No era que Jesús renunciara a su parentesco carnal, no, muy lejos de eso lo estaba ampliando. Todo el que crea que Jesús es el Hijo de Dios es hermano de Jesús.
Eran los que estaban conviviendo con Él, los que compartían sus triunfos y sus fracasos, que hacían de la Palabra de Dios su regla de vivir, y los que aspiraban a estar con el Mesías en el Reino por venir, esos eran los que podían ser llamados sus parientes. Todo el que acepta lo que Jesús pide, se convierte en su hermano, y pasa a ser parte de la familia de Dios. Jesús no se avergüenza de llamarle hermano. Donde quiera que se junten dos cristianos, hay dos personas de la misma familia. Todo el que es pariente de Jesús pasa a ser parte de un real sacerdocio, gente santa, ya que para su filiación se pagó como precio la sangre del Hijo de Dios.
EN LA MESA DE OTRO FARISEO
Lucas: 11:37-54
Los parientes de Jesús no pudieron llevárselo, el se quedo en la casa de Pedro, y cuando termino de hablar, uno de los fariseos que estaban presente le invito para que comiera en su casa junto con el, como su invitado. Cuando llegaron a la casa, el fariseo se asombro mucho de que Jesús no fuera hacer las abluciones de rigor.
Este lavado de las manos, según consta en la Mishnab, requería que el agua tomada en las manos se ponía los dedos con las puntas hacia arriba y el agua tenía que correr hasta las muñecas y los codos. La tradición obligaba a que se tomara un cascaron y medio de huevo con agua. Las reglas higiénicas prescribían que los dedos se pusieran hacia abajo, que el agua fluyera de los codos, la muñeca y las puntas de los dedos. Hacer todo esto es lo que se llama, tener las manos limpias.
Lucas nos narra un discurso que revela el animo de aquellos que se daban de ser tan puros ceremonialmente. Debemos leer de nuevo el discurso pronunciado en la mesa de este fariseo, en el cual critica severamente el legalismo de los fariseos, escribas y doctores de la Ley.
Aceptadamente nos dice Elena de White:"Jesús no intento defenderse a sí mismo o a sus discípulos. No aludió a las acusaciones dirigidas contra él, sino que procedió a desenmascarar el espíritu que impulsaba a estos defensores de los ritos humanos."
Sermón a la multitud y a los discípulos
Lucas: 12:1-59
Como podemos ver, este día ha sido muy agitado para Jesús. Temprano en la mañana, cuando el sol se levantaba en el oriente, le fue llevado a casa de Pedro, un endemoniado ciego y mudo. Una violenta disputa he sostenido con los escribas y fariseos, los cuales le acusaron de ser un emisario de Satanás. Jesús reprendió duramente esta dureza de corazón. Al pedirle señales, le declara que tendrán una gran señal, cuando lo vean resucitar de entre los muertos al tercer día de su muerte. Luego vemos como su corazón de hijo se quebró, al saber que su parientes le buscan para llevárselo, por creer que esta loco.
Mas tarde un fariseo le invita a tomar una comida junto con el, en la cual se declara en contra de los servicio exteriores y manda a tener preocupación por las cosas que en si tienen valor, las cosas que no perecen. Cuando salió de casa del fariseo, lo que leemos en el verso primero de Lucas: "Juntándose muchas gentes…" Este mismo texto se lee en el texto griego, que los que se reunieron eran miríadas. Como una mirada en griego equivale a diez mil, el plural de diez mil nos arrojaría una cantidad de por lo menos veinte mil personas. Tanta era la multitud que Lucas nos dice: "Tanto que unos a otros se hollaban."
Los fariseos no oyeron las enseñanzas de Jesús, por lo cual, el Maestro le aconseja a sus discípulos, primeramente que se guarden de la enseñanza de los fariseos, ya que la misma no era más que un culto exterior, aparente, hipócrita. No debían temer a aquellos que amenazan con la muerte, porque, eso no pueden nada, sino aquellos que envenenan el alma.
Lutero, en uno de sus sermones, nos dice que en una reunión que celebró el diablo con sus agentes, donde cada uno rendía su informe, uno de los seres satánico dijo: "Yo solté las fieras del desierto contra una caravana de cristianos, y ahora sus huesos se están blanqueando en el desierto.
¿Qué es eso? Fue la respuesta del diablo "sus almas fueron salvadas".
Otro emisario del demonio dijo:"yo levante una tempestad contra un barco cargado de cristianos, y todos se ahogaron".
¿Y que? ¿Acaso no se salvaron?- dijo el demonio.
Hay que temer a las malas doctrinas que son capaces de extraviar aun aquellos que son más firmes y cimentados en la fe.
Jesús quiere que sus agentes, estén bien claro en lo que significa ser un seguidor de Cristo. Es necesario no avergonzarse de su enseñanza, hay que decirlo, manifestarlo, gritarlo a voz en cuello. La negativa de esto puede traer la perdida del alma.
Jesús manda a que todo seguidor de El se guarde de la avaricia. Él, el Mesías de Israel, el Hijo de David, no era enviado a la tierra a entretenerse en vulgaridades concerniente ha hacer particiones sucesorales. El no tiene que dar indicaciones sobre como las herencias se deben repartir. Lo que le importaba a un hijo del Reino, no si es una partición justa o no, pues no se he rico por la cantidad de los bienes que se tiene, sino por la calidad de los mismos.
Veamos este ejemplo, cuando Jesús les contó la historia del rico vanaglorioso. El hombre cuyos campos produjeron como el no tenia memoria. Se creyó dueño del mundo en inmortal. Invitó a su alma a que se gloriara, ya que tenía bienes para mucho tiempo. Pero esa noche murió. Ese rico que pensaba tener de todo, perdió su alma, los discípulos de Cristo no deben afanarse por nada que no sea espiritual, pues el mismo Padre Celestial, tiene placer y contentamiento en a darles a ellos el Reino de los Cielos. Porque afanarse por cosas que van a pasar y que no servirán para nada. Afánense por las cosas celestiales.
Ahora que medito en este sermón de Jesús ante la multitud, pienso que muchos cristianos vienen al Señor y son dignos de compararse con aquel personaje del Quijote, llamado por Cervantes con el nombre de Sancho Panza; pues Sancho aspiraba a que: "Talvez le podía suceder aventura que ganase en quitarme allá esas pajas algunas ínsula, y le dejase a el por gobernador de ella".
Esa isla, la cual gobernó el escudero del Caballero de la Triste Figura: "Dieron a entender que se llamaba la Ínsula Barataria, o ya porque el lugar se llamaba Barataria, o ya por el barato con que se le había dado el gobierno".
Creen que el Reino de los Cielos se gana de una manera barata, sin ningún esfuerzo. En la vida cristiana, Jesús no necesita Sanchos, sino hombres como aquel personaje del que nos habla el infante Juan Manuel, en el Libro de los Cuentos del Conde Lucanor y de Petronio.
En el ejemplo XLIX, donde el infante cuenta "De lo que le sucedió al que echaron desnudo en una isla cuando termino su mandato." Lucanor le pide consejo a Petronio, para ver si hace lo que le aconsejan muchos, que acreciente sus riquezas y su poder. Petronio ve difícil dar una respuesta pues tiene, primero que contradecir a las personas que le aconsejan de ese modo; segundo, porque es delicado un consejo que valla en contra de lo que ha simple vista hay que tener como que algo que va en beneficio de Lucanor.
Pero advierte el juicioso consejero, que todo consejero si es fiel, tiene que dar el mejor consejo no importa lo que su consejo implique, lo importante es que sea bueno o no la respuesta, sino un consejo que se aproveche.
Para contestar, pide que se le permita ilustrar su respuesta:
"En un país tenían la costumbre de elegir cada año un señor y, mientras ese periodo duraba, le obedecían en todo. Pero cuando terminaba el año le quitaban cuanto tenia, lo desnudaban y lo dejaban en una isla completamente abandonado".
Prosigue el relato de que en una ocasión fue electo por los hombres de ese país un hombre: "mas talentoso listo que sus antecesores". Como sabia lo que le esperaba en la isla donde se imaginaba que iba a ser desterrado, mando a construir una casa con todo lo que el necesitara para vivir, y para esto comisiono a unos amigos suyos, para que nada le faltara.
"Cuando se cumplió el año y le arrebataron el poderío para echarlo desnudo en la isla, como lo habían hecho con tantos otros, como se había preparado para ello y había construido una mansión tal que podía vivir regalado y placentero, vivió en ella muy tranquilamente".
Petronio procedió a aconsejar al Conde, que lo que conviene hacer es buenas obras, ya que Dios nos juzga por ellas; pero no vallamos a creer que el consejo se quedo ahí, no sino que le aconseja: "Estas buenas obras hacedlas sin ostentación ni por vanidad".
Cuantas cosas podemos aprender de estos dos relatos, que no son ociosos para ilustrar la ilustración del gran Maestro. Cuantas enseñanza para un solo sermón, que fuente inagotable de verdad y de sabiduría contienen estas palabras: ¿Por qué, si los hombres pueden conocer los fenómenos atmosféricos, con solo ver las nubes, no puede por medio de la Palabra de Dios, saber su situación espiritual?
Un consejo nos da el maestro: velar, porque no sabemos que hora vendrá el ladrón a la casa.
La muerte de unos galileos. Parábola de la higuera
Lucas: 13:1-9
Entre los judíos, y también en la generalidad de las naciones de la tierra, las personas tienen, o tenían la costumbre o creencia de que lo que le sucedía a una persona, es porque se le merece, y que le sobrevenía como un castigo, así es que las personas que no le sucedían desgracias, eran tenidas como favorecidas del Señor. Para este tiempo, nos relata Lucas, encontramos a unos, porque los escribas y fariseos, que henchidos de placer y rebosantes de alegría egocéntricas, le contaban a Jesús un triste y lamentable suceso que acababa de ocurrir en Jerusalén y que los que venían de la capital traían como tema primario: Poncio Pilatos había metido soldados en el Templo del Señor y degollado a un montón de peregrinos galileos. Pilatos que era el gobernador romano en Judea, es segura que no gozara de mucha popularidad en el pueblo, y tomaría algunas medias que los ciudadanos creyeron que eran en contra de los derechos que hasta el presente disfrutaban.
