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Brucellosis

Enviado por omelioc


    1. Agente etiológico
    2. Breve reseña histórica
    3. Características epizootiológicas de la brucellosis
    4. Especies y biotipos de brucellas aisladas en Cuba
    5. Medidas de control y lucha contra la brucellosis
    6. Referencia bibliográfica

    AGENTE ETIOLÓGICO

    CARACTERISTICAS DEL GÉNERO. ESPECIES Y BIOTIPOS

    Las Brucellas son parásitos intracelulares del hombre y los animales, poseen las siguientes características: morfología de cocos y bacilos cortos, de 0.5-0.7 micras por 0.6-1.5 micras, aislados o más raramente en cadenas cortas, carecen de cápsula, son inmóviles, no forman endosporas, son Gram negativas, no toman la coloración bipolar, presentan un contenido de guanina más citosina en el ADN de 56-58 moles %. Los miembros del grupo se parecen mucho en su comportamiento cultural, en agar forman colonias pequeñas y traslúcidas con moderada turbidez, su crecimiento es lento y se estimula por la adición de proteína animal, especialmente extracto de hígado y la concentración de glucosa al 25% en el medio de cultivo favorece el crecimiento. (Wilson y Miles, 1975).

    Según Boffil et al, (1989) para su crecimiento son indispensables las vitaminas tales como: tiamina, niacina y biotina; el partotenato de calcio tiene con frecuencia un efecto estimulante.

    Las características bioquímicas más importantes son: catalaza positiva, oxidasa generalmente positiva, (excepto Brucella neotomae y ovis que son oxidasa negativa), hidrolizan la urea en grado variable, reducen los nitratos a nitritos (excepto Brucella ovis), no utilizan el citrato, no producen indol y son negativas a las pruebas del rojo de metilo y Vogues-Proskaur. Son gérmenes aeróbicos estrictos, la Brucella abortus necesita que se le añada de 5 a 10% de anhídrido carbónico, la temperatura óptima es de 37º C y su pH es de 6.7-7.4 (Boffil et al, 1989).

    En muchos países europeos esta enfermedad tiene una relación epidémica por la Brucella suis biotipo 2 de la liebre. En Finlandia, Noruega, Gran Bretaña y Canadá nunca se presentó. Es probable que muchos de los países musulmanes estén libres de la infección por Brucella suis ya que la crianza de cerdos es limitada debido a motivos religiosos. (Timm, 1982).

    El género comprende actualmente 6 especies; Brucella melitensis, abortus, suis, neotomae, ovis y canis. Las tres primeras especies denominadas como Brucellas clásicas, se han subdividido a la vez en biotipos que se distinguen por diferentes características bioquímicas y/o comportamiento frente a sueros monoespecíficos. A (abortus) y M (melitensis). De esta manera la Brucella melitensis se subdivide en tres biotipos (1-3), Brucella abortus en 8 (1-9) ya que se suprimió el biotipo (8) y Brucella suis en 4 (1-4). En esta última especie se ha propuesto un nuevo biotipo para cepas aisladas de roedores en la antigua URSS, con características que difieren de los cuatro biotipos mencionados.

    Hasta ahora en América Latina sólo se ha podido comprobar el biotipo 1 de Brucella suis que predomina en la mayor parte del mundo y en los E.U.A. el biotipo (1-3). El biotipo 2 está limitado a los cerdos y liebres de Europa Central y Occidental, mientras que el biotipo 3 se aísla en el Cinturón Maicero de los E.U.A y algunas áreas de Asia y Africa (Acha y Szyfres, 1986).

    La identificación de los biotipos es importante pues su estudio permite determinar las fuentes de infección. (Crawfrod et al, 1979) indicaron la necesidad de clasificar los biotipos en los aislamientos múltiples antes de establecer definitivamente el biotipo de la cepa infectante.

    En América se ha comprobado la infección de Brucella abortus solo por el biotipo 1 y en los Estados Unidos por los biotipos 1 y 3. El biotipo 2 desempeña un papel importante en Europa. En los países de América Latina la enfermedad adquiere una forma enzoótica y se considera la zona de más alta prevalencia en el mundo según, (Akakpo, 1991).

    Das et al, (1990), reportan la circulación de la Brucella abortus biotipo 1 en la masa de búfalos de la India, por su parte (Srinivasan et al, 1992) plantean que en estudios realizados en ese país a perros se comprobó la presentación de Brucella canis, así como la Brucella abortus. En análisis morfológicos, serológicos y en varios casos por pruebas bioquímicas adicionales se identificó la Brucella suis biotipo 1 en dicha especie. (Thanappa et al, 1992).

    No obstante la O.P.S., (1992) reportó la inclusión de un nuevo biotipo de Brucella suis, (5) y eliminó el biotipo 7 de la Brucella abortus.

    BREVE RESEÑA HISTÓRICA

    Fue en el año 1861 en la mediterránea isla de Malta que se describe la enfermedad por primera vez, por Marston, veintiséis años después lejos estaba de imaginar Bruce que su nombre se inmortalizaría ante la historia tras obtener por primera vez del bazo de cuatro pacientes una cepa de Brucella melitensis.

    Conocida mundialmente como Fiebre de Malta, Fiebre de Gibraltar, Fiebre del Mediterráneo, Fiebre de Barcelona o Fiebre Ondulante, la brucelosis fue descrita en 1895 por el danés Bang el cual observó que el aborto contagioso en el ganado vacuno se debía a la infección con Brucella abortus, por su parte Zammit detectó la enfermedad en el hombre causada por la bebida de la leche de cabra fresca.

    El nuevo mundo hacia el año 1914 en los Estados Unidos de Norteamérica a través de Traum reportó Brucella suis de los fetos de marranas que habían abortado. (Hoeprich, 1985).

    Otro valioso reporte fue realizado por el doctor Recio en el año 1918 quien fue el primero en descubrir la brucelosis en el ganado bovino importado de los Estados Unidos.(Curbelo y Márquez, 1950); Se inician desde entonces los reportes de esta enfermedad en nuestro país de la cual no existían referencias durante la colonia española, aunque el aborto de las vacas fue un signo conocido por los veterinarios de la época, pero se atribuía a otras causas.

    En 1935 se realizó el diagnóstico de la enfermedad en un niño que presentaba sintomatología clínica febril y más tarde, Domingo y Rosell, en el año 1937, aislaron y tipificaron la cepa a partir del hemocultivo, logrando identificarla como Brucella abortus. (Abeledo, 1981).

    En nuestro país en el año 1939 se creó un Comité Nacional con el objetivo de organizar la lucha contra la brucelosis, pero este nunca cumplió el reglamento elaborado. En el año 1944 se designa una comisión conjunta de los Ministerios de Salubridad y de Agricultura con igual destino.

