades curriculares y extracurriculares.
  • Entre profesores y padres se realiza un proceso a trav�s de la Escuela de Educaci�n Familiar, concepto con el cual se designa la reuni�n voluntaria de los padres para debatir problemas que a�n, cuando no le ata�e a su hijo adolescente directamente, le permite aclarar puntos de vista, posiciones, criterios, bajo la orientaci�n del profesor gu�a que est� preparado para dirigir la actividad, estos temas se organizan de forma jer�rquica atendiendo a las necesidades b�sicas de aprendizaje y en el tiempo que se designe para ello seg�n la estrategia concreta que tenga la Escuela.
  • Entre los miembros de la educaci�n triangular tambi�n se logra un enriquecimiento con los saberes de cada uno (incluso padres con pleno dominio de alg�n tema se preparan junto al profesor para dirigirlo y desarrollarlo en el Taller con todos).
  • Entre padres y adolescentes se proporciona la educaci�n intrafamiliar que se ha iniciado desde los primeros momentos de la vida del ni�o (alumbramiento) y no tiene fin hasta que deje de vivir la persona. S�lo que en esta etapa de la vida que es la adolescencia por las propias caracter�sticas an�tomo � fisiol�gicas, psicol�gicas y sociales que tiene la personalidad donde ocurren marcados per�odos sensitivos (cambios bruscos). A la personalidad adolescente le resulta muy dif�cil afrontar las exigencias que los adultos (padres y educadores entre otros) le plantean.

Si estas exigencias sociales son expresadas con respeto, con conocimiento de causa, si se sabe escuchar al adolescente, si hay patrones de conducta positivos que sirvan para guiarse, unidad de exigencias educativas y est�n creadas como m�nimo algunas condiciones de vida, afectos, para persuadir y convencer; entonces se puede lograr mucho en esa sinergia de influencias educativas y como resultado de todo esto, se obtiene un crecimiento de la personalidad como demostrara el psic�logo Fernando Gonz�lez Rey. (3)

Entendi�ndose por crecimiento de la personalidad no crecer en estatura (tama�o), sino crecer en maduraci�n de las formaciones psicol�gicas como estructura de la personalidad; crecimiento en responsabilidad, en su modo de actuar.

Se propone entonces una concepci�n donde se vinculan el enfoque hol�stico con el enfoque individual o personalizado, basada en el enfoque sist�mico para sustentar un nuevo modelo m�s aut�ctono (porque se basa fundamentalmente en el pensamiento pedag�gico cubano) y axiol�gico porque se concibe al sujeto como un ser capaz de valorizarse en la propia actividad creativa.

El enfoque sist�mico lleva directamente, a la b�squeda de una cualidad sist�mica que es com�n, alta y central, donde confluyen en la actuaci�n progresiva y sinerg�ticamente todas las influencias educativas.

La aplicaci�n del enfoque sist�mico condujo a descubrir que en la interacci�n de estos tres factores o elementos surge una cualidad sist�mica, que esta relacionada al un�sono con cada uno de ellos y no significa la jerarqu�a de ninguno.

Se continu� la revisi�n bibliogr�fica en busca de esa cualidad que pudiese unir estos elementos con intereses distintos, e incluso con conductas negativas: la familia que no se preocupa ni ocupa por su hijo(a), adolescente introvertido(a) y desordenado(a) en sus manifestaciones conductuales y el profesor y/o profesora que quiere transmitir sus conocimientos pero carec�a de una base cient�fica para ello.

El ideal gnoseol�gico, la s�ntesis de conocimientos de las ciencias sociales de la �poca, llama a reflexionar sobre la formaci�n de valores, problem�tica existencial vigente en el mundo entero. La cuesti�n exige, en primer lugar superar los problemas epistemol�gicos que en torno a los valores se presentan como son: atomizaci�n, desmembramiento, voluntarismo, despersonificaci�n, entre otros.

No satisface totalmente esta concepci�n a los fines de esta investigaci�n; esto obliga a volver a pensar en la formaci�n de valores, que significa pasar a un estadio superior, sobre una base sist�mica. Entre otras cosas en la investigaci�n se concluye que todas las influencias educativas al llevarlas a la actividad del hombre se convierten en responsabilidad y se descubre que ella constituye la cualidad sist�mica del valor, que se concreta en la educaci�n de la responsabilidad en la personalidad.

Al realizar una representaci�n espacial de la cualidad sist�mica se obtiene una figura geom�trica que por su forma se le puede denominar pir�mide sist�mica de la responsabilidad en la personalidad, la cual posee las caracter�sticas siguientes:

  • En su base se encuentran los tres elemento equidistantes y relacionados entre si por sus funciones.
  • En la altura se encuentra un punto convergente, que se mantiene equidistante a ellos tres.
  • Ese punto esta relacionado por l�neas de puntos debido a que no existe una relaci�n directa con los tres elementos, sino que es una resultante mediata y progresiva de sus v�nculos.

Para ello se es consecuente con otros criterios y se asume la definici�n de valor que propone el intelectual cubano de renombre,. Medardo Vitier, cuando expresaba en una de sus conferencias que "Valor en filosof�a, para valerme de una f�rmula, implica criterio m�s vivencia (…) Dicho de otra forma cuando nuestras creencias se convierten en conducta"(4)

Se puede expresar en la f�rmula:

Entonces se puede afirmar que a trav�s del an�lisis de las situaciones psicopedag�gicas se contribuye a la formaci�n y fortalecimiento de valor(es) pero no visto atom�sticamente como expresan muchos intelectuales en la actualidad, sino el valor como un sistema cuya cualidad solamente puede ser vista desde el punto cuarto equidistante a los tres puntos anteriores. Esta cualidad sist�mica es la educaci�n de la responsabilidad en la personalidad precisamente hacia all� va encaminado el proyecto de la Organizaci�n de Naciones Unidas ya mencionado, al cual esta investigaci�n ayuda en su soluci�n.