Creemos tener razones para opinar que Pilatos estaba presionando al pueblo para que se enrolara en el servicio militar, cosa que los judíos no podían ni siquiera pensar. Como también hubo revuelta por las monedas romanas, que tenían la esfinge del emperador. Recordemos que hubo motines, cuando los legionarios romanos llegaron con sus estandartes a la ciudad del Templo, porque esos estandartes tenían imágenes.
Estas serian algunas de las causas por la cual el pueblo se reunió en protesta, de donde salieron los tumultos. Para los historiadores, entre ellos Renán: "Los judíos eran los que mas a menudo mostrábanse insolentes, díscolos, agresivo". Pero Josefo, que era judío, nos dice que los galileos eran el pueblo más sedicioso de la tierra. W. W. Rand, amplia la concepción del sacerdote historiador, y a las ves que le realza como industriosos y de valientes, nos dice: "Aunque la gente de Judea hacia gala de considerarlos no solamente estúpidos y toscos, sino también sediciosos.
Así es que cuando estas gentes se manifestaban, los soldados de Pilatos, que eran de las regiones vecinas y muy pocos romanos, llegaron hasta el mismo altar y le dieron muerte a varios galileos, al tiempo que estos degollaban a sus victimas como ofrenda. Como Jesús y la mayoría de sus discípulos eran de Galilea, tal ves estaban insinuando que los galileos eran revoltosos, o que muy pronto a ellos también les tocaría ser sacrificado.
Si, los galileos eran todos pecadores, por eso como prueba, fue que esos murieron, esto era lo que por lo bajos esta noticia encerraba. Andrés era de Galilea y es seguro que fue a consultar para dar una respuesta, Juan y Jacobo, los dos hermanos estarían prestos a lanzar un juicio contra los de Judea. Pedro que era impetuoso, se contuvo, el Maestro le había aconsejado que no juzgue, que no se precipitaran, por lo cual fue Jesús quien contesto con unas preguntas: "¿Por qué entonces cayo la torre de Siloé sobre dieciocho hieronapolitanos y los mato? ¿No son pecadores todos los de la ciudad capital?
No, no crean esto, que porque una desgracia temporal asole a un grupo indeterminado, era porque sus pecados le hacían merecedores de tales desgracias; pero de una cosa si pueden estar seguro: si todos no se arrepiente, no cambian de forma de pensar, todos van a perecer, como los galileos que Pilato asesinó y como a los que aplasto la torre, que no eran galileos.
Luego propuso la parábola de la higuera, en la cual manifestó el Señor dueño de la viña estar en disposición de arrancar la vida que no de fruto. Esta parábola, tiene un significado claro y profundo; preciosidad del estilo y una enseñanza terrible y sublime. El que no dé fruto ha de ser arrancado.
Parábolas: del sembrador, la de la antorcha, dela buena simiente, la levadura, la cizaña, el grano de mostaza, el tesoro escondido, el tratante de perlas, la red, el padre de familia que saca buenas cosas
Mateo: 13:1-53, Marcos: 4:1-34, Lucas: 8:4:4-18.
Ahora que encontramos como cuentas de un rosario estas diez parábolas del Gran Maestro, que al ser leídas después de la parábola de la higuera, vamos abrir un paréntesis para disgregarnos en el aspecto pedagógico de Jesús. Podemos decir que para Jesús, por lo que se desprende de la enseñanza de sus discursos, y el empleo de las parábolas, podemos decir que era un maestro acomodaticio.
Aprovechaba la primera oportunidad, las circunstancias para introducir a sus oyentes por el sendero que el quería que la atención de ellos se encaminara. No andaba el Mesías con los libros de los profetas, la Ley de Moisés o el salterio debajo del brazo. Sus discursos no tenían olor a rancio por ser preparados la noche anterior, sino que nacían en la primera oportunidad.
Si se encontraba delante de un pescador, le hablaba de la pesca, si tenia la multitud frente al mar también le hablaba del mar, si se sembraba el trigo o estaba entre labradores, hablaba del grano, sea trigo, mostaza, cizaña u otras simientes. Hablaba de la vida del hogar, de los viajes de comercio, de las ovejas y del pastor, de los pájaros del aire, de la hierba que crecía junto al camino. Podemos decir que Jesús lo aprovechaba todo par sacar de ello su enseñanza y plantar su doctrina. No tenía un patrón de unidades didácticas que seguir. Su material de ilustración lo sacaba del medio en que se encontrara. Su lenguaje era llano, sencillo, no había que estar citando a diestra y siniestra, ni con un lenguaje abstracto, exotérico, cabalístico o con la gravedad de un egresado de Atenas. Si tenia que explicar algún concepto lo explicaba, pero no caía en redundancia, la sencillez era su mejor arma.
Tocaba los temas que se puedan entender, y temas que se entendiera. Si es verdad que era lógico y coherente en sus exposiciones, sus figuras, ilustraciones y símiles eran apropiadas. Por medio de los cuadros que se visualizaban, el pensamiento del oyente se guiaba de tal forma que el podía tomar la esencia, tocar el meollo del asunto.
En fin, era Jesús un Maestro que se encontraba dado de lleno a la causa que predicaba; el vivía lo que decía, lo respiraba, lo traspiraba, lo llevaba en sus venas, se le veía fluir por los ojos y darle vida con los movimientos de su corazón. Era Cristo un Maestro de maestros. Vivía lo que enseñaba y todas sus enseñanzas fueron vividas por El. El era lo que enseñaba, y su enseñanza era su vida, que la daba cada ve que abría su boca.
A Marcos, que es a quien sigo en estos apuntes, en más de una ocasión le oímos decir que Jesús enseñaba, pero el no le dio mucho espacio a los discursos, dichos o Logias que el Maestro pronuncio. Marcos se concentro, se empeño en los hechos. Aproximadamente un 28% del articulado de Marcos se refiere a milagros que el Señor realizo. Para nuestro Evangelista, Jesús vino a servir a los hombres, a satisfacer sus necesidades.
La enseñanza de Jesús, por lo que de sus discursos leemos, estaban pletóricas de parábolas. Como Jesús vio en las parábolas un vehículo que llevara su doctrina, doctrina de vida, vamos hacer un alto, no para explicarnos sobre cada una de sus parábolas, sino para tratar sobre el significado de lo que es una parábola.
La Parábola, que es a lo que los griegos denominaban Parabole, comparación, y los hebreos le daban el nombre de Mashal, que es similitud. Es por eso que nuestro diccionario dice que es: Narración de un suceso imaginario de que se deduce, por comparación o semejanza moral."
Nosotros entendemos que la parábola es una narración breve, sacada de la naturaleza, de la vida diaria, siendo esta, metafórica o real, con la cual se busca enseñar una verdad celestial o espiritual. A esta verdad se llega por medio de la comparación de ambas cosas, viendo lo que pasa en la naturaleza y el resultado espiritual. De este tipo de enseñanza, del de las parábolas Jesús era un Maestro.
Aunque los estudiosos no están de acuerdo en el número de las parábolas de Jesús, en loa Evangelios leemos de 35 a 53 de ellas.
Las parábolas se distinguen de las fabulas y de las alegorías.
LA FABULA. Diferencia de la parábola con la fabula: se distingue, porque estas, se vale de animales, plantas o seres inanimados personificados, a quienes se le atribuye raciocinio, para aprobar o no una línea de conducta. Maestro de las fabulas fueron: Esopo, Fedón, La Fontaine, Iriarte y Samaniego.
Las fabulas son muy apreciadas en la enseñanza de los niños en la escuela moderna. Pero a ellas se opone muy juiciosa y justamente Rouseau en su obra Emilio. Con la fabula lo que se busca es enseñar las cosas terrenas o del mundo, lo que la hace ser opuesta a la parábola.
También la Alegoría es distinta a las Parábolas. La alegoría no es real, es una imagen en abstracto-ficticio, que se presenta al espíritu, la cual tiene muchos puntos de vista. La alegoría es menos clara que la parábola, y su interpretación depende de quien la oye y de quien la expone. Muchas parábolas son alegóricas, según se desprende de la aplicación que da Jesús al dignificado de la parábola del sembrador.
Las parábolas eran muy usuales en Israel. En medio de ese lenguaje enigmático, oscuro y parabólico, encontramos en el Antiguo Testamento ricas enseñanzas encerradas, como si fueran piedras preciosas en vasijas de barro.
La parábola de Natán a el rey David, para que el hijo de Isaías diera su veredicto sobre la muerte de Urías. La de Isaías 5:1-7, en la que se canta la desviación de conducta de los hijos de Israel. El profeta y sacerdote Ezequiel, era un maestro del lenguaje figurado. Los rabinos judíos eran muy entendidos en el arte de proponer y usar las parábolas.
Por creerlo prudente, voy a insertar esta cita de Raymond B. Brown:
"Indudablemente las parábolas de Jesús como gemas de arte literario son superiores a la mayor parte de las otras que nosotros conocemos. Las de el son mas humanas, mas directas, mas concisas, mas desafiantes, y atraen mas. Pero su mayor significado no esta en esto: está en su indicación del reino de Dios, en realidad, se encuentra en Jesús y en su ministerio. Las parábolas proclamadas que el gozo y la esperanza están presente con Dios como gobernante. Esto hizo que las parábolas de Jesús fueran diferentes con un mensaje diferente. Jesús las uso para abrir la puerta a Dios".
