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The Long 20th Century in Latin American Literature


Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. El rol de la literatura latinoamericana en el siglo XX
  3. La tradición oral en la literatura latinoamericana
  4. La transculturización literaria
  5. La hibridez literaria
  6. El feminismo en la literatura latinoamericana
  7. Conceptos sobre el realismo mágico
  8. Conclusión
  9. Bibliografía

Introducción

El objetivo del presente trabajo, es el de enriquecer el conocimiento acerca de la literatura latinoamericana a lo largo del siglo XX. Para ello, analizaremos el rol que jugó el entendimiento de la literatura en el marco teórico desde los comienzos del siglo XX. También, estudiaremos sus propias tradiciones históricas y críticas. De esta manera, trataremos de contribuir con una base de estudios para graduados interesados en estos conocimientos literarios.

Las más importantes tendencias de la narrativa hispanoamericana que en el siglo XX se desarrollaron, nos indican lo siguiente: que la poesía alcanzó un mayor desarrollo que la novela. Podemos observar dos tendencias narrativas: el Realismo y la Nueva Novela Latinoamericana. El realismo tiene su surgimiento en las primeras décadas del siglo en mención, surge como una nueva corriente literaria que siempre tuvo el ánimo de dejar de lado la influencia extranjera, y así, de esa manera, poder dedicarse a buscar lo propio latinoamericano. Esta corriente se dio al mismo tiempo que se iban dando cambios profundos en la sociedad latinoamericana, como consecuencia de la industrialización y el crecimiento de una conciencia revolucionaria especialmente en la clase trabajadora. Así mismo, había la preocupación por encontrar la definición de una identidad nacional, que tuvo sus inicios en el siglo XIX, y que se revitalizó con la presencia imperialista de los Estados Unidos.

Hacia los años de 1940, la literatura latinoamericana es plenamente realista, y en esa línea narrativa tiene una temática referida al hombre y la naturaleza, el conflicto entre ambos, conflictos sociales por la marginalidad y la pobreza, una gran problemática política regional acerca de las dictaduras aparecidas en muchos países latinoamericanos, y la economía colonial que se ejercía en contra de los intereses nacionales. Por entonces, se puede diferenciar a cuatro tendencias literarias realistas, las cuales se dividen por la temática tratada de sus autores. Así tenemos: la literatura indigenista, la novela, ciclo de la revolución mexicana y del movimiento del grupo Guayaquil. Dentro de estas tendencias, se puede afirmar que, el de mayor importancia es el ciclo revolucionario mexicano, que se desarrolló en paralelo con la revolución contraria a la dictadura de Porfirio Días, entre los años de 1910 y 1940. Luego, creemos que la siguiente tendencia importante fue la novela indigenista, donde se narraba la problemática de los indígenas americanos, esta tendencia tuvo lugar en Ecuador y Perú. A este respecto, Carlos Fuentes autor del libro El espejo enterrado (2005) nos dice en el mismo: "La Revolución mexicana comenzó en 1910 como un movimiento político para lograr elecciones libres, pero su dinámica la llevó a convertirse en un movimiento social para obtener mayor desarrollo con mayor justicia y, sobre todo, se convirtió en un evento cultural" (Pág. 479).

Un gran acontecimiento mundial se da en la segunda década del siglo XX. Nos referimos a la primera guerra mundial, la misma que, provoca una gran crisis en el desarrollo y evolución del Modernismo. Debemos anotar que, las diferentes literaturas nacionales se iniciaron un poco antes del año de 1920, tiempo en que hay un gran desequilibrio entre los estilos anteriores y las tendencias nuevas. Aparecen muchos escritores jóvenes con gran personalidad y logran incorporar a sus nacionalidades en el contexto de la literatura mundial. De esa manera, se dan a conocer nombres como el de Pablo Neruda, quien logra reconocimiento mundial con poemarios de sus inicios, tales como: Veinte poemas de amor y una canción desesperada (1921), y Crepusculario (1936).

La tradición literaria a través de la oralidad, de inicios pretéritos, tales como el Mito, la Fábula, la Leyenda, tiene cabida en la literatura del siglo XX, gracias a que éstas, fueron llevadas por las comunidades primitivas durante sus migraciones y se fueron transmitiendo a través de generaciones. El Mito no solamente nos muestra las costumbres ancestrales, pues también nos da a conocer la existencia de valores culturales de una determinada civilización.

Todos los esfuerzos de los escritores del siglo XX, han tenido el objetivo en común de lograr una identidad literaria que les permita desarrollar el canon de la literatura latinoamericana. Sin embargo e independientemente de esta gran conjunción de voluntades, la Hibridez ha sido y es una muy importante estructura discursiva, durante el tiempo que se construyó y el actual construyéndose, la identidad latinoamericana añorada por todos los escritores hispanoamericanos.