El modelo propuesto tiene un car�cter sist�mico te�rico pr�ctico e intersubjetivo. Cuesti�n que le da un valor cualitativo seg�n el Doctor Fernando Gonz�lez Rey, en su libro Epistemolog�a Cualitativa y Subjetividad, expresa que "… llegar a lo cualitativo significa poder reproducir la esencia del fen�meno social que se investiga donde participan varios actores sociales".(5) Todo lo expresado demuestra que la irresponsabilidad sexual no es un problema s�lo del adolescente o la adolescente que ha provocado embarazos precoces, aborto inducido, baja retenci�n escolar, problemas familiares y sociales de profunda envergadura, sino que los adultos: padres, madres, educadores(as) tienen tambi�n su cuota de responsabilidad por no actuar sinerg�tica y oportunamente para llegar a un significado com�n y evitar desagradables situaciones que se dan a priori en la adolescencia.

La educaci�n de la responsabilidad en la personalidad constituye la cualidad sist�mica en la educaci�n triangular y que le corresponder�a el punto convergente de la pir�mide sist�mica de la educaci�n de la responsabilidad.

Al analizar los resultados del diagn�stico de necesidades b�sicas de los profesionales se pudo constatar la presencia de tab�es y prejuicios heredados del pasado, impregnados en estas personalidades sobresaliendo el machismo que se hace evidente entre ellos que consideran que el var�n tiene que demostrar su hombr�a, por lo que le conceden mayor libertad e independencia en las relaciones y muchas veces son los adultos los que exigen, desempe�en ese papel, al proyectarse ellos mismos como machistas, expresando la divisi�n de tareas por sexo, la muchacha con sus tareas dom�sticas y el var�n de la calle. Sin embargo no centran la atenci�n en la carencia de madurez bio-social y psicol�gica en la adolescencia temprana se presenta en ambos sexos.

Las t�cnicas e instrumentos aplicados y especialmente la entrevista a grupo focal nos permiti� arribar a la conclusi�n que a�n subsisten limitantes socioculturales en los docentes en materia de sexualidad y de educaci�n de la responsabilidad en la personalidad.

La estrategia existente para la educaci�n de la sexualidad se organiza alrededor de tres componentes esenciales

  • Un eje referencial, constituido por el estilo participativo, dirigido a potenciar progresivamente el protagonismo de la poblaci�n beneficiada.
  • Un algoritmo metodol�gico para desarrollar la preparaci�n de educadores y educandos, que incluye cuatro etapas (determinaci�n de necesidades de aprendizaje y capacitaci�n, programaci�n, ejecuci�n y evaluaci�n de las actividades educativas).
  • Un procedimiento de capacitaci�n multiplicadora en cascada que descentraliza el trabajo y fomenta la participaci�n activa de todas las personas implicadas en los distintos niveles.

M�s all� de la estrategia referida se propone un enriquecimiento de la misma incluyendo otros aspectos en su aplicaci�n que sin lugar a dudas tributan al crecimiento de la responsabilidad en la personalidad, y as� ha sido validado en la pr�ctica educativa

  • En primer lugar, el objetivo propuesto a largo alcance es m�s terap�utico que formativo porque ajust�ndose a las restricciones f�sicas no llega hasta la maduraci�n y crecimiento de la personalidad, debido a que promover la conducta sexual responsable es una de las vertientes de la responsabilidad, pero esta �ltima abarca la personalidad en su totalidad como se expresa en el ep�grafe anterior y no solamente en el aspecto de la sexualidad.
  • En segundo lugar, adem�s del enfoque participativo, propio de la investigaci�n acci�n-participativa, se aplica el m�todo te�rico del enfoque sist�mico con una concepci�n espacial que conduce a la cualidad sist�mica.
  • En tercer lugar se introduce un cambio conceptual en la concepci�n del valor que concentra todas las influencias educativas, en cuya integraci�n estructural forman un sistema y la responsabilidad como resultante del mismo.
  • En cuarto lugar incluye la relaci�n contradictoria personalidad-sujeto donde la concentraci�n de las formas valorativas en el sujeto se van a integrar en la cualidad de la personalidad. Esto se manifiesta en la teor�a del crecimiento de la personalidad, la cual en la medida que el sujeto solucione sus contradicciones y problemas, sus cualidades se van afianzando, estableci�ndose como recursos en la actuaci�n de la personalidad.
  • En quinto lugar se introducen las situaciones psicopedag�gicas en las cuales interact�an tres sujetos simult�neamente, a los cuales se les plantea un problema a resolver y como resultado se obtiene lo siguiente:
  • Hay una sensibilizaci�n y consecuente identificaci�n con el problema concreto (aunque puede o no ocurrir desde el primer momento, en dependencia de la complejidad del problema).
  • Una vez identificado el sujeto con el problema, sobreviene un proceso de exteriorizaci�n de aquellos aspectos complejos que lo caracterizan y antes no se hab�an develado. En este momento se acent�a la contradicci�n entre sujeto y personalidad, el sujeto comienza a fustigar la personalidad por su actuaci�n, por ella no haberlo regulado oportunamente, que en ocasiones se manifiesta como el arrepentimiento m�s o menos retardado por la ocurrencia de vacilaciones temerosas.
  • Al quedar al descubierto los recursos de la personalidad, es que el sujeto queda en condiciones de reconocer la responsabilidad que es cualidad de la personalidad.
  • En sexto lugar, adem�s del dinamismo que caracteriza la interacci�n entre todos los sujetos se introduce el espacio y el tiempo, porque adem�s de la concepci�n espacial de la cualidad sist�mica, la presencia en un mismo local y al mismo tiempo de los tres miembros o elementos del tri�ngulo educacional.