Jesús uso las parábolas como medio de enseñanza por diversas razones:
Primero: por ser la forma más sana y conveniente para tratar los temas espirituales, que aunque comparada con cosas terrenas no caía en lo vulgar. Eran las cosas de la naturaleza que mejor podían ilustrar los misterios del Cielo y del Reino de Dios.
Segundo: por medio de las parábolas podía atraer la atención popular. Judíos y no judíos podían venir al conocimiento de este dinámico plan de enseñanza.
Tercero: Era una forma de hablar de una manera manifiesta, sin ser comprendido: "Les hablo por parábolas: porque viendo no ven y oyendo no oyen, ni entienden". ¿Entonces, por que exponer sus enseñanzas en parábolas? La razón era que el público no estaba preparado para recibir esas verdades tan preciosas. Si la Palabra de Dios se le presentaba de una manera franca y sin comparación, iban a rechazarla.
Elena de White, en un hermoso libro, en el cual interpreta algunas de las parábolas de Jesús nos dice: "En parábola reprochaba la hipocresía y las obras malvadas de aquellos que ocupaban altas posiciones y revestía de lenguaje figurado verdades tan cortantes que si se las hubieras presentado en forma de denuncias directas, ello no habrían escuchado sus palabras y bien pronto hubieran puesto fin a su ministerio". En Palabras de Vida del Gran Maestro.
De la lectura de las parábolas, que son de rigor para todo estudioso de la narración, cuanto mas para los que se ejercitan los menesteres espirituales, se desprende que fueron dirigidas a tres clases muy distintas de personas. Dependiendo de las personas que iban a servir de receptáculo, es el tema de las mismas.
Primero: a sus discípulos: esta son con el fin de instruirlos y habilitarlos para su ministerio.
Segundo: al común del pueblo: son aquellas que fueron dirigidos a la multitud. Muchas de estas son enigmáticas y oscuras. El pueblo la tomaba como simples cuentos.
Tercero: a los dirigentes judíos: de estas, muchas son claras, cortantes, tajantes, breves. Otras oscuras y de difícil comprensión. De las parábolas que Jesús pronuncio en Jerusalén, en la ultima semana de su vida, el significado de la misma era de fácil comprensión para los destinatarios de las mismas.
De las parábolas de Jesús, que generalmente son unos cuentos breves, hay que son historias mas o menos extensas. La parábola del sembrador es larga, pero la parábola del "Medico, cúrate a ti mismo", es sumamente breve. La parábola del Hijo prodigo, es un modelo de narración y es materia de estudio y aparece en las antologías de lengua griega.
Las parábolas no fueron utilizadas por Jesús, únicamente como una ilustración, un cuento, una motivación para fijar el interés del oyente, sino, que la empleo para declarar solamente las verdades Eternas. El profeta había dicho: "Abriré en parábola mi boca; rebosare cosas escondidas desde la fundación del mundo".
Creemos que al utilizar Jesús las parábolas para enseñar los misterios del Reino de Dios, es en el estudio de ellas que se encuentra la verdadera instrucción espiritual, los ejercicios del alma, el desarrollo del intelecto y la comprensión de las cosas santas. Una ilustración con sentido espiritual, hace que el alma asimile las verdades eternas, y las tenga presente, después que todo se le haya olvidado.
Las parábolas de Jesús, son la voz de Dios al hombre de hoy día, son la regla de la vida al igual que los mandamientos del Señor. ¡Como se prenden las verdades al ser visualizadas y sentidas en el cofre del corazón! Cuando estudiamos las parároslas del Gran Maestra, podemos vislumbrar lo que Él quiso enseñar, y se hace más accesible al alma el conocimiento de la verdad. Una imagen vale por mil palabras, y las parábolas son representaciones graficas de las verdades del Reino.
ORDENA PASAR AL OTRO LADO DEL LAGO.
CALMA LA TEMPESTAD
Mateo: 8:18-27, Marcos: 4:35-41, Lucas: 8:22-25 y 9:57-62
Nuestro relato se abre con dos pares de viñetas, cuya concisión y escuetez son modelo del estilo rígido y sin adornos. Vemos como al andar Jesús por el camino que conduce a la mar de Galilea, se le presenta un fariseo y la propone seguirle como discípulo.
En nuestra lectura solo nos hemos encontrados con fariseos que espían, que critica, le tienta; pero no con fariseos que quieren unirse al circulo de los seguidores del Mesías; pues en este momento tenemos uno. Jesús no le rechaza por ser fariseo, pero le advierte que si viene en busca de algo material, mas le vale no unirse al grupo, porque las zorras tienen su cueva donde ella puede pasar la noche; pero al Hombre-Dios, por su desprendimiento, por su entrega a la humanidad, por haberse despojado de todos los honores que a el corresponde, no tenia donde el pudiera recostar su cabeza.
Es para ese entonces uno que se habían identificado con el de tal forma, ya era un discípulo y le pide licencia para ir donde su padre y poder enterrarlo. Es como poder poner en orden todos su asuntos domésticos ante de entregarse de una manera definitiva a sus filas. Eliseo le había pedio lo mismo a Elías y este se lo concedió.
Era costumbre entre los judíos que el que se descuidara de los mandamientos del Señor, se le considerara como un muerto. Los mandamientos eran el camino a la vida, de la salvación; el abandonarlo era la muerte espiritual. La muerte física es el rompimiento de la interrelación entre el cuerpo y el espíritu; la interrupción de esta unión trae la muerte del cuerpo físico.
Jesús le niega la licencia de retirarse, aunque entre los judíos se le relevaba del puesto en el servicio militar si en su familia sucedía una desgracia similar. ¿Por qué ocuparse ya en asuntos que no tienen remedios?, los muertos espirituales que entierren a sus muertos espirituales que han muerto en el cuerpo.
¿Cómo ocuparse en otros asuntos? ¿No se puede estar ocupado en asuntos espirituales y tener la vista en las cosas de la tierra? El Evangelio necesita a los que se entreguen a él en cuerpo y espíritu. Porque no usar el ejemplo del labrador que empuña el arado, si tiene la vista fija en el surco que abre la cuchilla, todo ira bien; pero si mira a sus espaldas, no sabe por donde va la cuchilla del arado y la deja a merced de los bueyes. Los mismo sucede con los discípulos del Cristo no pueden fijar la vista en las cosas del mundo, sino en las cosas Celestiales.
Al llegar la noche, Jesús les ordena a sus discípulos que entren en las barcas, para pasar el lago de Galilea. Jesús estaba cansado, completamente fatigado y se durmió en la popa del barco con su cabeza puesta sobre un cabezal. Es muy probable que Jesús saliera con su s discípulos de Capernaum, que esta al lado noroeste del lago de Galilea, que tiene forma circular o como una pera. Este lago mide aproximadamente unos 19 kilómetros de largo, por unos 12 de ancho. Es frecuente que sin previo aviso se desaten tempestades en el lago. Una de estas tempestades repentinas azoto la barca en que Jesús estaba, de tal forma que comenzó a llenarse de agua.
Al verse tragado por las enormes olas, los discípulos tuvieron miedo y fueron a despertar a Jesús que dormía como si nada estuviera sucediendo. Dios mismo había preparado esta tempestad, al igual que tenia preparada el monstruo marino que se trago a Jonás, y que fue vehículo salvador para los habitantes de Nínive. Los Santos Evangelio nos dicen que Jesús reprendió al viento, el cual humilde, sumiso, obediente, se calmo junto con las aguas que rugían y amenazaban con la vida de los discípulos.
Cuantas enseñanzas nos enseña este relato:
Primero: es en medio de los problemas y de las dificultades que el hombre, por medio de la fe se lanza en los brazos amorosos de su Creador. Dios utiliza las dificultades y la flaqueza de los hombres para que estos comprendan que la única confianza y salvación esta escondida en El.
Segundo: Afianza la fe de los discípulos: Por medio de este milagro, Jesús se muestra dueño y Señor de la naturaleza. Jesús por medio de este milagro no hizo nada que fuera en contra de los elementos naturales, no contrarió el orden natural de las cosas; pero si manifestó el poder de Dios, obrando en la naturaleza. Los elementos desencadenados fueron sujetos a aquel que dijo las palabras de la Creación.
Tercero: Muestra que si los discípulos hubieran tenido fe en Jesús, ellos no hubieran tenido necesidad de atemorizarse, sino que ellos mismos podría haber calmado la tempestad. Los discípulos se vieron en peligro por no tener fe, de haberla tenido no hubieran tenido que interrumpir el suelo del Maestro.
Según el Evangelio de Marcos, que es nuestro guía, Jesús obro sus milagros delante de sus conocidos y parientes: las bodas de Cana, el hijo del oficial de Herodes, la pesca milagrosa. El segundo grupo de los milagros es cuando Jesús obra milagros delante de sus enemigos: El endemoniado de la sinagoga de Capernaum, en la casa de Capernaum, que pudo ser la de Pedro, al corar a un paralítico, el hombre de la mano seca, de nuevo en la casa de Pedro, donde cura al endemoniado.
El tercer grupo de milagro, este que estamos tratando: pone a Jesús obrando milagros por el poder de Dios sobre la naturaleza, y la resurrección del hijo de la viuda en Naín, como también la de su amigo Lázaro.
En estos tres tipos de milagros, el poder de Dios se sobrepone a los demonios, a Satanás y a la naturaleza. Los cristianos pueden vencer, cuando están aferrados a Cristo, al demonio, al mundo y a la carne. Para Dios no hay nada que sea imposible, y los hijos de Dios todo lo pueden cuando obran según la voluntad del Padre.
LOS ENDEMONIADOS GADARENOS
Mateo: 8: 28-34 y 9:1, Marcos: 5:1-21, Lucas: 8:26-40
La barca en que iba Jesús y sus discípulos llegó a la parte oriental del lago de Galilea. Esta región, adonde llegó Jesús, es la que se denomina con el nombre griego de Decápolis. Este relato a sido interpretada de muchas y muy variada y diversas formas. No nos equivocamos, si decimos que en cuanto a la ubicación geográfica, hay tantas interpretaciones como comentaristas.