    Miranda en el año 1953 e independientemente Stinner, propusieron planes para el control de la enfermedad en el país, pero fracasaron en los intentos, entre otras causas por el reducido número de animales y el bajo nivel de diagnóstico existente. (Fernández, 1982).

    Con el triunfo de la Revolución se iniciaron verdaderamente los programas de control y erradicación de la enfermedad en Cuba, y se comienza a conocer la real situación epizootiológica de la misma. En los primeros años se limitó a la aplicación de la prueba rápida en placas y ya en 1962 se realizaron encuestas serológicas que permitieron determinar un 5.8% de animales positivos. Estas experiencias sirvieron para elaborar un plan de control y erradicación de la brucelosis el cual fue puesto en práctica a finales de 1963 por primera vez en la historia de nuestro país.

    En esta etapa se elaboró el primer reglamento de lucha contra la enfermedad y a partir de 1965 se estableció en el Laboratorio Nacional, algunos provinciales y regionales, empleando la Seroaglutinación Lenta (S.A.L.) como la prueba de base conjuntamente con la Reacción de Fijación del Complemento (R.F.C.) como complementaria. En 1970 se iniciaron los ensayos con las pruebas de 2-Mercaptoetanol (2-ME), Rivanol en placa, Inactivación por el Calor, prueba de Coombs, Inmunofluerescencia Indirecta (I.I.) y la Rosa de Bengala (R.B.), pero de forma limitada con el objetivo de esclarecer casos de interpretación compleja (Fernández, 1982; Argorte, 1989).

    CARACTERÍSTICAS EPIZOOTIOLÓGICAS DE LA BRUCELLOSIS

    La especie porcina es el reservorio natural de la Brucella suis, esta infección se propaga (biotipo 1 y 3) directa e indirectamente de cerdo a cerdo, en cambio el biotipo 2 es trasmitido muchas veces al cerdo por la liebre europea. También puede ser afectado por la Brucella abortus, pero esta es menos patógena, aparentemente no se trasmite de uno a otro animal y la infección es por lo general asintomática, limitándose a los ganglios de la cabeza y el cuello. Cuando la brucelosis se introduce en una piaria indemne adquiere forma de una enfermedad aguda, hay abortos, orquitis, epididimitis, infertilidad, nacimiento de lechones débiles y artritis. En piaras pequeñas la infección tiende a extinguirse o a disminuir de gravedad por falta de animales susceptibles.

    La afectación de los lechones suele ser de naturaleza temporal, sin embargo pocos pueden mantener la infección y convertirse en portadores; es raro que se exprese en forma clínica. En las piaras grandes el proceso infeccioso es persistente y se trasmite de una generación a otra según Rhaway, (1993).La infección en los órganos genitales es menos duradera en la hembra que en el macho y en éste puede persistir toda la vida.

    Las vías principales de infección son la digestiva y la venérea. Los porcinos a causa de sus hábitos alimentarios y por las condiciones de su explotación tienen grandes posibilidades de infectarse por vía oral (Acha y Szyfres, 1986). Aunque raramente se ha comunicado transmisión natural desde lechones en destete infectados. Algunos lechones lactantes pueden infectarse por contacto con las marranas afectadas pero la mayoría alcanza la edad del destete sin contagiarse. Los verracos pueden trasmitir la enfermedad durante la cópula y el microorganismo puede adquirirse por el semen. En múltiples ocasiones se ha comprobado que la infección se había introducido en una piara por la adquisición de un verraco infectado. También es muy probable que se infecten mediante aerosoles por vía conjuntival y por el tracto respiratorio superior.

    La fuente principal de la infección en los cerdos son los animales criados para reproducción; además, los fetos, las envolturas y las descargas vaginales contribuyen a la diseminación de la infección. Al producirse la invasión del sistema circulatorio, los animales manifiestan cierta reacción térmica, pérdida parcial del apetito, pilo erección y descenso considerable de la secreción láctea (8-14 días de la primera reacción local). La fase septicémica es muy fugaz, los gérmenes se sitúan en los tejidos existiendo un bacteriotropismo acusado en las cavidades serosas e interticiales, por ofrecer condiciones de hematosis precaria, contienen un nivel carbónico elevado, como ocurre en vainas subcutáneas sinoviales tendinosas, articulaciones, etcétera. (Boffil et al, 1989).

    Giraudo et al. (1997), en consenso mayoritario que posterior al control de la brucelosis que impacto negativamente en la economía de los establecimientos pecuarios, decidieron realizar un estudio a los fines de estimar la prevalencia de la brucelosis en rodeos lecheros de diferentes unidades administrativas de la estructura de vigilancia epidemiológica organizada en la provincia de Córdoba; obteniendo como resultado una baja prevalencia, generando un escenario favorable para la implementación de un plan de control y erradicación de la brucelosis.

    Magnano et al. (1997), realizaron pruebas oficiales para el diagnóstico de la brucelosis en 38 tambos de la cuenca lechera de Coronel Moldes (Córdoba), obteniendo 44,7% de muestras positivas y el 65,23% negativas dando índices considerables de la prevalencia de la enfermedad en esta región.

    Navarro et al. (1997), realizaron un trabajo en la zona sur de Córdoba y determinaron que la Prevalencia de la brucelosis bovina fue de 3,58% positivos a la prueba del 2-ME individual y a nivel establecimientos del 45,95%.

    Busso, et al. (1997), estudiaron 40 establecimientos de producción porcina al aire libre con 3343 reproductores y mediante la prueba B.P.A. determinaron positivos a 653 (19,5%) reproductores, todos los sueros positivos fueron procesados con las pruebas complementarias y 2-Mercaptoetanol. Los datos obtenidos son coincidentes con otros autores y permiten presumir la factibilidad de implementar medidas de control y erradicación efectivas.

    De Gea et al. (1997), estudiaron 20 establecimientos de producción caprina, ubicadas en el área serrana de los Departamentos Calamuchila y Río Cuarto de la Provincia de Córdoba, que involucra una cantidad de 2600 reproductoras. Le realizaron la prueba de B.P.A. a 274 animales en distintas condiciones productivas, todos los animales positivos fueron procesados con las pruebas complementarias lenta en tubo y 2-meracptoetanol resultando positivos a B.P.A. el 4,01% mientras que el 100% de las muestras procesadas por Wright y 2-mercaptoetanol fueron negativa. Concluyeron planteando que la brucelosis caprina no representa en la zona de estudio un riesgo relativamente para la salud humana.

    El crecimiento y multiplicación de la Brucella ocurre en la placenta en dos fases:

    – Inicial: En la que difícilmente hay multiplicación nociva.

    -Sucesiva: En la que se desarrollan bruscamente atacando a la placenta, produciendo septicemia fetal.

