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Análisis de República Dominicana como Destino Turístico


Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6
Monografía destacada
  1. Introducción
  2. Fundamentación y actualidad
  3. La República Dominicana en la región del Gran Caribe
  4. El Escenario Turístico de República Dominicana.
  5. Potencialidades de la oferta turística dominicana como competencia para Cuba
  6. Conclusiones
  7. Recomendaciones
  8. Bibliografia general
  9. Anexos

Resumen

El objetivo de esta investigación es analizar a República Dominicana como destino turístico y las potencialidades del mismo como competidor para Cuba, teniendo en cuenta que por su desempeño en materia de turismo, este se ha convertido en el primer destino caribeño para la mayoría de los principales mercados emisores hacia Cuba. Con ese fin, se relacionan las principales características geográficas, económicas y sociales de República Dominicana. Se exponen los elementos fundamentales que tipifican al país como receptor de turismo; describiendo sus principales regiones y modalidades turísticas, sus mercados emisores fundamentales, la infraestructura hotelera, así como el modelo de desarrollo turístico que debiera marcar sus estrategias.

Se determinan las potencialidades de República Dominicana con respecto a Cuba, al establecer una comparación entre ambos, a partir de los arribos turísticos, el comportamiento de la estacionalidad, las líneas aéreas internacionales, los turoperadores principales y la oferta hotelera haciendo énfasis en la representación de la inversión extranjera. Los resultados obtenidos de esta comparación, se corroboran con los criterios referidos al aplicar la entrevista a los expertos. Este trabajo aporta un compendio de información actualizada que podrá ser utilizada por especialistas y estudiantes del sector, para dar continuidad a otros estudios de competencia, a la vez que aporta elementos que contribuyen a la toma de decisiones en el perfeccionamiento de las estrategias turísticas cubanas.

Palabras claves: destino turístico, República Dominicana, Cuba, comparación.

Introducción

El turismo es una de las actividades económicas de mayor crecimiento en el mundo a la vez que influye decisivamente en el desarrollo de un país, estimulando directamente las economías nacionales y locales. Tiene características particulares puesto que, por un lado, se trata típicamente de un servicio promotor de un amplio espectro de sectores productivos, a la vez que es un generador de divisas y un factor de vital importancia para los países en desarrollo.

Latinoamérica tiene una cuota de mercado de más del 5 % de las llegadas de turistas en el mundo. Esta realidad se debe sin duda alguna a la formidable variedad de recursos con los que cuenta la región, así como también a la calidad de los servicios ofrecidos. También con seguridad influye la posibilidad de combinar, en muchas oportunidades, diversidad de productos como el turismo cultural, con el de congresos y convenciones, con el de naturaleza, con el turismo 볯l y playa렯 con el de cruceros (OMT, 2010).

Todos estos resultados, contribuyen a que el turismo haya despertado el interés de los gobiernos de países en desarrollo por su capacidad de generar divisas, favorecer la inversión privada, el desarrollo de empresas locales y la creación de empleo. Por lo que, a partir de los años setenta y ochenta diversos gobiernos de la región del Gran Caribe han promovido el turismo como sector impulsor del crecimiento económico.

Coincidiendo con la expansión del turismo de masas, en estas décadas, se construyeron grandes centros turísticos que se beneficiaron de inversiones públicas en infraestructura e incentivos para la inversión privada, principalmente extranjera. La mayoría han sido exitosos desde el punto de vista comercial; pero ese modelo en el que primaban las grandes empresas, y se concedía prioridad a los aspectos cuantitativos del desarrollo —número de visitantes, número de habitaciones—, contribuyó a propagar la idea de que el turismo debía dejarse en manos del sector privado y las fuerzas del mercado.

Estos hechos mostraron la oportunidad que supone el turismo para los países en desarrollo y la necesidad de apoyo para poder competir en un mercado global porque aunque han ido ganando cuota de mercado, también ha aumentado la competencia, poniendo en evidencia los retos que enfrentan.

Además, en el caso de los países caribeños insulares, junto a las bondades del desarrollo del turismo surgen también impactos negativos que se han acumulado a través de años de explotación de recursos dedicados al mismo. Los impactos negativos del turismo, al igual que los de otros sectores, son más evidentes en los territorios que crecen rápidamente sin planificación adecuada y en países en desarrollo debido a la magnitud de los problemas sociales, la carencia de infraestructura básica y la debilidad de las instituciones públicas.

Los impactos ambientales negativos más frecuentes se relacionan con: el rápido crecimiento urbano y uso desordenado del suelo, la presión sobre recursos escasos, la destrucción de ecosistemas frágiles y el deterioro estético del paisaje y del entorno urbano. En muchos casos estos efectos no son directamente atribuibles al turismo sino que este pone en evidencia problemas existentes de forma más acusada que otros sectores, al considerar al paisaje y el medio ambiente como activos, así como por el contacto directo con el mercado internacional que es más sensible a estos temas. (CEPAL, 2007a).