El doctor A. T. Robertson, en una Armonía de los Cuatro Evangelios, nos da una cita al pie de pagina de este relato: " Desde tiempo inmemorial famoso ejemplo de discrepancia respecto al lugar en esta narración, ha sido aclarado en años recientes la decisión de los críticos del texto, de que el texto correcto en Lucas es gerasenos, así como en Marcos, y por el descubrimiento hecho por el doctor Thompson de unas ruinas que estaban en la orilla del lago, llamada Khersa (Gerasa). Si esta aldea estaba incluida (una suposición muy natural) en el distrito perteneciente a la ciudad de Gadara, distante varios kilómetros hacia el sudeste, entonces la localidad podría ser descrita como correspondiente a cualquiera de los dos países, al de los Gadarenos o al de los Gergesenos".
En el Nuevo Testamento Griego, el nombre o designación geográfica tiene una multiplicidad de escritura que es difícil de conciliar, con todo lo que digan autoridades, del peso de Robertson y Thompson, pues se lee: Gadarenos, Gergesenos, Gerasenos y otros.
Esta región o país, denominada por los griegos como Decápolis, que aunque estaba en el norte de la Palestina, estaba poblado en su mayoría por griegos. De las diez ciudades que formaban este país, por Josefo y por Plinio sabemos que entre las diez ciudades hay dos que se llaman Gadara y Gerasa, de donde puede deducirse que pueden ser tantos habitantes de una ciudad como de la otra, pues eran ciudades distintas.
Otra dificultad aparente es que según san Mateo, que fue testigo presencial del suceso, eran dos los endemoniados, y a decir de Marcos y de Lucas uno solamente. Adam Clarke nos dice que Lucas y Marcos mencionan uno solo, porque era el que tenia la palabra.
El Dr. Lighfoot, citado por Clarke alega que Marcos y Lucas solo menciona a uno, aunque eran dos, pero la razón de que uno era de Gadara y el otro de Gerasa. Que los gerasenos eran judíos y los gadarenos paganos, y que ellos mencionan al gadareno para mostrar que Jesús obro un milagro para beneficio de un pagano.
Nosotros no compartimos el criterio del Dr. Lighfoot al expresar que uno era gentil y el otro judío, porque Decápolis, en la margen oriental del Jordán, pertenecía a Israel, lo que es cierto, es el gran número de no judíos que vivían en ella. No podemos decir que esta región estaba formada por griego solamente. Una des las ciudades de Decápolis se llamaba Pella, en honor a su homónima de Macedonia, y se ha llegado a decir que fue fundada por Alejandro Magno.
El Dr. Brown, en su tratado sobre Marcos, ni siguiera menciona la existencia del endemoniado, que ha juicio del Dr. Lightfood, dice que era judío.
La ciudad de Gadara estaba situada en una colina, de piedras calizas, al pie de las cual se construían los sepulcros, donde encontramos que vivían estos desgraciados. Era costumbre entre los judíos, de creer que los demonios o los malos espíritus inmundos habitaban en los sepulcros, era muy común.
Estos endemoniados, o el gadareno, parece que era muy fuerte y rabioso, ya que no se le podía someter, ni aun con cadenas, y además de esto, andaban desnudos por los montes, para demostrar más su fiereza. Por lo cual seria un esquizofrénico, con el pelo largo y echo trenzas por la suciedad, el rostro desencajado. Seria horroroso el cuadro, así como peligroso.
Cuando la barca de Jesús, y sus discípulos, hubo llegado a la playa, muelle o atracadero, salieron los endemoniados con dirección a Jesús. Estos endemoniados no podían recibir la presencia de aquel que había calmado la tempestad unas horas antes y cayendo rendidos a los pies de Jesús le adoran.
Jesús libero a estos prisioneros de Satanás y castigo a los moradores, al permitir que con los demonios se precipitaran al mar una piara de unos dos mil cerdos, a decir de Marcos.
Al ver este incidente, los porquerizos huyeron atemorizados a dar la noticia a la ciudad. Cuando los de la ciudad vieron que los endemoniados estaban en su sano juicio; pero que ellos habían perdido su crianza de cerdos, no pudieron soportar el precio tan caro y le pidieron a Jesús que se fuera del lado de ellos.
Los endemoniados, que no sabemos sus nombres, quisieron irse con Jesús, pero el Señor no le permitió.
Por el relato de Marcos, leemos que Jesús le comisiono de esta manera: "Vete a tu casa, a los tuyos, y cuenta cuan grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y como ha tenido misericordia de ti".
El mismo Marcos nos dice que el hombre acepto el llamado, y que fue el primer predicador de las ciudades de Decápolis. Este hombre que Jesús curo de sus males, fue una especie de Jonás para los pobladores de esas ciudades y al igual que Juan, fue el instrumento que utilizo el Señor para mostrar las maravillas que Dios puede hacer en el hombre que le acepte.
Los que no quieren aceptar a Jesús, que le pidieron que saliera de sus ciudades desde las mismas orillas del lago, los encontramos mas adelantes yendo al encuentro del Señor por la predicación de este Evangelista incógnito, que aunque no conocía la doctrina de Jesús como sus discípulos, había sentido el poder transformador de el mismo. Es mucho lo que un cristiano debidamente preparado puede hacer: pero es mucho más lo que un cristiano consagrado hace por el Reino de Dios. Cuando se dan a escoger, entre los sermones que se oyen y los que se ven, las personas escogen los sermones que se ven. Una vida de ejemplo, es el mejor y mayor testimonio que se pueda dar. Abrahán por su intervención pudo salvar la vida de su sobrino Lot: pero Lot con su presencia, salvo a la pequeña villa de Zoar.
La fiesta en casa de Levi Mateo
Mateo: 9:10-17, Marcos: 2:15-22, Lucas: 5:29-39
Creo que nosotros conocemos al anfitrión de este banquete. Su nombre el Leví-Mateo, el publicano que Jesús llamo cuando estaba cobrando los impuestos del peaje y de la pesca que se extraía del lago de Galilea, en la puerta de entrada de Capernaum. Este mismo Leví-Mateo fue escogido por Jesús junto con once mas, poco antes de aquel gran sermón del monte.
Para este entonces, Mateo prepara una comida, en honor a Jesús, en la cual los invitados iba ser sus antiguos compañeros de trabajo, para que de este modo aprovecharan la ocasión de oír hablar a Jesús de los Misterios del Reino de Dios. Mateo haría la invitación extensiva a mas que uno de los escribas y fariseos, los cuales como es natural no fueron a la comida.
Una atmósfera de interés se había levantado entre los publícanos, ya que ha historia de Leví corría entre todos y su cambio de vida también. Y era que Leví-Mateo obraba en consonancia al principio, de que en el Reino de Dios se nace como misionero. El no escondió la luz que vio brillar. Buscó a sus antiguos camaradas, para que fueran participe de la Buena Nueva, del gozo que el sentía.
Jesús estaba en medio de los publicanos, conversando con ellos sobre la importancia del Reino de Dios. Les diría que eran necesario arrepentirse para entrar en el, y que la fe era lo que en realidad abría ese camino que conduce a la gloria Celestial.
Aunque los fariseos y escriba no entraron al banquete, estaban en la puerta, ruborizados, indignados de que un maestro estuviera con esa clase de hombres pecadores y sin derecho al cielo. Es en este momento que voy a aprovechar para introducir unas notas sobre este tipo de personas que tantas veces hemos mencionado y que se denominaban ellos mismo con el nombre de FARISEOS Y ESCRIBAS.
LOS FARISEOS: PHARAH, que quiere decir separados, Santos o Chasidim, de los cuales no tenemos ningún conocimiento por la historia Bíblica del Antiguo Testamento. Comenzaron a tomar nombre durante el reinado de Juan Hircano.
En su origen, nadie le discute que fueran una secta formada por hombre puro y santo, ya que se opusieron a la profanación del culto judío y por haberse apartado del pecado y de todo lo que creían que podían contaminarlo. Eran los enarboladotes de la Ley de Dios y los atalayas contra las invasiones del paganismo. Estos hombres han sido conocidos y considerados como muy correctos en su conducta y sobre todo abnegados y celosos y lo que es mas, excéntricos.
Eran tan legalistas y formales, que creían que la Ley escrita y oral le fue revelada a Moisés en el monte Sinaí; y que una de las obligaciones era guardar tanto la una como la otra. Conservaban viva la doctrina de los ángeles y la resurrección, creían en la inmortalidad del alma y en la predestinación.
Con el tiempo se degeneraron, y para los tiempos de Jesús eran un partido poderoso, que se oponía a los Saduceos y a los Esenios, aunque hacían causa común con el partido de Herodes. Su formalismo lo hizo caer en el vacío, teniendo más apariencia de piedad que el espíritu de la misma.
Al Herodes el Grande tomar el mando, 6,000 de ellos se juramentaron, eran opuestos a enrolarse en el ejército. Sus doctrinas influyeron grandemente y calaron hondamente en el pueblo, ya que muchos de los Doctores de la Ley y de los Escribas eran de ellos. Se oponían enérgicamente a las enseñanzas de Jesús, y este aunque le critico duramente su legalismo y su apego a la forma, le reconoció su autoridad en cuanto a sus enseñanzas de la Biblia.
Ernesto Renán, cuando nos habla de la Revolución de Judea nos dice que los que componían este partido eran: "Honrado, compuesto de gente sensatas, establecidas, tranquilas, acomodadas, amante de su religión, que observaban exactamente, hasta devotos, pero sin imaginación; bastante instruidos…"
Fue este partido el que organizo la resistencia contra los romanos, y que trajo la caída de Jerusalén. Fueron fariseos: Hillel, Shammai, José de Arimateo, Nicodemo, Josefo, Pablo y Gamaliel.