El feminismo en la literatura latinoamericana ha tomado mucho auge en los últimos treinta años. Ha provocado una revolución ideológica, que logró cambiar el entorno cultural del planeta. Las mujeres por fin se hicieron visibles, hicieron sentir su voz propia, y se lograron un espacio en el poder político. El mundo actual está consciente que el feminismo ha logrado transformar profundamente a la sociedad contemporánea, pues ellas, están logrando la derogación de leyes antiguas e inconvenientes para las mujeres, así, se han corregido constituciones nacionales. Con todo ello, el feminismo le ha dado un carácter moderno muy a tono con la actual época, y sin duda, están marcando las pautas de los nuevos paradigmas de poder, la cultura y el porvenir. Ellas, han logrado revisar el canon de la literatura femenina, con el fin de adaptarlas al adelanto literario de otras lenguas.

El rol de la literatura latinoamericana en el siglo XX

El análisis del rol de la literatura latinoamericana en el siglo XX, nos remonta necesariamente a los periodos de la colonia y a los posteriores a ella. Siempre ha existido la preocupación y responsabilidad por definir este concepto, especialmente, en lo que atañe a la historia y la memoria. Entonces, podemos afirmar, que el rol de la literatura latinoamericana es el de ser la depositaria de los símbolos y mitos, de sus tradiciones, su historia, su memoria, su identidad, su acervo, sus problemas y placeres, y su cultura. Todos estos conceptos deberán ser recogidos por la literatura, a través de eventos del pasado, presente e incluso, del futuro. Tiene la responsabilidad de mostrar todas las variaciones conductuales de los seres humanos, deberá mantener la estabilidad y vitalidad del lenguaje de manera coherente entre la persona individual y su sociedad, y entre la imaginación y sus anhelos. Debemos recordar que, durante el periodo colonial, la persona individual no significaba mucho en la memoria colectiva, y sólo podía acceder a ella, a través de la tradición oral como una forma de vida. Vemos como el rol de la literatura era muy escaso, sin embargo, tuvo la responsabilidad de transmitir su historia las siguientes generaciones, aquellas que no se conocían, y aunque, no existía la necesidad de tener una memoria probada, tenían que cumplir con el rol de mantener vivo el proceso cultural de las civilizaciones. A propósito de la historia y memoria, y de la tradición oral del periodo colonial, el Inca Garcilaso de la Vega nos dice en su obra Comentarios Reales de los Incas (1608) "las oí a mis mayores, aunque (como muchacho) con poca atención, que si entonces la tuviera pudiera ahora escribir otras muchas cosas de grande admiración, necesarias en esta historia. Diré las que hubiere guardado l memoria, con dolor de las que ha perdido" (Pág. 87).

Los intelectuales y críticos académicos, siempre han estado muy atentos al debate permanente de la historia y la memoria como conceptos centrales del rol de la literatura latinoamericana. El principal objetivo de esta preocupación ha sido la búsqueda y encuentro de una identidad nacional, en consideración de su historia y memoria. Por ello, mucha de nuestra literatura emergió como subversiva, dado que los autores se tomaron muy en serio la responsabilidad de concientizar a su gente acerca de su realidad, de lo mucho que les correspondían de forma natural.

Ante el riesgo que siempre corre la historia de ser olvidad o cambiada, surge la preocupación por su conservación, y la literatura asume ese rol a través de sus diferentes géneros, juega un rol muy importante, y por lo tanto crucial. Con este ejercicio, se mantiene la posibilidad de preservar a historia y memoria de los pueblos, pero siempre estará presente el riesgo de su deformación, inclusive, llegar a la desaparición y destrucción. Existen numerosos ejemplos en la historia de la humanidad, donde se ha podido comprobar que algunos arqueólogos realizaban conscientemente el trabajo de destruir huellas del pasado, solamente con el infame propósito de crear espacios convenientes para preservar o revelar otras.

En la reconstrucción de la historia es necesario poner en acción la memoria, pues, ésta, es un núcleo de conservación de recuerdos y remembranzas, es una forma eficaz de hacer entender la actual realidad en base a su pasado, también lo es para lograr la unidad nacional. Como sucedió en el periodo de la colonia, donde el sistema de vida impuesto por los colonizadores a los indígenas, animaron a su rebelión, se manifestó la expresión emocional, la expresión escrita de intelectuales del pasado. De esta manera, los escritores de nuevas generaciones pueden narrar y reactualizar eventos históricos, en virtud de la preservación de la memoria nacional, y también, a la conservación de escritos.