    Se establece que el aborto ocurre mayormente a partir de la segunda mitad de la gestación favorecido esto por la protepoyesis placentaria, que adquiere gran importancia desde el 4to.-5to. mes de la gestación, y que favorecerá el metabolismo microbiano.

    ESPECIES Y BIOTIPOS DE BRUCELLAS AISLADAS EN CUBA

    En Cuba solamente se ha aislado la Brucella abortus y la Brucella suis. La Brucella melitensis no existe en nuestro país aunque se han notificados casos en cabras importadas en 2 ó 3 ocasiones (Fernández, 1982).

    Troncoso y Rodríguez, (1972) reportaron el aislamiento de Brucella abortus biotipo 1 a partir de una yegua gestante con el Mal de la Cruz (Ramos, 1977) aisló Brucella suis de un equino con fístula de la nuca. En el hombre durante el período de 1966 a 1972 se aislaron 14 cepas de Brucella suis y una de B. abortus. (MINSAP, 1973).

    Se realizó un estudio de 60 cepas colectadas en los últimos 10 años y representativas de la diferentes situaciones epizootiológicas de la enfermedad en las condiciones de Cuba, aplicando para su caracterización el método recomendado en el Sexto Informe del Comité Mixto de Expertos en brucelosis de la (F.A.O./O.M.S., 1986). Las cepas procedían de porcinos (31), bovinos (18), equinos (8), ovinos (2) y caninos (1). Los resultados de la tipificación fueron los siguientes: Brucella suis biotipo 1 (43), Brucella suis atípicas (8), Brucella abortus biotipo 1 (8) y Brucella abortus biotipo 2 (1). Concluyeron sobre la evidencia del marcado predominio de la Brucella suis biotipo 1, presente no sólo en porcino sino también en otras especies y destacaron la importancia del estudio microbiológico de las cepas que afectan a las diferentes especies como elementos básicos dentro de los programas nacionales de lucha contra la brucelosis.

    Manso et al, (1991) investigaron bacteriológicamente 601 cerdos, lográndose el aislamiento de 51 cepas, de las cuales al clasificarse 5 eran suis atípica y 7 suis biotipo 1. Los resultados obtenidos confirman la factibilidad de acometer un programa de este tipo incluso en las condiciones de la crianza tradicional.

    En la provincia de Villa Clara durante el período 1978-1995, se ha trabajado en la serotipificación de las cepas de Brucellas aisladas de animales enfermos con brucelosis en diferentes especies y fueron aisladas solamente la Brucella suis biotipo 1 y la Brucella suis atípica en menor cuantía. (González, 1996).

    DIAGNÓSTICO

    El diagnóstico de la brucelosis se realiza mediante la utilización de distintos métodos, los que de acuerdo con las características de la enfermedad, permiten determinar la situación de la misma en el hombre, los animales y en el medio ambiente.

    Existen métodos y técnicas muy variadas las cuales se exponen detalladamente a continuación:

    DIAGNÓSTICO CLÍNICO Y EPIZOOTIOLÓGICO

    Según I.M.V. (1996), en la nueva edición del Plan de Control y Erradicación de la brucelosis en los Animales Domésticos expresa que el diagnóstico epizootiológico tiene una gran importancia en la lucha contra esta entidad, ya que permite mediante el análisis epizootiológico, determinar o confirmar la presencia de la enfermedad, aún en aquellos rebaños donde la sintomatología clínica no esté definida, o donde el resultado de las investigaciones del laboratorio no sean las suficientes y exista la tendencia a la confusión. Por lo antes expuesto, es necesario que siempre se realice un análisis de la situación epizootiológica del rebaño que se investiga, con el objetivo de poder determinar realmente cuales son los principales eslabones de la cadena epizoótica y la forma en que estos influyen para permitir el desarrollo y propagación de la enfermedad.

    El análisis del riesgo epizootiológico depende ante todo de la evaluación de las características del proceso epizoótico amenazante, de la cercanía (distancia) de los focos, del grado de exposición de los focos y las fuentes próximas al agente etiológico respectivos y de sus características, de a posibilidad de contactos directos e indirectos con ellos, del grado de resistencia y susceptibilidad de la población animal, de las medidas contraepizoóticas preventivas, etc. Para evaluar el riesgo epizoótico se utilizan diversos métodos: Focalidad, Morbilidad, Mortalidad y Letalidad. (Kouba, 1987).

    DIAGNÓSTICO DE LABORATORIO

    El Diagnóstico del Laboratorio tiene una gran importancia para la detección precoz de los animales enfermos, ya que es lo fundamental para mantener una profilaxis sistemática, que tenga como finalidad la erradicación final de la enfermedad en el país.

    DIAGNÓSTICO SEROLÓGICO

    El diagnóstico de la brucelosis se basa por lo general en las investigaciones serológicas pues es conocido que el diagnóstico clínico no es determinante por ser una enfermedad que se desarrolla en forma latente con tendencia a la cronicidad. Por otra parte el diagnóstico bacteriológico a pesar de ser el procedimiento que pone en evidencia el agente etiológico, requiere de materiales libres de contaminación y en general es costoso y complicado (Argorte, 1984).

    En los programas de lucha contra la brucelosis porcina tiene gran importancia el empleo de los métodos serológicos, siendo los más utilizados la Seroaglutinación Lenta (S.A.L.), la Reacción de Fijación del Complemento (R.F.C.), la prueba de Coombs (P.C.) y el 2 Mercaptoetanol (2-ME). Todas estas pruebas tienen efectividad cuando se utilizan de manera simultánea en los rebaños porcinos, donde se requieran valoraciones más complejas, en las que juegan un importante papel la epizootiología, los exámenes clínicos, la bacteriología y el estudio serológico según Betancourt y Sánchez, (1991).

    En porcino las pruebas serológicas no son indicadas para el diagnóstico individual sino para revelar la presencia de la infección en la piara, se pueden utilizar las Pruebas de Aglutinación, R.F.C. y Rosa de Bengala. Esta última es la preferible pues tiene la ventaja de que en piaras con títulos bajos o inespecíficos a la aglutinación los resultados son negativos.

    SEROAGLUTINACIÓN RÁPIDA EN PLACA.(S.A.R.)

    En 1920 Hudleson describió la (S.A.R.) utilizando un antígeno concentrado para pruebas en placas o láminas, desde entonces se ha empleado a gran escala en muchos países, principalmente en América ya que el método presenta la ventaja de ser rápido, sencillo y económico lo que permite su uso masivo en la defensa preliminar (Casas, 1976).