ESCRIBAS: Eran en su mayoría de la secta de los fariseos. Los griegos los llamaban GRAMMATIS, que es escribir, y los hebreos le llamaban por el nombre de SOFERIM, escribir; Eran hábiles para escribir y contar.
Su oficio era hacer copias de las Escrituras y contar, clasificar y ordenar los preceptos de la Ley. Eran los que contaban cada una de las letras de la Ley, para tener un registro del número y saber que no faltaban ni sobraban. En su afán por mantener la unidad de doctrina, se contaban 613 disposiciones rabínicas que formaban la Tradición de los Ancianos.
Tenían una especie de comentarios Bíblicos, al que denominaban con el nombre MIDRASHIM, y a la aplicación mística de ella la llamaban LA CABALA.
Al unir la MISHNA con la GEMARA se formo el TALMUD.
En un principio eran fariseos todos, pero cuando Hillel (abuelo del gran Gamaliel) era presidente del Sanedrín, y Sammai era vicepresidente del mismo, en tiempo de Herodes el Grande, hubo discusión entre ellos. El grupo que siguió a Sammai se degeneró y se convirtió en los que eran los ZELOTES.
En el Nuevo Testamento, los Escribas y los Doctores de la Ley se confundían el uno con el otro; pero por la distinción que se hace de ellos se ha llegado a pensar que los Escribas daban consultas por escrito Los Doctores de la Ley eran los que dan consultas orales. Este grupo era muy influyente y su número era creciente dentro del grupo que formaba el Sanedrín.
Para ganar el titulo era necesario haber llegado a una escuela para este fin. Para su cargo se le juramentaba, sentándole en una silla, que es la cátedra, donde se le admitía, a la vez que se le entregaba una tablilla y una llave.
Eran una especie de Notarios Públicos, abogados o copistas. Era obligatorio que durante su estudios aprendieran un oficio manual, ya que decían que el:"Padre que no le enseña un oficio a su hijo, le enseña a ser ladrón". Probablemente sabían más de una lengua.
Tomemos de nuevo el hilo del relato sagrado, y encontramos a los fariseos que están murmurando a Jesús, porque este estaba comiendo y bebiendo con los publicanos, personas que eran consideradas como pecadores y en su afán de pureza evitan todo trato con ellos. Verían a Jesús como un maestra que disfrutaba de las malas compañías. Nadie que se respetara iba a compartir con ese tipo de personas aborrecible.
Podemos decir que las repulsas eran común: los fariseos rechazaban a los publicanos y los publicanos los desechaban a ellos. Los publicanos buscaban a Jesús y Jesús admitía el comer y beber con ellos.
Esta forma de proceder del Mesías, era lo que lo diferenciaba de los demás maestros. Cristo iba en busca de los pecadores, compartía con ellos, ellos se honraban con Él; Él no se rebajaba al compartir con los pecadores, los pecadores ascendían hasta Él. Entonces Jesús pronuncia un refrán que para nadie resultaría extraño, todo estaba claro, la enseñanza estaba bien clara, punzante y profunda: "Los sanos no necesitan médicos, sino los enfermos." Entonces les advierte que no es a los que se consideran justo en sus propias obras los que El ha venido a llamar para que cambien de conducta, sino a los que ellos dicen que son pecadores.
Al ver que Jesús comía, vino entonces uno de los escribas, hacerle una pregunta: "¿Por qué si los discípulos de Juan y los de los fariseos ayunan, porque los de el no ayunan?"
Los fariseos que Vivian en tiempo de Cristo, tenían hasta una obra literaria en la cual solo trata sobre el ayuno. Aunque en el Antiguo Testamento solo se reconoce un solo día de ayuno, instituido como precepto, esto, es para el Día de la Expiación (YOM KIPPUR) en tiempo de de Cristo ya era una institución que este fuera dos veces a la semana. Estos dos días, el segundo y el quinto, que es el lunes y el jueves; se hacían en conmemoración de que Moisés fue un lunes que subió al Monte y recibió las Tablas de l Ley y fue un Jueves el día que descendió de la misma. Pero no obstante eso, ellos tenia otros ayunos que eran por motivos muy especiales y parciales, como era el que se observaba por motivo de la Destrucción de Jerusalén.
Los ayunos no se iniciaban a las seis de la tarde y terminaban a las seis del otro día, como erróneamente se ha creído, sino que se iniciaban a la puesta del sol, hasta la puesta del sol del otro día, ya que esa era la forma de computar el día. Hemos leído que los fariseos ayunaban para que se le concediera una cosa que ellos deseaban, para tener buenos sueños y para no tener malos sueños, como también para pedir la interpretación de un sueño.
Los fariseos hacia esta pregunta para poner en colisión frontal a los discípulos de Juan con los de El. Jesús contesto con una analogía, en la cual se muestra como el novio gozoso y alegre, al cual no hay que llorar: ¿Por qué ayunar cuando se esta de fiesta? El ayuno tiene su momento y su motivo.
Todo parece indicar que Jesús estaba instituyendo el ayuno, pero para después de su muerte, no antes, mientras el estuviera con ellos podían estar gozoso y sin preocupaciones. El momento iba a llegar, cuando a causa de las persecuciones, las tentaciones crecientes y otras necesidades, seria bueno apartar el tiempo para afligir el alma.
La hija de Jairo. La mujer con flujo de sangre
Mateo: 9:18-26, Marcos: 5:22-43, Lucas: 8:41-56
Cuando Jesús estaba con esta disputa, San Marcos nos dice que vino uno que era principal de una Sinagoga. El papel de este hombre, Jairo, pues este era su nombre, era de ser ROH, es decir la persona que recibía el libro de la Ley de mano del CHAZAN, u obispo, y designar a la persona que iba a leer el trozo de las Escrituras de ese día. No seria muy aventurado el que nosotros digamos que Jairo seria la persona que en algún momento le diera la lectura a Jesús o le pidiera su comentario sobre la misma.
Este hombre viene a Jesús y le implora que vaya a su casa, donde su hija, que esta grave, a las puertas de la muerte, y a decir de él: "Mi hija se esta muriendo". Tan grave la dejo, que el mismo Jairo no creía que su niña, de doce años y que era la única, nos dice Marcos, que el temía que no la iba a encontrar con vida. Jairo aspiraba a poco, solo quería que Jesús pusiera la mano sobre su hija y esta se iba a sanar.
Cuando esto esta sucediendo, Jesús estaba todavía en la casa de Leví-Mateo levantándose se fue con Jairo. Una multitud seguía el paso de Jesús, lo chocaban, era imposible caminar. Pero en la multitud había una persona que seguía a Jesús a hurtadilla, tímida, con deseo de que no la vieran.
Esta mujer tenia la idea, no que Jesús la sanara, sino que ella pudiera tocar el borde de su manto, para ella poder ser sana. Tenia que estar de lejos, pues según la Ley Ceremonial, ella no podía estar en el grupo de las personas que se congregaban.
Esta triste mujer se armo de fuerza, y es seguro que se puso delante buscando un sitio o por donde Jesús iba a pasar, para poder tocar la franja de su manto.
Tímidamente, la mujer tocó el manto por su parte inferior. Al instante, Jesús notó inmediatamente que quien le tocó, no era una de las personas que se abalanzaban sobre Él, la mano de la fe lo hizo estremecer, por eso pregunta quien le había tocado. No era que Él no supiera, Él quería que se manifestara la persona capaz de hacer manar de Él el poder vivificador, capaz de curarle.
Lucas, que era medico dice que fue Pedro el que le contestó a Jesús que era una multitud tan grande, que seria imposible saber quien le había tocado. Pero eso no convenció al Maestro. La mano que le tocó no era una mano vulgar, era mucho más, porque Él notó que había salido poder al toque de la fe.
La palabra que los Evangelistas usaron para designar "poder", fue la palabra griega "dinami", que es de donde proviene la palabra nuestra dinamita. Y es entonces, cuando la que había activado la dinamita en Jesús, la mujer que le había tocado, siente que por su cuerpo corre un nuevo impulso de vida; y que al sentirse descubierta, contó lo que había sucedido en su vida y en su interior. Este postrer medicamento, al que había recurrido en forma alternativa, fue el mas efectivo. Sus tratamientos públicos no habían dado resultado, pero al que recurrir en forma secreta, y con el corazón en las manos, la sanó, sin necesidad de gastos.
No tenemos una idea de cómo seria la medicina en los tiempos de Jesús. No creo que la terapéutica hubiera aprovechado mucho en esta pobre mujer, ya que desde hacia doce años, estaba padeciendo de su mal. Esa misma enfermedad la había privado de sus bienes, así como la había alejado de la sociedad, ya que era inmunda. El hecho de haberse mezclado con la multitud, era un riesgo, porque el tocar a otra persona, aunque fuere de manera casual, contaminaba al otro.
Jesús se encontraba despidiendo a esa mujer, cuando le llegó la infausta noticia a Jairo, de que su hijita estaba muerta. El recado agregaba, que no molestara al Maestro, pues ya no había nada que hacer. Si espíritu había salido del cuerpo, no existía posibilidad de volver a la vida, al feliz pensar de los miembros de la familia; era una molestia innecesaria. Jesús le dice al padre que no se preocupe, que Él iba para la casa. Solo era necesario que tuvieran fe, ya que por la fe, la niña se salvaría.
Cuando el grupo llegó a la casa, ésta estaba alborotada. Las personas encargadas de llorar, llamadas plañideras, y los flautistas ya estaban haciendo su trabajo. Entre los judíos, romanos y griegos, el tener personas que tocaran y lloraran por dinero, era un negocio para unos y una obligación para los deudos. Por pobre que fuera, en todo velatorio que se respetara, debía haber por lo menos dos flautistas y una plañidera.