Debemos recordar que la palabra es un elemento muy importante en el proceso de conservación de la memoria y su historia. La apalabra ostenta mucho poder, la historia es el archivo del pasado de una civilización o de una nación, entonces, la historia viene a ser la actividad de hablar del pasado, que la historia tiene consigo un tipo de discurso con su propio lenguaje, y que lo envuelve con el significado conveniente. El poder de la palabra tiene la capacidad de dar significado a una determinada realidad, logra su descripción, su representación y su reflexión. Al final, todos estos conceptos, nos llevan a tener en cuenta las implicancias acerca de la comprensión cabal de la historia, de tener una consciencia de memoria, y lograr la comprensión y aceptación del discurso literario histórico. Roland Forgues cita a José María Arguedas en su libro de crítica literaria El fetichismo y la letra (1986) para decirnos: "frente a la situación de subdesarrollo y de dependencia de América Latina, frente a la violencia de las relaciones sociales, frente al avasallamiento de los grupos étnicos indígenas por los grupos étnicos de origen occidental y frente a su alienación cultural que los lleva a la pérdida de su identidad y de sus raíces, el escritor consciente de los valores del ser humano debía forzosamente sentirse comprometido" (Pág. 13).

La tradición oral en la literatura latinoamericana

En Latinoamérica, desde pretéritos tiempos existen generaciones que sin saber escribir o leer, supieron transmitir sus fábulas a través del tiempo, hasta que los escritores y compiladores coloniales y republicanos se ocuparon de conservar y perpetuar la memoria colectiva plasmándolos en sendas impresiones de libros. De esta manera, se pasó de la oralidad a la escritura, y se logró mantener a buen recaudo la tradición popular.

Es muy difícil saber con exactitud cuándo aparecieron las fábulas donde los personajes tienen voz humana. Sin embargo, se cree que es muy probable que se introdujeran en América a partir de la conquista, es decir, en el siglo XVI. No se cree que los ejércitos de Cortés o de Pizarro tuvieran mucho que ver con esto, pero sí los esclavos africanos que se convirtieron en mercancía. Los estudiosos detectaron a través de sus investigaciones que, las fábulas africanas se contaban en versiones diferentes, se realizaban en las plantaciones, en las minas, en los galpones, y en donde habitaran los esclavos negros. Estos, que se vieron obligados a dejar de lado a sus conjuntos de dioses a favor de la fecundidad para evitar la multiplicación de esclavos en América, mantuvieron férreamente sus fábulas y su tradición oral, las contaban a los indígenas que corrían la misma suerte de abuso y muerte de la colonización. Al pasar el tiempo, las fábulas de origen africano, se asentaron en las costumbres y voces de las culturas precolombinas.

Las fábulas de a tradición oral son excelentes ejemplos de la sutileza e imaginación popular, es una imaginación que muchas veces se presenta y expresa como una aberración de la lógica, pero inequívocamente, es la forma de expresar las emociones y sensaciones sacadas del fondo del alma a través de imágenes, símbolos, emblemas, etc. Así mismo, existen otros con gran capacidad de sugestión y se expresan lacónicamente, funden sus raíces en sus culturas y se convierten en elementos importantes del folklore, son muestras activas y dinámicas de fidelidad de cómo la memoria colectiva recoge y guarda la sabiduría y el ingenio del pueblo.

La niñez de Latinoamérica, al igual que los niños del mundo, crecen acostumbrados a oirá la transmisión de cuentos de fantasmas, unos más impactantes que otros, y en los cuentos que provienen de la tradición oral, existen varias interpretaciones sobre la vida y la muerte. Por ejemplo: esta de carácter pagano y cristiano, la creencia de que el espíritu o alma, sobrevive después de la muerte, que luego del juicio final, algunos se van al paraíso, y otros, se van a sufrir y desaparecer entre las llamas del infierno. Los estudiosos consideran que, el espíritu del ser humano en estado de inconsciencia, forma parte entre los elementos de la naturaleza. En las civilizaciones primitivas, donde el nivel de conciencia es muy diferente al actual, el alma no es unitaria. De esta manera, los pueblos primitivos entienden que las personas albergan un alma selvática aparte de la suya propia, que el alma selvática habita en algún animal salvaje, o tal vez en una montaña, árbol, etc. De esta manera, el ser acaricia una forma de identidad psíquica. Siempre ha sido sabido que, en las antiguas culturas latinoamericanas, antes de la era cristiana, el alama o espíritu es algo que no se ve, que es intangible, que puede continuar con vida, que toma la forma de un fantasma, luego de la muerte del cuerpo. De esta forma, cuando la persona muere, su alma va al cielo o al infierno, luego de su condena empieza a vagar echa una alma en pena, retorna al mundo de los vivos para vengarse, perseguir a deudores y a espantar a vivos incautos.

El mito siempre ha sido una pieza literaria importante en la cultura andina de Latinoamérica. El mito tiene presencia importante en la cotidianeidad popular, desde la antigüedad se originaron deidades del bien y del mal, los mitos tienen proclividad a la superstición e intentan responder las preguntas acerca del origen del universo y el hombre. El mito está vinculado tradicionalmente a la religión y a su culto, sus personajes son divinos y por lo tanto adorados, es un personaje originado de un determinado credo sin prueba alguna de su existencia.