Asimismo, existen impactos ambientales globales y de otras industrias que afectan a los destinos turísticos. Entre los primeros figuran los desastres naturales, cada vez más relacionados con el cambio climático. Entre los segundos, los que más inciden en el turismo son los derrames de petróleo al mar y la contaminación de aguas por pesticidas y productos químicos, utilizados en la agricultura o procedentes de residuos industriales. También pueden ocasionar daños ambientales los campos de golf construidos en los litorales costeros (Perelló, 2007).

El modelo generalizado en todo el Caribe, se basa en el hotel-playa que se oferta como un destino en sí mismo bajo la forma de "gran hotel resort" con la modalidad de Todo Incluido (T.I.). El posicionamiento del hotel como destino en sí mismo representa el ideal de las vacaciones de paquete, controlado y ofertado por los grandes Touroperadores internacionales (TT.OO).

El modelo de explotación turística implantado induce a que la mayoría de los hoteles que se construyen sean cada vez más grandes y estén concentrados geográficamente en la costa. El 56% de los hoteles tiene más de 300 habitaciones (CEPAL, 2009).

Fundamentación y actualidad

Los principales destinos caribeños son: República Dominicana, Cuba, Puerto Rico, Bahamas y Jamaica. Estos destinos reciben el 70% del total de las llegadas al Caribe Insular (OMGI, 2007).

Actualmente en este espacio geográfico compiten: los mismos productos, modalidades, cadenas hoteleras internacionales, TT.OO y líneas aéreas internacionales; por lo que resulta necesario el análisis de la competencia para la definición de estrategias, políticas y objetivos, que permitan el conocimiento y adaptación al cambiante entorno turístico. Este análisis supone: la identificación de los competidores actuales y potenciales, sus características, estructura y evolución; estar al tanto del grado de intensidad en el mercado global; conocer los objetivos de los competidores; así como, los puntos fuertes y débiles.

Específicamente en este ámbito se identifica a República Dominicana como principal competidor directo de Cuba, porque aunque se favorece del acceso al mercado estadounidense, se ha convertido en el primer destino del Caribe para muchos de los principales mercados emisores hacia Cuba.

Por otra parte, se reconoce que, para República Dominicana, el destino Cuba constituye su principal competencia, lo que ha incentivado a crear equipos de estudio y consultorías sobre las acciones emprendidas por Cuba hacia los mercados emisores de Europa, especialmente en las Campañas promocionales.

En el marco de los planeamientos anteriores, se inserta la situación problema que motiva la presente investigación, cuyo objeto de estudio es precisamente República Dominicana como destino turístico y el problema científico de este trabajo se enuncia como sigue:

No ha sido suficientemente estudiado el destino turístico República Dominicana como competencia para Cuba.

Para contribuir a la solución de esta problemática se formula el siguiente Objetivo General:

Analizar el desempeño del destino turístico y las potencialidades de República Dominicana como competidor para Cuba en la subregión caribeña.

Objetivos Específicos:

" Caracterizar a República Dominicana como país caribeño.

" Analizar las características del turismo en República Dominicana.

" Comparar el desempeño y las potencialidades de la oferta turística dominicana como competencia para Cuba.

Hipótesis:

El análisis del desempeño del destino turístico República Dominicana, podría aportar información al diseño de estrategias orientadas al mejoramiento del producto turístico cubano para enfrentar la competencia.

Métodos.

Las técnicas y las fuentes utilizadas en una investigación determinan la calidad y credibilidad del resultado que se obtenga.

En este trabajo de diploma se utilizan métodos teóricos y métodos empíricos, entre los que se encuentran:

Métodos teóricos: el analítico-sintético y el histórico-lógico.

Métodos empíricos: la entrevista a expertos. Se recurrió a seleccionar aquellas personas especialistas del objeto estudiado y que pudieran referir criterios relevantes acerca de la potencialidad de República Dominicana como principal competencia turística para Cuba. La búsqueda de la opinión de expertos permite la recogida de información "grupal" de carácter cualitativo, en la cual un conjunto predeterminado de expertos seleccionados a priori, proporcionan información sobre el tema investigado. Los enunciados del cuestionario a los expertos se estimaron mediante el puntaje de una escala de Likert de siete posiciones.

Otro método empírico lo constituye la obtención de datos a partir de informes oficiales, como compilaciones y boletines de Organizaciones Internacionales y Nacionales, estadísticas tanto de República Dominicana como de Cuba.

Capítulo 1:

La República Dominicana en la región del Gran Caribe

En este capítulo se reflexiona sobre la opinión de diversos autores en relación a los conceptos básicos presentes en este trabajo y se profundiza en las características geográficas, económicas y sociales de República Dominicana como marco contextual de la investigación.