Recuerdo haber leído en Tradiciones Peruanas, de Ricardo Palma, aquel cuadro tradicional, de costumbre antigua, titulado La del Viernes Santo, donde el costumbrista nos cuenta que el 31 de agosto de 1786, el Virrey del Perú, Teodoro de Croix, hizo publicar un bando o Reglamento, en el que mandaba poner fin a una Asociación de Lloronas, que existía en Lima. El Virrey consideraba que esta practica era opuesta: "a nuestra religión, como contraria a las leyes…" En nuestro país existen hombres y mujeres que lloran en los cementerios, a condición de que los parientes de los difuntos les den una propina.
Pues bien, Jesús ordena no haber necesidad de llorar, la niña no estaba muerte, simplemente duerme. Aquí dice Lucas, que los presentes se burlaron de Él, porque los presentes sabían que la niña había muerto. Pero sea que se burlaran por no creer a Jesús y lo que Él decía, el caso fue que mandó a salir a todos de la habitación, y solo se quedaron: "Pedro, Juan y Jacobo el hermano de Juan."
Marcos dice que Jesús, utilizando la lengua de la Sinagoga, el arameo, le dijo a la niña: "Talita cumi." Es en éste relato, que Barclay trae a colación una enseñanza rabínica, en la cual los maestros de Israel dicen: "Tres llaves están en la mano de Dios, las cuales no están en la mano de ninguna otra persona: Sin embargo, plenamente autorizadas por Dios, es decir: la llave de la lluvia, la llave de la maternidad y la llave que da nueva vida a los muertos." Aquí, en la habitación de la hija de Jairo, era Dios quien estaba dándole vida a la niña, para que con gotas del rocío de la gracia de Dios, no se cerrara la fuente de la maternidad.
Jesús cura dos ciegos. Echa fuera a un espíritu mudo
Mateo: 9: 27-34.
El milagro de la cura de los dos ciegos, se efectúa al entrar el Salvador a Capernaum. Con rigurosidad científica, no se puede determinar en casa de quien está sucediendo el milagro. Muchos comentaristas admiten que fue en casa de Pedro; pero el autor del Evangelio de Marcos dice que estaban en su casa. Como Eusebio de Cesarea dice que Pedro le dictó su Evangelio a Marcos, entonces en ese caso, la primera persona del singular es Pedro, en caso contrario podía ser el autor del Evangelio.
El milagro está sucediendo el mismo día que Jesús le hizo el llamado a Leví-Mateo, que el mismo día de la comida en casa de este publicano. Una lectura detallada nos diría que temprano, había sido la curación de la mujer del flujo de sangre, como también la resurrección de la hija de Jairo. Este es un día lleno de milagros, de mucha actividad curativa.
Por la forma en este relato está vertido, es muy significativo. Mateo, el cual escribe para mostrar que Jesús es el Mesías, el Hijo de David, el cual es el titulo que le daba al que iba a venir a establecer un reino glorioso y firme. Este titulo de Hijo de David, es el que invocan los dos ciegos, que presumimos que vienen siguiendo a Jesús, desde que este salió de la casa de Jairo, hasta que entró a la casa que puede ser de Pedro. Como ellos son ciegos, no han podido ver ninguno de los milagros de Jesús, pero si han podido escuchar la fama, el rumor, lo que se dice de este hacedor de milagros. Aunque no habían visto, estaban seguros, de que si le pedían a Jesús con fe, el Hijo de David iba a tener misericordia de ellos.
Después de invocar el nombre de Jesús, de haberse hecho escuchar, Jesús los atiende. Cuando son llevados ante la persona del Mesías, este le demanda, de que si ellos creen que el le puede curar. La respuesta no se hace esperar: "Si, Señor." A una respuesta tan lacónica y determinante, solo cabía una reacción positiva por parte del Maestro, el cual procede a tocarle los ojos al tiempo que dice: "Conforme a vuestra fe os sea hecho."
Una vez operado el milagro, viene el encargo en forma rigurosa, de que no divulguen lo que había hecho por ellos. Idos los dos que habían recuperado la vista, le traen a Jesús uno, al cual un demonio le impedía hablar, y fue sano inmediatamente. Es entonces cuando los fariseos, al ver que el común del pueblo seguía tras Jesús, empezaron a divulgar que era por el espíritu del príncipe de las tinieblas que operaba esos milagros. Que era el mismo demonio que expulsaba a los demonios. Entonces Jesús abandona a Capernaum.
JESÚS ES RECHAZADO EN NAZARET.
Mateo: 13: 53-58. Marcos: 6: 1-6.
Jesús salió de Capernaum con dirección al sureste, a unos veinticinco kilómetros, para ir al lugar donde había vivido su infancia, hasta que se dio a conocer en Israel. Aunque Mateo no lo registra, Marcos dice este episodio ocurrió un Sábado, o día de reposo. Para los que se devanan los sesos por saber que era lo que Jesús hacia en los años oscuros de los Evangelios, Marcos dice que Jesús era carpintero.
El Maestro de Nazaret, como es conocido, no era reconocido en el suelo que le vio crecer. Sus compueblanos se ponían colorados al ver en la forma que hablaba, y los milagros que hacia. Por lo que se puede ver en esta historia, no basta que uno se admire, se maraville, sienta temor, se impresiones, todo esto no es sinónimo de arrepentimiento.
Los habitantes de Nazaret sintieron de todo, menos deseo de seguir el camino de Dios. Los de su pueblo, su lar natal, los que le conocían, que eran sus vecinos, los que les conocían por su nombre, y los de sus parientes; es mas, quien sabe para cuantos de ellos Jesús había construido su mesa, la silla de su casa, la cuna en que dormían sus niños, porque no, el pulpito y los bancos de la sinagoga, se negaban a admitirlo como profeta. Después de todo, quien va a tener por profeta, a uno que todos saben que es carpintero.
Tan grande es este rechazo, que la falta de fe de ellos, hace que sean poco los milagros que se efectuaron en el pueblo. Si bien es cierto que el no fue total, fue casi total: sus familiares, los líderes religiosos y la mayoría del pueblo no le acepto. Antes de marcharse, Jesús les recordó el refrán: "No hay profeta deshonrado sino en su tierra, y entre sus parientes, y en su casa." Todo da a indicar, de que Jesús no duró mucho tiempo en Nazaret, y luego lo abandonó.
Tercera gira misionera. Envío de los doce
Mateo: 9: 35-38 y 10: 1-42, y el 11: 1. Marcos: 6: 7-13. Lucas: 9: 1-6.
Saliendo de Nazaret, comenzaron a andar en círculos, recorriendo toda Galilea. Al mencionar el Ministerio del Maestro Divino en Galilea, encontramos que en la geografía judía del tiempo de Jesús, se hablaba de la Alta y de la Baja Galilea. Las dos Galileas comprendían los territorios de las tribus de Isacar, Zabulón, Aser, y Neptalí. Esto es todo el Norte de la Palestina, que se encuentra al Oeste del Jordán, y al Norte de Samaria. Se habla de que en la Baja Galilea, había en los días de Jesé unas 240 aldeas y poblaciones. En la Baja Galilea se encontraba Nazaret; la Alta Galilea, era la Galilea de los Gentiles.
Con un campo tan grande que visitar, no sabemos que tiempo invertiría Jesús y su equipo en recorrerlo. En la Galilea es que se encuentra el Valle de Esdralon, de donde procedía sin dudas gran parte de trigo se consumía en Israel en esa época. Por lo cual, seria a la vista de estos campos, que Jesús les dice a los discípulos, ante la vista de las espigas preñadas de granos, que la mies es mucha, y que los obreros son pocos.
Sabiendo que hay que ganar tiempo, llamó a los doce que habían sido seleccionados para que fueran su cuerpo de ayudantes particulares, y le dio la gran comisión de: "Predicar, sanar y echar fuera demonios." Los doce habían aprendido de Él. Solo tenían que hacer lo que le habían visto hacer. Es entonces cuando son ungidos, ordenados, investidos, comisionados, facultados con el poder para obrar milagros. Todo lo que ellos habían visto que el Maestro hacia, ellos estaban facultados para hacerlo. Pero antes de despacharlos, les dio unos mensajes muy particulares.
En el camino tenían que ir de dos en dos, para que uno fuera la ayuda del otro. Necesitaban viajar sin tropiezos y si dificultades, por lo cual no necesitaban hacer preparativos que les hiciera perder el tiempo en cosas inútiles o sin importancia. Sus planes era alcanzar a Israel, que cual oveja perdida, no sabía el camino, y era necesario traer de nuevo al redil. Para este trabajo, era necesario usar toda la delicadeza posible.
Por esta razón no podían ellos extraviar el camino, pisando en tierra de gentiles o mucho menos creándose problemas con los judíos, visitando tierra de samaritanos. Esta era su primera salida. El objetivo era Israel, pero no pensemos que ellos iban andar dando lastimas; que andaban como hombres desvalidos. Alguien escribió, que este ejercito de doce hombres, distribuidos en seis pelotones, fue: "como un ejercito invasor y a vivir del país conquistado."
Sabios consejos les fueron suministrados a estos apósteles. Es en esta ocasión que Clarke cita el folio 16 del Shir Hashrim Rabba, donde se dice: "El santo y bendito Dios dijo a los israelitas: Seréis para conmigo rectos como las palomas; pero para con los gentiles seréis astutos como serpientes." En una nota al margen de las Biblia anotada de Scofield, dice que los consejos de Jesús a sus discípulos y apóstoles es:"Instrucción a mártires, y no a predicadores."
Aunque Elena White dice: "Los discípulos no fueron dotados del valor y la fortaleza de los mártires hasta que necesitaron esta gracia. Entonces se cumplió la promesa del Salvador." Los Evangelistas consignaron que los emisarios del Reino salieron, y por donde iban llevaron el Mensaje que Jesús les dio para que proclamaran a todo el mundo: "El Reino de los cielos se ha acercado."