El mito tiene origen en la alegoría tradicional basado en un hecho real, filosófico o histórico. En el mito, se expresan relatos fantásticos, donde las deidades, los héroes, los animales y las fuerzas naturales, se presentan con propiedades de criaturas humanas. Ya sabemos que el término Mitología se refiere a un conjunto de mitos divinos y heroicos populares, puesto que en los mitos hay fundamentación religiosa, tratan de explicar los fenómenos naturales y sus misterios, donde el ser humano primitivo no podía penetrar científicamente. Ahora bien, tanto el hombre como el mito, ambos han sido parte de un proceso evolutivo, a través del tiempo su discurso ha deformado la estructura original del mito primitivo, por esa razón, su comprensión e interpretación ha sufrido muchas variaciones. Los mitos con narraciones fantásticas o no, si son acogidas en su presentación más pura, se convierte en un documento muy valioso para el investigador que trabaja por penetrar hasta el fondo de la historia de las civilizaciones y sus raíces étnicas. Laura Esquivel es autora de un libro basado en muchos mitos de la cultura azteca, su título es Malinche (2007) en él, nos dice: "Para poder reposar en su superficie y así poder contarnos los secretos del universo. Ella se comunica con nosotros en cada charco, en cada lago, en cada río; tiene diferentes formas para vestirse de gala y presentarse ante nosotros siempre nueva" (Pág. 27).

La transculturización literaria

En el ejercicio cotidiano, continuo y directo de diferentes grupos culturales se plantea una compleja comunicación, donde la constante integración de nuevos elementos de otra cultura es condicionada por los parámetros culturales del grupo estable. Los patrones culturales dan su propio sentido a los elementos culturales adoptados a través de modificaciones, ya que ningún elemento cultural del grupo estable se reproduce de la misma manera al ser admitido por la cultura que se recibe. Tenemos el caso de Alejo Carpentier, quien representa dos puntos de vista enfrentados: el punto de vista americano de Europa y el punto de vista europeo de América, que se desarrollaron por ambos continentes a través de distintas expresiones del arte de la literatura y otras. En la obra de Carpentier, éste, es un tema constante, siempre se están encontrando dos mundos, dos culturas, dos tradiciones, y la forma de relacionarse entre sí. El enfrentamiento y choque de culturas se sintetiza a través de la dicotomía Europa-América. Y es porque el autor ve con absoluta claridad las dificultades que implican a la relación, no es fácil comprender y aceptar a otro, siendo éste diferente. Carpentier nos manifiesta cómo es que, las tradiciones, las creencias y la propia cultura influyen en la interpretación del otro, y también de lo otro.

La transculturización literaria de costumbres y otros elementos no se dan como si se tratara de un simple paso de una cultura hacia otra, es más bien un proceso muy complejo donde se manifiesta la selección, la imposición, la apropiación, la nueva reinterpretación de elementos culturales, etc. Es muy difícil que algún elemento de la cultura fuente sea reproducido de la misma forma luego de ser aceptado en la nueva cultura receptora. Así mismo, se encuentra la dicotomía de oposición entre el pasado y el futuro, la dicotomía de oposición entre la realidad y la ficción, donde hay un gran enfrentamiento por distinguir entre lo real y lo ficticio. Todas estas dicotomías se pueden observar en la novela escrita por Alejo Carpentier titulada Concierto Barroco (2003), sin embargo, solamente citaremos una, donde enfrenta a personajes músicos barrocos frente a otro personaje del continente americano, como Moctezuma: " Las pupilas de Ospedale prorrumpieron en una enorme carcajada, mientras Moctezuma hacía correr las copas de una bebida que había inventado" (Pág. 247).

En la misma obra de Carpentier, se puede ver otra dicotomía muy importante, me refiero a la oposición entre Hernán Cortes y Moctezuma. Primero, se encuentran dos polos opuestos de identidad, luego, Moctezuma es despojado de su identidad americana, esta identidad luego es aumentada por elementos occidentales, y finalmente, se ve como domina la visión europea.

En los inicios del siglo XX, América, el nuevo continente ostentaba una historia que muchas veces fue despojada en el pasado, lo mismo que sus tradiciones y su identidad cultural propia. En la memoria europea se registra que América no tiene una historia tan importante y grande como la europea. Entonces, vemos como la realidad de América no es comprendida por Europa, y más bien, le resulta indiferente y sin importancia, y cuando se habla de la historia americana, la voz de estos, no es considerada para contar su propia historia. Si nos remontamos al descubrimiento y conquista, nos daremos cuenta que, las crónicas escritas por los europeos eran mucho más aceptadas como verdaderas que las escritas por indígenas y mestizos.