    Alton et al, (1976) recomendaron elaborar el antígeno con cepas lisas de Brucella abortus, ajustándolo de modo que la concentración celular medida por el método volumétrico sea equivalente al 11% del volumen total, el antígeno así obtenido posee una sensibilidad comparable con el empleado para S.A.L.; no obstante se ha señalado que la prueba es menos sensible y específica que la S.A.L. (Chakraborty y Kwatra, 1980). Posteriormente (Morgan, 1987) señaló que aunque es menos sensible que la S.A.L. está menos influenciada por la presencia de anticuerpos incompletos.

    Olivares et al (1993) utilizaron esta prueba en el Zoológico de la ciudad Metropolitana de Chile y determinaron una alta presencia de títulos de anticuerpos en una hembra de Jabalí silvestre, una cabra hembra, en dos monos, un tigre y un Jaguar, demostrando su sensibilidad en los cursos agudos de brucelosis.

    SEROAGLUTINACIÓN LENTA EN TUBO (S.A.L.)

    El método de diagnóstico de la brucelosis más antiguo es la(S.A.L.) y adaptada al diagnóstico de la brucelosis por Grinsted en 1909. La (S.A.L.) se ha mantenido como prueba básica en los programas de control y erradicación de numerosos países no sólo por su fácil ejecución sino también por sus resultados uniformes, economía y estandarización a nivel internacional (Argorte, 1984).

    Fensterbank, (1973) expuso que la S.A.L. presenta dos inconvenientes: su falta de sensibilidad que no permite una detección precoz y la dificultad en interpretar los resultados y en particular los títulos aglutinantes bajos.

    El Centro Panamericano de Zoonosis recomendó para la obtención de resultados uniformes y fidedignos el empleo de antígenos normalizados frente al suero patrón internacional Brucella abortus que posee 1000 (UI/ml) y permite que todas las comunicaciones referente a las pruebas se expresen en unidades internacionales (UI).

    Muchos investigadores han reportado el aislamiento de Brucellas en animales con resultados negativos a la S.A.L. al momento del parto o aborto. (Tablada y Abeledo, 1979).

    Las reacciones a títulos bajos a esta prueba en poblaciones libres o con baja incidencia carecen de significación epizootiológica. La (S.A.L.) puede ser negativa en las primeras etapas de la infección y en infecciones crónicas, además no es capaz de diferenciar anticuerpos resultantes de la infección y de la vacunación reciente (Raybcould y Chantler, 1980).

    García Carrillo, (1982), manifestó que para el diagnóstico serológico es necesario emplear antígenos elaborados en fase lisa con características aglutinógenas estables debiéndose contener un 0,045% de células suspendidas en solución salina fenolada al 0,5%. Aunque este método ha sido el más utilizado como procedimiento básico, se han señalado muchas deficiencias en cuanto a sensibilidad y especificidad se refiera.

    Fernández, (1982), resaltó la necesidad de emplear pruebas complementarias para evaluar las reacciones específicas que frecuentemente son detectadas en nuestro medio por S.A.L. Las probabilidades de un dudoso a la S.A.L. sea un animal enfermo es directamente proporcional a la incidencia en la población de procedencia.

    En los últimos años la prueba se ha modificado por adición al antígeno del ácido tetracético etileno diaminico (EDTA) y otros agentes catiónicos divalentes con el objetivo de reducir el número de reacciones positivas falsas lo que sería conveniente para una erradicación más económica y eficiente de la brucelosis.

    Nowlan y Gues, (1985); Gues y Nowlan, (1988) recomendaron la modificación para excluir los factores inespecíficos que afectan a la reacción clásica pero MacMillan y Buel, (1985) señalaron que el fenómeno solo se observa en aglutinaciones con títulos muy altos en los animales infectados y raramente este disminuye por la acción de (EDTA) y nunca por debajo de 100 UI; añadieron que la modificación debe ser usada e interpretada solamente en asociación con la R.F.C.

    Atrape et al (1987), plantean que la Seroaglutinación Lenta en Tubo es efectiva, pero el empleo de la microaglutinación es mucho más eficiente para demostrar la presencia de brucelosis en el ganado bovino.

    REACCIÓN DE FIJACIÓN DEL COMPLEMENTO (R.F.C.)

    Esta prueba reapareció nuevamente en la década del 60 después de que en 1901 Bordet y Gengou dieran a conocer el fundamento de la misma, la que ha tenido grandes aplicaciones en el diagnóstico de numerosas enfermedades bacterianas, virales y parasitarias. Se usó desde principio de siglo en Dinamarca por Hoth y por Mac Fadyean y en Inglaterra por Stockclemens simultáneamente con la S.A.L. para el diagnóstico de la brucelosis, por su parte en América se empleó en 1912, pero posteriormente decayó el interés de su utilización por lo complicado de la misma.

    Desde la publicación del Tercer Informe del Comité de Expertos en Zoonosis (F.A.O./O.M.S., 1986) se le ha señalado como una de las principales limitaciones, la falta de estandarización internacional del antígeno; posteriormente se recomendó evaluar como positiva una actividad igual o mayor que 1/24 del patrón internacional del suero antibrucella, además del establecimiento del mencionado patrón para la interpretación de la prueba con el objetivo de ayudar a establecer criterios comunes ya que los métodos empleados en los diferentes países e incluso en los distintos laboratorios de un país son muy diversos.

    Existen dos métodos para la ejecución de esta prueba basados en el 100 y 50% de la hemólisis señalándose que la R.F.C. al 50% es más exacta y ofrece mejores resultados (Abeledo, 1981).

    La mayoría de los investigadores coinciden en señalar la sensibilidad de esta prueba sobre todo en aquellos casos en que la S.A.L. se muestra particularmente ineficaz, recomendándose su utilización como método complementario cuando la S.A.L. es usada como prueba básica (Fernández, 1982).

    Alonso, (1982) le confirió poca sensibilidad a la R.F.C. comparada con la Rosa de Bengala (R.B.) y el aislamiento bacteriológico en nuestro país; (Argorte, 1984) planteó que la R.F.C. muestra poca efectividad como prueba complementaria y no es apropiada como prueba de base, por ser un método más costoso y de menor efectividad para clasificar animales positivos.

    Algunos investigadores plantean que la R.F.C. es una prueba ligeramente sensible a las IgM que a las IgG, sin embargo se ha observado que la IgM es parcialmente inactivada cuando se calienta el suero a 60 °C. (Stryszak, 1986).

    Argorte, (1989) señaló que la mayor actividad fijadora del complemento está asociada con los anticuerpos de la clase IgG1 y que por otra parte la IgG2 no es buena fijadora del complemento.