ALGUNOS JUICIOS SOBRE JESÚS. HERODES CREE QUE JESÚS ES JUAN EL BAUTISTA.
Mateo: 14: 6-12. Marcos: 6: 14-16. y 21-29. Lucas: 9: 7.9.
Los evangelistas no consignan el momento de la muerte de Juan el Bautista, el predicador del desierto y pregonero de la venida del Mesías. Pero podemos decir, es que Juan pasó mucho tiempo en prisión, auque no precisemos que tiempo. Pudo haber pasado un año, y que su muerte fue poco antes de la segunda Pascua.
Este relato de la muerte del hijo de Elizabeth y Zacarías, a movido la pluma de los escritores, y son muchos los relatos, cuentos, poemas, novelas y tratados que se han escritos. Los pintores a sacado tamben sus ventajas del mismo. Son dignos de ver los cuadros que el pincel a logrado para mostrar este relato neotestamentario.
Por lo que podemos ver, el nombre de Jesús era muy conocido en la región donde Herodes Ántipas era rey. La fama del profeta de Galilea y sus milagros habían penetrado tras los muros del palacio del Tetrarca. Para el tiempo en que Herodes celebraba el cumpleaños, no sabemos si de nacimiento o de ascensión al trono, este, nos dice Marcos: "…daba una cena a sus príncipes, tribunos, y a los principales de Galilea." Así es que estamos ante los jefes del Ejército, los Nobles y los Magistrados.
Es delante de estos hombres importantes, que sale a bailar Salomé, la hija de Horodías, según nos dice Josefo. La joven, educado en Roma, danzó en medio de los invitados, causando revuelo con su baile, lo cual hizo que Herodes le ofreciera todo lo que ella quisiera, de ser posible, hasta la mitad de Galilea. La joven Salomé fue y consultó con su madre, una arpía, la cual aprovechó, para pedir algo que desde hacia tiempo quería, pero que no había logrado: la cabeza de Juan el Bautista.
Los Evangelios nos dicen, que cuando la danzarina pidió que le diera en una bandeja la cabeza del Bautista: "Herodes se entristeció." Pero había hecho un juramento delante de los convidados. No tuvo más que cumplir lo prometido. Por lo cual mandó a que Juan fuera decapitado, para satisfacer de ese modo a la lasciva madre, adultera y ahora asesina.
Por lo que dice Josefo, en la muerte de Juan se ocultaban unos intereses, que los lectores del relato bíblico no pueden comprender. Son las razones de Estado, los intereses políticos; ya que el propio Tetrarca le temía al poder carismático del varón del desierto. La vida de Juan tenía que ser cortada a todo costo, ya que sus adeptos podían levantar una insurrección y movilizar las masas descontentas. Juan podía levantar a toda Galilea y traer consecuencias que no se podían calcular.
Pero la muerte de Juan no apago la luz que en Israel se había encendido, y él fue el primero en anunciar la presencia de la misma. Con su prisión y posterior muerte, no cayó la predicación del Evangelio, su muerte tampoco impidió que el mensaje se extendiera mucho más todavía. Con la muerte de Juan, los discípulos fueron enviados a anunciar la presencia del Reino de Dios.
Ni la prisión, ni la muerte pueden detener el mensaje de Dios para la humanidad. El Evangelio es la Luz del mundo, la liberación y la vida. Es por causa de los predicadores de la Verdad, que este mundo no ha sido destruido. Lot, el varón justo, con su sola presencia en un pequeño pueblo de montaña, preservó la vida a sus habitantes. Los hijos de Dios, como la sal de la tierra, detienen los juicios que penden sobre ella, para darle oportunidad de que vengan al conocimiento de la verdad.
Regreso de los doce. Alimento de los cinco mil
Mateo: 14: 13-21. Marcos: 6: 30-44. Lucas: 9: 10-17. Juan: 6: 1-14.
Todo parece indicar que Jesús y los emisarios que había despachado, se iban a juntar en Bethsaida, no muy lejos de Capernaum, en al orilla occidental de mar de Galilea. Juan nos dice que la Pascua estaba cerca. Cuando tiene lugar el encuentro, los discípulos le contaron al Maestro las cosas que a ellos les había sucedido. Hablaron de sus impresiones como evangelistas. El recibiendo que como Embajadores del Reino habían recibido; pero sobre todo, de cómo los espíritus malos les estaban sujetos. Era su prueba de fuego, su bautismo de sangre. Fue su investidura.
Cada uno contaría a Jesús su propia versión, sus impresiones y experiencias. Después de escucharle, el Maestro tiene algo que decirle a solas, no quiere que los demás se enteren. Sobre esto nos dice Juan Calvino: "Habiendo cumplido una comisión temporal, volvieron a la escuela para avanzar mas en el aprendizaje."
Pero las personas se agolpaban, y al ver la dirección que Jesús tomó con los suyos cuando subió a una barca, la multitud se dirigió en esa dirección. Cuando encontraron a Jesús, este subió a un monte. Él les predicó e hizo algunos milagros. La hora estaba avanzada, y la multitud no tenía comida. Para ver la reacción de los suyos, le dice a los discípulos que les provean de lo que fuere necesario para la nutrición. Ante semejante multitud, unas catorce mil personas, seria el cálculo aproximado, Felipe, le dice que con doscientos denarios, no daban para alimentarlos a todos.
Era necesario que los discípulos de Jesús trabajaran dieciocho días para reunir esa cantidad de dinero; pero en el supuesto de que ellos lo hubieran hecho, o que el fondo común, del que Judas era el administrador lo tuviese, no iba alcanzar. Los doscientos denarios, solamente era para que pudieran tomar: "Un poco de pan." Es así que hacia falta dinero, y el lugar donde comprarlo, ya que el lugar era desierto.
Andrés creyó encontrar la salida a este problema. El había encontrado, según sus palabras: "Un muchacho está aquí que tiene cinco panes de cebada y dos pececillos." Las necesidades son la materia con que se construyen los milagros. La multitud tiene necesidad de alimento, entonces el milagro de la multiplicación de los panes, es parte de la espina dorsal con que se teje la corona de milagros que nos narran los Evangelios.
El Evangelio cuatriforme, como dice uno de los Padres de la Iglesia consigna este milagro, en el cual Dios manifiesta su poder para calmar las necesidades de los hombres. Dios siempre está dispuesto a darles alivio a los mortales, no solamente en cuanto a sus almas, sino también a sus cuerpos. La multitud fue saciada, sus necesidades físicas y espirituales se satisficieron; luego el Maestro lo despachó a sus casas.
Jesús camina sobre las aguas
Mateo: 14: 22-36. Marcos: 6: 45-56. Juan: 6: 15-21.
El milagro de la multiplicación de los panes, y esto lo decimos auque cometamos un anacronismo, corrió por toda Galilea como un reguero de pólvoras. ¿Qué Jesús dio de comer a una gran multitud con cinco panes de cebadas y dos peces? ¿Por qué no hacerle rey y con su ayuda echar fuera a los romanos, y con ellos alejar a los Idumeos que son sus testaferros?
No cave dudas, al Jesús multiplicar los panes, el pueblo se agolpó para hacerle rey. Era rey, no como Mesías, el Ungido, el Hijo de David. Ellos querían un rey que satisficiera sus necesidades. Un caudillo, un líder militar, un liberador.
Los judíos de los tiempos de Jesús esperaban dos Mesías, en vez de uno. Uno iba a ser Salvador, Liberador; y el otro seria el Redentor que iba a padecer y morir, el que iba a entregar su vida. Esto que está sucediendo, lo corrobora el hecho de que los galileos, que eran tenidos por sediciosos, al verse en presencia de estas señales, vieron a un liberador.
Jesús y sus discípulos trabajaron más asiduamente en el territorio de Herodes Ántipas; pero después del viaje misionero de los apóstoles, se retiraron al territorio de Felipe. Como Jesús conocía los pensamientos del pueblo, se retiró a un monte a orar, después de haber despachado a sus discípulos con dirección al mar, para ir a Capernaum. Él no podía complacer os deseos liberacionistas de un grupo de exaltado. Su reino no era de este mundo, para aceptar ser ungido por un grupo de hombres, que solo tenían los ojos fijos en las cosas de esta tierra.
El viaje por mar que tenían que hacer los discípulos era corto, no más de dos kilómetros. Con buen tiempo, era cosa de un momento. Los discípulos se montaron en la barca, y el Maestro subió al monte a descargar espiritualmente sus penas. A ponerse en comunicación con el Padre Celestial.
Recuérdese que cuando se habló del incidente en que Jesús se quedó dormido en la popa de la nave, y esta fue azotada por una tormenta, se dijo que en el mar de Galilea se levantaban tormentas repentinas; pues en este momento se está levantando una de estas. Los discípulos abordarían la nave a la puesta del sol, y ya es la cuarta vigilia de la noche, estamos hablando de entre las tres y las seis de la mañana. En todo ese tiempo anduvieron unos veinticinco kilómetros, pues la tormenta les había hecho errar el camino, y el viento les empujó en dirección contraria a su destino. Con Jesús en tierra, donde les habían dejado, con una tormenta que les hundía la nave, seria a eso del clarear del alba, cuando vieron sobre la superficie del agua, a alguien que se acercaba a ellos, caminando como si nada. Un gran temor, fuerte y profundo se apoderó de los infelices.
Es probable que pensaran, que lo que estaban viendo era un fantasma. El fantasma que había desencadenado la tempestad venia hacia ellos. Los Evangelistas dicen que los discípulos comenzaron a dar gritos de temor, de pavor, de miedo. Fue en medio de sus gritos, que una voz los calmó con sus palabras. Mateo, que vivió el incidente, cuenta que Pedro reto al presunto fantasma; y he ahí el relato de Pedro, el cual fue invitado a venir a Jesús, cuando sintió el fuerte viento que le azotaba, desfalleció en su fe.
