Descargar

El VIH/SIDA y dilemas de la bioética (página 2)


Partes: 1, 2

Tristemente, EL SIDA al igual que las infecciones de transmisión sexual, se ven siempre como un mal que debe combatirse y tal como se presenta en los estudios de García E "La aparición del Sida vino a reforzar esta estigmatización, en el sentido de que en sus inicios, esta enfermedad afectó a personas desacreditadas o desacreditables socialmente y definidas como pertenecientes a un determinado "grupo de riesgo": homosexuales, toxicómanos, prostitutas, etc (5).

Han transcurrido muchos años y aún se mantienen los problemas que acarrean los conceptos de movilización y los criterios de culpa en la aparición de la enfermedad a pesar de los progresos en el tratamiento del SIDA. Ni los enfermos ni los familiares hablan abiertamente del tema (6).

OBJETIVO.

Identificar los dilemas de la bioética asociados a la infección por el VIH/SIDA

Desarrollo

Al referirse a la ética y la medicina familiar, los autores Alisten Trota, Martín Espíldora y Serrat Moré (7), abrigan el criterio de Sócrates cuando se refieren a que la ética es en el fondo, la pregunta acerca de cómo debe comportarse el individuo. Y agregan…." Se ha dado por entender como ética a una disciplina teórico-práctica que estudia los comportamientos libres de las personas, explicando metódicamente en razones y a la luz de principios universales por qué una acción es buena o mala, correcta o incorrecta"…"También puede entenderse como " dimensión humana esencial que el médico aplica a la práctica profesional a partir de un conocimiento ético espontáneo o como ciencia moral racional que analiza metódica y críticamente los comportamientos y decisiones de la práctica médica"…

El contagio del SIDA, está en correspondencia con los modelos tradicionales de enfermedad infecciosa y hasta el momento, las estrategias creadas no aportan los resultados propuestos. Entre los grupos más vulnerables están homosexuales, bisexuales y heterosexuales con riesgo; además, la drogadicción por vía parenteral y las transfusiones sanguíneas. Pero existe la transmisión vertical de madre a hijo; entonces cabe la interrogante: ¿Hasta qué punto es ético el comportamiento de los que están enfermos y el comportamiento de quienes lo atienden o están a su alrededor? En qué medida es aceptable desde el punto de vista ético que la madre traiga al mundo un ser que ya viene con la enfermedad, pero si se observa la situación en sentido contrario, al situarse en la posición de la madre, debe considerarse que toda mujer tiene el derecho de procrear y ese derecho le pertenece.

Se impone la necesidad de cambios de actitudes, convicciones personales, educación acerca del SIDA y valores del sujeto con opción. Por tanto, urge tomar en cuenta algunas modificaciones en las conductas de los factores de riesgo como son: sexo con una sola y misma pareja, evitar el consumo de drogas, el estudio preventivo de donadores y mantener la fidelidad conyugal con la abstinencia o esta última cuando fuera necesario.

La infección por el VIH convoca a la solidaridad humana y en este caso, las actitudes sociales tienen un significado preventivo, sanitario y moral. Esta enfermedad pandémica, muestra características muy particulares:

Refleja libertades individuales en relación a las restricciones del pasado. Es muestra de solidaridad cuando la comprensión y el humanismo se manifiestan al conocer la situación de algún caso; sin embargo, a la vez refleja pinceladas de egoísmo y profundos temores ante el pensamiento de una posible contaminación y pone al descubierto la insensibilidad que se deriva del temor a la infección, pero a la vez puede mostrar indiferencia o discriminación por parte de la sociedad.

De todo lo anterior se desprende la vigencia de la desigualdad que se potencializa con la escasez de recursos y voluntades. Todo esto conlleva a un aumento permanente de la exclusión.

Para comprender la ética del SIDA, es necesario conocer la población sujeta a discriminación que sufren los sospechosos de contagio, los individuos contagiados, los que se dedican a cuidarlos y los familiares de los enfermos. Un factor importante, es la confidenciabilidad y tiene un papel de gran relevancia en el binomio médico-paciente.

En la relación de pareja, pueden presentarse diferentes situaciones: El contagiado puede negarse a informarlo, por tanto, hay ignorancia del riesgo por parte del cónyuge, pero a la vez existe peligro real de contagio paralelo al desconocimiento de la otra persona.

En el binomio médico-paciente, este último debe plantearle su situación al médico no solamente por el peligro de la infección sino para no obstaculizar la correcta acción del facultativo a su favor. También está la condición inversa pues en caso de ser el médico el infectado, el paciente debe saber si la acción diagnóstica o terapéutica posibilita el riesgo de contagio.