A continuaci�n se ilustra con situaciones psicopedag�gicas:

  • Al llegar a su casa, un adolescente porta en el bolsillo un preservativo o cond�n. La madre va a lavar la camisa y lo toma en sus manos asombrada, requiere violentamente a su hijo. El adolescente enojado y lloroso trata de explicarle que recientemente se hab�a desarrollado un debate sobre educaci�n sexual y el tema tratado fue "El conocimiento y uso del cond�n". La madre abandona sus tareas dom�sticas, toma al adolescente por el brazo y lo lleva a la escuela ya que considera que hasta los profesores le est�n echando a perder a su hijo, insultando a la profesora en el acto.

� C�mo actuar�a usted ante esta situaci�n?

  • Adolescente femenina de 13 a�os de edad que cursa el 8vo. Grado, en ocasiones se ausenta de la escuela: en turnos de clases aislados, preferentemente despu�s del receso o en uno o dos d�as consecutivos. La profesora gu�a se acerca a la madre para conocer la causa de las ausencias y �sta expresa que ella desconoce la situaci�n, pero le consta que todos los d�as su hija sale para la escuela. Cuando se conversa con la adolescente, ella aclara que la escuela le gusta mucho y se siente muy bien; donde no le agrada estar es en la casa de su mam� porque la maltrata mucho y no soporta al padrastro. �Con qui�n prefieres vivir?, pregunta la profesora- y aclara que prefiere vivir en casa de su pap� y abuelos paternos, pero ellos refieren no poseer condiciones para tenerla, ya que su pap� no tiene v�nculo laboral, y cuando vivi� all� 1 a�o y medio tuvo problemas en la escuela y su pap� la sentenci�: "si me vuelven a dar quejas, �te mato!".

Si usted fuere orientador(a) sexual de esta escuela entonces:

�C�mo actuar�a en una situaci�n similar?

�Qu� grado de responsabilidad le corresponde a cada persona en el tri�ngulo educacional?

�Cu�les son los medios justificados socialmente para dar soluci�n progresiva con responsabilidad a esta situaci�n?

�Qu� decisi�n tomar�a si estuviera en el lugar de esta adolescente?. Fundamente.

  • Adolescente masculino de 12 a�os de edad, que cursa 7mo. Grado. Se manifiesta con gran excentricidad en las diferentes actividades; al conversar con �l y preguntarle qu� le motiva actuar de esa manera expresa: y soy as�, para eso mi mam� me da de todo, ella dice que es para que no la moleste y le permita atender durante mucho tiempo a su amiga. �Qui�n es su amiga? – pregunta la profesora -; y con una sonrisa picaresca le contest�: "su amiga es su pareja".

Si usted fuera orientador(a) o promotor (a) sexual de esta escuela:

�C�mo actuar�a en una situaci�n similar?

�Qu� grado de responsabilidad le corresponde a cada factor educativo en el tri�ngulo educacional?

�Qu� acciones usted emprender�a para incidir positivamente en la educaci�n de la responsabilidad de este adolescente?.

  • Adolescente masculino de 14 a�os de edad. Cursa 9no. Grado, se muestra introvertido, rebelde y en ocasiones no le gusta que le hablen. Esas son las caracter�sticas que expresa la profesora gu�a a la psicopedagoga solicitando consultor�a de orientaci�n. Al provoca la din�mica, el adolescente refiere no avisar a sus padres, pues siente temor, despu�s que tuvo relaciones �ntimas con una muchacha muy bella, mayor que �l, la cual no le permiti� usar preservativo, acus�ndolo de "fi�e" y cobarde, insisti�ndole que disfrutara el momento…

Si usted fuera orientador(a) sexual de esta escuela:

�C�mo actuar�a en esta situaci�n?

�Cu�l de los miembros de la pareja asume mayor responsabilidad?

�Est� de acuerdo con el adolescente que los padres no deban saber de la situaci�n?.

  • Adolescente femenina de 14 a�os de edad que cursa 9. Grado, se acerca a su Profesor Gu�a para comunicarle que no va a asistir m�s a la escuela porque cree estar embarazada. Se conversa con ella, argument�ndole las variantes que pod�a adoptar en una situaci�n as�, pero la soluci�n jam�s estar�a en abandonar la escuela. Solicita consultor�a psicopedag�gica y se convoca a la familia (padres), adolescente, esposo, y se convoca al Profesor Gu�a y al Psicopedagogo, que al provocar la din�mica entre los tres factores esenciales, la mam� reconoci� su irresponsabilidad en haber abandonado a su hija e irse a vivir al campo con un nuevo esposo. El padre reconoce su irresponsabilidad al haberla obligado a vivir con una madrastra que ella no aceptaba y ten�a adem�s un hijo joven, por estrechez en la vivienda, exigencias del joven e inocencia de la muchacha se produce la uni�n consensual entre el joven y la adolescente quien no se considera apta para el matrimonio y mucho menos para tener un bebito.

Si fueras el orientador(a) sexual de esta escuela:

�Qu� cuota de responsabilidad le corresponde a cada factor dentro del tri�ngulo?

�Cu�les son los medios justificados socialmente ( soluciones que cada uno busca) para dar una soluci�n progresiva a esta responsabilidad?

� Que decisi�n tomar�a usted en un caso similar?.