    Alonso et al, (1990) compararon la prueba de Aglutinación Rápida en Placa, la Rosa de Bengala, Rivanol y la prueba de Reacción de Fijación del Complemento (R.F.C.) con la técnica de Inmunoensayo en papel de celulosa, demostrando que la mayor sensibilidad y especificidad se obtuvo a favor de esta última prueba; pero muy relacionada con la (R.F.C.), por lo que se sugiere que se use conjuntamente la (R.F.C.) y la técnica de Inmunoensayo.

    PRUEBA DE ROSA DE BENGALA. (R.B.)

    Se trata de una Aglutinación en porta, utilizada como un método rápido de SCREENING. Es muy sensible, siendo positiva en un 95-99% de los casos, guarda una buena correlación con la Seroaglutinación.

    Según Alton et al, (1976) la Rosa de Bengala es en realidad una modificación de la prueba de la tarjeta empleada en E.U.A. y las variaciones en cuanto a su sensibilidad se deben a modificaciones introducidas por diversos laboratorios.

    Una de las dificultades que se ha señalado a la prueba es la falta de estandarización internacional del antígeno lo que impide que los resultados obtenidos en diferentes países sean comparables. (Argorte, 1984).

    Jacobo, (1985) y Pfeifter, (1986) recomendaron emplearla como método de pesquisaje atribuyéndole una sensibilidad semejante a la conferida por la R.F.C. En algunos sueros los resultados de la R.B. y la R.F.C. son positivos cuando la S.A.L. es negativa o tienen menos de 30 UI/ml.

    Varios investigadores han señalado la alta sensibilidad y especificidad de la Rosa de Bengala lo que unido a su fácil manipulación y rápida lectura hacen que la misma sea de gran utilidad en el diagnóstico masivo de la brucelosis. De este modo (Plommet, 1972 y Priadi, 1992) recomendaron su utilización en el programa de control y erradicación de la brucelosis por ser simple, fiel y económica.

    En investigaciones realizadas en Argentina donde emplearon la Rosa de Bengala junto a pruebas de Aglutinación en el diagnóstico de la brucelosis porcina detectándose, una mayor efectividad con la Rosa de Bengala en un 22.0%. (Delgado y Centorbi, 1990).

    Esta prueba es muy utilizada para el diagnóstico de la brucelosis porcina pues tiene la ventaja de que en piaras con títulos bajos e inespecificos a la aglutinación, los resultados son negativos. (Rahway, 1993).

    Samartino et al. (1997), aplicaron la técnica del antígeno buferado en placa (BPA) como prueba tamiz en el diagnóstico de la brucelosis y obtuvieron mayor sensibilidad al compararla con la Rosa de Bengala aunque las dos fueron determinante para la condición de animal reaccionante.

    PRUEBA DEL 2-MERCAPTOETANOL (2-ME)

    La prueba del 2-ME es colectiva y se basa en el hecho de que los anticuerpos IgM se degradan debido a la acción de ciertos compuestos que contienen el radical tiol, tales como el 2 Mercaptoetanol, la cisteina y el dithiveritrol sin producir efectos sobre los anticuerpos IgG. (McMahon, 1983).

    En el III Encuentro de Serología, celebrado en Cuba (I.M.V., 1981), se reconoció la efectividad de la prueba descrita por Hajdu, (1973) para el diagnóstico en diferentes especies de animales y se recomendó su aprobación en las normas nacionales de interpretación diagnóstica. (Valente et al, 1991) reconocen la superioridad de la detectabilidad de esta prueba en el diagnóstico de la Brucella canis.

    Neduchilliyan y Venkataraman (1992), plantean que para el estudio de los perrros de la ciudad de Madras se utilizó con mucha eficiencia la prueba de 2-Mercaptoetanol en comparación con las restantes conocidas en el diagnóstico de la Brucella canis, abortus y melitensis.

    Según Al Diri et al (1992), en su estudio en la ciudad de Camagüey la mayor detectabilidad de las técnicas serológicas le correspondió al 2-mercaptoetanol, aunque la persistencia de los resultados positivos postvacunación fue evidente ante los tres métodos de diagnóstico serológico utilizados en su experimento.

    PRUEBA DE COOMBS (PRUEBA ANTIGLOBULINICA)

    Esta prueba es especialmente sensible para la detección de anticuerpos bloqueadores e incompletos que reaccionan con el antígeno, pero no causan aglutinación visible. Los anticuerpos incompletos que detecta son IgG, principalmente IgG1. (Argorte, 1984).

    El valor de la prueba para el diagnóstico de la brucelosis fue comprobado por Hajdu (1973), quien señaló su capacidad para detectar la enfermedad 2 ó 3 semanas antes del parto y de 3 a 5 semanas con anterioridad a que se obtengan resultados positivos con la S.A.L. Añadieron su capacidad para detectar las inmunoglobulinas que se presentan durante los primeros síntomas de la enfermedad y aquellas que se encuentran en los portadores crónicos con títulos bajos a la S.A.L. además posee la ventaja de que nunca presenta fenómenos de prozona así como demuestra reacciones inespecíficas detectadas por la S.A.L. sin embargo, presenta el inconveniente de que conlleva a preparaciones previas lo que ha restringido su uso a sueros humanos e investigaciones especiales. (Argorte, 1984; Stryszak, 1986).

    Esta prueba ha tenido como limitación la falta de un método estandarizado para la producción de sueros antiglobulinicos lo que ha impedido que los resultados obtenidos puedan ser comparados.

    PRUEBA DE RIVANOL

    Esta prueba fue descrita por Anderson (1964) y consta de dos fases: la primera consiste en la precipitación de las proteínas, con excepción de las IgG, utilizando una solución de Rivanol, por lo tanto el Rivanol sirve para separar las IgG de las IgM detectando así el mismo tipo de anticuerpo que el 2-ME y la segunda estriba en una aglutinación rápida empleando antígeno de aglutinación en placas, especial para esta prueba, ajustando el pH de 3.8 – 6.2 y con una concentración celular del 4%. Esta menor concentración celular determina una mayor sensibilidad que compensa la dilusión al 50% del suero, ocasionada por la previa adición del Rivanol.

    Las globulinas del sobrenadante están en relación con la cantidad de Rivanol añadido y con la especie animal de que procede el suero tratado. (Casas, 1976).

    La principal limitación de la prueba es que solamente se puede realizar en laboratorios que posean el antígeno especial para su ejecución siendo factible que los laboratorios adopten métodos para efectuarla con antígeno de Prueba Lenta. (Alton et al, 1976).

    Priadi et al, (1992) plantean que este es el método de diagnóstico más utilizado en áreas endémicas infectadas por brucelosis en la isla de Java, detectando un 20% de positividad.

    PRUEBA DE ANILLO EN LECHE

    Esta prueba pone en evidencia, mediante un método diferente del de Wright, las aglutininas contenidas en la leche al agregarse una suspensión de Brucella coloreada; en caso de reacción positiva, se aglutinan en el primer momento y después se enlazan a los corpúsculos de grasa para formar en la superficie un anillo de crema coloreado.