En los momentos de transculturización literaria, la recepción e integración de elementos culturales de una a otra, son dependientes de los patrones culturales, los mismos que dan su propio sentido con el propósito de modificar sus elementos. Entonces, podemos decir que, no hay elemento de ningún sistema cultural que pueda ser reproducido de igual manera cuando éste, es admitido por la nueva cultura que lo recepciona. Las transacciones literarias de intercambio cultural tienen proyección recíproca y son asimétricas.

La hibridez literaria

La hibridez literaria es una estructura discursiva, a través de la cual, se construye la identidad nacional o dado el caso, la identidad latinoamericana. La hibridez no es un concepto con unidad y no es estable, más bien, dada su condición de estructura discursiva, está en constante negociación, pensando y definiendo la identidad nacional o latinoamericana.

En la actualidad, el tema de la hibridez es fundamental en las discusiones teóricas, especialmente desde el emprendimiento de la postmodernidad, donde se cuestionó la unidad y la pureza. Tenemos el caso histórico de España y el mundo árabe, donde muchos escritores españoles se oponen a la idea de la esencia española eterna y pura, y más bien, éstos, ponen en evidencia que uno de los más importantes elementos de constitución de esta cultura es precisamente lo árabe, elemento que España siempre ha marginado. Al retirar las palabras derivadas del árabe de la lengua española, escritores como Goytisolo, demuestran la importancia y abundancia de la lengua árabe en el español. Y la impureza y la hibridez nos muestran como el lenguaje y la comida también, lo árabe siempre está presente. Por lo tanto, lo que se viene llamando español tiene en esencia muchos elementos árabes, y lo español no es lo primero originario, es más bien, lo tercero, como un resultado de la mezcla, un hibrido.

La hibridez toma forma y vida, y por lo tanto expresividad, en la constitución del mestizaje. En América Latina, es muy difícil encontrar a alguien que no sea mestizo, una raza hibrida con voz propia, y por lo tanto presente en las manifestaciones artísticas, y entre ellas, la literatura. Hay que tener en cuenta que, la identidad cultural de una nación no es un ser sino más bien un constante hacerse, porque la identidad cultural no se encuentra en el pasado, sino que ésta, se va forjando a través de las artes, como la literatura y otras. Podemos citar al escritor peruano José María Arguedas, que a través de su obra empezó a lograr un espacio para el mestizo. Allí tenemos su novela Yawar Fiesta (1976) y donde se puede leer: "Pero en el mes de enero de 192… llegó a Puquio la noticia de que en Coracora, Capital de Parinacochas, se había reunido en cabildo, todo el pueblo. Que el cura había hablado en quechua y después en castellano, y que habían acordado abrir una carretera al pueblo de Chala, para llegar a Lima en cinco días, y para hacer ver a los puquianos que ellos eran más hombres" (Pág. 64). Nos queda muy en claro que, Arguedas, efectivamente, le dio un espacio al mestizo, y por ende, a la exposición de la hibridez literaria. Supo juntar a sociedades distintas, lenguas distintas, culturas distintas, costumbres distintas, idiosincrasias distintas, creencias distintas, tradiciones distintas, y supo expresar a través de ello, el mestizaje e hibridez de la sociedad latinoamericana.

El feminismo en la literatura latinoamericana

El feminismo ha logrado llevar adelante una gran revolución ideológica a través de las tres últimas décadas, mediante ella, ha logrado cambiar drásticamente el entorno cultural en el planeta. Han logrado que la mujer se mantenga visible y con su voz propia, y con un determinado poder político. De esta manera, el feminismo ha podido lograr una profunda transformación en la sociedad contemporánea y con seguridad, nos está poniendo las pautas de la cultura del porvenir. Esta revolución ha hecho estragos en todo el ámbito de la vida contemporánea. Podemos verlo en los dogmas de fe, en la moda, y también ha podido cambiar los códigos de comunicación en casi todos los idiomas. Está el caso del término-concepto "hombre" que, nos daba el significado de la totalidad de la especie humana, y dicho en muchos idiomas. En la actualidad, este término ha quedado reservado para designar exclusivamente al varón. Y por supuesto, toda esta temática feminista está contenida y documentada en la literatura femenina. Sus escritoras están plenamente comprometidas a derrumbar todos los estereotipos formales y temáticos que las habían erróneamente considerado, así mismo, se levantan en contra de las convenciones lingüísticas y metafísicas de la escritura masculina patriarcal, registran toda su experiencia social, espiritual, estética y psicológica a través de libros de distintos géneros. Simone de Beauvoir, al analizar la aparición de la mujer y lo que simboliza la historia del Génesis, en su libro El segundo sexo (1999), nos dice: "La Humanidad es macho, y el hombre define a la mujer no en sí misma, sino con relación a él, no la considera como un ser autónomo" (Pág. 18).