Corresponde al médico crear las mejores condiciones de asistencia para sus pacientes. Resulta de vital importancia, el conocimiento de la población con respecto a la enfermedad y a la supervivencia del virus.

El conocimiento público del diagnóstico de SIDA puede ocasionar negativa al derecho a la educación y los servicios, aislamiento humano, pérdida del contrato laboral, negativa de atención médica y riesgo de divulgación de los resultados en algunos países. En muchos casos, la comunidad carece de orientación ética sobre la obligación del respeto por la vida, la dignidad, el derecho a la libertad y a la salud, a lograr una muerte digna del paciente.

El paciente debe educarse con relación a su enfermedad pero es necesario saber cómo hacer llegar la información al seropositivo, quién lo dirá y en qué momento. Respecto a los contactos, qué se les va a informar, si deben estudiarse, por qué, para qué, cómo y cuando. El estudio es voluntario o dirigido, pero con consentimiento del paciente y este debe recibir información sobre dónde y quién debe practicarlo, quién lo paga y a quién o a quienes debe informarse el resultado.

Hay que entender lo que le pasa a un paciente sospechoso de ser VIH positivo pero es necesario hacer los estudios correspondientes, para el diagnóstico y pronóstico de la enfermedad, tener la información necesaria para la adopción de decisiones, seguimiento y control del caso y para estudios científicos.

Las pruebas para VIH no pueden predecir que los pacientes se convertirán a seropositivos en un período corto de tiempo. Entonces, cabe una interrogante más para el médico respecto a si debe informarse o no en el expediente médico un resultado seropositivo, pues el paciente corre el riesgo de perder los beneficios que le aporta la compañía de seguros e incluso, puede sufrir la discriminación o marginación en su centro laboral. (7). Todo esto conlleva a un análisis profundo sobre qué es lo ético y qué conducta no lo es. La autora se inclina a pensar que lo ético para algunas personas, en otras se considera de lo contrario. Las personas con la enfermedad, no irán nunca con el anuncio de ella, salvo en casos muy necesarios en que le informan a sus familiares u otros allegados, su condición de seropositivo. Sin embargo, dentro del mismo marco estrecho donde se desenvuelven, hay individuos que no conocerán su situación y en casos muy específicos, pudieran hasta referirse a los seropositivos o a los pacientes con SIDA de forma no gentil y eso afecta el ego de la persona que sufre por su dolencia. Por otra parte, el facultativo que atiende al paciente, se siente con ataduras cuando no puede proceder de forma sincera porque tiene limitaciones para hablar de la condición de enfermo de ese individuo. Eso es frecuente en países sobre todo del continente africano donde el simple hecho de informarle a los familiares del paciente su condición de seropositivo, puede acarrear graves daños a su integridad pues hay lugares donde se informan casos de enterramientos a personas vivas, por miedo a que contagien el SIDA o por no tener condiciones financieras para enfrentar la enfermedad (8).

El análisis del SIDA y su expansión, desde el punto de vista ético requiere una reflexión profunda con el enfoque tradicional, lo que amerita retomar los criterios de Pérez y Pérez (9) .La ética es una disciplina completamente filosófica y se vale del método de la corriente del pensamiento sobre el cual sustenta la reflexión. La bioética se ocupa de complejos problemas bioéticos aunque sean de carácter global y precisen del concurso de las llamadas "ciencias duras o exactas", lo que conlleva un enfoque multidisciplinario.

La bioética para otros es la disciplina que se ocupa del estudio y la reflexión en torno a la dimensión e implicaciones humanísticas y éticas de los avances en las ciencias, las profesiones de la salud y de las políticas relativas a la atención de la salud y la ecología. Es además, una metodología de solución racional de los problemas que surgen de acciones y toma de decisiones que comportan problemas y dilemas éticos en los escenarios científicos y clínicos, tanto al nivel personal como colectivo" (10).

La autora considera que el concepto de bioética surge con un marcado carácter político en un momento crucial en la historia de la humanidad pero la bioética no es más que la aplicación de la ética en un contexto histórico social determinado. De igual forma es del criterio de que no es aceptable esa denominación cuando se hace referencia a Cuba porque en la sociedad cubana tiene un accionar muy diferente al de otros países donde prevalece la medicina privada y nuestro sistema de valores es diferente porque tiene un paradigma biopsicosocial donde está presente la equidad entre los principios de la atención primaria, pero además, están vigentes la beneficencia, la no maledicencia, la autonomía y la justicia.