    En estos últimos años la Prueba de Anillo ha sido objeto de numerosos trabajos y aporta un interés práctico indiscutible.

    PRUEBA DE INMUNOFLUORESCENCIA

    Esta prueba tiene la particularidad que se aplica actualmente necesitando recursos diagnósticos más sofisticados y eficientes, que generalmente no están al alcance de muchos países. La Inmunofluorescencia permite la diferenciación con Clamidias, además se han obtenido resultados específicos al emplear un conjugado directo frente a diferentes cepas. La detección de antígeno fue probada también por la técnica de contra-inmunoelectroforesis. (Chand, 1987).

    Esta prueba se basa en la combinación de antígenos polisacáridos y lipopolisacáridos y resulta práctica en el diagnóstico de la brucelosis, según Mande et al, (1993).

    PRUEBA DE INMUNOENSAYO ENZIMÁTICO (ELISA)

    A finales de la década del 70 comienzan a realizarse experimentos con la Prueba de ELISA, para aplicarla al diagnóstico de la brucelosis en varias especies de animales y en el hombre.

    Según los resultados obtenidos por (Hornitzky y Searson, 1986) la prueba es un método sensible, especifico y económico. (Mateu y Martín Castillo, 1993), aplicaron la prueba de ELISA a 177 muestras de suero, con el objetivo de diagnósticar la brucelosis canina, comparándola con otras pruebas como la (R.F.C.), (2-ME.), y (S.A.L.) resultando la prueba de ELISA más específica con un 95% de efectividad.

    La Prueba de ELISA es prometedora, sin embargo aún no se encuentra al alcance de los Laboratorios de Diagnóstico Veterinario a nivel provincial en Cuba, situación que ocurre en la gran mayoría de los países del tercer mundo y aún en muchos países desarrollados.

    REACCION EN CADENA DE LA POLIMERASA (P.C.R.)

    La Reacción en Cadena de la Polimerasa (P.C.R.) es un método in vitro para sintetizar secuencias definidas de enzimas de DNA, la reacción usa dos oligonucléotidos primarios que forma híbridos en cada terminal opuesta y en cada flanco de la secuencia de DNA que es el objetivo de la amplificación. La prolongación de los primarios es catalizada por la polimerasa TaqDNA, una polimerasa DNA termoestable que puede ser aislada de la Eubacteria termofílica (Thermus aquatiar. Una serie repetitiva de los ciclos incluyendo el patrón de la desnaturalización, la reacción primaria y la extensión de la reacción primaria por la polimerasa TaqDNA resulta en una combinación exponencial de un fragmento especifico del DNA. Las partes finales del fragmento son definido por 5 terminaciones de los primarios 2,3, porque el producto sintetizado de la extensión primaria en un ciclo dado puede servir como un patrón en el próximo ciclo: pues 20 ciclos de P.C.R. dan lugar a un millón de copias (220) de DNA objetivo.(Boehringer, M. 1995).

    Se ha llegado a significar calidad en el campo de las investigaciones científicas. Nuestro acuerdo con Heffmaun-La Rochen nos ha permitido formular y probar reactivos especialmente para PCR; por ejemplo nuestra Polimerasa TaqDNA tiene un nuevo buffer de deposito para mejorar su rendimiento en la PCR. La enzima ahora se aprueba para la amplificación de una copia única de genes del DNA genoma. Se lleva a cabo un ensayo riguroso para la estabilidad térmica y la ausencia de contaminantes como en la actividad autopreparatoria Dnases y RNases. (Boehringer, 1995).

    Manifiestan estos mismos autores que están desarrollando una línea de productos de conveniente formulación especial y ensayados para PCR Master y la técnica de ELISA PER CDIG Labeling/DIG Detection, útil en el diagnóstico de procesos morbosos e infecciosos como la brucelosis tanto humana como animal, siempre que se disponga de estas técnicas y laboratorios.

    DIAGNÓSTICO BACTERIOLÓGICO

    Los exámenes bacteriológicos son obviamente de uso más restringido, a pesar de brindar un diagnóstico irrefutable valido para la confirmación de la brucelosis.

    Como materiales más convenientes para la investigación bacteriológica se señalan los fetos (contenido estomacal y corazón especialmente), envolturas fetales, secreciones vaginales, leche, semen, incluso fluidos obtenidos de higromas. Los procedimientos bacteriológicos son caros y dan respuestas a más largo plazo, además, no siempre se obtiene éxito, por lo que de un programa de control se utilizan esporádicamente, cuando se requiere de estudios epizootiológicos más profundos con vistas a definir situaciones complejas o para la investigación de los denominados rebaños problemas.

    Para valorar la efectividad de los métodos serológicos y bacteriológicos en el diagnóstico de la brucelosis porcina se trabajaron 11 cerdas del sector privado que presentaban reacciones serológicas débiles a las pruebas S.A.L. y R.F.C.; las mismas fueron sacrificadas e investigadas anatomopatológica y bacteriológicamente. De 6 de las cerdas se aisló Brucella suis biotipo 1. Se subraya la importancia del diagnóstico bacteriológico en la definición de las situaciones complejas para brucelosis en rebaños porcinos donde los métodos serológicos no esclarecen la situación epizootiológica. (Betancourt y Sánchez, 1991).

    MEDIDAS DE CONTROL Y LUCHA CONTRA LA BRUCELLOSIS

    Por ser la brucelosis una enfermedad crónica que no produce muertes espectaculares y cuyos síntomas no son de fácil apreciación sin ayuda técnica, tiene una capacidad de propagación grande y difícil de controlar. Su condición de zoonosis, habla también en grado superlativo de la importancia de su control y erradicación.

    El programa de lucha contra la enfermedad que se ha venido desarrollando en los últimos años nos ha situado en condiciones muy favorables como son: las de erradicación en diferentes zonas, así como la consolidación del trabajo en los próximos años en la especie porcina del sector estatal, los centros genéticos y otras regiones o planes ganaderos del país. El éxito del trabajo futuro se debe principalmente al conocimiento que tengan los dirigentes, administradores y trabajadores en general de la rama pecuaria, sobre la enfermedad, sus características, las medidas que se deben tomar para proteger los rebaños sanos y la recuperación de los afectados, ya que a medida que se controla la enfermedad en una zona, surge la tarea más difícil pero decisiva, la "Erradición", que es la meta trazada por nuestro Gobierno Revolucionario.