1.1 Conceptualización de destino turístico y competencia.

A los efectos de este estudio, se define turismo internacional como el conjunto de fenómenos y relaciones económicas, psico-sociológicas-culturales y medio ambientales que se generan entre los viajeros y las entidades vinculadas a los viajes desde el lugar emisor, las entidades proveedoras de servicios y productos en el lugar de destino, los gobiernos de los lugares emisores y receptores así como las comunidades locales de acogida, con motivo del viaje y estancia de visitantes temporales en un destino diferente a su lugar de residencia habitual.(Martín,2006a)

Según Dredge (1999), el destino turístico debe ser entendido como un espacio físico y social con determinadas características que ofrecen una yuxtaposición de valores ambientales, territoriales, sociales y culturales cuyo conjunto lo convierten en algo que merece la pena experimentar, que ofrece una vivencia integral al visitante. El destino debe convertirse en la experiencia en sí misma, situándose en la mente de los consumidores del mismo modo en que lo hace una marca cualquiera, que más allá de un producto acaba vendiendo una imagen.

Ejarque (2005) señala que el destino turístico está constituido por un conjunto de elementos, por una suma de atractivos naturales o artísticos y de servicios y que éste es un conjunto de recursos que generan una capacidad de atracción suficiente para inducir a un viajero a realizar los esfuerzos necesarios para desplazarse hasta él.

Otros autores como Barrado (2005), incluyen en su definición las relaciones que se producen entre los componentes del destino, y califican al mismo como un subsistema formado por elementos espaciales (recursos territoriales, infraestructuras, etc.), administrativos (legislación, políticas), y productivos (factores y recursos de producción, agentes, inversión, etc.); así como por el conjunto de sus interrelaciones y los efectos que producen, que son fundamentalmente sectoriales (unos bienes y servicios producidos y consumidos in situ) y geográficos (paisajes, percepción del territorio, imágenes, etc.).

Según Torres, un destino turístico es "un espacio geográfico determinado, con rasgos propios de clima, infraestructuras y servicios, y con cierta capacidad administrativa para desarrollar instrumentos comunes de planificación, que adquiere centralidad atrayendo a turistas mediante productos estructurados y adaptados a las satisfacciones buscadas, gracias a la puesta en valor y ordenación de los atractivos disponibles, dotado de una marca y que se comercializa teniendo en cuenta su carácter integral" (Torres, 2005:2).

Este autor señala, además, que los destinos turísticos son los lugares geográficos que por sus atractivos, condiciones y reconocimiento, son ofertados por los intermediarios y los turistas eligen para pasar la totalidad o parte de sus vacaciones, buscando en ellos satisfacer las expectativas que su fama, las opiniones de personas allegadas y de expertos, la publicidad y otras razones de carácter económico, social o personal, han despertado en ellos una referencia en su cuadro motivacional como viajeros.

De acuerdo con Cooper, et al (1997:96), "la oferta turística representa una amalgama de atractivos e instalaciones de apoyo que presentan varios elementos comunes, como por ejemplo, que los destinos son evaluaciones culturales; son perecederos ya que el turismo se consume donde se produce; los destinos representan un uso múltiple del turismo con otras aplicaciones, y para que tenga éxito, los componentes de la amalgama necesitan tener calidad equivalente. Es importante para el destino ofrecer una experiencia y un producto de calidad, y en esta medida, es esencial la planeación y administración cuidadosas que aseguren una industria basada en principios sustentables".

En sentido general el destino turístico no debe ser considerado únicamente como un "mero inventario de instalaciones y servicios, sino que también hemos de tomar en consideración la percepción subjetiva del turista sobre el lugar" (Bigné y Sánchez, 2001; Bigné, 2005). Al fin y al cabo, un destino es un conjunto de realidades geográficas, históricas, socioculturales y productivas, por las que merece la pena salir de casa (Locum Destination Consulting 2002). Teniendo en cuenta lo anterior y en el escenario turístico actual tan competitivo, se requiere ofrecer vivencias integrales para generar atracción.

En resumen, para lograr un desarrollo turístico equilibrado será necesario intervenir y actuar sobre el conjunto de lo que significa el destino, entendido como un espacio geográfico, social y económico con determinadas características e interrelaciones, a partir de las cuales se ofrecen experiencias turísticas a sus visitantes, pero también oportunidades y calidad de vida a sus habitantes.

Se debe señalar además que los territorios donde se efectúan actividades turísticas, pueden desarrollarse como productos a lo largo del tiempo o crearse en un breve lapso con una conformación compleja. Por ello, los niveles de desarrollo, siempre acorde a la complejidad de su composición, se pueden clasificar como bajo, medio–bajo, medio, medio–alto y alto. (Ver Anexo 1) (Martín, 2006b).