En el presente trabajo, se analizan los dilemas de la ética en el paciente con SIDA.

Una de las situaciones que afecta al individuo VIH positivo, es el rechazo que está presente desde la prevención al existir limitaciones en muchos lugares para abordar el tema de la prevención. Con frecuencia se encuentran estudios sobre el uso del condón y se le considera con una tasa de efectividad entre 90 y 95% para evitar el contagio si se utiliza de forma correcta. Sin embargo, no siempre se puede hablar de condones en un colectivo, ni en un canal radial o televisivo pues muchas veces se mal interpreta el objetivo del mensaje. Al revisar las estrategias que se aplican en los diferentes países, se repite la historia de limitaciones. Por ejemplo, en Tailandia se realizan campañas publicitarias con el propósito de brindar información a los escolares y jóvenes con el fin de que fomenten un comportamiento racional y se abstengan de adoptar comportamientos que le hagan correr riesgos. A pesar de las campañas en el estudio de Chutamas Soravisutr (11) se plantea que el aumento de seropositivos se debe a que las personas aún no tienen suficiente información respecto al SIDA y la mayoría de las personas consideran que es una enfermedad donde solo se contagian los demás. Ahora bien, al sentir de la autora, se considera que por una fundamentación selectiva de la ética como tal, se cae en limitaciones en la divulgación de temas que se relacionan con el sexo y su protección, lo que hace que personas sin experiencias ni conocimientos previos respecto al tema, resulten víctimas de la infección.

En México hay antecedentes de obstaculización de las campañas en la prevención del VIH/SIDA a causa de algunas concepciones equívocas y estrechas con relación al condón en la prevención del VIH/SIDA (12).

Otro ejemplo, por solo citar algunos, aparece en recientes informaciones procedentes de un foro celebrado en Costa Rica, mencionan que la homofobia, los prejuicios, la burocracia y la falta de información como los principales obstáculos que tiene el país para poner en práctica planes eficientes en materia de prevención del SIDA (13). El hecho de no conocer algo no exonera de la culpabilidad a quien mantiene una conducta riesgosa, pero para obtener una conducta responsable la persona debe tener el conocimiento necesario. Por tanto tanta responsabilidad tiene el que posee la Infección como el que se infecta por no protegerse.

LA AUTONOMIA.

Al reflexionar sobre este principio, se aborda el criterio de Pellegrino (14) cuando plantea que la ética médica consiste en la relación entre la autonomía y la integridad. El paciente tiene su derecho a ocultar su dolencia pero en base a su autonomía no es aceptable que cause daño a otra persona que puede ser su pareja conyugal. Entran en juego entonces, la autonomía del paciente y la del médico que al conocer que puede haber una infestación en alguien que desconoce el riesgo, puede caer en la maledicencia y no beneficencia hacia aquel que desconoce la situación. He aquí la presencia de dilemas éticos en torno al principio de autonomía.

Según ese mismo autor, la ética se basa en la virtud y centra la atención en el agente o sujeto moral que toma las decisiones éticas, es decir, en el profesional sanitario y plantea que tanto el médico como la enfermera deben poseer cualidades afines con su actividad específica y que estas tengan como eje central la relación con el paciente.

En África subsahariana se presentan situaciones que corresponden a la experiencia de la autora. Por ejemplo, un padre que resulta ser un tío que lleva a su hijo que es realmente el hijo de su hermana para que sea valorado por un médico extranjero ya que está muy mal de salud desde hace algunos meses. El individuo labora en un puerto en otro país vecino a este donde ocurren los hechos. Los estudios aportan elementos para diagnosticar tuberculosis pulmonar y SIDA, pero el paciente es el esposo de la hija del tío, es decir, de su prima y a la vez tiene otras parejas sexuales. El tío que es a la vez el padre de crianza y el yerno, no está de acuerdo en que su hija conozca del diagnóstico pero también desea evitar que ésta se infecte. En este caso el médico no pude decir la verdad y cae en violación de la ética porque su silencio puede traer graves consecuencias. De igual forma, existen múltiples ejemplos en los casos de poligamia pues la persona que fallece si estaba infectada dejó enferma a su pareja y al ésta pasar a la propiedad del hermano mayor del fallecido, entonces contagiará a su nueva pareja sexual y éste a sus otras mujeres. Pero los riesgos son aún más extensos, porque al vivir todos juntos en la gran familia, los niños ante un caso de herida se contaminan o también puede ocurrir con otra secreción corporal, pues cuando ingresan en el hospital, al ser personas de muy bajos recursos, ingresan con sus hijos pequeños cuando no tienen a quien dejarlos y al extravasarse una venoclisis, o al derramarse el líquido pleural del frasco donde se está evacuando o al ser vertido por esos mismos niños, ya se hace vigente el riesgo de contaminación por otros fluidos corporales. Si se trata de una mujer que vive con el virus y está embarazada, al nacer alimentará a su bebé mediante lactancia materna.