REFERENCIAS BIBLIOGR�FICAS

1- Luz y Caballero, Jos�: Elencos y Discursos Acad�micos.

Editorial de la Universidad de la Habana, 1944, p.446

2- Ib�dem p.448

3- Gonz�lez Rey, Fernando: Epistemolog�a y Subjetividad.

Editorial Pueblo y Educaci�n, 1996. P-4.-Vitier Medardo. Valoraciones Conferencia dictada en la Universidad de las Villas Editora Revolucionaria

5- Gonz�lez Hern�ndez, Alicia M. Y Colectivo de Autores Documento te�rico-metodol�gico. Editorial Pueblo y Educaci�n. La Habana 1987, p. 81

CAP�TULO V. EL CHE ACERCA DE LA FORMACION DEL HOMBRE NUEVO

"…un escultor es admirable porque saca una figura

de la piedra bruta: pero esos hombres que hacen pueblos

son como m�s que hombres"

Jos� Mart�

El legado te�rico de Ernesto Che Guevara adquiere gran actualidad. Su pensamiento y su obra son admirados por millones de hombres de todo el mundo, escritores y artistas, cient�ficos y estadistas, revolucionarios, todos: buscando las m�s diversas formas de comprenderlo e interpretarlo.

Lo principal de su pensamiento y de su acci�n lo constituye su obra revolucionaria, reconocida por muchos y tergiversada por quienes han tratado de esquematizarlo, dogmatizarlo, o no han querido reconocer el profundo esp�ritu revolucionario y la concepci�n del mundo que lo caracteriza. Pensadores y pol�ticos han convocado a su estudio.

En ocasi�n del veinte aniversario de su ca�da en combate el compa�ero Fidel expres�: "El Che era un hombre de pensamiento muy profundo, y el Che tuvo una excepcional posibilidad durante los primeros a�os de la Revoluci�n de profundizar en aspectos muy importantes de la construcci�n del socialismo, porque, por sus cualidades cada vez que hac�a falta un hombre para un cargo importante, ah� estaba el Che; era realmente, multifac�tico, y cualquier tarea que se le asignara la cumpl�a con una seriedad y una responsabilidad total" 1 (3: 1987)

El Che dedic� su vida a la b�squeda de una acci�n que permitiera llevar a la pr�ctica una teor�a pol�tica cient�fica en las condiciones de Am�rica Latina, �frica o el Tercer Mundo; una teor�a desde el subdesarrollo, y la ley del desarrollo desigual que condujera al derrocamiento del capitalismo y diera respuesta a los m�s apremiantes problemas del mundo de hoy.

Su pensamiento dial�ctico y pol�mico mostr�, una vez m�s, que la acci�n transformadora del sujeto, y el devenir hist�rico no ha agotado, sino, que apenas inicia sus conclusiones acerca de las m�ltiples formas que puede adoptar el camino del aniquilamiento de la sociedad capitalista y la construcci�n de una sociedad superior.

La teor�a y la pr�ctica del Che, as� como el legado del sacrifico de su vida revolucionaria, indica el modo m�s elocuente, de plantear o proponer soluciones a los retos de un mundo unipolar y hegem�nico que nos asiste.

�Renunciar�n los revolucionarios de hoy a alcanzar el objetivo supremo de construir una sociedad m�s justa? �Destruir�n las complejas condiciones econ�micas y de globalizaci�n neoliberal el ideal de perfeccionamiento humano que ha buscado el hombre? �Morir�n las esperanzas para los pueblos del Tercer Mundo?

El pensamiento revolucionario del Che, la fuerza de sus ideas, la inagotable creatividad con que asumi� la tarea de su vida, proporciona el optimismo necesario para aseverar, que a pesar de los retrocesos y reveses, el futuro de la humanidad tendr� que ser irreversiblemente el de las fuerzas progresistas y el del ideal humanista.

En numerosos art�culos, intervenciones y escritos el Che leg� la experiencia de la Revoluci�n Cubana. Fue un pensador de extraordinaria capacidad intelectual, luchador y l�der pol�tico. De su pensamiento, en constante desarrollo, se deben extraer las ideas y conclusiones que abordan las diferentes problem�ticas filos�ficas, pol�ticas y econ�micas.

En sus escritos, entre 1961 y 1965, define la sociedad socialista como un fen�meno econ�mico, social y de conciencia. Considera el desarrollo econ�mico, la satisfacci�n de las necesidades de la poblaci�n y la elevaci�n de la conciencia de las masas, como los factores que, requieren de un reordenamiento te�rico, pues concibe su integraci�n a trav�s del hombre como factor esencial, como sujeto, de la construcci�n socialista, lo que implica la necesidad de formar al hombre nuevo simult�neamente con la base material.

Las fuentes te�ricas de la concepci�n del Che sobre el hombre aparecen en el pensamiento filos�fico y pol�tico social m�s avanzado, desde los inicios de la modernidad.

En su concepci�n, parte de considerar la realidad social como naturaleza humanizada, sustentando que los hombres, a trav�s de su actividad pr�ctica, humanizan la naturaleza, integr�ndola a la realidad social. Mediante la pr�ctica se vincula el hombre a la naturaleza y la transforma. Para �l, el hombre no es un ser inmediato, producto de la casualidad, sino, es el resultado de la propia historia.

El car�cter determinante de la pr�ctica productiva (el trabajo) como generador del hombre y sus relaciones sociales, as� como la definici�n de la producci�n como la base del devenir hist�rico, posibilitan abordar al hombre como una entidad concreta, con sus diferencias y particularidades, de acuerdo con su posici�n clasista. El Che considera que el humanismo se concreta en la medida que desentra�a la esencia de las clases y el proceso que conduce a la revoluci�n. No es posible comprender la esencia del hombre al margen de las clases y la lucha de clases, pues esta act�a como fuerza motriz del desarrollo social.