    Según Cotrina (1991), las medidas de prevención y control tienen como objetivo la protección de las personas, los rebaños y las zonas saneadas de la enfermedad y la recuperación de rebaños y zonas afectadas. El combate contra la enfermedad puede comprender tres puntos fundamentales: el control, la eliminación y la erradicación. Su alcance está en función de las posibilidades del país y de los objetivos que se tracen al respecto.

    Antes de establecer un programa de control, organizado a nivel nacional, es necesario conocer la distribución y la prevalencia de la enfermedad en las regiones de cada país. El programa debe ser concreto y detallado, con una metodología que reglamente y asegure su cumplimiento y evaluación. Debe constar con apoyo jurídico y el servicio veterinario estatal será el encargado de llevarlo a la práctica. (CENSA-I.M.V., 1992).

    Puentes et al, (1991), realizaron un estudio del Programa de Lucha y Control de la brucelosis porcina, contemplándose las dificultades técnico materiales confrontadas en la primera etapa y las transformaciones tecnológicas en la crianza en el período comprendido en los años 1971-1991 en el sector estatal y privado, incluyendo el diagnóstico activo y pasivo de los rebaños, el cumplimiento de las medidas de saneamiento y protección contraepizoótica. Los resultados del programa evidencian la disminución paulatina de los índices de focalidad y prevalencia, los que en el inicio del programa expresaban valores de 0.48% y 7.8% respectivamente, hasta la total recuperación en el sector especializado.

    En estudios realizados por (Manso et al, 1991), se dividió el territorio de la provincia de Villa Clara en 158 zonas incorporándose la masa básica al programa de lucha, controlándose todo el trabajo mediante expedientes epizootiológicos de las unidades comprometidas en cada zona y ubicadas en mapas por el sistema de cuadrantes. La tasa de examinados se incrementó de 14.3 a 94.4. La incidencia declinó de 0.50 hasta 0.19 y la positividad de 2.24 a 0.35. Próximo a culminar el año 1989 se había logrado la liberación de 120 zonas del total existente, donde están comprendidas 316 unidades. De 120 607 cerdos sometidos al programa de lucha alcanzaron en esa fecha la categoría de libre 109 565 (86.53%). En total fueron sacrificados 2 979 cerdos con un valor estimado de 268 110 pesos.

    Por otra parte Orin y Bulnes, (1991) examinaron un total de 98 y 100 por ciento y el porcentaje de reactores se comprobó en el 0.11 y 0.10 respectivamente para un grupo A. En el municipio o grupo B la tasa de examinados fue del 98 por ciento en ambos años y el porcentaje de reactores del 1.2 y 1.6 respectivamente. La focalidad en el municipio A fue del 0.09 y 1.6 y en el municipio B, del 50 y 19 por ciento respectivamente. Los resultados demuestran la reducción progresiva de la incidencia de la brucelosis en el sector campesino y en el privado de este territorio, lo cual representa un pronóstico favorable para la evolución integral del programa de control de la enfermedad en el sector estatal, en otras especies animales y en el hombre.

    Según I.M.V., (1972) y Al Diri et al, (1992) señalaron que entre las deficiencias fundamentales que han impedido alcanzar mayores avances en la lucha contra la brucelosis las siguientes:

    – Deficiente control veterinario sobre los movimientos de animales.

    – Falta de participación del servicio veterinario en los programas ganaderos perspectivos.

    – Falta de instalaciones (maternidad, filtros biológicos, cepos, cercas perimetrales, incineradores, estercoleros).

    – Falta de condiciones higiénico sanitarias.

    – Retardo en el sacrificio de los animales enfermos.

    – Limitación técnica del servicio veterinario.

    – Insuficiencia en medios de transporte.

    – Falta de identificación de la masa ganadera.

    – Medios de protección al personal con riesgo profesional.

    – Carencia de leyes veterinarias en el país.

    La mayoría de los países han utilizado métodos combinados de lucha, empleando unos la vacunación con Cepa-19 ó Cepa-82, otros el método radical o sacrificio sanitario para la fase final de liquidación; término este relativo en cuanto a su interpretación, ya que algunos países se consideran libres con una incidencia nacional de 1%, igualmente existen países que emplean tanto la vacunación como el sacrificio sanitario para declararse "Libres" de la brucelosis.

    Las unidades encargadas de la explotación animal se clasifican de acuerdo al programa de control y lucha en: Unidades o Rebaños bajo plan Intensivo, Unidades o Rebaños bajo supervisión y Unidades o Rebaños no Controlados.

    Según el I.M.V. (1996), las Unidades Bajo Plan Intensivo se clasifican a su vez epidemiológicamente en: Unidades Libres, Unidades en Observación, Focos en vías de Eliminación, Focos Activos de brucelosis y Unidades de Segregación transitoria para animales afectados por el proceso infeccioso.

    Las medidas de higiene individual y general son tan importantes como los métodos específicos de prevención, vigilancia, tratamiento y lucha contra las enfermedades originadas en reservorios y productos animales, la eficacia de lo que hagamos dependerá de la estrecha colaboración entre los servicios nacionales de salud animal y los de salud humana según (Wahdan, 1995).

    Las medidas planificadas y aplicadas armónicamente por los servicios de salud han disminuido la incidencia de muchas zoónosis, como la rabia, la brucelosis, la leptospirosis, y la mayor parte de las infecciones e intoxicaciones alimentarias.

    En el curso de la vida cotidiana, las personas a menudo ayudan a prevenir y combatir esas enfermedades mediante sus actitudes tradicionales hacia los animales y sus hábitos dietéticos; los programas nacionales de mayor éxito se basan en la cooperación de la comunidad. Al mismo tiempo, la legislación nacional e internacional regula muchos aspectos del comercio de animales y sus productos.

    Los programas nacionales de desarrollo rural y urbanización aprovechan aún más las funciones intersectoriales de la veterinaria de salud pública para garantizar el equilibrio ecológico adecuado mediante la prevención, el tratamiento y la lucha eficaz contra las zoónosis y los factores de riesgo con ellas relacionados.

    En el ámbito internacional, la Organización Mundial de la Salud (O.M.S.), mantiene sistemas de vigilancia para determinadas enfermedades, mientras que una red de más de cincuenta centros colaboradores de la O.M.S. prestan servicios especializados de preparación y ensayo de vacunas y ayudan a planificar programas nacionales, formar especialistas y coordinar investigaciones sobre veterinaria de salud pública. (Wahdan, 1995).

    Para lograr la efectividad en el control sanitario de las diferentes especies de animales, con el objetivo de proteger los mismos y las Zonas Libres de brucelosis y en Observación se establecen las siguientes regulaciones según (I.M.V., 1995): mantener un estricto control epizootiológico sistemático con el objetivo de detectar precozmente cualquier cambio en la situación que pueda amenazar la salud de los animales susceptibles de la zona, realizar investigaciones serológicas, según las clasificaciones epizootiológica de las unidades, recoger muestras de todos los abortos y que se controlen para su investigación en el Laboratorio de Diagnóstico.