No existe otra alternativa a causa de las limitaciones financieras. El médico, tiene su autonomía que la pierde al ser coprotagonista de situaciones de riesgo, pero por justicia tiene el deber de revelarlo a la pareja de la paciente o a algún familiar cercano para que se eviten las terribles consecuencias. En este caso el facultativo puede practicar la justicia, pero si a consecuencia de ello, devienen daños al enfermo porque la familia lo abandona, puede ser puesto a disposición de la justicia por el enfermo, víctima de los daños.

Con respecto a los procederes con el paciente con VIH/SIDA se tiene extensa bibilografia. En Cuba, existe la posibilidad de que los individuos puedan permanecer en los centros de atención al paciente con VIH/SIDA sin que esto se interprete como una violación de libertades o derechos sino que durante el tiempo de internamiento, se prepara psicológicamente al paciente para vivir con su enfermedad y se le realiza observación directa al inicio del tratamiento para después incorporarlo a la comunidad y seguirlo de forma ambulatoria. Cuando aparecieron los primeros casos, el tratamiento era con hospitalización. En la actualidad solo se mantiene el ingreso al comienzo del tratamiento y después cuando está complicado o cuando no mantiene una conducta responsable hacia él o los demás. Salvo circunstancias especiales, el paciente se mantiene en el seno familiar con incorporación a su trabajo.

El problema de los estudios para la pesquisa de la infección por VIH/SIDA, también es algo que preocupa a muchos. Por ejemplo, si la persona se ingresa y se le realiza un estudio de rutina en búsqueda del VIH, la persona debe saberlo y estar consciente de lo que se le va a estudiar, pero además, el médico debe saber a quién debe dársele la información sobre el resultado. Hay quienes consideran una violación al principio de autonomía, realizar estudios en búsqueda de VIH a los que van a iniciarse en un centro de trabajo, a los que van a viajar o a los que se incorporarán a entrar en un centro estudiantil, pero en caso de existir criterio y respaldo financiero para ello y los elementos que argumenten la necesidad de realizarlo, es importante hacerlo porque serían los otros trabajadores, los otros estudiantes quienes estarían bajo el riesgo cercano de contraer la enfermedad por no mantener las normas establecidas en las relaciones sexuales para practicar un sexo responsable. Sin embargo, esa situación en Cuba tiene sólidos elementos que la justifican porque el paciente diagnosticado tiene su tratamiento garantizado y existe a posibilidad de diagnosticar la enfermedad en una fase temprana.

Con respecto a este aspecto, en la literatura objeto de revisión, en estudios sobre la ética del SIDA, se plantea que los profesionales médicos y los profesionales de enfermería, tienen deberes éticos que otros no tienen que por eso Pellegrino sostiene que cierto grado de sacrificio personal y de altruismo son obligatorios. La posición del bioeticista D.Gracia, que se refiere en esa misma publicación, se basa en que la asistencia a los enfermos de SIDA debería realizarse con personal con motivación, pero este sistema plantearía graves problemas como un insuficiente tratamiento de los afectados por el VIH.

Según el sentir de la autora del presente trabajo, hay coincidencia de criterios, pero es importante recordar que los pacientes con SIDA, no vienen con un letrero que les identifique sino que en muchos casos resultan diagnosticados por disímiles motivos de consulta. Entonces, esté o no con incentivo al personal de atención con el manejo de personas con esta infección, sí debe conocer a fondo los riesgos y las conductas que deben seguirse para no contagiarse él mismo, para no contagiar a los demás y para realizar un adecuado manejo del caso en el enfrentamiento biopsicosocial y en su tratamiento higiénico, dietético y medicamentoso.

Ahora bien, con relación a las personas que viven con el virus, puede opinarse que solo tienen obligación de revelar su condición a la pareja sexual actual, al considerarse que la relación se basa en la confianza pero, existe un riesgo inminente de infección si el derecho a la intimidad se ve supeditado al bienestar del otro cuando no se garantiza la protección. La pareja, puede decidir su vida, pero el resto de la sociedad no puede pretender señalar a los infectados en aras de su bienestar (15).