Este problema ocupa en la teor�a filos�fica del Che un lugar esencial. Defiende el valor permanente del humanismo, reconociendo que no se puede negar el hecho objetivo de que son los hombres los que se mueven en el ambiente hist�rico. Por ello en la transici�n socialista es indispensable "poner al hombre en el centro".

En su concepci�n filos�fica el hombre es el revolucionario, el que emprende la acci�n, el ser humano que se transforma a s� mismo en la medida que transforma la sociedad, que se crece en el colectivismo, alejado del individualismo. El hombre es acci�n humana, palanca para que una realidad conocida se transforme en realidad conquistada. Expres� que: "El socialismo no es una sociedad de beneficencia, no es un r�gimen ut�pico, basado en la bondad del hombre como hombre. El socialismo es un r�gimen al que se llega hist�ricamente…" 2 (9:1970)

El humanismo presente en su concepci�n te�rica no es un humanismo simplista, es acci�n humana, es pr�ctica revolucionaria que cambia las condiciones de existencia y act�a como palanca movilizadora que transforma la realidad. Es en este sentido que lo "objetivo" puede ser transformado y superado por lo subjetivo. Reconoce que el individuo en la sociedad es un "producto no acabado", y que su educaci�n deber� ocurrir en el curso de la sociedad que se construye como un proceso de interacci�n dial�ctica.

La toma de conciencia social por el individuo debe surgir de la asimilaci�n de su propia condici�n de ser social, de su propia condici�n humana. Para comprender la importancia de esta tesis se debe recordar que es, en su naturaleza social, donde el hombre se distingue de los animales. En el contenido social de su conducta confirma su singularidad, y por tanto, su libertad. La conciencia social no puede ser simplemente impuesta. Ella refleja las condiciones de vida material, mediada por m�ltiples factores socioculturales e individuales que pasan necesariamente por un proceso multifac�tico de educaci�n y auto educaci�n.

En el fundamento de la concepci�n del Che aparece el esfuerzo del individuo por transformarse a s� mismo, como nudo del problema. La formaci�n del hombre nuevo y la construcci�n de la nueva sociedad constituyen un proceso simult�neo de educaci�n y autoeducaci�n, de interacci�n del individuo y la sociedad, en el que ocupan un lugar importante las motivaciones para el trabajo y, consecuentemente, los est�mulos.

El Che concede mucha importancia a la autoeducaci�n y a la autodisciplina, y fue ejemplo de ello. Este rasgo de su personalidad se relaciona con el papel que le otorga al individuo, en tanto ser social. El hombre verdadero, para �l, es aquel que se entrega de lleno a la causa revolucionaria.

No se puede entender al Che sin reconocer que el sentido de su vida era realizar la lucha contra la explotaci�n en el menor plazo posible. Realizar e impulsar las grandes transformaciones revolucionarias nacionales e internacionales que posibilitaran la edificaci�n de una sociedad superior donde el hombre, el individuo, liberado de la ciega necesidad que le impone la satisfacci�n de sus necesidades animales, mediante el trabajo, armado de una nueva conciencia social y de una nueva moral, transforme, en realidad universal los ideales de justicia social.

La aproximaci�n del Che a lo m�s puro de los valores humanos no est� movida sencillamente por una concepci�n antropol�gica opuesta al materialismo premarxista o a ciertas aproximaciones actuales a una concepci�n social, ni tampoco por al af�n de conquistar una esencia humana abstracta, alejada de las contradicciones sociales y de clases.

Sus ideas parten de que para engendrar en masas una conciencia de justicia social es necesaria una transformaci�n en masa de los hombres, lo que s�lo podr� conseguirse mediante un movimiento pr�ctico, mediante una revoluci�n social, capaz de fundar la sociedad sobre bases nuevas.

Para el Che s�lo la eliminaci�n de la explotaci�n del hombre por el hombre puede liberar al individuo de la enajenaci�n que le impone la necesidad de vender como mercanc�a su fuerza de trabajo y liberar sus inmensas capacidades vitales. Sustenta que la construcci�n socialista como forma superior del progreso hist�rico no es s�lo un fen�meno social, econ�mico y pol�tico, sino, al mismo tiempo, un fen�meno �tico y moral, capaz de colocar al hombre en el centro de todas las transformaciones sociales.

Sustenta que para enfrentar el problema de las aberraciones heredadas del capitalismo la conciencia es una fuerza real, una fuerza que tiende a crecer y a reproducirse con el trabajo revolucionario eficaz, y con cuya acci�n se puede desarrollar el socialismo en todos sus niveles. Por ello insiste en la necesidad de desarrollar la conciencia revolucionaria en la formaci�n del hombre.

El trabajo pol�tico se erige como motor impulsor y formador de la conciencia, las ideas, convicciones, teor�as. No es una hipot�tica locomotora de la econom�a para arrastrar con su desarrollo los dem�s aspectos de la sociedad socialista.

La ideolog�a revolucionaria, sus fundamentos te�ricos y la actividad pr�ctica, constituyen la m�s eficaz manera de formar valores solidarios, rasgos humanistas y hombres colectivistas.

Ya en los primeros a�os de la Revoluci�n sus m�ximos dirigentes, principalmente Fidel y el Che, con una gran coincidencia de ideas, comprendieron la necesidad de realizar un an�lisis cr�tico de la construcci�n del socialismo, y alertaron los peligros que entra�ar�a utilizar, para ello, las leyes y las categor�as del capitalismo. Ambos partieron de los mismos objetivos, los mismos principios y la misma creencia en la transformaci�n del hombre.