La actividad narrativa de la escritora contemporánea acaba con el status quo y presenta nuevas propuestas que corresponden a su universo, sus valores, no niegan sus características biológicas, y lo hace desde la perspectiva de la mujer. Al paso del tiempo, pero muy rápido, se creó y aceptó un nuevo canon literario, es decir: el trato de la imagen realista captada con la visión de la mujer y expuesta a través de un discurso netamente femenino, hémbrico. Esta forma de exponer la temática feminista, siempre estuvo presente en los trabajos literarios anteriores, pero ahora, éstos, están configurados en publicaciones abundantes, las mismas que la han llevado a cohesionar su propio contexto, a su propia visión, su propia voz, las que tendrán que ser juzgadas por sus alcances y méritos propios.

Después de superar todo el asombro que ocasionó la explosión de la literatura femenina, que se ha venido dando en los últimos treinta años en toda América Latina, se ha logrado un espacio, donde se consideran los momentos precisos para la reflexión y análisis. En el nuevo panorama de la crítica literaria, se ha establecido un gran diálogo a nivel internacional, con la participación constante de grandes escritores y críticos, con la intención de hallar o determinar los puntos y niveles de coincidencia, y también, los de divergencia entre la literatura femenina en Latinoamérica y las demás literaturas, incluyendo la teoría literaria. A todo esto, se debe sumar el gran fenómeno comunicacional del siglo XX, nos referimos a la globalización, gracias a la cual, la comunicación mundial se da al instante y en directo, si este fuera el deseo o la necesidad, las facilidades para viajar, y otras, no permiten la posibilidad de marginación de regiones o lugares que antes resultaban imposibles de llegar. De este modo, la actividad textual de las escritoras de Latinoamérica ha logrado trascender el continente americano con su aporte propio, y también, con la ayuda a la formación y desarrollo de la estética literaria que está vigente. El libro escrito por Raman Selden, Peter Widdowson y Peter Brooker, titulado A Readers"s Guide to Contemporary Literary Theory (2005) dice: "Although second-wave feminism continues to share the first wave"s fight for women"s rights in all areas, its focal emphasis shifts to the politics of reproduction, to women"s "experience", to sexual "difference" and to "sexuality", as at once a form of oppression and something to celebrate" (Pág. 120).

La revisión del canon realizada por escritoras de la literatura femenina en Latinoamérica, y las otras realizadas por escritoras de literaturas de otras lenguas, han coincidido en las enmiendas sustanciales, donde se encuentran temas que anteriormente fueran considerados como prohibidos; entre ellos, podemos encontrar: la sexualidad femenina, la opresión patriarcal, la identidad de la mujer, la escritura dirigida a la mujer actual en su contexto social. A parte de lo expresado anteriormente, creemos que lo sustancial y que define a la literatura de la mujer, es sin duda su diversidad y multidimensional cultural, su desarrollo histórico y sus estructuras sociopolíticas.

Luego de analizar la literatura femenina latinoamericana, podemos presentar algunos de los rasgos más importantes de la temática, del discurso, de estructuras, y también, los críticos:

  • La alianza con el independentismo y sus consecuencias literarias: la incorporación del colonialismo a la temática con la visión del vencido o metáfora de la subyugación. El rechazo de las teorías feministas críticas de Europa central, por ser inservibles al estudio de la literatura mestiza.

  • La lucha de la mujer por la vida y la sobrevivencia. Esto origina la literatura comprometida, la literatura testimonial que lucha y denuncia.

  • La lucha contra la censura a través de la novela, donde se burla la censura mediante estructuras fragmentadas, discurso lleno de metáforas, simbología exigiendo la participación del lector.

  • La revaloración de los espacios marginados, como el doméstico, para ser el centro de inspiración para escribir.

  • La inclusión del humor conjuntamente con la ironía, como un arma eficaz subversiva frente al patriarca.

  • La relación de la mujer con la tierra, donde se reivindica a la mujer andina violada desde los tiempos de la conquista hasta la actualidad. Hoy es considerada la imagen arquetipo de la madre tierra, donde sus riquezas son motivo del asalto continuo de los buscadores de oro.

  • La nueva consideración de la sangre, apartada de la literatura masculina donde, ésta, es usada para sugerir la agresión y la violencia del más fuerte. Ahora, la sangre del siglo menstrual de la mujer, es la metáfora perfecta de la fertilidad y la creación.

  • El establecimiento de una tradición literaria matriarcal como complemento de la tradición patriarcal.

Luego del cambio del mundo por la revolución de la mujer, ésta es consciente que aún hay mucho camino por recorrer, sin embargo, lo hecho hasta ahora, ya nadie podrá deshacerlo. La mujer actual latinoamericana escribe sobre este contexto, creando nuevas perspectivas para interpretar y expresar su percepción del universo. Por lo tanto, la literatura feminista está comprometida con las reformas estructurales políticas, y a desempeñarse en una función crítica de la sociedad.