En Cuba, según lo que establece el Código de Ética Médica, ni los médicos ni el resto del personal que atiende a personas con VIH, poseen facultad para divulgar información confidencial sobre la persona que tiene el virus ni sobre sus contactos, pues a quien lo haga, la ley lo penaliza, pero cuando se trata de conductas irresponsables que conduzcan hacia el contagio a otras personas, el médico está en la obligación de informarlo a las autoridades competentes y en caso de no hacerlo, puede sufrir sanción de tres meses a un año de privación de libertad o multa de cien a trescientas cuotas o ambas según lo que establece el artículo 295 del Código Penal (16). Existen tristes ejemplos de amores morbosos donde a uno de los miembros de la pareja se le diagnostica la infección por VIH/SIDA y se le ingresa para realizar el inicio del tratamiento médico y psicológico, pero su pareja ante el sufrimiento que representó para él la separación, no admite ni siquiera la posibilidad de que la muerte fuera la causante. Determina auto contaminarse con sangre del paciente y se la administra por la vía endovenosa. Semanalmente asiste a un Centro Municipal de Higiene y Epidemiología para realizarse el test de Elisa. Varios fueron los testigos de su alegría cuando se le informó la positividad de su análisis. Fue entonces que confesó todo lo que había hecho con tal de enfermarse. La hospitalizaron, varios días después murió su pareja sexual y semanas después ocurrió su fallecimiento. En este caso el paciente hizo uso inescrupuloso de su principio de autonomía, sin embargo, fue una actitud de beneplácito para él en la confirmación de amor a su pareja, pero de daño a la familia y a la sociedad porque solo pensó en su satisfacción.

Pero ¿Acaso es ético que alguien manipule material quirúrgico para auto administrarse sangre contaminada? ¿No corrieron riesgo otras personas que pudieron estar en contacto con ese vehículo infectante?

En Cuba, el paciente ingresado tiene todas las condiciones necesarias para garantizar un apoyo multidisciplinario y recibir la educación necesaria para convivir con su enfermedad. Además solo se ingresa inicialmente y con razones bien justificadas.

La autora considera que es discutible la violación del principio de autonomía en ese caso pues a su consideración no existe violación.Las valoraciones se realizan desde la óptica de cada cual. Los detractores del sistema de salud cubano, critican la conducta de aislamiento de los pacientes que tienen SIDA y en ese caso se apoyan en lo que plantea la Carta de los Derechos Humanos (17). Ellos pasan por alto la asistencia médica gratuita, así como el apoyo psicológico al paciente y la protección a la familia y la sociedad.

Otra situación a valorar es la referente a las mujeres embarazadas a las que en su totalidad se les realiza estudios que incluyen el pesquisaje de VIH/SIDA. Esta conducta puede que tenga detractores, pero el sistema de salud cubano se ha ido perfeccionando tanto y existe tan elevada cultura sanitaria en el país que esto se considera como un beneficio loable que no todos pueden tener, en otros países, pues así se garantiza el tratamiento conveniente para que el nuevo ser nazca sin el VIH/SIDA. Pero esta situación es muy diferente a la que se presenta en estados como Illinois y Louisiana donde existe interés financiero por parte de las compañías de seguros. Allí se realizan test masivos a personas ingresadas en los hospitales e incluso a las licencias matrimoniales y además al personal sanitario pero con otro matiz.

Ante esto que se considera por algunos una violación, la autora se pregunta: ¿No es esta una forma de conocer el estado de salud del individuo?. ¿No es así que puede informársele sobre su situación para que adopte comportamientos en los que no someta a terceras personas al riesgo de enfermar?. Lo que sí no considera concebible es que esos estudios se realicen para afectar la integridad personal o que se realicen sin previa autorización y que después de conocerse el resultado no se les facilite el tratamiento .necesario o se divulguen a quienes no compete dicha información.

Con relación al principio de beneficencia, cabe valorar la ayuda que aportan los médicos, enfermeras y sanitaristas o salubristas que dedican sus esfuerzos al tratamiento del paciente con VIH/SIDA, pero es humano también que en los diferentes países, se remunere en concepto de protección a quien lo brinda; tanto en el aporte de medios de protección como en el apoyo financiero por concepto de riesgo ya que los accidentes pueden ocurrir durante el desempeño laboral y la persona sana puede infectarse.