Según la clasificación en función de la distribución de los recursos y su utilización por los turistas, el destino turístico específico "es un amplio conjunto de atractivos e instalaciones capaz de satisfacer necesidades de uno o varios segmentos de mercados de acuerdo a un desarrollo especializado o generalizado. Tiene delimitación geográfica específica y responde a una marca territorial única. Puede integrarse por lo que fuera un solo polo turístico o por varios polos interconectados en los accesos, pero siempre en un territorio tal que las distancias a recorrer por los turistas sean mínimas (básicamente en tiempo, no más de una hora). Puede conceptuarse aquí tanto a las ciudades, a las zonas naturales como a desarrollos en playas o cercanos a otros atractivos naturales o culturales". Luego, a la región turística corresponde la conceptualización geográfica del "destino turístico específico" incluyendo sus zonas aledañas, que por los atractivos que poseen, permiten realizar excursiones desde el primero. (Martín, 2006b:77)

En una conceptualización un poco más amplia, se puede definir el destino país como "el conjunto de regiones turísticas así como los polos turísticos independientes que están en fase de desarrollo. El destino país es una marca y, como tal, está sujeta a todas las acciones y reacciones de la comunicación promocional turística. Como marca no solo se ve influenciado por acciones vinculadas al Turismo, sino por su propia historia y por todas las acciones actuales que, transmitidas por los medios de comunicación internacional hacia todos los mercados que generan una imagen de marca específica y, consecuentemente, influyen positiva o negativamente sobre los flujos de turistas potenciales". (Martín, 2006b:78)

Al caracterizar República Dominicana como destino turístico, y como posible competencia para Cuba es necesario determinar qué se entiende por competidor, definido como aquellas empresas que comercializan ofertas idénticas y/o sustitutivas de nuestro producto, dirigidas al mismo público objetivo, con independencia de la tecnología empleada para ello. Por tanto, no es competidor aquel que "fabrica" un producto genérico como el que Cuba oferta, sino aquel que satisface las mismas necesidades con respecto al mismo público objetivo o consumidor. (Martín, 2006b)

Otro concepto que es necesario señalar en este marco teórico es el relativo a la competitividad, analizado por Martín (2006b), como el enfoque de mercadotecnia que tiene por objetivo lograr el liderazgo en el mercado mediante la comparación de los elementos del servicio de una empresa u organización con sus principales competidores y su consecuente superación.

Es por ello que los estudios diagnósticos y los trabajos de investigación sobre este tema son tan necesarios, ya que permiten poder contar con una panorámica integral de la situación del destino turístico analizado, a partir de la cual se pudieran trazar líneas estratégicas encaminadas a mejorar de la competitividad.

1.1.1 Antecedentes de la investigación

Constituyen antecedentes de esta investigación el estudio realizado por el Centro de Estudios Turísticos de la Universidad de La Habana (Perelló, 2001), en el que se analizó a República Dominicana como destino turístico y su desempeño como tal; tomando como referencia las cifras registradas hasta el año 2000 sobre el flujo turístico, la oferta hotelera, el gasto turístico y la estancia promedio.

Otras de las investigaciones desarrolladas por este autor en años posteriores, abordan los aspectos planteados anteriormente añadiendo un análisis sobre la estacionalidad turística, las principales líneas aéreas que vuelan al país, los aeropuertos internacionales, el comportamiento de los mercados emisores, el ingreso turístico, las consecuencias del control de los TT.OO. Además realiza un diagnóstico nacional de República Dominicana, determinando sus fortalezas, oportunidades, amenazas y debilidades.

En el informe desarrollado en el 2002 por la consultoría de análisis turísticos MAZARS & QUEM, sobre República Dominicana y el Caribe Mexicano (principales competidores de Cuba en el Caribe), se describen las características relacionadas con: la oferta habitacional, las modalidades turísticas, los mercados emisores principales, los arribos turísticos, la ocupación hotelera, el gasto turístico, entre otros.

El Informe de investigación realizado por López (2007) sobre las oportunidades y los retos del turismo para los países pobres, las consecuencias negativas de un desarrollo insostenible del turismo, así como iniciativas a favor de un modelo turístico integrador.

Figueras (2010) analiza la presencia de las cadenas hoteleras españolas en América Latina y el Caribe, realizando una comparación entre Cuba y República Dominicana en cuanto a número de hoteles y habitaciones gestionados por estas cadenas; así como también relaciona cada cadena extranjera por el país donde comenzó a operar.

En la bibliografía revisada el único estudio donde se encontró un análisis comparativo entre la República Dominicana y las Islas Turcas y Caicos, con extensiones a Cuba, fue en el desarrollado por Padilla y McElroy (2010), donde se presentan una serie de indicadores como: tasa de crecimiento habitacional, % de ocupación hotelera, tasa de crecimiento del arribo de visitantes, gasto turístico, etc.

En la revisión bibliográfica realizada no se encontró ningún estudio específico de las características comparativas y competitivas del destino turístico República Dominicana y Cuba.

1.2 El Gran Caribe

El Caribe es una zona geográfica en la que se distinguen dos estructuras físicas: el mar Caribe y las islas del Caribe. El mar Caribe o mar de las Antillas, es un brazo del océano Atlántico, parcialmente cerrado en el norte y el este por las islas de las Indias Occidentales, actuales Antillas, y delimitado en el sur por Sudamérica y Panamá y en el oeste por América Central, que algunos denominan como Caribe continental: Caribe Mexicano, Caribe Centroamericano y Caribe Sudamericano. (Perelló, 2007)

Las Antillas o Caribe Insular comprende tres importantes conjuntos de islas que se extienden en forma de media luna desde la punta oriental de la península de Yucatán (en México) y el sureste de La Florida (en Estados Unidos) hasta la costa de Venezuela, en Sudamérica. Las islas Bahamas, al norte, forman una línea en dirección sureste (Girvan, 2001). Las Grandes Antillas o Antillas Mayores, que comprenden las islas de Cuba, La Española, Jamaica y Puerto Rico, se sitúan en el centro. Al sureste, en forma de arco, desde Puerto Rico hacia el sur y después en dirección oeste, a lo largo de la costa de Venezuela, se encuentran las Pequeñas Antillas o Antillas Menores.

El Gran Caribe, incluye el Caribe Insular y los países continentales de la Cuenca. Estos países son Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Guatemala y Belice; el llamado Caribe Mexicano y las costas caribeñas de Colombia, Venezuela y Suriname. (Ver anexo 2).

Figura 1.2: El Gran Caribe

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Fuente: Tomado de Evolución y tendencias, año 11, Nº 2, La Habana, abril (Perelló, 2007).

Desde el punto de vista político, las Antillas comprenden trece países independientes y varias dependencias, posesiones y territorios coloniales. Cuba constituye el mayor Estado de las Antillas. Haití y la República Dominicana, se reparten La Española, la segunda isla más grande del archipiélago.

La soberanía sobre las restantes islas de las Antillas se distribuye entre Estados Unidos, Francia, Países Bajos y Reino Unido. Puerto Rico, la cuarta isla más grande del archipiélago, es un Estado libre asociado a Estados Unidos.

"El Gran Caribe con su multitud de islas y la periferia continental que lo delimita constituyen un crisol multirracial, polígloto y pluriétnico, que ha dado lugar a una síntesis cultural sin igual en la historia moderna". (Perelló, 2007:1)

A través del tiempo, las condiciones del desarrollo no se han hecho presentes en las naciones caribeñas. Esta situación se ha caracterizado por una sucesión de ciclos de elevado crecimiento y períodos de estancamiento, o de franca recesión. La tendencia, durante todo el tiempo ha sido desarrollar un solo producto: café, caña de azúcar, bananas.

En la década de los noventa los estados insulares de la región hicieron del turismo una industria, favorecidos por las condiciones naturales que poseían. Surgía así una nueva forma de "monocultivo" o "monoproducto": el turismo de Sol y Playa, que actualmente se ha convertido en un producto poco o nada diferenciado.

Una de las consecuencias de esta situación se refleja en la disminución del arribo de turistas europeos al Caribe, pues en el año 2000 sobrepasaban los cinco millones y para el año 2009 solamente se recibió un total de 3.4 millones. Este brutal descenso merece una investigación más profunda de las causas; porque no puede explicarse solamente con el alto costo de los pasajes de larga distancia y los efectos de la crisis en Europa (Figueras, 2010). Se debería analizar qué se les está ofertando a esos mercados emisores, si se logra satisfacer sus expectativas o simplemente se está brindando el mismo producto sin ninguna diferenciación.

1.3 Características generales de República Dominicana

La República Dominicana comparte con Haití la isla La Española, ocupando las 2/3partes de la misma; que representa una superficie de 48.670 kilómetros cuadrados, posee además 350 km⠤e aguas territoriales. El país se divide en 31 provincias y un Distrito Nacional que es capital de la República (ver anexo 3). Santo Domingo es su capital y la ciudad más grande. Además cuenta con otras ciudades de importancia demográfica, económica y cultural como: Santiago de los Caballeros, centro industrial, comercial y de transporte; Concepción de la Vega, una de las más antiguas del país; San Pedro de Macorís, Puerto Plata, La Romana y Barahona. El Idioma oficial es el español. (Villareal y Van der Horst (2008).

1.3.1 Geografía del destino.

República Dominicana limita al norte con el océano Atlántico, al este con la isla de Puerto Rico, al sur con el mar Caribe y al oeste con Haití. La frontera con Haití presenta una longitud de 315૭. Las islas Beata y Saona pertenecen también a la República Dominicana. (World Factbook, 2010) Su posición geográfica; la ha convertido en uno de los principales destinos turísticos del Caribe y en un lugar ideal para la realización de inversiones e intercambio comercial.

Elഥrritorio೯bre६ que se asienta República Dominicana es fértil, húmedo y montañoso. Cerca del 80% del país está cubierto por grandes cadenas montañosas, las cordilleras Central, Oriental y Septentrional, que se extienden en dirección noroeste-sureste. El pico Duarte (3.175 m), la montaña más elevada del país y del Caribe, se encuentra en la cordillera Central. Entre esta cadena montañosa y la cordillera Septentrional se ubica el valle de El Cibao, una de las regiones más fértiles y con mayor humedad del país. La llanura costera del sureste es también una zona muy fértil, mientras que los extremos suroeste y noroeste son secos y desérticos. Entre las numerosas corrientes fluviales de la República Dominicana destacan los ríos Yaque del Norte y Yuna en el norte, y los ríos Yaque del Sur y Ozama en el sur; que se han constituido en importantes atractivos turísticos. (Secretariado Técnico de la Presidencia. República Dominicana, 2007)

Laలincipalডacute;reaଡcustre es el lago salado Enriquillo, con 256૭2 de extensión, situado al suroeste. Es interesante señalar que en enero de 2010, con el sismo que sacudió el sur de Haití, se difundió por diferentes medios de comunicación, que la falla que provocó el sismo tiene su origen en este lago, recibiendo el nombre de falla Enriquillo.

La línea de costa de la República Dominicana es irregular debido a la presencia de numerosas bahías que forman puertos naturales, entre las que destacan la bahía de Neiba y la bahía de Ocoa en la costa caribeña, y la bahía de Samaná en la costa atlántica.

El país tiene un clima tropical, de calor húmedo, pero moderado. En las tierras bajas se registran temperaturas superiores a los 23,3যrdm;C a lo largo de todo el año; durante los meses de verano, las temperaturas oscilan entre los 26,7 y los 32যrdm;C. Las tierras elevadas son más frías. La estación húmeda va de mayo a diciembre. Ocasionalmente se presentan ciclones tropicales en el Atlántico, entre los meses de agosto y octubre, que suelen producir enormes daños. (World Factbook, 2010)

Losలincipalesಥcursos naturales de la República Dominicana son los agrícolas. En general, el país posee un suelo fértil, exceptuando la zona del suroeste; el suelo de los valles es muy apropiado para el cultivo y muchas de las vertientes de las montañas están cubiertas por gran variedad de pinos y otros árboles de maderas nobles. Además este país posee una gran diversidad geográfica: extensas playas de arena blanca, valles fértiles de exuberante vegetación, zonas desérticas con formaciones de dunas e imponentes cadenas montañosas. (World Factbook, 2010)

También existe una gran diversidad de fauna y flora, que vive y se desarrolla principalmente en un sistema de áreas protegidas, constituido por numerosos Parques Nacionales, refugios de fauna, vistas panorámicas, yacimientos arqueológicos, monumentos arquitectónicos y zonas submarinas de interés histórico y cultural.

Algunos ejemplos de Parques Nacionales son: Los Haitises, Montecristi, Isla Cabritos (lago Enriquillo), Sierra de Bahoruco, Jaragua, José Armando Bermúdez, José del Carmen Ramírez, Juan Bautista Pérez Rancier (Valle Nuevo) y otros. (Perelló, 2003)

1.3.2 Economía

La economía dominicana presenta dos perfiles económicos claramente diferenciados: por un lado, existe la economía externa, cuyas principales variables de crecimiento han sido el turismo y las zonas francas industriales, y, por otro lado, existe la economía doméstica, cuyos sectores dinámicos de crecimiento han sido las comunicaciones, la construcción, la electricidad, el comercio y el transporte. (Banco Central, 2010)

Esta economía depende en gran medida del mercado estadounidense, ya que aproximadamente 2/3 de sus exportaciones van destinadas a ese país, que es también su principal socio comercial en cuanto a las importaciones. Otros proveedores son Japón, Venezuela, Brasil, México, Trinidad y Tobago, Colombia, Panamá, etc. (World Factbook, 2010)

República Dominicana importa principalmente alimentos, petróleo, algodón, tejidos, productos químicos y farmacéuticos. Sus principales socios comerciales en cuanto a las exportaciones son: Estados Unidos, Haití, Puerto Rico, Holanda, Corea del Sur y Reino Unido; a estos países exporta: ferroníquel, bananos, azúcar de caña, alcohol etílico, cacao, varillas de acero, entre otros.

El Producto Interno Bruto (PIB) alcanzó en el año 2009 un total de 78,89 billones de dólares[1]con un decrecimiento respecto al 2008 de 0,3%; obteniéndose un PIB per- cápita de 8.200 dólares. El aporte de los diferentes sectores al Producto Interno Bruto se manifiesta de la siguiente manera: la agricultura aporta un 10,5%, el sector industrial un 21,3% y el sector de los servicios un 68,2%; este último es el más grande proveedor de empleos actualmente, debido al turismo y el comercio en las zonas francas. (World Factbook, 2010)

Según el Balance Económico publicado por el Banco Central al cierre del 2009, la economía dominicana registró un crecimiento de 3,5%, superando las expectativas de principio de año que proyectaban un crecimiento menor en un escenario caracterizado por un entorno internacional desfavorable. Esta mejoría en el ritmo de crecimiento se debe, en gran medida, a la efectividad de la política monetaria, particularmente, al aumento del crédito al sector privado tras la baja en las tasas de interés.

El pasado año se destacó el crecimiento registrado por algunas actividades orientadas a satisfacer la demanda interna como: Comunicaciones, 14%; Agropecuaria, 12,5%; Intermediación Financiera y Seguros, 8,3%; Enseñanza, 4,5%; Salud, 4,3%; Alquiler de Vivienda, 3,1%; Energía y Agua, 3%; Administración Pública, 2,6%, Manufactura Local, 1% y Transporte, 0,5 %. Estas actividades representan en conjunto el 68,7% del PIB.

En sentido contrario, las actividades económicas vinculadas a la demanda externa exhibieron un comportamiento negativo, reflejando los efectos de la crisis global en la economía dominicana, tal es el caso de Minería (-51,9%), Zonas Francas (-14,6%) y Hoteles, Bares y Restaurantes (-3,5%). Otras actividades que presentaron resultados desfavorables fueron la Construcción (-3,9%) y Comercio (-2,8%).

Al analizar las tasas de crecimiento del PIB en años anteriores, se observa que disminuyen a medida que transcurren los años, pasando de un 10,7% en el 2006 a un 5,3% en el 2008. No obstante, en términos generales, el crecimiento económico alcanzado en el 2009 (3,5%), puede calificarse de satisfactorio, tomando en consideración el lento repunte de la economía global.

La balanza comercial, que incluye las transacciones con el exterior de bienes, registró un déficit de 6.820,4 millones de dólares, inferior en 2.425 millones lo que representó un decrecimiento del 26,2% respecto al año 2008. (Banco Central, 2010)

1.3.3 Zonas Francas[2]

El modelo de Zonas Francas fue consolidado en la década de los noventa en República Dominicana, este quedó plasmado en la Ley 8-90 y fue puesto en marcha por la Secretaría de Estado de Industria y Comercio a través del Consejo Nacional de Zonas Francas de Exportación (CNZFE). El Consejo ha venido operando el régimen industrial de Zona Franca otorgando las exenciones de impuestos y aranceles de las que son objeto todas aquellas empresas que deciden instalarse en los parques creados para tal fin y verificando que dichas empresas exporten por lo menos el 80% de su producción, requisito indispensable para poder instalarse en estos parques.

A mediados de los noventa estas empresas habían logrado incrementar las exportaciones, mantener y atraer la inversión extranjera directa, elevar el nivel de empleo y la inserción de la mujer al mercado laboral, así como contribuyeron al desarrollo regional.

El auge de las Zonas Francas dominicanas consolidó las actividades de exportación en seis sectores (Electrónica, Joyería, Confecciones Textiles, Tabaco y sus derivados, Farmacéutica y Calzado) y ha tendido a desarrollar, aunque lentamente, enlaces con la industria local. El Índice de Contenido Nacional (ICN)[3] demuestra lo anterior; ya que, se observa una tendencia positiva de la relación productiva entre la industria local y la industria de Zona Franca. Por ejemplo, en el 2000 por cada dólar que se generaba en la Zona Franca, 0,36 centavos eran de contenido nacional, es decir, producidos por la industria local; ya para el año 2005 este nivel aumentó a 0,49 centavos.

A pesar de lo expresado anteriormente, se considera que las Zonas Francas dominicanas han pasado del auge al estancamiento. Si bien la República Dominicana tiene fortalezas palpables en este sentido tales como: una infraestructura industrial adecuada, un excelente sistema de telecomunicaciones, un buen desempeño de capital gerencial y comercial y una gran inversión dominicana (una de cada 3 empresas de la Zona Franca es dominicana); también presenta debilidades que merman la competitividad de las empresas, entre las que sobresalen: la ineficiencia en la operación de los servicios de la energía eléctrica, los altos costos del transporte marítimo y terrestre (producto de prácticas monopólicas), el bajo nivel de enlace con la industria local que ha hecho que las empresas de Zona Franca sean catalogadas como una economía de enclave y la demora de la República Dominicana a la entrada del DR-CAFTA[4]hecho que a su vez, retrasa los beneficios estimados para las empresas de las Zonas Francas.

Por otro lado, se estima que la Zona Franca dominicana enfrenta grandes retos que podrían poner en riesgo el régimen industrial en caso de que no se tomen las medidas necesarias para reducir las debilidades y enfrentar con éxito las amenazas del exterior. Entre las amenazas se encuentran la competencia agresiva de los países asiáticos, el incremento paulatino de la competitividad de los países centroamericanos, y la incertidumbre de los mercados monetarios internacionales.

Para poder contrarrestar estas amenazas, República Dominicana considera como oportunidades, la posibilidad de transitar hacia una manufactura que implique mayor valor agregado, capacitar al personal en el uso de las nuevas tecnologías y en el idioma inglés, articular la industria de Zona Franca con la economía en general y la adecuación del marco legal a lo estipulado por la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Al cierre de 2009, se mantenían en operación 560 empresas en las zonas francas, de las cuales el 23,4%, corresponde a la manufactura textil; 23,9%, a empresas de servicios; 5,9%, al procesamiento de productos de tabaco y sus derivados; 6,3%; a productos agroindustriales; 3%, a productos electrónicos; 3,8%, a la joyería y el 33.7%, restante a otras actividades.

Estas empresas le proporcionan empleo a más de 112 mil personas, de los cuales el 38%, labora en la actividad textil; 15,9%, en el procesamiento de tabaco y sus manufacturas; 10,2%, en la actividad de productos médicos y farmacéuticos; 6,7%, en productos eléctricos; 8,4%, en servicios diversos; 5,8%, en la confección de calzados y sus componentes y el restante 15%, en otras actividades diversas. (Banco Central de RD, 2010)

1.3.4 Población[5]

La República Dominicana posee una población de 9.650.054 habitantes, lo que supone una densidad de 198 habitantes por km2. El país posee una tasa de crecimiento de la población de 1,5%. La mortalidad infantil se comporta en un índice de 26 por cada 1000 nacidos vivos y la esperanza de vida es de 73,7 años. El 42,2% de la población se encuentra por debajo de la línea de pobreza, y solo el 87% de la población mayor de 15 años sabe leer y escribir.

Durante los últimos cincuenta años República Dominicana ha vivido un fuerte proceso de urbanización; por lo que en la actualidad el 69% de la población (6.658.538 habitantes) vive en los centros urbanos de la nación y solo el 31% habita en la zona rural (2.991.517 habitantes). Además la población en las zonas urbanas crece a un ritmo de 2,6% anualmente (estimado 2005-2010).

En términos de sexo, esta población se encuentra distribuida en una relación bastante equilibrada, a razón de 1,03 hombres por cada mujer. En cuanto a la composición de la población un 73% es mulata, fruto de la mezcla entre europeos y africanos; un 16% es de origen europeo y un 11% negro. La gran mayoría de la población (95%) es católica y el restante 5% tiene creencias indígenas, protestantes o judíos.

Es interesante destacar que de cada 1000 dominicanos 2,22 emigran del país (tasa neta). Es necesario tener en cuenta esta cifra, ya que estos emigrantes son los que después regresan al país de origen acompañados con familiares o amigos para hacer turismo.

Finalmente, conviene indicar que la población dominicana comprendida entre los 15 y los 64 años constituye el 62,7% de la población total del país. El 31,4% se encuentra por debajo y el 5,9% por encima de ese núcleo.

Fuerza de trabajo

Enರ09,ଡయblación activa era aproximadamente de 4,417 millones de trabajadores; el 14,6% se dedica a la agricultura, el 22,3% a la industria y el 63,1% al sector servicios.

Las zonas francas, existentes en el país, han constituido un centro en el que muchos dominicanos se han puesto en contacto con nuevas tecnologías, han adquirido conocimientos y han asimilado estándares de productividad y de calidad que pueden ser sumamente valiosos en otros entornos laborales.

Los haitianos que emigran a República Dominicana son utilizados por algunos sectores de la economía como mano de obra barata para sus actividades productivas. Según el Colegio Dominicano de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores (CODIA) se establece que el 85% de los obreros en el sector de la construcción son haitianos. En el sector agropecuario la Junta Agroempresarial Dominicana sostiene que más del 60% de los obreros son haitianos.

Las tasas de desempleo en República Dominicana desde el año 2005 a la fecha se han mantenido por encima del 14%, cerrando el 2009 con un 15,1%, lo que afecta considerablemente el nivel de vida de la población en ese país.

El Informe sobre Desarrollo Humano de República Dominicana (2005), puesto en circulación por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) plantea que este país ha࠴enido el mayor crecimiento delࠐroducto Interno Bruto (PIB) entre las naciones deࠁmérica Latina y El Caribe, desde 1961 hasta el 2005. Sin embargo, está entre los países que menor crecimiento del desarrollo humano ha tenido en ese mismo período.

Por ejemplo, la brecha en esperanza de vida con respecto al promedio latinoamericano es de 4,7 años, en alfabetización de adultos es de 3,2%, en la matrícula combinada en educación primaria, secundaria y terciaria es de 6,9%, y en ingreso per cápita en dólares es un 7% inferior. (Banco Central de RD, 2010)

1.3.5 Infraestructura civil

En República Dominicana se ha ido desarrollando una infraestructura ajustada a los requerimientos de una sociedad enfocada hacia la producción y comercialización de bienes y servicios. La red de carreteras, que enlaza prácticamente todos los destinos del país, es una de las mejores de la región.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6
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