Conceptos sobre el realismo mágico

El Realismo Mágico corresponde a un género literario que apareció en los años de 1950 caracterizado por ser metalingüístico, se preocupó por el estilo y el interés de expresar y mostrar lo extraño e irreal como si se tratara de algo común y cotidiano. Tiene la finalidad de expresar emociones asumiendo una actitud respecto de la realidad.

De acuerdo con la historia, este término fue usado inicialmente por Franz Roh, un crítico alemán de arte, lo mizo para explicar la composición de una pintura que denotaba la alteración de la realidad, llegó a la lengua española con la traducción del libro Realismo Mágico en 1925. Y más tarde, fue incluido a la literatura latinoamericana por el ensayista Uslar Pietri a través de su ensayo El cuento venezolano (1947). Hay críticos literarios que señalan que el realismo Mágico tuvo un nacimiento simultáneo con lo Real Maravilloso. Mientras que Pietri presenta el concepto de Realismo Mágico en el año de 1947 con referencia al cuento venezolano, Alejo Carpentier habla en 1949 de lo Real Maravilloso con motivo de la introducción de la novela El Reino de este mundo.

El Realismo Mágico tuvo un gran desarrollo durante las décadas de los "60 y "70, como consecuencia de las mayúsculas discrepancias dadas entre dos puntos de vista que en esos instantes coincidían en Latinoamérica, nos referimos a la cultura de la superstición y a la cultura tecnológica. Luego de la exposición anterior, podemos definir al Realismo Mágico como: un movimiento literario hispanoamericano, que surge a mediados del siglo XX y se caracteriza principalmente por el uso de elementos fantásticos en su narrativa, con los que se profundizan en la realidad a través del elemento mágico que existe en ella. Se dice también, que es una expresión estética fundamental en la ficción latinoamericana, que toma forma cuando su historia no puede ser explicada en sus orígenes, tradiciones, y se apela a sus mitos, y con ellos, se logran los medios para poder explicar todo lo que la historia no puede explicar.

Desde que aparecieron los primeros escritos de los cronistas de indas, en sus obras se observa la representación de lo exótico como "nuevo mundo". De la misma manera, la narración de las conquistas se asentó y aceptó como la historia real de esas tierras y sus habitantes. En el tiempo, todas estas historias fantásticas inspiraron una nueva estética literaria, y al paso del tiempo, éstas, se convirtieron en Realismo Mágico. El primer escritor que concibió esta idea fue Alejo Carpentier, y lo denomina como "Lo real maravilloso". Este nuevo concepto literario induce a considerar que todo lo irreal debe ser tratado como real, y todo lo mundano como irreal. Todos los relatos buscan con afán encontrar la ansiada identidad literaria latinoamericana, y en sus novelas conjuga extraordinariamente elementos antagónicos, como lo Fantástico, lo Mítico, Los conflictos sociales, y los hechos históricos de Latinoamérica. Por eso, al Hablar de Realismo Mágico, estamos hablando de realidad y fantasía.

La aparición de diferentes elementos fantásticos, mágicos y míticos, trastoca toda la narrativa anterior. Además, la gran diferencia de realidades entre la americana y la europea, en consideración de sus distintas naturalezas, de sus costumbres y tradiciones. Esta realidad de América ofrece nuevas perspectivas sorprendentes y realmente maravillosas. De tal manera que, lo real maravilloso se erige como la nueva estética literaria mediante la cual, se buscará encontrar la identidad que su pasado colonial le negara. Y finalmente, las compañías editoras se encargan de acuñar el nuevo concepto literario que hoy conocemos y disfrutamos, como el Realismo Mágico. El escritor colombiano Gabriel García Márquez es el gran representante de este nuevo estilo literario, y si obra maestra es titulada Cien años de soledad (1967), en la cual podemos leer el prólogo escrito por Mario Vargas Llosa: "El proceso de la edificación de la realidad ficticia, emprendido por García Márquez en el relato "Isabel viendo llover en Macondo" y en La hojarasca, alcanza con Cien años de soledad su culminación" (Pág. xxv).

Conclusión

Efectivamente, el siglo XX representa para la literatura latinoamericana un espacio muy grande, donde sus diferentes expresiones o géneros se desarrollaron teniendo que enfrentar a cánones extranjeros, la realidad latinoamericana, el desafío, la búsqueda de una identidad, la pobreza y dependencia editorial, las distintas realidades políticas de cada nación, etc. El género narrativo es el que se destaca muy rápidamente, éste, se basa en la referencia de eventos, acontecimientos, etc. Se supone que toda narrativa cuenta con la presencia de un narrador, aquel que relata a un determinado auditorio algún evento ocurrido. En esta narración se presentan elementos estructurales que desarrollan un mundo nuevo creado por el autor o escritor, se considera también, a los personajes, el tiempo, el espacio, y la acción de los acontecimientos.