Realmente, si se estudia la situación a fondo, no existe violación de la autonomía si se analiza el concepto etimológico de la palabra al conocer que significa gobernarse a sí mismo y la autora entonces coincide con la reflexión de Pellegrino (15) cuando plantea que "el hombre es libre e igual por naturaleza y por lo tanto, nadie tiene soberanía sobre otro si no es a través de un contrato social suscrito libremente." No obstante, sí se considera por la autora, que es una situación controversial, la que se presenta cuando el paciente con una enfermedad contagiosa no desea que se revele la situación a su pareja sexual y se niega a la hospitalización, pero es que ¿Acaso el hecho de haber firmado un contrato como es el matrimonio le da potestad para transmitir el virus, es decir, para hacer daño? Entonces, he ahí el problema: el médico tiene limitación con respecto al paciente pero por justicia, debe revelar la situación a esa pareja conyugal para no violar el principio de beneficencia. Entonces cuando la otra parte de la pareja se niega a protegerse con el condón y sobre todo ocurre en el caso de los hombres, la mujer por las características socioculturales predominantes, se subordina al sexo fuerte y se contamina Pero, en ese caso no hace gala de su autonomía y por tanto no existe tampoco equidad porque ambos tienen el mismo derecho a querer conservarse sanos. No se puede tener en cuenta solamente la ética del paciente sino también la pareja, el médico y el resto de la sociedad.

LA BENEFICIENCIA

La atención a un paciente con VIH/SIDA conlleva riesgos por la posibilidad de accidente laboral. Debe existir un equilibrio entre beneficios y riesgos y en eso se apoyan los que consideran que al personal que atiende a esos pacientes debe remunerársele por riesgos potenciales. Antes del VIH, existía un equilibrio entre la exigencia ética del personal sanitario de actuar en beneficio del enfermo y la comparación de los riesgos que entraña la práctica de la profesión: no estar expuesto a graves riesgos de contagio. Este riesgo de contagio es ciertamente bajo y se estima que la seroconversión por pinchazo es de un 2-3 por mil. El debate ético surge del interrogante sobre cómo justificar la exigencia de atención que puede conllevar que los profesionales de la salud asuman un riesgo cuya razonabilidad es discutible. En Cuba, se exige el cumplimiento de las normas de bioseguridad.

LA JUSTICIA.

En el Artículo 25 de la Declaración de los Derechos Humanos de 1948, se plantea lo siguiente: "Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar y en especial, la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios."

Esto que aquí se plantea, es discutible porque tal parece un trabalenguas pues se habla de derecho indiscutible en situaciones que realmente no se cumplen en muchísimos países y que sin embargo en Cuba sí se hacen realidad., pues desde el inicio de la Revolución, se ha puesto la salud en un lugar prioritario y se crearon las condiciones para que la responsabilidad de la salud esté a nivel de la familia y en cada uno de sus miembros. El equipo de atención primaria facilita las técnicas necesarias para que tengan la percepción del riesgo de enfermedades y puedan prevenirlas.

La salud, la asistencia médica y los servicios de salud están garantizados en este país donde la asistencia médica, los estudios son gratuitos y el tratamiento son gratuitos para el paciente con SIDA.

Se trabaja arduamente para que los tres componentes relacionados con la actitud: el afectivo, cognitivo y conducta se involucren y en esto se incluye un comportamiento sexual adecuado. El derecho indiscutible de todos los ciudadanos a recibir asistencia sanitaria se fundamenta en los siguientes principios: el derecho a la vida y a la salud de toda persona, la afirmación de la igual dignidad de todo ser humano y la obligación del estado de proteger a la sociedad en su conjunto están vigentes en la política del estado cubano (18).

El paciente que sufre la infección por VIH/SIDA, se encuentra en una situación sumamente difícil, por lo que la enfermera ha de mantener una actitud solidaria y sin discriminación, y ser una vía de educación sanitaria para ellos, para sus familiares y amigos y en general para toda la sociedad.

El Código de Honor del Médico de familia, plantea los procederes éticos que tienen que estar presentes en el diario actuar de estos profesionales con respecto a las consultas y confidencias así como la necesidad de ofrecer al paciente una explicación cuidadosa de cada investigación o proceder y la justificación así como inculcarle la tranquilidad y explicación de los resultados, significado diagnóstico, pronóstico y terapéutico y en caso de estimarlo necesario, informar total o parcialmente los resultados de las investigaciones a un familiar o al paciente.(19)