Al introducirse en el mundo de la organizaci�n y la gesti�n econ�mica el Che profundiza, adem�s, en la lucha contra el burocratismo, el establecimiento de las instituciones econ�micas y las relaciones entre ellas, las relaciones entre la administraci�n y el individuo, la utilizaci�n del principio del centralismo democr�tico y la formaci�n del hombre nuevo. Para �l la construcci�n del socialismo y del comunismo es un fen�meno de producci�n y conciencia, por ello sostiene que el socialismo econ�mico sin la moral comunista no le interesa.

La concepci�n del Che acerca de los est�mulos materiales y morales juega un papel fundamental en el proceso de formaci�n del hombre nuevo y de sus nuevos valores.

En torno a esta cuesti�n dice que: "… hay que insistir en el est�mulo material y el est�mulo moral. Los dos van estrechamente unidos (…) debemos luchar con todas nuestras fuerzas para que el est�mulo moral supla al est�mulo material dentro de lo posible" (3)

M�s adelante expresa que: "…Tiene que existir el factor educativo que permita desarrollar el factor conciencia, sin el cual no se puede llegar sencillamente al comunismo. Para ello se necesita el est�mulo moral como aspecto impulsor del trabajo del hombre. Como retribuci�n de la sociedad al trabajo del hombre en escala superior ser� el est�mulo moral, pero adem�s, existe el est�mulo material de orden individual y de orden colectivo y nosotros podemos trabajar perfectamente con esa categor�a" (4)

El Che no niega la necesidad del uso de los est�mulos materiales en el socialismo, por lo menos en determinadas etapas, pero alert� el peligro que entra�aba que los resortes que movieran al hombre en el socialismo fueran de car�cter material o econ�mico, tal como sucede en la sociedad capitalista. Llam� al incentivo material directo "el Gran Caballo de Troya del socialismo" que va minando el sistema socialista por dentro. Por ello, al reconocer que el est�mulo material es algo consustancial al socialismo, sugiere que: "Lo que tenemos que hacer es darle una categor�a superior y convertirlo (…) en un est�mulo material de tipo colectivo" 5 (9: 1970)

Su punto de partida es la utilizaci�n al m�ximo de los est�mulos morales como el instrumento capaz de acelerar enormemente la capacidad del tr�nsito hacia una nueva sociedad. Advierte que el est�mulo material se debe adecuar al momento que se vive, de forma racional y consciente, y se deben encontrar f�rmulas que lo eleven a niveles superiores, es decir, que gradualmente, en esencia, lo vayan transformando de lo cuantitativo a lo cualitativo. El est�mulo material es un rezago del pasado que en las condiciones de la nueva sociedad y la nueva moral debe extinguirse.

El Che brinda una f�rmula mixta pero haciendo �nfasis en que se debe luchar porque el est�mulo moral supla al material durante el mayor tiempo posible. El modo correcto de mantener su vigencia se corresponde con el necesario "desarrollo de una conciencia en la que los valores adquieran categor�as nuevas. La sociedad en su conjunto debe convertirse en una gigantesca escuela" 6 (7: 1987)

El est�mulo material es una necesidad objetiva porque la sociedad no es capaz a�n de satisfacer las necesidades materiales del individuo (individuales o sociales), y las necesidades materiales no satisfechas, generan intereses materiales. El inter�s material individual y el est�mulo material son palancas del capitalismo y llegan al socialismo en la conciencia de los hombres como palancas.

Para combinar estos est�mulos el Che se�ala dos caminos: la profundizaci�n de la conciencia y el empleo de est�mulos materiales, no s�lo individuales, sino colectivos, y utiliza la tesis de "desest�mulo material", "est�mulo material cualitativo" y "est�mulo material de naturaleza social" (estimulaci�n por haber obtenido mayor calificaci�n t�cnica o laboral, disminuci�n de ingresos por los errores)

Alert� acerca de que uno de los problemas de la construcci�n del socialismo radica en que este destruye las motivaciones capitalistas cuando las socialistas no han surgido a�n. Este vac�o no puede llenarse con mecanismos capitalistas, sino acentuando el papel consciente de la construcci�n socialista. En este camino la educaci�n en el trabajo, en su nuevo concepto, es vital.

Esta modalidad del trabajo no puede surgir por decreto, sino por iniciativas de las masas obreras m�s avanzadas, ante la necesidad de satisfacer determinadas necesidades de la colectividad humana. La sociedad debe formar al hombre con ayuda del trabajo voluntario.

La condici�n formadora del trabajo voluntario no radica en la ausencia de remuneraci�n, sino en la creaci�n de un nuevo tipo de motivaci�n: la soluci�n de los problemas de la sociedad, el factor pol�tico determina el cauce de la formaci�n del hombre nuevo.

En la literatura burguesa dirigida a desacreditar las conclusiones filos�ficas y econ�micas contenidas en el pensamiento del Che, concernientes a los est�mulos morales y materiales y a la creaci�n del hombre nuevo, se aprecia que han sido tergiversadas y tratadas con acentuada superficialidad, desde diferentes posiciones ideol�gicas. As� despectivamente el pensador Horacio Rodr�guez expresa que el hombre nuevo concebido por el Che: "parece la descripci�n del �ngel, salido puro de las entra�as del pensamiento…" 7 (17: 1989)

Para Karol en: "Los Guerrilleros en el Poder" las concepciones del Che acerca de la transici�n, se limitan a su aspiraci�n de formar al hombre nuevo sin elaborar: "… un an�lisis riguroso de los mecanismos sociales y econ�micos de cada sociedad" 8 (11: 1975)

Asimismo, Carmelo Mesa Lago, en su Ensayo "Cuba: Teor�a y Pr�ctica de los Incentivos", defiende la idea de que para el Che, el est�mulo material se opone al desarrollo de la conciencia comunista, cayendo tambi�n en una posici�n encaminada a negar la dial�ctica Guevariana del uso (combinaci�n) de los est�mulos, aprovechando la ocasi�n para, de manera vulgarizada, atribuirle al compa�ero Fidel una actitud vacilante ante el uso de los est�mulos.