Tan pronto el Divino Maestro entró en el barco, el viento se calmó y los discípulos se tranquilizaron; pero el milagro fue guardado en sus corazones. Mateo dice que todos ellos le adoraron como a Dios. Marcos dice que les echó en cara su falta de fe, ya que si Él había multiplicado los panes en presencia de ellos, porque no iba a tener dominio sobre los elementos de la naturaleza. El viento y el agua les estaban sujetos; debían obedecerles.
Con el viento en calma, las aguas tranquilas, un sol naciente, y Jesús como capitán de la nave, no pasó mucho tiempo sin que vinieran a desembarcar en la tierra de Genezaret. Salidos de la barca, despachó a los discípulos a Galilea, y llegaron a la región de Decápolis. Solo una vez había venido Jesús a esas costas, y desde la playa lo invitaron a que dejara el lugar. La primera vez lo declararon persona no grata.
En Galilea habían predicado sus discípulos, después de haber aprendido sus lecciones de una forma paciente. A Decápolis había enviado dos hombres, los cuales solo sabían su nombre, pero que fueron beneficiarios de un gran milagro, una gran liberación. Esos dos emisarios, sin dudas habían tenido gran éxito con sus mensajes. El testimonio de ellos había sido ponderado por israelitas y gentiles.
Es por eso, que cuando Jesús llega a la playa, su fama es grande. Todos los habitantes de la región ya conocían al Maestro. Sabían quien era el Profeta de Nazaret, el Hijo de Dios, como ellos le habían llamado. No quedó un solo enferme en la comarca que no fuera presentado delante del Redentor. También no quedó un solo enfermo que no recibiera curación.
Los primeros apóstoles habían cumplido sus objetivos. La gente rogaba encarecidamente que le permitieran tocar los bordes de su túnica, para encontrar sanación. En pocas palabras, es mucho lo que dicen los Evangelios sobre esa visita a Decápolis. No encontramos cuadros pintados sobre milagros, no se insertan historias, solo un lacónico comentario es lo que nos queda, pero mas elocuente que cualquier crónica de la época.
JESÚS EN CAPERNAUM. MUCHOS LO ABANDONAN. PEDRO CONFIENZA.
Juan: 6: 22-71 y 7: 1.
El tiempo de la estadía en Genezaret fue breve. Por Juan sabemos al día siguiente ya estaba de regreso a su tierra. Parece que al aclarar el día, después de la noche de tempestad, cuando Jesús se encontraba en Genezaret, la multitud que había sido alimentada, estaba buscando a Jesús. Una nave había cruzado el lago, y de Tiberiades había llegado al lado norte de Bethsaida, pero al no encontrar a Jesús, se dirigió a Capernaum, que no se encontraba distante. La nave, bordeando la costa, descendió hacia el sureste. Jesús con sus discípulos había atravesado el lago, pero con dirección al noreste, y en Capernaum se encontraron.
La multitud que quería la asonada para que fuera rey, también se encofraba en Capernaum. Los cabecillas del grupo, fueron y le manifestaron al Maestro sus preocupaciones. Le dijeron que les habían buscado, y que estaban sorprendidos al encontrarle en Capernaum. Que no se lo explicaban, ya que Él no tenía una barca para hacer ese viaje.
Jesús conoció sus deseos. No era que estuvieran preocupados por su salud; como tampoco era que le quisieran como rey. Él les declara sus deseos, ellos siguen simplemente los deseos del momento. Les estaban buscando, porque habían comido del pan que Él les había dado, y con eso era suficiente.
En ese momento, Jesús les declara un extraño sermón, en el cual les insta, no a buscar las cosas de la tierra, sino las del cielo. El Padre lo que le pide a sus hijos es obediencia. La sumisión y la obediencia a la Palabra de Dios, es la demanda que se les hace a los cristianos. Porque luchar por la comida, cuando las mismas necesidades del cuerpo, nos exigen la nutrición a diario. Es necesario luchar por algo imperecedero. ¿No comieron los padres el maná por cuarenta años y murieron? ¿Por qué no buscar un alimento que nos inmortalice?
Todo parece indicar que los que seguían a Jesús en este momento, los que estaban con el cuando fueron alimentados, y que querían proclamarlo como rey, a pesar de su origen humilde, no querían admitirle como Hijo de Dios. Si pueden tenerle como a un guía que puede llevarle a la victoria, pero no como a Hijo de Dios. Él les invita a que coman la carne verdadera, y que beban verdadera bebida.
Este terrible discurso, no fue entendido por el pueblo ni por los maestros del pueblo de Israel que se encontraban presente. El contenido fue encontrado fuerte, ilógico, y difícil de seguir por los hijos de Abrahán. Y era que todo estaba escrito, solo podían ir a Jesús, aquellos que el Padre enviara a Él.
De los que estaban siempre con Jesús, muchos de ellos no pudieron comprender el significado de esas palabras. Tenían que parecer duras: ¿Cómo podía éste Maestro, dar de comer a sus discípulos su carne? Jesús comprendió el alcance de sus palabras y el ánimo de sus allegados. Por esa razón flota en el aire una interrogante salida de sus labios: "Esto os escandaliza?
Si esas palabras, que eran un nimiedad los escandalizaba, y les hacia murmurar, susurrar en secreto, ¿Cómo se pondrían si le vieran cuando Él esté en su lugar original, con la gloria que tuvo junto al Padre? De que eran difíciles esas palabras, era cierto. Pero nadie a dicho que la verdad tenga la cara bella.
La sinagoga empezó a quedarse vacía. La multitud que abarrotaba el edificio empezó a desfilar; y pronto Jesús estuvo en compañía de sus más allegados. Aquel que en la orilla del mar de Galilea, o debajo de un árbol, o frente al banco de los públicos tributos les había hecho la invitación para que se les unieran, les hace ahora a ellos esta pregunta: "Queréis vosotros iros también?"
Pero Simón Pedro, al igual que los once comprendió el discurso de Jesús. Ellos les conocían, sabían que Él era el Mesías, y que los milagros que habían visto, no era mas que la manifestación del Brazo poderoso de Dios, tomó la palabra en nombre del grupo y dijo: "¿A quien iremos?" Y era la verdad. No había otro al cual pudieran ir. Quien como Él era un maestro paciente, Dios misericordioso, redentor compasivo, salvador amante, a quien ellos pudieran ir. Solo Jesús tenía palabras de vida. La invitación que Jesús hacia, no había porque aceptarla.
En todo el tiempo que ellos habían estado junto a Jesús, su conducta, palabras, hechos, y las más mínimas de sus acciones, eran más que suficientes para acreditarle como a aquel que Jacob había prometido. Todo indicaba que Él era el que habían anunciado los profetas. Como ir tras la familia de Anás, los cuales eran orgullosos y ricos, a los cuales no podían acercarse los pobres. Porque ir tras los fariseos con sus doctrinas vacías, y carente de la vida que tenia Jesús. Porque involucrarse con los celotes, de los cuales había salido Simón, los cuales eran unos asesinos despiadados. La vida de los esenios no estaba de acuerdo con los principios el Maestro, con su vida. Jesús compartía con todos, sin importar el origen o la condición social.
Pedro sabia que no había a quien ir. Es por esa razón que firma su voto, en su nombre y en el de todo el grupo, y jura fidelidad al Maestro al confesarlo como que Él es el Cristo, el Hijo del Dios Viviente. El apóstol hablaba por revelación. Fue el mismo Padre, el Viviente de Israel, quien inspiró esas palabras.
Después de este incidente, la presencia de Jesús en Judea, fue restringida. El complot estaba en marcha. Su trabajo continúo en Galilea.
JESÚS HABLA CONTRA EL RITUALISMO.
Mateo: 15: 1-20. Marcos: 7: 1-23.
Con un relato muy parecido a éste, nos encontramos cuando Jesús aceptó comer con aquel fariseo, el cual se sorprendió al ver a Jesús comer pan sin antes haberse lavado las manos. En este acápite vamos ampliar nuestros conceptos sobra las costumbres de los fariseos en los tiempos de Jesús y sus apóstoles. Esas costumbres ritualistas, se conocían con el nombre de la tradición de los ancianos, o de los mayores, porque venían de los tiempos pasados.
La Tradición de los Ancianos de Israel, se puede designar con el nombre de Ley Oral. Esta Ley, se puede decir que estaba en contraposición con la Ley Escrita que el Eterno le había entregado a Moisés. Decimos de esta contraposición, no porque chocaran, sino que esta fue una Ley que fue pasando de generación en generación en forma oral, hasta que llegamos al siglo tercero de nuestra era. Fue durante los reinados de Adriano y Severo, cuando el rabino Judá el Santo, procedió a poner por escrito esta Ley, y la llamo Mishna, que significa Segunda Ley. Los encargados de velar por esta Segunda Ley, era los fariseos.
Los fariseos decían, que al entregarle las tablas de la Ley a Moisés en el Monte Sinaí, Dios también le entregó la Ley Oral. Según ellos, Moisés pasó esa Ley a Aarón, y a los hijos de Aarón Eleazar e Ithamar; después de esto la Ley fue pasada a seis ancianos de cada una de las tribus. Cada uno de estos ancianos la pasó a cada jefe del pueblo y estos jefes a la congregación del desierto. También decían que Moisés le dio la Ley a Josué, y este a los jueces, los jueces a los profetas, hasta llega a Jeremías, el cual se la entregó a Baruc, el cual era su escriba. Baruc le dio la Ley a Esdras, y este a los miembros de la Gran Sinagoga, y de sinagoga en sinagoga, llegó hasta los días de Jesús, para luego extenderse y llegar hasta Judá el Santo, quien la puso por escrito, como dijimos.
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