Otro dilema bioético al cual tiene que enfrentarse la humanidad con relación a esta enfermedad, proviene de la paradoja de que lo que puede ser bueno a escala individual, quizás pueda no serlo tanto a escala colectiva. En efecto, a menos que consigamos que las personas infectadas practiquen siempre sistemáticamente estrictos comportamientos de prevención y no de riesgo, la epidemia seguirá extendiéndose; en otras palabras, al aumentar la calidad de vida de las personas infectadas, gracias al desarrollo de las terapias antirretrovirales, incrementamos el reservorio de virus en la comunidad humana, y así incrementamos la posibilidad de que practiquen comportamientos de riesgo. Es decir, cuanto mayor sea la longitud de vida de estas personas y mejor sea su calidad de vida, más tiempo y en más ocasiones habrán de mantener sus comportamientos de riesgo; es por ello que mas profundo deberán ser nuestros conocimientos de los procesos psicológicos de cambio de conducta, así como de aquellos factores que facilitan o dificultan dicho cambio y que ayudan a mantenerlo vigente a través de periodos de tiempo prolongados ( 4). Pero por principios de justicia y equidad, todas las personas tienen derecho a trabajar y es obligación del personal de salud, la prevención de enfermedades y otros daños a la salud. En esto se incluye la realización del cien porciento de los análisis preventivos, de pre empleo, periódicos y de reincorporación. De esa manera se puede detectar el VIH/SIDA en quienes no han sido diagnosticados y además darles seguimiento a las personas que estén enfermas paralelo a los estudios está la promoción de salud, la prevención de enfermedades y otros daños a la salud, la asistencia médica, la rehabilitación, capacitación e incluso la investigación cuando esta se aborde adecuadamente (20). Cuba constituye un ejemplo, pues esas investigaciones no se realizan para dañar al trabajador, sino todo lo contrario: para apoyarlo y mejorar su calidad de vida.

Conclusiones

Se identificaron los dilemas de la ética asociados a la infección por VIH/SIDA haciendo énfasis en la autonomía, con la consideración de que el SIDA constituye un problema de salud en la época contemporánea y en torno al individuo que sufre la infección por el VIH, se ciernen conflictos que a pesar de ser comunes en las diferentes latitudes, difieren según las características del marco geo psicosocial y el contexto histórico concreto en que se desenvuelve, lo que implica que los principios de justicia, autonomía y beneficencia, se cumplan o no según el rol que desempeñe cada una de las personas involucradas en el proceso salud-enfermedad , sea el paciente, los familiares, los médicos, enfermeras, salubristas u otros miembros de la comunidad. Todo esto convoca a la reflexión en cuanto a la necesidad de ampliar la educación, información y comunicación sobre el VIH/SIDA; la forma de prevención y las características de la enfermedad, para hacer posible la eliminación de la estigmatización del individuo enfermo, viabilizar la disminución de obstáculos para su integración a la sociedad y por tanto el mejoramiento de su calidad de vida al disminuir también los elementos que afectan su integridad personal.

Referencias bibliográficas

1. MINSAP: Guía para los comunicadores sociales VIH/SIDA. Información sobre la infección por el VIH/SIDA. Cap I, p 9-13. 2005

2. Cancio Enrique I, Sánchez Fuentes J, Reymond González V, López Rodríguez VJ. . Información básica sobre la atención integral a personas viviendo con VIH/SIDA. Impacto de la epidemia de VIH/SIDA.Cap.1 p.10-12.

MINSAP. Cuba.2006

3. Naciones Unidas. Desarrollan sesión de alto nivel sobre VIH/SIDA.. Disponible en: http:/www.infomed.sld.cu/servicios/aldia/view.php?idn=22185

Citado el 10 de junio de 2008.

4. González Reyes J. Ética y bioética del SIDA. Disponible en:

Citado el 14 de junio de 2008.

5. García E (1997). El apoyo social en la intervención comunitaria. Barcelona: Paidós. En: García Martínez A. educación y prevención del SIDA. Anales de Psicología 2005, vol 21(1) junio p.150-157. Servicio de publicaciones de la Universidad de Murcia. Murcia. España. Disponible en:

http://www.felgt.org/resourceserver/872/d/112&ad-54ec-438b-9358-4483f9

Citado el 23 de septiembre de 2008.

6. Tarabay M (2000. Les stigmates de la maladie. Représentations sociales de l"épidémie du sida. Dijon.Payot Lausanne. En: García Martínez A. educación y prevención del SIDA. Anales de Psicología 2005, vol 21(1) junio p.150-157. Servicio de publicaciones de la Universidad de Murcia. Murcia. España. Disponible en:

http://www.felgt.org/resourceserver/872/d/112&ad-54ec-438b-9358-4483f9

Citado el 23 de septiembre de 2008.