En todos los casos se advierte una tendencia a exagerar unilateralmente y, en ocasiones, caricaturizar, las ideas del Che sobre el papel de los est�mulos morales y materiales y la formaci�n del hombre nuevo, sin comprender la profundidad de sus ideas al respecto.

El ideal del Che de formar un hombre nuevo y edificar una sociedad en la que el hombre sea el protagonista principal de su destino est� vigente. Las experiencias del socialismo, necesitado, como �l avizor�, de encontrar m�todos nuevos -as� lo indican por todas partes y confirman el hecho de que sin una Revoluci�n radical que elimine la explotaci�n del hombre por el hombre, forme una nueva conciencia social, una nueva cultura– no ser� posible sin hacer saltar hecha a�icos la prehistoria de la humanidad.

Finalmente queremos expresar que el pensamiento pol�tico revolucionario del Che, vigente en nuestros d�as, y de gran valor para interpretar el desarrollo de los fen�menos sociales que m�s inciden en la vida econ�mica, pol�tica y social del Tercer Mundo, en las condiciones en que el Imperialismo y las empresas transnacionales son cada vez m�s poderosas y ricas y nuestros pueblos m�s pobres, han fructificado en miles de hombres y mujeres en todos los rincones de nuestros pueblos de Am�rica.

El 8 de octubre de 1987, el compa�ero Fidel expres�: " Es que realmente no puede haber un s�mbolo superior, no puede haber una imagen mejor, no puede haber una idea m�s precisa, para buscar un modelo de hombre comunista…" (…) "… el Che es la personificaci�n, es la imagen de ese hombre nuevo, es la imagen de ese ser humano si se quiere hablar de la sociedad comunista…" (…) "Si hace falta un paradigma, si hace falta un modelo, si hace falta un ejemplo a imitar para llegar a esos tan elevados objetivos son imprescindibles hombres como el Che" 9 (2: 1987).

REFERENCIAS

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  2. Castro, Fidel: (1987) Discurso pronunciado en la Velada Solemne por la ca�da del Ernesto Guevara. Diciembre de 1987. E. Pol�tica. La Habana.
  3. ___ (1987) Discurso pronunciado en ocasi�n del XX aniversario de la ca�da en combate de Ernesto Che Guevara. Octubre de 1987. Editora Pol�tica. La Habana.
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  5. Compilaci�n.: (1988) El hombre y la econom�a en el pensamiento del Che. Editora Pol�tica. La Habana.
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  8. ___ (1970) Sobre el Sistema Presupuestario de Financiamiento. Obras 57-67. Ediciones Casa de las Am�ricas. La Habana, 1970. T. II. P�g. 252.
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  10. ___ (1979) Reuni�n Bimestral del MININT el 20 de enero de 1962. Obras en Siete Tomos. Editora Pol�tica, La Habana 1979. Tomo VI. P�g. 231.
  11. Karol, E. S: (1975). Los Guerrilleros del Poder. Editora Grijalbo. M�jico.
  12. Marx, Carlos. (1984) Manuscritos Econ�micos y Filos�ficos de 1844. Editora Pol�tica. La Habana
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  16. Pupo P. Rigoberto: (1990) La actividad como categor�a filos�fica. Editora Ciencias Sociales. C. Habana.
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  18. Tablada, Carlos: (1987) El Pensamiento Econ�mico del Che. Ediciones Casa de las Am�ricas. Ciudad Habana.
  19. Ortiz Pati�o, Ra�l: 2000. Che, Hombre, Poeta y Paradigma. GREDA, Artes Asociadas. Riobamba, Ecuador.

DATOS DE LOS INVESTIGADORES

Dr. C. H�ctor Manuel Pupo Sintras

Licenciado en Filosof�a por la Facultad de Perfeccionamiento y Recalificaci�n de Profesores de Filosof�a del Instituto Superior Pedag�gico "Enrique Jos� Varona" en Ciudad de la Habana 1980; Doctorado en Ciencias Filos�ficas, en el Instituto de Filosof�a de la Academia de Ciencias de Cuba en 1993; graduado en la Escuela de Idiomas Manuel Ascunce Domenech en 1982; graduado de la Escuela Profesoral de Artes Pl�sticas, de Holgu�n, en 1973; Su categor�a docente es Profesor Auxiliar.

Su investigaci�n fundamental est� dirigida al Pensamiento Socio-filos�fico cubano del siglo XIX, especialmente en la Filosof�a de Jos� de la Luz y Caballero. Investiga adem�s en el campo de la L�gica Dial�ctica y la Dial�ctica Materialista.

Ha realizado numerosos estudios en el �rea de la Metodolog�a de la Investigaci�n, Valores, Computaci�n, L�gica, Filosof�a, etc. Se destaca adem�s por la impartici�n de cursos de Postgrados en Diplomados y Maestr�as en el M�dulo de L�gica Investigativa y tiene un n�mero importante de publicaciones nacionales e internacionales. Ha recibido premios en eventos nacionales e internacionales.