La narrativa contemporánea evolucionó muy rápidamente, a mayor prisa que los demás géneros literarios, en virtud de su expresión crítica de la realidad. Podemos señalar dos momentos muy importantes en el proceso literario del siglo XX. Una es la narrativa regionalista, cuyo binomio técnico-temático de hombre-naturaleza une los problemas sociales y políticos con la novela. Y la narrativa vanguardista, la que incorpora técnicas universalistas de la realidad a la novela latinoamericana.

El Regionalismo, es una corriente muy fuerte del cuento y la novela hispanoamericanos del siglo XX, donde el punto central o más importante de la temática, es el binomio hombre-naturaleza. Hay que decir que, la historia tiene acontecimientos muy importantes que fluyen directamente en la temática que los escritores incluyen en sus obras, se crean nuevos esquemas sociales que finalmente repercuten en la novela latinoamericana. Existen muchas formas sociales, tales como: el ascenso de las clases obreras o proletarias, la industrialización, el latifundio, así como también, la marginalidad de sectores populares relegados que forman la base de nuevas ideologías sociales que protestan y luchan por un espacio y su afirmación en el mundo moderno. Por estas razones, los escritores procesan trabajos muy elaborados, lo perfeccionan técnicamente y le dan mayor validez universal una vez posesionados en la región y la naturaleza d su gente. De esta manera, el regionalismo se convierte en un testimonio mediante el cual se expresan, a través de personajes creados o ficticios, la problemática política, económica y social. En consideración de la regionalidad, la novela se une a la realidad latinoamericana, su género no solamente es un elemento para entretener, sino que ahora, aparece como un gran abanico literario que representa a sus raíces u unen a su gente con su tierra. Se establece de esta manera, una narrativa en la que su pertenencia y espacio geográfico son el centro de un nuevo mundo narrado.

La narrativa vanguardista toma los conocimientos y experiencias de las escuelas líricas modernas, de esa manera, se alza sobre el realismo regionalista modificando elementos en la temática y la forma. En la temática, la narrativa vanguardista cambia la ubicación de los mundos imaginarios que los escritores consideran, del espacio rural y de la naturaleza, pasan a un mundo ficticio urbano, se van hacia las ciudades, hablan del hombre cosmopolita, y por esa razón, se habla de una narrativa urbana. Esta nueva narrativa se desarrolla en un espacio urbano y cosmopolita, crece en paralelo con el desarrollo temático del hombre afincado en las ciudades, donde toma conciencia de su rol en el nuevo mundo contemporáneo. Existen en la historia grandes eventos sangrientos que influyen en el desarrollo de la narrativa vanguardista: las dos guerras mundiales, el surgimiento de doctrinas totalitarias, la guerra civil española, la depresión económica de la década de los años treinta, etc. Todos estos eventos producen una gran decadencia moral y cultural, esta crisis termina por modificar la concepción de la existencia de la humanidad, y se vive en un ambiente lleno de variados conflictos, donde la angustia y el dolor, la zozobra y el miedo alcanzan dimensiones universales. En el libro Teoría de la literatura de los reformistas rusos (2008), cuyo autor es Tzvetan Todorov, se cita al escritor teórico Juri Tinianov, quien habla sobre la evolución literaria, y nos dice: "Las descripciones de la naturaleza en las novelas antiguas, que desde la perspectiva de un sistema literario estaríamos tentados de reducir a un papel auxiliar de la soldadura retardo de la acción (y por lo tanto casi rechazarlas), pueden ser consideradas como un elemento principal y dominante desde la perspectiva de otro sistema literario" (Pág. 129).

Al concluir con el presente trabajo, queremos afirmar que al estudiar y saber de cómo era el desarrollo literario latinoamericano, podemos afirmar que en América Latina surgió una gran corriente literaria que, poco a poco fue dejando de lado la influencia directa del extranjero, y más bien por el contrario, cada vez se fue concentrando más y más, en la búsqueda de lo propio latinoamericano. Esta tendencia literaria coincidió con profundos cambios históricos en la sociedad latinoamericana, ya que la influencia de la industrialización obligó a las poblaciones a la toma de conciencia revolucionaria, se originó la lucha de clases, mientras tanto, en la literatura, había la gran preocupación, entre otras, de lograr la definición de identidad nacional. Este fue un periodo de tiempo de inquietud y zozobra, que empezó en el siglo XIX, para luego volver a tomar fuerza y vigencia en el siglo XX dada la amenaza representada por los Estados Unidos sobre Latinoamérica. Y que los intelectuales y escritores de la época supieron registrar literariamente todos los eventos ocurridos. Finalmente, podemos afirmar que, gracias al esfuerzo de sus protagonistas literarios, se ha logrado una identidad propia que permite hablar de su propio canon literario, y se ha logrado posesionar a Latinoamérica como un gran espacio abierto a las infinitas posibilidades literarias.

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