    Todos los movimientos de animales que se produzcan deben ser autorizados por la Certificación Oficial del Instituto Nacional de Medicina Veterinaria a su nivel correspondiente y la aprobación de la Oficina de Control Pecuario.

    Para recuperar los Focos en vías de Eliminación se plantea por el Programa de Control y Lucha: delimitar la extensión del foco, establecer el programa de investigaciones serológicas periódicas y otras. Los animales que resulten positivos a las investigaciones se trasladaran a las fincas de segregación para ser sacrificados en el término no mayor de las 72 horas. Se efectuarán desinfecciones corrientes en aquellas unidades después de realizar extracciones de sangre y siempre que se produzcan partos normales o abortos. Para los partos debe habilitarse el cuartón o sala de maternidad, destruyéndose por incineración los restos del parto. El estiércol será recogido y sometido a tratamiento químico. Las crías descendientes de madres positivas a Brucella, serán sacrificados junto a ellas. La leche producida en estas unidades deben ser pasteurizadas. Mantener medidas de saneamiento ambiental sistemáticas para evitar la formación de focos naturales y la circulación de vectores (roedores, insectos, artropodos, etc.) en las unidades y en las inmediaciones de los mataderos.

    Medidas dictadas para desactivar focos activos de brucelosis: delimitar la extensión del foco. Suspender la monta dirigida o la inseminación artificial. Dictar una estricta cuarentena en la unidad que impida la entrada de animales ajenos al centro y la salida de estos será exclusivamente al sacrificio. Sacrificar inmediatamente todos los reactores y animales con síntomas clínicos. Extremar las medidas higiénico sanitarias, así como el control del personal. El transporte que se emplea en el traslado y actividad productiva con los animales debe ser desinfectado. Las áreas donde existieron animales afectados no deben ser utilizadas nuevamente hasta pasado 120 días.

    Desde hace algunas décadas los procesos tecnológicos para la producción animal de alta calidad llevan aparejado una elevada concentración de las poblaciones animales y un mejoramiento genético cada vez más especializado, así como profundos cambios en los sistemas de alimentación, manejo y otros que influyen de manera directa en el logro de los objetivos al cual van encaminado, es decir, la obtención cada vez mayor de productos de origen animal que satisfagan las necesidades más apremiantes de una población humana en constante crecimiento. (Escobar, 1990).

    La brucelosis por su carácter zoonósico y endémico para algunas regiones en nuestro país constituye un Desastre Biológico, ya que es una situación de emergencia sanitaria dada la amenaza que representa para la población animal de importancia y los humanos e incluso para regiones y países vecinos. En estos casos se presentan cambios bruscos significativos en la situación del país afectado, con seria repercusión sanitaria, productiva, económica, social y política. (Astudillo et al, 1990; Suárez, 1994 y Percedo et al, 1995).

    La presentación de enfermedades graves en la población animal y humana en el caso de las zoonosis pueden ser: De origen natural, por perturbaciones severas del medio ambiente. De origen humano, debido a las relaciones políticas, económicas, sociales y culturales entre los países establecidas por el propio hombre incluso el sabotaje y la guerra.

    El ritmo creciente del turismo y el tráfico internacional de pasajeros ocasiona riesgos de introducción de agentes exóticos, vinculados sobre todo con los alimentos crudos de origen animal destinados al consumo de los viajeros, con los desperdicios de estos productos en puertos, aeropuertos y su uso directo en la alimentación animal. (Mantovani et al, 1990)

    El transporte de animales y de productos de origen animal es de importancia capital en la propagación de enfermedades exóticas si se tiene en cuenta que, tanto el volumen del comercio, como la velocidad del transporte, han aumentado notoriamente en los últimos años a consecuencia de lo cual la distancia ya no es una barrera importante para la propagación de una enfermedad.

    Al margen de los factores de riesgo biológico que se producen durante las guerras a consecuencia del armamento convencional, el empleo del arma biológica sí va directamente dirigida al desencadenamiento de procesos morbosos masivos, tanto en la población humana como animal. Con iguales intenciones pueden realizarse sabotajes que atenten contra la economía de los países, a través de la introducción intencional de agentes patógenos exóticos o no, pero de alta patogenicidad y contagiocidad, a territorios indemnes.

    Realmente el Impacto Socioeconómico de los Desatres Biológicos en los territorios afectados conlleva a consecuencias en muchas ocasiones insospechadas y que influyen no sólo en el campo de la primo-producción animal, sino que la envergadura de las mismas sobrepasa los niveles predecibles sobre todo en los casos de desastres biológicos producidos por enfermedades exóticas. Las consecuencias de los desastres biológicos y la aplicación en muchos casos de programas drásticos en la recuperación de los territorios afectados implican en ocasiones pérdidas que van más allá del costo de los animales sacrificados y aquellos derivados del programa de lucha, además de que ocasionan pérdidas de producción a mediano y largo plazo.

    Entre los factores que determinan el tiempo necesario para la repoblación están: edad de madurez reproductiva, tiempo de gestación, número de crías por parto y otros que condicionan dicha recuperación productiva de los rebaños.

    Entre las consecuencias negativas a largo plazo están las derivadas de la pérdida de credibilidad de los países afectados en relación a su situación zoosanitaria real, y la consiguiente demora en el restablecimiento de relaciones comerciales libres de restricciones por parte de los países indemnes, aún de declarar erradicada una enfermedad.

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    Autor:

    Dr. C. V. Omelio Cepero Rodríguez

    Profesor Auxiliar

    J’ de la Disciplina Salud Pública Veterinaria

    Facultad de Ciencias Agropecuarias – Departamento Medicina Veterinaria

    Universidad Central "Marta Abreu" de las Villas

    Santa Clara, Villa Clara, Cuba.

    Dr. M.V. José Salado

    Profesor de Epizootiología

    Facultad de Ciencias Agropecuarias – Departamento de Medicina Veterinaria

    Universidad Central "Marta Abreu" de las Villas

    Dr. M. V. Julio César Castillo Cuenca

    Universitario en Adiestramiento – Facultad de Ciencias Agropecuarias – Departamento Zootecnia

    Universidad Central "Marta Abreu" de las Villas

    M. Sc. Ernesto Rodríguez Tabarez

    Especialista en Epizootiología

    Epizootiologo Provincial

    Santa Clara, Villa Clara, Cuba.

    M. Sc. Raúl Casanova Pérez

    Especialista en Epizootiología

    Epizootiologo Municipal

    Santa Clara, Villa Clara, Cuba.

    CATEGORÍA: SALUD, ENFERMEDADES