Es miembro de tribunal designado por la comisi�n nacional de grados cient�ficos de la Rep�blica de Cuba para examinar el m�nimo de doctorado Problemas Sociales de la Ciencia y la Tecnolog�a.

Dr. C. �ngel Luis Romero Romero

Licenciado en Filosof�a (1979). Doctor en Ciencias Filos�ficas (1988). Tiene 32 a�os de experiencia en la docencia (18 a�os en la Educaci�n Superior). Ha impartido docencia de pregrado y posgrado de Filosof�a y Problemas Sociales de la Ciencia y la Tecnolog�a. Imparte y asesora trabajos de diploma, Maestr�a.

Participa en un proyecto de investigaci�n "acci�n de estudio y desarrollo socio – cultural comunitario para la Agroindustria azucarera".

Es miembro de tribunal designado por la comisi�n nacional de grados cient�ficos de la Rep�blica de Cuba para examinar el m�nimo de doctorado Problemas Sociales de la Ciencia y la Tecnolog�a.

Dra. C. Pura de la Caridad Guerrero Carrillo

Profesora de Historia y Filosof�a de la Universidad de Oriente. Santiago de Cuba (1975) y en el Instituto Superior Pedag�gico "Enrique Jos� Varona" (1980).Dr.C. Filos�ficas por el Instituto de Filosof�a de la Academia de Ciencias de Mosc�. (1984).Imparti� programas de Filosof�a en el Instituto Superior Pedag�gico de Holgu�n de 1977 – 1987. Fue miembro del consejo cient�fico de esa instituci�n y presidente del tribunal de ex�menes estatales. Miembro del consejo cient�fico de la facultad de Humanidades.

Ha publicado art�culos y participado en eventos relacionados con la ideolog�a, vida espiritual y conciencia social. Impartido postgrados en Holgu�n y Bayamo acerca de las ideas filos�ficas y pol�ticas en Cuba.

Es miembro fundador de la sociedad de investigaciones, filos�ficas y presidente de su filial en Holgu�n.

Actualmente es jefa del departamento de Filosof�a de la Universidad de Holgu�n. Participa en un proyecto de investigaci�n de desarrollo comunitario y de formaci�n de valores. Imparte Filosof�a y Problemas Sociales de la Ciencia y la Tecnolog�a. Es miembro del tribunal de m�nimos para doctorantes.

M. Sc. BERTHA ALARCON ALMENARES

Es graduada de Licenciada en Psicolog�a y Pedagog�a en el Instituto Superior Pedag�gico "Enrique Jos� Varona" en ciudad de la habana 1981; M. Sc. En Ciencia de la Educaci�n Superior en el 2000 por el Centro de Estudios Manuel F. Gran de la Universidad de Oriente; graduada en la Escuela de Idiomas "Manuel Ascunce Domenech" en 1982.

Profes� e investig� en Instituto Superior Pedag�gico de Holgu�n "Jos� de la Luz y Caballero" donde imparti� las asignaturas de Teor�a de la Educaci�n, Historia de la Pedagog�a, Metodolog�a de Organizaci�n del Trabajo Educativo, Pr�cticas Pedag�gicas, Clases pr�cticas y Seminarios de Did�ctica, Direcci�n del Trabajo Educativo, Educaci�n de la Sexualidad Humana, El adolescente y su Desarrollo I y II.

Ha realizado investigaciones, Posibilidades de aplicaci�n de la ense�anza probl�mica en la asignatura Teor�a de la Educaci�n, Breve esbozo hist�rico de la formaci�n de cuadros pedag�gicos en los �ltimos a�os de la Rep�blica Neocolonial y en los primeros a�os del Triunfo de la Revoluci�n, Estrategia te�rico-metodol�gica para el desarrollo de las habilidades profesionales en la educaci�n superior, presentado en el Evento Internacional Pedagog�a 90, Investigaci�n del Programa Cient�fico T�cnico Juventud en la provincia Holgu�n, Estudio de la caracterizaci�n psicopedag�gica de la comunidad Distrito Lenin en la ciudad de Holgu�n. Estudio de las causas de la inadaptabilidad del escolar primario, La imagen del profesor ideal, Determinaci�n de causas de adolescentes en Desventaja Social. Es promotora e investigadora del Proyecto de la ONU "Educaci�n Formal para una Conducta Sexual Responsable" en la provincia de referencia. Imparte Postgrados en Cuba y el extranjero.

M. Sc. Martha Carballo Rodr�guez

Licenciada en Historia por la Universidad de Oriente. Imparte Historia de Cuba y de la Revoluci�n Cubana, Literatura Cubana y Cultura, Historia Contempor�nea, Moderna, de Am�rica y Antigua, Arte cubano en la Universidad de Holgu�n. Investiga temas sobre Historia Local y Universal, as� como de pensamiento social cubano, est� insertada en el Proyecto de Investigaci�n Identidad en la Regi�n Oriental. Especialista en b�squeda de documentos hist�ricos en Archivo y Muse�loga Profesional. M�ster en Ciencias en Historia y Cultura por el Instituto Superior Pedag�gico de Holgu�n "Jos� de la Luz y Caballero". Imparte Posgrado Internacional sobre Historia y Cultura.

M. Sc. Luis Rodr�guez Gonz�lez

Graduado de Licenciatura en Filosof�a (1980), Master en Ciencia de la Educaci�n Superior. Posee 24 a�os de experiencia en la Educaci�n Superior. Miembro de la Comisi�n Metodol�gica Nacional del MES. Ha impartido programas de Filosof�a, Sociolog�a y Metodolog�a, Did�ctica. Investiga en el campo del pensamiento social cubano, los valores profesionales de los graduados de la Educaci�n Superior.