7. Altisent Trota, Mª.N. Martín Espíldora, Serrat Moré D. Ética y medicina de la familia en: Atención Primaria. Conceptos, organización y práctica clínica de Martín Zurro y Cano Pérez. Cap. 17, p.286Vol 1 5ta ed. Editora Elseiver España S.A. 2003

8. ACIPRENSA Enterrados vivos en Papúa Nueva Guinea. Redacción HO, Europa Press, Disponible en:

http:/blogs.hoy.es/EDUCSEXUAL /posts

Citado el 10 de junio de 2008.

9. Pérez M, Pérez A. Fundamentar la bioética desde una perspectiva nuestra en: Acosta R. Bioética desde una perspectiva cubana. La Habana: Centro Félix Varela; 1997. p 32-6.

10. Acosta R. Bioética. Una vez más. II Jornada Científica Estudiantil Virtual. Facultad de Ciencias Médicas: "Comandante Manuel Fajardo". La Habana. 2001. Disponible en: http://fcmfajardo.sld.cu/jornada/conferencias_profesores.htm

Citado el 19 de julio de 2008.

11. Chutamas Soravisutr. El papel de los institutos educativos respecto al SIDA en Tailandia. Perspectivas, vol.XXXII (2), junio 2002. Disponible en: http://www.ibe.unesco.org/publications/Prospects/ProspectsPdf/122s/122ssor.pdf. Citado el 14 de junio de 2006,

12. Tapia-Conyer R. Epidemiología del SIDA en México 1983-1996.Gaceta Médica. México 1996; 132 Supp11:45-45.Disponible en:http://www.sidalac.org.mx/spanish/publicaciones/gaceta/sepulveda.HTM Citado el15 de octubre de 2008.

13. EFE. Advierten que Costa Rica tiene aún problemas en la prevención del sida. Disponible en: http://es.noticias.yahoo.com/efe/20080930/tsc-advierten-que-costa-rica-tiene-aun-p-539a483.html

Citado el 30 de septiembre de 2008.

14. Pellegrino ED, Thomasma DC; En: Zurro Martín A; Cano Pérez J.F. Trota R; Martín Espíldora Mª.N; Serrat Moré D. Atención Primaria. Conceptos, organización y práctica clínica. En: Ética y medicina familiar. Cap.17, p. 294-295. Vol. 1 5ta ed. Editorial Elseiver España S: A: 200313. VIH/SIDA sin etiquetas. Redacción Universia. Citado 26 de agosto de 2006. [Disponible en] http://www.universia.net.co/vih-sida/psicologica/vih-sida-sin-etiqueta

15. Bioética del SIDA (Síndrome De Inmunodeficiencia Adquirida) Disponible en: http://html.rincondelvago.com/bioetica-del-sida.html

Citado: 10 de junio de 2008

16. Rosabal Socarrás A. Centro Nacional de prevención de las ITS/VIH-sida. Código Penal ante la propagación del VIH Frente al estigma. El. 35 preguntas sobre legalidad y SIDA en Cuba. 2007, p.18.

17. ONU. Bienvenidos a las naciones Unidas. Son su mundo. Declaración Universal de los derechos Humanos. Disponible en:www.un.org/e/document-udhr-

18. Louro Bernal I. Atención familiar. La familia en la promoción de salud y prevención de enfermedad. Temas de Medicina General Integral. Vol. 1. p.240 .Salud y Medicina en Álvarez Sintes R. Editorial Ciencias Médicas. La Habana 2001.

19. Código de Honor del Médico de familia. MINSAP. Cuba 1984 en: Álvarez Sintes R. Temas de >medicina General Integral. Salud y Medicina. Cap. 2. Vol. 1 p.36, Editorial Ciencias Médicas. La Habana, 2001

20. Barceló Montiel Z. Atención Integral de Salud. Atención en centros laborales. En: Álvarez Sintes R. Temas de medicina General Integral. Salud y medicina. Vol. 1. Editorial Ciencias Médicas. La Habana, 2001.

 

 

Autor:

Miriam Gloria Elizarde Gálvez

Esp. De 1er Grado en Neumología

MsC en Enfermedades Infecciosas

MsC en Educación Médica

Instructora

Centro Municipal de Higiene y Epidemiología. Jovellanos. Matanzas. Cuba

Colaboradoras:

Neida Rosa Elizarde Gálvez

Licenciada en Ciencias Biológicas

MsC en Enfermedades Infecciosas

Instructora

Policlínico Docente Emilia de Córdova Rubio. San Nicolás de Bari. La Habana. Cuba

Beatriz Suárez Posada

Ingeniera mecánica

Instructora

SUM. Jovellanos. Matanzas. Cuba

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente